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NEUROPSICOLOGIA Y PSICPFISIOLOGIA II
INTEGRANTES:
JAQUELINE CURAY
GENESIS GUIJARRO
TEYLOR RECALDE
DANIELA TOALOMBO
ALEJANDRO VITERI
SEMESTRE: 4 “A”
Objetivo general
Analizar la enfermedad del Alzheimer y sus características más importantes, mediante la revisión
de documentación bibliográfica, síntesis y exposición magistral acerca del tema. Se analizará la
información referente a esta enfermedad teniendo en cuenta sus características en epidemiología,
etiología, anatomía patológica, consecuencias físicas y psicológicas, diagnóstico y tratamiento.
Objetivos específicos
Al estudiar el caso de esta paciente, reconoce que la condición que presentaba se asemejaba a
la demencia senil, considerada anteriormente como un proceso normal del envejecimiento. “Con
un cuadro clínico cuyas manifestaciones eran delirio de celos, pérdida de memoria, alucinaciones,
desorientación temporoespacial, paranoia, alteraciones de conducta y un grave trastorno del
lenguaje” (Brescané, Tomé & Morales, 2016, p.6). Sin embargo, el doctor no podía comprender
como aquella mujer de mediana edad (51 años) con un buen estado de salud, empezó a perder sus
capacidades intelectuales. A los 4 años de su hospitalización, Auguste empeoraba cada vez más,
hasta que finalmente fallece en abril de 1906 (Rodríguez, 2013).
Tras su muerte, Alois sentía mucha duda en cuanto a lo que se había planteado anteriormente,
por lo que decidió investigar sobre este extraño suceso que se llevó a cabo en el cerebro de su
paciente y estudió minuciosamente el sistema nervioso de Auguste, mediante análisis de muestras
tomadas de su cerebro (Rodríguez, 2013). Lo que encontró fue que: “La corteza cerebral era más
estrecha de lo normal (atrófica) y, que existían dos tipos de anomalías muy llamativas entre las
neuronas: las placas seniles y los ovillos neurofibrilares, que provocaron la destrucción de casi un
tercio de las neuronas” (Brescané, Tomé & Morales, 2016, p.6).
Definición
Esta enfermedad forma parte de las demencias y fue descrita en 1906 por el médico alemán Alios
Alzheimer, quien, durante la Conferencia de Psiquiatría del Sudoeste Alemán, tras sus
descubrimientos en el caso de Auguste D, hace por primera vez la descripción de una inusual
enfermedad de la corteza cerebral cuyos síntomas principales son pérdida de memoria,
desorientación, alucinaciones y finalmente muerte. Posteriormente en el año 1910, Kraepelin,
psiquiatra alemán, utiliza el término por primera vez.
La Alzheimer’s Association (2016) define a la enfermedad del Alzheimer como: “enfermedad
cerebral que ocasiona problemas relacionados con la memoria, el pensamiento y el
comportamiento”. Se ha establecido ciertas caracterizaciones específicas de dicha entidad
patológica, en cuanto a esto Fontán (2012) agrega: “trastornos de memoria iniciales y típicos, que
comienzan de manera insidiosa y evolucionan progresivamente. En la evolución se van
comprometiendo otras funciones cognitivas y se asocian trastornos conductuales, todo lo que lleva
a un estado de invalidez social y dependencia”.
Epidemiología
La enfermedad de Alzheimer es uno de los procesos neurodegenerativos más comunes presentados
en pacientes adultos y adultos mayores. Según datos de la OMS (2017): “En el mundo entero hay
unos 50 millones de personas que padecen demencia, y cada año se registran cerca de 10 millones
de nuevos casos”; a esto agrega que el Alzheimer representa un alto porcentaje de estos casos.
En Ecuador, según la fundación TASE (2018), se calcula que: “En la actualidad, en el país unos
130.000 adultos mayores tienen Alzheimer. Por cada una de ellas hay por lo menos siete familiares
afectados”. En una investigación sobre enfermedades neurodegenerativas en el Hospital de
Especialidades “Eugenio Espejo”, Andino (2013) concluye que: “El Alzheimer fue más común en
las mujeres (61% de casos), y el 84.6% de los casos se presentaron en personas mayores a los 70
años, con una edad promedio de 77 años” (p.76).
Estas cifras son muy alarmantes ya que además de provocar un gran efecto en la vida de
millones de familias que tienen que cambiar su rutina diaria, atravesar por varias hospitalizaciones,
costes en medicamentos, entre muchas cosas más; la sociedad también se ve implicada en las
grandes consecuencias del rápido agravamiento de esta enfermedad y su poca concientización;
este es un gran reto que tienen los distintos sistemas de salud, ya sea por prevenir, mejorar los
tratamientos o inclusive encontrar una cura para el Alzheimer.
Etiología
Las causas que provocan la enfermedad del Alzheimer son, hasta el momento indefinidas, aunque
se conoce que conllevan una falla en el funcionamiento de las células nerviosas cerebrales. Debido
a las variables que se pueden presentar en esta alteración, se han establecido posibles etiologías a
través de varias hipótesis que intentan explicar su proceso, sin embargo, aun no existe un
conocimiento total de esta compleja enfermedad. Está claro que para su aparición interactúan
muchos factores tanto genéticos como ambientales; es por ello importante la susceptibilidad
genética que a cada persona predispone a esta enfermedad, sin embargo, agentes externos serán
los responsables de aumentar o disminuir esta probabilidad.
Los sujetos con atrofia cerebral han presentado un óptimo desarrollo y funcionalidad de sus
estructuras cerebrales. Sin embargo, debido a varios factores, en un momento el cerebro empieza
a reducir su actividad. Las neuronas empiezan a perder la conexión entre ellas, originando así una
degeneración progresiva de las estructuras cerebrales (Feria, 2015).
Segovia (2014) menciona que: “La atrofia cortical es probablemente el tipo de atrofia mejor
estudiada; esta afección se caracteriza por afectar a las estructuras superiores del encéfalo y
provoca, principalmente síntomas cognitivos”. Además, menciona las siguientes consecuencias de
lesiones en los diferentes lóbulos:
Lóbulo temporal: Cualquier tipo de lesión o de atrofia en esta región suele causar los
síntomas más característicos de las enfermedades neurodegenerativas, ya que son todos
aquellos relacionados con los procesos de memoria y de pensamiento.
Lóbulo Parietal: La atrofia neuronal de esta región ocasiona serias alteraciones en la
capacidad para integrar la información sensorial, así como para comprenderla y darle un
significado.
Lóbulo Frontal: Entre sus principales funciones se encuentran las de desarrollar y controlar
la conducta, así como la producción lingüística y el pensamiento abstracto. Por lo tanto,
todas aquellas enfermedades neurodegenerativas que afectan a esta zona pueden
comprometer seriamente el correcto funcionamiento de estas tareas cerebrales.
Factores de riesgo
Un factor de riesgo muy decisivo es la edad ya que se conoce que, a mayor edad, existe mayor
probabilidad de padecer esta enfermedad. Según mencionan Brescané, Tomé y Morales (2016):
“En relación con la edad, las personas mayores de 65 años tienen un 10% de riesgo de tener la
enfermedad, mientras que el riesgo se eleva a casi el 50% en los mayores de 85 años” (p.12).
Además, al ser más longevas las mujeres, estadísticamente este sexo lo sufre en mayor cantidad.
Los factores de riesgo vascular también son muy importantes de controlar a tiempo puesto que
inciden de forma riesgosa en la aparición del Alzheimer. Entre estas enfermedades está la diabetes,
presión alta, colesterol alto, tabaquismo, u otras relacionadas con el corazón. Otros factores de
riesgo pueden ser antecedentes de golpes en la cabeza; se ha evidenciado que los mismos pueden
influir en un desarrollo futuro de la enfermedad (Alzheimer’s Association, 2016).
Etapas
Tiene una duración aproximada de tres años en el que se observa dificultades en cuanto a la
memoria, en especial la memoria reciente, en la memoria episódica (Brescané, 2018).
Síntomas Cognitivos
Ocasionalmente olvida algunas cosas, citas, nombres, palabras; estas pérdidas de la memoria a
veces pasan inadvertidas al ser bastante leves (Asociación de Familiares de Enfermos de
Alzheimer de Valdemoro, 2012).
La etapa moderada dura varios años (aproximadamente tres años) y es más larga, el daño en las
células cerebrales es progresivo y los síntomas se vuelven más notorios, dificultando la expresión
y el cumplir con las tareas rutinarias. Mientras la enfermedad avanza, el individuo experimenta
problemas en la personalidad, comportamiento y problemas reconociendo a su familia y amigos
(Alzheimer´s Association, 2016).
Síntomas Cognitivos
La memoria reciente se encuentra disminuida, olvida sucesos recientes como las comidas, acusa a
sus allegados y no asimila sucesos nuevos. Comienzan a surgir afasias (problemas en el lenguaje,
conversación enlentecida, repite frases), apraxias (problemas al vestirse, usar cubiertos) y agnosias
(perdida de la capacidad de reconocimiento), la coordinación se ve afectada, los movimientos son
lentos, pierde el equilibrio y surgen las caídas, temblores, contracturas (Brescané, 2018).
Con respecto a las demás funciones, se menciona:
La persona empieza a hacer acciones repetitivas rayando en lo obsesivo. Vagabundea, recorre
la casa por todas partes, ordena la ropa o los papeles varias veces al día, su mirada cambia. En esta
etapa, resulta obvio que la capacidad para el pensamiento abstracto y la habilidad para llevar a
cabo operaciones de cálculo desaparecen por completo. No pueden realizar operaciones sencillas,
aunque sí, tal vez, recitar de memoria las tablas de multiplicar (Brescané, 2018, p.1).
Síntomas Conductuales y Afectivos
Su carácter se presenta alterado o introvertido en situaciones sociales, la apatía se profundiza, el
embotamiento, la represión de emociones, miedos injustificados, insomnio, alucinaciones,
agresividad (Alzheimer´s Association, 2016).
Ya no es capaz de realizar muchas cosas, la dependencia con respecto a sus cuidadores aumenta,
necesitan supervisión constante (olvidan cigarrillos encendidos y más olvidos peligrosos), su
apariencia decae (lucen sucios y descuidados), riesgo de desorientación, tienen problemas en
controlar la orina y la deposición (Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de
Valdemoro, 2012).
Etapa avanzada (severa), Fase III
Proceso de intervención:
Los primeros pasos para el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer son los siguientes:
Se sospecha que una persona tiene la enfermedad de Alzheimer cuando presenta síntomas de
demencia. Entonces, deberán descartarse otras enfermedades que puedan causar los mismos
síntomas, como problemas de la glándula tiroides, derrame cerebral y depresión. Generalmente,
la evaluación de la enfermedad de Alzheimer incluye pruebas de la memoria, análisis de sangre y
una tomografía del cerebro (Dominguez, Tournoy, Hartmann, Huth, Cryns, Deforce, Roebroek,
2005, p.50).
Los síntomas de la enfermedad de Alzheimer aparecen lentamente. Por lo general, las personas
al presentar cualquiera de los signos anteriormente mencionados, acuden inmediatamente a su
médico de cabecera. Sin embargo, este puede ayudarse de otros profesionales, como puede ser un
neurólogo, psiquiatra o psicólogo clínico, para obtener un diagnóstico adecuado. El psicólogo
estará en capacidad de evaluar apropiadamente tanto la memoria como las demás funciones
mentales. También podrá evaluar el estado de ánimo y el bienestar para detectar depresión u otras
enfermedades que pueden causar pérdida de memoria y confusión.
Lo importante es conocer al paciente y su entorno para saber cómo, cuándo y de qué modo hay
que dar el diagnóstico. Es importante brindar la información necesaria sobre la enfermedad de
acuerdo a la fase en que se encuentre, con el conocimiento de los síntomas y de las posibles
complicaciones que puedan aparecer (Launer, Andersen, Dewey, et al., 1999, p.64).
Tratamiento
Conclusiones
El Alzheimer es una enfermedad también conocida como demencia que puede empezar en
edades tempranas, causando un espectro de enfermedades degenerativas que causan al paciente
algunos síntomas como la pérdida de memoria, problemas del lenguaje y un comportamiento
impredecible. Gracias a que existe a un tratamiento farmacológico favorece al paciente a controlar
ciertos síntomas y sobre todo bajo el cuidado necesario y la atención que su familia lo preste para
llevar una mejor vida (Daniela Guijarro).
El Alzheimer produce una pérdida de masa cerebral de unos 300-500 gr. de media, a su vez
existe una atrofia de la base de los lóbulos temporales, especialmente en la circunvalación
parahipocampal, y en los lóbulos frontal y parietal, existe una atrofia por dilatación de los surcos
cerebrales. Por lo tanto, a nivel que la enfermedad va avanzando las consecuencias son más severas
en el paciente por lo tanto es recomendable mantener hábitos saludables para conservar el normal
funcionamiento de nuestro cerebro (Teylor Recalde).
El Alzheimer es la causa más común de la demencia, que afecta de forma gradual varias áreas
de la corteza cerebral al producir una alteración en el funcionamiento neuronal, debido a esto, las
funciones tanto mentales como físicas del paciente se irán deteriorando de forma acelerada. El
apoyo de especialistas y de los familiares de los pacientes es vital especialmente en la fase grave
de la enfermedad (Alejandro Viteri)
Brescané, R. (2018). ¿Cuántas etapas o fases tiene el Alzheimer y qué características tiene cada
una? Recuperado de: https://knowalzheimer.com/cuantas-etapas-tiene-el-alzheimer-y-
que-caracteristicas-tiene-cada-una/
Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Valdemoro (2012). Curso básico sobre la
enfermedad de Alzheimer. Recuperado de:
http://www.afavaldemoro.org/docs/basicoAlzheimer.pdf
Alzheier´s Association. (2018). Inside the brain: a tour of how mind works. Recuperado de:
https://alz.org/alzheimers-dementia/what-is-alzheimers/brain_tour_part_2
Launer LJ, Andersen K, Dewey M, Et Al. (1999) Rates and risk factors for dementia and
Alzheimer's disease. Results from. Barcelona, España; Eurodem
Dominguez, D. Tournoy, J. Hartmann, D. Huth, T. Cryns, K. Deforce, S. Roebroek, A. (2005).
Phenotypical and biochemical analysis. BACE 1 and BACE 2. Barcelona, España;
Eurodem