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DEL BARROCO A LA ILUSTRACION 513

Philosophia ad usum Scholae Minorum S. Francisci Capuccini (Madrid,


1777). Por otro lado, recordemos que lo que Newton representaba en
el campo de la física, lo significaba Locke en el ámbito de la filosofía,
pues no en vano se le llamó a éste «Newton de la metafísica».
La introducción de los nuevos planteamientos sensualistas se hace
en relación con el problema del conocimiento, traspolando el viejo
principio escolástico =nihil est in intellectu quod prius non fuerit in sensu-
a sus últimas consecuencias. La importancia que esta nueva filosofía
tiene en el ámbito de la Ilustración no es hoy puesta en duda por
IV nadie. Así lo reconoce, por ejemplo, Martínez Gómez, quien escribe:
«Esta analítica del entendimiento sobre bases empíricas es la obra de
EL SENSUALISMO, FILOSOFíA DE LA ILUSTRAC10N Locke. La nueva teoría del origen y valor de las ideas es una pieza
esencial en el fondo doctrinal de la Ilustración. Condillac corrige y
simplifica a Locke, reduciendo la segunda fuente de ideas -la
l. EL SENSUALISMO COMO FILOSOFíA
"reflexión"- a la primera y única -la "sensación">. Desde ahora
DE LA ILUSTRACION
Locke y Condillac irán juntos en los influjos dentro y fuera de
Francia» 2. Pero será la influencia de John Locke la más decisiva en
Es difícil asignar ningún sistema ni siquiera un movimiento filos!
nuestro panorama intelectual, y aunque la base de su filosofía era
fico a la vasta transformación cultural e ideológica que supone la lIus
escolástica, la ampliación de los principios empiristas a todos los
tración. Pero -si alguna hay que elegir- no cabe duda que el sensuu ámbitos le llevó a desentenderse de los fundamentos metafísicos del
Iismo es la que más se acerca al nuevo espíritu de los tiempos. 1'1 sistema. El pensador inglés no negó nunca el concepto de sustancia, si
rechazo que de la escolástica habían hecho los «novatores», busca
bien no se atrevía a dar una definición de ella, pero lo negarían poco
ahora un fundamento más sólido que el que alimentaba el eclecticismo
después Berkeley, Condillac y Destutt de Tracy; los dos últimos pres-
de aquéllos. Las pretensiones siguen siendo las mismas: encontrar UII
cinden de la «reflexión» como fuente de conocimiento, y conciben
fundamento teórico que hiciera posible la fundación de la ciencln
éste como una serie de sensaciones transformadas. Su influencia en
natural en España. Esto lo van a encontrar en el concepto de expe
España será considerable, como tendremos ocasión de ver en este ca-
riencia, y la elaboración teórica de dicho concepto es precisamente lo
pítulo.
que originará el sensualismo. Se reacciona no sólo contra la escolás
La negación del concepto de sustancia, que para Locke era «un no
tica, sino también contra el racionalismo apriorista, especialmente d
sabemos qué», llevará paulatinamente a la disolución de la metafísica
cartesiano, pues se trata de explicar los principios por la realidad de lo
tradicional. Sin embargo, siguieron creyendo los nuevos filósofos que
dado, y no la realidad por los principios. El fundamento de esta nuevn
la ciencia tenía un fundamento racional, y que la razón humana podía
actitud lo encontramos en el sensualismo, si bien ello no quiere decir
penetrar dicho fundamento, así como podía penetrar también en la
que todos los ilustrados, ni siquiera los nuevos científicos, tuvieran que
comprensión de la razón divina desde un punto de vista inductivo. La
profesarlo necesariamente de un modo estricto. Se trata de una nuevu
negación de la metafísica escolástica les llevará a rechazar también la
disposición anímica y psicológica ampliamente compartida, y que va 11
teología, que estaba basada sobre la deducción más que sobre la
ir adquiriendo cada vez mayor número de adeptos. «El proceso -diel'
inducción. Un jesuita como Esteban de Arteaga llegó a escribir lo si-
Rodríguez Aranda- comenzó a poco de escribir Feijoo, después del
guiente: «La teología es una falsa ciencia, o, por mejor decir, una
año 1725 en todo caso; triunfa en 1771, cuando se declara obligatorio
anticiencia, que bien pudiera compararse a las sombras que se le apa-
en las facultades de matemáticas el estudio de las obras de Newton, ni
recieron a Eneas a la entrada del Tártaro: Tenues sine corpore vitae; si
penetrar de un modo igualmente oficial elementos sensualistas en un
alguien quería tocarlas, desaparecían. Así, si queréis, acercaras a lo
libro de texto universitario, y culmina en el nuevo espíritu de princi-
que ella enseña, pronto advertiréis lo aéreos e impalpables funda-
pios del siglo XIX» l. El texto a que se refiere es el de F. Villalpando,
mentos en que se apoya. Por eso nada bien razonado puede decirse

L. Rodríguez Aranda, El desarrollo de la razón en la cultura española. Aguilur,


Madrid, 1962, pág. 121. 2 L. Martínez Górnez, "Bosquejo de Historia de la Filosofía Española», en Hirsch-
berger, Historia de la Filosofía. Ed. Herder, Barcelona, 1956, pág. 423.
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acerca de ella, como no se supongan una multitud de principios llllll y subiendo hasta la razón de su existencia, ve en ella la gran cadena
trarios y puramente condicionales» 3. que los enlaza y columbra la mano omnipotente que la sostiene» 5.
Esta pérdida de la creencia en la teología fue sustituida por la fe III Los principios teóricos de la filosofía sensualista, al adquirir amplia
la razón. El hecho ocurrió de un modo paulatino y casi insensihl expansión en nuestro país, tuvieron repercusiones prácticas de
pues al fin y al cabo la teología no es sino una racionalización de 111 I extraordinaria importancia. No olvidemos que la primacía concedida
se dejó de creer en aquélla, pero se siguió creyendo en el instrurncntu por dicha filosofía a la experiencia hizo que los ilustrados centrasen su
que la había hecho posible. Si la razón había dado buenos resultado atención en la noción de «utilidad». Se potencian, desde luego, las
en un campo como el de la teología, cuyas verdades no podían COIII entonces llamadas «ciencias útiles» (agricultura, economía, ciencias
probarse, mucho mejor tenía que darlo en el terreno de la ciencin, físico-químicas, diversas técnicas ... ), pero también todo aquello que
donde aquéllas eran susceptibles dé verificación experimental. ESl ayuda a mejorar la vida en su dimensión práctica. Surgen precisa-
paso dado hacia la fe en la razón fue un momento -si bien, muy mente de ese manantial algunas de las tendencias más típicas y repre-
importante- en el proceso ilustrado hacia la secularización de la vidu sentativas del siglo XVIII, que de otro modo tendrían difícil explica-
y de la cultura, que afectó a la actitud ante la religión. ción. Entre ellas ocupan el primer lugar los planes de reforma univer-
La tendencia secularizadora llevó a proponer una enseñanza laícu, sitaria, la fundación de las Sociedades Económicas de Amigos del
que era una feroz arremetida contra las instituciones eclesiásticas. !\sf País, el desarrollo de la agricultura y la industria, el estudio de la eco-
dice el conde de Cabarrús: «La enseñanza de la religión corresponde II nomía y del comercio, el surgimiento y proliferación del periodismo
la Iglesia, al cura, y, cuando más, a los padres; pero la educación como medio de difusión de las nuevas ideas ... En sucesivos capítulos
nacional es puramente humana y seglar, y seglares han de adminis- nos iremos ocupando de cada uno de dichos aspectos. Aquí nos inte-
trarla. iOh amigo mío!, no sé si el pecho de usted participa de la indig- resa resaltar cómo ese sentido de utilidad práctica, que envuelve todas
nación vigorosa del mío al ver estos rebaños de muchachos condu- las actividades de los ilustrados, no tiene su único fundamento en el
cidos en nuestras calles por un Escolapio armado de su caña. "Es muy objetivo de lograr una transformación profunda de la sociedad espa-
humildito el niño", dicen cuando quieren elogiar a alguno. Esto signi- ñola, sino que está hondamente arraigado en una concepción filosó-
fica que ya ha contraído el abatimiento, la poquedad o, si se quiere, la fica conscientemente profesada. Es decir, son el último resultado de
tétrica hipocresía monacal. ¿Trataremos, por ventura, de encerrar la un sensualismo, al que no se presta sólo una adhesión intelectual, sino
nación en claustros y de marchitar estas dulces y encantadoras flores que se vive entrañadamente desde la conducta privada y el compro-
de la especie humana? Aquella edad necesita del amor y de las miso civil.
entrañas del padre, ¿y la confiamos a los que juraron no serio? Nece-
sita del amor y de la indulgencia, ¿y la confiaremos a un esclavo o a un
déspota? ¿Por qué extraño trastorno de todos los principios han usur- 2. LA INTRODUCCION DEL SENSUALlSMO A
pado así sucesivamente las más preciosas funciones de la sociedad TRAVÉS DE LA INFLUENCIA DE LOCKE: IGNACIO
tantos institutos fundados en la separación y abnegación de ella?» 4. MONTEIRO y ANTONIO EXIMENO
Los ataques contra la metafísica, la teología y la enseñanza reli-
giosa, eran otros tantos aspectos del triunfo del sensualismo, que lle- La introducción de la filosofía sensualista se verificó en España de
vaba como contrapartida, según dijimos antes, la exaltación de la forma primordial a través de la influencia de Locke, cuyo impacto en
razón. Nada mejor que esta exaltación revela que el sensualismo fue la nuestro medio cultural ha sido muy superior a lo que se ha creído tra-
verdadera expresión filosófica de la Ilustración; a la razón se dirige dicionalmente. La publicación de su Essay concerning human understan-
Jovellanos, sensualista reconocido, con estos términos ditirámbicos: ding (1690) fue un acontecimiento en nuestro país; un autor ha dicho
«Más aguda que la saeta en penetración, más veloz que el rayo en sus que el influjo de Locke fue «tan decisivo en nuestra historia intelec-
movimientos, más extendida que los cielos en su comprensión, alcanza tual, supone un viraje tan brusco en nuestra tradición, que no sólo
de una ojeada todos los seres, penetra sus propiedades, sus relaciones, merece atención en su aspecto filosófico, sino considerado desde el
punto de vista de la historia de la cultura española» 6. La recepción del
] Esteban de Arteaga, La belleza ideal. Espasa-Calpe , Madrid, 1955; cit., en el pró- , Jovellanos, «Oración sobre el estudio de las ciencias naturales», en Obras. B. A. E.,
logo por Miguel Batallón, S. J. Madrid, 1963, tomo 1, pág. 341.
4 C. de Cabarrús, Cartas sobre los obstáculos que la naturaleza. la opinión y las leyes 6 L. Rodríguez Aranda, «La recepción e influjo de la filosofía de Locke en
oponen a la felicidad pública. Castelloti editor. Madrid, 1973, págs. 131-132. España», en Revista de Filosofía, núms. 53-54, abril-septiembre de 1955, pág. 359.
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pensamiento lockeano no se verificó siempre de un modo tlircl:l(t -Del origen y reglas de la música (Roma, 1774); Investigaciones músicas
muchas veces esa influencia vino por vía francesa a través de los clld de don Lázaro Vizcardi (1872)-, ya se manifiesta como sensista al
clopedistas o de pensadores como Voltaire y Condillac. definir la idea como sensación renovadora, identificándola también en
Por otro lado, la situación filosófica española era muy propic 111 (1 otro lugar con la impresión material. Sus libros filosóficos básicos son
recibir las ideas lockeanas. No hay un salto brusco entre la teorlu d, I el tratado De studiis philosophicis et mathematicis instituendis (1789), que
conocimiento de los escolásticos y la defendida por Locke, corun trata sobre el método, y es una especie de propedéutica a su gran
dijimos antes. Pero además es que los elementos sensualistas irnpi c obra, Institutiones philosophicae et mathematicae (1796), que quedó
naban la filosofía española de la época como consecuencia del sistcum incompleta. Era una obra en tres volúmenes, pero el tercero se perdió
gassendista, difundido por los «novatores». No olvidemos, para apunu en un naufragio, cuando el libro venía a España para imprimirse. La
el conjunto de circunstancias favorables, que Gassendi fue el filósulu doctrina de Eximeno se inspira en el sensualismo más estricto, según se
que más influyó en Locke y que la afinidad entre ambos es manifiesta expone en el Ensayo sobre el entendimiento humano, de Locke, y en el
El atractivo que en otra época podía haber suscitado Descu: tl' Tratado de las sensaciones, de Condillac. Él mismo dice que aborrece el
-nunca realmente aceptado por los españoles- fue sustituido COII nombre de metafísica, y en su análisis psicológico sobre la mente
creces por Locke que no tenía los elementos negativos de aquél, yu humana y el origen de los conocimientos, rechaza los planteamientos
que aceptaba la existencia del mundo exterior, la existencia de Dios, y aristotélicos e incluso los eclécticos. Su criterio básico de interpreta-
la posibilidad del conocimiento fuera de toda duda. La novedad, con ción es el principio de utilidad, de acuerdo con el cual todas las facul-
todo, era de primera magnitud, pues se refería a la metafísica, a cuy" tades del hombre están relacionadas con algún placer o dolor. «A toda
disciplina le negaba el valor de ciencia. Esto fue realmente lo que pro idea -dice- acompaña alguna impresión agradable o desagradable.»
pició un cambio radical en la concepción filosófica, poniendo las bases Las ideas tienen su origen en las sensaciones, siendo indiscernibles de
de una nueva actitud ante la cultura y la sociedad, sobre cuya trasccn éstas; al explicar el mecanismo de la memoria y la imaginación, y sus
dencia ya nos hemos extendido. relaciones entre sí, casi cae en el fisiologismo materialista cuando dice
Los planteamientos sensistas aparecen ya en algunos filósofos que el nexo que separa las sensaciones e impresiones. consiste «en la
jesuitas, de los cuales son dignos de nota Antonio Eximeno e 1GNACIO misma textura de las fibras del órgano». En general, Eximeno se
M ONTEIRO. Este último era portugués y enseñó en Ferrara; mantuvo acerca más a Locke que a Condillac, especialmente al reforzar la
una actitud ecléctica, pero muy influida por los modernos, en su Philo- reflexión como parte activa del alma, según la cual el hombre puede
sophia libera seu eclectica rationalis et mechanica sensuum ad studiosae comparar y enlazar entre sí las ideas, mudando el nexo y orden en que
iuventutis accomodata (8 vols., Ve necia, 1772-1775), donde manifiesta se engendran.
influencias muy variadas, desde Locke y Bayle hasta Leibniz y Wolf', De todas formas, un estudio detenido sobre Antonio Eximeno, que
sin dejar de atenerse en otras cuestiones a escolásticos como Pedro de hiciera justicia a su valor intelectual, exigiría prestar particular aten-
Fonseca. En el prólogo a la física nos dice que era «amantísimo de la ción a sus teorías musicales, en las que se pronuncia en contra de las
libertad filosófica»; había estudiado a los escolásticos, a los atomistas ideas tradicionales que dan por supuesto el origen matemático de la
y a los cartesianos, hasta que -según nos dice- comprendió que «la música; por el contrario, intenta demostrar en su libro que la música
verdad no estaba en un solo sistema, sino difusa y esparcida en todos es un lenguaje y tiene las características de éste. Instintívarnente, el
con mezcla de muchas proposiciones dudosas o falsas». Su tendencia hombre pasa del habla al canto, y éste -cuando se ejecuta con instru-
es hacia el experimentalismo basado en la observación y en el cálculo, mentos- se convierte en música. La exposición detenida del tema exi-
siguiendo el método escolástico. Establece una división de la filosofía giría dedicarle un capítulo entero, lo que rompería la economía de
en pneumática, moral y física, apartándose en esto de todos los trata- este libro. Quede simplemente apuntado el tema para advertencia de
distas. curiosos y aviso de caminantes. Eximeno es uno de los más grandes
Mucha mayor influencia de Locke tuvieron los también jesuitas filósofos de la música de todos los tiempos, y sus tesis conservan en
Eximeno y Juan Andrés; del segundo hablaremos en el capítulo dedi- nuestros días renovada actualidad 7.
cado a los jesuitas expulsos en Italia. ANTONIO EXIMENO (Valencia,
1729- Roma, 1808) -igualmente expulso- destaca como eminente tra-
, Hoy ese estudio se ve facilitado por la edición popular del primer volumen Del
tadista de la música, llegando a ser llamado «Newton» de la misma, origen y reglas de la música (Ed. Nacional, Madrid, 1978), preparada por Francisco
por haber establecido un nuevo sistema que refutaba los de Euler, Otero.
Tartini, Rameau y D'Alarnbert. En sus libros sobre teoría musical
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en la formación del conocimiento, todavía aceptaban la metafísica.


3. LA OBRA DE LUIS ANTONIO VERNEY Será Verney, siguiendo a Locke, quien negará rotundamente a ésta.
Por eso escribe: «Es locura separar estas metafísicas de las otras partes
Pero indudablemente el hombre que más contribuyó a la dil'\I~11I11 de la filosofía. Metafísica intencional es pura lógica; metafísica real es
de Locke en España fue LUIS ANTONIO VERNEY (Lisboa, l7l3-I~v(l111 pura física, y todo lo demás son puerilidades. Debían quitarle el título
1792), arcediano de Évora, hijo de padre francés y estudiante IJl1 de metafísica y unirla con la lógica y la física» 9. Y concluye Rodríguez
Roma, quien estaba destinado a ejercer una influencia extraordinru 111 Aranda, comentando el párrafo anterior: «Verney está sembrando una
en la filosofía peninsular. La obra con que iba a revolucionar los \!NI \1 doctrina que alterará radicalmente el perfil y el fondo de la cultura
dios filosóficos se publicó en castellano, traducida por don .lo española ... A los pocos años de aparecido su libro comenzará la perse-
Maimó y Riber, con el título de Verdadero método de estudiar para Ir" cución oficial contra el escolasticismo. A menos de veinticinco años
útil a la República ya la Iglesia (4 vols., Valencia, 1746; edición CHpl1 de distancia se transformará totalmente la orientación de las Universi-
ñola, Madrid, 1760). Son una serie de cartas dirigidas a un doctor de 1II dades» lO.
Universidad de Coimbra por un religioso italiano capuchino, al que El ataque a la tradición se hizo, sobre todo, sobre la base de una
denomina con el nombre de «Barbadiño»; de aquí el apodo con qUI:" nueva postura ante el problema del conocimiento, en especial en lo
conoce a Verney. A través de dichas cartas propone un plan ti que se refiere al origen de las ideas. Desde luego, los escolásticos no
reforma educativa en los colegios y universidades portuguesas, pcrfc afirmaban la existencia de ideas innatas en el entendimiento, pero
tamente aplicable a España por la similitud de la enseñanza en uno ~ Locke creía que la aceptación de los primeros principios era un reco-
otro país. Aunque la reforma iba dirigida a todas las disciplinas, arCl' nocimiento tácito de ellas. Así se combatieron como ideas innatas los
taba de forma especial a los estudios filosóficos y teológicos. primeros principios lógicos del entendimiento (<<eltodo es mayor que
El libro era un ataque al aristotelismo y a la escolástica, a la qu la parte», «nada puede ser y no ser al mismo tiempo y bajo el mismo
considera «perjudicialísima a los dogmas de la religión». Su plan M respecto», etc.), dejando bien sentado que todos nuestros conoci-
basaba en un amplio estudio de las ciencias auxiliares: geograflu, mientos provienen de la sensación, de la reflexión y de la compa-
mapas, atlas, tablas cronológicas, lenguas clásicas y orientales; 1:1 ración. He aquí cómo se expresa Verney: «Nosotros no sacamos
rechazo de la teología escolástica se trata de sustituir por un estudio del vientre de la madre conocimiento alguno: todos los adquirimos
directo de la Biblia, los Santos Padres, los Concilios, la liturgia y la hiM después de nacidos.» O también: «No tenemos otros conocimien-
toria eclesiástica. Sobre el tema se ocupó también en otras obras como tos que los que entran por los sentidos Algunas ideas entran en noso-
en De coniugenda philosophia cum theologia Oratio (Roma, 1747) tros con la meditación o la reflexión Otras entran, unas veces, por
en Apparatus ad Philosophiam et Theologiam (1751); su pensamiento sensación, otras, por la reflexión, verbi gracia, el gusto, dolor, existen-
religioso está por estudiar, pero evidentemente no es ajeno al mis- cia, unidad, potencia, sucesión, etc. Las ideas compuestas que el
mo la inspiración erasmista y jansenista de la época, que ya hemos alma forma se pueden reducir a tres clases: modos, sustancias, y re-
visto en algunos autores del XVIII, pero que adquirirá importancia laciones» 11.
extraordinaria en muchos «ilustrados», según tendremos ocasión La reforma universitaria que para el ámbito de la filosofía proponía
de ver. Verney, se concreta en un curso redactado en tres volúmenes: De re
La importancia del libro reside, sobre todo, en que era la primera logica (Roma, 1751); De re metaphysica (1753); De re physica (1769). En
exposición sistemática de la filosofía de Locke que se hacía en la la lógica sigue casi literalmente el sensismo de A. Genovesi, conocido
Península. La Inquisición comprendió en seguida el carácter revolu- como el Genuense, un ilustrado italiano que hallamos continuamente
cionario de estas ideas e impidió durante tres años la publicación de la citado entre los españoles del momento histórico estudiado; otros
traducción española, que no apareció hasta 1760. Algunos autores han autores a los que menciona con gran elogio son Descartes, Bacon,
recalcado dicho carácter; uno de ellos ha escrito, refiriéndose a pero muy especialmente Locke, de quien es fiel admirador y seguidor
Locke: «La introducción de la filosofía del pensador inglés por obra siempre. En la física sigue el atomismo de Gassendi, declarando
de Verney constituye una nueva etapa en el pensamiento español» 8. «ociosa toda disputa sobre los primeros principios de los cuerpos»,
Es un paso más hacia una creciente secularización de nuestro medio
intelectual. Si los «novatores» habían dado gran énfasis a los sentidos
9 Verney, Verdadero método de estudiar. Madrid, 1760, tomo III, pág. 8.
10 Art. cit., pág. 364.
8 1bid., pág. 363. JJ Verney, op. cit.. tomo 11, págs. 297 y 298.
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cuyo conocimiento c\¡nsidera imposible. En ética declara «ri?í~ulas y
metafísicas» todas las consideraciones sobre el fundamento teonco del todo ello porque la razón ha empezado a operar sobre los datos de la
deber. «No entiendo por ética -dice- aquella infinita especulación experiencia, y no apoyándose en especulaciones vacías.
que no establece máXima alguna útil para la vida civil o religiosa» 12. En El don de l~ palabra sigue también la línea de Condillac,
Se limita a aceptar las normas del derecho natural y de gentes, según ampliada ahora con la influencia de Destutt de Tracy. Sostiene en esta
las exposiciones de Grocio, Pufendorf, Locke y Hobbes. obra que todas las facultades intelectuales pueden reducirse a la ima-
ginación y memoria; además, defiende que «la abstracción no es ope-
ración del pensamiento, sino que se hace por medio del lenguaje arti-
culado», o don de la palabra, recibido directamente de Dios; de ello
4. LA LABOR DE R<\MON CAMPOS y V ALENT1N deduce que no es posible infundir ninguna idea abstracta ni general en
DE FORONDA
los sordos de nacimiento. Ideas muy semejantes fueron después defen-
didas por tradicionalistas como De Bonald; para Campos «sólo los
La labor en pro de la difusión del sensismo tuvo, tras la obra de signos artificiales, o por mejor decir, los signos articulados, dan cuerpo
Verney, algunos aliados jesuitas, que después serán expulsados, pero a las ideas arquetípicas y a las ideas de sustancia generalizadas, ya que
que de momento COntinuaron la línea iniciada por algunos compa- sin tales signos no hay ideas abstractas ni deducciones».
ñeros de la UniverSidad de Cervera; hemos hablado ya de Ignacio La aplicación de los principios sensistas al estudio del lenguaje pro-
Mont~iro, Antonio tximeno y Juan Andrés. Pero, junto a ellos, hay duce algunas innovaciones filológicas interesantes para la época, pues
que clt~r algunos seglares que van a contribuir a la difusión de las se aprecia en este libro la presencia ya indudable de Rousseau, con sus
nuevas Ideas. inevitables concesiones al principio de naturaleza. He aquí un texto
bien significativo: «Inventadas las palabras, es forzoso luego modifi-
. En~re estos ú.ltirnos, uno de los más entusiastas propagadores de la
ñlosofía sensualIsta va a ser RAMON CAMPOS (Burriana, n. 1760-Bel- carlas ... Las modificaciones del sonido de los nombres ... no es creíble
monte, 1808), catedrático de Filosofía en el Seminario de Murcia, se haga arbitrariamente, sino espontáneamente, a sugestión de la natu-
quien mur!ó peleando Como guerrillero contra los franceses. Es autor raleza misma. No es rara la ocurrencia espontánea de imitar con la ter-
de vanos libros: La economía reducida a principios exactos, claros y sen- minación de un nombre la de otro nombre, como quien se le quiere
cillos (Madn.d,. 1797), y De la desigualdad personal en la sociedad civil denotar semejanza o dependencia ... Por ejemplo, el alterarles a los
(1799; 1.' edición, Barcelona 1838), donde defiende los principios del nombres castellanos su terminación usual y trocársela en on para
liberalismo econórnico una 'de las líneas maestras de la Ilustración, denotarles el aumento ... , pudo originarse de que el nombre de bulto
según mostraremos más adelante. Aquí nos interesa Campos más por mayor conocido tuviese, cabalmente, esa terrninación.» En otras oca-
siones las modificaciones de las palabras obedece a la imitación espon-
sus obras de filosofía: El don de la palabra en orden a las lenguas y al
tánea de las cosas, o «a sugestión de la naturaleza misma», como él
exercicio del pensamiento, o teórica de los principios y efectos de todos los
dice: «El arranque de los pájaros, cuyo ruido se remeda naturalmente
idiomas posibles (~adrid, 1804) y su Sistema de LógJca (Madrid, 1791).
con los batidos de la rr, al mismo tiempo de ser quizá la raíz de los
En este uly~o lIbro sigue muy de cerca el sensrsmo de CondIllac;
vocablos arrancar y correr, puede haber introducido la adición de la
como es fácil apreciar en el siguiente párrafo: «El alm.a no sale d~ SI
sílaba re a las palabras para demostrar la repetición o mucha can-
misrna, m conoce las cosas exteriores, ni aun en su propio cuerpo, SInO
tidad.x Se reconoce aquí en el lenguaje la existencia de un elemento
por las impresiones que los sentidos le producen. No sabemos sino
extrarracional en un momento donde el triunfo de la razón marca el
porque sentimos. Conocemos, pues, lo que las cosas son respecto de
pensamiento en todos los órdenes. Esto introduce en la obra de
~osotf(?S, y de ninguna manera lo que ellas son en sí» 13. S~br.e las
Ramón Campos un punto de originalidad, que bien valdría un estudio
Impr.eslones reCIbidas por los sentidos opera el entendlml~nto
monográfico sobre dicho autor 14.
mediante la abstracción y la generalización hasta hacer cornprensibles
La figura y la obra de V ALENT1NDE FORONDA (Vitoria, 1751-Pam-
a la razón los fenól11enos del mundo exterior. Éste se ha hecho acce-
plona, 1821) ha sido ya muy estudiada, sobre todo en lo que se refiere
sible al hombre gracias a la nueva actitud ante el conocimiento; la
a su vida como diplomático, a sus contribuciones al pensamiento eco-
astrología se ha cOnvertido en astronomía, y la alquimia en química. Y
14 Una primera piedra para ese estudio ha sido puesta por Alain Guy en su trabajo
" Ibid., tomo III, pág. 117. «Ramón Campos, disciple de Condillac», en el volumen colectivo Pensé hispanique el
13 R. Campos, Si.~lema de lógica. pág. 4. philosophie francaise des lumiéres, Publications de l'Université de Toulouse-le-Mirail,
Toulouse, 1980.
HISTORIA CRITICA DEL PENSAMIENTO ESPAJ\lOL. T. 1II.-I8
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nómico y financiero, a sus relaciones con la Sociedad Vascongada de dable y sencillo, casi igual en limpieza y claridad al del autor que
Amigos del País, de la que fue miembro durante varios años, e incluso traduce» 16. Evidentemente, esta traducción contribuyó decisivamente
en lo tocante a su pensamiento político, en el que se manifiesta como a la difusión del sensismo de Condillac en nuestro panorama cultural,
un fiel representante de la ideología ilustrada. Pero, en cambio, está y ello le presta singular relieve en esta historia.
todavía por estudiar su pensamiento filosófico y la influencia del
mismo en el panorama español. He aquí algunos de los títulos de sus
escritos: Cartas sobre los asuntos más exquisitos de la economía política, 5. LA TRASCENDENCIA DE LA NUEVA FILOSOFíA
Compendio histórico cronológico de Historia moderna, Lecciones ligeras
de química, Cartas sobre la policía, Cartas para los amigos y enemigos de Un tratamiento medianamente completo del tema que nos ocupa
don Valentín de Foronda, Cartas sobre varias materias políticas, Apuntes exigiría ocuparse de Jovellanos, como figura central de nuestro movi-
ligeros sobre la nueva constitución, Disertación sobre lo honrosa que es la miento ilustrado. Si Jovellanos es algo así como la figura paradigmá-
profesión del comercio, Cartas a un amigo sobre el Banco Nacional de San tica de la Ilustración española, se desprende lógicamente que su filo-
Carlos, Disertación sobre la Compañía de las Indias Orientales, Diserta- sofía debe haber sufrido también la influencia decisiva del sensua-
ción sobre la libertad de escribir, Disertación sobre la platina, Cartas lismo, pues de lo contrario habría que desechar la tesis central que
sobre contribuciones, Defensa de la profesión comerciante, Cartas sobre hemos mantenido en este capítulo, es decir, que el sensualismo es la
los intendentes, Cartas sobre lo que debe hacer un príncipe que tenga colo- filosofía de la Ilustración. Ahora bien, aunque nuestra respuesta a la
nias a gran distancia ... La simple lectura de estos títulos parece darle la cuestión que planteamos es afirmativa, la importancia de la figura de
razón a Elorza, cuando afirma: «En conjunto, su obra no pretende ser Jovellanos exige que le demos un tratamiento independiente, lo que
más que un vehículo de penetración de las ideas de reforma, y, dentro haremos en el próximo capítulo.
de sus características ya apuntadas de superficialidad y dispersión, res- En lo que queda de éste, vamos a examinar brevemente cómo las
ponde plenamente a ese intento. Apenas hay tema del naciente pensa- nuevas ideas filosóficas y las actitudes intelectuales correspondientes
miento burgués -desde la economía al urbanismo y la química- que ejercieron una gran influencia en la sociedad española y, de modo
no sea abordado por Foronda, quien, en su coherencia, nos da asi- muy especial, en la orientación educativa de la enseñanza universi-
mismo la medida del aislamiento y las dificultades con que tropezaron taria. De momento, recordemos sumariamente el contenido de estas
los primeros expositores de la ideología liberal en España» B. nuevas ideas: la primacía de la experiencia en la constitución del
En el ámbito del pensamiento filosófico, Foronda pasará por ser conocimiento; la exaltación de la razón, como polo opuesto a la expe-
uno de los más eficaces difusores del sensualismo de Condillac, riencia, pero fundamental en la elaboración de la ciencia y de todas las
mediante la traducción de su lógica. Unos años antes el capitán Ber- disciplinas académicas en general; la negación de las ideas y los princi-
nardo María de Calzada había ya hecho una traducción con el título pios innatos, lleva a basar toda la actividad racional en las sensaciones
de Lógica o los primeros elementos del arte de pensar (Madrid, 1784, y la reflexión ejercida sobre éstas; el trabajo de la razón se reduce al
1788-Barcelona, 1823). Sin duda, Foronda no la encontró suficiente- ámbito del mundo sensible, si bien puede llegar a conocer inductiva-
mente asequible para todo el mundo, cuando se propuso hacer otra mente verdades no sensibles, que son un misterio para el hombre.
traducción, acomodada a ·Ia capacidad de su hijo, y para lo cual se El cambio producido señala una nueva época en nuestra historia
esforzó en ponerla en diálogo. He aquí el título del nuevo libro: Lógica intelectual muy alejada de las polémicas de los «novatores». Algunos
de Condillac puesta en diálogo por don V. de F., Y adicionada con un autores consideran que en ese cambio la influencia de Locke o de
pequeño tratado sobre toda clase de argumentos y sofismas, y con varias otros pensadores que se movían en su dirección fue decisiva. He aquí
reflexiones sobre la Aritmética moral de Buffon, sobre medir las cosas lo que dice Rodríguez Aranda al respecto: «Una vez contemplado el
inciertas, sobre el modo de apreciar las relaciones de verosimilitud, los desarrollo de las doctrinas de Locke en España extraña la magnitud
grados de probabilidad, el valor de los testimonios, la influencia de las del cambio ocurrido. Las polémicas sostenidas entre escolásticos e
casualidades, el inconveniente de los riesgos, y sobre formar el juicio del innovadores no hacían presagiar que el escolasticismo quedaría aca-
valor real de nuestros temores y esperanzas (Madrid, 1789, 1794). La llado. Pero así sucedió ... Examinando el pensamiento anterior a la
finalidad perseguida por Foronda indudablemente quedó conseguida; influencia de Locke en España y el posterior, observamos que es otra
sobre la obra dice Menéndez Pelayo: «El estilo de Foronda es agra-
16 M. Menéndez Pelayo, Historia de los heterodoxos españoles, Madrid, 1965, vol. V,
ts A. Elorza, La ideología liberal en la Ilustración española. Madrid, 1970, pág. J38. pág. 287.
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muy diferente la filosofía imperante. Este cambio se ha debido al espí- minas siguientes: «Padres amantísimos, ¿en qué nos detenemos? Rom-
ritu del iluminismo, y cuando no es directamente, indirectamente pamos estas prisiornes que miserablemente nos han ligado al Peripato.
sucede por obra de Locke. Como hemos repetido, Locke se halla en el Sacudamos la general preocupación que nos inspiraron nuestros maes-
fondo de las doctrinas filosóficas y políticas del enciclopedismo. Se tros. Sepamos que mientras viviéramos en esta triste esclavitud halla-
acogió con predilección la parte destructiva de su filosofía. El tema de remos mil obstáculos para el progreso de las ciencias» 19.
moda será el ataque contra las ideas innatas. El interés por la práctica y El espíritu que reinaba a fin de siglo sobre la escolástica, queda
los hechos hizo cundir el desprecio por el ergotismo y la habilidad dia- patente en el siguiente escrito, donde se describe la situación en tér-
léctica. Las disputas verbales universitarias quedaron desterradas» 17. minos muy peyorativos: «En la literatura de los frayles ... no se
La penetración de las nuevas ideas fue tan fuerte que llegó a ganar encuentra más que jerga, nenías, algarabías, ergotismo, y toda la
los ámbitos más reaccionarios, como era el de la Universidad española demás broza de que abundan los escolásticos, sin que el bello gusto de
de la época. Así ocurrió en la de Salamanca, tras la reforma de 1771, las ciencias haya podido disipar las tinieblas en que se ven sumergidas,
donde la disolución de la metafísica llegó al extremo de titular una ni los gritos que dan a la puerta de sus claustros los Gassendos, los
asignatura filosófica con el nombre de: «Cátedra de fisiología o verda- Descartes, los Neutones y toda la tropa de esos hombres ilustres, a
dera metafísica.» Las mismas órdenes religiosas se vieron afectadas cuya penetración no se han escapado los arcanos más ocultos de la
por el cambio, y así ocurrió al menos con los jesuitas y los carmelitas. naturaleza, hayan podido despertarlos del letargo de una crasísima
De hecho, los jesuitas fueron en gran medida los introductores del ignorancia, de la que los ha cubierto el Peripato, y en el que, encapri-
cambio, como hemos visto en este capítulo y en el dedicado a la Uni- chados, cierran los ojos a la luz que esparce por el mundo literario
versidad de Cervera. Pero no debemos olvidar que esto estaba en tantos genios sublimes cuantos, siguiendo las ideas de aquellos grandes
contra de sus propias normas internas. Así, en la Congregación XVI, filósofos, ha producido la ilustración de nuestro siglo» 20.
de 1730, al tratar de los estudios filosóficos, se dice explícitamente lo Los textos recogidos nos dan idea del menosprecio en que había
siguiente: «Habiendo adoptado la Compañía la filosofía de Aristóteles caído la escolástica a fines del XVIIl, y cómo la nueva filosofía se había
como más útil para la teología, debemos atenernos a ella según lo impuesto hasta en los reductos más reaccionarios. El autor varias
prescrito en las constituciones y en las arde naciones sobre estudios. Y veces citado aquí, Rodríguez Aranda, que ha estudiado el fenómeno,
esto debe hacerse no sólo en la lógica y en la metafísica, sino también se expresa en el mismo sentido que lo estamos haciendo nosotros. He
en la filosofía natural, donde no se debe omitir el sistema peripatético aquí su conclusión: «Las doctrinas que comenzaron a ser propagadas
sobre los principios y la constitución de los cuerpos.» En el punto por una minoría al margen de las instituciones oficiales, se impusieron
siguiente la postura es aún más tajante: «Si los provinciales descu- en toda España antes de finalizar el siglo. La experiencia quedó reva-
brieran algunas aficiones a novedades que se apartan manifiestamente lorizada. Los intentos que en este sentido hicieron anteriormente los
de esa filosofía, o que por medio de subterfugios enseñan en vez de eclécticos culminaron después de la introducción de Locke y el enci-
ella otras opiniones, retírenles del oficio de enseñanza» 18. Ahora bien, clopedismo. No puede, sin embargo, decirse que la incorporación de
después de esta resolución se publicaron los libros de Ignacio Mon- España al modernismo acarreara sólo ventajas para nuestro pensa-
teiro, Antonio Eximeno y Juan Andrés, jesuitas los tres que vivieron miento. Cuando una influencia es muy fuerte, la doctrina aceptada
en el exilio italiano, y que demuestran hasta qué punto las nuevas suele ser la parte más radical de ella. La consecuencia inmediata del
ideas habían penetrado en los Colegios de la Compañía de Jesús. atenerse a los sentidos como única fuente de conocimiento es que se
Pero la difusión del sensualismo se había extendido incluso a otras ahogó el pensamiento metafísico» 21.
Ordenes religiosas más alejadas del nuevo espíritu. Esto ocurrió, por Esta imposición del sensualismo en el panorama filosófico español
ejemplo, con los Carmelitas descalzos, cuyo general recomendaba a supondrá una ruptura definitiva con el orden ideológico tradicional,
sus frailes en una circular de 1781, la lectura de autores como Vives, de consecuencias incalculables en nuestro desarrollo cultural. Sobre
Bacon, Descartes, Gassendi, Newton, Leibniz, Wolff, Condillac, y sus implicaciones nos extenderemos ampliamente en los próximos ca-
Locke. El padre provincial de los franciscanos de Granada se mueve pítulos.
dentro de la misma órbita, cuando se dirigía a sus religiosos en los tér-
19 J. Sempere y Guarinos, Ensayos de una biblialeca de escritores españoles del rei-
nado de Carlos Ill, tomo IV, pág. 248.
L. Rodríguez Aranda, art. cit., pág. 380.
17 20 Carta refractaria del bachiller don Juan Antonio Ramlrez Claro escrita a su catedrá-
A. Astrain, Historia de la Compañía de Jesús en la asistencia de España. Madrid,
18
tico de Prima el Dr. Don Antonio de Vargas, Málaga, 1789, pág. v.
1925, véase vol, VII. 21 Rodríguez Aranda, art. cit., págs. 380-381.

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