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Manierismo, barroco y otros modos de la cultura criolla de NUÑEZ

EL ORDEN COLONIAL

España descubre el continente desconocido y en poco tiempo ella y Portugal conquistan y colonizan
la América que hoy llamamos latina.

Hay, en un primer momento, una decapitación de la cultura indígena. Cita a Ureña el autor y dice:
“la conquista hizo desaparecer sus formas superiores: religión, astronomía, artes plásticas, poesía,
escritura, enseñanza”. En la guerra de la conquista (de México) la destrucción de la gran pirámide
de México para dejar el espacio de la futura catedral, la esclavización de los indios mediante la
encomienda y otras formas jurídicas de trabajo forzado. La invasión de las enfermedades europeas,
el comienzo de una nueva organización.

Dos rasgos son básicos (para el juicio del autor) para que podamos entender la grandeza e
importancia del posterior período que llamamos barroco. Primero, que lo que Ureña llama
decapitación es literalmente eso: la pérdida de la cultura más compleja, de los conocimientos
acumulados a lo largo de siglos.

Los sobrevivientes a los primeros años del choque brutal de la sociedad hispánica contra las
civilizaciones indígenas vivieron una situación de gran conflicto cultural: de resistencia contra los
nuevos valores, de parcial adaptación a ellos para poder sobrevivir, de perdida de la base vital y
psicológica que da una cosmovisión coherente y operante que corresponde a un orden de la
naturaleza y de la sociedad: una cultura.

Es sin duda muy difícil de comprender el tipo de anomia que poseyeron los pueblos indígenas
agredidos, destruidos, esclavizados y desprovistos, en muy pocos años, de su propio, íntimo y
entrañable conocimiento y sentido de vida.

Pero España organizó un orden económico, político y social, cultural y religioso. Orden al cual
necesariamente se va adhiriendo el indígena. Se trata de un complejo proceso dialéctico de
enfrentamientos, de mutua fascinación, de recíproca y necesaria aculturación.

El catolicismo

España y Portugal trasplantan, imponen y estructuran un nuevo orden, una nueva cultura. La
religión tuvo un rol fundamental en la imposición de dicho orden: gracias a la religión, el orden
colonial no es una mera superponían de nuevas formas históricas, sino un organismo viviente. Con
la llave del bautismo el catolicismo abre las puertas de la sociedad y la convierte en un orden
universal.

La huida de los dioses y la muerte de los jefes habían dejado al indígena en una sociedad tan
completa como difícil de imaginar para un hombre moderno. El catolicismo le hace reanudar sus
lazos con el mundo y el trasmundo.

La evangelización como proyecto ideológico central servía de justificación a la conquista.


Terminada la primera etapa de destrucción y enfrentamiento, coincidió con una necesidad profunda
de las sociedades indígenas, huérfanas de una explicación religiosa del mundo, y en especial de una
teología de la historia reciente que les era absolutamente imprescindible.

Encontramos, sin embargo, una sociedad atravesada por el conflicto: problemas y enfrentamientos
de clase, de dirigentes, raciales y culturales.

CRONOLOGÍA CULTURAL

La división cronológica que propone Manrique tiene gran interés para el autor, por un lado porque
alude a las diferentes etapas de la creación artística, y por el otro porque lo hace incorporando
categoría que sí es bastante reciente en la reflexión acerca de lo que pueda iluminarnos para
comprender mejor nuestro arte y nuestra producción cultural: el manierismo.

La cronología propuesta de base en tres partes:

a) Primer proyecto de vida novohispana: hasta 1559, la principal expresión arquitectónica son
los conventos evangelizadores. Es la época de la conquista armada, la evangelización, las
acciones épicas, los intentos de teocracia monástica, la encomienda.
b) Período de incertidumbre: de nacimiento del criollismo, de arte manierista. Va desde 1559 a
1640.
c) Segundo proyecto de vida novohispana, formulado por los criollos, con las ciudades como
centros de la vida colonial, el barroco como estilo caracterizador. Desde mediados del siglo
XVII hasta el final de la colonia.

MANIERISMO Y BARROCO

El autor habla sobre la diferenciación entre estos estilos y afirma que se puede observar una
desemejanza fundamental entre un arte afectado, refinado, producto de lujo y sofisticación dirigido
a una elite y un arte complejo pero emocional, directo y de posible y hasta fácil compresión
popular. El manierismo es esencialmente formalista, irrealista, irracional, intelectual, difícil,
complicado y sofisticado, mientras que el enfoque de la Contrarreforma (barroco) es racional y
realista, su inclinación artística está gobernada por los instintos y sentimientos, sus afirmaciones son
intelectualmente equilibradas, buscando simplicidad, claridad y facilidad de comprensión.

El manierismo, que termina en Europa hacia 1560/70 comienza en América para esa fecha. Esta
demora indica, entre otras cosas, copia- Copia que será insegura y con falta de técnicas
imprescindibles en el caso de la arquitectura, exigiendo así soluciones propias. Pero que no dejan de
ser espejos, copias.

Los esclavos negros

Todo este proceso, y como resultado, la adopción de un nuevo idioma fue un proceso que también
vivieron los esclavos negros. Estos también adquirían, en el español y portugués, en el catolicismo
que infiltraran con sus creencias originales, su nueva forma de expresión.

Lengua, religión, formas artísticas se van constituyendo, muy rápidamente, de idiomas extranjeros e
impuestos en idiomas necesarios y propios. Hay una apropiación, un despojo que los vencidos
hacen de la cultura de los vencedores, intentados utilizarla ahora para sus propios intereses.
Para los mayas del XVIII, una vez que han podido apropiarse de la valoración teológica católica, el
Anticristo son los muy cristianos, ellos establecen una diferencia entre los cristianos –los indios ya
lo eran- y los “muy cristianos”, los blancos, los españoles. Existía una mezcla de a las nuevas y
viejas creencias, no podía ser de otro modo ya que el catolicismo fue impuesto.

La única posibilidad que tendrán los latinoamericanos es la de apropiarse de la culta española, ser
moldeados por ella, y usarla a su vez como lenguaje y canal. El mestizo ejemplifica y simboliza la
combinación inevitable y necesaria, y de allí la fascinación que ejercerá en la historia de nuestro
pensamiento la teoría del mestizaje como modelo de explicación de la cultura latinoamericana.

La modelación, la entrañable modelación de América que operó España a lo largo de los siglos de la
colonia, nos explicará que sean el manierismo y principalmente el barroco, los estilos de la
América colonial. Ellos serán los lenguajes de la expresión artística americana.

La homogeneidad del barroco no será tan intensa, auqneu en sus contradicciones podremos observar
mejor el conflicto de una sociedad que formulará la independencia a pocos años de comenzar el
siglo XIX.

El barroco americano tiene su propia estructura, y de alguna manera su propia tradición.

LAS LITERATURAS MANIERISTA Y BARROCA

La literatura colonial fue cosa de elite. La actividad intelectual de la elite ilustrada era intensa. El
intercambio universitario era también intenso: Nueva España tenía universidades en ciudad de
México, Guadalajara, Mérida y Guatemala, Perú en Lima, Huamanga y dos en Cuzco.

Encontramos una elite intelectual activa y creativa, que formaba parte del mundo rico y ostentativo,
de vida lujosa y mundana de aquellas poderosas sociedades coloniales.

La literatura fue cosa de especialistas. Aun así cabe la distinción estructural entre obras manieristas
y obras que representan, en su profundidad y hasta dramatismo, las contradicciones coloniales. Arte
de elite, intelectual y sofisticado el primero, arte barroco el segundo.

Literatura oral

Por otro lado, la literatura popular, trasmitida oralmente, habrá de adquirir rápidamente una
importancia muy grande, y servirá de base a los cancioneros políticos del XIX. Paralelamente la lit.
escrita vive una literatura oral, tradicional, que pude tener un remoto origen culto, pero que se va
transformando al vivir en la comunidad que la conserva y transmite. Esta lit. oral tendrá una
profunda difusión.

Nuñez cita a Menéndez y dice: “Seguramente en la memoria de cada capitán, de cada soldado raso,
de cada negociante, iba algo del entonces popularísimo romancero español, que como recuerdo de
la infancia reverdenceria a menuda para endulzar el sentimiento de soledad de la patria, para
distraer el aburrimiento de los inacabables viajes o el temor de las aventuras con que brindaba el
desconocido mundo que pisaban”.
Hay entonces una literatura oral que es compartida por todos los estratos sociales ibéricos, y que,
sirve especialmente de modo expresivo para los sectores populares. Es una literatura “popular” de
los conquistadores que ira penetrando ampliamente en los siglos XVI y XVII, y que será parte de la
cultura criolla campesina. Porque será en las zonas rurales donde ese cancionero tradicional habrá
de arraigarse y conservarse. Sin embargo, la conservación no es pasiva, pura memoria, sino activa,
reelaboradora, aun cuando mantenga siempre el núcleo que hace posible identificar el original. Esta
cultura, forma parte de la época que llamamos barroco.

El autor afirma que grandes núcleos de población nativa quedaron fuera del alcance de la nueva
cultura, unos porque se oponían a ello violentamente, otros porque vivían en zonas donde resultaba
difícil penetrar.

Menciona también que se hace necesaria una clasificación de la cultura desde fines del siglo XVI
hasta fines del siglo XVIII. Ureña la llama “cultura colonial”, Salas lo relaciona en un sentido más
amplio llamándola “El barroco de Indias”. Nuñez propone las de “cultura criolla”, lo llama a: a) la
cultura ibérica ya enraizada y por ello modificada en América; b) la cultura indígena vehiculizada
ya con modos ibéricos y c) la cultura de mezcla en sus diversos matices.

Una de sus características principales es ser una cultura de conflicto. Es la cultura del barroco de las
contradicciones, del nuevo orden ya afianzado pero que se siente amenazado, y que no ha sido
capaz de solucionar gravísimos problemas del mundo indígena. Es la época en que se extienden y
afianza la cultura del romancero, las coplas, villancicos y diversos cantares, que también denuncian
el conflicto social a través de la reiterada preocupación por el tema de la justicia.

APORTE NEGRO AL BARROCO AMERICANO

El autor mencionan a Lezama Lima y señala que éste ve en el barroco un estilo fundador, y así lo
expresa: “El primer americano que va surgiendo dominador de sus caudales es nuestro señor
barroco” Ve en éste un verdadero estilo de integración continental, el barroco fue un arte de
“contraconquista”. Representa un triunfo de la ciudad y un americano allí instalado con fruición y
estilo normal de vida y muerte.

Cultura de integración de partes autónomas y hasta de contrarios, el barroco permite y vehiculiza la


síntesis que constituye un objetivo americano. El arte abre así caminos que la sociedad toda habrá
de recorrer. EL barroco anticipa y sirve de base a los ideales de independencia y a las propuestas de
integración social que habrán de proporcionar San Martín y Bolívar.

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