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alphaDELTAomega N° 95
Valle de Cochabamba
simplemente, “delante del templo”, implicando estar “fuera del templo”, o ser “ajeno a
la institución”.
¿Puede cualquier profano ingresar a la masonería? No… solo serán aceptados
aquellos profanos que se sepa que son hombres libres y de buenas costumbres, esto
es, que tengan una conciencia y un espíritu propios, independientes de las
voluntades de terceras personas, y que sean respetuosos de los usos y costumbres
de la sociedad en la que les ha tocado vivir. No es que la masonería sea clasista o
discriminadora, no. Quienes aceptan o no a un profano, son los masones en forma
individual. Cuando todos ellos se ponen de acuerdo, el profano postulante es
aceptado.
¿Cuál es la principal característica que tiene que tener un profano para que los
masones le admitan en la institución? Es que sean moralmente intachables… Y
como esto es más propio de santos que de seres humanos corrientes, se exige que
por lo menos no tenga denuncias infamantes sobre sus hombros. La honestidad
corriente basta para ingresar a la Orden.
¿Qué es ser moralmente intachable? El hombre moralmente intachable es aquel
que respeta plenamente los usos y costumbres de su sociedad, usos y costumbres
que han sido especificados en un cuerpo legal (como leyes y reglamentos) y del que
también forman parte las costumbres tradicionales de origen familiar, aceptadas
como buenas por toda la población. Estas costumbres, estas buenas costumbres,
forman lo que se llama la moral, y se apoya en lo que son convicciones profundas
que tiene la gente de lo que es bueno y deseable para toda la población, que también
se conocen como “valores”.
¿Se rigen los masones por los valores y la moral? Si…se puede decir que sí. No
tanto por convicción, ya que los masones saben que los valores y la moral son
características culturales, que pueden cambiar con el tiempo y las circunstancias, que
son diferentes para pueblos diferentes. Los valores y la moral de los norteamericanos
son diferentes a la moral y los valores de los Talibanes o de los habitantes del
Chapare, por ejemplo. Pero sí, los masones que vivimos en Cochabamba somos muy
conscientes de que debemos respetar los valores y la moral de nuestra sociedad, ya
que no podemos vivir al margen de ella…somos cochabambinos y debemos hacer lo
que los cochabambinos hacen.
¿Se hace una especie de salvedad o distinción con respecto a la moral, por
parte de los masones? ¿Si así fuera, por qué? Si, se hace una distinción. Porque
la moral es algo relativo, responde a obligaciones que hay que cumplir para
pertenecer a una sociedad en particular. Para un viajero que recorriera el mundo y
tuviera que permanecer por algunos meses en cada lugar que visite, tendría que
aceptar y respetar muchos códigos de Moral diferentes entre sí, basados en valores
propios de las culturas de los pueblos que visite. En la Argentina podría comer
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buenos trozos de vaca cocidos a la parrilla, pero en la India tendría que respetar a las
vacas como los seres sagrados que son, al igual que a los monos, aunque nada le
impediría comer mono asado con los indígenas de la selva ecuatoriana. Podría
dormir y tener relaciones con la esposa del esquimal que le hospeda, pero debería
cuidarse hasta de mirar de reojo a una mujer casada en Nápoles o Sicilia, y menos
mirarle la cara a una señora iraní. Podría burlarse del presidente en Francia, pero no
en Bolivia ni en Venezuela. Para ser buen alemán, había que ser Nazi en la Alemania
de 1936, hoy en Alemania, ser nazi es algo repudiable, socialmente hablando.
La Moral está basada en valores, tiene que ver con las costumbres, tiene carácter
social y es muy relativa al tiempo y al lugar. Los masones buscamos forjar nuestro
carácter, es decir, cambiar nuestra forma de ser, no solo la de pensar, sino también
nuestra forma de vivir, de sentir, de reaccionar… buscamos cambiar como personas,
para nosotros, la honestidad ordinaria no es suficiente. Y para esos cambios nos
basamos en desarrollar virtudes, que son más de aplicación personal y de naturaleza
más bien absoluta, allá donde los valores son relativos. Más que la moral, nos
interesa la ética, y ésta es la que cultivamos preferentemente.
De todas maneras, si logramos reforzar nuestro carácter, si hacemos que las virtudes
sean las características de nuestro comportamiento, entre ellas la honestidad, la
lealtad, la valentía, la generosidad, la amabilidad, la templanza, la decencia, la
serenidad, la fortaleza, el sacrificio, la cautela, el intelecto… en fin, todo lo bueno y
deseable de un ser ideal, si conseguimos que nuestros actos respondan a esas
virtudes, entre otras muchas más, tendremos la mayor facilidad para comprender los
valores y aceptar la moral del pueblo en medio del cual nos toque vivir y trabajar.
CONCLUSIONES
¿Es fácil ser Masón? No, no lo es. Lo que es fácil es entrar en la Masonería, es fácil
vestirse con los arreos que nos caracterizan, es fácil llegar a ocupar el sillón del
presidente… Pero eso no nos hace masones. Es Masón aquel hombre, o mujer al
que todos quisieran parecerse, porque reconocen en ese ser, a alguien que es un
ejemplo para la sociedad, por sus virtudes, por su humildad y calidez humana, por
sus conocimientos, por su comportamiento. Si veis a un hombre soberbio y orgulloso,
aunque culto y erudito, por coloridos que sean sus arreos y múltiples sus medallas,
ese no será un Masón. Para ser Masón hay que estudiar, hay que aprender y hay
que practicar… lleva muchas horas de trabajo real, el ser Masón, y es un proceso
que hace humildes a las personas, jamás arrogantes ni presumidas.
Gracias, es cuanto puedo decir ahora, sin correr el riesgo de aburriros.