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La Charla en Camden Centre - [ 15/6/92 ]

por Terence McKenna

Es un placer estar aquí. Quisiera agradecer de nuevo a Evolution Records la


oportunidad de estar aquí. Siempre es un placer volver a Inglaterra (...)
Sobre lo que pienso hablar esta noche, porque supongo que habréis hecho los deberes
desde mi última visita, es de como la experiencia psiquedélica, la que tenemos
individualmente, puede influir en una concepción global de nuestro futuro en la tierra.
Pienso que deberíamos abordar el tema de la condición humana si lo que queremos es
considerar a las plantas psiquedélicas no solo como simples herramientas para la
transformación espiritual de cada indivíduo, sino como fuerzas y herramientas que nos
transformaron como especie en un pasado distante. Os lo explicaré en pocas palabras.

Como muchos de vosotros sabréis, o no, todos los primates ( y nosotros, los humanos,
somos de hecho primates) tienen las llamadas "jerarquías de domino masculino". Esto
significa que, el mono de colmillos más largos, el más hijo de puta de la tribu, es el que
toma control de los recursos del grupo, las hembras, los machos más débiles, y es quien
dirige el show, y, esto, es de hecho lo que sucede hoy en día. Mi opinión, formada a lo
largo de 25 años ingiriendo y trabajando con plantas y substancias psiquedélicas, me ha
conducido —en un arrebato de orgullo desmedido— a hacer un ajuste a la teoría de la
evolución y sugerir que estas sustancias psiquedélicas no son algo secundario,
periférico, sectario, esotérico, autoindulgente, narcisista, oscuro o simplemente algo sin
sentido; estas sustancias son algo básico a la hora de entender como surgió lo que
llamamos nuestra "humanidad". Realmente creo que la razón por la que poseemos el
lenguaje, y nociones como comunidad, altruísmo, lealtad, hermandad y esperanza —
nociones que reconocemos como humanas y que nos ennoblecen— es porque durante
un período de aproximadamente unos cien años, nos automedicamos con estas plantas
y suprimimos la venenosa presencia de ese tumor calcáreo llamado Ego. El ego es la
estructura psicológica que nos lleva de cabeza al infierno. Los problemas que acosan al
mundo moderno y que continúan sin resolverse pueden achacarse al ego, a nuestra
incapacidad de conectar emocionalmente con las consecuencias de lo que nos hacemos
a nosotros mismos, los unos a los otros, al mundo. Nuestros periódicos se llenan de
datos sobre los agujeros de ozono, de vida plactónica en peligro de existinción, de
vertidos tóxicos acumulándose, etcétera —en verdad, ya os sabéis toda la retahíla. Pero,
pienso, la raíz del problema está en el ego. Y creo que tenemos este problema porque
hemos caído en un estilo histórico que suprime, niega e ignora el poderoso potencial de
las plantas psiquedélicas para transformar personalidades, borrar límites, y fundir a la
gente en un único organismo pensante. De esto es de lo que trataba el tribalismo
nómada del pasado.

Bien, ¿como se hace esto? Si tienes una experiencia psiquedélica, sabrás que cada una
es increiblemente única, dirigida a lo individual, y aparentemente, lo más privada que
uno pueda concebir. Pero cuando como clínico o desde una posición como la mía tienes
oportunidad de escuchar docenas, cientos, de experiencias psiquedélicas, empiezas a
hacerte una idea de lo que realmente sucede. Y mi conclusión sobre sus efectos es que
disuelven límites, eliminan diferencias, y te hacen ver que la realidad es, como expresa
en una maravillosa frase Gregory Bateson, una "red unitaria"; que no somos entidades
atómicas, prisioneras para siempre en nuestros Idahos privados; que formamos, de
hecho, algún tipo de campo. De hecho, podría decirse que lo que los psiquedélicos están
intentado hacer por la sociología y la psicología es lo que intentaba hacer la física
cuántica a la materia durante los años 20 y 30. La materia, durante ese período, fue re-
analizada y se averiguó que esta no consistía en pequeñas partículas en forma de bolas
de billar, zumbando en el espacio portadores de una carga eléctrica, sino que existía
otro nivel, otro nivel inferior, en el que se revelaba un sistema de ondas interactivas en
donde los puntos individuales de concrescencia son simplemente más estáticos; Todo
se disuelve en una clase de sopa de niveles múltiples, de dimensiones múltiples
interconectadas, y esto es de lo que trata la experiencia psiquedélica. Creo que una
forma de pensar en lo que es la vida —de forma biológica, me refiero—, es que es una
estrategia química para amplificar el indeterminismo de la mecánica cuántica hasta un
grado en el que la libertad, la verdadera libertad, aparezca a nivel macrofísico —el nivel
que, nosotros, organismos pensantes, luchadores, sufridores y ensoñadores—
ocupamos. La amplificación de la indeterminación de la mecánica cuántica que permite
esa libertad, nos conduciría a un proceso evolucionario que reflejaría las fuerzas que
nos impulsan hacia él.

La ciencia ortodoxa te presenta un universo caracterizado por una casuística que fluye
en una sola dirección en el tiempo (hacia adelante) en donde cada evento es de alguna
manera dependiente del momento que le precede. Creo que podríamos extraer de la
experiencia psiquedélica un concepto nuevo de tiempo, espacio y causalidad.
Probablemente, la mayoría de vosotros recordéis de vuestras clases de trigonometría
del colegio que, todas las elipsis posibles pueden ser obtenidas seccionando un cono; y
que podríamos dibujar este cono examinando los miles y miles de secciones elípticas de
ese cono; así reconstruiríamos el objeto hiperdimensional que el cono representa. Bien,
creo que cada experiencia psiquedélica es una sección de un objeto hiper-dimensional
de alguna clase, y que nosotros, en nuestras vidas individuales, representamos una
sección de dicho objeto hiperdimensional.

Así, la búsqueda intelectual, la búsqueda espiritual, convergen cuando se concede un


valor real a lo sentido, tanto en la experiencia diaria como en la psiquedélica, y se
admite que ésto es la materia primaria de lo que está construída la realidad. La realidad
no está hecha de quarks o mu-mesones y partículas z. La realidad está hecha de
lenguaje. Cualquier cosa que pensemos que la realidad es, es de hecho un asunto
privado hasta que lo describamos —ya sea lingüísticamente, matemáticamente,
pintando, bailando, insinuando. Sea lo que sea, la realidad de lo que está sucediendo
cambia en cuanto es expresada lingüísticamente. Lo que he podido comprobar sobre los
psiquedélicos es que son catalizadores del lenguaje. Son, digamos, una enzima que
opera en la política del cuerpo humano, impulsándonos a lo llamado "extensión de la
envoltura", esto es, la extensión del diseño de los parámetros de la experiencia humana.

No creo que mucha gente entienda cúan literalmente pienso sobre todo esto. Me
encontré con el asunto del lenguaje y de la psiquedelia hace 22 años cuando, una tarde,
un amigo mío pasó a por mí con una ampolla de líquido naranja y me dijo "¿Quieres
probar algo nuevo?" Había hecho mi trabajo de graduación sobre el LSD unos meses
antes, así que le pregunté: "¿Cuanto dura?". "10 minutos", me dijo, y yo le dije: "Trae
para acá". El líquido en cuestión era DMT. Lo fumé, y, tras tener una sensación de
ligera anestesia en mi cuerpo, pude ver un remolino, un mandala floral tras mis
páràdos cerrados, y a medida que me iba acercando a él, me dí cuenta de que iba a
penetrarlo, llegando a otro tipo de superespacio dimensional. Esperaba alguna clase de
etapa psicoanalítica, colores ondulantes, o planos geométricos de luz, canarios
danzarines o pequeños caramelos andando a la pata coja —lo que, en la literatura
médica, se llama hipnogogia, en esencia, alucinaciones triviales. En lugar de eso,
experimenté un encuentro con lo que únicamente puede ser descrito como un enjambre
de elfos, una colonia de criaturas mecánicas autotransformadoras, hiperdimensionales,
que se acercaban saltando, emitiendo alegres alaridos, y que se driblaban a sí mismos,
como pelotas de basket llenas de joyas. Y yo estaba estupefacto. A veces, la gente
pregunta, ¿es la DMT peligrosa?, y pienso que la respuesta más honesta, es que sí, si de
lo que tienes miedo es de morir de asombro. Bien, estaba completamente asombrado —
quiero decir, entré en aquella puerta violeta oscilante siendo un intelectual tipo Hegel o
Camus, y salí de allí siendo un verdadero creyente. Las criaturas de aquel lugar
destilaban cierto sentido del humor imprudente, alocado, cariñosos, y estaban deseosas
de comunicarse con entidades humanas, o al menos conmigo en aquel momento. Se
comunicaban generando, a través de sus canciones, objetos, así que fuí rodeado por una
aglomeración de diminutos pegajos autotransformantes de material ectoplásmico
intencionalizado, que producían fuera de sus cuerpos objetos parecidos a los huevos de
Fabergé, o máquinas exquisitamente manufacturadas hechas de marfil, cristal y piedras
preciosas que parecían estar sufriendo alguna clase de transformación, emitiendo
sonidos musicales, condensando metal líquido en el aire y haciendo que lloviese sobre
nosotros. Bien, mi reacción fue la de caer en una especie de "shock de asombro", y ya
sabéis, en ese momento te haces preguntas profundas como "Seguramente estoy
muerto, seguramemte nadie ha vuelto de aquí vivo". Me refiero a que es algo que
excede la imaginación; incluso estando allí, intentas verter las saludables aguas de la
descripción sobre estos objetos transdimensionales y, sabes, el lenguaje se escurre
sobre ellos como se escurriría el agua sobre la espalda de un pato. Y, el contenido
emocional de esta clase de encuentro es tremendamente intenso.

Estos seres intentan comunicar una nueva bendición del Logos. Nos presentan la
posibilidad de que el lenguaje puede no necesitar el ser procesado por los oídos, sino
que, bajo ciertas situaciones de perturbación neurológica, puede volverse visible:
literalmente, la palabra se condensa en el espacio visible, y ellos me impulsaban a
hacerlo. Ellos me impulsaban a experimentar con mi voz y, como descubrí años
después tomando ayahuasca en las junglas del Amazonas, las tribus de indios han
perfeccionado este arte; saturan su cuerpo con DMT y harmalina, y cantan. Pero para
ellos este canto no es, de hecho, un ejercicio musical, sino pictórico. Ellos ven lo que
piensan. Es cierto tipo de telepatía.

Bien, es una lección de humildad transformativa, asombrosa, el hecho de descubrir que


los chamanes de todo el mundo han accedido desde tiempos inmemoriales a esta
realidad atroz, compleja, ontológicamente desafiente, científicamente imposible. Esto
significa que culturalmente estamos viviendo algún tipo de falsa ilusión esquizofrénica,
porque vivimos nuestras vidas ignorando estas posibilidades, quizá solo atisbándolas al
borde de la anestesia, a menos que, claro, tengamos el coraje de ser cabecillas de la
contracultura. Mucha gente se confina en el mundo privado de su propia reflexión
porque la presión social, y quizá la legislación provoque que el hablar de esto sea un
tema delicado. Pero, os lo digo, forma parte de los derechos de nacimiento de los
humanos. Es una parte del juego tan importante como el nacimiento, el sexo o la
muerte.

Posiblemente existan los desplazamientos espaciotemporales, o quizá sea verdad que


exista la reencarnación, pero prefiero no pensar en ello; más bien prefiero alimentar la
idea de que la vida representa una enorme e improbable oportunidad que debe ser
usada para algo, y este algo es ir a los límites y explorar. Bueno, podéis permanecer en
el círculo del racionalismo científico, de lo mundano y secular del mundo de los
yuppies, pero a mí, el método que me funcionó fue el de adorar, perseguir y
obsesionarme con lo bizarro, lo peculiar, lo otro. En algún lugar hay un texto alquímico
que dice "La más altas montañas, los más grandes desiertos, los libros antiguos: allí
encontrarás la piedra". Lo que intento decir es que de todos los métodos, herramientas,
puntos de vista, ideologías que encontraréis cuando empecéis vuestro catálodo de
material de los límites, la dimensión psiquedélica es el no va más. Gran parte de la
búsqueda espiritual se hace pisando el acelerador hasta el fondo. Una vez encuentras
los psiquedélicos, has encontrado la respuesta. Ahora, el nombre del juego cambia. Ya
no se trata de esperar expectantes, ingenuamente, los caprichos del gurú de turno.
Tienes, de hecho, la respuesta en la cara. No es una cuestión de búsqueda
despreocupada, sino de apretar tu coraje hasta los últimos escollos; la herramienta que
ha sido puesta en tu mano funcionará, y dará sus frutos. La gente suele quejarse de que
ya no queda aventura en el mundo, que carece de desafíos. Y yo os digo que "cinco
gramos en la silenciosa oscuridad de vuestra casa un domingo por la tarde , y sentiréis
como Magallanes debería tomarse un descanso".

Tendemos a imaginar que el reto es siempre con alguien ajeno a nosotros. Hemos sido
transformados en espectadores de la vida a causa de una visión despectiva hacia
nosotros mismos por los mass media y la ciencia. Se supone que debes identificarte con
Elvis, o con Madonna, pero la riqueza interior de cada uno de nosotros, dado que no
puede venderse o comprarse, es juzgado por desprecio por la cultura. Vivimos, de
hecho, en una cultura des-humanizadora y, como sabéis, la consecuencia de un par de
miles de años de este tipo de alienación, es el enfrentamiento con la muerte potencial
del planeta. Hemos inventado un pecado para el cual no existe una palabra en inglés,
que yo sepa: el pecado de robarles el futuro a nuestros hijos.

Así, respaldados por un montón de estudios, hechos y declaraciones que apuntan al


inminente colapso de nuestro ecosistema, nuestra atmósfera y nuestro soporte social,
¿cómo podemos cambiar nuestras mentes? Si la simple predicación pudiera hacerlo, el
Sermón del Monte Sinaí hubiese sido el punto de inflexión. Si las muestras de estupidez
militar pudieran haberlo hecho, entonces Hiroshima hubiese sido el punto de inflexión.
Debemos intervenir farmacológicamente hablando. Esto no es un test, ni un juego. No
tenemos 500 años, ni siquiera 100 de ellos. Debemos despertar, y deprisa, o la
evolución de la dinámica planetaria escribirá "fin" en nuestro frágil esfuerzo de de
construir un vehículo transcendental que nos transportará, ya sabéis, del presente
mundo de la mente animal hasta el reino del espíritu, la poesía, el arte, el amor, la
trascendencia. Lo único que conozco que puede funcionar lo suficientemente rápido
para llevar a cabo estos cambios son las sustancias psiquedélicas. Son las únicas
herramientas que pueden producir un giro completo en las personas en un espacio de
cinco horas. A una escala global, este es el tipo de remedio que estamos buscando. ¿Por
qué, simplemente, no podemos aplicarlo? La respuesta es que nuestro problema surge
de nuestro patológico apego al ego, y es el ego el que produce el riesgo en los
compuestos psiquedélicos. Creo en lo que Timothy Leary dijo una vez —aunque el lo
niegue, es tan brillante que vale la pena repetirlo—, que el LSD es una sustancia que
produce ocasionalmente comportamientos psicóticos en la gente que no lo ha tomado.
Este es el problema con el que tratamos. Estas substancias psiquedélicas producen
psicosis histéricas en personas que no las han tomado, y, así, ¿cómo las haces bajar de
su árbol y tratas de convencerlas de que todo va bien, de que todo funciona? Bien, no es
fácil. Esto no vendrá dado de las altas esferas, sino más bien de los jóvenes, de personas
que se mantienen fuera del sistema y que pueden ver sus contradicciones.

Bien, ¿se trata simplemente de una evolución política, una revolución, un deseo de
mayor libertad, de menos enredos burocráticos, de menor restricción de los derechos
humanos? No lo creo. Pienso que cuando se analiza cuidadosamente el contenido de la
experiencia psiquedélica debemos dejar nuestros modelos anteriores atrás. La
experiencia psiquedélica es algo más que psicoterapia instantánea o regresiones a
acontecimientos traumáticos de la infancia, mucho más que un super-afrodisíaco, más
que formular ideas o volver con conceptos artísticos. Lo que realmente es la experiencia
psiquedélica, es la apertura de una vía al continente perdido de la mente humana, un
continente con el cual hemos perdido toda conexión; y la naturaleza de este mundo
perdido de la mente humana es que existe una entelquia Gaiana. De todo esto se extrae,
si confiamos en la evidencia de la experiencia psiquedélica, que no somos la única
especie inteligente del planeta, que compartimos este planeta con algún tipo de
inteligencia consciente —llámalo Gaia, llámalo los Zeta-Reticulinianos que vinieron
hace un millon de años, llámalo Dios Todopoderoso si quieres: no importa el nombre
que le des. El hecho es que las afirmaciones que hace la religión pueden ser verificadas
a través de los psiquedélicos. No se trata, en palabras de Milton, del "Dios que cuelga
las estrellas como lámparas en el cielo". No tiene que ver con esto, en mi opinión. No se
trata de algo a escala cósmica, sino más bien a escala planetaria. Hay cierta clase de
inteligencia desencarnada. Está en el agua, en la tierra, en la vegetación, en la
atmósfera que respiramos, y nuestro desencanto, nuestra incomodidad, surge del hecho
de que hemos caído en la historia, y de que la historia es un estado de ignorancia en lo
que concierne a como funciona el mundo realmente.

Los seres humanos poseedores de mente existen desde unos cien mil años antes de lo
que llamamos historia. Creo que, en las llanuras saharianas del Africa, a través del uso
primeramente incosciente, y más tarde del uso consciente de hongos psilocíbicos, los
límites fueron rotos. Los millones de años previos a la jerarquía del primate y la
dominancia del macho, fueron químicamente tratados, y hombres y mujeres vivieron
en relaciones de equilibrio los unos con los otros, con sus niños, su tierra, con otros
grupos humanos; y esta es la memoria del paraíso que explica nuestra profunda
nostalgia por el pasado. Esto no es un espejismo psicológico, es real, existió un gran
misterio y lo perdimos, y somos los niños pobres que han heredado esta situación de
pérdida y abandono, ya que así como hubieron fuerzas que crearon el paraíso del hongo
en las praderas africanas, hubieron otras de la misma magnitud que secaron el
continente africano y gran parte del mundo, convirtiendo esas praderas en desierto.En
este punto, bajo la presión nutricional y con los hongos borrándose de la memoria, se
inventó la agricultura, y la paternidad —la paternidad del macho— fue descubierta. Y,
una vez descubierta la paternidad del macho, existe una tremenda ansiedad por parte
de los machos por controlar la conducta de las hembras, y, como ya sabéis, esto no es
fácil, y en consecuencia surge la discordia en la sociedad. Durante lo que quizá fueron
doscientos años, la presencia de la psilocibina en la dieta humana, y el entorno,
suprimieron el ego, por lo que una relación humana hacia la tierra y la gente se hizo
posible, y, durante este tiempo, la religión, el altruísmo, el sentido de la comunidad, la
lealtad, todas estas cosas que he mencionado, existieron. Cuando el hongo desapareció,
estas atavísticos comportamientos animales volvieron, los hombres se volvieron
territoriales, las mujeres se volvieron propiedades, los niños se convirtieron en bienes,
y las celebraciones del hongo en torno a las ceremonias lunares orgiásticas que
acompañaban la adoración de la Diosa fueron todas suprimidas. Caímos en la historia,
un viaje de pesadilla, que nos ha traído hasta el día de hoy.

Así, veo que el centro de la cuestión del siglo veinte es la experiencia psiquedélica, como
icono cultural, y acompañándola existen otros impulsos hacia lo arcáico que nos rodean
ahora. Empezó con los impresionistas, que deconstruyeron la imágen realista de los
románticos, para seguir con el descubrimiento por parte de Freud del inconsciente,
quien dice que somos no caballeros o damas victorianos, sino pensamientos oscuros
obesionados con la sexualidad y la materia fecal. Siguiendo a Freud vino Jung, quien
dio un paso más lejos, introduciendo las nociones de mente racial, consciencia racial y
arquetipos. Trabajando en áreas ligeramente distintas, tienes a gente como Picasso, que
viajaba hacia África y volvía a París con máscaras de tribus, que comenzaron a
alimentar las teorías del cubismo, analítico y sintético. Simultaneamente, los físicos
cuánticos anuncian que el ordenado mundo de bolas de billar del átomo Hamiltoniano
debe ser reemplazado por funciones de oda de terrible complejidad. Y así, a otros
niveles, como el expresionismo abstracto, el rockandroll, la ruptura de los estilos
comunales de vida de los años 60. Pienso que todos estos fenómenos pueden
entenderse bajo el manto de lo que llamo el 'Revival Arcáico'. Esto es lo que es la
música house, el renacimiento de lo psiquedélico, el nuevo ciber-tribalismo, y en el
centro del hervidero, el elemento necesario, el sine qua non, es la experiencia
psiquedélica, porque no trata de una ideología, no es algo que obtengas de Baba tras
estar limpiando el ashram durante unos cuantos años, ni te viene de ningún gurú de
ojos hipnotizantes. Se trata de una relación directa entre tú y la planta, entre tú y la
naturaleza, y en cuanto te abres a ella, descubres que este fue el secreto que fue
perdido. Y de cómo pueden mantener esto oculto, la verdad es que no tengo la menor
idea.

Éstas son las noticias más importantes. Quiero decir, si mañana aterrizaran platillos
volantes en los jardines del palacio de Buckingham, esto seguiría siendo menos
interesante que tu próximo viaje de DMT, porque el viaje de DMT te sucede a tí. Las
otras noticias son las que transmiten la prensa, los medios de comunicación. Y es así
como la mayoría de nosotros pensamos que nos llegaran las noticias de los cambios. Y
no creo que sea así. Esas noticias no vendrán de la tele. Entrarán por la punta de tus
pies, subirá por tus ingles, hacia tu corazón y directamente hacia tu cerebro. De ahí es
de donde viene el verdadero desarrollo, y hasta que empecemos a decondicionarnos de
las imágenes emitidas por la cultura dominante, seremos siempre sus criaturas,
mantenidas en un estado de engaño infantil. Me refiero a que no estaremos jugando
con toda la baraja de cartas completa hasta que no integremos nuestra psicología con la
experiencia psiquedélica. ¿Es aterradora? Puedes apostar que sí. ¿me cambiará la vida
para siempre? Puedes apostar que sí. Me gusta hacer la analogía con la sexualidad,
porque la idea de que alguien se vaya a la tumba sin haber probado el sexo puede
asemejarse a la de que alguien se vaya a la tumba sin haber tenido una experiencia
psiquedélica. Significaría que nunca te has arremangado y jugado en la vida. Eres un
espectador, un testigo silencioso, que no ha intentado desarrollarse ya que la
reclamación del proceso histórico viene a través de asumir el compromiso de lo atávico
a través de la transformación directa de la experiencia. Así, no hay dogma, no hay
ideología, no hay reglas, no hay un menú de prescripción moral, sino algo que ocurre
entre tú y la realidad trascendente. Creo que lo que ven los chamanes, incluyendo a los
modernos ciber-chamanes, cuando ascienden a las alturas psiquedélicas es de hecho el
punto de vista que tendríamos si pudieramos penetrar en otra dimension —y uso la
palabra en el sentido matemático formal de la palabra. Platón dijo: "El tiempo es la
imágen en movimiento de la eternidad". Bien, creo que lo que el chamán ve es el Fin, lo
que confiere al chamán una tremenda auto-confianza, una tremenda validez
existencial, de forma que él o ella puede volver y ocupar su lugar entre los demás y ser
una fuente de inspiración, de un ejemplo de trascendencia.

Bien, ¿cual es la naturaleza de este Fin? Bien, aquí es donde dejamos la ortodoxia, si
creéis que no lo hemos hecho aún. Creo que hemos malinterpretado completamente el
carácter del tiempo. No estamos siendo empujados por una fuerza basada en una
necesidad causal, sino que, nosotros, los seres humanos, estamos reaccionando a los
cantos de sirena del objeto trascendental del final del tiempo. Estamos sumidos en un
curso de colisión con un evento para el cual apenas existe lenguaje, una suerte de
vórtice. Se ha vuelto un cliché en el habla y en el periodismo el que el tiempo está
acelerándose, de que la historia se mueve cada vez más y más rápido. Me tomo esta
percepción muy en serio. Siempre prefiero la percepción directa a la construcción
teórica, y, así, me gustaría sugerir que lo que le sucede a nuestro planeta está siendo
acelerado por nuestra especie, ya que estamos bajo la influencia de alguna clase de
extraño atractor, el cual se mueve hacia nosotros a través del medio temporal a una tasa
de aceleración cada vez más alta. Esta es una ley del universo, aunque no reconocida
por la ciencia, ya que como podéis ver, el temprano universo de inmediatamente
después del hipotético Big Bang era un lugar increíblemente simple. No habían
organismos, ni moléculas, ni tan siquiera átomos, sino un plasma puro de electrones y,
a medida que el universo se refrescaba, los niveles de complejidad fueron cristalizando
sucesivamente, de forma que la tempreatura del universo se redujo lo suficiente como
para que los electrones pudieran establecerse en órbitas estables alrededor de los
núcleos atómicos. Bien, así llegamos a la física atómica. Estos átomos, condensados
finalmente en forma de estrellas, la temperatura y la presión de ese centro de estrellas,
fueron suficientes para provocar la fusión de elementos más pesados, como el hierro, el
sulfuro y el carbono. Bien, una vez tienes el carbono, que tiene valencia cuatro, se abre
la posibilidad de la complejidad molecular, un nuevo y completo dominio de
complejidad. Bien, así, estas moléculas formaron polímeros de alta complejidad que
más tarde se volverían moléculas auto-replicantes, y de ahí a las células procariotas y
más tarde a las eucariotas, las colonias de células, y así organismos cada vez más
complejos, animales, y luego primates bípedos y binoculares de dedo retráctil. Y luego
humanos que usan el lenguaje, el hongo, humanos orgiásticos, y luego, la historia, las
ciudades, las guerras, las jerarquías, la escritura, las matemáticas, la música, y, en el
siglo XX, todo se teje junto en algún tipo de organismo global. El horror de la ciencia
actual es que niega la importancia de éste fenómeno. Para la ciencia, el fenómeno más
importante es que el universo se mueve hacia la muerte térmica, la entropía.
Prácticamente no advierten que la vida representa una extraordinaria excepción a la
regla de que todos los sistemas termales dinámicos se disipan; la vida ha conseguido el
milagro de la estabilidad, alejándose de la entropía gracias al milagro del metabolismo.

Bien, daos cuenta que en este pequeño escenario que hemos orquestado, la complejidad
emerge de estados más simples, que ascienden al siguiente orden más rápidamente que
en el estado anterior, de forma que lo que tenemos es una suerte de espiral que se
contrae, uno de los giros de William Butler Yates, de forma que nos aproximamos a
cierto tipo de punto final cósmico, y esto es lo que llamo el objeto trascendental del fin
del tiempo. Éste hace señas a través de las dimensiones, y proyecta una sombra enorme
sobre la empresa de la historia humana. Y esto es lo que mueve a los gurúes a hacer sus
declaraciones, lo que impulsa a los mesías a su misión, lo que inspira al pintor, al
músico, al soñador. Esta fuente, llena de afecto, y que muestra interés por la
humanidad, nos llama, a través de los planos inferiores de espacio y tiempo. Y el
milagro es que, a través de la alteración de nuestra neuroquímica, en formas que los
chamanes siempre han hecho, podemos, como aquel que dice, ir a la última página, y
darnos cuenta de que todo el proceso está encarado de hecho hacia una buena causa.
Nos estamos moviendo a través del evento más profundo que la ecología planetaria
pueda emcontrarse. Estamos a punto de presenciar la liberación de la vida de la
crisálida de la materia. Este será nuestro destino, y nuestro privilegio, el de ser la
última generación de gente con un pie en el mundo material del primate maltratado, y
con el otro en la escalera de los dioses.

Una vez le pregunté al hongo sobre el caos social del fin de la historia, y el hongo me
dijo: "No te preocupes hermano. Es lo que sucede cuando una especie parte hacia el
hiperespacio". Hay una pequeña vibración en la pista cuando aterrizamos. Así, la
metáfora que he creado para tratar de calmar a la gente y hacer posible el llegar a este
futuro de forma digna y con esperanza, es la metáfora del nacimiento. Si nunca
hubieras oído, si nadie te hubiera explicado los hechos que acompañan al nacimiento, y
de repente girases la esquina y te encontraras a una mujer en pleno parto, lo
interpretarías como un caso de urgencia médica, con toda esa sangre brotando de la
parturienta, su dolor físico, su agonía, su desvalidez. Te parecería que se está llevado a
cabo una metástasis de un tumor enorme fuera del cuerpo de alguien. Sería un increíble
salto de fe y entendimiento en contemplarlo como un hecho natural, que es como las
cosas se mueven a un nivel superior; esto es lo que nos está sucediendo. La materia y el
cuerpo humano son la placenta del alma y es cierto que la tierra es la cuna de la raza
humana; pero ningún niño se queda en la cuna para siempre. Una vez más, y siguiendo
con la metáfora del nacimiento, si se presenta el momento de nacer y no se nace, es
entonces cuando tienes una emergencia médica, que se llama toxemia, que es peligrosa
para la madre, fatal para el feto, en la cual ambos deben ser intervenidos médicamente
ya que, de lo contrario, se ocasionarán daños permanentes. Esto es por lo que debemos
asistir este parto, dado que es doloroso. Creo que, como especie, estamos
experimentando la sensación de estar en la parte más estrecha del canal del parto. Los
infinitos océanos amnióticos de paz y tranquilidad, en los cuales podíamos violar,
sabotear, quemar o explorar el contenido de nuestro corazón porque la tierra se nos
antojaba infinita y extensa, se han ido para siempre. Ahora, tenemos el mismo
sentimiento del feto que empieza a descender por el canal de nacimiento —no podemos
respirar, no hay oxígeno, ni alimento ... las paredes nos oprimen.

Lo que debemos entender es que éste es el momento para el que hemos sido
entrenados, que éste es nuestro destino; el hielo se ha desplazado hacia el sur desde los
polos nueve veces en los últimos dos millones de años. Nuestros antepasados
estuvieron allí, y no dejaron caer la pelota; y eso que no disponían ni de antibióticos, ni
de tecnología médica avanzada. Piensa en cuanto sufrimiento, y cuanta nobleza y
cuanto amor se ha empleado para situarte en este preciso momento. Representas a una
cadena de gente responsable, inteligente, coherente, que todavía no se ha roto, que
finaliza en nosotros, y que nos remite a la pregunta de Tolstoi: "¿Qué debemos hacer?".

¿Qué debemos hacer? Lo que debemos hacer es tragar, de una forma similar a como lo
hicieron los rusos, y admitir que nos equivocamos; y, hoy por hoy, la única es volver,
volver al arcáico mundo del chamanismo, el mútuo respeto entre hombres y mujeres,
una suerte de cohesión perfecta con el mundo que nos rodea. Si esto no se lleva a cabo,
el experimento fracasará. Blake habla de la posibilidad de caer desde los capiteles
dorados hacia la muerte eterna. Esta es una posibilidad real. Este es el reino de la
decisión existencial, y no se refiere a enfrentarse al gobierno con fuerzas masivas, o a
publicar panfletos antisistema, sino de experimentar cada vez dosis más grandes y
hablar con los amigos. Quizá esto desemboque en un movimiento mayor de lo que es.
(...)

Bien, pienso que me he pasado de tiempo, no mucho, pero me gustaría reiterarme ya


que esto es lo que me intriga, y es, además, la brújula de mi existencia. Me refiero a que
esto no va de Baba, ni de Swamis, ni nada de eso. Aquellos de vosotros que lo dudéis,
solo os digo que el viaje de DMT solo dura 10 minutos y pienso que debería ser
obligatorio para aquellos que critiquen esta posición, simplemente, para que vivan la
experiencia y luego puedan emitir un juicio. Pienso que la gente se unirá, porque esta es
una evidencia incontrovertible de la existencia de lo trascendente en nuestras vidas.
Esto era lo que andaba buscando: nunca soñé con encontrarlo. Cuando me hallaba en el
umbral de esto, no me lo creía. Había aceptado toda aquella porquería marxista, todo
aquella mierda existencialista, el reduccionismo de la ciencia y las reglas de la la
evidencia, y toda esa mierda que te lanzan, y, sabéis, todo eso son baratijas. El
pensamiento que me gustaría dejaros esta noche, el cual podéis confirmar en vustras
casas, es que el mundo no es solo más extraño de lo que suponemos, sino que es más
extraño de lo que podemos llegar a suponer.

(...)
Turno de preguntas y respuestas
PREGUNTA: ¿Que piensas que nos sucede tras la muerte física?
TERENCE MCKENNA: Bien, mira, mi respuesta ha de estar basada en la experiencia
psiquedélica. Describí en mi charla mi encuentro con estas entidades, los elfos
autoreplicantes. Y, ya sabes, si tomas esta clase de experiencia en serio hasta el punto
en que necesitas darle una explicación racional, yo diría que la explicación más
conservadora es que, ya que estas entidades son inteligentes, e intentan hablar con
formas de vida humanas, quizá ellas sean entidades humanas. Y la única clase de
formas humanas que podrían ser son seres humanos muertos. Incluso, puedes
especular con que lo que quizá impulse al racionalismo científico a expandirse
intelectualmente sea la desaparición de los límites entre vivos y muertos. Pero el caso es
que, cuando acudes a los chamanes y los expones a la DMT, ellos te dicen: "Bien, estos
son nuestros ancestros. ¿No te dijimos que nosotros trabajamos la magia ancestral?. Un
ancestro es una persona muerta, pero en el trance de DMT, estas cosas no son,
digamos, el tío Vicente o la tía Amparín; estas cosas están muy alejadas de nosotros y
de nuestro mundo. Sabes, cuando San Patricio convirtió el paganismo irlandés,
introdujo la noción de purgatorio en la doctrina, la cual no había sido anteriormente
dogma en la Iglesia. Y lo hizo para convencer a los paganos irlandeses para
convencerles de que sus creencias en un reino de hadas en una dimensión paralela,
habitadas por diminutas almas muertas, podían ser asimilado por el dogma cristiano; y
funcionó tan bien que fue aceptado como dogma general en la Iglesia, y se utilizó para
convertir también a los eslavos.
Así que pienso ... mira, ¿conoces el verso de Yates que dice "Una vez fuera de la
naturaleza, seré de oro, de oro esmaltado"? El objeto trascendental que encuentra el
chamán, así como el apocalipsis individual del alma que se experimenta en la muerte,
son reflejos de la misma cosa —así como es arriba, es abajo. Me hace gracia que la gente
se resista a la idea del fin del mundo; quiero decir, puedes estar completamente seguro
de que el mundo se acabará, porque algún día estarás bajo tierra; el fin del mundo se
nos aparece como algo improbable como idea, pero de hecho, existe para cada uno de
nosotros. Pero bueno, ya sabes, no hay datos probados sobre el estado tras la muerte,
no te podría decir nada. Mi estilo es más dado establecer modelos, y esperar a que
alguien los mejore el día de mañana. Mira, una vez le dí DMT a un lama tibetano de alto
rango, y me dijo: "Son las luces menores". Para él significaba cierta clase de experiencia
cercana a la muerte. Me dijo: "No puedes ir más lejos sin que el hilo del retorno se
rompa". Así pues, ya sabes, creo que la DMT es una excelente herramienta para
estudiar la muerte. Pienso que hay pocas razones para descartar la posibilidad de que
algo sobreviva a la muerte, porque la naturaleza es tan económica, y con tal variedad de
formas, que cabe preguntarse: ¿pueden la memoria y la perfección de la personalidad
malograrse? No estoy seguro, no sé, pero es una pregunta interesante. Pienso, ya sabes,
que una definición más profundo de lo que es una vida psiquedélica, es que la vida es
una constante preparación para la muerte, el gran viaje. Es lo que dicen los chamanes:
"Somos gente que vive, y que puede ir y venir del otro mundo, lo cual nos da un
desarrollo de una forma muy especial"
PREGUNTA: ¿Todavía crees en el 2012?
TERENCE MCKENNA: ¿que si creo en la cúspide de la novedad en el 2012? Bien, para
aquellos que no están familiarizados con mi trabajo, cuando he hablado esta noche
sobre la espiral de involución y el modo en cada avance hacia la novedad aparece cada
vez más rápidamente, no estaba simplemente conjeturando. Tengo un formalismo
matemático con el cual he decidido no aburriros esta noche —y deberías estar
agradecidos, os lo aseguro—, que me ha conducido a la conclusión de que, más que un
Big Bang en el comienzo, hace unos 10, 12, 19 billones de años, una cosmología más
agradable sería la que llamo "la gran sorpresa". Y la Gran Sorpresa no surge de un puro
vacío de sinrazón, sino de la integración de la complejidad en una convergencia
holográfica de varias dimensiones en un punto singular. Estas ideas las tomo de Alfred
North Whitehead, de lo que el llamó la "concrescencia", y, sí, pienso que estamos cerca
de el objeto trascendente de final del tiempo, que ocurrirá probablemente a finales del
2012. Las razones para ser tan específico son demasiado complejas como para
profundizar ahora, aunque os diré que de hecho es la fecha con la que acaba el
calendario Maya. Bien, lo único que tengo en común con los Mayas es que ellos
tomaban hongos, y que yo he tomado hongos, así que, quizá, todo esto sea el "código de
barras" impreso en el hongo. Cuando juntas todas las piezas, no importa en qué lugar
del espacio, o del tiempo te halles: siempre hay un vector que apunta a los primeros
años del siglo XXI, el momento en que se vuelve explícito el hecho de que nos hallemos
en un proceso de transformación exponencial.
Quiero decir, para mí ya es algo explícito. Me refiero a que el hecho de poder llevar a
cabo cualquier tipo de transacción con ciudades como Londres, o Manhattan,
comparándolas con el sustrato de la naturaleza orgánica, representa un fantástico
fenómeno mutacional. Me refiero a que sea algo bueno, sea algo malo, lo cierto es que
algo está sucediendo muy deprisa. Pienso que vivimos en un universo que nos conduce
a un futuro inimaginable. Como he mencionado hace un momento, cada uno de
nosotros morirá, tarde o temprano, así que por qué no asumir que esta transformación
será general, y que nos enfrentaremos a ella como colectividad; no será la muerte de
racionalistas, o reduccionistas, en la cual nos comen los gusanos, sino, ya sabes, la
muerte de Blake y de las Revelaciones de Tao Te Ching, y el Libro Tibetano de los
Muertos, en la muerte tratada como victoria, como trascendencia a la materia. Esto es
lo que es la muerte, y lo que necesitanmos, para nuestro bien y el del planeta, es algo
que abra un camino hacia la imaginación, que es en donde yace el futuro, Nuestros
poderes han crecido demasiado como para ser desatados en la superficie de un planeta
tan frágil.
PREGUNTA: (Inaudible)
TERENCE MCKENNA: A ver: la pregunta es que sí usé cada vez dosis mayores y con
mayor frecuencia, que si pienso que revisitar esos lugares una y otra vez lleva a poder
hablar mejor de ellos. Bien, no creo que estos lugares puedan ser fácilmente
aprehensibles racionalmente. Cada vez que vuelvo me maravillo, aunque debo
contemplar la posibilidad de que yo sea algo lento. Lo que quiero decir es que esto
excede el alcance intelectual, que finalmente te enfrentas a algo que te hace pensar que
esto no es un problema no resuelto, algo que no se deja clausurar. Y una de las cosas
que me fascinan es que pienso que la forma en que necesitamos vivir —aunque quizá
sea muy fuerte—, la forma en que necesitamos hacer balance mental de nuestras
deudas kármicas, no es perseguir el entendimiento, por el amor de Dios. Quiero decir,
que eres un mono que habla: ¿donde está escrito que debas ser capaz de modelar el
cosmos en toda su complejidad y su gloria? Mejor que sufir ansiedad por la ausencia de
explicación, necesitamos vivir abiertos, al arriegado pero jubiloso dominio de lo
incierto, ya sabéis, vivir la vida bajo el dominio del gran "quién sabe", porque los
cuentos que nos han contado son cuentos de hadas. La ciencia es un cuento de hadas, la
economía es un cuento de hadas, la teoría política es un cuento de hadas, ya que nadie
tiene ni idea de hacia donde se dirigen. No estamos al mando de la situación ni mucho
menos. Esto, en cierta forma, es alentador, porque significa, en palabras del adusto
filósofo Ripo Yang, que "preocuparse es ridículo". Así que, volviendo a tu pregunta, si
elevar la dosis no provoca que la cosa sea más interesante para tí, deberías fundar una
nueva rama de la Iglesia, porque para mí todo esto es un océano, sabes, y mi mente es
un dedal, y cuando voy al océano este me golpea. Soy de hecho como una hormiga que
intenta llenatr este dedal con las olas, y, cada vez que lo consigo, el contenido excede en
mucho a lo que pueda captar con mi aprehensión (...)
PREGUNTA: (Inaudible)
TERENCE MCKENNA: (...) La pregunta es que si creo que todo esto tiene una eficacia
política, o es simplemente un flipe automasturbatorio elitista de escuela de artes que no
nos lleva a ningún sitio. Si, creo absolutamente que el meollo de todo esto es el
mantenimiento de los límites sociales, que se llevan a cabo a través del
condicionamiento y la propaganda, aunque ya no racionalmente percibidos porque
llevan vigentes mucho tiempo. Estamos condicionados a someternos a poderosas
figuras masculinas, a valorar más el mundo exterior que el interior, a perseguir el
dinero, todas estas cosas, ya sabéis. Si no tomas psiquedélicos —o bueno, mejor hablaré
de mi caso—, si yo ni hubiera tomado psiquedélicos, pensaría que la cultura es la
verdad. Y no lo es. La cultura son los desechos de otra gente, los detrirus de miles de
años de errores; eso es lo que pienso que es la cultura [aplausos]. Así que, sobre lo que
me permite hacer estas declaraciones y abogar sobre todo esto, bien: os habréis dado
cuenta de que uso grandes palabras, lo cual, me convierte en un intelectual, esto es, la
criatura más lastimosa del zoo humano, la que nunca temerá ningún poder o clase
dirigente.
PREGUNTA: (Inaudible)
TERENCE MCKENNA: ¿Que si pienso que seguirán así pase lo que pasa? No, porque,
verás, lo que sucede es que las contradicciones en su sistema esta alcanzando
proporciones epidémicas. La gente que dirige, no sé, el Banco de Inglaterra, el
consorcio de seguridad de la ONU, lo que sea, tienen estudios sobre la mesa que dicen
que la atmósfera terrestre de hecho está siendo destruída, de que la vida plactónica está
siendo destruída (que es de hecho la primera cadena de la cadena alimenticia), que toda
la porquería tóxica del Este —la radiactiva y esto— son ya insolubles. Así que ya sabes,
no sólo afecta a los que hayan despertado al hecho de que o nos dirigimos al colapso
social o a una mutación que nos convertirá en ángeles. Durante los próximos 30 años
vamos a tener que discutir y contemplar cosas que serán incompresibles para personas
de otras generaciones. ¿Qué vamos a hacer? ¿Nos vamos a descargar en cubos
sobreenfriados de una aleación de oro e yterbium, y nos vamos a enterrar a dos mil pies
en la cara oculta de la luna, paseando en un mundo de maravilla artificial para toda la
eternidad? ¿Atomizaremos nuestra consciencia y la extenderemos sobre secuoyas,
arrecifes de coral y colonias de termitas? ¿Construiremos barcos del tamaño de
Manitoba para así irnos hacia el centro de la galaxia? Por lo general, las substancias
psiquedélicas están fuera del plan. En los 60, estas sustancias se eran llamadas drogas
expansoras de la conciencia. Bien, si tomas la idea seriamente por un momento, has de
detenerte y examinarla con detenimiento, ya que la consciencia, el lago de la
consciencia, es el porqué de que nos volvamos locos, porque no podemos solucionar
nuestros problemas. Si hubiese una posibilidad entre diez mil de que estas cosas
realmente incrementaran la consciencia de alguna forma medible deberíamos estar ya
desgañitándonos por investigarlas, porque si no actuamos juntos, sabes, el registro fósil
tiene un lugar para experimento fallidos, y no estoy interesado en eso. [Aplausos]
PREGUNTA: (inaudible)
TERENCE MCKENNA: No, pienso que es una descripción del proceso de lo que estoy
promoviendo desde el punto de vista de alguien a quien no le gusta. Los mejores, los
más brillantes, desertaron de la estructura del poder porque ésta era esencialmente un
mercante de plutonio, paranoia, muerte másiva y propaganda. Sí, los valores de
Occidente son insopotables. Los valores de la civilización occidental sostienen el
planeta en la forma que un loco sostiene una escopeta en un templo. Por ejemplo, coge
algo como el mercado libre —así llamado de forma políticamemte correcta. El mercado
libre significa el derecho a manufacturar y comercializar cacharros en cualquier lugar
del mundo, quiero decir, que nadie podrá decir que no. No queremos el mercado libre;
lo que queremos es que el comercio sea lo más difícil posible, y cuanto más
tecnológicamente sofisticado sea un cacharro, debemos hacer más dificultosa su
distribución, porque lo que debemos hacer —y no soy un ludita, ni un tecnófobo, sino
un anti-materialista— es desmaterializar los accesorios de la cultura. Soy capaz de
imaginar un mundo en donde la humanidad vive idílicamenmte en un naturalismo
pastoral, desnudos, con cuerpos perfeccionados sin edad; una forma de vida semejante
a los aborígenes del paleolítico alto; pero cuando te transportas a los cuerpos de estos
seres, y estos cierran sus ojos, lo que ven son menús generados por un objeto que está
en el interior de sus párpados, no más grande que una lente de contacto, y este objeto
es de hecho una puerta de acceso hacia una cultura virtual, global, que es
electrónicamente instantánea, multinivelada, multisensorial, tranformativa, ya sabes,
una completa base de datos las especies que puedes consultar con un solo golpe de
vista. Esta es una meta tecnológica razonable. Si nos hubiésemos preocupado por ella
tanto como nos preocupamos por las bombas atómicas o las enfermedades epidémicas,
ya la tendríamos. Hemos ejecutado los sueños equivocados, los de paranoia,
destrucción, los psicóticos y los de dominación, y lo que necesitamos son sueños que
celebren la consciencia, la diferencia, la variedad; las filosofías y los puntos de vista de
los últimos mil años te dejan con potaje de ideas sin sentido, sin una explicación.
Nustra religión, como cultura, es incomprensible para el 99% de nosotros. ¿Quién se
atreverá a dar un par de buenas zancadas para resolver esta difícil ecuación? Estamos
completamente alienados, tan alienados de nosotros mismos que, cuando encontramos
nuestras almas en el hiperespacio las confundimos con OVNIS. Esta es una alienación
seria, amigos; pienso que debemos volver al reino interior, y hacer de él nuestro hogar.
¿Veo allí una mujer? Sí.
PREGUNTA: [voz de mujer] (inaudible)
TERENCE MCKENNA: Bien, sabes, pienso que deberíamos hacer genuflexiones frente
a la LSD por lo que supuso para los 60, pero me gustan más las plantas; pienso que el
LSD es abrasivamente psicoanalítico.
PREGUNTA: (inaudible)
TERENCE MCKENNA: En tu experiencia fue así. En mi experiencia fue muy diferente.
Los hongos, si dirigen tu personalidad, lo hacen muy gentilmente. Entiendo que la
comunidad psicoterapéutica estuviese tan excitado con la LSD, dado que parecía
confirmar los modelos de la psique imperantes en aquel tiempo. Me refiero a que
experimentabas hechos traumáticos de la infancia, o revivías experiencias dolorosas.
Así que no quiero decir que tomar psiquedélicos sea algo fácil o placentero. Pienso que
la frase "drogas recreativas" es muy perniciosa. Es un camino que requiere de gran
coraje y autodisciplina, porque, ya sabes, el miedo puede alcanzarte y cazarte, sabes,
esas cosas pueden cogerte desprevenido. El éxtasis no debe ser confundido con el mero
placer. Me refiero a que el éxtasis te sacude hasta el centro de tu ser, dado que es una
coincidensia positorum, ya sabes, es orgásmico, aterrante, trascendental, mundano. Me
refiero a que excede las categorías. No creo que todo el mundo deba tomar
psiquedélicos. Pienso que la gente que instintivamente los teme son gente que se
autoanaliza constantemente hasta la locura, y por lo tanto no debieran tomarlos.
PREGUNTA: (inaudible)
TERENCE MCKENNA: Si, creo que tienes gran parte de razón cuando dices que es una
llamada. Tú sabes que quieres ser un arquitecto, o un psicoterapeuta, o una estrella del
tenis, y esta gente sabe que quiere ser un chamán, y aquellos que lo hacen se vuelven un
ejemplo para los demás. No creo que debamos llevar a cabo una revolución de las
masas, lo que creo es que deberíamos potenciar un núcleo de personas con suficiente
profundidad para que acaben sabiendo quien son. Tú te has auto-seleccionado, y has
hecho de ello tu camino para el resto de tu vida. Es un camino, y, aquellos receptores de
tu cerebro que hacen posible la experiencia psiquedélica, están bajo el control de tus
genes, así que es razonable el pensar que tienes cierta predisposición hacia todo esto,
que existen ciertos linajes familiares más dados a integrar y recibir este tipo de
experiencias. Creo que esto es algo muy real. Somos bioquímicamente únicos, cada uno
de nosotros, y esta bioquímica es la que dirige nuestra unicidad. Pienso que esta gente
debe, a través de los discursos apasionados, la poesía, la danza o el teatro, es convencer
a la otra gente. De esto trató el paleolítico alto. Debemos compartir nuestro arte,
debemos abrir una puerta, y, así, algunos cruzarán la puerta, algunos la contemplaran,
y a otros tan solo les llegarán rumores de ella, pero, la puerta, debe ser asegurada,
hecha real. Porque es parte de nuestro derecho de nacimiento, la parte sin la cual no
somos nosotros mismos. Sabes, veo la Historia parecida a la parábola del hijo pródigo.
Hemos vagado por los desiertos del materialismo cerca de dos mil años, y nuestra
búsqueda de la catalogación, de experimentación en el mundo, de las fronteras de la
geografía, nos ha llevado a (...) [CORTE EN LA GRABACION]
PREGUNTA: (inaudible)
TERENCE MCKENNA: Bien, pienso en esta charla como la "Juventud Alquímica del
Fin del Mundo", dado que, lo que pienso que deberíamos hacer en esta mañana es
anticiparnos a la psiquedelia de los 90, y hablar de la cultura de la juventud que está
emergiendo en todo el mundo, y de otros asuntos hacia los cuales esta cultura parece
estar tendiendo puentes. Pienso que se vuelve a un neochamanismo, a un renacer de las
formas arcáicas, las cuales han sido suprimidas desde hace milenios.
H ay varias facetas de este emergente movimiento psiquedélico de los 90. La primera
es, obviamente, el movimiento ecologista. Esto fue algo ausente en los 60, en donde la
consciencia de la degradación medioambiental no estaba tan desarrollada como ahora.
Así, ahora sí existe una conciencia en la juventud de que los mayores dirigen un planeta
saqueado, polucionado, en los cuales existe muy poca planificación en cuanto a los
recursos para generaciones venideras. Así, la concepción ecologista forma parte de un
fenómenos social emergente como lo es el feminismo. El feminismo ha estado con
nosotros durante 15 años, pero se ha escindido en varias formas, y parece ahora haber
tomado el camino de recuperar las formas religiosas que prevalecieron antes de que se
establecieran la Historia y el patriarcado. En otras palabras, sabemos que en cierto
punto del pasado, 10 o 15 años en el pasado, existía una sociedad basada en el
compañerismo que imaginaba como divinidad suprema a Gaia, la diosa de la tierra. Y,
una vuelta a la consciencia de Gaia —y es de esto de lo que trata el movimiento
ecologista—, un resurgimiento de este conciencia femenina, ecológica, conla conciencia
centrada en la tierra, alimenta la estética de la nueva contracultura que está surgiendo.
Ahora, otra faceta que puede parecer en apariencia paradójica en lo que concierne a la
ecología y el feminismo, es lo que llamo la "Ciber-Cultura", la cultura de los hackers.
Esto significa que un montón de gente entre los 16 y los 30 años son muy conscientes
de los usos y aplicaciónes "underground" de la cultura —no solo ordenadores, realidad
virtual, videojuegos, sino publicaciónes amateurs, bandas de música de garajes o
discográficas contraculturales. Esta cibercultura es la que está haciendo posible otra
faceta de esta cultura juvenil, especialmente en la música; una cultura que crece
vigorosa con nuevas formas musicales, y que, por supuesto, nos conduce al
redescubrimiento de los pssquedélicos. El uso de los psiquedélicos, muy extendido
durante los 60, fue perdido de vista durante los 70 y los 80, cuando emergió una
cultura de orientada a los negocios, la cultura de los yuppies. Pero ahora, con la
ecología, el feminismo, y la cibercultura abonándolo todo, los psiquedélicos se han
vuelto el pegamento natural de esta movimiento: y son, en su mayoría, plantas. Lo que
realmente está sucediendo es un intento de recapturar las instituciones chamanísticas
que existieron antes de la historia, y esto no se refiera tan solo al cannabis —que ha
estado con nosotros a través todo el siglo XX, en todos los movimientos alternativos y
contraculturales— sino también hongos, mescalina, etcétera, aunque quizá se dé un
énfasis especial a los hongos dado que estos ha pasado de ser algo endémico de un
oscuro bosque tropical a ser algo que se puede cultivar en cualquier garaje o sótano,
cosa que hace mucha gente. Es curioso que las cualidades que necesitas para tomarlos
son precisamente las que te inculcas si aprendes a cultivarlos: puntualidad, limpieza,
atención al detalle y cosas así. Pienso que los cultivadores de hongos son los
alquimistas de la nueva cultura, y gracias a Dios por ello, porque crean el zumo que
alimenta la creatividad de los asuntos antes mencionados.
Realmente, los psiquedélicos, desde mi punto de vista, deben ser vistos como enzimas
para la imaginación, catalizadores para el lenguaje, y realmente lo que una nueva
cultura juvenil intenta hacer es reclamar la imaginería formadora del mensaje para sí
mismos. Una cultura no puede evolucionar más rápidamente que el lenguaje que la
rodea. Lo que no es nombrable es impensable, y consecuentemente, parte de la tarea de
la nueva espiritualidad del neo-chamanismo es el desarrollo del lenguaje hacia áreas
hacia donde nunca ha ido antes, particularmente el área de la emoción. Es increíble el
poco número de palabras de que disponemos para nuestras emociones, y las muchas
que tenemos para complicados procesos técnicos. Así que veo los psiquedélicos
funcionando a dos niveles: el primero, el de catalizar y potenciar la imaginación y, el
segundo, el de disolver límites entre la gente. No importa si son judíos hasídicos,
comunistas o chamanes de la jungla. Si se exponen a estas plantas psicoactivas, se
cuestionarán sus creencias más básicas. Esto es lo que confiere a los psiqedélicos su
lado más político, porque el establecimiento y mantenimiento de los límites es algo en
lo que muchas sociedades han invertido mucha energía. Esto es por lo que en los 60 el
extendimiento de la LSD fue visto con tal alarmismo por parte del sistema, porque la
maquinaria de la sociedad Cristiana, bienpensante y capitalista, parecía disolverse ante
los asustados ojos de sus proveedores, gracias al hecho de que tanta gente se
cuestionara las asunciones de la cultura a la que pertenecían.
Bien, creo que algo similar ocurrirá. Treinta años después de los 60, parecemos
estamos suspendidos al borde de otra década jóven, otra década en la cual la juventud
sentará la agenda de para la sociedad a la larga, e intentará apartarnos de los patrones
autodestructivos a los que nos hemos vuelto adictos. Bien, así, ¿qué es lo que nos está
sucediendo? Bien, prefiero pensar, más que argumentar racionalmente sobre ello, que
el siglo XX ha sido tan repetidamente trastornado, o animado -depende de tu punto de
vista-, por estas irrupciones de vanguardia, de los bohemios, los beatniks, los hippies o
la cultura juvenil de hoy en día, porque incoscientmente estamos respondiendo a la
presencia de lo que yo llamo el objeto trascendental del fin del tiempo —cierta clase de
atractor extraño, de agujero negro sociológico que se alarga al proceso social hasta el
punto de envolverlo, lo hace girar, en cierto modo, y se vuelve sobre sí mismo, de forma
que la historia del siglo XX no es un paseo aleatorio o una función sin dirección como
nos contaron en la academia. Al contrario, la historia del siglo XX es una marcha
triunfal hacia la revelación del objeto tracendente que descansa tras el cambio de
centuria.
Cada vez que tomamos un compuesto psiquedélico, cada vez que nos deslizamos hacia
el ensueño, el trance o el sueño, nos encontramos en un hiperespacio mental, la larga
sombra del objeto trascendental. Durante varios siglos, nos hemos estdo moviendo
sobre esta superficie, y ahora estamos a punto de saltar a una fase de transición, la de
caer de la cúspide de este espacio. Y, para aquellos que lo han experimentado, esto
significa una mareante sensación de libertad, una mareante sensación de penetración
en una dimensión que ya fue previamente sentida o soñada, y que, ocasionalmente y en
periodos muy breves de tiempo, se manifiesta. Es una época dorada, similar a la era
dorada Griega o el Renacimiento, pero para nosotros tiene un carácter diferente porque
el objeto trascendental frente a nosotros parece cierta clase de concrescencia de todos
nuestros miedos, nuestras esperanzas, miedos e intuiciones sobre lo que supondrá el
futuro de la evolución de las especies. Esto es por lo que, en mi opinión, los OVNIS han
sido un icono tan persistente en la cultura popular del siglo XX. Es porque de hecho,
sentimos en nuestro incosciente la aproximación hacia el fin del tiempo, cierta clase de
distancia que se acorta entre las sociedades históricas y cierta clase de objeto
trascendental y misterioso. Y volviendo otra vez al tema de los psiquedélicos, su rol en
todo esto parece ser el de amplificar la señal de este objeto misterioso escondido en el
futuro, así que el contenido de las experiencias psiquedélicas, cuando son puestas
juntas en una composición, es la de dar cuadro de lo que este escenario global será. Y,
aunque surgirá como un fenómeno cultural pienso que vendrá no de nuestros arefactos
culturales, no de nuestra tecnología, sino de la propia orgnización humana.
No es por nada que los elfos autotransformadores que uno encuentra al otro lado de la
barrera de DMT parezcan estar ocupados con la enseñanza de la invocación y evolución
del lenguaje humano. Pienso que que de alguna forma, la parte de la organización
humana que pueda protagonizar una transición evolucionaria es la porción relacionada
con la producción de lenguaje. Incluso el lenguaje ordinario, que damos por hecho,
cuando es observado desde la prespectiva del resto de la naturaleza animal, parece
como la huella de Dios en el mundo humano. Me refiero a que puedes comparar los
delfines con una canción de los Grateful Dead o el Paraíso Perdido de Milton, y queda
claro que la comunicación humana apunta hacia un dominio de glorificación y
completitud que es trascendentemente Otra, cuando se compara con las formas de
comunicación que suceden en el mundo. Bien, me parece sugerente que cuando usamos
estas triptaminas alucinógenas —alucinógenos que son extrañamente análogas a los
neurotransmisores de nuestros cerebros— somos transportados a una especie de
"escuela de pesca chamánica" donde los elfos auto-transformadores —aparéntemente la
forma de vida de este continuum paralelo— nos instan a llevar a cabo cierta clase de
acto transformativo en nuestro lenguaje.
Bien, tuve esta experiencia mucho tiempo antes de poder encontrar en el mundo de la
experiencia humana, la etnografía o la historia del arte algo que pudiera llevarme hacia
ella, así que a principio de los 70 me fuí al Amazonas y allí descubrí grupos tribales que
usaban un brebaje llamado Ayahuasca; un preparado visionario hecho de una liana
gigante llamada Banisteripsosis caapi, mezclada con una planta de hojas pequeñas que
contenía DMT, llamada Psychotria viridis. Y cuando estas dos plantas se mezclan y se
ponen a hervir durante unas cuantas horas, resulta una sustancia psiquedélica muy
poderosa que ha sido usada por la gente de estas selvas durante miles y miles de años.
Cuando se encontró a principios de siglo, el compuesto fue aislado y llamado telepatina,
para referirse al aparnte grupo de estados mentales en los que las personas que usaban
este preparado se veían inmersas. Bien, más tarde se descubrió que el compuesto había
sido aislado previamente, de la Peganum Harmala, y que el compuesto se había
llamado anteriormente harmalina, así que la telepatina desapareció de la literatura en
favor de la harmalina, aunque deberíamos quedarnos con que el hecho de que, los
primeros antropólogos, entógrafos y exploradores asociaron estas sustancias con
estados alterados de la mente. Bien, lo que descubrí —y ciertamente no fuí el único en
descubrirlo— es que la gente de estos grupos tribales se juntan para tomar ayahusca, y
su costumbre es hacer música, música vocal. No tienen tambores porque en el
Amazonas la humedad es tan alta que ninguna piel de tambor puede permanecer tensa
por más de unas horas. Así que la gente usa cascabeles y el sonido vocal para producir
lo que nosotros pensaríamos que es música tribal. Pero lo interesante sobre esta música
tribal es que, después de cada actuación, cuandos esta gente se sienta a criticar la
actuación, no dice que si sonó bien, o sonó mal, sino que hacen comentarios del tipo
"Me gusta la parte de las barras doradas y los puntos azules, pero pienso que el amarillo
podría haber sido más intenso, especialmente cuando se fundió en lunar gris y la
sección marrón". En otras palabra, cuando escuchas a esta gente en su entorno nativo,
te das cuenta que para ellos es una actuación visual; el sonido, bajo influencia de estas
plantas, es de hecho contemplado, es de hecho visto por la gente de esta cultura.
Fue algo muy excitante para mí, porque ves como si pudieras ver una situación desde el
punto de vista de otra persona, en el sentido de que te has convertido en la otra
persona; meterte en los zapatos de otra persona es asumir su punto de vista con
respecto al mundo. Es una forma muy diferente de relacionarse con el lenguaje de lo
que estamos acostumbrados a hacer. En la forma ordinaria en la que los humanos nos
comunicamos, sucede que una persona hace pequeños sonidos con la boca, que se
mueven a través del aire como ondas acústicas de presión, entonces entran en el
sistema cerebral de otras persona, y esta persona consulta un diccionario culturalmente
adoptado para ver si sus definiciones encajan con las de la persona que ha creado el
sonido. Así, si se produce este encaje, podemos decir que la comunicación está teniendo
lugar, pero siempre es una forma de comunicación provisional y poco firme. Y, a
medida que los conceptos se vuelven cada vez más complejos, los diccionarios se
vuelven más incompletos y más divergentes, y puede darse el caso de que dos personas
de la misma cultura estén discutiendo una cuestión áltamente técnica, de hecho, no
estén entendiendo nada de lo que dicen. Bien, la situación sería muy diferente si de
hecho pudiéramos ver literalmente lo que otra persona piensa. No es casual que cuando
hablamos sobre perfeccionar la comunicación, inconscientemente usamos metáforas
visuales, de forma que alguien dice: "Veo lo que quieres decir", o "Su prosa era
luminosa". Esto significa que instinitiva e incoscientemente creemos que el significado
es algo que se aprende mejor cuando es visto, y una de las cosas que me excitó más
sobre el uso aborígen de las plantas, es que parecen estar en los límites de la evolución
de las formas de comunicación, las cuales se mueven desde el reino del procesamiento
acústico neurológico hacia el reino del proceso visual acústico.
Bien, esto tiene tremendas implicaciones para el nuevo orden mundial, que la juventud
buscará poner en su sitio. La ciber-cultura, la música, los psiquedélicos, el feminismo,
la nueva espiritualidad, todo estos asuntos pueden aprovecharse y fortalecerse
apelando al lenguaje visual, una nueva forma de procesar lo que es oído. Esto es lo que
creo que ha estado persiguiendo incoscientemente el arte del siglo XX, el jazz, el
cubismo, el expresionismo abstracto, el rock'n'roll o la venidera realidad virtual. Todas
estas escuelas de arte e innovaciones tecnológicas en el proceso artístico nos están
preparando para que seamos capaces de ver reconocer lo que podamos llegar a ser en
un futuro. Y esto nos lleva esencialmente al equivalente de una sociedad telepática. Por
lo general, imaginamos la telepatía como algo diferente, como una persona hablando en
la cabeza de otro, pero no es así. La telepatía no será más que ver lo que otra persona
pretende que veamos —en el sentido literal de "ver".
El por qué de que tomemos DMT y nos encontremos con enjambres de elfos que nos
enseñan una forma perfecta de comunicación, es una pregunta

muy difícil de contestar. Cuando vas a culturas tradicionales, las culturas chamánicas
del Amazonas, y les haces esta pregunta, te dicen que "Ellos son nuestros antepasados,
los espíritus de los ancestros con los que llevamos a cabo nuestra magia". La forma en
que los chamanes llevan a cabo su magia es mediante la intercesión de un espíritu -una
criatura de otra dimensión. Bien, hemos imaginado diferentes escenarios, un futuro
tecnológico e innovación social, pero poco de nosotros hemos contemplado la
posibilidad de que el programa real del chamanismo sea tomado completamente en
serio, y que los chamanes son, de hecho, gente que aprendió a penetrar en otra
dimensión, dado el deseo de un mundo mejor, y en el que moran las almas de nuestros
ancestros. No es como penetrar en el mundo de los muertos, sino más bien descubrir
que está el mundo de los muertos y que existe una clase de mundo hiper-dimensional
con mayores grados de libertad, con un gran sentido de la espontaneidad y una menor
dependencia del mundo entrópico de la materia, y que ese otro universo está
intentando adentrarse en el nuestro, quizá para rescatarnos de nuestro dilema
histórico, no lo sé. Quizá los chamanes siempre han estado viajando en stos mundos
invisibles y solo ha sido el triste destino de Occidente, el de perder el contacto con ellos,
lo que hace que ante nosotros se presenten como una revelación. Mira, pienso que la
caída a la historia, el dominio del macho y el patriarcado realmente pueden achacarse a
la ruptura de la conexión con esta mente Gaiana, que es el mundo al que accede el
chamán a través de esas plantas psicoativas; sin estas plantas, el acceso se convierte en
un rumor inconfirmable.
Pienso que el estilo social de los humanos hace 15 o 20 mil años era muy diferente de
los de ahora. En primer lugar, las personas eran pastores nómadas; no se quedaban en
ningún lugar fijo, sino que seguían a sus rebaños. Y allí, en los excrementos de estos
animales que habían evolucionado con los primates de las praderas africanas, estaba el
hongo, y el hongo ejercía una tremenda fuerza dirigiendo la evolución de los humanos
en dirección diferente a la del resto de los simios antropoides hacia una adaptación que
vemos única en los humanos hoy en día. Lo hacía a través de series de tendencias de
auto-fortalecimiento que son fácilmente comprensibles. La primera de ellas es el hecho
de que si tomas pequeñas cantidades de psilocibina, pequeñas cantidades en las que
aparentememte no se da una experiencia psicológica, se da un incremento de la
agudeza visual. No hace falta ser un ingeniero de cohetes para darse cuenta de que, si la
caza de animales es una situación de alta competitividad por los recursos, y existe un
objeto en la cadena alimenticia que provoca el incremento de la agudeza visual, los
consumidores de esta sustancia aventajarán a quien no las tome. Pero esto no termina
aquí. Si aumentas las dosis, hacia un nivel sub-psiquedélico, das con lo que se llama
una despertar del sistema central nervioso. Esto significa una sentimiento de inquietud,
una incapacidad para permanecer sentado, una sensación de energía, una excitación
sexual. Lo que significa es que estos animales en la población que fueron más exitosos
cazando y obteniendo comida gracias a que ingirieron dosis de psilocibina, tendrán
ahora lo que los primatólogos llaman "más casos de copulación exitosa". Esto significa
un aumento de la actividad sexual, y por ende, mayor posibilidad de casos de embarazo
y nacimiento con éxito. Así, el segundo hecho, que se asienta sobre el primero, será que
la población que usa el hongo tenderá a reproducirse más que la que no lo usa, y así,
tenderán a sobrevivir en mayor número. El tercer y último factor, que es el que empujó
a estos primates a una posición ascendente, es que la psilocibina, en una dosis que
provoca la experiencia psiquedélica, estimula las áreas del lenguaje relacionadas con la
producción del lenguaje, así que tienes glosolalia espontánea y arrebatos de sonido
estructuralmente organizado. Pienso que probablemente ese lenguaje fue inventado
mucho antes de que se le dotase de un significado más abstracto, y que estos homínidos
y protohomínidos lo usaban para entretenerse los unos a los otros. Así que tienes el
proceso en tres pasos —el incremento de la agudeza visual, que conlleva un aumento en
el éxito a la hora de obtener comida, que conlleva mayor actividad sexual, con más
oportunidades de embarazo y nacimiento de crías y, finalmente, el contacto con el
psiquedélico catalizador del lenguaje, que, aún para las personas sofisticadas como
nosotros, aparece como el más tremendo y desafiante misterio de nuestro mundo.
La aventura humana ha sido siempre un flirteo con las fuerzas gigantescas de esta
dimensión invisible. Esto es lo que da forma a las religiones, lo que crea gurús, mesías y
rupturas científicas; de alguna manera estamos en resonancia con algo mucho más
grande que nosotros mismos, algo que podríamos llamar el gran atractor, el objeto del
fin del tiempo, la mente Gaiana, o lo que sea, nosotros, de entre toda la naturaleza,
parecemos tener una relación especial con ella; parece que estemos bajo su cuidado, y
de alguna manera involucrados en su manifestación en el espacio tridimensional. A
medida que hacemos camino a través del paisaje histórico hacia la presencia
trascendental de lo otro, ésta hace su propio camino en el contenido de nuestros
sueños, de las experiencias psiquedélicas, en las carreras de la gente avanzada
espiritualmente. La idea es que la historia, que es un estado de extrema inestabilidad y
desequilibrio que ha durado unos 15 o 20 mil años, está a punto de transformarse o de
terminar; que los factores que le dieron forma —los alfabetos fonéticos, la dominancia
del macho, el materialismo, el método científico, el empirismo— están a punto de
volverse obsoletos por los descubrimientos en los reinos humano y natural.
Nosotros, la gente de las civilizaciónes altamente tecnificadas, somos como el hijo
pródigo. Hemos descendido a la materia, hemos paseado durante años por lo salvaje.
Ahora, en un tiempo de gran crisis planetaria, debemos volver al seno de la tribu.
Debemos tomar lo que hemos aprendido de la peregrinación por la historia y volver al
modelo tribal con ella. Solo de esta forma, podremos reclamar nuestra sexualidad,
nuestras identidades, el planeta en sí. Los estilos que han evolucionado en la historia,
los de dominio del macho, se relacionan con las líneas de paternidad, la propiedad
privada, el control de la hembras, y así, esto se ha establecido como consecuencia de la
perpetuación del ego. El ego es la función de la personalidad que podemos encontrar
más fácilmente en el contexto de la historia, pero realmente no es una situación de
salud mental, el ego es un tumor calcáreo que surge de las dinámicas de la psique y se
instala como un cáncer en las estructuras de la psique. Y la única cura o tratamiento del
que tengo constancia es el de exposición repetida a las plantas psiquedélicas. Esta es, en
esencia, su función de disolución de límites, y hace 12 o 20 mil años el estilo ordinario
de la sociedad humana fue, como he dicho, el nomadismo pastoral, y la intoxicación
psiquedélica se daba probablemente en relación a un calendario lunar, así que la
recuperación de un estilo sexual orgiástico es parte del revival arcáico. Obviamente, con
una población de seis o siete billones de personas, no podemos sugerir seriamente que
volvamos a los estilos sexuales de un grupo de pastores nómadas en las llanuras
africanas, los cuales no serían más de 50 o 60, pero podemos comprender que el ego es
una función que ha surgido, en esencia, para llevar a cabo nuestras tendencias más
letales. Porque, a medida que miramos la Tierra como existe hoy, con niveles crecientes
de toxicidad y polución, y proliferación de armas, no hay problemas que no puedan ser
resueltos —tenemos la tecnología, el dinero, la capacidad industrial, pero lo que no
tenemos es el plan, ni las ganas de ejecutar el plan.
Así que el cambio que tanto nosotros como el quejumbroso planeta está esperando es
un cambio en la mente humana. Es la mente humana la que debe cambiar, y las
herramientas para reestructurarla deben estar cerca, a mano; y no tenemos siglos o
milenios en los cuales llevar a cabo estos cambios, y si rezar en soledad funcionase, el
cambio ya hubiera ocurrido. Lo que debemos buscar es un catalizador que sea efectivo,
no solo en los casos sencillos sino también en los difíciles, y cuando llevamos a cabo un
análisis de la situación, descubrimos que el chamanismo psiquedélico es la respuesta
humana tradicional a nuestro dilema. Debemos disolver los límites entre tú y yo, entre
dentro y fuera, incluso entre la vida y la muerte. Debemos disolver estas barreras
lingüísticamente conferidas y reemplazarlas por un sentido de un fluir universal de
energía a través de series de patrones de resonancia y vibración de existencia. Esta es la
filosofía central que yace tras el Chamanismo, Budismo, Taoísmo , esto es, la
percepción de la filosofía perenne, y creo que utilizando las lecciones del siglo XX —lo
aprendido en Auschwitz, Haight-Ashbury, Alamogordo y Nagasaki- podemos crear una
alternativa humana viable. Nos aproximamos al cambio de milenio, y podemos de
hecho usar el cambio de calendario para cambiar nuestra visión hacia una más
holística, mas consciente de la globalidad de las especies y el planeta, que nos hará
herederos de una nueva etapa legítima de desarrollo.
(...)
TERENCE MCKENNA: No, creo que todo el mundo NO debe hacerlo. Pienso que las
revoluciones son llevadas a cabo por un 15% de la población, y de hecho podrías
pertenecer a una sociedad psiquedélica y nunca tomar psiquedélicos: aún así, el
ambiente de la sociedad sería psiquedélico. Mira, el chamanismo es una llamada, sabes,
y si no estás preparado para ella, mejor no lo hagas. Mi biografía es instructiva en ese
sentido, ya que la razón por la que estoy aquí es porque siempre he amado lo bizarro, le
outre, y, sabes, cuando tomé psiquedélicos, pensé que podrían repercutir en la cultura
dominante. Me refiero, si es lo que te gusta, adelante. Mira, lo que van a hacer los
psiquedélicos es destruir tu mundo entero, tu concepción completa del mundo, y para
alguna gente esto es tremendamente liberador: "Oh, Dios mío, por fin soy libre", y otra
gente dice "Oh Dios mío, estoy tremendamente loco, no tengo nada a lo que aferrarme",
y esto es prácticamente un juicio estético, en el que prefieres ver el mundo hecho trizas,
y llevado al sinsentido, ante tus ojos. Por el contrario, si te sientes liberado y seguro,
puedes firmar para el carnaval. Si te alarma, no lo hagas. No es para gente de
constitución psíquica frágil, y esto es sobre lo que es el chamanismo. Quiero decir,
conozco a gente que dice que su meta a la hora de tomar hongos, es ser capaz de resistir
más, y no se refieren a mayores dosis, sino a más de lo que el hongo revela. No he hecho
énfasis en mi charla sobre esto, pero el hongo de hecho habla, en inglés, y eso es algo
completamente sorprendente. ¿Como puede ser posible? Uno se queda anonadado ante
este hecho, y más cuando estableces una relación bidireccional con él. Así que abres tu
mente al hecho de que se trata de una dimensión mágica, una dimensión de aliados.
Mira, llegué a todo esto siendo un racionalista, quiero decir, que soy más racionalista,
más un científico que otra cosa. No estoy cómodo con mi situación en todo esto de la
New Age, odio todos estos temas de supositorios de cristales de cuarzo, o la
canalización de muertos egipcios, y todas estas cosas terribles, que son más bien un
escollo para la mente pensante. Pero, cuando me encontré con los psiquedélicos, me
dije "Dios mío, el escepticismo es el camino adecuado", y esta era de hecho, mi creencia
—que no consiste en creer, sino en hacer pruebas. Le pregunté al hongo una vez "¿Por
qué a nosotros?" (refiriéndome a mi hermano y a mí), y me contestó: "Porque no creéis
en nada", "Porque no sois creyentes", y esto es tan real, sabéis, es un misterio real. No
se somete a la razón, es un secreto bien guardado.
Por ejemplo, toma el caso de la dimetil-triptamina, la DMT. Este es el psiquedélico más
poderoso de la existencia, y se elabora naturalmente en nuestros cerebros. Es un hecho
curioso. Significa que los psiquedélicos, que son lo que llamamos poderosos,
abrumadores, no son ajenos o exóticos al cerebro, sino que son de hecho muy parecidas
a cosas que se hallan en nuestro cerebro. Y, cuando fumas la DMT, el mundo entero es
sustitido en aproximadamente 30 segundos con algo completamente imposible de
anticipar, completamente sorpredente. La gente me pregunta: ¿Puedes morir con la
DMT? Bien, la respuesta es "Sí, puedes morir de asombro". Quiero decir: morir de
asombro es una de las sensaciones más raras que podemos experimentar. Tenemos
expresiones como "el asombro le dejó sin habla", y así, pero, si la vives aunque solo sea
una vez en la vida, apuesto que lo recordarás hasta que te entierren. Bien, la DMT te
sirve esta experiencia. ¿Qué es lo que tan sorprendente? Nada menos que un nido de
elfos, habitado por criaturas mecánicas y auto-replicantes que chillan y gritan una
glosolalia que cae como lluvia en el paisaje interior. No es un espacio tiempo ordinario.
Todo esto ocurre 30 segundos tras la ingesta del compuesto, y dura unos 8 minutos,
tras los que eres devuelto a la normalidad. Esto significa que estos seres no están lejos,
y que no es destructivo, no es adverso al organismo: simplemente ha sido suprimido
por la cultura. No entendemos como de encerrados estamos por las prisiones del un
lenguaje limitado y científico. La verdadera locura está en salirse de los confines
paradigmáticos de la cultura que trata de tranquilizarnos: "Oh, mira, todo es rutinario y
aburrido, todo tiende a la entropía, y yo de tí no le daría más vueltas a la cabeza". Este
no es, de hecho, el caso. O, por lo menos, yo disiento.
PREGUNTA: (inaudible)
TERENCE MCKENNA: Me preguntas sobre mi punto de vista sobre la New Age, de la
apropiación por su parte del chamanismo, y el márketing derivado. Mira, si es no-
psiquedélico, lo encuentro deplorable. No estoy aquí para decir nombres, pero te
aseguro que los mayores comerciantes del chamanismo no psiquedélico
experimentaron el poder del chamanismo con psiquedélicos, y sobre esto tomo una
postura bastante radical simplemente para enfurecer a la gente. No creo realmente que
haya otra forma de poder llegar. Me refiero a que todos estos estados yóguicos, o los
inducidos por la inanición, la flagelación o el celibato —todos estos métodos tan
agradables— no pueden ser comparados a la experiencia psiquedélica. No sé de que
hablan todas esas personas. Una de las cosas que me concierne es cuando la gente me
dice "Bien, este es un camino espiritual y tu eres un maestro espiritual", y cosas así —
no, yo no soy un maestro espiritual, y nadie cercano a mi moral podría decir lo mismo.
No sé realmente como se relaciona todo esto con la búsqueda espiritual tal y como se
concibe ordinariamente. Mi aproximación a ello es que es un fenómeno que confunde
nuestros conceptos de la realidad. Lo que me indujo a comenzar mis viajes y a escribir
sobre todo esto es que me había atraído mucho Jung y todas esas cosas, y además había
crecido Católico, así que cuando fumé la DMT, no esperaba que lo que sucedería fuese
de hecho la revelación de algún arquetipo jungiano, que la gran danza circular de
arquetipos se hiciese visible. Aquello fue increíble, y lo sorprendente es que nuestra
historia del arte no refleje el flash de DMT. Nuestro arte hace referencia a estas
dimensiones, muy acertadamente, pero aún así esta disponible para todos nosotros. Ha
sido tan suprimido que no se halla incluso a nivel del incosciente humano. Es como
pensar en un mundo oculto, en un continuum paralelo, y si de alguna forma entras en
él, nunca se te ocurriría inventar las matemáticas, ni el gobierno, ni la religión, porque
vives el momento, porque estás en paz contigo mismo y con tu comunidad, y esto es
algo a lo que debemos volver, porque el desequilibrio de la historia se ha vuelto
bastante feo tras la Segunda Guerra Mundial.
PREGUNTA: (inaudible)
TERENCE MCKENNA: Vitamina K. Bien, hay algo que quiero decir. La palabra 'droga'
ha sido tremendamente corrompida por los dirigentes de la sociedad. Quiero decir que,
todos nosotros, repelemos los comportamientos obesesivos y auto-destructivos, aunque
de hecho es lo que suele achacarse a las drogas. Pero mira, vivir por el dinero, por la
moda o por tener un Ferrari, también son hábitos autodestructivos, así que tengo una
regla, un test en tres pasos para aquellos que se planteen incluir una de estas sustancias
en sus programas de crecimiento y avance. La primera pregunta que debes hacerte es ...
PREGUNTA: ... ¿te lo puedes pagar?
TERENCE MCKENNA: Bien, vale, esa es la número cero. Vayamos a la primera, que es:
¿Ocurre esto en la naturaleza?. La segunda es: ¿Tiene una historia de uso chamánico?
Sabes, si tiene una historia de uso chamánico, asuntos como si causará tumores,
abortos, ceguera o parálisis no deberán preocuparte, dado que son dudas ya
respondidas, por tradiciones de una duración de más de 5 mil años. La tercera pregunta
es: ¿Funciona de forma natural, cercana a como lo hace el cerebro humano?, porque no
queremos insultar al cerebro humano, no queremos intoxicarlo, no queremos
envenenarlo. Bien, la feliz conclusión es que la mayoría de los alucinógenos pasan la
prueba con creces. La DMT es un ejemplo perfecto. La DMT es un alucinógeno de peso,
pero está dentro de todos nosotros en este mismo instante. Si fueras un juez americano,
te diría que de hecho estás en posesión de una droga, así que estarías en situación de
arresto. Cada ser humano de la tierra está en la misma situación (...). El hecho de que la
DMT te devuelva a la normalidad en unos pocos segundos, habla a favor de sus
cualidades no-invasivas. Si tomas una droga, y 48 o 72 horas después te sientes
mareado, tienes dolores en el cuerpo, o la ves borroso, será una droga de la que te
alejes, con la que no probablemente no quieras involucrarte. Se juzga la no-toxicidad de
una droga por la rapidez con la que recuperas el estado normal. La ketamina, que es lo
que ha inspirado la pregunta, no pasa estos tests. Yo la he probado y de hecho me gustó
la sensación, pero cuando ví cuán deprimidos quedaba el sistema inmunitario (y quizá
esto tenga relación con posibles atáques epilépticos), no creí que fuese una buena idea.
(...)
PREGUNTA: (inaudible)
TERENCE MCKENNA: Te refieres a como opuesto ...
PREGUNTA: (inaudible)
TERENCE MCKENNA: Ah, bien, la diferencia no será grande, excepto en la proporción
de la dosis. Creo que los liberty caps son por unidad un gramo más fuerte que la
Stropharia cubensis, pero tendrás que tomate por lo menos una docena o dos de ellos,
¿no?
PREGUNTA: (inaudible)
TERENCE MCKENNA: ¡Trescientos! Jejeje, vale ... ¡bien por tí! Mira, de Stropharia
Cubensis hemos cultivado especímenes de 170 gramos que luego, al ser secados, se han
visto reducidos a 15 gramos. Bien, lo que digo siempre es que una buena dosis son 5
gramos, de los secos, y ya que hablamos de esto, os diré algo sobre la técnica, porque
siempre me olvido de mencionarlo ya que para mí es algo obvio, pero para mucha gente
es una revelación. La manera llevar a cabo estas cosas es, obviamente, con el estómago
vacío y en la oscuridad silenciosa, obviamente. Estás buscando alucinaciones, ¿no?. Es
una búsqueda de alucinaciones, de visiones, y la gente a veces hace preguntas bizarras
como la de "¿Seré capaz de conducir?". Aquí está el ego dominador del macho para tí.
En ningún sentido de la palabra serás capaz de de conducir, así que, sabes, fúmate la
pipa y olvida la idea. Otra gente se opone a la parte del silencio, y dice "Pero, sabes,
siempre escucho a los Mother of the Invention". Bien, amigo, tómate un respiro. Ellos
son maravillosos , pero deja a pitagoría y a la música de tu alma en la silenciosa
oscuridad. Te maravillarás, Dales media hora y sabrás de lo que te hablo.
PREGUNTA: ¿Lo has experimentado?
TERENCE MCKENNA: Mira, como una vez escribieron en el Guardian, pienso que
cada uno de nosotros debería verse involucrado seriamente en el abuso a los sapos. En
América hemos oído acerca de chupar sapos, y siempre se ha considerado como una
tradición de los Australianos primitivos, aunque en América la hayamos mejorado.
Antes que nada, nosotros no dañamos a nuestros sapos, sino que vamos al desierto en
nuestros 4x4 y les extraemos amablemente su vevneno en nuestros parabrisas, y lo
dejamos secar al sol, para luego rascarlo con nuestras espátulas y fumarnoslo. La
sustancia en cuestión es la 5-metoxi-DMT del Bufo Alvarius, la bufotenina, y pasa el
test de las 3 preguntas. No el test que le haríamos a una planta, sino a un animal, que es
algo, si cabe, mejor. Es interesante. Es una de las pocas formas animales que contienen
alucinógenos —lo llamamos espuma de sapo, en oposición a otras denominaciones
menos "elegantes". La 5-metoxi-DMT es una variedad de dimetiltriptamina, pero
comparada con la DMT es como si cogieses una emisora AM y la puesieras al ladop de
un cinemascope de 70 milimetros. Escuché hace poco a un investigador describirla
vcomo una "emoción effulgent", y ciertamente es así. No hay palabra para esta
emoción, pero es muy profunda, aunque con poca actividad visual, pero con la DMT
sabes que las alucinaciones tienen una veracidad existencial absolutamente
demoledora. Son tridimensionales, altamente coloristas, en movimiento; estas criaturas
élficas del hiperespacio que uno encuentra son descritas como pelotas de baloncesto
autotransformadoras, balones enjoyados, y vienen hacia tí, gritando con sus voces
chirriantes, las cuales crean objetos: ellos tienen un lenguaje que es de hecho visible —
que es uno de mis temas favoritos que no hemos tocado, y que se te presenta de forma
objetificada, en una forma similar a los huevos de Fabergé o a los juguetes que un
astronauta alienígena daría a sus hijos para entretenerlos. Cuando uno de estos elfos te
lo enseña, cuando se acerca a tía ofrecerte uno de estos objetos de mecánica sintáctica
Fabergé, lo miras con el perfecto conocimiento de que si pudieras traer una de estas
cosas al mundo, no quedaría títere sobre cabeza, que hay algo que confunde, que es
literalmente imposible, y, sin embargo, lo estás viendo, está frente a tí: lo imposible
está sucediendo.
PREGUNTA: (inaudible)
TERENCE MCKENNA: Datura. La pregunta es que qué pienso sobre la datura. Creo
que es algo realmente delirante. La família química involucrada de todo esto son las
tropanos. No quisiera ponerme muy técnico aquí, pero una buena regla es que cuando
hablo sobre psiquedélicos hablo sobre los de índole de los alcaloides —LSD, psilocibina,
ibogaina, y los llamados triptaminas cíclicas. Soy bastante cerrado en este aspecto. La
mescalina no entraría, dado que básicamente es una anfetamina. El campo
morfogénetico asociado a la datura es la de un trabajo mágico, de extensión de
engaños; se suele usar en contextos en los cuales alguien que trabaja en su deseo sexual
con alguien que no lo desee. Lo que me hizo rechazar la datura fue una expereiencia
que tuve mientras vivía en el Nepal, con un amigo mío. Lo conocí en el mercado un día
y charlamos un rato allí, y lo que me llamó la atención fue que esta persona pensó que
le había hecho una visita a su apartamento. El tenía la impresión de que estábamos
sentados discutiendo en su apartamento, cuando de hecho estábamos moviéndonos por
el zoco Asiático, así que pensé que éste era un nivel de desconexión de la realidad que
no necesitamos. Lo que es interesante sobre este tipo de alucinógenos, y especialmente
en la DMT, es que hay una parte de tu ser que nunca se pierde, que está siempre
observando. Y una de las cosas que recuerdo que me apartó de la ketamina fue su
naturaleza: un compuesto tan destructor de la realidad, que en cada viaje llega un
momento en el que te das cuenta, con la fuerza de una revelación: "Estoy colocado, eso
es lo que está pasando, soy un ser humano, ahora lo recuerdo, estoy viajando, estoy
viajando",y entonces, caes en el sitio. Bien, lo que todo esto te dice es que estas
prácticamente ido, y estás tan desconectado de la capacidad de entender lo que está
sucediendo, que no puedes recordar qué es lo que ha habido antes, o qué es lo que
sucederá después, así que aceptas completamente esta situación imposible. A mí eso no
me gusta, me gusta mantenerme en ese ojo observador. Debe ser mi ego agarrándose a
ese último grano de ego, pero aún así sigo pensando que es importante el que haya
cierto tipo de claridad en la experiencia, y así, la datura parece eliminarla. A ver, una
pregunta más.
PREGUNTA: Mucha gente piensa que la marihuana es un agente liberador.¿La
incluirías en las sustancias que has comentado antes?
TERENCE MCKENNA: Bien, no sé si "el primo pobre" es la palabra. La marihuana es la
excepción a todas las reglas. La marihuana es un alcohol poliédrico. No puedo decir lo
suficiente en alabanza a la marihuana [aplausos]. Es la parte vital de mi inspiración, y,
sí, es interesante. A veces hablo durante un fin de semana completo y nunca acaba
saliendo el tema. Somos tan bien educados. Estamos aquí hablando de todas estas
drogas extravagantes, cuando el hecho es que la marihuana es el pan nuestro de cada
día.
PREGUNTA: (inaudible)
TERENCE MCKENNA: Si, quiero decir que la noción de comunidad está ahí, que ahí
existe una tribu, una familia. Mira, una vez me metí en una terapia, con una terapeuta a
la que consideraba bastantae brillante excepto por el hecho de que no sabía nada de
drogas, lo cual era una situación bastante absurda para mí. Ella me preguntó: "Bien,
esto del cannabis, ¿cuantas veces al día lo haces?, y le dije,"Oh,mira, una docena".
Entonces ella me dijo : "Oh, y cuantos años llevas haciéndolo", y yo le dije
"Veinticinco", y ella me dijo: "Bueno, seguramente se trate de esto", y continué yendo y
al final le dije "Mira, lo voy a dejar, lo voy a dejar para que veas que no pasa nada, para
que no les sueltes a tus pacientes ese rollo porque nada va a suceder". Así que lo dejé
por un par de meses, y lo que noté fue un tremendo empequeñecimiento de mi
consciencia, hasta el punto en que, cuando antes me quedaba hasta tarde por la noche
trabajando en mis notas, repasando recibos y planeando como mangarle alogo alos
recaudadores de impuestos, ahora solo sentía la más horrible y mundana consciencia.
Bie, ya sabes, pegas una calada de cannabis y piensas sobre las prótesis dentales de
Moliere, o las causas de la caída del imperio Trebizondiano, las cosas importantes de la
vida, en vez de tu estúpido ego. Otra por aquí y prometo que nos vamos.
PREGUNTA: (inaudible)
TERENCE MCKENNA: Ah, éxtasis. Bien, no quisiera insultar la elección local. Asumo
que te refieres al MDMA.
PREGUNTA: Sí.
TERENCE MCKENNA: Demasiado malo, aunque debería contestar la pregunta
general. Pienso que el éxtasis es maravilloso. Pero el MDMA es problemático. Cada
droga —incluso algunas de las drogas más bizarras, como la cocaína por ejemplo—,
cuando hacen aparición en el mercado, son reverenciadas como drogas del amor, y así
fue con la MDMA. Mi experiencia personal es que no te parece nunca tan buena como
la primera vez, en la cual ya me pareció algo malo. Mira, para conocer algo, es evidente
que debes tomarlo en algún lugar, y lo que observé es que en América la gente solo la
tomaba de fiesta. Bien, se sabe muy poco sobre esta droga para hacer eso. Hay las
suficientes evidencias considerables e irrefutables de que esta droga produce cambios a
largo plazo en los procesos dendríticos de los nervios. Mi hermano es un investigador
farmacológico, y trabajó mucho sobre ello en el laboratorio de Steven Parutka (?) en
Stanford. Así que los efectos subjetivos del éxtasis son buenos, pero no tienen la
garantía en cuanto a salud que pudieran tener si lo extrajésemos, por ejemplo, de una
planta. Esta es la diferencia. Yo apuesto por las plantas, ya que las plantas tienen su
alma, ellas arrastran un campo morfogenético de miles de años. Cuando tomas
psilocibina, participas de los viajes que han sido inducidos a todo el mundo. Cuando
tomas una droga fresca de laboratorio, ésta no tiene alma, no tiene historia, ni
dirección: es un artificio demoníaco del hombre, y así, prefiero ponerme en manos de la
Diosa y abrirme camino por estas dimensiones bajo los auspicios de las plantas
permitidas, las cules han estado durante milenios ahí para abrir las puertas del deleite,
que te harán cerrar la nariz a lo mejor que Beverly Hills te pueda ofrecer. Creedme, las
riquezas interiores son incomparables, y es así como recobramos nuestra dignidad, y no
siendo las putas de Mammon y persiguiendo toda esta basura con la que nos
bombardean, sino insistiendo en los valores humanos, la emoción humana y la
comunidad.
PREGUNTA: (inaudible)
TERENCE MCKENNA: Bien, llegamos tarde a ese tema. Mira, soy el proveedor de una
idea muy bizarra que me dieron una tropa de elfos. Es un formalismo matemático que
argumenta muy fuertemente (...) el hecho de que nos aproximamos hacia una
transformación planetaria, especificamente alrededor del 2012, y, no será de hecho,
una transformación política, o biológica, sino una transforamción de las leyes de la
física en sí mismas. La presencia de criaturas como nosotros en el planeta indica la
proximidad de lo que llamo el objeto trascendental del fin del tiempo, y que este es una
especie de atractor. Es como un campo de energía en el paisaje epigenético en el cual
hemos caído, y la furia del siglo XX es un indicativo de nuestra proximidad a este
momento transformativo global, que emergerá de nosotros. Esencialmente, nos
despojaremos del mono, y la criatura lingüística que simbiotiza a este mono se
desenmañará de la physis y realizará algún tipo de transformación angelical. Es muy
difícil para nosotros anticiparnos o entenderlo. Si tuviera más tiempo diría más, mucho
más, pero por ahora eso es todo.
Solo me gustaría decir que para hacer estas ideas reales deberíamos superar el formato
del que discrepábamos esta noche. Cualquiera de vosotros podría haberse sentado aquí
esta noche. Toda esta cháchara no significa nada si no se tratase de un misterio
democráticamente disponible -sin jerarquía, sin conocimientos especiales, sin un
transfrondo racial específico. Esto nos pertenece a todos, y así, os deseo suerte en la
construcción de vuestras comunidades, y con la visión que está a punto de florecer aquí,
lo cual es muy importante, tanto para nosotros como para las personas de otras partes
del mundo.

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