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(DAVID FISHMAN)

El ego es una máscara que llevamos puesta desde hace tiempo


y estamos en ella, y no podemos diferenciar lo que hace él o lo que hacemos nosotros.
El ego hace que nuestra felicidad depende de los demás ósea nos hace dependientes,
oculta nuestra baja sensación de competencia y valoración personal. También impide
aprovechar las mejores oportunidades, genera emociones negativas, hace creer que el
poder se obtiene a través de lo exterior. El ego genera toda su fuerza para engañarnos
y no dejar aflorar nuestro espíritu. Nuestra falta de autoestima nos hace solo ver los
defectos de los demás y no las virtudes que siempre poseyeron. El ego nos hace querer
lograr o pedir cosas casi imposibles, lo cual después de un tiempo nos hace daño. El
ego oculta nuestra inseguridad, hace que el trabajo y los bienes materiales nos desvíen
del verdadero camino de la felicidad. Hay que tratar de ir a favor de la corriente
natural, porque ir en contra es complicado y desarrolla nuestro ego.
El cuerpo humano es nuestro vehículo personal y al igual que un
vehículo presenta varios indicadores, sin embargo, muchas veces lo olvidamos y
dejamos de cuidarlo a pesar de que es el único medio que poseemos para alcanzar
nuestras metas. Para lograr el equilibrio debemos de cuidar de nosotros, pero también
es importante dedicar tiempo a nuestros pensamientos (no pensar) ya que esta es una
manera de calmar la mente y así lograr la paz interior. Debemos mantener la
contabilidad de la vida intentando siempre minimizar nuestros pasivos(vicios) y
aumentar activos (cualidades, habilidades, destrezas), ya que esto nos asegura un
futuro exitoso y rentable en paz y felicidad. La respiración es el mejor medio que
tenemos para enfriar la mente cuando está abochornada de emociones negativas, por
ende, debemos tratar de ser conscientes de la respiración en todo momento. Existen
adicciones que aparentan acercarnos a la felicidad (TV, internet, ropa, etc.), no
obstante, esto es solo una ilusión que nos conlleva a olvidarnos de las personas que
realmente queremos. No debemos olvidar que la felicidad está en nuestro interior, es
decir, en cada momento que vivimos.
“Apegarse” a algo nos lleva a formar un círculo vicioso en el cual nunca
nos vamos a encontrar satisfechos, sin embargo, cuando nos “desapegamos” de esas
cosas que nos sofocan podremos estar más tranquilos y gozar de nuestra libertad.
Cabe considerar que no debemos perjudicar a nadie en nuestra práctica de la libertad.
¡Qué bueno, qué bueno, qué bueno!
La vida hará que nos tropecemos con algunos obstáculos en el camino, pero hay que
saber que siempre existirá un lado positivo de cada hecho, por ello no hay que
torturarnos con el aspecto negativo.
¿Realmente queremos perseguir la liebre?
No hay que someternos a algo, siempre hay que considerar nuestros gustos y deseos,
ya que ello forma parte de nuestra libertad
Problemas: oportunidades para crecer
Sabemos que los problemas siempre estarán presentes, mas nosotros debemos verlos
como una oportunidad para ganar experiencia, porque nadie llega al mundo
sabiéndolo todo.
Debemos considerar los siguientes puntos:

 Estar vigilante y alerta ante la aparición de emociones negativas o medias


fuertes
 Si la circunstancia provoca miedo, pregúntate qué es lo peor que puede pasar
 Si las circunstancias te provocan emociones negativas, debemos tomar
conciencia de ello y salir del escenario
 Tome conciencia de que cada problema en la vida es una oportunidad para
aprender
Muchas veces nos hacemos prisioneros a causa de no tener la
responsabilidad, sabemos quejarnos y buscar excusas para no afrontar el problema.
Ello ocurre cuando nos encontramos en desequilibrio: el ego nos controla y nos
apoyamos mucho a las metas. Eso nos lleva a ser personas que no gozan de su libertad,
por ello siempre debemos de mostrar una buena actitud.
La tercera ley de Newton en la empresa y la vida:
Muchas veces lo que nosotros hacemos nos será devuelto de una manera recíproca
(karma)
La lealtad y la empresa
La lealtad es la capacidad de reconocer y valorar lo que las personas o instituciones
hacen por uno, respetando los conocimientos adquiridos, implícitos y explícitos. La
falta de lealtad, hoy en día, se debe a que estamos concentrados en nosotros mismos.
Tiene que ser leal tanto el empleado como la empresa
Qué piensas y quién eres
Hay que pensar siempre de una manera positiva, porque, de lo contrario, los
pensamientos negativos que tengamos servirán de imán a todos los aspectos de la
vida. Podemos cambiar nuestra percepción sobre las situaciones presentadas
De tal padre, tal ejecutivo
Los niños son como arcilla antes de ponerla al horno, son moldeables, por ello es que
los padres deben de inculcarle los valores desde esa etapa
No hay que dejarse arrastrar por los remolinos negativos
Los pensamientos negativos lo único que hace es que nos estanquemos y no sigamos
con nuestras vidas, por ello debemos controlar ello. Además, no debemos dejar de ser
positivos, porque ello nos ayudará a superar los obstáculos presentados.
Cuando las personas consiguen el equilibrio, controlan su
ego, enfrentan la vida con desapego, son responsables, están listas para trabajar en
equipo. Los miembros de dicho equipo tienen que lograr el liderazgo personal o sino el
equipo se descarará por falta de unión y compromiso. Además, se requiere de una
buena comunicación para evitar la formación de conflictos y permitir que el trabajo
fluya. Un grave riesgo de trabajar en equipo es tener miras a no poder trabajar juntos
al cabo que piensan distinto, por el contrario, enriquece el equipo y ayuda a tomar
mejores decisiones. Los miembros de un equipo dependen unos de otros y para lograr
el éxito tienen que dejar la soberbia y orientarse al servicio de sus miembros con
humildad
Estamos concentrados en cifras, costos, datos y hechos,
pero olvidamos la verdadera esencia del ser humano, el lado emocional y espiritual. No
basta con ser eficiente y productivo, porque la competencia puede igualarnos con eso.
Lo que hará a la empresa competitiva y diferente es el compromiso Y la pasión de sus
personales. Por eso es necesario comunicar, motivar, entrenar, retroalimentar y dar el
ejemplo con integridad a los personales.

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