¿QUE HACER?

RAZONES PARA LA CONTINUIDAD

Por Román Fellippelli1

La trágica e inesperada desaparición del ex Presidente Néstor Kirchner

abre un paréntesis de interrogantes frente a la coyuntura de corto y mediano
plazo, teniendo en cuenta la inminencia de las próximas elecciones presidenciales.
No es un secreto a esta altura que el ex Presidente era una de las cartas más
importantes de la baraja oficialista para 2011. Su ausencia obliga necesariamente
a replantear la estrategia electoral, teniendo como premisa un objetivo claro e
incontrovertible: la continuidad estructural del proyecto popular iniciado en mayo
de 2003.

La desaparición de una figura política de peso en un panorama político y

electoral complejo ya tiene antecedentes en la Argentina. La memoria histórica
nos remite a los inicios de la década del ‘40 del siglo pasado donde las sucesivas
muertes de Marcelo T. de Alvear (1942) y de Agustín P. Justo (1943) provocaron
ipso facto el final de la “Década Infame”, dejaron al sector conservador sin
referentes políticos de relevancia (el cual tendió a confluir alrededor del embajador
de EEUU Spruille Braden) y sin lugar a dudas contribuyeron a fortalecer la
ascendente figura del entonces Coronel Juan D. Perón. Idéntica referencia podría
también hacerse al asesinato del Gral. Pedro E. Aramburu (1970), el cual se
mostraba como un potencial candidato presidencial en un delicado momento de
transición política que culminó finalmente con el regreso del peronismo al poder.
Resulta evidente que a partir de hoy el tablero político nacional deberá
reacomodar sus piezas y el principal interrogante consistirá en develar su nueva
configuración y en especial en saber si esta última será funcional o no al
mencionado proyecto.

Frente a esta fluida coyuntura los tiempos políticos no dejan demasiado

margen para la duda: Cristina Fernández deberá pensar seriamente en ser
candidata para su reelección el año que viene. En mi opinión, en un escenario

1
Licenciado en Ciencia Política (UNR)- romanfb2002@yahoo.com.ar
político donde los argumentos de autoridad y de conducción tendrán más peso de
lo usual, ella es la única figura del oficialismo que reúne dichos requisitos y la
única persona plenamente identificada con este proyecto que está en condiciones
de ejercer la presidencia. Desde este momento hasta las elecciones se debe
blindar la gestión presidencial: esto implica darle continuidad a la agenda política y
legislativa actual y en caso de ser necesario promover al gabinete a algunas
figuras clave del ámbito legislativo como es el caso del jefe de la bancada
oficialista Agustín Rossi. Si bien esto implicaría para el actual diputado
desentenderse de su estrategia provincial, su presencia en un ministerio clave
como el de Interior sería fundamental a fin de encabezar, junto a los gobernadores
afines a la Casa Rosada, un armado político nacional con miras a 2011.

La Argentina del Bicentenario se encuentra atravesando por un proceso

axial en su historia que resultará decisivo para inclinar definitivamente la balanza
hacia uno de los dos proyectos que quedaron esbozados en aquel Cabildo de
1810: el liberal de la línea de Rivadavia, Mitre, Sarmiento, Roca y Alvear y el
federal – provinciano de la línea Belgrano, San Martín, Rosas, Yrigoyen y Perón.
El “Régimen Conservador”, la “Década Infame”, la “Revolución Argentina”, el
“Proceso de Reorganización Nacional” y la década del ‘90 fueron una clara
muestra del primer modelo…esperemos que el camino que comenzamos a
recorrer en mayo de 2003 (recuperación el empleo, economía productiva, mercado
interno, recuperación del sistema previsional, nuevo mapa de medios, derechos
humanos, etc.) oriente la brújula de la historia de manera definitiva en la dirección
contraria.