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(Augusto Constantino Coello Estévez; Tegucigalpa, 1884 - San Salvador, 1941) Escritor y político hondureño. Ocupó
diversos cargos en la administración de su país y se dedicó al periodismo. Es autor del himno nacional (1915) y de los
libros El tratado de 1843 con los indios moscos (1923) y Canto a la bandera (1934).
Hijo del abogado Adán Coello y de Adela Estévez de Coello, Augusto Coello cursó la enseñanza primaria y se graduó de
bachiller en ciencias y letras en el Colegio Eclesiástico de Tegucigalpa, entonces dirigido por el sacerdote Ernesto Fiallos.
Siguió luego la carrera de derecho en la Universidad Central de Tegucigalpa. Como estudiante, manifestó amor por las
ciencias y la literatura y evidenció su gran talento. Finalizados sus estudios, fue profesor de educación musical de
escuelas y colegios durante más de cuarenta años.
Durante su vida pública desempeñó importantes cargos: fue subsecretario del Ministerio de Relaciones Exteriores,
secretario privado del presidente de la República, secretario de la Comandancia General del Ejército y diputado a la
Asamblea Constituyente entre 1904 y 1906. Se trasladó después a Costa Rica, donde se dedicó al periodismo; dirigió
sucesivamente los periódicos La República, La Prensa Libre, El Pabellón Rojo y La Opinión. Muchos años después, en
1930, su prestigio periodístico le valdría resultar elegido presidente por unanimidad en el I Congreso de Periodistas de
Honduras.
Regresó al país bajo la administración de Francisco Bertrand y desempeñó los cargos de diputado al Congreso Nacional,
secretario privado del presidente de la República (teniendo anexa la Secretaría de la Comandancia General), alcalde de
La Ceiba, comandante del puerto de Omoa y gobernador político del departamento de Intibucá. En 1924 fue electo
diputado por el departamento de Intibucá a la Asamblea Constituyente reunida ese año.
A partir de la década de 1920, Augusto C. Coello desarrolló una intensa actividad en el terreno diplomático. En 1923 fue
designado consejero de la legación de Honduras en Washington, y a su vez encargado del asunto de límites. Fue
subsecretario y ministro de Relaciones Exteriores en la administración de Miguel Paz Baraona, y jefe de la delegación de
Honduras a las conferencias de límites que tuvieron lugar en Cuyamel. Participó asimismo en la Comisión de Honduras
que conoció del arbitraje entre Honduras y Guatemala y ejerció como abogado colaborador de la Comisión ante el
Tribunal de Arbitraje que en 1931 se reunió en Washington.
Poco después, en 1933, se le nombró miembro consultor de la comisión técnica que delimitó la línea fronteriza entre
Honduras y Guatemala. Participó además como delegado a la VII Conferencia Internacional de Montevideo (Uruguay), y
fue nombrado enviado extraordinario y ministro plenipotenciario ante el gobierno de Guatemala, con ocasión del primer
centenario del nacimiento del general Justo Rufino Barrios, reformador de su país y jefe del Movimiento Militar
Unionista creado en 1885.
Augusto Coello fue un elocuente orador, un escritor pulcro y un poeta de concepciones elevadas. Autor de la letra del
himno nacional hondureño (1915), destacan entre su producción las obras políticas y patrióticas, como Himno a los
Héroes en Costa Rica, Canto a la Bandera, Digesto Constitucional de Honduras e Himno a la Madre. Escribió, junto con
Rómulo E. Durón, Las islas del Cisne. En Tegucigalpa dirigió los periódicos El Imparcial y En Marcha, y en La Ceiba publicó
el periódico Pro Patria
Él Ella
Entre los valores básicos de la convivencia social se encuentran la justicia, la amistad y la solidaridad. Trataremos
especialmente el valor de la justicia, sin lo cual no hay amistad ni solidaridad verdaderas.
La justicia es un hábito por el que se da a cada uno lo suyo. De entrada nadie es justo, porque todos tendemos a
buscar nuestro propio bien, por eso es necesario ejercitar la virtud de la justicia que nos abre al bien ajeno.
La base de la justicia está en el respeto, que lleva a reconocer los derechos de los demás.
La amistad es la virtud por la que se busca positivamente el bien del amigo, aceptándole, ayudándole en sus
necesidades reales, corrigiéndole adecuadamente para que sea mejor. Y, especialmente, la amistad conlleva el
deber de la ejemplaridad, ya que el núcleo de la amistad es la virtud, la verdad y el bien
Junto con la amistad está la solidaridad, que es la virtud por la que uno se interesa por ayudar no sólo al amigo,
sino a todos aquellos con quienes uno convive. Es necesario ser conscientes de que nos encontramos todos en
un tejido social, por lo que no podemos ser indiferentes a las necesidades de los demás. Evidentemente hay un
orden, lo primero es ayudar a los que están próximos a nosotros y a los más necesitados; pero entre las
necesidades no sólo están las necesidades materiales, sino también y, especialmente, las espirituales; por eso se
requiere de enseñar, de dar la fe, y de todo lo que esté en nuestra mano para ayudar a que los demás sean
mejores personas.
Además está la empatía, que es ponerse en el lugar del otro y entender el sentir y pensar de los demás.
Otro valor importante es el que nos damos a nosotros mismos, la base para educar el descrito anteriormente.
Hablamos de la autoestima cuando nos elogiamos y reconocemos que somos importantes y que tenemos
virtudes que nos caracterizan.
Finalmente está la gratitud, aquel valor para la convivencia que no solo significa dar las gracias. Es apreciar lo que
el otro hace por nosotros, no solo por educación sino de corazón.
Inmuno Deficiencia significa que se debilita el sistema del cuerpo que combate enfermedades
El SIDA es causado por un virus llamado VIH, Virus de Inmunodeficiencia Humano. Si usted se infecta con el VIH, su
cuerpo tratará de combatir la infección y producirá “anticuerpos”, moléculas especiales cuya función es destruir al VIH.
Ser VIH positivo o estar infectado con el VIH no es lo mismo que tener SIDA. Muchas personas VIH positivas no se
enferman por muchos años. A medida que la enfermedad del VIH continúa, debilita al sistema inmune.
Usted puede infectarse con el VIH de cualquier persona que esté infectada, aún cuando no parezcan estar enfermas o
aunque no hayan obtenido aún un resultado positivo del análisis del VIH. La sangre, los fluidos vaginales, el semen y la
leche materna de personas infectadas con el VIH contienen suficiente cantidad de virus para infectar a otras personas.
La mayoría de la gente se infecta con el VIH al:
Nacer de una madre infectada o al tomar leche materna de una mujer infectada
La principal forma de prevenir el VIH y el SIDA es utilizando el preservativo en todas las relaciones sexuales.
Estos pueden ser compradas en supermercados, farmacias y abastos, pero también se distribuyen gratuitamente en los
puestos de salud y en las campañas de prevención del SIDA realizadas por el gobierno.
Seguir el tratamiento del SIDA durante el embarazo para evitar la contaminación del bebé;