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Universidad Nacional Autónoma de México

INVESTIGACIÓN Y ANÁLISIS ECONÓMICO

Diseño de Investigación

Profe: Manuel Coello Castillo

Alumno: Muñoz Soto Jair Rodrigo

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Método de Investigación
La Industria Tabacalera en México (1996-2000)

1.- Justificación.

La Industria Tabacalera en México.

Nayarit es el principal Estado de la República Mexicana productor de tabaco


gracias a su tipo de suelo, destacando en la producción de tabacos rubios, ese
estado concentra el 90 por ciento de la producción de tabaco en todo el país,
mientras que Chiapas cultiva el 8 por ciento y el restante 2 por ciento se
produce en Veracruz.

En la segunda década del siglo XX se establecieron en el país las primeras


filiales de empresas transnacionales, ya que México fue considerado como una
fuente importante de materia prima, además de contar con un mercado
potencial para el consumo de productos tabacaleros. Con ello dio inicio un
proceso de producción y comercialización del producto terminado bajo una
integración vertical, es decir, que las empresas tienen el control desde el cultivo
de la planta, inclusive algunas de ellas han sido o son propietarias de cultivos,
o bien influyen en la determinación de los precios de las cosechas por ser
únicos compradores de productores independientes, asimismo controlan la
producción de cigarrillos, la logística de comercialización y su distribución.

A partir de 1997 las alianzas estratégicas y los joint-ventures propiciaron la


compra-venta de las empresas tabacaleras mexicanas, por lo que actualmente,
la industria se concentra prácticamente en tres empresas: Cigarrera La
Moderna (Cigamod), Cigarrera La Tabacalera Mexicana (Cigatam) y la
Libertad. Las dos primeras tienen el control del 99 por ciento del mercado, por
lo que se puede calificar a la industria nacional como un duopolio. Asimismo,
ambas empresas cuentan con capital extranjero de las dos principales
empresas tabacaleras a nivel mundial: British American Tobacco (BAT)1 es
propietaria del 100 por ciento del capital accionario de Cigamod y Cigatam,
subsidiaria de Grupo Carso, cuenta con el 49.9 por ciento del capital de la
primer cigarrera mundial: Philip Morris (PM).
Cigatam-PM es líder del mercado mexicano en la producción y
comercialización de cigarros con una participación en el mercado de más de
58.3 por ciento al cierre de 2001.

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Periodo 1996-2000.

En el consumo de cigarrillos se identifican por lo menos cuatro variables que


tienen un papel importante: la estructura de edad de la población, el ingreso
económico del consumidor, el precio de la cajetilla de cigarrillos y la adicción a
la nicotina. El consumo per cápita de cigarrillos de 1980 a 1996 se ha
mantenido estable y con una aparente disminución ya que para 1980 se
reportaban 83 cajetillas consumidas por año, y para 1996 al año 2000 el
consumo era de 56 cajetillas consumidas por año.
Esta aparente disminución en el consumo, que podría interpretarse como una
real reducción en el consumo de cigarrillos, por considerarlo un riesgo para la
Salud, podría ser engañosa y la disminución estaría más orientada hacia un
ajuste del mercado, porque en la estimación del consumo aparente no se
considera el contrabando de cigarros que en diferentes momentos ha inundado
el mercado “legal”.

2.- Objetivos

Objetivo General:

1) Demostrar como las políticas impositivas afectan tanto la producción como el


comercio del tabaco. Esto merma, por ende, el crecimiento de la industria. La
Industria tabacalera aporta aproximadamente el 0.2 % del Producto Interno
Bruto (PIB) desde 1990 hasta la actualidad pero la tasa de crecimiento real
anual ha sido fluctuante con cantidades positivas (12.7) como negativas (-5.4).

La industria tabacalera es de gran importancia a nivel mundial, ya que desde el


cultivo del tabaco proporciona a los países en desarrollo importantes ingresos,
además de los ingresos fiscales a los gobiernos por el consumo de tabaco
procesado en cigarros.

En cuanto a producción de tabaco a nivel mundial, se estima que en el año


1996 descendió a 6.8 millones de toneladas métricas (peso en seco), 5.7 por
ciento menor que en 2000. Del total de la producción el 72 por ciento se
produjo en siete países, (China, Estados Unidos, India, Brasil, Turquía,
Zimbabue, Indonesia), ocupando China el primer lugar, con una producción
anual de aproximadamente 2.6 millones de toneladas métricas (38.2 por ciento
del total mundial). México ocupó el lugar catorce entre los países productores.

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Objetivos Particulares:

1) Demostrar que de los cuatro tipos diferentes de impuestos agregados al


precio del tabaco (Impuesto Sobre la Renta, Impuesto al Activo, Impuesto al
Valor Agregado e Impuesto Especial sobre Producción y Servicios), éste último
(IEPS) es el que más afecta a la industria tabacalera, tanto del lado del
consumo como del lado de los oferentes.

Las tasas del IEPS-tabaco se han modificado frecuentemente desde su entrada


en vigor en 1981. Para ese año, a los cigarros se les asignó una tasa de 139.3
por ciento y a los cigarros populares de 20.9 por ciento, mismas que se
sostuvieron hasta el año 1985. En 1986 y 1987 se incrementaron hasta 180 por
ciento para cigarros y 25 por ciento para cigarros populares.

En 1988 se regresó a las tasas de 139.3 por ciento para los cigarros y 20.9
para los cigarros populares, las cuales se mantuvieron hasta 1994, excepto el
ejercicio de 1989 cuando se establecieron tasas de 160 por ciento para
cigarros y 25 por ciento para cigarros populares. A partir de 1995 se redujeron
las tasas para los cigarros a 85 por ciento y para cigarros populares a 20.9 por
ciento que se sostuvieron hasta el ejercicio 1999.
En el año 2000 se establecieron tasas de 100 por ciento para cigarros y 20.9
para cigarros populares sin filtro, las que se mantienen vigentes en 2002, no
obstante que en la disposición transitoria se indica que para cigarros con filtro
en 2002 la tasa aplicable será 105 por ciento y de 60 por ciento para cigarros
sin filtro; en 2003 será de 107 por ciento para cigarros con filtro y de 80 por
ciento para cigarros sin filtro; en 2004 será de 110.0 para cigarros con filtro y de
100 para cigarros sin filtro; y en 2005 será de 110 para cigarros con filtro y sin
filtro.

2) Demostrar que dichas políticas impositivas han ocasionado cierto atraso en


el mercado nacional de tabaco y por lo tanto menor competencia en el mercado
internacional, generando de esta manera un mercado negro, es decir, de
contrabando, con precios más atractivos.

Por ejemplo, en 1996 el contrabando de cigarros Marlboro representó 7% del


total de cigarros de esa marca que se consumieron durante el mismo año. Se
estima que dicho contrabando disminuirá en los siguientes años, ya que se
están garantizando las condiciones para ello: mayor control aduanal, precios
atractivos en el mercado doméstico y reducción de los impuestos al producto.
Sin embargo, es importante señalar que la diferencia de precios con los
cigarrillos que se venden en EUA hace pensar que, más que un contrabando,
se trata de una venta legal de cigarrillos, probablemente impulsada por las
propias compañías tabacaleras, como ha sucedido en la frontera compartida de

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este país con Canadá. En contraste con esa aparente disminución en la


producción de cigarrillos, la propia industria tabacalera reporta en 1999 un
crecimiento de 1.9% en su producción, pasando de 47 400 millones de
cigarrillos durante 1998 (aproximadamente 2 370 millones de cajetillas), a 48
300 millones en 1999 (aproximadamente 2 415 millones de cajetillas),
producción que rebasa en 23% la información dada para 1998-2000 por el
Departamento de Agricultura de EUA (USDA por sus siglas en inglés) y que, de
manera indirecta apoya el argumento de la existencia de una venta ilegal de
cigarrillos.

3) Demostrar que las políticas impositivas al contrario de dejar de incentivar la


compra de cigarrillos por daños a la salud, lo que esto genera es inconformidad
en el mercado de consumo de cigarrillos, a su vez genera menos ingresos y
por ende pobreza.

Para el Ejercicio Fiscal de 1981, el Ejecutivo Federal sometió a la


consideración del H. Congreso de la Unión la Iniciativa de Ley del Impuesto
Especial sobre Producción y Servicios, en la cual se indicaba, entre otras
cosas:
“El proyecto que ahora se presenta no incrementa la carga fiscal de los
contribuyentes, en cambio sí se destaca por las medidas de política fiscal que
introduce, siendo las más importantes las siguientes: ... En tabacos labrados,
se sustituye la tarifa por dos tasas una general del 139.3% y otra de 20.9%
exclusiva para cigarros sin filtro de precio popular...”

4) Demostrar que la publicidad es netamente indispensable para asegurar el


mercado actual y con mayor medida el mercado futuro.

Para asegurar el mercado de futuros fumadores, principalmente los niños y


jóvenes de ahora, la industria ha desarrollado diversos mecanismos en tanto
que ellos serán los que construyan el futuro económico de la industria
tabacalera. Sin consideración ética, esto lo ha establecido claramente la
industria, véase así la declaración realizada por Camel Filters “... para asegurar
el incremento y un crecimiento a largo plazo... (de esta marca)..., la marca debe
incrementar su penetración en el mercado de 14 a 24 años, el cual tendrá
valores más liberales y representa el futuro en el negocio del cigarrillo…”

Por ello, la industria no dejará de dirigir sus esfuerzos de comunicación a la


población de jóvenes, y continuará acaparando espacios de comunicación
social para llevar el mensaje tabáquico a la población y en la mercadotecnia en
sus puntos de venta. Tan sólo en 1996, la industria de tabaco consumió 11%
del presupuesto de publicidad (5.1 billones de dólares) en los mecanismos
tradicionales: periódicos, revistas y anuncios de calle; y gastó 2.4 billones de
dólares en nuevas estrategias de penetración del producto, como descuentos
promocionales a los vendedores de cigarrillos o programas de instalación de
puntos de venta.

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3.- Hipótesis

General:

1) El Gobierno debe reducir las políticas impositivas que merman el crecimiento


de la industria tabacalera. Ya que es de suponerse que de lo recaudado por los
impuestos una gran parte es destinada para crear una contracultura del tabaco;
cosa que no da resultado, al menos es lo que nos muestran los hechos.

Particulares:

1) Desaparecer el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios ya que lo


único que genera al productor es un incremento de los costos de producción
viéndose esto reflejado en el precio que paga el consumidor. Esto, como ya se
ha mencionado, provoca inconformidad y descontento entre los consumidores.

2) Dar una mayor competitividad al mercado del tabaco con precios más
atractivos eliminando dichas tasas impositivas, esto generará un crecimiento en
el PIB y por ende el nivel de bienestar de la nación aumentará.

3) Al demostrar que la industria del tabaco es inelástica (un cambio porcentual


en el precio provoca un cambio porcentual menor en la cantidad demandada)
tenemos por conclusión que el mercado de consumo en ves de dejar de
adquirir menos de dicho bien seguirá adquiriendo con un cambio porcentual
menor casi imperceptible, lo que generará que los ingresos se reduzcan.

4) Limitar en mayor medida la publicidad del tabaco, no para generar un


decrecimiento sino para evitar que la gente más vulnerable (principalmente
niños) caigan en el vicio del cigarro. Debido a que los problemas de salud así
como los accidentes son más propensos a aparecer por el abuso de sustancias
que van de la mano con el cigarro.

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4.- Índice o Capitulado:

La Industria Tabacalera en México

Crecimiento de la Industria Tabacalera en México

(1996-2000)

Capítulo I

“Reseña Histórica de la Industria Tabacalera (1996-2000)”


1.1) Antecedentes de la Industria tabacalera.
1.2) La Industria Tabacalera.
1.3) La Industria Tabacalera en México.
1.4) Impuestos al Tabaco en México.
1.4.1) Impacto del consumo de tabaco en México.

1.4.2) Impuestos más elevados al tabaco reducen el consumo.

1.4.3) Impuestos al tabaco en México.

1.4.4) Los impuestos al tabaco salvan vidas e incrementan la


recaudación del gobierno.

1.4.5 Algunas recomendaciones


1.5) El Mercado de tabaco en México.
1.5.1) Producción.
1.5.2) Consumo.
1.5.3) Empleo.

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Capítulo II

“El futuro del mercado de la industria del tabaco”

2.1 Inversión Extranjera

2.2 Régimen Fiscal

2.2.1 Antecedentes

2.2.2 Régimen Fiscal Vigente

2.2.2.1 Impuesto Sobre la Renta

2.2.2.2 Impuesto al Activo

2.2.2.3 Impuesto al Valor Agregado

2.2.2.4 Impuesto Especial sobre Producción y Servicios

2.3 Impacto del IEPS en la Industria Tabacalera

2.4 Resumen de las obligaciones fiscales aplicables a la Industria Tabacalera

2.5) El Mercado Negro del Tabaco.


2.6) El consumo creciente de tabaco por los jóvenes.

Capítulo III

3.1) Conclusiones.
3.2) Bibliografía y Referencias.

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Capítulo I
“Reseña Histórica de la Industria Tabacalera (1996-2000).”

1.1 Antecedentes de la Industria Tabacalera.


Actualmente, en los países en desarrollo, pero principalmente en nuestro país,
México existen empresas con un alto crecimiento, que cuenta con recursos
materiales e intelectuales necesarios para hacer frente a los retos del comercio,
poseen el profesionalismo y el compromiso necesario para satisfacer las
necesidades de los consumidores locales, nacionales e internacionales, se
cuenta también para la capacidad creativa del desarrollo de nuevos productos y
tecnologías. Pero dichas empresas carecen de recursos económicos
necesarios para poder cumplir sus deseos y proyectos de expansión.

Obtener el financiamiento para las pequeñas y medianas empresas es difícil, el


número de inversiones potenciales es grande por lo que no toda empresa
pequeña es apta para cubrir recursos, está dificultad se presenta básicamente
por dos razones: el medio ambiente interno y el medio ambiente externo.

El medio ambiente interno se relaciona con la empresa misma como clientes,


competencia, tecnologías, estrategias y políticas.

El medio ambiente externo en el que se incluye el nacional y el internacional,


en el nacional está la situación actual de nuestro país, la falta de estabilidad
económica y política, problemas sociales internos, en la parte internacional se
encuentra la inestabilidad económica social y recientemente el terrorismo, por
todo esto se ha hecho más eficientes en la asignación y distribución de
recursos para obtener mejores beneficios económicos.

Una empresa es un todo por lo que no podemos separar la parte práctica de la


teórica, la numeración de la alfabética, la financiera de la toma de decisiones lo
contable de lo administrativo, esto lleva al principio básico causa efecto, en el
que todo resultado es creado por algo o en respuesta de una acción. En una
evaluación en una empresa no es recomendable analizar los resultados
financieros solos, por separado, para poder emitir una opinión completa y
objetiva es preferible conocer todo lo que rodea a estos, cuales fueron los
planes, objetivos y metas que se quieran obtener, de esta manera es necesario
y fundamental obtener beneficios económicos, es decir utilidades, pero se debe
tener en cuenta todo lo que rodea a estos beneficios, como es que se llegó a
ellos, y conocer las acciones requeridas para obtenerlos, ver a cada empresa
en conjunto como un todo.

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1.2 La industria tabacalera

El desarrollo del mercado internacional del cigarro es la historia de un continuo


proceso de concentración de empresas; de hecho, el mejor ejemplo de
empresa manufacturera concentrada mundialmente es la industria tabacalera.
Hasta hace algunos años las grandes empresas del trabajo se concentraban en
seis grandes grupo: Philip Morris (PM), R.J. Reynolds Nabisco (RJR), American
Brands, British American Tobacco (BAT), Imperial Tobacco y Rothmans (RO).
Tan sólo BAT y PM concentran 22% de producción mundial de cigarros. PM
vende cigarros en 170 países, BAT opera en 180 países y RJR en 160 países.
Este escenario de compañías de tabaco se ha modificado gracias al proceso
de concentración de capitales de la última década; hoy se reconoce que por lo
menos cuatro empresa dominan el 75% DEL MERCADO MUNDIAL DEL
TABACO: Philip Morris, British American Tobacco y Japan Tobacco, que
funcionan como empresas transnacionales y, China National Tobacco Co.,
Monopolio estatal que produce30% de los cigarros de todo el mundo.

1.3 La industria tabacalera mexicana


México no queda excluido de los procesos de industrialización, concentración y
monopolización de bienes y la industria tabacalera mexicana, al igual que la
industria internacional, ha seguido un patrón de concentración de empresas y
en consecuencia de capitales. Tan sólo en 1900 se encontraban registradas
743 empresas tabacaleras, para 1975 la empresa estaba integrada por seis
empresas (La Moderna, El Águila, Tabacalera Mexicana, Fabrica de cigarros
Baloyán, Fabrica de cigarros La Libertad y Cigarrera Nacional), sin embargo
recientemente se llevó acabo una monopolización, y al final del siglo XX la
industria se había concentrado en tres empresas: Cigarrera La Moderna
(Cigamod), Cigarrera La Tabacalera Mexicana (Cigatam), y La Libertad (LL).
Aún cuando están presentes estas tres empresas en el mercado nacional del
cigarro, el control del 99% del mercado lo tienen Cigamod y Cigatam, por lo
que se clasifica ésta actividad como un duopolio.

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La producción del cigarro de las empresas tabacaleras mexicanas en un primer


momento se basó en el manejo de marcas propias y después en la adquisición
y manejo de licencias de las empresas cigarreras internacionales, con el
agravante de pago de regalías por la venta de la marca, pago por consultoría y
asistencias técnicas de los dueños de las marcas, lo que al final representaba
un gasto importante para las tabacaleras mexicanas y una fuga importante de
capitales para el país. Por ejemplo, Cigatam contaba con la licencia de
producción de Marlboro, B&H y Commander, propiedad de Philip Morris Co. Al
contar con esta licencia Cigatam tenía la obligación de pagar 36 centavos de
dólar por cada mil cigarros vendidos de las dos primeras marcas y 15 centavos
por cada mil de la tercera marca. En el paquete de compromisos que incluía la
licencia, estaba también el pago por asistencia técnica, y además, y además un
pago anual de 50 mil dólares por la consultoría.

Para finales del siglo XX, la empresas tabacaleras mexicanas en realidad eran,
en mayor o menor medida, empresas endeudadas y además de contener la
deuda en dólares, con una tendencia comercial hacía la baja, tanto de las
ventas como las utilidades, y con un mercado interno deprimido; de allí que
fuese más rentable la cesión de control accionario a otras empresas que
mantenerlas en esa condiciones de operación tan desventajosa. En este
escenario económico nacional, sumado a las restricciones gubernamentales
que los Estados Unidos habían impuesto a la industria tabacalera doméstica
que las obligaba, para mantenerse como industriales rentables, a la búsqueda
de nuevos mercados de consumo y producción, se efectúo a partir de 1997 la
compra-venta de las empresas tabacaleras mexicanas, pasando de ser
capitales nacionales a capitales internacionales mayoritarios bajo el control de
dos de las empresas más importantes del mundo: Cigamod por BAT y Cigatam
por PM, con costo de operación de compra-venta de $ 1 712 millones de
dólares por Cigamod y $ 428 millones de dólares por Cigatam,
aproximadamente.

Durante 1999, la participación en el mercado de las tres empresas fue el


siguiente: Cigamod 51.8%, Cigatam 48.0%, La Libertad 0.2%. Para ese año
Cigatam vendió 26,200 millones de cigarros, lo que representó un incremento
de 8.9% en volumen, comparado con los 24 100 millones vendidos por la
empresa durante 1998.

México es un exportador de tabaco fino y oscuro curado al aire, pero también


es un importador de tabaco curado al calor, oriental y de tabaco oscuro curado
al aire, para abastecer el mercado nacional de cigarros (con y sin filtro) y de
puros. A partir de la firma del Tratado del Libre Comercio de América del Norte
con Estados Unidos de América y Canadá, el tabaco y los productos de tabaco
norteamericanos y canadienses se importarán a México con una reducción de
50% en las tarifas, las que, eventualmente, llegarán a cero. La producción de
tabaco, por si misma, es una actividad que potencialmente genera daños
sociales, tanto a los productores como a la población consumidora del tabaco

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procesado, ya que para incrementar la productividad y calidad de los cultivos


se ha agregado el uso de plaguicidas organofosforados (OF) y carbámicos
(Cb); a ello se le suma que las condiciones de trabajo y vida en los campos
tabacaleros no son las mejores; por ejemplo, 90% de los jornaleros indígenas
cocinan sus alimentos a ras del piso, sólo 57% consigue agua purificada para
beber, 31% no tiene agua limpia para lavarse las manos, 38% carece
permanentemente de jabón, 23% usa agua del río o de canales, con lo que la
exposición ambiental a los plaguicidas aumenta y 98% no cuenta con letrinas
para defecar. La producción de tabaco tiene condiciones de trabajo
extenuantes; un ciclo agrícola requiere cerca de 150 jornales por hectárea, y el
trabajo de corte y arreglo se ha convertido en una actividad familiar.

Para el corte y arreglo de las hojas de tabaco se requiere de habilidades


aprendidas a lo largo de varias generaciones, por ello es que en este tipo de
trabajo se incorpora toda la familia, incluyendo a menores, cuya edad promedio
es de cuatro años y medio, encontrándose dos niñas por cada niño. Como es
de esperarse, el riesgo de otros problemas de salud asociados con el cultivo y
cosecha de tabaco se incrementa dada la presencia de factores como: limitado
acceso a los servicios de salud, deficientes condiciones de nutrición,
analfabetismo, monolingüismo, bajos ingresos y la falta de servicios básicos.
El mercado creado para el consumo de tabaco en México tiene sus
antecedentes hacia finales del siglo XIX con la generación y expansión de
fábricas de forja de cigarros, básicamente familiares; tan sólo en 1900 se
contabilizaban 743 fábricas de producción de cigarros. Desde la década de los
noventa, y bajo un esquema de monopolización, la industria tabacalera
mexicana se caracteriza como un duopolio.

Los mecanismos de control de mercado que son propios de la industria


tabacalera mexicana tienen su antecedente primario en ese patrón monopólico,
que le permite establecer el control de precios en las diversas marcas de
cigarros y en las cosechas de tabaco, desarrollar estrategias de
comercialización que les permita, además de ganancias en tiempo real por la
venta del producto, generar grupos de consumidores que permitan, en el futuro,
la reproducción de la industria y, en algún momento, influir en los mecanismos
regulatorios de comercialización.

Para 1997, la industria mexicana cedió el control accionario a dos de las


empresas más importantes en la producción de cigarros en el mundo: Phillip
Morris y British American Tobacco pasando, de ser industria nacional, a
subsidiaria de esas dos grandes industrias. Los beneficios de la adquisición de
la industria tabacalera mexicana por esas grandes empresas transnacionales
se tradujeron en la adquisición de un mercado establecido de consumidores,
que les garantiza la venta del producto y la adquisición de una nueva
plataforma de comercialización del tabaco fuera de las presiones arancelarias,
restrictivas y sociales de sus países de origen.

Aun cuando el consumo de tabaco cause más daños a la salud de la población


que beneficios, el tabaco y los cigarros tienen un valor y, en consecuencia,
generan riqueza, pero ésta no es social y, por el contrario, el consumo sólo
incrementa las ganancias monetarias.

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El mercado del consumo de tabaco se distingue porque es un mercado a


futuro, esto es, intenta crear un panel de consumidores que le permita la
subsistencia futura como industria; es por ello que su primer objetivo para
ofertar el cigarro son los jóvenes. La industria desarrolla técnicas de
comercialización que le permita reclutar al mayor número de jóvenes como
consumidores, de allí que el ejercicio mercadotécnico se dirija a ellos con base
en eventos deportivos, exaltación de patrones de vida, evocación de prácticas
de consumo y sexualidad, entre otras.

En el mercado del consumo de tabaco están presentes múltiples marcas de


cigarros que aparentemente compiten entre sí, pero que en realidad le dan la
posibilidad a los consumidores para la adquisición de la marca más
económicamente viable para su ingreso salarial o con relación al dinero que al
momento posee, así como también para el “gusto” del usuario por el tabaco.
La industria tabacalera, tanto nacional como internacional, ha sabido, de facto,
que el consumo de tabaco, además de generador de daños a la salud, es un
negocio altamente lucrativo en el cual, más que pérdidas financieras, siempre
tendrá ganancias elevadas, todo ello con base en el carácter adictivo de la
nicotina y en la estructura del mercado desarrollada.

Es evidente que la política restrictiva para el consumo, de protección a la salud


de los no fumadores, el incremento en los impuestos a la producción, así como
el desarrollo de una contracultura del tabaco, reducirán en el futuro el panel de
consumidores que actualmente recluta la industria.

1.4 Impuestos al tabaco en México

1.4.1 Impacto del consumo de tabaco en México

Aproximadamente un quinto (19%) de los mexicanos de 20 años y más fuman


(30.4% de los hombres y 9.5% de las mujeres).
Las tasas de fumadores adolescentes son extremadamente elevadas (del 13%
al 28%, según la región).

Fumar mata entre 25,000 y 60,000 personas al año en México. Casi 11


millones de adultos no fumadores (25% de los hombres y 22% de las mujeres)
están expuestos al humo de segunda mano. Hasta un 60% de los adolescentes
de entre 13 y 15 años están expuestos al humo de segunda mano en lugares
públicos.

Se calcula que en 2008 los costos de atención médica para el tratamiento de


enfermedades relacionadas con el tabaco en México fueron de 75,200 millones
de pesos (5,700 millones de dólares estadounidenses). Esta estimación se
basa en el gasto total en salud, y supone que los costos de tratamiento
relacionados con el tabaco representan el 10% de todos los costos de atención
médica.

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1.4.2 Impuestos más elevados al tabaco reducen el consumo

La manera más efectiva de disminuir el consumo de tabaco es aumentando el


precio del tabaco mediante incrementos impositivos. Los precios elevados
desalientan a los jóvenes a iniciarse en el consumo de cigarrillos y alientan a
los que ya son fumadores a dejar de fumar. En México, el consumo de
cigarrillos ha disminuido conforme el precio se ha incrementado.

1.4.3 Impuestos al tabaco en México

Los impuestos al cigarrillo en México son bajos comparados con otros a nivel
internacional.

En México rige un impuesto al consumo denominado ‘Impuesto Especial sobre


Producción y Servicios’ (IEPS) y un impuesto al valor agregado (IVA). El IVA se
aplica prácticamente a todos los bienes y servicios.

El IEPS comprende un impuesto ad valorem (sobre el valor) y un impuesto


específico.

El componente ad valorem del IEPS a los cigarrillos es del 160% sobre el


precio al que le vende el mayorista al minorista.

El componente específico del IEPS se implementará en forma escalonada:


0.80, 1.20, 1.60 y 2 pesos por cajetilla de 20 cigarrillos en 2010, 2011, 2012 y
2013, respectivamente. El impuesto no se ajusta automáticamente
conforme a la inflación.
El IVA se incrementó de 15% a 16% sobre el precio al consumidor; este
incremento entró en vigor en enero del 2010.

Los impuestos totales por cajetilla de cigarrillos ascienden al 62.8% del precio
final en 2010.

1.4.4 Los impuestos al tabaco salvan vidas e incrementan la


recaudación del gobierno

El aumento de los impuestos al tabaco en México reducirá el consumo de


tabaco, salvará vidas e incrementará la recaudación impositiva del gobierno.
En el Cuadro 1 se muestra el impacto de cuatro escenarios impositivos en el
consumo de tabaco, la cantidad de vidas salvadas y la recaudación impositiva
del gobierno. El aumento del componente específico del IEPS a 20 pesos por
cajetilla podría contribuir a incrementar el impuesto total a 75% del precio al
consumidor, a evitar que casi un millón de fumadores muera prematuramente y
a generar una recaudación del impuesto al consumo IEPS de 41,000 millones
de pesos en 2013.

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1.4.5 Algunas recomendaciones


Incrementar los impuestos al consumo significativamente de modo que el
impuesto total (IEPS más IVA) alcance el 75% del precio final, lo cual es
compatible con las mejores prácticas internacionales y es característico de los
países con políticas para el control del tabaco exitosas.

Aumentar la dependencia de los impuestos específicos al tabaco por


sobre los impuestos según el valor. Los impuestos específicos son más fáciles
de administrar y tienden a reducir la diferencia de precios entre las marcas, lo
que contrarresta la tendencia de optar por cigarrillos más baratos cuando los
impuestos se incrementan.

Ajustar los impuestos específicos conforme a la inflación según


disposición administrativa. De lo contrario, el valor de los impuestos se
depreciará con el tiempo.

Reforzar la administración del impuesto al tabaco. Lograr una


administración exitosa del impuesto al tabaco dependerá del registro y de la
autorización general de todos los productores comerciales, importadores, y
vendedores mayoristas y minoristas.

Considerar la utilización de parte de los ingresos adicionales generados


por el aumento de impuestos al tabaco para financiar iniciativas de salud
pública destinadas a reducir el consumo de tabaco, financiar otros servicios
de salud y fortalecer los mecanismos para combatir el comercio ilegal de
productos de tabaco.

1.5 Mercado del Tabaco en México


La industria tabacalera mexicana no es competitiva, existe un “duopolio”, con el
99% del mercado controlado por PM-CIGATAM (60%) y BAT (39%).

La oferta de tabaco es más elástica que su demanda. La demanda


internacional del tabaco es inelástica, pero en México es mucho más sensible
al precio. Según estudios avalados por el INSP, a nivel mundial, un aumento
del 10% en el precio real reduce la demanda entre un 2.5% y 5%. En los países
de ingresos medios como México decrece hasta en un 8%. Esto se debe en
primer lugar a la fuerte adicción que provoca el consumo de tabaco. Además a
los pocos sustitutos que pueden encontrarse, y a los pocos productores del
mercado.

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La elasticidad-precio de la oferta es positiva ya que un aumento del costo se


traduce en aumentos iguales en el precio de venta. Esto es provocado por las
mismas razones que hacen a la demanda inelástica, así que los productores
pueden subir sus precios sin grandes pérdidas.

En México, el esquema fiscal para el tabaco está compuesto por dos tipos de
impuestos: el impuesto al valor agregado (IVA), y un impuesto federal especial
sobre producción y servicios (IEPS) del 110%, que grava el precio de venta al
detalle. Estos impuestos afectan mayormente a los consumidores quienes son
más inelásticos respecto del precio.

Este mercado debe contraerse ligeramente, dado que la carga fiscal va


aumentando. A su vez aumentan las restricciones publicitarias y las
advertencias sobre los daños que provoca a la salud.

La siembra de tabaco en México está en decadencia, pues de 15 mil hectáreas


del ciclo 2007-2008 sólo se sembrarán ocho mil, aseguró la secretaria general
de la Confederación Nacional Campesina (CNC), Hilaria Domínguez Arvizu.

En entrevista con Notimex consideró que esa situación se debe a la campaña y


las leyes que se han impulsado contra el tabaco, lo que tiene su efecto en la
economía de los campesinos mexicanos, quienes están viviendo en
condiciones precarias.

Sin embargo, dijo, las empresas transnacionales comprarán donde haya, "no
les importa si en Nayarit o Veracruz no hay tabaco lo van a traer de donde sea,
de Argentina, Venezuela, Colombia o de cualquier otro país como Canadá".

Al disminuir la siembra de tabaco, expuso, cae la economía de los productores


como en Nayarit, donde más de 50 mil hectáreas no serán sembradas porque
no hay reconversión productiva, no hay proyectos ni recursos económicos.

Actualmente, en Nayarit, "se encuentran pueblos fantasma o gente que tiene la


tierra pero que no tuvo recursos con qué sembrar", se habla de 50 mil
hectáreas, mientras que a nivel nacional podrían llegar a 70 mil.

La también senadora suplente recordó que Nayarit es el primer estado


productor de tabaco con seis mil hectáreas, seguido por Veracruz, donde "sólo
quedan a lo mucho dos mil hectáreas", además de que también se sembraba
en zonas de Jalisco y Chiapas.

A nivel nacional, durante el ciclo 2007-2008 se sembraron 15 mil hectáreas en


el país, y actualmente se habla si acaso de ocho mil hectáreas.

"Estamos hablando de una reducción casi de 50 por ciento, sólo con respecto
al último ciclo agrícola, cuando en México se llegaron a sembrar hasta 150 mil
hectáreas de tabaco", recordó.

16
17

1.5.1 Producción

La industria tabacalera mexicana incluye tres actividades económicas: el


beneficio del tabaco, que comprende actividades como secado, fermentación y
añejamiento de las hojas; la producción manufacturera de cigarros; y la de
puros, que se clasifican como actividades distintas. De esas tres actividades, la
fabricación de cigarros es la que mayor porcentaje aporta al Producto Interno
Bruto (PIB) de esta industria con alrededor del 90 por ciento del valor
agregado, en segundo lugar está el beneficio de tabaco con una participación
que ha fluctuado entre el 4 y el 11 por ciento entre 1990 y 2000; le sigue, de
manera marginal, la fabricación de puros, la cual aporta únicamente el 0.7 por
ciento al valor agregado de la industria.

Entre 1990 y 2000 la industria tabacalera ha participado de manera constante


con el 0.2 por ciento al PIB total. En 1990, la industria tabacalera contribuyó
con el 1.1 por ciento del PIB manufacturero, cifra que disminuyó a 0.7 por
ciento en 2000. Esta industria se clasifica en el sector de alimentos procesados
y bebidas, a la cual aportó el 4.3 por ciento de su PIB en 1990, mientras que en
2000 su aportación descendió a 3 por ciento. Entre 1990 y 2000 se observa
una tendencia a la baja del PIB de la industria tabacalera y un comportamiento
cíclico que se asocia principalmente a la volatilidad de los precios, ya que éstos
se establecen con base en precios de referencia internacional. En 1998 se
acentuó este comportamiento registrándose ese año un crecimiento anual de
12.7 por ciento, mientras que en 2000 se registró la caída más profunda en ese
periodo siendo de –5.4 por ciento. Con ello, en promedio la industria registró un
decremento real en su PIB de 0.04 por ciento, por lo que la producción en esos
diez años permaneció prácticamente constante, con un nivel de producción de
2 mil 200 millones de pesos en términos reales. El nivel de producción más alto
se observó en 1998 con un total de 2 mil 452 millones de pesos constantes de
1993.
En términos de volumen, se observó una contracción del mercado mexicano en
1999, tanto la producción como las ventas se contrajeron en 1.5 por ciento
respecto a 1998. Sin embargo, en 2000, a pesar de una nueva contracción del
mercado de alrededor de 5.2 por ciento, el nivel de ventas aumentó en 0.4 por
ciento respecto a 1999, lo que permitió un ajuste de inventarios para ese año.
En 2001, México produjo 40.5 mil toneladas de tabaco. Los estados
productores de este cultivo son Nayarit, Chiapas y Veracruz. Nayarit es el
principal productor de tabaco gracias a su tipo de suelo, destacando en la
producción de tabacos rubios, ese estado concentra el 90 por ciento de la

17
18

producción de tabaco en todo el país, mientras que Chiapas cultiva el 8 por


ciento y el restante 2 por ciento se produce en Veracruz.

En la segunda década del siglo XX se establecieron en el país las primeras


filiales de empresas transnacionales, ya que México fue considerado como una
fuente importante de materia prima, además de contar con un mercado
potencial para el consumo de productos tabacaleros. Con ello dio inicio un
proceso de producción y comercialización del producto terminado bajo una
integración vertical, es decir, que las empresas tienen el control desde el cultivo
de la planta, inclusive algunas de ellas han sido o son propietarias de cultivos,
o bien influyen en la determinación de los precios de las cosechas por ser
únicos compradores de productores independientes, asimismo controlan la
producción de cigarrillos, la logística de comercialización y su distribución.

Tanto en el mercado mundial como en el nacional, la industria tabacalera se


caracteriza por su alto nivel de concentración en pocas empresas, y por lo
mismo, de capitales. En México, en 1900 existían 743 empresas tabacaleras,
en 1975 la industria estaba integrada por seis grandes empresas: La Moderna,
El Águila, Tabacalera Mexicana, Fábrica de Cigarrillos Baloyán, Fábrica de
Cigarrillos La Libertad y Cigarrera Nacional.
A partir de 1997 las alianzas estratégicas y los joint-ventures propiciaron la
compra-venta de las empresas tabacaleras mexicanas, por lo que actualmente,
la industria se concentra prácticamente en tres empresas: Cigarrera La
Moderna (Cigamod), Cigarrera La Tabacalera Mexicana (Cigatam) y la
Libertad. Las dos primeras tienen el control del 99 por ciento del mercado, por
lo que se puede calificar a la industria nacional como un duopolio. Asimismo,
ambas empresas cuentan con capital extranjero de las dos principales
empresas tabacaleras a nivel mundial: British American Tobacco (BAT)1 es
propietaria del 100 por ciento del capital accionario de Cigamod y Cigatam,
subsidiaria de Grupo Carso, cuenta con el 49.9 por ciento del capital de la
primer cigarrera mundial: Philip Morris (PM).

Cigatam-PM es líder del mercado mexicano en la producción y


comercialización de cigarros con una participación en el mercado de más de
58.3 por ciento al cierre de 2001.

1.5.2 Consumo

La demanda de tabaco en México se concentra principalmente en los


cigarrillos. El consumo de éstos se basa en cuatro variables: la estructura de

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19

edad de la población, el ingreso económico del consumidor, el precio y la


adicción a la nicotina.

En el periodo 1990 - 2000 el gasto de consumo privado en tabaco se mantuvo


constante, con una tasa de crecimiento promedio anual de 0.6 por ciento. Por
el contrario, la demanda de cigarrillos de origen importado ha presentado un
crecimiento promedio anual de 12 por ciento en el mismo periodo, mientras que
la demanda de cigarrillos de origen nacional se ha mantenido constante, con un
crecimiento promedio anual de 0.4 por ciento. Una explicación del aumento de
cigarrillos importados se debe a la penetración de las tabacaleras
transnacionales, como consecuencia de las restricciones impuestas en los
países de altos ingresos como Estados Unidos y Canadá, países en los que el
consumo se reduce debido a las demandas legales en contra de las compañías
tabacaleras por daños a la salud y las campañas contra el tabaquismo.

En términos de volumen se aprecia un incremento en la demanda de cigarros


con filtro desplazando a los que no tienen filtro. Entre 1994 y 2000 las ventas
de cigarros con filtro aumentaron 4.20 por ciento promedio anual, cifra mayor al
ritmo de producción registrado en el mismo periodo que fue de 2.54 por ciento;
mientras que, la producción y ventas de cigarros sin filtro disminuyeron en más
de 3 por ciento promedio anual durante el mismo periodo (cuadro 6 del anexo).
Se estima que la población de fumadores activos en zonas urbanas del país es
mayor a los 13 millones de personas, equivalente a un 27.7 por ciento de la
población entre 12 y 65 años2. El mayor mercado potencial se ubica en la
población de 18 a 29 años, que es el grupo de edad con mayor prevalencia al
tabaquismo.

Una característica de la demanda de cigarrillos es que es inelástica3, esto es


que un cambio porcentual en el precio provoca un cambio porcentual menor en
la cantidad demandada, es decir, un incremento en el precio no afecta de
manera directa a la demanda.

Otra característica es la segmentación del mercado. Cada empresa cuenta con


la existencia de diversas marcas de cigarrillos dirigidos a distintos estratos de
ingreso del consumidor, clasificados de manera genérica como segmentos de
mercado alto, medio y bajo. En consecuencia, una probable respuesta del
consumidor ante un aumento de precios es elegir una marca de menor precio,
es decir, un bien sustituto, el cual puede ser de la misma empresa o de la
competencia, por lo que el consumidor puede ajustar su gasto de consumo de
cigarrillos en caso de incrementos de precio y las empresas en conjunto
reducen las posibilidades de perder consumidores.

1.5.3 Empleo

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20

La fabricación de cigarros es la actividad que genera el mayor número de


empleos en la industria del tabaco con alrededor del 50 por ciento del total. El
26 por ciento se genera en el beneficio del tabaco y el 24 por ciento restante en
la fabricación de puros.

En la industria del tabaco se puede diferenciar a los productores


independientes que dependen de las ventas de sus cultivos a las tabacaleras
(empresas fabricantes de cigarros) las cuales pagan de acuerdo a la calidad
del cultivo. Sin embargo, requieren asociarse con los llamados “grupos
solidarios” para recibir contratos de crédito, lo cual no les garantiza beneficios
de la producción ya que los que obtienen saldo positivo deben compensar a los
que tuvieron pérdidas. Otro nivel de empleo son los asalariados que trabajan
en el campo bajo el pago de jornales.

En 2000, el personal ocupado en la manufactura de tabaco, sin contar a los


trabajadores del campo, mostró una relación entre obreros y empleados de 61-
39, con un total de 9 mil 318 personas; mientras que en 1990 la relación fue de
69-31 con un total de 12 mil 591 personas. Estas cifras muestran una pérdida
total de empleos en la industria de 3 por ciento en promedio anual, la mayor
pérdida de empleos correspondió a obreros que en el mismo periodo descendió
en promedio anual 4.2 por ciento; mientras que el número de empleados
permaneció casi constante con una disminución de 0.7 por ciento del personal
empleado durante el mismo periodo.

En 2000, Cigarrera La Moderna dio empleo a 3 mil 163 personas directas y se


estima que proporcionó empleo a 20 mil trabajadores del campo6; sin embargo,
registró una disminución de 26.2 por ciento en su personal ocupado respecto a
1999.

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21

Capítulo II

“El futuro del mercado de la industria del tabaco”

2.1 Inversión Extranjera

Entre enero de 1994 y diciembre de 2001 se canalizaron 2 millones 105.5 mil


dólares de inversión extranjera directa (IED) al cultivo de tabaco, que equivale
a 0.8 por ciento del total de la IED en agricultura, ganadería, caza y pesca, y
1.6 por ciento de la IED destinada a la agricultura.
Al mes de diciembre de 2001, en la fabricación de cigarros se localizaron tres
empresas con IED que representaron el 0.5 por ciento del total de sociedades
con capital foráneo establecidas en el país. Entre enero de 1994 y diciembre de
2001 se canalizó a este rubro 35.7 por ciento del total de IED materializada en
el sector manufacturero de Alimentos, Bebidas y Tabaco, con lo que ocupó el
primer lugar de las ramas de dicho sector con mayor IED, acumulando en ese
periodo un total de 3 mil 396 millones de dólares. Mientras que otras ramas de
la industria del tabaco como la fabricación de puros y otros productos del
tabaco registraron en el mismo periodo una IED de 5 millones 557 mil dólares,
equivalente a 0.1 por ciento del total del sector, mientas que el beneficio de
tabaco tuvo una IED de únicamente 178 mil dólares lo cual no es significativo
en comparación con las otras ramas.

A partir de 1997 la IED registró mayores flujos en la fabricación de cigarros


debido a los procesos de adquisición de acciones de las empresas extranjeras
de empresas mexicanas. En ese año destacó la venta de acciones de Grupo
Pulsar a la multinacional británica BAT por 1 mil 752 millones de dólares por la
adquisición del 50 por ciento del capital de la empresa Cigarrera La Moderna.
Por su parte, la primera empresa a nivel mundial Philip Morris, después de
contar con el 21 por ciento del capital de Cigatam en 1998, en 2002 es
tenedora del 49.99 por ciento de la empresa, mientras que el 50.01 es de
Grupo Carso de México.

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22

2.2 Régimen Fiscal

2.2.1 Antecedentes

Para el Ejercicio Fiscal de 1981, el Ejecutivo Federal sometió a la


consideración del H. Congreso de la Unión la Iniciativa de Ley del Impuesto
Especial sobre Producción y Servicios, en la cual se indicaba, entre otras
cosas:
“Que la iniciativa es una acción de congruencia, necesaria para complementar
la modernización que se ha venido imprimiendo en nuestro sistema fiscal. En el
Ordenamiento propuesto, para adecuar, simplificar y sistematizar los impuestos
especiales, se agruparon los siguientes: compraventa de primera mano de
aguas envasadas y refrescos, envasamiento de bebidas alcohólicas,
producción y consumo de cerveza, venta de gasolina, tabacos labrados y en el
renglón de servicios, los seguros de vida y teléfonos.”

“De ser aprobada la Iniciativa de Ley que ahora se presenta, quedarían en


vigor 10 impuestos indirectos, considerando los de valor agregado, adquisición
de inmuebles y automóviles nuevos. En suma, la estructura de impuestos
internos quedaría integrada por 11 ordenamientos tomando en cuenta la Ley
del Impuesto sobre la Renta.”

“El proyecto que ahora se presenta no incrementa la carga fiscal de los


contribuyentes, en cambio sí se destaca por las medidas de política fiscal que
introduce, siendo las más importantes las siguientes: ... En tabacos labrados,
se sustituye la tarifa por dos tasas una general del 139.3% y otra de 20.9%
exclusiva para cigarros sin filtro de precio popular...”

2.2.2 Régimen Fiscal Vigente


22
23

2.2.2.1 Impuesto Sobre la Renta

La Ley del Impuesto sobre la Renta establece en el Artículo 1° que las


personas físicas y morales, están obligadas al pago del impuesto sobre la renta
en los siguientes casos:

I. Las residentes en México, respecto de todo su ingreso cualquiera que


sea la ubicación de la fuente de riqueza de donde procedan.
II. Los residentes en el extranjero que tengan un establecimiento
permanente en el país, respecto de los ingresos atribuibles ha dicho
establecimiento permanente.
III. Los residentes en el extranjero, respecto de los ingresos procedentes
de fuentes de riqueza situadas en territorio nacional, cuando no tengan
un establecimiento permanente en el país, o cuando teniéndolo, dichos
ingresos no sean atribuibles a éste.
Asimismo, el Artículo 8° establece que cuando en esta Ley se haga mención a
persona moral, se entienden comprendidas, entre otras, las sociedades
mercantiles, los organismos descentralizados que realicen
preponderantemente actividades empresariales, las instituciones de crédito, las
sociedades y asociaciones civiles y la asociación en participación cuando a
través de ella se realicen actividades empresariales en México.
De igual forma, el Artículo 10 indica que la tasa será del 32%, sin embargo,
según lo establece la fracción LXXXII del segundo transitorio de la Ley del
Impuesto sobre la Renta, estará vigente hasta el año 2005, y se aplicará de la
siguiente manera: 2002: 35%, 2003: 34%, 2004: 33% y 2005: 32%.

2.2.2.2 Impuesto al Activo


El Artículo 1° de la Ley del Impuesto al Activo establece que las personas
físicas que realicen actividades empresariales y las personas morales,
residentes en México, están obligadas al pago del Impuesto al Activo, por el
activo que tengan, cualquiera que sea su ubicación. Los residentes en el
extranjero que tengan un establecimiento permanente en el país, están
obligadas al pago del impuesto por el activo atribuible a dicho establecimiento.
Las personas distintas a las señaladas en este párrafo, que otorguen el uso o
goce temporal de bienes, incluso de aquellos bienes que se utilicen en la

23
24

actividad de otro contribuyente de los mencionados en este párrafo, están


obligados al pago del impuesto, únicamente por esos bienes.
También están obligados al pago de este impuesto, los residentes en el
extranjero por los inventarios que mantengan en territorio nacional para ser
transformados o que ya hubieran sido transformados por algún contribuyente
de este impuesto.

El Artículo 2° indica que el contribuyente determinará el impuesto por ejercicios


fiscales aplicando al valor de su activo en el ejercicio, la tasa del 1.8%.
Por medio de Decreto Presidencial, los contribuyentes que no hubieran
obtenido ingresos en el ejercicio inmediato anterior mayores a 14 millones 700
mil pesos no pagarán este impuesto, pero deberán efectuar su cálculo.

2.2.2.3 Impuesto al Valor Agregado


La Ley del Impuesto al Valor Agregado establece en el Artículo 1° que están
obligadas al pago del impuesto al valor agregado establecido en esta Ley, las
personas físicas y las morales que, en territorio nacional, realicen los actos o
actividades siguientes:
I. Enajenen bienes
II. Presten servicios independientes
III. Otorguen el uso o goce temporal de bienes
IV. Importe bienes o servicios
El impuesto se calculará aplicando a los valores que señala esta Ley, la tasa
del 15%. El impuesto al valor agregado en ningún caso se considerará que
forma parte de dichos valores.

El contribuyente trasladará dicho impuesto, en forma expresa y por separado, a


las personas que adquieran los bienes, los usen o gocen temporalmente, o
reciban los servicios. Se entenderá por traslado del impuesto el cobro o cargo
que el contribuyente debe hacer a dichas personas de un monto equivalente al
impuesto establecido en esta Ley, inclusive cuando se retenga.

2.2.2.4 Impuesto Especial sobre Producción y Servicios

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La Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios en su Artículo 1°


establece que están obligadas al pago del impuesto establecido en esta Ley,
las personas físicas y las morales que realicen los actos o actividades
siguientes:
I. La enajenación en territorio nacional o, en su caso, la importación
definitiva, de los bienes señalados en esta Ley.
II. La prestación de los servicios señalados en esta Ley.
El impuesto se calculará aplicando a los valores a que se refiere este
ordenamiento, la tasa que para cada bien o servicio establece el artículo 2°.
El Artículo 2° indica que al valor de los actos o actividades que a continuación
se señalan, se aplicarán las tasas siguientes:
I. En la enajenación o, en su caso, en la importación de los siguientes bienes:
Tabacos labrados
1. Cigarros 110.0%
2. Puros y otros tabacos labrados 20.9%
II. En la prestación de los siguientes servicios:

A). Comisión, mediación, agencia, representación, correduría, consignación y


distribución, con motivo de la enajenación de los bienes señalados en los
incisos A), B), C), D) y H) de la fracción I de este artículo. En estos casos, la
tasa aplicable será la que le corresponda a la enajenación en territorio nacional
del bien de que se trate en los términos que para tal efecto dispone esta Ley.
No se pagará el impuesto cuando los servicios a que se refiere este inciso,
sean con motivo de las enajenaciones de bienes por los que no se esté
obligado al pago de este impuesto en los términos del artículo 8° de la misma.
En el Artículo 3° se indica que para fines de esta Ley se entiende por:
VIII. Tabacos labrados:
a) Cigarros, los cigarros con o sin filtro, elaborados con mezcla de tabacos
rubios o de tabacos obscuros, envueltos con papel o cualquier otra sustancia
que no contenga tabaco.
b) Puros, los tabacos labrados confeccionados y enrollados al 100% con hojas
de tabaco o cualquier otra sustancia que contenga tabaco.
c) Otros tabacos labrados, los que no están comprendidos en los incisos
anteriores. Se consideran tabacos labrados, entre otros, a los tabacos cernidos,
picados, de hebra, de mascar, así como al rapé.
El Artículo 4° establece que los contribuyentes a que se refiere esta Ley,
pagarán el impuesto a su cargo, sin que proceda acreditamiento alguno contra
dicho pago, salvo en los supuestos a que se refiere el siguiente párrafo.

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26

Únicamente procederá el acreditamiento del impuesto trasladado al


contribuyente por la adquisición de los bienes a que se refieren los incisos A),
G) y H) de la fracción I del artículo 2° de esta Ley, así como el pagado por el
propio contribuyente en la importación de dichos bienes, siempre que sea
acreditable en los términos de la citada Ley.
En el Artículo 5° se indica que el impuesto se calculará mensualmente y se
pagará a más tardar el día 17 del mes siguiente a aquel al que corresponda el
pago, excepto en el caso de importaciones de bienes en el que se estará a lo
dispuesto en los artículo 15 y 16 de esta Ley, según se trate. Los pagos
mensuales se realizarán en los términos que al efecto se establezcan en esta
Ley y tendrán el carácter de definitivos.
En el Artículo 8° se establece que no se pagará el impuesto establecido en esta
Ley:
I. Por las enajenaciones siguientes:

c) Las que realicen personas diferentes de los fabricantes, productores o


importadores, de los bienes a que se refieren los incisos C), D), E) y F) de la
fracción I del Artículo 2° de esta Ley. En estos casos, las personas distintas de
los fabricantes, productores o importadores, no se consideran contribuyentes
de este impuesto por dichas enajenaciones.
d) Las de cerveza, bebidas refrescantes, puros y otros tabacos labrados, así
como las de los bienes a que se refieren los incisos G) y H) de la fracción I del
artículo 2° de esta Ley, que se efectúen al público en general, salvo que el
enajenante sea fabricante, productor, envasador, distribuidor o importador de
los bienes que enajene.
En el Artículo 11, segundo párrafo, se indica que los productores o
importadores de cigarros, para calcular el impuesto por la enajenación de esos
bienes en territorio nacional, considerarán como valor de los mismos el precio
de venta al detallista. Los fabricantes o importadores de puros y otros tabacos
labrados, para calcular el impuesto por la enajenación de esos bienes en
territorio nacional considerarán como valor de los mismos la contraprestación
pactada.
El impuesto a que se refiere el párrafo anterior, no se pagará por las
enajenaciones subsecuentes, no procediendo en ningún caso el acreditamiento
o la devolución del impuesto por dichas enajenaciones.

2.3 Impacto del IEPS en la Industria Tabacalera

Las tasas del IEPS-tabaco se han modificado frecuentemente desde su entrada


en vigor en 1981. En el cuadro 7 se puede apreciar que para ese año, a los

26
27

cigarros se les asignó una tasa de 139.3 por ciento y a los cigarros populares
de 20.9 por ciento, mismas que se sostuvieron hasta el año 1985. En 1986 y
1987 se incrementaron hasta 180 por ciento para cigarros y 25 por ciento para
cigarros populares.
En 1988 se regresó a las tasas de 139.3 por ciento para los cigarros y 20.9
para los cigarros populares, las cuales se mantuvieron hasta 1994, excepto el
ejercicio de 1989 cuando se establecieron tasas de 160 por ciento para
cigarros y 25 por ciento para cigarros populares. A partir de 1995 se redujeron
las tasas para los cigarros a 85 por ciento y para cigarros populares a 20.9 por
ciento que se sostuvieron hasta el ejercicio 1999.
En el año 2000 se establecieron tasas de 100 por ciento para cigarros y 20.9
para cigarros populares sin filtro, las que se mantienen vigentes en 2002, no
obstante que en la disposición transitoria se indica que para cigarros con filtro
en 2002 la tasa aplicable será 105 por ciento y de 60 por ciento para cigarros
sin filtro; en 2003 será de 107 por ciento para cigarros con filtro y de 80 por
ciento para cigarros sin filtro; en 2004 será de 110.0 para cigarros con filtro y de
100 para cigarros sin filtro; y en 2005 será de 110 para cigarros con filtro y sin
filtro.

El impuesto al tabaco tiene tanto fines recaudatorios como extra fiscales, pues
constituye un instrumento, aunque marginal, puede afectar el consumo de ese
producto por incrementos en su tasa impositiva y, consecuentemente, en su
precio final.
Con el impuesto se busca limitar la tendencia al consumo. Las decisiones que
se toman en relación con el impuesto al tabaco nunca son “neutrales”, debido a
que cualquier incremento o disminución de la posibilidad de compra de tabaco
se reflejará en el consumo final.
Si bien el incremento en las tasas del IEPS al tabaco puede afectar el consumo
y el desarrollo de esa industria, existen otras variables que también inciden en
ello. Particularmente, se prevé que la dinámica de la Industria Tabacalera se
verá impactada a partir del primero de enero de 2003, cuando se deberá
eliminar la publicidad en radio y televisión, así como restringir anuncios en
medios impresos y publicidad exterior. Además de que las restricciones
publicitarias a partir del primero de junio del mismo año que incorporarán,
dentro o fuera de la cajetilla, mensajes para orientar al fumador hacia
programas de tratamiento del tabaquismo, podrían contribuir a la disminución
del consumo de tabaco.
Aún así, la recaudación fiscal del IEPS al tabaco se ha mantenido
relativamente estable pues entre 1981 y 2001 creció a una tasa media anual
del 2.19 por ciento en términos reales. Se debe destacar que como proporción

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28

de los ingresos tributarios promedió el 2.1 por ciento en el periodo, observando


un máximo de 2.53 por ciento en 1984 y un mínimo de 1.18 por ciento en 1999.
Respecto al total de los ingresos presupuestarios su participación es aún
menor pues sólo representó el 0.75 por ciento promedio en el periodo indicado,
observando un máximo de 0.96 por ciento en 1986 y un mínimo de 0.58 por
ciento en 1983.

2.4 Resumen de las obligaciones fiscales aplicables a la Industria


Tabacalera

Las cargas fiscales aplicables a personas morales residentes en México, cuya


actividad sea la industria tabacalera, y que no se beneficien de algún régimen
especial, excepto el Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios, son las
siguientes:

Impuesto Sobre la Renta (ISR)


El artículo primero establece la obligación del pago del impuesto a las personas
físicas y morales que sean residentes en México respecto a sus ingresos,
cualquiera que se la ubicación de la fuente de riqueza.

Impuesto al Activo (IAC)

El artículo primero menciona que las personas físicas que realicen actividades
empresariales y las personas morales residentes en México están obligadas al
pago del impuesto al activo por el activo que tengan cualquiera que sea su
ubicación.

Impuesto al Valor Agregado (IVA)

El artículo primero de este ordenamiento indica que están obligados al pago del
impuesto al valor agregado las personas físicas y morales que en territorio
nacional realicen actos o actividades como la enajenación de bienes.

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Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios


El artículo primero establece la obligación del pago del impuesto a las personas
físicas y morales que realicen actos o actividades como la enajenación en
territorio nacional o la importación definitiva de los bienes señalados en esta
Ley.

El artículo segundo señala los bienes que están sujetos al impuesto y el inciso
c) de la fracción I de este artículo, se refiere a los tabacos labrados, indicando
que se aplicará la tasa del 110% a los cigarros y del 20.9% a los puros y otros
tabacos labrados.

2.5 El Mercado Negro del Tabaco

Las drogas legales como el tabaco y el alcohol pueden convertirse en


mercancía de contrabando y comercio ilegal si la diferencia del precio entre el
origen y el destino es lo suficientemente alto para hacerlo lucrativo. Con los
impuestos en el tabaco, (mucho más altos en el Reino Unido que en resto de
Europa) éste es un problema considerable en el Reino Unido. También suele
ser ilegal vender o proporcionar tabaco o alcohol a menores, lo cual es
considerado como contrabando en la mayoría de los países.

Tabaco

El comercio de tabaco, si bien es legal, está gravado en la mayoría de los


países con fuertes impuestos, que buscan por un lado reducir el consumo, y
por otro, cubrir los gastos sanitarios derivados de las enfermedades causadas
por el tabaquismo. En la Unión Europea, los impuestos representan al menos el
70% del precio de venta del tabaco, subiendo hasta el 80% en el Reino Unido.
Es por ello que el contrabando ofrece un alto margen de beneficios.

En Estados Unidos los impuestos del tabaco varían enormemente entre los
diferentes estados, lo que favorece el contrabando interno a través de las
fronteras estatales. Por otra parte, estos impuestos son más bajos que en
Canadá, lo que ha generado un flujo de mercancías ilegales en dicha frontera.
El reino de Bután prohibió la venta de tabaco en 2004, lo que provocó la
aparición de un lucrativo mercado negro.

Se estima que un tercio de la producción global de tabaco acaba en el mercado


negro. En muchos casos son las propias tabacaleras las que se benefician:
Altadis, British American Tobacco, Philip Morris se han visto involucradas en
casos de contrabando.

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2.6) El consumo creciente de tabaco por los jóvenes.

Población de 12 a 17 años

El análisis sobre el consumo de tabaco puede dividirse para dos grandes


grupos de población, aquella de12 a 17 años de edad (para objeto de este
documento a este grupo de población se le denominará adolescentes) y la
comprendida de 18 a 65 años. Los adolescentes son objeto especial de
atención porque se ha observado un incremento en los patrones del consumo
entre ellos, no obstante que en esta edad es ilegal el uso del tabaco; asimismo,
se conoce que el consumo de tabaco se hace cada vez a edades más
tempranas, lo que puede tener como consecuencia la iniciación para el
consumo de otro tipo de drogas.

De los 13.7 millones de personas de 12 a 17 años, reportadas por la Encuesta


señalada, 16.1% había consumido tabaco; de éste porcentaje, 9% fumó en el
año previo a la entrevista y 7.1% lo hizo alguna vez en la vida, abandonándolo
después.

Asimismo, el monto de fumadores pasivos (5.2 millones) que viven con


personas que fuman, entre la población de 12 a 17 años, es mayor al total de
fumadores y ex fumadores en esta edad (2.2 millones).

Cabe mencionar que los fumadores pasivos de 12 a 17 años representan


38.3% de la población de este grupo de edad.

Por otra parte, según el área de residencia, la proporción de adolescentes que


viven en zonas urbanas y que han fumado -fumadores y ex fumadores-
(17.2%), es mayor a la de quienes habitan en áreas rurales (13.1%).

Por sexo, entre los adolescentes, existe un mayor porcentaje de hombres


(15.4%) y mujeres (4.8%) en áreas urbanas que fuman, comparado con
quienes viven en localidades rurales (11.3% de varones y 1% de mujeres). En
el caso de los fumadores pasivos, la mayoría (78.5%) tiene residencia urbana,
el restante (21.5%) se encuentra en las rurales.

Cabe mencionar que uno de cada cinco varones ya había consumido tabaco –
fumadores y ex fumadores- al término de los 17 años de edad, sin importar su
residencia (urbana, 22.6% o rural, 22.2%).

De igual forma, poco más de siete de cada cien varones de residencia urbana
usó el tabaco al menos una vez en su vida y lo dejó (ex fumadores); en el caso
de los que habitan en áreas rurales, casi 11 de cada 100 presentó la misma
condición.

Población de 18 a 65 años

En este grupo de edad, se concentra el mayor número de fumadores y se


observan más claramente los efectos de la adicción al tabaco, razones entre
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muchas otras que lo convierten en el grupo de población principal para el


estudio de la dinámica del tabaquismo.

Entre los hombres de 18 a 65 años es mayor el porcentaje de fumadores


(42.2%) en comparación con la proporción de fumadoras (15.1%) del mismo
grupo de edad.

Las mujeres de entre 18 y 65 años son menos consumidoras de tabaco que los
varones; 71% son no fumadoras.

Del total de personas de 18 a 65 años de edad (56 millones) que reportó la


Encuesta Nacional de Adicciones 2002, el 27% fumó el año anterior a la
entrevista y 19.9% usó el tabaco al menos una vez en su vida.

Por otra parte, el total de personas (12.6 millones) expuestas a los efectos
ambientales del tabaco (fumadores pasivos) entre la población de 18 a 65 años
representa 48% del total de consumidores de tabaco (26.3 millones) en este
rango de edad.

Es notoriamente mayor el número de mujeres que vive con personas que


fuman (9.7 millones), en comparación con los hombres (3 millones). Lo anterior
significa que hay tres mujeres por cada hombre expuesto al humo secundario
del tabaco.

Asimismo, casi 68 de cada 100 personas de entre 18 y 29 años consumió


tabaco alguna vez en su vida (fumadores y ex fumadores).

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3.1 Conclusiones

La industria tabacalera es de gran importancia a nivel mundial, ya que desde


el cultivo del tabaco proporciona a los países en desarrollo importantes
ingresos, además de los ingresos fiscales a los gobiernos por el consumo de
tabaco procesado en cigarros.

En cuanto a producción de tabaco a nivel mundial, se estima que en el año


2001 descendió a 6.8 millones de toneladas métricas (peso en seco), 5.7 por
ciento menor que en 2000. Del total de la producción el 72 por ciento se
produjo en siete países, (China, Estados Unidos, India, Brasil, Turquía,
Zimbabue, Indonesia), ocupando China el primer lugar, con una producción
anual de aproximadamente 2.6 millones de toneladas métricas (38.2 por ciento
del total mundial). México ocupó el lugar catorce entre los países productores.

Se prevé que en los próximos años continúe una tendencia descendente del
consumo de tabaco, como se ha observado en los últimos cinco años lo cual
generaría una sobreoferta y consecuentemente una disminución en el precio
internacional del tabaco.

La industria tabacalera mundial se caracteriza por un elevado nivel de


concentración, pues de los casi 407 mil millones de dólares que generaron de
ingresos las empresas tabacaleras en el mundo en 2001, el 26.4 por ciento
correspondió solamente a tres empresas, la estadounidense, Philip Morris (17.9
por ciento); la inglesa, British American Tobacco (4.5 por ciento); y la japonesa,
Japan Tobacco (4.0 por ciento).

En la industria tabacalera mexicana, la fabricación de cigarros es más


importante que las actividades de beneficio de tabaco y fabricación de puros,
ya que aporta el 90 por ciento del valor agregado de la industria y contribuye
con 1.2 por ciento del PIB manufacturero y 4.3 por ciento del PIB del sector de
Alimentos, Bebidas y Tabaco.

El mercado nacional de tabaco es un duopolio con una importante inversión


extranjera directa por parte de las dos principales tabacaleras a nivel mundial:
Philip Morris y British American Tobacco, las cuales, asociadas con algunos
inversionistas nacionales controlan el 99% del mercado nacional.

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La presencia de capital extranjero en la industria tabacalera mexicana es


relevante, ya que a partir de 1997 cuando se realizaron las inversiones más
importantes en la industria con la adquisición del 100 por ciento de Cigarrera La
Moderna por British American Tobacco, y del 49.99 por ciento de la Cigarrera
La Tabacalera Mexicana (Cigatam) por parte de la estadounidense Philip
Morris. La estrategia de las dos más importantes empresas cigarreras
mundiales es incrementar la producción de cigarrillos en México y mayores
exportaciones.

En relación con los ingresos fiscales, la industria tabacalera se caracteriza por


una considerable generación de éstos vía impuestos, tanto en los países en
desarrollo como en los industrializados. En México, se recaudaron 9 mil 173.3
millones de pesos en 2001, es decir, 4 mil 564 millones más de lo que se
recauda por ISAN, dichos impuestos representaron 1.40 por ciento de los
ingresos tributarios totales y 0.72 por ciento en los presupuestarios en ese año.
Cabe destacar que en 1984 la industria aportó el 2.52 por ciento de los
ingresos tributarios totales que representaron el máximo histórico registrado
hasta ahora.

La demanda de tabaco se concentra principalmente en los cigarrillos,


dependiendo ello principalmente de la edad de la población, el ingreso
económico del consumidor, el precio y la adicción a la nicotina. Entre 1990 y
2000 el consumo de cigarros se mantuvo constante, y se observa que su
demanda es prácticamente inelástica, es decir, que el incremento en el precio
no afecta de manera importante la demanda de los consumidores, ya que
ajustan su gasto al consumo de cigarrillos de menor precio, es decir, que un
aumento en los impuestos del producto tendría un efecto marginal en la
demanda, sobre todo si los impuestos se aplican en forma diferenciada, es
decir, en distintas tasas para cigarros con filtro y sin filtro y demás productos
derivados de tabaco, ya que ello permite al consumidor ajustar su gasto de
consumo a cigarros de menor precio.

En algunos países ha quedado demostrado que aplicando la misma tasa de


impuesto para los distintos tipos de cigarros permite una mayor recaudación,
aún cuando disminuya el consumo de tabaco, lo que a su vez permite reducir
los gastos en salud que tienen que destinar los gobiernos para atender las
enfermedades asociadas con el tabaquismo.

Bajo el supuesto de presentarse una caída del consumo, deberá de


considerarse el efecto multiplicador de la industria, ya que ello provocaría una
disminución de la producción y consecuentemente menos empleos en dicha
industria, destacado el caso de los estados productores, particularmente
Nayarit, que es el mayor productor de tabaco. Se estima que tan sólo BAT-
México8 emplea a 20 mil trabajadores del campo, mientras que el sector
manufacturero de tabaco en su conjunto generó 9 mil 318 empleos directos en
el año 2000.

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Actualmente la mayoría de los gobiernos gravan con un impuesto especial el


consumo de tabaco, en México se aplica un impuesto al tabaco previsto en la
Ley del IEPS, la cual prevé incrementos graduales de dicho impuesto durante
el periodo 2002-2005, al término del cual los cigarros con filtro y los populares
pagarán un mismo impuesto de 110 por ciento. Sin embargo, históricamente ha
quedado demostrado que los incrementos en las tasas del IEPS no afectan de
manera importante la producción y el consumo de tabaco, lo cual responde a
otros factores como la mayor o menor publicidad; restricciones para su
consumo en algunos lugares públicos; campañas que desalientan el consumo
de tabaco; y la variación en el ingreso disponible de los consumidores,
principalmente.

Finalmente, se debe destacar que a partir del 1º de enero de 2003 la industria


tabacalera mexicana enfrentará una mayor competencia de sus socios
comerciales del TLCAN en dicha industria, ya que a partir de esa fecha los
cigarros importados de Estados Unidos y Canadá quedarán totalmente libres
del pago de arancel.

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3.2) Bibliografía y Referencias

1. Secretaría de Salud. Encuesta Nacional de Adicciones II. Tabaco. México,


D.F.: SSA, 1994.

2. Lazcano-Ponce E, Tovar-Guzmán V, Meneses-González F, Rascón-Pacheco


A, Hernández Avila M. Trends of lung cancer mortality in Mexico. Arch
Med. Res 1997; 28:565.

3. Clairmonte FF. La dinámica del oligopolio mundial del tabaco. Comercio


Exterior 1983; 33(6):530-540.

4. Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos/Tabacos Mexicanos


S.A. de C.V. Historia y cultura del tabaco en México. México, D.F.: SARH/
Tabamex, 1988

5. Jáuregui J, Kushchick M, Itriagi H, García Torres A Y. Tabamex. Un caso


de integración vertical de la agricultura, Centro de Investigaciones del
Desarrollo Rural. México, D.F.: Ed. Nueva Imagen, 1980.

6. Juvera-Castañeda KM. La industria cigarrera en México (tesis). México,


D.F.: ITAM, 1996.

7. Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática. Estadísticas


Históricas de México. Tomo II, Tercera edición, mayo de 1994.

8. http://www.gcarso.com.mx/GrupoCarso/InformeAnual99/Cigatam.html

9. Ferguson CE. Teoría microeconómica. Fondo de Cultura Económica,


México, 1971:73- 101; 344.

10. Secretaría de Salud. Reglamento de la Ley General de Salud en materia


de publicidad. México, D.F.: 4 Diario Oficial de la Federación mayo de
2000.

11. http://www.inegi.com.mx

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