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Adicción a las redes sociales:

causas, consecuencias y
soluciones
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Por Instituto de Formación Continua de la UB. Actualizado: 12 julio 2018

Las redes sociales constituyen una nueva forma de


interacción, una nueva puerta que genera distintas
posibilidades en el ámbito de las relaciones personales y
profesionales. Las causas de la popularidad de las redes
sociales se deben a muchos factores, lo que es innegable es
que a día de hoy representa uno de los pilares de la
comunicación.
Sin embargo, en ocasiones, el uso de las redes sociales
comporta un riesgo importante. Así ocurre cuando las
personas reducen su universo al filtro constante de las redes
sociales, desplazando los vínculos presenciales a un segundo
plano. La adicción a las redes sociales forma parte de un
nuevo tipo de patología: las adicciones comportamentales, es
un hecho real que produce mucho sufrimiento a quien lo
padece. Una nueva realidad que requiere de un tratamiento
integral y de nuevas formaciones profesionales como
másteres y postgrados en adicciones comportamentales. Por
esta razón, en Psicología-Online, abordamos las causas,
consecuencias y soluciones de la adicción a las redes
sociales.
También te puede interesar: Causas y consecuencias de
la adicción a las compras
Índice
1. 5 causas de adicción a las redes sociales
2. Consecuencias de la adicción a las redes sociales
3. Soluciones para tratar la adicción a las redes sociales
4. Qué son las adicciones comportamentales
5. Cómo prevenir la adicción a las redes sociales

5 causas de adicción a las redes


sociales
Comenzamos este artículo sobre las causas, consecuencias
y soluciones de la adicción a las redes sociales hablando de
los motivos más habituales que condicionan esta situación.
Las principales causas de la adicción a las redes sociales son
las siguientes:
1. Normalización del uso de las redes sociales. Uno de los
factores que influye en el desarrollo de la dependencia hacia
Instagram, por ejemplo, es la naturalidad con la que tantas
personas comparten fotografías, escriben comentarios e
interactúan con los demás. Una experiencia positiva y
creativa que deja de serlo en el momento en el que la
persona ya no disfruta de ello, sino que siente que su
voluntad queda sometida por la necesidad constante de
interacción.
2. Soledad. Internet es una ventana de relación social para
todos. Sin embargo, quienes viven un periodo de soledad
son más vulnerables ante el riesgo de dependencia porque
observan en este vehículo de comunicación un sustituto de
esos vacíos y carencias emocionales.
3. Alimento del ego. Algunas galerías de imágenes de
Instagram proyectan un universo en el que la vanidad parece
una constante a partir de imágenes protagonizadas por aquel
que muestra sonrisas infinitas y un estilo de vida de ensueño.
Pero, además, este deseo de mostrar una imagen de
perfección también recibe un feedback en forma de “like”. Un
tipo de lenguaje que ofrece una interacción inmediata y
diferente a la de las relaciones presenciales. Es un riesgo
confundir el número de seguidores con el valor de la
autoestima.
4. Falta de límites. La adolescencia es uno de los periodos en
los que los jóvenes son más vulnerables ante la falta de
discernimiento de los posibles riesgos de las redes sociales.
La falta de formación sobre el uso positivo de las redes
sociales puede incrementar la confusión. Esta es una de las
razones por las que los padres tienen también la
responsabilidad de formarse para conocer el potencial de las
redes sociales y la tecnología con el fin de hacer un buen uso
de ella, ya que, además, el propio ejemplo de los padres
también influye en los hijos.
5. Dificultades personales. Distintos factores, por ejemplo,
barreras en el plano de las habilidades sociales pueden
hacer que una persona se sienta aparentemente más
cómoda al relacionarse a través de internet. El riesgo de esto
es que el paciente desarrolla estrés y ansiedad cuando tiene
que afrontar situaciones presenciales que salen fuera de su
zona de confort.

Consecuencias de la adicción a las


redes sociales
 Dificultades para mantener la concentración. Aunque una
persona esté físicamente presente en un lugar, su mente
puede estar en otro totalmente distinto. Quien sufre adicción
a las redes sociales consulta de forma compulsiva cualquier
detalle, dejando en un segundo plano la realidad directa del
día a día.
 Alteración de los hábitos de sueño y descanso. La
tendencia de vivir pegado a una pantalla altera el ritmo de
vida en factores tan esenciales como estos. Por ejemplo, la
costumbre de consultar el teléfono por la noche retrasa la
hora del sueño o interrumpe el descanso nocturno.
 Distorsión de la realidad. La persona se comporta como si
el teléfono móvil fuese una prolongación de su ser tan
importante como una parte de su propio organismo. Por
ejemplo, se produce una pérdida de intimidad. La persona
llega a la conclusión de que un momento es más feliz si lo
comparte con los demás.
 Falta de cuidado de la privacidad. Como consecuencia de
esta pérdida de la esfera de la intimidad, quienes sufren
adicción a Internet pierden el control de aquella información
que comparten de sí mismos, es decir, no se dan cuenta de
la cantidad de datos sobre su propia vida que facilitan a los
demás. Gente que, en muchos casos, ni siquiera conoce en
persona.
 Vacío interior. Las redes sociales están marcadas por la
interacción constante pero, también, por lo efímero de esta
forma de expresión. Una fotografía compartida en Facebook
hace unas semanas es totalmente caduca a día de hoy. Por
esta razón, este exceso de actividad que queda en el plano
de la superficialidad, deja tras de sí una inmensa sensación
de vacío ante la alta demanda emocional de reconocimiento
ajeno.

Soluciones para tratar la adicción a


las redes sociales
El primer paso es tomar conciencia del problema. Ser
sincero con uno mismo para observar esta limitación al
comprender cómo esta adicción está afectando al paciente no
solo en su vida personal sino, también, en el plano académico
o profesional.
Además, es conveniente pedir ayuda psicológica de un
experto especializado en la materia para hacer terapia. El
experto realizará un diagnóstico de la situación inicial para, a
partir de ese momento, concretar un tratamiento
individualizado que eleve la resiliencia del afectado frente a
esos estímulos que generan algún tipo de malestar.

Qué son las adicciones


comportamentales
La adicción a Internet es algo muy frecuente entre los
jóvenes y adultos que se han acostumbrado a usar el medio
online, pero lo hacen de un modo obsesivo. Sin embargo, no
es la única adicción sin substancia que existe, recientemente,
se han empezado a estudiar diversas actitudes relacionadas
con la adicción pero que no comportan el consumo de ningún
tóxico externo, estas conductas son conocidas como
adicciones comportamentales.
Hoy en día, se consideran uno de los trastornos mentales
más abundantes en la sociedad occidental, podemos dividir
estas adicciones según el estímulo que produce la
dependencia:
 Adicción al juego o ludopatía
 Adicción al trabajo
 Adicción al sexo
 Compras compulsivas
 Adicción a la comida
 Adicción a las redes sociales e Internet
Para poder abordar estas conductas, es necesario poder
estudiar su origen, mantenimiento y las diversas formas de
tratarlo. A partir de este propósito, nacen las formaciones
específicas para profesionales de la psicología, cursos y
postgrados en adicciones comportamentales, cuyo objetivo es
arrojar un poco más de luz a este fenómeno de reciente
aparición.

Cómo prevenir la adicción a las redes


sociales
Más allá del tratamiento específico que puede plantearse a
modo de solución, es conveniente tomar medidas de
prevención. ¿Cómo lograrlo?
1. Prioriza siempre tus relaciones y conversaciones
presenciales. Esta es una premisa de referencia para no
hacer de un medio como las redes sociales un fin en sí
mismo.
2. Disfruta de la expansión de la intimidad desde la libertad. Es
decir, cuando disfrutes de un plan, olvídate de fotografiar ese
instante para subirlo a tus redes. Es mejor que observes los
detalles de ese día para guardarlos y sentirlos en la memoria
de tus retinas. ¿Significa eso que no puedes hacer nunca
una fotografía? Significa que debes encontrar el equilibrio de
vivir haciendo fotografías cuando realmente tengan un
sentido.
3. Apaga el teléfono móvil tres horas cada día o déjalo en
otra habitación distinta cuando estés en casa. Es
recomendable que entrenes ideas prácticas y concretas para
disfrutar de las redes sociales con medida. Para ello, también
puedes establecer un horario de uso y concretar un momento
del día en el que las mires por última vez.
4. Recuerda cómo era tu vida antes de la llegada de las redes
sociales. En lo esencial, era exactamente igual que ahora. Si
necesitas recordar aquel tiempo, entonces, disfruta de
películas antiguas que te muestren un estilo de vida anterior
a lo tecnológico.
5. Formación educativa. Es recomendable que en los centros
académicos se programen charlas sobre este tema para
profesores, padres y alumnos. Charlas que traten la adicción
a las redes sociales: causas, consecuencias y soluciones.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online


no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar
un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que
trate tu caso en particular.
Si deseas leer más artículos parecidos a Adicción a las
redes sociales: causas, consecuencias y soluciones, te
recomendamos que entres en nuestra categoría
de Adicciones.
El mundo va cambiando y con la popularización de las redes sociales se
ha identificado una diversidad de nuevas conductas en las sociedades y
sus individuos. En el campo de la salud, se habla de un nuevo género
de “adicciones”. Ejemplo de ello son la adicción a las redes sociales, al
cibersexo o a internet, en general.

De hecho, durante el 2012 se analizaron los tipos de conductas ante el


uso de los recursos en internet con el objetivo de considerar su inclusión
en la quinta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los
Trastornos Mentales. Manual de referencia para psiquiatras y
psicólogos en su práctica clínica. Finalmente, la adicción a internet fue
excluida.

La adicción a las redes sociales es un problema que afecta sobre todo a


nuestros jóvenes como una nueva forma de adicción

Adicciones psicológicas
El término adicción se refiere normalmente al uso excesivo de elementos
químicos e invasivos para el organismo. Así, el consumo en exceso
de alcohol, tabaco u otro tipo de drogas se corresponde con el término
“adicciones químicas”. Pero también existen las adicciones no
químicas o psicológicas asociadas a conductas relacionadas con el
juego, la comida, el sexo o el trabajo entre otras y que son
practicadas de manera atípica.
Cualquier conducta normal placentera es susceptible de convertirse en
un comportamiento psicológicamente adictivo. De hecho, se podrían
hacer usos anormales de una conducta en función de la intensidad, la
frecuencia, el grado de interferencia en las relaciones familiares, sociales
y laborales de las personas implicadas. Además, los componentes
fundamentales de los trastornos adictivos a nivel psicológico se
manifiestan a través de la pérdida de control y la dependencia.
La diferencia principal entre una adicción psicológica y una adicción
a sustancias está en que el tratamiento de esta última implica
abandonar la sustancia, mientras que en las primeras no está implicado
el abandono de la conducta adictiva. La razón es que para curarse de
una adicción psicológica la persona tiene que aprender a controlar sus
impulsos. Moderar las horas que dedica a trabajar si existe adicción al
trabajo, la cantidad de relaciones sexualessi hay adicción al sexo o
controlar las horas que dedica a utilizar la red si la adicción es a internet.
“La adicción es tal vez una enfermedad del espíritu”.
-Osamu Dazai-

La adicción a las redes sociales y su relaciona


con la baja autoestima
Las redes sociales como Twitter o Facebook han cambiado la forma
de relacionarnos y han llegado a influir, en algunos casos, en nuestro
comportamiento. Cada persona utiliza las redes sociales con una
finalidad: difundir su trabajo, dar a conocer su empresa, vender productos
y servicios o contactar con antiguos amigos. De manera que la forma en
cómo son utilizadas repercute en el individuo.

Desde su aparición se han llevado a cabo muchos estudios con el


objetivo de conocer cómo afectan a nuestro comportamiento y a la forma
que tenemos de valorarnos. Los resultados obtenidos han demostrado
que un uso excesivo de redes sociales contribuye por un lado, al
aumento del estrés y la sensación de soledad y por otro, a la
disminución del sentimiento de felicidad.

Incluso, algunos estudios han relacionado la adicción a las redes


sociales como Facebook, Instagram y Twitter con una baja
autoestima. Resultados que se han visto apoyados por la presencia de
sintomatología depresiva y falta de habilidades sociales en ellas. La
razón se encuentra en que ante tantas publicaciones de la vida de los
demás, la persona adicta realiza continuas comparaciones y acaba por
pensar que su vida es aburrida, miserable y vacía. Sin darse cuenta de
que el tiempo que podría estar dedicando a enriquecerla, lo está
malgastando.
Por otro lado, la autoestima también se ve afectada de manera
negativa cuando, para impresionar a los demás, se inventa una vida
que no tiene para recibir más likes o comentarios. Porque a pesar de
experimentar esa intensa pero breve sensación placentera cuando
publica algo, más adelante esto no fortalecerá su propia valoración
personal sino que puede convertirse en una esclava de las opiniones y
los juicios de los demás.
A menudo, las redes sociales funcionan como un escaparate donde
exponer casi exclusivamente todo lo que está relacionado con la
felicidad. Comportamientos que de forma puntual no indican
nada, pero que en exceso ayudan a la creación de un personaje o de
una auténtica máscara. En el fondo, la adicción a las redes sociales
indican una necesidad que no está cubierta. Un vacío que se parchea
con la visita a los perfiles de los demás o la invención de una vida propia.
Ahora bien, las redes sociales no son malas ni peligrosas, sino el
uso que hacemos de ellas. Por eso es muy importante tener en cuenta
hasta qué punto son una prioridad en nuestras vidas. Nunca algo que
tenga que ver con el exterior va a producirnos la felicidad que realmente
queremos y necesitamos, porque esta solo es accesible desde nuestro
interior.
Adicción a las redes sociales: el
abuso de lo virtual
Las nuevas tecnologías traen el riesgo de confundir Internet con las
relaciones cara a cara.
por Alex Ortega Andero

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En Psicología y la salud mental en general, el concepto de adicción está muy


centrado en la dependencia química a sustancias; de hecho, en los principales
manuales diagnósticos el único caso de adicción a algo que no sea una droga que
se menciona es el de la ludopatía, aquella en la que no se puede dejar de jugar a
los juegos de azar.
Sin embargo, fuera del ámbito de lo clínico hay otras concepciones acerca de lo
que se entiende por “adicción”, y estas suelen cambiar más rápidamente que las
categorías más o menos rígidas a las que se llega a través del consenso científico.
Esto se nota especialmente en el ámbito de las nuevas tecnologías, en el que ya se
empieza a hablar acerca de un fenómeno relativamente nuevo: la adicción a las
redes sociales. Y es que la generalización del uso de Internet tiene sus ventajas,
pero también sus riesgos.

 Artículo relacionado: "Adicción: ¿enfermedad o trastorno de aprendizaje?"

¿Qué es la adicción a las redes sociales?


Tal y como su nombre indica, la adicción a las redes sociales es una relación de
dependencia que alguien desarrolla hacia estas plataformas virtuales de
interacción con otros, aunque en realidad hay algo más que esto. Las personas
que se obsesionan con las redes sociales no piensan todo el rato en el placer que
el uso de la red social les hace sentir, sino en lo que se consigue a través de esa
plataforma.

Eso significa que el uso de estos servicios no genera un “pico de placer”, sino
que lo que se gana es más bien el hecho de evitar desaparecer del mapa social.
Normalmente no se busca una recompensa, sino que se trata de prevenir el
perderse eventos, no enterarse de ciertas noticias, etc. Es algo que recuerda al
fenómeno del síndrome FOMO (fear of missing out), con el que esta clase de
adicción está relacionada.

Por otro lado hay que tener en cuenta que la adicción a las redes sociales no es
simplemente la creación de una dependencia al uso de los ordenadores. De
hecho, si algo caracteriza ahora a las redes sociales es que están por todas
partes: tablets, smartphones, PCs y otros ordenadores convencionales…
incluso en redes virtuales a las que se accede a través de videoconsolas.

 Artículo relacionado: "Así es como los "likes" en redes sociales afectan a tu


cerebro"

La aparición de este problema en Internet


Uno de los aspectos más negativos de la adicción a las redes sociales es que hay
muchas personas que pueden caer en ella. El motivo es que estas herramientas no
tienen la mala fama de, por ejemplo, las drogas ilegales, y que el hecho de que
los demás las usen crean más motivos para unirse al fenómeno. Incluso por
motivos profesionales, en muchos sectores es recomendable abrirse un perfil en
Facebook, Twitter, Instagram, etc.

En segundo lugar, como las redes sociales han ido mucho más allá del ordenador,
nos pueden seguir a todos lados desde la tablet o los smartphones, desde los que
pueden invadir periódicamente nuestras vidas a través de vibraciones y sonidos.
En Psicología, esto puede ser entendido como un proceso de aprendizaje que
lleva a un solo resultado: pensar todo el rato en términos de redes sociales, ya que
estas nos recuerdan constantemente que están ahí.

En el caso de los adolescentes, su tendencia la impulsividad y su necesidad de


tener una influencia social amplia y expansiva puede hacer que caigan
rápidamente en esta clase de tendencias. Facebook, por ejemplo, ofrece el valor
añadido de reunir todos los tipos de interacciones sociales en un solo lugar:
publicación de fotografías y selfies, compartir enlaces y contenidos multimedia
como las canciones o los vídeos de humor con los que uno se siente identificado,
publicación de la existencia o no de una relación sentimental, etc.
 Quizás te interese: "Dependencia emocional: la adicción patológica a tu
pareja sentimental"

¿Qué tipo de persona cae en esta obsesión?


Si hace unos años el estereotipo de persona obsesionada con las nuevas
tecnologías era un varón adolescente o joven adulto con un reducido número de
amigos que no se podía desprender del ordenador, actualmente los adictos a las
redes sociales presentan un perfil mucho más heterogéneo al que se han añadido
en masa las mujeres jóvenes y las adolescentes con habilidades sociales
relativamente buenas.

Las redes sociales son entendidas actualmente no ya como una limitación de las
relaciones, sino que han pasado a ser el “escaparate” público por el que hay que
pasar de manera casi obligatoria para ser alguien relevante en una comunidad de
amigos y conocidos, sea grande o pequeña, o para llegar a cosechar fama por
lugares que nunca se visitará.

De este modo, un perfil en Facebook es mucho más que un medio para mantener
el contacto con conocidos: es el ecosistema en el que todo lo relevante en
términos sociales ocurrirá. No en vano, por ejemplo, se ha llegado a crear un
concepto para referirse a que un noviazgo no empieza de verdad hasta que no
aparezca en un estado de Facebook: se habla de relaciones “Facebook official”.
marzo | 5 Comentarios
Adicción a las redes sociales

Es evidente que nuestras vidas han mejorado


gracias a las nuevas tecnologías. Ahora todo es más fácil, rápido e incluso divertido.
El problema se presenta cuando perdemos el equilibrio entre lo virtual y lo real.
Según Enrique Echeburúa y Paz Corral (Adicción a las nuevas tecnologías y a las
redes sociales en jóvenes: un nuevo reto; Adicciones, vol. 22, núm. 2, 2010) existe
un alto porcentaje de adolescente y adultos que, siente un excesivo placer,
ante el uso de nuevas tecnologías y redes sociales. El hecho de enfrentarse
ante una realidad diferente a la que viven y tener en su poder la posibilidad de
crearse una identidad nueva, hace que los índices de adrenalina se disparen frente
al ordenador o teléfono móvil, aunque también puede suceder que simplemente se
utilice para abstraerse de la cotidianidad o como forma de continuar conectado con
los amigos y reafirmar su identidad ante el grupo, en el caso de los adolescentes
principalmente. En el momento en que su uso interfiera en la vida normal de
manera clara, debemos comenzar a preocuparnos. Pero… ¿Cómo podemos
identificar una adicción en este campo? ¿Cómo distinguir un problema de una
simple distracción? Los cambios en el comportamiento que deben preocuparle son
los siguientes:
 Pérdida de control y dependencia excesiva, dedica unos tiempos de conexión
anormalmente altos, pierden la noción del tiempo
 Aislamiento, irritabilidad
 Bajo rendimiento en el trabajo o en la escuela
 Desinterés por otros temas
 Trastornos de la conducta, sedentarismo e incluso obesidad.
 Sentir una euforia y activación excesivas ante el ordenador o teléfono móvil.
 Perder horas de sueño
Las personas con dependencia a las TIC (Tecnologías, información,
comunicación) buscan un alivio inmediato ante el malestar emocional que están
viviendo (aburrimiento, soledad, ira, problemas en la familia o en el trabajo). Es justo
ese placer el que les convierte en adictos a las redes sociales, con las TIC consiguen
evadirse, entonces los problemas desaparecen y la angustia con ellos. Esta
agradable sensación hará que cada vez el abuso sea mayor, y cuanto más grande
sea más aumentará el aislamiento de la persona, la ansiedad, baja autoestima y
pérdida de su capacidad de control.
Consejos para reducir la adicción a las redes
sociales
En el caso de los adolescentes es más fácil crear una estrategia de prevención
(Ramón- Cortés, 2010) ante el peligro de que se convierta en adicto, el adulto
deberá fomentar la relación con otras personas, potenciar otro tipo de aficiones
(lectura, deporte, cine…), limitar el tiempo y uso de aparatos, ubicación de
ordenadores en lugares comunes (evitando el encierro del joven), estimular el
diálogo en la propia familia… Crear una estrategia previa en el caso de los adultos
es bastante complicado, solo funciona si es autoimpuesta, y esto solo sucederá si
el afectado comprende que puede ser víctima de un serio problema.

Cuando Ustedes tengan una sospecha muy clara de estar sufriendo esta nueva
adicción lo más recomendable es acudir al especialista y recibir la terapia
psicológica pertinente. La meta de la abstinencia no es planteable (aunque si será
necesario acudir a ella en las primeras semanas de tratamiento hasta estabilizar al
paciente) en un problema como este, habrá que centranse en el control de la
conducta y será necesario el aprendizaje de respuestas de afrontamiento ante
situaciones de riesgo. Será necesario aprender a tener una conducta controlada
ante los estímulos de riesgo. Para ello el paciente en un principio podrá conectarse
a la red bajo la supervisión de otro, y después a solas, controlando gradualmente
su tiempo de conexión y llevar a cabo una serie de actividades como el de controlar
las veces que entra a ver el correo o a una red social, intentar evitar en la red cuando
no se está conectado, evitar quitarse un minuto de sueño por estar on line…Con
este tipo de actividades lo que se intenta es que el paciente adquiera una mayor
confianza en sí mismo, ahora se verá dueño de su tiempo y pensamientos, el control
de su vida le vuelve a pertenecer. Al suceder esto el peligro de recaer será menos,
y como en todas las adicciones, cuanto mayor tiempo pase más posibilidades de
éxito hay en superar el problema. Un adicto a las TIC, como cualquier otro adicto,
deberá evitar de por vida las situaciones de riesgo, identificarlas y afrontarlas
racionalmente, como ya hemos comentado antes, el objetivo de la terapia en estos
casos, siempre será el reaprendizaje de la conducta de una forma controlada.
Analfabetismo racional y redes sociales no reales
Como conclusión me gustaría comentar que las nuevas tecnologías y redes sociales
son algo verdaderamente maravilloso, no hay nada más bello que
poder comunicarse con otro ser humano que se encuentra a kilómetros de
distancia y de una cultura diferente. El problema es que una excesiva búsqueda de
la comodidad nos invade. Todo se vende congelado, precocinado,
precalentado…usar y tirar, nos hemos convertido en unos vagos redomados,
y claro, cualquier mínimo esfuerzo, nos produce casi una profunda depresión.
El uso excesivo de las redes sociales nos puede conducir hacia
un analfabetismo racional, además de facilitar la construcción de relaciones
sociales no reales.
Si sigue albergando dudas sobre su relación con las TIC, hágase las siguientes
preguntas:

 ¿Cuándo se levanta por las mañanas lo primero que hace es consultar su teléfono móvil?
 ¿Comenta constantemente sus cambios de ánimo en la red?
 ¿Necesita hacer fotos de cualquier evento social al que acude y publicarlo casi
inmediatamente?
 ¿Uno de los requisitos indispensables a la hora de reservar un hotel durante sus vacaciones
es que tenga Wifi?
 Si usa usted el metro ¿Se convierte en una tragedia el hecho de que no haya conexión y el
trayecto se convierte en un viaje insufrible?
 ¿Siente un nerviosismo y enfado creciente cuando, por cualquier motivo ajeno a usted, no
puede conectarse a la red?
 En el caso de tener facebook y twitter… ¿Se siente muy desanimado si no recibe “likes” o
“Retweets”?
 ¿Alguna vez ha preferido su vida virtual a su vida real?
Si ha contestado afirmativa a la mayoría de las preguntas, es posible que usted esté
sufriendo una adicción a las redes. No deje de echar un vistazo a otros artículos
como: FOMO, miedo a estar desconectado, y Whatsapp y ansiedad.
Cuéntenos su experiencia, déjenos sus comentarios y comparta este artículo
con sus contactos.
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¿Eres adicto a las redes


sociales?
¿Sabes que ya existen clínicas de desintoxicación para smartphone-adictos? Estos
son los síntomas de que tu pasión por las redes sociales se está convirtiendo en
un problema serio.
Marie Perod, masqueapple.com

2 minutos de lectura

En los últimos tiempos la adicción a las redes sociales se está convirtiendo en algo cada
vez más común. Olvidarse del móvil llega a producir ansiedad a aquellos que no son
capaces de mantenerse ni un segundo alejados de él. Nadie, hoy en día, sería capaz de
poner en entredicho los beneficios que han traído consigo las nuevas tecnologías, sin
embargo, condicionar nuestra vida a un dispositivo móvil puede llegar a ser
perjudicial para la salud. Incluso se han tenido que abrir clínicas de desintoxicación para
aquellas personas adictas a estos aparatos.
La adicción a las redes sociales, un problema
cada vez más extendido
Omar Páramo/edición: Francisco Medina
4 Min Read
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El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM) —informalmente


llamado “la Biblia de la psiquiatría”—, en su última edición incluye a la ludopatía y la
describe como una adicción sin sustancia. Esto ha hecho que muchos expertos consideren
que si ya se aceptó que el juego de apuestas genera este tipo de dependencia, es preciso
admitir que las redes sociales y el internet pueden dar pie a trastornos parecidos, indicó
Georgina Cárdenas López, académica de la Facultad de Psicología de la UNAM.

Sobre este punto señaló la existencia de estudios —aún sin resultados conclusivos— que
sugieren que usar plataformas como Facebook o Twitter provoca que el cerebro de ciertos
individuos libere dopamina, al igual que lo haría si éstos hubieran ingerido una copa de
alcohol o tuvieran ante sí una mano de póker ganadora.

Esto bastaría para encender focos rojos, pero antes de emitir juicios apresurados es preciso
considerar que las redes sociales, bien empleadas, resultan positivas, pues no sólo son una
herramienta académica invaluable, sino que han hecho que las nuevas generaciones
adquieran una capacidad que antes se creía exclusiva de las mujeres: realizar múltiples
tareas a un mismo tiempo, dijo.

“Tan sólo basta ver a un joven y cómo puede estudiar, escuchar música, redactar un mail,
responder mensajes de celular y atender una conversación, todo a la vez, lo que es muy útil
en la actualidad”.

El problema surge cuando la persona tiende a aislarse, deprimirse, perder autoestima,


estresarse y exhibir torpeza al relacionarse con los demás. Lo paradójico es que muchas
veces los sujetos con estas limitaciones se refugian en un mundo virtual a fin de fingir
normalidad, pues espacios como Facebook permiten alardear de cualidades que quizá no
tenemos y aparentar una vida maravillosa, acotó Cárdenas.

Aunque se ignora cuántos afectados por esta adicción hay en el país, la cifra podría ser alta,
pues según la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la
Información en los Hogares (del INEGI), en 2015 había 62.4 millones de usuarios de
internet en México y el 71.5 por ciento de ellos lo usaba para acceder a redes sociales.

Por esta razón, la investigadora sugirió poner atención a síntomas como dormir menos por
estar frente a una pantalla, descuidar actividades importantes, pensar todo el tiempo en
conectarse, alejarse de las personas o mostrar un rendimiento escolar o laboral deficiente,
pues todos ellos son indicadores de que hay un problema.

Georgina Cárdenas aún no tiene claro si la dependencia a las redes debe describirse como
“sin sustancia” o si es de índole conductual, pero sí está segura de que se trata de una
adicción, “y lo es a tal grado que en Estados Unidos han surgido grupos de apoyo —al
estilo de Alcohólicos Anónimos— a donde acuden individuos preocupados porque el
internet interfiere con su vida y que buscan desintoxicarse”.

El mundo virtual contra el real

En abril de 2012, cuatro investigadores de la Universidad de Bergen (Noruega) publicaron


en la revista Psychological Reports una propuesta para medir la adicción a Facebook —la
Bergen Facebook Addiction Scale— y en dicho texto argumentaban que “la proclividad a
desarrollar dependencia se relaciona con diferencias individuales en cuanto a sensibilidad a
la gratificación y al castigo”.

Para Cárdenas, con dicha frase los europeos pusieron el dedo en un asunto nodal, pues
internet se ha vuelto el paraíso de lo inmediato (donde basta abrir un chat para contactar a
alguien en los antípodas o postear una foto para recibir un aluvión de “likes”) y, por lo
mismo, cada vez hay más millenials frustrados cuando se enfrentan —como se dice en
términos psicológicos— a una demora de recompensa.

“Los jóvenes tienden a ser cada vez más impacientes y ello profundiza la brecha entre el
mundo virtual y el real, pues mientras en el primero todo sucede muy rápido, en el segundo
se requieren años para concluir los estudios o ganarse una promoción laboral; por ello, no
faltan quienes prefieren refugiarse en la web, donde la gratificación es fácil e instantánea”,
señaló.

Actualmente Cárdenas y sus colaboradores desarrollan un protocolo de investigación para


ahondar en el tema, el cual está siendo adaptado para ajustarse a las características de las
nuevas generaciones.

“Aún queda mucho por hacer y hacen falta estadísticas, pero debido a que esto se ha
convertido en un problema serio en muchos países, en pocos años los avances serán
notables”, concluyó.
6 señales de la adicción a redes sociales
La adicción a las redes sociales se presenta con mayor frecuencia en jóvenes/Cortesía:
Photos.com
¿Cuánto tiempo pasas en twitter o en Facebook? La adicción a las redessociales puede
pasar inadvertida por aquellos que disfrutan utilizar este tipo de herramientas. La OMS
señala que una de cada cuatro personas padece trastornos de la conducta relacionados con
este problema.

Por ello, la Universidad de Bergen, en Noruega, ha creado una escala para medir este tipo
de problema y evitar a tiempo el aislamiento social de los afectados que registran pérdida
de control, abandono de sus actividades o síndrome de abstinencia.

De acuerdo con la investigación de la Facultad de Psicología de la Universidad de


Bergen en colaboración con la Bergen Clinics Foundation, se creó una escala donde se
identificaron seis señales que identifican la adicción a las redes sociales, específicamente de
Facebook.

La psicóloga Cecilie Schou Andreassen revela que los rasgos de un adicto a las redes
sociales son muy parecidos a los que padecen alcoholismo y drogadicción.

¡Conócelos!
La Bergen Facebook Adicction Scale se basa en seis criterios básicos para identificar a las
personas que no pueden vivir sin las redes sociales.

1. Pasar mucho tiempo pensando en las redes sociales como Facebook


2. Sentir una necesidad de utilizar la red social en todo momento
3. Utiliza la red social para olvidarse de los problemas personales o laborales
4. Fracaso en el intento de reducir el uso de la red social
5. Sentir inquietud y ansiedad para usar la red social, sobre todo cuando está prohibido
6. Impactos negativos en la vida laboral, estudiantil o personal por utilizar las redes
sociales
La psicóloga asegura que tener por lo menos cuatro características de las anteriores es un
indicador muy claro de que necesitas ayuda para reducir la adicción a las redes sociales.

Además, detalla que la adicción a las redes sociales se presenta con mayor frecuencia en
jóvenes o en personas que son inseguras y ansiosas, sobre todo en mujeres, mientras que la
gente organizada y ambiciosa tiene menos riesgo de padecerla.

Para evitar este problema mantén un control en tu tiempo de navegación en la red y utilízala
sólo en casos necesarios, ya sea para mejorar tus actividades o disfrutar de sólo unos
minutos de ocio, sin exceso. Y tú, ¿cómo optimizas tu tiempo en internet?

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El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista, mas no la
ideología de Salud180.com
Adicción a las redes sociales
por Victoria puerta | May 31, 2018 | Otros trastornos | 0 Comentarios
Adicción a las redes… ¿cuando es un problema?.
Años atrás no éramos capaces de hacernos una idea de la increíble repercusión que tendría internet y su
establecimiento paulatino en nuestra sociedad. Hoy podemos asegurar que los beneficios que nos ofrece
son muchos: buscar trabajo, apuntarnos a formaciones a distancia, ampliar nuestros conocimientos
intelectuales, la comodidad de hacer compras sin tener que moverse del sillón, saber cómo llegar a
direcciones que desconocemos y cómo hacerlo más rápidamente… pero sin duda uno de los ámbitos que
más ha experimentado un crecimiento e importancia exponencial ha sido el de las redes sociales.
Las redes sociales, en su corta existencia de aproximadamente dos décadas, han
conseguido modificar la realidad social. Es un medio que ha facilitado que millones de usuarios nos
pongamos en contacto directo e inmediato sin tener en cuenta la hora, el lugar o cualquier otra cuestión
que podía mediatizar en la comunicación antes de su existencia. Los teléfonos móviles abandonan su
misión tradicional, la de ser un instrumento de comunicación oral, para pasar a contar con una amplia
funcionalidad, con diversas aplicaciones de comunicación además de la conversación convencional.
¿Sabías que…?
Para que nos hagamos una idea de hasta dónde se extiende el uso de las redes sociales en la
comunicación hemos extraído algunos datos del informe que presentaron We Are Social y Hootsuite con
la colaboración de otras organizaciones acerca del panorama global digital en el 2017:
 De los aproximadamente 7.500 millones de personas que poblamos la Tierra, 3.700 millones son
usuarios de Internet.
 Más de la mitad del tráfico web mundial proviene de teléfonos móviles inteligentes o smartphone.
 El uso de las redes sociales en general creció un 47% a lo largo del 2016, y las redes sociales móviles
aumentaron un 44%. Para que nos hagamos una idea de la magnitud de este crecimiento de redes
sociales a través de los smartphone: se estima que ese año se incorporaban 18 usuarios nuevos cada
segundo.
 Casi 2.800 millones de personas en todo el mundo utiliza las redes sociales al menos una vez al
mes, y más del 91% lo hace a través de dispositivos móviles.
 De entre una treintena de países registrados, entre los que está España, los datos muestran que el usuario
promedio de medios sociales pasa 2 horas y 19 minutosusando este tipo de plataformas cada día.
 Más de mil millones de personas usa Facebook, que es la red social más utilizada de todas, y más de
la mitad de sus usuarios usan su servicio diariamente.
 Por debajo de Facebook (y Whatsapp, que es de la misma compañía) están Youtube, la plataforma de
mensajería instantánea china WeChat, Instagram, Twitter, Skype, Snapchat, Pinterest, y por último
LinkedIn que, a pesar de estar en los últimos puestos del ranking, cuenta con más de 530 millones de
perfiles de usuarios.
Como vemos, el uso que se le da actualmente a las redes sociales cumple una importante función social.
Millones de personas invierten horas diariamente para estar al día de lo que se mueve por las redes
sociales, un comportamiento que para muchos se ha vuelto un hábito y para otros tantos una forma de
vida.
 Facebook
 Twitter
 Gmail
Las redes sociales gustan… y lo saben
Las empresas responsables de este tipo de plataformas saben que para mucha gente ya se está
configurando como un estilo de vida, algo de lo que obtienen jugosos beneficios económicos, así que
para seguir engordando sus cuentas y su negocio utilizan técnicas básicas para favorecer el uso y
consumo que se le dé, lo que puede propiciar la adicción a las redes:
 Si se utilizan poco o nada (pero eres usuario), en el móvil seguro que habrás recibido alguna alerta,
correo o notificación, llamándote la atención sobre alguien que podrías conocer, novedades o algún
contenido que quizás te guste. El objetivo es atraer continuamente tu atención, no se limitan a confiar
en que vayamos a acudir a ellos en nuestros momentos de inactividad.
 Si eres usuario, ten en cuenta que se utilizan recompensas como los “me gusta”, recordatorios o
vídeos resúmen de tu actividad que sirven como instrumentos de reciprocidad social, así como
opciones para que selecciones tus objetivos de uso o juegos para generar retos en los usuarios, o crear
marcadores de fidelidad en los que se muestre cuántos días seguidos nos hemos conectado a la app para
generar competiciones y récords. En definitiva, maneras de que sigamos haciendo uso de la plataforma y
aumentemos nuestra actividad.
¿Cuándo algo satisfactorio se convierte en un problema?
Para la mayoría de nosotros resulta muy gratificante poder conocer y darse a conocer a los demás a
través de fotos, videos, comentando vivencias, dando opiniones… mantener la comunicación con un
amigo o familiar que está lejos nunca fue tan fácil. Y como resulta tan sencillo, el uso que invita a
hacer de ello y que muchos de los usuarios terminan dándole a este tipo de plataformas es el de pasar
horas y horas delante de la pantalla, sin intromisiones, sin necesidad de tener contacto real con sus
interlocutores, ya sea con una relación más íntima, conocidos o incluso desconocidos; un uso
cómodo a la medida de cada uno de nosotros.
Muchas de las fronteras entre un comportamiento normal y una adicción a las redes, están aún por
determinar, sobre todo cuando hacemos referencia a las adicciones comportamentales o psicológicas;
pese a ello, podemos sospechar que nos encontramos ante un más que posible comportamiento adictivo
cuando en vez de uso hacemos un abuso de las plataformas sociales, ya sea por cantidad de tiempo
invertido como por frecuencia de uso elevados. Cuando esta actividad se convierte en la más
importante en la vida de la persona, domina sus pensamientos, sentimientos y conductas,
estaríamos hablando de una adicción a las redes sociales.
La paradoja que sustenta este proceso es que cuanto más activa se muestra una persona en las redes
sociales, más probabilidad tiene de potenciar nuevas oportunidades personales, laborales o académicas,
algo que a la par genera el riesgo de sentir una adicción a las redes, de un deseo incontrolable de
conectarse y revisar, actualizar y publicar. El utilizarlas con frecuencia y ser activo hace que tenga
más oportunidad de “ser visto” por los otros, y cuanto más me comenten, publiquen o les guste
virtualmente a los demás, más me agradará y más me esforzaré en que así siga siendo. La inmediatez en
el refuerzo, es lo que las hace potencialmente adictivas.
Conclusión: en un abrir y cerrar de ojos y sin ser conscientes de ello podemos estar manteniendo estos
dos procesos que se retroalimentan, y que a priori nos pueden parecer gratificantes, pero que a la larga
requieren que desplacemos nuestro tiempo dedicado a otro tipo de actividades para prestar atención a las
pantallas de móviles, tablets u ordenadores, así como esforzarnos por ser creativos o atractivos para
generar interés en la comunidad interactiva.

 Facebook
 Twitter
 Gmail
Riesgos de tener una adicción a las redes sociales
Los grupos más vulnerables a generar este tipo de adicción son los adolescentes y los jóvenes por el uso
masivo que prácticamente hacen de las redes, pero a través de esta herramienta, por lo sencillo e
inmediato que resulta, cualquiera puede ser susceptible de desear buscar compulsivamente sentirse
gratificado por encima de otros aspectos.
El deseo incontrolable de estar conectado permanentemente para ver qué se cuece, es un
comportamiento de adicción a las redes que muchas veces se realiza y mantiene por el afán de la persona
a no sentirse excluido si no participa en los acontecimientos del entorno, por la creencia de que si no
estuviese conectado a este tipo de plataformas no estará integrado en el mundo de los demás y corre el
riesgo de “dejar de existir” para los otros.
El uso globalizado de estas formas de comunicación está cambiando nuestra experiencia directa con el
mundo, pero si invertimos un tiempo abusivo, como consecuencia de la adicción a las redes sociales con
el fin de sentirnos reconfortados navegando, en la adicción a las redes sociales corremos riesgos:
 Cambia la forma de entender las relaciones: el mayor atractivo que encuentran los jóvenes con las
redes sociales virtuales es que satisfacen plenamente sus necesidades de comunicación, sin esfuerzo, de
una forma divertida y con la máxima inmediatez. Y es que normalmente se establecen relaciones
menos íntimas, dejando ver únicamente lo que deseamos que vean de nosotros, en donde es muy
fácil falsear datos y caer en comparativas, sobrevaloraciones y exigencias.

 La adicción a las redes sociales cambia la manera en la que entendemos el proceso característico
de la comunicación: Digamos que nos relacionamos desde un lugar seguro, por lo que una
interacción cara a cara puede convertirse en algo realmente complicado y temido para una persona
que socializa únicamente de forma virtual. Las estrategias que utilizamos para expresarnos y contar algo
de nosotros in situ dependen más del lenguaje no-verbal (ausente en las redes) y las habilidades sociales
que hayamos entrenado a lo largo de nuestra vida; a su vez, las intervenciones de los demás nos pueden
parecer mucho más invasivas que en el mundo virtual en donde podemos comunicarnos a los ritmos que
deseemos.

 La adicción a las redes sociales aumenta la vulnerabilidad: pese a que cara a cara nos podemos sentir
más expuestos, lo cierto es que el exceso de confianza a través de estas plataformas es una de las
facetas más representativas de los preadolescentes y adolescentes. Con cada click estamos mostrando a
todos y cada uno de nuestros contactos (conocidos o desconocidos) información de nosotros y, poco a
poco, podemos llegar a tener registrado más de lo que estaríamos dispuestos a compartir en una relación
al uso. Además, en esta misma línea, encontramos perfiles falsos y el problema del cyberbulling, en
donde los acosadores pueden acceder más fácilmente y en cualquier momento a nuestro espacio, y hacer
público y permanente cualquier tipo de intervención.

 Falsa percepción de bienestar: si la dependencia es muy intensa, la persona puede llegar a sentirse
desestresado o tranquilizado por el escape que le supone el uso de redes sociales, olvidándose
completamente de todos los problemas que le rodean, inexistentes en el mundo virtual. Una sensación de
bienestar que, a medida que pase el tiempo, únicamente encontrará aumentando el tiempo de conexión
(apareciendo un efecto de tolerancia, como el que se genera con el abuso de cualquier sustancia),
dejando de lado sus actividades y obligaciones para atender las necesidades que les generan las redes
sociales.

 Cambios de humor bruscos: contrariamente al bienestar por su uso, nos encontramos con sentimientos
de incomodidad o estado físico, psicológico y social desagradable cuando la actividad se reduce de
forma súbita. La abstinencia en estos casos se traduce a no poder acceder a las redes porque se haya
estropeado, perdido o robado el medio electrónico que usábamos para conectarnos, ir a lugares en los
que no haya wi-fi o posibilidad de acceder a Internet, etc. será en esos casos cuando la persona se
encuentre inquieta, irritable y de mal humor por no poder acceder a la herramienta que le distrae,
llegando a sentirse perdida, sin saber cómo invertir su tiempo y rechazando disfrutar de otras alternativas
por no parecerle tan atractivas.

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