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La Investigación de la Comunicación de

Masas

Mauro Wolf
La perspectiva de los “cultural studies”

La situación de los estudiosos de comunicación de masas es la de


exponer conocimientos sobre una situación enraizada, auto reflexiva
que goza de autoridad, que se encuentra ella misma en una posición de
potencial tensión con otras instituciones que gozan de la misma
autoridad, están bien estructuradas y son fuentes de poder económico y
político.

Este aspecto no solo constituye un dato de hecho en la investigación


metodológica, sino que ha empezado a plantearse como un problema
que debe ser analizado en su propio ámbito: ¿cómo se articulan las
relaciones entre el sistema de los medias y las demás estructuras e
instituciones sociales? Dentro de la tendencia general (que está
caracterizado progresivamente a la comunication research) a acentuar
la atención sobre las estructuras sociales y el contexto histórico en
cuanto factores esenciales para comprender la acción de los media, un
momento especifico está representado por los cultural studies. La teoría
metodológica conocida bajo este nombre se perfila hacia mediados de
los años 50 y los primeros del 60 en Inglaterra, en torno al Center for
Contemporary Cultural Studies de Birmingham.

El interés de los cultural studies se centra en analizar la forma específica


de proceso social, correspondiente a la atribución de sentido de la
realidad, al desarrollo de la cultura, de las prácticas sociales
compartidas. En los términos de dicha tendencia, la cultura no es una
práctica, ni es simplemente la descripción la suma de hábitos y
costumbres de una sociedad. Pasa a través de todas las prácticas
sociales y es la suma de sus interrelaciones. El objetivo de los cultural
studies es definir el estudio de la cultura propia de la sociedad
contemporánea como un terreno de análisis conceptualmente
importante, pertinente, teóricamente fundado. En el concepto de
cultura caben tanto los significados y los valores que surgen y se
difunden entre las clases y los grupos sociales, como las practicas
efectivamente realizadas a través de las que se expresan valores y
significados y en las formas que están contenidos. Respecto a dichas
definiciones y formas de vida –entendidas como elaboraciones
colectivas- los mass media desarrollan una función importante al actuar
como elementos activos de estas elaboraciones.

Una correcta sociología de las comunicaciones de masas debe por tanto


tener por objeto explicar la dialéctica que se instaura entre el sistema
social, la continuidad y las transformaciones del sistema cultural, el
control. Deben estudiarse las estructuras y los procesos a través de los
que las instituciones de las comunicaciones de masas sostienen y
reproducen la estabilidad social y cultural.

Los cultural studies atribuyen al ámbito superestructural una


especificidad y una valencia constitutiva que van más allá de la
oposición entre estructura y superestructura. El efecto ideológico
general de la reproducción del sistema cultural operada a través de los
mass media se evidencia mediante el análisis de las distintas
determinaciones (internas y externas del sistema de la comunicación de
masas) que vinculan o liberan los mensajes de los media en y a través
de las practicas de productivas.

Los cultural studies se especializan en dos aplicaciones distintas: por un


lado los trabajos sobre la producción de los media en cuanto sistema
complejo de las practicas determinantes para la elaboración de la
cultura y de la imagen de la realidad; por el otro, los estudios sobre el
consumo de la comunicación de masas en cuanto a lugar de negociación
entre practicas comunicativas extremadamente diferenciadas.

Los cultural studies reafirman la centralidad de los productos culturales


colectivos como agentes de la continuidad social, enfatizan la naturaleza
compleja y elástica, dinámica y activa, no puramente residual o
mecánica. Al subrayar una vez más el hecho de que las estructuras
sociales en torno al sistema de los media y las especificas condiciones
históricas son elementos esenciales para comprender las practicas
mediologicas, los cultural studies ponen en manifiesto la continua
dialéctica entre el sistema cultural, conflicto y control social.

El problema fundamental de los cultural studies es el de analizar ya sea


la especificidad de las distintas practicas de producción de cultura, como
las formas del sistema articulado y complejo al que dichas prácticas dan
vida.
Texto 2: Modelos Culturales Blanca
Muñoz

Teoría Sociopolítica de la Cultura


Cuando nos referimos a la era de la Globalización reseñamos a la vez la
tradición cultural que ha ido instituyéndose a lo largo del siglo XX. El
Siglo de las Masas es precisamente el surgimiento de una mayoría que
reivindica su lugar en la sociedad, el acontecimiento que transforma y
modifica la totalidad de las estructuras económicas, políticas y culturales
heredadas del siglo anterior; el paso de súbditos a ciudadanos.

Precisamente el debate sobre qué sentido debe tener el análisis de los


procesos ideológicos y simbólicos en las sociedades que han accedido al
capitalismo avanzado, centra gran parte de las investigaciones
culturalistas llevadas a cabo después de la segunda guerra mundial. En
este punto la formación de un nuevo tipo de difusión cultural, como va a
ser la aparición de los medios de comunicación para masas, señala los
comienzos de una intensa polémica sobre qué valores y que actitudes se
están consolidando en “la sociedad de los media”. Esto nos lleva al
análisis de la modificación de dos ámbitos: la cultura popular y la cultura
humanista clásica, pero el surgimiento de los medios tecnológicos de
comunicación desplaza ambos tipos de cultura; esta situación provocará
una de las más profundas crisis sociológicas y politológicas sobre la cual
debe ser el modelo ideológico desde el que entender las coordenadas
de la sociedad que el pos industrialismo generaba. Será entonces, la
decadencia de las culturas populares la que aparezca como la anomia,
deformación y empobrecimiento del mundo de la vida, tal y como lo
definirán los sociólogos frankfurtianos de la segunda generación. Esto da
pie a las argumentaciones “a favor” o “en contra” de la vuelta hacia los
planteos teóricos que dieron origen a la modernidad.

En esta reconstrucción la post modernidad reflejará el punto de inflexión


de la crisis espiritual y cultural de nuestras sociedades; en este proceso
hay una profunda e intensa dialéctica entre los defensores de a los
valores ilustrados en cuando a una legitimidad fundada en una
reconstrucción de la racionalidad, frente a quienes presuponen la
bancarrota de la ilustración y sus valores.
La reconstrucción del concepto de cultura implica el repaso de otros
temas centrales que conforman la identidad colectiva. La sociabilización,
el rol del Derecho en las nuevas sociedades o los símbolos y valores en
la creación de nuevas estructuras normativas.

Intro.

No hay realización cultural que no conlleve a una organización


cognoscitiva que afecta a todos los niveles de la vida en comunidad; que
se expresa muy bien en las concepciones políticas de los individuos y los
grupos sociales a lo largo de su desarrollo histórico. (Para comprender
un sistema político o movimiento político se hace imprescindible conocer
el tipo de cosmovisión) Hablar de cultura es hablar de política.

Tanto la cultura como la política están articuladas jerárquicamente con


un vértice que son los mecanismos de poder los que disponen la
regulación del curso de las cosas.

“Los movimientos e ideologías políticas giran sobre construcciones


cosmovisivas en los que el epicentro no deja de ser sino el significado
elaborado por los grupos de poder en relación al concepto de jerarquía
social”

El análisis de la creación y la producción cultural nos remite al tema del


Estado y al del Mercado desde nuevos ámbitos de significación. Toda
referencia al tema cultural pasa por las transformaciones de la
soberanía, la legitimidad o las identidades lingüísticas y nacionales.

El concepto de cultura para la teoría de los bienes culturales: En un


sentido amplio, como las formas de clasificación y comprensión de lo
real en un grupo o grupos específicos

Las transformaciones económicas y tecnológicas no pueden ocultar que


seguimos dentro de una cosmovisión dominante en la que el
enfrentamiento entre Estado y mercado, capital y trabajo, elites y
masas, persiste como motivo esencial de cada ideología específica y su
modelo cultural.

REVISION DEL CONCEPTO DE MODERNIDAD.

I. Viejas y nuevas contradicciones de la sociedad del


bienestar
Saint Simón consideraba que la nueva sociedad industrial estaría
dirigida por los productores (científicos y empresarios) “los hombres
del futuro”, esta idea se cumpliría en la sociedad post industrial. El
poder y los mecanismos de dominación estarán determinados por
toda una estructura estatal burocratizada. La burocracia, en su
sentido weberiano, conforma un nuevo tipo de sociedad articulada en
los sectores terciarios y científicos.

Lo que caracteriza a la post modernidad es:

a) Estructura económica:
1) Productividad compleja y elevada
2) Ruptura entre producción y consumo como consecuencia de la
elevación constante de las necesidades de consumo
3) La técnica y la ciencia se constituyen como factores básicos
dentro de los procesos de producción y distribución económica.

a) Organización social:
1) Toda la estructura social se polariza en torno a la producción
económica
2) Aparece una sociedad administrativamente muy
profesionalizada y burocratizada.
3) La sociedad rural se desplaza migratoriamente hacia la
sociedad urbana, creándose fuertes desniveles poblacionales.
4) La estratificación por clases se segmenta en divisiones a partir
del status adquirido.
5) La división entre elites y masas se hace más tajante a partir de
los diferentes estilos de vida y sus formas de ocio.

C) Procesos políticos:

1) institucionalización de la democracia y de un conjunto de


derechos de carácter jurídico formal.

2) La democracia se estructurará sobre un sistema de partidos


políticos en competencia

3) La profesionalización de la política dará lugar a una


burocratización que incide en lo que Robert Michels denominó como “ley
de hierro de las oligarquías” políticas, aseguradas y afianzadas de una
manera férrea en las cúpulas de cada partido.

D) Procesos psicológicos e ideológicos:


1) En la sociedad postindustrial se producirá una profunda
secularización de los valores e ideas.

2) La ciencia se aplica a todos los sectores de la existencia social y en


concreto, al tiempo libre

3) los medios de comunicación de masas inciden en la formación de


enormes multitudes anónimas que pueden ser persuadidas con gran
facilidad mediante técnicas y estudios psicológicos.

De la consolidación a las transformaciones de la sociedad del


bienestar

El estado y su correspondiente Sociedad de Bienestar, se conforman


como las grandes estructuras desde las que poder acceder a los
complejos procesos socioeconómicos. El estudio del Estado y la Política
Social estará guiado por conceptos analítico-formales entre los que
destacan sus tres subsistemas: el sistema económico, el sistema
político- administrativo y el sistema normativo o de legitimación social.
Desde la década de los 70 se empieza a hablar de la crisis del Estado y
de la sociedad el Bienestar. Dicha crisis conllevará una serie de ajustes
que alteran los marcos económicos y políticos consolidados en la
Segunda guerra mundial. Será el comienzo de la re estructuración
institucional y colectiva en la que se van debilitando y vaciando logros
civiles derivados de la consolidación del estado democrático y social.

La administración juega el rol de equilibrar estructuras. Como estudió


Weber; la dominación burocrático legal – superadora de la tradicional y
carismática- sitúa sobre la Administración sus fundamentos de
legitimidad. La administración burocrática pasa a ser el eje del estado y
desde luego de la sociedad de bienestar; en consecuencia, esta
ordenación de instituciones permite una cierta seguridad y protección a
los ciudadanos mediante la creación de nuevas estructuras
administrativas, nuevos servicios sociales y culturales y sobre todo un
sistema político que interviene en el incremento de las prestaciones
como forma estable de la acción estatal.

Por consiguiente la mejora de los niveles de vida que conforman el


estado de bienestar se sintetizan en: Ingresos económicos que permitan
unas posibilidades adquisitivas vitales en incremento y mejora; Apoyo al
empleo; derechos de los ciudadanos a una protección de salud; políticas
sociales como vivienda, educación, participación y derechos civiles.
Desde principios de los años setenta se empieza a entrever un
acrecentamiento de los mecanismos que van recortando estos
estándares que suponían las garantías del Estado social y de derecho.
Será pues, desde mediados de los años ochenta y principios de los
noventa cuando la desaparición del modelo político bipolar y la
desaparición del socialismo burocrático soviético agudiza el modelo de
reajuste que afecta sistemáticamente a las condiciones de vida de
diferentes y variados grupos de la población. Las nuevas contradicciones
se hacen inseparables del aumento de los procesos privacionistas de la
sociedad postindustrial y del descenso de la Sociedad de Bienestar
(heredada del modelo Keynesiano). Se pueden enunciar recientes
contradicciones tales como:

-Una radicalización, pese a la gran producción económica excedente, de


sectores desprotegidos.

- El Estado de bienestar tiene que desarrollar provisoriamente una serie


de políticas sociales en función de los “márgenes” que se van
constituyendo.

- La política social se convierte en uno de los ejes básicos para entender


los problemas de fondo de la sociedad postindustrial.

Estas contradicciones se unen a las heredadas en la época anterior y así


siguen perviviendo.

-El proceso de paro estructural que afecta no solo al trabajo manual sino
también a los empleados de cuello blanco.

-El sistema de clases, pese a una movilidad de mayor dinamismo, sigue


agudizando las diferencias de distribución del poder y del privilegio
colectivo.

En consecuencia, las transformaciones en las que el aumento en la tasa


de paro, el incremento de la marginalidad, la agudización de conflictos,
pasan a ser síntomas crecientes de este proceso de crisis subyacente
que afecta a la sociedad de bienestar. El reajuste del sistema de
producción/distribución socava los mecanismos de regulación que se
habían logrado mediante el modelo keynesiano. Este reajuste algunos
autores denominan como el final del estado liberal y sin embargo se
interpreta desde dos perspectivas muy diferenciadas y que van a dar
lugar a la articulación de nuevas Teorías de la Cultura que entran en el
análisis sociopolítico con conceptos y problemáticas propias.
Las líneas principales de creación de las ya denominadas como Teorías
Políticas de la Cultura interpretan las viejas y las nuevas contradicciones
en función de sus posiciones ideológicas. Neoconservadores,
neoliberales y neomarxistas asumen los postulados metodológicos de su
tradición intelectual. Los planteamientos neoconservadores y
neomarxistas siguen siendo los que mejor resumen las posiciones
contemporáneas sobre la crisis postindustrial de la sociedad.

LOS IDEALES DE LA MODERNIDAD

I. ¿La quiebra de la modernidad?

Frente al dogmatismo Pierre Bayle y los “librepensadores” inician la


perspectiva ilustrada de la libertad de conciencia como consecuencia
de la instauración de las libertades civiles. El proyecto de la
Enciclopedia en cuanto síntesis de las ciencias de las artes y los
oficios que desde 1751 hasta 1772 dirigen D´Alembert y Diderot, da
forma a la colosal transformación histórica que funda la génesis de la
modernidad.

El proyecto iluminista se propone como primer objetivo la difusión del


saber cómo defensa frente al poder. Para los ilustrados, el intelectual
representa la conciencia política de cada época y su función será de
enseñar las causas de la opresión y la miseria. La difusión popular de
la Enciclopedia en cafés y tabernas, se extiende como gran
revolución cultural cuyo resultado estará en la aparición de la
conciencia política general.

La Enciclopedia publicada desde 1751 hasta 1770 se convierte en los


primeros instrumentos revolucionarios que conducirá directamente a
las grandes transformaciones políticas revolucionarias. Pero los
elementos revolucionarios de la obra no están sólo en el texto,
cuanto en su difusión.

La batalla en contra de la ignorancia conforma el proyecto que será


definido como la extensión de las Luces, el Iluminismo o Ilustración.
La Ilustración a través de la Enciclopedia va a transformar
radicalmente el pensamiento social, político y cultural introduciendo
los grandes temas que van a llegar hasta nuestros días:

– La racionalidad y el rechazo del conocimiento por autoridad. La


razón se convierte en el cambio histórico enfrentada a la
superstición. Esta concepción de la razón en la historia llega a su
máxima enunciación en la filosofía del Idealismo alemán: Hegel.
– La perspectiva histórica con el movimiento ilustrado se consolida
como tiempo de la modernidad; el modelo histórico se entenderá
como acontecimiento, la historia como superación. La
transformación social como superación conduce a la idea central
de los ilustrados: el concepto de progreso.
– El progreso así unido al concepto histórico de tiempo. Se considera
que si la historia es la verdadera naturaleza la humanidad puede
ser modificada voluntariamente por los individuos.
– La ilustración establece una nueva concepción de la naturaleza,
que la piensa para el mayor perfeccionamiento de lo humano,
restituyendo a la humanidad como especie en concordia con otras
especies y a partir de la búsqueda del equilibrio entre naturaleza e
historia.
– La educación se resume como la síntesis de los grandes temas
anteriores, el modelo ilustrado de educación en cuanto esencial
armonía entre facultades y aptitudes humanas, creadora de los
grandes modelos educativos. El verdadero cambio político se
identificará con el cambio educativo.
– Como consecuencia de los ideales ilustrados, la religión será
considerada como difusora de prejuicios y supersticiones. El
Iluminismo será anticlerical más que ateo. El movimiento ilustrado
se reivindicará como modelo de trascendencia de la capacidad
humana para sobreponer el espíritu humano a lo meramente
material. Hegel acuñará el sentido metafísico de Espíritu Absoluto
a este movimiento de la totalidad dialéctica que objetiva y explica
la historia.

La cultura en la Ilustración será civilización, rompiendo con el


narcisismo primitivo y conectando universalmente con la realidad. Y
con ello se reivindica un concepto de universalidad, en el que la
igualdad, libertad y solidaridad se constituyen en el excepcional
manifiesto de una humanidad civilizada.

La concepción cultural y estética ilustrada

La reflexión estética se convierte en el ámbito de lo humano desde el


que reinterpretar el tema de la transformación social y política desde
formulaciones políticas no convencionales. (Tesis del estudio): Parte de
la idea central, la relegación, y la consolidación del capitalismo ejerció
sobre todas las facultades humanas que no entraban dentro de la moral
productivista propia de este sistema económico social. Así se tacharon
de irracionales todas las capacidades y aptitudes que no eran
coincidentes con los principios de una economía en que la rentabilidad y
la eficacia se impusieron sobre cualquier otro modo de entendimiento y
explicación de la realidad. La “muerte de metafísica”, decretada por el
positivismo comteano resultó ser el paso definitivo para disolver la
dicotomía teórica entre la apariencia y el ser del pensamiento clásico. El
positivismo convertido ya en el paradigma teórico hegemónico se
separaran entre si definitivamente los ejes temáticos que fueron el
sustrato común del pensamiento ilustrado. La ciencia y la técnica
sustituirían de una forma concluyente el significado último que el
concepto de progreso tuvo de la revolución ilustrada.

La separación entre ética y política y especialmente entre ética y


estética, resulta ser la lógica consecuencia de un sistema productivo en
el que el ser humano considerado como trabajador deviene en
mercancía a partir de las leyes de demanda y oferta. Precisamente lo
estético queda desplazado en un modelo de progreso que identifica
ideológicamente el crecimiento tecnológico con el avance y desarrollo
humano.

Lo que resulta lucrativo y rentable y lo que va a ser calificado como


inútil e improductivo. Lo emotivo, sensible, creativo o que sirva para
conmover, se irá desplazando hacia la esfera de lo ilógico y absurdo. El
sujeto surgido de la modernidad queda mutilado al amputársele aquellas
aptitudes que no son útiles ni aprovechables económicamente. El
economicismo se concierte en una perspectiva económica de la
eliminación de aquellas facultades que puedan desembocar en un
proyecto ilustrado de emancipación humana y social.

Será el planteamiento estético-cultural el que sufra una desfiguración y


ataque despiadado. Si algo caracterizó al movimiento ilustrado fue la
continua revisión de los postulados del concepto de armonía. La estética
se comprende como reflexión que conduzca a la conciliación y
superación de contradicciones. Se edifica de este modo como el estadio
en el que progrese rehaciendo y mejorando lo humano. Y la
contradicción última de lo humano no puede dejar de ser más que la
reconciliación entre el bien, la bondad y la belleza.

El siglo XX se va a caracterizar por una continua refutación de los temas


y principios ilustrados. Desde una perspectiva del análisis estético, la
post modernidad se presenta como el marco en el que se concentran las
criticas anti ilustradas en una posición que se identifica a sí misma como
la superador del iluminismo. La post modernidad manifiesta
especialmente la radical animad versación ideológica hacia una
cosmovisión que edifica sobre el modelo de la razón critica la
transformación social.

La reconstrucción ilustrada de la realidad como clasificación


racional del mundo

La ilustración es una clasificación del mundo a través de los valores de


la racionalidad. Esta situación intelectual que parecería sencilla de
entender se convierte en un enemigo a destruir desde finales del siglo
XVIII; la gran adversaria de la liberación de la sensibilidad y de los
sentimientos. Se calificará a la razón como facultad fría y calculadora.

La reconstrucción del concepto de razón aparece en el siglo de las luces


tiene que conexionarse con el paradigma de la racionalidad clásica
griega.

Siguiendo a Parménides, Sócrates- Platón señalan las dos vías de acceso


a la realidad: la vía de la opinión (de la doxa) que finaliza en el prejuicio
y la vía de la razón (del logos) que concluye en el saber. Solo la razón
puede fundamentar la ética en ideas que se hacen evidentes
prescindiendo de intereses particulares e individuales.

Las tres notas distintivas de la razón clásica no pueden dejar de


enunciarse como: crítica, dialéctica y proyecto de transformación. Es la
búsqueda de ideas universales la que va a singularizar la cultura griega
clásica. Su legado será la indagación de los principios que sintetizan bien
y belleza.

Hay una línea histórica reflexiva que una la reflexión clásica con la
reflexión ilustrada. Esta línea se encuentra en la posibilidad de acceder a
lo intangible a través de la intuición intelectual. La intuición intelectual
deviene del fundamento del juicio estético.

Reaparece la fundamentación de lo universal solo que, así mismo como


universal subjetivo. Se trata de llegar a plantear la posibilidad de ideas
universales en relación a la intuición del sentimiento estético. Y para ello
Kant apela al juicio reflexivo característico de los estados subjetivos. Son
los a priori subjetivos los que interesa fundamentar en un análisis
racional de la belleza.

El juicio estético estará siempre en relación con un fin subjetivo. Pero


este fin subjetivo tiene que desvincularse de un interés meramente
contingente y particular. Kant distinguirá así entre lo agradable, lo útil y
lo bello. Esta distinción encierra el sentido reconstructivo de lo universal
que no puede ser ni lo agradable ni mucho menos, sobre el de utilidad.
En ambos casos se trataría de sentimientos individuales e interesados
por criterios de placer o displacer subjetivos y no generalizables.

Lo bello es un efecto que prescinde de la realidad empírica del objeto y


resulta ser inintencional. El sentido de lo bello, nace de la armonía. Mas
no proviene de la armonía abstracta sino de la armonía de las facultades
cognitivas. La intuición sensible y la intuición intelectual se concilian en
una finalidad no intencional.

La armonía no depende del contenido empírico de la representación. Se


supedita a la condición universal del sujeto. La armonía nace de la
propia estructura universal del espíritu humano. La belleza surge como a
priori del sentimiento universal de la naturaleza humana y por ello
alcanza validez universal que es absolutamente necesaria en los juicios
estéticos.

La armonía entre pensamiento y sentimiento constituye lo que Kant


define como belleza pura. El concepto de sublime deviene en superior a
lo bello, este concepto cuya infinidad se alcanza por el pensamiento, y
no puede ser captado con la mera intuición sensible. Lo sublime da
conciencia de un sentimiento; indica el triunfo de nuestra naturaleza
suprasensible cuando sublima los sentimientos de belleza. La naturaleza
humana suprasensible, para Kant, hace perceptible el sentido de
universalidad que del sentimiento estético se deduce. Siendo el acceso a
lo sublime una comprobación de las síntesis que el sujeto alcanza entre
lo sensible y lo intelectual. Sin embargo, ahora Kant avanza hacia el
análisis del objeto de arte dejando ya demostrada la posibilidad
inherente a la especie humana de lograr establecer la validez universal
de sus formas de hacer inteligible la belleza.

La facultad reflexionarte, pues sintetiza Naturaleza y libertad creadora.


Libertad que se asienta sobre un concepto de creación cuya finalidad
nos recordaría la posibilidad de una inteligencia divina a la que el artista
se asemejaría.

La captación humana de la las formas a priori universales de lo estético


hace que criaturas finitas pueden llegar a comprender la infinitud de la
creación pura y del libre juego de las formas artísticas. El ideal de la
razón estética no puede dejar de ser sino esa validez universal que
resulta de la síntesis entre la armonía del sentimiento de lo bello como a
priori de la sensibilidad humana, y la capacidad para reflexionar sobre la
finalidad sin fin que define a la razón estética frente a la razón científica
o a la razón moral.

Por consiguiente, la razón estética al fundarse sobre universales a


priorices de la subjetividad, introduce un acceso a la realidad que
completa a la razón pura científica y a la razón práctica de la ética.

La estética ilustrada, en definitiva, sitúa en una síntesis armónica las


funciones cognoscibles; la intuición sensible y la intuición intelectual. El
humanismo ilustrado, brota de una tensión entre lo finito propio de la
corporalidad humana y lo infinito que caracteriza la estructura del
espíritu de la especie.

La Estética como ideal educativo

Si Kant fundamentó la racionalidad estética. Rousseau edificó sobre la


educación una teoría de la belleza. En Emilio o de la educación, se
desarrolla el modelo de una educación natural en la que la bondad y la
belleza coinciden como el concepto clásico de paideaia; Educación como
aprendizaje de lo útil.

Para Rousseau el ser humano nace bueno y es la sociedad la que


paulatinamente le va introduciendo la maldad en sus actos. La ética no
provendrá de un estadio de complejidad intelectual, ya que pertenece al
ámbito de lo natural, de lo que no es aprendido; pero la sociedad hará
perder ese estado inicial en la que prevalece un instinto de bondad
compasiva. El proyecto rousseauniano se resume en una idea central: la
capacidad de restaurar la esencia bondadosa perdida. Y la educación
será la que posibilita el acceso a este retorno a una esencia humana en
la que la virtud, de nuevo, mediante el aprendizaje retorna a ese estadio
histórico en el que la Naturaleza aún no había sido extraviada ante un
progreso que solo conlleva el antagonismo y la desigualdad.
Con Emilio la educación desarrolla un doble camino: primero, la vuelta a
la bondad natural originaria; pero en segundo lugar un
perfeccionamiento de las facultades que resulta ser el sentido profundo
de la acción educativa. Ética y estética se conjugan de manera
armónica.

Emilio, la obra máxima que expone los principios de la educación


ilustrada, asienta sobre el concepto de perfección la finalidad ultima
ético-estética. El mejoramiento de las capacidades humanas siempre es
considerado como una dinámica en la que se irán completando y
reformando las aptitudes y habilidades de quien aprende. Educación se
contrapone a formación, la formación no deja de ser un adiestramiento.
La educación deviene en el gran mecanismo de perfeccionamiento del
individuo y de un perfeccionamiento del individuo que está centrado no
solo en las cualidades intelectivas sino a la parra en las posibilidades
sensitivas y emotivas.

Rousseau se sitúa entonces dentro de la perspectiva según la cual el


gran cambio revolucionario no proviene exclusivamente de la
transformación política cuanto de la mutilación de la conciencia.

En Emilio o de la educación se asientan los pilares de lo que Rousseau


va a considerar como la educación negativa, esto es el aprendizaje sin
coacción que fomenta los sentimientos e impresiones espontaneas. En
estas contradicciones, no se busca la adquisición de contenidos sino el
desarrollo de aptitudes. Como afirmará Rousseau: no se enseñan
verdades sino las posibilidades de discernir entre lo cierto y lo falso. El
sano entendimiento es un camino que debe recorrerse mediante el
desarrollo intelectual y moral.

Las etapas de aprendizaje, por tanto van desde lo más unido a lo


sensorial hasta desembocar en la educación ético estética. Para
Rousseau la educación del cuerpo, de los sentidos, de la inteligencia y
del corazón. La educación del corazón se convierte en el momento
determinante del proceso de instrucción, ya que por encima de la
inteligencia fría y matemática florece la enseñanza moral que guía al
cuerpo y al cerebro. De aquí que con la comprensión de los otros seres
de la naturaleza y de la sociedad, creándose un sentido de empatía. En
consecuencia, el cultivo de la personalidad con los otros. Rousseau
establecerá en El Contrato Social y su específica critica al concepto de
propiedad ilimitada sobre el que se sitúa la génesis de la desigualdad
entre los seres humanos.
La educación elimina la desigualdad. En el contrato social la voluntad
general surge de un aprendizaje ético en el que la cesión de parte de los
derechos del individuo redunda en los derechos generales para todos. Y
esa suma de voluntades, encauzadas hacia el bien común, solo puede
porvenir de unos ciudadanos que se han hecho autoconscientes. La
autonomía del individuo brota del desarrollo moral e intelectual en
relación con los otros. En este desarrollo el conocimiento de lo bello
coincide con la fundamentación kantiana de unos universales objetivos
que garantizan el tema esencial de la igualdad entre los seres humanos.
Rousseau y Kant así fundamentarán el sentido moderno de uno sobre la
síntesis de un yo erigido sobre la síntesis armónica de lo ético con lo
estético. La bondad y la belleza, como el pensamiento clásico griego,
finalizan coincidiendo plenamente.

Para Schiller la belleza es entendida como totalidad. Y en este nuevo


significado se avanza hacia el paso del pensamiento ilustrado hacia el
Idealismo cuya figura excepcional será Hegel. La totalidad deriva del
acceso a la belleza. Para Schiller, la cultura surge de la superación del
estado de necesidad al convertirse en estado de libertad. Y esto solo
puede alcanzarse mediante un ennoblecimiento de los instintos y en un
uso autónomo de la razón. El instinto de la forma- la razón- y el instinto
de la materia –sensibilidad- se condensan a partir de una vuelta de la
visión de totalidad armónica. El problema no obstante, de la razón
resulta ser el tema de la creación de un Estado Ilustrado que establezca
hombre estético, fundamento este del hombre moral.

La acción política ilustrada se edifica sobre la emancipación. Y el arte a


través de la belleza, conduce a una emancipación desde la totalidad; es
decir a un estado en el que el ser humano accede a su esplendor
sensible e intelectual, pasando por el homo faber al homo ludens. Para
Schiller; la creación es juego e invención. Late en este sentido, una
reivindicación de la cultura como acción estética y como liberación
colectiva. Racionalidad y sentimiento, de nuevo, vuelven a ser
fundamentos mediante una educación de las facultades en síntesis
conciliatoria.

El humanismo ilustrado se plantea no como el retorno al pasado, sino


una visión al futuro a partir de la superación del presente en donde el
proyecto de cambio radical se coloca en el significado kantiano de los
ideales de la razón ético estética. Ideales que, en su fondo no son más
que el perfeccionamiento de las facultades humanas a través del
ejercicio de una educación conciente y cuya finalidad es llegar a una
humanidad autoconsciente.

La síntesis de la Educación: la ética y la estética como proyectos


históricos.

El pensamiento ilustrado tiene su alcance en la actualidad, donde


pervive una ideología de derechos formales que servía de fundamento a
los intereses de la naciente clase hegemónica. Se ha querido presentar a
los ilustrados como los mentores de un tipo de democracia en la que
solamente se contemplan los derechos políticos como compendio del
resto de derechos sociales, económicos y culturales. Como los temas
centrales del movimiento enciclopedista quedaron relegados ante las
imposiciones de una economía organizada sobre la colonización y la
explotación interior de la mano de obra y de las materias primas.

Es momento entonces de redefinir los grandes temas ilustrados con la


finalidad de establecer el fracaso o el triunfo de un conjunto de temas
que dieron origen a la sociedad actual. La confusión presente que se
quiere hacer entre capitalismo y democracia, soslayando la
imprescindible identidad de la ilustración y la democracia participativa.

El tiempo histórico de la Ilustración deviene en un curso de sucesos


construidos y analizados objetivamente. Se sustenta el significado
moderno de temporalidad que será la filosofía hegeliana, tiempo y
progreso están inseparablemente unidos. Es más, la historia avanza por
superación de contrarios, y pese a las fases de retroceso de los corsi y
ricorsi. La dialéctica de la historia no se detiene, ni siquiera en las más
terribles etapas sociales.

La filosofía de lo bello en Hegel plantea la reflexión sobre como se


realizan los momentos constitutivos del arte como percepción a través
de la acción creadora. Hegel no desvincula el ideal artístico al creador de
los procesos y periodos históricos; el filósofo dialectico introduce la
interrelación entre creador e historia. En suma, la filosofía dialéctica
sobre la belleza y sus formas finaliza en una fenomenología en la que la
libertad espiritual creadora realiza la autentica esencia humana. Los
grandes temas de los ideales de la razón creadora se resumen en:

– La definición de lo estético entendido como ampliación y


perfeccionamiento de las facultades humanas, individuales y
sociales, situando a la educación como parte imprescindible del
aprendizaje para la comprensión de la belleza.
– Asimismo, la conciliación entre ética y estética se resuelve en una
síntesis armónica en la que la experiencia de la existencia natural
se trasciende hacia la idealidad y la libertad del espíritu humano.
– Y por último, se entiende el progreso como el avance de la
conciencia a través de la historia. Un avance con progresiones y
retroceso pero que, en definitiva, se edifica sobre una perspectiva
antropológica e histórica sumamente optimista y emancipadora.

Texto n° 3: Introducción a los estudios culturales.


Arma
nd Mattelart y Érik Neveu

La noción de cultura es una de las que más ha suscitado trabajos dentro


de las ciencias sociales. Está la idea de cultura legítima que refiere a
obras pero que también implica una segunda oposición entre las obras
consagradas y aquellas que pertenecen a la denominada cultura de
masas producida por las industrias culturales.

En el caso de Francia, en donde se menciona a veces el concepto como


“Estado Cultural”, el Estado francés ha desempañado un papel
destacado en el desarrollo y la difusión de la cultura erudita, mediante la
escuela, las academias e incluso la televisión durante los años sesenta.
Literatura y filosofía se han beneficiado de una perminencia simbolizada
por la cultura de “autor”. La importancia que esta cultura erudita tiene
para la construcción misma de la identidad francesa explica en cierta
medida la defensa de la excepción cultural.

La metamorfosis de una corriente de investigación

(Cultura para la Inglaterra industrial) Observó cómo se desarrollaba un


original debate sobre la cultura, entendida como instrumento de
reorganización de una sociedad trastornada por el maquinismo y de la
civilización de los grupos sociales emergentes, como argamasa de una
conciencia nacional. Este debate encuentra su equivalente en el mundo
intelectual de la mayoría de los países europeos. La aparición de los
estudios culturales puede calificarse entonces de paradigma teórico
coherente. Se trata de considerar la cultura en el sentido amplio,
antropológico, de pasar de una reflexión centrada en el vinculo cultura-
nación a un enfoque de la cultura de los grupos sociales. Aunque
permanece sujeta a una dimensión política, el meollo de la cuestión
consiste en comprender de qué manera la cultura de un grupo y sobre
todo de las clases populares funciona como rechazo del orden social, o a
la inversa, como forma de adhesión a las relaciones de poder.

Los años 70 verán la expresión de estas temáticas. La escuela de


Birmingham explora las culturas juveniles y obreras, los contenidos y la
recepción de los medios; en los 90 surge en Francia una “antropología
de los mundos contemporáneos” que se aventura por el metro, los
parques de atracciones, los aeropuertos, los “no lugares”. Esta
antropología recupera para las llamadas sociedades complejas las
herramientas de observación de las culturas reservadas hasta entonces
para las sociedades primitivas.

A partir de 1980 se produce una expansión considerable que expande


gradualmente los estudios a factores culturales relativos al género, a la
etnicidad y al conjunto de prácticas consumistas. Esta expansión viene
acompañada de rupturas, enfrentándose a la revalidación del sujeto, a la
rehabilitación de los placeres ligados al consumo de medios, al ascenso
de las visiones neoliberales, a la aceleración de la circulación mundial de
bienes culturales. Se pone en relieve la capacidad crítica de los
consumidores, cuestionan nuevamente el papel central de la clase social
como factor explicativo, con el fin de revaluar los de edad, el género o
las identidades étnicas. Impulsados por la dinámica del éxito alcanzado
concretamente en revistas, libros y manuales se sufrirá nuevas
variaciones. Estas se traducen en la incesante expansión de su territorio,
que abarca temas tratados hasta entonces por diversas ciencias sociales
y humanas, así como la moda, el consumo, identidades sexuales,
museos, turismo o literatura. En lo sucesivo, los partidarios más
radicales de estas investigaciones reivindicarán el estatuto de una anti
disciplina. El termino señala el rechazo de los fraccionamientos
disciplinares y de las especializaciones, la voluntad de combinar las
aportaciones y los cuestionamientos resultantes de conocimientos
híbridos.

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