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Organización Ardila Lülle.

Historia.

Dicen que segundas partes no son buenas. Pero, a juzgar por la estrategia, el monto de las
inversiones y los nuevos aliados, la reincidencia de la Organización Ardila Lülle (OAL) en el
negocio de la cerveza resulta muy prometedora.

Este conglomerado anunció a finales de 2014 su regreso al negocio cervecero de la mano


de un socio inversionista chileno para construir una moderna planta en Sesquilé, donde
fabricará la marca Heineken. Con una inversión superior a US$1.000 millones, planean
instalar un clúster industrial que incluye una moderna planta para producir gaseosas,
etiquetas, envases y tapas, entre otros.

Este anuncio recordó la apuesta que en 1994 hizo el fundador de la OAL, el industrial
santandereano Carlos Ardila Lülle, al construir la planta de producción de cerveza más
moderna del país –que comenzó a operar en 1995–, con un costo cercano a los US$600
millones. Esa fue una ‘declaración de guerra’ para su principal rival de negocios, Julio Mario
Santo Domingo, entonces el hombre más rico del país y dueño de Bavaria.

Pero el éxito inicial del que gozó la cervecera se vio opacado unos años después por la
profunda crisis económica de finales de los 90 y las dificultades para refinanciar las enormes
deudas. Al final, Cervecería Leona quedó en manos de su rival, Santo Domingo, y tras una
venta concertada en 2000, la Organización pudo sanear sus finanzas y resurgir con más
fuerza.

Este episodio muestra el talante emprendedor de Ardila Lülle, quien desde finales de la
década de los 60 había hecho una exitosa carrera, primero, convirtiendo un pequeño
negocio familiar –Gaseosas Lux, en el que tenía participación accionaria su suegro– en una
exitosa compañía de bebidas azucaradas y, posteriormente, quedándose con la mayoría
accionaria de Postobón.

Los 70 fueron una época dorada para la Organización.

Los buenos réditos en el negocio de las gaseosas le permitieron a Ardila Lülle incursionar en
negocios de integración vertical en bebidas: compró o fundó ingenios –Incauca y
Providencia–, fábricas de envases –Peldar, en asocio con la estadounidense Owen Illinois–
y hasta una empresa de tapas –Tapas La Libertad–.

El creciente flujo de efectivo le permitió expandirse al negocio de los medios y en 1972


comenzó a comprar emisoras que se convertirían en Radio Cadena Nacional, RCN. También
se quedó con el control accionario de Coltejer y creó una programadora de televisión que
dos décadas después se convirtió en el Canal RCN.
En los 90 aprovechó la apertura económica para iniciar una ambiciosa expansión. Incursionó
en una planta de envases de aluminio con la estadounidense Crown Cork and Seal;
fortaleció su posición en el negocio automotriz con el concesionario Los Coches, y compró
el equipo de fútbol Atlético Nacional.

Durante la primera década de este siglo, y tras una profunda reestructuración financiera en
las empresas de la OAL, el foco se dirigió a los negocios agroindustriales, que tenían una
gran oportunidad con la decisión del gobierno de mejorar la calidad de los combustibles e
incorporar mezclas de alcohol. Con dos ingenios propios –Incauca y Providencia– y uno en
el que tiene participación mayoritaria –Ingenio Risaralda–, la OAL creó plantas de etanol,
que generan importantes ingresos para el grupo.

Con más de una docena de empresas en bebidas, medios, industria, agroindustria,


automotores y deportes, las ventas de la Organización superaron en 2015 los $6
billones. Solo Postobón hizo cerca de la mitad de los ingresos, pues sus ventas consolidadas
alcanzaron los $2,7 billones, y mantuvo su participación cercana a 50% del mercado de
gaseosas en el país.

La nueva apuesta cervecera bajo la sombrilla de Heineken, de la mano de un socio chileno,


avanza a pasos agigantados. Todo apunta a que la planta podría entrar en operación a
finales de 2017 o comienzos de 2018, lo que aviva las expectativas de crecimiento de la
Organización.

Esto llevó a que la revista Forbes incluyera de nuevo a Carlos Ardila Lülle entre los hombres
más ricos del mundo: este año aparece en el puesto 1.121, con una fortuna de US$1.950
millones. Pero, además, pone el foco de nuevo sobre uno de los grupos económicos más
poderosos del país.

Dueño: Carlos Ardila Lülle.


Mercado.

Productos.

 MEDIOS
 BEBIDAS
 AGROINDUSTRIA
 PARTNER
 AUTOMOTRIZ
 DEPORTES
 OTROS
Creación:
Carlos Ardila Lulle dio el primer paso hacia su inmensa fortuna la mañana de 1953, cuando un
judío, vendedor de frasquitos de esencias concentradas, lo visitó en su improvisado laboratorio
químico en un segundo piso de Cali, que antes había albergado un cafetín de mala muerte.
Meses antes había entrado a trabajar en la fábrica de gaseosas Lux, empresa en la cual su suegro
tenía algunas acciones. Allí se desempeñaba simultáneamente como Gerente de ventas, gerente
financiero y de mercadeo. Entre los frascos que el vendedor le dejara aquella mañana, a él le llamó
la atención uno rotulado "Esencia de manzana". Se preguntó por qué en ninguna parte del mundo
habría una gaseosa hecha de esta fruta y decidió experimentar con la esencia. Fueron noches
enteras de hacer toda suerte de mezclas en su licuadora doméstica, buscando Un color y un sabor
que lo convencieran hasta que dio con el líquido rosado y dulzón que hoy todos los colombianos
conocen con el nombre de Manzana Postobón. El primer sorprendido fue él cuando, a las pocas
semanas, su creación superaba en ventas todas las líneas tradicionales de la empresa. Aunque él
todavía no lo supiera, a partir de ese momento habían empezado a cumplirse las predicciones que
su mamá hacía en las visitas, según las cuales su hijo sería uno de los hombres más importantes de
Colombia
Salvo el entusiasmo de la mamá, nada en sus orígenes ni en sus circunstancias permitía prever el
cumplimiento de este pronóstico. Descendiente de emigrantes alemanes por parte de madre y de
comuneros santandereanos por parte de padre, sus primeros años transcurrieron en un discreto
ambiente de clase media bumanguesa. Después de destacarse como el mejor estudiante en el
colegio de jesuitas de su ciudad y en la Escuela de Minas de Medellín, Ardila se casó a los 20 años
con una antioqueña, María Eugenia Gaviria, cuyo padre lo vinculó al negocio de las gaseosas.
Durante los diez años siguientes, su mundo sería la empresa de gaseosas Lux, a la cual se
entregaría con la dedicación casi fanática con que emprende todas sus actividades. Lux, sin
embargo, era una empresa mínima comparada con el gigante de las gaseosas de la época que era
Postobón. En 1968, Ardila concibió una idea que para una mente menos audaz hubiera sido un
despropósito; hacer que su pequeña empresa, mediante hábiles maniobras financieras, se
adueñara de Postobón.
David pasaba a controlar a Goliat conformando así la base de lo que posteriormente sería el
imperio económico más rentable de Colombia. Este fue creciendo rápidamente, ramificándose
hacia todas las industrias afines a las gaseosas. Ardila descubrió que la clave era la integración.
En 1970 compró Peldar, para autoabastecerse de vidrio para las botellas.
Después vendrían las tapas, a través de "Tapas La Libertad". Seguiría la distribución, con una flota
de camiones que hoy pasa de 3 mil. El último paso sería el azúcar a través de una negociación de
los ingenios Manuelita y Cauca con la familia Eder, que habría de terminar en una participación en
dos empresas independientes: Manuelita para los Eder y Cauca para Ardila.
Cauca es hoy el cuarto ingenio más grande de Latinoamérica.
En 1978, lo que algunos consideran un exceso de ambición lo llevó a adquirir en forma sorpresiva
el control de Coltejer. Inicialmente el negocio pareció brillante, pero al poco tiempo se tornó
evidente que, por una vez, su toque mágico había fallado. Coltejer resultó un hueso duro de roer.
Plantas totalmente obsoletas y presiones laborales gigantescas hacían que lo que se consideraba
la primera industria del país, en realidad no fuera más que el primer elefante blanco. Las cifras
necesarias para evitar un colapso de la textilería eran grandes aun para Ardila.
Miles de millones de pesos han tenido que ser inyectados para mantener a flote y llevar a cabo la
restauración de la empresa. La mayor parte de las cuentas han tenido que correr por cuenta de las
gaseosas.
Ardila ha tomado filosóficamente esta nueva situación. En lugar de pensar en dónde estaría de no
haber comprado a Coltejer, considera que el destino lo ha colocado frente a un reto de la
dimensión de sus capacidades. Sacar adelante a la empresa lo motiva más que cualquier yate o isla
griega que pudiera comprar. No quiere esto decir que su estilo de vida se haya tornado austero, ni
que su imperio no tenga las ramificaciones que entraña el gran poder económico. En primer lugar,
los medios de comunicación: Ardila adquirió RCN y rápidamente la convirtió en una de las cadenas
de radio y TV más importantes del país. Después vendría la compra de los diarios conservadores-
ésta es su filiación política-El Siglo y La República, de los cuales es hoy el mayor accionista. El paso
siguiente sería el de los grandes lujos: aerolínea propia, -Avianca, de la cual posee el 40% y que le
mantiene su jet privado-; y la media docena de espectaculares mansiones que funcionan a todo
timbal en distintos puntos del país. Todas tienen piscina, no sólo por placer, sino porque la
natación hace parte de su ejercicio diario.
Las paredes que encierran la de Bogotá son simultáneamente pantalla panorámica de cine, donde
se proyectan las últimas películas. Además de sus invitados permanentes, estas mansiones están
acondicionadas para alojar a la escolta de 26 hombres que le guardan las espaldas de día y de
noche.
A pesar de haber adquirido ya una fortuna, cuya cifra difícilmente se puede imaginar, y de estar
rodeado-de lujos que un colombiano medio sólo ve en las películas de James Bond, la vida de
Carlos Ardila sigue siendo el trabajo y su jornada no baja de las 18 horas. Su horario es sui-generis.
El día empieza a las 10 am. con una hora de natación. A partir de las 12 atiende en su despacho, en
el piso 34 del Edificio Coltejer en Medellín, o en su oficina de la calle 94 en Bogotá. En Bogotá
combina el trabajo con la vida social, pero en Medellín generalmente permanece en su oficina
hasta las 4 am. Con la excepción de Coltejer, a la cual le dedica tres cuartas partes de su tiempo, su
control de las empresas consiste básicamente en el manejo de balances. Con este método logra
dirigir 56 plantas industriales, que constituyen el núcleo de su organización.
Cualquier persona que habla con él queda asombrada por la abrumadora cantidad de información
que acumula en la cabeza. Con el mismo conocimiento de causa da datos precisos sobre la
producción de carbón de Polonia, sobre el prime rate en Nueva York o la cotización del oro en la
bolsa de Johannesburgo. No hay nada en su imperio que escape a su control. Desde los ensanches
de sus fábricas, hasta los más mínimos detalles del funcionamiento doméstico. Su sentido del
orden raya en el fanatismo y ha logrado extenderlo a toda su organización, de tal suerte que en
sus empresas no se ve una colilla de cigarrillo en el piso.
La personalidad de este magnate no se limita a su habilidad para hacer negocios. A pesar de la
distancia que ha recorrido, este hombre corpulento de 52 años conserva la capacidad de acercarse
a la gente, de tener amigos y de ganarse el aprecio de sus subalternos.
Mientras que la mitad de los colombianos compran lotería para volverse millonarios, para este
millonario -que logró serlo a punta de trabajo el mayor placer de la vida no cuesta sino 120 pesos:
un buen plato de fríjoles con garra.
EPM.
Historia:

Hablar del Grupo Empresarial EPM es referirse al crecimiento de un conjunto de empresas que han
definido a tiempo sus posibilidades en el nuevo entorno de los servicios públicos domiciliarios. Para
lograrlo, se ha necesitado el impulso de todo un contingente humano que, desde el grupo directivo
hasta el trabajador de campo, tiene claridad sobre los compromisos fundamentales que le dan vida
a la organización, la calidad de sus servicios y la permanente satisfacción de sus clientes.
EPM, cabeza de este Grupo Empresarial, fue creada el 6 de agosto de 1955. A través del Acuerdo
#58, el Consejo Administrativo de Medellín fusionó en un establecimiento autónomo cuatro
entidades hasta ese momento independientes: Energía, Acueducto, Alcantarillado y Teléfonos.

El 18 de noviembre de 1955 la Alcaldía de Medellín reglamentó la existencia de EPM con la


expedición de los Estatutos (Decreto 375), y el 25 de noviembre de ese mismo año la sancionó el
Gobernador. Pero fue sólo en enero de 1956 cuando realmente EPM inició su vida administrativa.

En 1989, el Acuerdo #002 incluyó en los Estatutos el manejo y mejoramiento del medio ambiente
como parte del objeto social de EPM, y cambió el nombre del servicio telefónico por el de
telecomunicaciones. Este servicio fue escindido en 2007, constituyéndose la filial UNE EPM
Telecomunicaciones.

Desde enero de 1998, EPM fue transformada en Empresa Industrial y Comercial del Estado, y hoy,
para el ejercicio de sus actividades, se encuentra sometida a las disposiciones de la ley comercial.

Su patrimonio y sus rentas son propios y están totalmente separados de los bienes y de los fondos
comunes del Municipio de Medellín. EPM no cuenta con aportes externos diferentes a la
facturación por la prestación de sus servicios.

Sus transferencias anuales al Municipio de Medellín, su dueño, son destinadas íntegramente a


inversión social.

Por su dinámica empresarial, EPM se ha convertido en una de las mayores empleadoras de la


región.

Gracias a las transferencias económicas que entrega por ley y a la protección de los recursos
naturales, progresan los municipios localizados en las zonas de influencia de sus obras y proyectos.
También aporta a la calidad de vida de los sectores más desprotegidos de la población a través de
los subsidios por tarifas y de programas con gran impacto social.

Por sus ejecutorias en el campo de los servicios públicos y por su sólida proyección nacional e
internacional, EPM fue elegida como la mejor empresa del siglo XX en Colombia.

Dueños: Coincidimos en que el dueño del Grupo EPM es la CIUDADANÍA de Medellín.


Mercado:

Para EPM, los colegas son el colectivo de empresas que prestan servicios públicos o conexos, en
Colombia o en el extranjero, y cuyos temas de interacción con EPM se encuentran por fuera de la
competencia por un mercado.

Dentro de este grupo se encuentran empresas de servicios públicos en el sector de energía y aguas
y empresas en otras actividades relacionadas con la actividad de EPM, como las empresas que
realizan un uso intensivo de los recursos naturales o que prestan servicios a poblaciones de bajos
ingresos.

Productos:

Energía

EPM ocupa un lugar destacado en el sector eléctrico de Colombia, con una participación del 21.11%
de la demanda atendida en el país. Durante más de cinco décadas ha construido la columna
vertebral del sistema hidroeléctrico en Colombia. Después de muchos años de experiencia en el
desarrollo de este tipo de proyectos, avanza en la investigación para el aprovechamiento de otras
fuentes energéticas, como una manera de contribuir a la sostenibilidad ambiental del planeta y, a
su vez, abrir otros espacios para su crecimiento nacional e internacional.

Aguas

EPM Aguas brinda bienestar a los habitantes de Medellín y su área metropolitana mediante el

manejo integral del ciclo del agua: suministro de agua de excelente calidad y recolección y

tratamiento de aguas residuales.

Gas natural

EPM presta el servicio de gas natural por red desde 1996, año en el cual inició su etapa piloto y en
1998 da inicio a su programa para la distribución masiva del servicio de gas natural a través de una
red domiciliaria que atiende los sectores residencial, comercial e industrial del Valle de Aburrá. Hoy
está en plena expansión en los 10 municipios del Valle de Aburrá, incluyendo Medellín, y en otras
localidades de Antioquia, ofreciendo una alternativa energética segura, económica y amigable con
el medio ambiente.
Sindicato Antioqueño.

Historia:

El Grupo Empresarial Antioqueño también conocido como Sindicato Antioqueño, es un


conglomerado de empresas colombianas compuesto por cerca de 125 compañías,1 la mayoría de
ellas basadas en Antioquia.
Aunque legalmente esta entidad no existe, es comúnmente conocida como la primera y
única keiretsu23 colombiana. Está conformado por tres grandes marcas: Grupo Argos, Grupo
Nutresa y Grupo Sura.
En Grupo Argos están las inversiones en infraestructura, como Cementos Argos, Celsia y Epsa, y
cruza propiedad con Grupo Sura, Bancolombia y Grupo Nutresa.
Por su parte, el Grupo Sura es dueño de Bancolombia, Sura Asset Management, la aseguradora
Suramericana, y cruza propiedad con Grupo Argos y Grupo Nutresa.
Finalmente, el Grupo Nutresa es la cuarta compañía de alimentos de Latinoamérica. Dentro de sus
marcas están Alimentos Zenú, Galletas Noel, Nacional de Chocolates, Colcafé, Meals, y Doria. En
total, cuenta con 35 de las más reconocidas marcas de alimentos en Colombia y Latinoamérica.4
El grupo, a través de estas compañías tiene alrededor de 10.000 accionistas.1 Los ingresos del GEA
en el 2007 representaron el 5.5% del producto interno bruto colombiano.
Dueños: José Alberto Vélez, Alberto Piedrahita, David Bojanini.

Mercado:

Los precios de las acciones de las empresas del GEA vienen en ascenso y su capitalización bursátil
se acerca a los $104 billones (unos US$54.000 millones). Según César Cuervo, analista jefe de renta
variable de Credicorp Capital, “hacen parte del grupo de las 20 acciones más líquidas del mercado
colombiano y tienen participación importante en la composición del Colcap: la acción preferencial
de Bancolombia pesa 14% en el Colcap, Grupo Sura se acerca a 14%, Argos es casi 11%, Nutresa
7%, Cementos Argos es 6,5% del índice y Celsia 2,32%. El conjunto hace el 54,5% del índice”. Hasta
hace unos años, el mercado de valores de Colombia era “Ecopetrol-dependiente”. Ahora, las
protagonistas son las compañías del GEA.

Los resultados del primer semestre de este año ratifican este cambio. Mientras la acción de
Ecopetrol cayó hasta agosto 15,2% (ver gráfico pág. 61), la de Bancolombia se ha valorizado 25,8%
y si, como se espera, su tendencia se mantiene, el aumento en la cotización podría llegar a 51% a
finales de este año. Lo mismo sucede con la acción del Sura, que lleva un crecimiento de 24%
(anualizado, alcanza 47,37%) y Grupo Argos, con crecimiento de 21,33% (anualizado es 33,40%). La
mayor parte de las acciones del Grupo han tocado sus máximos históricos: Sura, $43.900; Argos,
$23.700; Bancolombia, $30.000; Celsia, $6.350.

El presidente del Grupo Argos, José Alberto Vélez, explica que la causa de este desempeño está en
que han respetado el plan estratégico y se han concentrado en sus nichos de negocio. “Nos
enfocamos. Esta compañía hace diez años no estaba enfocada y tenía inversiones en muchos
sectores: hoteles, comercio, acero. Una de las decisiones clave fue que Argos se enfocara. El
segundo aspecto es expandirse internacionalmente. Las empresas se expanden afuera porque en
Colombia se llega a una capacidad que no puede crecer más. El común denominador ha sido
crecer en Colombia y paralelamente en otros mercados, como Centroamérica y Estados Unidos”.

La combinación de expansión internacional y ampliación del acceso a inversionistas se logra a


través de un principio simple y muy poderoso. Cuando una empresa entra en esta dinámica está
obligada a lograr que “lo que anuncia, se cumpla”, afirma Vélez. “Si eso se da, el mercado paga por
ello y te premia”.

Vélez explica cómo se construye ese respaldo de los inversionistas con el caso de Cementos Argos:
“Salió con una emisión de US$880 millones en acciones preferentes en el exterior. Hizo visitas a
potenciales inversionistas en Estados Unidos, Europa y Colombia. ¿Qué les dijo?: ‘Nuestras cifras
son muy buenas, hemos crecido en esta región y con este dinero queremos expandirnos’. Al
término del año, Argos le dijo al mercado: ‘Compré una planta de cemento y concreto en
Honduras por US$300 millones, otra en la Florida por US$720 millones y otra en Guyana por
US$80 millones’. Argos invirtió US$1.100 millones con los recursos de los inversionistas y su
capacidad de apalancamiento, para hacerse a negocios en marcha en mercados emergentes y
desarrollados y con potencial de crecimiento. Entonces, el mercado se queda con el mensaje:
‘Argos cumple lo que dice’”.

El caso de Bancolombia, que es además una de las más importantes inversiones del Grupo Sura,
muestra también la fuerte conexión que se ha construido con los inversionistas a partir de los
resultados. Carlos Raúl Yepes, presidente del Bancolombia, afirma que los indicadores vienen
mostrando buen ritmo: crecimiento en cartera, aumento en los ingresos por comisión, control del
gasto y disciplina en el cumplimiento de la visión estratégica. La entidad hizo una emisión en
febrero de este año por $2,6 billones, la cual, según analistas, tuvo muy buen precio para los
inversionistas. Yepes afirma que en los últimos tres años Bancolombia ha hecho emisiones
exitosas en los mercados internacionales por más de US$7.000 millones.

Productos:

 Bancolombia
 Grupo Nutresa
 Servicios Nutresa
 Compañía Nacional de Chocolates
 Carboneras de Los Andes
 Comercial Nutresa
 Compañía Nacional de Chocolates Costa Rica
 Compañía Nacional de Chocolates de Perú
 Nutresa México
 Compañía de Galletas Noel
 Fehr Foods E.E.U.U
 Compañía de Galletas Pozuelo D.C.R.
 Industria de Alimentos Zenú
 Novaventa
 Otro…

Creación.

Había que defenderse de la toma hostil que de manera encarnizada estaban haciendo Carlos Ardila
Lülle, Julio Mario Santo domingo y Jaime Michelsen Uribe. Corrían los años 70 del siglo pasado y los
empresarios antioqueños estaban inquietos por la inminente pérdida de las empresas símbolo de la
región, que de a poco estaban quedando en manos de verdaderos pulpos de la economía.

Era el año 1972, Adolfo Arango Montoya, presidente de Cemento Argos; Jorge Molina Moreno,
presidente de Suramericana, y Samuel Muñoz Duque, presidente de Nacional de Chocolates, veían
con preocupación cómo las compañías emblema de la región iban quedando en poder de los
capitalinos, quienes de manera astuta y con mucho dinero en el bolsillo, iban comprando acciones
para hacerse a un porcentaje considerable de la participación accionaria, que posteriormente les
daría la mayoría en esas empresas.

Prueba fehaciente de ello fue lo que ocurrió en 1973 con Coltejer, textilera insigne de la región, que
fue adquirida por Ardila Lülle, quien en una de sus primeras decisiones, sacó de la Junta Directiva a
Samuel Muñoz Duque y a Jorge Molina Moreno.

Este fue el detonante para que naciera el Grupo Antioquia, luego conocido como Sindicato
Antioqueño y hoy Grupo Empresarial Antioqueño, que tenía como objetivo proteger los intereses
de los pequeños accionistas en las principales empresas.

Incluso, el Grupo Santodomingo también llegó a tener el 15 por ciento de Chocolates y al


empresario Augusto López Valencia en su Junta.

Se inicia enroque
¿Cómo hacerlo? Con el cruce de acciones de varias compañías, lo que evitaría que los tentáculos de
los conglomerados foráneos se apropiaran de las firmas, en lo que en el mundo empresarial se
conoce como el 'enroque paisa'. Al trío de Arango Montoya, Molina Moreno y Muñoz Duque, se
unieron Fabio Rico Calle, entonces gerente de Colcafé, y Guillermo Moreno Uribe, vicepresidente
de Suramericana. Mientras hacían consultas, reuniones y acuerdos, para actuar, pasaba el tiempo y
se seguían perdiendo posiciones. Moreno Uribe, quien sucedió en la presidencia a Jorge Molina,
jugó un importante papel al negociar, impidiendo la consolidación de estos grupos en Suramericana
de Seguros.

La sociedad anónima abierta, que era la figura bajo la cual estaban Suramericana, Argos y Nacional
de Chocolates, era el mecanismo que querían destruir los nuevos inversionistas, quienes con
cuantiosos recursos y el uso de métodos no ortodoxos, pero legales, pagando precios en apariencia
altos por porcentajes minoritarios de las acciones de una compañía, podían hacerse a su dominio.
Así pasaron varios años hasta que el martes 28 de marzo de 1978, un grupo de empresarios,
convocados por Santiago Mejía Olarte y Ricardo Ángel Villa se reunieron en Proantioquia con una
premisa: crear un movimiento en defensa de la sociedad anónima y del patrimonio industrial de
Antioquia.

A la primera cita acudieron 12 empresarios, entre los que se cuentan Vicente Uribe Rendón,
presidente del Banco Comercial Antioqueño; Jorge Molina Moreno, presidente de Suramericana;
Samuel Muñoz Duque, presidente de Nacional de Chocolates; Adolfo Arango Montoya, presidente
de Argos; Fabio Rico Calle, gerente de Colcafé; Darío Múnera Arango, presidente de Coltabaco; Iván
Correa Arango, presidente del Banco Industrial Antioqueño (hoy Bancolombia) y Jorge Posada
Greiffenstein, presidente de Fabricato, entre otros empresarios.

Allí, decidieron que debían unirse para evitar que los grupos Grancolombiano, Ardila Lülle y
Santodomingo se quedaran con las empresas antioqueñas.

El 'enroque paisa' había empezado y lo que hicieron fue configurar un capital para comprar
acciones, no solo de Argos, Chocolates y Suramericana. También adquirirían participaciones en Cine
Colombia, Colseguros, Bavaria y otras empresas distintas, para tener margen de maniobra a la hora
de negociar. En una segunda reunión, en la que estuvieron presentes 17 empresarios, se designó a
Fabio Rico Calle para que coordinara el movimiento.

La permuta
Con Rico Calle ya como presidente de Nacional de Chocolates, en 1980, iniciaron las negociaciones
con Jaime Michelsen. Con frecuencia a los empresarios se les veía en el Club Unión, haciendo
consultas y buscando la manera de conseguir dinero para llevar a cabo estas operaciones
financieras. Héctor Arango Gaviria, entonces vicepresidente Financiero de Chocolates, recuerda que
"estábamos muy pobres", debido a las inversiones que se habían hecho en otros negocios y a la
construcción de la planta en Rionegro y otros proyectos.

Así fue como un grupo de periodistas económicos los bautizó como el 'Sindicato Antioqueño',
porque se les veía en la cara la necesidad por conseguir capital, para lograr el objetivo de defender
estas empresas.

Un día Fabio Rico llamó a Héctor Arango y le fijó una tarea específica: "vamos al archivo (de
Chocolates) y busquemos los bienes improductivos y de baja rentabilidad que tengamos y que
tengan otras empresas, para hacer un paquete que nos permita hacer una negociación con (Jaime)
Michelsen", que ya tenía un 34,8 por ciento en Nacional de Chocolates y "una participación no
significativa, pero importante en Noel y quería más".

Solos, los directivos se fueron a esculcar qué se podía ofrecer. En lo hallado, se metió en la misma
bolsa lo siguiente: la finca la Holanda en Sabaneta (de Tejicóndor), acciones de la Industrias
Metálicas de Palmira, de Comestibles La Rosa y de Conservas California, una hacienda en Caucasia,
la fábrica de grasas La Americana, un terreno en Niquía (Bello) y un inmueble ubicado en Bogotá.
Pero hacía falta más: 300 millones de pesos que fueron girados por partes iguales entre Noel,
Nacional de Chocolates y Colseguros.

"Plata es, lo que la plata vale", fue la respuesta de Jaime Michelsen cuando Fabio Rico le ofreció
hacer una permuta, entregándole estas propiedades a cambio de las acciones que el banquero
tenía en Nacional de Chocolates y Noel.

Manuel José Arrázola por parte del grupo Grancolombiano y Héctor Arango Gaviria, por los parte de
los adquirentes, empezaron a negociar y a materializar este acuerdo.

Durante nueve meses, día y noche, los delegados cruzaron papeles, conceptos jurídicos y
financieros para finiquitar la negociación. Javier Jaramillo Velásquez, quien por varios años fue
presidente del Grupo Mundial, antes funcionario de Chocolates, hizo las veces de delegado privado
para tramitar documentos y así generar una absoluta confianza entre las partes.

El 25 de agosto de 1981 se selló la negociación, bajo la tutela de Fabio Rico Calle, lo que permitió
recuperar los títulos de Nacional de Chocolates y de Noel, garantizando el nacimiento del Sindicato
Antioqueño.

Firmaron la escritura de permuta Abel Pérez Gil (Tejicóndor), José Gutiérrez Gómez (Corporación
Financiera Nacional), Adolfo Arango Montoya (Cemento Argos), Humberto Cortés (Colombiana de
Seguros), Carlos Arturo Córdoba (Noel), Fabio Rico Calle (Nacional de Chocolates), Fabio Orozco
(Inversiones e Industria), el padre Lorenzo Salazar (Seminario Conciliar de Medellín), Pablo
Echavarría Toro (Caribú) y Jaime Michelsen Uribe por las empresas del Grupo Grancolombiano.

Para darle viabilidad económica a los negocios de acciones y ser fieles a la estrategia de devolverle a
los accionistas la propiedad de su empresa, Nacional de Chocolates tomó estas acciones y las que
readquirió al Grupo Santodomingo y las colocó entre los accionistas que a lo largo de los años
fueron fieles a la empresa y no le vendieron a los inversionistas temporales.

Consolidación del GEA


Así fue como ocurrió una de las historias más apasionantes del mundo económico de los negocios,
que significó el nacimiento del Grupo Empresarial Antioqueño (GEA), compuesto por el Grupo de
Inversiones Suramericana, Inversiones Argos y Grupo Nutresa, un triunvirato de organizaciones que
permitió la creación del principal conglomerado económico del país.

Con negocios en los sectores financiero (seguros, seguridad social, banca universal, pensiones y
cesantías, operador de información, apoyo), cementero, energético y de alimentos, estas tres
empresas pasaron de la consolidación nacional a la expansión internacional, convirtiéndose en
jugadores de peso de América Latina.

Al adquirir activos por 3.763 millones de dólares de ING hace tan solo unas semanas, el Grupo Sura
quedó con presencia en ocho países de Latinoamérica: Chile, México, Perú, Uruguay, Panamá,
República Dominicana, El Salvador y Colombia.
Por su parte, Argos es líder en el negocio cementero en Colombia y el Caribe, al tiempo que juega
un papel relevante en el sureste de Estados Unidos, donde hace poco amplió su participación al
comprar activos por 750 millones de dólares, además de exportar a 39 países.

Nutresa no se queda atrás. Tiene siete líneas de negocio distribuidas en galletas, chocolates, café,
pastas, cárnicos y helados, ocho plantas en Colombia, Estados Unidos, Costa Rica, México, Panamá,
Perú, Venezuela y República Dominicana. Como si lo anterior fuera poco, vende sus productos en
75 países.

La contribución económica de estas empresas a la economía del país no es de poca monta: 6,3 por
ciento del PIB (26,6 billones de pesos de ingresos operacionales al cierre de 2010), 20,7 por ciento
de participación en el mercado bursátil colombiano y una capitalización bursátil de 44,9 billones de
dólares en los últimos 13 años.

Lo que viene
Bajo la administración de David Bojanini García (Grupo Sura), José Alberto Vélez (Inversiones Argos)
y Carlos Enrique Piedrahita Arocha (Grupo Nutresa), el enroque continúa "vivito y coleando".

Las tres organizaciones hablan el mismo lenguaje y se fortalecen para continuar con su crecimiento
y desarrollo, bajo unos parámetros de administración que se irrigan por todas las empresas del
GEA, figura que aunque no existe y nunca ha tenido cimiento comercial o jurídico, se conoce a este
grupo de empresas que incluyen, entre otros, a Bancolombia, la entidad financiera más grande del
país; Colinversiones, compañía que se fortalece en el mercado de la energía como el cuarto
generador, Suramericana de Seguros (Generales y de Vida), Protección y otras empresas, bajo focos
muy claros.

Para David Bojanini García, el enroque y la posterior evolución que se ha tenido para adaptar estas
empresas a un entorno de globalización y de alta competencia, ha permitido que estas
organizaciones se desarrollen de manera significativa y que sus accionistas, en general, se hayan
beneficiado de esa estrategia que se ha perfeccionado a través de los años.

"Esa estrategia ha permitido que las acciones de estas empresas se valoricen significativamente. Esa
es parte central de nuestra tarea: generar valor a los accionistas", dice el directivo.

Confirma que la tarea de sus antecesores fue admirable y por eso todas, o casi todas sus políticas
de administración, de ética y de Gobierno corporativo, siguen vigentes, bajo modelos actualizados.
Y menciona nombres como los de Jorge Molina Moreno, Guillermo Moreno Uribe, Fabio Rico Calle,
Nicanor Restrepo Santamaría, entre muchos otros, como los que "realmente se preocuparon
porque todos estos conceptos se fortalecieran y perduraran en el tiempo".

Opina Bojanini García que con el paso de los años, estas compañías han sido líderes en fortalecer
los mercados de capitales, líderes en gobierno corporativo, líderes en buenas prácticas de gestión,
líderes en los procesos de internacionalización... "Son empresas que se han encargado de llevar el
buen nombre de Colombia más allá de las fronteras del país".

¿Le molesta que los llamen Sindicato? José Alberto Vélez, presidente de Argos, responde que no,
con una sonrisa amplia. Ese remoquete es cosa del pasado y en lo que se concentran los
administradores es en seguir fortaleciendo las compañías.

¿Y quién es dueño de qué? ¿Cuál es el accionista mayoritario? El empresario vuelve a sonreír


cuando dice que son los colombianos porque los fondos de pensiones colombianos son los
principales accionistas de las tres organizaciones.

El enroque de las compañías se mantiene porque el Grupo de Inversiones Suramericana es dueño


del 37,7 por ciento de Nutresa y del 36 por ciento de Argos; Nutresa tiene el 12,4 de Argos y el 12,7
de Suramericana; mientras que Argos posee el 10,4 por ciento de Nutresa y el 37,6 por ciento de
Suramericana.

"El enroque lo vamos a mantener porque fue lo que permitió repeler los inversionistas que se
querían llevar estas empresas de la región. No podemos permitir que se vayan porque la
contribución que hacemos no solo es económica, sino también social, ética y empresarial", apunta
José Alberto Vélez.

Luis Carlos Sarmiento.

Historia.

La Organización Empresarial Luis Carlos Sarmiento Angulo – OLCSA es uno de los cuatro grupos
empresariales más importantes de Colombia, siendo el más grande de todos. Su controlador es el
empresario Luis Carlos Sarmiento Angulo.

Agrupa empresas e inversiones en distintos sectores de la economía: financiero, agroindustria,


energia y gas, infraestructura, hotelería, minería e industria, construcción e inmobiliario y medios de
comunicación. Es dificil identificar una estructura de funcionamiento del grupo, el grupo maneja
inversiones, acciones y valores mediante distintos holdings empresariales, siendo el más
representativo:

 Grupo Aval Acciones y Valores S. A.: es una Sociedad Anónima que fue constituida mediante Escritura
Pública número 0043 del 7 de enero de 1994; su domicilio es la ciudad de Bogotá, D.C. Es una
Sociedad Holding propietaria de acciones, principalmente de instituciones financieras, las cuales
constituyen una parte esencial de su activo y la inversión en éstas es su objeto principal. A través del
Grupo Aval Acciones y Valores S.A. se controla la Corporación Financiera Colombiana –
Corficolombiana que agrupa más de 27 empresas que operan en distintos sectores económicos.

Este grupo empresarial es propietario del grupo mediático Casa Editorial El Tiempo, uno de los más
tradicionales, influyentes e importantes del país.

 Casa Editorial El Tiempo (CEET S.A. y CEETTV S.A.): La Casa Editorial El Tiempo es un grupo mediático
integrado por las empresas Casa Editorial El Tiempo S.A y CEETTV S.A., que produce más de 25 medios
de comunicación en los sectores de prensa, televisión y medios digitales.
Dueños: Adminegocios & Cía S.C.A. (39.84%) Actiunidos S.A. (19.81%).

Mercado.

Entre los grandes grupos económicos del país, la Organización Luis Carlos Sarmiento Angulo califica
claramente como el más agresivo en materia de adquisiciones. En línea con la tendencia de una
gran consolidación en el sector financiero mundial, la Organización Sarmiento Angulo se embarcó
hace ya varios años en la estrategia de comprar participación en el sector financiero colombiano
mediante la adquisición de un importante número de entidades financieras de diferente índole.
Sólo en los últimos 12 meses el grupo ha adquirido un banco, una corporación de ahorro y vivienda,
cuatro compañías de leasing y dos corporaciones financieras.
El logro más importante de la Organización Sarmiento Angulo el año pasado y el proyecto en el cual
se concentraron la mayoría de sus esfuerzos fue la creación del Grupo Aval. Con él, la Organización
Sarmiento Angulo está en proceso de integrar sus entidades financieras para brindar a sus clientes
la posibilidad de realizar todo tipo de operaciones financieras en sus entidades, indiferentemente
de donde tengan su cuenta. Culminada la primera etapa de integración de servicios la Organización
Sarmiento Angulo está concentrada en las dos etapas restantes: la estructuración legal y la
colocación del Grupo Aval en el mercado bursátil colombiano y en la bolsa de valores de Nueva
York. Luis Carlos Sarmiento Angulo espera que antes de finalizar este año colombianos y extranjeros
puedan adquirir acciones del Grupo Aval en las bolsas de valores locales y extranjeras si las
condiciones del mercado lo permiten.
No obstante, con una participación en el pastel financiero del país que bordea el 18 por ciento
según cálculos del grupo, a Sarmiento no le resta mucho espacio para invertir en este sector sin
sobrepasar el límite de 25 por ciento que dispone la ley colombiana. Con esta restricción en mente,
desde hace dos años el grupo ha enfilado sus baterías principalmente hacia las telecomunicaciones,
sector que, dado su alto riesgo y vastos requerimientos de capital, se encuentra reservado
exclusivamente para los grandes inversionistas. En palabras de Luis Carlos Sarmiento Angulo,
"existen extraordinarias sinergias entre el sector financiero y el sector de telecomunicaciones, por
cuanto ambos se orientan administrativa y tecnológicamente al manejo de mercados masivos".
El Grupo Sarmiento constituyó la empresa Orbitel, en alianza con el Grupo Empresarial Bavaria y las
Empresas Públicas de Medellín, para entrar a competir en el mercado de larga distancia nacional e
internacional. Sin embargo los observadores coinciden en que la alianza entre estos pesos pesados
para ofrecer larga distancia es tan solo el primer paso. Los planes futuros podrían incluir una alianza
en telefonía celular entre los socios de Orbitel para hacer frente a Comcel, que mediante la
adquisición de Occel (operador celular del occidente del país) se convirtió este año en la más
grande empresa de telefonía celular de Colombia. Sarmiento adquirió de manos de su ex socio, la
Telefónica de España, el 40 por ciento de Cocelco, empresa celular que opera en el occidente del
país, convirtiéndose en dueño absoluto de la entidad a un precio que según los expertos fue
excepcionalmente bajo para este tipo de entidad.
Productos:

Agroindustria – Energía y Gas – Infraestructura – Hotelería – Minería e Industria – Financiero


– Inmobiliario – Medios de Comunicación

Creación.
Año de fundación:

El grupo empieza a estructurarse desde 1959, bajo la denominación Organización Luis Carlos
Sarmiento Angulo a través de la incursión en el sector de la construcción.

En 1994 se formalizó la Sociedad Holding Grupo Aval Acciones y Valores S.A.

En 2012 se adquiere la propiedad del 100% de las acciones del Grupo Mediático Casa Editorial El
Tiempo.

Fundador: Luis Carlos Sarmiento Angulo.

Valorem.

Historia.

Valores Bavaria (hoy Valorem) se creó en 1997, como resultado de un proceso de escisión del
Grupo Empresarial Bavaria, que permitió a este último enfocarse exclusivamente a la producción y
venta de cerveza y otras bebidas. Por su parte, Valores Bavaria optó por dedicarse a la inversión en
otros campos de la economía.

A partir de noviembre de 2004, la compañía adoptó el nombre Valorem, que representa su


posicionamiento con una nueva imagen y marca para acometer sus retos futuros, enfocándolos a la
consecución de resultados y al fortalecimiento patrimonial.

Como consecuencia de la fusión múltiple y escisión múltiple, mediante la cual Invernac & Cía. S.A.S
transfirió parte de sus activos a Valorem S.A. y a cambio los accionistas de Invernac & Cía. S.A.S.
recibieron acciones de Valorem S.A., se configuró una situación de control en cabeza de la sociedad
Colinsa S. de R. L., ya que a partir del perfeccionamiento de dicha operación, ocurrida el día 28 de
noviembre de 2012, esta sociedad tiene una participación directa e indirecta en Valorem S.A.
superior al 50% de las acciones suscritas y en circulación.

Dueños: Invernac & Cia S.A.S.


Alejandro Santo Domingo Dávila

Mercado.

Llegó a esa fortuna mediante tres fusiones cerveceras que tuvieron lugar en los últimos 50 años. La
primera fue la de Águila y Bavaria a mediados de la década del sesenta, realizada por el empresario
barranquillero Mario Santo Domingo y su hijo Julio Mario. La familia era propietaria de la Cervecería
de la Costa y la fusionó con Bavaria a cambio del 12 por ciento de las acciones de esta última. Ese
porcentaje pasó en 40 años al 75 por ciento a través de múltiples aumentos de capital y otras
transacciones.

Pero la jugada maestra vino en 2005. Bavaria, que había llegado a controlar la industria cervecera no
solo de Colombia sino de Ecuador, Panamá y Perú, decidió fusionarse con SABMiller, la tercera
cervecera más grande hasta entonces. Ese negocio se hizo por 7.800 millones de dólares. De ese
monto, un poco más de 3.000 millones correspondían al pago de accionistas minoritarios y a la deuda
de Bavaria. El resto era de los Santo Domingo, quienes recibieron 3.500 millones de dólares en
acciones de SABMiller y el saldo en efectivo.

Por medio de ese intercambio la familia se quedó con el 15,1 por ciento de SABMiller. Era una
operación casi idéntica a la que se había hecho con Águila y Bavaria 40 años atrás. Posteriormente
vendió el 1,2 por ciento de su paquete accionario para diversificar sus inversiones, con lo cual quedó
finalmente con el 13,9 por ciento de la que se había convertido en la segunda cervecera más grande
del mundo. Esta fue la semilla que diez años después permitió cerrar el meganegocio de la semana
pasada, cuando se anunció que AB InBev compraba a SABMiller por 106.000 millones de dólares.

Esa tercera fusión tuvo muchos años de tire y afloje. La contraparte de ese negocio era Jorge Paulo
Lemann, un multimillonario brasileño de 76 años que ha tenido una trayectoria parecida a la de los
Santo Domingo en el mundo de la cerveza. Hace 30 años era un banquero de inversión a quien le
llamó la atención que los hombres más ricos de muchos países latinoamericanos eran los dueños de
esta bebida. Su raciocinio fue “o todos son unos genios o la cerveza es el mejor negocio del mundo”.
Optó por creer lo segundo y en los años ochenta compró la cervecería brasileña Brahma por 50
millones de dólares.

Productos.

Valorem es la sociedad que maneja la mayoría de inversiones de la familia. El año pasado, los ingresos
de Valorem llegaron a $1,17 billones, consolidando los resultados de compañías como Valorem S.A.,
Agencia de Aduanas Suppla, Canal Clima, Caracol América Production L.L.C, Caracol Televisión,
Ditransa, Cine Colombia, Comunican –El Espectador–, Corse Trading, DataIFX, Green Agco, ICCK Net,
Inversiones CTV, Inversiones Cromos, Mambo, Naviagro y Sugranel, entre otras.

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