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Tal como se vio en la primera parte, la reforma educativa pretende que para el
2020, toda la población entre 15 y 50 años tenga, entre otras, las siguientes
capacidades: (i) expresarse y comunicarse fluidamente en guaraní y en castellano;
(ii) leer y escribir con comprensión en guaraní y en castellano; (iii) tener sentido de
pertenencia a una cultura en un contexto multicultural.
En el caso de las minorías étnicas, cuya lengua materna no sea el guaraní, podrá
elegir uno de los dos idiomas oficiales.
Las lenguas indígenas, así como las de otras minorías, forman parte del
patrimonio cultural de la Nación.
Cuadro V.1.1. Diseño del programa castellano hablante para la E.E.B. (no
disponible)
Fuente: completar
Contexto Sociocultural
Contexto Familiar
Principales metas:
Las percepciones de los docentes, así como las opiniones de los mismos alumnos
en las distintas escuelas estudiadas, coinciden en señalar una serie de logros en
los niños en cuanto a su capacidad de expresión y participación. Además
expresan que los niños se hallan a gusto en la escuela. Al parecer de docentes,
directores y supervisores, los niños son menos tímidos y sienten más confianza,
sienten menos temor hacia las autoridades de la escuela, se comunican con
mayor fluidez, tanto con maestros como con sus compañeros y tienen una
conducta más activa y participativa.
Una de las conclusiones fundamentales de este estudio tiene que ver con el
desarrollo de un sistema de aprendizaje a partir de la experiencia :
5.1.8. Conclusiones:
En efecto, según los datos del Censo de 1992, el 39.3% (65,3% en la zona rural)
del total de la población del país es monolingüe guaraní, y 49% (24,5% en la zona
rural) es bilingüe.
Para la mayoría de los actores existe una falta de claridad en el desarrollo del
Programa en cuanto a la selección de las escuelas, a la duración y continuidad de
la educación bilingüe, a los materiales didácticos, al acompañamiento y la
capacitación de los docentes. Esto permite a ciertos analistas a sostener que la
modalidad guaraní hablante no ha podido obtener la necesaria jerarquía dentro del
programa de Educación Escolar Básica.
1º 2º 3º 4º 5º 6º Total
1 doc. 14 107 241 104 47 84 597
2 doc. 11 41 143 143 580 918
3 doc. 2 10 18 36 1332 1398
4 doc. 4 14 548 566
5 doc. 1 8 302 311
6 doc. 1 3 212 216
7 o más 1 587 588
Zona Total
Departamentos urbana Rural
Asunción 31 31
1. Concepción 11 69 80
2. San Pedro 13 150 163
3. Cordillera 6 19 25
4. Guaira 3 20 23
5. Caaguazu 12 123 135
6. Caazapá 6 75 81
7. Itapúa 29 187 216
8. Misiones 8 18 26
9. Paraguarí 9 56 65
10. Alto Paraná 17 76 93
11. Central 35 31 66
12. Ñeembucú 10 35 45
13. Amambay 11 28 39
14. Canindeyú 4 37 41
15. Pte Hayes 8 23 31
16. Boquerón 1 6 7
17. Alto paraguay 5 4 9
TOTAL 219 957 1176
Presupuesto Insuficiente
Mal distribuido
No atiende a la equidad
Maestras/os No capacitados
Bajo número
No actualizados
Desmotivados
Sin incentivos
Estudiantes Carenciados: salud – educación
Pocas experiencias previas
Bajo rendimiento
Deserción – Desgranamiento
Repitencia
Ausencia a las clases
Jornada escolar breve
Mobiliario
Material Didáctico
Familia Analfabeta
Pobreza: renta familiar insuficiente: (NBI)
No acompaña la labor escolar de los hijos/hijas
No participa de la comunidad educativa
Conclusiones:
. Educación indígena
Año
1. Censo
2. Foro de Entidades Privadas Indigenistas
"El resultado del censo hace ver que la casi totalidad de los indígenas hablan una
lengua aborigen, que se supone es la materna y tradicional".
Castellano
tupï-guaraní Paï- Tavyterä 7.5 91.6 0.8
Mbyá 51.1 42.5 1.8
Avá-Guaraní 29.8 67.3 2.7
Guarayo 2.5 79.9 15.2
Ñandeva 6.1 86.5 6.1
Tapiete
Aché-Guayakí 80.5 14.4 5.1
Lengua Maskoy
Sanapaná 71.95 27.45
Guaná 81.48 18.52
Angaité 78.13 21.76
Toba-Maskoy 61.90 35.83
Guaicurú Toba-Qom
Porcentaje de analfabetismo
Familia lingüistica 1981 1992
Tupï-guaraní 76.7 73.42
Zamuco 65.5 62.55
Mataco-Mataguayo 48.4 43.58
Lengua Maskoy 71.7 53.57
Guaicurú 58.5 52.56
1996 1997
Total Oficial Privado Total oficial Privado
Educación 532 338 194 1036
inicial
Hombres 271 176 95 544
Mujeres 261 162 99 492
Educación 9917 6074 3843 10059
escolar
Básica
Hombres 5351 3264 2087 5440
Mujeres 4566 2810 1756 4619
En 1997, había 170 instituciones de educación escolar básica indígena con 720
docentes y 10059 alumnos.
(1)1996
Utilizando los principales indicadores de Educación para Todos se puede ver que
en 1997 la tasa de los niños indígenas que entraron en la escuela primaria con
una experiencia previa era de 23%, existe un fenómeno de extraedad muy
importante, pues solamente 1504 de los 10059 alumnos estaban en su grado en la
edad normal.
Por otro lado, de 100 alumnos que entraron en el primer grado, 21 llegan al quinto
y 14 al sexto grado, y el promedio de alumnos por docente es bajo, de 14%., en un
contexto en el que las comunidades indígenas tienen una tasa de analfabetismo
muy alta 63% y las escuelas indígenas tienen un coeficiente de eficacia muy bajo,
de 28%.
De estos datos hay que rescatar que de los198 docentes en ejercicio en la zona C
durante el año 1999,162 son indígenas y dentro de ellos uno solo tiene su
formación docente.. Si es importante para las escuelas indígenas tener maestros
de la comunidad es importante pensar en un sistema de formación docente
indígena.
Conclusiones.
Si se utilizan los indicadores EPT se encuentra una situación con una tasa de
analfabetismo alta (64%) y un coeficiente de eficacia de 28,1%.
Pero el tema es justamente ver hasta que punto se puede implementar una
propuesta similar para las comunidades indígenas. El movimiento indígena-
indigenista reclamó el derecho para los pueblos indígenas a establecer y controlar
sus sistemas e instituciones docentes impartiendo una educación en sus propios
idiomas y en consonancia con sus métodos culturales de enseñanza y
aprendizaje.
Existen iniciativas, más bien privadas, en este sentido con creación de materiales
didácticos, capacitación de docentes, entre otros, pero falta sistematizar y
coordinar este trabajo.
La lengua Guaraní ante los desafíos como lengua de
enseñanza
Una de las poderosas armas de la conquista española, la religión, fue la que hizo
posible que se comenzase a utilizar la forma escrita del guaraní. Cuando comenzó la
catequización de los indígenas, los misioneros se vieron en la necesidad de hacerla en
la lengua aborigen que era la lengua de uso cotidiano de la nueva sociedad, a la que
dotaron de un importante soporte escrito.
El guaraní, que nutre sus raíces en una pujante fuente de tradición oral, logró salir
fortalecido de los encuentros y desencuentros que le reservaba el contacto con la
lengua castellana, así como de los avatares propios de los largos años de
discriminación de la que fuera objeto como lengua minorizada aunque mayoritaria. En
esas condiciones ella supo adaptar su estructura y responder a las necesidades
comunicativas de sus hablantes, manteniéndose como una lengua viva. De ahí que
nadie objete ya con seriedad en nuestro país la necesidad de una educación bilingüe,
entendida esta como "la planificación de un proceso educativo en el cual se usan como
instrumentos de educación la lengua materna de los educandos y una segunda lengua,
con el fin de que estos se beneficien con el aprendizaje de esa segunda lengua, a la
vez que mantienen y desarrollan su lengua materna".
Es obvio que el componente cultural está implícito en este proceso y sobre todo si nos
remitimos a la lengua que no es solamente el espacio de una comunicación sino una
referencia y una forma cognitivas. Es una forma de insertar significados en la realidad,
una forma de concebirla, de imaginarla y a partir de allí una forma de construcción de
la racionalidad y de la personalidad. La capacidad de reflexionar en una lengua propia
es un elemento indisociable de la construcción de la personalidad. En ese sentido la
promoción de la lengua materna (o de uso predominante, en nuestro contexto) es
fuente de enriquecimiento que garantiza la adquisición y construcción de
conocimientos.
El desafío bilingüe, que para nosotros ya es una realidad en muchos aspectos, sigue
planteándonos, sin embargo, muchas necesidades. Algunas de ellas son más urgentes
que otras, como la necesidad de definir más claramente la Política Lingüística
Paraguaya. Esta necesita ser encarada como un verdadero proyecto de sociedad, es
decir, como una planificación lingüística en términos de objetivos socio-políticos
amplios en los cuales puedan conjugarse la eficacia educativa y la capacidad
profesional, para que todos los ciudadanos sean actores de la integración y no los
sujetos de una simple asimilación.
Entre las tareas más urgentes tenemos la necesidad de trabajar sobre una nueva
normalización de la lengua Guaraní, lo que entraña, especialmente:
No se niega que la posibilidad de una lengua nueva , o por lo menos renovada en gran
parte es posible en el Guaraní , porque cuenta con los recursos adecuados en su propia
estructura. Esta opción, desde luego no está descartada. En la práctica la creación de
palabras nuevas es casi ilimitada en Guaraní. Pero...la pregunta es: ¿Cuál es la
funcionalidad de una lengua totalmente o parcialmente nueva , creada a los efectos de
ser usada en el ámbito escolar exclusivamente, sin mayores posibilidades de ser
reconocida como socialmente útil en otras instancias?. Es posible exigir a los maestros
el aprendizaje memorístico de una centena de palabras nuevas para el desarrollo de
cada una de sus clases. Es posible exigir lo mismo a los estudiantes. Pero... ¿Cuál es el
objetivo de esto? . Si el objetivo es desarrollar todo el potencial lexicológico del
Guaraní, a través de su utilización en la educación, la postura se comprende. Pero si es
a la inversa, es decir, si se busca potenciar la capacidad del educando a través del
instrumento que es la lengua, este paso debe darse en aquella lengua en la cual pueda
comprender y ser comprendido.
Además, los préstamos reaccionan como una unidad propia de la lengua en el aspecto
sonoro, al admitir armonizaciones nasales, vocálicas o glotales y son capaces de
establecer relaciones con los demás vocablos del sistema en función a la polaridad
verbo-nominal, sin ninguna dificultad.
Muchas de las creaciones hechas para llenar los vacíos terminológicos del Guaraní han
dado sus frutos. Son de mucho uso y aceptación. Otros han sufrido el rechazo de sus
hablantes, por ser incomprensibles por sí mismos, por ser calcos de estructuras del
castellano, por ser muy largas o por prestarse a ambigüedades en su interpretación y
uso, entre otras causas más profundas que merecerían otra ponencia solo para
analizar ese fenómeno.
En la actualidad son dos las bases que sustentan este tratamiento dado a la lengua
guaraní para su funcionalidad en la educación: en 1° lugar, ver cómo reaccionan la
lengua misma y los hablantes ante los cambios, considerando la maleabilidad de la
lengua. Este es un proceso abierto, y en el cual todos los hablantes participan desde el
momento en que desplazan una forma y privilegian otra en su comunicación.
En segundo lugar, están unos preceptos generales válidos para todas las lenguas y que
hacen referencia a los principios y características de los términos . Estos son ejes
orientadores a la hora de tomar decisiones, ya sea con la creación neológica a partir de
elementos propios de la lengua o a través de préstamos. Estos principios y
características pueden servir como bases para un trabajo conciente y consensuado
para la modernización terminológica del Guaraní. Los mismos son:
La precisión semántica hace alusión al hecho de que un término debe establecer una
relación unívoca entre significante y significado. Un término, a diferencia del léxico, no
da lugar a interpretaciones diversas según el contexto, pues posee un grado de
precisión mucho más elevado y pertenece a un sistema de conceptos determinado.
Un término, para ser considerado válido y funcional, debe haber pasado por el filtro de
los hablantes nativos especialistas en el área en cuestión en una especie de validación
consensuada que dé cuenta de su grado de aceptabilidad y utilidad, es decir, haber
sido normalizado para el uso específico para el cual se crea.
Las condiciones lingüísticas que debe reunir un neologismo para garantizar una cierta
viabilidad en su implantación (sobre todo con los fines de desplazar un préstamo ya
introducido), son las siguientes:
- 1. Debe denominar un concepto estable, con el cual mantiene una relación unívoca. -
2. Debe ser breve y conciso, aunque en determinados campos se admiten las
formaciones sintagmáticas. - 3. Debe ser lo más transparente posible - 4. Debe poder
constituir las bases de series derivativas - 5. Debe adaptarse al sistema gráfico y
fónico de la lengua.
- 1. Debe ser fruto de una necesidad, es decir debe denominar conceptos nuevos,
evitar variantes concurrentes y desplazar formas inadecuadas. - 2. No debe presentar
connotaciones negativas ni provocar asociaciones inconvenientes. - 3. Debe pertenecer
a un registro formal de especialidad - 4. Debe poder memorizarse sin dificultad
excesiva - 5. No debe contradecir las líneas básicas de la política lingüística
establecida.
No se pretende, desde luego, que la discusión sobre el tema sea asunto cerrado. En
este momento se están analizando las estrategias de acción para lograr consenso
acerca de este tema que despierta álgidas pasiones en nuestro país.
En toda instancia educativa se asumen decisiones con relación a las lenguas y a las
variedades de las mismas que serán utilizadas en los procesos de enseñanza. La opción por
la lengua y por la variedad correspondiente se realiza, generalmente, desde la perspectiva
de la funcionalidad de dicha lengua para transmitir contenidos culturales, valores, hábitos,
desarrollo de capacidades, etc. que corresponden al currículum.
El actual sistema educativo ha optado por la utilización del castellano y del guaraní
atendiendo a la realidad sociolingüística paraguaya. Con relación a la variedad de
castellano y a la variedad de guaraní seleccionados, éstas se refieren a aquellas que son
comprensibles para todos los hablantes de estas lenguas, con miras a la funcionalidad para
los fines pedagógicos.
En ese sentido, con relación al guaraní, se ha de optar por la variedad que favorezca el
aprendizaje y responda con la mayor eficacia posible al conjunto de las necesidades
comunicativas en la vida escolar y sociocultural de los educandos. Esa variedad es conocida
como guaraní paraguayo, entendida como la lengua utilizada mayoritariamente por la
población paraguaya en su comunicación cotidiana y susceptible de adaptarse fácilmente a
las necesidades actuales del lenguaje oral y escrito porque no deshecha sus raíces ni se
cierra a la evolución y a los cambios. La opción por el guaraní paraguayo se realiza, por
sobre todo, para favorecer el aprendizaje significativo y de calidad. Aunque se subentiende
que para el sistema educativo nacional no se podría, desde luego, haber seleccionado el
guaraní mbya o el guaraní boliviano, se hace esta mención especial por cuanto que al
interior de la lengua guaraní del Paraguay existen variedades que los hablantes, desde su
percepción, han caracterizado con diferentes apelativos (Guttandín et al:2001)
Se puede afirmar entonces que el guaraní, como toda lengua, está sujeta, en mayor o
menor medida, a la acción del hablante que la utiliza en un tiempo o en un área geográfica
determinados. Estas acciones se refieren a la permanente adaptación de la lengua a las
necesidades sociales de los hablantes, produciéndose de esa manera un dinamismo
constante en su corpus lingüístico: pérdidas, adaptaciones, adquisición de nuevos rasgos,
etc. Por ejemplo, en el enriquecimiento de vocabulario, el cambio lexicológico afecta no
solo lo conceptual sino a todo el andamiaje estructural de la lengua (fonológico,
morfosintáctico, semántico, pragmático). En resumen: todas las lenguas cambian a través
de los siglos para adaptarse a las nuevas demandas de los usuarios y en este sentido, el
guaraní no es una excepción y no debe serlo; los cambios que sufren las lenguas a través de
los siglos afectan su estructura, pero eso normalmente sucede a instancias de sus hablantes.
El guaraní es una lengua que no tuvo la oportunidad de ser utilizada oficialmente en los
procesos de enseñanza de las áreas del conocimiento científico. Por esta razón no surgió la
necesidad de crear terminologías especializadas, en esta lengua, para cada ciencia. Posee,
sí, un vasto campo lexicológico que permite decir todo en la lengua.
Entendemos aquí que léxico se refiere a la palabra que utilizamos en nuestro lenguaje
corriente y que no precisa de un estudio especializado para su comprensión; término, por su
parte, se refiere a la palabra especializada de cada área del conocimiento, son las
denominaciones de los conceptos desarrollados en las asignaturas académicas. Algunos
ejemplos de términos son: paralelos, ángulos, raíz cuadrada, potenciación, etc.(área de
Matemáticas), fotosíntesis, ecosistema, seres bióticos, etc. (área de Ciencias de la
Naturaleza), paralelos, meridiano, península (área de Geografía), etc.
Es en aspecto concreto que el guaraní necesita contar con términos para enfrentar el
desafío de su inclusión como lengua de enseñanza. Para ello, se plantean básicamente dos
alternativas de solución:
Crear términos a partir de sus propios morfemas (Esta es una técnica natural de
enriquecimiento léxico de cualquier legua, y naturalmente, del guaraní).
Adoptar los términos ya estandarizados para cada área del conocimiento. (El
préstamo es otra técnica a la que comúnmente recurren todas las lenguas para
expresar contenidos culturales que no son propios de la cultura transmitida por la
lengua receptora).
Así también, con la excesiva utilización del calco lexical, se pierde la particularidad de la
estructura discursiva del guaraní.
Sin estas condiciones, los términos creados no tienen suficiente validez técnica.
Debemos mencionar, sin embargo, que estamos en una fase de construcción del
andamiaje que sostendrá la terminología del guaraní para su uso funcional en todos los
ámbitos. Es muy normal y frecuente encontrar, cada día más, nuevos materiales,
publicaciones, fascículos, etc. que plantean creaciones para el vocabulario ‘no tradicional’
del guaraní. Lo que para algunos representa un caos y una confusión, parece constituir,
simplemente, una fase que inevitablemente hemos de atravesar hasta llegar a la
consolidación de la variedad que consideramos funcional y equipada para dar respuesta a
las necesidades comunicativas nuestras como hablantes. Y en este marco, no solo la
proliferación de propuestas de neologismos, sino también variaciones en la escritura. El
guaraní tiene diferentes representaciones ortográficas, lo que no significa, de ninguna
manera que esto sea totalmente malo. Todas las lenguas naturales han pasado su fase de
oscilación en la ortografía; para ello, baste recordar el título de una de las obras más
conocidas del Padre Montoya: “Arte y Bocabulario de la lengua guaraní del Paraguay”,
que refleja la oscilación ortográfica del castellano de la época.
En este punto conviene volver a destacar que el guaraní posee ricas posibilidades
lexicológicas. Lo que no dispone es de términos para nominar conceptos propios de las
ciencias. ¿Qué posturas se han asumido al respecto?. A continuación se detalla el proceso
seguido.
Esta postura ha sido revisada y modificada en el tercer ciclo, a partir de los siguientes
planteamientos surgidos de investigaciones encargadas por el MEC, al Centro Paraguayo de
Estudios Sociológicos (CPES: 1998) y a la Unidad de Investigación y Experimentación
Educacional del Instituto Superior de Educación:
Otra situación que provocó un cambio de postura del MEC con respecto a las creaciones
terminológicas en guaraní fue la siguiente:
Esta postura asumida por el MEC data del año 1997, fue publicada en los programas de
estudio de 3º ciclo en el año 1 998 y aplicada en los materiales educativos publicados a
partir de 1999.
Los textos cuyos contenidos hacen referencia a elementos culturales paraguayos, si estos
utilizan una variedad de guaraní con ausencia o mínima presencia de préstamos y
fabricación autóctona de palabras para el tratamiento de dichos contenidos.
Los textos cuyos contenidos superan los límites de la cultura autóctona, que utilizan el
guaraní como lengua de especialidad, admiten préstamos o fabricaciones autóctonas de
palabras.
Se considera que los textos utilizan un guaraní que despliega sus características
particulares y propias, cuando:
El vocablo creado:
INTEGRADOS:
Las palabras integradas del castellano o de otra lengua al guaraní respetan la normativa
ortográfica de la lengua receptora. Ej.: sáko.
Las palabras integradas del castellano o de otra lengua al guaraní son escritas con los
grafemas de la lengua receptora que representen los sonidos más próximos a los de la
lengua prestataria. Ej.: ovecha.
Las palabras del español escritas con X, CC, XC al ser incorporadas al guaraní, reemplazan
los grafemas señalados por KS. Ej.: eksponénte.
Las palabras del español terminadas en consonante nasal, al ser incorporadas al guaraní
mantienen su consonante final. Las primeras incorporaciones del castellano al guaraní se
realizaban suprimiendo la consonante nasal final y reemplazándola por la vocal próxima
nasalizada. Ese fenómeno ya no es actual, por lo que se procede de otra manera. Ej.:
korasõ (antiguo) – akordeon.
Las palabras del castellano o de otra lengua con sonidos que el guaraní no posee ni puede
representar de forma aproximada, se escriben incorporando dichos sonidos con sus
respectivos grafemas, siempre que sean de uso extendido entre los hablantes. Ej.: odeve.
Las palabras con sílabas inversas, mixtas o compuestas integradas del castellano o de otra
lengua al guaraní respetan la normativa ortográfica de la lengua receptora. Ej.:
demokrásia.
Los elementos integrantes de un complejo terminológico (estructuras terminológicas que
contienen más de un vocablo), en situación de uso independiente e integrados a la
estructura fonomorfosintáctica de la lengua, respetan la normativa ortográfica del
guaraní. Ej.: Universidad Católica (integra un complejo terminológico); pero: umi
ikatólikava... (integrada a la estructura fonológica y morfosintáctica del guaraní).
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m – mb – n – nd – ng – nt – ñ – o – õ – p – r – rr – s – t –
u–ũ–v–y–ỹ–'
sonoro del guaraní. Se hace necesario y urgente aceptar la presencia de estos sonidos en el
Se adapta el préstamo adecuando dicho sonido al más próximo que posee la lengua
Se incorpora dicho sonido al sistema sonoro de la lengua.
Con este último recurso muchas lenguas, a través de los tiempos, han ampliado su
repertorio sonoro. El guaraní no es una excepción. Al plantear el uso funcional del
guaraní y evitar los conflictos de escritura con los préstamos adaptándolos a la grafía del
guaraní, se normaliza una tendencia presente en esta lengua a través de su evolución a lo
largo de los siglos.
Todos los grafemas de la lengua, según las necesidades de uso, pueden tener posición
inicial, intermedia o final, incluido el puso. Ej.: 'áva – hi'áva.
Se grafica la presencia del puso en posición inicial con vocablos que inician con vocal
tónica, que al ser modificados por índices de posesión en la tercera persona, manifiestan
la presencia del puso en el marco del fenómeno denominado armonización glotal. Ej.: 'ára
– hi'ára.
La tilde se utiliza cuando la vocal sobre la que recae la acentuación de la palabra no se
encuentra en posición final. Ej.: opáma.
La marca nasal se utiliza según los requerimientos de la tonalidad nasal siempre que la
vocal nasal forme sílaba con la consonante oral. Ej.: akã.
Los siguientes morfemas se afijan a las palabras nominales:
- Prefijos: índices de posesión, nominalizador de palabras de tendencia verbal. Ej.: ijao
- Sufijos: pluralizantes, temporales, modales, aspectuales, diminutivos. Ej.: ijaokue
Los siguientes morfemas se afijan a las palabras verbales:
- Prefijos: número y persona, voz, forma negativa.
- Sufijos: forma negativa, forma interrogativa (pa), temporales, modales, aspectuales.
El morfema de interrogación piko se escribe en forma separada del lexema nominal o
verbal al que acompaña.
El morfema ramo se escribe siempre unido al lexema nominal o verbal al que acompaña.
Las diferencias en la significación se dan a través de la tonalidad. Ej.: oúramo (condicional),
ouramo (temporal).
Los lexemas verbales y sus modificadores se escriben unidos cuando sus límites están
marcados por la negación discontinua. Ej.: ndouporãi – ndojapohetái.
Las siguientes palabras coordinantes van unidas a las palabras que las rigen: pe (me), gua,
gui, re, 'ỹ, guy.
Las siguientes palabras coordinantes van separadas de las palabras que las rigen: 'ári, rupi,
rehe, gotyo, ndive, rovái, jepe, guive, haĝua, ĝuarâ, rire, aja, peve (meve), jave.