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Neumonía viral

Es una inflamación o hinchazón del tejido pulmonar debido a una infección con un germen.

La neumonía viral es causada por un virus.

Causas
Es más probable que la neumonía viral se presente en niños pequeños y adultos mayores.
Esto se debe a que sus cuerpos tienen más dificultad para combatir el virus que las
personas con un sistema inmunitario fuerte.
La neumonía viral casi siempre es causada por uno de varios virus:

 Virus sincicial respiratorio (VSR)

 Influenza

 Parainfluenza

 Adenovirus (menos frecuente)

 Sarampión

Es más probable que la neumonía viral se presente en aquellas personas con un sistema
inmunitario debilitado, tales como:

 Bebés que nacen muy prematuros

 Niños con problemas cardíacos y pulmonares

 Personas infectadas con VIH/sida

 Personas que reciben quimioterapia para el cáncer u otros medicamentos que debilitan el sistema
inmunitario

 Personas que han tenido un trasplante de órganos

Síntomas
Los síntomas de neumonía viral a menudo comienzan de manera lenta y es posible que no
sean serios al principio.

Los síntomas de neumonía más comunes son:

 Tos (con algunas neumonías, usted puede expectorar moco o incluso moco con sangre)
 Fiebre
 Escalofríos con temblores

 Dificultad respiratoria (puede sólo ocurrir con el esfuerzo)


Otros síntomas incluyen:

 Confusión, especialmente en personas mayores

 Sudoración excesiva y piel húmeda

 Dolor de cabeza

 Pérdida del apetito, baja energía y fatiga

 Dolor torácico agudo u opresivo que empeora cuando usted respira profundamente o tose

 Fatiga

Pruebas y exámenes
El proveedor de atención médica llevará a cabo un examen físico y le preguntará sobre
sus síntomas.

Si el proveedor cree que usted tiene neumonía, también le tomarán una radiografía del
tórax. Esto se debe a que en el examen físico posiblemente no se pueda diferenciar la
neumonía de otras infecciones respiratorias.
Dependiendo de la gravedad de los síntomas, se pueden hacer otros exámenes, como:

 Conteo sanguíneo completo (CSC)

 Tomografía computarizada del tórax


 Hemocultivos para detectar virus en la sangre (o bacterias que puedan causar infecciones
secundarias)

 Broncoscopia (se necesita en pocas ocasiones)

 Prueba de exudado nasal y de garganta para buscar virus como el de la gripe

 Biopsia de pulmón a cielo abierto (realizada solamente en el caso de una enfermedad muy grave
cuando el diagnóstico no se puede hacer por otras fuentes)
 Cultivo de esputo (para descartar otras causas)
 Medición de los niveles de oxígeno y dióxido de carbono en la sangre
Tratamiento
Este tipo de infección no se trata con antibióticos. Los antivirales sólo funcionan contra la
neumonía por influenza y algunas causadas por la familia de los virus del herpes. Estos
medicamentos puedes utilizarse si la infección se detecta a tiempo.

El tratamiento también puede implicar:

 Medicamentos corticosteroides

 Aumento de líquidos

 Oxígeno
 Uso de humidificadores

La hospitalización puede ser necesaria si usted no puede beber y para ayudarlo a respirar
si los niveles de oxígeno son muy bajos.

Las personas muy probablemente serán hospitalizadas si:

 Tienen más de 65 años o se trata de niños

 Son incapaces de cuidarse en el hogar, comer o beber

 Tienen otro problema de salud serio, como una afección cardíaca o renal

 Han estado tomando antibióticos en casa y no están mejorando

 Tienen síntomas graves

Sin embargo, muchas personas pueden recibir tratamiento en casa. Usted puede tomar
estas medidas en el hogar:

 Controlar su fiebre con ácido acetilsalicílico (aspirin), antinflamatorios no esteroides (AINE, como
ibuprofeno o naproxeno) o paracetamol. NO les dé ácido acetilsalicílico a los niños porque puede
causar una enfermedad peligrosa llamada síndrome de Reye.
 NO tomar antitusígenos sin hablar primero con su proveedor. Pueden dificultarle al cuerpo la
expectoración del esputo.

 Tomar muchos líquidos para ayudar a aflojar las secreciones y sacar la flema.

 Descansar mucho. Procure que otra persona realice las tareas domésticas.

Expectativas (pronóstico)
La mayoría de los casos de neumonía viral son leves y mejoran sin necesidad de
tratamiento en cuestión de 1 a 3 semanas. Algunos casos son más serios y requieren
hospitalización.

Posibles complicaciones
Las infecciones más serias pueden ocasionar insuficiencia respiratoria, hepática y
cardíaca. Algunas veces, las infecciones bacterianas ocurren durante o justo después de
la neumonía viral, lo cual puede conducir a formas más serias de neumonía.
Cuándo contactar a un profesional médico
Consulte con su proveedor si se presentan síntomas de neumonía viral o la afección
empeora después de que empieza a mejorar.

Prevención
Lávese las manos con frecuencia, sobre todo después de sonarse la nariz, ir al baño,
colocarle el pañal a un bebé y antes de comer o preparar alimentos.

NO fume. El tabaco daña la capacidad de los pulmones para protegerse de infección.


Un medicamento llamado palivizumab (Synagis) puede ser administrado a niños menores
de 24 meses para prevenir VSR.

La vacuna antigripal previene la neumonía y otros problemas causados por el virus de la


influenza. Los mayores o para quienes tienen diabetes, asma, enfermedad pulmonar
obstructiva crónica (EPOC), cáncer, o sistemas inmunológicos debilitados deben
asegurarse de vacunarse contra la influenza.
Si su sistema inmunitario está débil, evite las muchedumbres. Solicíteles a los visitantes
que tengan un resfriado que se pongan una máscara y que se laven las manos.

Neumonía
7 de noviembre de 2016

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Datos y cifras
 La neumonía es responsable del 15% de todas las
defunciones de menores de 5 años y se calcula que mató a
unos 920 136 niños en 2015.
 La neumonía puede estar causada por virus, bacterias u
hongos.
 La neumonía puede prevenirse mediante inmunización, una
alimentación adecuada y mediante el control de factores
ambientales.
 La neumonía causada por bacterias puede tratarse con
antibióticos, pero solo un tercio de los niños que padecen
neumonía reciben los antibióticos que necesitan.
La neumonía es un tipo de infección respiratoria aguda que afecta a los
pulmones. Estos están formados por pequeños sacos, llamados alvéolos, que
—en las personas sanas— se llenan de aire al respirar. Los alvéolos de los
enfermos de neumonía están llenos de pus y líquido, lo que hace dolorosa la
respiración y limita la absorción de oxígeno.

La neumonía es la principal causa individual de mortalidad infantil en


todo el mundo. Se calcula que la neumonía mató a unos 920 136
niños menores de 5 años en 2015, lo que supone el 15% de todas las
defunciones de niños menores de 5 años en todo el mundo. La
neumonía afecta a niños —y a sus familias— de todo el mundo, pero
su prevalencia es mayor en el África subsahariana y Asia meridional.
Pueden estar protegidos mediante intervenciones sencillas y tratados
con medicación y cuidados de costo bajo y tecnología sencilla.

Causas
Diversos agentes infecciosos —virus, bacterias y hongos— causan
neumonía, siendo los más comunes los siguientes:

 Streptococcus pneumoniae: la causa más común de neumonía


bacteriana en niños;
 Haemophilus influenzae de tipo b (Hib): la segunda causa más
común de neumonía bacteriana;
 El virus sincitial respiratorio es la causa más frecuente de
neumomía vírica.
 Pneumocystis jiroveci es una causa importante de neumonía en
niños menores de seis meses con VIH/SIDA, responsable de al
menos uno de cada cuatro fallecimientos de lactantes
seropositivos al VIH.

Transmisión
La neumonía puede propagarse por diversas vías. Los virus y
bacterias presentes comúnmente en la nariz o garganta de los niños,
pueden infectar los pulmones al inhalarse. También pueden
propagarse por vía aérea, en gotículas producidas en tosidos o
estornudos. Además, la neumonía puede propagarse por medio de la
sangre, sobre todo en el parto y en el período inmediatamente
posterior. Se necesita investigar más sobre los diversos agentes
patógenos que causan la neumonía y sobre sus modos de
transmisión, ya que esta información es fundamental para el
tratamiento y la prevención de la enfermedad.

Formas de presentación
Los síntomas de la neumonía vírica y los de la bacteriana son
similares, si bien los de la neumonía vírica pueden ser más numerosos
que los de la bacteriana.

En menores de 5 años con tos y/o dificultad para respirar,


acompañadas o no de fiebre, la neumonía se diagnostica por la
presencia de taquipnea (respiración rápida) o tiraje subcostal
(depresión o retracción de la parte inferior del tórax durante la
inspiración, cuando en las personas sanas el tórax se produce una
expansión). Las sibilancias son más frecuentes en las infecciones
víricas.

Los lactantes con afectación muy grave pueden ser incapaces de


comer o beber, y pueden presentar pérdida de consciencia, hipotermia
y convulsiones.

Factores de riesgo
La mayoría de los niños sanos pueden combatir la infección mediante
sus defensas naturales, pero los niños inmunodeprimidos presentan
un mayor riesgo de contraer neumonía. El sistema inmunitario del niño
puede debilitarse por malnutrición o desnutrición, sobre todo en
lactantes no alimentados exclusivamente con leche materna.

La presencia previa de enfermedades como sarampión o infecciones


de VIH asintomáticas también aumentan el riesgo de que un niño
contraiga neumonía.

Los factores ambientales siguientes también aumentan la


susceptibilidad de los niños a la neumonía:

 la contaminación del aire interior ocasionada por el uso de


biomasa (como leña o excrementos) como combustible para
cocinar o calentar el hogar;
 vivir en hogares hacinados;
 el consumo de tabaco por los padres.

Tratamiento
La neumonía causada por bacterias puede tratarse con antibióticos. El
antibiótico de elección es la amoxicilina en comprimidos dispersables.
La mayoría de los casos de neumonía requieren antibióticos por vía
oral los cuales suelen recetarse en centros de salud. Estos casos
también pueden ser diagnosticados y tratados con antibióticos orales
baratos a nivel comunitario por los trabajadores de salud comunitarios
capacitados. Se recomienda la hospitalización solamente en los casos
graves.

Prevención
La prevención de la neumonía infantil es un componente fundamental
de toda estrategia para reducir la mortalidad infantil. La inmunización
contra la Hib, neumococos, sarampión y tos ferina es la forma más
eficaz de prevenir la neumonía.

Una nutrición adecuada es clave para mejorar las defensas naturales


del niño, comenzando con la alimentación exclusiva con leche
materna durante los seis primeros meses de vida; además de prevenir
eficazmente la neumonía, reduce la duración de la enfermedad.

También puede reducirse el número de niños que contraen neumonía


corrigiendo factores ambientales como la contaminación del aire
interior (por ejemplo, proporcionando cocinas de interior limpias a
precios asequibles) y fomentando una higiene correcta en hogares
hacinados.

A los niños infectados con el VIH se les administra el antibiótico


cotrimoxazol diariamente para reducir el riesgo de que contraigan
neumonía.

Costos económicos
Se calcula que el costo de tratar con antibióticos a todos los niños
enfermos de neumonía en 66 de los “países de la cuenta regresiva
para 2015 con respecto a la supervivencia materna, neonatal e infantil”
es de US$ 109 millones al año. Esta cifra incluye los antibióticos en sí
mismos y las pruebas necesarias para establecer el diagnóstico de
neumonía.

Respuesta de la OMS
El Plan de Acción Mundial para la Prevención y el Control de la
Neumonía (GAPP) de la OMS y el UNICEF tiene por objetivo acelerar
el control de la neumonía combinando diversas intervenciones de
protección, prevención y tratamiento de la enfermedad en los niños,
con medidas como las siguientes:

 protección de los niños de la neumonía, entre otras cosas


promoviendo la lactancia natural exclusiva y el hábito de lavarse
las manos y reduciendo la contaminación del aire en interiores;
 prevención de la neumonía mediante la vacunación, el lavado de
las manos con jabón, la reducción de la contaminación del aire
doméstico, la prevención del VIH y la profilaxis con trimetoprim-
sulfametoxazol en los niños infectados por el VIH o expuestos a
él.
 tratamiento de la neumonía, sobre todo procurando que todos los
niños enfermos tengan acceso a una atención sanitaria correcta
(dispensada por un agente de salud comunitario o bien en un
centro de salud cuando la afección revista gravedad) y reciban los
antibióticos y el oxígeno que necesitan para sanar.

Varios países, entre ellos Bangladesh, la India, Kenya, Uganda y


Zambia, han elaborado planes distritales, estatales y nacionales para
intensificar las medidas destinadas a combatir la neumonía y la
diarrea. Muchos otros han integrado en sus estrategias nacionales de
salud y supervivencia del niño medidas específicas contra la diarrea y
la neumonía. Para muchos países, la agenda para después de los
Objetivos de Desarrollo del Milenio ha incluido explícitamente como
acción prioritaria el acabar con las muertes prevenibles por diarrea y
neumonía.

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