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Según el artículo 714º del Código Civil el procedimiento a seguir en caso del
testamento militar será el seguido en caso de los miembros militares pero no
incluye a los prisioneros de guerra ni al personal civil, en cuyos casos serán
tramitadas estas formas testamentarias según las normas establecidas para los
testamentos ológrafos y, en caso de los prisioneros de guerra, se hará el
procedimiento que se aplica para cumplimiento de los derechos civiles de
extranjeros en el país en cuyo caso el documento será remitido al Ministerio de
Relaciones Exteriores para que inicie los trámites respectivos según las normas
del país enemigo; recordemos que este trámite se hará en cumplimiento de las
Convenciones internacionales que sobre la guerra y la diplomacia internacional
el Perú es parte.
En efecto al darse el caso que el prisionero fuere extranjero, y sin duda esa
hipótesis es posible, carece de sentido remitir el documento a un ministerio y
luego al juez del domicilio del prisionero. Lo que habrá de hacerse en estos casos
como este será “enviar el testamento al Ministerio de Relaciones Exteriores para
que a través de el sea remitido a las autoridades pertinentes del país de origen
del prisionero”. Esta disposición es concordante con el artículo 825 del Código
Procesal Civil donde se establece que el juez que recibe el estamento debe
hacerlo de conocimiento del Ministerio Publico, así como disponer su inscripción
en el Registro de Testamentos, a fin de ponerlo en conocimiento de los
sucesores e interesados.
En los casos de las personas civiles habilitadas para otorgar testamento militar,
este procedimiento ha sido regulado por el Convenio de Ginebra relativo a la
protección de personas civiles en tiempo de guerra, en su artículo 129º establece
que “los internados podrán poner sus testamentos en manos de las autoridades
quienes garantizarán s custodia. En caso de fallecimiento de un internado, su
testamento será remitido con urgencia a las personas por el designadas.
Esta se produce a los tres meses desde que el testador deje de estar en
campaña y llegue a un lugar del territorio nacional donde sea posible otorgar
testamento en las formas ordinarias (artículo 715). Tratándose de un testamento
especial, caduca sin que muera el causante por tener vigencia transitoria. Vale
solo si el testador fallece durante la campaña dentro de los tres meses de su
llegada a territorio nacional donde haya notario o en s defecto Juez de Paz. Y es
que la utilización del número plural por el legislador (“donde sea posible otorgar
testamento por las formas ordinarias”) hace pensar que en el lugar a que llegue
el testador tiene que haber un notario o Juez de paz para que sea posible el
otorgamiento en escritura pública y el cerrado.
Si el testador muere antes del plazo señalado para la caducidad, sus presuntos
herederos o legatarios pedirán ante el Juez en cuyo poder se encuentra el
testamento, su comprobación judicial o protocolización.