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Hola estimados colegas les envío un saludo fraterno desde Costa Rica, país que
tiene nexos afectivos y académicos importantes con Argentina. Es un gusto
compartir algunas ideas que se deslindan del concepto de inclusión y cómo esta se
potencia con el uso de las tecnologías digitales.
El concepto de inclusión visto desde la Educación para todos, está pensado para
quienes imaginan la escuela como un espacio de transformación personal,
institucional y social, tanto en lo cultural como en lo científico abordando como
eje central los valores humanos, éticos y espirituales.
Imaginemos esa escuela para todos como un espacio democrático, en donde el ser
humano es libre porque forma parte del colectivo, porque a cada persona se le
permite “ser y estar” o sea pensar y construir desde su realidad. Pensemos en esa
libertad como el medio para que sea posible el crecimiento y la transformación de
las personas para lograr niveles de evolución hacia una sociedad más armonizada,
pacífica, más justa y equitativa, de convivencia y bienestar, basada en el
reconocimiento en lugar de la desconfianza, en la cooperación en lugar de la
competición, en la creatividad e inventiva y no en la reproducción, en la
valoración en lugar de la evaluación como control. Una escuela en la cual todos
los niños y jóvenes de la comunidad, sin importar sus condiciones o
características se reúnen para aprender, comunicarse, disfrutarse y construir un
concepto de ser humano y de sociedad en la cual ellos son partícipes. Una escuela
que privilegie la heterogeneidad por encima de la homogeneidad, como suele
suceder.
Con esta visión de escuela para todos o escuela inclusiva, en la cual las personas
se emancipan o sea pueden pensar y aprender a ser críticos de ellos mismos y de su
entorno, sin discriminación alguna, no puede ni debe faltar la tecnología digital.
Antes de abordar por qué? Pensemos en la visión pedagógica y educativa de la
tecnología digital y así nos ubicamos mejor en un discurso más epistemológico que
utilitario. La tecnología digital es una herramienta para construir, comunicarse,
divertirse y producir, es el medio y jamás es el fin. Si la concebimos de esta
manera es más factible imaginar lo que se puede hacer con ella y cómo lograrlo,
cuál es le papel del mediador y del aprendiz. Sin un concepto claro en el cual la
máquina no es la protagonista sino el usuario, no es posible echar a andar un
programa inclusivo apoyado en el uso de las Tecnologías digitales, podremos
abordar otro tipo de programa, pero no uno donde la inclusión sea la meta.
Empecemos hablando del valor de las redes: Estas permiten conexiones de formas muy
diferentes a las presenciales. Las redes sugieren formas diferentes de actuar.
Si pensamos en las múltiples tareas que tenemos hoy en día las personas, el tema
del tiempo y el espacio se convierte en una limitante, sin embargo, si actuamos o
participamos en redes, esto queda invisible, no importa ni cuándo podemos o
decidimos hacerlo, o dónde estamos, si en un ciber café (locutorio), en la
escuela, en casa, donde un amigo, o incluso si estamos de viaje; lo importante es
que hay un espacio disponible las 24 horas para aprender y participar.
La posibilidad de relacionarse con personas y proyectos de muchos sitios del
planeta, sin importar las distancias, hace de las Redes una herramienta inclusiva
y flexible.
El uso de foros y Chats es otra forma de inclusión. A través de ellos (ya sea como
proceso asincrónico o sincrónico) la diversidad puede humana participar de
discusiones relevantes para la conformación de una sociedad más equitativa ya que
es más sólida la opinión que se construye entre muchos, que la que construyen los
que tienen el poder. Existen cientos de miles de foros de todas las temáticas
imaginadas, y cientos de espacios para chatear sobre los temas más variados
también.
Las tecnologías. Adaptadas. Cada día hay más adaptaciones de alta calidad y a
precios muy accesibles, para que ni el software ni el hardware sean un impedimento
para nuestras poblaciones, la idea es que se conviertan en medios de producción y
comunicación que generen altos niveles de satisfacción y realización personal.
Esto obliga a los educadores a estar informados de las innovaciones tecnológicas
que van apareciendo, o establecer contacto con personas que dedican su tiempo a la
creación y distribución de ellas.
Una persona con parálisis puede escribir sus ensayos y trabajos sin dificultad si
le facilitamos un sistema de barrido de pantalla. Esto le permitirá publicar sus
ideas, su pensamiento y hacer aportes a la sociedad desde su visión de mundo. En
fin, es interminable lo que se puede lograr con estas herramientas si estamos
dispuestos a incursionar en su potencial. Solo así podremos borrar esa limitación
impuesta por la fabricación de artefactos para un porcentaje de la población y no
para todos.
Es necesario que las tecnologías puedan alcanzar diseños útiles para todos,
diseños que eviten segregación de personas.
• Que sean flexibles para que se puedan acomodar a cualquier particularidad y
que permita un uso variado de métodos y no uno solo.
• Que se adapten al ritmo y condiciones del usuario.
• Un diseño que elimine las formas complejas y ofrezca formas más intuitivas,
fáciles y universales de utilizarse.
• Que comunique la información necesaria atendiendo las posibilidades
sensoriales o motoras de cada usuario.
• Que utilice formas alternativas de mostrar la información
• aprovechando los multimedios sin que le exija al usuario un esfuerzo físico
extraordinario o que lo lastime, más bien con un diseño adecuado y confortable.
V BLOQUE: ¿Quiénes somos los responsables de que exista un mundo con acceso para
todos y todas?
Esa es una de las preguntas que debemos hacernos permanentemente y aquí comparto
posibles respuestas a partir de la práctica de algunos principios básicos, para
que el mundo en que vivimos sea, como corresponde, del disfrute y aprovechamiento
de todos y todas:
No debemos jamás perder de vista que los medios digitales son herramientas
sociales que generan nuevas formas de relacionarse, de organizarse, de aprender,
de crear, de transformarse, de generar nuevas maneras de procesar información,
utilizarla y valorarla.
Es urgente, frente a una sociedad en que la diversidad es cada vez más evidente,
abrir espacios para que los niños, jóvenes, personas de la tercera edad.
indígenas, migrantes, pobres, mujeres en desventaja, indigentes etc…utilicen estos
recursos para visibilizarse, para estar presentes en la sociedad y dejar expuestas
sus necesidades, temores, logros, dudas, actividades... Hay que abrir foros,
colocar terminales en parques y espacios públicos para que este recurso tan
versátil y potente llegue a todos.
Los conceptos importantes para discutir ahora son:
¿Cómo debe ser un mundo más equitativo?
VI BLOQUE: Brechas.
Quiero dejar claro que no estoy ciega a lo que propongo, ni hago discursos huecos,
se que esto es complejo de lograr y que hay que trabajar en todos los niveles,
también se que muchas de estas propuestas son un tanto utópicas, como utópico es
concebir a una sociedad equitativa, sobre todo cuando vivimos en países de
Latinoamérica y Centroamérica, hermosos, ricos en recursos naturales, en gente
creativa, pero con gobiernos aprobando indiscriminadamente tratados de libre
comercio, que vienen a ampliar la brecha entre las personas.
Por eso hay que mirar hacia lo que grandes han dicho y hecho como Paulo Freire que
propone una sociedad en la cual no hay más marginados y marginadores u oprimidos y
opresores. Por utópico que esto suene, si luchamos, en alguna medida vamos hacia
la meta. Nunca está más oscuro que cuando va a amanecer. Nosotros tenemos la
hermosa tarea de demostrar que ya no es necesario oprimir a las personas con
discapacidad, que ahora cuentan con herramientas que emulan procesos que están
disminuidos o ausentes y que gracias a esto ellos pueden salir del mundo encerrado
en que la sociedad los ha confinado, para ocupar un lugar en igualdad de
condiciones en la sinfonía de la humanidad.
Es fácil deducir que quien más cerca está de las innovaciones tecnológicas mejor
controla su proceso de cambio, mientras quien más lejos está de ellas menos puede
cambiar por designio propio. Todos tenemos el derecho de optar por los cambios
que la vida nos marca y no por los que nos imponen los demás.
Somos los educadores del siglo XXI, los que estamos viviendo la era de la
información, de la comunicación o como quieran llamarla, los responsables de
cambiar el destino de la educación, convirtiéndola en un espacio para todos, en el
cual las tecnologías sean abordadas como herramientas para pensar, disfrutar,
comunicarse y producir, pero para lograrlo necesitamos lanzarnos al agua, con la
fe y la convicción de que podemos lograrlo, que aunque los molinos de la educación
muelen despacio, al final de la jornada hay logros concretos que marcarán la
diferencia. Tenemos una responsabilidad ciudadana. Trabajamos con ciudadanos con
discapacidad que están muchas veces invisibilizados, como si fueran ciudadanos de
segunda. La ciudadanía del siglo XXI nos necesita a todos.