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Con el aprendizaje activo los estudiantes asumen una mayor responsabilidad sobre su
propia educación. Ello resulta especialmente importante en un entorno de enseñanza a
distancia, en que es probable que ni el profesor ni los alumnos se conozcan entre sí.
El papel del profesor en este proceso adquiere una gran relevancia, puesto que es quien
guía a los alumnos en su proceso de búsqueda, quien orienta a cada alumno para el
desarrollo del conocimiento, quien facilita y posibilita diferentes actividades con el
propósito que los alumnos se impliquen y trabajen para obtener ciertos aprendizajes, y
es, también, quien aclara aquellos conocimientos que suponen grandes dificultades a
los alumnos
Debe proponer actividades de aprendizaje cooperativo: partiendo del propio grupo como
motor y constructor del conocimiento. El tipo de actividades estén adecuadas a los
objetivos que el profesor se ha planteado, es por ello que han de ser planificadas en la
programación de la asignatura. Establecer qué actividad de aprendizaje activo será la
más conveniente para conseguir los propósitos planteados para aquella sesión o
asignatura
Las actividades propuestas deben suponer nuevos retos para los estudiantes,
motivarles y activarles, por ello debemos conocer mínimamente qué saben, de dónde
parten y a dónde queremos que lleguen
Para que se genere el aprendizaje activo se requieren técnicas, dichas técnicas deben
tener concordancia con lo que se realiza, las cuales toman el nombre de “TECNICAS
PARTICIPATIVAS”
De hecho sin las técnicas participativas, sería incorrecto decir que se realizó un
aprendizaje activo, puesto que las mismas son instrumentos que se utilizan en
determinados procesos informativos, consultivos, de toma de decisiones, etc. y se
aplican para adquirir conocimientos partiendo siempre de la práctica, es decir de lo que
la gente sabe, de las experiencias vividas y de los sentimientos que muchas situaciones
originan, así como de los problemas y dificultades de nuestro entorno
Además, debe fomentar la participación de todas las personas, estimulando que cada
quien sea responsable de su propio proceso de aprendizaje
¿Cómo utilizarlas?
Para aplicar una técnica participativa debe tenerse siempre muy claro qué
objetivo u objetivos pretendemos alcanzar con ella.
Antes de aplicar una técnica debemos conocerla, saber cuándo y cómo utilizarla
y de qué modo conducirla.
Cuando se trabaja un tema es conveniente utilizar más de una. Es preciso buscar
técnicas que se complementen unas con otras, reorientándolas todas a un
objetivo común y que permitan profundizar en el tema de forma ordenada y
sistemática.
Las técnicas participativas son instrumentos que se utilizan en determinados
procesos informativos, consultivos, de toma de decisiones, etc. y se aplican para
adquirir conocimientos partiendo siempre de la práctica, es decir de lo que la
gente sabe, de las experiencias vividas y de los sentimientos que muchas
situaciones originan, así como de los problemas y dificultades de nuestro
entorno.
Su aplicación permite el desarrollo de la imaginación y la creatividad, por lo que
es bueno que todo el grupo pueda utilizarlas y adaptarlas a nuevas
circunstancias.
Es importante trabajar con grupos pequeños o subgrupos, ya que se facilita la
participación a todas las personas y especialmente a aquellas que tienen
dificultades para manifestarse en grupos grandes.
Es ideal para crear espacios de participación más accesibles.
TÉCNICAS Y DINÁMICAS