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AQUÍ VIENE EL NEURÓTICO ( Fritz Peerls, “El enfoque gestáltico.

Testimonios de
terapia”

Para el neurótico el terapeuta puede ser un par de oídos desmembrados, o tal vez un
mago que no tiene más que batir su varita mágica para convertir a la bestia en un
hermoso doncel, o tal vez sospecha que no es más que un fraude y un charlatán, pero en
vista de lo desesperado de su problema, está dispuesto a darle una rápida oportunidad.

Para el neurótico el “autocontrol” es una necesidad existencial y consulta al terapeuta


para encontrar en éste el apoyo ambiental que suplementará a sus propios medios
inadecuados de apoyo, porque siente que sus necesidades psicológicas no están siendo
satisfechas.

Pero el neurótico no viene con las manos vacías. Trae consigo los medios de manipulación,
sus modos de movilizar y usar al ambiente para que haga el trabajo que le corresponde a
él. Todas sus maniobras están dirigidas a minimizar los efectos de su impedimento (no
cuenta con los apoyos internos), en lugar de subsanarlo. Sus medios de manipulación son
múltiples y variados. Puede hablar, muchas veces ahogándonos con sus palabras. Puede
amurrarse y declararse en huelga. Puede prometer y tomar resoluciones. Puede sabotear,
puede escuchar los matices más finos o puede hacerse el sordo. Puede recordar u olvidar,
según lo exija la situación. Puede mentir o ser compulsivamente honesto. Nos puede
conmover hasta las lágrimas con su miseria o puede soportar su destino con orgullo. Nos
puede irritar con sus gritos, herir nuestro orgullo, traernos sus problemas elegantemente
envueltos en su jerga psicológica, esperando que nosotros se la desenvolvamos y le
expliquemos su contenido para su satisfacción.

Más que nada el neurótico manipula con disociaciones y con preguntas. Nos pone a
prueba, quiere ponernos en ridículo y atraparnos en “lo que pasa que Ud. no sabe, no
tiene experiencia”, “tendré que buscar otro profesional”. Todo esto lo hace para
interrumpirse a sí mismo y evitar lo relevante, son las herramientas más importantes para
no enfrentarse con SU PROBLEMA REAL.

Ej. Un sujeto fue criado por una tía severa, porque su madre había muerto en el parto,
que no le dio oportunidad alguna de hacer lo que quería y esto lo obligó a reprimir sus
deseos. Una explicación en la que la tía aparece como villana, no resolverá su problema,
sino que le da al paciente permiso para proyectar (poner afuera), en la tía todas sus
dificultades . En cambio si se ve su infancia como una serie constante de interrupciones,
si el paciente aprende el cómo de sus interrupciones pasadas y presentes, si realmente

llega a vivenciarse interrumpiéndose a sí mismo y siente los modos como lo está haciendo,
podrá conectarse con su verdadero “sí mismo” y comenzar a resolver sus problemas.

Muchas de las dificultades del neurótico se relacionan con su incapacidad de “darse


cuenta”, sus puntos ciegos, las cosas y relaciones que no llega a sentir.

Algunas maneras de interrumpirse: olvidos, disociaciones, preguntas, dolores de cabeza,


muletillas, hábitos nerviosos, fantasías y otras enfermedades psicosomáticas.

La confusión no reconocida es otra de las características de la neurosis y el paciente trata


de repeler sus áreas de confusión, evitándolas.

Cuando el paciente se da cuenta de que está manipulando su ambiente y se da cuenta de


sus técnicas manipulativas, podrá hacer cambios.

La terapia gestáltica exige del paciente que se vivencia a sí mismo lo más posible. Le
pedimos que se de cuenta de sus gestos, de su respiración, de sus emociones, de su voz y
de su expresión facial, tanto como de sus pensamientos más apremiantes.

Cinco preguntas son claves en la terapia del neurótico porque estimulan el autoapoyo

1. ¿Qué estás haciendo?

2. ¿Qué es lo que sientes¡

3. ¿Qué es lo que quieres¨?

4. ¿Qué estás evitando?

5. ¿Qué es lo que esperas?

Muchas veces el neurótico siente que al detener o interrumpir al terapeuta en su tarea,


saboteándolo, le va a hacer sentir vergüenza. De este modo el estaría controlándolo y lo
haría sentir indefenso. En este caso le podemos sugerir que fantasee acerca de su
necesidad de controlar a las personas y allí podrán surgir fantasías bastante descabelladas
de aplastar a las personas para que no lo puedan dañar a él.
A pesar de que el neurótico quiere ser curado, se siente más seguro y mejor vestido con
su neurosis a cuesta que sin ella y teme que una terapia exitosa lo lance al vacío. Prefiere
soportar los males que conoce bien, que una terapia exitosa que lo lance al vacío.

Una pregunta que puede ser formulada por el terapeuta ante la agresión y desvalorización
del paciente es: Para qué te sirve a vos, decirme tal o cuál cosa? O aquién te gustaría
decirle lo que me estás diciendo ahora a mí?

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