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Entrevista a Luis Jaime Cisneros Vizquerra

LA OPINIÓN DE UN GRAN MAESTRO 25 AÑOS DESPUÉS

Hace más de 25 años, el Dr. Luis Jaime Cisneros, reconocido lingüista, periodista y
profesor universitario, dirigía con mucho acierto el diario El Observador. Escribía Mi
columna, espacio donde expresaba diariamente su opinión sobre diversos temas de
actualidad. El miércoles 10 de agosto de 1983 escribió un comentario saludando la
creación del Instituto Superior de Comercio Exterior de ADEX, el cual funcionaría
oficialmente a partir del 29 de agosto de 1984.

El Dr. Cisneros es un connotado defensor de la educación técnica. Lo dice en sus


múltiples artículos escritos desde su consolidada posición de profesor universitario. Con
una copia del artículo en la mano fuimos a entrevistarlo en su casa de Miraflores.
Deseábamos conocer la opinión del maestro 25 años después.

Nos recibió muy cordialmente en su escritorio, rodeado de libros, papeles, diplomas


y fotografías de sus seres queridos. Cuando le mencionamos la existencia de su artículo, de
inmediato sacó un volumen empastado donde tenía archivados todos sus comentarios
escritos en 1984-85. Y lo encontró. Luego de leerlo le hicimos algunas preguntas.

La afonía que lo aqueja desde hace algún tiempo no permitió grabar la entrevista. El
maestro dijo que él contestaría las preguntas desde su antigua máquina de escribir, la cual
maneja con gran destreza y rapidez.

Estas fueron sus palabras:

¿Cuál es el panorama de la educación técnica en el país?


Si tomamos en cuenta que estamos en el siglo XXI, resulta ingenuo pensar que no
tuviésemos educación técnica. En la hora en que la tecnología ha avanzado de modo
extraordinario, todavía da pena comprobar que nos hemos conformado con estar a la
expectativa en muchos campos de la educación. Hay cierta indecisión, por no decir miedo,
a encarar la formación técnica. ¿De qué sirve comprobar que somos un país minero, con
grandes progresos en materia de pesca, en el campo textil, y no tenemos escuelas técnicas
bien organizadas dedicadas a esos campos?

Hace más de 25 años en que usted, siendo director del diario “El Observador”, escribió
un artículo saludando la creación del Instituto de Comercio Exterior de ADEX. ¿Qué
comentario le merece la vigencia del ISTECEX durante este periodo?
Efectivamente, ya son 25 años. Ha crecido el número de alumnos. Del incipiente número de
alumnos, hoy contamos con dos mil estudiantes. Debemos celebrar este acontecimiento
como una invitación para que surjan imitaciones. En vez de crear (o dejar que surjan
inesperadamente) instituciones con nombre de “universidades”, debemos reconocer la
necesidad que el país tiene de reforzar la formación técnica de los muchachos, para ver si
así logramos corregir el grave error de creer que las escuelas deben preparar para las
universidades. ¿Cuántos abogados hay? ¿Cuántos ingenieros que no tienen cómo
desempeñar sus tareas, abarrotado como está el país de una serie de profesionales en
exceso?

¿En qué aspectos radica la diferencia entre la educación técnica y la educación


universitaria?
Cuando nos preguntamos si hay diferencia entre una formación técnica y una universitaria,
nos sentimos convocados a reflexionar. Un universitario tiene como opciones de su carrera,
entre otras, la docencia y la investigación, aparte de su ejercicio profesional. No se forma
un técnico para cosas distintas. Ambos (técnico y universitario) realizan estudios de nivel
superior. Ambos tienen como perspectiva el proceso de su disciplina. Los grandes países
europeos asignan importancia grande a sus institutos técnicos. Vale la pena poner de relieve
que en los últimos 80 años, Francia tuvo un solo presidente surgido de la universidad: los
demás fueron alumnos de las Grandes Escuelas: la de Administración, la Normal, la de
Administración, la Militar. Un país progresista acuerda atención esmerada a la formación
de sus técnicos. Hay que superar la idea difundida entre muchos de que las escuelas
técnicas son de menor rango que las universidades. Es una falsa idea que necesita
corregirse.

¿Qué debemos requerirle a una escuela técnica?


Exigencia, enseñanza de calidad, para garantizar aprendizaje de calidad. También
tolerancia y actitud crítica, que son armas sin las cuales no hay manera de progresar
científicamente. Creer que no se es ‘científico’ porque se estudia y se ejerce la técnica es
una aberración.

¿Considera que otros gremios empresariales deben seguir el ejemplo de ADEX?


El ejemplo de ADEX es estímulo evidente para remover la conciencia de todo el mundo
empresarial. En esta hora en que el progreso se mide por el desarrollo tecnológico,
decidirse a asegurar el porvenir fortaleciendo nuestras diversas perspectivas tecnológicas es
un reto que no debemos negarnos a arriesgar.

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