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Word
Microsoft Word es un software destinado al procesamiento de textos.
Fue creado por la empresa Microsoft, y actualmente viene integrado en la
suite ofimática Microsoft Office.
Originalmente fue desarrollado por Richard Brodie para el computador de IBM bajo sistema
operativo DOS en 1983. Se crearon versiones posteriores para Apple Macintosh en 1984 y para
Microsoft Windows en 1989, siendo para esta última plataforma las versiones más difundidas
en la actualidad. Ha llegado a ser el procesador de texto más popular del mundo.
Versiones
Versiones para MS-DOS:
1983 Word 1
1985 Word 2
1986 Word 3
1987 Word 4 también conocido como Microsoft Word 4.0 para PC
1989 Word 5
1991 Word 5.1
1993 Word 6.0
Versiones para Microsoft Windows:
1989 Word para Windows 1.0 y 2.x, nombre clave "Opus"
1990 Word para Windows 1.1 y 3.0, nombre clave "Bill the Cat"
1990 Word para Windows 1.1a y 3.1
1991 Word para Windows 2.0, nombre clave "Spaceman Spiff"
1993 Word para Windows 6.0, nombre clave "T3" (renombrada "6" por representar el
mismo producto en DOS o Mac, y también WordPerfect, el principal procesador de texto
competidor de la época)
1995 Word para Windows 95, también conocido como Word 7 (aquí explotó en popularidad,
hasta la actualidad)
1997 Word 97, también conocido como Word 8
1999 Word 2000, también conocido como Word 9
2001 Word 2002, también conocido como Word 10 o Word XP
2003 Word 2003, también conocido como Word 11, pero oficialmente llamado Microsoft
Office Word 2003
2006 Word 2007, también conocido como Word 12, pero oficialmente llamado Microsoft
Office Word 2007
2010 Word 2010, también conocido como Word 14, pero oficialmente llamado Microsoft
Word 2010
Sistemas de propulsión
Los cohetes impulsores funcionan con combustible químico, ya sea sólido o líquido,
mientras que las naves pueden funcionar con motores químicos, nucleares, iónicos o
incluso mediante velas solares. Siendo por el momento la propulsión química la única
con referentes en la realidad práctica, debería suponerse más abundantes los
ejemplos de su uso en la ciencia ficción. Pudo ser así en la ciencia ficción más
temprana, antes de generalizarse el uso de la fisión atómica como fuente de energía.
Cuando la energía atómica se hizo una realidad, la soñadora mente de los escritores
abandonó al viejo cohete como medio de salir de la Tierra.
Aun así se ha convertido en el emblema de toda una época y autores como Ray
Bradbury, en Crónicas marcianas (1950), lo asociaron a su obra de manera casi
indisoluble (si bien es posible que el tremendo calor del verano del cohete no fuera
producido por combustión). Los cohetes químicos tienen una autonomía muy limitada
debido a su enorme gasto de masa propelente y sería poco probable que nos llevasen
mucho más allá de Marte.
De hecho, sin poder desterrar totalmente este tipo de impulsor, la NASA está
evaluando la posibilidad de construir un cañón electromagnético en la falda de una
montaña para auxiliar en el despegue a las lanzaderas espaciales, ahorrando
combustible y disminuyendo los riesgos de accidentes.
En la Luna es una cruel amante, Robert A. Heinlein, ya en 1966, utiliza una catapulta
electromagnética para acelerar carga desde una base lunar a la Tierra y el mismo
mecanismo es usado por Arthur C. Clarke en el relato Maelstrom II, de 1965. Estas
obras, alejadas de la fantasía de las revistas de usar y tirar, pretenden abordar el
tema de la colonización de cuerpos cercanos con cierto rigor científico. Aún hoy la
idea del cañón continua vigente en la forma de catapultas electromagnéticas y la
llamada "propulsión a chorro".
Transbordador Burán
Transbordador Kliper
X-15 suborbital