You are on page 1of 188

Comunidad terapéutica

para personas con


Consumo
de Sustancias
Psicoactivas

AUTOR

Dr. Jorge Sánchez-Mejorada Fernández

REVISORES

Dra. Sara Cruz Morales


Dra. Alicia Alheli Chaparro Caso
Dr. Gustavo Castillo Ramírez
iapa
Mtro. Oscar Flores Cuellar
iapa
Comunidad Terapéutica para personas con consumo de sustancias psicoactivas

Guía para el Tratamiento e Integración Social en Materia de Adicciones

Autor
Dr. Jorge Sánchez-Mejorada Fernández

Instituto para la Atención y Prevención de las Adicciones en la Ciudad de México


http://www.iapa.df.gob.mx/
2013, México, D.F.

Revisores de contenidos
Dra. Sara Cruz Morales
Dra. Alicia Alheli Chaparro Caso
Dr. Gustavo Castillo Ramírez
iapa
Mtro. Oscar Flores Cuellar
iapa

Distribución gratuita
Prohibida su venta
Impreso y hecho en México
PRESENTACIÓN

L
as adicciones como problema de salud pública es un tema de alta complejidad desde
su origen, desarrollo, mantenimiento y control; en él intervienen y se combinan
diferentes factores, desde biológicos e individuales hasta familiares, comunita-
rios y sociales. En contraparte, las alternativas de solución deben de tener un carácter
igual de complejo que el fenómeno adictivo e ir en dirección de sumar esfuerzos para
contrarrestar sus efectos en el individuo, en su entorno inmediato y en el contexto
social más amplio.
La atención a la problemática de las adicciones se encuentra en un nivel prioritario
de la agenda nacional y local, la demanda de drogas ilícitas sigue en aumento, hay un
inicio de consumo a edades más tempranas, las mujeres se ven afectadas cada vez más,
el tiempo que transcurre entre la identificación del problema y la asistencia a tratamiento
sigue siendo amplio.
Con base a lo anterior se busca, con enfoque de género, evitar que las personas ini-
cien su consumo sobre todo a edades tempranas, también es importante procurar que
busquen ayuda cada vez más pronto y se desarrollen acciones de tratamiento integral,
con calidad y equidad para quienes presentan problemas por su consumo y con ello
evitar o aminorar las consecuencias derivadas del mismo.
Es así que el iapa ha decidido lanzar una serie de publicaciones con la finalidad de
contribuir con propuestas desarrolladas por expertos en la materia, para la sistematiza-
ción y fortalecimiento del quehacer de profesionales y personal involucrado en acciones
dirigidas al tratamiento de personas afectadas por el consumo de cualquier droga; estas
propuestas incluyen procedimientos para la evaluación y aplicación de diferentes ins-
trumentos de diagnóstico, el tratamiento y las consideraciones particulares para elevar
la efectividad y eficacia del mismo, así como principios para lograr la reintegración
social de las personas, parte fundamental de la atención integral.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 3
i a p a

Esta serie incluye a poblaciones que por sus características poseen condiciones de
vulnerabilidad y alto riesgo, como las y los adolescentes, mujeres y mujeres embarazadas,
personas en reclusión; se consideran también modalidades de atención como la Casa
de Medio Camino y la Comunidad Terapéutica.
Para el lector y personal involucrado en el tratamiento, este material tiene utilidad
como herramienta de consulta, pone a su disposición alternativas de actuación en
los escenarios en los cuales las poblaciones buscan y requieren de intervención; estas
propuestas adquieren valor en la medida que sean incorporadas en la atención, formen
parte de las prácticas cotidianas y coadyuven al mejoramiento de las condiciones de
salud y del bienestar social de la población, entendiendo estos últimos como principios
rectores de los servicios de atención, mismos que no son estáticos, sino que se encuen-
tran en constante evolución y son factibles de ser modificados de acuerdo a las mejores
prácticas generadas de ellos •

4 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
Objetivo de la guía

Transmitir a los profesionistas y/o equipos interdisciplinarios los conocimientos, prin-


cipios, métodos y procedimientos inherentes al funcionamiento de una comunidad
terapéutica, con el fin de colaborar con la implementación de esta modalidad para la
atención de las adicciones en la ciudad de México.

Población a la que va dirigida

Personal de los campos de la salud, de la educación y de las ciencias sociales, así como
consejeros terapéuticos que –sin contar con una carrera formal universitaria–, poseen
conocimientos sobre consejería terapéutica, obtenidos a través de cursos y diplomados
y que prestan atención a personas con problemas de adicciones en instituciones guber-
namentales y organizaciones no gubernamentales de la ciudad de México.

Preguntas que busca responder la guía

1. ¿Qué es y cómo funciona una Comunidad Terapéutica?


2. ¿Son las comunidades terapéuticas un método para el tratamiento de las adicciones
basado en evidencia científica?
3. ¿Cuáles son los antecedentes de las comunidades terapéuticas?
4. ¿Qué procedimientos son utilizados en las comunidades terapéuticas?
5. ¿Por qué el tiempo sugerido de estancia en una Comunidad Terapéutica es mayor
al de otras modalidades terapéuticas para el tratamiento de las adicciones?
6. ¿Qué personal utilizan las comunidades terapéuticas para su funcionamiento?
7. ¿A qué se refiere el enfoque ético en el personal que opera las comunidades tera-
péuticas?
8. ¿Por qué es importante la decisión de una persona para permanecer o abandonar
una Comunidad Terapéutica?
9. ¿Cuáles son las etapas en el proceso de la Comunidad Terapéutica?
10. ¿Cuáles son las “reglas de oro” en una Comunidad Terapéutica?

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 5
i a p a

11. ¿Cómo es la participación de los familiares en una Comunidad Terapéutica?


12. ¿Qué temas abarcan los reglamentos para usuarios y familiares en Comunidad
Terapéutica?
13. ¿Cuál es la importancia del tratamiento durante la reinserción social?
14. ¿Cuáles son los retos y obstáculos para el desarrollo de las comunidades terapéu-
ticas en nuestro país?

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 6
Contenido

Resumen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Agradecimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13

CAPÍTULO 1
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
1.1 Panorama epidemiológico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
1.2 Los tratamientos para la adicción en México . . . . . . . . . . . . . . . 21
1.3 Características sociodemográficas de la población usuaria
de servicios de tratamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23

CAPÍTULO 2
Conceptos básicos de comunidad terapéutica . . . . . . . . . . . . . 25
2.1 Breve historia de la Comunidad Terapéutica en el mundo . . . . . . . . . 25
2.2 Marco teórico-conceptual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
2.3 Principios éticos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32
2.4 El personal en la Comunidad Terapéutica . . . . . . . . . . . . . . . . 34
2.5 El método de la Comunidad Terapéutica . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
2.6 Etapas del tratamiento en la Comunidad Terapéutica . . . . . . . . . . . 44
2.7 Hacia una definición de buenas prácticas basadas en evidencia . . . . . 46

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 7
i a p a

CAPÍTULO 3
El pretratamiento: diagnóstico, referencia e introducción
a la Comunidad Terapéutica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53
3.1 Criterios diagnósticos para el ingreso a la Comunidad Terapéutica . . . . 53
3.2 El diagnóstico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56
3.2.1 Diagnóstico inicial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
3.2.2 Diagnóstico integral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64
3.3 Referencia e inducción al tratamiento residencial . . . . . . . . . . . . . 65
3.3.1 Intervención individual breve . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
3.3.2 Intervención familiar breve . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
3.3.3 Grupo de acogida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
3.4 Admisión a la Comunidad Terapéutica . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74

CAPÍTULO 4
El tratamiento en la Comunidad Terapéutica . . . . . . . . . . . . . 77
4.1 Actividades del ámbito terapéutico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77
4.1.1 Consejería terapéutica grupal: tipos de grupos . . . . . . . . . . . 80
4.1.2 Consejería individual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101
4.1.3 Terapia de la familia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102
4.2 Actividades del ámbito educativo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106
4.2.1 Agenda diaria o diario vivir . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107
4.2.2 Servicios a la comunidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 108
4.2.3 Ceremonias y eventos especiales . . . . . . . . . . . . . . . . . 109
4.2.4 Actividades recreativas y ocupacionales . . . . . . . . . . . . . 110
4.2.5 Conducta y disciplina comunitaria . . . . . . . . . . . . . . . . .111
4.2.6 Actividades sociofamiliares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 114

CAPÍTULO 5
El post tratamiento: la reinserción social . . . . . . . . . . . . . . 119
5.1 Plan de reinserción social . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121
5.2 Seguimiento de usuarios y evaluación del proceso y de resultados . . . . 130

Referencias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133
Anexos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137

8 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
RESUMEN

E
l presente documento representa la sistematización de la experiencia, el estudio
y la investigación en materia de tratamiento a la población adicta a sustancias
psicoactivas con la modalidad de Comunidad Terapéutica. Incluye una breve
revisión del desarrollo histórico de este modelo y, mediante una descripción detalla-
da, algoritmos, ejemplos y formatos se explican las características, principios, etapas,
procedimientos e instrumentos del mismo, además de incluir reflexiones en cuanto
a los retos que se enfrentan en materia de necesidades para atender el consumo de
drogas en nuestro país. Se explicitan los procedimientos para la detección y evaluación
diagnóstica de los potenciales usuarios, los mecanismos para la referencia y la induc-
ción al tratamiento residencial y, especialmente, se profundiza en los procedimien-
tos para el tratamiento en la comunidad, dando particular énfasis a las actividades
clínico terapéuticas de carácter grupal, ya que representan la esencia del modelo. Se
abordan también conceptos éticos fundamentales en este tipo de tratamiento, basado
en una visión humanística de la atención a la población con problemas de consumo
de sustancias psicoactivas •

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 9
AGRADECIMIENTOS

A
gradezco al Instituto para la Atención y Prevención de las Adicciones de la
Ciudad de México (iapa), a su Director General, Rafael Camacho Solís, y al
equipo de la unam, encabezado por Lydia Barragán Torres, su confianza
al asignarme la elaboración de esta guía sobre la Comunidad Terapéutica. A mi asesora
directa, Shoshana Berenzon, quien con buen tino y gentileza, me orientó y aclaró dudas
respecto a la elaboración y los contenidos de la guía. De manera especial agradezco a
Rocío López Lara su apoyo en el diseño y elaboración de las tablas, cuadros y viñetas
contenidos en esta guía y a Pilar Peregrina Martínez y Abelardo Cortés Martínez por su
ayuda para mejorar la presentación final. A mis colegas del Instituto de Ciencias de la
Salud de la Universidad Veracruzana, a su directora Patricia Pavón León, al Dr. Rafael
Velasco Fernández y a las compañeras del Cuerpo Académico Drogas y Adicciones: Un
enfoque multidisciplinario de esta casa de estudios por su apoyo constante para mi trabajo
académico en el ámbito del tratamiento de las adicciones. Gracias a la inspiración de
Gabriel Mejía Montoya, quien me introdujo al mundo de las comunidades terapéuticas
y quien autorizó la utilización de procedimientos utilizados por Hogares Claret de
Colombia para incluir en esta guía. También reconozco la inspiración del programa
de Amity Foundation, diseñado por Naya Arbiter y Rod Mullen, el cual me fue transmi-
tido a través de José Reyes Orozco. Gracias al contacto con investigadores y especialistas
en diversos programas de Comunidad Terapéutica en el mundo y en México, a través
de las redes organizadas de las Federaciones Mundial, Latinoamericana y Mexicana de
Comunidades Terapéuticas (wftc, flact y femexcot respectivamente), he ampliado
y revisado el concepto y el método de este modelo. El intercambio directo con pioneros y
autores como David Deitch, George De León, Martien Kooyman del ámbito mundial,
Elena Goti y Efrén Martínez, del ámbito latinoamericano, entre muchos otros, ha

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 11
i a p a

sido un privilegio que agradezco profundamente. Reconozco también a todos mis


colaboradores de la Fundación Casa Nueva iap, con quienes comparto sueños y retos
cotidianamente y a la propia institución, cuyos manuales también utilicé para esta guía.
Por último y, muy especialmente, a los muchachos que forman parte de la familia Casa
Nueva, quienes a lo largo de diez años han alentado, retroalimentado, orientado y va-
lidado esfuerzos y sueños para la continuidad y mejora de una comunidad terapéutica
al servicio de la sociedad •

12 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
PRESENTACIÓN

E
ste documento consta de cinco capítulos y una sección de anexos. El primer
capítulo está dedicado a describir el panorama epidemiológico, el perfil sociode-
mográfico y las alternativas de tratamiento en nuestro país.
El segundo capítulo se aboca a la descripción teoricometodológica del modelo de
Comunidad Terapéutica, su desarrollo, el personal que utiliza, sus etapas y una in-
troducción a las tendencias que van definiendo las buenas prácticas. Sobre este tema
cabe mencionar que la literatura publicada sobre comunidades terapéuticas habla con
frecuencia de buenas prácticas; no obstante, no parece haber trabajos que se encarguen
de sistematizar y detallar las variables específicas evaluadas que pudieran constituirse
como buenas prácticas frente a otras menos buenas en función de los resultados. En el
apartado correspondiente de este capítulo se abordan las tendencias o recomendaciones
basadas en experiencia, más que en evidencia propiamente dicha.
El tercer capítulo define el perfil del usuario y las alternativas de referencia e inducción
al tratamiento residencial. El cuarto capítulo, comprende una descripción del proceso
de Comunidad Terapéutica, detallando los procedimientos utilizados comúnmente.
Cabe mencionar que no hay artículos publicados que avalen o comparen de manera
específica, por ejemplo, que la utilización de algún procedimiento determinado, un
número de veces a la semana o llevado con tales detalles, determina el éxito o fracaso
de un programa. La frecuencia y los matices en la utilización de los diversos procedi-
mientos es producto del criterio y la experiencia de los equipos, más que producto de
una evaluación que permita sustentar evidencia. La investigación de resultados
de diversos programas de Comunidad Terapéutica tiende a evaluar al método general
y no a sus elementos desagregados.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 13
i a p a

El quinto capítulo subraya las acciones de post tratamiento y analiza obstáculos y


alternativas en la reinserción o reintegración social. Finalmente, se incluye una sección
de referencias y de los anexos mencionados en el texto.
Es pertinente mencionar que a lo largo del texto se utiliza el término de Comunidad
Terapéutica, con mayúsculas, o de comunidades terapéuticas, con minúsculas. Lo que
se quiere connotar, en el primer caso, es la referencia al modelo teóricoconceptual y
metodológico y, en el segundo, a los programas institucionales que operan bajo esta
propuesta •

14 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
C A P Í T U LO 1
Introducción

E
l consumo de alcohol y drogas ilícitas en México representa un problema que
requiere ser atendido con estrategias de corto, mediano y largo plazo. En el ámbito
del tratamiento, la Comunidad Terapéutica (ct) representa una alternativa que
debe considerarse particularmente para atender a la población con adicción en con-
diciones de cronicidad y con graves consecuencias en diversas áreas vitales. Alcanzar
una condición de cronicidad no es tan remoto en la actualidad, en virtud de la corta
edad de inicio y del consumo de drogas altamente adictivas como la cocaína en forma
de “piedra” que suele desorganizar la vida de los consumidores en periodos breves de
tiempo.
Antes de abordar de lleno la teoría y método de la ct es conveniente describir el perfil
epidemiológico y psicosocial de los consumidores de drogas y los diferentes tipos de
intervención que se han desarrollado en nuestro país, situando a la ct en el contexto de la
oferta de tratamientos. Se particulariza, en algunos casos, la situación de la Ciudad de
México, por estar esta guía específicamente dirigida a los prestadores de servicios en
esta ciudad capital. No obstante, se considera que el material presentado puede ser del
interés de los comprometidos en este terreno, en cualquier punto donde se encuentren.

1.1. Panorama epidemiológico del consumo de drogas en México

Datos provenientes de una fuente confiable como la Encuesta Nacional de Adicciones,


cuya última publicación es del 2011, otorga información que permite estimar las nece-
sidades de atención de la población con adicciones en el país. Algunos de los resultados
más relevantes de la encuesta se muestran en la tabla 1.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 15
i a p a

Tabla 1
Resultados relevantes ena, 2011

Prevalencia del Respecto al alcohol en población de 12 a 65 años la prevalencia de alguna vez en


consumo la vida, presentó un incremento del 2002 al 2011 pasando de 64.9 a 71.3%. Para el
tabaco en población de 12 a 65 años se reporta una prevalencia de consumo activo
de 21.7%, lo que corresponde a 17.3 millones de mexicanos fumadores. Respecto
a drogas ilegales, la prevalencia alguna vez en la vida a nivel nacional tuvo un
crecimiento estadístico significativo entre 2002 y 2011, el cual pasó de 4.1 a 7.2%.

Consumo por sexo El consumo de drogas ilícitas sigue siendo mayor en varones, con una proporción
de 4.2 que lo reportado por cada mujer. La droga de preferencia para hombres y
mujeres sigue siendo la mariguana; en los hombres la cocaína ocupa el segundo
lugar y en las mujeres los estimulantes tipo anfetamínicos.

Dependencia Respecto al consumo de alcohol, 6% de la población desarrollo dependencia, lo


que equivale a 4.9 millones de personas. Del 2002 al 2011, en la población de 12
a 65 años el porcentaje se incrementó significativamente, el cual paso de 4.1 a
6.2%. En la población de adolescentes de 12 a 17 años se registró un incremento
significativo que pasó de 2.1 a 4.1%.

Necesidades de La población dependiente a drogas fue de 550 000. Solamente 18.4% han asistido
atención a tratamiento. Es decir que existe una alta necesidad de atención.

Exposición al Respecto a la atención especializada, una de cada cinco personas con dependen-
tratamiento cia a drogas ilícitas, en el último año, ha asistido a tratamiento. Una tercera parte
ha recibido tratamiento completo, 14% ha asistido a grupos de autoayuda y
22% ha recibido tratamiento parcial.

El sisvea es la segunda fuente de información epidemiológica, a través del cual se


recogen datos acerca del consumo de drogas en: usuarios de centros de tratamiento no
gubernamentales (ong diversas), Centros de Integración Juvenil, centros para menores
infractores y servicios médicos forenses. Como base del análisis sobre las necesida-
des de tratamiento especializado tomaremos los datos provenientes de los centros no
gubernamentales, que son en su mayoría centros residenciales de ayuda mutua que
están, si no avalados, al menos registrados ante las autoridades locales.
Durante el año 2009, se reportaron al sisvea centros de tratamiento ubicados en
las 32 entidades federativas del país, en donde 70 467 personas acudieron a solicitar
tratamiento, lo que no necesariamente corresponde al número de pacientes atendidos,
ya que un mismo paciente pudo haber acudido más de una vez en busca de atención
(ver tabla 2). Sin embargo, si bien es cierto que el sisvea no refleja la totalidad de las
personas atendidas en los centros de tratamiento, sí constituye una muestra amplia y re-
presentativa a nivel nacional y estatal de los perfiles de usuarios que llegan a tratamiento.

16 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

Tabla 2
Número de casos y centros de tratamiento no gubernamentales
reportados por estado, 2009
Estado Casos reportados Centros que reportaron

n % n %

Aguascalientes 1 001 1.4 22 2.0

Baja California 7 937 11.3 69 6.2

Baja California Sur 1 297 1.8 16 1.4

Campeche 408 0.6 11 1.0

Coahuila 731 1.0 23 2.1

Colima 1 211 1.7 13 1.2

Chiapas 816 1.2 18 1.6

Chihuahua 6 383 9.1 86 7.7

Distrito Federal 3 633 5.2 26 2.3

Durango 1 858 2.6 41 3.7

Guanajuato 3 523 5.0 31 2.8

Guerrero 3 039 4.3 36 3.2

Hidalgo 1 742 2.5 27 2.4

Jalisco 5 486 7.8 184 16.5

Estado de México 3 274 4.6 53 4.7

Michoacán 2 398 3.4 52 4.7

Morelos 1 186 1.7 23 2.1

Nayarit 1 330 1.9 15 1.3

Nuevo León 988 1.4 16 1.4

Oaxaca 968 1.4 14 1.3

Puebla 895 1.3 19 1.7

Querétaro 1 333 1.9 21 1.9

Quintana Roo 622 0.9 21 1.9

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 17
i a p a

Tabla 2
Número de casos y centros de tratamiento no gubernamentales
reportados por estado, 2009
(continuación)

Estado Casos reportados Centros que reportaron

n % n %

Sinaloa 3 692 5.2 55 4.9

Sonora 3 897 5.5 59 5.3

Tabasco 942 1.3 19 1.7

Tamaulipas 1 422 2.0 38 3.4

Tlaxcala 989 1.4 10 0.9

Veracruz 3 325 4.7 61 5.5

Yucatán 2 729 3.9 7 0.6

Zacatecas 636 0.9 16 1.4

Sin dato 5 0.0 1 0.1

Total 70 467 100 1 118 100

Fuente: sisvea, centros de tratamiento no gubernamentales, 2009.

El sisvea 2011 demuestra cómo es el fenómeno del policonsumo de drogas entre esta
población. En las figuras 1, 2, 3 y 4 se muestra la historia natural del consumo de
mariguana, inhalables, alcohol y cocaína; el porcentaje de aquellos entrevistados que
reportaron haber iniciado su consumo de drogas con una sustancia y las sustancias
que usaron como segunda y tercera droga posteriormente, así como las sustancias que
se utilizan cada vez con mayor frecuencia. En la figura 1 se muestra que de las personas
que reportaron haber iniciado su consumo de drogas con mariguana, 84.7% pasaron a
una segunda sustancia, mientras una elevada proporción, 74.8% de ellos, incluyó una
tercer sustancia de consumo posteriormente. En el caso del alcohol (ver figura 2) 67.9%
de quienes iniciaron su consumo continuaron con una segunda droga. Asimismo, en la
figura 3 se muestra que 77% de los que iniciaron el consumo con inhalables continuaron
el consumo de una segunda droga. Finalmente, en la figura 4, se observa que 75.9%
de los que iniciaron con cocaína continuaron con el consumo de una segunda droga.

18 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

Figura 1
Historia natural del uso de la mariguana

8 595 Inician con 84.7% 7 281 74.8%


5 421
pacientes mariguana 2a. droga 3a. droga

Droga % Droga %
Alcohol 28.1 Cocaína 22.2
Cocaína 18.9 Alcohol 21.1
Monousuarios Inhalables 14.5 Cristal 14.7
15.3% Tabaco 13 Tabaco 12.4
Cristal 12.2 Inhalables 10.9
Tranquilizantes 5.8 Heroína 7
Otras drogas 3.4 Tranquilizantes 6.6

Fuente: sisvea, centros de tratamiento no gubernamentales, 2011.

Figura 2
Historia natural del uso del alcohol

25 317 Inician con 67.9% 17 183 65.4%


11 233
pacientes alcohol 2a. droga 3a. droga

Droga % Droga %
Tabaco 43.5 Mariguana 33
Mariguana 22.6 Cocaína 24
Monousuarios Cocaína 14.1 Tabaco 11.7
Inhalables 5 Inhalables 9.9
32.1%
Cristal 2.6 Cristal 7.9
Tranquilizantes 1.6 Tranquilizantes 1.6
Otras drogas ilegales 0.5 Otras drogas ilegales 1.9

Fuente: sisvea, centros de tratamiento no gubernamentales, 2011.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 19
i a p a

Figura 3
Historia natural del consumo de inhalables

3 065 Inician con 77% 17 183 80%


1 891
pacientes inhalables 2a. droga 3a. droga

Droga % Droga %
Mariguana 41.3 Alcohol 28.9
Alcohol 23.4 Mariguana 20.9
Monousuarios Tabaco 15.9 Tabaco 16.9
Cocaína 6.5 Cocaína 15.2
32.1%
Inhalables 6.4 Tranquilizantes 6.5
Tranquilizantes 3.1 Cristal 6
Cristal 1.4 Inhalables 3.1

Fuente: sisvea, centros de tratamiento no gubernamentales, 2011.

Figura 4
Historia natural del consumo de cocaína

1 650 Inician con 75.9% 1 283 56.3%


878
pacientes cocaína 2a. droga 3a. droga

Droga % Droga %
Alcohol 29.4 Alcohol 24.9
Mariguana 23.8 Mariguana 18.1
Monousuarios Cristal 16.4 Tabaco 15.9
Tabaco 9.9 Cristal 13.1
27.0%
Cocaína 8.4 Cocaína 9.9
Inhalables 4.4 Inhalables 7.9
Heroína 3.4 Tranquilizantes 5.1
Tranquilizantes 2.2 Heroína 3

Fuente: sisvea, centros de tratamiento no gubernamentales, 2011.

20 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

1.2. Los tratamientos para la adicción en México

A diferencia de lo que ha ocurrido en otros países del mundo, el modelo de Comunidad


Terapéutica llega a México hasta la década de los años 90 del siglo pasado, para entonces,
existe ya una vasta reproducción de los modelos de intervención basados en la ayuda
mutua y también algunos programas profesionales, si bien, los menos.
La Norma Oficial Mexicana para la prevención, tratamiento y control de las adic-
ciones (nom-028-ssa 2-2009) clasifica los tratamientos en cuatro grandes rubros: pro-
fesionales, de ayuda mutua, mixtos y alternativos. Bajo esta perspectiva la Comunidad
Terapéutica podría considerarse un tratamiento mixto en la medida que se sustenta
en la metodología de la ayuda mutua, utiliza en la implementación a profesionales
de diversas disciplinas y desarrolla prácticas basadas en recomendaciones emana-
das de grupos de expertos. Esto la sitúa en una categoría distinta a otros programas
que pudieran caber en el mismo rubro por la participación eventual o esporádica de
un profesional, por ejemplo, de un médico o un psicólogo, pero que no cuentan con un
diseño interdisciplinario e integral. En este sentido, la clasificación oficial de los trata-
mientos resulta muy general y habría que describir con mayor precisión los diferentes
modelos para el tratamiento de las adicciones que se han desarrollado en las últimas
décadas en México. Aquí se definen brevemente las variables de tratamiento existentes:

1) Alcohólicos Anónimos. Se basa en los doce pasos y las doce tradiciones. Sus grupos
suelen denominarse “tradicionales”, porque respetan las tradiciones originales del
movimiento, especialmente el ingreso voluntario a la agrupación y la no utilización de
“anexos” o “albergues”. Son también llamados de “hora y media” por la duración
de sus juntas. Estos grupos se encuentran vinculados a dos organizaciones: la
Central Mexicana de Servicios Generales de aa (única instancia reconocida por
la oficina central de aa de Nueva York) y la denominada Sección México.
2) Narcóticos Anónimos. Inspirados en aa, matizan los doce pasos para dirigirlos
a una población con problemas de adicción y conservan la modalidad de juntas
de hora y media.
3) Movimiento Internacional 24 Horas de Alcohólicos Anónimos. Crea la modalidad
del “anexo” para ofrecer servicios residenciales de ingreso voluntario. Se sustenta
en el apadrinamiento y la catarsis a través de la “tribuna”.
4) Drogadictos Anónimos. Modelo residencial con terminología adaptada a personas
con dependencia.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 21
i a p a

5) Múltiples derivaciones de los Grupos 24 Horas operan “anexos”, “albergues” y


“granjas” así como los llamados “anexos fuera de serie” con la utilización del
logotipo de aa, algunas de estas modalidades generan conceptos equivocados a
nivel popular sobre el tratamiento de las adicciones. Suelen atender a la población
socioeconómicamente más vulnerable.
6) Grupos de 4º Y 5º Paso. Operan implementando procesos intensivos, de un fin
de semana para efectuar un análisis de la personalidad y la catarsis, utilizando
diversas prácticas para inducir estados alterados de conciencia como el ayuno y
la vigilia de sueño, entre otras.
7) Grupos Teo-terapéuticos. De inspiración cristiana, generalmente residenciales,
se basan en la comprensión y aplicación literal de textos bíblicos para inducir un
cambio de vida.
8) Modelos clínicos, psiquiátricos y psicológicos. Se basan en la utilización de diversas
modalidades de terapia individual, familiar y grupal y en el tratamiento psicofar-
macológico basado en diagnósticos psiquiátricos. Abarcan variables residenciales
y ambulatorias. El ejemplo más conocido en México es el trabajo realizado por
Centros de Integración Juvenil en sus centros y clínicas. Recientemente los Centros
Nueva Vida de la ssa, se han incorporado a la red de tratamiento con modalidades
de Intervención Breve.
9) Modelo Minnesota. Se sustenta en internamientos voluntarios de algunas semanas
utilizando insumos diversos basados en la filosofía y la metodología de doce pasos
para inducir el cambio. Utiliza herramientas interdisciplinarias con un fuerte
componente clínico que abarca desde la desintoxicación médica hasta estudios
detallados de personalidad. Los centros que operan bajo este modelo suelen estar
dirigidos prioritariamente a un sector socioeconómicamente alto.
10) Comunidad Terapéutica (ct). Sus fundamentos y métodos serán detallados en el
siguiente capítulo. No obstante, vale la pena adelantar que a diferencia de todos los
movimientos de “ayuda mutua” y del Modelo Minnesota, con quienes la ct tiene puntos
de coincidencia generales, ésta hace una ruptura epistemológica al “desteologizar”
el movimiento de la recuperación, sustituyendo la creencia de un cambio atribuible
al “Poder Superior” a un cambio inducido a través de las herramientas utilizables por
la propia comunidad. De manera simbólica y significativa sustituye la catarsis desde la
tribuna por la interacción y la retroalimentación dentro de un círculo.

22 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

1.3. Características sociodemográficas de la población usuaria de servicios


de tratamiento

Los datos que se presentan en este apartado pueden dar una idea acerca de la población
susceptible de ser atendida en la modalidad de Comunidad Terapéutica, en la medida
que se difunda la implementación de este modelo.
Aspectos sociodemográficos sobre los encuestados por el sisvea en centros de tra-
tamiento no gubernamentales son los siguientes: 83% son hombres y 17% mujeres. De
ellos reportan consumir diariamente 69.5% a nivel nacional y 65.5% en la Ciudad
de México. En cuanto a escolaridad, los usuarios que cuentan con estudios de primaria
son 32.7% a nivel nacional y 15.2% en la Ciudad de México; tienen secundaria 39.9%
a nivel nacional y 36.6% en la Ciudad de México, y nivel preparatoria 17.5% a nivel
nacional y 26% en la Ciudad de México. Es decir que en la Ciudad de México más de la
mitad de los usuarios de los centros cuentan con escolaridad de secundaria o menor.
En la tabla 3 se muestra la distribución por rangos de edad. Como se puede observar,
casi una cuarta parte de los usuarios de centros de tratamiento en la Ciudad de México
son adolescentes, y junto con los adultos jóvenes menores de 35 años, suman más de
dos terceras partes de la población atendida.

Tabla 3
Distribución de usuarios de centros de tratamiento no gubernamentales
por rangos de edad

Edad Nacional Cd. de México


% %

14 o menos 3 4.2

15 a 19 16.8 19

20 a 24 14.5 15.8

25 a 29 13.6 16.4

30 a 34 13.0 12.7

35 o más 39 31.9

Fuente: sisvea, Informe 2009.

Lo anterior coincide con los resultados obtenidos en estudios sobre prevalencia de tras-
tornos asociados al consumo de drogas y sus factores asociados. Particularmente en el

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 23
i a p a

estudio de Medina-Mora (2006) se reportaron como factores asociados al consumo la


baja escolaridad, pertenecer al grupo de edad de 18-29 años y ser del sexo masculino.
De un total de 5 826 personas entrevistadas en el estudio 2.3% declaró haber consumido
drogas en el periodo anterior a la encuesta; sólo 17.1% acudieron a tratamiento, pero de
estos sólo 14.8% fueron atendidos en centros de tratamiento especializados mientras
que 2.8% acudieron a grupos de autoayuda.
Como se muestra en la figura 5, entre los factores de riesgo psicosocial en la población
atendida, se encuentran: la edad juvenil, la pobre escolaridad y la falta de empleo (sisvea,
2009). A estos elementos habría que agregar que muchos de estos jóvenes provienen
de familias desintegradas y/o disfuncionales, con ausencia paterna, con anteceden-
tes de violencia intrafamiliar y social. Además, provienen de sectores económicamente
desfavorecidos y varios han sido víctimas de abuso emocional, físico o sexual. Todos
estos elementos los hacen particularmente vulnerables para ser reclutados por la de-
lincuencia, lo que acentúa más la necesidad de atenderlos.

Figura 5
C aracterización de la población usuaria de centros de tratamiento.
Factores de riesgo

Factores
de riesgo

Familias
Pobre
Edad juvenil Falta de empleo desintegradas
escolaridad
o disfuncionales

Pertenencia
Ausencia
a sectores
paterna
económicamente
desfavorecidos
Antecedentes de
violencia intrafamiliar
y social

Este es el perfil de la población que requiere tratamiento especializado y para quienes


la Comunidad Terapéutica puede representar una alternativa integral de atención a sus
diversas necesidades clínicas y psicosociales •

24 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
C A P Í T U LO 2
Conceptos básicos de comunidad terapéutica

2.1. Breve historia de la Comunidad Terapéutica en el mundo

L
a Comunidad Terapéutica (ct) nació en Inglaterra como una propuesta de Maxwell
Jones (1953), para transformar el hospital psiquiátrico en una comunidad más
democrática y con una participación activa de los enfermos en su tratamiento.
Posteriormente, en Estados Unidos se retomó este nombre y se constituyó como un
modelo de intervención para el tratamiento de las adicciones a sustancias psicoactivas,
mismo que ha tenido un importante desarrollo en numerosos países del mundo, como
el Reino Unido, Holanda, Italia y España en Europa; Colombia, Argentina, Chile y Brasil
en América Latina, por citar sólo algunos, además del país pionero, Estados Unidos.
Por razones cuyo análisis detallado rebasaría los objetivos de esta guía, podemos
resumir que el desarrollo de las comunidades terapéuticas en nuestro país ha sido
escaso en el conjunto de respuestas que se han dado frente a los problemas adictivos y
contrasta con el extraordinario desarrollo de este modelo de abordaje en el país vecino
del norte. Una breve descripción de la historia del movimiento de las comunidades
terapéuticas resultará apropiada para entender cómo el modelo se posicionó como una
alternativa frente a las adicciones en una buena parte del mundo.
La primera Comunidad Terapéutica para atención a las adicciones nació en California
en 1959, organización que llevó por nombre Synanon. Su fundador, Charles Dederich,
fue un militante activo en Alcohólicos Anónimos, quien preocupado por las constan-
tes reincidencias de los adictos a la heroína, decidió crear una modalidad residencial
de ayuda mutua centrada en un método de terapia grupal al que denominó “el juego”.
Éste representó la base de los procedimientos de confrontación en las Comunidades
Terapéuticas. Synanon se radicalizó con el tiempo buscando ser una especie de secta

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 25
i a p a

cerrada y aislada, más que un proceso orientado a lograr la reinserción social de las
personas. No obstante, esta desafortunada evolución representó un segundo partea-
guas en el abordaje de las adicciones después de la creación de Alcohólicos Anónimos
en 1935. Asimismo, fue un semillero de las comunidades terapéuticas de “segunda
generación” que surgieron en los años 60 y 70 en la Costa Este y Oeste de los Estados
Unidos. Posteriormente, esta metodología fue trasladada a Europa, particularmente
a Italia, Holanda, el Reino Unido y un poco más tarde a España, países en los que en-
contró tierra fértil (Goti, 2009).
La figura 6 muestra esquemáticamente los antecedentes de Synanon y algunas de
sus principales derivaciones.

Figura 6
Antecedentes de Synanon

1935 1950
Akron, Ohio Londres, 1959
Inglaterra California 1963
Nueva York 1975
Italia

Comunidad
Alcohólicos terapéutica
Synanon Daytop Village Proyecto Uomo
Anónimos psiquiátrica de
Maxwell Jones

En los años 80 las comunidades terapéuticas de América Latina se inspiraron tanto


en el modelo italiano del Proyecto Uomo, como en el programa de Daytop Village de
Nueva York, considerado éste último como el heredero directo de Synanon. A partir
de esta década, las comunidades terapéuticas han sido muy utilizadas en Colombia,
Argentina y Brasil, principalmente (Goti, 2009).
La figura 7 muestra cronológicamente la fundación de algunas comunidades tera-
péuticas paradigmáticas en Estados Unidos, América Latina y España.

26 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

Figura 7
Desarrollo de la Comunidad Terapéutica

España
• 1984, Proyecto hombre
América Latina
• 1980, Argentina: Proyecto Andrés y Viaje de Vuelta
• 1981, Colombia: Comunidad de Terciarios Capuchinos
• 1984, Hogares Claret
Norteamérica
• 1967, Phoenix House
• 1967, Walden House
• 1969, Amity Foundation

En México, fue hasta mediados de los años 90 que empezó a mencionarse el tema de la
Comunidad Terapéutica. Por una parte, algunas instituciones vinculadas con caritas
de México desarrollaron intervenciones de base comunitaria con influencia de los mo-
vimientos italianos. Por otra parte, La Federación Latinoamericana de Comunidades
Terapéuticas (flact), a través de su presidente en aquellos años, Gabriel Mejía, impartió
una serie de capacitaciones en varias ciudades del país y llevó a cabo, en la Ciudad de
México, la VI Conferencia Latinoamericana de Comunidades Terapéuticas en 1997. En
el año 2000 se creó la Federación Mexicana de Comunidades Terapéuticas (femexcot),
red a la que de forma gradual se han ido integrando instituciones comprometidas con
la aplicación del modelo. Actualmente, existen 15 instituciones diseminadas a lo largo
y ancho del país, afiliadas a la red1 (ver tabla 4).

1
Para mayor detalle consultar el sitio oficial de la femexcot, www.femexcot.org.mx

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 27
i a p a

Tabla 4
Miembros afiliados a la FEMEXCOT, hasta el 2012

Estado Núm. de Nombre de la asociación


organismos

Chihuahua 1 • Mi Casa Centro de Rehabilitación Chihuahua, a.c.

Distrito Federal 6 • Fundación Casa Alianza México i.a.p.


• Centro Terapéutico en Rehabilitación c.u.r.e., a.c.
• Fundación Ama la Vida i.a.p.
• Hogar Integral de la Juventud i.a.p.
• Integración para la Vida, a.c.
• Juventud Luz y Esperanza i.a.p.

Guanajuato 1 • Clamor en el Barrio de México, a.c.

Jalisco 5 • Centro de Recuperación Las Hojas, a.c.


• Fundación Lumen Vitae, a.c.
• Amor por Vivir, a.c.
• Campo Fénix, a.c.
• Tlakati, a.c.

Puebla 1 • Comunidad Terapéutica Flor y Canto, a.c.

Sinaloa 1 • Comunidad Terapéutica El Sinaí, a.c.

Veracruz 1 • Fundación Casa Nueva i.a.p.

El desarrollo de las comunidades terapéuticas en México ha sido escaso, especialmente


si se le compara con los enfoques dominantes basados en la metodología de los grupos
24 horas de ayuda mutua, los cuales han crecido exponencialmente en el país creando
una corriente dominante en el panorama nacional del tratamiento de las adicciones.
Sin embargo, en años recientes, y con el auspicio del antiguo Consejo Nacional contra
las Adicciones (conadic)2 y de algunos gobiernos estatales, la femexcot ha desem-
peñado una importante labor formativa, abarcando entre su población objetivo a los
operadores de los Centros 24 horas, a los que se han impartido diplomados, cursos y
talleres teoricoprácticos vivenciales.
Aunque los modelos de 24 horas y de Comunidad Terapéutica comparten la premisa
de la ayuda mutua como un elemento medular, la estrategia metodológica y la visión ética de
sus abordajes no sólo son distintas, sino también, divergentes en puntos fundamentales.

2
Actualmente Centro Nacional para la Prevención y el Control de las Adicciones (cenadic).

28 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

Las comunidades terapéuticas utilizan una gran variedad de técnicas y dinámicas en


sus grupos, parten de la premisa básica sobre la aceptación voluntaria del ingreso por
parte del usuario y de un encuadre ético claramente definido en los Códigos de Ética
de la Federación Latinoamericana de Comunidades Terapéuticas (flact, 2010).
La mayor parte de la población que es atendida en las comunidades terapéuticas,
son personas con algún tipo de adicción que presentan, además, diversos grados de
marginación y vulnerabilidad social; así como problemas psicosociales comúnmente
asociados a la adicción. De ahí que los programas de tratamiento resulten prolonga-
dos, buscando resolver o mitigar estas problemáticas complejas en el usuario, a fin de
prepararlo para su reinserción social.

2.2. Marco teórico-conceptual

Es necesario partir del marco teórico que define a la Comunidad Terapéutica (ct) y
la distingue claramente de otras metodologías de tratamiento para las adicciones.
Uno de los grandes teóricos del modelo, quizás el más reconocido a nivel mundial,
George de León (2004), sostiene que la ct tiene como marco referencial a las definicio-
nes epistemológicas del trastorno adictivo, de la persona con adicción y del proceso de
recuperación o reeducación. En la figura 8, se muestran las visiones del marco referencial
del modelo de Comunidad Terapéutica.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 29
i a p a

Figura 8
Marco referencial del modelo de Comunidad Terapéutica

Visión del trastorno

Se trata de una perturbación total de la persona que afecta varias o todas las áreas del funcionamiento.
Existen problemas cognitivos y comportamentales, así como dificultades afectivas. El pensamiento suele
ser irrealista y desorganizado, los valores confusos, inexistentes o antisociales. Frecuente hay déficits
en habilidades verbales, de lectura, escritura y para el trabajo. La “bancarrota” moral y espiritual es
evidente, descrita en términos psicológicos o existenciales.

Visión de la persona

El asunto medular radica en la “persona como ser social y psicológico” que está afectado en su com-
portamiento, pensamiento, manejo de emociones, interacción y comunicación con otros, así como en la
percepción y experiencia sobre sí mismos y sobre el mundo. La persona esencialmente es “buena”, las
actitudes “erróneas o malas”.

Visión de la recuperación

Cambio multidimensional en el estilo de vida y en la identidad, visto como un proceso gradual de apren-
dizaje social que ocurre a través de la ayuda mutua en un contexto social específicamente creado para
que esto ocurra. Valores centrales en el proceso son honestidad y responsabilidad.

La visión psicosocial no descarta las aportaciones que se derivan de las neurociencias,


de la psicopatología y la psicofarmacología para atender a la persona con adicción en
sus necesidades de comorbilidad médica o psiquiátrica. Estas intervenciones se dan en
paralelo a la metodología terapéutica y reeducativa de acuerdo a diagnósticos específi-
cos. Sin embargo, a diferencia del enfoque clínico hospitalario tradicional, en la visión
psicosocial el medicamento es visto como un coadyuvante para el tratamiento de los
trastornos médicos o psiquiátricos primarios o inducidos por sustancias psicoactivas.
Por lo tanto, el tratamiento específico del trastorno adictivo –entendido como un tras-
torno multidimensional de la persona– se lleva a cabo a partir de la metodología de
intervención psicosocial, en el ambiente creado para este fin.
Desde una visión humanística, David Deitch definió la Comunidad Terapéutica
como:

[…] una comunidad humanizante en la que se comparten principios y valores. Se sustenta


en el funcionamiento personal, en la disciplina, en el aprendizaje del auto-control y de

30 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

la compasión. Sobre todo se basa en la creencia de que el cambio es posible, que la vida
comunitaria juega un papel crucial para ese cambio y que la felicidad personal se alcanza
sólo a través de la participación en algo que trasciende a la persona (Deitch, citado por
Hayton, 1998, p. 67).

Por su parte, la Federación Mexicana de Comunidades Terapéuticas (femexcot) en


su página web3 utiliza la siguiente definición:

Es un modelo de tratamiento de los problemas adictivos que comprende un método de


trabajo que tiene como elemento fundamental la interacción entre los participantes, con
una visión de la adicción como un trastorno complejo y multifactorial, de la persona adicta
como alguien restringido de la libertad y la responsabilidad, y de la recuperación como un
proceso de expresión pleno del potencial personal, que incluye abordajes y aportaciones
de diversas disciplinas como la psicoterapia, la educación, la ética y la medicina, entre otras
(femexcot, página del World Wide Web en su totalidad).

Una definición más, que aporta elementos descriptivos adicionales a las definiciones
antes mencionadas es la de Ottenberg (1993) citado por el Estudio de Comunidad
Terapéutica realizado por el Departamento de Planeación Social de la ciudad de Van-
couver (2007):

Una comunidad terapéutica es un ámbito libre de drogas en el que personas con problemas
de adicción y otros problemas viven juntos de una manera organizada y estructurada con
el fin de promover el cambio y de hacer posible una vida libre de drogas en la sociedad real.
La comunidad terapéutica forma una micro-sociedad en la cual, los residentes y el equipo,
en el rol de facilitadores, asumen diferentes roles y se apegan a reglas claras, diseñadas para
promover el proceso de transición de los residentes.

Para mayor información se recomienda la lectura de dicho estudio, con especial atención
a las recomendaciones en materia de: enfoque terapéutico, staff, investigación y evalua-
ción, admisión y referencia, administración, financiamiento y ubicación geográfica.

3
http://www.femexcot.org.mx/comunidad.html

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 31
i a p a

2.3. Principios éticos

Conceptos inherentes al modelo de Comunidad Terapéutica son: cambio, transfor-


mación, inclusión, compasión, valores, trascendencia y derechos humanos. Éstos se
ven claramente reflejados en los Derechos para los Usuarios de Comunidad Terapéu-
tica, recomendados por la Federación Mundial de Comunidades Terapéuticas (wftc,
por sus siglas en inglés), que se muestran en el anexo A. Conceptos pertenecientes a
otras aproximaciones terapéuticas, tales como el de “enfermedad incurable”, están
descartados del lenguaje en Comunidad Terapéutica. La ct propone que las personas
pueden transformar su vida, abarcando no solamente la suspensión del consumo de
drogas, sino también un cambio de actitud fundamental ante la vida. Para este modelo,
la abstención es un requisito necesario para el cambio de fondo y no el objetivo en sí
mismo. Mientras algunos enfoques se abocan a reducir o modificar los patrones de
consumo, como es el caso del enfoque de “reducción del daño”, en la visión de la co-
munidad, los tratamientos sustitutivos como el de metadona, pueden ser útiles en la
medida en que preparan a las personas para una decisión radical a través de la propuesta
de la Comunidad Terapéutica (Goti, 2009).
Los tres principios centrales de la ct, en opinión de Deitch (1998) son:

1) Un sistema de puertas abiertas, aunque el residente puede tener fuertes presiones


para permanecer, o alternativas comprometedoras, la persona debe tener la posi-
bilidad de elegir, en primer término, su entrada o su salida en cualquier momento.
2) En la comunidad no se debe permitir ningún tipo de violencia y no se debe utilizar
la restricción física.
3) Debe haber rendición de cuentas, tanto a nivel clínico como administrativo, para
evitar el abuso de poder.

Los principios enunciados por Deitch deben guiar el desarrollo de las comunidades
terapéuticas en nuestro país, particularmente porque como se ha dicho, las modali-
dades coercitivas y de maltrato han sido ampliamente utilizadas y toleradas ante la
falta de otras opciones. Por ello, la tentación de ceder y hacer concesiones en el método
de internamiento y de retención de los residentes debe ser evitada para conservar la
dimensión ética y humanística del modelo.
En esencia, puede decirse que aunque la necesidad de contener –aun en contra de su
voluntad– a algunas personas en situaciones de violencia o de disfunción mental severa,
este tipo de intervenciones no son compatibles con la metodología de la ct. Habría que

32 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

distinguir entonces los métodos que “contienen” o aíslan al individuo de su entorno:


prisiones, anexos, unidades psiquiátricas, sea bajo una perspectiva de impartición
de la ley o para mitigar los síntomas de violencia o alteración mental en donde caben
tanto medidas físicas de contención, como utilización de psicofármacos potentes. Las
comunidades terapéuticas deben representar, en algunos casos, una alternativa a estos
abordajes y, en otros casos, la opción de tratamiento integral una vez que la persona está
en condiciones de tomar una decisión. En la ct no se requiere que una persona ingrese
convencida de que va a cambiar, pero sí dispuesta a intentarlo, a participar en el método
comunitario y a respetar las reglas de convivencia (De León, 2004).
Desde la perspectiva de la Comunidad Terapéutica el encuadre ético es algo cosus-
tancial o esencial a este modelo y paralelo a la utilización del grupo como la herramienta
metodológica fundamental de cambio. La pretensión de aplicar el método de presión
grupal sin el contexto ético que ante todo respeta la dignidad y los derechos humanos
de las personas, no tiene congruencia con la esencia del modelo.
No debe confundirse la situación de que numerosos usuarios llegan a tratamiento
bajo presiones externas diversas (familiares o judiciales, principalmente), del hecho de
que sean los operadores de los centros –con la complicidad de familiares, de autori-
dades públicas o de otros actores mal orientados, desesperados o engañados– quienes
deciden cuándo y cómo ingresar al usuario, cómo retenerlo en contra de su voluntad y
qué medidas aplicar en caso de intentos de fuga o de disidencia. Estos métodos cons-
tituyen una ruptura epistemológica con la ct que considera que en el tratamiento de
las adicciones la ética, la libertad y la responsabilidad son conceptos que se relacionan
estrechamente. Puede decirse que la ética es la disciplina que orienta a la libertad para
que la persona sea responsable y de este modo se humanice en todo su potencial. La
recuperación de las adicciones bajo la visión de la ct inicia con un acto de libertad,
expresado en la decisión cotidiana de permanecer en la comunidad. Este principio es
consistente con la mayoría de las escuelas de psicoterapia que parten del hecho de que
el individuo quiere cambiar o, al menos, quiere intentarlo.
Las comunidades terapéuticas requieren ser foros de excelencia para el desarrollo
de la libertad responsable que es, en síntesis, el desarrollo humano o el desarrollo del
espíritu humano. En la realidad de trabajo con los niños, con los jóvenes o aun con los
adultos que nunca contaron con un ambiente promotor de su potencial, se tendría que
hablar simplemente de humanizar. Ética y humanización van de la mano, pues ambos
conceptos contemplan al ser humano en su dignidad, libertad y responsabilidad y estos
son los aspectos centrales en las comunidades terapéuticas del siglo xxi.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 33
i a p a

2.4. El personal en la Comunidad Terapéutica

En las comunidades terapéuticas participan, crecientemente, equipos interdisciplinarios


de salud mental, tanto bajo contratación, como voluntarios. De este modo, encontramos
médicos generales, psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales y enfermeros, entre
otros. La condición para todos ellos es que sean anuentes y proactivos en la aplicación
del modelo de Comunidad Terapéutica. No obstante, recursos básicos específicos en
Comunidad Terapéutica son el educador y el terapeuta, por lo que nos abocaremos a la
descripción de estos perfiles. En algunas instituciones, la misma persona desempeña
ambos papeles, no obstante, en este apartado y con fines didácticos, se describen los
perfiles de manera separada. Con el objeto de unificar criterios y experiencias inhe-
rentes a estos puestos, la Federación Latinoamericana de Comunidades Terapéuticas
(flact) utiliza el término de consejero terapéutico y los clasifica en niveles de acuerdo
a la formación y a la experiencia acumulada en comunidades terapéuticas. El hecho
de que la experiencia específica adquiera tal relevancia se debe a que ninguna carrera,
ni universidad, entrena en las habilidades que requiere el consejero terapéutico en ct.
En la tabla 5 se muestran las equivalencias terminológicas entre los diferentes niveles
de certificación de consejería (flact/cicad-oea, 2009).

Tabla 5
Equivalencias terminológicas en personal de Comunidad Terapéutica
Nivel flact Término usado en Términos Características
certificación esta Guía equivalentes
Escolaridad Experiencia
acumulada y
supervisada en ct

Consejero nivel I Educador Operador Bachillerato o 2 años


equivalente

Consejero Nivel II Educador o Generalmente Bachillerato o 5 años


terapeuta terapeuta equivalente

Consejero nivel III Terapeuta Terapeuta Licenciatura en 2 años


áreas de la salud,
de la educación o
sociales

Para mayor detalle, a continuación se presentan las actividades que caracterizan al edu-
cador (nivel I o II, tabla 6) y las propias del terapeuta (nivel II y III, tabla 7) de acuerdo
a los perfiles de puestos definidos en Fundación Casa Nueva:

34 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

Tabla 6
Actividades del educador de Comunidad Terapéutica
1. Realizar el procedimiento de ingreso a la Comunidad Terapéutica.
2. Acompañar a los residentes en los diferentes espacios físicos y momentos del día.
3. Retroalimentar a residentes cuando surjan actitudes inadecuadas.
4. Apoyar y supervisar la implementación puntual del diario vivir.
5. Participar en grupos terapéuticos según necesidades.
6. Informar al equipo terapéutico sobre incidentes relevantes.
7. Asegurar el cumplimiento de las reglas comunitarias.
8. Supervisar, y en su caso, exigir orden, limpieza y puntualidad.
9. Llevar la bitácora diaria de la comunidad.
10. Alentar y supervisar los diferentes servicios de los residentes.
11. Participar en juntas clínicas.
12. Coordinar las sesiones de apertura y cierre del día.
13. Administrar medicamentos y llevar el control de los mismos de acuerdo con indicaciones del área
médica.
14. Intervenir en situaciones de crisis personales o interpersonales, en comunicación con el resto del
equipo terapéutico.
15. Escuchar y empatizar frente a situaciones o momentos dolorosos.
16. Mantener comunicación constante con coordinador del centro, terapeutas y personal médico.
17. Velar en todo momento por la seguridad de los residentes.

Tabla 7
Actividades del terapeuta de Comunidad Terapéutica
1. Realizar el diagnóstico psicosocial de los residentes.
2. Diseño y dar seguimiento al plan de tratamiento individual.
3. Coordinar grupos de pares con residentes asignados.
4. Comunicarse permanente con los familiares de residentes asignados.
5. Participar en la apertura del día (reunión de la mañana).
6. Impartir pláticas educativas.
7. Realizar entrevistas clínico-terapéuticas individuales.
8. Diseñar y participar en talleres.
9. Participar en la elaboración del diario vivir.
10. Presentar casos en juntas clínicas.
11. Participar en el encuentro multifamiliar.
12. Hacer documentación de caso.
13. Realizar grupos especiales.
14. Atender residentes en crisis.
15. Diseñar planes de post tratamiento.
16. Dar seguimiento grupal, individual y telefónico a ex residentes.
17. Mantener contacto con quienes refieren al residente.
18. Mantener comunicación con todo el equipo clinicoterapéutico.
19. Realizar autoevaluación semanal y revisar tareas.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 35
i a p a

Es evidente que la relación de terapeutas y educadores con los residentes de la comu-


nidad implica una cercanía que posibilite crear espacios de crecimiento pero, al mismo
tiempo, límites sanos que los primeros deben establecer. La Comunidad Terapéutica
como escuela formativa de educadores y consejeros terapéuticos ha tenido un desarrollo
extraordinario en las últimas décadas, en algunos países como Estados Unidos, España
y Colombia, por citar algunos. Particularmente valiosa es esta formación cuando al
ingrediente didáctico-vivencial al interior de las comunidades terapéuticas se agrega el
componente teoricocientificofilosófico, a través de programas de educación formal; o
bien, al ingrediente de educación formal se agrega el componente de la vivencia com-
prometida. En palabras de Mario Picchi (citado en Cañas, 2009, p. 336):

El esfuerzo de formación se orienta, por un lado a convertir en profesionales a los voluntarios,


ofreciéndoles instrumentos, técnicas y metodologías, por el otro a convertir en voluntarios a
los profesionales, transmitiendo la experiencia adquirida en este campo a quienes están en
posesión de títulos académicos en los sectores psicológico, pedagógico, social y sanitario.

Un marco de referencia para ubicar al terapeuta o al educador de ct proviene, evi-


dentemente, del componente humanista de la psicoterapia. Carl R. Rogers, en su obra
clásica El proceso de convertirse en persona (1986), mencionó tres actitudes básicas en
el terapeuta que facilitan el cambio en la persona: coherencia, aceptación o respeto y
empatía. En sus propias palabras:

Cuando más auténtico y coherente es el psicoterapeuta en la relación, tantas más probabi-


lidades existen de que se produzca una modificación en la personalidad del cliente [...] El
cambio también se ve facilitado cuando el terapeuta experimenta una actitud de aceptación,
cálida y positiva, hacia lo que existe en el cliente. Esto supone, por parte del terapeuta, el
deseo genuino de que el cliente sea cualquier sentimiento que surja en él en ese momento:
temor, confusión, dolor, orgullo, enojo, odio, amor, coraje o pánico […] La tercera condición
puede denominarse comprensión empática. Cuando el psicoterapeuta percibe los sentimien-
tos y significados personales que el cliente experimenta en cada momento… (1986, p. 65).

De acuerdo con Cañas (2009, p. 323) Víktor Frankl identificó la eficacia terapéutica
con la empatía personal de médico y paciente: “Para el homo patiens se necesita el me-
dicus humanus; el hombre que sufre necesita un médico rico en humanidad, en el que
el paciente pueda ver, además del médico, al hombre…”

36 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

Mientras que para García-Monge: “La tarea de ser terapeuta, no sólo hacer de tera-
peuta, no acaba con el final de la consulta […] Querámoslo o no, somos un referente de
salud y crecimiento personal, y esto, sin agobios innecesarios, nos exige mucho, a veces
demasiado para nuestras fuerzas” (2009, p. 333). Afirmaciones válidas para el terapeuta
en comunidad terapéutica residencial, pero también en modalidades semirresidencia-
les o de medio camino, donde aún el acompañamiento es intenso y el reeducado y el
terapeuta se ven expuestos al estrés propio de la reinserción social.
¿Cómo conciliar, entonces, la necesidad de una relación cálida y cercana con la nece-
sidad paralela de una relación asimétrica en la que uno es educador y el otro reeducando?
Uno ejerce razonable autoridad y el otro permite la guía, uno requiere del soporte y del
modelaje para aprender a volar. Efectivamente, existe una relación particular en la que
constantemente hay movimiento en diferentes planos y hay que tener claro en cuál de
ellos se está. Una persona con un buen proceso terapéutico “en gerundio” puede tener
claros los planos y los límites de una relación terapéutica, mismos que se señalan en el
Código de Ética para el personal de comunidades terapéuticas (ver anexo B): “Respetar a
todos los clientes y mantener una relación no posesiva, no controladora, no castigadora,
y totalmente profesional con ellos” (flact, 2010).
Sobre la ayuda terapéutica profesional Rogers (1986, p. 61) comentó: “[…] la relación
de ayuda óptima sólo puede ser creada por un individuo psicológicamente maduro”.
De todo lo anterior se destaca la importancia de atender las necesidades de los
educadores y terapeutas en dos grandes rubros: personales y formativas. Esto implica
responsabilidad, no sólo en el individuo, sino en los supervisores o directivos de una
institución. Londoño (2003), en su interesante trabajo sobre tutorías, mencionó las
necesidades personales que pueden emerger en el terapeuta en los procesos de acom-
pañamiento, entre las que destacó las siguientes: compañía, reconocimiento, prestigio,
seguridad, afecto desmedido y atracción sexual. Se ha de reconocer que como seres
humanos, incluso con procesos terapéuticos personales previos, estas necesidades
pueden emerger con alguna persona en particular o en momentos de vulnerabilidad
en la propia historia. Lo verdaderamente importante es reconocerlo honestamente y
trabajarlo en los espacios adecuados que permitan acomodar y resolver favorablemente
esas necesidades emocionales para que contaminen lo menos posible la relación tera-
péutica con el reeducando, siempre atendiendo de manera prioritaria sus necesidades
de crecimiento y resolviendo las propias en otros ámbitos. La siguiente carta representa
un intento por explicar a un residente de Comunidad Terapéutica cómo es la relación
con su terapeuta o educador.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 37
i a p a

Carta a un residente de Comunidad Terapéutica

Siento un afecto genuino por ti, me toca acompañarte en un tramo de tu vida para ayudarte
a ver tus potencialidades que aún no puedes ver y también para ayudarte a identificar los
obstáculos para que puedas verlos y evitarlos o enfrentarlos según sea el caso. Si te sientes
cansado aquí tienes mi brazo para que te apoyes en él; si necesitas llorar puedes hacerlo sobre
mi hombro. Si en algún momento el dolor te paraliza y sientes que no puedes caminar, puedo
sostenerte mientras recuperas las fuerzas. Cuando estés alegre quiero compartir contigo tu
alegría y tu esperanza. Quiero ayudarte a ver que el mundo puede ser tu hogar y que puedes
lograr tus metas. No siempre voy a complacerte y a veces voy a confrontarte, pues de lo con-
trario estaría traicionando un componente esencial de mi tarea contigo que es la de ayudarte
para que aprendas a vivir responsablemente. También quiero alentarte para que a lo largo de
tu camino aprendas a ver en tus compañeros de proceso a los mejores acompañantes de ruta.
Estando cerca de ellos estarás a salvo. Estás aprendiendo a caminar, después correrás y algún
día volarás. Si en tu vuelo algún día necesitas volver en busca de apoyo o de aliento quiero
que sepas que estaré aquí para ti, deseando siempre que reemprendas el itinerario que has
elegido. Gracias por estar hoy en mi vida porque tu presencia me invita a ser una mejor persona.

Jorge Sánchez-Mejorada Fernández

Mejía, sacerdote colombiano dedicado a la educación de jóvenes adictos a las drogas,


ha mencionado en diferentes foros, una y otra vez: “La calidad del tratamiento depende
de la calidad de las personas que lo imparten” (2003); también, suele parafrasear a Ga-
briela Mistral con la frase de esa gran educadora: “Si no amas, no eduques”. Estas frases
deben calar hondo en los terapeutas y los educadores de las comunidades terapéuticas.

2.5. El método de la Comunidad Terapéutica

De León (2010) sintetiza la definición del método como: “el aprender a utilizar al grupo
para transformarse a sí mismo”. En tanto el equipo terapéutico y los propios residentes
propicien de manera permanente, en los diferentes espacios comunitarios, el cambio
de parámetros cognitivos y comportamentales que impliquen crecimiento, se está
trabajando en la dirección de la ct, terapeutas y educadores facilitan continuamente la
participación de los integrantes en todos los ámbitos de la comunidad, estando también
a cierto nivel, inmersos en la vida comunitaria, formando parte del círculo y guián-
dolo al mismo tiempo. La presión de los pares para cambiar se ejerce tanto de manera

38 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

directa como indirecta. La primera es a través de señalamientos, retroalimentaciones


o confrontaciones directas; la segunda a través del ejemplo, que puede tener tanta o
mayor fuerza que la primera. Un ejemplo en este sentido es el que ejerce un residente
al hablar de temas delicados y que influye para que otros también lo hagan, sin decir
directamente “¡habla!”; aunque en ocasiones habría que decirlo evidentemente. Naya
Arbiter (2010), usa la metáfora de la comunidad como un “santuario” es decir un si-
tio seguro en donde las personas pueden recuperar su voz y hablar de los temas más
secretamente guardados encontrando un ambiente de respeto y de aceptación en los
miembros del grupo.
De acuerdo con Mejía (2003) en la Comunidad Terapéutica corren dos agendas en
paralelo estrechamente relacionadas:

Figura 9
Agendas de la Comunidad Terapéutica

Agenda reeducativa

• Reglas y nuevos hábitos en el diario vivir.

• Retroalimentación de pares y educador.

Agenda terapéutica

• Terapia y grupo de pares.

• Desarrollo de inteligencia emocional.

• La agenda reeducativa que se articula al diario vivir y que se refleja en el desarrollo


de nuevas conductas, de nuevos hábitos relacionados con: orden, puntualidad, hi-
giene personal, servicios comunitarios, cambios en la utilización del lenguaje y en
los temas de conversación, vestido adecuado, recreación saludable, uso adecuado de
instalaciones, respeto a los compañeros y al personal, etc. Esta agenda es continua
a lo largo del día y todos los espacios de la comunidad son reeducativos. El papel
del educador y de los propios pares está encaminado a corregir “sobre la marcha”
las conductas que resulten inadecuadas respecto a las reglas de la comunidad, que
evidentemente buscan propiciar el ambiente de cambio positivo.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 39
i a p a

• La agenda terapéutica se relaciona con la revisión de las historias vividas de cada


residente, las huellas traumáticas, los asuntos no resueltos, las vidas desordenadas
desde antes y durante la adicción. En este sentido, emergen ciertos temas más o
menos comunes que requieren ser abordados en el contexto del “santuario”: historias
de abandono, de abuso, de violencia, duelos, dificultades en el área sexual, culpa,
vergüenza, resentimiento, miedo. Esta agenda pretende remover todos aquellos
obstáculos emocionales que impiden el crecimiento personal y el logro de una
sobriedad gratificante. Se trata de que el mundo, partiendo del micromundo comu-
nitario, vuelva a ser un sitio habitable y confiable sin la necesidad de una “muleta
química” que borre o evada el malestar existencial de manera momentánea. Se trata
de que las personas aprendan la utilización de un lenguaje emocional y desarrollen
la inteligencia emocional para lograr manejar las dificultades inherentes a su pasa-
do, presente y futuro, desarrollando nuevas habilidades de comunicación y nuevas
redes de pertenencia. La terapia se articula a través de diferentes actividades entre
las que ocupa un papel central el “grupo de pares”. En la óptica de la ct el consumo
de drogas es visto como un síntoma del malestar existencial producto de la propia
historia, y en este sentido la sanación emocional conforma un componente central
del proceso.

Tanto la agenda reeducativa como la terapéutica con sus objetivos de cambio en pro-
fundidad explican la necesidad de procesos prolongados en tratamiento residencial o
ambulatorio intensivo. Esto distingue a las ct de otras modalidades de internamiento
breve que buscan únicamente desintoxicar o bien la inducción de una conciencia inci-
piente de cambio sin las nuevas herramientas cognitivas, conductuales y emocionales
para enfrentar la vida y los retos propios de la reinserción sociofamiliar.
Un componente esencial que juega un papel a lo largo de todo el proceso comuni-
tario es el del servicio y la reparación social. La sanación emocional requiere de este
componente dentro de la comunidad y como visión de vida. Es fundamental educar al
residente para que entienda este elemento y lo integre a su vida.
Kooyman, pionero de las comunidades terapéuticas en Holanda y uno de los espe-
cialistas más destacados en Europa define, en 1993, los componentes de la Comunidad
Terapéutica (ver figura 10).

40 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

Figura 10
Componentes de la Comunidad Terapéutica, según Kooyman (1993)
Abstención supervisada de sustancias psicoactivas.

Énfasis en la ayuda de pares.

Modelaje de roles.

Confrontación de conductas.

Circulación de valores.

Papel central de las reuniones grupales.

Observancia de un reglamento.

Reconocimiento de la autoridad (racional y respetuosa)

Internamiento voluntario

Clima afectuoso y cálido

Participación mixta: profesionales de la salud y reeducados (ambos capacitados en el modelo).

Participación de la familia en tratamiento.

Posteriormente, De León (2004) sintetizó y propuso nueve componentes principales


en el modelo de la Comunidad Terapéutica (ver figura 11).

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 41
i a p a

Figura 11
Componentes de la Comunidad Terapéutica, según De León (2004)
Roles Par, compañero, amigo, servidor, hermano, coordinador. El individuo en
participativos vez de espectador, es un participante activo en el proceso de cambiarse
a sí mismo.

Retroalimentación Verbal y a través del propio ejemplo.


de los miembros

Miembros como Del cambio y del cómo cambiar.


modelos

Formatos Todas las actividades educativas y terapéuticas ocurren en el contexto


colectivos para social y a través de la interacción.
guiar el cambio

Normas y valores Preservan el bienestar comunitario a través del cumplimiento de las


compartidos normas y valores que son guía para la recuperación.

Estructuras y La organización del trabajo comunitario necesario para mantener la ope-


sistemas ración cotidiana es un vehículo de aprendizaje, desarrollo y pertenencia.

Comunicación La apertura es alentada y tiene un gran valor terapéutico.


abierta

Relaciones Son esenciales para alentar y continuar el proceso de cambio personal.


interpersonales La amistad es un valor altamente reconocido.

Uso del lenguaje El uso del lenguaje específico de la comunidad terapéutica es una medida
del grado de involucramiento.

Las tendencias actuales en el desarrollo y evolución de las comunidades terapéuticas a


nivel mundial que buscan la calidad, la eficacia y la profesionalización creciente según
De León (2004) son:

1. De comunidades alternativas para personas con adicciones que no podían fun-


cionar en la sociedad, a instituciones de servicio que preparan a los individuos
para su reinserción social.
2. De estancias indefinidas a estancias planificadas y guiadas por protocolos de
tratamiento.
3. De ser autosustentables y cerradas a recibir fondos públicos o privados y estar
abiertas al escrutinio de instancias evaluadoras externas.

42 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

4. De liderazgos carismáticos y autoritarios a énfasis en la ayuda de pares, en el


modelaje del personal y en el trabajo en equipo.
5. Inclusión creciente de personal clínico y administrativo para cumplir diversas
funciones.
6. Desarrollo de programas de post tratamiento para aquellos que completan trata-
miento residencial.
7. Reintegración de los principios de Alcohólicos Anónimos en el protocolo de tra-
tamiento de muchos programas.
8. Interacción creciente entre la psiquiatría y los métodos de la ct.
9. Adaptación de los programas a poblaciones específicas o a ambientes especiales,
tales como hospitales psiquiátricos o centros de readaptación social.
10. Desarrollo de investigación y evaluación de programas por equipos calificados e
independientes.
11. Sistematización de las competencias requeridas para la capacitación y certificación
del personal y la acreditación de los programas.
12. Desarrollo de organizaciones regionales, nacionales e internacionales de comu-
nidades terapéuticas.
13. Divulgación del modelo de ct a través de capacitación, desarrollo de programas,
asistencia técnica e investigación.

Finalmente, vale la pena citar a Comas Arnau (2007) en el contexto del Congreso de
Comunidades Terapéuticas en Lanzarote, España:

La metodología exige un bucle transdisciplinar, que combina las aportaciones de varios


campos de conocimiento, titulaciones y especialidades. Incluye un poderoso componente
terapéutico (en el que participan psicólogos, psiquiatras y médicos) y otro poderoso compo-
nente educativo (en el que participan pedagogos, educadores sociales y monitores), que se
completan con la aportación de otros profesionales de lo social como trabajadores sociales
y mediadores. Combina los aspectos de trabajo grupal con trabajo individual, combina el
contexto interno y el externo, este último incluye a las familias, al entorno social y a los
recursos educativos, laborales, sanitarios y sociales generales. Combina, en última ins-
tancia y de manera muy intrincada, la intención, a la vez, de preservar la salud y realizar
un aprendizaje. En ambos casos se trata de ofrecer una oportunidad de mejora a personas
situadas al borde de perder, o que han perdido, su condición de ciudadanía.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 43
i a p a

2.6. Etapas del tratamiento en la Comunidad Terapéutica

El modelo de Comunidad Terapéutica que se ha desarrollado utiliza periodos residencia-


les que generalmente oscilan alrededor de un año. En México, la ausencia de compren-
sión y de financiamiento del modelo como tal ha llevado a desarrollar protocolos “a la
mexicana” con menor tiempo residencial e incorporación de estrategias como casas de
medio camino y protocolos de post tratamiento ambulatorios intensivos o semiintensi-
vos. El gran reto, para los procesos residenciales de tres a cuatro meses, es lograr que el
usuario se adhiera a post tratamiento de modo lo suficientemente comprometido como
para lograr desarrollar las habilidades cognitivas y conductuales que le van a permitir
enfrentar o evitar los “disparadores” propios de la reinserción social. Los estudios mues-
tran claramente que el tiempo en tratamiento residencial se asocia con mejor pronóstico,
la figura 12 muestra mejoría en diversos indicadores asociada significativamente con
periodos residenciales mayores a los tres meses (Simpson et al., 1997).

Figura 12
Resultados comparativos acordes con el tiempo de estancia

Cocaína 28%
(cualquier consumo)
55%

53%
Urianálisis negativo
19%

+ 90 días
Alcohol 9%
(cualquier uso) < 90 días
15%

Cualquier 24%
encarcelamiento 54%

0% 10% 20% 30% 40% 50% 60%

Fuente: Simpson et al., Psychology of Addictive Behaviorse, 11: 264-307, 1997.

44 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

La siguiente definición de etapas corresponde a la de una ct con periodo residencial


mínimo de cuatro meses y deseable de seis, con post tratamiento semiintensivo por
un par de años más.
En este modelo de estancia reducida (respecto a la Comunidad Terapéutica clásica) se
definen tres etapas: la integración, el periodo de comunidad propiamente y la reinser-
ción social. En la figura 13 se muestran los objetivos de estas etapas:

Figura 13
Objetivos de las etapas del tratamiento en Comunidad Terapéutica

Integración o acogida

• Propiciar a través de la utilización del grupo comunitario la adhesión, participación y com-


promiso del recién llegado de cara a su proceso de tratamiento profundizando en paralelo
en el diagnóstico integral que se estableció en el pretratamiento.

Comunidad terapéutica (tratamiento residencial)

• Inducir cambios cognitivos y actitudinales basados en la honestidad y la responsabilidad,


promover la participación en los diversos ámbitos de la comunidad terapéutica, alentar la
apertura y la confianza en el proceso grupal para tocar los diferentes asuntos vitales y exis-
tenciales que requieren ser sanados y propiciar el desarrollo de una cultura de reparación
en lo individual, familiar y social.

Postratamiento (reinserción social)

• Consolidar los cambios cognitivos y de actitud iniciados en la comunidad terapéutica y


acompañar terapéuticamente al usuario durante su reinserción social, guiando sus acciones
para disminuir los riesgos de una recaída.

A lo largo de todas las etapas se desarrolla un proceso de atención a los familiares cer-
canos con el objetivo de propiciar cambios en el sistema familiar que genere una mejor
comunicación entre sus miembros, el establecimiento de límites sanos y que dé pie a
espacios para el desarrollo de cada uno de los miembros de la familia.
El paso de una etapa a otra está marcado por avances observables que, a criterio del
equipo, correspondan a los objetivos previamente contemplados para cada etapa. Es
decir, aunque existen tiempos establecidos para cada etapa, éstos sólo son orientadores
y lo que es definitorio es el cumplimiento de los objetivos específicos.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 45
i a p a

De este modo para la transición de la Etapa de Integración o Acogida a la Etapa de


Comunidad Terapéutica los objetivos previstos son:

1) Haber superado, en caso de haberlo presentado, el Síndrome de Supresión Aguda.


2) Contar con un diagnóstico integral, incluyendo la detección de problemas espe-
cíficos ligados a la personalidad, al estilo de vida y a la historia personal.
3) Aceptar explícitamente ante el equipo y sus compañeros el compromiso de tra-
bajar sobre los problemas detectados, en el marco del tiempo previsto para su
tratamiento en la ct.

El tiempo sugerido para esta etapa es de un mes, lo que implica un trabajo enfocado del
terapeuta a la detección de problemas específicos en dicho periodo.
La transición de la etapa de ct a la de post tratamiento implica haber cursado entre
tres y cinco meses en la comunidad, con un periodo de un mes aproximadamente,
denominado prerreinserción social, durante el que se intensifican los contactos con
el exterior con el fin de preparar la reinserción sociofamiliar. Los objetivos inherentes
a esta etapa son:

1) Haber trabajado en los grupos de pares y otros foros los problemas emocionales
y existenciales detectados y asumidos en la transición de la etapa 1 a la 2.
2) Mostrar cambios conductuales que denoten pertenencia e integración de los valores
comunitarios a su vida cotidiana en algún grado.
3) Contar con un plan de reinserción social que abarque aspectos relacionados con
vivienda, convivencia familiar, escuela o trabajo, atención a asuntos pendientes
atrasados y plan de post tratamiento.

Es deseable que el paso de una etapa a la siguiente vaya enmarcado en rituales signifi-
cativos para la persona y para toda la comunidad.

2.7. Hacia una definición de buenas prácticas basadas en evidencia

Aunque existe una gran diversidad en la definición de buenas prácticas, un elemento


constante es el hecho de que éstas tienen un impacto evidente de carácter positivo para
mejorar la calidad de vida de las personas. La definición de una buena práctica basada
en evidencia requiere de estudios de evaluación relacionados con los resultados en los

46 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

usuarios y con la calidad del servicio ofrecido. Muchas veces los estudios requieren
incluir el ingrediente de la comparación para deslindar si los cambios observados están
en relación con un procedimiento específico o no.
Sobre la base de la definición y de la evolución que han tenido las comunidades
terapéuticas en el mundo y con base en las opiniones de los expertos es posible plantear
ciertas prácticas sobre temas específicos relacionados con la calidad de los servicios y la
atención al usuario. Si estas prácticas específicas catalogadas como buenas tienen o no
un impacto específico positivo sobre la vida de los usuarios es materia de la aplicación
de protocolos de investigación, que rebasan los alcances de esta guía, para contar con
la evidencia. No obstante es posible considerar que sí y, de este modo, afirmar que las
prácticas que se señalan a continuación constituyen un insumo útil para orientar el
desarrollo de las comunidades terapéuticas en la Ciudad de México.
Las prácticas propuestas se organizan alrededor de siete rubros; a saber:

1. Pretratamiento, referencia e inducción.


2. Derechos y normas.
3. Proceso de tratamiento residencial.
4. Atención a poblaciones específicas.
5. Reinserción social y post tratamiento.
6. Capacitación y certificación del personal.
7. Investigación evaluativa.

A continuación se relacionan cada uno de estos temas con la observancia de aspectos


considerados a priori como buenas prácticas:

1. Pretratamiento, referencia e inducción.


• Selección de candidatos con base en criterios específicos.
• Referencia clara y expedita.
• Inducción a través de consejería breve.
• Inducción a través de entrevista motivacional.
• Inducción a través de intervención familiar.
• Inducción a través de ordenamiento judicial.

2. Derechos y normas.
• Aplicación del derecho a la salud a través de mecanismos subsidiarios.
• Respeto a derechos humanos.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 47
i a p a

• Respeto a los derechos de los usuarios de la Federación Mundial de Comunidades


Terapéuticas.
• Observancia de la Norma Oficial Mexicana 028.
• Respeto a los derechos de los no fumadores.
• Estrategias de inclusión y para evitar la discriminación por cualquier causa.

3. Proceso de tratamiento residencial.


• Diagnóstico integral: médico, psiquiátrico y psicosocial.
• Expediente clínico.
• Manuales de procedimientos.
• Protocolo de tratamiento en etapas con objetivos claros.
• Tratamiento intensivo por nueve meses o mas.
• Diseño y aplicación de planes de tratamiento individuales.
• Enfoque de género transversal al tratamiento y a través de seminarios y talleres
específicos.
• Atención a las familias en procesos paralelos.
• Implementación de grupos y sesiones tradicionales del modelo.
• Utilización de lenguaje propio del modelo.
• Implementación de estrategias para apoyar la suspensión del uso del tabaco.

4. Atención a poblaciones específicas: adolescentes, mujeres y mujeres con hijos, per-


sonas con comorbilidad psiquiátrica, personas en situación carcelaria.
• Personal capacitado para atender a la población específica.
• Diseño programático específico para cada población.
• Instalaciones acordes al diseño programático.
• Personal especializado anuente al modelo de Comunidad Terapéutica (psiquiatras,
custodios, etcétera).

5. Reinserción social y post tratamiento.


• Actualización de ciclos escolares.
• Capacitación para el trabajo.
• Bolsas de trabajo.
• Sesiones de seguimiento terapéutico diversas (grupos de pares, terapia individual,
prevención de recaídas, terapia familiar y grupos multifamiliares).

48 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

6. Capacitación y certificación del personal.


• Procesos de selección e inducción al puesto.
• Perfiles de puestos.
• Inclusión equilibrada de personal procedente de la universidad y egresados de la
comunidad terapéutica capacitados.
• Número de personas certificadas en los diferentes niveles con base en los criterios
de la flact/cicad oea.
• Programa de formación continua para el personal.

7. Investigación y evaluación.
• Protocolo de evaluación de calidad por parte de los usuarios.
• Protocolos longitudinales de evaluación de resultados en los usuarios atendidos.

El sustento basado en evidencia científica para corroborar la utilidad de estas prácti-


cas para los usuarios de esta modalidad en la Ciudad de México, deberá ser sujeto de
protocolos específicos de evaluación.
Por otro lado, se incluye un estudio interesante sobre comunidades terapéuticas, en
la ciudad de Vancouver, que concluye con una serie de recomendaciones que podrían
también considerarse la base para la definición de buenas prácticas. Se citan a conti-
nuación algunos puntos que tienen ver con el proceso de implementación y pueden
ser del interés del lector de esta guía (Gibbons, W., Anderson, D. y Garm A., 2002).

Recomendaciones programáticas

Abordaje terapéutico:
• Elija cuidadosamente al grupo de residentes y diseñe un programa apropiado que
sirva a sus necesidades específicas. La expansión deberá introducirse gradualmente
a partir de un grupo medular de staff y residentes. La expansión deberá llevarse a
cabo de acuerdo a criterios claros que definan el éxito y la disponibilidad.
• Alinie las necesidades específicas del grupo de residentes con las metas de recu-
peración, la duración planeada del tratamiento y la naturaleza y duración de los
servicios de post tratamiento (ej. alojamiento transitorio, red de pares, ayuda en
obtener y mantener un trabajo, terapias de seguimiento).
• El grupo residente deberá comprender a una población mayoritariamente adulta
(aproximadamente 25 a 40 años), o bien a una población mayoritariamente joven
(menor de 25 años).

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 49
i a p a

Personal:
• El personal del programa deberá comprender una mezcla de profesionales recu-
perados y otros profesionistas tradicionales (ej. enfermeras, médicos, abogados,
asistentes sociales, terapeutas) que deberán ser escolarizados en las especificaciones
del modelo de ct.
• Las nuevas ct deberán establecer afiliaciones con asociaciones regionales, nacionales
e internacionales de ct, hospitales y universidades para asegurar altos estándares
de profesionalismo para el contenido del programa, el enfoque terapéutico y el
desarrollo del personal.

Investigación y evaluación:
• Dado el alto índice de abandono entre los residentes de una ct deberán consultarse
y usarse las investigaciones existentes y las herramientas de pre y post evaluación para
definir objetivos de recuperación, diseñar el programa, fijar los niveles de conocimientos
y habilidades y planear los servicios de post tratamiento.
• La investigación de resultados deberá iniciarse en la etapa más temprana posible
de la operación de la ct, misma que deberá continuar realizándose como un elemento
en curso de la ct.

Recomendaciones operativas y directivas

Dirección, administración y asesoría:


• Las nuevas ct deberán basarse en el liderazgo experimentado en dirección y es-
tructuras administrativas.
• Los administradores de mayor antigüedad y otros profesionistas pagados deberán
contar, preferentemente, con una experiencia de primera mano y un entrenamiento
constante en la provisión de servicios de salud y/o de desarrollo humano en general,
así como los retos específicos que presenta el modelo de ct en particular.
• La asesoría constante deberá llevarse a cabo con proveedores de servicios sociales,
instituciones educativas e instituciones de entrenamiento vocacional. Además,
deberán establecerse grupos consultivos conformados por vecinos residenciales y
comerciales.

50 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

Financiamiento:
• Las ct deberán desarrollar una estrategia de financiamiento a largo plazo que preste
una atención especial a las etapas de crecimiento y expansión cuando las necesidades
de financiación operativa estén necesariamente modificándose.
• La estrategia de financiamiento a largo plazo deberá contemplar cómo la construc-
ción, operación y el mantenimiento serán financiados en una base continua.

Admisión, referencia y planeación a largo plazo:


• Los procesos de admisión y referencia deberán ser rigurosos y minuciosos, realizando
una valoración cuidadosa en el proceso de admisión entre el diseño del programa
y las necesidades de los residentes.
• Los servicios de post tratamiento deberán planearse cuidadosamente, dando par-
ticular atención a la necesidad de alojamiento asequible para los residentes que
completen el programa.
• Las ct deberán, en medida de lo posible, llevar a cabo una investigación de segui-
miento longitudinal para rastrear el éxito de los graduados y ayudar a identificar las
mejores prácticas, así como áreas del programa que necesiten mejorarse.

Recomendaciones de ubicación

Ubicación:
• Cualquier propuesta de ct deberá, en lo posible, cumplir con la legislación urbana
vigente y de uso del suelo, leyes municipales y/o planes de desarrollo.
• Los servicios de cuidado de la salud, incluyendo los dentales deberán, en lo posible,
administrarse en el lugar.
• Dentro de la propuesta, deberá incluirse una descripción detallada del programa
eje propuesto, incluyendo un panorama detallado de todos los usos propuestos
para el sitio.

Impactos vecinales:
• Deberán establecerse, durante las primeras etapas de la planeación, consultas con-
tinuas con los vecinos residenciales y comerciales acerca de impactos potenciales.
• Un grupo consultor, conformado por representantes comunitarios y proveedores de
servicios sociales, deberá ayudar a guiar los procesos de desarrollo e implementación.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 51
i a p a

• Aún y cuando la ct sea una unidad autocontenida, idealmente el sitio será uno en
el que los residentes sean removidos de las áreas en que usaban drogas o en las que
realizaban otros comportamientos negativos.

Criterios de implementación:
• En lo posible, las nuevas ct deberán buscar que su personal sea entrenado en ct
bien establecidas y reconocidas que ofrezcan dichos servicios.
• Las ct deberán empezar en pequeño y crecer gradualmente. Las ct deberán iniciar
con un grupo eje de 5 a 10 residentes y un personal adecuado. Posteriormente,
podrán añadir unos cuantos residentes a la vez.
• Desde la etapa propuesta inicial, deberá establecerse un conjunto de criterios de
expansión claros y específicos.

Los elementos mencionados pueden constituir una cierta base para el estudio y defini-
ción de buenas prácticas de comunidad terapéutica en la Ciudad de México •

52 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
C A P Í T U LO 3
El Pretratamiento: diagnóstico, referencia e inducción
a la Comunidad Terapéutica

E
l perfil de los residentes atendidos en Comunidad Terapéutica corresponde a
personas con adicciones, que además presentan una amplia gama de problemas
asociados al consumo. Una afirmación común en las comunidades terapéuticas
dice: “el problema no es la droga, es la persona”. Esta afirmación implica que la persona
debe ser atendida de manera integral en sus diferentes problemas y necesidades para
generar un cambio real y no únicamente buscar la suspensión del consumo de drogas.
Ciertamente la ct asume, que para que el cambio ocurra, la persona requiere suspender
el consumo de drogas.
Aunque en sus inicios las comunidades terapéuticas tuvieron “coqueteos” con el
uso moderado de alcohol como una forma de “premiar” a sus residentes en estadios
avanzados (lo que sucedió especialmente en Holanda),4 en la actualidad y de manera
general, el consumo del alcohol es desalentado al igual que el de otras drogas. En cambio
en lo que no han logrado incidir las comunidades terapéuticas es en la suspensión del
uso de tabaco como parte del paquete de abstención.

3.1. Criterios diagnósticos para el ingreso a la Comunidad Terapéutica

En la figura 14 se enlistan algunos factores que pueden ayudar a identificar situaciones


en las que resulta recomendable un tratamiento residencial con metodología de Co-
munidad Terapéutica, cuando se cumplen los criterios diagnósticos de dependencia de
sustancias psicoactivas de acuerdo a los criterios del dsm iv o del cie-10 (véase anexo C).

4 Para más información sobre el tema se sugiere revisar la obra de Martien Kooyman: The Therapeutic
Community for Addicts: Intimacy, Parent Involvement, and Treatment Success (ver bibliografía).

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 53
i a p a

Figura 14
Criterios para el ingreso a una comunidad terapéutica

Policonsumo de drogas.

Consumo cotidiano
o casi cotidiano.

Dependencia activa de crack, cristal,


opiáceos o benzodiacepinas.

Disfuncionalidad familiar
significativa.

Proyectos escolares o laborales


interrumpidos.

Conductas antisociales y/o


delincuenciales.

Comorbilidad psiquiátrica con


buena respuesta a tratamiento
psicofarmacológico.

Historia de recaídas, especialmente


si el modelo terapéutico fue otro.

Aunque normalmente se considera que el criterio de dependencia es fundamental, la


realidad es que existen casos en los que únicamente se reúnen indicadores de abuso
pero con niveles de disfunción familiar y social severos que implican riesgos para la
persona. Esta afirmación es especialmente válida para adolescentes y adultos jóvenes,
de sectores sociales desfavorecidos con alto riesgo de involucrarse –o ya involucra-
dos– en actividades delictivas. En la tabla 8 se describen y comentan los criterios para
la valoración del ingreso a la comunidad terapéutica, mismos que han sido definidos

54 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

en Fundación Casa Nueva i.a.p., con base en la experiencia acumulada en el mundo


de las comunidades terapéuticas y validada por De León (2011) quien afirma que este
modelo es especialmente eficaz con aquellos más severamente afectados por la adicción
y el estilo de vida asociado.

Tabla 8
Criterios para el ingreso a una comunidad terapéutica
Criterio Descripción

Policonsumo de drogas Se refiere al consumo frecuente de dos o más drogas que va a condicio-
nar cuadros complejos de intoxicación y supresión y una gran gama de
trastornos psiquiátricos inducidos.

Consumo cotidiano Consumo diario o en forma habitual varias veces por semana, que consti-
o casi cotidiano tuye una adicción en fase crónica y por lo tanto implica un estilo de vida
que gira totalmente alrededor del consumo de drogas.

Dependencia crónica de El carácter altamente adictivo de estas drogas y la severidad de los síndro-
“crack”, “cristal”, opiáceos, mes de supresión y los trastornos asociados a la suspensión del consumo
benzodiacepinas o alcohol de estas drogas, justifican el tratamiento residencial que brinde tanto la
atención médica como la contención y el apoyo comunitario.

Disfuncionalidad familiar Expresada de diversas maneras: ausencia o alejamiento de alguna figura


significativa parental –generalmente la paterna–, incapacidad para fijar límites sanos,
hostilidad, violencia, consumo de sustancias en miembros familiares, entre
otras dificultades, crean ambientes e interacciones poco favorables para
suspender el consumo de drogas.

Proyectos escolares o Se refiere a que el individuo ha perdido todo vínculo escolar o laboral,
laborales interrumpidos así como los hábitos cotidianos y socializantes asociados a la adherencia
a estos ámbitos sociales.

Conductas antisociales y/o Son conductas que atentan contra la integridad o la seguridad propia y de
delincuenciales terceros. Desde mentiras o acciones manipulativas, hasta robos o asaltos,
cuya realización suele estar ligada al consumo o a la obtención de droga.
Generalmente estas acciones implican conflicto con la ley.

Comorbilidad Se refiere tanto a trastornos inducidos por sustancias psicoactivas como a


psiquiátrica con buena trastornos comórbidos de tipo psicótico o afectivo del Eje I del dsm iv, en
respuesta a tratamiento paralelo al problema adictivo y con buena respuesta a los psicofármacos
psicofarmacológico de modo que el usuario pueda mantener los parámetros de exigencia
conductual y de socialización propios de la ct.

Historia de recaídas, La recaída es definida como una reincidencia al consumo y al estilo de vida
especialmente si el modelo asociado. Es aceptada por los expertos la necesidad de muchas personas
terapéutico utilizado fue de varios episodios de tratamiento. Una sugerencia adicional es que si
otro el modelo utilizado no ha sido el de ct merece la pena una oportunidad
bajo esta metodología.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 55
i a p a

Algunos de los criterios diagnósticos presentados en la tabla 8 tales como la disfun-


cionalidad familiar, las conductas antisociales o la calidad de vida pueden ser evaluados
mediante instrumentos estandarizados para la población mexicana; Velarde y Ávila
(2002) presentaron un estudio detallado de los cuestionarios disponibles en México
para estimar la funcionalidad física, mental, social, emocional, el nivel de actividad,
deterioro, autonomía y otras dimensiones relacionadas con la calidad de vida de ado-
lescentes y adultos. Para medir las conductas antisociales en jóvenes, puede utilizarse
la escala tetra dimensional de Palacios, que evalúa cuatro factores: agresión, compor-
tamiento antisocial, conducta delictiva y robos menores (Palacios y Andrade, 2007).

3.2. El Diagnóstico

El diagnóstico realizado en distintos momentos de atención al usuario puede tener como


finalidad principal determinar que el perfil sea adecuado para el tratamiento en ct
(diagnóstico inicial) o bien determinar de manera específica las necesidades clínicas
y psicosociales para diseñar las estrategias individuales adecuadas al caso (diagnós-
tico integral). El diagnóstico inicial se realiza con base en una o dos entrevistas que
se hacen tanto al paciente identificado, como a su familia. La entrevista se enfoca en
aquellos aspectos básicos que permitan a la persona responsable determinar la referen-
cia adecuada. Por su parte, el diagnóstico integral puede diferirse al momento previo
al ingreso o incluso llevarse a cabo con el usuario cuando ya se encuentra internado.

Figura 15
Objetivos del diagnóstico

Diagnóstico inicial

• Finalidad: determinar la idoneidad del caso para ingresar al tratamiento residencial.

Diagnóstico integral

• Finalidad: conocer a fondo las necesidades del usuario en los ámbitos clínico y psicosocial.

Una vez que se comprueba que la persona reúne el perfil y que éste acepta la propuesta
de internamiento, es recomendable proceder lo antes posible a implementar el ingreso,
dada la alta volubilidad de las personas con adicciones ante la situación del internamien-
to. En otros casos, frente a las dudas o resistencias del usuario, pueden implementarse

56 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

estrategias de inducción al tratamiento residencial en el marco de un proceso que,


junto con el diagnóstico, integramos en una fase que llamamos pretratamiento. En
este capítulo se describirá todo el proceso diagnóstico, el cual se muestra en la figura
16, que corresponde a los procedimientos vigentes en la Fundación Casa Nueva i.a.p.

Figura 16
Etapas del Diagnóstico

Primer contacto Entrevista inicial

Con problema de Con problema de


Sin problema
drogas sin criterios drogas con criterios
de drogas
para internamiento para internamiento

Aplicación
Referencia a otros Referencia a tratamiento de cuestionarios
servicios ambulatorio específicos: audit,
mast, etcétera.

Se corroboran criterios
Estudio
de abuso severo o Historia clínica
socioeconómico
dependencia

Historia psicosocial
y diagnóstico
familiar

Se corroboran criterios
de admisión y se logra Ingreso a comunidad
aceptación de usuarios terapéutica
y familia

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 57
i a p a

3.2.1. Diagnóstico inicial

Permite identificar la idoneidad del potencial usuario para ingresar a ct, ofrecer las
primeras orientaciones a la familia y, en caso de que la persona con problemas de
adicción no desee recibir apoyo, permite sugerir otras modalidades de tratamiento.
Consta de tres procesos: primer contacto, entrevista inicial y estudio socioeconómico.

Primer contacto

Objetivo Recopilar y aportar la información básica de una manera concreta y cálida, así
como sentar las bases para iniciar el proceso de evaluación diagnóstica e inducción
a tratamiento.

Este procedimiento puede llevarse a cabo de manera presencial o telefónica. Requiere el


tiempo justo y adecuado para concertar una cita a la brevedad posible para la entrevista
inicial. Al establecer el primer contacto, se debe considerar el siguiente procedimiento:

1. Presentarse ante la persona que está pidiendo información sobre la institución,


indicando nombre y puesto.
2. Preguntar el motivo de la llamada. Si se trata de un caso de consumo de alcohol
u otras drogas, ratificar que en la organización se le puede proporcionar ayuda,
por lo que es muy importante que converse con alguno de los profesionales, ya
sea de manera personal o telefónicamente.
3. Preguntar el nombre de la persona que solicita la información, así como la edad
del usuario potencial y el parentesco entre ellos; anotar esta información en un
formato de Registro de Primer Contacto (se sugieren como datos básicos en ese for-
mato: nombre del solicitante, nombre del usuario, su edad y ciudad de residencia,
parentesco entre ambos, datos de contacto). Si el usuario potencial está dispuesto a
tratamiento, se da fecha de cita para la entrevista inicial. Es importante corroborar
si el usuario identificado reúne las características sociodemográficas acordes con
los servicios que brinda el centro de tratamiento (por ejemplo, edad y sexo). Una
vez aclarado este punto continuar con el procedimiento o referir a otro centro
donde pueda atenderse a la persona.
4. Informar que la modalidad residencial del tratamiento requiere del consentimien-
to del usuario en caso de que no esté dispuesta a recibir ayuda, se insistirá en la
importancia de que los familiares directos asistan a una cita para orientación.
5. Ofrecer una cita presencial o telefónica en un lapso no mayor a 48 horas, aclarando
si la consulta tiene o no costo de acuerdo a la política institucional.

58 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

6. Ratificar los datos del solicitante: nombre, lugar de procedencia, teléfono y correo
electrónico.
7. Agradecer la llamada, reiterándole al solicitante la fecha y hora en que se le esperará
para su cita de orientación.

En la figura 17, se muestra el algoritmo que describe gráficamente cada uno de los pasos
enlistados anteriormente.

Figura 17
Procedimiento del primer contacto

Persona que solicita


Saludo
información

Caso consumo substancias

Preguntar

Nombre de la persona Edad del usuario potencial


Registro de primer contacto
que llama y parentesco

SÍ ¿El usuario potencial reúne NO


características de sexo y edad
para ser atendido?

¿El usuario potencial está Referir a un centro donde


dispuesto a recibir ayuda? pueda recibir atención

Agendar cita presencial o Agendar cita presencial o


telefónica de orientación a telefónica con familiar y
familiares (-48 hrs) candidato (-48 hrs)

Tomar datos

Agradecer llamada
y reiterar cita

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 59
i a p a

Entrevista Inicial

Objetivo Reconocer elementos que orienten el perfil del usuario como un candidato a in-
gresar a la comunidad terapéutica o para ser referido a otro tipo de tratamiento.

La entrevista inicial representa un primer filtro para determinar si el candidato reúne


los criterios establecidos, ya mencionados anteriormente, para ingreso a la comunidad
terapéutica o si requiere otro tipo de intervención. Cuando se corroboran criterios,
pero el usuario no acepta el internamiento, entonces se le refiere a alguna o varias de
las siguientes modalidades de atención:

• Intervención individual breve.


• Intervención familiar breve.
• Grupo de inducción al tratamiento.

El procedimiento que se sigue para realizar la entrevista inicial contempla las siguientes
acciones:

1. Iniciar la entrevista estableciendo un clima de confianza que permita al candidato


y/o a su familia sentirse cómodo y dispuesto a compartir información sobre su
adicción.
2. Indagar con el candidato sus hábitos de consumo y posibles internamientos pre-
vios, registrando la información en un formato de Registro de Entrevista Inicial
(en el anexo D se presenta una propuesta de formato).
3. Establecer un diagnóstico preliminar con base en los criterios de drogodependencia
previstos en el dsm iv. En caso de existir datos de trastornos mentales severos se
sugiere programar una valoración por un médico psiquiatra antes de continuar
el proceso.
4. Ofrecer al candidato y/o a sus familiares información detallada sobre el procedi-
miento a seguir, explicando las opciones de tratamiento de acuerdo a la valoración
integral y las situaciones específicas de la demanda de ayuda. Se sugiere resolver
cualquier duda en torno a las características del tratamiento, duración y partici-
pación de la familia.
5. Se concluye la entrevista programando el Estudio Socioeconómico en caso de que
el candidato acepte el tratamiento residencial. Este paso aplicará en los casos de
instituciones que cobren cuota de recuperación.

60 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

En la figura 18 se esquematiza el procedimiento a seguir durante la entrevista inicial.

Figura 18
Procedimiento Entrevista Inicial

Establecimiento de confianza

Datos de consumo (sustancia,


edad de inicio, frecuencia,
consecuencias)
Formato de
entrevista inicial
Valoración SÍ
Datos de internamiento
médico-psiquiátrica previos

NO

Diagnóstico preliminar
DSM IV-TR

Explicar tipo de intervención


sugerida según el caso

Tratamiento Intervención Intervención familiar


Grupo de acogida
residencial individual breve breve

Programar cita
Estudio Programar cita
Socioecónomico

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 61
i a p a

Estudio Socioeconómico

Objetivo Comprender el contexto psicosocial y establecer, de acuerdo con el perfil so-


cioeconómico del usuario y su familia, la cuota de recuperación adecuada a sus
posibilidades.

El estudio socioeconómico se integra a partir de la información verbal que aporta el


usuario potencial y/o su familia, sobre los ingresos y egresos familiares. Los datos se
corroboran a través de documentación comprobatoria de gastos básicos como renta,
luz, agua, teléfono, etc. y en la realización de una visita domiciliaria, siempre que sea
posible. El procedimiento para realizar el estudio socioeconómico es el siguiente:

1. Explicar a los familiares y/o al candidato a residente el objetivo del estudio socioe-
conómico: entender el contexto psicosocial y explorar la situación económica de
la familia para determinar la cuota de recuperación del tratamiento.
2. Registrar los datos generales del candidato que solicita el servicio, en el formato
utilizado en cada institución. Se sugiere pedir comprobantes de ingresos y egresos
familiares, para calcular la cuota posible.
3. Indagar si la familia puede contar con algún apoyo adicional de familiares, amigos,
empresas, etc., para cubrir el costo del tratamiento.
4. Siempre que sea posible realizar una visita al hogar del candidato a residente,
para observar directamente las condiciones de vida de su familia y sustentar con
evidencia el monto de la cuota propuesta y entender el contexto sociofamiliar del
usuario.
5. Calcular el monto sugerido del costo del tratamiento y comunicárselo a la familia
y al área administrativa del centro.
6. Resolver cualquier duda que el candidato o la familia tenga respecto al interna-
miento.

La figura 19 muestra el esquema del procedimiento a seguir en la realización del estudio


socioeconómico.

62 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

Figura 19
Procedimiento Estudio socioeconómico

Familia y/o candidato Explicar a los familiares el objetivo


a residente de la reunión
acuden al estudio
socioeconómico

Obtener datos generales


del candidato a residente

Comprobante Evaluación de ingreso Evaluación de egreso Comprobantes


de ingresos familiar mensual (suma familiar mensual (suma de gastos
de las aportaciones de gastos para cubrir
de los miembros necesidades básicas)
económicamente activos) Comprobantes de gastos

¿Se requiere mayor


información?

Visita
domiciliaria

Obtener el saldo mensual


disponible de la familia

Anotar la cuota sugerida en el


formato de Estudio Socioeconómico
de cada institución

Se notifica a administración
la cuota sugerida

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 63
i a p a

3.2.2. Diagnóstico integral

En seguida se lleva a cabo el procedimiento diagnóstico, realizando las actividades


propias del diagnóstico integral, a fin de conocer a fondo sus necesidades médicas
psicológicas y psicosociales. A través de entrevistas específicas se elabora una historia
clínica medicopsiquiátrica, una historia psicosocial y un diagnóstico familiar. A con-
tinuación se describen con mayor detalle los objetivos y elementos básicos que deben
contemplar estos procedimientos. Algunas instituciones lo hacen antes del ingreso, otras
una vez que ha ingresado el usuario, que es llamado a partir de ese momento: residente.

Historia clínica medicopsiquiátrica

Objetivo Realizar el diagnóstico relacionado con los trastornos por consumo de sustancias
psicoactivas, así como otros diagnósticos psiquiátricos (ejes I y II del dsm iv) y
médicos (eje III).

Este componente sienta las bases del tratamiento medicopsiquiátrico, por lo que debe ser
elaborado por un médico entrenado en salud mental y adicciones. En el anexo E se presenta
una propuesta del formato para la historia clínica, mismo que incluye 16 apartados: datos
de identificación, antecedentes heredofamiliares, composición familiar, familiograma,
antecedentes perinatales y del desarrollo, antecedentes personales no patológicos y pa-
tológicos, antecedentes de tratamientos médicos previos, padecimiento actual, historial
adictivo, historial sexual, perfil del residente, exploración física, impresión diagnóstica,
plan de tratamiento, indicaciones y/o manejo farmacológico y comentarios finales.

Historia psicosocial

Objetivo Detectar en la historia de vida los principales estresores pasados o presentes en la


vida del usuario, que requerirán ser atendidos en el marco de un abordaje integral
(eje IV del dsm iv).

En el formato para la historia psicosocial, el psicólogo o terapeuta deberá anotar la


información obtenida durante la entrevista con el nuevo residente, consignando
los antecedentes heredofamiliares (alcoholismo-adicción, trastornos psiquiátricos); los
antecedentes en el desarrollo físico, mental y emocional; los antecedentes escolares
y/o laborales; los antecedentes de problemas relacionales y existenciales; el historial
adictivo y la impresión diagnóstica de acuerdo al eje iv del dsm iv. Al final se registra

64 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

la necesidad de pruebas psicológicas u otros estudios (véase propuesta de formato para


historia psicosocial en anexo F). Esta información es imprescindible para el diseño de un
plan de tratamiento individual en el proceso de Comunidad Terapéutica, en el entendido
de que esta metodología, busca el cambio de actitudes y condiciones relacionadas con
el estilo de vida adictivo.

Diagnóstico familiar

Objetivo Entender la estructura familiar, el rol del paciente identificado y sentar las bases
de la participación de la familia en el tratamiento.

Este formato es utilizado por el terapeuta asignado para realizar una valoración de la
estructura y la relación familiar, así como de los efectos que la adicción del paciente ha
tenido en otros miembros de la familia; incluye la elaboración del familiograma (véase
propuesta de formato para diagnóstico familiar en el anexo G). El terapeuta debe anotar
un diagnóstico familiar inicial, así como algunas ideas para el plan de tratamiento.
En virtud de la importancia de la familia para apoyar u obstaculizar los procesos, su
participación comprometida en el tratamiento puede ser decisiva.

3.3. Referencia e inducción al tratamiento residencial

Una vez que se ha establecido la idoneidad del candidato a tratamiento residencial,


prosigue la inducción al mismo. Este es un momento importante en el que una buena
intervención por parte de diferentes actores, principalmente la familia y el personal
de salud y de administración de justicia, pueden jugar un papel preponderante para
llevar al usuario a aceptar la modalidad residencial. Procedimientos respetuosos de
los derechos humanos son la alternativa que utilizan las comunidades terapéuticas.
Hay mucho trabajo que hacer para incrementar la demanda de tratamiento con y sin
presión externa.
La cifra que ofrece el sisvea sobre la escasa participación del sistema de salud y de
impartición de justicia en la referencia de pacientes a centros de tratamiento es revela-
dora: 0.6% de los pacientes internados a nivel nacional han sido referidos por un juez y
1.9% por un médico. El mito sobre la “imposibilidad” de que una persona con adicciones
acepte tratamiento voluntariamente, muy extendido a nivel popular, está hoy siendo
vigorosamente cuestionado por algunas comunidades terapéuticas y los centros canali-
zadores –como el caso de los Centros Nueva Vida– que utilizan estrategias respetuosas

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 65
i a p a

de referencia e inducción. Existen ejemplos de instituciones que tienen sus instalaciones


llenas y frecuentemente con listas de espera. Esto, a condición de que el tratamiento
sea financieramente accesible a la población, lo cual, en la situación de desigualdad
socioeconómica que priva en nuestro país sólo es posible a través del subsidio público
y de vigorosos programas de procuración de fondos. La familia, el personal de salud y
el sistema de impartición de justicia pueden ser importantes inductores a tratamiento
en el marco del respeto a los derechos humanos.
Aquí se describen algunos procedimientos útiles que pueden instrumentarse en
comunidades terapéuticas que cuentan con servicios de atención ambulatoria o que
trabajan en red con unidades de salud y/o Centros Nueva Vida o Centros de Integración
Juvenil. Las posibles respuestas ante las variables en la petición de ayuda se esquema-
tizan en la figura 20.

Figura 20
Respuestas ante variables de petición de ayuda

Usuario con perfil


para internamiento

¿Acepta la ayuda ambulatoria ¿Acepta la propuesta


pero no el internamiento? residencial?

Intervención individual
breve y/o grupo Proceso de admisión
de acogida

Usuario con aparente perfil para


internamiento descrito por la
familia

No acepta ninguna ayuda

Intervención familiar breve

66 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

3.3.1. Intervención individual breve

Objetivo Lograr que se genere en el usuario potencial la decisión de ingresar a tratamiento


residencial o, en su caso, diseñar un plan terapéutico alternativo.

Este procedimiento, se apoya en el Modelo de Entrevista Motivacional5 y abarca los


siguientes puntos:

1. Durante la primera sesión el terapeuta establece, de conformidad con el usuario,


un plan de tratamiento que puede abarcar un número de sesiones preestablecido,
no mayor a seis sesiones.
2. Desde el inicio se fijan metas evaluables de acuerdo al caso.
3. Durante las sesiones terapéuticas se analizan con el usuario los pros y los contras
de continuar con el uso de drogas.
4. Se intenta diseñar un plan de vida alternativo.
5. Se buscan establecer redes saludables de apoyo.
6. En casos seleccionados se evaluará la posibilidad de referir a un programa de
“bebedor responsable”.
7. Se concluye la intervención con una referencia específica o con una cita posterior
para evaluar su evolución.
8. En caso de que el procedimiento genere en el usuario la decisión de aceptar el
tratamiento residencial, en cualquier momento se referirá al usuario a la comu-
nidad terapéutica, previos los procedimientos clínicos y administrativos que la
institución contemple.

Este procedimiento se esquematiza en la figura 21:

5 Se sugiere revisar el texto original de J. O. Prochaska y C. C. DiClemente para ahondar sobre el tema.
También se sugiere consultar el protocolo para mejorar el documento Mejorando la Motivación para el
Cambio en el Tratamiento de Abuso de Sustancias, de Miller, enlistado en las referencias.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 67
i a p a

Figura 21
Procedimiento intervención individual breve

Caso de adicción que rechaza Cita con terapeuta


el tratamiento residencial,
pero acepta otra ayuda

Terapeuta y paciente
establecen un plan
de tratamiento
(número de sesiones)

Se fijan metas
evaluables
De una a seis Registro de la evolución
sesiones del paciente
Se analizan pros y contras Hoja de evaluación
del consumo de drogas del paciente

Se diseña un plan de vida


alternativo

Se buscan redes saludables


de apoyo

SÍ NO
¿Acepta el tratamiento
residencial?

Cita para trámites


administrativos y Referencia a otro
programación de servicio
ingreso a ct

68 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

3.3.2 Intervención familiar breve

Objetivo Apoyar a la familia en la comprensión del fenómeno de las adicciones desde una
perspectiva sistémica, induciendo cambios comportamentales y de comunicación
que confronten al miembro con adicción ante su problemática y así, ayudarle
a aceptar el apoyo especializado, buscando también generar bienestar en los
miembros de la familia.

Esta modalidad debe incluir estrategias didácticas y terapéuticas al tenor de los siguientes
pasos, retomados del modelo de Johnson V. (1986):

1. La intervención debe ser programada con cierta flexibilidad en cuanto al número


de sesiones, los horarios y el diseño, con el fin responder a las necesidades de los
consultantes.
2. Se debe establecer un compromiso terapéutico con relación a la asistencia y número
de sesiones.
3. Es deseable que participen dos o más familiares o personas significativas para el
usuario.
4. Las sesiones didácticas deberán incluir aspectos tales como: concepto de adicción,
la familia como sistema, características de la familia disfuncional y funcional, co-
municación, facilitación de la adicción a través de sobreprotección o encubrimiento
y límites sanos. En paralelo deberán identificarse las conductas disfuncionales
que cada miembro de la familia requiere cambiar, y el terapeuta deberá hacer las
referencias específicas a fuentes de apoyo profesionales y/o de ayuda mutua, como
el caso de los grupos de Al-Anon y Familias Anónimas.
5. Debe asesorarse a los participantes en contenidos de comunicación que puedan
impactar positivamente en el familiar con el problema de adicciones, sin enjui-
ciamiento ni reproche, pero sí con asertividad, lenguaje emocional y propuestas
de ayuda.

En caso de que existan las condiciones, a la persona que presenta la adicción, se le po-
drá incluir en alguna de las sesiones con la finalidad específica de proponerle la ayuda
terapéutica. Es importante asegurarse de que una vez concluida la intervención, los
miembros de la familia tengan continuidad terapéutica en alguna modalidad adecuada
a sus necesidades. En la figura 22 se muestra visualmente el procedimiento que se sigue
durante la intervención familiar breve.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 69
i a p a

Figura 22
Procedimiento intervención familiar breve

En entrevista inicial se detecta


a familia con candidato que no
acepta tratamiento residencial

SÍ NO
Responsable de la ¿Familia acepta intervención? Referencia a otro servicio
entrevista ofrece a o profesional
familiares intervención
familiar breve
Se programan seis sesiones

Primera sesión: características


de la enfermedad

Segunda sesión: características


de la familia del adicto

Tercera sesión: planeación


de la intervención

Cuarta sesión: preintervención

Quinta sesión: intervención

SÍ NO
¿Candidato aceptó tratamiento
residencial?

Se programa cita para trámites Sexta sesión: post intervención


administrativos e ingreso

Se reafirman opciones de apoyo


profesional y de ayuda mutua

70 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

3.3.3. Grupo de acogida

Objetivo Recibir de una manera cálida y empática a los posibles candidatos al tratamiento re-
sidencial, con el objetivo de informar, sensibilizar e intentar movilizar hacia una etapa
de acción que consiste concretamente en el ingreso a la comunidad terapéutica.

El procedimiento corresponde a una modalidad de sesión grupal, dirigido hacia una


persona que se encuentra en etapa de contemplación (segunda etapa del Proceso de cambio
enunciado por Prochaska y Di Clemente, 1982) y que se pretende mover a la fase de
acción. El coordinador de este grupo puede ser un terapeuta o un ex residente de la
comunidad terapéutica en etapa de reinserción social, adecuadamente entrenado. El
procedimiento que se lleva a cabo en la sesión grupal es el siguiente:

1. Para esta actividad las sillas deberán estar colocadas en forma de círculo. El tera-
peuta o consejero deberá asegurarse que todas las sillas sean ocupadas; en caso
de sobrar alguna ésta se retirará y se ajustará el círculo.
2. Se abre o inicia la actividad señalando las reglas fundamentales del trabajo en grupo
(en la tabla 9 se muestran las reglas que se atenderán en todas las modalidades de
grupos terapéuticos).
Tabla 9
Reglas del trabajo en grupo
• Nadie debe estar bajo el efecto de sustancias, salvo las prescritas por el equipo terapéutico.

• No debe haber violencia, amenazas o intimidación.

• No debe haber conversaciones colaterales.

• Todos deberán dirigirse a las personas evitando cualquier término peyorativo o discriminatorio.

• Todos deberán hablar de sí mismos en primera persona, dirigiéndose a los demás de manera directa en
segunda persona.

• Sólo se puede salir del grupo por una necesidad urgente.

• Lo que se dice en el grupo se queda en el grupo.

3. Enseguida se realiza el encuadre, que consiste en expresar a los presentes la im-


portancia que tiene acoger a una persona que se acerca buscando ayuda.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 71
i a p a

4. La finalidad de la sesión es generar confianza e identificación a través del testimo-


nio de los asistentes y disminuir temores y actitudes de defensa en el candidato,
facilitando su decisión de recibir ayuda.
5. Los miembros del grupo participan, uno a la vez, respetando el espacio de cada
uno de sus compañeros, atendiendo las indicaciones del terapeuta y respetando
la dirección del grupo.
6. El coordinador debe mantener la dirección y el control del grupo en todo momen-
to, atendiendo las prioridades establecidas en el encuadre. También debe cuidar
que el candidato tenga la oportunidad para abrirse compartiendo experiencias o
haciéndole preguntas.
7. Al término de la sesión el coordinador asegura al candidato que tanto los miembros
del grupo como él mismo estarán acompañándolo y dándole seguimiento.
8. Para concluir la sesión, el terapeuta pide a los participantes que se pongan de pie
y coloquen su mano derecha encima de la mano de la otra persona y repiten todos
juntos la frase: “Lo que se dijo en el grupo, se queda en el grupo”.

En caso de que el procedimiento genere en el usuario la decisión de aceptar el trata-


miento residencial, se procederá a referenciar al usuario a la comunidad terapéutica,
realizando los procedimientos administrativos propios de cada institución. El grupo
de acogida también puede resultar un espacio adecuado para contener a aquellos can-
didatos que ya han aceptado el internamiento pero que deben esperar por falta de cupo
o por alguna otra razón de peso. Se considera que el número de sesiones de acogida
puede ubicarse entre uno y cinco. La figura 23 presenta el esquema del procedimiento
a seguir en el grupo de acogida.

72 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
Ii A
a P
p a
A

FIGURA 23
PROCEDIMIENTO GRUPO DE ACOGIDA

Se detecta candidato
en la entrevista inicial

Se le invita a participar NO Referencia a otro servicio


¿El candidato acepta participar?
en un Grupo de Acogida o profesional

Se le informa al candidato sobre


la fecha del Grupo de Acogida

Se seleccionan e invitan
a los ex residentes y al coordinador
del grupo

Equipo terapéutico y el coordinador


El día de la sesión del grupo dialogan sobre las
del Grupo prioridades de la sesión

El grupo inicia en círculo


la sesión

El coordinador señala
reglas y realiza encuadre

Se abre la sesión invitando


a que todos hablen sobre
su experiencia en CT

El coordinador mantiene
la dirección de la sesión

El coordinador asegura al Ingresa a la comunidad


candidato el apoyo
de todos

¿El candidato desea ingresar NO Referencia a otro servicio
El Grupo cierra sesión a CT? o profesional

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa rGa Up e rÍ sAo nS a sCc oL nÍ cNo In sCu Am oS • 73


71
i a p a

3.4. Admisión a la comunidad terapéutica

Objetivo Asegurar el ingreso del residente en la comunidad terapéutica, en condiciones de


seguridad para él y sus compañeros.

Este procedimiento se implementa una vez que el usuario acepta la propuesta de ingresar
de manera voluntaria a la comunidad terapéutica. El procedimiento de admisión a la
comunidad terapéutica es el siguiente:

1. El consejero terapéutico en turno dará la bienvenida al usuario y aplicará de inme-


diato la Entrevista de Admisión (véase anexo H), que tiene como propósito evaluar
las condiciones generales del usuario en el momento de su ingreso: el consejero
deberá estar en contacto estrecho con el médico para reportar cualquier eventua-
lidad en los signos vitales o en las condiciones mentales del nuevo residente.
2. Se prosigue con la lectura de una Carta de consentimiento informado y la lectura del
Reglamento, donde se enfatiza la observancia de las tres reglas de oro: No drogas,
No violencia, No involucramiento romántico-sexual, ya que la violación a cualquiera
de estas reglas será causal de expulsión. Una vez informado de lo anterior, y si el
residente acepta estas reglas, firma la carta, misma que permanecerá en su expe-
diente (en el anexo I se incluye un ejemplo de carta). También firma, siempre que
sea posible, un familiar y el consejero.
3. El consejero asigna al residente un cuarto y nombra a su “hermano mayor” (un
residente en etapa avanzada del proceso de comunidad), para que éste ayude
en la revisión de su ropa y sus pertenencias. La revisión meticulosa busca evitar
la introducción de drogas u objetos peligrosos para la comunidad (en el anexo J se
incluye una Lista de artículos no permitidos). Inmediatamente después le pedirá al
residente cambiarse de ropa y ponerse otra ya revisada. Esto minimiza la entrada
voluntaria o accidental de cualquier tipo de droga a la comunidad.
4. Posteriormente, a juicio del consejero, este último se dará un baño, entregándole
sus objetos de higiene personal. Una vez realizado este procedimiento, el consejero
entregará al residente el material didáctico de apoyo (en el anexo K se incluye el
contenido de una Carpeta del Residente, como sugerencia), explicándole en ese
momento la finalidad de los documentos que contiene.
5. El consejero realizará su Nota de asignación e integrará el formato al expediente del
residente y el director o coordinador del centro asignará a un terapeuta (anexo L).

74 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

Enseguida se llevará a cabo el círculo de bienvenida para que el residente inicie


formalmente sus actividades. El círculo de bienvenida tiene una duración de 15 a 30
minutos y consiste en reunir a todos los residentes y equipo terapéutico presentes
en ese momento en la comunidad para que, sentados en círculo, se presenten con su
nombre propio, tiempo de estancia en la comunidad y alguna frase de bienvenida al
recién llegado, quien se presentará al final expresando su sentir. Al terminar, todos los
demás le brindarán un aplauso de aliento. El equipo subrayará la importancia de la
decisión del recién llegado y exhortará al hermano mayor para que lo acompañe en su
proceso de integración. Para concluir la sesión todos se enlazan en círculo en un abrazo
comunitario y expresan el lema más utilizado en comunidades terapéuticas, heredado
de Daytop Village: “Sólo tú puedes lograrlo, pero no puedes lograrlo solo”. La figura 24
presenta el esquema de los procedimientos de admisión a la comunidad terapéutica.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 75
i a p a

Figura 24
Proceso de admisión a la Comunidad Terapéutica

Llegada de paciente
Entrevista de admisión
y familia a la comunidad
Formato de entrevista

¿Anormalidades SÍ Reporte al médico


en signos vitales? de guardia

NO

Reglas de oro y firma


Carta Consentimiento Carta de consentimiento
informado

Asignación de cuarto
y hermano mayor

Revisión de pertenencias;
baño opcional Lista de pertenencias
y kit de higiene

Entrega de material didáctico


de apoyo Carpeta del residente

Consejero llena nota


de asignación
Nota de asignación

Director de tratamiento
asigna terapeuta

Presentación de residente Residente se integra


en círculo de bienvenida a las actividades

El nuevo residente se incorpora gradualmente a la totalidad de las actividades de acuerdo


con sus condiciones físicas y mentales. Inicia así la etapa de integración o acogida a la
comunidad terapéutica •

76 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
C A P Í T U LO 4
El tratamiento en la comunidad terapéutica

E
n este apartado se describirán actividades representativas del quehacer comuni-
tario durante el tratamiento residencial, clasificándolas de manera didáctica en:
actividades del ámbito terapéutico y actividades del ámbito educativo. También
se describen algunas actividades inherentes al ámbito del tratamiento familiar. Cabe
mencionar que las variables que se incluyen, y que se describirán, de ninguna manera
son limitativas, en virtud de que la ct representa un modelo sujeto a la creatividad y a
la innovación de los equipos terapéuticos y educativos, siempre dentro del marco ético
y metodológico.
Se parte de la base de que el usuario que ingresa ya pasó por un proceso diagnósti-
co, o en su caso, se completará su formulación en la fase de acogida o integración. Los
procedimientos y actividades que se describen proceden de los manuales operativos
de Fundación Casa Nueva (cn) de Xalapa, Veracruz y de Hogares Claret de Medellín,
Colombia (hc) y se indica la procedencia de cada procedimiento con las siglas res-
pectivas. Estas instituciones han seguido la tradición de inspirarse en comunidades
terapéuticas anteriores para diseñar sus métodos y sus actividades.

4.1. Actividades del ámbito terapéutico

Las actividades del ámbito terapéutico en las que simultáneamente participa el residente
durante todo el periodo de su tratamiento, se clasifican en cuatro rubros: Consejería
terapéutica grupal, Consejería terapéutica individual, Terapia de la familia, Clases
complementarias, tal como se muestra en la figura 25. En este esquema se incluye la
atención médicopsiquiátrica, que no es propiamente una actividad específica de Co-

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 77
i a p a

munidad Terapéutica, sino paralela a la misma en el marco de un abordaje integral y


no será objeto de descripción en esta guía.
Los rubros principales se colocan a la misma altura connotando su implementación
simultánea a lo largo del proceso. Los procedimientos específicos no están colocados en
un orden particular y se integran de manera vertical por razones de espacio sin querer
connotar subordinación alguna.
Las clases o actividades complementarias no son sustanciales al modelo de Co-
munidad Terapéutica, por lo que no son descritas en esta guía. Se trata de actividades
que pueden o no estar presentes en la programación, sujetas al criterio terapéutico de
los equipos y a la formación de sus integrantes. Algunas actividades complementarias
que suelen encontrarse en las Comunidades Terapéuticas son: juntas de estudio de 12
pasos, sesiones de meditación, sesiones de yoga, talleres de pintura, de cerámica, de
manualidades, entre otras.

78 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

Figura 25
Actividades del ámbito clinicoterapéutico

Residente incorporado
a la Comunidad

Actividades permanentes
del ámbito clínicoterapéutico

Consejería Consejería Terapia familiar Consulta Clases


terapéutica grupal individual con o sin usuario médica complementarias

Sesiones Taller de Grupos


Grupos de pares
individuales Encuentro reflexivos
multifamiliar
Notas
Grupos de terapéuticas
preguntas
Grupos Grupos de
multifamiliares estudio 12 pasos
Talleres

Talleres creativos
Seminarios
y ocupacionales

Grupos especiales

Encuentros
de la mañana

Grupo Aquí
y Ahora

Ronda de
señalamiento

Grupo
Confrontación
espec.

La Asamblea

Grupo
Autoevaluación

Grupo del Primer


Paso

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 79
i a p a

4.1.1. Consejería terapéutica grupal: tipos de grupos

La Consejería terapéutica grupal se desarrolla a través de varios tipos de grupos, cada


uno con un objetivo y procedimiento particular. En virtud de que estos grupos consti-
tuyen una parte sustancial del componente metodológico de la Comunidad Terapéutica
serán descritos en detalle a continuación.

Grupo del Primer Paso (HC)

Objetivos • Incrementar la conciencia de la necesidad de la recuperación.


• Ofrecer un espacio para la expresión y el manejo de sentimientos de culpa o de
victimización de los participantes que inician el tratamiento.
• Facilitar el enganche y la cohesión de los recién llegados al resto del grupo de la
Comunidad Terapéutica.
• Ilustrar a los usuarios acerca de las implicaciones que han tenido el abuso y la
dependencia a las drogas en sus proyectos de vida.
• Fomentar en los residentes la necesidad de vivir con responsabilidad, honestidad,
humildad y exigencia, un papel protagónico en sus procesos de tratamiento.

Consiste en un espacio grupal en el cual durante una hora se expresan y comparten


experiencias relacionadas con los efectos y las consecuencias del consumo crónico
de sustancias psicoactivas. Se ventilan en él vivencias que dan cuenta de la historia de
consumo, facilitando la toma de conciencia sobre la necesidad de encarar con respon-
sabilidad, honestidad y exigencia, el proceso de tratamiento; es por ello que sólo se
realiza durante el primer mes y con los compañeros de la etapa de Acogida.
Durante los primeros días de ingreso al programa, el coordinador de la etapa hace
entrega al nuevo residente, de la “Guía para el Primer Paso” (anexo M). A medida que
transcurren los primeros días residenciales, el usuario va asumiendo y respondiendo
en su diario terapéutico cada una de las preguntas que aparecen en la guía. Varias veces
a la semana se reúne el grupo con un terapeuta y varios residentes avanzados. En la
tabla 10 se describe el procedimiento de este grupo.

80 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

Tabla 10
Procedimiento del Grupo del Primer Paso

1. Se ubica el grupo en disposición circular y se recita alguna reflexión u oración relacionada


con la aceptación. Puede ser la Oración de la Serenidad.

2. El facilitador inicia el grupo explicando al mismo la importancia de la etapa de Acogida,


sobre la gravedad de la problemática que lo convoca y brevemente ilustra respecto a las
severas implicaciones que han tenido las drogas en sus vidas. Aquí hace énfasis en que el
problema no son solamente las sustancias, sino los factores personales y familiares que
favorecieron la adicción, los que deben enfrentarse con valentía y responsabilidad.

3. Seguidamente se lee una de las preguntas formuladas en la guía para el primer paso y se
invita a compartir sus respuestas entre los participantes.

4. Se permite que los participantes expresen sus respuestas, interpelando a quienes compar-
ten cuando ponen fuera de ellos la responsabilidad de sus problemas, comportamientos o
sentimientos o, cuando no son claros en su exposición. Es fundamental llevar al usuario a
asumir su problemática, evitando que culpe a otros o que evada ubicándose como víctima.

5. Cuando todos han hecho aportes sobre la pregunta inicial se pasa a otra pregunta, y así
sucesivamente.

6. El grupo se cierra cuando el tiempo se agota, felicitando y motivando a los participantes


por tener el valor de ser responsables con sus vidas y las de los suyos.

Grupo de pares o Grupo Estático (CN)

Objetivos Crear un espacio de pertenencia en el que los participantes desarrollen la confian-


za para llevar a cabo el trabajo emocional necesario para sanar heridas y crecer,
aprendiendo al mismo tiempo a responsabilizarse por sus acciones.

Consiste en un grupo integrado por miembros que están asignados a un consejero y


que por lo tanto sus integrantes sólo varían en la medida en que unos egresan de la
ct y otros son asignados a ese consejero. Constituyen una microcomunidad dentro
de la comunidad, dejando claro que la secrecía de ciertos asuntos tratados en el grupo
sólo tiene sentido de cara a la comunidad en relación a asuntos de carácter personal
ligados a la vida pasada del usuario y no respecto a cualquier asunto que ataña a la vida
comunitaria. El conocimiento que logran los pares los ubica en posición privilegiada
para retroalimentarse y confrontarse. Suelen también desarrollar, algunos de ellos,
lazos de amistad estrechos, lo cual es altamente alentado a través de prácticas ligadas

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 81
i a p a

a la honestidad que sustituyan a las antiguas prácticas de complicidad relacionadas


con la vida adictiva.
Lineamientos para el Grupo de pares:

• El grupo se conformará por los residentes asignados a un psicólogo o consejero


terapéutico.
• El número ideal de participantes en este grupo es de 10 a 12 personas.
• El tiempo semanal para este grupo será de un mínimo de seis horas (dos horas por
sesión).
• La asistencia y participación será compilada al término del grupo en el formato
específicamente diseñado.
• Con la excepción de situaciones extraordinarias, este grupo tiene prioridad sobre
otras actividades.
• La puntualidad es un requerimiento. Si alguna persona llega tarde, se le puede o no
permitir la entrada, y, en su caso, se utilizará su presencia para confrontar su falta
de responsabilidad.
• En situaciones de riesgo, cuando el consejero percibe que se puede perder el con-
trol, puede parar el grupo en cualquier momento y reabrirlo en el momento que
considere oportuno.
• Dentro de este tipo de grupo se favorecerá que el residente socialice su autobiografía,
a fin de retroalimentarle en su proceso.

En la tabla 11 se muestran los elementos que integran el procedimiento del grupo de


pares.

82 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

Tabla 11
Procedimiento del Grupo de pares

1. Para iniciar, los participantes se colocan en círculo, atrás de las sillas; después de la bien-
venida toman asiento; el Consejero se debe asegurar que todas las sillas estén ocupadas,
o de retirar aquellas que sobren, a fin de formar un “círculo perfecto”.

2. El Consejero abre la sesión, dando a conocer las reglas fundamentales (mismas del Grupo
de Acogida).

3. En seguida, se realiza el encuadre de la sesión, previamente preparado por el terapeuta,


en el que se definen los temas u objetivos específicos de acuerdo a las necesidades del
grupo y/o de alguno(s) de sus miembros. El encuadre busca transmitir la importancia de
que ellos participen abriendo los temas que requieren para su crecimiento. Este momento
puede durar aproximadamente 5-10 minutos.

4. Los participantes deben tener presente el concepto de “santuario” con el que se indica que
en la Comunidad Terapéutica se protege la integridad y seguridad de cada participante.

5. Los miembros del grupo participan, uno a la vez, ateniéndose a las indicaciones del conse-
jero y respetando la dirección del grupo. Puede ser que el grupo se centre en uno o varios
miembros de acuerdo al criterio del consejero.

6. El consejero debe mantener la dirección y el control del grupo en todo momento. Es


importante recordar que se trata de un grupo de retroalimentación abierta y necesaria
entre sus miembros, que por su carácter inclusivo requiere de la participación de los pares.

7. El proceso del grupo debe respetarse por consejero y participantes, utilizando la confron-
tación directa para focalizar las fallas, la resistencia a tratar temas importantes o la falta
de compromiso.

8. No debe haber confrontación abusiva, denigrante o inoportuna, reconociendo también


las necesidades de apoyo para algún miembro en particular.

9. Al término de la sesión, el Consejero se asegura de que los participantes, especialmente


aquellos que tuvieron un contacto, una catarsis emocional o una confrontación fuerte,
sean acompañados por los miembros del grupo y por él mismo, dándoles seguimiento.
Para concluir, todos se ponen de pie, colocan su mano derecha al frente, una encima de
la otra, y repiten la frase: “Lo que en grupo se dijo en grupo se queda”.

Grupo de preguntas (CN)

Objetivos Promover la participación de los integrantes del grupo a través de preguntas espe-
cíficas sobre temas seleccionados y preparados por el consejero.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 83
i a p a

Se trata de un grupo que suele anteceder a un grupo de pares y que coloca en el


círculo los temas o las experiencias particulares de los participantes, que dan pie al
consejero a dirigir el grupo de pares en ciertas direcciones. Busca la mención de cier-
tos asuntos personales importantes para el tratamiento así sea de una manera escueta
ya que serán retomados posteriormente. En la tabla 12, se enlistan los elementos del
procedimiento del Grupo de preguntas.

Tabla 12
Procedimiento del Grupo de preguntas
1. Para iniciar, los participantes se colocan en círculo, atrás de las sillas; después de la bien-
venida toman asiento; el consejero se debe asegurar que todas las sillas estén ocupadas,
o de retirar aquellas que sobren, a fin de formar un “círculo perfecto”.

2. El consejero abre la sesión, dando a conocer las reglas fundamentales.

3. En seguida, se realiza el encuadre de la sesión, previamente preparado por el consejero,


en el que se definen los objetivos específicos de acuerdo a las preguntas preparadas. El
encuadre busca transmitir la importancia de que ellos participen respondiendo honesta-
mente las preguntas y aprendiendo la utilización del lenguaje emocional. Este momento
puede abarcar aproximadamente 5-10 minutos.

4. Se da un espacio de 15 a 20 minutos para que los participantes respondan, individualmente


y por escrito, las preguntas establecidas.

5. Después, uno por uno, los miembros del grupo participan leyendo su respuesta, durante
uno o dos minutos y sin recibir retroalimentación.

6. El consejero debe mantener la dirección y el control del grupo en todo momento. Es


importante recordar que no es un grupo de retroalimentación abierta.

7. Los participantes deben tener presente el concepto de “santuario”, lo que indica que
en la Comunidad Terapéutica se protege la integridad y seguridad de cada participante.

Lineamientos para el Grupo de Preguntas:

• El grupo se conformará por 10 o 12 residentes, pudiendo corresponder al grupo


de pares o a un grupo seleccionado con base en ciertos criterios que puede ser el
antecedente de vivencias traumáticas similares, por ejemplo.
• Su frecuencia se establece de acuerdo a la necesidad del grupo, a criterio del consejero.
• La asistencia y participación será compilada al término del grupo en el formato
específicamente diseñado.

84 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

• El grupo puede utilizarse como preámbulo a un Grupo de Pares o para familiariza-


ción de los residentes de primera etapa con el lenguaje comunitario, así como para
fomentar el conocimiento y la identificación entre compañeros.

Talleres (CN)

Objetivos Abordar temas específicos que requieren de trabajo emocional a fondo, en un espa-
cio íntimo formado por miembros invitados por un espacio de tiempo predefinido.

Se trata de un espacio que puede ocupar dos o tres días en el que se abordan temas
específicos relacionados con antecedentes y dificultades frecuentes en la vida de
los miembros de una ct. Los talleres se componen de exposiciones didácticas, gru-
pos de preguntas, grupos de pares, rituales y dinámicas especiales de apertura y cierre,
cinedebate y espacios de reflexión individual.
Lineamientos para los Talleres:

• El grupo se conformará por residentes invitados de acuerdo a la temática y a las


prioridades inherentes a su etapa de tratamiento.
• El número ideal de participantes en este grupo es de 10 a 12 personas.
• Durante la impartición del componente didáctico educativo de los talleres pueden
incluirse dos o tres grupos del número antes mencionado.
• El tiempo será de dos a tres días consecutivos, con un mínimo de ocho horas por día.
• Durante el tiempo que dura el taller, los participantes tienen que estar presentes
de tiempo completo. Cualquier actividad o servicio comunitario tendrá que ser
delegado previamente.
• La asistencia y participación será registrada al término del grupo en el formato
específicamente diseñado.
• La puntualidad es un requerimiento. Si alguna persona llega tarde, se le permitirá
la entrada y se le llamará la atención en el grupo adecuado.
• El o los coordinadores del taller tienen que permanecer durante todo el tiempo que
dure éste.
• Los asistentes al taller podrán ser los mismos que los que componen un grupo de
pares u otros, acorde a la temática y al criterio del equipo terapéutico (por ejemplo:
un taller sobre abuso estará dirigido de manera prioritaria a personas que sufrieron
esta experiencia).

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 85
i a p a

• Se elaborará una carta descriptiva, el material audiovisual de apoyo y se reproducirán


los materiales didácticos y cuestionarios, con anticipación.

En la tabla 13, se incluyen los elementos del procedimiento que se deben considerar
en la instrumentación de los talleres.

Tabla 13
Procedimiento de los Talleres
1. El taller inicia con una ceremonia de apertura, con cierta solemnidad, en la que se motivará
a los participantes, previamente invitados de preferencia por escrito, al aprovechamiento
de este espacio especialmente diseñado para ellos.

2. A continuación, se informa sobre las actividades del día, los ejercicios, la distribución del
tiempo y se aclaran las dudas de los participantes. Este momento puede abarcar aproxi-
madamente 10 minutos.

3. Posteriormente, inician las actividades del taller respetando al máximo la carta descriptiva
previamente diseñada.

4. Las actividades de un taller suelen incluir. presentaciones temáticas interactivas, grupos


de preguntas, grupos de pares, cine-foro y tareas de lectura o reflexión.

5. Al cierre del primer día se deja alguna tarea.

6. Los grupos que se incluyan durante el taller siguen los lineamientos del Grupo de Preguntas
o del Grupo de Pares.

7. Al término del taller se hace una ceremonia de cierre diseñada específicamente para la
ocasión.

Los temas de los talleres van a depender de la población atendida y de las capacidades
del personal. Algunos temas importantes a revisar pueden ser:

1. Relación con figuras parentales.


2. Relaciones de pareja.
3. Violencia intrafamiliar.
4. Abuso en sus diversas modalidades.
5. Duelo.
6. Enojo y resentimientos.
7. Perdón.
8. Integridad.

86 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

9. Aceptación y recuperación.
10. Prejuicios.
11. Género.
12. Entendiendo la Comunidad Terapéutica.

Este último tema se desarrolla como un espacio con un componente didáctico impor-
tante destinado a educar al usuario en el trasfondo, los valores y en el método de la
comunidad como una herramienta poderosa para inducir cambios.

Grupos especiales (CN)

Objetivos Acompañar a un residente en una dificultad personal o interpersonal utilizando, de


acuerdo a la problemática, la confrontación, la conciliación, la catarsis, la empatía, la
autorrevelación y la potencia de las personas, enfocada a brindar el máximo apoyo.

Se trata de grupos orientados con objetivos específicos de acuerdo a dificultades espe-


cíficas de los miembros de la comunidad en relación con su compromiso comunitario,
un talante emocional especialmente delicado, el deseo de abandonar la comunidad,
dificultades en temas de socialización o interacción, etc. Estos grupos se realizan entre
lo miembros de un grupo de pares o con diferentes participantes que el equipo considere
de utilidad para los fines que se plantean.
Lineamientos para los grupos especiales:

• El grupo se conformará por candidatos seleccionados ex profeso, de acuerdo a los


objetivos específicos de la actividad.
• El número ideal de participantes de este grupo es de ocho personas, pero puede variar.
• El grupo será coordinado por uno o dos miembros del equipo terapéutico.
• La asistencia y participación será compilada al término del grupo en el formato
específicamente diseñado.
• Este grupo se utiliza en situaciones particulares que requieren atención y se pro-
graman de acuerdo a la prioridad que tenga el asunto.
• La puntualidad es un requerimiento absoluto, quien no llega puntual a la cita no entra.
• En situaciones de riesgo, cuando el consejero percibe que alguien del grupo, o el
mismo proceso, puede perder el control, puede parar el grupo en cualquier momento
y reabrirlo en el momento que considere oportuno.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 87
i a p a

En la tabla 14, se incluyen los elementos del procedimiento que se deben considerar.

Tabla 14
Procedimiento de los Grupos especiales
1. Para iniciar, los participantes se colocan en círculo, atrás de las sillas; después de la bien-
venida toman asiento; el consejero se debe asegurar que todas las sillas estén ocupadas,
o de retirar aquellas que sobren, a fin de formar un “círculo perfecto”.

2. El consejero abre la sesión, dando a conocer las reglas fundamentales.

3. En seguida se realiza el encuadre de la sesión, previamente preparado por el equipo, en


el que se definen los objetivos específicos de acuerdo a las necesidades del grupo y/o
de alguno(s) de sus miembros. El encuadre busca transmitir la importancia de que ellos
participen para atender la necesidad de su compañero. Este momento puede durar apro-
ximadamente 10 minutos.

4. Los miembros del grupo participan, uno a la vez, respetando el espacio de cada uno de
sus compañeros, ateniéndose a las indicaciones del consejero y respetando la dirección
del grupo, atendiendo las prioridades establecidas por el equipo terapéutico.

5. El consejero debe mantener la dirección y el control del grupo en todo momento. Es un


grupo de retroalimentación abierta y necesaria entre sus miembros, que por su carácter
inclusivo requiere de la participación de todos.

6. La confrontación de fallas o actitudes inadecuadas es enérgica, no abusiva ni denigrante.

7. Generalmente el miembro que se confronta debe permanecer en “escucha activa” y antes


de cerrar el grupo se le da la palabra a menos de que el consejero considere terapéutica-
mente útil evitar este paso.

8. El grupo cierra con el mismo lema que el grupo de pares.

Seminarios (CN)

Objetivos Brindar un espacio terapéutico de cuatro a seis horas, con la finalidad de exponer
la información de temas relacionados con el proceso terapéutico, el crecimiento
personal, y otros temas que a criterio del equipo sean de interés para los residentes,
aplicando la metodología del Grupo de preguntas y posteriormente la aplicación
del Grupo terapéutico de pares.

Consiste en un evento que incluye una presentación sobre algún tema (clase), un grupo
de preguntas y un grupo de pares con los métodos y las actividades ya descritas. Su
duración promedio es de cuatro horas y requiere que la persona que lo imparta prepare

88 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

previamente el tema y el material de apoyo que utilizará. Se asemeja a un taller pero


con temas que se abordan en menos profundidad.

Encuentro de la mañana (CN modificada de HC)

Objetivos Animar la vida comunitaria, compartir el estado anímico y la disposición en que se


encuentran los miembros de la familia de la ct , al comenzar el día.

Este espacio del diario vivir es aprovechado como estrategia educativa y terapéutica,
pues en él se da a conocer el plan de trabajo del día, se señalan prioridades o asuntos
que la Comunidad debe conocer, se reflexiona en torno a frases o pensamientos ele-
gidos y al proceso de tratamiento, se fomentan valores y por último se complementa,
a criterio del equipo, con un corto espacio ludicorecreativo que permita promover la
cohesión grupal, el sentido de pertenencia y el humor de los participantes. La sesión
debe ser planificada previamente entre el equipo y residentes seleccionados, entre ellos
necesariamente el residente en rol de coordinador comunitario. A lo largo de 45-60
minutos, se cumplen con uno o dos tipos de actividades. En la tabla 15 se describen
las características de la primera y segunda parte.
Lineamientos para el Encuentro de la mañana:

• Como componente sumamente paradigmático de las Comunidades Terapéuticas


tiene un alto valor simbólico y con las variables que se consideren debe conservarse.
• Es necesario planear el encuentro desde antes y checar unos minutos antes cual-
quier variable.
• Es necesaria la presencia de uno más miembros del equipo durante el encuentro.
• Es un espacio que de manera especial debe alentar la participación y creatividad
de los residentes.

En la tabla 15, se incluyen los elementos del procedimiento que se deben considerar.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 89
i a p a

Tabla 15
C aracterísticas de primera y segunda parte del encuentro de la mañana
Primera parte: Segunda parte:
Terapéutica y educativa Lúdico recreativa

• Filosofía de la institución en “coro”. • Se nombra el comienzo de la segunda parte.


• Exhortación por parte del coordinador de residen- • Lectura del noticiero del hogar.
tes a la participación. • Dinámicas (canciones con mensajes constructivos,
• Lectura de la bitácora de faltas por parte de los poesías, sociodrama breve, chistes terapéuticos,
residentes y comentario del consejero. mimos, etcétera).
• Lectura de un pensamiento inspirador como • Evaluación por parte de los observadores.
mensaje del día.
• Reflexión sobre el pensamiento de manera libre.
• Sesión para compartir sentimientos no agresivos y
para dar reconocimiento positivo al algún miembro
del grupo.
• Diario vivir o Agenda de la comunidad para este
día.

En la tabla 16, se describe el procedimiento del Encuentro de la mañana.

90 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

Tabla 16
Procedimiento del Encuentro de la mañana
• El grupo debe iniciarse únicamente cuando los residentes ocupen sus asientos en un círculo bien formado
y se perciba una absoluta disposición de escucha atenta y de receptividad.
• Luego de haber recitado la filosofía, el grupo guarda silencio; es el coordinador, apoyado por algún
consejero, quien toma la palabra y lee la bitácora, posteriormente hace una exhortación (invitación,
llamado) sobre un tema de interés comunitario (resaltar valores, exaltar la importancia de los grupos
terapéuticos, reflexión, acerca del momento que atraviese el grupo, entre otros) con el propósito de
generar cuestionamientos que motiven el trabajo terapéutico y modificación de actitudes y comporta-
mientos acorde a lo ocurrido durante el día.
• Enseguida se lee un pensamiento o una frase previamente seleccionados que inspiren el trabajo durante
el día.
• Los residentes expresan libremente lo que ese pensamiento evoca en ellos.
• Posteriormente, se hace una expresión de sentimientos de manera voluntaria y espontánea (sentimientos
de dolor, amor, alegría, tristeza, gratitud, solidaridad, apoyo, felicitación, etcétera).
• A criterio del coordinador o del consejero se hace y se exhorta a otros a hacer un reconocimiento o a
dar una palabra de ánimo a algún compañero, por ejemplo a recién llegados, a quienes cumplen años,
a quienes hayan tenido un logro especial o a quienes estén enfrentando un momento de especial
dificultad.
• Cuando existen situaciones graves en la comunidad, el operador puede conducir el grupo de tal manera
que quede cuestionado y alerta, suspendiendo la segunda parte del encuentro.
• En la lectura de la agenda se pretende informar al grupo, de manera general, las actividades del diario
vivir sin entrar en detalles innecesarios y resaltando las actividades terapéuticas del día y otros aconte-
cimientos importantes.
• La segunda parte significa que el grupo se dispone a compartir un espacio lúdico, humorístico, artístico
y creativo que motive a continuar con otras labores y que posibilite la utilización y promoción del talento
de los residentes.
• El noticiero es el espacio informativo de la institución, en él se rescatan acontecimientos significativos o
importantes, dándole un carácter jocoso y a la vez terapéutico, sin pasar los límites del respeto al otro.
Debe contar con un nombre, unos patrocinadores, dos locutores y debe estar dividido en una parte de
noticias generales y otra de deportes que competen al ambiente interno del hogar, la región, el país o
el mundo. El noticiero puede ser una herramienta terapéutica para aquellos residentes que, teniendo
habilidades, se inhiben de expresarlas ante el grupo, y educativa, en tanto brinda elementos de reflexión
y de crecimiento intelectual. Este espacio también puede ser utilizado para informar al grupo sobre
transiciones, reconocimientos, evaluaciones de etapa, cumpleaños, o logros significativos de cualquier
miembro de la familia.
• Las poesías, cuentos breves, dinámicas, chistes, canciones y sociodramas deben contener mensajes
terapéuticos y constructivos.
• Por ningún motivo deben permitirse improvisaciones en las actividades de la segunda parte, en caso de
no estar preparados con antelación es mejor no realizarlas; la irresponsabilidad de los encargados
de esta parte del encuentro de la mañana será intervenida en un espacio de confrontación.
• El encuentro de la mañana se cierra con el lema de la comunidad terapéutica recitado a coro, puede
ser el emblemático lema de Daytop: “Sólo tú puedes lograrlo, pero no puedes lograrlo solo” u otro
que haya elegido la institución.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 91
i a p a

Grupo Aquí y Ahora (HC)

Objetivos Es un espacio terapéutico donde el residente puede hablar de cualquier situación


que le genere conflicto o malestar y que tenga que ver con el momento presente.

El grupo “Aquí y Ahora” se encuentra enmarcado dentro de lo que se conoce como


terapia de realidad. Su diferencia con otras terapias de grupo está en que, si bien, su
situación actual está relacionada con su pasado, no se hace énfasis en el, sino que la
intervención se centra en la realidad inmediata teniendo en cuenta cómo se encuen-
tra la persona aquí y ahora. Las alternativas que se dan deben también estar ajustadas
a la realidad actual del residente y no remitirse a otras situaciones del pasado, deben
además enfatizar en la responsabilidad individual. Tiene una duración de aproxima-
damente 40 minutos. En la tabla 17 se describe el procedimiento de este grupo.

Tabla 17
Procedimiento del Grupo Aquí y ahora
1. El grupo está integrado por 8 a 12 residentes, con un facilitador y un cofacilitador, que
se acomodan en una disposición circular.
2. El facilitador abre el grupo nombrándolo: “Éste es el grupo Aquí y ahora”. Seguidamente
pregunta: “¿Quién necesita el grupo?” Y se da la palabra en orden de prioridad terapéutica.
3. El grupo escucha sin intervenir. Antes de pasar a ofrecer alternativas, el facilitador debe
destacar lo que le parece importante de lo que el residente expone, le preocupa y confirma
si el residente quiere recibir la ayuda del grupo.
4. Quien expuso guarda silencio, debe adoptar una actitud de apertura y escucha frente a
las alternativas que cada miembro del grupo le da, mirándolo de frente.
5. El facilitador puede hacer su intervención, retomando la ayuda del grupo, dando una ayuda
diferente, o no agregando nada más. Finalmente debe preguntarle al residente cómo se
siente y a qué se compromete en relación con su problema, para agregarlo posteriormente
a su plan de trabajo.
6. El facilitador continúa dando la palabra a cada uno de los miembros del grupo para evaluar
su “Aquí y ahora”, es decir, su momento actual.
7. Finalmente, el facilitador concede la palabra al cofacilitador quien hace además las veces
de observador, para que evalúe o resalte de manera sintética los elementos importantes
que aparecieron en el grupo.
8. En este grupo terapéutico, si bien, todos deben evaluar su “Aquí y ahora”, el facilitador
sólo autoriza al grupo para dar alternativas, en aquellos casos que lo ameriten, es por eso
que la pregunta: ¿Quién necesita el grupo? determina la prioridad de las intervenciones
(tres a cinco), limitándose en los demás casos a escuchar la evaluación del residente.
9. Una vez terminado el grupo los residentes que expusieron problemáticas y recibieron
alternativas deben pasarlas por escrito para ser incluidas en el récord.

92 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

Ronda de señalamientos (HC)

Objetivos Sondear y fomentar el compromiso grupal y el grado de disposición para corregir


entre los miembros de la Comunidad Terapéutica.

La ronda de señalamiento es un espacio terapéutico donde se reúnen unos 20 miembros


del hogar quienes, uno por uno, enuncian dos o tres “fallas”, transgresiones a la norma
o atentados a valores de la comunidad observadas en los residentes. Con el propósito
de sondear el nivel de compromiso grupal en torno al acatamiento de la norma, el ejer-
cicio de los valores comunitarios y el grado de disposición a hacer correcciones entre
sus miembros. Esta actividad permite también detectar líderes, alianzas y actitudes
negativas. Señalar, es llamar la atención del grupo hacia una persona indicándole de
manera verbal que ha incurrido en “fallas” dentro de la ct.
La ronda de señalamientos puede conducir, aunque no necesariamente, a una con-
frontación directa de uno o más residentes, ya que ante todo busca recoger elementos
para planear futuras estrategias terapéuticas. Tiene una duración aproximada de hora
y media; en la tabla 18 se muestra su procedimiento.

Tabla 18
Procedimiento de la Ronda de señalamientos
1. El facilitador abre el grupo nombrándolo “Ésta es una ronda de señalamientos”, seguida-
mente puede enfatizar la importancia de ser objetivos en las intervenciones.

2. Se inicia la ronda pidiendo a cada residente que participa en el grupo, que enumere dos
o tres fallas percibidas entre el grupo.

3. El cofacilitador toma nota de los señalamientos que le hacen los residentes.

4. El facilitador y el cofacilitador seleccionan los residentes a ser confrontados al finalizar la


ronda.

5. Cuando la ronda de señalamientos conduce a una o varias confrontaciones el procedi-


miento es el siguiente:
a) Se coloca un banco en el centro.
b) El facilitador lee las faltas del residente al reglamento y le pide al grupo que las complemente,
mientras tanto el cofacilitador toma nota de ellas.
c) Tres o cuatro personas, una a una, confrontan al residente.
d) El facilitador puede cerrar la confrontación con una intervención corta, recopilado lo dicho o
agregando algo que falta, o simplemente haciendo pasar al residente a su puesto.
e) El residente pasa al círculo y otro ocupa el banco.
f) El grupo termina cuando los residentes confrontados le dan la mano a sus compañeros y estos lo
alientan a continuar en el tratamiento.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 93
i a p a

Lineamientos sugeridos para la Ronda de señalamientos:

• El grupo sólo debe iniciarse cuando el círculo este bien formado y las personas estén
en silencio y en disposición de iniciar el trabajo terapéutico.
• Los señalamientos deben estar relacionados con rasgos negativos o faltas cometidas
por los residentes durante los últimos días.
• Deben ser objetos de señalamiento todos los residentes del hogar estén o no presentes
durante la realización del grupo. Cuando un residente amerita ser confrontado y
se encuentra ausente del grupo, el facilitador puede autorizar para que se le llame
y asista al grupo de confrontación.
• El criterio de selección de los residentes a ser confrontados estará determinado por
el peso de las “fallas”, el número de señalamientos que se le hacen a una persona o
como una estrategia terapéutica. Es importante tener en cuenta que la confrontación
en la ronda de señalamientos corresponde a un segundo grado de importancia en
la escala de intervención. La primera la constituye el señalamiento en el encuentro
de la mañana o en algún otro espacio y la tercera, la confrontación en un grupo es-
pecial. De ahí que el facilitador deberá tener la suficiente habilidad para determinar
la pertenencia de la intervención en este grupo o su derivación a otro.
• El facilitador debe procurar, mediante su autoridad, que el residente a ser confrontado
mantenga una actitud receptiva, mire de frente a quien le habla y guarde silencio du-
rante toda la intervención. El facilitador no debe darle la palabra al residente ni antes
ni después de la intervención para mantener el efecto de cuestionamiento y evitar
que utilice cualquier oportunidad para justificarse o racionalizar la confrontación.
• La confrontación debe ser ágil, vivaz, fuerte, firme, directa y en tono emotivo; su
contenido debe apuntar a señalar de manera clara y concreta las fallas en que incurrió
el residente y su responsabilidad en ellas. Debe atacar el rasgo negativo, no la persona,
debe respetar la dignidad humana, mostrar la contradicción entre la recurrencia
en las fallas y los propósitos por alcanzar en su tratamiento y especialmente abrir
posibilidades de modificación.
• Quien confronta, recalca la “falla”, muestra las consecuencias e invita a un cambio
de actitud.

94 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

Grupo de confrontación especial (cn modificada de hc)

Objetivos Facilitar el conocimiento grupal de la situación y la desaprobación explicita del


comportamiento; incrementar la conciencia terapéutica comunitaria; realizar una
intervención correctiva e imponer medidas disciplinarias, con miras a la estabilización
grupal (control social) y ratificación del respeto a las normas.

Se utiliza cuando se presentan ciertos eventos o fallas graves dentro de la ct como


violencia verbal, entrada de droga, hurto, etc. Cuando esto ocurre, el o los residentes
involucrados en la situación, deben ser enviados a un espacio de reflexión por un tiempo
no mayor de dos horas, durante el cual se planifica la intervención. Esta medida le per-
mite además, al o los residentes prepararse emocionalmente para el grupo, mejorando
así su receptividad.
Dicha terapia debe ser autorizada por el director de la ct, e implica la reunión de
todos los miembros de la ct. Otra estrategia para no paralizar el funcionamiento de to-
da la casa consiste en realizar la intervención en un subgrupo que se diseña pensando
en las necesidades terapéuticas del residente (el grupo puede estar conformado por
personas que influyen afectivamente en la(s) persona(s) que cometió la falta y que será
confrontada). La diferencia de este grupo con respecto a los procedimientos de las
terapias de confrontación regulares, radica en la participación de todo el equipo y de
todos los residentes o un grupo representativo de ellos. La dimensión de la falta atenta
contra los valores y la seguridad de sus miembros.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 95
i a p a

Tabla 19
Procedimiento del Grupo de confrontación especial
1. El equipo terapéutico selecciona previamente el o los residentes a confrontar, corrobora
la veracidad de los hechos y planifica la intervención.

2. Los participantes se ubican en semicírculo; quien o quienes van a ser confrontados en-
frente de ellos.

3. El facilitador inicia la confrontación enfatizando brevemente la falta cuya veracidad ha sido


previamente comprobada; seguidamente solicita al grupo ayuda para los compañeros que
están siendo confrontados y da la palabra, uno a uno, para que continúe la confrontación.

4. El residente confrontado, ubicado, debe mirar de frente a quien le habla y escuchar en


silencio.

5. Se le da la palabra a quien o quienes han sido confrontados, dándoles la oportunidad


de reconocer su falta y de expresar alguna consideración hacia el grupo o alguno de sus
miembros. En caso de que busque justificarse se le confronta sobre este punto.

6. En caso de tener un acuerdo sobre el tipo de experiencia o tarea educativa o sobre al-
guna consecuencia mas radical (suspensión temporal o expulsión definitiva de la ct) se
le comunica al residente confrontado, o en caso se resume la sesión y se le indica que
posteriormente se le comunicará la consecuencia.

7. En caso necesario, el equipo delibera y después comunica al residente cual será la conse-
cuencia de su o sus faltas.

Lineamientos para las Terapias de confrontación:

• Quien dirige la terapia de confrontación debe tener autoridad sobre el residente.


Además, debe conocer suficientemente la historia de la persona confrontada, su
plan de tratamiento y haber logrado el acercamiento afectivo necesario para que el
residente asimile la confrontación.
• Es conveniente acentuar la seriedad y el carácter de ritual en este espacio.
• Según el perfil psicológico del residente se utiliza un tono enérgico o normal. No
es necesario gritarle, y mucho menos insultarlo o ultrajarlo verbalmente (aquí tam-
bién deben respetarse sus derechos). Hay que tener en cuenta que intervenciones
inapropiadas pueden elevar sus resistencias y sus mecanismos de defensa, ade-
más en la historia de muchos adictos, es común encontrar que en su infancia, sus
padres fueron autoritarios, ultrajantes, ofensivos y rechazantes, por lo que en este
sentido, la estrategia debe evitar entrar en el circuito de la repetición.

96 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

La Asamblea (hc)

Objetivos Evaluar los logros y las dificultades grupales, de acuerdo a la coyuntura terapéutica
o al momento que vive la comunidad, así como proponer colectivamente soluciones
a los problemas y obstáculos comunitarios planteados.

Una de las características del modelo de intervención de la ct es la de realizar una re-


unión general en la que participan todos los miembros del centro. En ella se comparte
información acerca de las situaciones surgidas durante el diario vivir de la comuni-
dad. En la interacción grupal, se analizan y discuten asuntos de interés comunitario,
se evalúan logros y dificultades frente a los compromisos establecidos en reuniones
anteriores y se ofrece un espacio para la toma de decisiones en público. Es decir, tanto
residentes como miembros del equipo clínico adquieren determinados compromisos
que afectan directamente a parte, o a todos los componentes del centro. Este sistema
ejerce democracia y permite a las personas afectadas por dichas decisiones aportar su
opinión. Sin embargo, también puede suceder en un momento dado que sólo el equipo
terapéutico tome las decisiones y las comunique al grupo.
Este espacio, que usualmente tiene lugar al finalizar el día, se constituye en una es-
trategia participativa que actúa como mecanismo homeostático colectivo. Tiene una
duración de aproximadamente una hora. En la tabla 20 se describe su procedimiento.

Tabla 20
Procedimiento de la Asamblea
1. Los participantes se disponen en círculo.

2. El consejero hace una introducción a la sesión explicando sus objetivos y funcionamiento.

3. Uno a uno, los residentes responsables de cada área (por ejemplo: planta física, relaciones
públicas y ambiente terapéutico) dan su respectivo informe al grupo, planteando logros,
dificultades y proponiendo metas para el día o los días siguientes. Simultáneamente y en
su orden, los demás miembros de la asamblea complementan los informes anteriores,
evitando la repetición de información.

4. Se analizan las dificultades y/o problemas identificados y se definen las metas y estrategias
de solución.

Recomendaciones y pautas para la Asamblea:

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 97
i a p a

• El facilitador hace una introducción aludiendo la importancia del sentido de per-


tenencia comunitaria e institucional, exhortando la participación activa en este
espacio y si lo desea comentando algún suceso ocurrido durante el día y tratando
de ver en él un aprendizaje terapéutico educativo.
• A pesar de realizarse en un ambiente de camaradería e igualdad, promoviendo
el sentido de pertenencia al grupo y reduciendo la tensión emocional acumulada
durante el día, la asamblea comunitaria debe exigir orden y respeto por la palabra.
La máxima autoridad que se encuentre en el lugar dirige este espacio.
• Si durante el informe de dificultades se identifica o se hace evidente la irresponsa-
bilidad de alguien, a quien se le ha asignado previamente una estrategia o meta, el
facilitador puede amonestarlo, según la severidad de la falla, teniendo en cuenta no
convertir este espacio en una terapia de confrontación.
• Las metas y sus respectivas estrategias deben ser propuestas por los responsables de
cada frente, el grupo por su parte, las analiza, discute y complementa, considerando
su viabilidad y estableciendo prioridades.
• Cuando se identifica un problema comunitario, el facilitador debe tener la habilidad
para determinar la pertinencia del asunto a discutir, pues según el caso este puede
ser abordado en otro espacio.
• A medida a que fijan las metas en las áreas de trabajo identificadas, se anotan en
un lugar visible, de tal manera que toda la comunidad tenga conocimiento de los
compromisos adquiridos.
• Al día siguiente o cuando tenga lugar la próxima asamblea, se retomarán las metas
acordadas como material de trabajo, tanto en lo terapéutico como en lo educativo.
• El lema de la comunidad al final de la Asamblea, señala el cierre de las actividades
comunitarias y al mismo tiempo fomenta un sentimiento de pertenencia a la familia.
• Es importante evitar hacer de la asamblea un espacio para resolver las situaciones
generadas por choques entre los residentes. Éstas deben resolverse en los grupos
de pares o en otros grupos especialmente diseñados para ello.

98 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

Grupo de Autoevaluación y feedback (hc)

Objetivos Autoevaluar el trabajo personal en términos de logros, dificultades y compromiso,


con miras a determinar los aspectos a trabajar en los diferentes grupos terapéu-
ticos. Proporcionar retroalimentación personal que estimule el mejoramiento y
sostenimiento de los logros y el replanteamiento de las dificultades personales en
los diversos ámbitos de desenvolvimiento humano. Adquirir compromisos viables,
verificables y concretos que le permitan al usuario responsabilizarse frente al pro-
ceso personal. Recibir por parte de los pares, una visión honesta y responsable con
respecto a los avances y desaciertos observados en el proceso.

Constituye un espacio de retroalimentación personal en el cual, desde una visión


objetiva y responsable, el usuario reconoce sus logros y dificultades, al mismo tiempo
que asume formalmente un compromiso concreto frente a su proceso de crecimiento
personal. En este espacio, además, es posible que el grupo evalúe su participación y
aportes a la comunidad.
Esta actividad se rige por los principios de autoayuda y ayuda mutua, en tanto los
compañeros le devuelven a quien expone, sus apreciaciones y juicios sobre su desempeño
con el fin de motivarlo y comprometerlo con su tratamiento. Adicionalmente, favorece
la autocrítica e incrementa la percepción de la imagen que tiene de sí mismo quien se
evalúa. En la tabla 21, se describe el procedimiento de este grupo.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 99
i a p a

Tabla 21
Procedimiento del Grupo de Autoevaluación y Feedback

1. Los participantes se disponen en círculo.

2. Se nombra al grupo “Este grupo es de autoevaluación y retroalimentación”.

3. El facilitador introduce el grupo explicando el procedimiento y motivando a la participación


activa. El cofacilitador observa para dar retroalimentación final.

4. En forma ordenada, cada miembro evalúa logros y dificultades personales observados desde
el último grupo de autoevaluación hasta la fecha. Finaliza su intervención estableciendo
un compromiso concreto para continuar su trabajo frente a lo expuesto.

5. Algunos miembros del grupo intervienen frente al compañero que expuso, señalándole
logros y dificultades que éste haya omitido o exhortándole para que fije su atención en
determinado aspecto. También, puede felicitarlo por algún logro significativo o señalar
algún elemento a mejorar. Igualmente, los residentes que retroalimentan al expositor
terminan su aporte resaltando las cualidades y los atributos que ven en su compañero.

6. Al finalizar la evaluación cada residente expresa cómo se siente y se cierra su intervención


con un aplauso grupal.

7. Dos miembros del grupo y el cofacilitador evalúan la terapia.

8. Se cierra el grupo agradeciendo la participación.

Funciones del facilitador:

• Abrir y cerrar el grupo.


• Orientar el orden de la palabra.
• Seleccionar los evaluadores del grupo.
• Puntualizar y enfatizar, cuando se requiera, algunos asuntos importantes de las
exposiciones individuales.
• Seguir los lineamientos de la terapia e intervenir cuando observe una desviación
en su dinámica.

Funciones del cofacilitador:

• Evaluar la dinámica del grupo.


• Ser observador de la dinámica grupal y del facilitador.

100 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

• Puntualizar y enfatizar, cuando se requiera, algunos asuntos importantes de las


exposiciones individuales.
• Apoyar al facilitador del grupo.
• Tomar la dirección del grupo en caso de ser necesario.
• Consignar por escrito lo expuesto por el residente y sus compañeros.

4.1.2. Consejería individual

La consejería individual es el foro por excelencia para el seguimiento del plan de trata-
miento individual surgido desde el proceso diagnóstico y revisado sistemáticamente,
con base a los problemas identificados en el plano de la personalidad y de los temas
particulares emocionales o existenciales. Tiene como objetivo orientar al residente,
de acuerdo a las necesidades terapéuticas que esté trabajando o que surjan de manera
imprevista, con el fin de ayudarlo a enfrentarlas o a crear conciencia de su situación, y
enriquecer así el trabajo que grupalmente se está abordando. Las sesiones individuales
tienen una duración promedio de 30-45 minutos aproximadamente, aunque pueden
variar de acuerdo a las necesidades o situaciones tratadas. El terapeuta programa una
sesión quincenal o mensual para dar seguimiento al trabajo que está realizando el
residente en grupo, o para abordar temas que no pueda tocar desde el inicio con sus
compañeros. También, puede sugerir al residente trabajar ciertos temas relacionados
con su plan de tratamiento con algún otro miembro del personal. El terapeuta reporta
los resultados de estas sesiones en las Notas terapéuticas, mismas que se integran al
expediente. A solicitud del residente y a criterio del terapeuta podrán realizarse se-
siones individuales adicionales de duración variable, desde algunos minutos para dar
indicaciones concretas, o más prolongadas de acuerdo a sus necesidades. Un buen en-
cuadre para este abordaje es la “Terapia de Realidad” de Glasser basada en una relación
empática y articulada para la definición y evaluación de planes y metas (Glasser, 1999).
Lineamientos para la Consejería individual:

• La frecuencia de estas sesiones debe ser mínimamente de una sesión semanal durante
las primeras dos semanas y posteriormente una sesión quincenal.
• El tiempo de las sesiones deberá oscilar entre 30 y 45 minutos y deberán ser pro-
gramadas y respetadas salvo causas de fuerza mayor.
• Adicionalmente, se pueden presentar entrevistas breves de algunos minutos para
tratar aspectos específicos.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 101
i a p a

• La empatía es una herramienta importante en este tipo de entrevistas.


• Los problemas personales, ligados a la personalidad o a experiencias traumáticas
no trascendidas y definidos como parte de un plan de tratamiento, deben retomarse
en estas entrevistas para evaluar los alcances logrados.
• La consejería individual es un buen espacio para redefinir estrategias y acordar
planes de acción.

Tabla 22
Procedimiento de la Consejería individual
1. El terapeuta programa sesiones de 30 a 45 minutos aproximadamente de forma semanal,
quincenal o mensual, que varían de acuerdo a las necesidades, situaciones a tratar y cargas
de trabajo del terapeuta.

2. El terapeuta aborda temas que el residente no quiere o no es conveniente tocar desde un


inicio con sus compañeros en grupo.

3. Terapeuta y residente redefinen estrategias y acuerdan planes de acción.

4. Se evalúan alcances logrados dentro del plan de tratamiento del residente.

5. El terapeuta reporta los resultados de estas sesiones en Notas terapéuticas, mismas que
se integran al expediente.

6. Adicionalmente, se pueden presentar entrevistas breves de algunos minutos para tratar


aspectos específicos.

4.1.3. Terapia de la familia

La terapia de la familia tiene como objetivo apoyar al grupo familiar para que logre un
cambio en su dinámica y forma de relacionarse, buscando que este cambio favorezca
el desarrollo de conductas saludables e incida positivamente en la recuperación del
residente. Se desarrolla a través de tres tipos de actividades: el Taller de encuentro multi-
familiar, los Grupos multifamiliares y las sesiones de Terapia familiar propiamente dicha.
Este componente recibe una atención creciente por parte de las Comunidades Te-
rapéuticas, entendiendo dos aspectos: la necesidad de ayuda que tienen los miembros
familiares y la importancia de su comportamiento a lo largo del proceso residencial y
durante la reinserción o reintegración social.

102 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

• Taller de Encuentro multifamiliar: Este se desarrolla con la presencia únicamente


de familiares, sin los residentes. Tiene como objetivo ofrecer a las familias de los
residentes una orientación sobre las modificaciones que requiere hacer la estructura
familiar para relacionarse con el reeducando, así como sobre los aspectos que a ni-
vel personal deben trabajar, para estar en condiciones de apoyar al residente en su
recuperación. Consiste en una serie de pláticas (clases), grupos de pares y cine-foro
que de manera intensiva, se desarrollan durante varios días (3 a 5) periódicamente
y en los que participan de dos a tres miembros –en promedio– de la familia de cada
residente. Las actividades se desarrollan de acuerdo a una agenda preestablecida
que incluye: exposiciones temáticas, grupos de preguntas, grupos de pares, cine
debate y sesiones a la manera de la Comunidad Terapéutica como el Encuentro de
la mañana, en formatos simplificados.

Tabla 23
Procedimiento del Taller de encuentro multifamiliar
1. Previamente se establecen las fechas del taller, de acuerdo a una programación que permita
la incorporación de la mayor parte de los familiares de los residentes.

2. Se hace una lista de posibles asistentes y se les convoca oportunamente. Desde el ingreso
del residente es deseable informar las fechas del próximo taller.

3. El equipo terapéutico diseña las actividades específicas del taller, de acuerdo a un machote
que puede incluir: el Encuentro de la mañana, una o dos clases temáticas, un grupo de
preguntas y un grupo de pares por la mañana; actividades testimoniales, cinedebate,
sesiones informativas, dinámicas interactivas por las tardes.

4. Los grupos de pares implican mayor guía e intervención del facilitador, en virtud de que
las personas no suelen contar con una experiencia en este tipo de sesiones.

5. De acuerdo a las necesidades detectadas a lo largo del taller, se solicita a los participantes
que elaboren una propuesta de programa de tratamiento individual que pueda abarcar:
terapia individual o familiar, grupos multifamiliares o grupos para familias inspirados en
doce pasos.

6. De acuerdo al criterio del equipo terapéutico, el taller puede o no culminar con una sesión
de terapia familiar que incluya al residente o se decide posponer ésta esperando un mayor
trabajo personal de ambas partes.

• Grupos multifamiliares: Se trata de reuniones sistemáticas de familiares en dos


modalidades: únicamente familiares o familiares con residentes en etapas avanzadas
del proceso. Se inicia, generalmente, con unas palabras de bienvenida del facilitador,

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 103
i a p a

destacando la importancia de la presencia de los asistentes e invitándolos a participar


con sus experiencias y preocupaciones del momento. Se hace una ronda de presen-
tación compartiendo una emoción o preocupación del momento. El facilitador suele
presentar someramente un tema y/o adaptarlo a las necesidades expresadas por los
participantes, puede también hacer una lectura para generar reflexión, participación
y expresión de preocupaciones. Algunos temas de interés pueden ser: límites o co-
municación. Los asistentes participan libremente hablando de sus experiencias en
primera persona y dirigiéndose de manera directa a quien quieran retroalimentar.
No es un grupo que deba tomar matices francamente confrontativos, pero sí requiere
de una comunicación abierta y asertiva. Tanto la modalidad exclusiva de familiares,
como aquella en la que se incluyen residentes, pueden ser sumamente útiles, por
lo que se sugiere programar ambas variables. En el primer caso, se crean espacios
de mayor intimidad y seguridad para abrir ciertos temas, a la manera de un grupo de
pares. En el segundo, la interacción y testimonios desde diferentes perspectivas es
sumamente enriquecedor y esperanzador. Es un grupo sumamente inclusivo que
abarca en principio a familiares que ya cursaron el taller de encuentro multifamiliar
y residentes en fases avanzadas. Puede coincidir un residente con sus familiares
o no, ya que un residente se nutre del testimonio de otros familiares y viceversa.
Puede haber invitados tales como: familiares o personas con adicción en busca de
ayuda, aunque habría otros grupos especiales dirigidos a este tipo de necesidades,
por ejemplo grupos de acogida o entrevistas iniciales.

104 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

Tabla 24
Procedimiento del Grupo multifamiliar
1. Los participantes se colocan en círculo. Este grupo suele aceptar entre 10 y 20 personas
y su duración se sitúa entre una hora y media y dos horas.

2. El facilitador realiza un encuadre, recordando normas básicas tales como: hablar en pri-
mera persona, respetar el proceso grupal, no estar bajo el efecto de ninguna sustancia,
no intimidar ni agredir a nadie, compartir libremente emociones y preocupaciones.

3. Se hace una ronda de presentación que puede incluir en forma breve un sentimiento o
preocupación del momento.

4. El facilitador expone un tema de interés para el grupo, que implique continuidad a los
temas revisados en el taller de encuentro.

5. Las personas participan libremente y de manera ordenada. El facilitador reencuadra,


cuantas veces sea necesaria, la utilización de hábitos sanos de comunicación: mirar a
las personas al dirigirse a ellas, hablar de sí en primera persona y a alguien en segunda
persona, utilizar lenguaje emocional.

• Sesión de Terapia familiar: Se trata de un espacio en el que los familiares integrados


al tratamiento exponen y analizan situaciones con el objeto de que puedan, de manera
corresponsable, asumir su papel en la construcción de interacciones familiares más
sanas. Se parte de la premisa sistémica que la persona con adicción en una familia
suele ser el emergente de un sistema disfuncional en el que los diferentes miembros
requieren revisar su contribución en la disfunción o en la mejoría. No existe una
recomendación universal en el ámbito de las Comunidades Terapéuticas respecto
a la frecuencia o cantidad de sesiones. A manera de sugerencia pudiera pensarse en
una primera sesión de diagnóstico sobre la estructura y funcionamiento familiar y
por lo menos otras dos sesiones previamente preparadas con los siguientes objetivos
específicos:

1) Que la familia comparta con el residente sus sentimientos respecto al proceso de


adicción del residente con ejemplos concretos y utilizando lenguaje emocional,
y que el residente sea capaz de escuchar con respeto, validando los sentimien-
tos de sus familiares. Se recomienda que esta sesión se lleve a cabo después del
Taller de Encuentro multifamiliar.
2) Que residente y familia sean capaces de establecer acuerdos y de escuchar límites
conductuales, así como que se comprometan para el seguimiento terapéutico en
la etapa de reinserción social.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 105
i a p a

Adicionalmente es deseable se programen otras sesiones acordes con necesidades


emergentes y, desde luego, con la capacidad operativa del equipo.

Tabla 25
Procedimiento de la sesión de Terapia familiar
1. El consejero planifica la agenda de la sesión y de considerarlo necesario asigna tareas
previas a los participantes.

2. De inicio, en la sesión encuadra la mecánica y los objetivos de la misma.

3. Asigna el uso de la palabra de manera directiva o abierta, de acuerdo a la planificación


que ha hecho.

4. Promueve la participación de los diferentes integrantes de la sesión.

5. Se asegura de que haya una escucha activa y respetuosa.

6. Destaca los aspectos más significativos de la sesión.

7. Induce el establecimiento de compromisos terapéuticos de los diferentes participantes.

8. Cierra la sesión cerciorándose de que no ha quedado algún asunto urgente inconcluso.

4.2. Actividades del ámbito educativo

En las Comunidades Terapéuticas tradicionalmente se ha utilizado el término reedu-


cación para caracterizar el proceso a través del cual los residentes adquieren respon-
sabilidad y aprenden a convivir con normas de respeto y de civilidad. De ahí surge el
término de reeducados para referirse a los egresados de una Comunidad Terapéutica.
No obstante en los últimos años tiende a utilizarse con mayor frecuencia el término
educar y educación sin el prefijo, asumiendo que muchos residentes de Comunidad
Terapéutica nunca adquirieron habilidades básicas de comunicación e interacción
social. Sea que se utilice un término u otro, esta agenda constituye un componente de
gran relevancia en la metodología de ct.
Su objetivo es generar condiciones para que los residentes incorporen a su diario
vivir el orden, el cuidado mutuo, la recreación saludable, la responsabilidad y la con-
vivencia sana, así como el respeto con sus pares y con el personal. Consta de cinco
tipos de actividades básicas en las que participan todos los residentes durante su tra-
tamiento: agenda diaria o diario vivir, ceremonias y eventos especiales, servicios a la

106 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

comunidad y actividades re-creativas, enmarcadas en un eje transversal que tiene que


ver con la conducta apropiada y la disciplina en la comunidad, que permea todas las
actividades (figura 26).

Figura 26
Actividades del ámbito educativo

Residente incorporado
a la comunidad

Agenda diaria Ceremonias y Servicios a la Actividades


o diario eventos especiales comunidad recreativas

Formato de la Agenda
diaria o del diario vivir

Conducta y disciplina comunitaria

Reglas y
consecuencias

4.2.1. Agenda diaria o diario vivir

Consiste en la observancia de un conjunto de rutinas que cumplen los residentes, como


parte de su actividad cotidiana. La calendarización de cada día se plasma en una hoja,
detallando la hora de inicio y de término de cada actividad. Su objetivo es crear un
ambiente de orden y control en la vida del residente, ayudándole a reestructurar po-
sitivamente sus hábitos personales y conductas comunitarias. Suele actualizarse cada
semana (en el anexo M se incluye un ejemplo).
Algunas actividades comunes y cotidianas en las comunidades terapéuticas que
aparecen, por lo tanto, de modo sistemático en la agenda son:

• El Encuentro de la mañana, que tiene como objetivo comenzar las actividades del
nuevo día recordando la filosofía del proceso terapéutico, animar la vida comunitaria
y que el equipo terapéutico palpe “el pulso” de la comunidad.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 107
i a p a

• La Sesión de cierre del día, con la que equipo y residentes concluyen el día. Esta
actividad está a cargo del Coordinador de residentes y se inicia con una ronda de
sentimientos, en la que se invita a los presentes a expresar cómo se encuentran, qué
inquietudes o aprendizajes les dejó el día; todos los participantes deben expresar
cómo cierran el día; se suele concluir con una oración o reflexió, que puede ser la
Oración de la serenidad.

Para reportar el Diario vivir, se consigna en una libreta la Bitácora de la Comunidad, que
tiene como objetivo contar con una evidencia de los acontecimientos diarios, además
de ser un medio de comunicación entre los miembros de la institución. En ella –du-
rante el día y en intervalos, sin dejar de atender las demás funciones–, el educador va
anotando los eventos más relevantes, así como reseñando los horarios y la puntualidad
del comienzo de las actividades programadas; anota también las entradas y salidas de
la comunidad por parte de residentes, personas externas (familiares, proveedores,
trabajadores), así como de materiales y equipos. Por la noche el educador escribe (o
concluye) una breve reseña de lo acontecido en el día. Al inicio del nuevo día se lleva a
cabo la Junta de entrega de guardia, en presencia de los miembros del equipo, en la que
el educador que entrega da lectura a lo anotado en la bitácora del turno y entrega la
guardia al educador que lo reemplaza, quien comienza su turno anotando la fecha y
su nombre y consignando el número de residentes que recibe en la casa. En el anexo
N se incluye un ejemplo de Registro de Bitácora.

4.2.2. Servicios a la comunidad

Los servicios se agrupan en ciertas áreas o rubros, tales como:

• Tareas del hogar: limpieza de áreas, cocina y mantenimiento menor.


• Relaciones públicas: planeación de sesiones comunitarias y noticieros, sesiones
de bienvenida, eventos o ceremonias especiales, información a aspirantes, apoyo
logístico, control de entradas y salidas de la casa.
• Tareas de apoyo: orden y disponibilidad de equipos e insumos deportivos y para
talleres de capacitación, jardinería, huerta.

Estos servicios son asignados a los residentes de la ct durante un tiempo específico


(una semana, una quincena) y son supervisadas por el equipo terapéutico-educativo

108 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

en vinculación con un coordinador de residentes que ejerce esta función, entendida


como un servicio de animación y supervisión a los demás servicios. Servicios de mayor
responsabilidad serán desempeñados por residentes en etapas avanzadas y de acuerdo
a su compromiso podrán ser ratificados o removidos. Puede ser deseable utilizar dia-
das de residentes más avanzados con hermanos menores para ejercer el modelaje. Los
servicios persiguen una doble finalidad: fundamentalmente se trata de una educación
para la responsabilidad social y la autonomía que se posibilita en la medida en que
las personas, antes aisladas, colaboran al orden y al desarrollo de la vida comunitaria,
adicionalmente la colaboración de los residentes reduce la utilización de agentes ex-
ternos remunerados, lo cual se traduce en mantener costos de operación relativamente
accesibles a la población usuaria.

4.2.3. Ceremonias y eventos especiales

Son actividades o momentos significativos en el proceso de tratamiento del residente;


se trata de la primera transición, la segunda transición, el aniversario y la graduación.
Cada uno tiene objetivos y desarrollos específicos:

• Ceremonia de transición de la etapa de integración a la comunidad: se da una


vez completada toda la etapa diagnóstica, la formulación del caso ante el equipo, la
presentación de la autobiografía y una plática formal inductiva a la ct. Tiene como
objetivo connotar claramente que el residente ha cumplido ciertos objetivos relacio-
nados con la etapa de integración, así como que explicite, de cara a la comunidad,
su compromiso respecto a la siguiente etapa. La transición de la etapa incluye ma-
yores responsabilidades comunitarias, así como ciertos privilegios en los ámbitos
sociofamiliares (llamadas telefónicas y visitas familiares).
• Ceremonia de transición de la etapa de comunidad a la de post tratamiento: Se
da una vez que el residente ha completado toda la etapa de ct, que ha sido evaluado
y que presenta su plan consensuado de post tratamiento y reinserción social, de
cara al equipo terapéutico y a toda la Comunidad; tiene como objetivo connotar
claramente que el residente ha cumplido ciertos objetivos relacionados con la eta-
pa comunitaria, así como que transmita, de cara a la Comunidad, sus logros y sus
obstáculos y, especialmente, su compromiso concreto respecto a la siguiente etapa.
Se convoca a toda la comunidad, equipo y familiares del residente para que sean
testigos de esta ceremonia.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 109
i a p a

• Ceremonia de aniversario: tiene como objetivo conmemorar, a través de testimonios


personales, los años calendario que un ex residente acumula a lo largo del tiempo
con el nuevo estilo de vida transmitido en la comunidad, contando el tiempo a partir
de la fecha que la persona ingresó a la comunidad. Esta ceremonia puede llevarse
a cabo una vez al mes, concentrando en esa fecha los diversos testimonios que se
acumulan a lo largo del mismo.
• Ceremonia de reconocimiento a la conclusión del proceso o graduación: tiene
como objetivo reconocer clara y jubilosamente el esfuerzo y los logros vitales de los
ex residentes o reeducados. Dado que es una ceremonia de la mayor importancia
–pues denota los alcances de la ct a largo plazo– suele agrupar a directivos, equipo
terapéutico, voluntarios, familiares y amigos. Avala el esfuerzo, el apego, la constancia
y lo logros de quien a partir de ese momento va a considerarse un reeducado y un
amigo de la institución, exento de vínculos terapéuticos obligatorios y poseedor de
fuertes vínculos de amistad y solidaridad con la misma y con su causa. El tiempo
mínimo transcurrido entre el alta residencial y la ceremonia de reconocimiento será
de 18 meses, considerándose un tiempo óptimo alrededor de dos años. Se suelen
programar anual o semestralmente estas ceremonias.
• Eventos especiales: Son actividades en las que los residentes participan durante
su estancia en la ct; se trata de cumpleaños, visitas de invitados especiales o perso-
nalidades, días festivos de tipo cívico o religioso como la navidad. A través de estos
festejos se rescatan tradiciones, se despierta la creatividad, se rompen paradigmas
inherentes al estilo de vida adictivo y se fortalecen vínculos de interacción y soli-
daridad entre los residentes.

4.2.4. Activdades recreativas y ocupacionales

Estas actividades forman parte de las rutinas programadas de los residentes y tienen
como propósito favorecer entre ellos la interacción social, el entretenimiento sano, y
el ejercicio físico, entre otros, buscando inducir hábitos de aprovechamiento saludable
del tiempo libre. Los españoles llaman a esta temática: ocio, que equivale a hablar de apro-
vechamiento del tiempo libre y que según (referencia) cumple las siguientes funciones:

• Fomenta la creatividad, la apertura hacia nuevos intereses y actividades permitiendo


desarrollar capacidades que no son usadas de forma cotidiana.
• Despierta la capacidad de disfrute lúdico.

110 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

• Favorece la recuperación de la autoestima y la seguridad en uno mismo.


• Facilita la inclusión y la integración social de las personas con carencias en este
campo.
• Fomenta el desarrollo de la autonomía, la capacidad de decidir y elegir.
• Desarrolla las habilidades sociales y ayuda a madurar a la persona.
• Ayuda al establecimiento del intercambio y el contacto humano (ocio compartido),
potenciando no sólo los aspectos individuales, sino también los sociales y relacio-
nales.
• Propicia el bienestar y la satisfacción personal.

Contando con estos objetivos como marco se programan actividades tales como:

• Acondicionamiento físico
• Deporte en equipo (football, basketball, volleyball).
• Talleres de expresión artística: pintura, cerámica, teatro, etcétera.
• Juegos diversos que promueven la creatividad.
• Paseos programados con objetivos culturales o de disfrute de la naturaleza, (la
frecuencia es variable, acorde a las posibilidades de la institución).
• Clubes de lectura.
• Cine o teatro.

El deporte es una actividad importante, especialmente para la población joven. Ya sea


que la institución cuente con las instalaciones adecuadas para realizarlo, o bien que se
utilicen instalaciones públicas para llevarlo a cabo. Los talleres, paseos y otras activi-
dades lúdicas pueden realizarse con el apoyo de personas voluntarias o en vinculación
con instituciones o empresas con disposición para apoyar estas propuestas.

4.2.5. Conducta y disciplina comunitaria

Se refiere al comportamiento que los residentes deben presentar durante su estancia


en la comunidad, atendiendo a las indicaciones que el Reglamento del residente esta-
blece (en el anexo O se incluye un ejemplo). La conducta del residente es resultado,
entre otros elementos, de la internalización de la disciplina comunitaria, así como de
su conocimiento de las sanciones y consecuencias por faltar al Reglamento. Si algún
residente reincide en romper alguna de las reglas de la comunidad más de tres veces,

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 111
i a p a

se le aplicará una consecuencia de mayor peso a la indicada en el Reglamento, esto a


criterio del equipo terapéutico.
Cada semana, durante una Junta, el equipo terapéutico evalúa la conducta comu-
nitaria de los residentes, actividad que permite registrar la evolución de todos. El Con-
sejero terapéutico es el encargado de verificar que se cumplan las reglas dentro de la
comunidad, así como también que las consecuencias que se apliquen se cumplan, con
el apoyo de todo el equipo terapéutico. Las consecuencias que se aplican son acordes
al tipo de falta y deben ser vistas como espacios de reflexión o de corrección: lecturas y
tareas escritas, algún servicio adicional, eventualmente la suspensión de alguna visita
o alguna salida de la comunidad.
En la figura 27 se muestra un ejemplo de la agenda reeducativa, en la que juegan
un papel importante los grupos de confrontación que ya se han descrito. El número
de grupos especiales de confrontación, previo a una medida de sanción radical como
suspensión o la expulsión, dependerá de la gravedad de la falta y de la valoración que
haga el equipo sobre los posibles impactos en el individuo y en los integrantes de la
comunidad.

112 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

Figura 27
Ejemplo de aplicación de la Agenda reeducativa

Residente viola una regla Retroalimentación


de convivencia inmediata y directa

Residente corrige Residente persiste


su conducta en su conducta

Grupo especial de
confrontación

Consecuencia esperada
orientada hacia la mejoría
de la conducta

Residente corrige Residente persiste


su conducta en su conducta

Grupo especial
de confrontación

La observancia de las tres Reglas de oro, No introducción o consumo de sustancias, No violen-


cia verbal o física y No involucramiento sexual y/o sentimental, es de suma importancia. Su
violación puede implicar, a criterio del equipo, alguna de las siguientes consecuencias:
la suspensión temporal del tratamiento residencial con tareas específicas y reingreso
condicionado a que las cumpla (por ejemplo un mes de suspensión); o la expulsión sea
definitiva o sea por un periodo largo (hasta que egrese el último compañero por ejem-

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 113
i a p a

plo). En la suspensión, el residente al reingresar continúa su proceso; en la expulsión,


si eventualmente regresa, lo inicia como cualquier recién llegado.

4.2.6. Actividades sociofamiliares

Su objetivo es establecer de manera ordenada y gradual el contacto del residente con su


familia y con diferentes ámbitos sociales en los que se participará en su reinserción
social. La estrategia de evitar el contacto con la familia durante algunas semanas, es
una estrategia común en comunidades terapéuticas que busca asegurar un apego a la
comunidad y minimizar los riesgos de deserción temprana, a través de la manipulación
hacia y por los familiares.
La participación de la familia en el proceso de la terapia de rehabilitación del usua-
rio es parte fundamental, por lo que queda comprometida a participar activamente
en todas aquellas actividades terapéuticas, recreativas y de apoyo a las que se les con-
voque. Al respecto, desde el ingreso del residente a la comunidad, se debe entregar a
sus familiares un Reglamento de familiares y visitantes, a fin de que estén enterados de
los procedimientos y normas que rigen en la ct (en el anexo P se incluye un ejemplo).
Las actividades terapéuticas del ámbito sociofamiliar en las que periódicamen-
te participa el residente durante su tratamiento constituyen mecanismos controlados
para su contacto con el exterior; se muestran en la figura 28 y abarcan básicamente:
contactos telefónicos, visitas, paseos o estancias con la familia y salidas por motivos
específicos relacionados con atención a la salud, escuela, empleo, área legal, asuntos
imprevistos (por ejemplo operación o perdida de un familiar, enfermedades graves de
algún miembro cercano, etcétera).

114 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

Figura 28
Actividades del ámbito sociofamiliar

Residente incorporado
a la Comunidad

Actividades permanentes del ámbito sociofamiliar

Salidas diurnas
Llamadas telefónicas Visitas familiares con la familia

Ocasionales En el cuarto mes

Salidas con objetivos Salida del residente


Salidas grupales
específicos en fin de semana

Llamadas telefónicas

Las llamadas telefónicas suelen autorizarse después de algunas semanas de estancia en


la comunidad y de acuerdo con la transición de la primera a la segunda etapa. Suelen
ser semanales y controladas en el tiempo. Asimismo, se gradúan o limitan de acuerdo a
la evolución del residente. Excepcionalmente, se le autorizará a algún residente a hacer
su llamada fuera del horario señalado.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 115
i a p a

Visitas familiares

La primera visita de la familia se realiza aproximadamente al mes de ingreso del residente.


Las visitas de la familia suelen ser la ocasión, también, para una sesión multifamiliar
en la que se discute o analiza algún tema de interés.

Paseos con la familia

El residente puede tener la oportunidad de salir de la Comunidad el domingo u otro día,


acompañado de su familia. El objetivo de esta actividad es permitir la interacción con
su entorno familiar y social, dentro de un proceso gradual de reinserción social, obser-
vando las dificultades que surjan de ambas partes en la interacción, que será material
de trabajo terapéutico, tanto para el residente, como para su familia. Esta convivencia
puede llevarse a cabo en la casa familiar o en algún lugar público. Las llegadas y salidas
deben ser estrictamente controladas para evitar que entren o salgan objetos inadecuados
a la Comunidad y para valorar el estado del residente a su regreso. Dependiendo de la
evolución del residente y la familia, las salidas se gradúan, se modulan o se suspenden.

Salida del residente en fin de semana

Las salidas de fin de semana suelen verse, al igual que las anteriores, como un privilegio
que el residente se gana con base en su comportamiento. Estas salidas se realizan en
fechas cercanas al alta residencial y tienen por objetivo poner a prueba la interacción
del residente con su medio para obtener material de trabajo terapéutico para él y sus
familiares. Generalmente se acuerda la agenda del residente durante estas salidas.

Salidas con objetivos específicos

Pueden surgir ante dos tipos de situaciones: a) como necesidades externas en caso de
una demanda legal o un familiar enfermo; y b) como sugerencia terapéutica, cuando
el residente deba empezar a buscar trabajo o a hacer trámites para su ingreso escolar.
También se puede requerir la salida del residente para una interconsulta médica. En
cualquier caso, se sugiere pedir al familiar que firme una carta responsabilizándose

116 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

del residente durante el tiempo que estará fuera de las instalaciones de la Comunidad,
o en ciertos casos le acompaña un residente en etapa avanzada.
En el escenario b el residente va integrando elementos para su reinserción social,
objetivo que está siempre en la mirada de los equipos y que suele ocupar mayor trabajo
en el último periodo de estancia en la comunidad •

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 117
C A P Í T U LO 5
El post tratamiento: la reinserción social

L
a reinserción social saludable es el último objetivo de la Comunidad Terapéutica.
Para lograrlo es necesario que el tratamiento continúe con la frecuencia y la in-
tensidad necesarias para acompañar de una manera eficaz al ex residente recién
egresado en esta etapa de alta vulnerabilidad. Es una práctica común en las Comunida-
des Terapéuticas iniciar la reinserción social de manera gradual desde que el residente
se encuentra en la comunidad. Esta estrategia de gradualidad tiene por objeto que el
residente palpe el “mundo real” al que va a reintegrarse y desarrolle en este lapso una
visión realista de su entorno, de sus relaciones y de las situaciones a enfrentar.
Algunas acciones de reinserción sociofamiliar en la etapa de comunidad se resumen
en la figura 29.
En el transcurso de estas actividades de convivencia con la familia y el entorno, los
eventos, inquietudes, dudas y estados de ánimo variables son objeto de trabajo terapéu-
tico, tanto por el residente como por su familia. Cuando el residente se encuentra aún
en la comunidad, sigue encontrando un “refugio” en ella, no tanto para “esconderse de
sí mismo” sino de “la realidad estresante y retadora” a la que se enfrenta. Esto permite
entender la necesidad de un acompañamiento con la intensidad suficiente para ayudar
al ex residente a crecer de cara a los obstáculos y a desarrollar la cohesión con una red
saludable en esta importante etapa. Si el apego y la duración del tratamiento residencial
son factores de buen pronóstico (De León, 2011), en la observación del equipo de la
Fundación Casa Nueva, el apego continuo por un tiempo considerable (uno a dos años)
a las actividades de post tratamiento, también lo son. Este apego suele desarrollarse
durante las primeras semanas de egreso, dicho de otra manera, quien no se apega en
las primeras semanas, difícilmente lo hará posteriormente.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 119
i a p a

Figura 29
Acciones de reinserción social en la etapa comunitaria

Contactos iniciales con las familias al interior


de la comunidad, durante las visitas.

Contactos posteriores con la familia fuera


de la comunidad durante un día en principio
y posteriormente el fin de semana, con agendas
claramente definidas.
Acciones de
reinserción social
En paralelo salidas recreativas o culturales grupales
con el objeto de incrementar la cohesión grupal y
reeducar en el disfrute de actividades saludables.

Salidas especiales con fines de reinserción escolar,


laboral o de actualización legal.

La reinserción social implica asumir una posición clara frente a todos aquellos dispa-
radores asociados al consumo: lugares, relaciones, actividades, estados emocionales y
toma de decisiones, con frecuencia radicales de desapego, mismo que sería práctica-
mente inalcanzable si, en paralelo, no se desarrollan nuevos apegos a redes saludables
y promotoras del crecimiento.
La participación de la familia en las actividades de post tratamiento constituye
también un factor que dará alternativas para generar una interacción saludable y para
enfrentar los momentos o situaciones de crisis que se gesten a lo largo de esta etapa.
La reinserción laboral y escolar son aspectos de gran importancia y complejidad
que requieren ser atendidos de manera prioritaria.

120 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

5.1. Plan de reinserción social

El plan de reinserción social requiere ser elaborado desde la etapa de comunidad y debe
ser supervisado, evaluado y, en su caso, modificado de manera periódica de acuerdo
con las necesidades cambiantes del ex residente.
El adecuado desarrollo del plan de reinserción implica acciones tanto en el ámbito
terapéutico como en el ámbito social, escolar, laboral y recreativo. El plan está dirigido
a la continuidad de un proceso de desarrollo personal iniciado en la etapa comunitaria
y que estará a prueba fuera de la contención comunitaria. En la medida en que los di-
ferentes componentes del plan logren instrumentarse y consolidarse en la práctica, se
incrementarán las posibilidades de lograr una recuperación continua. Este trabajo de
acompañamiento cercano requiere la asignación de tiempos por parte del equipo tera-
péutico o del personal especialmente asignado a la implementación del post tratamiento.
La población objetivo de las Comunidades Terapéuticas suele arrastrar déficits de
aprendizaje y atrasos escolares, por lo que la actividad escolar representa un componente
importante de la agenda de las Comunidades Terapéuticas. Es incluso una prioridad en
la atención de niños, adolescentes y jóvenes, que han interrumpido sus ciclos educati-
vos, especialmente a nivel secundaria o bachillerato. Para ello es necesario vincularse
con instituciones educativas locales que trabajen modalidades de educación abierta,
semiescolarizada o escolarizada. Pueden elegirse diversas modalidades acordes con
las posibilidades de cada institución y ajustando las metas al tiempo de estancia en
la comunidad. El plan de reinserción social debe abarcar las acciones necesarias que
garanticen la continuidad, o en su caso, el ingreso del ex residente al grado escolar
que le corresponda en alguna de las modalidades escolares. La orientación vocacional
representa un elemento importante de ayuda a los jóvenes en la definición de su elec-
ción profesional.
Por su parte, la inserción o reinserción laboral, Según Sanz Gabriel y Monsalve
(2007), comprende los siguientes puntos:

• Acciones de información para el empleo y la inserción laboral.


• Acciones de orientación para el empleo y acompañamiento.
• Acciones de intermediación laboral.
• Acciones de formación para el empleo o la ocupación.
• Acciones de asesoramiento para el autoempleo y la creación de empresas.
• Empleo protegido.
• Empresas de inserción.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 121
i a p a

Estos puntos abarcan principalmente acciones directas enfocadas al residente o ex


residente y otras de intermediación con los empleadores. Es conveniente que en la etapa
de comunidad se desarrollen acciones informativas y también formativas que incre-
menten las posibilidades de empleo o autoempleo. El periodo de prerreinserción social
debe contemplar tiempos y acciones específicas dirigidas a la consecución del empleo.
La reinserción social se enfrenta a una serie de obstáculos de diversa índole. Con
fines didácticos, clasificamos los diferentes tipos de obstáculos para la reinserción o
inclusión en los rubros que se esquematizan en la figura 30.

Figura 30
Obstáculos para la reinserción social del ex residente

Personales

Familiares

Sociales
Obstáculos
para la reinserción
Escolares

Laborales

Recreativos

En la tabla 26 se muestran esquemáticamente los diferentes obstáculos detectados


en la reinserción social (rs), así como las diversas estrategias para enfrentarlos. Las
alternativas sugeridas para enfrentar los obstáculos se describen posteriormente con
mayor detalle.

122 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

Tabla 26
Obstáculos y alternativas o áreas de oportunidad en la rs
Ámbito Obstáculos Alternativas

Personal • Los hábitos para un diario vivir saludables son • Grupo de pares.
aún frágiles. • Terapia individual.
• Existen dificultades para una adecuada admi- • Terapia familiar.
nistración del tiempo libre. • Terapia multifamiliar.
• Existen “reservas” respecto al estilo de vida, • Grupo de prevención de recaídas.
la red de pertenencia o el consumo de alguna • Grupo de Seguimiento al prs.
sustancia psicoactiva. • Grupos de ayuda mutua tradicionales basados
• Rasgos de personalidad asociados con una en doce pasos.
pobre interacción social.
• Estados emocionales negativos con síntomas de
ansiedad, depresión, irritabilidad e intolerancia.

Familiar • Expectativas irreales de la familia “ya está cura- • Tratamiento familiar en las siguientes moda-
do, ya no necesita ayuda” que llevan a boicotear lidades:
el proceso de post tratamiento. • Terapia familiar.
• Dificultad para plantear y respetar límites • Terapia multifamiliar.
saludables. • Terapia individual de familiares.
• Hábitos disfuncionales, incluyendo el abuso de • Referencia de familiares a tratamientos especí-
alcohol o el uso de otras drogas. ficos (como el caso de familiares con adicción).
• Grupos de ayuda mutua basados en doce pasos.

Social • Encuentros con compañeros consumidores. • Grupo de seguimiento del prs.


• Presión social orientada al consumo. • Asesoría para el empleo del tiempo libre.
• Ausencia de actividades pro-sociales. • Grupo de Prevención de Recaídas.
• Empleo inadecuado del tiempo libre. • Grupo de Pares.
• Servicio social dentro y/o fuera de la institución.

Escolar • Presencia de déficits de aprendizaje y escolares • Implementación de sesiones de apoyo pedagó-


no atendidos. gico idóneas al caso.
• Falta de apoyo familiar. • Asesoría individual en materia escolar.
• Rechazo de cara a sistemas escolarizados. • Orientación vocacional.
• Financiamiento a través de becas para evitar
la deserción.

Laboral • Perfiles inadecuados para el sistema laboral. • Información y capacitación para el trabajo.
• Horarios laborales mixtos que dejan poco espa- • Asesoría específica en materia laboral o legal
cio para otras actividades. para superar obstáculos.
• Sueldos bajos, especialmente comparados con • Alianzas con el sector laboral que permitan
los que ofrece el mercado de la ilegalidad. horarios acordes con otras actividades propias
• Documentación oficial incompleta o inexistente. del post tratamiento.

Recreativo • Orientación excesiva hacia tecnoentretenimien- • Desarrollo de nuevas alternativas recreativas


to y música estridente altamente asociada al asociadas a la convivencia, a la naturaleza, al
consumo. deporte y a la cultura.
• Escasez económica que limita posibilidades. • Asesoría en la organización y empleo del
• Limitaciones culturales. tiempo libre.
• Asociación entre festejos y consumo de alcohol • Organización de actividades recreativas con la
u otras drogas. red de pares.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 123
i a p a

Descripción de alternativas

Sería ingenuo pensar que seis meses de trabajo personal en la comunidad neutralizan
totalmente las disfunciones arrastradas por años, con frecuencia a lo largo de toda una
vida. La comunidad hace evidentes, a través del método comunitario, las deficiencias
en habilidades para una vida y una interacción social saludables. En la ct se trabaja
sobre estos puntos buscando su modificación y con frecuencia lo logra a través de la
presión comunitaria. No obstante, la observación muestra que cuando el ex residente
vuelve a su medio familiar y social, los viejos hábitos tienden a reinstalarse, salvo que
la persona cuente con una retroalimentación constante, que se mantenga cohesionado
a una nueva red social y que la familia haga la parte que le corresponde en la gestión
de un ambiente más saludable.
Por otro lado, hay que considerar que hay riesgos y dificultades inherentes a los dife-
rentes ámbitos a los que el egresado se va a enfrentar: dificultades familiares, encuentros
casuales con compañeros de consumo, déficits para su nivel en el área escolar, restric-
ciones o condiciones inconvenientes en el mercado laboral, limitaciones económicas
severas, por citar sólo algunas. Estas situaciones, agregadas a las dificultades personales
del individuo en recuperación temprana, conforman un escenario realmente complejo
en la reinserción social, que sólo puede atenderse con una visión integral, responsable
y solidaria con el ex residente y su familia.
La tabla 27 describe las alternativas que se plantean para enfrentar los diferentes
obstáculos inherentes a la reinserción social.

124 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

Tabla 27
Alternativas de atención durante la reinserción social
Grupo de pares Constituye el eje central del post tratamiento con la variable de que los partici-
pantes tienen ya un buen grado de entrenamiento en esta modalidad, por lo que
el esquema puede abarcar la coordinación de un consejero terapéutico o la coor-
dinación de un ex residente supervisado. El Grupo de pares confronta actitudes o
hábitos inadecuados y conductas de riesgo, asimismo, brinda apoyo en situaciones
emocionales negativas. Es un referente continuo para evaluar la evolución de los
participantes. La asistencia y participación continuas representan un eficaz factor
de protección en el primer año de post tratamiento. Una frecuencia de dos a tres
grupos semanales es recomendable.

Terapia individual Generalmente representa la continuidad al proceso iniciado en la Comunidad


Terapéutica. En algunos casos implica el desarrollo de una nueva relación terapéu-
tica. Se enfoca en necesidades o dificultades particulares. Es un foro idóneo para
revisar de manera puntual el desarrollo del plan de reinserción social. El vínculo
con un terapeuta empático constituye una fuente de ayuda importante. Se reco-
mienda una frecuencia quincenal o mensual, ajustable a situaciones particulares.
Es recomendable referir a los familiares a esta modalidad terapéutica para abordar
problemáticas emocionales o comportamentales que rebasen los alcances de los
grupos multifamiliares.

Consulta Para aquellos bajo tratamiento medicopsiquiátrico. Los cuadros más frecuentemente
medicopsiquiátrica observados son síndromes de ansiedad, depresión o psicosis.

Terapia familiar Representa la continuidad del trabajo con base en las necesidades detectadas en
la Comunidad Terapéutica. Es un foro idóneo para revisar acuerdos, confrontar
incongruencias y fomentar una comunicación asertiva entre los miembros.

Terapia Es la continuidad del proceso grupal de familiares iniciado previamente. La re-


multifamiliar troalimentación entre pares constituye una fuente importante de fortaleza para
persistir en el cambio sistémico y en la preservación de límites saludables en cuanto
a actividades, horarios y comportamiento doméstico regidos por el respeto entre
los diferentes miembros de la familia y a los acuerdos establecidos con la ayuda
terapéutica.

Grupo de Su objetivo consiste en la detección oportuna de factores de riesgo y, a través


prevención de de la identificación cognitiva y/o conductual, disminuir los riesgos para una re-
recaídas caída. La metodología se basa en programas diseñados por expertos en el tema.
Implica la asistencia a sesiones y la realización de tareas específicas articuladas
a lo largo de un periodo predeterminado que suele abarcar entre 8 y 12 semanas.
Entre los manuales más difundidos se encuentran el de Gorski (2005) y el de Mar-
tínez (2007). No obstante, un terapeuta experimentado y conocedor del enfoque
cognitivo-conductual, en el que estos grupos están basados, podría diseñar otros
instrumentos y tareas orientadas a la identificación de factores de riesgo para la
recaída y de estrategias para enfrentar estos factores.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 125
i a p a

Tabla 27
Alternativas de atención durante la reinserción social
(continuación)

Grupos En esta categoría califican los grupos de Alcohólicos Anónimos (de hora y media)
de ayuda mutua y de Narcóticos Anónimos para los ex residentes y los grupos de Al-Anon y de
Familias Anónimas para los familiares. Como señala De León (2004) se observa
una tendencia en las Comunidades Terapéuticas a la utilización de los principios y
los pasos de estas agrupaciones. Constituyen opciones complementarias a los
grupos propios de la Comunidad Terapéutica o alternativos para aquellas perso-
nas foráneas que en sus lugares de origen cuentan únicamente con esta variable.

Grupo de Este grupo representa el foro específico para evaluar el desempeño del plan de
seguimiento reinserción social, hacer los ajustes necesarios y replantear o fortalecer ciertas
del prs acciones que el terapeuta considere necesarias. Este ámbito puede aportar infor-
mación a otros foros terapéuticos: pares, terapia individual o familiar, en los que
se confronte o se aliente.

Referencia En los diferentes espacios diagnósticos y terapéuticos, tanto en la comunidad como


de familiares en el trabajo con las familias, suelen detectarse problemáticas específicas de algún
a servicios miembro de la familia que requieren ser atendidas ya sea en la propia institución o
específicos a través de la referencia a algún servicio idóneo. De manera particular, es impor-
tante detectar el consumo de sustancias en los miembros familiares, puesto que
esta condición conlleva diferentes medidas que pueden llegar a la contraindicación
para insertarse en ese medio familiar, particularmente en el caso de no contar
con la colaboración del familiar para atender su problemática.

Asesoría para el El tiempo mal empleado o dedicado a la inactividad constituye un factor de riesgo
empleo del tiempo considerable. Por ello la asesoría por parte de algún miembro del equipo –fre-
libre cuentemente una trabajadora social– para explorar opciones y posibilidades en los
diferentes ámbitos, referir y acompañar en el proceso puede ser sumamente útil.

Servicio social Como un aspecto esencial de las Comunidades Terapéuticas, está el servicio en
beneficio de las personas como un componente importante en la agenda reparadora
y sanadora. Este tema se practica al interior de la comunidad y es importante darle
continuidad con los egresados. Una modalidad que suele utilizarse exitosamente es
la utilización de ex residentes en servicios de apoyo y acompañamiento en la propia
comunidad. De hecho, las comunidades de larga estancia utilizan esta modalidad
con los residentes más avanzados; en las de estancias más breves, puede utilizarse
la misma fórmula con asignación de guardias que implican un tipo de permanen-
cia mas prolongada del ex residente en la comunidad, lo que lo retroalimenta de
manera constante. En el ámbito del pretratamiento también suele ser muy útil la
participación de ex residentes en los grupos de acogida a posibles candidatos.
La ayuda mutua en las dos direcciones suele desarrollarse en toda su magnitud.

Apoyo o asesoría Los déficits previos en conocimientos o habilidades escolares y los nuevos retos de la
pedagógica actualización escolar requieren con frecuencia asesorías personalizadas en materias
específicas. Es importante que la institución cuente con personal o voluntariado
que pueda aportar esta función.

126 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

Tabla 27
Alternativas de atención durante la reinserción social
(continuación)

Orientación Muchos jóvenes no tienen idea alguna de cómo orientar su vida profesional, incluso
vocacional aquellos que han iniciado y desertado alguna formación suelen estar confundidos.
La aplicación de pruebas vocacionales y de intereses por personal calificado y la
entrevista directa con personas que se dedican a los campos solicitados. En el
mundo de las Comunidades Terapéuticas ha sido frecuente el desarrollo de ex
residentes como educadores y terapeutas de las propias instituciones de donde han
egresado. Reconociendo esta variable como una oportunidad para el muchacho y
la institución, hay que cuidar que el posible candidato viva los procesos y tiempos
propios de la reinserción social y que tome este tipo de decisiones fundamentales
para su vida en condiciones de autoconocimiento y autonomía suficientes.

Alianza con Se observa que los horarios de trabajo para personal no calificado suelen ser incom-
el sector laboral patibles con otro tipo de actividades como las actividades terapéuticas inherentes
al proceso. Por ello se hace necesario contar con aliados empresariales que estén
dispuestos a hacer excepciones horarias que permitan la asistencia a los ex residentes
contratados a actividades específicas con el fin de mantener un mínimo de apoyo
terapéutico y contacto con red sana semanalmente. Los salarios excesivamente
bajos aunados a horarios extenuantes hacen que la actividad informal o incluso la
ilícita sea una tentación para esta población.

Información Se refiere a los conocimientos y habilidades básicas para aplicar en la solicitud


para el trabajo de trabajo: documentos, llenado de formularios, comportamiento en entrevistas;
también información sobre trabajos que resultan aceptables y aquellos que por su
naturaleza u horarios son incompatibles con el proceso de recuperación.

Capacitación Se refiere a la habilitación en oficios o habilidades específicas, tales como: com-


para el trabajo putación, lectoescritura, cocina, panadería, horticultura, electricidad, plomería,
manualidades, entre otros que faciliten tanto la incorporación a una empresa
como el autoempleo.

Organización de La inclusión de ex residentes en actividades sociales y recreativas propias de la


actividades de red comunidad es sumamente retroalimentadora, no obstante, también se requiere
una agenda socializante y recreativa propia para los reinsertados. En este sentido
la institución puede jugar un papel convocante destinando espacios y programan-
do actividades idóneas para esta población. Los fines de semana y la necesidad
de convivencia con los pares juegan con frecuencia un papel importante. Resulta
interesante la programación de alguna actividad terapéutica al propiciar o alentar
más allá de este espacio la convivencia entre ellos.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 127
i a p a

Grupo de Plan de reinserción social (prs)

Está dirigido a evaluar y modificar sobre la marcha un plan de reinserción social,


consensado con el terapeuta y avalado por la familia en aquellos aspectos en los que
su participación o aprobación es necesaria. Este grupo es un componente del post
tratamiento. Se trata de una sesión abierta a la que se incorporan los nuevos partici-
pantes en post tratamiento y se dan de alta aquellos que culminan con la definición de
decisiones de mediano y largo alcance en sus vidas tales como la elección vocacional
o la incorporación laboral en el marco de un proyecto personal.
Este grupo está diseñado para reunirse una vez al mes por un tiempo aproximado
entre uno o dos años. La pauta estará marcada por el diseño y desarrollo de objeti-
vos de largo alcance que tienden a constituir un proyecto de vida, que incluye la definición
de la visión personal a futuro en cinco diferentes áreas:

1) Escuela/Trabajo: vocación y autonomía.


2) Relaciones interpersonales: red sana de amigos, familia de origen y familia nuclear.
3) Servicio Social: reparación, perdón, sanación.
4) Espacios de crecimiento: terapias, grupos.
5) Tiempo libre: convirtiendo el ocio en recreación.

Para cada área o ámbito se responde a la pregunta: ¿Cómo me veo en relación con
________? En cada rubro se definen objetivos, actividades, metas (expresión cuantifi-
cada de las actividades) e implicaciones previas para la consecución de la meta, como
se muestra en el ejemplo de la tabla 28:

128 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

Tabla 28
Ejemplo de una hoja de Plan de Reinserción Social

Nombre Fecha

Rubro Objetivo Actividad Meta Acciones previas

Servicio social • Brindar apoyo y • Apoyo a educador de • Una guardia vespertina • Monto para transporte.
retroalimentarme guardia en ct semanal los días martes. • No agendar nada en
en la ct ese horario.
• Recibir el curso de
inducción sobre apoyo
educativo.

Escuela/ • Concluir mi formación • A sistencia a clases de • Un sábado a la semana. • Conseguir el certificado


Trabajo de Bachillerato. Bachillerato. • Dos horas de lunes a de secundaria.
• Conseguir un • Estudio con agenda de viernes. • Obtener la beca de
trabajo para ser manera sistemática. • Una hora semanal de estudios a través de fcn
autosustentable antes • A sesoría en inglés y asesoría en inglés y una y sus redes.
de seis meses. matemáticas. hora de matemáticas. • Cumplir los trámites de
• Trabajar horario corrido • Un Trabajo que me inscripción.
matutino. aporte un mínimo de • Actualizar mi credencial
mil pesos a la quincena. del ife.
• Recibir asesoría por
parte de Trabajo
Social en materia de
información para el
trabajo.

Relaciones • Cultivar la relación con • Visitar a mis padres. • Una vez cada tres • Pagar puntualmente mi
interpersonales mis padres. • Hablar telefónicamente meses. plan de celular.
• Cultivar la relación de con mis padres. • Una vez por semana. • Ahorrar 50 pesos
amistad con mis pares. • Convivencia social • Una vez por semana. semanales para el
programada. transporte.
• Acordar previamente
los encuentros.
• Ahorrar 50 pesos
semanales para el
refresco.

Espacios de • Continuar mi trabajo • A sistir a grupo de • Dos veces por semana. • Prever asistencia.
crecimiento terapéutico en los pares. • Una vez por quincena. • Apartar 50 pesos
temas centrales • A sistir a terapia • Una vez al mes. semanales para pagar
acordados con mi individual. • Una vez al mes. mi paquete terapéutico.
terapeuta. • A sistir a Grupo de • Hacer la tarea asignada.
Seguimiento de prs.
• A sistir a terapia familiar.

Tiempo Libre • Aprovechar de una • Practicar futbol. • Una vez por semana. • Calentamiento y
manera interesante mi ejercicio aeróbico diario.
tiempo libre.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 129
i a p a

Procedimiento del Grupo de prs:

1. Mensualmente se programa una reunión. En cada sesión se asignan tareas espe-


cíficas a los asistentes.
2. Se elige un pensamiento o reflexión para cada sesión.
3. Los participantes presentan actualizaciones al diseño o desarrollo de su plan.
4. Se hacen preguntas y comentarios.
5. Posterior al grupo de proyecto de vida puede hacerse un grupo de pares de acuerdo
a las necesidades detectadas por el facilitador.

5.2. Seguimiento de usuarios y evaluación del proceso y de resultados

El seguimiento de usuarios se refiere a mantener un contacto continuo con los ex resi-


dentes de manera presencial, telefónica o virtual con el fin de alentar su participación
en el post tratamiento y su pertenencia a la red. La evaluación es un componente im-
portante que brinda a las instituciones y los financiadores datos confiables en relación
con la satisfacción de los usuarios y con su evolución en la Comunidad Terapéutica y
durante la reinserción social. Tanto el seguimiento como la evaluación de resultados
utiliza los siguientes procedimientos con el ex residente o sus familiares: entrevistas
directas, llamadas telefónicas, visitas domiciliarias, correo electrónico y como meca-
nismo de comprobación a la información aportada se usa la aplicación de reactivos de
detección de drogas en orina (antidoping).
Es importante programar al menos tres intentos para contactar al ex residente que no
asiste a las sesiones de post tratamiento ni se comunica a través de otros medios. Como
se ha dicho anteriormente en esta guía, la observación indica que aquella persona que
no desarrolla apego en los tres primeros meses, difícilmente lo hará posteriormente.
Si bien puede afirmarse que la investigación disponible aporta el sustento basado
en evidencia científica sobre la eficacia de las Comunidades Terapéuticas para mejorar
diversos indicadores (Sacks y Sacks, 2010), una buena práctica en las Comunidades
Terapéuticas está relacionada con sus propias evaluaciones. Según la Asociación
Australiana de Comunidades Terapéuticas (atca, por sus siglas en inglés, 2002), la
evaluación debe comprender los siguientes aspectos:

• Retención y satisfacción de usuarios.


• Reducción del consumo de sustancias.

130 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

• Reducción de conductas de riesgo.


• Mejoría de salud física.
• Mejoría del funcionamiento social.
• Mejoría en el bienestar psicológico y emocional.

En México no existen, hasta ahora, evaluaciones longitudinales sistemáticas y publica-


das de los resultados del tratamiento en general y de las Comunidades Terapéuticas en
particular. Ante esta necesidad, un grupo de investigadores del Instituto de Ciencias
de la Salud de la Universidad Veracruzana (Blázquez, Gogeascoechea, Meyer, Pavón
y Sánchez-Mejorada), basándose en la metodología y los indicadores utilizados en los
protocolos y las recomendaciones internacionales mencionadas, diseñaron un protocolo
que consta de ocho temas:

1. Satisfacción del usuario.


2. Consumo de alcohol y drogas ilícitas.
3. Salud física.
4. Salud psíquica.
5. Reinserción laboral o escolar.
6. Relaciones familiares.
7. Actividad antisocial y/o delictiva.
8. Sentido de vida.

El diseño contempla diversas aplicaciones de los instrumentos:

• En la etapa de integración en la Comunidad Terapéutica.


• En el periodo de prerreinserción social en la Comunidad Terapéutica.
• Entre tres y seis meses después del egreso.
• Entre nueve y doce meses después del egreso.
• A dos años del egreso.

Los cuestionarios de opción múltiple se cruzan con información de un cuestionario


aportada por algún familiar y, siempre que es posible, con un antidoping realizado
periódicamente de manera aleatoria. Además de medir la eficacia y eficiencia de un
programa de tratamiento, se busca en el largo plazo poder calcular el impacto económico
del tratamiento a través del costo-beneficio y el costo-efectividad de los programas de
tratamiento y específicamente de las Comunidades Terapéuticas en México.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 131
i a p a

Es evidente que un estudio de esta naturaleza plantea dificultades metodológicas,


logísticas y financieras para su consecución, no obstante es evidente que los “datos
duros” que se obtengan serán determinantes, no solamente la institución evaluada, sino
de manera más amplia, para la orientación de políticas públicas en materia de trata-
miento, particularmente en la medida que se logren hacer estudios comparativos entre
diferentes modalidades de intervención y diferentes variables con el mismo modelo •

132 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
REFERENCIAS

Arbiter, N. (2010). Choices: Sanctuary and Intimacy or Objectification and Misanthropy?


Recovery View.com an online journal. Addiction and mental Health Articles and Education.
Recuperado de http://www.recoveryview.com/2010/06/choices-sanctuary-and-
intimacy-or-objectification-and-misanthropy/
Asociación Americana de Psiquiatría (ed.) (2002). Manual diagnóstico y estadístico de los
trastornos mentales. Barcelona. Masson.
Borges, G. (2009). Unmet needs for treatment of alcohol and drug use in four cities in
Mexico. Salud Mental, 32(4): 327-333.
Cañas, J. L. (2009). Antropología de las adicciones. Psicoterapia y rehumanización. Madrid.
Editorial Dykinson.
Centro Nacional de Vigilancia Epidemiológica y Control de Enfermedades. Sistema de
Vigilancia Epidemiológica de las Adicciones, 2009. México. Secretaría de Salud.
Comas Arnau, D. (2007). Conclusiones y propuestas. Congreso de Comunidades Tera-
péuticas. Lanzarote, España. Fundación Atenea Grupo gid.
De León, G. (2004). La comunidad terapéutica y las adicciones. Bilbao. Editorial Desclée
de Brouwer.
De León, G. (2010). Is the Therapeutic Community and evidence-based Treatment?
What the Evidence says. International Journal of Therapeutic Communities, 31(2).
De León, G. (2011). Comunidades terapéuticas: Evidencia científica de más 40 años de
investigación. Simposio, Comunidades terapéuticas y políticas públicas. Ciudad de
México. El Colegio Nacional.
Federación Latinoamericana de Comunidades Terapéuticas, Comisión Interamericana
para el Control del Abuso de Drogas (2009). Certificación de consejeros terapéuticos en
drogodependencias en Comunidad Terapéutica. Santiago de Chile. flact, cicad oea.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 133
i a p a

Fundación Casa Nueva i.a.p. (2010). Manual de procedimientos. Xalapa, Ver., México.
Fundación Casa Nueva i.a.p.
Fundación Hogares Claret (2000). Manual de procedimientos. Medellín. Fundación
Hogares Claret.
García-Monge, J. A. (2009). Treinta palabras para la madurez. Bilbao. Desclée de Brouwer.
Glasser, W.(1999). Teoría de la elección. Paidós Ibérica Ediciones.
Gibbons, W., Anderson, D. y Garm A. (2002). The Therapeutic Community Treatment
Model: Overview And Analysis Of Key Themes And Issues. Consultado en http://www.
soterianederland.nl/docs/TherapeuticCommunity.pdf
Gorski, T. y Miller, M. (2005). Sobriedad. Una guía para la prevención de recaídas. Rock-
ville, MD. Herald House/Independence Press.
Goti, E. (2009). La Comunidad Terapéutica. Un desafío a la droga. Medellín. Fundación
Hogares Claret.
Hayton, R. (1998). The therapeutic community. En Therapeutic community theory & practice.
Manual 6(57-68). San Diego. University of California.
Instituto Nacional de Salud Pública (2008). Encuesta Nacional de Adicciones 2008. México.
Consejo Nacional contra las Adicciones, Instituto Nacional de Psiquiatría, Instituto
Nacional de Salud Pública, Fundación Gonzalo Río Arronte, i.a.p.
Jones, M. (1953). The therapeutic community: A new treatment method in psychiatry. New
York Basic Books.
Johnson V., E. (1986). Intervention. En How to help someone who doesn´t want help, pp.
61-109. Minneapolis. Johnson Institute Books.
Kooyman, M. (1993). The Therapeutic Community for Addicts: Intimacy, Parent Involvement,
and Treatment Success. Londres. Swets & Zeitlinger.
Knowlton, J. (2008). Therapeutic community drug treatment success in Peru: a follow-
up outcome study. Substance Abuse Treatment, Prevention, and Policy, 3(26).
Londoño, H. (2003). La Tutoría: Un rico espacio de acompañamiento al residente para el
ejercicio responsable de la autoridad y la compasión. Medellín, Colombia. Hogares Claret.
Martínez O., E. (2006). Manual de prevención de recaídas en adicciones. Bogotá, Colombia.
Fundación Colectivo Aquí y Ahora.
Medina-Mora, M. E. et al. (2006). Prevalencia de trastornos vinculados con el consu-
mo de drogas y factores relacionados con ellos, en Rev Panam Salud Publica, 19(4):
265-276. México.
Mejía M., G. et al. (2003). ABC de la Comunidad Terapéutica. Medellín, Colombia. Ho-
gares Claret.

134 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

Miller, W. R. (1999). Mejorando la motivación para el cambio en el tratamiento de abuso de


sustancias. Serie de Protocolo para el tratamiento (tip, por sus siglas en inglés, Treatment
Improvement Protocol). EU. Departamento de Salud y Servicios Humanos.
Norma Oficial Mexicana nom-028-ssa2-1999, para la prevención, tratamiento y control
de las adicciones, (1999).
Organización Mundial de la Salud (1992). cie-10 Clasificación Internacional de Enfer-
medades. Ginebra, Suiza. oms.
Rogers, C. (1986). El proceso de convertirse en persona. Buenos Aires. Paidós.
Sacks, S. y Sacks, J. (2010). Research on the Effectiveness of the Modified Therapeutic
Community for Persons with Co-occurring Substance Use and Mental Disorders.
International Journal of Therapeutic Communities, 31(2): 176-211.
Sánchez-Mejorada, J. (2001). La respuesta científica y social: el tratamiento integral
de las adicciones. En La drogadicción en México: indiferencia o prevención. México.
Editorial México Desconocido.
Sánchez-Mejorada, J. (2011). Ética, responsabilidad y profesionalismo en el abordaje
de las adicciones. Liberaddictus 107.
Simpson, D. D. y Curry, S. J. (1997). Special Issue: Drug Abuse Treatment Outcome
Study (datos). Psychology of Addictive Behaviors, 11(4): 264-307.
Velarde-Jurado, E., Avila-Figueroa, C. (2002). Consideraciones metodológicas para
evaluar la calidad de vida. Salud Publica Mex., 44: 448-463.
Yates, R., De León, G., Mullen, R. y Arbiter, N. (2010). Straw Men: Exploring the Evi-
dence-base and the Mithology of the Therapeutic Community. International Journal
of Therapeutic Communities, 31(2) •

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 135
ANEXOS
Anexo A

Derechos de miembros y beneficiarios del tratamiento residencial


Todos los miembros y beneficiarios de programas de tratamiento residencial tienen absoluto
derecho a:
1. Un ambiente de apoyo constante, libre de drogas.
2. Recibir tratamiento sin discriminación alguna, de género, raza, nacionalidad, creencias,
afiliación política, preferencias sexuales, historial criminal o asistencia pública.
3. Dignidad, respeto, salud y seguridad a todas horas.
4. Conocer la filosofía y los métodos del programa.
5. Recibir información actualizada y cierta sobre los criterios y reglamentos del programa,
lo mismo que sobre las sanciones, medidas disciplinarias y modificación de los derechos.
6. Tener acceso a un sistema de quejas, aprobado por la mesa directiva, para registrar quejas
sobre la administración de los criterios y reglamentos, sanciones, medidas disciplinarias
y modificación de derechos.
7. Conocer con exactitud las cuotas y los costos a pagar y la forma y el horario de los pa-
gos; lo mismo que los criterios a seguir en cuanto al acceso al dinero y a las propiedades
personales, durante el programa y al finalizar el mismo.
8. Al carácter confidencial de la información acerca de la participación en el programa y de
la historia del tratamiento, de acuerdo a las leyes de cada país.
9. Poder examinar los archivos personales, según reglas establecidas por la Mesa Directiva,
y al derecho de agregar una contradeclaración para refutar la información archivada.
10. Terminar la participación en el programa en cualquier momento, sin ser sometido a
amenazas físicas o emocionales.
11. Comunicación personal con parientes o amigos en el momento de ser admitido al pro-
grama, y posteriormente de acuerdo al reglamento, excepto cuando sea prohibido como
parte documentada del plan de tratamiento.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 137
i a p a

Derechos de miembros y beneficiarios del tratamiento residencial


(continuación)

12. Protección contra castigos corporales: reales o amenazas; contra el abuso físico, emocional
o sexual y contra restricciones físicas.
13. Ser provisto de comida nutritiva, alojamiento adecuado y seguro, ejercicio físico e higiene
personal adecuada.
14. Atención médica por parte de personal cualificado.
15. Acceso a consejeros legales o a representación legal según fuera necesario.
16. Contacto regular con algún hijo, hija o familiar que esté acompañando al miembro en
el programa.
17. Definición clara de responsabilidades en caso de trabajar en el lugar del programa, lo
mismo que a entrenamiento adecuado, apoyo y supervisión por parte de personal cualifi-
cado incluyendo comentarios yevaluación, sin verse sometido a explotación laboral y con
derecho a rechazar el trabajo sin recriminación ni repercusiones personales.
18. Recibir, al salir del programa por cualquier razón, asistencia y asesoría sobre otras agencias
y servicios de salud, fuentes de ayuda económica y lugares de residencia.
19. No ser explotado, ni el miembro beneficiario ni sus padres o familiares, en provecho del
programa o su personal.

138 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

Anexo B

Código de ética para el personal en comunidades terapéuticas


En relación con los beneficiarios el personal debe:
1. Asumir actitudes positivas y comportarse como personas maduras.
2. Mantener la más estricta confidencialidad respecto a la información que se maneje sobre
los beneficiarios, tanto al aplicar las leyes del país como las reglas del programa.
3. Proveer a todos los beneficiarios de la “Declaración de derechos”, y asegurar que todos los
aspectos de dicha declaración se cumplan y que los beneficiarios y el personal entiendan
perfectamente su significado.
4. Respetar a todos los beneficiarios y mantener con ellos una relación no posesiva, no
controladora, no castigadora y completamente profesional.
5. Prestar todos los servicios sin hacer discriminación de raza, religión, género, nacionali-
dad, preferencia sexual, edad, minusvalía, afiliación política, historial criminal o situación
económica. Excepción hecha a casos especiales para los cuales el programa no ofrece las
condiciones requeridas en su beneficio y recuperación.
6. Reconocer que el interés del beneficiario puede salvaguardarse de otra manera, por
ejemplo, recurriendo a los servicios de otro programa o de otro profesional.
7. Abstenerse de cualquier relación sexual con los beneficiarios.
8. Compensar adecuadamente al beneficiario por cualquier trabajo realizado en beneficio
del programa o de su personal.
9. Evitar la explotación de un beneficiario con finalidades de lucro personal.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 139
i a p a

Anexo C

Criterios de diagnóstico del dsm iv-tr

Dependencia de sustancias

Patrón desadaptativo de consumo de la sustancia que conlleva un deterioro o malestar clínica-


mente significativos, expresado por tres o más de los ítems siguientes, en algún momento de
un periodo continuado de doce meses:

1. Tolerancia, definida por cualquiera de los siguientes ítems:


a) una necesidad de cantidades marcadamente crecientes de la sustancia para conseguir
la intoxicación o el efecto deseado.
b) el efecto de las mismas cantidades de sustancia disminuye claramente con su consumo
continuado.

2. Abstinencia, definida como cualquiera de los siguientes ítems:


a) el síndrome de abstinencia característico para la sustancia.
b) se toma la misma sustancia (o una muy parecida) para aliviar o evitar los síntomas de
abstinencia.

3. La sustancia es tomada con frecuencia en cantidades mayores o durante un periodo más


largo de lo que inicialmente se pretendía.

4. Existe un deseo persistente o esfuerzos infructuosos de controlar o interrumpir el consumo


de la sustancia.

5. Se emplea mucho tiempo en actividades relacionadas con la obtención de la sustancia (p.


ej., visitar a varios médicos o desplazarse largas distancias), en el consumo de la sustancia
(p. ej., fumar un cigarrillo tras otro) o en la recuperación de los efectos de la sustancia.

6. Reducción de importantes actividades sociales, laborales o recreativas debido al consumo


de la sustancia.

7. Se continúa consumiendo la sustancia a pesar de tener conciencia de problemas psico-


lógicos o físicos recidivantes o persistentes, que parecen causados o exacerbados por el
uso de la sustancia (p. ej., consumo de cocaína a pesar de saber que provoca depresión,
o continuada ingesta de alcohol a pesar de que empeora una úlcera).

140 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

Criterios de diagnóstico del dsm iv-tr


(continuación)

Abuso de sustancias

Patrón desadaptativo de consumo de sustancias que conlleva un deterioro o malestar clínica-


mente significativos, expresado por uno (o más) de los items siguientes durante un periodo
de 12 meses:
1. Consumo recurrente de sustancias, que da lugar a incumplimiento de obligaciones en el
trabajo, la escuela o en casa (p. ej., ausencias repetidas o rendimiento pobre relaciona-
dos con el consumo de sustancias; ausencias, suspensiones o expulsiones de la escuela
relacionadas con la sustancia; descuido de los niños o de las obligaciones de la casa).
2. Consumo recurrente de la sustancia en situaciones en las que hacerlo es físicamente peligro-
so (p. ej., conducir un automóvil o accionar una máquina bajo los efectos de la sustancia).
3. Problemas legales repetidos relacionados con la sustancia (p. ej., arrestos por comporta-
miento escandaloso debido a la sustancia).
4. Consumo continuado de la sustancia a pesar de tener problemas sociales continuos o
recurrentes, o problemas interpersonales causados o exacerbados por los efectos de la
sustancia (p. ej., discusiones con la esposa acerca de las consecuencias de la intoxicación
o violencia física).
5. Los síntomas no han cumplido nunca los criterios para la dependencia de sustancias de
esta clase de sustancias.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 141
i a p a

Anexo D
Formato

Registro de entrevista inicial


Nombre del familiar que acude a entrevista (parentesco):

Nombre del candidato: Edad:

Información sobre el consumo

Sustancias Edad de inicio Frecuencia de consumo

En el último mes En el último año

Tabaco

Alcohol

Mariguana

Cocaína

Consecuencias del consumo

Sí No

Consecuencias familiares

Consecuencias escolares

Consecuencias de salud

Consecuencias laborales

Consecuencias emocionales

Consecuencias legales

Internamientos previos

Sí No ¿Cuántos? ¿Dónde?

Observaciones:

142 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

Diagnóstico preliminar con base al dsm iv Eje 1

Tipo de tratamiento sugerido

Tratamiento Residencial Intervención individual breve

Intervención familiar breve Grupo de Acogida

Canalización a otra institución

¿Cuál?

Fecha Realizó

Nombre y firma

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 143
i a p a

Anexo E
Historia clínica
No. de expediente fecha de ingreso/hora

1. Datos de identificación

Nombre:

Edad: Sexo: Estado civil:

Religión: Ocupación:

Lugar de Nacimiento: Lugar de residencia actual:

Dirección:

Fecha de nacimiento: Nacionalidad:

2. Antecedentes heredo-familiares
(Abuelos paternos y maternos, padres, hermanos, hijos. Estado de salud, causa de muerte)

144 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

3. Composición familiar
(Familia de origen y/o propia)

Parentesco Nombre Edad Ocupación Características

4. Familiograma

5.Antecedentes perinatales y del desarrollo


(Producto de la gesta, duración de gestación, tipo de parto, lugar del parto, complicaciones. Peso y talla al
nacer, apgar , desarrollo psicomotriz)

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 145
i a p a

6. Antecedentes personales no patológicos


(Escolaridad, ocupación, desempeño escolar y/o laboral, hábitos higiénicos y dietéticos, inmunizaciones)

7. Antecedentes personales patológicos


(Enfermedades propias de la infancia, cardiovasculares, pulmonares, endocrinas, gastrointestinales, de
transmisión sexual, etc. Antecedentes quirúrgicos, traumáticos, transfusionales y alérgicos)

8. Antecedentes de tratamientos médicos previos


(Precisar los tipos de tratamientos recibidos, atención de síndromes de intoxicación y de abstinencia, mane-
jo ambulatorio u hospitalario y los resultadso alcanzados)

9. Padecimiento actual
(Edad y motivo poe el que empezó el consumo, uso de sustancias, sintomatología asociada al consumo,
descripción, análisis y evolución de los principales síntomas)

146 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

10. Historial adictivo


Nombre de Edad de Vía(s) de Consumo Fracuencia de uso Último
la droga inicio adminis- actual* consumo
Último Previo
tración (Sí/No) (edad)
año
1.

2.

3.

4.

5.

6.

7.

8.

9.

10.

11.

12.

13.

14.

15.

* Últimos 12 meses.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 147
i a p a

Droga(s) de consumo habitual (frecuencia y dosis):

Combinación más frecuente:

Droga de mayor impacto (último año):

Droga de preferencia (último año):

Fecha, hora y dosis aproximada del último consumo:

148 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

11. Historial sexual


Abuso sexual en la infancia Sí ( ) No ( )
Inicio de vida sexual Sí ( ) No ( )
Edad de inicio de vida sexual: No. de parejas sexuales:
No. de parejas sexuales (último año): Orientación sexual:
Uso habitual de preservativo: Sí ( ) No ( )
Prácticas sexuales de alto riesgo: Sí ( ) No ( )
12. Perfil del residente
Ambiente físico (tipo de construcción, características físicas, de iluminación y de ventilación)

Otras especificaciones
No. de habitaciones: No. de personas que viven en la misma casa:

Animales domésticos:
Habitos higiénicos
Aseo, baño, tipo y frecuencia:
De manos: Bucal:
Cambio de ropa personal:
Habitos dietéticos
Desayuno (horario y alimento):
Comida (horario y alimento): Cena (horario y alimento):
Alimentos que originen
Preferencia:
Desagrado:
Intolerancia:
13. Perfil del residente
(Datos antropobiométricos)

TA: FC: FR: Temperatura:


Talla: Peso habitual: Peso actual: IMC:

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 149
i a p a

Inspección general:
(Edad aparente, constitución, conformación, marcha, facies, actitud).

Inspección mental:
(Aspecto, conciencia, orientación, lenguaje, discurso, pensamiento, sensopercepción, juicio, razonamiento,
memoria, funcionamiento intelectual, estado de ánimo o afecto y actitud durante la entrevista).

Exploración por aparatos y sistemas


Cabeza y cuello:
(Cráneo, tipo, forma y volumen. Pelo. Fontanelas. Cara, tinte, vellos, ojos, obstrucción, mucosa, orejas,
conducto auditivo, tímpanos, boca, desviación comisural, labios, paladar, amígdalas).

Torax:
(Inspección: Forma, volumen, simetría, tipo respiratorio, red venosa, latidos arteriales, palpitaciones,
movimientos de amplexión y amplexación, puntos dolorosos, vibraciones bucales, nódulos musculares
y ganglios satélites. Percusión: claridad, matidez, submatidez. Auscultación: ruidos respiratorios, soplos,
estertores, sibilancias, frotamientos, zonas de silencio, ocultación de la voz).

Abdomen:
(Inspección: forma, volumen, tegumentos, edema, red venosa, pigmentación, puntos y zonas dolorosas,
reflejos cutáneos y cremasterianos. Auscultación: peristalsis, soplos, visceromegalias, etcétera).

150 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

Abdomen:
(Inspección: forma, volumen, tegumentos, edema, red venosa, pigmentación, puntos y zonas dolorosas,
reflejos cutáneos y cremasterianos. Auscultación: peristalsis, soplos, visceromegalias, etcétera).

Miembros inferiores:
(Forma, volumen, simetría, movimientos, pulsos arteriales, tono muscular, reflejos tendinosos).

14. Impresión diagnóstica

15. Plan de tratamiento


Psicoterapia ( )
Psicoterapia y farmacoterapia ( )
16. Indicaciones y/o manejo farmacológico

17. Comentarios

Realizó la historia clínica


Nombre y firma:

Fecha y hora de elaboración:

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 151
i a p a

Anexo F
Formato

Historia psicosocial
I. Infancia/familia

Instrucción: Anota los nombres de tus padres/padrastro o madrastra, hermanos y hermanas en orden
cronológico. Inclúyete en la lista. Coloca un asterisco junto a los nombres de tu padrastro o madrastra o
hermanastros.
No. Nombre Edad Ocupación ¿Problemas con el alcohol
u otras drogas?
(SÍ, NO, NO SÉ)
1.

2.

3.

4.

5.

6.

7.

8.

II. Infancia

1. ¿Quién te crió?

2. Padre vive: Sí ( ) No ( )

3. Madre vive: Sí ( ) No ( )

4. En caso de fallecimiento de alguno de tus padres. ¿Qué edad tenías?

5. ¿Tus padres viven juntos? Sí ( ) No ( )

6. En caso de separación de tus padres. ¿Qué edad tenías cuando esto ocurrió?

7. ¿Existe alguna figura paterna o materna sustitutiva? Sí ( ) No ( )

8. Describe la relación con las personas más importantes para ti durante tu infacia.

152 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

9. ¿Viviste alguna de las siguientes situaciones?

Sí No

Golpes constantes

Reprimendas excesivas

Reprimendas humillantes

Abuso sexual

10. Escribe los nombres de tres personas significativas para ti y por qué

a)

b)

c)

III. Situación actual

Casado Separado Soltero Viudo Unión libre


( ) ( ) ( ) ( ) ( )

Soltero en relación comprometida Soltero sin relación comprometida


( ) ( )

1. ¿Cuánto tiempo tienes con tu actual situación?

2. Describe tu relación actual

3. En una escala del 1 al 10 ¿Cómo evaluarías tu situación actual?

4. ¿Cuál es el principal problema(s) que enfrenta tu situación actualmente?

5. ¿Tienes hijos?

6. Has una lista de tus hijos, aportando los siguientes datos:

Nombre Edad Estado civil Vive contigo

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 153
i a p a

7. ¿En la relación con tus hijos has tenido alguno de los siguientes problemas?
Sí No
Disciplina inconsistente

Disciplina excesivamente severa

No brindar suficiente tiempo para ellos

Mostrarte intoxicado ante ellos

Agredirles vervalmente

Agredirles físicamente

Agredirles a tu cónyuge frente a ellos

8. ¿Cambia tu actitud frente a tus hijos cuando estás intoxicado? Sí ( ) No ( ) Especifica

IV. Vida sexual

1. ¿Cómo definirías tu orientación sexual?

Heterosexual ( ) Homosexual ( ) Bisexual ( )

2. En una escala del 1 al 10 ¿Cómo definirías tu satisfacción sexual en la actualidad? Explica.

3.¿Has tenido conductas sexuales de riesgo? (Relaciones sexuales sin protección y/o múltiples parejas).

4. Identifica alguna de las siguientes consecuencias en tu vida por el uso de alcohol y/u otras drogas.
Enfermedades de transmisión Aborto provocado ( ) Problemas con tu pareja ( )
sexual SÍ ( ) NO ( )
Embarazo no deseado ( ) Culpa/Vergüenza ( ) Sensación de vacío ( )
5. ¿Tus conductas sexuales varían cuando estás intoxicado que cuando no lo estás? Especifica.

V. Educación vocacional
Instrucción: Coloca una “X” junto a las condiciones que se apliquen a ti
( ) Primaria ( ) Secundaria ( ) Preparatoria
( ) Licenciatura ( ) Maestría ( ) Doctorado
( ) Vocacional/técnico Otro:

154 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

1. ¿Cuáles son o fueron tus fortalezas como estudiante?

2. ¿Qué dificultades tienes o tuviste como estudiante?

3. ¿Realizaste algún tipo de deporte? Especifica.

4. Enumera 5 amigos y características de esa relación.

a)

b)

c)

d)

e)

5. ¿Tuvo alguna consecuencia tu uso de alcohol y/o drogas durante esta etapa? Describe.

6. Describe tu etapa de estudios universitarios.

7. ¿Contaste con otros entrenamientos aparte de tus estudios? Explica.

8. Si pudieras elegir ahora. ¿Estudiarías lo mismo?

9. Describe los trabajos que has tenido durante los últimos 10 años.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 155
i a p a

10. ¿Cuál es tu empleo actualmente y desde cuándo?

11. ¿Tu jefe sabe que estás aquí?

12. ¿Cómo te sientes respecto a tu posición actual y el futuro que tienes ahí?

13. ¿Qué tan compatible es tu situación laboral con tu estilo de vida sin alcohol/drogas?

14. ¿Cómo ha sido afectado tu trabajo por tu uso de alcohol/drogas?

VI. Legal

1. ¿Alguna vez has tenido alguno de los siguientes problemas legales?

Sí No Descripción

Posesión, distribución, fabricación


de drogas

Robo

Accidente automovilístico

Divorcio, custodia de hijos

Fraude

Asalto, violencia sexual

Otro

156 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

2. ¿Tienes algún problema legal pendiente? Especifica, por favor.

3. Ese problema legal ¿Podría afectar tu tratamiento? ¿Podría afectar tu vida después de tu tratamiento?

4. ¿Qué consecuencias de tu uso del alcohol u otras drogas te vienen a la mente al llenar esta sección?

VII. Situación económica

1. Describe tu fuente de ingresos principal.

2. Describe tu situación económica actual.

3. ¿Tu situación económica puede afectar tu tratamiento? ¿Tu vida después del tratamiento?

4. ¿Qué consecuencias de tu uso de alcohol u otras drogas te vienen a la mente al llenar esta sección?

Elaboró

Fecha:

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 157
i a p a

Anexo G
Formato

Diagnóstico familiar
Nombre del residente:

Fecha: Edad: Estado civil:

Composición familiar

Nombre Parentesco Edad Escolaridad Ocupación

Cómo calificaría la relación familiar


Muy buena ( ) Buena ( ) Regular ( ) Mala ( )

¿Existe otro miembro de la familia que tenga problemas de adicción?

¿Cuáles de los aspectos mencionados consideras que necesitan mejorar dentro de la familia?
Comunicación ( ) Límites ( ) Cercanía afectiva ( ) Convivencia ( )

¿Quién es la persona(s) que más ha apoyado ante el problema de adicción?

¿Cómo crees que ha afectado la adicción a tu familia?

¿Qué aspectos de tu familia consideras que hay que cambiar para una mejor integración?

158 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

Familiograma

Diagnóstico familiar

Plan de tratamiento

Observaciones

Realizó:

Nombre y firma

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 159
i a p a

Anexo H
Formato
Entrevista de admisión
Datos generales
Nombre:
Edad: Sexo Fecha de nacimiento : (día/mes/año)
Lugar de nacimiento: Nacionalidad:
Lugar de residencia actual:
Con quién vive (especifique parestesco)
Con quién acude:
Valoración médica inicial
T/A: FC:
Orientado en: Tiempo Espacio Lugar
Sí No Sí No Sí No
Fecha, hora y droga de último consumo:
Datos laborales
Ocupación:
Nombre:
Dirección: Teléfono:
Necesita incapacidad laboral: Sí No
Afiliados a alguna institución de Seguridad Social pública o privada (especifique cuál)
Datos para contactar a la persona responsable
Nombre:
Edad: Parentesco:
Dirección:
Teléfono:
Otro contacto familiar
Nombre:
Edad: Parentesco:
Dirección:
Teléfono:
Realizó:

Nombre y firma

160 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

Anexo I
Formato

CARTA DE CONSENTIMIENTO INFORMADO

Fecha __________________

Por medio de la presente otorgo mi consentimiento voluntario para permanecer en esta


institución a la cual ingreso por un periodo de ____________________________________ a
partir del día ____________del mes____________del año____________, con el fin de recibir
tratamiento residencial integral para mi problema de adicción.
Estoy enterado de que existe un reglamento interno diseñado con la finalidad de
garantizar mi bienestar y el de mis compañeros, el cual me comprometo a cumplir. Asimis-
mo, quedo en libertad de retirarme voluntariamente del tratamiento en el momento que
lo solicite, previa sesión con mi grupo de pares y entrevista con mi familiar responsable.

Acepto

Residente Familiar responsable


(Nombre y firma) (Nombre y firma)

Testigo Por la Institución


(Nombre y firma) (Nombre y firma)

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 161
i a p a

Anexo J

Lista de artículos no permitidos al ingreso a la comunidad

• Objetos punzocortantes

• Medicamentos sin prescripción médica

• Cajetillas de cigarros abiertas

• Aparatos eléctricos de cualquier tipo

• Celulares (excepto el que permanecerá en resguardo)

• Lociones o perfumes

• Desodorantes en aerosol

• Talcos

• Ropa o calzado en exceso

• Literatura de cualquier tipo

• Discos

• Dulces o cualquier tipo de comida

• Ropa de cama

En relación al consumo de tabaco, la fundación no promueve su uso, por lo que está limitado a un
cierto número, horario y espacio.
El intento o introducción de sustancias psicoactivas podrá ser motivo de expulsión.

162 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

Anexo K

Contenido de carpeta de residente

I. Sección de documentación general

a) Cartas de bienvenida del equipo terapéutico.

b) Semblanza de la institución.

c) Filosofía de la Comunidad Terapéutica.

d) Reglamento del residente.

e) Carta compromiso del residente.

II. Sección de evaluaciones individuales

a) Evaluación del uso de drogas.

b) Autoevaluación del consumo de drogas y sus consecuencias.

c) Evaluación psicosocial.

III. Resumen curricular del equipo terapéutico

IV. Sección de materiales para talleres y seminarios

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 163
i a p a

Anexo L
Formato

Notas de asignación

Nombre del educador o consejero:

Fecha y hora del ingreso:

Nombre del residente:

Nombre del acompañante:

Nombre del hermano mayor:

Cuarto asignado:

Observaciones:

164 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

Anexo M
Guía del Primer Paso (autoevaluación del consumo de drogas y sus consecuencias)
Nombre: Fecha: / /

Defensas

Ambivalencia Estar en desacuerdo Minimizar

Cambiar el Tema Generalizar Racionalizar

Complacencia Intelectualizar Silencio

Conformidad Justificar Verbosidad

Estar de acuerdo Ligereza

Sentimientos

Abandonado Crédulo Frustrado Racional

Abatido Culpable Herido Rechazado

Abrumado Chistoso Hostil Refrescado

Aburrido Decepcionado Humilde Regocijado

Abusado Defraudado Impaciente Regocijo

Aceptado Derrotado Importante Remordimiento

Adecuado Desafiante Impotencia Rendido

Afectado Desalentado Impresionado Renuente

Agradable Desamado Incomodo Resentido

Agradecido Desamparado Indiferente Resignado

Aislado Desanimado indigno Respetable

Alborotado Descontento Infeliz Respeto

Alegre Desenmascarado Inferior Resplandeciente

Alentado Deseoso Ingenioso Responsable

Alivio Desesperación Inquieto Reticente

Ambivalente Desesperanzado Inseguro Retraído

Amor Desilusionado Intolerante Ridículo

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 165
i a p a

Guía del Primer Paso (autoevaluación del consumo de drogas y sus consecuencias)
Amoroso Despectivo Irracional Robado

Ansioso Digno Irritado Saleroso

Apatía Distraído Jubiloso Satisfecho

Apenado Dolor Juguetón Seguro

Aprensivo Egoísta Lastima Sensacional

Atolondrado Empatía Lastimado Simpatía

Atrapado Empujado Libre Sin gracia

Aturdido Encantado Lleno Solitario

Autoconmiserado Enérgico Maravilloso Solo

Aventurero Enfermo Miedoso Sorprendido

Avergonzado Engañado Miserable Subyugado

Bondadoso Enojado Mordaz Sufrimiento

Brillante Entumecido Natural Superior

Cálido Envidioso Necio Suspicaz

Calmado Equilibrado Nervioso Temeroso

Cansado Espantado Obligación Tímido

Cauteloso Esperanzado Odio Tonto

Cautivo Estático Opaco Torpe

Celoso Estúpido Orgulloso Tranquilo

Cobarde Exaltado Payaso Triste

Cómodo Exasperado Paz Utilizado

Compasivo Excitado Perplejo Vacío

Complacido Exitoso Perturbado Valeroso

Comprendido Explotado Piadoso Valiente

Confiado Fascinado Posesivo Vengativo

Consternado Forzado Preocupado Vivaz

Constructivo Fracasado Provocado Voluble

Contento Frialdad Quisquilloso

166 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

1) Tipos, cantidades y frecuencia de uso de sustancias

Prepara una lista de los tipos de alcohol y drogas que has usado, cuándo, cuánto y la frecuencia. Comienza
desde la primera vez que usaste un químico alterador de los sentidos, hasta el presente. Incluyendo drogas
de prescripción médica y las cantidades totales después de cada sustancia.

Ejemplo: 1977: Cerveza-2 veces por semana/ seis cada vez-total: 12 cervezas.
Fines de semana: 12/viernes/sábado-total: 24 cervezas.
Vodka-una vez por semana/1/4 de litro- total: 1/4 de litro.
Mariguana-2 o 3 veces por semana/2 cigarros-total: 6 cigarros.

Recuerda: Haz esto por cada año, comenzando por tu primer año.

¿Qué emociones sientes al revisar esta lista? (puedes referirte a la lista de sentimientos).

¿Qué defensas has utilizado en el pasado para evitar enfrentarte a esto en forma realista?

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 167
i a p a

2) Efectos sobre las finanzas

Suma los costos, basándote en la revisión anual que hiciste en la página 1. Asegúrate de incluir costos
legales, multas, costos de los químicos, reparaciones de automóviles, restitución de licencia, gastos in-
curridos al comprar alcohol u otras drogas para los demás, gasolina, apuestas, etc., incluyendo cualquier
costo derivado del uso de químicos. Separa los costos aproximados de cada ejemplo, obtén un gran total
por año y finalmente un gran total de toda tu vida.

Total por año: $

Total de toda mi vida: $

¿Qué emociones sientes al revisar esta lista? (puedes referirte a la lista de sentimientos).

¿Qué defensas has utilizado en el pasado para evitar enfrentarte a esto en forma realista?

168 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

3) Preocupación por las sustancias

La preocupación por las sustancias está ocupando tu mente o tu atención, cuando podrías o deberías estar
ocupado en otras cosas. Da ejemplos específicos de cómo la preocupación jugó un papel en tu uso de
químicos. Incluye: anticipar la próxima oportunidad para usar, planear, esconder, pensar sobre usar los fines
de semana, durante viajes, vacaciones, bodas, asegurar de que los químicos estén disponibles, etcétera.

¿Qué emociones sientes al revisar esta lista? (puedes referirte a la lista de sentimientos).

¿Qué defensas has utilizado en el pasado para evitar enfrentarte a esto en forma realista?

4) Intentos para controlar el uso de sustancias

En esta lista incluye todos los intentos que has iniciado para reducir el uso de sustancias. Por ejemplo: cambiar
de una sustancia a otra, hacer apuestas para demostrar que podías parar durante un periodo de tiempo,
evitar a la gente, cambiar amigos, empleos o lugar de residencia, no usar durante cierta hora del día o días
de la semana, hacer trucos como beber leche o pan para poder beber más sin sentirte enfermo, etcétera.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 169
i a p a

¿Qué emociones sientes al revisar esta lista? (puedes referirte a la lista de sentimientos).

¿Qué defensas has utilizado en el pasado para evitar enfrentarte a esto en forma realista?

5) Efectos sobre el trabajo

Incluye: ausencias en el trabajo, llegar tarde, no ser tan eficiente como podrías, alternar entre ráfagas
de energía durante las que se realiza mucho trabajo y baja energía donde se hace muy poco. Asimismo,
incluye tu funcionamiento como padre, madre, estudiante, etc. ¿en qué forma ha sido afectado por tu
uso de químicos?

¿Qué emociones sientes al revisar esta lista? (puedes referirte a la lista de sentimientos).

170 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

¿Qué defensas has utilizado en el pasado para evitar enfrentarte a esto en forma realista?

6) Efectos sobre la vida social y amigos

Prepara una lista para mostrar cómo ha sido afectada esta área de tu vida por el uso de sustancias. ¿Están
involucradas las sustancias en todas tus actividades sociales?, ¿han expresado preocupación tus amigos
y familiares acerca de tu uso de sustancias?, ¿sueles quedarte en casa o ir a bares para usar a solas?, ¿te
vuelves impertinente o tu uso de sustancias han afectado tu reputación de alguna manera?, ¿te asocias
con personas que bajo otras circunstancias no harías porque usan tanto como tú o porque te proveen
de sustancia?

¿Qué emociones sientes al revisar esta lista? (puedes referirte a la lista de sentimientos).

¿Qué defensas has utilizado en el pasado para evitar enfrentarte a esto en forma realista?

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 171
i a p a

7) Comportamiento destructivo hacia ti mismo o hacia los demás, comportamiento loco, pérdida
de memoria y lagunas mentales

Prepara una lista que incluya peleas físicas, ser abusivo verbalmente, no poder recordar todo lo que ocu-
rrió de la noche anterior, tener dificultades para recordar cómo llegaste a casa después de haber usado,
ponerte o poner a otras personas en situaciones peligrosas, intentos de suicidio, dormirte con cigarrillos
encendidos, hacer cosas que usualmente no habrías hecho si no hubieras usando sustancias, etcétera.

¿Qué emociones sientes al revisar esta lista? (puedes referirte a la lista de sentimientos).

¿Qué defensas has utilizado en el pasado para evitar enfrentarte a esto en forma realista?

8) Efectos sobre la vida física/emocional/espiritual

Prepara una lista que incluya lo siguiente: crudas, daño hepático, golpes, cortadas, negligencia de apariencia
física, depresión, temblores, hospitalizaciones por razones física o emotivas que estén directa o indirec-
tamente relacionadas con el uso de químicos. También incluye sentirte solo, sensación de no pertenecer,
pérdida de alegría, cambios en creencias religiosas, etcétera.

172 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

¿Qué emociones sientes al revisar esta lista? (puedes referirte a la lista de sentimientos).

¿Qué defensas has utilizado en el pasado para evitar enfrentarte a esto en forma realista?

9) Efectos sobre la vida emocional o sentimental

¿Utilizaste químicos para enmascarar emociones incomodas, o los usaste para poder pasarla bien?, ¿alguna
vez te sentiste nervioso o fuera de lugar, por lo que usaste para relajarte, para sentir que pertenecías o
para incrementar tu confianza?, ¿tenías baja autoestima, sentimientos confusos o un sistema de creencias
rígido (enjuiciador) de los demás?, ¿alguna vez usaste químicos en lugar de lidiar con sentimientos de enojo,
aburrimiento, dolor, tristeza, culpa, soledad, alegría, etcétera?

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 173
i a p a

¿Qué emociones sientes al revisar esta lista? (puedes referirte a la lista de sentimientos).

¿Qué defensas has utilizado en el pasado para evitar enfrentarte a esto en forma realista?

10) Efectos sobre el carácter

Anota 15 valores (cosas que tenían importancia para ti) y da ejemplos de cómo los comprometiste (actuaste
en contra de ellos) como resultado de tu uso de sustancias.

174 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

¿Qué emociones sientes al revisar esta lista? (puedes referirte a la lista de sentimientos).

¿Qué defensas has utilizado en el pasado para evitar enfrentarte a esto en forma realista?

11) La adicción es una enfermedad familiar. Los miembros de tu familia u otras personas signifi-
cativas en tu vida siempre sufren debido a tu uso

Escribe 10 ejemplos específicos de cómo tu uso afectó a alguien cercano a ti.

Ejemplo: Llegué a casa borracha, después de la hora de cenar y sé que mi esposo se sintió lastimado y
enojado y que mis hijos tuvieron miedo al verme embriagada. Me siento triste y avergonzada por haber
hecho esto.

Le dije a mi novia que pasaría a recogerla a una cierta hora. Pero me fui a un bar, comencé a beber y se
me olvidó el tiempo. Llegué muy tarde por ella. Siento tristeza por haber sido tan irrespetuoso con ella.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 175
i a p a

¿Qué emociones sientes al revisar esta lista? (puedes referirte a la lista de sentimientos).

¿Qué defensas has utilizado en el pasado para evitar enfrentarte a esto en forma realista?

12) Efectos sobre la sexualidad y la vida sexual

¿Cómo han sido afectados tus pensamientos y sentimientos sobre tu sexualidad debido a tu uso de químicos?

176 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

¿Qué emociones sientes al revisar esta lista? (puedes referirte a la lista de sentimientos).

¿Qué defensas has utilizado en el pasado para evitar enfrentarte a esto en forma realista?

Nombre: Fecha: / /

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 177
i a p a

Anexo N

Ejemplo de programación del Diario Vivir

Día (Jueves) Horario Actividades

06:30 06:45 Recepción del día

06:45 08:15 Deporte, aseo personal y de área

08:15 09:00 DESAYUNO

09:00 09:30 Encuentro de la mañana

09:45 12:00 Taller de cerámica

12:00 12:30 Receso/colación

12:30 14:00 Grupos de pares

14:00 15:00 COMIDA

15:00 15:30 Llamadas telefónicas

16:00 18:00 Cinedebate

18:00 19:00 Deporte

19:00 20:00 Tareas individuales

20:00 21:00 CENA

21:00 21:30 Cierre del Día

21:30 22:30 Receso/tareas individuales

22:30 22:45 Luces apagadas

178 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

Anexo O

Ejemplo de registro de Bitácora

Día: Mes: Año:

Elaboró: Recibe:

Recibo 28 residentes. Me refieren que Juan P. le contesto de manera altisonante a Eduardo P. por lo que
se le llamó la atención. Durante el Encuentro de la mañana se palpa la comunidad con bastante ánimo;
varios refieren que el visitante de ayer que impartió la clase los dejó muy motivados. En la entrega de
medicamentos que Jorge A. se negó a ingerir su medicamento bajo el argumento de que siente mareado,
dice que él hablara con el médico. José P. sale al dentista acompañado de su madre a las 11:00 para una
extracción; regresa a las 16:00 sin novedad. Se revisaron ropa y pertenencias. El ingreso que estaba pro-
gramado para la tarde no llegó. A la hora prevista se cierra el día; Juan P. expresa una disculpa sentida a
Eduardo, ambos se abrazan ya la comunidad les aplaude. A las 23:00 horas luces apagadas. A las 4 de la
madrugada Felipe M. se despierta y refiere que está un poco inquieto, se le escucha, finalmente se vuelve
a acostar, lo acompaño unos minutos y se queda dormido. Entrego guardia con 28 residentes listos para
desayunar después de haber dejado cuartos y baños aseados.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 179
i a p a

Anexo P

Reglamento del Residente


Este reglamento tiene como finalidad proveer las condiciones necesarias que permitan un ambiente tera-
péutico y seguro para los usuarios de la Comunidad Terapéutica.

1. Está prohibida la introducción al establecimiento de sustancias, medicamentos, armas u objetos


peligrosos, que pongan en riesgo la salud y seguridad del propio residente, de sus compañeros, así
como también el orden y el buen funcionamiento de la institución.

2. La revisión de pertenencias del residente se realizará a juicio del equipo terapéutico, cuando lo
consideren pertinente.

3. El residente, la persona que lo reciba y el familiar o persona que lo acompañe a su ingreso a la


comunidad, firmarán la forma correspondiente al inventario de los objetos que ingresen a la insti-
tución, en la que se señalarán los que permanecerán en poder del residente, de acuerdo a la lista
vigente de artículos permitidos. Asimismo, se anotarán los que serán devueltos al familiar y los que
quedarán depositados en la administración durante la estancia del interno. A la salida del residente
se entregarán a éste, previa verificación del inventario los bienes que hayan quedado en el depósito
del establecimiento.

4. Todo medicamento que sea necesario para el tratamiento del residente sólo podrá ser proporcionado,
administrado y controlado por el médico institucional, incluso aquellos que hayan sido prescritos por
médicos particulares u otras instituciones. Los medicamentos empleados serán cargados a cuenta
del residente.

5. La duración del tratamiento será de cuatro meses residenciales, término que podrá aumentarse de
acuerdo con el plan individual de tratamiento del usuario, pero siempre previo acuerdo y autorización
escrita y suscrita por el residente y los familiares responsables.

6. Las salidas de la comunidad serán grupales o familiares. Ambas tienen como objetivo preparar la
reinserción social. En el primer caso se realizan en compañía de algún miembro del staff y pueden
aplicar, de acuerdo a las condiciones de cada residente, a partir de la tercera semana de estancia. El
residente no pude salir solo antes de las 12 semanas. Las salidas familiares se podrán programar a
partir del inicio del tercer mes de estancia a juicio del equipo. En ambos casos cada residente es res-
ponsable de observar un comportamiento adecuado y la institución estará exenta de responsabilidad
civil y legal de sucesos imprevistos como accidentes, fugas, consumos u otros riesgos.

7. El respeto mutuo entre el residente y el personal de la comunidad es esencial para el buen funcio-
namiento de la institución y su falta será sancionada a juicio de la Dirección misma.

QUEDA PROHIBIDO

8. La introducción e ingesta de bebidas alcohólicas, drogas psicoactivas de cualquier especie o de


otras sustancias que puedan afectar su vida, integridad corporal, su salud y su plan de tratamiento.

9. La agresión verbal o física hacia cualquier compañero, visitante o personal de la comunidad. Así como
el involucramiento romántico o sexual con cualquier compañero, visitante o personal de la comunidad.

10. Ingresar sin autorización a las áreas que no corresponden a su habitación asignada y a las de utili-
zación común.

180 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

QUEDA PROHIBIDO

11. La utilización de las paredes para pintar, colgar cuadros o posters o cualquier actividad que modifique
la conformación física de las instalaciones.

12. La introducción de televisores, videocaseteras, radios, grabadoras, walkman, teléfonos celulares,


películas, libros, revistas, CD, imágenes, así como dinero en efectivo.

13. El intercambio o la compra venta de objetos de valor con otros internos o el personal de la institución,
así como también hacer apuestas, efectuar préstamos de dinero en efectivo y tomar pertenencias
ajenas.

OBLIGACIONES

Serán obligaciones cuyo cumplimiento representa utilidad terapéutica, las siguientes:

14. La utilización de un lenguaje respetuoso, evitando el uso abusivo de un lenguaje soez.

15. El cuidado de sus pertenencias, el orden de su habitación, el arreglo diario y temprano de su cama,
el lavado y aseo de su ropa y enseres de acuerdo con el programa preestablecido para el caso.

16. La asistencia puntual a todas las actividades dispuestas para su tratamiento y rehabilitación, así como
la disciplina y normatividad inherente a cada actividad a modo de no desordenar o interrumpir la se-
cuencia de las mismas. Esto abarca también permanecer ininterrumpidamente durante toda la
actividad.

17. El cumplimiento oportuno de los servicios rotativos que se le asigne en los diferentes ámbitos de
la vida comunitaria y que tienen como función la corresponsabilidad en el bienestar comunitario.

18. La observancia de un adecuado aliño e higiene personal, evitando cualquier peinado, vestido u objeto
que evoque estilos de vida adictiva. Este artículo incluye no raparse, no rastas, no cabello largo, no
dijes, no joyería, no piercing, etcétera.

19. La obediencia al personal en el entendido de que dicha autoridad será ejercida con apego a este
reglamento y buscando cuidar el bienestar comunitario.

DERECHOS

Todos los usuarios o residentes de la CT tienen los siguientes derechos:

20. Contar con un ambiente libre de drogas psicoactivas y con un sistema de apoyo y de seguridad
permanente.

21. Recibir tratamiento sin distinción de raza, nacionalidad, origen étnico, creencias religiosas, afiliaciones
políticas u orientación sexual.

22. Ser tratado con dignidad y con respeto como miembro de la familia.

23. Recibir atención médica en forma constante y acorde a sus necesidades clínicas.

24. Ser informado sobre la filosofía, los métodos y el reglamento del programa de la CT.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 181
i a p a

DERECHOS

25. Tener acceso a un procedimiento de quejas ante el cuerpo directivo por fallas en su tratamiento.

26. Contar con un terapeuta encargado de dar seguimiento a su plan de tratamiento individual.

27. Confidencialidad sobre su participación en el programa y sobre sus historiales de vida, de acuerdo
con las leyes vigentes.

28. Recibir alimentación en forma variada, saludable y rica de acuerdo con los horarios establecidos
para estos fines.

29. Abandonar el programa residencial en cualquier fase de acuerdo a los procedimientos establecidos
en el artículo correspondiente.

30. Si el paciente sólo permaneció como residente un mes no podrá tener acceso a las instalaciones al
menos que tenga como mínimo tres meses de abstinencia.

SERVICIOS INSTITUCIONALES

31. La Institución proporcionará al residente un programa integral especializado que comprende atención
médica, consejería individual, consejería grupal, talleres, grupos de pares, seminarios, actividades
de apoyo al ámbito comunitario y sociofamiliar, acondicionamiento físico y terapia familiar inclu-
yente para tres familiares, a lo largo del periodo residencial. En caso de que participen más de tres
familiares en el programa se asignarán un costo adicional por cada participante, a partir del cuarto.

32. El residente contará con un terapeuta que lo atenderá en sesiones grupales de manera continua e
individualmente cuando algunos asuntos lo ameriten, a criterio del terapeuta.

33. En el caso de que el interno requiera de servicios médicos especializados, medicamentos, estudios
de laboratorio o de gabinete o pruebas psicológicas específicas, estos podrán ser proporcionados
dentro o fuera de la institución con cargo separado a la cuenta del residente, previa autoriza-
ción del familiar responsable.

34. El surtido de productos tales como: pasta dental, rastrillos, shampoo y otros satisfactores similares,
podrán solicitar que le sean proporcionados en forma oportuna a través de la coordinación con sus
familiares y/o de un fondo previsto para dichas necesidades.

35. El servicio de comedor se proporcionará de acuerdo y únicamente en horarios preestablecidos que


serán del conocimiento del residente.

36. El residente podrá realizar llamadas telefónicas en aparatos autorizados para ello, con sujeción al
horario y tiempo que se asignen para tal efecto, a partir de la tercera semana de tratamiento. En
caso de requerir algún mensaje hacia el exterior fuera de estos horarios lo podrá hacer con la inter-
mediación del equipo clínico.

37. Las salidas del residente de las instalaciones de la Comunidad Terapéutica, sólo serán autorizadas
de acuerdo a su plan de tratamiento a partir del segundo mes. En caso de necesidad médica im-
postergable o por extrema urgencia la decisión se sujetará a criterio del personal, pero siempre bajo
la responsabilidad del usuario y sus familiares autorizados cuando sean ellos quienes así lo hayan
solicitado.

182 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

DE LAS VISITAS

38. Las visitas al residente se realizarán únicamente los domingos a partir del segundo mes de trata-
miento, previa autorización del equipo de acuerdo a la evolución del caso de las 09:30 a las 17:00;
las excepciones a este horario sólo se harán en caso de extrema urgencia a criterio de la institución.

39. En virtud de que la visita se considera una actividad integrada al tratamiento las personas visitan-
tes serán aquellas que participan en la sesión familiar del domingo, de 10:00 a 11:00, así como al
encuentro familiar. Los cambios o excepciones a esta disposición requieren de la autorización del
personal clínico.

40. En caso de que los visitantes traigan objetos y satisfactores permitidos al residente, estos serán
declarados, revisados y autorizados por el personal de guardia sin excepción alguna.

DE LA CONCLUSIÓN DEL TRATAMIENTO RESIDENCIAL

41. La alta médico-terapéutica de la fase residencial se extenderá cuando se hayan cumplido los tiempos
y objetivos inherentes al plan de tratamiento individual. En este caso el ex residente contará con un
plan de post-tratamiento, mismo que tendrá una temporalidad mínima de un año, que será propor-
cionado en la ciudad de “X” por el Centro Comunitario de la Institución, así como por sus redes de
apoyo en otras ciudades, de acuerdo con las cuotas que se establezcan para cada caso particular.

42. Cuando, por cualquier motivo, el residente abandone la Comunidad Terapéutica sin autorización
(fuga), ésta no será responsable de lo que pueda acontecerle.

43. El residente que contravenga una sola vez las disposiciones comprendidas en los números 7 y 8 o
que sistemáticamente viole otras disposiciones se hará acreedor a baja por expulsión, por interferir
con su tratamiento y con el bienestar comunitario.

44. Cuando el residente desee solicitar su baja voluntaria deberá exponer sus razones ante el terapeuta
asignado y ante su grupo terapéutico. En caso de persistir en su decisión se avisará a los familiares.
La Institución no podrá mantener al residente en sus instalaciones en contra de su voluntad. La
prestación de servicios de post tratamiento quedará en este caso a criterio de la institución.

45. En caso de que el residente o sus familiares unilateralmente suspendan la realización de los pagos
de acuerdo con el calendario preestablecido, la Institución se reserva el derecho de dar de baja al
residente por incumplimiento contractual previo aviso a sus familiares.

46. Si el residente abandona el tratamiento o es retirado de la comunidad por baja voluntaria, fuga o
expulsión no le será reintegrada ninguna cantidad del importe que haya pagado él o sus familiares a
cuenta del tratamiento. El posible reingreso a la institución será evaluado por el equipo terapéutico.

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 183
i a p a

Anexo Q

Reglamento de familiares y visitantes


En la Institución nos dedicamos a mantener las condiciones adecuadas que promuevan la rehabilitación
integral de nuestros residentes. La colaboración de los familiares y visitantes es indispensable para lograr
una interacción saludable entre el residente y su entorno familiar y social. Cabe mencionar que así como
se espera del residente una observancia puntual del reglamento, del mismo modo se espera de la familia,
de acuerdo a los siguientes lineamientos:

1. La primera llamada telefónica es regularmente el jueves previo a la primera visita. Esto sólo es posible
a través de un celular que la familia debe proporcionar para este fin (cabe mencionar que es decisión
de la familia hacerlo). Este aparato queda en resguardo y sólo se utiliza para estas llamadas breves
y puntuales. Los residentes suelen hacer las llamadas entre las 15:00 y 18:00 hrs., salvo petición
expresa de otro horario por necesidad. El tiempo autorizado para cada residente es de 15 minutos
en total. Aunque la sugerencia en la CT es que llamen a sus familiares directos, la decisión sobre a
quién llamar es de cada residente.

2. Las visitas al residente serán regularmente a partir del cuarto domingo, previa evaluación y autori-
zación del equipo terapéutico. Es necesario confirmar la fecha precisa con la terapeuta responsable
o con la trabajadora social.

3. La visita forma parte del proceso de tratamiento. Tienen derecho a la visita familiar de 3 a 4 per-
sonas cercanas al residente. Se espera que las mismas personas se integren al tratamiento familiar,
por ello es deseable que sean siempre las mismas. La visita de niños o de otras personas cercanas
al residente será evaluada por el personal, por lo tanto deberá consultarse previamente con la(el)
terapeuta o con la trabajadora social.

4. El horario y día de visita es el domingo de 09:30 am a 17:00 pm, de las 10:00 am a las 11:00 am se
desarrolla un Grupo multifamiliar de carácter obligatorio para los familiares visitantes y comprome-
tidos con el tratamiento familiar. Se exhorta a los familiares a llegar puntualmente antes de las 10.
Quienes no asistan a la hora señalada, no podrán ingresar al foro multifamiliar lo cual constituye un
obstáculo para el desarrollo del proceso de tratamiento del residente y la familia.

5. Podrán traer alimentos para compartir ese día con su familiar si desean permanecer hasta la tarde.
No obstante la comida del residente en la comunidad está garantizada como todos los días.

6. Está prohibido a los familiares y visitantes ingresar a las habitaciones de los internos y a otras áreas
no autorizadas por la institución.

7. No será permitido ningún tipo de mascotas.

8. Sin excepción alguna, cuando los visitantes traigan al residente ropa, medicamentos u otros objetos,
serán revisados y autorizados a su ingreso, por lo que deben ser entregados al educador de guardia.

9. Queda prohibido a los visitantes llevarse ropa del residente para su aseo fuera de la institución, pues
el lavado de la misma por el propio residente es parte de sus actividades habituales.

10. Está prohibido proporcionar al residente medicamentos o sustancias psicotrópicas. Asimismo, sólo
deberán aportar los alimentos para consumo inmediato y evitar dejarle golosinas de cualquier índole.

184 • C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o
i a p a

Reglamento de familiares y visitantes


11. Queda igualmente prohibido a los familiares y visitantes del residente proporcionar a éste literatura
no autorizada por la institución, así como cámaras fotográficas, videograbadoras, radios, ipods,
audífonos o equipos similares, salvo casos de autorización previa por parte de la institución.

12. Cuando sea el caso de que el residente tenga salida de fin de semana o salida familiar el horario de
llegada a la comunidad el domingo será a las 18:45 hrs, como límite.

13. El residente no podrá utilizar el celular de los familiares el día de la visita, ni tampoco subir a los
vehículos estacionados; tampoco deberá recibir dinero alguno por parte de los familiares.

14. Es obligatorio que la familia asista al Taller de encuentro multifamiliar cuando éste se pro-
grame. Oportunamente se informarán las fechas. Normalmente se llevan a cabo en las ofici-
nas de la Institución, de miércoles a sábado. Comprendemos que esto requiere un esfuerzo por parte
de los familiares de la misma manera que para el residente significa un esfuerzo permanecer en
tratamiento residencial por tres meses. Todos deben participar, todos pueden y necesitan aprender
nuevas estrategias de vida.

15. Es necesario durante el proceso de internamiento que la familia asista a grupo de autoayuda, tera-
pia individual, terapia familiar o grupo de seguimiento a familiares de residentes sugeridos por el
terapeuta correspondiente, con el fin de que el tratamiento sea integral; en caso de no ser así, será
causa de baja del residente.

16. Cualquier acuerdo económico, pago o información del estado de cuenta del residente se resolverá
en las oficinas de la Fundación.

17. Si se requieren medicamentos durante el proceso de internamiento para el residente, se pedirán a la


familia por medio de las oficinas administrativas. Sólo en casos urgentes o especiales la institución
se hará cargo de su compra y pasará la factura a los familiares.

Los horarios de oficina son de 9:00 a 14:00 y de 16:00 a 19:00 horas de lunes a viernes, los sábados
de 10:00 a 14:00 horas y los teléfonos: 01 (228) 8 20 31 20 y 8 20 31 10. Se le proporcionarán algunos
celulares con la estricta recomendación de utilizarlos sólo en caso de emergencia fuera de estos horarios.

Las infracciones a este reglamento pueden tener consecuencias sobre el proceso del tratamiento, al punto
de –y dependiendo de la gravedad de la(s) falta(s)– llegar a causar baja del tratamiento del residente y su
familia. Los exhortamos enfáticamente a colaborar con el cambio positivo en sus vidas.

Por su comprensión y apoyo,


MUCHAS GRACIAS y BIENVENIDOS a la FAMILIA

C o m u n i d a d t e r a p é u t i c a pa r a p e r s o n a s c o n c o n s u m o • 185

You might also like