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F.

En relación al tema de propuestas de mejora con enfoque integral en materia de contraloría


de la Hacienda Pública deben tomarse como puntos cruciales de partida tanto la
transparencia, el acceso a la información y la rendición de cuentas, debiendo ser estos los
ejes trasversales de toda la acción tanto pública como de la sociedad. Asimismo, son
necesarias mejoras legislativas que permitan una gestión pública más eficiente que sea objeto
de seguimiento y control por parte de los órganos que hacen auditoría interna.

Así, en el caso de El Salvador, siendo la Corte de Cuentas de la República la institución


encargada de controlar los fondos públicos y de fiscalizar la ejecución presupuestaria, debe
de dotarse a dicha institución de un grado de independencia tal que le permita cumplir su fin
y luchar contra la corrupción sin verse en sí misma inmiscuida en sobornos o cualquier otro
tipo de actos corrupción, de los que históricamente se le han atribuido.

Para ello, es necesario también que los delitos de esta índole estén debidamente tipificados y
que el régimen sancionador sea explícito, expedito y efectivamente disuasivo. Además, las
sanciones deben ser proporcionales a la tipificación previa del acto de corrupción.

Por otro lado, en materia fiscal, a nivel internacional, Estados como Noruega, Suecia y
Dinamarca poseen legislaciones que permiten a los ciudadanos conocer, en versiones
públicas, las declaraciones de renta y las devoluciones de terceros (incluidos sus
funcionarios) una vez estas han sido declaradas y no se encuentren más en revisión por el
ente fiscalizador. Esta buena práctica ha permitido la disminución sustancial de elusiones y
evasiones fiscales, así como la corrupción al interior de la hacienda pública y de las
instituciones que auditan. En ese orden, podría ser viable reformar el Código Tributario a
efecto de flexibilizar frente a particulares los alcances del secreto tributario permitiendo que
se divulguen las declaraciones justamente en versiones públicas, incluyéndose las
deducciones, donaciones a partidos políticos, entre otros aspectos.

Sobre este tema, debería, además –para el caso del patrimonio de funcionarios públicos–
existir un sistema de evaluación constante que evalúe la producción de variaciones en el nivel
de vida de estos sobre todo cuando no tengan justificación alguna y que no se encuentren
debidamente respaldadas.
De igual modo, en el sector de salud, por ejemplo, podrían generarse listas de precios sobre
las licitaciones y adquisiciones de medicamentosa fin de que la ciudadanía tenga esa
información a la mano y cohibir así prácticas corruptas, aportando, además, transparencia en
términos de competencia.

Por otro lado, es recomendable la utilización de herramientas que movilicen a los ciudadanos
a exigir una mejor gobernanza y rendición de cuentas sobre recursos públicos, los
procedimientos de contrataciones y adquisiciones y los sistemas de jubilación y pensiones.
Así, por ejemplo, se podría promover el presupuesto participativo, audiencias públicas y
auditorías sociales, iniciativas que también se ven afectadas de acuerdo a la información a la
que los ciudadanos puedan acceder.

Finalmente, cabe señalar que no solo es fundamental prevenir, detectar y sancionar la


corrupción, sino que también se debe ampliar la visión, fortaleciendo el tema de la ética en
el sector público, ya que la corrupción es justamente el resultado de la ausencia de ética a
todos los niveles.

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