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En atención al asunto de la referencia, me permito presentar concepto jurídico sobre el

uso del personaje animado “Millo Cepillo” que se proyecto a utilizar en la campañá de
prevención en salud oral del Dsitrito.

A. PROBLEMA PLANTEADO

Se pregunta por las implicaciones de orden jurídico que podrían derivarse para el
Distrito Capital, como resultado de la utilización del personaje animado “MILLO
CEPILLO” el cual, en principio, tiene cierta similitud con “SID EL NIÑO
CIENTÍFICO”. La fisionomía de ambos es la siguiente:
Sid el niño científico es una nueva serie que promueve la exploración, el descubrimiento y la ciencia entre los niños de edad preescolar.
Esta producción de 40 episodios de media hora de duración, coproducida por The Jim Henson Company y KCET/Los Ángeles, utiliza la
música y el humor para celebrar la curiosidad natural de los niños sobre la ciencia que rodea su vida diaria. El enérgico y curioso Sid
comienza cada episodio con una nueva pregunta ("¿Por qué se encogen mis zapatos?", "¿Por qué los plátanos se ablandan?") y, junto a
sus amigos, se lanza a la aventura de explorar sobre el tema hasta encontrar la respuesta que está buscando

Los principales objetivos educativos de Sid, el niño científico son los siguientes:
- Animar a los niños a pensar, hablar y trabajar como los científicos, construyendo su curiosidad natural por el mundo.
- Demostrar que estamos rodeados por la ciencia. Interactuamos con ella y somos capaces de aprender los conceptos científicos.
- Contribuir a la preparación escolar fomentando las habilidades intelectuales de los niños, la motivación para aprender y la confianza
en sí mismos como estudiantes.
- Apoyar el aprendizaje de los más pequeños con el objetivo de crear un "clima de curiosidad" para los niños.
B. MARCO LEGAL GENERAL

En términos generales se entiende por propiedad intelectual, aquella que se ejerce


sobre las creaciones intelectuales, producto del talento humano y que constituyen
en sí mismas bienes de carácter inmaterial, objeto de protección a través de
diferentes normas jurídicas.

La propiedad intelectual involucra dos concepciones diferentes, por una parte el


derecho de autor, específicamente referido a las obras literarias y artísticas, y por
otra la propiedad industrial, que como su nombre indica se refiere a la actividad
industrial, como las marcas y las patentes.

La legislación colombiana incorporó, a través de la Ley 33 de 1989, las decisiones


y definiciones sobre propiedad intelectual establecidas en el Convenio de
Estocolmo del 14 de julio de 1967, el cual fue promovido por la Organización
Mundial de la Propiedad Intelectual, (Organismo de las Naciones Unidas), del que
hace parte nuestro país; dicho Convenio, en su artículo 2, consagra de manera
específica las actividades que se entenderán como generadoras de derechos de
autor, las cuales se incluyeron en la normatividad nacional sobre la materia, a
través de la mencionada ley 23 de 1982 y de la ley 44 de 1993, que la modificó y
adicionó. Bien vale la pena señalar que la Ley 1032 del 2006 al redefinir las
consecuencias penales del delito de violación a los derechos patrimoniales de
autor y derechos conexos, incrementó su pena pasando de 2 a 4 años (antiguo
régimen) a 4 a 8 años ( nuevo régimen).

El derecho de autor, es un concepto en el que concurren las dos dimensiones que


hoy por hoy se le reconocen como esenciales: la primera, la que se traduce en el
derecho personal o moral, que nace con la obra misma, como consecuencia del
acto de creación y no por el reconocimiento de autoridad administrativa; ellos son
extrapatrimoniales inalienables, irrenunciables y, en principio, de duración ilimitada,
pues están destinados a proteger los intereses intelectuales del autor y respecto
de ellos el Estado concreta su acción, garantizando el derecho que le asiste al
titular de divulgar su obra o mantenerla en la esfera de su intimidad, de reivindicar
el reconocimiento de su paternidad intelectual sobre la misma, de exigir respeto a
la integridad de su obra y de retractarse o arrepentirse de su contenido.

La segunda dimensión es la de los denominados derechos patrimoniales, sobre


los cuales el titular tiene plena capacidad de disposición, lo que hace que sean
transferibles y por lo tanto objeto eventual de una regulación especial que
establezca las condiciones y limitaciones para el ejercicio de la misma, con miras a
su explotación económica, (reproducción material de la obra, comunicación pública
en forma no material, transformación de la obra).

El objeto que se protege a través del derecho de autor es la obra, esto es "...la
expresión personal de la inteligencia que desarrolla un pensamiento que se
manifiesta bajo una forma perceptible, tiene originalidad o individualidad suficiente,
y es apta para ser difundida y reproducida."2 . Dicha protección está condicionada
al cumplimiento de los siguientes presupuestos: el derecho de autor protege las
creaciones formales no las ideas; la originalidad es condición necesaria para la
protección; ella, además, no depende del valor o mérito de la obra, ni de su destino
o forma de expresión y, en la mayoría de legislaciones, no está sujeta al
cumplimiento de formalidades; cosa distinta es el registro que de ellas lleve el
Estado, en el caso colombiano denominado Registro Nacional de Derechos de
Autor, el cual tiene fines específicos de publicidad y seguridad jurídica, según se
consigna de manera expresa en el artículo 193 de la ley 23 de 1982.1

C. EL CASO ESPECIFICO

La Secretaria Distrital de Salud (SDS) es un organismo que pertenece al sector


central del Distrito Capital y tiene como misión garantizar el derecho a la salud de
todas y todos quienes habitan en Bogotá, que ejerce acciones de rectoría del
sistema de salud, con el fin de satisfacer sus necesidades individuales y
colectivas, a través de un enfoque promocional de calidad de vida con equidad,

1
SENTENCIA C-276/96
integralidad y participación. Por tratarse de un ente gubernamental, las actividades
institucionales que desarrolla carecen de ánimo de lucro pues, como es lógico, no
pretende obtener un beneficio o utilidad económica por su ejecución.

En desarrollo de esa misión institucional la SDS, la promueve distintos programas


de prevención, con miras a mejorar la garantía del derecho a la salud de los
Bogotanos, dentro de los cuales se encuentra el programa “Bogotá Sonríe”
mediante el cual se espera lograr el posicionamiento de la política de salud oral del
Distrito. Esta campaña en particular ha utilizado un diseño animado para capturar
la atención de los niños, llamado “Millo Cepillo”, que presenta cierta similitud con
un dibujo animado de creación extranjera llamado “Sip el niño científico”.

Aunque no pude desconocerse que entre ambos diseños animados existen


diferencias notorias en relación con las facciones de su cara, prendas de vestir y
contenidos que transmite, saltan a la vista algunos rasgos comunes que sugieren
que el creador de “Millo cepillo” tuvo como inspiración a “Sip el niño científico”. Es
más, podría pensarse que dado el nivel de recordación de “Sip” entre la población
infantil, se optó por aprovechar su imagen para, a partir de ella, hacer el desarrollo
de “Millo Cepillo” de tal manera que se facilitara la penetración de la campaña
educativa entre los destinatarios, que son los pequeños del Distrito Capital, quines
por supuesto conocen de antemano a “Sip el niño científico”.

Como antes se mencionó la protección de los derechos de autor cuenta con dos
dimensiones: la moral y la patrimonial. En relación con la primera, es decir los
derechos morales, la persona que pretenda copiar, reproducir o difundir la obra
deberá citar al autor o mencionar que se trató de una obra inspirada en otra
original, lo cual respeta los derechos inalienables del creador original informando al
publico sobre su autoria. Al respecto el artículo 31 de la Ley 23 de 1982 dispone:

Artículo 31º.- Es permitido citar a un autor transcribiendo los pasajes


necesarios, siempre que éstos no sean tantos y seguidos que
razonadamente puedan considerarse como una reproducción simulada y
sustancial, que redunde en perjuicio del autor de la obra de donde se
toman. En cada cita deberá mencionarse el nombre del autor de la obra
citada y el título de dicha obra.

Ahora bien, en lo relacionado con los derechos patrimoniales, la protección


consiste en evitar que una persona utilice la obra crerada por otra, para explotarla
económicamente, es decir para obtener algún tipo de lucro económico a partir de
su reproducción o difusión, lo cual por supuesto resulta indebido.

Como en el caso que se plantea, es claro que la SDS se propone realizar una
campaña educativa, desprovista de cualquier fin de lucro, es posible el uso del
diseño animado “Millo Cepillo” respetando las condiciones a que se refiere el
artículo 32 de la Ley 23 de 1982 que dice:
Artículo 32º.- Es permitido utilizar obras literarias o artísticas o parte de
ellas, a título de ilustración en obras destinadas a la enseñanza, por medio
de publicaciones, emisiones de radiodifusión o grabaciones sonoras o
visuales, dentro de los límites justificados por el fin propuesto, o comunicar
con propósitos de enseñanza la obra radiodifundida para fines escolares,
educativos, universitarios y de formación profesional sin fines de lucro, con
la obligación de mencionar el nombre del autor y el título de las obras así
utilizadas

Tal como se expresará en la conclusión a éste concepto es conveniente que, en


aplicación de ésta norma, se adicione a la campaña el nombre del autor original y
el titulo de la obra utilizada.

B. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

Con fundamento de lo analizado se concluye:

a. Es posible la utilización del personaje “Millo Cepillo” para promover el


programa educativo de prevención de salud oral del Distrito, siempre y
cuando se acaten las condiciones que establece el artículo 32 de la Ley 23
de 1982, en especial la mención del autor y el titulo de la obra utilizada.

b. Se sugiere adicionar como referencia al pie del dibujo o representación


utilzada de “Millo Cepillo” el siguiente texto:

“El diseño animado de “Millo Cepillo” se ha inspirado en “Sip el niño


científico”, cuya autor es “The Jim Henson Company. JIM HENSON
'S mark & logo, SID THE SCIENCE KID mark & logo, characters and
elements are trademarks of The Jim Henson Company”, con
propósitos educativos y sin ánimo de lucro”.

Atentamente,

LUZ ELENA RODRIGUEZ Q


Subdirectora de Gestión Judicial

Proyectó manolo Rojas R

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