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HISTORIA

Los primeros planteamientos científicos

os primeros planteamientos científicos sobre fitología se remontan a la Grecia


clásica, y se considera a Teofrasto de Eresos (372-288 a.C), discípulo de
Aristóteles, como el fundador de la botánica como diº

Teofrasto clasificó los vegetales en árboles, arbustos, subarbustos y hierbas y


describió la morfología de algunos centenares de plantas. Ya en el siglo I de
nuestra era, el médico de las legiones romanas, Dioscórides de Anazarba,
describía en su Materia médica las propiedades terapéuticas de varios centenares
de plantas. Su obra, de notable carácter empírico, alcanzó gran difusión y extendió
su influencia más allá de la Edad Media.

Fue precisamente a través de las numerosas traducciones y versiones


comentadas de obras como la de Dioscórides, o de tratados similares acerca de
las virtudes de los vegetales, como el publicado en 1558 por el toscano Pietro A.
Mattioli, como la nueva botánica entroncó con el saber antiguo.

La botánica descriptiva y experimental

Desde sus comienzos, la botánica ha tendido a diferenciarse en dos vertientes,


siempre complementarios en los objetivos hasta época muy reciente, aunque a
menudo no bien separables, que son la descriptiva y la experimental. Mientras que
el período descriptivo comienza con el inicio mismo de la botánica y alcanza su
máximo apogeo en los siglos XVII y XVIII, la vertiente experimental se inició en
Europa alrededor del siglo XVI, consiguiendo sus logros más espectaculares
durante los ss. XIX y XX, con el descubrimiento de los procesos relacionados con
la nutrición autótrofa de las plantas o fotosíntesis y otros aspectos de la bioquímica
y la fisiología de los vegetales. 

La búsqueda constante de un criterio racional de clasificación

La consecución de un criterio racional de clasificación de los


vegetales ha sido una preocupación sobresaliente en la historia de la botánica. En
1576, el flamenco Matthias Lobelius agrupaba las plantas por su aspecto externo;
pero puede considerarse a Cesalpino en 1583, como el primer inventor de un
verdadero sistema botánico con su plantis libri, aunque no se libró de las ideas
comunes al aceptar la división primordial en árboles, arbustos, matas y hierbas,
seguida desde Teofrasto de eresos.
El profesor de medicina en Basilea, Gaspar Bauhin, esbozó  el concepto de
género e inició la simplificación de la nomenclatura botánica. En 1649 Rudolf
Camerarius, profesor en Tubinga, demostró definitivamente la condición sexuada
de las plantas en su Epistola ad M. B. Valentini de sexu plantarum, al considerar
los estambres como los órganos masculinos de la flor. En 1682 el inglés John Ray
publica su Methodus plantarum nova, en el que incluye la descripción de más de
15.000 especies y plantea la conveniencia de utilizar un nuevo concepto de
especie. Rivino en 1690 dio preferencia a la corola en la clasificación, incluyendo
en ella toda envoltura floral que no fuera verde. Por su parte, en 1694 el botánico
francés de origen provenzal Joseph Pitton de Tournefort, fue el autor de un
sistema de clasificación vegetal según la corola, siguiendo la misma base de
clasificación de Rivino, y que resultó ser uno de los de mayor éxito y difusión antes
del de Linneo, por su constitución y caracterización precisa de los géneros.

Desde una perspectiva más experimental, en el mismo siglo XVII destacan


algunas de las aportaciones de los denominados microscopistas como Robert
Hooke, quién en su Micrographia utilizó por primera vez el término célula para
describir el aspecto del corcho visto al microscopio, o el boloñés Marcello Malpighi
que en 1671 sentó las bases de la anatomía vegetal  con su Anatome Plantarum,
conjuntamente con el inglés Nehemiah Grew, que, pocos años más tarde,
publicaba su The anatomy of plants.

El moderno sistema de Linneo

ue en el siglo XVIII, a la par que tomó un nuevo auge la fisiología


experimental, cuando se establecieron definitivamente las normas de
nomenclatura y taxonomía, y se empezó a utilizar el moderno sistema de
clasificación con el sueco Carl von Linneo. Linneo fue sobre todo un gran
sistemático; ideó una nomenclatura binaria con la que impuso orden en el
caos taxonómico imperante hasta aquellos días.

Carl Von Linneo, autor de la nomenclatura binómica


» Biografía «
En 1737 Linneo reunió en su obra Genera plantarum, las plantas clasificadas en
24 grandes grupos o clases, según las semejanzas o diferencias en el número y
disposición de los órganos reproductores, y estableció, en las sucesivas ediciones
de su Systema naturae y Species plantarum, el sistema binario de nomenclatura,
que quedó así definitivamente fijado. El sistema sexual de Linneo, estaba fundado
como toda clasificación artificial en un determinado carácter, en ideas sencillas y
absolutas, sin más fin que el de la determinación de la especie.

Mejora del sistema de Linneo y otros intentos de clasificación

El sistema de Linneo fue mejorado por los franceses Michel


Adanson que introdujo, en 1763, la utilización del concepto de "familia" vegetal y
Bernard de Jussieu, y, especialmente, su sobrino Antoine Laurent de Jussieu con
la publicación, en 1789, de su Genera plantarum secundum ordines naturales
disposita. Augusto Píramo de Candolle se valió en 1813 de los caracteres
anatómicos para establecer las divisiones primordiales de vasculares y celulares.

Los estudios florísticos y las exploraciones adquirieron en el s. XVIII nuevo auge y


se redactaron importantes floras locales y regionales relativas a las plantas
superiores. En cambio el estudio de las criptógamas, que constituían únicamente
una de los 24 grupos de Linneo, no cobró relevancia hasta el siglo XIX,
especialmente a raíz de los trabajos del alemán Alexander Braun, que estableció
en 1864 las bases de la taxonomía moderna especialmente en lo referente a los
denominados vegetales inferiores.

Varias otras clasificaciones se intentaron modificando las de Rivino, Ray,


Tournefort y Hermann por Plumier, Boerliave, Knaut, Ruppio y Pontedera. Les
siguieron Magnolio, Ludwig y Siegesbeck, tomando por base el cáliz y fruto.
Cavanilles y Brotero intentaron simplificar más el sistema de Linneo, pero éste
siguió imperando por muchísimos años, hasta que se idearon las claves analíticas.
Desde entonces, muchos otros autores además de los ya nombrados, han tenido
más o menos protagonismo, y realizado diferentes clasificaciones o modificados
los ya existentes, entre ellos se pueden destacar: Bartling, en 1830; Lindley,
Bromhead y Endlicher hasta 1840. Meisner, entre 1836 y 1843; Adolfo Brongniart
en 1843; Sachs en 1868; Van Tieghem y Eichler en 1883 o Adolfo Engler en 1866.

En definitiva, ningún método de clasificación tuvo el éxito incomparable del


sistema sexual de Linneo, gracias sobre todo a su nomenclatura binaria, a la
precisión y claridad de las descripciones y de la distinción de especies y
variedades, y a la reunión de todas las conocidas en sus géneros.

El papel del Reino Vegetal en las religiones de los antiguos pueblos

 
n las religiones de los pueblos de la antigüedad el Reino Vegetal fue objeto de
un culto particular, en nada inferior al que profesó, e incluso hoy en día
algunos pueblos profesan, del reino animal. Este hecho es consecuencia
natural de la situación del hombre en la Naturaleza, uno de cuyos elementos,
las plantas, tuvo siempre a mano, pues de ellas hubo de nutrirse y vestirse sin
hallar en ellas el inconveniente del retraimiento y la fuga, propio de la mayor parte
de los animales. Por esta razón, el reino vegetal no dio a la credulidad y a la
imaginación menos pábulo que los demás reinos de la Naturaleza.

Habiendo la flora desempeñado, no menos que la fauna, un principal y perpetuo


papel en la vida del hombre, puede afirmarse que no hay esencia forestal, ni
hierba saludable o dañina, ni planta alimenticia o útil que, por su forma, su color,
sus frutos y su empleo, haya dejado de ejercer influencia en las costumbres, la
salud y el pensamiento de los individuos y los pueblos; ni hay tampoco que
extrañarse de que el hombre, en su tendencia a hallar una explicación a cuanto
escapa a su conocimiento y comprensión, atribuyese las virtudes de las plantas
primero a algún poder oculto, luego a genios caprichosos y, finalmente, a
divinidades de varias categorías.

"Nada tan universal -dice A. Lefebvre-, como el culto de los bosques: el hombre ha
vivido debajo y encima de los árboles, ha dormido en la espesura de la selva, ha
construido su vivienda en las bifurcaciones de los troncos, ha vagado por los
claros de la floresta, ha trepado las encinas comiendo las bellotas y tomado el
sagrado níspero, atento siempre a todos los murmullos, a todas las variaciones de
la luz y la oscuridad, siempre cazador o fugitivo y asediado por los fantasmas del
horror sagrado.

El culto en los pueblos indoeuropeos

En los pueblos indoeuropeos el culto de las plantas formó parte importante de sus
creencias. Los Vedas, libros sagrados de los hindúes escritos en sánscrito
primitivo, contienen referencias a rituales y divinidades relacionadas con las
plantas.

Texto sagrado del periodo védico


Los vedas son un conjunto de plegarias, fórmulas rituales y mágicas e himnos
religiosofilosóficos, dictados, según la tradición, por Brahma (primer creador);
fueron compuestos a lo largo de un periodo que empieza antes del s. VII a.C. Los
Vedas son cuatro: el Rig-Veda, el Sama-Veda, el Yajur-Veda y el Atharva-veda,
pero en sentido más amplio se aplica también este nombre a otros libros como los
Brahmanas y Upanishads, obras de exégesis y comentario de los Vedas
propiamente dichos; todos ellos constituyen el más antiguo monumento de la
literatura india.

Los Vedas fueron dictados, según la tradición, por Brahma, primer ser creado y
creador del universo

Concretamente en el Rig-Veda se lee: "Hay seis grandes divinidades: el cielo y la


tierra, el día y la noche, las aguas y las plantas", y en muchos de los himnos
védicos se registran fórmulas como esta: "¡Guárdennos y protéjannos las plantas,
los bosques, las colinas coronadas de árboles; invoquemos las plantas, los
árboles, el follaje!". Y aún hoy en la India cada una de las aldeas tiene su árbol
sagrado.

Lo propio sucedía en Persia, donde los habitantes de determinadas aldeas


próximas a los jardines reales de Chiraz, los cuales poseían un árbol con una
inmensa copa, acudían para situarse a su alrededor como si se tratara de un
sagrado templo, haciendo oración bajo sus ramas, colgando de ellas objetos
piadosos, quemando incienso, encendiendo velas y practicando todo género de
supersticiones, ya para recobrar la salud perdida, ya para obtener gracias
extraordinarias. En muchos lugares de Persia otros árboles similares eran
venerados por el pueblo, el cual les daba el nombre de Draet fusch (árboles
excelentes). Los devotos; particularmente las personas consagradas a la vida de
religión y ascetismo, iban a buscar a la sombra de estos árboles la paz y el
consuelo de su espíritu, imaginándose muchas de ellas que se les aparecen, en
forma de luces resplandecientes, las almas de los Aulias (santos o
bienaventurados) que en vida habían hecho prácticas piadosas a la sombra de los
árboles divinos.
El culto en la primitiva Grecia

a primitiva Grecia practicó el culto de los bosques; anteriormente a la invasión


helénica las encinas de Donona pronunciaban oráculos, y debajo de sus
ramas se albergaba el gran Dios de los pelasgos epirotas, los Graikoi, y en
toda la Grecia, tanto la europea como la asiática, no hay santuario que no
tenga su bosque sagrado.

Las Hespérides, ninfas del poniente, hijas de Atlas y de Hésperis; velan las
manzanas de oro que Hera recibió de Gea como regalo por su matrimonio; los
antiguos situaban el jardín de las Hespérides en el extremo del mundo occidental.
Con su mito del árbol del fruto de oro, son un testimonio del significado religioso
que tenían las concepciones espirituales de Grecia.

El culto entre los latinos

Entre los latinos, el frondoso bosque (nemus), la selva (lucus), la arboleda de


hayas (fagutala) y la fuente murmurando bajo un tupido techo de enredaderas,
estaban habitados por multitud de genios silvestres y los árboles aislados eran
objeto de veneración, teniendo suspendidos de sus ramas y tronco gran número
de ofrendas y exvotos, pieles de animales cobrados en la caza y trofeos de guerra.

Originalmente, Venus era la diosa de los campos y jardines

En toda Italia el grupo de los dioses forestales tomó una extensión particular;
Faunas y Fauna o Fatua no eran sino una representación del bosque propicio a
las voces favorables de la selva. Maia, Flora, los silvanos, las ninfas, Ceres, Venus
(originalmente diosa de los campos y jardines) y el mismo Marte, habitaban en los
bosques, en los campos y en los sembrados, activando y favoreciendo el
crecimiento de los árboles y velando por el desarrollo de las mieses y frutos.

La mayor parte de estos personajes son ya seres mitológicos, verdaderas


divinidades. Fauno, cuyos sobrenombres de Juno y Luperco le hacen allegado de
la diosa Juno, de Jano y de Marte, tiene por hijo a Fons o Fontus, el padre de los
manantiales; golpea a su compañera Fauna, con una rama de mirto y se une a ella
en forma de serpiente (símbolo de la renovación).
Los germanos consagraban los bosques, dándoles los nombres de sus dioses, y
de ello habla Tácito, refiriendo que vio en Rugen un bosque (castum nemus) en
donde los teutones escondían el carro sagrado de la tierra y entre los naharvales
vio también un bosque venerado desde muy antiguo (antiquae religionis).

La ferviente adoración de los galos a los bosques y árboles

os galos eran silvícolas (cultivadores de los montes y bosques) por excelencia


y fervientes adoradores de los bosques y los árboles; testigo de esto son la
selva de los Carnutes, centro de la religión druídica; los Vosgos, los Ardennes,
la Selva Negra (Vosegus, Arduinna, Dea Abnoba), sitios todos de verdadero
culto a las divinidades forestales.

Entre los galos, el roble era el árbol sagrado por excelencia, sobre todo si llevaba
el muérdago, parásito que, como es sabido, era objeto de particular veneración,
dando su recolección lugar a interesantes ceremonias que refiere Plinio el Viejo en
el libro XVI de su Historia natural.

El muérdago era especialmente venerado por los


druidas galos

Entre los druídas (sacerdotes de los galos), nada era más sagrado
que el muérdago y el árbol a que éste estaba adherido, especialmente si era un
roble, árbol que con preferencia escogían para sus bosques sagrados y no
practicaban ceremonia religiosa alguna sin la presencia de sus ramas. El
muérdago criado en la corteza de un roble, era mirado a modo de un enviado
celestial y como una señal de la elección que Dios mismo había hecho del árbol.

Por lo demás, el muérdago adherido al roble era muy raro, y al hallarlo se le


recogía con gran ceremonial; ante todo, se había de coger en el sexto día de la
luna, día que era el comienzo de sus meses, de sus años y de sus siglos, que
duraban treinta años; día en el que la luna, aunque no en la mitad de su carrera,
estaba ya en la plenitud de su fuerza y al que daban un nombre que significa
remedio universal; una vez preparado debajo del árbol todo lo necesario para los
sacrificios y para un banquete, traían dos toros blancos, a los que se les ataban
por primera vez las astas; entonces subía al árbol un sacerdote vestido de blanco
y cortaba con una podadera de oro el muérdago, el cual caía en una saya blanca;
luego se inmolaban las víctimas. Es creencia común que el muérdago, tomado en
bebida, da la fecundidad a los animales estériles y sirve de triaca contra toda clase
de venenos.

El culto en los pueblos americanos

En América no está menos probado el culto a los árboles: Charlevoix observó en


Acadia el culto tributado a un frondoso árbol que crecía aislado en la playa, y en
las llanuras abrasadoras de la Patagonia, Charles Darwin vio el árbol sagrado de
Walitchu, al que saludan religiosamente los gauchos, y al que los transeúntes
ofrecen cigarros, cintas, pan y carne conservada.

Los peruanos, los nicaragüenses y mexicanos, profesan una especial veneración


a las plantas; los españoles, al llegar a México, vieron unos añosos cipreses de los
que colgaban un sinnúmero de exvotos. Los mingos invocan a los manitus eternos
de los árboles y de las plantas; y los hurones de lago Superior depositan sus
ofrendas al pie de un gran fresno. Lo propio se observa en Oceanía y en las islas
Malayas. Los tahitianos adoran las varúas o almas de los frutos y los árboles, y
una vez muertos, los envían a los misteriosos paraísos de Bolotu.

Otros pueblos

n Malaca las enfermedades se atribuyen a ciertos árboles demoníacos o a los


espíritus de los mismos, o sea los hantu-kayu, y en Sumatra los árboles
seculares son tenidos por genios tutelares de la selva.

Las tribus mongólicas y ugrofinesas, desde los samoyedos a los lapones,


desde los cheremises a los votincos, tributan homenaje de adoración a los
árboles aislados, a los árboles agrupados y a los bosques de pinos; los kirguises
veneran al álamo blanco, y los yakutos y los ostiacos al pino alerce; entre los
ostiacos se ven bosques sagrados, formados por grupos de siete de estos árboles,
y, además, tienen por sagrados los árboles en que teje su nido el águila. Los
finlandeses honran también los árboles verdes, los alerces y otros, teniendo como
una de sus creencias, que el gran Orfeo (Wainamoinen) fue quien sembró la
semilla del roble.

El árbol cosmogónico
Finalmente, la concepción del árbol cosmogónico (creador o sostenedor del
universo) se halla más o menos extendida en casi todos los pueblos de la
antigüedad. En su forma más rudimentaria lo vemos en las islas Andaman y entre
los negros mincopis, quienes como una reminiscencia de los tiempos en que
vivían sobre los árboles, tienen en su cosmogonía un árbol inmenso que sostiene
el mundo y cuyas raíces llegan hasta el reino de los muertos; los vivientes están
domiciliados en sus ramas y en su cepa habitan las almas de los que se fueron y
que se esfuerzan en sacudirlo; a cada sacudida se desprende un viviente, a modo
de fruto maduro y rueda hacia el abismo.

En la India, el árbol salió del océano primitivo, de un mar de leche agitado por los
dioses creadores y que se yergue a través de los cielos; los sabios (vasishthas) se
remontan de piso en piso en el árbol misterioso que tiene mil ramas; en lo más
profundo del abismo, Ahir-Budhnya y Danu, enormes serpientes, abrazan y rodean
la raíz del árbol del mundo.

Los indoeuropeos del Norte tienen también su gigantesco Ymer, del que salieron
los dioses y los hombres; pero dieron a la leyenda del árbol una grandeza salvaje.
El eda escandinavo celebra el árbol Igdrasill, de tres raíces y con la copa coronada
de estrellas; una de las raíces está en el cielo, otra en la tierra y otra se sumerge
en los infiernos; cerca de la primera se hallan los tres genios Urda, Verdandi y
Skulda, que presiden al pasado, presente y porvenir; el agua del pozo de Mimer
baña la raíz terrestre; la raíz infernal se halla muy cerca del lago de Hvegelnor,
asiendo del dragón Nidohgr y a su alrededor planea el águila Hvesvelgr; en su
base la serpiente Iormundgandr enrolla sus anillos guardada por el perro Garm, el
lobo Fenris o Freki y Hel, dioses de la muerte; el árbol atraviesa y sostiene los
nueve mundos; la luna (macho) Mani, y Suna (hembra) el sol, describen sus
circuitos alrededor de la cepa, montando cada uno de ellos en un carro de un solo
caballo.

Las hierbas sagradas

Si de los árboles pasamos a las hierbas, se observa en los pueblos


de antigüedad la misma tendencia fundada en creencias y mitos, multiplicados
hasta lo incalculable por el número de las especies del reino vegetal.
El tomillo, recogido en la noche de San Juan, sirve como ejemplo de sagrada tradición

La botánica sagrada ofrece un material verdaderamente inagotable a los


coleccionistas de tradiciones, desde las 104 plantas medicinales celebradas en un
himno del Rig-Veda; desde la hierba couca, sagrado césped que sirve de alfombra
a los dioses llamados a presenciar el sacrificio indio; desde el venerable moly y el
no menos divino nepenthes, de Homero, hasta los ingredientes empleados por
Circe, Medea, Canidia, etc.; hasta las hierbas sobre las cuales murmuran conjuros
misteriosos las viejas supersticiosas; hasta las hierbas que está vedado hollar;
hasta el tomillo que se recoge en la noche de San Juan; en fin, hasta las
soporíferas invenciones del llamado lenguaje de las flores.

En Roma existían un buen número de grandes divinidades agrícolas, como Semo,


Sancus, Saturno, Consus, Consivius, Maia, Tellumo, Tellus, o Ceres y Proserpina
(madre e hija respectivamente); eran las equivalente en Roma a las diosas griegas
Démeter y Perséfone; según las creencias griegas, cuando Ceres se reunía
jubilosa con su hija en la primavera hacía que la tierra produjera abundantes
frutos; esta creencia fue asumida en Roma en el siglo V a.C., tornándose muy
popular entre los plebeyos (la palabra cereal deriva de su nombre).
Proserpina, hija de Ceres. En la mitología romana, cuando se reunían en la primavera,
hacían que la tierra produjera abundantes frutos

Pero había también en Roma una serie numerosísima de pequeñas divinidades de


ambos sexos, los dioses del trigo, cada uno de ellos protector de una parte de esta
planta: Seia cuidaba de la semilla, Segetia o Segesta del sembrado, Lactucia de la
espiga en su tránsito al estado lechoso; Matura fomentaba la madurez, Nodoto
extendía los nudos del tallo, Volusina y Patelena arrollaban y desarrollaban la
vaina de la espiga, Hostilina cuidaba de igualar la cabeza de la misma, Runcina
quitaba las malas hierbas, Messia segaba, Tutilina y Terensis trillaban.

Clasificación según su empleo

eniendo en cuenta las varias formas en que el hombre ha hecho de las plantas
el objetivo de sus anhelos, tanto espirituales como relacionados con otros
órdenes de la vida, podemos dividir las plantas en los siguientes grupos:
sagradas, mágicas, funerarias y eróticas.
 

Sagradas

Las supersticiones botánicas son tan antiguas como el espíritu; entre éstas
merece citarse la de los árboles sacrivi, que tan gran horror inspiraban en la Edad
Media a los encargados de la cura de almas, habiendo sido objeto de condenación
en varios concilios las prácticas supersticiosas que con ellos hacía el pueblo
ignorante, levantando altares en sus troncos, poniéndoles manjares y
suplicándoles protección y auxilio.
Zeus tenía sus principales templos en el Epiro, en tierra de robles; la encina de
Dodona se le atribuía a esta divinidad

Se refieren testimonios escritos de un viajero llamado Marino, en su


libro De expeditione japonica, que en 1632, en Conchinchina, un árbol centenario
había sido derribado por un fuerte vendaval y del cual se decía que había revelado
ser un caudillo chino que había vivido algunos siglos antes y, finalmente había
sido convertido en tronco; a éste le ponían varias clases de comida los naturales
del país para que no pereciese de hambre el héroe que debajo de su corteza se
albergaba.

Otro viajero, Marignolli, en su Chronicon Bohemorum, refiere cosas semejantes de


dos árboles que vio en la isla de Ceilán rodeados de coronas de oro y piedras
preciosas y con dos grandes luces ardiendo sin cesar delante de ellos. Parece que
se trataba de árboles búdicos, como el de Buda-Gaya, que desempeña tan
importante papel en la leyenda de Cakya.

Los griegos no sólo imaginaban que en cada uno de los árboles notables se
ocultaba una divinidad, una ninfa o un fauno, sino que atribuían a cada uno de los
árboles un origen divino o, por lo menos, mítico. Así , el plátano debía su
existencia a Menelao. La encina de Dodona se remontaba a Zeus, éste tenía sus
principales templos en el antiguo Epiro, en tierra de robles. El olivo a la diosa Hera
de Samos (también divinidad de la tierra fecundada).

El laurel a Apolo, y una de las formas más antiguas de Baco es la de Dionisos


endendros de Beocia. Lenormant, en el Dictionnaire des antiquites, artículo
Bacchus, describe un vaso griego, en el que figura el busto de Baco imberbe y
juvenil saliendo de en medio del follaje de un arbusto, especie de zarza; a Baco se
le suele caracterizar como Dios de la vegetación, más concretamente de los
frutos; en los vasos áticos aparece representado a menudo con racimos de uvas y
un cuerno con bebida. La viña sagrada de Icaria era, al parecer, un hechizo del
mismo género, y de la pitonisa se lee que ordenó a los corintios que adorasen
como a Dios al pino, debajo del cual Penteo había sido despedazado por las
Bacantes.
Vaso ático del s.VI d.C. En estas vasijas se pueden encontrar representaciones de
culto a divinidades y plantas

Al lado de estos ídolos naturales, la mano del hombre formaba otros más o menos
toscos, en Tebas adoraban, con nombre de Dionisos Cadmeios, un pedazo de
madera que se decía haber caído del cielo en el lecho de Semele.

Según Pausanias (IX. 22), los tanagreses construían los templos de sus dioses en
pleno campo, como si quisiesen distinguir la morada de la divinidad de la
habitación del hombre, y así, en una pintura de Pompeya, se ve un templo
rodeado de árboles. El lucus latino, habitado por la ninfa Egeria, y el bosque
sagrado de los antiguos germanos, adonde acudía el pueblo devoto a venerar a
sus dioses, son un testimonio elocuente del respeto religioso que inspiraba a los
antiguos el mundo vegetal.

Mágicas
 

demás de los árboles sagrados, son dignas de mención algunas hierbas


relacionadas con los sacrificios; tales son las plantas mágicas. Sus
propiedades extraordinarias se atribuían a la presencia de una divinidad por el
espíritu religioso, mientras que el espíritu supersticioso las atribuía a efectos
mágicos; así, pues, el espíritu religioso produjo la creencia en las hierbas y
árboles sagrados, el espíritu supersticioso la creencia en las plantas mágicas.

Entre las hierbas mágicas ocupan preferente lugar la  Kuça, especie de verbena, a
menudo citada en los rituales védicos como preservativo contra infinidad de males
físicos y garantía de prosperidad y bienandanza. La menta o hierbabuena, de la
cual dice el geógrafo e historiador griego Estrabón que el número de sus virtudes
es infinito.

La verbena, a la cual los antiguos daban los nombres de lágrimas de Isis, lágrímas
de Juno, sangre de Mercurio, etc., y que creían hacía invulnerable al que la
poseía; la ruda, hierba preferida de las mujeres, las cuales le atribuyen toda suerte
de virtudes mágicas, y de ella se dice que Mitriades la empleaba como
preservativo contra el veneno.
La Ruda era muy apreciada por las La Mandrágora era una planta erótica por
mujeres, a la que atribuían virtudes excelencia, muy utilizada por las brujas y
mágicas hechiceras para sus maleficios

La mandrágora, planta mágica y erótica por excelencia, fue en la antigüedad


objeto de superstición, en parte por la representación humana de su raíz, era
usada como afrodisíaco y filtro de fecundidad, las brujas y hechiceras hacían uso
de ella, sobre todo para los maleficios, con  los ungüentos que preparaban a base
de esta planta experimentaban alucinaciones y estados de euforia, que les
permitían "volar" con la imaginación mientras el cuerpo permanecía en un sopor.

El loto, del cual decían los egipcios que ocultaba los secretos de los dioses y del
que se valió Ulises para hacer que sus compañeros se olvidasen de su patria; en
la mitología griega los comedores de lotos olvidaban a sus amigos y hogares y
perdían el deseo de regresar a la tierra natal. Y el helecho, al cual se atribuye,
entre otras, la virtud de resistir a todos los encantamientos mágicos.

Funerarias

Las plantas funerarias son propiamente aquellas a las que se ha


atribuido un poder funesto a causa de su color oscuro y otras circunstancias, las
cuales parecen avisar la muerte, así lo afirma J.B. Porta en su Phytognomonica
(Nápoles, 1588); sin embargo, lo más común es dar este calificativo a las plantas
que adornan los lugares de reposo y descanso, o sea los cementerios; entre las
cuales hay algunas tóxicas, como la adelfa; pero gran parte de las plantas
funerarias son sencillamente un símbolo de eternidad o vida eterna, a la que han
pasado los seres cobijados debajo de su sombra.

Entre las plantas o árboles con una importante significación funeraria ocupa un
lugar preferente el ciprés, símbolo a la vez de la generación, de la muerte y del
alma inmortal.

 "El ciprés -dice De Gubernatis- es honrado especialmente por su significación


funeraria, en su calidad de árbol inmortal, siempre verde (Cypressus
sempervivens) y cuya madera, como la del cedro, es incorruptible, el árbol de la
muerte simboliza al propio tiempo la inmortalidad".
El ciprés es honrado especialmente por el
simbolismo de inmortalidad, representado por su
majestuosidad siempre verde

El ciprés, irguiéndose al lado de las tumbas y a la puerta de las casas patricias


que guardaban luto, no sólo significaba el dolor de los sobrevivientes y la tristeza
de la muerte, sino más bien la esperanza en una resurrección.

LA RAIZ

Las funciones

a raíz es el órgano subterráneo de la planta que, a diferencia del tallo, casi


nunca presenta hojas ni yemas.

Posee tres funciones:

1. Realizar una absorción selectiva y transportar hacia el tallo


agua y sales minerales, que pasan por un sistema de ósmosis
a través de una amplia superficie de pelos radicales, en lo que
constituye la savia bruta
2. Fijar la planta al sustrato terrestre, evitando que los agentes
del entorno permitan el arrancamiento
3. Acumular sustancias de reserva en sus células, ejemplo de
las bulbosas, remolacha, zanahoria, etc.
La raíz es
el órgano
encargado
de
absorber y
transportar
sustancias,
o
acumularla
s como
reserva,
así como
fijar la
planta al
sustrato

Clasificación según su forma y duración

xisten dos tipos principales de raíces en cuanto a su forma: axonoforma y


pivotante o napiforme (como la zanahoria y el nabo). Generalmente tienen
forma cónica, como en el caso de las dicotiledóneas; y fasciculada cuando
presentan desarrollos similares tanto en la raíz principal como en las laterales,
ejemplo típico de las monocotiledóneas. Según la duración pueden ser
anuales, como la amapola; bianuales, como la zanahoria; y perennes, como el
tomillo.

Muchas plantas como las gramíneas disponen de raíces delgadas, otras engrosan
y se tornan carnosas para almacenar sustancias nutritivas de reserva, como las
plantas bulbosas o tuberosas; éstas permiten en la mayoría de los casos la
reproducción o multiplicación por bulbos.

Las raíces de las bulbosas engrosan para


almacenar sustancias de reserva

No todas las raíces penetran en la tierra (hipógeas); lo normal es que ésta sea la
continuación inferior del tallo, pero existen plantas que emiten raíces aéreas
(epígeas), como es el caso de las orquídeas; otras han adquirido capacidades
parásitas, mediante órganos chupadores llamados haustorios que absorben la
savia de otras plantas, ejemplo del muérdago y el jopo.
EL TALLO

Las funciones

l tallo es el encargado de sostener las hojas y las flores en disposición


funcional; transportando y proveyendo a las plantas cormofitas, la savia bruta
o ascendente, por el xilema o leño, hacia los tejidos fotosintetizadores que son
normalmente las hojas, y repartiendo por todo el cuerpo del vegetal la savia
elaborada o descendente, mediante el floema o líber.

El tallo es el
encargado de
sostener las
hojas y flores,
y transportar
a todo el
cuerpo de la
planta la savia
bruta y
elaborada

En ocasiones almacenan sustancias de reserva (tubérculos, rizomas o tallos


subterráneos), como ocurre en las plantas bulbosas.

Clasificación

Según el medio en que viven se clasifican en: aéreos, subterráneos y acuáticos.


La mayoría de los tallos son aéreos, crecen en su mayoría por encima del suelo,
de forma erecta en general, sólo los subterráneos se desarrollan bajo el sustrato;
otros no se elevan sobre el suelo, manteniéndose a su nivel por incapacidad para
soportar el peso de la planta; algunos tienen la capacidad de trepar.

Según la consistencia de los tallos se clasifican en: herbáceos, leñosos y


sufruticosos (cuando son leñosos en la base y herbáceos en la parte superior o
ramificaciones, como el tomillo). Según la duración se les conoce como: anuales,
bianuales y perennes.

LAS HOJAS
Las funciones

as hojas son apéndices caulinares, en general verdes y aplanadas, que nacen


y se expanden lateralmente en los nudos de los tallos y ramificaciones.

Se desarrollan a partir de los denominados primordios foliares que se forman


gracias a la actividad del llamado meristemo apical.

Las hojas son apéndices caulinares de los tallos que tienen la función de realizar la
fotosíntesis

La función principal de las hojas es realizar la fotosíntesis en los cloroplastos de


las células; debido a lo cual, los vegetales superiores son, junto a los otros
organismos fotosintéticos, los productores primarios en la biosfera. Las hojas
realizan el intercambio de gases (fotosíntesis y respiración) a través de sus
estomas aeríferos, por los que además transpiran el vapor de agua
(evapotranspiración).

A través de los estomas de las hojas, la planta toma el dióxido de carbono, CO2,
de la atmósfera, y expulsa el O2 procedente de la fotólisis del H2O, proceso
incluido en la fotosíntesis. Este oxígeno es fundamental para la vida en nuestro
planeta.

Las partes de la hoja

Típicamente, en la hoja se distinguen tres partes:

 Limbo
 Pecíolo
 Vaina
Limbo

El limbo o lámina, es la parte generalmente laminar plana, verde y


ancha de la hoja; la cara superior se llama haz y la inferior envés; el haz suele ser
de color oscuro y el envés algo más claro. La base del limbo se agranda a veces
para albergar la yema, siempre presente en la axila de la hoja (yema axilar).

El limbo está surcado por una serie de líneas o cordones, perfectamente visibles al
trasluz y salientes por el envés, llamadas nerviaciones, nervaduras o nervios. Son
hacecillos de conductos vasculares prolongación y ramificación de los del pecíolo,
cuya misión es aportar la savia bruta y retirar la elaborada.

En muchas hojas el nervio principal es central y finaliza en la punta del limbo (el
ápice); del nervio principal suelen partir otros nervios secundarios. Mediante las
nervaduras del limbo se puede realizar clasificaciones de las hojas (véase más
abajo la clasificación de las hojas según su nervadura).

Pecíolo

l pecíolo o pedúnculo foliar, es el filamento, en general delgado y de color verde,


que une el limbo al tallo. Su haz suele ser plano o cóncavo, mientras que su envés
suele ser convexo. Sus tejidos vasculares, que comunican la hoja con el tallo,
permiten la llegada del agua y los minerales absorbidos por la raíz. Tiene además
la capacidad de orientar a la hoja en la dirección de la luz solar.

Vaina

La vaina es la terminación ensanchada del pecíolo en el punto de unión con el


tallo. Puede rodear al tallo muy claramente, como es el caso de la vaina cilíndrica
de las gramíneas, o no existir. Algunas vainas llevan una prolongación
membranosa en su parte superior llamada lígula. En la base del pecíolo, en ciertas
especies, suelen encontrarse unas pequeñas laminillas o apéndices de distintos
tipos, que pueden ser glandulares, espinosas, foliáceas o escamiformes, que
reciben el nombre de estípulas. Las hojas sin pecíolo se llaman sentadas o
sésiles.

Clasificación de las hojas


 

a enorme variabilidad de las hojas permite clasificarlas en diversos tipos


atendiendo a diferentes criterios:

 Por su nervadura
 Por el número y disposición de los folíolos
 Por su forma general
 Por la forma del borde
 Por la forma del limbo
 Por la forma del ápice
 Por la forma del margen
 Por la forma de la base
 Etc.
Tipos de hojas según su nervadura

La nervadura o nerviación de las hojas varía dependiendo de las


especies, aunque las más comunes son las de nervadura paralela o
paralelinervias, en que que las nervaduras se extienden paralelamente desde su
base; y las de nervadura reticular, en las que existen nervios principales, de los
que salen, a modo de red, otros nervios secundarios o menores en disposición de

De éstos tipos generales de hojas también se pueden deducir otros, como las
radiales, penninervias, curvinervias, etc.

A continuación se detallan los tipos comunes de hojas según su nervadura:

 Paralelinervia: cuando todos los nervios son paralelos y parten


longitudinalmente del pecíolo a lo largo de la hoja, como son las hojas de
las monocotiledóneas.
 Penninervia o pinnatinervia : cuando hay un nervio central, y todos los
demás nacen a lo largo de su eje, como las barbas de la pluma de un ave
cuando parten del raquis (ejemplo de la hoja del avellano).
 Palmatinervias: cuando el pecíolo, en la unión con la hoja, se ramifica en
nervios diferentes.
 Curvinervia: cuando varios nervios que parten del pecíolo no se extienden
paralelamente, sino que describen una curva más o menos suave a lo largo
de toda la hoja hasta su ápice, ejemplo de la hoja del llantén.
 Palmeada: cuando hay más de un nervio principal ramificado que sale del
pecíolo, a modo de los dedos de una mano.
 Radial: cuando los nervios salen desde un centro común en forma de
radios, ejemplo de la hoja de la hierba centella.

Radial Paralelinervia Penninervia Curvinervia

Algunos tipos de hojas clasificadas por su


nervadura
Tipos de hojas según su disposición sobre el tallo
 

a diversa disposición de las hojas en el tallo se estudia mediante una parte de


la botánica llamada filotaxis. Las hojas nacen en puntos determinados del
tallo, los cuales vienen condicionados por la estructura de los llamados
meristemos apicales primarios. Estos puntos se denominan nudos y el espacio
de tallo situado entre dos nudos consecutivos se llama entrenudo.

Las hojas se sitúan en los nudos a lo largo del tallo según diferentes órdenes, e
incluso con cierto desorden (las llamadas hojas esparcidas); a veces se disponen
varias juntas en un mismo nudo formando un verticilo (hojas verticiladas); en otras
ocasiones se muestran dos hojas en cada nudo enfrentadas entre sí (opuestas),
etc.

Las disposiciones más representativas son las siguientes:

 Aisladas: cuando en el tallo sólo hay una hoja por nudo.


 Verticiladas: cuando en el tallo hay varias hojas por nudo, es decir, en un
mismo nivel.
 Pecioladas: cuando las hojas están unidas al tallo mediante un pecíolo
(rabo).
 Alternas: si las hojas están dispuestas siguiendo una línea espiral a lo
largo del tallo, es decir, nacen de una en una a lo largo de él.
 Opuestas:. si dos hojas están insertadas en el tallo a igual altura, una
enfrente de otra.
 Decusadas: cuando dos pares sucesivos de hojas se sitúan en planos
perpendiculares entre sí, es decir, cuando cada par de hojas se disponen
de manera que forman ángulo recto con el superior e inferior inmediatos.
 Sésiles: cuando las hojas no tienen pecíolo (rabo). Se denominan
decurrentes cuando nacen abrazadas al tallo.
 Esparcidas: si la disposición de las hojas no sigue ninguna pauta.

Alterna Peciolada

Opuesta Sésil

Algunos tipos de hojas clasificadas por su disposición sobre el tallo

Según la posición en altura sobre el tallo, se distinguen: hojas radicales o basales


las situadas cerca del cuello de la raíz o en la base del tallo; y caulinares las
situadas a lo largo del tallo y sus ramificaciones.

Tipos de hojas según las características y aspecto del limbo


 

egún la composición de las hojas en base a las características y aspecto del


limbo, se las clasifica en simples o sencillas y compuestas. En las primeras, el
pecíolo no se ramifica, siendo el limbo de una sola pieza.

Las hojas compuestas presentan el limbo dividido en hojitas (los folíolos) que
a su vez pueden subdividirse. La diferencia entre una hoja verdadera y un
folíolo (que pueden ser grandes), reside en que en la axila de la primera hay una
yema, de la que carecen los folíolos.

Las hojas simples pueden:

 Paripinnadas: cuando disponen de un número par de foliolos.


 Imparipinnadas: cuando se muestra un foliolo terminal, y por tanto existe
un número impar de foliolos.

Según la forma del limbo, las hojas se pueden clasificar en:

 Acorazonadas: cuando su forma recuerda la de un corazón.


 Lanceoladas: cuando presenta una forma de lanza.
 Sagitadas: cuando su forma recuerda la de una saeta.
 Bilobuladas: cuando está partida o hendida en dos lóbulos, ejemplo del
Ginkgo biloba.
 Elípticas: cuando presenta la forma de una elipse.
 Ovaladas: cuando tiene forma de óvalo.
 Compuestas palmeadas: cuando una hoja compuesta presenta divisiones
o foliolos dispuestos como los dedos de una mano.
 Compuestas trifoliadas: cuando una hoja compuesta presenta tres
divisiones o foliolos.

Compuesta
Bilobulada Ovalada Elíptica Acorazonada
trifoliada

Compuesta Simple Simple


Lanceolada Sagitada
palmeada imparipinnada paripinnada

Algunos tipos de hojas clasificadas por las


características y aspecto del limbo

medio de la reproducción se consigue la perpetuación de las características


biológicas de las plantas, transmitiéndolas a la descendencia. Los vegetales
producen tipos especiales de células que son capaces de crecer
independientemente (esporas), o fusionarse con otras (gametos), originando un
individuo adulto.

En ocasiones, los  vegetales son capaces de reproducirse de forma asexual por


simple fragmentación, como es el caso de las talófitas, o como ocurre en gran
cantidad de plantas superiores. Muchos vegetales unicelulares se reproducen por
bipartición de la célula madre en dos células; por división múltiple o por gemación,
produciendo en todos los casos células que son exactamente iguales entre sí y la
célula progenitora. Por medio de mitosis de las esporas, la mayoría de las algas y
algunos hongos son capaces de originar nuevos individuos.
Básicamente nos centraremos en la reproducción de las espermatófitas
(angiospermas y gimnospermas), por ser plantas superiores que poseen
estructuras muy especializadas. Veremos tanto la reproducción sexual como
asexual.

Reproducción asexual de las angiospermas

En las angiospermas, y en general en todas las cormofitas, se da una


reproducción asexual o vegetativa, donde las plantas hijas son idénticas a la
madre, al no existir intercambio de material genético.

Las principales modalidades de reproducción asexual son por:

 Propágulos
 Estolones
 Rizomas
 Rubérculos
 División del tallo.

En este tipo de reproducción se consume menos energía que la sexual.

Los propágulos son plántulas que son capaces de independizarse produciendo


plantas adultas tras su enraizamiento; en los briofitos se forman pequeñas plantas
hijas con los restos de meristemos activos del borde de las hojas, éstos al caer al
suelo logran convertirse en plantas independientes; el ajo de viña, por ejemplo,
produce pequeños bulbos que enraízan rápidamente al contactar con la tierra.

Los estolones consisten en tallos que se encuentran a ras del suelo, o


escasamente subterráneos, que proceden de un brote lateral del tallo principal;
estas yemas forman tallos aéreos y raíces adventicias, que pueden ser
seccionadas o fragmentadas del estolón para convertirse en nuevas plantas. Un
ejemplo de este tipo de reproducción lo observamos en la fresa.

Los rizomas consisten en tallos subterráneos que crecen paralelos a la superficie,


en cada nudo que forman emiten tallos aéreos y raíces adventicias; las partes más
jóvenes progresan extendiéndose a través del sustrato, mientras que las más
viejas van muriendo. En general, cada tallo que producen los rizomas puede ser
separado de los demás como una planta individual.  Un ejemplo de este tipo de
reproducción lo podemos observar en los juncos, los lirios o determinadas
herbáceas como la gramma.

Los tubérculos o bulbos poseen yemas que actúan en la reproducción


vegetativa, formando plantas adultas.
Corte de un bulbo mostrando la yema

La reproducción por división del tallo o propagación vegetativa, consiste en la


partición de secciones del tallo que una vez enterradas consiguen enraizar. Se
trata de un fenómeno muy extendido entre las plantas vasculares.

Reproducción
por división de
tallo
Reproducción sexual de las angiospermas

a reproducción sexual en las angiospermas precisa de la existencia de sexos.


Las espermatofitas (angiospermas y gimnospermas) son las plantas
vasculares más evolucionadas, cuyas estructuras presentan flores en el caso
de las angiospermas, y conos u hojas esporangíferas en el caso de las
gimnospermas. El auténtico concepto de flor corresponde a las angiospermas,
que las diferencia claramente de los demás grupos.

Los órganos sexuales de las angiospermas se agrupan en aquellos brotes que


están especializados en la producción de semillas, es decir las flores.
Típicamente, una flor completa está formada por cuatro tipos de hojas modificadas
o verticilos florales denominados sépalos y pétalos, que son estériles; y estambres
y carpelos, que son fértiles; todos se encuentran ubicados en un ensanchamiento
del extremo de un pedúnculo. Cuando la flor carece de pedúnculo se denomina
sentada, y si falta algún verticilo incompleta.
Una flor consta de un pedículo floral cuyo extremo se ensancha formando el
tálamo, en donde están ubicadas todas las piezas florales, que son las siguientes:

Los sépalos

Su conjunto forma la parte externa denominada cáliz, que protege al resto.


Pueden asemejarse a los pétalos cuando poseen colores muy intensos, como es
el ejemplo de los sépalos petaloideos del azafrán, el gladiolo o el tulipán, y en ese
caso se las denomina conjuntamente como tépalos.

Si una flor carece de sépalos se dice que asépala. Si los sépalos son todos
iguales se dice que el cáliz es regular, o irregular en el caso contrario; dialisépalo o
polisépalo si los sépalos están libres; y sinsépalo o gamosépalo si están soldados.
Si el cáliz permanece en la flor tras ser fecundada se le denomina persistente,
ejemplo de la granada o la pera; y caduco o caedizo si cae o desaparece, ejemplo
de la amapola y la vid. Según la forma del cáliz se clasifica en tubuloso, bilabiado,
espolonado, acampanado, etc.

Los pétalos

Su conjunto constituye la corola, o segundo verticilo floral. Suelen


poseer vivos colores con la función de atraer a los animales que aseguran la
polinización. Se presentan generalmente alternando con los sépalos y en número
igual a estos. Se denominan pétalos sepaloideos cuando tienen color verde, que
les impide diferenciarse de las partes del cáliz.

La corola puede ser dialipétala, coripétala o polipétala cuando los pétalos están
separados, formados por un limbo cada uno de ellos que remata en una especie
de uña o parte estrecha; ejemplo de las rosas o los magnolios. Se denominan
pétalos connados cuando éstos están soldados lateralmente, en todo o en parte,
en forma de tubo; en este caso se dice que la corola es simpétala o gamopétala.
En este tipo de corolas simpétalas se distingue el tubo, la garganta y la lámina o
parte superior. Las diferentes formas de las corolas simpétalas cuyas partes no
están soldadas se les denomina dientes, lóbulos o lacinias. El concepto de flor
regular o irregular tiene su base en la forma que presenta la corona de pétalos;
regular si éstos son iguales (como en el caso del clavel), o irregular si son
diferentes unos de otros. Si la flor carece de pétalos se le denomina apétala.

Las corolas y flores completas pueden clasificarse por su simetría. Así, se


denominan actinomorfas cuando son de simetría radiada; cigomorfas las de
simetría bilateral y asimétricas si no existe plano de simetría. Las simpétalas
actinomorfas (con la corola de pétalos soldados) pueden ser: tubulosas si
presentan un tubo cilíndrico; urceoladas las de forma de olla; infundibuliformes en
forma de embudo; acampanadas en forma de campana. Las cigomorfas pueden
ser: labiadas cuando es tubulosa con dos labios desiguales; personadas cuando
presentan la garganta cerrada por un repliegue del labio inferior, llamado paladar;
liguladas cuando es tubulosa con una expansión laminar lateral en forma de
lengüeta, como es el ejemplo de las flores periféricas de la margarita.

Las dialipétalas también pueden ser actinomorfas y cigomorfas; si son


actinomorfas se distinguen los siguientes tipos: trímera o liliácea cuando poseen
tres pétalos; crucíferas o cruciformes cuando poseen cuatro pétalos en cruz;
rosáceas si poseen cinco pétalos de uña corta; cariofiláceos o aclaveladas si los
cinco pétalos son de uña larga. Si son cigomorfas, se presentan mediante un solo
tipo: la corola amariposada o papilonácea, que muestra cinco pétalos en
enstandarte, dos alas y dos soldados en quilla.

El cáliz y la corola conforman lo que se denomina periantio. Si ambos verticilos


son iguales se le llama perigonio. Según el aspecto que presente el perigonio
puede ser corolino o calicino. En el ensanchamiento o receptáculo existen
generalmente unas estructuras que segregan un néctar denominados nectarios;
éstos son aprovechados como alimento por numerosos insectos. Hay ocasiones
en que partes del ovario, estambres modificados o base de los pétalos actúan
como nectarios.

Los estambres
 

os estambres o microesporófilos; forman en su conjunto el órgano sexual


masculino o androceo. En ellos se forman los granos de polen que producirán
los espermatozoides. Los granos de polen se encuentran en un
ensanchamiento ovoide llamado antera, que está situado en el extremo de un
filamento delgado; en su interior hay uno huecos o zonas en forma simétrica
llamados sacos polínicos o microsporangios. Aquí se produce el arquesporio,
consistente en un tejido esporógeno que por mitosis genera las células madre del
polen.

Estas células, por meiosis, dan lugar a cuatro microsporas que culminarán en el
grano de polen o gametofito. El gametofito es normalmente bicelular, una
vegetativa y otra generativa (un poco más pequeña); durante la fecundación la
vegetativa será la encargada de la formación y crecimiento de un tubo polínico, y
la generativa se dividirá por mitosis para formar los espermatozoides.
Cuando se ha completado la formación del grano de polen, queda rodeado por
dos capas, una interior de celulosa muy fina llamada intina, y otra exterior muy
resistente llamada exina, formada por esporopoleína caracterizada para cada
especie; están cubiertas por una sustancia aceitosa para permitir su adherencia y
transporte en los pelos de los animales. En las flores simpétalas, puede ocurrir
que los filamentos de los estambres estén unidos a la base de la corola, en vez de
al receptáculo, en ese caso se les denomina estambres epipétalos; esto no suele
ocurrir en las flores dialipétalas.

Según su disposición, los estambres se dividen en: libres cuando no tienen unión
entre sí, o que no están soldados si existe esa unión; monadelfos si están
soldados por un grupo de filamentos; diadelfos si lo están por dos grupos;
poliadelfos si forman varios haces; singenésicos si están soldados por las anteras
rodeando al estilo; sinandros si la soldadura implica tanto al filamento como a las
anteras.

En cuanto a su longitud, los estambres pueden ser: exertos si emergen por encima
del borde de la corola, e inclusos si son más cortos que la corola. Aquellas
especies que no poseen anteras funcionales, con uno o más estambres atrofiados,
se las denomina estaminodios. En muchas rosas cultivadas, por ejemplo, el
filamento se transforma en una lámina parecida a un pétalo.

Detalle de un estambre

En cuanto a las anteras y según la inserción en el filamento se distinguen: las


basifijas cuando la unión es basal, y dorsifijas cuando se fijan por la cara externa o
interna. La forma en que se produce la dehiscencia (liberación del polen de la
antera) puede ser: lineal cuando se produce por hendiduras o surcos
longitudinales, como es el caso del alhelí; poricida cuando lo hace por dos poros
superiores, como sucede en la berenjena; valvar o ventallicida cuando se abren de
abajo arriba cuatro tapas o ventanas, como en ocurre en el laurel.
Corte transversal de una antera

Según la orientación de las anteras, los estambres pueden ser: introdorsos si las
anteras apuntan hacia el centro de la flor, y extrorsos si lo hacen hacia el exterior.

Botánica
ORGANOGRAFÍA

La reproducción - 4ª parte
 

Reproducción sexual de las angiospermas (continuación)

El gineceo o pistilo
 

s el órgano sexual femenino o verticilo más interno de la flor. Se encuentra


situado en el centro de la flor, y compuesto por un conjunto de carpelos o
megasporofitos. Éstos son en realidad unas hojas transformadas que se
encuentran dobladas por su mitad, y en cuyo interior guardan una cavidad
redondeada, el ovario, que alberga el óvulo que dará lugar a las semillas
cuando éste sea fecundado.

Se dice que el gineceo es apocárpico, si los carpelos encierran entre sí a los


óvulos formando uno solo; o sincárpico si lo hacen total o parcialmente con los
bordes de otros carpelos. Según el número de carpelos que forman el pistilo,
éste puede ser simple, unicarpelar o monocarpelar, si procede de un solo
carpelo; o pluricarpelar, si procede de la soldadura de dos o más. La
prolongación del ovario es el estilo, consistente en una porción columnar que
sobresale del ovario y cuya misión es la alimentación del polen para formar el
tubo polínico.

Los estilos pueden ser:

 Columnares
 Filiformes
 Bifurcados
 Ramificados
 Petaloideos
 Etc.

La estructura final del estilo es el estigma, consistente en una porción


ensanchada, generalmente viscosa, que será por donde penetren los granos de
polen durante la polinización.

Según las flores que presenta la planta, se divide en: monoicas, si hay flores
masculinas y femeninas independientes sobre el mismo pie de planta; y dioicas, si
hay flores femeninas y masculinas pero situadas en distintos pies.

Las angiospermas son las plantas que alcanzan la máxima complejidad. La


función esencial de las flores es culminar con la formación de las semillas, pero
para ello es preciso que previamente se hayan formado los granos de polen, que
se haya producido la polinización, que exista un adecuado desarrollo del óvulo y
finalmente su posterior fecundación. Si no se produce la fecundación termina
marchitándose la flor y, consecuentemente, no se forma ni el fruto ni las semillas.

La fecundación
 

as plantas espermafofitas se distinguen básicamente de los helechos y de los


cicadofitos y ginkgofitos por que forman semillas, y por un proceso de
fecundación que se realiza por medio de un tubo polínico.

La fecundación se produce tras una primera fase denominada polinización,


por el cual los granos de polen se trasladan desde la antera hasta el estigma,
por cualquiera de los métodos de dispersión que se dirá más adelante.
La fecundación
se produce
cuando los
gametos
masculinos
alcanzan el
interior del
óvulo

La polinización puede ocurrir directamente por autopolinización, mediante la caída


del polen de una flor hermafrodita sobre el estigma de la propia planta (aunque
existen mecanismos de autoesterelidad que restringen o evitan la
autopolinización); o por polinización cruzada, por la cual el polen de una flor se
deposita sobre el estigma de otra flor de la misma especie. Si el agente
transportador en la polinización cruzada de estas flores es el viento, se las
denomina flores anemófilas; si son las aves, ornitófilas; si son los murciélagos,
quiropterófilas; y si son los insectos, entomófilas.

En la polinización cruzada el polen se deposita mediante un agente transportador


sobre el estigma de otra flor de la misma especie

Las flores anemófilas suelen presentar pequeñas corolas, incluso desnudas; por el
contrario, en las demás se suelen observar grandes corolas y nectarios, de vivos
colores para atraer y llamar la atención de los insectos que harán de
transportadores del polen. Si la fecundación es realizada mediante la manipulación
por seres humanos para la obtención de nuevas variedades, se le llama
polinización artificial.

Cuando el grano de polen ha quedado depositado en el estigma, comienza a


emitir unas prolongaciones desde su pared, son los llamados tubos polínicos, que
surgen a partir de los puntos germinativos. Si el grano de polen resulta apto para
la planta y forma el tubo polínico se dice que es compatible; e incompatible si es
rechazado, no germina o el tubo polínico no alcanza el óvulo. Si es compatible, el
tubo polínico va penetrando en el estilo, alcanza el ovario y finalmente el óvulo.
Mientras que la
oosfera se
transforma en
embrión, la célula
central dará origen al
albumen o
endospermo, que es
el tejido nutriente del
futuro embrión

El óvulo presenta un poro, el micrópilo, por donde penetra el tubo polínico hasta
liberar los espermatozoides en el saco embrionario. En las angiospermas se
produce una doble fecundación: uno de los espermatozoides se fusiona con la
ovocélula y el otro con los núcleos polares para producir el núcleo endospérmico
triploide, que por división dará lugar al albumen o tejido endospérmico nutricional
del futuro embrión. Mientras que el cigoto se convierte en el embrión de la semilla,
que está constituido por el óvulo, por su parte el ovario se transformará en el fruto,
que servirá para dispersar el embrión.

Proceso de la fecundación y formación de la semilla


La formación de la semilla y el fruto
 

a formación de la semilla y el fruto comienza con las divisiones del zigoto para
dar el embrión. La primera división es transversal y origina dos células
desiguales: la basal o superior (junto al micropilo) y la terminal (de menor
tamaño). La célula basal se divide para formar el suspensor, este tejido sirve
para empujar al embrión hacia el interior del albumen, y en algunos casos
alimentarlo también.
La célula terminal se multiplica activamente para dar el embrión. Se trata de una
planta diminuta que consta de un eje corto, con una o dos hojas llamadas
cotiledones. La parte que se encuentra por encima de éste o estos cotiledones, se
llama tallito, plúmula o epicotilo, el cual formará la yema terminal o gémula de la
plántula. La parte del eje que se encuentra justamente por debajo del cotiledón o
cotiledones, es el hipocotilo o zona de transición entre el tallo y la raíz. La
prolongación del hipocotilo que se dirige hacia el suspensor, constituye la radícula.

Identificación de la semilla: 1-Gémula, 2-Cotiledones, 3-Plúmula, 4-Radícula, 5-


Tegumen, 6-Albumen

La testa consiste en una cutícula y varias capas de células; generalmente se


endurece totalmente, para proteger contra la desecación, infecciones, etc. Puede
presentar formaciones carnosas para ayudar a la dispersión, que se denominan
arilo. La cicatriz que queda en el lugar de unión del funículo a la placenta, se le
llama hilio. Se le llama almendra al conjunto del embrión y el albumen. El proceso
de formación de semillas sin fecundación previa que ocurre en algunas
angiospermas se denomina apomixia.

El óvulo fecundado y maduro es la semilla. En ella se reconocen dos partes: el


embrión y la cubierta de la semilla. El embrión se presenta rodeado o acompañado
por el albumen, o carente de él, en cuyo caso el alimento se almacena en los
cotiledones.

Los tegumentos del óvulo sufren unas transformaciones para convertirse en las
cubiertas de las semillas, llamadas episperma; son la testa, más externa, y el
tegumen, más interno. El crecimiento del embrión se reanuda tras el periodo de
latencia, y cuando las condiciones de humedad, oxígeno y temperatura son las
adecuadas.
Germinación de la semilla

Desde entonces, y hasta que la plántula se independiza, se conoce este proceso


como germinación; ésta puede ser hipogea cuando los cotiledones quedan en el
sustrato, o epigea si se elevan sobre la superficie del suelo.

El embrión se alimenta en sus primeras fases de las reservas del albumen,


ejemplo del trigo; y si éste no existe lo hace de los cotiledones, ejemplo del
garbanzo. La plántula se independiza en el momento que sintetiza la clorofila.

Conforme los óvulos se van transformando en semillas, el ovario crece para


convertirse en fruto; entonces los pétalos y estambres se marchitan y caen.

Identificación de la flor transformada en fruto y semillas

Por su parte, el cáliz puede caer, permanecer pegado al fruto o crecer (cáliz
acrescente). Si los frutos se forman sin fecundación previa, y por tanto sin
semillas, se dice que son partenocárpicos, ejemplo de lo que sucede con el
tomate.

El fruto se compone de pericarpo y semilla. Cuando el fruto está maduro, la pared


del ovario se llama pericarpio, el cual puede ser suave, duro, seco o carnoso.
Pueden distinguirse tres capas: epicarpio o exocarpio, que es la capa exterior en
forma de fina epidermis o de varias células de grosor; mesocarpo, o capa media,
que puede ser carnosa y se corresponde con el parénquima del ovario; y
endocarpo, o capa interna, que corresponde a la cara superior del carpelo.
Los frutos pueden clasificarse en base a criterios diversos. Según la naturaleza de
la pared del fruto pueden ser: secos o carnosos; según liberen o contengan las
semillas al llegar a su madurez: dehiscentes o indehiscentes; según dispongan de
una o más semillas: monospermos o polispermos; según la procedencia de un
solo ovario, es decir formado por uno o más carpelos: simples; si procede de
varios ovarios independientes: compuestos; etc

FAMILIAS BOTANICAS

CACTÁCEAS
Familia de plantas suculentas del orden centrospermos, casi todas de la América
tropical, xerófitas, de tallo carnoso, con las hojas reducidas a espinas y las flores
generalmente grandes, sentadas y colocadas en la axila de un grupo de espinas, y
fruto en baya.

CAPRIFOLIÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas, matas o arbustos, de hojas opuestas, cáliz
adherente al ovario y semillas con albumen carnoso; como el saúco.

CANNABÁCEAS
Familia de plantas angiospermas dicotiledóneas, del orden urticales, que algunos
autores consideran comprendida en la más amplia de las moráceas. Comprende
plantas herbáceas que, a diferencia de las moráceas, no presentan látex, son vivaces,
ricas en principios amargos y alcaloides, con flores pentámeras. Reúne dos especies de
gran importancia económica debido a su utilización industrial, como son el lúpulo y el
cáñamo, una de cuyas variedades (cáñamo indio) proporciona la marihuana.

CARIOFILIÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas, hierbas o matas, de tallos nudosos articulados, hojas
opuestas, estrechas y sencillas, flores hermafroditas regulares y fruto capsular.

CEFALOTAXÁCEAS
Familia de plantas gimnospermas de la clase coníferas. Son árboles o arbustos con las
hojas lineales y dispuestas en dos carreras, granos de polen sin vesículas seríferas y
semillas drupáceas. Esta familia comprende el género Caphalotaxus con cinco especies
difundidas en el Asia oriental.

CELASTRÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas del orden celastrales; son, generalmente, árboles y
arbustos, de hojas simples, alternas u opuestas, flores en cimas umbeliformes y fruto
en cápsula o baya. Pertenecen a esta familia los géneros Evonymus (E. europea, V.
bonetero) y Catha.

CERATOFILÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas, del orden ranales: son monoicas, herbáceas y
acuáticas, sumergidas, de flores pequeñas e inconspicuas y fruto en núcula.
CESALPINIÁCEAS
Familia de plantas del orden rosales, de flores hermafroditas, con la corola bien
desarrollada y fruto en legumbre. Pertenecen a esta familia los géneros Ceratonia,
Cercis, Gleditschia.

CISTÁCEAS
Familia de plantas del orden parietales, de flores hermafroditas, actinomorfas o
asimétricas y frutos en cápsula. Las cistáceas son, en su mayoría,
matitas leñosas, matas o arbustos, raramente hierbas, con hojas
opuestas generalmente. Pertenecen a esta familia los gén. Cistus, Halimium y
Helianthemum.

CAMPANULÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas, orden sinandras, herbáceas, lechosas, de hojas
alternas u opuestas, flores regulares acampanadas y fruto capsular; como el farolillo.

COMPUESTAS
Familia de angiospermas del orden sinandras, con flores actinomorfas, zigomorfas,
hermafroditas o unisexuales; las flores son sesiles y se reúnen en capítulos (en sentido
estricto son inflorescencias, compuestas en realidad de multitud de flores propiamente
dichas). En general, son plantas herbáceas, que a menudo presentan vasos latíferos y
almacenan inulina. La familia comprende unas 20000 especies. Pertenecen a esta
familia los géneros Senecio, Arnica, Chrysanthemum, Helianthus, Dahlia, Calendula,
etc.

CORIÁCEAS
familia de plantas dicotiledóneas, del orden celastrales, que se caracterizan por sus
flores hermafroditas o unisexuales y actinomorfas. Son arbustos, raramente plantas
herbáceas, de hojas opuestas y verticiladas, fruto esquizocárpico. Comprenden un
único género, Coriaria.

CORIARIÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas del orden terebintales. A esta familia pertenece un
sólo género, Coriaria, que tiene flores pentámeras con los pétalos carnosos.

CRASULÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas, del orden saxifragales, que comprende hierbas y
arbustos; son xerófitas, de hojas carnosas, flores en cima y frutos en folículo.
Pertenecen a esta familia los géneros Crassula, Umbilicus, Bryophyllum.

CRUCÍFERAS
Familia de plantas dicotiledóneas, de hojas alternas, flores (hermafroditas y
actinomorfas) en racimo, de corola cruciforme y fruto en silicua o silícula. Pertenecen a
esta familia los géneros Alyssum, Brassica, Rhaphanus.

CUCURBITÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas, del orden cucurbitales, generalmente monoicas,
rastreras o trepadoras, de hojas sencillas, flores de cinco pétalos y fruto en pepónide.
Pertenecen a esta familia los géneros Cucurbita, Cucumis, Lutta, etc.

CUPRESÁCEAS
Familia de las plantas gimnospermas de la clase coníferas, de hojas verticiladas u
opuestas y flores femeninas de pocos carpelos, que dan un fruto globoso, seco o
carnoso. Comprende un gran número de plantas cultivadas como ornamentales.
Pertenecen a esta familia los géneros Cupressus, Juniperus, Thuja.

CUSCUTÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas, del orden tubifloras, que comprenden un único
género: Cuscuta. Son plantas parásitas, casi sin clorofila y hojas reducidas a escamas.

DIOSCOREÁCEAS
Familia de plantas monocotiledóneas, de las regiones cálidas o templadas; son
herbáceas o sarmentosas, de tallo voluble, hojas palmatinervias, flores pequeñas,
generalmente dioicas, y fruto en cápsula, sámara o baya, con semillas de albumen
carnoso o cartilaginoso.

DIPSACÁCEAS
Familia de plantas angiospermas dicotiledóneas, del orden rubiales, herbáceas, de
hojas opuestas o en verticilo, flores en espiga o cabezuela, con involucros bien
desarrollados y fruto en aquenio, como la escabiosa.

DIPTERIÁCEAS
Familia de helechos polipodiales que comprenden un único género, Dipteris, cuyos
frondes aparecen seccionados casi hasta la base y de rizoma rastrero. Se hallan en el
Himalaya, sudeste de Asia e islas de la Sonda.

EQUISETÁCEAS
Familia de plantas pteridofitas del orden equisetales, de rizoma feculento, tallos muy
delgados, en cuyos nudos hay verticilos de hojas escamosas soldadas en corona, y
esporangios formados en hojas especiales agrupadas en estróbilo en el extremo de los
brotes fértiles. Pertenece a esta familia el gén. Equisetum.

ERICÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas del orden ericales, matas o arbustos, de hojas casi
siempre alternas, coriáceas y persistentes, flores solitarias o en inflorescencias, de
cáliz persistente y fruto en cápsula, baya o drupa. Pertenecen a esta familia entre
otros los géneros Erica, Arbutus, Azalea y Rhododendron.

ERITROXILÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas, del orden geraniales, arborillos o arbustos tropicales,
de hojas con estípulas escamosas, flores blanquecinas o de color amarilloverdoso,
solitarias o reunidas en inflorescencia, fruto en drupa, y en las partes leñosas de
algunas especies, una sustancia tintórea roja. Pertenece a esta familia el género
Erythroxylon.

ESCROFULARIÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas, del orden tubifloras, generalmente herbáceas, de
hojas alternas u opuestas, flores cigomorfas hermafroditas en racimo o espiga y fruto
de cápsula dehiscente; pertenecen a esta familia los géneros Celsia, Verbascum y
Escrophularia.
EUFORBIÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas, del orden tricocas, herbáceas o leñosas, dioicas y
monoicas, de jugos acres o venenosos y generalmente lechosos. Pertenecen a esta
familia los géneros Euphorbia, Mercurialis y Hevea.

FITOLACÁCEAS
Familia de plantas del orden centrospermas, de flores generalmente hermafroditas y
unisexuales poco llamativas, hojas esparcidas y fruto en baya o cápsula.

FUMARIÁCEAS
Modernamente se tiende a considerar una familia independiente que engloba a unas
400 especies de plantas herbáceas, antiguamente integrada dentro de la familia
papaveráceas. Los gen. más representativos son Fumaria y Corydalis.

GENCIANÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas, simpélatas, del orden gencianales, de flores
regulares y hermafroditas con hojas opuestas, envainadoras, flores
terminales o axilares, frutos generalmente capsulares y semillas con
albumen carnoso. Pertenecen a esta familia los géneros Gentiana, Chlora y
Centaurium.

ERANIÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas, del orden geraniales, hierbas o matas, de hojas
palmeadas alternas u opuestas y flores pentámeras de carpelos concrescentes
prolongados en aristas que se reúnen formando pico. Pertenecen a esta familia los
géneros Erodium, Geranium, Pelargonium.

GERANIÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas, del orden geraniales, hierbas o matas, de hojas
palmeadas alternas u opuestas y flores pentámeras de carpelos concrescentes
prolongados en aristas que se reúnen formando pico. Pertenecen a esta familia los
géneros Erodium, Geranium, Pelargonium.

GESNERIÁCEAS
Familia de dicotiledóneas, del orden tubifloras, herbáceas, de flores hermafroditas y
cigomorfas, de fruto en cápsula o baya; de hojas simples y en general opuestas. Son
plantas de climas cálidos. Pertenecen a esta familia los géneros Ramonda, Haberlea,
Gesneria, etc.

GLOBULARIÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas, tubifloras, de flores cigomorfas, hermafroditas, con
corola bilabiada, agrupadas en cabezuelas globosas y fruto en núcula.

GRAMÍNEAS
Familia de plantas monocotiledóneas de tallo cilíndrico, nudoso y generalmente hueco,
hojas rectinervias linguladas, largas y estrechas, flores dispuestas en espiguillas
reunidas en espigas, racimo o panículas. Su fruto es una cariópside y su semilla es rica
en albumen. Reúne a un conjunto de especies de gran interés en la alimentación
humana y animal: trigo, cebada, centeno, avena, maíz, arroz, etc.

HIPERICÁCEAS/GUTÍFERAS
Familia de plantas del orden gutiferales, las cuales agrupan árboles, arbustos y algunas
herbáceas, que se caracterizan por las formaciones glandulares de las hojas y los
canales resiníferos; el fruto en baya o drupa, en general seco y dehiscente. Pertenecen
a esta familia los géneros Hypericum y Garcinia.

HIPOCASTANÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas, del orden sapindales, árboles o arbustos, con hojas
compuestas palmeadas, flores en panojas cimosas y fruto capsular dehiscente con
semillas gruesas. Pertenecen a esta familia los géneros Aesculus y Billia.

IRIDÁCEAS
Familia de plantas monocotiledóneas del orden lilifloras, herbáceas, de raíces
generalmente tuberculasas o bulbosas, hojas enteras, flores de ovario ínfero y fruto en
cápsula trilocular; como el azafrán y diversas especies ornamentales.

JUNCÁCEAS
Familia de plantas monocotiledóneas, del orden lilifloras, herbáceas, de hojas
estrechas, flores en inflorescencias cimosas y fruto capsular.

LABIADAS
Familia de plantas dicotiledóneas, hierbas, matas o arbustos, de hojas opuestas, cáliz
persistente, corola labiada y fruto compuesto de cuatro aquenios. Esta familia
comprende plantas muy conocidas (romero, tomillo, cantueso, ajedrea, salvia,
espliego, etc.); son aromáticas y muchas se usan en medicina y como condimento. La
polinización se realiza por insectos.

LAURÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas, árboles o arbustos de hojas coriáceas persistentes,
que llevan en su parénquima un aceite esencial; tienen las flores en umbela o panoja y
el fruto en baya o drupa. Pertenecen a esta familia los géneros Laurus, Persea, Ocotea,
Cryptocarya.

LEGUMINOSAS:
Grupo de plantas que ofrecen su fruto en vaina o legumbre. Comprende las familias de
las mimosáceas, cesalpiniáceas y papilionáceas, del orden rosales.

LILIÁCEAS
Familia de plantas monocotiledóneas del orden lilifloras, generalmente herbáceas, raíz
bulbácea o tuberculosa, hojas radicales o a veces sobre el tallo, flores terminales y
fruto capsular. Pertenecen a esta familia los géneros Colchicum, Asphodelus, Smilax,
Veratrum.

LINÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas, del orden geraniales, herbáceas o leñosas, de hojas
alternas, flores generalmente pentámeras, y fruto capsular o drupáceo. El género tipo
es el Linum.

LOBELIÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas, del orden sinandras, hierbas o matas leñosas, a
menudo lactíferas, de flores cigomorfas y frutos en cápsula o baya. Pertenecen a esta
familia los géneros Lobelia y Laurentia.
LORANTÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas del orden santales, leñosas, epífitas y parásitas o
semiparásitas, siempre verdes, de hojas enteras y opuestas, flores unisexuales, las
masculinas sin corola y las femeninas con cuatro pétalos carnosos, y fruto en baya.
Pertenecen a esta familia los géneros Loranthus, Viscum, Phoradendron.

MAGNOLIÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas del orden policárpicas, árboles del Asia tropical y
América del Norte, de hojas sencillas, flores grandes, regulares y solitarias y fruto en
folículo múltiple. Pertenecen a esta familia los géneros Magnolia, Michelia e Illicium.

MALVÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas, del orden malvales, herbáceas o leñosas, de hojas
estipuladas, lobuladas o partidas, flores vistosas con brácteas soldadas
al pedúnculo formando un sobrecáliz, y fruto capsular o poliaquenio.
Pertenecen a esta familia los géneros Malva, Althea, Gossypium e Hibiscus.

MARCANTIÁCEAS
Familia del grupo de los Briofitos (con los musgos como representantes más conocidos)
entre los que se encuentran las hepáticas. Éstas últimas tienen un aspecto muy
parecido a los musgos con los que se pueden confundir, mientras que otras como el
empeine (Marchantia polymorpha) recuerdan más por su apariencia externa a los
líquenes, con los cuales no les une ningún parentesco. Por ese motivo se les llama
hepáticas talosas, mientras que aquellas otras de aspecto semejante a los musgos son
conocidas como hepáticas foliosas.

MELIÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas del orden terebintales, árboles y arbustos tropicales,
de hojas pinnadocompuestas, flores hermafroditas y regulares, y frutos en cápsula,
drupa o baya. Pertenecen a esta familia los géneros Swietenia (S. mahagoni, apreciada
por su madera), y Cedrela (C. odorata, también muy apreciada por su madera).

MIMOSÁCEAS
Familia de plantas del orden rosales, de flores regulares agrupadas en glomérulos; el
fruto es una legumbre o lomento carnoso o seco. Son generalmente, árboles o
arbustos cuyas hojas son bipinnadas, aunque también tripinnadas, provistas de
estípulas. Pertenecen a esta familia los géneros Mimosa o Acacia.

MIRISTÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas, del orden ramnales, de flores unisexuales y
regulares de periantio simple; son plantas leñosas y dioicas. Pertenecen a esta familia
los géneros Myristica y Virola.

MIRTÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas del orden mirtales; son árboles y arbustos, ricos en
aceites esenciales, de hojas opuestas, flores regulares tubulosas y fruto capsular.
Pertenecen a esta familia los géneros Myrtus, Ugni y Psidium.

MORÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas del orden urticales, generalmente árboles o arbustos
laticíferos, de flores unisexuales, a veces con las cubiertas florales carnosas y fruto en
aquenio o bien en una serie de drupitas que forman un fruto llamado sorosis, como el
moral. Es propia de países cálidos.

NEPENTEÁCEAS
Familia de plantas del orden ranales, de flores poco vistosas y fruto en cápsulas. Son
plantas herbáceas, matas o lianas cuyas hojas están transformadas en órgano con
aspecto de urna (ascidio), abierto en su extremo y cuya pared interior tiene pelos y
glándulas, que segregan un líquido capaz de digerir insectos. Esta familia comprende
un solo género Nepenthes.

NINFEÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas, acuáticas, con rizoma rastrero y carnoso, hojas
grandes, flotantes y de largo pecíolo, flores terminales con muchos pétalos, y fruto
globoso. Pertenecen a esta familia los géneros Nymphaea y Nelumbo.

OLEÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas, del orden ligustrales; son árboles o arbustos de
hojas opuestas; flores actinomorfas, algunas veces unisexuales, y fruto en cápsula,
baya o drupa. Pertenecen a esta familia los géneros Olea, Fraxinus y Jazminum.

OROBANCÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas del orden tubifloras; son herbáceas que viven
adheridas a las raíces de otras plantas, con escamas en lugar de hojas, flores en
espiga y fruto capsular con multitud de semillas menudas, como la orobanca.

OXALIDÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas del orden geraniales; son herbáceas, de hojas
esparcidas, flores actinomorfas y fruto en cápsulas o en baya. Se hallan en las zonas
tropicales o intertropicales. Pertenecen a esta familia los géneros Oxalis y Biophytum.

PAPAVERÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas, del orden readales, generalmente herbáceas, de
hojas alternas más o menos divididas, flores regulares y hermafroditas, y fruto
capsular con muchas semillas menudas, oleaginosas. Las papaveráceas poseen látex.
Pertenecen a esta familia los géneros Papaver y Sanguinaria.

PAPILIONÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas del orden rosales, de flores papilionadas y fruto en
legumbre. Son plantas herbáceas, arbustivas o arbóreas de hojas generalmente
compuestas y con estípulas. Se hallan extendidas por todo el globo.

PINÁCEAS/ABIETÁCEAS
Familia de plantas gimnospermas de la clase coníferas, que comprende árboles o
arbustos monoicos. Las flores masculinas están agrupadas en inflorescencias; las
femeninas cuando están maduras forman estróbilos o conos lignificados. Las hojas en
general son persistentes, excepto en algunos géneros, aciculares y reunidas en
fascículos, de dos o más hojas. Los tallos, ramas y hojas están provistas de canales
resiníferos. Pertenecen a esta familia los gén. Pinus, Abies, Larix, Picea y Tsuga.

PIROLÁCEAS
Familia de plantas del orden ericales, que presentan flores solitarias o en racimo,
puede tener hojas o no tenerlas, en cuyo caso la planta toma coloración amarillenta de
las escamas que sustituyen a las hojas. Pertenece a esta familia el gén. Pirola.

PLANTAGINÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas, herbáceas, con tallo aéreo o rizoma,
hojas casi siempre estrechas, flores solitarias o en espiga, de corola
gamopétala y fruto en pixidio o núcula. Pertenecen a esta familia los
géneros Plantago y Littorella.

PLUMBAGINÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas, hierbas y matas de hojas alternas, a menudo
coriáceas, vellosas a veces, flores actinomorfas, pentámeras, de cáliz persistente,
solitarias o en espiga, y fruto seco monospermo. Pertenecen a esta familia los géneros
Limonium, Armeria y Plumbago.

PODOCARPÁCEAS
Familia de coníferas sudamericanas, parecidas a los pinos, algunas de las cuales
poseen frutos comestibles. Destacan entre ellas los géneros Podocarpus, cuyas
especies pueblan la cordillera de los Andes, y Saxegothaea, cuyas especies se
denominan comúnmente pinos colorados o mañíus, originarios de Chile.

POLIGONÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas, hierbas o arbustos, de tallos y ramos nudosos, hojas
sencillas y alternas que presentan una ocrea o vaina más o menos desarrollada que
cubre la hoja en el brote y cuando está desarrollada rodea al tallo, flores hermafroditas
o unisexuales por aborto y frutos en nuececilla o cariópside. Pertenecen a esta familia
los géneros Rumex y Polygonum.

POLIPODIÁCEAS
Familia de helechos del orden polipodiales, de frondes fértiles y estériles de forma
distinta o igual, soros protegidos por un indusio y esporangios que se abren mediante
un anillo vertical incompleto. Pertenecen a esta familia los géneros Polypodium y
Pyrrosia.

PRIMULÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas, herbáceas, de hojas radicales o sobre el tallo; flores
hermafroditas, actinomorfas; cáliz persistente; fruto capsular con muchas semillas.
Pertenecen a esta familia los géneros Primula y Cyclamen.

QUEIROPLEURÁCEAS
Familia de pteridófitos del orden polipodiales que presenta caracteres muy primitivos, y
comprende sólo una especie (Cheiropleura bicuspis), que presenta frondes de dos
formas, las estériles, amplias, y las fértiles, estrechas y alargadas.

QUENOPODIÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas del orden centrospermas, herbáceas o fruticosas, de
hojas alternas u opuestas, flores generalmente en racimo y fruto monospermo con
pericarpio y de consistencia muy variada. Pertenecen a esta familia los géneros Beta y
Chenopodium.

RAMNÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas, del orden ramnales, árboles o arbustos, de hojas
simples, con estípulas o aguijones, flores solitarias, en racimo o en corimbo y fruto
capsular o drupáceo. Su gén. tipo es Rhamnus.

RANUNCULÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas, del orden ranales, de hojas alternas, simples y
cortadas de varios modos, flores de colores brillantes, actinomorfas o zigomorfas,
solitarias o en racimo o panoja, y fruto seco o carnoso con semillas de albumen
córneo. Comprende, entre otros, los géneros Ranunculus, Anemone y Delphinium

ROSÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas, del orden rosales; árboles, arbustos y hierbas, de
hojas alternas con estípulas, flores completas actinomorfas y fruto de diversa forma
con semillas sin albumen. Pertenecen a esta familia los géneros Rosa, Fragaria, Pirus y
Prunus.

RUBIÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas del orden rubiales, de hojas enteras, opuestas, con
estípulas; flores actinomorfas, hermafroditas o unisexuales por aborto, y fruto en
cápsula, baya o drupa. Pertenece a esta familia el gén. Rubia.

RUTÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas, del orden terebintales; árboles, arbustos o hierbas,
casi todos glandulosos, de hojas alternas u opuestas, flores generalmente actinomorfas
y fruto muy variado. El gén. tipo es Ruta, pero el más importante económicamente es
el gén. Citrus.

SANTALÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas, del orden santalales, herbáceas o leñosas, de hojas
gruesas, sin estípulas, generalmente alternas; flores pequeñas
apétalas, con el cáliz petaloideo y fruto en drupa. Pertenecen a esta
familia los géneros Santalum y Thesium.

SAPINDÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas exóticas, árboles, arbustos o lianas, de hojas
compuestas, flores pequeñas agrupadas en racimo, con un anillo nectarífero entre los
estambres y la corola, y fruto capsular. Pertenece a esta familia el gén. Sapindus.

SARRACENIÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas del orden ranales o policárpicas, de flores regulares y
hermafroditas, con fruto en cápsula. Son herbáceas e insectívoras. Pertenecen a esta
familia los géneros Sarracenia, Darlingtonia y Heliamphora.

SAXIFRAGÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas, del orden rosales, herbáceas o leñosas, de hojas
alternas u opuestas, flores hermafroditas de cinco pétalos y fruta en cápsula o baya.
Pertenecen a esta familia los géneros Saxifraga, Parnassia y Ribes.

SIMARUBÁCEAS
Familia de dicotiledóneas del orden terebintales, que comprende árboles o arbustos de
hojas esparcidas, alguna vez opuestas, flores en racimo y fruto en baya, sámara o
drupa. Pertenece a esta familia el gén. Simaruba.
SOLANÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas, de hojas simples y alternas, flores regulares o
zigomorfas y corola acampanada; fruto en cápsula o baya con semillas numerosas.
Pertenecen a esta familia los géneros Solanum, Nicotiana y Datura.

TAMARICÁCEAS
Familia de angiospermas del orden parietales, de flores actinomorfas, generalmente
hermafroditas; fruto capsular, con las semillas largamente pelosas. Son árboles o
arbustos, raramente hierbas, de hojas pequeñitas y flores en racimos o panículas.

TAXÁCEAS
Familia de plantas gimnospermas. Son árboles o arbustos de hojas aciculares
decurrentes, y corteza fina que se exfolia en tiras o escamas. Es característico de esta
familia el arilo de las semillas. Pertenecen a esta familia los géneros Taxus y Torreya.

TAXODIÁCEAS
Familia de plantas gimnospermas, de la clase coníferas, orden pinales. Son árboles
resinosos propios de los países templados y cálidos de Asia y América. Pertenecen a
esta familia los géneros Taxodium y Sequoia.

TILIÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas del orden malvales, de hojas alternas con los nervios
muy señalados; estípulas dentadas y caedizas; flores axilares de jugo mucilaginoso y
fruto capsular. Son árboles o arbustos, raramente plantas herbáceas. Pertenece a esta
familia el gén. Tilia.

TIMELEÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas, orden mirtales, de hojas alternas u opuestas, sin
estípulas; flores en inflorescencias racimosas, terminales o axilares, con el receptáculo
y el cáliz petaloideos y fruto en baya o cápsula. Son, por lo general, matas y arbustos.
Pertenecen a esta familia los géneros Tymelaea y Daphne.

TROPEOLÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas rastreras o trepadoras, de fruto seco o en baya y
flores zigomorfas con el receptáculo alargado por detrás y formando, con los sépalos
posteriores, una especie de espolón; pertenece a esta familia el gén. Tropaeolum.

ULMÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas, árboles o arbustos, de ramas alternas, hojas simples
nervudas y aserradas, flores pequeñas en hacecillos y fruto en núcula o en drupa.
Pertenece esta familia el gén. Ulmus.

UMBELÍFERAS
Familia de plantas dicotiledóneas, de hojas muy divididas con pecíolo envainador,
flores blancas o amarillentas en umbela y fruto compuesto de dos aquenios. Suelen ser
hierbas de tallo nudoso. Pertenecen a esta familia los géneros Daucus, Apium y Cicuta.

URTICÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas, hierbas de hojas sencillas, provistas
de pelos que segregan un jugo urticante; flores pequeñas,
generalmente unisexuales, y fruto en nuez o drupa. Pertenecen a esta
familia los géneros Urtica y Parietaria.
VALERIANÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas del orden rubiales, hierbas o matas, de hojas
opuestas; flores pequeñas en corimbo, con el cáliz persistente y la corola cigomorfa,
tubular o acampanada, y fruto en aquenio. Pertenecen a esta familia los géneros
Valeriana y Centranthus.

VERBENÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas, herbáceas o leñosas, de tallos y ramos
generalmente cuadrangulares, de hojas opuestas y verticiladas, flores en racimo, cima,
espiga o cabezuela y fruto en cápsula o drupa. Pertenece a esta familia el gén.
Verbena.

VIOLÁCEAS
Familia de plantas herbáceas o leñosas, dicotiledóneas, del orden parietales, de hojas
generalmente alternas y festoneadas, flores axilares de cinco pétalos, por lo común
hermafroditas, y fruto en cápsula o baya. Pertenecen a esta familia los géneros Viola y
Rinorea.

VITÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas, del orden ramnales, generalmente leñosas,
trepadoras, de hojas palmeadas, flores pequeñas y hermafroditas, y fruto en baya.
Pertenece a esta familia el gén. Vitis.

ZIGOFILÁCEAS
Familia de plantas dicotiledóneas que se caracterizan por sus hojas compuestas
paripinnadas. Comprende especies medicinales de las que se obtiene el guayacol y
otros comestibles como el palo santo (Guajacum sanctum). Ésta posee una de las
maderas más duras, pesadas y apreciadas por el hombre. El género más
representativo de la familia es Zygophyllum.

ORDENES BOTANICOS

CELASTRALES
Orden de plantas angiospermas dialipétalas, de flores tetracíclicas y heteroclamídeas;
son plantas preferentemente leñosas, de hojas simples y que poseen recipientes
mucilaginíferos característicos. Este orden comprende las familias aquifoliáceas y
celastráceas. 

CENTROSPERMAS
Orden de plantas dicotiledóneas. Comprende varios millares de especies (árboles,
arbustos y hierbas) que presentan una gran diversidad morfológica y cuya mayor parte
poseen la semilla en posición central, carácter que da nombre al grupo. Tienen flores
monoclamídeas o diptoclamídeas, con ovarios uniloculares resultantes de la concreción
de varios carpelos. Pertenecen a este orden la familia quenopodiáceas y cariofiláceas.

CUCURBITALES
Orden de plantas que comprende una sola familia: las cucurbitáceas. 

ERICALES
Orden de dicotiledóneas semipétalas, de flores hermafroditas (pentámeras o
tetrámeras); los granos de polen están reunidos en tétrades. Comprenden plantas
arbustivas, herbáceas y arbóreas, que se reúnen en las familias piroláceas, ericáceas y
empetráceas.

FAGALES
Orden de dicotiledóneas, formado por árboles o arbustos de hojas simples, provistas
de estípulas caducas, flores generalmente unisexuales y fruto en nuez. Comprenden
las familias betuláceas (avellano, abedul, aliso) y fagáceas (haya, encina, castaño).
-fagia Forma sufija del gr. phágomai (comer), que en sustantivos femeninos expresa
calidad de «devorador de»: antropofagia.

GENCIANALES
Orden de dicotiledóneas actinomorfas de corola contorta (díc. de la foliación o
prefloración umbricada en que cada hoja o antofilo cubre a la inmediata y queda
cubierta por la precedente) y hojas gralte. opuestas. Pertenecen a este orden las
familias longaniáceas, gencianáceas, apocináceas y asclepiadáceas.

GERANIALES
Orden de plantas dicotiledóneas de flores cíclicas, regulares o cigomorfas y frutos a
menudo esquizocarpios. Son plantas herbáceas representadas en todos los países
cálidos y templados del mundo. Comprende las familias lináceas, geraniáceas,
oxalidáceas, tropeoláceas, eritroxiláceas.

GUTIFERALES
Orden de plantas dicotiledóneas dialipétalas, con flores de perianto doble y semillas
carentes de sustancias amiláceas; con frecuencia existen en los tejidos canales
secretores. Pertenecen a este orden las familias teáceas, gutíferas y dipterocarpáceas.

LIGUSTRALES
Orden de plantas dicotiledóneas, de flores regulares, que comprende especies
arbustivas y arbóreas de hojas opuestas. Comprende una sola familia: oleáceas.

LILIFLORAS
Orden de plantas monocotiledóneas, de flores generalmente hermafroditas y regulares,
herbáceas y con hojas lineares. Se hallan particularmente en los países tropicales y
secos. Comprende la familias liliáceas, amarilidáceas, iridáceas, juncáceas y
dioscoriáceas. 

MALVALES
Orden de angiospermas dicotiledóneas, con cáliz y corola pentámeros, flores
actinomorfas y hermafroditas. Suelen poseer pelos pluricelulares y ramificados,
esparcidos por toda la superficie de la planta y a menudo segregan mucílagos y
gomas. Pertenecen a este orden las familias malváceas, bombáceas, tiliáceas y
esterculiáceas.

MIRTALES
Orden de angiospermas dicotiledóneas, generalmente leñosas, de hojas sencillas sin
estípulas, flores casi siempre actinomorfas y de estructura tetrámera. Pertenecen a
este orden las familias timeleáceas, eleagnáceas, litráceas, rizoforáceas,
combretáceas, mirtáceas, punicáceas, melastomáceas, enoteráceas y halorragáceas.
PARIETALES
Orden de plantas angiospermas dicotiledóneas que se caracterizan por poseer ovario
pluricarpelar, pero unilocular (una sola cámara), en el que la placentación de los
rudimentos seminales se halla en posición parietal, a lo que alude su
nombre. Sus flores son preponderantemente actinomorfas y
pentámeras. Comprende algunas familias importantes, entre otras de pequeño interés,
como las cistáceas, droseráceas, violáceas, caricáceas, begoniáceas, pasifloráceas,
tamaricáceas, bixáceas y frankeniáceas.

PINALES
Orden de gimnospermas de la clase coníferas, que se caracterizan por sus primordios
seminales nacidos sobre órganos foliáceos o que se pueden considerar hojas
transformadas.

POLIPODIALES
Orden de pteridófitos de la clase helechos, subclase filícidas, con rizomas provistos de
faleas (en general), frondes de forma variable (enteras o divididas) y sobre la misma
planta todas iguales o distintas. Soros desnudos (en general) situados junto a las
nerviaciones. Comprende las familias dipteridáceas, queiropleuráceas, polipodáceas,
plagiogiriales, himenofilopsidales. 

RAMNALES
Orden de plantas dicotiledóneas, generalmente leñosas, con hojas simples o
compuestas, que comprende las familias ramnáceas y vitáceas.

RANALES/POLICÁRPICAS
Orden de plantas dicotiledóneas, arborescentes o herbáceas, de periantios de vivos
colores y flores provistas de nectarios. Pertenecen a este orden las familias:
magnoliáceas, lauráceas, miristicáceas, aristoloquiáceas, raflesiáceas, berberidáceas,
ninfeáceas, nepentáceas, sarraceniáceas y ceratofiláceas.

RUBIALES
Orden de plantas de flores regulares o zigomorfas, tetracíclicas y hermafroditas. Son
plantas herbáceas o leñosas, de hojas simples y opuestas. Pertenecen a este orden las
familias: rubiáceas, caprifoliáceas, valerianáceas y dipsacáceas.

SANTALALES
Orden de plantas dicotiledóneas, casi siempre leñosas, de hojas coriáceas y flores
unisexuales reunidas en espigas o glomérulos. Este orden abarca muchas especies
semiparásitas. Comprende las familias: santaláceas y lorantáceas.

SINANDRAS
Orden de angiospermas cuyas anteras (al menos cuando son jóvenes) están muy
próximas o soldadas entre sí, mientras sus filamentos permanecen independientes.
Comprenden tres familias: companuláceas, lobeliáceas y compuestas.

TAXALES
Orden de plantas gimnospermas de la clase coníferas, que comprende sólo la familia
taxáceas.

TEREMBITALES
Orden de plantas angiospermas; son plantas leñosas, de hojas compuestas provistas
de tejidos secretores, que producen bálsamos, aceites y resinas, flores hermafroditas
en cápsula, drupa o baya. Comprenden las familias rutáceas, simarubáceas,
burseráceas, meliáceas, poligaláceas, anacardiáceas, sapindáceas, aceráceas,
hipocastanáceas, coriáceas y balsamináceas.

TRICOCAS
Orden de plantas angiospermas herbáceas o leñosas, de flores casi siempre
unisexuales, desprovistas de periantio o con periantio sencillo. Es característico del
grupo el ovario convertido en fruto. Comprende, entre otras, las familias euforbiáceas
y buxáceas.

TUBIFLORAS
Orden de plantas angiospermas de corola gamopétala y cáliz gamosépalo; sus flores
presentan un tubo basal más o menos desarrollado; son herbáceas y con frutas en
baya o cápsula. Comprende numerosas familias, entre ellas las Acantáceas.

URTICALES
Orden de plantas leñosas o herbáceas con flores poco aparentes, aisladas o reunidas
en inflorescencias; las flores son unisexuales y las plantas pueden ser monoicas o
dioicas. La morfología del fruto es muy variada. Comprende las familias ulmáceas,
moráceas, cannabáceas y urticáceas.

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