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“Mejore sus habilidades en el

ministerio…”
Mejore sus habilidades en el ministerio: lleve un registro de las personas
interesadas

“Presta constante atención a ti mismo y a tu enseñanza.” (1 Tim. 4:16.) Este


consejo inspirado que el apóstol Pablo dio a Timoteo muestra que, seamos
nuevos o experimentados, debemos esforzarnos por mejorar. Con este fin,
Nuestro Ministerio del Reino contendrá una nueva serie titulada “Mejore sus
habilidades en el ministerio”. Cada artículo analizará una habilidad importante y
ofrecerá sugerencias para desarrollarla. Se nos anima a todos a prestar especial
atención a dicha habilidad durante el mes. Al cabo del mes, tendremos la
oportunidad de explicar en una sección de la Reunión de Servicio los beneficios
que hemos obtenido. En esta ocasión, se nos invita a concentrarnos en llevar un
registro de las personas interesadas.
Por qué es importante. Nuestra comisión implica más que solo predicar:
supone visitar de nuevo a quienes muestren interés y enseñarles la verdad,
regando así las semillas que hemos plantado (Mat. 28:19, 20; 1 Cor. 3:6-9). Para
ello, tenemos que volver a encontrar a las personas, hablarles de lo que les
importa y agregar algo nuevo apoyándonos en la conversación anterior. De ahí la
necesidad de hacer un registro cuando encontremos a alguien interesado.
Cómo hacerlo:
• Lleve en el bolso o maletín los útiles necesarios. Mantenga los registros
impecables, ordenados y al día. Anote los datos justo al terminar la visita.
• Apunte información sobre la persona, como su nombre y datos de contacto
(dirección, número de teléfono, correo electrónico). ¿Qué cosas observó
acerca de ella o su familia que sean relevantes?
• Escriba los detalles de la conversación. ¿Qué textos leyó? ¿Qué dijo la persona
sobre sus creencias? ¿Le dejó alguna publicación? Anote la hora, el día y la
fecha de la visita.
• Escriba lo que piensa hacer la próxima vez. ¿De qué tema prometió hablar?
¿Cuándo se comprometió a volver?
• Actualice el registro cada vez que vuelva. No pasa nada si toma notas de más.
Intente esto durante el mes:
• Cuando esté haciendo un registro, dígale a su compañero qué cosas está
apuntando.
Mejore sus habilidades en el ministerio: sepa cómo contestar a posibles
objeciones

Por qué es importante. Imagínese que usted sabe que está a punto de
suceder una catástrofe natural y que morirán muchas personas si no se ponen a
salvo. Va a casa de un vecino para avisarle, pero este lo interrumpe y le dice que
está ocupado. ¿Se iría sin intentar nada más? ¡Por supuesto que no! Pues bien,
muchas personas nos rechazan porque ignoran que el mensaje que llevamos es
uno de salvación. Tal vez tengan una preocupación al momento de nuestra visita
(Mat. 24:37-39). O quizás estén prejuiciadas por rumores falsos (Mat. 11:18, 19).
A lo mejor piensan que somos una religión más de las que han dado malos frutos
(2 Ped. 2:1, 2). Si la persona no muestra interés al principio, no nos demos
enseguida por vencidos.
Cómo hacerlo:
• Antes de ir a predicar de casa en casa, deténgase unos momentos a pensar en
las posibles objeciones que pudiera encontrar y en cómo respondería.
• Si la persona presenta una objeción, trate amablemente de seguir conversando.
Quizás pueda hacerlo elogiándola por algo. Por ejemplo, si afirma que ya tiene
su religión, podría responderle: “Me alegra encontrar a alguien como usted, que
se interesa por las cosas espirituales”. En ocasiones, tomar en consideración
los sentimientos o las circunstancias de la persona también le permitirá
proseguir la conversación. Si dice que está ocupada, podría contestar:
“Entiendo. Pero antes de irme, me gustaría dejarle esto”. O si dice que no está
interesada, podría preguntarle: “¿Es la Biblia lo que no le interesa, o es la
religión en general?”.
• Actúe con buen juicio. Recuerde que Jehová no obliga a nadie a escuchar (Deut.
30:19). Cada cual cargará con su propia responsabilidad en sentido espiritual
(Gál. 6:5). Si la persona responde de forma tajante, lo mejor es marcharse.
Al respetar sus sentimientos, dejaremos la puerta abierta para que otro
publicador le predique más adelante (1 Ped. 3:15).
Intente esto durante el mes:
• Luego de despedirse de una persona que haya planteado una objeción, analice
con su compañero si podría haber contestado de una mejor manera.
Mejore sus habilidades en el ministerio: ayude a su compañero

Por qué es importante. Jesús sabía lo valioso que es predicar con un


compañero. Así que cuando mandó a 70 de sus discípulos delante de él a
predicar, los envió de dos en dos (Luc. 10:1). Usted puede dar el apoyo necesario
si el otro publicador se encuentra en una situación difícil o no está seguro de qué
responder a la persona a quien predica (Ecl. 4:9, 10). También puede hablar de su
experiencia o dar alguna sugerencia que ayude al otro a ser un evangelizador más
hábil (Prov. 27:17). Además, puede animar con su conversación positiva entre
puerta y puerta (Filip. 4:8).
Cómo hacerlo:
• No se distraiga mientras su compañero esté dando testimonio (Sant. 1:19). Si él
lee un versículo, siga la lectura en su propia Biblia. Así le será más fácil prestar
ayuda cuando haga falta.
• Use buen juicio al decidir si debe participar en la conversación y cuándo hacerlo
(Prov. 25:11). Si acompaña a un publicador a dirigir un estudio de la Biblia, sin
duda le alegrará que usted aporte alguna idea. Por otro lado, su compañero
quizá prefiera que lo deje hablar cuando le toque a él predicar en una casa.
Claro, si él es un publicador nuevo o no está seguro de cómo responder a una
pregunta u objeción, agradecerá que lo ayude. Sea que acompañe a un
hermano en la predicación de casa en casa, al hacer revisitas o dirigir estudios
bíblicos, no es bueno interrumpir, dominar la conversación ni cambiar de tema.
• Háblele de su propia experiencia. Si en alguna ocasión puede darle a su
compañero de predicación una sugerencia que lo ayude a ser más hábil en el
ministerio, no se retraiga (Prov. 3:27). En algún momento oportuno podría
decirle: “¿Qué te pareció esa conversación?”, “¿Me permites una sugerencia?”
o “Cuando ocurre eso, yo trato de...”. Tenga presente que el hermano estará
agradecido de que le dé alguna sugerencia, pero podría desanimarse si le
señala cada pequeño error.
Intente esto durante el mes:
• Después de salir con un compañero al ministerio, menciónele qué dijo o hizo que
a usted le sirvió de ayuda.
Mejore sus habilidades en el ministerio: prepare una buena introducción

Por qué es importante. Si nuestra introducción no despierta el interés de


quien nos escucha, quizás la persona termine la conversación antes de que
podamos darle testimonio. Por eso, muchos publicadores opinan que lo primero
que dicen es lo más importante. Aunque Nuestro Ministerio del Reino y el libro
Razonamiento sugieren algunas presentaciones, estas no siempre tienen una
introducción completa, para dejar un margen de flexibilidad. Y aun si la tuvieran,
los publicadores pueden cambiarlas o usar las suyas. Seremos más eficientes si
preparamos bien las frases iniciales en vez de decir lo primero que se nos venga a
la mente cuando nos abran la puerta (Prov. 15:28).
Cómo hacerlo:
• Elija un tema que esté basado en la publicación que vaya a ofrecer y que sea
interesante para las personas del territorio.
• Piense bien las primeras frases que dirá tras saludar a la persona. Puede
empezar diciendo algo así: “He venido porque...”, “A mucha gente le
preocupa...”, “Me gustaría saber qué opina sobre...”. Por lo general, suelen ser
mejor las frases cortas y sencillas. Algunos publicadores deciden memorizar su
introducción.
• Haga una pregunta de opinión para que la persona participe en la conversación
(Mat. 17:25). Recuerde que cuando usted llegue, quizás la persona esté
pensando en otras cosas, así que la pregunta no debería ser demasiado difícil
ni hacer que se sienta presionada.
Intente esto durante el mes:
• Dedique tiempo durante la adoración en familia a preparar algunas frases
iniciales para el ministerio y practicarlas.
• Cuando predique con otros publicadores dígales la introducción que tiene
pensada (Prov. 27:17). Si ve que no da resultados, cámbiela.
Mejore sus habilidades en el ministerio: empiece conversaciones para dar
testimonio informal

Por qué es importante. Cuando participamos en el ministerio de casa en


casa, hay personas con las que no podemos hablar porque no están en sus
hogares. Sin embargo, quizás las encontremos al utilizar el transporte público, en
los consultorios médicos, en la hora de descanso en el trabajo o del recreo en la
escuela, y así por el estilo. La voluntad de Jehová es que todo el mundo tenga la
oportunidad de escuchar el mensaje del Reino (1 Tim. 2:3, 4). Muchas veces
debemos tomar la iniciativa y comenzar una conversación para poder dar
testimonio.
Cómo hacerlo:
• Sea selectivo. ¿Da la persona la impresión de ser amigable y tener ganas de
hablar? ¿Permite la situación conversar con tranquilidad? Algunos publicadores
primero hacen contacto visual con la persona y le sonríen. Si la persona sonríe
también, entonces tratan de empezar una conversación.
• Haga una oración breve en silencio si siente que le falta valor para hablar (Neh.
2:4; Hech. 4:29).
• Empiece diciendo algo sencillo, quizás un saludo. Jesús no comenzó la
conversación con la samaritana hablándole directamente del Reino (Juan 4:7).
A veces se puede empezar felicitando a la persona, diciendo algo como: “Qué
bien se comportan sus hijos”. También se pueden usar preguntas: “¿Vio las
noticias anoche?”.
• Una vez que ha empezado la conversación, busque la oportunidad de hablarle
de las buenas nuevas, pero no se apresure. Deje que la conversación fluya de
manera natural. A lo mejor puede decir algo que despierte la curiosidad de la
persona y la mueva a hacer una pregunta. Por ejemplo, si están conversando
sobre la familia, podría decir: “Leí un consejo sobre la crianza de los hijos que
siempre funciona”. Si están hablando de alguna noticia, podría decir: “Hace
poco me alegré de leer por fin buenas noticias”. No se desanime si la
conversación termina antes de que pueda dar testimonio.
• Lleve consigo tratados u otras publicaciones que pueda entregar a quien se
interese en el mensaje.
Intente esto durante el mes:
• Cada semana trate de comenzar por lo menos una conversación con la meta de
dar testimonio informal.
Mejore sus habilidades en el ministerio: hable del Reino con valor y
convicción

Por qué es importante. Para obedecer el claro mandato de 2 Timoteo 1:7, 8,


es importante que hablemos del Reino con convicción. ¿De dónde podemos sacar
el valor para hacerlo?
Cómo hacerlo:
• Póngase en el lugar de la gente (Filip. 2:4). A muchas personas les angustia la
situación mundial o tienen numerosos problemas. La empatía nos motiva a
hablarles del Reino.
• Asegúrese de que lleva algunos tratados antes de salir de casa.
Intente esto durante el mes:
• Piense en una persona a la que le gustaría darle testimonio. Pídale a Jehová que
le dé valor para hablarle del Reino y la oportunidad para hacerlo.
Mejore sus habilidades en el ministerio: prepare el terreno para volver

Por qué es importante. Si encontramos a alguien que se interesa en el


mensaje, queremos volver cuando esté en casa para regar la semilla de la verdad
que hayamos plantado (1 Cor. 3:6). Muchas veces, eso requiere que, antes de
marcharnos, preparemos el terreno para la revisita preguntándole cuándo
podemos regresar. También es bueno dejar pendiente una pregunta que podamos
responder en la siguiente visita, así creamos expectativa en la mente de la
persona. Si la pregunta se analiza en la publicación que le dejamos, es más
probable que la lea. Preparar el terreno para la próxima conversación hace más
fácil volver porque ya hemos elegido el tema y la persona sabrá de lo que vamos a
hablar. Al regresar podemos decirle que venimos a responder la pregunta que
dejamos pendiente en la visita anterior y continuar con la conversación.
Cómo hacerlo:
• Cuando prepare la presentación que vaya a usar de casa en casa, piense en qué
pregunta dejará pendiente para la próxima vez. Elija una pregunta que
aparezca en la publicación que ofrezca ese día. También puede tomarla de una
de las publicaciones que usamos para dirigir cursos bíblicos y mostrarle esa
publicación en la siguiente visita.
• Cuando termine de hablar con una persona que se interesó en el mensaje, dígale
que le gustaría seguir conversando en otra ocasión y hágale la pregunta que
quiere dejar pendiente. En algunas zonas, la gente vive muy ocupada y por lo
general no quieren comprometerse para que los visitemos de nuevo. En ese
caso, podría decir: “¿Suele estar en casa a esta hora? [Permita que responda.]
La próxima semana, quisiera pasar por aquí y hablar brevemente de [mencione
la pregunta]. Si está muy ocupado en ese momento, no se preocupe”.
• Si queda en volver a una hora fija, cumpla con su palabra (Mat. 5:37). Antes de
concluir la segunda visita, prepare el terreno para la siguiente.
Intente esto durante el mes:
• Cuando prepare una presentación, piense en una pregunta que vaya a responder
en una siguiente visita. Coméntesela a los hermanos con los que predique.
Mejore sus habilidades en el ministerio: muestre interés por las personas

Por qué es importante. Jesús se interesaba personalmente por los demás.


En una ocasión fue a curar a un hombre sordo y, como tal vez notó que estaba
nervioso, se lo llevó aparte, lejos de las miradas curiosas de la gente (Mar. 7:31-
35). Era considerado con sus discípulos y no los abrumaba con demasiada
información, porque conocía sus limitaciones (Juan 16:12). Jesús sigue
demostrando interés por los demás desde el cielo (2 Tim. 4:17). Los cristianos nos
esforzamos por ser como él (1 Ped. 2:21; 1 Juan 3:16, 18). Para obtener buenos
resultados en el ministerio, debemos ser considerados con las personas y tener en
cuenta sus circunstancias, intereses y preocupaciones. Estarán más dispuestas a
escucharnos si perciben que no estamos ahí simplemente para llevarles un
mensaje o dejarles publicaciones, sino porque nos interesamos por ellas.
Cómo hacerlo:
• Prepárese bien. No se ponga nervioso, sea amable y sonría.
• Sea observador. ¿Ve algo que le indica que la persona tiene hijos, que le gusta
la jardinería, que tiene mascotas? ¿Nota que pertenece a alguna religión? Tal
vez pueda tener eso en cuenta a la hora de iniciar la conversación.
• Pregúntele qué opina y escuche con atención, sin interrumpir. Mantenga contacto
visual para demostrarle que la está escuchando. Agradézcale sus comentarios
y si hay algo por lo que pueda encomiarla, hágalo. No discuta.
• Sea adaptable. Ajuste su presentación para hablar de algo que le interese a la
persona. No es tan difícil, pues nuestros tratados, folletos y revistas presentan
una gran variedad de temas. Si llega en un momento inoportuno, quizás
cuando la persona está ocupada, sea breve.
Intente esto durante el mes:
• Practique durante la adoración en familia, o en la predicación, cómo adaptar su
presentación para hablar de algo que le interese a la persona.
• El hermano que dirija las reuniones para el servicio del campo también puede
analizar maneras de interesarnos por la gente, o presentar alguna
demostración.
Mejore sus habilidades en el ministerio: demuestre cómo estudiar la Biblia
con el libro Enseña

Por qué es importante. Muchas personas no saben a qué nos referimos


cuando les ofrecemos un curso bíblico gratuito. Tal vez piensen que tendrán que
asistir a una clase o estudiar por correspondencia. Por eso, en vez de
simplemente ofrecerles un curso, ¿por qué no les demostramos en qué consiste?
Mostrémosles que estudiar la Biblia es algo sencillo, pero muy provechoso. Solo
nos tomará unos minutos y lo podemos hacer en la misma puerta.
Cómo hacerlo:
• Después de presentarse, pregunte a la persona si le preocupa el futuro.
• Dígale que esto es algo que preocupa a mucha gente. Entonces, muéstrele el
índice del libro Enseña. Mencione que esta publicación contiene explicaciones
sencillas que nos ayudan a entender lo que la Biblia enseña sobre el futuro y
sobre otros asuntos. Luego, pregúntele qué capítulo le interesa más.
• Entréguele un ejemplar y diríjala al capítulo que haya escogido. Indíquele que en
dicho capítulo hallará las respuestas a las preguntas que aparecen antes del
primer párrafo.
• Pregúntele a la persona si le gustaría leer el primer párrafo. Entonces haga la
pregunta para el párrafo y comenten juntos la respuesta. Lea y explique los
textos citados que respalden dicha idea. Muéstrele cómo subrayó usted la
respuesta en su propio libro.
• Pase al siguiente párrafo. Pero esta vez pida a la persona que intente responder
a la pregunta con sus propias palabras.
• Felicite a la persona y haga planes para terminar el capítulo en otra ocasión.
• Si es un momento adecuado, dirija la atención de la persona al video ¿Cómo son
nuestros cursos bíblicos?, del sitio jw.org.
Intente esto durante el mes:
• Pida a Jehová en oración que bendiga sus esfuerzos por empezar un curso
bíblico (Filip. 2:13).
• Al participar en el ministerio, intente por lo menos una vez demostrar cómo
estudiamos la Biblia con el libro Enseña o mostrar el video ¿Cómo son
nuestros cursos bíblicos?
Mejore sus habilidades en el ministerio: aprenda a responder a una persona
furiosa

Por qué es importante. En el ministerio encontramos a muchas personas que


nos responden con educación. No obstante, Jesús predijo que habría quienes nos
odiarían (Juan 17:14). Por eso, no debemos sorprendernos si alguna vez nos
encontramos con personas que se enfurecen con nosotros. Si eso nos ocurriera,
tenemos que reaccionar de una manera que agrade a Jehová, el Dios a quien
representamos (Rom. 12:17-21; 1 Ped. 3:15). Responder bien impedirá que la
situación empeore. Además, dará un buen testimonio tanto a la persona como a
quienes puedan estar observando, y eso hará que estén más dispuestos a
escuchar a los Testigos en otra ocasión (2 Cor. 6:3).
Cómo hacerlo:
• Mantenga la calma y sea amigable. Esto contribuirá a relajar el ambiente. No se
tome la reacción de la persona como un ataque personal (Ecl. 7:9). Puede que
ella tenga problemas graves o que usted haya llamado a su puerta en un
momento inoportuno. Y si lo que le irrita es nuestro mensaje, es probable que
sea porque no esté bien informada (2 Cor. 4:4).
• Hable con amabilidad (Prov. 15:1). ¿Ha despertado a la persona? ¿La ha
interrumpido en sus quehaceres? Es verdad que los Testigos no tenemos que
pedir perdón por cumplir con nuestra comisión. Sin embargo, usted podría
disculparse sinceramente por haber llamado en un momento inoportuno. ¿Y si
la persona está enojada por algún rumor falso que ha escuchado sobre
nosotros? Si este es el caso, podría decir: “Entiendo por qué esta molesto.
Pero parece que lo que le han dicho sobre nosotros no es del todo cierto. ¿Me
permite que se lo aclare?”. Si la persona está en contra de alguna de nuestras
prácticas, como nuestra postura respecto a los expulsados o la sangre,
entonces podría decir: “Entiendo. Otras personas nos han dicho lo mismo.
Pero, ¿puedo mostrarle en la Biblia la razón por la que adoptamos esa
postura?”.
• En caso de que la persona esté muy alterada, puede que sea mejor marcharse
sin ni siquiera intentar decir nada. Y si pidiera que no lo visiten más los testigos
de Jehová, entonces asegúrele que se respetará su deseo.
Intente esto durante el mes:
• Incluya sesiones de práctica en la adoración en familia.
• Después de despedirse de una persona que se haya mostrado furiosa,
pregúntele a su compañero si podría haber reaccionado de una mejor manera.
Mejore sus habilidades en el ministerio: predique eficazmente a través
del interfono

Por qué es importante. Predicar a través de un interfono, o intercomunicador,


puede intimidar un poco. ¿Qué podemos hacer para que este obstáculo no nos
haga perder el celo o entusiasmo al efectuar nuestro servicio? Recuerde que
algunas personas solo tendrán la oportunidad de escuchar el mensaje de las
buenas nuevas a través de un interfono (Rom. 10:14). Y la realidad es que en
ocasiones se ha podido dar un buen testimonio de esta manera (vea el Anuario
2011, páginas 65 y 66, y el Anuario 2000, página 54, párrafo 3). He aquí algunas
sugerencias.
Cómo hacerlo:
• Prepare una presentación breve y póngala por escrito para que pueda leerla
directamente frente al interfono. Esto puede darle seguridad. Comience por
explicar el propósito de su visita. Utilice el nombre de la persona si se muestra
en el interfono. Antes de marchar, ofrézcale una revista o una hoja con más
información. Dígale que se la puede entregar o dejar frente a la puerta.
• Sea positivo. Sonría y haga ademanes como si tuviera a la persona de frente.
• Mantenga un tono conversacional y relajado. Hable alto y claro. No haga pausas
innecesarias, pero tampoco hable demasiado rápido.
• Sea prudente. En edificios grandes en los que haya un interfono con muchos
timbres, tal vez convenga tocar solo dos o tres, tomar nota e irnos. Quizás los
residentes se alarmen si nos quedamos mucho tiempo a fin de tocar en todos
los apartamentos.
Intente esto durante el mes:
• En la adoración en familia incluya sesiones de práctica en las que los
participantes se hablen sin mirarse a la cara.
Mejore sus habilidades en el ministerio: fomente el interés de quienes leen
nuestras revistas

Por qué es importante. A muchas personas les gustan nuestras revistas pero
no quieren estudiar la Biblia con nosotros, tal vez porque están satisfechas con su
religión o porque no tienen tiempo para estudiar. Aun así, como leen las revistas
con frecuencia, su aprecio por la Palabra de Dios puede aumentar (1 Ped. 2:2).
Quizás un artículo en concreto les toque el corazón, o sus circunstancias cambien.
Al visitarlas de manera breve y regular iremos averiguando qué les interesa y qué
les preocupa, y ellas irán teniendo más confianza con nosotros. Con el tiempo,
quizás podamos iniciar un curso de la Biblia.
Cómo hacerlo:
• Llévele a la persona La Atalaya y ¡Despertad! cada vez que haya números
nuevos. En otras ocasiones durante el mes podría visitarla para animarla a leer
algún artículo de las revistas que le entregó, o para dejarle la publicación que
se esté ofreciendo ese mes. Tome buenas notas. (Vea Nuestro Ministerio del
Reino de enero de 2014, página 3.)
• Prepárese antes de cada visita. En vez de limitarse a darle las revistas, trate de
conversar con ella y de entablar una amistad. Así será más fácil cultivar su
interés por la verdad.
• Aproveche las oportunidades de comenzar cursos bíblicos. Si alguna persona a
la que le deja las revistas le pregunta qué dice la Biblia sobre cierto tema,
llévele una publicación de estudio que conteste su pregunta y analícenla juntos.
Antes de marcharse, haga otra pregunta relacionada con ese mismo tema y
quede en responderla la próxima vez. Si tiene conversaciones bíblicas de
manera regular y sistemática con la persona y usa la Biblia o cualquier
publicación de estudio, ya ha comenzado un curso bíblico. ¿Le ha dejado el
folleto Buenas noticias y le ha explicado cómo estudiar la Biblia en unos
minutos? Otra sugerencia es mostrarle los videos ¿Por qué estudiar la Biblia?
y ¿Cómo son nuestros cursos bíblicos? Aunque la persona no haya querido
estudiar con usted anteriormente, sus circunstancias pueden cambiar. ¿Por
qué no prueba a ofrecérselo de nuevo?
Intente esto durante el mes:
• Haga una lista de personas a las que podría llevarles las revistas mensualmente.
Ofrézcales las últimas revistas y dígales que regresará para entregarles los
siguientes números.
Mejore sus habilidades en el ministerio: cómo predicar a alguien que habla
otro idioma

Por qué es importante. Jehová desea que personas de todas partes del
mundo reciban ayuda espiritual (Hech. 10:34, 35). Jesús dijo que las buenas
nuevas se predicarían “en toda la tierra habitada” y “a todas las naciones” (Mat.
24:14). Zacarías profetizó que personas de “todos los lenguajes de las naciones”
aceptarían el mensaje (Zac. 8:23). Y según una visión del apóstol Juan, quienes
sobrevivan a la gran tribulación serán personas de “todas las naciones y tribus y
pueblos y lenguas” (Rev. 7:9, 13, 14). En vista de todo lo anterior, si nos
encontramos en el territorio con alguien que habla otro idioma, deberíamos
esforzarnos por darle el mensaje de la Biblia.
Cómo hacerlo:
• Preparémonos. Al ir a predicar, llevemos el folleto Buenas nuevas para gente de
todas las naciones. Leamos las instrucciones que se hallan en el prólogo
titulado “Cómo ayudar a quienes hablan un idioma extranjero”. Descarguemos
en nuestra tableta o teléfono un video o una publicación de jw.org en los
idiomas que hablan las personas que es posible que encontremos en el
territorio. Intentemos aprender algunas frases en estos idiomas con la
aplicación JW Language. Si en el territorio predican congregaciones de lenguas
extranjeras, no llevemos publicaciones en esos idiomas cuando vayamos de
casa en casa. Sin embargo, en la predicación pública en zonas donde se
hablan varios idiomas, sí podemos ofrecer publicaciones en otros idiomas.
• Cuando encontremos a alguien que habla otro idioma, hagamos todo lo posible
por presentarle “las cosas magníficas de Dios” en dicha lengua (Hech. 2:11).
Podemos indicarle que puede hallar más información en su idioma en el sitio
jw.org. Si muestra interés, debemos rellenar enseguida el formulario Persona
que mostró interés (S-43) y entregarlo al secretario de la congregación.
Sigamos cultivando el interés de la persona hasta que la visite un publicador
que hable su idioma.
Intente esto durante el mes:
• En la próxima noche de adoración en familia ensaye cómo predicar a alguien que
habla otro idioma.
Mejore sus habilidades en el ministerio: empiece un curso bíblico en la
puerta con el folleto Buenas noticias de parte de Dios

Por qué es importante. Tenemos que saber enseñar para ayudar a las
personas a hacerse discípulos (Mat. 28:19, 20). Todos podemos ser buenos
maestros de la verdad si utilizamos bien las herramientas que tenemos a nuestro
alcance. Una publicación especialmente pensada para ello es el folleto Buenas
noticias de parte de Dios. De hecho, podemos usarlo para empezar un curso
bíblico la primera vez que hablemos con una persona en la misma puerta de su
casa.
Cómo hacerlo:
• Repase la presentación del recuadro. (Vea también Nuestro Ministerio del Reino
de marzo de 2013.)
• Asegúrese de llevar suficientes folletos cuando vaya a predicar. Tenga a mano
su copia personal.
• Analice solo uno o dos párrafos, y hágalo en diez minutos o menos.
Intente esto durante el mes:
• Ore para tener el deseo de empezar un curso bíblico. Pídale a Jehová su ayuda
para empezar un curso de la Biblia, y para ser un buen maestro de la verdad
(Filip. 2:13).
• Practique lo que va decir en la adoración en familia o durante su estudio
personal. Así, podrá hablar con más seguridad y se le hará más fácil empezar
un curso bíblico con una persona en la puerta de su casa.
[Recuadro de la página 1]
Cuando vaya de casa en casa, puede decir:
“Le visito porque sabemos que a la gente le preocupa el futuro. ¿Cree usted que
las cosas van a mejorar? [Permita que la persona responda.] ¿Sabía que la Biblia
contiene buenas noticias que nos devuelven la esperanza? Mire aquí algunas de
las cosas que enseña la Biblia.” Entréguele el folleto y pídale que elija una de las
preguntas que aparecen en la parte de atrás. Entonces, vaya a la lección
correspondiente y demuestre cómo se estudia el folleto. Quede en volver para
analizar la próxima pregunta de la lección.
Mejore sus habilidades en el ministerio: prepare a los estudiantes para la
predicación

Por qué es importante. Los nuevos discípulos de Jesús tienen que aprender a
obedecer “todas las cosas” que él mandó, entre ellas, enseñar la verdad (Mat.
28:19, 20). Muchos estudiantes están inscritos en la Escuela del Ministerio
Teocrático y puede que prediquen informalmente a familiares y amigos. Poco a
poco, su aprecio por lo que aprenden seguirá creciendo. Y cuando comprendan
que Jehová quiere que toda la gente escuche las buenas nuevas, quizás digan
que quieren salir a predicar, un paso más en su progreso espiritual (Rom.
10:13, 14). Después de que sean aprobados para predicar con la congregación,
necesitarán una buena preparación, que los ayudará a sentirse más seguros (Luc.
6:40).
Cómo hacerlo:
• Ayude al nuevo publicador a conseguir las publicaciones que necesita para
predicar y enseñar la Biblia. Muéstrele cómo tiene organizado su propio bolso o
maletín y explíquele para qué sirven las publicaciones que lleva.
• Escojan juntos una presentación de Nuestro Ministerio del Reino y ensáyenla.
Usen situaciones tomadas de la página 82 del libro Benefíciese que sean
comunes en su territorio. Ayude al estudiante a expresarse con sus palabras.
Recuérdele que es muy importante arreglarse bien y con modestia (2 Cor.
6:3, 4).
• La preparación abarca más. Muéstrele una tarjeta de territorio y enséñele a llevar
un registro de casa en casa. Enséñele también a tomar notas cuando una
persona muestre interés en el mensaje. Anímelo a cultivar el interés (1 Cor.
3:6). Demuéstrele cómo usar la página jw.org y el folleto Buenas nuevas para
gente de todas las naciones.
• Sea paciente y felicítelo por su progreso (Prov. 25:11). Enséñele con el ejemplo.
El nuevo publicador no olvidará fácilmente su ayuda cariñosa y su entusiasmo
por la predicación.
Intente esto durante el mes:
• Predique de casa en casa con el estudiante y llévelo a hacer revisitas o a
estudiar con otra persona. Si no tiene ningún estudiante en la actualidad, invite
a un publicador con poca experiencia a que lo acompañe.
Mejore sus habilidades en el ministerio: en territorios de negocios

Por qué es importante. Como la mayoría de las personas trabajan durante


muchas horas cada día, lo mejor es llevarles el mensaje del Reino a su lugar de
empleo. Predicar en territorios de negocios suele ser ameno y productivo, pues
siempre encontramos a las personas y, además, quienes trabajan allí reciben bien
a los que ven como posibles clientes. Para que la predicación en este tipo de
territorios sea eficaz, los publicadores deben ser prudentes y ejemplares en su
forma de vestir y arreglarse (2 Cor. 6:3). El superintendente de servicio tiene que
supervisar con atención con cuánta frecuencia se predica en los territorios de
negocios y quién lo hace.
Cómo hacerlo:
• Prepare una presentación breve. Si habla demasiado tiempo con un trabajador,
quizás esté cerrando la puerta a futuras conversaciones con él.
• Visite los negocios durante las horas de menos trabajo, por ejemplo, al comienzo
de la jornada laboral.
• Trate de hablar primero con el encargado y sea amable. Podría decirle algo así:
“Estamos visitando brevemente a las personas en sus lugares de trabajo
porque es más fácil contactar con ellos así”. En unos pocos minutos, presente
un tratado, las revistas u otra publicación. Es mejor no mencionar el sistema de
donaciones a menos que nos pregunten cómo se financia nuestra obra, pues
no queremos que nos confundan con vendedores.
• Si el encargado es amable, pídale permiso para hablar de manera breve con los
demás trabajadores. En algunos lugares de empleo, quizás sea buena idea
preguntar si podemos dejar algunas publicaciones en la sala de descanso.
• Sea prudente y flexible. Por ejemplo, si alguien está hablando con un cliente o
está ocupado, es mejor que esperemos a que esté libre antes de presentarnos.
Intente esto durante el mes:
• En la Noche de Adoración en Familia, ensaye una presentación que pudiera
utilizar si predica en territorio de negocios.
Mejore sus habilidades en el ministerio: enseñe a los estudiantes a tener
buenos hábitos de estudio

Por qué es importante. Para llegar a ser maduro en sentido espiritual, el


estudiante necesita llenar su mente y corazón con algo más que las enseñanzas
básicas de la Biblia (Heb. 5:12–6:1). Por supuesto, para estudiar hay que
esforzarse, pues abarca ver la conexión entre lo que ya sabemos y lo que
acabamos de aprender, y ver cómo ponerlo en práctica (Prov. 2:1-6). Para
encontrar las respuestas a sus preguntas, los estudiantes de la Biblia tienen que
aprender a investigar por su cuenta. Su esfuerzo sincero por actuar según lo que
están aprendiendo los ayudará a superar los obstáculos en su carrera cristiana
(Luc. 6:47, 48).
Cómo hacerlo:
• Destaque lo importante que es orarle a Jehová para que nos guíe en cada sesión
de estudio (Juan 14:26; 1 Cor. 2:10).
• Desde el principio, anime al estudiante a prepararse de antemano para su clase
de la Biblia. Puede enseñarle a marcar las palabras o ideas importantes y
mostrarle en su libro cómo lo hace usted.
• Pida al estudiante que conteste en sus propias palabras. No se limite a hacerle
preguntas para que las responda leyendo del libro.
• Anime al estudiante a leer la Biblia cada día. En jw.org encontrará un programa
que le ayudará a planificar su lectura. Hay que tener fuerza de voluntad para
que leer la Biblia se convierta en una costumbre, pero vale la pena el esfuerzo
(Sal. 1:2, 3).
• Enseñe al estudiante a usar la BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower para
encontrar respuestas a sus preguntas sobre la Biblia. Le podemos enseñar a
identificar los símbolos de las publicaciones que más se utilizan en las
reuniones.
Intente esto durante el mes:
• Cuando termine un subtítulo o un capítulo, pídale al estudiante que resuma en
unas pocas frases lo que ha aprendido. Si en la actualidad usted no está
estudiando con nadie, pruebe a resumir en algunas frases un pasaje de la
Biblia o un párrafo de La Atalaya. Esto le ayudará a comprender mejor lo que
lee.
Mejore sus habilidades en el ministerio: ofrezca el libro Enseña

Por qué es importante. El libro Enseña es una de las herramientas que más
usamos en nuestro ministerio. Pero si queremos utilizarlo para dar clases de la
Biblia, primero tenemos que ofrecérselo a las personas. Por eso, es bueno que
nos esforcemos por ser hábiles al presentarlo cuando predicamos (Prov. 22:29).
Hay muchas maneras de hacerlo, así que podemos elegir la más apropiada para
nuestro territorio.
Cómo hacerlo:
• Haga una pregunta para despertar el interés de la persona por un capítulo en
concreto del libro. Quizás pueda elegir una de las preguntas que aparecen al
comienzo de cada capítulo. Después de escuchar la respuesta de la persona,
lea un texto bíblico y, en unos pocos minutos, analicen juntos un párrafo del
libro que hable sobre ese tema.
• Otra opción es usar las páginas de la introducción para captar la atención de la
persona y mostrarle en el libro lo que la Biblia dice sobre esos temas. Por
ejemplo, después de mencionar algún suceso trágico del que se haya hablado
en las noticias, podría comentar que muchas personas se han hecho preguntas
como las que se muestran en la página 3. O quizás pueda decir que está
visitando a los vecinos para conversar sobre la esperanza de un futuro mejor.
Muéstrele los dibujos de las páginas 4 y 5, y pregúntele: “¿Cuál de estas
promesas le gustaría ver cumplida?”. También podría decir que está haciendo
visitas breves para hablar sobre algunas preguntas importantes que todos nos
hacemos. Muéstrele las que aparecen al final de la página 6 y pídale que le
diga cuál le interesa más.
• Trate de usar el método directo para comenzar cursos bíblicos. Podría decir algo
así: “Estamos ofreciendo a los vecinos este manual para estudiar la Biblia. ¿Lo
conoce? [Permita que la persona responda.] Si tiene unos minutos, me gustaría
mostrarle cómo lo puede utilizar para estudiar su propia Biblia”.
Intente esto durante el mes:
• Incluya sesiones de práctica en la adoración en familia.
• Cuando predique con otros publicadores, dígales la introducción que tiene
pensada (Prov. 27:17). Si ve que no da resultados, cámbiela.
Mejore sus habilidades en el ministerio: prepare el terreno para volver

POR QUÉ ES IMPORTANTE:


Queremos regar las semillas de la verdad que plantamos (1Co 3:6).
Si encontramos a alguien que se interesa en el mensaje, es bueno dejar pendiente
una pregunta que podamos responder en la siguiente visita. Eso creará
expectación en la persona y nos será más fácil prepararnos para la revisita.
Al regresar podemos decirle que venimos a responder la pregunta que dejamos
pendiente la última vez.

CÓMO HACERLO:
• Cuando prepare la presentación que vaya a usar de casa en casa, piense en qué
pregunta dejará pendiente para la próxima vez. Puede elegir una que se
responda en la publicación que vaya a ofrecer. También puede tomarla de una
de las publicaciones que usamos para dirigir cursos bíblicos y mostrarle esa
publicación en la siguiente visita.
• Cuando termine de hablar con una persona que se interesó en el mensaje, dígale
que le gustaría seguir conversando en otra ocasión y hágale la pregunta que
quiere dejar pendiente. Pídale sus datos de contacto si es posible.
• Si queda en volver a una hora fija, cumpla con su palabra (Mt 5:37).
SEAMOS MEJORES MAESTROS
Mejore sus habilidades en el ministerio: prepare su propia presentación de
las revistas

POR QUÉ ES IMPORTANTE: Aunque las ideas para presentar las


publicaciones que aparecen en la Guía de actividades son muy prácticas, son solo
eso, ideas. Puede decirlas con sus propias palabras. Quizás prefiera abordar el
tema de manera diferente, o hasta presentar otro que interese más a la gente de
su territorio. En ese caso, primero lea la revista, analice las presentaciones modelo
y vea los videos de las demostraciones;
entonces prepare su propia presentación
siguiendo estas sugerencias.
CÓMO HACERLO:
¿Usará alguna de las presentaciones modelo?

• Prepare lo primero que dirá cuando salude a
la persona y le explique brevemente el motivo
de su visita. (Ejemplo: “He venido porque...”).
• Piense qué dirá para pasar de la pregunta al texto bíblico, y del texto a la
publicación. (Por ejemplo, para pasar a leer un versículo, puede decir: “Mire
la explicación que da la Biblia”).
NO
• Elija un tema de las revistas que le guste y que le interese a la gente de su
territorio.
• Piense en una pregunta de opinión para que la persona participe en la
conversación, pero no haga que se sienta incómoda. (Ejemplo: utilice la
pregunta que aparece en la página 2 de las revistas).
• Escoja un versículo y léalo. (En el caso de ¡Despertad!, esto es opcional
ya que la revista está pensada para personas que saben poco de la Biblia o
desconfían de la religión).
• Prepare una o dos frases para explicarle a la persona en qué le puede
ayudar leer el artículo.
EN CUALQUIER CASO
• Prepare una pregunta para responderla en la siguiente visita.
• Tome notas que le ayuden a saber qué decir en la siguiente visita.
Mejore sus habilidades en el ministerio: usemos los videos para enseñar la
verdad

POR QUÉ ES IMPORTANTE.


Los videos llegan al corazón de la gente al apelar a los sentidos de la vista y el
oído. Esto hace que la persona esté más atenta y que recuerde la información por
más tiempo. Jehová nos ha puesto el mejor ejemplo al usar ayudas visuales para
enseñar (Hch 10:9-16; Rev 1:1).
Los videos ¿Tiene Dios un nombre?, ¿Quién es el autor de la Biblia? y ¿Por
qué podemos confiar en que la Biblia dice la verdad? complementan las lecciones
2 y 3 del folleto Buenas noticias. Los videos ¿Por qué estudiar la Biblia?, ¿Cómo
son nuestros cursos bíblicos? y ¿Cómo son nuestras reuniones? animarán a las
personas a estudiar con
nosotros y asistir a las
reuniones. Además, algunos de
nuestros documentales y
películas se pueden mostrar
durante las clases de la Biblia
(km 5/13 pág. 3).
CÓMO HACERLO:
• Descargue por adelantado el
video que quiere mostrarle al
amo de casa.
• Prepare una o dos preguntas para hacerle y que se responden en el video.
• Vean el video juntos.
• Comenten las ideas principales.
INTENTE ESTO:
• Vaya a la parte de atrás de cualquier tratado y muestre el código que dirige al
video ¿Por qué estudiar la Biblia?
• Muestre el video ¿Por qué podemos confiar en que la Biblia dice la verdad?
y ofrezca el folleto Buenas noticias. Destaque la lección 3.
Demos buen uso a las publicaciones bíblicas
“Recibieron gratis; den gratis”, enseñó Jesús (Mt 10:8). Obedecemos esa clara
instrucción al no cobrarle a la gente ni por la Biblia ni por nuestras
publicaciones bíblicas (2Co 2:17). Pero estas publicaciones contienen
verdades de la Palabra de Dios que son muy valiosas. Además, imprimirlas y
enviarlas a todas las congregaciones del mundo implica mucho gasto y
esfuerzo. De ahí que deberíamos llevarnos solo las que vayamos a necesitar.
Tenga buen criterio a
la hora de darles
publicaciones a las
personas, incluso en
los puestos de
predicación pública
(Mt 7:6). En vez de
entregarle algo a todo
el que pase, trate de
conversar con la
gente para ver su
grado de interés.
Piense si puede
responder
afirmativamente al
menos una de las preguntas del recuadro. Si no está seguro del interés de
alguien, es mejor que le dé un tratado. Por supuesto, con gusto le daremos una
revista o cualquier otra publicación a quien nos pida una (Pr 3:27, 28).

PREGÚNTESE:
˙ ¿Presta la persona atención a lo que le digo?
˙ ¿Participa en la conversación?
˙ ¿Quiere leer la publicación?
˙ ¿Ofrece una contribución?
˙ ¿Muestra aprecio por lo que dice la Palabra de Dios?
Cómo utilizar el folleto Escuche a Dios
El folleto Escuche a Dios se ha preparado para enseñar, con la ayuda de
imágenes, verdades bíblicas elementales a personas con poca comprensión
lectora. Cada lección ocupa dos páginas y tiene dibujos bien pensados, con un
diseño que señala el orden a seguir de un dibujo a otro.

El folleto Escuche a Dios y vivirá para siempre tiene las mismas ilustraciones
que el folleto Escuche a Dios, pero con más texto. Las personas que leen
mejor pueden estudiar con este otro folleto. También es el que suelen usar los
publicadores aunque el estudiante utilice el folleto Escuche a Dios. Algunas
páginas incluyen un recuadro con información adicional para analizarla con la
persona según sea conveniente.
Puede ofrecer cualquiera de estos dos folletos siempre, aunque no sean la
oferta del mes. Al dar clases bíblicas, aproveche los dibujos para explicar lo
que dice la Biblia. Haga preguntas para que el estudiante participe y para
asegurarse de que entiende lo que le está diciendo. Lea y explique los pasajes
bíblicos al final de cada página. Cuando terminen el folleto, estudien el libro
¿Qué enseña realmente la Biblia? o el libro ¿Qué nos enseña la Biblia? para
ayudar a su estudiante a progresar hasta el bautismo.

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