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Objetivo General:

Identificar la cultura, hábitos y tabúes en la alimentación, para tener una dieta correcta de
acuerdo a las tradiciones o hábitos que existen en nuestro diario vivir.
Objetivo Específico:
Conocer los principales tabúes que existen en la sociedad en relación a la alimentación,
hábitos y culturas.
Cultura, Hábitos y Tabúes en la Alimentación
Los factores culturales, los hábitos e incluso los tabúes en la alimentación tienen una
influencia sobre lo que come la gente, como preparan sus alimentos, sus prácticas
alimentarias y los alimentos que prefieren. Sin embargo, los hábitos y prácticas alimentarias
son rara vez causa de la malnutrición. Algunas prácticas alimentarias culturales o
tradicionales y tabúes de ciertas sociedades pueden contribuir a deficiencias nutricionales en
grupos específicos de la población en donde la alimentación puede ser positiva o negativa.
Cultura
La diversidad cultural en la alimentación es uno de los aspectos culturales más importantes,
ya que una persona tiende a conservar su tradición alimentaria como forma de identidad
cultural. El consumo de nuevos alimentos sucede de manera independiente de los hábitos
alimentarios tradicionales. Según Tylor “la cultura, es ese complejo total que incluye
conocimiento, creencia, arte, moral, ley, costumbre y otras aptitudes y hábitos adquiridos por
el hombre como miembro de una sociedad”.
La cultura alimentaria no es sólo un elemento de identidad cultural de los seres humanos.
Está implícita en su cotidianidad y en la manera en que se consumen los alimentos. La Cultura
alimentaria permite revalorar al alimento como un elemento de funcionalidad o disfunción
que establece la sociabilidad, contribuye a la armonía entre algunos grupos e individuos,
además de que representa valores, costumbres y tradiciones, y en algunos grupos o
sociedades se distingue como un símbolo que en sus diversidades y características representa
unidad, tradición, status, distinción, en ciertos casos conlleva una carga de significados
espirituales o de éxito al ser considerado un elemento de transferencia de actitudes,
sentimientos negativos o positivos para con los demás.
La nutrición como proceso interactúa con la cultura de cada región, siendo esta la que define
en muchas ocasiones el desarrollo de enfermedades como la obesidad y las enfermedades
crónico degenerativas no trasmisibles. Por ello se han dado estudios que recuperan la cultura
alimentaria pueden permitir optimizar los recursos locales y elevar así el estado de nutrición
de las comunidades, en circunstancias en que factores externos a ellas buscan la
homogenización de una cultura alimentaria global, es decir, la aculturización de las
identidades alimentarias tradicionales de los pueblos principalmente indígenas. La gran
variedad de especias, frutas, verduras, legumbres y carnes constituyen la despensa de cada
zona, dando origen a determinadas regiones culturales que se diferencian claramente en su
alimentación. Por ello la cultura nutricional es una base fundamental para modificar hábitos
y preferencias de una población.
Hábitos
Los hábitos alimenticios, la preferencia por ciertos alimentos y la aversión hacia otros, se
establecen desde la infancia. Las personas tienen sus propias preferencias, rechazos y
creencias respecto a los alimentos. Sin embargo, lo que una sociedad considera como normal
o inclusive muy deseable, otra lo puede considerar como repulsivo o inaceptable. Muchas
personas se deleitan con carne de monos, serpientes, perros y ratas o comen ciertos tipos de
insectos, muchas otras encuentran que estos alimentos son muy desagradables. La religión
puede tener una importante función en prohibir el consumo de ciertos platos. Por ejemplo, ni
los musulmanes ni los judíos consumen cerdo, mientras los hindúes no comen carne y con
frecuencia son vegetarianos.
Los hábitos alimentarios difieren mucho con respecto a cuáles son los alimentos de origen
animal que se prefieren, gustan y consumen. Los alimentos en cuestión, comprenden muchos
que son ricos en proteína de buena calidad y que contienen hierro, los cuales son nutrientes
importantes. Las personas que no consumen tales alimentos carecen de la oportunidad de
obtener con facilidad estos nutrientes. Por otra parte, quienes consumen en exceso carne
animal, algunos alimentos marinos, huevos y otros alimentos de origen animal tendrán
cantidades indeseables de grasa saturada y de colesterol en la dieta. El consumo equilibrado
es la clave.
Se dice con frecuencia que los hábitos alimentarios rara vez o nunca cambian y que son
difíciles de modificar. Esto no es cierto; en muchos países los alimentos básicos actuales no
son los mismos que se consumieron inclusive hace un siglo. Los hábitos y las costumbres
alimentarias cambian y pueden ser influenciadas en formas diferentes. La educación
nutricional ha tenido una importante influencia en los hábitos alimentarios, ya que ayuda a
conocer una adecuada dieta.
Los hábitos alimentarios son a menudo un factor importante que afecta la ingesta real de
alimentos y que deben de ser considerados al momento de recomendar o sugerir una forma
de alimentación; cada vez es más necesario considerar los diversos aspectos culturales que
condicionan el consumo de alimentos.
Tabúes
Numerosos hábitos y costumbres alimentarias son inadecuadas desde el punto de vista
nutricional. Un tabú puede existir en un país, en una tribu, en parte de ésta, o en ciertos grupos
de la población. Dentro de una sociedad puede haber costumbres alimentarias definidas en
grupos de mujeres, embarazadas y niños (as). En algunos casos las costumbres alimentarias
tradicionales tienen que ver con un grupo de edad en particular, y en otras ocasiones un tabú
puede estar relacionado con una determinada ocupación, como la caza. Otras veces, para
algunos individuos, el tabú puede haber sido causado por algún suceso particular, como una
enfermedad o una ceremonia de iniciación religiosa.
Algunas costumbres y tabúes tienen orígenes conocidos y bastante comprensibles. Una
costumbre se puede haber convertido en parte de la religión de una persona. Por ejemplo, el
tabú judío contra el cerdo es probable que se introdujera para eliminar la tenia, prevalente en
el cerdo, y que se consideraba que reducía la fuerza del pueblo judío. Aunque años después
es posible comer cerdo sin peligro, los judíos no consumen esta carne. Los musulmanes
comparten estas ideas sobre el cerdo.
Muchos tabúes se relacionan con el consumo de alimentos ricos en proteína animal, sobre
todo en grupos de comunidades que los necesitan. En África, hay un tabú sobre el consumo
de huevo, que está desapareciendo rápidamente. Este tabú afecta en general a las mujeres, al
creer que si comen huevos se vuelven estériles. En otros lugares, la costumbre tiene que ver
con los niños, quizá para desanimar el robo de huevos de gallinas ponedoras, lo cual pondría
en peligro la supervivencia de estas aves. Otras costumbres también afectan, a menudo, a
mujeres y niños en relación con el pescado. Estas costumbres pueden ser un tabú, pues las
personas que no están acostumbradas al pescado no le gustan simplemente porque encuentran
que su olor es desagradable o por su apariencia que es semejante a una serpiente.
Algunas sociedades, sin embargo, prohíben una amplia gama de alimentos a las mujeres
durante el embarazo, por lo tanto se hace difícil seguir una dieta balanceada.
Muchos de los tabúes que existieron son nutricionalmente indeseables, se han debilitado o
han desaparecido como resultado de la educación, la mezcla de personas de diferentes
sociedades y los viajes. Algunos de los tabúes que permanecen pueden parecer ilógicos y de
origen oscuro, pero no es aconsejable que individuos foráneos traten de alterar los hábitos
alimentarios establecidos, sin analizar sus orígenes. Aún más, no tiene sentido tratar de alterar
un hábito que no afecta en forma negativa el estado nutricional.
Los hábitos nutricionalmente negativos, como cualquier otro hábito, pueden ser cambiados
por las personas que los tienen. Por ello los alimentos tabú son alimentos (carnes, pescados,
vegetales o bebidas) que, por razones culturales o religiosas, no se consideran aceptables para
el consumo y son por lo tanto, de un modo o de otro, tabú para algunas personas o sociedades.
Conclusión:
Cada sociedad posee un tipo de alimentación positiva o incluso negativa, que fomenta a las
personas desde sus principios a adaptarse a un determinado alimento, el cual puede ser
agradable para otras culturas o puede desagradar a otras. En relación al tabú las sociedades
posee estos alimentos que pueden ser por religión o cultural.
Referencias Bibliográficas:
 Latham, M. C. (2002). Factores sociales y culturales en la nutrición. In Alimentación
y Nutrición (No. 29, pp. 35-41). FAO.
 Vázquez, L. R. (2012). Prácticas, hábitos y conductas vs educación y cultura
alimentarias. Revista española de nutrición comunitaria= Spanish journal of
community nutrition, 18(1), 39-52.
 Hurtado, M. (2012). “Cultura alimentaria en la sociedad”. Recuperado de:
http://www.alimentacion.enfasis.com/articulos/64093-cultura-alimentaria-la-
sociedad

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