You are on page 1of 144

1

Cartas Maite

La llamada
1 Domingo 22-VI (1980)

Paz de Dios
Durante la tarde del sábado, la noche y la madrugada, he
rechazado una oportunidad. Este es el principio de mi
testimonio. Ha de ser anónimo, pero no puedo callar la
misericordia de Dios que ama a sus siervos y santifica a su
pueblo.
Te escribo a ti, hermano , no sé por qué.
Esta noche he deseado morir porque mi boda será
el día de mi muerte. Es el Señor quien te ayuda a
caminar, primero un pie hacia delante, luego el otro, y así
no te tuerces, ni tropiezas ni caes; en cuanto soy yo quien
quiere elegir camino, caigo, pero Él recoge con amor a su
siervo y comparte la cruz para que el yugo sea ligero.
Esta noche he entendido que el siervo recibe la luz como la
de un faro intermitente en la noche, porque la luz ha de
atravesar un cuerpo carnal, la luz es permanente pero los
ojos se cierran. Por eso he entendido que el cuerpo
resucitado será luminoso, porque la luz de Dios no entrará
por rendijas engañosas sino que se verá directa, en su
plenitud, sin direcciones, llenándolo todo y atravesando los
cuerpos santos. Por eso, éstos serán transparentes para
la luz de Dios, y serán luminosos por la luz de Dios, y
serán ligeros, pues no habrá que cargar yugos, sino
ensalzar la Gloria de Dios. Así serán fundidos en sus
brazos, en su sabiduría, en su fuerza, en su amor, en
su misericordia, en su poder, en su Gloria, siendo
todos uno como el Padre en el Hijo y el Hijo en el
Padre, así todos uno en Comunión de los Santos.
Esta noche le buscas en el lecho. No puedes dormir. Y el
cuerpo se mueve buscándole, las manos se estiran y abren
queriéndolo coger, el alma se revuelve, las lágrimas son
continuas, como agua caliente que reclama agua viva, y el
espíritu se inquieta porque no hay gobierno ni calma. Y algo
se va metiendo dentro, sin herida pero penetra, algo con lo
2

que no puedes porque barre todo el ser, las manos no


pueden agarrarlo porque está dentro, hasta la punta de los
dedos, y sabes que ese algo es Amor porque de la boca
fluyen palabras de alabanza fuertes, pero tan suaves que
no despiertas al que duerme al lado. Y entonces guías tu
ser hacia la luz y llamas al Esposo.
Aprietas el crucifijo en el pecho deseando clavarlo,
y amas. Juras esperarlo siempre, le entregas tu
mente y razón, tus sentidos, tu sexualidad, tus
sentimientos, tu vida, hasta tu pecado y culpa, y
regocijas tu ser en palabras de gloria y alabanza,
pides por los hermanos, ruegas incluso por los que no
conoces, y esa noche clamas por el más necesitado. Y
buscas al esposo.
Ya no puedes más, ya no puedes más y, sin embargo, Él
no permite que salga del cuerpo ningún sonido de sollozo.
Entonces Él llama y tu ser obedece, se recoge, se aísla, se
calma y el siervo escucha la voz de su Señor.
Tu mente descansa en los brazos de tu Padre, tus
sentidos y tu cuerpo descansan en Él, el espíritu se
fortalece en Él y duermes en Él, y duermes bien.
En la mañana, los ojos no están hinchados porque Él
borró las lágrimas, la cabeza está despejada y el cuerpo
descansado en servicio. Ya no importa el futuro.
Él vino anoche. Hoy he recibido “palos”, debe ser
que el siervo no es del mundo. El camino es difícil. De
nuevo vuelve a mí la sed. Hoy ha sido un día duro, triste,
pues he visto dualidad entre mi camino y los seres a los que
más amo, pero sereno. Otra vez los pies hinchados. Volveré
al lecho y aguardaré la llegada del amado, desde los
montes, en la noche.
Gloria a Dios por su amor; gloria a Dios porque es la
esperanza de los que creen en Él. Que Él nos ayude.
Este es el testimonio de mi noche sobre el amor de Dios.
No he podido guardarlo. Tenía que gritar la misericordia de
Dios.
Paz.
Una hermana
3

2 San Sebastián 29-VI-80

GLORIA A DIOS EN LAS ALTURAS Y PAZ A LOS HOMBRES


QUE ÉL AMA

Es domingo. Hace mal tiempo pero la verdad es que poco


me importa hoy el tiempo.
Estoy empezando a ver algo.
He llegado ayer. Cuando me encontré en una habitación
sola cantando con la guitarra alabanzas, y hablando con Él,
me di cuenta que Él me ha traído aquí para tres meses de
reflexión. Sí, ayer se lo dije. Me ha separado de mis padres,
del hermano, del amigo, y me ha traído a esta casa en el
campo, donde hay momentos en que estoy totalmente sola
con Él . Yo me preguntaba ¿por qué? ¿por qué? Creo que
quiere decirme algo. Y tengo miedo, Julio, porque percibo
cada vez más claramente la llamada, no sé cómo, porque
no es de una manera racional, no es pensándolo con la
cabeza. Es como si hubiera iniciado una etapa en la que
cada día voy subiendo la montaña, cada día no sé cómo, sé
con más claridad que el día anterior, que Jesús me
quiere de una manera acaparadora; que quiere que
le sirva a Él, le siga a Él, que le ame a Él, que viva y
muera para Él. El día que llegue a la cumbre será el día
que me diga: ¡¡Ven!! Y temo por ese día.
La claridad de la llamada es independiente de mi
voluntad. Y además le obedeceré porque soy suya y todo
obedecerá su mandato, pero voy a tener que romper tantas
cadenas que temo hacer daño a alguien y más si a ese
alguien quiero. Él dice que no es digno de seguirle el que
mira atrás; es algo muy duro pero no voy a mirar atrás
porque Él es mi Amado. Cuánto más fácil sería morirse
ahora: un accidente de coche, un descuido en la playa, o un
jaleo en la calle. Pero esto sólo sería algo digno y justo
cuando Él quisiera recoger la vida que Él ha dado. De otro
modo no sería muestra de amor. Y le quiero demasiado
para acercarme a Él siguiendo un camino que no sea
4

el del Amor. Por eso debo confiar en la providencia,


porque no tengo medio de salida. Es curioso, el Señor me
va a salvar ahogándome en el mundo. Vivir cada día y morir
un día, porque no puedo actuar yo, me ha envuelto en
redes de Amor y ha desarmado mi libertad.
Verdaderamente ahora puedo decir que no soy
nadie porque ante el Omnipotente soy tan pequeña...
Él es ahora mi libertad, por eso no tengo libertad
para elegir. Nada puedo hacer, nada sino esperar en
Él. Ruego porque me conceda eternamente el don de
la oración, ojalá así sea.
Hubo una temporada en que quise pedirle pruebas por las
que Él me demostrara qué quería que hiciese y cuándo. Y
sin embargo no me atrevía a pedírselas pues ¿qué hijo
que ama a su Padre pide a su padre pruebas? Por eso
le decía que si, en mi debilidad, se las pedía, Él
entonces no me escuchara. Y ahora que creo haber
alejado ya esta petición de pruebas, Él me da la más
grande el Amor, y me está demostrando en pequeñas
circunstancias un aspecto suyo que no sé precisamente por
qué me quiere demostrar ese aspecto, pero por algo será:
es su omnipotencia. Así, hay problemas que yo veo sin
salida, agoto todas mis posibilidades y les doy vueltas, y
veo que no puedo, y de un bandazo desaparece el
problema sin que yo haga nada. O algo que es muy
gracioso, me demuestra que lo puede solucionar pero no lo
hace. Y ante esto la verdad es que río porque sólo puedo
pensar que ¡qué grande es nuestro Dios!
Hay algo sobre lo que pienso muy a menudo, es la
sabiduría. Primero fui indiferente ante ella, luego la
desprecié, ¡que estúpida he sido! Ahora me atrae y me
preocupa. Deseo la prudencia y el consejo. Leo con agrado
y perplejidad lo que de la Sabiduría nos dice la Biblia.
Quizás la haya rechazado porque ha actuado en mí
dándome algunos palos. Pero hace poco he encontrado este
pasaje: Traerá sobre él el miedo y el temor, en su infancia
le azotará hasta que se le confíe y le pruebe en sus
preceptos. Pero de nuevo se volverá a él y le agradará. Y le
revelará sus secretos. Todavía no me es fácil amarla porque
su prueba está en mí y me hace daño. Pero pido al Señor
que me la dé poco a poco y me ayude a apreciarla y a
5

quererla como un valor infinito para conocerle y amarle


más y más a Él.
Bueno no quiero cansarte con una carta demasiado larga,
pero pido que me ayudéis porque confío en Él, pero no
confío nada, nada en mí. Por eso seguidme proponiendo
retiros y cuando vuelva a Madrid ayudadme porque tengo
miedo. Hasta los amigos que tengo aquí que saben algo del
asunto, intentan convencerme de que no hay un Jesús tan
vivo, tan fuerte, de que todo eso está muy bien en el
momento justo de ir a la Iglesia, pero nada más. Mi familia
si algo digo, dicen que esto me lo tienen que "discutir", que
será un "capricho" o un "arrebato" mío. ¿¿Cómo hacerles
entender que esto no es un sentimiento o una idea?? Es el
Jesús ¡¡¡ VIVO !!!
Pronto sale lo de que "con tus notas, tu inteligencia,
debes al menos estudiar dos carreras, y vivir con tu familia
hasta que te cases". O aquello de que "me parece que a
Teresa le han comido el coco. No sé, tiene ideas muy
raras". Y sin embargo me quieren. Pero si realmente mi
"inteligencia" como dicen ellos, sólo pudiera servir para
marcarme " un brillante porvenir" más me hubiera valido no
poseerla. Porque mi inteligencia y todo mi ser es para mi
Dios. No sé, pero si no está Él detrás, no puedo, no puedo
existir. Julio, si le perdiera, por piedad ¡llevadme a Él!, por
piedad de una miserable, por piedad.
Rezaré por todos. La Paz de Dios.
Un abrazo
Tere.

3 S.S. 24-VII-80
Hermano:
Has tenido palabras de amigo y hermano mayor en mi
pobreza.
Alégrate, que Dios elige tu boca, sacerdote santo.
Dios es de generación en generación.
Habrá siempre quien rinda sacrificio en el altar de
mi Dios; eres la prenda mística, sacerdote santo del
pueblo de Dios. Día y noche eres prisionero del altar,
6

dormido o desvelado, atormentado o manso, perdido


o en el cauce, eres sacerdote santo y los sacerdotes
santos están contados, Julio.
¡Que todos los pueblos de la tierra alaben al Señor!
¡Aleluya! que hizo el mar y la tierra, que hizo toda criatura,
hasta la más pequeña, hasta la más insignificante.
¿Cuando vendrá mi Señor?...
Hoy el trino de un pájaro me hace temblar, ¿acaso tengo
miedo de mi Dios?
Qué revuelto está mi ser. ¿Qué busco que no hallo?
Me alejan de Dios cuando más lo ansío. Es el
mundo y es el cuerpo. Es la vida una cárcel; es vivir
una muerte y es la muerte la Vida.
Qué amarga es la esperanza cuando se alarga.
¡¡¡Dios mío!!! Ten piedad que no puedo salir.
Mi rosa no está blanca sino negra.
Qué noche más larga, sin luz. Sin embargo mi alma
no es un vagabundo. Señor, qué sed más dolorosa.
No quiero mirarme a mí, sino a mi Dios; sólo en Él
encuentro la luz; sólo mirándole a Él puedo caminar por el
abismo sin perecer. ¡¡¡Nazareno!!! ¡¡¡Nazareno!!!
¡¡¡dame agua!!! No encuentro descanso en nada
creado. Mi alma no se calma. Veo el rastro de mi
Amado y no lo alcanzo. Sé que está y no lo hallo.
La amargura de la ausencia se mezcla con la
ausencia del Amado Con la oración se acredita mi
sed, y sin ella no tengo vida.
Dios mío ¿qué angustia es ésta? Qué mal incurable
hasta la muerte; que agonía tan larga.
Mi alma alaba a mi Señor, sé que no está
abandonada.
Por la fe que me otorgará mi gran Dios, espero el
fruto en el desierto, pues mi ambición es Jesús, por eso
muero en esta vida.
Yahvé ha prometido trigo, vino y aceite, ha
prometido pastos y frutos, ha prometido lluvias;
traerá al Maestro de la Justicia. Quiero vivir en la
7

opulencia de la Palabra hasta que llegue. Amo a mi Dios,


Julio, más de lo que he amado a ningún hombre. Amo a
Jesús y, porque Él fue crucificado, amo la cruz. Si
estuviera en Israel besaría el polvo de Jerusalén,
Jerusalén...
Ver como pasa el día es un martirio.
Quiero ir al Templo, a la Casa de mi Dios, y no moverme
de allí.
Las personas que me rodean son mejores que yo. Pero
parece que el Mundo y el Maligno se han puesto de
acuerdo, y que los mortales colaboran con ellos sin saberlo,
sin culpa alguna. Quiero advertirles y no se dan cuenta.
Señor ¡líbrame de los mortales que tienen por lote esta
vida! Pero sálvalos, Padre, y hazlos felices con tu
misericordia.
No quiero estar seca para mi Señor, sino con frescura y
humedad, empapada del Agua Santa. Sin embargo ahora,
yo soy el desierto, seco y ardiente del anhelo.
Ni puedo llorar. A veces la infinita misericordia de
Dios me da lágrimas para desahogarme, pero cada
lágrima duele, es como una espina que hace surco,
arañando y desgarrando la entraña.
Quiero esas lágrimas. Ellas me fueron dadas y ahora me
han sido arrebatadas. Pero yo quiero a mi Dios. Voy
viendo cómo para querer a mi Dios no necesito nada
mío. Me puedo ir desprendiendo de mí misma o de lo
que yo creía que era mío. Incluso mi cuerpo es algo
postizo. Perdiera un brazo, un ojo o un pie, nada me
impediría seguir amando a mi Dios. Perdiera unos
sentimientos, unas lágrimas o incluso el amor, nada
me impediría el amar a mi Dios, pues le amo no con
mi amor, que ese no existe, sino con el Amor que me
ha sido dado.
Perdiera la inteligencia, nada me impediría Amar a
mi Dios, pues los caminos de Dios son más profundos
y misteriosos que la razón humana.
Doy gracias a nuestro Dios que me ha permitido escribirte
encontrando así unos momentos de Paz; pero no deseo
robarte el tiempo, ni abusar de la bondad de nuestro Señor.
8

Sigo rezando por los hermanos. Alabaré siempre a mi Dios


aún cuando no haya hombre en la tierra que pueda ver
dignidad en mí, entonces será mayor la misericordia de
Dios que mi vergüenza.
¡¡Gloria al Señor !!, que lo oiga el pájaro de fuera y
se lo diga al Amado.
Y a ti, hermano, mi más sincera petición a Abba para que
derrame su gracia y te conceda lugar de honor en su reino.
Un abrazo
Tere

4 S.S 19-8-80
Yavé ha dicho que habitará en la oscuridad y yo he
edificado una casa de morada para que Él la habite para
siempre...Los cielos y los cielos de los cielos no
pueden contenerte, ¡CUANTO MENOS ESTA CASA QUE
YO HE EDIFICADO!
Jesús está aquí en el corazón; yo tengo un templo para Él,
pero es un templo muy pobre. Lo de alrededor se pone feo,
pero Jesús ha vuelto.
He pasado una pequeña tormenta: o Dios o "lo demás"
sin Dios. Jesús sabe que le quiero a Él, yo sé que lo sabe, y
Él me adelanta las dulzuras de su Amor y me deja ver,
apreciar y disfrutar cosas que otros no ven, no aprecian y
no disfrutan, pero es tan difícil incluir en ese "lo demás" a
mis padres y muy especialmente a mi hermana...
Ella sabía algo de lo que supone para mí mi Dios. Confié
en que podríamos compartir todo juntas, e incluso orar
juntas pero varias veces ha hablado diciendo lo que sabía
en voz alta para que lo oyeran los demás. Me ha dicho que
quizás no vuelva al grupo, piensa que me estoy pasando y
me presiona en las conversaciones. Sé que no ha
comprendido, pero se me ha hecho difícil aceptar esta
realidad. Espero que vuelva a la comunidad.
Que Jesús me perdone por lo que me cuesta aceptar sus
deseos. Pero Él sabe que aceptaré lo que Él me presente, si
es necesario, aunque ruego para que no sea así, la división
de mi familia en mi corazón.
9

El diablo me ha tentado en la bebida para escapar, y en el


odio para destruir, pero no ha conseguido nada, pues la
bebida me deja vacío y ganas de cordura, y el odio no tiene
cabida en mi alma, no sé odiar y no puedo odiar.
He visto de nuevo a Nacho -hace un año un posible novio-
pero Jesús me ha robado el corazón y ha elegido para mí
una consagración divina antes que el amor humano y
carnal. ¿Por qué? No lo sé.
Lo que sí sé es que soy un ser malo, Julio; quizás
por eso me elige Jesús, para sanarme; quizás por eso
ame tanto a Jesús, porque tiene tanto que
perdonarme. Jesús me quiere como soy; sí, es
increíble, tanto polvo y tanto mal, y me ama. y esto
es tan grande, Julio, tan ¡¡grande!! que no puede con
mi ser.
Cuando me encuentro mal es cuando veo llorar a
Jesús, porque Jesús es el Hijo de Dios hecho hombre,
y como tal es un ser lleno de perfección, pero esto no
exige frialdad como a veces imaginamos. Jesús tiene
un sagrado corazón, un corazón sagrado, divino,
puro, lejos del dominio y conocimiento del hombre.
Cuando le veo traicionado, atado, insultado,
humillado, abandonado, olvidado, herido, colgado
por clavos y cuerdas de dos palos santos, le veo
llorar. Y le veo así cuando le niego mi rostro y mi
templo aunque este sea pobre, y le veo así cuando
alguien le cierra la puerta.
Entonces no puedo aguantar que mi lecho esté
vacío y mi Esposo clavado, y ruego a mi Cristo que
ponga clavos en mis manos para compartir sus
sufrimientos, para que Él descanse, para que yo le dé
hasta lo último de mi ser con todas mis fuerzas.
Ahora no soy digna de recibir esos clavos, pero algún
día me los concederá, para fundirme en Él, en mi
Esposo, y gozar de Dios.
Es mucho a lo que aspiro ¿verdad? pero creo, creo en
Jesús, creo en el Nazareno, y se me otorgará ese Amor de
Dios, por el Amor de Dios, y para gozar de Dios. ¡Gloria a
nuestro Dios!.
10

Me gustaría que todos los hermanos de la comunidad


pudieran compartir esa profunda esperanza, esa Vida que
tengo dentro, tan dentro, que ni yo conozco pero sé que
existe y está. Quisiera animar a todos y cada uno de los
hermanos para que luchen siempre, pase lo que pase,
venga lo que venga, en defensa del nombre de Jesús,
luchando por Él con la propia vida y si es necesario con la
propia sangre y sobre todo estando siempre dispuestos a
llorar por el daño que causamos a nuestro Dios, por nuestro
orgullo, por las ofensas que lanzamos contra Jesús, contra
nuestro tierno y dulce Jesús, contra nuestro Amado Jesús,
contra este Esposo nuestro de las almas que, aunque
enfermas, están destinadas a Dios y a llevar y
pregonar la salvación al mundo.
No quiero alargarme más, pero sí enviarte un saludo con
Jesús en el corazón, y mucho ánimo para seguir adelante.
Te escribo de nuevo porque tenía que compartir estos
momentos de luz con el hermano, porque Dios quiere que
escriba esto ahora.
Es curioso ver como los científicos del mundo trabajan
afanosamente desarrollando muchos caminos y
olvidándose del más importante: la Verdad y la Realidad.
Nosotros tenemos la Verdad y la Realidad, que es Jesús,
que está Vivísimo; ¿por qué lo sabemos nosotros? No lo sé,
pero ya que lo sabemos ¡vamos a difundir esta Verdad al
mundo entero! Ánimo, soldados, que Dios está con
nosotros. Y ¡¡¡Cazadnos de nuevo las raposas, que
nuestras viñas están en flor ¡¡¡ Gloria, Aleluya!
Tere

5 S.S. 30-8-80
Hermano: que Cristo os de su Paz.
Puedes compartir esta carta con Chus. Será la última que
os escriba en mucho tiempo, a no ser que Dios me ordene
hacerlo. Quizás sea la última que recibáis. También es
posible que no me veáis en mucho tiempo y he de
escribiros para explicaros por qué.
Ha ocurrido algo "grave" en mi vida, entendiendo esta
palabra "grave" como algo muy decisivo. Confío en que no
11

me traicionéis diciendo a nadie lo que os confío en secreto.


Ni siquiera que habéis recibido esta carta. Ha de ser
máximo secreto pues Dios me confía que si algo de esto
sale de vuestra boca a otro corazón podría acabar en un
psiquiatra o "cribada como se criba al trigo". Y Dios no
quiere esto de mí. Si decís algo me habríais traicionado
ante Dios, aunque creo que al final os perdonaría, más sé
que no lo haréis.
Ahora leed mi testimonio:
El lunes llegué puntual a casa para comer. Mi padre
estaba de mal humor y mi madre estaba enfadada
conmigo. Me dijo que me hubiera bastado un cuarto de
hora para saludaros. Tuve miedo. ¿Te acuerdas, Julio,
cuando te dije que algo estaba en mi interior pero no decía
sino que estaba? Abrí la Biblia y Dios me dijo que no
sembrara ni bebiera vino, y que iba a ser peregrina en la
tierra. Dios empezó a hablarme y me hizo presentir que iba
a ocurrir algo. Desde ese mismo momento, de repente
perdí algo de salud. En la comida hice esfuerzos tremendos
para no vomitar mientras comía como si nada. Llegó la
tarde y tuve que marchar a clase de música. Luego, el
Señor me trajo a casa y me llevó a mi habitación, justo en
el preciso momento en el que el sol había pasado ya el 1/2
círculo del árbol semicircular y estaba todavía entre las
ramas. Me ordenó coger la pequeña figura de barro. Me
asombré muchísimo y dije a mi Dios que ahora no
necesitaba aquello, que todavía tenía fuerzas. El Señor me
dijo que habría una señal. Abriría aquello de barro cuando
saliera una flor blanca a nivel inferior del arbusto, y en la
misma línea vertical del sol en la que estaba ahora. De
nuevo todo volvió a callarse. Y el sol se cubrió como si se
tratara simplemente de un atardecer nubloso. Yo sabía
perfectamente que dentro de poco iba a empezar a llover, e
incluso que habría una tormenta. No es que presintiera
esto, es que lo sabía.
Llegó la mañana del martes. Me desperté temprano y
tuve miedo porque presentí con muchísima fuerza que ese
día sería muy fuerte, muy fuerte. Fui a clase de inglés y de
música por la mañana, y cuando volví a casa y entré en mi
habitación vi que había salido la flor blanca; una flor blanca,
en nivel inferior al arbusto, y en la línea vertical de donde
12

estaba el sol el día anterior. Me resistía a creerlo y también


a aceptarlo porque tenía mucho miedo. Pedí al Señor que
me confirmara, que me demostrara que la flor blanca no
había sido algo subjetivo mío, ni tampoco casualidad. Y
pedí que si era cierto apareciera un pájaro rondando el
arbusto. Al instante apareció un pájaro. Cogí el barro y una
pequeña tijera, pensé que me costaría abrirlo. Sólo apoyé la
punta de la tijera en el barro, ni hice fuerza, y se abrió el
barro con tanta facilidad que ya no tenía dudas de que era
el momento de hacerlo, aunque me seguía extrañando
mucho que tuviera que abrirlo tan pronto. Dentro estaba el
papel, una pequeña florecilla blanca y el dibujo de una cruz
raspado en el barro.
Me pediste Julio que te dijera los versículos que habías
escrito: "Mi Amado es para mí y yo soy para mi Amado".
"Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida".
"Poderoso es Dios para cumplir lo prometido".
Después de leer esto me acerqué con todo en la mano a
la ventana y Dios me dijo: "En tu vida nacerá la flor y el
espino".
Y sin más palabras comprendí que la flor estaría enredada
en el espino, pero que el espino no dañaría la flor. Me hizo
entender que lo que tenía en la mano debía hacerlo mío, y
además rápidamente. Yo le pregunté cómo. Me mandó
comerme el papel y la flor. Le pregunté si habría de
comerme el barro y me dijo que no.
Hecho esto, las palabras del papel y la flor serían mías
para siempre. El miércoles me llegó vuestra postal de Taizé
y cuando leí que el barro era signo de muerte entendí por
qué no me mandó comer el barro.
Al poco tiempo se abrió la puerta de mi habitación y entró
mi madre diciéndome que tenía que hablar conmigo. Y
empezó a hablarme. Me dijo que mi padre hacía tres días
que no hablaba y que estaba de mal humor, y una de las
causas era yo. Que me veía triste, seria y cambiada desde
que iba a los "dominicos". Me dijo cosas que ignoraba,
como que ella había estado tres años en una especie de
servicio religioso antes de casarse. También me dijo que
había hablado con Irene Serrano, la cual decía que no le
gustaba esto carismático.
13

Y que había estado hablando con psicólogos y religiosos y


que muchos opinaban que esto podría dañar muy
peligrosamente la emotividad.
Bueno, me dijo muchas cosas, pero al final hubo algo que
me tranquilizó, y fue que, después de estudiar una carrera,
ella me apoyaría ante todo, si yo quería ser religiosa. Llegó
la hora de comer y de nuevo digamos que "tragué" la
comida.
Y tembló mi ser porque nunca vi tan claro lo que aquella
tarde debía hacer. Mi madre subió a su habitación a dormir
un rato. Yo subí a su habitación y sentí mucha fuerza
aunque miedo. Me acuerdo que le dije: "Mamá tengo que
hablar contigo, quiero ingresar en un noviciado este mismo
año". Dios mío, cómo me costó decir aquello. Le dije que
Dios pedía mi juventud. Ella me dijo "no" a esto del
noviciado; me dijo que era una infantilada. Que mi deber
estaba ahora en casa y en estudiar y en formarme porque
la Iglesia de hoy necesita personas formadas y fuertes.
Incluso me dijo que si me llevara a un convento ahora, la
misma directora me diría que no. Me dijo que ahora
necesitaba formarme, que no era suficientemente madura
para hacer esto ahora. Y que daría un disgusto a mi padre si
le dijera lo mismo que a ella, pues en un momento llegué a
decir que si a los dieciocho años Dios me pidiera ingresar
en un convento me marcharía de casa. Y en fin, estuvimos
hablando, e incluso llorando juntas, pues en un momento
llegó a decirme que sabía que yo le despreciaba, a lo cual le
repetí mil veces que no era cierto, e incluso me dijo que
hasta el Señor le había despreciado, a lo que respondí que
ella tenía menos fe que yo. Y prefiero no recordar mucho
más. Me dijo que confiara en ellos, que ella me ayudaría
incluso en contra de todo para ser monja después de la
carrera. Vi que me quería con toda su alma y que me
ayudaría a ser religiosa pero cuando tenga yo mis 25, 26
años. Me dijo que hablaría con los jesuitas pues hay
organizada en el colegio alguna comunidad que hace obras
de misericordia: cuidado de niños, enfermos, minusválidos
etc...
Aquella tarde me puse más enferma pero no dije nada,
me encontraba mal y me subió mucho la fiebre. Llovió y el
Señor me dijo que me regalaba la lluvia, y después el Señor
14

hizo salir el arco iris con sus siete colores extendiéndose de


norte a sur. Aprovechó la fiebre Satanás para susurrarme al
oído el suicidio. Y me puse muy triste de verme tan
miserable que hasta Satanás se atrevía a acercárseme.
Por la noche supliqué al Señor que me llevara con Él.
Siempre tengo la esperanza de que lo haga pronto. Y Él no
lo hacía. Me decía:
-En tu vida nacerá la flor y el espino, serás la mujer más
dichosa de la tierra, yo te consolaré. En tu vida, Teresa,
nacerá la flor y el espino. Comprendí aquel día que había
hecho la voluntad del Dios, pues Dios me había probado
haciéndome hablar y venciendo el miedo. La voluntad de
Dios es hacerme ahora una mujer fuerte, formándome,
preparándome por el camino que me expusieron mis
padres. Sin embargo ellos no entendían y olvidaban una
cosa muy importante: que mi camino no está dominado
bajo la mente de mis padres, sino bajo la enseñanza de mi
Amado Jesús.
Al día siguiente mi padre me habló y me dijo que estaba
de acuerdo con mi madre. Me dio un beso y me dijo que no
podía tener mayor alegría que ésta, pero que debía
formarme y estudiar para ser una mujer fuerte.
Me di cuenta de que me querían mucho, tanto como para
dar la vida por mí, pero no entienden del todo.
Sin duda os alegraréis por mí de que mis padres me
hayan dicho que me apoyarán con todo lo que tengan si
quiero ser religiosa, más cuando me haya preparado,
estudiado, y formado lo suficiente.
Sin embargo, algo me apena, hermanos, y es que no
entienden del todo mi fe. Jesús es el mismo en ellos y en
mí, y eso me consuela, pero veo, sin embargo, que no son
capaces de confiar tanto en Dios como para que si una hija
a los 16 años les dice que quiere ingresar en un convento le
dejen hacer.
Además vi que mi madre consideraba mucho más
positivo, por ejemplo, que un sábado fuera yo a cuidar un
enfermo a que estuviera sentada en el suelo con todos
vosotros haciendo oración y sobre todo si no se trata de
una Eucaristía. Y esto tiene un gran fondo. Siento no
expresarme bien, quizás no me entendáis. Pienso que la
15

oración y las obras de misericordia es imposible que se


excluyan unas de otras . Y además para mí primero está la
oración. Mi madre daba máximo valor a la Eucaristía y yo
también, pero daba por ejemplo mucho más valor a las
obras de caridad y menospreciaba un tanto la oración de
alabanza y las lecturas de la Biblia, especialmente las del
antiguo Testamento. Y sin embargo para mí la Biblia es
muy, muy importante.
Me doy cuenta que estoy redactando muy mal, que no
me expreso bien y que no englobo ideas.
Unas conclusiones prácticas: no creo que me permitan
volver a la comunidad, quizás algún sábado, y desde luego
me han dicho que no a los retiros con vosotros.
Es maravilloso que mis padres me hayan dicho que me
apoyarán en mi vocación, pero ¡cuidado! que la vocación
hay que alimentarla. Yo dentro de mis limitaciones sé que
la base de mi vocación es que el Señor se ha enamorado de
mí y yo de Él. Pero no me he enamorado por mí misma, es
Él quien lo ha hecho. Es muy importante que mis
padres me vayan a apoyar pero se olvidan de apoyar
la base de mi vocación que es lo que ha de crecer y
hacerse fuerte. Yo sé que si esto cae, cae todo.
Además, mis padres pretenden distraerme para
hacerme olvidar un poco, y esto es lo que yo no debo
hacer: olvidar. Estoy bastante desamparada con
Satanás al lado riéndose de mí. Se ríe de mi pobreza
porque Dios me tiene a mí pero yo no tengo todavía
a Dios.
He necesitado un poco de tiempo para ir asimilando esto
y poder escribiros. Satanás se ríe porque por la noche me
despiertan temores, el mismo silencio me despierta, y
tiemblo y sudo teniendo frío, y el miedo y la
debilidad se apoderan de mí, y me aterra el
amanecer. Ahora todavía no tengo salud suficiente para
recuperar alegría y quizás me cueste un poco salir de esto,
aunque ya estoy algo mejor.
Pasado otro día más, el Señor me dijo que no perdiera el
contacto con vosotros. Y es lo que os debo preguntar y
pedir: ¿Aceptáis la responsabilidad de alimentar mi
vocación mediante vuestra oración? Dicho de otro
modo es si queréis ser los protectores ante Dios de
16

mi vocación, de mi Vida, mediante la oración, frente


a los demás fuertes adversarios como Satanás y el
Mundo que están tramando ocasiones y laberintos
para que tropiece y perezca. Os ruego que hagáis un
poco de oración antes de responderme esto, pues está en
juego mi Vida con mi Señor. Y digo esto porque hoy por mí
está danzando una balanza, y soy prudente en no decir que
todos los hombres se salvan; pues es Dios misericordioso
pero también es dios justo. Y una cosa he de hacer como
dijo Jesús: "intentar entrar por la puerta estrecha". Si
aceptáis esta responsabilidad que os pido, tendrías de vez
en cuando noticias mías para saber como va la lucha de la
balanza, y si es necesario alentarme en mi enfrentamiento
con los enemigos que quieren alejarme del Amor de mi
Señor y darme una horrible Muerte eterna. De aceptar esto
sólo podríais ayudarme mediante la oración, pero os
comprometéis a hacerlo con constancia hasta verme en un
convento. Sería una protección secreta, sólo ante los
ojos de Dios. Y si necesitara alguna palabra o consejo os
escribiría y, de responderme, lo haríais por escrito por
medio de alguien como Chelo que creo no me abandonará.
De aceptar esta protección habréis de saber que nunca la
habría de saber nadie, ni mucho menos mis padres, al
menos no por ahora.
Si no aceptáis esto, no os reprocho, ni Dios lo hará.
Además aunque no aceptéis os agradezco todo lo que
habéis hecho por mí.
Os pido que me respondáis a esto con una carta antes del
día doce de septiembre y sin remite, porque el día doce
vuelve mi padre por aquí y si algo de esta carta se llegara a
saber me costaría mucho Si me dais una respuesta no lo
hagáis por teléfono, por favor, sino por esa carta que os
pido.
Si no me respondéis antes del día 12 sabré que no
habréis aceptado darme esa protección, mas os repito
hermanos míos que nada os reprocharía.
¿Sabéis? es difícil aceptar todo esto, y sin embargo
incluso pedí al Señor que me dejara beber su cáliz.
Ahora soy un poco más consciente de lo que significa
esto, y no me echo atrás. No sé como voy a ir curando
estas heridas pues el tiempo para hacerlo es limitado.
17

Si no aceptáis esta ayuda que os pido una cosa os ruego,


y es que no me traicionéis diciendo lo que no habéis de
decir. Si es necesario romped esta carta. No temáis el
hecho de recibir esta carta por el hecho de ser secreta, Dios
me ha confiado que es su voluntad.
Es difícil limpiar el barro, es difícil construir lo que
derriban y volver a construir cuando cae, y volver a
construir.
Es difícil respirar cuando la propia miseria cae en el
infinito. Es difícil luchar solo frente a la Muerte. Es difícil
resistir la existencia de la división cuando la comunión en
Cristo es una meta. Es difícil tragarse las lágrimas
sonriendo con inocencia. Es difícil cantar cuando el cielo
está gris y más difícil callar ese canto. Es difícil ser
testigo de Dios con miedo. Es difícil tener niebla en
el corazón y sol en el rostro para darlo a los demás.
Es difícil vivir muriendo. Es difícil esperar. Es difícil
arriesgarse. Es difícil lanzarse débil a la Providencia.
Es difícil sufrir. Y es difícil sufrir en solitario.
Llevo "la cruz del hermano" sobre el pecho. También
debo agradeceros por ella. Os envío la flor blanca que
creció más abajo del arbusto. Tiene un poco de mi sangre.
Guardadla. Simboliza mi vida. He descubierto en ella un
gusano. Que Dios me salve. Si se pudre echadla, echadla
fuera y rápido.
Que se cumpla la voluntad de Dios. Si veis a mi amado
decidle que le espero y le necesito mucho. No puedo
ser materialista y comprándome un vestido olvidarle. Le
amaré como más puedo amarle porque Él es mi amado, así
de sencillo. Y al decir Amor, Amado, Amante, Amar, digo
algo tan profundo y sagrado que pocos entienden.
Si no aceptáis darme esta protección que os pido es muy
fácil que esta carta sea durante bastante tiempo el final del
mismo mesón en el camino. Mas aunque así fuera, os deseo
con toda el alma, que la Paz de Dios, el Amor de Dios y la
Bendición de Dios está con vosotros mis hermanos, y os
santifique. Bendito sea nuestro Dios. Amén.
Vuestra hermana.
Tere
18

Y dejadme que firme esta carta con el verdadero nombre


que Dios me dotó el día de Navidad de 1963
Teresa de Jesús

Quizás entendáis ahora por qué siento la necesidad de


unirme a Dios pese a ser "tan joven" para muchos. ¿No os
dais cuenta que he nacido para su recreo y recrearme en
Él? pero no como un juguete ¡no! que así no es mi Dios,
sino como una mujer consagrada a Él por su propio Amor.
¡Gloria a mi Dios!
Hoy es domingo y, al despertar, he descubierto que la
flor tenía un gran agujero con un gusano vivo que se movía
y comía la flor blanca y mi sangre que ella tenía. La he
arrojado lejos, fuera, para no enviaros algo podrido. Rezad,
ayudadme por favor, que mi fin no puede ser el gusano.
Esto viene a confirmarme que soy polvo. ¿Acaso he
derramado sangre en esa flor para ser comida por los
gusanos? Dios, oh Dios. No me abandones. Todavía confío
en Ti, ni el gusano podrá vencerme. Oh Dios ¿a qué prueba
vas a someterme? ¿voy a llevar el traje de novia horadado
por los gusanos? ¿Me seguirás queriendo entonces oh
Jesús? Jesús, ¡aleja de mí a Satanás!
¡¡ Por favor hermanos!! no me neguéis la protección que
os pido pero ¡HÁGASE LA VOLUNTAD DE DIOS!.

6 S.S. 12-9-80
A mi hermano Julio:
La Paz de Dios esté contigo.
-Con el apoyo y el mandato de Dios para escribirte, me
atrevo a dirigirte esta carta. Arriesgo mucho en todo esto,
pero sé que acogerás esta carta con misericordia; quizás
pierda ya todo, si es que algo me queda, pero creo
tener el pie bien seguro en la Voluntad de mi Dios.
Al menos tengo en mi favor la pureza de mi
intención.
-Quiero pedirte perdón y a Chus también por mis ofensas.
En la última carta os pedí ayuda pues el Señor me mandó
no perder el contacto con vosotros, pero no supe pedírosla
19

debidamente porque no supe sufrir con la cabeza erguida.


Supliqué como un gusano, no supe amar y sufrir por Cristo
sin buscar ser consolada, y ahora me duele mucho haber
ofendido a Dios y a vosotros mis hermanos.
Tengo que pedirte consejo Julio. El Señor te está dando la
sabiduría, lo sé, es un don que te está dando sin esperar a
que llegue tu vejez. Y el Señor me empuja a pedirte
consejo. Tengo que pedírtelo a ti, y no a mis padres y
hermanos.
Tengo que preguntarte una cosa pues el Señor me dice
que tú tienes la respuesta: ¿Contra qué lucho?
Amo a mi Dios y siento que Él me llama, porque si no, no
sentiría la necesidad inmediata de acudir a Él con tanta
fuerza. Me llama con su Amor.
En la carta anterior os dije que la voluntad de mi Señor
era hacerme una mujer fuerte por el camino que me
expusieron mis padres; mas esto fue algo que pensé yo
pues veía que con 16 años soy menor de edad y legalmente
no puedo hacer nada; por otra parte, me dijeron mis padres
que si fuera ahora a un convento no me acogerían, y, por
otra parte, ver llorar e mi madre y oír sus palabras pudieron
en aquel momento conmigo. Creí que al no tener ningún
tipo de salida habría de ser necesariamente esa la Voluntad
de Dios, y estaba dispuesta a seguirle directamente a Él,
sola, aunque sabía lo difícil que esto sería.
Sin embargo tenía que estar equivocada, porque hay
presión de los de-seos de mi Amado, y de los míos para con
Él, sobre mi vida. Y Él dice:
Teresa...Teresa...Teresa...Teresa... Y su voz me produce
angustia. Su voz me produciría placer si estuviera viviendo
como es su Voluntad y, sin embargo, me produce angustia,
tristeza, anhelo, inquietud, pues ahora hay algún lugar de la
tierra, o alguna, forma de vida o algún camino en el que
puedo estar más cerca de Dios. Aceptar esta realidad me
da miedo y tristeza porque ya he luchado la batalla y tengo
heridas profundas. Además me asusto de mí misma porque,
pese a las heridas de la batalla, tengo en mí una fuerza
increíble para seguir luchando.
- La herida más profunda fue una frase de mi madre,
dicha con cariño, lágrimas y voz entrecortada: "Teresita, te
20

voy a decir algo que a nadie se lo he dicho, sé que me


quieres poco".
Esto es el máximo valor que podía en aquel momento dar
a Jesús, y ya lo he hecho. Me acuerdo de une frase que tú
me escribiste: "Jesús te ha comprado en un alto precio". Y
es cierto. Y mi corazón se robustece para seguir amándole.
Ya me hubiera costado dejar a mis padres sabiendo que no
me comprendían. No sabes, Julio, cómo me duele lo que he
tenido que hacer. Ahora he tenido que dejar a mi madre
creyendo ella en profundidad que yo no la quiero, la he
dejado aun cuando me decía que me apoyaría cuando
tenga mis 25,26 años. La he dejado llorando, porque cree
que su hija no le quiere, y digo la he dejado, porque mi
mente, mi corazón, mi alma, mi cuerpo, mi espíritu, mi ser,
dejan a mi madre porque Aman y prefieren más al Esposo.
Tengo miedo de mí misma. La he dejado porque sea cual
sea la Voluntad de mi Dios, la haré. A veces me aterra la
posibilidad de estar equivocada, porque entonces, ¿¿qué he
hecho con mi madre??
No te puedes imaginar cómo me duele hacerle esto.
Y todavía rechazo más, y les causo más dolor si rechazo
sus caminos pues ellos me han ofrecido la posibilidad de ser
religiosa después de una carrera. Y yo misma me siento
morir en los momentos en que temo no esperar a los 25
años. Julio, dime contra qué lucho, ¿por qué si ellos me
quieren tanto y tienen tan buena voluntad, y si yo quiero
estar cerca de mi Dios, por qué les hago daño? Dios es el
mismo ¿por qué les hago daño? ¿Por qué han hablado con
Irene Serrano, con el psicólogo y otros, sobre mí y a mis
espaldas? ¿Por qué personas con hábito no encuentran
razonable que lo deje todo por Jesús?
Dime por qué, Julio, dímelo; tú sabes mucho más de esto
que yo. Si no sé contra qué lucho cómo voy a luchar sin
confundirme.
¿Qué tengo que hacer, Julio? Te lo digo con toda mi
pureza, con todo lo bueno que Dios ha podido regalarme,
con toda mi sinceridad y confianza. ¿Qué tengo que hacer,
sacerdote santo? ¿Cómo tengo que luchar, hermano? Dios
insiste en que os pregunte, en que no pierda el contacto
con vosotros y en que te obedezca. Quizás sea porque
puedas darme una respuesta.
21

¿Hago bien en temer lo que hago?


Tengo la certeza de que, sea cual sea la Voluntad de mis
padres, no debo perder el contacto con vosotros. Y me doy
cuenta de que quizás ya comienzo a ser un "peso" para
vosotros, por eso casi no me atrevo a escribirte, pero el
apoyo de Dios y la unión que Él establece entre sus hijos es
lo que me alienta.
Tu que eres sacerdote santo, y además mi hermano y
amigo, dime ¿he pecado contra mi madre? Si lo he hecho,
no entiendo cómo puedo seguir amando a Dios.
Bueno, no quiero extenderme más.
Sufro también de pensar que por mi culpa podéis pagar
algún precio vosotros. Que Dios no permita esto. Si es así,
iré al templo y ofreceré mi vida a Dios como pasto de
martirio a cambio de que ningún mal y menos por mi culpa
pueda tocar la vuestra. Te lo prometo.
Dios te conceda Vida eterna, sacerdote santo.
Con Amor de Dios y fe en la esperanza
Un fuerte abrazo.
Tu hermana Tere.

P. D. El 24 tengo 2 exámenes de música. Creo que luego


volveré a Madrid.
Deséame suerte; creo que esta vez la voy a necesitar.
- La Paz de Dios esté contigo.

7 11-10-80
A mi hermano Julio:
Mi ser entero alaba al Señor por los hombres que
habitan en las entrañas de Cristo Benditos sean.
-La paz de Cristo esté en tu espíritu.
El tiempo va pasando pero nunca se acaba. Hoy soy parte
del pueblo disperso de Israel.
No puedo expresar en voz alta mi fe personal y no puedo
vivirla en comunidad. Tras duras luchas -contra no sé
22

qué- he perdido ante los demás, y, mi Dios, celoso,


me lo ha quitado todo; incluso el amor de mi familia
porque ellos rechazan el ser que verdaderamente
soy. El mundo no me ama, pero esto no me asusta.
Mi única paz es la de no ser nada, la de abandonar
todos mis riesgos en Jesús; mi vida entera está en
sus manos. No puedo orar como quisiera y esto me
apena. El Señor habrá de alimentarme. Mi vida
depende de la confianza en Él.
No quiero pensar en el futuro, sólo quiero amar
el presente en Cristo y mi esperanza es mantener
eternamente este presente y llevarlo a plenitud.
Sí, mi vida es un desierto porque he nacido para
Amar a mi Dios, y mi Dios es celoso. Camino sobre
arenas; no tengo propiedad privada -excepto el
rosario de mi abuela, la cruz que me diste tú y la
cruz que me dio mi padre-, ni siquiera me ha
quedado la Biblia. Unas veces me azota la soledad,
otras el vacío, otras el mal y las duras tentaciones, y
otras el mismo desierto se vuelve contra mí y me
rechaza la tierra por la que camino. Quizás empiezo a
entender el concepto de peregrino. Me pesan las
lágrimas.
Jesús es quien mueve mi alma, y hoy me da su paz como
una brisa suave que juguetea con mis arenas, las levanta y
las acaricia. Jesús siempre me ha tratado con cariño.
El me hace dócil sometiendo mi alma a bruscos cambios
de su voluntad. Hace una semana puso en mi interior una
sólida roca para poder decir: "aitá, amá, me voy". Y cuando
faltaba un paso para poder decir esto me ordenó silencio.
No lo entiendo pero obedezco. Y hoy estoy en la Iglesia
del silencio; mi corazón desea gritar el nombre de Jesús, y
he de callar; deseo luchar por la Comunidad y convivir y
orar con ella. y debo guardar silencio dejando creer a los
que me rodean, su triunfo. Pero el Señor me está
enseñando la sumisión. Él es mi Maestro.
Vivo el día esperando a que pase, todo el día
lleno de superficialidades, rechazos y palabras
profanas. Cuando llega la noche recibo el silencio, y
con él aprendo a amar a los hombres que no
conozco. Y en ese silencio veo mi soledad y mi
23

desierto, y veo el amor infinito de Dios a los


hombres. Deseo llorar, gemir, gritar, retorcerme en las
paredes, en las puertas, necesito hacer física mi
desesperación y mi esperanza para hallar paz profunda.
Pero Jesús gobierna este sentimiento y para
compensarlo derrama tanto Amor que me pacifica,
me apacienta, e incluso me hace sonreír.
Cada día me resulta más difícil estudiar. ¡Qué absurdos
son los planes de los hombres!
Ya oscurece. ¡Oh Dios! otro día más...No sé qué voy a
hacer, pero la verdad es que no tengo otro camino que
seguir, y lo que venga.
Hace una semana estuve con Mercedes; me animó
mucho el estar con ella. El Señor es muy generoso conmigo.
La verdad es que os debo mucho a todos vosotros; y os
aseguro que mi presencia ante Dios no puede ser sino un
testimonio a vuestro favor.
Ya que no puedo hablar por teléfono te vuelvo a escribir.
Me hizo ilusión que me llamarais y espero que me
perdonéis lo "seca" que estoy por teléfono, pero es que no
puedo decir más que "sí", "no", "claro".
Me dijo Julia que os dejan celebrar Eucaristías en la
Asunción ; no os preocupéis, así tiene que ser. En cuanto
amar a Cristo supone comprometerse verdaderamente y
salir de un esquema "vulgar" o "normal", se escandalizan.
Pero es que Cristo no es una "cosa normal". Vosotros seguid
evangelizando, que oigan los que quieran, estáis en la
"Verdad".
Si pudiera ayudaros a algo... Os podéis reír si queréis
pues no se qué puedo tener para daros, pero sabed
siempre que sinceramente lo que es mío es vuestro.
Bueno, no puedo terminar esta carta sin decir ¡Gloria al
Señor!
Sé que hay gente de la comunidad que lo está pasando
mal. Os prometo que rezaré por todos. También sé que la
comunidad se está agrandando, lo cual me alegra. ¡Es
grande el Señor! Saluda a Chus de mi parte. Os quiero
mucho a todos. "Papá" os bendice.
Un abrazo muy fuerte
24

Tere

8 -LA PAZ DE CRISTO


M. 25-10-80
Veía siempre al Señor delante de mi -porque está a mi
diestra, para que yo no vacile- por esto se regocijó mi
corazón, se alegró mi lengua y hasta mi carne descansará
en la esperanza -de que no abandonarás en el infierno mi
alma- ni permitirás que tu santo vea la corrupción -le diste
a conocer los caminos de la vida- me colmarás de gozo en
tu presencia (Hechos 2, 25-28).
A mi hermano Julio:
LA PAZ DE JESÚS CONTIGO.
Hace tan solo una semana que no os he visto; sin
embargo, escribo de nuevo para compartir lo que he vivido
esta semana.
Mi Señor ha sembrado en mi corazón una nueva semilla
de Amor. Empiezo a amar a mis padres de una manera
diferente, independientemente de sus actitudes conmigo y
de toda circunstancia. Este nuevo Amor no ata sino
libera. Al menos hoy es más dulce el desierto y está
menos seco mi corazón. Tengo en mi interior libertad
de Jesús, y una rama verde brota en pleno invierno.
He pensado mucho en la comunidad, y me doy cuenta de
que muchos hermanos están sufriendo, quisiera darles mi
rama verde. Quiero unirme a ellos en su sufrimiento y
darles mi esperanza. He pensado especialmente en Chus;
el domingo pasado había tristeza y cansancio en sus
palabras, en su mirada e incluso en su sonrisa. También me
ha apenado la enfermedad de Julián. En cuanto se opere
Marcelino haré una "escapadita" para visitarle en el
hospital. También me preocupa la espera de Mercedes.
Estuve hablando con Julia y mis palabras no consiguieron
ayudarla. Sé que no soy nada, y no tengo algo con que
ayudaros eficazmente; pero puede ser un apoyo para
quien esté cansado. Aunque no pueda ir allí me
siento muy unida a todos vosotros y también me
solidarizo con el sufrimiento de la comunidad. El
25

Señor me ha enseñado a amaros. Quiero orar al


Padre por todos vosotros. El dijo "Pedid y se os dará".
Me encantaría conocer a los hermanos nuevos de la
comunidad. Aunque no los conozco les deseo la Paz de
Cristo En todos ellos está la esperanza de la Iglesia, porque
la esperanza de la Iglesia está en Jesús y en el mismo
pueblo de Dios.
-En la tarde del lunes, con las nubes se formó la palabra
"IN" y la figura de un ángel sosteniendo a una mujer con los
brazos extendidos. Junto a ella otra figura, como una
reverencia. La palabra clave fue "mendigo".
-El jueves me impresionó el accidente en Vizcaya de los
niños. ¿Por qué ellos?.. Una frase me hizo pensar en Jesús
tierno y dulce "Dejad que los niños se acerquen a mí". ¿Por
qué juzgamos a Dios?
"Dejad que los niños se acerquen a mí". Y Jesús se los ha
llevado...
-El viernes estuve muy nerviosa. Me atrevo a contártelo
porque tengo mucha confianza contigo. Se trata de una
nueva experiencia con el Mal; ya es la tercera. Nada
os dije la primera vez que me ocurrió, aunque como me
impresionó un poco me parece que lo comenté con Ana o
con Julia. Fue a finales de mayo o principios de junio. Todo
se limitó a miedo y una sensación de mucho viento entre
las sábanas de mi cama. La segunda vez fue en S.S una
noche en que estaba rezando el rosario y orando por la
pasión de Jesús. Ya os hablé de ello.
Y el Señor ha permitido que tenga una tercera
experiencia esta semana, la noche del jueves 23 al viernes
24. Me acosté temprano, hacia las 11,30. Por la noche me
desperté con esa sensación de miedo tan peculiar. Esta
vez tuve que luchar. Una energía muy fuerte me
aprisionaba la nuca. Empecé a rezar un Padre
Nuestro. A medida que lo iba rezando, la energía se
hizo más fuerte, quería entrar en mi cabeza; yo me
opuse rezando con más fuerza, y la energía se hizo
mayor, como rabiosa. Llegué a una tensión muy
fuerte, y de repente noté una sacudida; me cogió tan
de sorpresa que de poco lancé un grito, menos mal
que el Señor me contuvo a tiempo, se hubieran
despertado los demás. Tuvo que ser el Señor quien
26

me sacó de todo. Después de la sacudida ya no


sentía esa fuerza sobre la cabeza, pero todavía
notaba algo raro, una intranquilidad, no sé
explicarme. No sabía si rezar o no; tenía miedo de
que lo intentara de nuevo. Había momentos en que si
rezaba se acercaba y se acercaba más, y otras veces,
al rezar, encontraba yo un poco de seguridad. Me
acordé del rosario, pero esa noche no lo tenía a
mano y me daba miedo moverme. Sin embargo,
agarré fuertemente las dos cruces que llevo en la
cadena. Terminé llorando porque sólo podía
ayudarme mi Jesús, que estaba conmigo, pero yo lo
sentía muy lejos. Mi única defensa era decir una y
otra vez: soy del Señor, el Señor es mi Refugio. Y
fueron largas horas hasta el amanecer. Todavía aún
habiendo amanecido estaba intranquila y notaba la
presencia de ese mal -aunque cada vez menor- y así
hasta que desapareció.
-Hoy ya es sábado. Por la mañana he tenido que ir al
Museo del Prado. Y no sé qué me ha pasado que de repente
me he puesto mal. Habrá sido el desayuno que, como me
he pegado fuertes corridas, no me ha sentado bien. Menos
mal que estaba allí Piluca y me ha ayudado. Luego ya me
he recuperado. Y me he marchado al Retiro a ver si
encontraba al grupo de Maranatha . Y lo encontré cerca del
estanque. Lo malo fue que lo encontré cuando ya se estaba
dispersando, y es que llegué tarde, pero el Señor ya me ha
permitido saber dónde es para la próxima ocasión.
Me acaba de llamar Ana; me ha dicho que habéis tenido
un retiro y que está fenomenal. Me alegra su bienestar.
Además donde hay oración hay Vida.
Cualquier día me veis por allí si el Señor me da la
oportunidad. No me acabo de resignar. Intento callar y ser
sumisa con mis padres. Pero no me resigno. Porque como
decía Mercedes "¿Por qué si tenemos el pastel entero nos
vamos a conformar con las migajas?" Nada, que un impulso
un poco fuerte y vuelvo a hablar, o me voy a Maranatha, o,
en fin, que el Señor haga conmigo lo que quiera.
Bueno, hermano mío, ¡Animo! -¿Sabes Julio? El Señor
te está utilizando para hacer algo muy importante.
Tú sigue siendo el Pastor del Rebaño, y consuela y
27

guía a las ovejas. Jesús te bendice y te acompaña,


pues Él bendice a sus sacerdotes y hace presencia en
ellos. El Señor cuidará y saciará a su pueblo.
El Señor te cuide y te guarde. Un abrazo muy fuerte
tu hermana
Tere
-LA PAZ DE JESUS CONTIGO.

9 M. 3-11-80
CANTARÉ ETERNAMENTE LAS MISERICORDIAS DEL SEÑOR
A mis hermanos Julio y Chus:
-LA PAZ DE JESUS.
-Hermanos míos, el Señor me permite encontrar alivio y
desahogo cuando os escribo. Y quiero agradeceros por la
paciencia, el cariño y la hospitalidad con que me acogéis.
-Os debo mucho; os debo todo, me habéis dado a
Cristo
Y gozosa estoy de haber contraído esta deuda, porque en
ella me ha encontrado Dios y porque en ella he conocido
que sois mis hermanos.
-Vosotros también sois mi familia; y quiero que participéis
de lo que me ocurre. Hay una palabra que en este
momento definiría muy bien mi situación y es
"contrariedad".
Me pesa una gran tristeza y, sin embargo, no sufro, me
desespera esperar , y sin embargo, estoy dispuesta a
esperar aún sin esperanza, hasta tal punto que espero sin
esperar; pero esto tampoco es cierto porque espero en
Dios. Vivo sin vivir como si alguien me hubiera robado
el alma; pero esto no es verdad porque si no, no sufriría.
Una locura de Amor me dirige, hasta el punto que me siento
con fuerza de morir por Cristo y arrastrar ese amor por
todos mis hermanos; pero ¿por qué entonces no amo a mis
padres? No es cierto, les quiero, pero ¿por qué entonces
esa falta de amor? No entiendo nada, si no es verdad que
no amo a mis padres ¿por qué me siento culpable? Y si no
amo a mis padres ¿no amo a Dios? ¡no! eso si que no es
28

verdad, porque no es mía esa mentira. No puedo dar


respuesta a las preguntas anteriores pero que amo al Señor
es cierto. Quiero al Señor y le ofendo más que nunca.
Mi vida adquiere la forma de una rueda, sin futuro,
absurda, inútil; y soy consciente de que esto no es cierto,
pues se que he nacido por Amor de Dios y para mi Dios.
Todavía soy demasiado egoísta, y estoy demasiado ciega, y
sin embargo, tengo una alegría: ver sin ver. Es horrible
este silencio, esta soledad que no me deja
abrazarme sino al silencio de una habitación. Pero
miro al crucifijo de la pared, y mi Cristo espera, y si
El espera, espero yo, si es necesario hasta siempre, o
hasta que algún bendito desclave a mi Cristo Y
aunque no quiero pensar en esta perspectiva de horas y
horas de espera, sin más futuro que más horas y horas de
espera ante mis ojos, -aunque mi cabeza sabe que no es
cierto- lucharé, y hasta morir -como decía Marcelino-. Y
mientras Cristo espere, espero yo.
Como veis, a veces parece que mis palabras no tienen
sentido, pero no intentéis hallarles una lógica. Yo misma
soy una lucha constante; no sé contra que lucho, y sí
lo sé; porque en las experiencias con el mal he
podido sentir un poco la ausencia de Dios, y, por otra
parte, esto no ha podido ser porque Dios no me ha
abandonado. Bueno, que si sigo con esto os vuelvo locos.
Lo que tengo un poco más claro es que me siento
utilizada pero sin saber en qué; como al caballo al que saca
el picador a la plaza, con los ojos vendados para que no vea
al toro, y así obedezca al picador sin ser un obstáculo. Creo
que el Señor me está utilizando, pero lo hace
sabiamente, tapándome los ojos, y así me libra de un
gran peligro: glorificarme en lo que no es mío -y
nada es mío-.
-Miro al cielo; hoy hay nubes. Me acuerdo del dibujo de
hace dos semanas. Hoy está muy lejos de mí el entenderlo.
Soy totalmente incapaz de saber que quiere decir, ni
siquiera de intuirlo. Está muy lejos de mis posibilidades.

-El domingo vi a Julia. Está llena de Dios. Me gustaba


oírla. Teníais que habernos visto a las dos, riéndonos,
29

cantando, y por la forma de caminar de Julia yo diría que


bailaba. Nos quedamos hechas unas sopas, pues nos cogió
un buen chaparrón. Pero, haced la prueba, decidle a Julia
que "amistad es hacer pasteles en casa de Julia", y una de
dos, o se echa a reír a carcajadas, o bien os contesta "Iesú".
Me estuvo hablando de la comunidad y del encuentro de
Taizé; y la verdad es que tras todo esto, sólo se puede
alabar al Señor, y alegrarse en Él. Hay algo que estoy
pensándolo bastante y que me llena de alegría y es
el pensar que Jesús es el fuego, la llama, y la luz, y
que nosotros no somos el fuego ni la llama ni la luz,
sino la cera consumida en el fuego de Cristo En el
fuego de Cristo nos purificamos y la alegría de
contemplar la llama es inmensa. El destino del
hombre es arder en esa llama; algún día nos
daremos cuenta de que consumida la cera seguimos
ardiendo, pues Dios ya nos habrá hecho partícipes
de su fuego. ¡Que gran dicha va a nacer en nuestros
corazones! ¡Bendito sea el Señor nuestro Dios,
Amante de su pueblo!
-Un día pedí al Señor que no me separara de la
comunidad y me llamó ¡idiota! por osar hablar de
separación al "Dios de la unidad".
-Otro día el Señor me dijo que estaba triste; nos pedía
que le amáramos.
-Una vez me sentí muy mal, y le pedí a Cristo que
me amara, que por favor Él me amara. Y en lugar de
oír una respuesta de un "sí" dicha de Dios, sentado
desde el trono, vi al Hijo de rodillas humillado,
clamando a las puertas con una voz lastimera,
diciendo: "ÁMAME". Creo que hay dos cosas que Dios
nos pide con fuerza: el AMOR y la UNIDAD. ¿Se ama?
¿Estamos en comunión? Si no es así ¡¡¡grito!!! al pueblo de
Dios que nos amemos en común-unión.
-Oigo toser a mi padre; hace unos cuantos días que no se
encuentra bien. Si supierais cómo me duele oírle toser.
Además cada vez que lo hace me siento muy pecadora.
Creo que en el fondo les quiero. Soy una mala hija, no
puedo ver envejecer a mi madre y ver así a mi padre y
seguir fingiendo. Y, sin embargo, lo hago.
30

Y yo hablo de Amor. Despreciadme, pero Amad hermanos


míos, no consideréis mis dudas, y perdonadme, porque os
quiero.
Creo que todos necesitamos orar. Todavía tengo la
esperanza de que el Señor nos dará oportunidades para
que podamos toda la Comunidad orar juntos. Tengo que
acabar ya esta carta, porque se me acaba ya el tiempo en
que podía escribiros, pero lo voy a hacer con constancia y
frecuencia si el Señor me lo permite. Jesús sabe que me
cuesta volver a enfrentarme con esta realidad que no acabo
de aceptar. Pero "El Señor proveerá". Sólo puedo deciros
que os quiero con toda mi alma. Os quiero. Jesús os
bendiga.
Vuestra hermana
Tere
-EL SEÑOR OS DE LA PAZ

10 Madrid, 3-11-80

Querida Tere:
Acabamos de estar juntos Julio y yo y hablando de mil
cosas, también hablamos de ti y nos hemos separado, cada
uno a su habitación, porque nos han entrado ganas de
escribirte unas letras. Y eso es lo que estamos haciendo
cada uno por su parte.
Como en alguna carta la dices a Julio que puede
compartirla conmigo así lo ha hecho varias veces. Yo te lo
agradezco mucho y le agradezco al Señor que a través de ti
me haya dado paz y alegría. Tus cartas me han producido
este efecto y se lo he agradecido al Señor. Me encanta la
sencillez con que el Señor ha puesto amor en ti y me
encanta tu manera de responder atraída desde tu interior
hacia Él por una fuerza poderosa. Como dices, el Señor
siempre te ha tratado bien, ha sido cariñoso contigo. Te ha
dejado en una gran pobreza, pues tu experiencia
interior no la puedes compartir a diario con
31

nadie...se conoce que Él quiere que, de momento, le


conozcas a Él solo y en soledad para que no se
mezcle ningún otro tipo de emoción. Es muy duro
esto. Te comprendo y cuando varias veces te has dirigido a
mí para decirme: "Chus, tengo ganas de morirme" (Eso me
dijiste en Rentería y cosas equivalentes el otro día) he
vivido la frase en silencio porque sé de qué experiencia
salía y sé también de mi impotencia.
Yo lo único que puedo decirte es que alabo al
Señor, su cercanía, su finura y su poder. El hace
cosas bonitas donde le place, aún en la libertad
humana inclinada por el pecado de origen, al olvido y
la distracción. Alabo al Señor también por las cosas que
está haciendo en la comunidad. Te aseguro que hace cinco
años jamás pensé yo que, en medio de nosotros, pudiera
revelarse de una manera tan palpable el Espíritu de
Santidad. Jesús ha derramado su Espíritu y éste nos está
haciendo de alguna manera sus criaturas, conformando en
nuestro interior la imagen de Jesús. Yo, la verdad, alguna
vez me asombro pensando en qué querrá el Señor de
nosotros.
Yo te animo Tere, a que sigas aceptando tu gran
prueba. Estate serena. Se sumisa con tus padres
hasta que el Señor diga otra cosa, que Él en esas
dificultades te está queriendo mucho. Por otra parte
es poderoso para cambiar cualquier rumbo cuando le
plazca.
Ya sabes que no estás sola...La iglesia, en este caso
nosotros que te conocemos, oramos por ti y te
acompañamos en el Espíritu.
Estoy seguro que notarás esa compañía y confortará tu
interior.
Están tocando para la Eucaristía.
Un abrazo muy fuerte
Chus

El banco del pecador


32

11 M. 10-11-80

"Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres


que ama el Señor Por tu inmensa gloria, te alabamos, te
bendecimos, te adoramos, sólo tú eres santo, sólo tú
Señor".

A mis hermanos Julio y Chus:


-Paz de Dios.
Amados hermanos míos: hay una palabra que estaba
olvidando por propia miseria: "serenidad"; la
serenidad de los sencillos para abandonarse a Cristo
El amor de Cristo en la comunidad, en vosotros y en la
oración, me la ha recordado. Perdonadme por mi falta de
serenidad y mi actitud estúpida. Hoy vuelvo a nacer en esa
serenidad y digo:
-Es cierto, "sólo Dios basta". De ahí que os escribo para
deciros que he entendido que lo que un discípulo de
Cristo vive, no es para él. El discípulo de Cristo es el
último en recibir el fruto. Cristo cerrará las puertas a
mi egoísmo. Y os digo que mi soledad, mi temor, mi
espera, mi "pustinia", no es mía ni para mí. Es un regalo,
pues el Señor me dice que esta soledad es la puerta
que me da para recibir un Amor para los demás. Él lo
da todo gratis. El fruto que nazca de esta soledad es
un fruto que el Padre regala a sus hijos, el fruto no es
para mí, sino para vosotros. Y digo para vosotros porque
Dios me permite pedir que os conceda ese fruto a vosotros,
especialmente a vosotros, que sois la Comunidad que Dios
me ha dado. Lo que se recibe del Padre es un regalo de
Amor para los hermanos en Dios.
Así empiezo una nueva misión; me imagino que en mis
cartas varias veces os hablaré de mi miseria humana; a
veces lo haré por debilidad, y otras para comunicarme con
vosotros con el cariño de una hermana. Caeré muchas
veces, pero no importa. La misión que he de comenzar
ahora no es la de exponer mi miseria y mis problemas. La
rama verde no va a morir sepultada por la nieve; al
contrario, ha de verdear muchos árboles, y ha de mantener
durante el invierno el verdor de los que ya la poseen.
33

Empieza la misión de ser bálsamo para el pecador.


En ella deposito el Amor que Dios me envía, y
aunque mis limitaciones me impedirán muchas veces
conseguir consolar, me ofrezco a Dios y a vosotros
como el banco del pobre, del cansado, del triste y,
especialmente, por la infinita misericordia de Dios:
¡Heme aquí como banco del pecador!
Por eso, mi primera misión como pequeña aprendiz de
Cristo empieza así:

A mis amados hermanos con Amor de Cristo:


CONSUELO DE UN POBRE
(Para consuelo de mis hermanos en el pecado)
-"Bienaventurados los pobres de espíritu"
La gran pobreza del hombre es la de no ser santo;
la negación al amor de Dios; la caída del pecador.
-El Amor que recibimos se multiplica infinitamente
a mayor pecado nuestro, porque el Amor de Dios es
el Amor por el débil.
-Cristo está en el polvo del pecador: el Hijo Amado
cayó tres veces por el peso de nuestros pecados,
mordiendo el polvo. Y este polvo indigno de la tierra,
se empapó del esfuerzo, las lágrimas y la sangre de
Jesús. Más indigno es el polvo del hombre. Y el Señor lo
ama tanto que lo colocó por encima de todas las criaturas
que El creó, por encima incluso del agua y del fuego. Y
tanto ama Dios a este polvo indigno que lo llama: "mi
preferido".
-El hombre es como un vaso de barro seco,
resquebrajado, polvoriento, vacío. Sólo puede vivir si
experimenta el perdón de Dios.
El perdón. Para ello sólo hay que aceptar ser purificados.
La victoria del sacrificio ha sido de nuestro Santo de
Israel, el Cordero Pascual; su sangre ha empapado
los altares de los templos de Dios; y nosotros,
hermanos, somos templos de Dios, y por la sangre
del Cordero somos ya purificados. Hay que hacerse
niño para aceptar ser perdonado. Abrir las manos y
34

recibir el Perdón. El Amor de Jesús es gratuito, tan


inmenso que desborda nuestra capacidad. A veces el
pecador no puede sino mortificarse para responder a tanto
Amor. Así nace el deseo y la necesidad de sufrir. Pero es
mucho más grandiosa la purificación de los más sencillos, la
de los más pobres, la purificación del pecador atado a
su pecado; su purificación es la alabanza y la
glorificación de la Trinidad. Aceptar a Dios así de
grande, así de inmenso, y alabarle en su grandeza y en su
inmensidad. El pecador se purifica alabando al Señor
en su santidad.
Hermanos míos en el pecado, nuestra palabra
santa, divina, hecha en especial para que gocen
nuestros oídos al oírla, nuestra boca al pronunciarla,
es "Misericordia". La Misericordia es para el gozo del
pecador, del indigno, del enfermo en el espíritu por
la esclavitud al mal. De la Misericordia de Dios nos
alimentamos; la Misericordia nos sustenta en la fe y
en la existencia.
Hermanos míos en el pecado, el Amor de Dios se
acrecienta hacia el más pobre. Tanto es así que el Padre, el
Hijo y el Espíritu llaman al pecador "mi preferido".
¡Aleluya! Hermanos en la pobreza ¡Aleluya!
Hermanos en el pecado ¡Aleluya!, que nuestra
debilidad por la que nos despreciamos, nuestra
debilidad de la que somos incapaces de liberarnos,
nuestra debilidad seduce a Cristo
Os quiero. Rezo por todos.
Vuestra hermana.

Tere

P.D. Julio, me pesa en la conciencia lo que hayas tenido


que pagar por el libro "Pustinia", pero te lo agradezco de
corazón. Gracias hermano mío. Y a ti Chus, te animo a que
sigas enseñando Filosofía. ¿Te das cuenta de que cuando
enseñas está enseñando Cristo? Desde luego el Señor es un
Gran Maestro. ¡Ah! se me olvidó agradecer a Marcelino su
servicio de "taxista".
35

-Paz de Dios
(Julio, te envío unas medallas de oro; yo no necesito oro;
hubiera ido a la joyería y las hubiera fundido, y con el
dinero darlo a quien lo necesite; pero en la joyería me
conocen. No se te ocurra devolvérmelas; sé lo que hago. Es
muy poca cosa pero puede servir de algo. Gracias. Tere.)
Veo que es peligroso enviarlas por carta, te las daré en
mano.

12 Testimonio de Tere Lizaso


Amados hermanos míos:
La paz de Cristo con vosotros.
Me alegro de que el Señor nos acerque hoy. Comparto
con vosotros el testimonio de mi vida; que sea un reflejo de
que Cristo vive hoy, y es el mismo ayer, hoy y mañana.
-Nací en San Sebastián, en la Navidad de 1963. Mi
verdadero nombre es Teresa de Jesús. Mi infancia está llena
de buenos recuerdos y de personas que me han amado y a
las que he querido. Desde pequeña he sido educada en
colegios religiosos, pero no he sido evangelizada hasta hace
nueve meses. Por naturaleza he amado el mar, el cielo, los
campos, las flores, los animales, el arte, la música...Siempre
me consideraron los demás de carácter dócil, tranquila y
sentimental. Era una niña muy abierta, y en mi inocencia no
dudaba en expresar lo que vivía; así, siendo más mayor,
alguna vez me han contado que con seis y siete años
llegaba a casa loca de alegría diciendo: ¡¡tía!! ¡me he
confesado con la Virgen! o bien "mamá tengo mucho miedo
del demonio". Ya entonces decía que quería "ser monja",
pero todavía no era consciente de casi nada. Hacia los siete
años, en mi interior y en mi silencio sufrí un gran trauma
cuando echaron de mi casa a una chica a la que yo quería
como a una hermana. Desde entonces soy consciente de
tener el don de no reducir a mi familia a un parentesco. De
7 a 12, 13, 14 años triunfé en mis estudios, y llovieron las
matrículas y los sb. En mi interior estaba fracasando. Sentía
desprecio por mí misma. Me enamoré desde los 11 años; y
para que sonriáis un poco, mi "primer amor" fue mi profesor
36

de gimnasia; podéis imaginar que era algo idealizado -si se


entera me mata-.
Seguí creciendo; de nuevo volvió a nacer en mí la
inquietud por Cristo Pero me enamoré de Nacho, y esto era
más real, e iba más en serio. Comienzan las muertes, el
terrorismo, los atentados, las manifestaciones, y empieza a
nacer en mí una indiferencia por la vida. Juzgo a Dios .
Llega septiembre de 1979 y tengo que dejar mi casa,
mis amigos, mi tierra, Nacho... y venir a Madrid -para mí
entonces Madrid era sólo una palabra-. El mundo se me cae
encima. Lloraba a escondidas; sin duda, a los demás
también les costaba marcharse; tenía que dar ánimos, ser
fuerte, y no hacer un drama de algo trivial. En mi interior
una voz gritaba ¡Señor, ayúdame!
Febrero de 1980.- La providencia me lleva a un retiro
con mis compañeras de clase los días 14 y 15. Conozco a
Julio y a Chus.
El Señor me seduce desde el día 14 sin casi ser yo
consciente de ello.
Noviembre de 1980.- ¡Estoy loca! ¡¡¡Aleluya!!! ¡Estoy
loca en Jesús!
He cambiado. Hace tiempo que el Señor ha
entrado en mi choza y ha dicho "éste es mi templo".
Desde entonces me hace ser consciente de que mora
en mí. Hace tiempo que me ha ordenado "sígueme".
Desde febrero he ido descubriendo a Cristo, el verdadero, y
es un Cristo vivo, amante, seductor. Desde abril y mayo
una gran fuerza empezó a habitar en mi corazón. El 17 de
mayo me consagré a Jesús en un retiro; fueron palabras
que Él puso en mi boca como respuesta al "sígueme". Qué
gran regalo el que me estaba dando el Señor, qué grande
fue descubrir poco a poco la comunidad. Cristo me estaba
dejando probar la miel. Pero qué gran azote se estaba ya
preparando contra mí...
Cristo ha echado por tierra las estructuras que me han
enseñado. Y esto ha escandalizado a los que me rodean.
No vale estar a medias aguas, en terreno neutral, y el
compromiso que se empezaba ya a saborear asusta a mis
padres...Voy cambiando y, de repente, me vuelvo anormal,
irracional, infantil, loca, con ideas muy raras, llevando una
37

vida no normal según ellos. Pero yo ya no soy la niña


"buena de antes". Alguien me ha cambiado. Los sábados
voy al grupo a orar, en lugar de salir a dar una vuelta. Las
monjas del colegio se escandalizan con estas niñas que
empiezan a decir "cosas raras". Pasa algo. Empieza a no
gustar esto a mis padres. Pero es demasiado tarde; Cristo
me ha dejado probar demasiada miel.
...Y, aparte de las circunstancias externas, una intensa
vida interior nace en mí. Desde la consagración del 17 de
mayo y la efusión de Espíritu, he tenido tres fuertes
contactos con el mal. Y mi alma se ha transformado
en un campo de batalla. Hace ya medio año que he
perdido a mi familia; es una sensación extraña. Y he tenido
duras experiencias de despreciar todo lo creado, y de no
amar. Pero una gran fuerza superior a mí me arrastra
por encima de todas las cadenas, seduciéndome en
una exigencia de total consagración a Dios. Él me
roba la voluntad y la identifica con un deseo de
fusión en Él.
Mis padres me niegan seguir asistiendo al grupo de
oración. Y en seguida comprendo que mi gran cruz va a ser
la de contar con la incomprensión de aquellos seres a los
que siempre he amado. Durante el verano me escapo los
miércoles a iglesias de la ciudad a adorar al Santísimo
Sacramento, a comulgar, a asistir a la Eucaristía, a vivir en
Cristo con intimidad. En mi interior empieza a pesar la
tristeza de hacer esto a escondidas. Me entero de que mis
padres han hablado a mis espaldas con psicólogos, con
religiosos y con la directora del colegio; en mi corazón ya
ha empezado a formarse una gran herida. La
incomunicación con mis padres es cada día mayor. Necesito
cariño y no se dan cuenta, me regañan, no aprecian mi
trabajo.
Durante el verano echo de menos la Comunidad; leo
mucho la Biblia, rezo, canto con la guitarra, y vivo tres
meses como en un retiro en soledad. En agosto veo a Chus,
Julio, Ana, Carmen y Vicente a la vuelta de Taizé. Y con
motivo de esto, se desencadena una gran tensión entre mis
padres y yo. El Señor me revela la dureza de lo que va a
ocurrir por medio de una flor blanca; me dice que confíe en
Él y, para que resista lo que va a ocurrir, me ordena hacer
38

mías de una manera especial tres frases de la Biblia-


tres frases que la Providencia me trajo a través de
Julio-: "Mi Amado es para mí y yo soy para mi
Amado". "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida".
"Poderoso es Dios para cumplir lo prometido". Esas
palabras se hacen mías.
Estalla todo. Mis padres me niegan seguir en la
Comunidad y me niegan mi visión de Cristo -no por mala
voluntad-. Me opongo a ello y les digo que quiero ingresar
este año en un noviciado. Esto es un desprecio para mi
madre, la negación es rotunda. Lo del noviciado queda para
cuando haya terminado la carrera. Piensan que la
Comunidad me hace daño, y que no es mi camino. Dicen
que se alegran de mi vocación; les creo, pero no me
entienden. Me han desnudado el alma, me siento humillada
y derrotada. Advierto que si el Señor me llama, me voy.
Esto empeora las cosas. Sigo manteniendo contacto por
carta, sobre todo con Julio y Chus. Y el Señor me hace
descubrir de una manera especial que Mercedes tiene un
camino, una cruz y un destino parecido al mío. La lucha
repercute en mi salud, mis padres advierten en mí una gran
tristeza. Esto me ayuda. Ellos creen que hace tiempo ha
terminado esto; y, sin embargo, temerosos, no me dejan
libertad.
Desde entonces finjo a todas horas. Pienso dos veces
muy seriamente en la muerte. Deseo morir de verdad.
Tengo heridas en el corazón, me duelen y el mundo me
hace daño. Deseo la muerte. Y se establece en mí una
lucha psicológica importante.
Deseo ingresar ya en el noviciado; pero no he de actuar
yo, ni precipitarme. Ha de actuar Jesús. Toda mi existencia
se transforma en una espera, esperando ¿qué? No lo sé.
Viviendo en lo absurdo, en lo superficial, en lo profano; en
una profunda soledad, y muchas veces cayendo en una
desesperación. Mi interior está lleno de contrariedad, de
profunda lucha y gran paradoja. Tantas veces me falta
paz....Ya nada puede llenarme ni consolarme si no es Él. En
mi interior me he sentido culpable del veloz envejecimiento
de mi madre; tener que fingir y ocultar todo esto momento
a momento me hace sentirme culpable; ¿de qué?, no lo sé.
No puedo concentrarme en mis estudios, pero no dejo de
39

intentarlo. Tengo temor a que se descubra todo, y al mismo


tiempo no me resigno a vivir en este silencio. Pero me
siento dichosa de que, hoy por hoy, Cristo mantiene en mí
la fe.
La soledad, el desierto, la pobreza, la tristeza, el
cansancio, las tentaciones, el pecado, se
transforman en el pan nuestro de cada día. A veces
no tengo fuerzas para luchar, porque me canso
mucho; entonces incluso me cansa existir; me echo
en la cama y dejo que Jesús hinche mis pulmones,
vacíe mi cerebro y lo mantenga en sus manos, al
menos unos segundos, para que no me pese. En esos
momentos en que estoy tan cansada, me
desahogaría mucho poder llorar, pero derramar
lágrimas exige una fuerza que no poseo. En esos
momentos de fatiga total sólo deseo dormir en Cristo
Y el Señor me hace compañía colgado desde la Cruz;
Él está sin fuerzas desde el madero, yo sin fuerzas
desde la cama, los dos nos miramos y estamos.
El Señor me dijo en una ocasión que mi vida
sería un espino y una flor. Pero me repitió muchas
veces que Él me consolaría.
No sé nada de mi futuro. Cada día, cuando vuelvo del
colegio, me asalta el temor de que se haya descubierto
todo y pido al Señor que me proteja. Ya no sé si es temor o
miedo. Me cuesta aceptar la realidad. No me puedo
resignar, es imposible, no puedo hacerlo, y es más, creo
que no he de hacerlo. Algún día se acabará todo y hallaré la
paz en Cristo Confío en que la misericordia del Señor
seguirá alimentando mi vocación, y que así resistiré hasta
el día de la Boda. Pero es tan difícil esperar para una
novia... Se espera un día y una noche, y otro día y otra
noche... Sólo puedo confiar en el Señor y orar. Mi futuro es
Cristo; el Señor es poderoso para cambiar las
circunstancias. Llegaré a Él llevada por su
Misericordia. El Señor me ha dicho que es el Señor de la
Unidad, y que no me va a separar de la Comunidad -
aunque esta unidad tenga que realizarse de una manera
"clandestina"-. Tengo miedo...
Os agradezco a todos vosotros el apoyo que me dais.
Me alegra que podamos caminar juntos y me ofrezco en lo
40

que pueda serviros. No sé nada, no sé lo que va a


pasar. Pero es hermoso despojarse de la seguridad.
Que Cristo nos guíe. Que mi testimonio sólo sea en
alabanza al Señor. ¡Gloria a nuestro Dios! Hermanos míos,
manteneos en el Amor y en la Unidad y luchemos unidos
por Cristo
Os quiero.
Tere
-La paz de Cristo con vosotros.

13 Testimonio de Mercedes Barranco

Lo primero que tengo que decir es que estoy muy


contenta de poder dar testimonio delante de vosotros; así,
de ahora en adelante, cada sábado podré dar testimonio de
lo que el Señor vaya haciendo en mí.
Quiero compartir con vosotros hoy la gran alegría de
mi vida: mi encuentro con el Señor. ¿Que cuándo sucedió?
Creo que desde siempre. No hay un momento clave. Sólo
me acuerdo que desde niña quería ser monja. A mi madre
se lo decía, pero no me hacía caso. Después he
experimentado el desierto, un desierto en el que me moría,
me moría. Era una persona totalmente acomplejada de
todo, no tenía nada sano. Y yo me pasaba tardes enteras
escribiendo, escribiendo, escribiendo sobre mí: cómo
estaba, qué hacía, dónde iba, pero siempre escribiendo
sobre mí. Hasta que un día me di cuenta que estaba vacía.
Y que ese vacío no estaba tan vacío, sino muy lleno de mí
misma, que estaba repleta de mí y que no había salida para
mí. Cuando saliera podría encontrar la libertad.
Entonces empecé a buscar, y a los 16 años, bueno, pues
el Señor me cogió. Y ya no me soltó. Se juntaron en mí
todos los problemas de mi familia, todos mis complejos,
estaba sola... Yo quería morirme, porque no veía salida.
Quería morirme porque pensaba que al morirme yo, el dolor
acercaría a algunas personas; quería morirme porque así, a
lo mejor, de alguna forma, alguien me iba a recordar;
quería morirme porque quería estar con Dios, porque sólo
41

esperaba estar con Él, y la única forma que yo veía de estar


con Él era morir. Entonces nada mejor que dejarme morir
día a día. Vivía de recuerdos que me hacían morir, de
ilusiones que no me daban la vida y, claro, terminé
bastante mal.
Pero ya digo que a los 16 años el Señor me cogió y me
dio todo su amor. Así, sin saber por qué. Yo sólo recuerdo
que fue un verano en el que volaba, volaba por todos los
sitios; y yo tenía que ser para Él, porque Él había sido para
mí. Y no había nada más. Tenía que ser para É1, porque Él
estaba en cada hombre y yo reconocía su voz a través de
los hombres.
Después, ni qué decir que en estos tres años me he
perdido muchas veces. El verano pasado fue duro, porque
lo pasé fatal, el Señor me dejó sin ningún apoyo, sin ningún
consuelo, yo no veía salida por ningún sitio, al mismo
tiempo que sabía que si no corría a Él no podría correr a
ningún otro sitio. Su Palabra fue la que nuevamente me
salvó. Como los discípulos cuando estaban en la barca
vieron a Jesús que se acercaba caminando sobre el agua,
yo tenía miedo. Todo a mi alrededor estaba embrollado, no
veía salida a nada. Sólo era Él el que estaba allí en medio,
lo que pasa es que yo estaba asustada. "Entonces hice
oración, abrí la Biblia y dije: “Señor, yo sé que tú eres el
único que me puedes salvar, dame una palabra para que
pueda caminar, que yo no puedo, no puedo”. Y me salió
aquella palabra cuando Jesús caminaba sobre las aguas y
los discípulos se asustan: "Ánimo, que soy yo, no temáis".
De repente, se abrió delante de mí todo un cielo azul, yo
qué sé, todo, y lloré mucho aquella tarde, además de
verdad.
Estaba sola aquella tarde en casa; bueno, el Señor lo
tenía preparado.
Después también me ha costado fiarme de que el Señor
quería esto de mí. Porque yo, de una familia modestita,
nieta de un herrero, sin estudios en la familia, no sé, una
birria.
No, nunca, nunca, nunca podría yo pensar que el Señor
quisiera hacer algo conmigo. Y me ha costado creérmelo.
Me ha ayudado a creérmelo la fe de María. Pensé que María
42

tuvo que tener muchísima fe para creerse que iba a ser


madre de Dios, nada más y nada menos. Y a mí que me
decía solamente que me quería para Él...
Yo tenía miedo y quería huir y no me lo creía. Muchas
veces he corrido en busca de auxilio y he preferido que me
dijeran que no, que Dios no quería eso de mí. Pero dentro
de esa preferencia de que me dijeran que no, en el fondo
me quedaba un sí.
De tres años acá, todo eso ha pasado. Empecé a recibir
dos palabras: obediencia y pobreza. Me vinieron así como
las manda el Señor, sin que te des cuenta, que te das
cuenta cuando te caen encima. Yo quería pensar en la
obediencia, quería meditar sobre la obediencia, pero mi
mente corría a la pobreza. El Señor me dijo que existía un
lazo muy fuerte que las unía, que la obediencia era ser
pobre. Y siguió hablándome de pobreza. Yo me fui de
vacaciones este verano creyendo que el Señor me quería
para Él. Ha sido un verano como una peregrinación. Por
todas las iglesias de Soria hemos pasado. Y en todas las
que íbamos estaba expuesto el Santísimo. Un día llegamos
a andar algo así como 20 kms., y llegamos tan frescas.
En todo este tiempo el Señor me ha estado hablando de
pobreza. Y yo no lo veía, pero sabía que mi salida era sólo
Él.
Porque en casa discutía, y cuando discutía en casa yo
decía: no tengo ni siquiera derecho a alabarte, pues soy
pecadora hasta la médula. Y, ¿qué hago? Yo es que la única
salida que tengo es alabarte, si no me muero. Y le alababa.
Después el resto del verano fue pasando entre oración y
oración, misas, y unas enseñanzas preciosas a las que
asistía en el convento de Clarisas de Almazán.
Una noche tuve un sueño que vino a concretar todo lo
que yo estaba viviendo, aunque no sabía por dónde
andaba. El sueño fueron esas casas que veis ahí (en una
pizarra). Yo empecé a soñar. Yo vi estas tres casas. La
primera y la última con sus pilares y tejado. Corrí de la
primera a la última, pero luego di la vuelta y me paré en la
del medio. Y vi que esa casa no tiene tejado ni tiene pilares.
Y dije, claro, ésta es la casa de mi vida. Es que mi vida no
debe tener pilares ni tejado, porque sólo tiene que estar
43

sujeta por la mano de Dios. Y a mí me asustó un poco,


porque aquello yo me lo comí y yo me lo guisé.
Después siguió hablándome de pobreza y me dijo que la
pobreza era en primer lugar no poseerme a mí
misma, dejar que todo lo mío fuera de los demás. Y lo
comprendí en seguida porque a menudo en el trabajo me
dicen: "Mercedes, canta una canción". Y a mí me cuesta
cantar una canción, no tengo ganas, pero sé que esa
canción no es mía y la tengo que dar.
Me dijo también que no tenía que poseer cosas
materiales, ninguna. Que no tenía que tener nada:
sin pilares y sin tejado. Que tenía que ser pobre para
abandonarme a las manos de Dios en el extremo de
la confianza. Para que os hagáis una idea: la llamada fue a
una pobreza radical tanto espiritual como material. Y aquí,
en Mateo 8, 20 dice Jesús: "Las zorras tienen guaridas, y las
aves del cielo nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde
reclinar la cabeza". El Señor me pedía que le siguiera de
esta forma, en pobreza absoluta. Y yo sin saber cómo
hacerlo. No sabía nada. Después se me mostró Él. Primero
me mostró cómo debía vivir en pobreza interior, después Él.
En la II Corintios 8, 9 se dice: "Pues conociendo la
generosidad de Nuestro Señor Jesucristo, el cual siendo
rico, por vosotros se hizo pobre a fin de que os
enriquecierais con su pobreza". Entonces comprendí que
me quería pobre para enriquecer a otros. Que Él, en vez de
haber nacido rico nació pobre. Pudiendo haber nacido en
medio de salones con grandes riquezas, escogió un pesebre
y, en vez de venir de los grandes magnates de esta tierra,
escogió la miseria, lo que no vale para nada, lo que el
mundo ha despreciado antes, lo que ante los ojos del
mundo ya no tiene ninguna solución.
Seguía diciéndome: "No amontonéis tesoros en la tierra,
donde hay polilla y herrumbre que corroen, y ladrones que
socavan y roban. Amontonad más bien tesoros en el cielo,
donde no hay polilla ni herrumbre que corroan ni ladrones
que socaven y roben. Porque donde esté tu tesoro, allí
estará también tu corazón” (Mateo 6, 19). Y entonces me
puse muy contenta, porque empecé a descubrir que
nosotros somos los ricos pobres del mundo; bueno, los
pobres ricos. Y que nuestra pobreza tendría que ser una
44

pobreza oblativa. Me dijo que existe un gran árbol, de esos


de tronco retorcido, muy fuerte, y de ramas muy robustas,
que es el abandono.
Entonces yo pensé que si la semilla no era
suficientemente poderosa, raramente podría crecer ese
árbol, que la semilla se tendría que dar entera para que ese
árbol se desarrollase en toda su plenitud. Y es así. La
semilla es el amor, porque sólo el amor se da entero. Sólo
el amor se entrega. Y en nuestra vida, si no hay amor
verdadero raramente nos vamos a poder abandonar en las
manos de
Dios. Porque no dejará de pasar como con un afecto
superficial, que a los dos días se cansa y lo deja. El fruto de
este árbol es la pobreza. Entonces descubrí algo muy bonito
que me llenó de alegría y que era como un misterio, así
como muy escondidito: que la semilla que daba la vida al
árbol era la misma que se escondía en el corazón del fruto y
que entonces el fruto nunca se iba a poder helar, aunque le
cayeran hielos en el invierno, escarchas y todo lo que fuera,
y aunque el viento se llevara las flores. El fruto nunca se
podría helar, pues si su semilla era el amor, nunca se iba a
poder romper.
Al decirme que nuestra pobreza debe ser oblativa me
mostró todos los pobres del mundo; empezó a pasar
delante de mí como una gran película de miseria: de todas
las soledades que existen hoy en día, de todos los jóvenes
que no encuentran sentido a sus vidas, de todos los
hombres a los que les falta Él. Y me pidió que le suplicara
por todos ellos y me sigue pidiendo que le suplique por
ellos. Y es Él el que quiere esa súplica, porque de mí no
sale. Y me di cuenta de que si nuestra pobreza no es
oblativa, la semilla no es el amor.
Como decía antes, nosotros somos los pobres ricos,
porque conocemos con nuestra pobreza la libertad. El Señor
nos quiere así, pobres y humildes, libres de todo lo
material, de todo lo nuestro, de todo, pero no para que
nosotros estemos mejor sino con el fin de poder servir
mejor.
El Señor siguió mostrándome después de esto el mundo.
Me mostró un mundo que se había construido gigantes
estructuras para sentirse seguro; un mundo que se había
45

hecho sordo a la voz del amado; un mundo que desconoce


su pobreza y es aún más pobre porque no la conoce,
porque está preso, todavía cree en él mismo.
Y me seguía pidiendo súplicas por este mundo. Después
la sabiduría del mundo me habló. Y puedo decir que Él me
ha salvado. Lo digo y soy testigo, porque yo no hago nada.
Recuerdo una noche este verano. Me fui a casa y me
acosté y, de repente, sentí el impulso de levantarme. Pero
me daba miedo levantarme y salir al comedor, por si se
levantaba alguien. Y me quedé en la cama. Al momento
quise levantarme otra vez, y dije: "mira que si me
encuentran". La tercera vez no lo pensé y me levanté y fui
al comedor. Y yo supe que el Señor estaba allí porque todo
lo envolvía un fulgor extraño, algo, algo: era Él. Y entonces
sentí un calor muy fuerte en el pecho, y yo lo quería sujetar
porque me asfixiaba, porque no podía respirar, la
respiración se me hizo fatigosa, no podía. Le dije: "Señor,
heme aquí, estoy disponible". Fue mi espíritu el que habló
al Espíritu de Dios, porque yo no abrí la boca, ni siquiera
sabía pensar aquellas palabras, yo no sabía nada. Cuando
volví a la cama, me di cuenta de que Él era el que estaba
hablando por mí, de que si hubiera sido yo la que hubiera
estado hablando conmigo misma, quizás no hubiera dicho
aquellas palabras. Era Él, era Él solamente el que estaba
hablando conmigo.
Bien, pues poco a poco el Señor me iba revelando el
sentido de mi pobreza y el sentido de mi vida. Y me ha
dicho que el sentido de mi vida, como la de todos los que Él
coge, es amar. Me he mostrado un mundo en el que me he
sentido totalmente impotente para gritar Jesús es mi
Salvador. Le he dicho: "Señor, dime algo, que yo quiero
decirlo, pero yo no puedo, no puedo”. Cuando me ha
pasado todo eso, he sentido toda mi impotencia como
persona.
Bien, en mi vida toda esta enseñanza que el Señor me ha
dado, me lleva a servir a los pobres más pobres. Quizás con
la Madre Teresa de Calcuta. Es la única llamada que he
sentido, es la única pobreza que yo puedo vivir igual que la
que el Señor me pide.
Porque siento que cada pobre que dice tengo sed es
Cristo mismo quien lo dice. Y yo soy incapaz, soy incapaz
46

de arrimarme a un pobre. Pero por la misericordia de Dios,


el otro día pude comprobar que no me deja, que es Él el
que va a servir a ese pobre en vez de yo.
Ahora, en los Laudes de esta mañana, he sentido que la
nube se levantaba. Pero no sé dónde va la nube. Sólo sé
que me tengo que mover.
¡Gloria al Señor!

14
18-11-80
No te pido que los saques del mundo pero sí que los
defiendas del Maligno. (Juan 17, 15).
Querida Tere: La Paz y el Amor del Señor estén siempre
contigo.
Te escribimos esta carta como un fruto humilde y sencillo
de la reflexión, oración y discernimiento que durante algún
tiempo hemos compartido Chus y yo. Pedimos al Señor que
estas palabras sean un consuelo para ti y así puedas
“añadir a tu fe la virtud, a la virtud el conocimiento, al
conocimiento la templanza, a la templanza la paciencia en
el sufrimiento, a la paciencia en el sufrimiento la piedad, a
la piedad el amor fraterno, al amor fraterno la caridad” (2 P.
1, 5-8).
El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros
Tomó “carne”, tomó a la amada, a la humanidad
entera. La tomó cuando ésta era pecadora. Se
desposó con ella cuando ésta era pecadora, cuando
era despreciable. No esperó a que la amada fuera
buena, a que cambiaran las cosas para que tuviera
más sentido encarnarse en ella. No tenía sentido hacer
lo que hizo. No tenía sentido aceptar una realidad tan
desagradable. Aceptar meterse en la historia nuestra, en la
carne nuestra, en todas las relaciones humanas de nuestro
mundo, con lo malo y bueno que hay en ellas.
Este Amado que no despreció nada de lo nuestro, nada
de las cosas de aquí abajo, este Amado lo ha trascendido
todo .
47

“Qué grande y singular es la benevolencia del


Esposo: encontró una meretriz y la convirtió en
virgen” (San Agustín).
Este esposo no rechazó nada de la realidad del mundo
de su amada, se metió en su mundo, experimentó su
realidad despreciable y la vivió hasta la muerte y ahí..., la
convirtió en virgen.
“El Verbo se hizo carne”
Se hizo carne y rehizo la carne del hombre. Asumió
como suya, como cosa suya, como realidad suya,
nuestra vida. La tomó como su novia, como
prometida, como querida suya.
Poco a poco esta “meretriz” va tomando conciencia
de estar totalmente poseída, de pertenecer a otro en
exclusividad absoluta y total. Esta conciencia se
ilumina en ocasiones con mucha fuerza. Es la
conciencia de saberse situada en Cristo, instalada en
Cristo, poseída por Cristo, aceptada por Cristo,
abrazada, unida, amada por Cristo.
Desde esta conciencia que hay en ti, Tere, de ser
posesión de Dios es de donde brota la fuente viva de la
vocación. Habiendo experimentado el amor del que eres
objeto; habiendo reconocido la modalidad unitiva-posesiva
de este amor; y habiéndote visto en Alianza definitiva con
Él, surge el compromiso de hacer el pacto definitivo con el
Amado.
Este compromiso es un aceptar con agradecimiento la
revelación de esa voluntad y deseo de ser el Amado, el
dueño y Señor de tu amor y de todos tus deseos.
Esta declaración de amor se va percibiendo en lo más
íntimo de tu espíritu. Todos los sentimientos de tu alma y
de tu cuerpo se ponen en movimiento hacia el Amado. Te
sientes amada y deseas de corazón la unión de este amor
eterno que has sentido como algo incomparable. Y el anillo,
las arras de este desposorio, ya no serán oro y plata, sino la
unción derramada, la sangre del corazón del esposo en tu
corazón de esposa.
“En la interior bodega
de mi Amado bebí, y cuando salía
48

por toda aquesta vega


ya cosa no sabía
y el ganado perdí que antes seguía”
(San Juan de la Cruz)

En este momento, todo parece haber perdido su sentido.


Todas las cosas del mundo han quedado sin relieve, sin
valor. Te sientes demasiado fuerte por algo que ha captado
toda tu existencia. No te sientes atraída por nada de este
mundo. Incluso el amor hacia tus padres ha cambiado de
significado porque ya no son el todo, porque tu Todo es
Dios. Les quieres, pero con un corazón libre. No con un
corazón de hija, sino con un corazón de esposa, de
enamorada... Las clases, las diversiones, el diálogo con los
que más quieres, tus padres etc. etc., no llenan tu corazón
porque tu corazón ya ha sido llenado por el Amor de todos
los amores.
Pero es aquí, Tere, donde comienza la lucha, la terrible
lucha de lo natural y lo sobrenatural, de estar en el mundo
y saber que ya no perteneces a él, que tu vida no es esta
vida, que morir es un deseo...
Y es aquí donde aparece la cruz con toda su
violencia y la tentación con infinidad de sutilezas. El
deseo de correr hacia el Amado libre de toda
atadura, de toda cadena que la realidad humana
impone. El deseo de romper y rechazar todo lo que
no tiene sentido, todo lo que significa una
interminable espera...
Tentación sutil de Satanás para hacerte huir de la
cruz que te está purificando. Toda tu realidad se ha
convertido en una cruz porque Dios te ha poseído de
tal forma que ya nada es absoluto. Pero todo eso que
ya no es absoluto, sin embargo es necesario. Esta es
la cruz. Todas las cosas de este mundo, desde las
más pequeñas a las más grandes, desde las que
tienen más valor a las que tienen menos, son
relativas para ti pero necesarias. Necesario es que
pases por ellas. Este es el espino que traerá muchas
flores.
49

El Dios que te ama se ha metido en todas las relaciones


humanas llevándolas consigo, cargándolas de significado
trascendente, espiritualizándolas, divinizándolas. Él no
rechazó nada en el camino que el Padre le proponía. Lo
asumió todo hasta la muerte.
Hablemos un poco de esta cruz que Dios te invita a
tomar.
Tomar la cruz significa recorrer el camino que Dios te ha
puesto, correr el riesgo que Dios te ha puesto en la
situación en la que vives y vivir esa incertidumbre del
futuro.
Ante un “por qué” o un “para qué”, cualquiera ha podido
experimentar en la propia vida cuántas veces las
respuestas se paralizan en la garganta y qué difícil es
pronunciar una palabra de consuelo. Pero la esposa no
queda muda (sin respuesta) cuando ante esas preguntas
deja hablar a su Amado, el Crucificado.
Imitar la Cruz no significa imitar la pasión de Cristo y
reproducir la pasión de la cruz. Esto sería pura arrogancia.
Imitar la Cruz significa soportar, en correspondencia con el
sufrimiento de Cristo, el Amado, el dolor que te ha
sobrevenido en la situación que ahora estás viviendo.
Seguir al Amado es tomar sobre sí, no la cruz que
él llevó ni otra cualquiera, sino la tuya propia, la que
te inflige el vivir como no quisieras vivir... y seguirle.
Se trata de soportar (con la fuerza que a diario Dios
te da) no un sufrimiento extraordinario, sino el
sufrimiento corriente, normal, diario y, por eso
mismo, enorme, ya que por su frecuente repetición
suele ser más difícil que un acto heroico.
Pero este sufrimiento no es algo para que lo
soportes pasivamente, una ineludible imposición del
destino o de las circunstancias fortuitas que te ha
tocado vivir. No, el sufrimiento es un modo de
trasformación que está apuntando a una meta muy
grande y que ahora no te es dado ver.
Pero, ¿de dónde sacar la certeza de que este sufrimiento
que vives tiene una meta? ¿De dónde sacar la seguridad de
que todas las circunstancias que envuelven tu dolor tienen
50

un sentido, un precioso sentido para Dios y para su perfecto


plan de amor y de misericordia sobre ti?
Si Jesús no se abatió ni se desesperó en el dolor
extremo de sentirse abandonado por parte de Dios y
de los hombres, tampoco se abatirá quien se aferre a
él con una fe confiada y amante.
Nuestro Padre Dios lo sabe todo. Su saber no es el
del espectador pasivo. Su saber es el saber de un
Dios amante que ha tomado parte en tu historia. Él
hace que ninguna circunstancia te pueda estorbar
verdaderamente. A él no se le escapa nada. Las
injusticias, las dificultades de los demás no son más
que el cerrarse un camino que no es el mejor para
nosotros. Si se cierra una puerta en nuestra vida es
señal de que se abre otra mejor para poder amar de
la mejor manera posible. Lo más difícil de todo esto
es comprender que a nuestro Señor, no se le puede
escapar ninguna circunstancia de nuestra vida. Si
alguien pudiera impedirnos el que pudiéramos amar
de la mejor manera posible, Dios no sería Dios.
Comprender esto es hacer un acto de fe, cerrar los
ojos y arrojarse en las manos del Padre.
El sacrificio continúa siendo camino de redención. Una
dificultad es el cerrarse de una puerta que parece
imprescindible, y el abrirse de otra que no nos gusta
demasiado porque tiene el sabor de la cruz. Este camino
agridulce que Dios te pone es el camino que da
mucho fruto. Es aquí donde la esposa se va
convirtiendo en madre.
******
Tere, hasta aquí ha redactado Julio, aunque los dos de
acuerdo, pero quiero ponerte yo también unas palabras. Lo
primero de saludo. Doy gracias al Señor por ti y por el
testimonio que compartiste por escrito con la comunidad.
Creo que con tu testimonio y el de Merche, la comunidad ha
recibido nuevas fuerzas de parte del Señor. Es una obra
maravillosa la que el Señor está realizando en este grupito
de la Rosa de Sarón. La verdad es que no sé adonde nos
quiere llevar, pero aceptando sus designios, seguro que a
algo grande. Yo doy gracias al Señor por nuestra
comunidad pues veo en ella sencillez y pienso que Él puede
51

realizar en varias almas una obra bella. Para mí es un don


inapreciable y me ayuda y me fortalece y me despierta la
alabanza pues la verdad es que aquí está del todo claro que
es obra del Señor. Donde no había apenas ni semillas, Él
hace brotar un precioso jardín y algunas flores, muy bellas,
se abren, a pesar del rocío, espléndidas a la luz del sol. Él
nos ha unido en el Espíritu que es una nueva dimensión que
antes no conocíamos. Y hace nacer una unidad, una
amistad y un convivir que no se funda en la carne ni en la
emoción pero que es realísima. Hay aquí un profundo
sentido de familia que supera todo lo descriptible. Toda
nuestra pobreza individual está asumida por la realidad
poderosa del Espíritu que nos va haciendo cada vez más
hermanos y amigos de Jesús y entre nosotros. ¡Qué grande
es la Iglesia, qué dulce el futuro y qué inesperado todo lo
que nos está pasando!
Me alegra poder decirte también unas palabras
siguiendo el tema con el que estaba Julio. Yo también te
invito a que aceptes tu circunstancia actual. Es obra del
Señor y Él te está amando mucho en esta forma de vida
que a ti te parece pobre, contradictoria y sin futuro. Lo
percibo con toda claridad en el Señor. Y el hecho de que no
podamos comunicarnos más, es parte de esta fiesta de
amor del Señor por ti y por todos nosotros. Yo sé que lo que
recibes del Señor es para ti y para nosotros y Él sabe para
quien más. Este regalo pasa a través de tu cruz.
La verdad es que cada circunstancia, sea la que
sea, es la que más nos conviene según el plan de Dios. Y lo
mismo nos sucede con las personas. Tenemos a nuestro
lado justo las personas que necesitamos para nuestro
crecimiento. Nos pueden parecer una carga y un estorbo
pero en realidad son una ayuda y muy grande. La paloma
no puede volar sin aire, aunque se imagine más
ligera en el vacío. La circunstancia y las personas
concretas nos meten en la realidad del mundo, en la
misma que Jesús aceptó y se la tomó en serio. Siendo
fieles a esta realidad pobre que tantos hermanos nuestros
comparten, el Señor nos puede levantar más alto.
Por eso, tómate todas estas cosas como un don y
alaba al Señor por lo que te ayudan a crecer. Tus padres y
hermanos son un don para ti, su incomprensión hacia ti es
52

un don, y lo mismo tus estudios. Todo esto te hace crecer


de otra forma distinta de la comunidad pero también
imprescindible. Pide este don al Señor y llegarás a amar la
obra de tus padres y hasta la mismísima Historia te caerá
simpática en el Colegio. Cuando el Señor te haga
aceptar la pobreza de tu situación, no por truco sino
por don, Él te levantará a empresas mayores. Ahora
tienes que pasar por esta humildad. "El que es fiel en
lo poco...”
De todas, formas la realidad más honda es que el
Señor te ama. Te ha escogido a ti y ni tú ni yo sabemos por
qué. Te ha hecho objeto de su amor. Por eso, la verdad más
real de tu vida tiene que ver incomparablemente más con
la dicha que con el cansancio o la pena. Por eso alégrate. La
Virgen María sabe también "algo" de esto. Que ella sea tu
maestra.
Tere, un abrazo muy fuerte. Nos acordamos mucho
de ti en el retiro del domingo. Leímos tu testimonio en la
Misa y por medio de él pedimos al Señor por todos los
ausentes de la comunidad.
Julio y Chus

15
M. 22-11-80

Querido hermano (Chus):


PAZ DE CRISTO - Primero quiero agradecer la carta que
Julio y tú me habéis escrito. Es mucho el bien que con ella
me hacéis, pues con cariño me invitáis a tomar la cruz; la
acepto; es una cruz que me llevará al sepulcro, pero que
luego me regocijará en Cristo Me ayudáis a no huir;
discernís lo que yo no sé discernir, y Cristo me guía a través
de vosotros. Gracias por ser mis hermanos, mis auténticos
hermanos.
Pero también te escribo esta carta con un motivo un poco
especial; y es para hablarte de un sacerdote que vive con
vosotros en el convento, al que creéis un poco "loco”, y al
53

que últimamente estáis viviendo Julio y tú -tal como nos


dijo Julio el Viernes- como un espejo de vuestra propia
pobreza. No le rechacéis, hermanos. Yo no le conozco y, sin
embargo, creo que puedo hablarte respecto de él.
Y quizás estas palabras, os ayuden algo.
He relacionado vuestra vivencia en la comunidad con este
sacerdote, con el libro "Pustinia" que me dio Julio. Y he
aprendido algo. Tal y como yo lo entiendo, ese sacerdote es
un gran regalo del Señor; tenéis a un pustinik.
Un pustinik es un ser cuyo destino es ser pustinia
-pustinia significa desierto-. Pero su pustinia no es para él
sino para los demás - y esto es esencial-. Si no, no sería
pustinik. Ser pustinik es un carisma, pero el pustinik puede
no ser consciente de ello -no hace falta que sea consciente-
vuelvo a repetir que su pustinia no es para él.
El fruto del pustinik es para los demás, y es un fruto que
nace de la arena. Un pustinik lleva consigo la pustinia, es
decir, la miseria. Adentrar en él como pustinik, puede no
ser agradable, pues uno se encuentra con muerte, pobreza
y desierto. En el pustinik veréis reflejada la propia miseria
y la miseria de los demás. De ese polvo de la pustinia del
pustinik nace un manantial de purificación, la purificación
de los demás. El Señor protege al pustinik del polvo, no le
ha otorgado miseria sino el carisma de ser pustinik. Un
pustinik solo puede ser pustinik para quien lo descubre
como tal. Descubrir un pustinik es recibir un gran regalo,
del cual uno de los numerosos frutos que con seguridad se
recibe es la purificación.
No hay muchos pustinik; al igual que hay falsos profetas
hay falsos pustinik.
Un alma puede introducirse en un desierto, caminar en él
y no ser pustinik. La diferencia radica en que el pustinik
no camina en un desierto, sino que lleva consigo un
desierto, que no es el suyo sino el de los demás, y
además un desierto como carisma, un desierto
milagroso, al que Dios ha hecho altamente fructífero,
es un auténtico vergel del que nacen manantiales de
purificación. Sin embargo, si miramos la pustinia, si
miramos a este desierto milagroso del pustinik veremos un
desierto árido, lleno de dunas de arena, seca, porque las
54

flores, los frutos, los. manantiales que nacen de este


desierto milagroso, no nacen en la pustinia del pustinik
sino en los demás.
Un pustinik no ha de ser necesariamente un
ermitaño solitario en pleno Hinmalaya, no; sin embargo, si
que suele ser un ermitaño solitario en su pustinia porque
muy poca gente los descubre como tales, se les juzga mal.
Mas, si se descubre que su miseria es la de pustinik,
rechazar al pustinik es rechazar al Señor encarnado en la
miseria, y rechazar su pustinia -que no es suya ni para él-.
es rechazar esa oportunidad de purificación.
Llamad como queráis al pustinik y a su pustinia, el
nombre es lo de menos, Quizás incluso el pustinik del libro
"Pustinia" y el pustinik del que hablo sean distintos. Pero
eso no importa. Pedid al Señor al igual que lo haré yo- que
os ilumine para que sepáis descubrirlos y amarlos.
La comunidad del Señor es la comunidad de
los pobres. Tener, descubrir a un pustinik es una gran
manifestación de la cercanía del Señor. No sé si estas
palabras os han servido de algo, mas si descubrís en ellas lo
que he descubierto yo, tened en cuenta que todo es obra
del Señor.
Anima a Julio a la vuelta de Canarias; se marchó
muy cansado. Rezo también por vosotros. Os quiero.
Vuestra hermana
Tere

Quiero señalar que no sé si las palabras que he dicho


sobre el pustinik son o no del Señor. No sé por qué dudo de
ello. Lo que si es cierto es que nadie me ha enseñado esto;
ni siquiera el libro Pustinia". No sé de dónde me viene todo
esto; mas, por si el Señor se sirve de ello te lo envió.
PAZ DE CRISTO

16
M. 3.XII.80
55

"EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA DÁNOSLE HOY"


Querido hermano (Julio):
El Espíritu del Señor esté contigo; Él te llene de PAZ y de
VIDA. Te escribo para compartir este momento de hoy, así
como las vivencias de la presencia de Cristo en mi caminar
diario.

Siento una profunda necesidad de orar por todos,


por mí y por vosotros, por cada pobre y por Cristo
en cada pobre. Una oración centrada en el amor al
Hijo, al Hijo Amado, en una enérgica alabanza a la
Trinidad y en una petición del PAN de la Vida al
Padre. Sí, sé que hay pobreza en nuestras vidas,
somos hojas viejas del otoño, cristales opacos donde
la luz se enturbia. El Maestro me enseña a amar la
pobreza por todo lo que ésta ensalza a nuestro
Creador. Por eso ya no pido que cambien nuestras
situaciones, pero pido el pan de cada día, no solo por
mí, sino también por ti y por cada hermano.

¿Sabes, Julio? Somos mendigos; y si no haz la


prueba: ponte de rodillas, abre las manos, júntalas y
ahuécalas formando un canastillo. Y ahora -pide el
pan de cada día, y sentirás la gran misericordia y
Amor de nuestro Dios, y la honda pobreza interior. Y
sentirás la necesidad de pedirlo día a día, y lo recibirás
siempre con infinito Amor. Este pan nos sustenta en la
fe y en el Amor de Cristo Mas, si algún día perdiéramos
la fe, es tan grande e infinita la misericordia de
nuestro Dios, que aunque la perdiéramos, nunca
seríamos ateos, sino pobres; tan pobres que Dios habría
permitido que creyéramos que no creemos.

A medida que conozco al Señor, mi vida se transforma en


mente y espíritu; mi mente y espíritu en deseo; y mi
deseo en pobreza. La acumulación de deseos se
transforma en una acumulación de pobreza para ser
un instrumento de Dios y una alabanza eterna. Los
pobres esperan. El pueblo de Israel esperó al Mesías, y
hoy espera el regreso de Jesús. Yo también espero. En
56

María se ensalza la virtud; alabo al Señor por la


pobreza del caminar de María sin necesidad de
entender "excesivamente". Qué glorioso es nuestro Dios
que se manifiesta en la pobreza, elige a los pobres, se
revela en los pequeños. Hay que amar a Cristo en cada
pobre; pero también hay que amar al pobre, al mendigo, a
la miseria humana, porque Cristo amó a este realidad y la
hizo suya apropiándosela en huesos y carne; y la amó sin
límites hasta la muerte, y después de la muerte; y la
ensalzó y la elevó a la Cruz y a la Gloria, incluso a la propia
naturaleza divina. Tan cautivo está mi corazón, que lo que
Cristo ame, amará mi ser por miserable que sea. Además
la pequeñez ensalza la grandeza de Dios ¿cómo no
amarla?...

El Señor me descubre la pobreza de las lágrimas. Si el


Señor me preguntara "Mujer, ¿por qué lloras?” No sabría
qué responder. Mis lágrimas caen vacías para que el Señor
las llene de su voluntad.

Sólo tenemos un dueño, solo tenemos un Señor,


sólo tenemos un refugio. El Mal nos ronda, unas
veces con sutiles proposiciones, otras con su
presencia. Pero confiando en el Señor ¿a qué temer?
Acepto las limitaciones, las caídas, el pecado como
pobreza. Todo lo que ocurra es para Gloria del Señor.
Se me acaba el tiempo en que puedo escribir. Me acuerdo
de Marcelino, hoy le operan, Todo está en las manos del
Señor.
Y tú, hermano mío descansa en el Señor, y cuídate.
Descansa en el Señor. Sabes que pido por ti; rezo siempre
por todos vosotros. Jesús te bendice.
Con cariño. Tu hermana. Tere.
PAZ DE JESÚS

17
M. 15-12-80
57

A mi hermano Julio;
-La Paz del Señor contigo.
Te escribo sólo unas líneas porque no puedo escribir
ahora más. Entre semana intentaré escribirte diciéndote lo
que me ocurre. Te ruego reces mientras tanto. No es que
me ocurra algo malo, sino que necesito ayuda. No se trata
de ninguna circunstancia exterior, y mi fe no peligra; se
trata de las muertes del alma. Creo que paso por una de
las pruebas más difíciles de las que he pasado hasta ahora.
Necesito que alguien ore y que el Señor se apiade de mi
alma. No he podido dormir en toda la noche, una
profunda tristeza mora en mí. Por favor ayúdame a
caminar, reza. No puedo escribir más, pero necesito ayuda
para vivir. Confío en que el Señor también me sacará de
ésta.
Perdóname la letra pero es que tengo mucha prisa.
Ayúdame por favor. El Señor te bendiga.
Con mucho cariño.
Tu hermana Tere .
La paz de Cristo esté contigo -no puedo darte mi
paz- pero sí la del Señor.

18
M 17-XII-80

ORACIÓN DE UN ALMA

Música de Amor brota en mis palabras


mi espíritu se viste de honores en tu alabanza
y se regocija en tu elección gratuita.

Tu piedad no me olvida por todas las generaciones.


Me renuevas en tu misericordia,
y mi vida es sencilla y recta ante tus ojos.
58

Bendito, infinitamente bendito, el que sólo a ti se


consagre.
Vacíame de lo que no eres Tú, para ser mendigo
gozando sólo de lo que tu me des; sé que te das a
ti mismo.

Te alabo por mi cruz, violenta para el reo.


Que los frutos y las flores de las cuatro estaciones
sean mi dulce carga.
"Yo soy mi vida en sombra y Tú eres mi vida en
Luz".

Halla en mí, Señor, tu campo segado y solitario


que sólo desea llenarse del sol de tu luz,
labrarse con los surcos de tu voluntad.

Alabado sea mi Dios, que en mi corazón vivo el


crepúsculo
del Amor.
Tú haces de mi vida semilla germinada,
Oh Jesús! Tú eres ahora mi savia interior, en ti me
alimento.
Por generaciones dispersas tus semillas, pero no
pierdes
una sola, sabes la tierra en que caen y la suerte
que corren,
y a Ti te alabo, Pastor que no abandonas a tus
ovejas.
Cuando nado en la muerte, tu Espíritu me grita:
“¡Oh Pájaro! ¡Busca tu libertad! No pierdas las alas
por
timidez de tu pecado!"
Y contigo cruzo los peldaños de la muerte.
59

Quiébrame con lágrimas de alabanza.


Resucita mis muertos.
Conviérteme en el arrepentimiento.
Dame la Paz de tu Perdón.
Mi alma alaba a mi Señor que se complace en mi
plegaria.
El amanecer es la promesa silenciosa
que arranca el velo de la noche.
Al dormir palpita la esperanza oculta, en mi sueño.
Te espero, mi Amado Jesús, te espero.

Yo soy lo frágil, Tú eres mi Montaña.


Por tu misericordia soy consciente de tu presencia.
Cantaré eternamente la misericordia del Señor.

Mis pasos son fugitivos, mi corazón está enfermo.


Pero tu Amor desea llorar en mi el daño que te he
hecho. Ayúdame a renunciarme, Jesús mío... Sé que el
silencio
lleva tu voz...
Mis voces pronuncien solo tu nombre.
Tu seas mi principio y mi fin.

¡Oh, mi Dios bendito! halla, cobijo en tu siervo


pecador
¡MARAN-ATHA! ¡MARAN-ATHA!

A mi hermano Julio:
El Señor me ayuda a no "estancarme" en la muerte.
He escrito esta oración que me ha ayudado en la
esperanza. Te la envió por si puedes orar con ella, quizás te
60

ayude en algo. Perdóname por cuantas veces me he


quejado. Nunca he de perder la confianza ni la
esperanza en Cristo Perdona también la "lata” que te
doy. Te deseo la Paz del Señor y la bendición del Padre.

Con cariño
Tu hermana Tere
PAZ DEL SEÑOR
(Un abrazo a Chus)

Alianza con la debilidad


19
9-1-81

GLORIA A DIOS EN EL CIELO Y EN LA TIERRA PAZ A LOS


HOMBRES DE BUENA VOLUNTAD

A mi hermano Julio:
La Paz y la Salud, del Señor estén contigo.

-Me ha dicho Merche que estás con gripe en la cama, y


me he decidido a escribirte para hacerte un poco de
compañía y darte un poco de animo. Espero que para
cuando recibas esta carta estés ya mejor. Ya sabes que el
Señor quiere que dirijas su rebaño, así que cuídate bien
hermano, que como dijo Merche "no nos podemos quedar
sin cura".
Tenéis que contarnos el viaje a Roma y compartir el pan
que el Señor os ha dado en ello.
Yo quiero compartir lo que el Señor me está dando
porque estas Navidades han modelado mucho barro.
El Señor vino a mí como Amor sagrado; este Amor
mana de dos imágenes en mi espíritu, el Señor en la cruz
y el Señor resucitado con un habito blanco partiendo el
61

pan y dándomelo como Maestro. En el camino por el


desierto nunca me faltó el Amor puro; me ha faltado
esperanza, paz, alegría, fe, pero nunca el Amor. Sin
embargo, llegué a un lugar del desierto en que echaba
tanto de menos al Señor que no recibía su Amor, y fue la
única vez en que he exclamado "Dios mío, ¿por qué me has
desamparado?" He llegado a confundir la tentación con el
pecado. En un intento de acercamiento a María, la
oposición ha sido fuerte. He vivido más que nunca la
soledad. He comprendido que mi nombre es demasiado
grande para mí. He comprendido que soy
constantemente perdonada y amada. Dios es Amor.
El Señor me pide que abrace la pobreza. No soy digna
de vestirme de blanco porque sólo soy miseria y esto no
puede deslumbrar. He de vestirme de misericordia y ser
esclava de Dios y de los hombres. Ha vuelto a mí esa
llama de Amor con más fuerza que antes,
independiente de mis deseos, de mi voluntad, y me
arrastra yo qué sé adónde. Las cosas no van mejor; soy
un desaire con todos. Llegará el día en que se descubra
todo y me pregunten por qué he ocultado la verdad; no
utilizaré el nombre de Jesús, porque mi Dios es Santo. Y,
aunque ese día, mi propio silencio me condene, quiero que
sepas que mi intención no es la mentira. No entiendo nada.
Y tengo miedo porque hay veces en que sé que va a ocurrir
algo y no puedo hacer nada por impedirlo.

Para que te des cuenta un poco de mi miseria: ayer por ti


y por todos los enfermos, pedí al Señor que me concediera
dolor en el cuerpo por varios motivos: Que me concediera
el dolor de aquellos que no lo podrán soportar, y que me
concediera la enfermedad para compartir el sufrimiento de
los que padecen, para que no estén solos y porque no soy
digna del bienestar. Me dormí, y me desperté a las 3 de la
mañana con mucho dolor; todo el resto de la noche lo pasé
con dolor, y entonces pedí al Señor que se olvidara de mi
petición porque era más fácil dormir.
Quisiera besar el polvo, vestirme de andrajos y servir a
todos; cuando me veo con el abrigo de piel, en un ambiente
mundano y en vías del periodismo y la política, exclamo:
62

"Dios mío, sálvame". Tengo que vivir a Cristo en el


presente, y en este presente no puedo esperar.
No puedo escribir más. Quiero decirte que si las cosas
salen mal es muy posible que me acusen de haberos
llamado hermanos. Comprendo mis limitaciones, mi poca
experiencia y toda la pobreza, el polvo, y el lastre que llevo
encima pero, al menos, en mi voluntad estoy siendo
honesta con Cristo y con vosotros, mis hermanos. Y en esta
sinceridad, recibiré con amor el cáliz. Rezo mucho por
vosotros los sacerdotes y por toda la comunidad, y esta vez
especialmente por tu salud y la vocación de Merche. No
puedo escribir más. Deseo que te recuperes pronto.
De vez en cuando reza por mí para que el Señor no me
abandone en la vocación. Si no me ama no puedo vivir.
No se cómo ni en qué, pero me ofrezco para serviros. El
Señor te bendiga. Con cariño
Tu hermana.
Tere
El Señor te llene de Paz .

20
M. 19-1-81
A mis hermanos Julio y Chus:
- La paz del Señor esté con vosotros.
-He pasado muy mal la noche por el sabor agrio del
pecado, y por la violencia interior que me agrieta el
corazón. El Padre me ha abierto sus manos y me ha
dicho: "Hija, vomita aquí la espina que te hiere el
corazón". No he sanado, ni he salido del desierto,
pero esto ya no importa porque va siendo la hora de
despertar, de salir del invierno y del letargo en uno
mismo; y de encontrar la primavera que ya nunca
tornará en invierno; no hablemos ya de primavera
efímera, ni de promesas, porque ya se ha glorificado
el Hijo del Hombre. Celebramos el pan de la unidad y
el cáliz de la alianza. Celebramos los esponsales de
nuestras almas. Pronto las vírgenes dejarán de velar
63

por sus lámparas porque no habrá oscuridad. Todo


en su momento.
El Amado es veloz y silencioso, siempre te
sorprende. También me sorprenderá en estas pobres
palabras; escribe esta mano de carne. Pero Él nos quiere
así, instrumentos de carne. El sol no discrimina las
malas hierbas, y junto al brote verde y a la flor
hermosa, dora la hierba seca y doblada por el peso
de su propio ser. Cuanto más grande, más se dobla,
más se cansa, más se pesa. Pero el sol la calienta, la
alumbra, la dora con igual cariño.
Es el sol de la tarde, y por Galilea, en el camino seco, hay
un pozo de ésos en los que bebe el ganado. Sentado junto
al pozo descansa el Señor. Me acerco. Tiene los pies un
poco hinchados y cubiertos de polvo. Hoy ha andado
mucho. Cojo un poco de agua y le alivio los pies. Él no dice
nada. Me deja apoyar la cabeza en su regazo. ¿Hay mayor
paz...?
Ya empieza a ponerse el sol, y me vuelvo a turbar.
Pero que sea acogida esta pobreza, que sea amada
esta pobreza, que sea deseada esta pobreza. Soy
como la hierba seca, demasiado llena de sí misma.
Pero el Señor me va a cambiar y me va a hacer
caminar sobre las aguas porque Él no deja perecer a
sus pequeños.
Qué extraña alianza la de mi Dios con la
debilidad...
Antes de existir nos envolvía el Amor Sagrado del
Señor; siempre fuimos amados, siempre presentes
en la Voluntad del Padre; todo hombre es amado
desde antes de su creación. Nos realizó la fuerza
creadora del Señor, la fuerza del Amor, de la Virtud,
de la Santidad, de la Vida, de la Paz, creados en el
Amor de los Amores, frutos de la Gracia, espejos de
la Santidad de Dios, porque sólo Dios es santo. La
oveja perdida necesita la reconciliación y la
protección. Mi Dios no ha esperado a que vuelvan las
ovejas; ha salido en su busca.
Cómo ama Dios nuestra degeneración. Él no
condena a la adúltera. Mi Jesús ya ha recibido el
64

azote de la Justicia y la Misericordia. La salvación es


recibir la Gracia Santificante del Espíritu Santo de
Dios; el Espíritu Santo es el auténtico y único
carisma de la Iglesia; es el máximo don del Espíritu
Santo, la entrega del mismo Espíritu.
Ante los ojos de Dios, por Cristo, somos luz de su
fuego y en Él somos santos. Para ser santos, basta
contemplar a Dios. Hablo por la fe y el Amor.
Echo de menos a Dios pero creo en el abrazo del
reencuentro.
A veces me duele mucho el espíritu. Ayer, cuando el
Padre me decía que arrojara esa espina, no podía hacerlo.
Toda la noche he tenido la cruz que me dio Beatriz en las
manos y esa purificación me dolía mucho. No sé por qué
me duele el espíritu pero confío en que pasará el tiempo de
prueba. Necesito resistirlo como sea. Todo es difícil. Hasta
esta misma carta me parece un monólogo. El silencio y la
opresión me cansan. Pero nunca me negará el Señor beber
la Paz desde su fuente.
Dejo ya de escribir porque no debo hablar yo. Que todo
el dolor del mundo sea la alabanza de los hijos del
Señor que desean volver a casa, habitar en el templo
del Señor por la eternidad. Qué solo seamos el
instrumento del Señor. ¡Gloria al Señor!
Con mucho cariño
vuestra hermana Tere
Paz de Dios.

21
26-1-81
Querida hermana (Merche):
La Paz y el Amor de Jesús estén contigo.
Hay mucha miseria en esta carta, y sería esto largo de
explicar. Todo lo que te escribo está envuelto en tajos
de pobreza porque soy demasiado obstáculo; pero hay
algo que debo decirte. Aunque esta carta vaya vestida
de mis harapos, desnúdala, despójala de mis
palabras y, cuando hayas dejado el papel en blanco,
65

escucha ese mensaje vivo que yo apago al escribir.


Cuando empecé a escribirlo el Señor me regañaba, pero me
siguió probando como instrumento. Tan mal lo hago que
abandono pues no he de caer en la limitación de las obras y
las palabras del Señor. Lo que sí me dijo el Señor es que te
ama y está contigo y con todos, también con tus padres.
Por eso no temas. Sé que la frase se dice fácil y no lo es; y
te comprendo muy bien.
Cuando recibas esta carta estaré de ejercicios, todavía no
sé dónde. El Señor me está haciendo pobre para
confiar en Él. Cuando no se tiene nada es cuando te
das cuenta de que todo lo recibes de Él. Cuando no
se tiene nada se está mas cerca del Señor. Sólo llevo
una intención como equipaje: pedirle cuando esté cerquita
por ti, por la Iglesia y por este trozo de Iglesia que es
nuestra Rosa . Te agradecería que si vieras a Julio y a
Marcelino, les pidieras perdón de mi parte por lo egoísta
que fui el viernes. Diles que entre Chus y ellos dos me
animaron mucho y me hicieron mucho bien, pero que
estaba muy cegada en mí misma y tenía cerrado el
corazón. El Señor ya me ha regañado; diles que me
perdonen.
Lo que el Señor me vaya dando os lo daré. Por de pronto,
Merche, ánimo. "Alégrate, Hija de Sión. Ya sabes que Jesús
está contigo, y María sabe bien lo que te pasa.
Te dejo de escribir porque tengo que estudiar 3
exámenes para mañana.
Me acuerdo mucho de ti y de los hermanos de la
Comunidad.
El Señor no nos va a abandonar.
Con mucha esperanza y cariño
tu hermana Tere
Un abrazo a Julia y mucho ánimo a Francisca.
Paz de Jesús.

22
24-1-81
Señor, déjame cantarte; déjame beber tu consuelo
66

¿Dónde buscar la esperanza si no es en Ti?

"No limites mis obras ni mis palabras con tus palabras"


Señor mío y Dios mío, Tú que lo sabes todo, sabes bien
que te amo.

"Hija mía ¡Abre tu boca y habla!"


Para la Rosa de Sarón canto el amor del Señor a sus
rosas, y sé que va especialmente dirigido a Merche.

Para todo pobre del Señor

AMOR
Esposo: Mientras mi amada dormía se la llevaron al valle
umbrío.
Esposa: "Creí mi hogar apagado y al tocar las cenizas me
quemé", porque Tú eres el ascua encendida que ha
prendido mi corazón.
Esposo: Ha prendido la hoguera santa. No temas. En tu
casa habito yo.
Esposa: Te llamo con tu voz. Te quiero con tu Amor.
Esposo: Palabra quebrada, voz temblorosa, ungida mía,
rosa blanca sobre mi altar.
Esposa: Adoro, aguardo, temo. Mi Señor de la ruina, de la
mies seca, de las cadenas, de las heladas, de las campiñas
rasas, de las chozas que se lleva el torrente, de las cizañas
y de los trigales. Señor de la pobreza y la esperanza.
Esposo: De mis flores amargas sacaré la miel. Esposa
mía, colmena de dolor, gemido, de monte a monte. Yo sé la
flecha en tu corazón y el estrago en tu mejilla.
Esposa: Señor, mira a mis hermanas frágiles como los
juncos cautivas por los guardias de la noche.

INCERTIDUMBRE
67

Esposa: Mi amado va llenando las vasijas con agua


secreta, y aguarda el tiempo de que el vaso rebose. Se
alejan las nubes de tormenta y vuelve la paz con el vuelo
suave de la paloma. Mi amado ha llenado las vasijas con
agua secreta y ha llegado el tiempo de que el vaso rebose.
Se acercan las nubes de tormenta y huye la paz con el
vuelo suave de la paloma. Ha entrado un dardo en mi casa,
canta el llanto en mi pecho, ¿sollozos? ¿lamentos? Mi
corazón dolorido se alza hacia Ti.
Esposo: Mas puro que la mirra
Esposa: Aleluya! ¿Quien nos librará?
Esposo: Llega el Alba. Llega el Esposo, relámpago de
fuego. Te aseguro que ni el olor del manzano ni la fragancia
del naranjo pueden competir con el aroma de mi rosal.
Esposa: Ardor de seca rama.
Esposo: ¡Hermosa mía! ni altiva, ni arrogante vestida de
luz y olvido sumida tu boca en mis palabras quiero besar la
amargura de mi flor. Tan desvalida tu mirada, sed inquieta,
brotas humilde en el valle de la ceniza. He venido a llevarte
a mi huerto.
Esposa: Amado mío, tan pobre me estás dejando que no
me voy conmigo.
Esposo: Labios quebrados, ungida mía, es la hora florida
de los espinos, el zarzal ha florecido.

DOLOR
-SANGRA DE AMOR EL ROSAL-
Esposo: Haré brillar tus ojos, esposa mía.
Esposa: Lento martirio... Aguda agonía.
Esposo: Arranca tus lágrimas el limo. Queda desnudo tu
corazón.
Esposa: ¡Oh! ¡Salmo de dolor!
Esposo: Calcinaré tus llagas con mi Amor, sagrada y pura
ofrenda
mi esposa fiel.
Esposa: tortura violenta
68

Esposo: Tus brazos son dos ramas temblorosas


Esposa: Aleluyas de elegías. Aullidos del alma. Amargos
caminos.
Esposo: ¡Vengo a aliviarte el corazón! ¡Alma de fuego!
¡Raíz en mi roca! ¡Fruta sabrosa!
Esposa: Amor que me lleva a la muerte. Cárcel de Amor.
Lloran mi padre y mi madre.
Esposo:Yo soy el Dios de tus padres.
Esposa: Te he negado muchas veces.
Esposo: Yo renuevo la Alianza
Esposa: Desdeñad lo que soy.
Esposo: Eres tú mi criatura.
Esposa: Amado mío, mira tu fruta arrugada donde ha
entrado ya el gusano, ayer hermosa y dulce, hoy agria y
mustia rama. Y en el árbol de mi vida caídas las hojas, el
tronco herido la llama mortecina.
Esposo: ¡Ábreme! Amada mía...que estoy llamando a tu
puerta ansioso de entrar en tu lecho de miedos y
esperanzas.'

ESPERANZA
Esposo: En mi fuego arderán las ascuas del día, Esposa.
Traigo el incendio del Amor con el resplandor de la aurora y
la llama de la vida. Y mi luz ciega al sol. Asombro, temor...
huyen las sombras de la muerte. De mi flor blanca haré
blanca cera que se vaya consumiendo al calor de mi
Espíritu y te iré poseyendo, esposa mía.
Esposa: Eterna pasión de Amante hasta fundirte en mi
ser...
Esposo: Traigo para ti, mi Esposa, un limpio jarro lleno del
agua santa, que no has de beber de los charcos sino de mis
manos que te brindan la calma y la grandeza del océano y
el dulce agua de los lagos.
Esposa: Haz Señor de mi barro, tu cantarillo. En el mesón
del peregrino entramos mi Amado y yo.
69

Mundo: En el mesón del peregrino han entrado los


esposos.
Esposa: Mirome el mundo con avidez. Mirole el mundo
con rechazo.
Mundo: Démosle agua a la rosa ¡Y a los borrachos vino!
Esposa: ¡Oh tristeza entre los olivos!...que ni siquiera le
dieron vino sino vinagre .

Jesús en el centro
23
6-II-81
A mis hermanos Julio y Chus:
Deseo de corazón que estéis llenos del Espíritu de Jesús y
que también por medio de esta carta podamos disfrutar
juntos de la presencia de nuestro Jesús. Os deseo la Paz del
Señor. Que la Paz de Jesús esté con vosotros.
Una vez más puedo decir que nuestro Señor me enamora
y me sorprende. Mirad qué Dios tan grande tenemos que es
capaz de salirse de sí mismo y de hacerse siervo. Sí, me
deja atónita el poder de Dios, un poder que es ser servidor.
El jueves santo, después de la cena, cuando el Padre puso
todo en las manos del Hijo, no se le ocurre otra cosa que
coger una toalla, ceñírsela y lavar los pies a los apóstoles.
Ahí tenéis a Jesús, sin manto y sin señorío, siervo manso,
siervo. Cuando Pedro se niega a que Jesús le lave los pies,
está aceptando a Dios como Jefe pero no como Amor, que
supera los límites de la lógica, y nos entrega al Hijo total y
absolutamente, hasta el punto de hacerlo nuestro siervo,
por Amor. Cuando de nuevo se pone el manto, no se nos
dice que se quita la toalla y es que nuestro Señor hace de
su poderío el servir.
Jesús sabe amar con desinterés hasta el extremo de
partirse para entregarse Él mismo al Padre y a los hombres.
Deseo profundamente amaros con desinterés; el
amor desinteresado es el Amor del Reino, que supera
todo amor humano, es el Amor alimentado
continuamente por la gracia del Espíritu, el único
Amor capaz de dar la vida y de llegar al extremo de
70

la cruz. Es imposible para nosotros amar con


desinterés; sólo se puede amar con desinterés si se
deja que sea el Señor quien Ame en nosotros.
Quiero pedir al Señor dos dones del Espíritu para nuestra
comunidad: el don del espíritu de oración y el don del
espíritu de trabajo. El don del espíritu de oración para
aprender a orar; hacer silencio en nuestros corazones para
saber escuchar a Dios y dejar que el Espíritu ore en
nosotros. Es difícil pero necesario silenciar el corazón y
hacer un gran vacío para dejar que ore el Espíritu Santo;
mientras estemos en el mundo hemos de luchar por la
unidad y la hermandad en Cristo El único lazo
inquebrantable de nuestra unidad es Cristo Si oramos
nosotros, nuestra oración tenderá al individualismo; pero si
dejamos que ore el Espíritu de Dios, que habita en todos y
cada uno, la oración será sólida, y la unidad de la
comunidad inquebrantable. No tengo palabras para
expresar la grandiosidad del don de la oración, por eso es
mejor que calle.
También pido el don del espíritu de trabajo muy unido al
don de la servidumbre y la pobreza, para que todos
podamos decir el "Aquí estoy" de María. Chus, pide al Señor
un encuentro con María, con María sencilla, humilde,
"bonita" -como dices tú, Julio-.
María es una mujer que sabe orar; no está centrada en
ella; es una mujer entregada a Dios y a los demás. Supo
hacer agradable la vida a los demás. No tuvo una vida fácil
sino muy dura, pero siempre supo fiarse del Señor; utilizó el
dolor y el sufrimiento para intimar con Dios. Y el Señor se
regocija en ella, en "Maria bonita", una mujer deliciosa en la
fe y en la entrega. María caminó en desiertos y noches,
pero siempre superó con su fe la duda y el temor; no
necesitaba entender para fiarse del Señor; supo guardar en
el corazón su maternidad, una maternidad sin límite, desde
el anuncio del ángel, hasta la muerte de su hijo, el
"Dejadme hacer las cosas de mi Padre", el "Éstos no son mi
madre y mis hermanos", y todos los hechos cotidianos. En
la Bodas de Caná, cuando Jesús le dice que qué les incumbe
a ella y a Él aquella situación, María sonríe en su interior
porque sabe muy bien quién le ha metido a Ella en todo
71

esto, y de nuevo su oración "Haced lo que Él os diga"- y los


siervos obedecen sin preguntar porque son buenos siervos.
En el Calvario, cuando parecía que todo estaba a punto
de acabar, Ella no huye, confía; los discípulos huyen, "todo
es un cuento", el Maestro fracasado gritando "Dios mío, por
qué me has desamparado". Pero María no huye, Ella confía,
camina sobre las aguas. Jesús la entrega como madre
de los hombres, también de los que matan a Jesús, y
María, en el Calvario, cuando no hay un solo hombre
digno delante de ella, sino asesinos y cobardes,
vuelve a decir "sí", y perdona, acoge, ama y se
entrega a sus hijos.
Chus, si pides al Señor un encuentro con María, no te lo
puede negar. Yo también se lo he pedido, y estoy segura
de que Jesús nos va a descubrir a su madre.
Durante los ejercicios espirituales me he acordado mucho
de vosotros y de mi familia. Os he echado a todos de
menos y de verdad que pido mucho por vosotros. El Señor
me va situando en la roca y por eso tengo serenidad,
quiero daros todo el bienestar que tengo. Me siento unida
en el espíritu a la comunidad. Más que nunca veo nuestra
dependencia total del Señor; os aseguro que si se aparta un
momentito de uno solo de nosotros, se nos corta a todos la
respiración. Pedid mucho por Merche, y también por Julia, lo
necesita mucho. Me ha dicho Merche que el domingo vais a
Molina de Aragón y me alegra esto; pido para que el Señor
se os manifieste.
Aunque vosotros dos, Julio y Chus, nunca decís nada
sobre vosotros mismos, sé que lo pasáis mal a veces, con
mucha tormenta unas veces, con aridez otras; y sé también
un poquito del mundo del silencio. Y en ese sin palabras
quiero daros ánimos; no temáis, no estáis solos. Pido mucho
por vosotros dos, como hermanos y como pastores de este
rebaño de nuestra Rosa. Que el Señor os bendiga.
Bueno, no os quito más tiempo. Sabéis que os quiero.
Haced conmigo lo que queráis. Con cariño
vuestra hermana Tere
-La Paz del Señor.
Gloria a nuestro Dios.
72

24
15-II-81
Queridos hermanos: (de la Rosa de Sarón)
La Paz del Señor esté con vosotros.

-Me siento realmente pobre para poder consolaros pero


deseo transmitiros la esperanza de los hermanos santos y
del pueblo de Israel. Hay algo que el Señor me ha revelado
por Él mismo: y es que el Amor no pone límites al
sufrimiento. Si se acepta esto, si se Ama esto, se empieza a
vivenciar el amor de Jesús. Estoy sumergida en un mar de
sufrimiento nuevo, lleno de paz, donde las lagrimas pobres
brotan con mucha facilidad; y es que no es mi sufrimiento,
sino que mis lágrimas lloran la unidad con el sufrimiento
del mundo. Y en este Amor quiero consolar el sufrimiento
por el que lloro.
Quiero transmitiros el sentido del sufrimiento. Nuestro
hermano Pablo dice así: "Llevamos continuamente en
nosotros, en nuestro cuerpo, la agonía de Jesús, para que la
vida de Jesús se manifieste también en nuestra experiencia
mortal".
Sé que dentro de vosotros hay dolor, y quiero transmitiros
el Amor de Jesús para que os alivie; sabed que el
sufrimiento y la muerte están siendo utilizados por nuestro
Señor para manifestarse como el Dios capaz de dar la vida.
Seamos conscientes de que es necesario morir para vivir,
de que el camino de la vida pasa por la muerte. Es el Señor
quien nos elige y hemos de amar esta elección en la que se
realizará esta vivencia de Pablo: "La muerte actúa en
nosotros, misioneros, y la vida en vosotros" (2Cor 4, 12).
Pero acordaos en el sufrimiento de que "los pobres
comerán y serán saciados" (Salmo 22, 26-30).
Ahora me alegro de mi gran desierto y lo deseo con
todo mi ser porque es una de las mas puras
manifestaciones del noviazgo sagrado, de la
consagración, ya que en el desierto se vive
únicamente de la palabra de Dios, en la plena
73

confianza (Os,2, 16) El Amor es exigente. Y en


nombre de Jesús os exijo fe para aceptar la muerte
aun cuando no se sabe nada sobre el "después de la
muerte". Mas acordaos de la victoria de los
humillados, de la glorificación de los perseguidos.
A veces el Señor nos da luz para darnos cuenta de
que estamos muertos; pero entonces glorificad al
Señor, cantad su gloria, su poder, su fuerza, con las
palabras de su pueblo: "Dios nos hirió, Él nos vendará la
herida, en dos días nos hará revivir, al tercer día nos
restablecerá y viviremos en su presencia" (Os 6, 1-6)
Cuando os ciegue el sufrimiento sabed que Cristo
sufrió primero: Jesús es el "servidor que sufre".
Jesús, en su agonía, fue el solidario de los muertos,
fracasado en su vida y en su pasión, sin conseguir
llevar al pueblo a la obediencia; con gritos y lágrimas
clamó a quien podía liberarle de la muerte"; "Padre,
sácame de esta hora" (Hb 5, 7 y Jn. 12, 27) y "Dios le
escuchó teniendo en cuenta su obediencia"(Heh 5, 7) Y así,
"Hijo y todo como era, sufriendo, aprendió a obedecer" (Hb
5, 7) En el sufrimiento reforzad el sentido de la
obediencia.
Quiero animaros en la esperanza; nuestra vida y
nuestra muerte son vividas en Cristo Si vivimos en
Cristo, el auténtico sufrimiento no nos cogerá de
sorpresa porque Cristo sufrió primero. Si amamos el
sufrimiento podremos gritar como Pablo: "Para mi, vivir es
Cristo y morir ganancia". Y estaremos en el Amor, en el
auténtico Amor que no pone límites al sufrimiento.
Alegraos en vuestro sufrimiento porque "Dios nos
ha dado las arras del Espíritu" y porque con nuestra
vida estamos escribiendo los relatos de la
resurrección de Jesús que vive en nosotros. Quiero
daros testimonio de que el Señor borra las lágrimas
del que sufre. Hace poco, una noche, lloré con gran
dolor; el silencio y la soledad ahogaban mi alma.
Pedí consuelo al Señor. Las lágrimas me quemaban
la cara. Cuando llevé mi mano para quitármelas, todo
mi rostro estaba seco y no quedaba nada de
humedad en mis ojos. Y os digo que es cierto que el
Señor ha venido a consolar a los afligidos, a los que
74

sufren. Unida a vosotros en el sufrimiento, muy


especialmente a Merche, os invito a exclamar
conmigo una eterna alabanza "Jesús es SEÑOR"
Con Amor de Jesús
vuestra hermana
Tere
Paz del Señor.

25
24-II-81
JESÚS ES SEÑOR
A mi hermano Julio:
La Paz y el Amor de Jesús estén contigo.
La Verdad es que te escribo para pedir ayuda. No sé, pero
necesito un empujón hacia delante, una esperanza, un
consuelo. Y, sobre todo, el perdón de Jesús, su Amor y su
Misericordia. Quizás te parezcan egoístas estas palabras;
no lo sé, no se nada. Pero lo pido porque soy consciente de
mi dependencia y necesidad.
A veces el Señor me deja respirar pero a trompicones: el
retiro del colegio, el otro Sábado en nuestra comunidad...
pero no me basta; siento la necesidad de abrir las
ventanas de par en par y recibir el aire y dejar de vivir lo
que vivo para vivir para Él y en Él. Me gustaría salir al
mundo pagano y gritar el nombre de Jesús; pero sólo puedo
esperar en el silencio, sirviendo al Amor de Jesús. Tengo
miedo, de mí, de la noche de fuera, de la soledad, del
silencio. No recibo esperanza, ni alegría, sino Amor, Amor
de Cristo; no sé cómo lo recibo, no por el mundo. Necesito
compartir esto con alguien, no puedo dejar que se lo
trague ese silencio, ese vacío, esa soledad que obtengo
como respuesta. Es curioso que te escribo con mucha paz;
creo que es porque he perdido la seguridad en mí, y aunque
parezca contradictorio, entonces se tiene paz.
Echo de menos a Jesús; en clase de Teología tengo que
hablar del resucitado; más que hablar de Él tengo ganas de
75

estar con Él. De todos modos es una gozada pronunciar su


nombre, hablar de su Amor, llevar su Amor a las gentes, y
ensalzar con la boca y el corazón todo su Ser. No puedo ser
feliz sin el Señor; creo que me llama a irme con Él, no
importan los caminos, no me importa donde me deje o
donde me lleve; yo se que "mi Amado es para mí y yo soy
para mi Amado". A veces pienso que mi familia me
comprendería; otras veces veo que no. Yo no puedo hacer
nada. Tengo que obedecer al Señor, y a veces tengo miedo
de lo que me puede pedir, pero prefiero morir miles de
veces antes de echarme atrás; Jesús me ama demasiado
para dejar que me aleje.
La prueba que más miedo me da es la soledad. Cada vez
que vuelvo a Vascongadas siento la muerte. Es cuando sin
recibir nada de Amor tengo que dar Amor, él único Amor
que recibo es el de Cristo, y ése he de darlo. Pero mejor no
pensar en ello, cada día su afán. Tengo ganas de acoger la
verdad absoluta, el Señor que se me está entregando.
Confío en Jesús. Tengo ganas de marcharme con Él, de
caminar en Jesús. Estoy cansada de caminar, debe ser que
me he confundido. No me importa empezar de nuevo. Solo
quiero encontrar a Jesús y fundirme en Él para
siempre. ¿Sabes lo que te digo? que Jesús está vivo y
no hay más verdad que ésta. Y en este mismo
momento soy consciente de que está conmigo y soy
consciente de estar salvada; aquél con quien esté
Jesús está salvado. Dichoso aquel que acoge al
Señor. Paz
Tere
Ora por la paz del mundo.
P.D. No sabes cuánto te agradezco que me dejes
escribirte; no tengo nada con qué pagarte pero te aseguro
que Jesús te gratificará con su Ser por todo lo que ya me
has dado. Que mi Jesús te bendiga eternamente. Paz.

26
2-III-81
A mis hermanos Julio y Chus;
La Paz de Jesús esté con vosotros.
76

Quisiera escribir en mi mente y en mi corazón las leyes


del Señor para que los deseos del Señor sean mis deseos y
todo mi ser su instrumento.
A veces me siento lejos de Jesús, no sé por qué; es
el desierto de no oír su voz, de no discernir su
voluntad, de no poder salir de uno mismo, de obrar,
sentir y pensar mal cuando no se desea esto. Pero
que todo el soplo de mi vida sea una alianza eterna
con Jesús; toda mi vida volcada en Él de lleno;
aunque no hubiera otra vida, ya esta vida con Él
merece la pena.
Quiero ser perdonada, correr a Jesús sacerdote, para que
Él interceda en un mayor acercamiento hacia Él. Pero de
veras que esto no lo quiero sólo para mí; todos somos uno,
fuera de esa unidad no somos, y es maravilloso que así sea.
Me gusta que seamos pueblo del Señor, me gusta que
todos seamos su pueblo, me gusta mucho que Jesús sea
nuestro Señor, me gusta oír su voz diciendo "mi pueblo";
porque yo no tengo otro Señor que Jesús y me gozo en que
así sea en vosotros y en nuestros hermanos en Cristo
Quiero llamaros soldados de Cristo y que, como dice Pablo,
nuestra fuerza sea el Señor, nuestro equipaje "el evangelio
de la paz", nuestro escudo la fe, nuestra espada la palabra
de Dios.
Hermanos míos, que nos tratemos con modestia,
sencillez, cada cual servidor del otro, fortaleciéndonos unos
a otros, alimentándonos mutuamente en la fe, en la
esperanza y en la caridad. Perdonémonos nuestras deudas.
Hay quien posee fe, otros esperanza, otros caridad;
no nos juzguemos, seamos alimento unos para los
otros, que el hermano flaco en la fe reciba fe, el
hermano pobre en esperanza reciba ánimo para que
goce en la espera y confíe en la promesa, que el
hermano pobre en caridad se sienta Amado.
Tenemos que estar alerta, velar y discernir en la
enseñanza. Vigilemos unos sobre los otros,
pongamos lo recibido al servicio de la comunidad,
velemos unos por los otros, que no se pierda uno
solo.
77

Si somos hijos de la luz hemos de amar el día, y con


él la luz, la verdad, el compromiso, la lucha, el afán
de cada día, su incertidumbre, su cruz, su fruto...
No sé cómo puedo escribiros todo esto, pues os aseguro
que me gusta la noche y tiemblo en cada amanecer, me da
miedo la primavera, me da miedo lo que viene encima. Pero
¡al cuerno con uno mismo! que somos hijos de la luz.
Jamás un cansancio, una tristeza, un sufrimiento,
pueda quitarnos el gozo de la alabanza. Las obras
del Señor Le glorifican.
Siento no haber ido el sábado a los ejercicios que dabais
en ese colegio . El domingo salí con Julia y os busqué
porque necesitaba de verdad orar en ejercicios. No sabía la
dirección, intenté llamar por teléfono pero las cabinas no
funcionaban; convencí a Julia para ir hasta el colegio del
Sagrado Corazón pero no era allí; las monjas nos dejaron
llamar por teléfono pero la gente no estaba o el teléfono
comunicaba. Por fin me di por vencida y me marché con
Julia y un amigo suyo a una cafetería. De aquella tarde he
aprendido una buena lección: el Señor no quiere que le
busque por necesidad sino por Amor. Estuve hablando con
Julia y me dijo algunas cosas, casi no lee el Evangelio, ni
siquiera celebra los domingos la Eucaristía; no podemos
dejar que se aleje de Jesús.
El sábado por la mañana hablé por teléfono con Merche, y
la encontré mal. Hay que darle un empujón.
Algún día de éstos si el Señor me da palabras, voy a
escribir a Ana María; poco puedo dar, pero si el Señor
quiere, hablará Él.
A ti Chus hace bastante tiempo que no te veo, pero desde
hace mucho tiempo te encuentro cansado. Descansa Chus,
abandónate en Jesús. A ti Julio no sabía qué decirte, así que
he pedido al Señor que lo haga Él, y te ha tocado la china,
porque he abierto el Nuevo Testamento y esto ha salido:
"A los presbíteros que hay entre vosotros los exhorto yo,
copresbítero, testigo de los sufrimientos de Cristo y
participante de la gloria que ha de revelarse: Apacentad el
rebaño de Dios que os ha sido confiado, gobernando no por
fuerza, sino espontáneamente según Dios; no por sórdido
lucro, sino con prontitud de ánimo; no como dominadores
78

sobre la heredad, sino sirviendo de ejemplo al rebaño. Así,


al aparecer el Pastor soberano, recibiréis la corona
inmarcesible de la gloria"(IP, 5).
Os tengo que dejar ya porque tengo que estudiar.
Mañana en Teología tengo que hablar de Jesús, del
resucitado. Ojalá sea Él quien hable, ojalá no tuviera que
salir yo para no caer en tentación de gloriarme, pero
bendito sea Jesús que es quien elige.
Bueno, os necesito mucho y aquí estoy para serviros. Os
dejo en el Señor. El os bendice.
Con Amor de Jesús
vuestra hermana
Tere
La Paz de Jesús esté siempre con vosotros.

27
15-III-81
PAZ Y AMOR DE JESÚS
A mi hermano Julio:
Tengo que decirte algo en nombre de Jesús; iba a escribir
a Merche pero he comprendido que es a ti a quien tengo
que escribir. Necesitas el consuelo del Señor y te escribo
porque necesitas estas palabras en nombre de Jesús. El
Señor, nuestro Dios, sabe de una profunda grieta en tu
corazón por la cruz de Merche, la intensa purificación de
Merche, hacia la Cruz y la Gloria, marcan muy hondo tu
corazón. He de decirte que el sufrimiento de Merche que
mora en ti es de Jesús; cuando sufras por ello, que
sepas que lo que en ti habita es dolor auténtico por
el Amor de Jesús; llora por ello; deja primero llorar a
tu corazón que se agrieta, se contrae, se rompe,
pero esas lágrimas serán angustiadas y dolorosas;
después cuando hayas descubierto ese dolor de tus
lágrimas, deja llorar a Jesús, pues vas a conocer las
lágrimas de Jesús. El Señor te va a inundar de Amor.
Te pido en nombre de Jesús, que abras tu corazón a
este sufrimiento, porque el Señor te va a vestir de
79

Amor como nunca has conocido; el Señor sabe que


tú, Julio, su sacerdote y amigo, estás sufriendo con
Merche, y Él, que habita también en las llagas, tiene
un deseo pasional e infinito de envolverte en el
Amor.
Hoy Domingo, es como la noche del Jueves Santo; quiero
a Merche y en el fondo más oculto de mi ser celebro con
Jesús su glorificación, vivo con Él, el pan que ha partido
para sus amigos; hoy, Merche ha celebrado la cena de Jesús
con nosotros, esta tarde, esta noche.
Julio, te pido en nombre del Señor que no huyas de
esta cruz; cierra los ojos mirando a tu interior y ve,
tu corazón roto en esta cruz, porque el Señor va a
hacer manar a través de esta grieta mucho Amor
para ti. Quiere llamarte amigo; hay una petición
profunda para ti: Jesús quiere que tu espíritu recorra
con Él la pasión que ahora pone en Merche. Nuestros
espíritus recorren los caminos del Señor.
María vivió la ejecución de su Hijo; Jesús quiere
llorar estas lágrimas en tus ojos, por eso llorarás por
Merche, porque el Señor va a llorar lágrimas en tus
ojos para que sientas su Amor.
Jesús quiere que vayas a sus brazos como un niño,
que dejes tu corazón en sus manos porque Él te va a
enamorar para curar tus llagas en el Amor y la
Misericordia y otorgarte su Santidad de Hijo. Hoy
cuando Beatriz decía que hay quien dice que eres
santo, yo no reí, porque lo eres; mi Dios me confiesa
esta noche que quiere que tu conozcas su Amor
porque Él está enamorado de ti; por eso eres santo.
El Señor nos pide la unidad de espíritu con Merche para
recorrer juntos la pasión del Señor.
He sentido como que a Merche le habían despojado de la
túnica; y al ver, la túnica en el suelo, era la túnica de Jesús.
Nada puedo hacer para sanar vuestros corazones,
sino juntar mi pobreza y mi llagas con las vuestras.
Quiero vivir en mi carne las llagas de Jesús, para
morir esta noche con el fin de transformar toda la
energía de mi espíritu y de la vida en Amor de Dios,
que os sustente a todos, a todo pobre. Tengo unas
80

profundas ganas de llorar, deseo de sufrir para que


el que sufre no se sienta solo, y sobre todo para
sufrir con Jesús.
El Amor de Jesús tiene fuerza de sanación; que el
Señor haga con nosotros lo que Él quiera. Podéis
pedir al Señor la energía y la fuerza que Él haya
dado a mi espíritu, podéis pedir al Señor la vida que
me da, así como todo cuanto de Él recibo, porque
todo lo que tengo es para darlo y aunque poco
tengo, sólo mi ser, serviros de él; no me importa
morir para daros mi vida, fusionarme con la Iglesia,
todo lo del Señor en el Amor. Julio, coge este Amor
de Jesús que te entrego; calma tu espíritu, hermano
mío.
El Señor mi Dios te bendiga, Él te diga la última
palabra.
Tere

Y los entrego en manos de las gentes, quedando


sometidos a los que les odiaban. Y fueron vejados por sus
enemigos y doblegados bajo su mano. Muchas veces los
libraba pero ellos le exasperaban con sus veleidades y eran
humillados por sus iniquidades. Mas Él vio sus tribulaciones
y oyó sus lamentos. Y se acordó de su alianza con ellos, y
por su mucha bondad, se apiadó de ellos. Y les hizo objeto
de sus misericordias en presencia de cuantos los tenían en
cautiverio.
Sálvanos, Yahvé, Dios nuestro, y reúnenos de entre las
gentes para celebrar tu santo nombre y gloriarnos en tus
alabanzas! Sal 106

Tesorera del polvo


28
M. 22-III-81
A mi hermano Julio:
El amor de Jesús esté siempre contigo. El Señor te de paz.
He pedido al Señor palabras para ti y, al abrir el Evangelio,
esto ha salido:
81

Pues nosotros fuimos también alguna vez necios,


desobedientes, extraviados, esclavos de toda suerte de
concupiscencias y placeres, viviendo en la maldad y en la
envidia, dignos de odio y aborreciéndonos unos a otros;
mas, cuando apareció la bondad y el Amor de Dios, nuestro
Salvador, hacia los hombres, no por las obras justas que
nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, nos
salvó mediante el lavatorio de la regeneración y renovación
del Espíritu Santo que abundantemente derramó sobre
nosotros por Jesucristo, nuestro Salvador, a fin de que,
justificados por su gracia, seamos herederos, según nuestra
esperanza, de la vida eterna. Tito 3, 3
Mi corazón esta desolado por tanta pobreza
interior; tanta pobreza que me falta paz de espíritu y
me siento en agonía.
Hermano mío, deja que venga a mi el polvo, que lo
voy a amar, que el Señor no me niega ser tesorera de
polvo, unida al polvo de mis hermanos, solidaria del
polvo, abogada del polvo, porque yo soy polvo sobre
el que mi Señor derrama continuamente Amor y
Misericordia. En lo más hondo de mi espíritu vivo el
vacío que en tu corazón ha preparado el Señor para
su Amor. Estoy con los últimos y entre los últimos;
óyeme bien, con los últimos y entre los últimos; te
aseguro que si mi hermano menor no se salva, no me
salvo yo, porque yo soy polvo.
No puedo seguir escribiendo esta carta si no me humillo y
deseo entregar al Señor lo que es suyo. El Reino de
nuestro Dios es nuestro Reino, Julio; y lo sé porque el
Señor ha derramado Amor sobre mí, y si dejo hablar
a mi espíritu salen estas palabras hermano mío: yo
estoy en ti, Julio, por la comunión de los santos, y la
Misericordia y el Amor que sobre mí se derraman
también se derraman sobre ti.
Hermano mío, siento miedo en tu corazón, miedo
de Dios, no temas, yo también he pecado, mi pecado
nace de mi corazón pero el Señor lo sana, y cuando
llega a mi boca escribo estas palabras, y cuando
llega a mis ojos lloro por mi falta de Amor. Julio,
dame tu miedo, envíamelo, dame tu pena, tu dolor,
tu vacío, comparte tu polvo con el polvo, dame tu
82

pobreza para la ofrenda de la unidad de la miseria;


mejor dicho, no me des nada a mí, sino a mi Señor
que no quiero adueñarme de lo que no es mío sino de
mi Dios. Ayer sentía en mis manos el calor de la vida,
con fuerza sanadora, hoy no siento sino pobreza en
mi corazón.
Jesús está amando en ti su Amor, lo pide para ti,
pero estás pasando por el abandono de la cruz, en
que Jesús no sentía el amparo del Amor, confía Julio,
deposita tu espíritu en los brazos del Padre como lo
hizo Jesús.
El señor te ama y tú deseas ese Amor pero te falta
sentirte amado para sentirte posesión de Dios pero
vas a sentirte amado porque te sientes pecador, y
del perdón nace el amor. Mi corazón es como un nido
de culebras, si el Señor me abandona no tengo vida
para morir. El Amor me llega del perdón, de la
Misericordia que continuamente mantiene mi
corazón en la vida.
No tengo más palabras para seguir escribiendo, pero
quiero ayudarte y creo que el Señor me va a dejar hacerlo.
Que todo lo que el Señor me dé te lo dé a ti. Quiero pedirte
perdón si soy una espina para ti, si mis palabras te hieren.
Sabes que rezo por ti. Jesús te bendice, hermano.
Tere
P.D. Pide también por mí, me siento muy pobre, no se si
llegaré con fuerzas al final de esta semana, os necesito
mucho. Si veo que no puedo y si el Señor me deja os llamo.
Pide por todo el rebaño, siento la necesidad de velar los
unos por los otros para que nadie se pierda; nuestra rosa
es una rosa de pobres. Cuando veas a Chus dale un
abrazo muy fuerte de mi parte, Y serénate, Julio,
tranquiliza tu espíritu, calma tu corazón. El amor de
Jesús te inunde. PAZ.

29
83

4-IV-81
“JESÚS ES FUENTE DE VIDA PARA TODOS”
AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS
A mi hermano Julio:
-Paz en tu corazón y amor de Jesús
Te dije que te ayudaría en el Amor de Jesús; sé que lo voy
a hacer, que se me va a dar esto. No me preguntes, pues
yo no sé nada sino lo que se me dice en cada momento;
pero te escribo porque la sanación llega a nosotros y
nuestros espíritus se introducen en nuevos caminos. No sé
nada, no entiendo, no veo, pero nuestros espíritus se
mueven y van a ser arrastrados a un camino de perfección.
No es mi pensamiento ni mi propósito quien escribe. En
estos momentos me duele la mano derecha. Que todo sea
del Señor.
Julio, hermano mío, obedece estas palabras sólo si Cristo
lo quiere. El Señor va desnudando nuestras almas;
nosotros queremos vestirlas pues conocemos la
vergüenza del pecado, pero es necesario
desnudarlas para que la semilla llegue a lo profundo
de nuestro polvo, a lo hondo del alma. Julio, desnuda
tu alma, no temas mirarla, libérate del miedo
dándoselo a Jesús directamente o dándomelo a mí
que se lo daré al Señor; danos todo el miedo que
surja. No es fácil caminar en el alma: hay lugares
muertos y ateos, otros lugares sin paz en los que
luchan el Espíritu del mal y el del mundo, incluso
entre ellos, pues están divididos; también
encontrarás lugares vacíos y desiertos donde no
sientas la presencia del Señor. Encontrarás ramas
del Reino de Dios que han crecido sin saber cómo; no
te gloríes, hermano mío, mira que te fueron dadas.
Llegarás al lugar del alma que no conozcas, donde
será plantada la semilla del amor.
Nuestros espíritus, Julio, no pueden descansar en
las ramas del reino, necesitan continuamente nuevas
semillas de renovación. A mí el Señor me dio una vez
estas palabras: “El agua del río no puede correr y
deslizarse por su cauce si no se alimenta
constantemente de la fuente”. Y es verdad. Y a tu
84

Espíritu también le ocurre esto; por algo estamos en


la Renovación.
Eres pobreza, Julio, elegido pobre, amado pobre,
concebido pobre; débil, inútil, impotente, ministro de
Cristo. Yo también soy pobreza, hermano, elegida
pobre, amada pobre, concebida pobre, débil, inútil,
impotente. Y me alegro de ello porque así nos ama el
Señor; siendo pobres no nos podemos gloriar sino de
nuestras faltas. Somos tan pobres que el Evangelio
es nuestra necesidad. Pero eres grande en Jesús,
eres poderoso, santo y bueno en Jesús. Eres Amor en
Jesús. El Amor va a crecer en nosotros; primero como
la hierba, luego como la espiga, luego como el trigo
y, al final, como mies madura. Esta es la palabra del
evangelio que me ha dado el Señor esta tarde (Marcos 4).
No quiero que te enfades conmigo por lo que hasta ahora
he dicho, lo he dicho en el Amor: créeme, creo que daría la
vida por ti, hermano. Cuando el amor de Jesús venga a
nuestros corazones perderemos la vida los unos por
los otros. Hermano mío, si no desnudamos el alma no
se puede sembrar. Hemos de desnudar el alma para
recibir el Amor; eso es purificación, eso he
comprendido y eso te digo. Para ello hay que dejar
que penetre la luz del Señor; cuando nuestras faltas
estén en la luz del Señor nos dirá qué hacer. Siempre
mendigos, Julio, pero siempre hermanos en nuestro
Dios, herederos de ese Amor que nos aguarda...
-Rezo siempre por ti. Si alguna vez oras por mí, que esa
oración sea por mis padres, para que reciban del Señor lo
que yo no les sé dar. Ama a mis padres, Julio. Paz y Amor
de Cristo. Nazca en ti la alegría y el Amor.

30
M. 5-IV-81

Hermano mío, te vuelvo a escribir porque se me revela un


segundo paso. Me encuentro mal, siento como si mi
corazón hubiera sido morada de un mal espíritu que
85

insultaba a mi Señor; ya no le voy a insultar, pero mi


corazón se ha quedado arrasado totalmente. Necesito Amor
de mi Dios. Pero el Señor también me ha sacado de ésta.
Mi Amado es para mí y yo soy para mi Amado. El
Señor construirá de nuevo su templo y caminaré de
nuevo en el Señor, con mayor fidelidad. Las fuerzas
del mal no pueden impedir el camino de perfección
que nos arrastra. Esto es algo que siento muy fuerte
Julio, que nos arrastra un camino de perfección.
Quiero decirte hermano, que el Señor va a jugar al
escondite, en tu corazón hay un lugar en el que el
Señor ha encendido el Amor; no es que lo vaya a
encender sino que ya lo ha hecho. Voy a orar para
que en tu corazón empiece a pasar un ángel del
Señor que queme con Amor muchas zarzas; te pido
que las busques. Hazme caso, hermano, sólo si mi Jesús
lo quiere. La llama está encendida, búscala Julio, está
en algún lugar dentro de tu espíritu. No soy nada,
tienes libertad para decir no a lo que digo; pero si sigues
estos pasos y si el Señor así lo quiere, conocerás su Amor.
No me propongo decir lo que digo. Si lo que digo no es del
Señor, Él nos lo haga ver y me perdone.
Pido de nuevo al Señor que lo que me dé te lo dé también
a ti. Busca el Amor en todo, Julio. Coge una hoja y
mantén su vida en tus manos. La Vida es Amor,
habrás tenido Amor del Creador en tus manos. Tengo
las manos algo doloridas; nada es mío; si estas
manos pudieran llegar a tu corazón, lo quemarían
porqué están siendo trabajadas. Si pudieran llegar a
mi corazón también lo quemarían; que el Señor siga
su obra. Jesús no te abandonará nunca, pues Ama tu
debilidad.

Quiero aprender a alabar a Jesús.

Dejo de escribir porque me he quedado sin palabras. He


pedido al Señor que te diga Él algo. Él está enamorado
de ti, el Señor se enamora, de sus criaturas, tú eres
del Señor. Esto me ha dicho para ti: "Acuérdate de mi”. Él
suplica Amor, Julio, no temas estas palabras, pues te llaman
86

desde el Principio; las obedecerás, no temas, porque has


sido elegido desde siempre para el Amor y la
Glorificación de Cristo. Julio, Jesús agarra nuestros
corazones, no los suelta nunca, y los lleva cada vez
más cerca de la luz, más dentro del templo y de la
Vida. El Señor Jesús te dé hambre de Amor y te sacie
con el Amor de los Amores, con su Ser.
Tere

31
S.S 21-IV-81
A mi hermana Merche:
con Amor y Paz del Señor.
El mundo está lleno de pobres, todos sufren, todos llevan
una cruz, y de la boca de los más pobres, de los más
sencillos, oigo decir que Dios prepara todos los caminos.
Hay mucha gente sin trabajo, mucha gente sola, muchas
familias que lo están pasando mal; sin embargo, Él
prepara todos los caminos, cuida a sus ovejas, nunca
son abandonadas en el sufrimiento. Jesús teje la
historia de cada uno de los hermanos, se compadece
de sus sufrimientos, llora por ellos, el mundo es tan
pobre... Qué afortunados somos; habiendo tantos
pobres para elegir, qué somos para que el Esposo
quiera amarnos.
Sin duda conoces bien esta pobreza pues Jesús hace
tiempo que te habla de ella. Él te ha elegido como
hermana de la pobreza; como Él me dijo "vestida de luz y
olvido". Tú sabes bien que el Señor hace brotar la vida
de la sangre de los mártires, sabes bien que de la
basura Jesús hace luz, y esto te lo ha revelado el
Señor pues el corazón humano es necio, no ama y no
conoce las cosas de Dios si no es porque Él se lo
revela. Jesús fue rechazado en Nazaret, y Él ha compartido
esto contigo permitiendo que sintieras en tu vida este
rechazo, porque, "no hay profeta sin honor sino en su
tierra, entre sus parientes, en su casa".
Por Amor, este rechazo se ha ido transformando en
sufrimiento para ti pero el Señor te ama mucho en
87

esta cruz; has llegado a decir "el sufrimiento ¡qué


joya!" y esto sólo puede decirlo el corazón que sufre
en Jesús. El Señor está contigo; en los momentos de
soledad y dolor Él fortalecerá tu espíritu, por eso no
tengas miedo. Es posible que tengas temor, el temor
que nace de la pobreza y el abandono, como "una
oveja en valle de lobos", pero Él conoce muy bien
esto, y no permite tormentos en sus criaturas, antes
les promete consuelo y lo hace. Cuando me siento
sola me acuerdo de aquel "mi alma está triste hasta
la muerte" que pronunció Jesús en el Huerto de los
Olivos. Él sufrió primero sufrió sólo; nosotros sin
embargo tenemos su consuelo, su Espíritu y tenemos
a los hermanos. El Señor no te abandonará en la
soledad; siempre tendrás hermanos a quienes amar
y de quienes recibir Amor y nunca perderás a los
hermanos que el Señor te ha dado y te dé porque Él
me dijo: "cómo preguntas a tu Dios sobre la división si soy
el Dios de la unidad".
Como ves, todo lo que te digo lo conoces pero aunque no
te diga nada nuevo es bonito pensar en esto, reflexionar en
las obras del Señor. En estos momentos son las 6 menos 20
de la tarde y estarás saliendo de trabajar; tengo que dejar
de escribirte para podar echar la carta y que te llegue antes
de que vuelva a Madrid.
Cuando vuelva me gustaría verte para poder compartir lo
que el Señor va haciendo, para que me cuentes un poco
cómo te van las cosas y si es posible pudiéramos de nuevo
orar juntas.
Sé que no estás gozosa pero algún día tendremos alegría.
Ánimo, no estás sola; hasta pronto. El Señor te bendiga. Paz
y Amor.
Con cariño
tu hermana Tere
El Señor está haciendo maravillas en ti y no abandonará
tu casa.

32
S.S. 21-IV-81
88

A mi hermano Julio:
El Señor te bendiga con su Paz y Amor.
Me alegra tu corazón agradecido, hermano, porque en él
se regocija el Señor, pero no me agradezcas a mi sino al
Padre lo que es obra de sus manos. Que nuestro Jesús
crezca y nosotros mengüemos»
Quiero decirte algo que me ha dicho el Señor a través del
Evangelio: "Los ojos del Señor son mil veces más
claros que el sol y ven todos los caminos de los
hombres y penetran hasta los lugares más
escondidos". "Nada se esconde a sus ojos".
No hace falta que desnudes tu alma, tu corazón
está en luz porque el Señor lo conoce todo y lo sabe
todo. No se escapa ni un pensamiento, ni una
palabra, ni un deseo. Nada queda oculto, nuestros
corazones están siempre en Verdad, las tinieblas no
ocultan nuestros pecados porque las tinieblas son
luz para el Señor.
Después de esto me he preguntado ¿quien podrá
salvarse? La salvación no está en nuestras manos sino
en nuestro Padre que lo ve todo; El es bueno,
Amante, Amigo, Misericordioso. Viéndolo todo nos ha
llamado Hijos. Estando el Señor con nosotros, todas
sus obras son para nuestra bendición. Descansa tu
alma en el Señor y ya no busques faltas en tu
corazón porque en ti habita la luz; no hay faltas que
delatar en tu corazón porque no hay tinieblas que
las oculten. Antes de que en ti habitara la luz ya
habías sido amado y escogido para el Señor. Estas
son las tres palabras que el Señor me da para ti: Paz,
mansedumbre , confianza. El Señor quiere que te dé
la Paz. Con Jesús te digo: la Paz contigo. El Señor
dice: "Yo soy Paz"
Me alegra de que el Señor acreciente en ti el
hambre de Amor; te aseguro que partirá el pan
contigo. Su palabra dice que Él partirá el pan con los
pobres, estoy segura que saciará a los hambrientos
con el Pan, con Cristo -y te advierto que esto me lo has
enseñado tú-.
89

Jesús nos enseñará a Amar con el Amor de la


Trinidad. Un día con un poquito de luz, descubrí que
podemos amar fuera de nosotros mismos, porque es
Cristo quien ama. También me doy cuenta de que ser
prostituta es adulterar este amor. Amar a los
hermanos es decir "sí" a la boda de Cristo con su
Iglesia; el Amor conduce a la unidad. El Amor de
Jesús supera la dependencia de los hombres; la falsa
fraternidad, la dependencia de las personas no es un
Amor gratis, es un ídolo más. Es imposible amar de
este modo con el esfuerzo humano; es algo que se
recibe del Señor. Te aseguro, hermano, que estás
recibiendo Amor, lo creas o no, porque nuestro Dios
se nos ha entregado. Paz y Amor de Jesús.
Ahora que tengo Paz de espíritu quiero compartir
contigo, hermano, lo que me ha pasado estos días; te pido
que como sacerdote de Jesús, me perdones por lo que en
esto he pecado.
Hay veces en que el corazón me dice una cosa y la
cabeza me dice otra. Y me confundo. Lo he pasado mal
estos días de Pascua porque no he amado nada, por el
contrario mi corazón es una fuente de blasfemias, de
insultos contra Dios y contra mí. Es horrible este
sentimiento de rechazo, de alejamiento. El Viernes santo lo
pasé mal; en la iglesia la gente comulgaba con devoción y
miraba con respeto la imagen de la Dolorosa y de Cristo
muerto; yo no he sentido Amor ni piedad, ¿que me ha
importado el sufrimiento de Cristo? Mi corazón ha
gritado "crucifícalo" y sin embargo quería amar con
todo el ser. Cuando comulgaba me venían insultos al
pensamiento y luchaba por destruirlos, pero aunque dijera
"mi Amado Jesús", en mi corazón permanecía el
sentimiento de insulto y me sentía farisea. El domingo por
la tarde creí vivir dos realidades distintas al mismo tiempo y
temí no regresar a la verdadera; pero confío en que el
Señor es el mejor psiquiatra, yo no sé nada. Él verá qué
hacer conmigo, me cuidará de todos los peligros. El Señor
es bueno conmigo. El sábado por la tarde, me probé el
vestido de boda de mi madre, una casualidad tal vez,
pero hoy me doy cuenta de que la tarde del Sábado
Santo estuve vestida de blanco con un traje de
novia.
90

Quería compartir un poco esto contigo porque he


tenido miedo y creo qué el Señor me deja buscar la
protección de los hermanos.
Ya ves que soy despreciable, si alguien cree
poder hallar en mi algo distinto de la miseria se
equivoca. Sin embargo, el Señor me ama como soy,
me protege, me cuida, me Ama, me dice cosas. Tan
infiel como soy y Él nunca me ha fallado. El Señor es
bueno conmigo, mi Señor es bueno conmigo. Mi
Señor no romperá jamás la alianza que ha hecho
contigo. Bienaventurado eres hermano. Paz y Amor
de Cristo
Tere
Saluda a Chus de mi parte. Un abrazo muy fuerte a los
dos.
Y perdóname por la sobretasa de la última carta.

33
M. 2-V-81
CREE EN EL SEÑOR JESÚS Y SERAS SALVO TÚ Y TU CASA
A mi hermano Julio;
Un abrazo de Paz y de Amor del Señor
Desde la última vez que te escribí fui cayendo en una
fosa de silencio, no podía escribir y he sentido muerte
interior. Pero hoy mi Señor ha roto mi silencio y me da
estas palabras para ti:
“Los días del hombre son como la hierba, tan pronto brota
joven, tierna y desaparece sin más. Tu has sentido la
dependencia de Dios y el temor de la incertidumbre. Sin
embargó, mírate hermano, sacerdote de Dios,
apóstol de Cristo ¿no ves el Amor de la Providencia
para contigo? Este Amor te ha llevado a la Verdad,
este Amor te ha otorgado el privilegio del
sacerdocio. Jesús, Señor de tu corazón, te exhorta a
sentirte amado por la Providencia.
91

Fuiste engendrado en el vientre de tu madre, y durante


nueve meses conociste todos sus secretos; viviendo en su
entraña participaste de sus desvelos y de sus gozos, y ella
durante 9 meses te entregó su vida para que tu vivieses. Y
sólo el hijo tiene el privilegio de llegar tan dentro de las
entrañas de la madre.
Jesús, Verdad, te revela de que antes dé que fueras
engendrado en la entraña de tu madre fuiste
engendrado en el Amor del Padre. Vives porque Dios
te entrega su vida. Solo los hijos conocen al Padre,
ellos penetran en las entrañas del Padre como el hijo
en el seno de la madre. Conocen sus secretos y nadie
les arrebatará del Padre. Por eso, porque eres hijo
del Padre, el Señor te exhorta a sentir el Amor del
Hijo.
Aquí, en esta tierra, las vírgenes llamamos a Jesús
"Esposo" y los amigos del Esposo no os
escandalizáis. Pero no veis propio del Hermano
llamar a Jesús "Esposo". Es verdad que la naturaleza
ayuda a la mujer a llamar "Esposo" a Jesús, pero tú,
hermano mío, guárdate de la necedad y no rebajes
"Esposo" al término terrenal, porque el Amor de
Jesús es sobrenatural. Hasta ahora has llamado a
Jesús "Amigo". Abre ahora tu corazón y déjalo entrar
como Esposo; el amor del Esposo es más íntimo que
el Amor de un Amigo. Fortalece tu alma con las arras
del Espíritu, acepta las bodas del Cordero.
El Señor quiere que le descubras de una manera
nueva, Julio, recibe al Señor como Esposo. Para ello
confía en Jesús, Él se encargará de sorprenderte en
lo que tú no conoces y desea con toda tu alma a tu
Dios, Él transformará el deseo en Amor. -Ora en el
Cantar de los Cantares- Jesús llama a tu puerta con
Amor. Celebramos las bodas de Cristo con su pueblo,
Jesús se goza en su pueblo pero no hay pueblo sin
unión de los hermanos. Deseo que seamos Iglesia. En
nombre de Jesús te invito a esta unidad, a la
comunión, a ser un sólo espíritu; insisto en ello
porque mi Señor quiere esta unidad. La solidaridad
vela para guardar la fe, la esperanza y el Amor en
todo hermano, alivia la tribulación del pobre y suma
92

las virtudes de los miembros, une los espíritus


confortándolos, haciendo suaves sus yugos y grande
su gozo, y hace poderosa la oración y grande la
alabanza. El Amor conduce a la unidad.
Jesús se conmueve, Jesús se turba.
Pasarán los días de muerte y llegarán los días de la
victoria en que cantaremos los oprimidos la
liberación. La Gloria de Dios nos cubrirá y tendremos
gran gozo. El mundo pagará su injusticia, su desprecio, su
burla, sus asesinatos y devolverá los hijos que ha robado,
devolverá todos los muertos. Los espíritus enfermos se
mostrarán sanos para proclamar el Señorío de
Yahvé. Las lenguas proclamarán la Verdad, se
desatarán y todo cuanto existe proclamará la
existencia de un solo Santo; días de perdición en que
sangrará el Cordero para que no mueran aquellos
con quienes Cristo ha hecho una alianza, días en que
se venerará el gran sacrificio del Hijo Amado. Los
débiles seremos fuertes y me asusta esta fuerza,
esta locura que nos arrastrará según invoquemos en
libertad. No serán días de indiferencia sino de
terribles tribulaciones y glorias. El mundo mostrará
su ira, se encenderá la guerra. Temible será la
justicia de Dios. Pero el Señor guardara a su pueblo
"como a la niña de sus ojos". Mi Amado nos guardará
mientras se destruya el mundo y la muerte. Días de
temor para los sencillos, demasiado grandes para los
pobres. Pero no teman los Amados de Jesús porque
en Jesús viven el Reino; quien vive en Jesús vive a
Dios, esta siendo juzgado en Jesús y está viviendo la
salvación y el Reino.
Dirás que a qué viene esto último que he dicho; es
un desahogo para mi alma, es una gran esperanza, la
liberación de los oprimidos, el consuelo de los
tristes, la resurrección de los muertos, el júbilo de la
alabanza y la servidumbre con los ángeles y con
todos mis hermanos, y el encuentro definitivo con
este Dios deseado, anhelado, huidizo... y, sin
embargo, tan cercano y tan real.
Bueno hermano mío, no quiero cansarte con una carta
demasiado larga. Te seguiré diciendo lo que el Señor me
93

diga y cuando Él quiera desahogaré mi alma compartiendo


lo que hace en mi vocación.
Te pido hermano mío que Ames, te lo pido en
nombre de mi Jesús. El ora por ti siempre, también
cuentas con mi pequeña oración y la oración de los
hermanos que te conocemos así como la oración en
fe de toda la Iglesia. María también intercede por ti.
Te dejo en el Amor del Señor, descansa en Él. Un
fuerte abrazo de Paz.
Tere
-Rezo siempre por ti. Si alguna vez oras por mí, que esa
oración sea por mis padres, para que reciban del Señor lo
que yo no les sé dar. Ama a mis padres, Julio. Paz y Amor
de Cristo. Nazca en ti la alegría y el Amor.

34
4-V-81

HABÉIS SIDO COMPRADOS A PRECIO. GLORIFICAD, PUES,


A DIOS EN VUESTRO CUERPO. EL QUE SE ALLEGA AL SEÑOR
SE HACE UN ESPÍRITU CON ÉL.
A mi hermano-Julio:
Amado hermano, en el Señor te envío sus palabras; no he
buscado nada, no he sido yo quien ha elegido la palabra
que te entrego, sino que Él me la ha mostrado; te la
entrego con la total confianza en Él; recíbela así, con
confianza en Él, porque Él es quien sana:
“Salud”, dice el Señor. Paz
Lo plebeyo del mundo, el desecho, lo que no es
nada, lo eligió Dios para anular a lo que es, para que
nadie pueda gloriarse ante Dios. Corintios 1, 28. Pues,
¿qué hombre conoce lo que en el hombre hay sino el
espíritu del hombre que en él está? Así también las cosas
de Dios nadie las conoce sino el Espíritu de Dios (Corintios
2,11).
No te arrepientas de lo que Él elige; Él elige con
libertad y sabe que somos desecho. Él lo conoce
todo, por eso Paz.
94

Somos anulados, así está escrito, nuestra


impotencia es plena, pero no hemos sido elegidos
para ser destruidos. Descansa en el Amor. Descansa
en tu Pastor, en su cayado de sosiego, bebe de sus
fuentes. Él te lleva a sus fuentes aún en la noche;
siente el gozo de fiarte de Él, eres su oveja y Él te
lleva a su Paz; te conduce en la oscuridad, fíate de
sus ojos, confía en tu Hermano Amado, tu Hermano
Mayor, en tu Maestro, Señor de tus pasos, en tu
Pastor. Descansa, Julio. Sólo Dios basta, cuando caes
te recoge. Que tu alma contemple su virtud, ten sólo
ojos para Él.
Sé de tu tristeza y tu temor, y así conocerás el
Señor del consuelo. Las penas son buenas ante Dios
pues conducen al arrepentimiento. El Señor siempre
es bondadoso. Unidos en la tribulación y en los
gozos, gracias a Jesús, caminamos. Te envío esto
rápido para darte Paz y confianza. Que el Señor
trabaje sobre ti según su Voluntad.
Paz y Amor.
Un abrazo muy fuerte, hermano
Tere

En el temor y la tristeza estoy contigo porque


siento lo mismo. Busca el alivio en el Señor.
Encuentra al Pastor de la Paz, de sus fuentes vamos
a beber sus ovejas y allí nos encontramos. Paz y
Amor por siempre. ESPERANZA.

35
14-V-81
A mis hermanos Julio y Chus:
- La Paz y el Amor de nuestro Jesús esté con vosotros.
Os escribo para daros un fuerte abrazo de unidad en la
esperanza de un pueblo que confía. Esta tristeza de nuestro
Papa herido, la transforma nuestro Jesús en la alegría de un
pueblo que se ve protegido por su Dios. Él cuida de nuestro
Papa. Nuestro Jesús es rechazado por el mundo, pero
95

nuestra Iglesia no morirá nunca porque es la Iglesia de


Dios. La sangre de nuestros hermanos, de modo ilógico e
irracional, quita el miedo al sufrimiento y empuja a darlo
todo, incluso la vida, en una unidad absoluta. Contad
conmigo en la paz y en la persecución. Os invito a beber
la alegría de los mártires, a cantar la unidad de
nuestra Iglesia y a alabar al Señor por nuestro
Amado Papa. Pedid misericordia para los
necesitados. Jesús protege a su Iglesia. Una vez más,
el camino del Señor lleva a la cruz. Orad mucho. Me
uno a vuestras oraciones.
Quiero dar las gracias al Señor por toda la Iglesia, por
todos los hermanos, muy especialmente por vosotros,
hermanos, que el Señor ha querido que conozca y ame. A
vosotros os agradeceré eternamente que me estéis
evangelizando. E1 Señor os pagará esto.
El Señor esté siempre con vosotros; Él os bendiga con su
Amor. Un abrazo de PAZ.
Tere
SED FUERTES EN EL SEÑOR.
(Chus, ¡bienvenido de Roma!).

No necesitas no ser miseria


36
ll-V-81
A mi hermano Julio:
Paz y Amor de Jesús contigo.
Hermano mío, que el Señor no me permita esto si no es
suyo.
Julio, siento en mi interior que necesitas dos cosas: una
gran liberación y una gran renovación. El Domingo, cuando
me desperté sentí como una voz de un hombre viejo que
me dijo: “En Jesús no hay espada ni miseria" y sentí
con fuerza que esto es para ti. Escúchame bien:
necesitas liberarte, de un modo especial, de una
cadena, el temor, esta cadena tiene que romper y
estallar, con la confianza. En Jesús no hay cólera, no
96

hay ira, no hay venganza. Esto se me ha dicho. Es


muy importante esto, hermano mío. Tienes que
librarte de la opresión del temor con un estallido de
confianza. Es la liberación que siento que necesitas.
Jesús es tu hermano, te Ama sin límite, y te va a
salvar y sacar de todas, no va a dejar que no entres
en el Reino, no va a dejar que no recibas el Amor, no
va a dejar nunca que muera su hermano. Óyeme
bien, que te digo la verdad, que Jesús es tu hermano
y te quiere. Confía.
Como te digo la Verdad tú la reconocerás, y
tendrás confianza pues sabes que te digo Verdad. El
Señor me revela y me insiste en que necesitas
renovación. Llevar el propio peso es demasiado peso.
No te encierres en tu miseria, hermano mío, el
espíritu no puede quedar ahí, hay que caminar, no
caigas en la trampa de tu miseria. La sencillez que
nos pide el Señor está en darse cuenta que no
necesitamos no ser miserables para recibir el Amor
y tener salvación. Nuestros méritos son los de Cristo.
No necesitas no ser miseria, no necesitas ser más
que el Señor.
Pues bien, hermano, lo que ahora te digo tiene fuerza
suficiente para esta renovación que necesitas; escúchalo
bien porque es del Señor: cada día es un día nuevo
en que el Señor te da vida nueva.
No te empeñes en no salir del sepulcro, nunca
caigas en pensar que el día que comienza en cada
amanecer es un día que ya conoces o es un día
rutinario; eso es mentira, es dejar que el dueño de
tu vida sea un hombre viejo que ya ha muerto. Igual
de necio es vestirse cada día con el peso de las
propias culpas y miserias y encerrarse en el sepulcro
sin reconocer que nuestro Dios es generoso y
misericordioso, sin abrir los ojos a la Verdad,
cegándonos por necedad sin ver que estamos
desnudos y limpios por la sangre de Jesús que trae
el perdón de los pecados.
Cada día es un día nuevo en que el Señor nos da
Vida nueva que Él modela y teje. Cada amanecer trae
la esperanza de un nuevo trabajo del Señor en su
97

barro. El se gozará en el barro que modela y éste en


el dueño; no juzgues su obra ni ignores ni
desperdicies la vida nueva de cada día, y no te
vistas con algo muerto como es el peso de tus
culpas ya perdonadas en Cristo Verás cómo el Señor
te renueva cada día, hermano mío.
Jesús me ha dicho; "Yo soy la Resurrección para
quienes me buscan con un corazón sincero". Te pido
que busques al Señor; Él no se deja alcanzar por
nadie. Pídele que tu búsqueda sea sincera y Él te
enseñará lo que es Resurrección y verás cómo nos
sorprende a todos. A veces hacemos, en nuestra
necedad, demasiado pequeño a Dios, cuando en
realidad es tal su grandeza que nos es desconocida.
Jesús es el precio de nuestras deudas, nos unge la
cabeza con Amor y nos trae la Paz. Nos da el Espíritu
por compañero y habitando Él en nosotros somos
templo y cofre de su santidad, de su Gracia, de su
Luz, de su Verdad, de su Inteligencia y de su Amor -
DIOS ES AMOR. Hermano mío, el Señor nos quiere
dóciles y mansos. Chus y tú tenéis que ser
pastorcillos del rebaño y ovejas del único Sacerdote.
Él os llenará de salud y de virtudes, Él os ha elegido,
Él os devolverá la alegría y la confianza.
Da un abrazo muy fuerte a Chus. Ayer Merche y yo
estuvimos en el aeropuerto pero el avión llegaba un poco
tarde; nos apenó no poder darle un abrazo de bienvenida
pero se lo reservamos . Merche me entregó las arras que le
disteis el Sábado de Pascua. Me dijo que no quería que se
quedaran como algo muerto en su casa cuándo se fuera. Es
un regalo demasiado grande y además no sé si he hecho
bien en aceptarlo; el Señor me dirá si devolvérselas.
Respecto a mí, hermano, te pido que ores, necesito una
oración que me sostenga, siento una gran inquietud, Jesús
está poniendo promesas en mis manos, el Sábado de
Pascua me vistió de novia, me ha ungido la cabeza,
ha besado mis lágrimas, ayer me entregó las arras,
el Padre me bendice, el Esposo me promete Bodas, el
Espíritu me acompaña, y yo me resisto a probar el
cáliz, no quiero raspar la misma herida, no quiero
volver a sufrir, pero Él lo arreglara todo. Necesito
98

vuestro apoyo, sé que lo tengo y os lo agradezco. Pido por ti


hermano mío. Paz y Amor en el Señor.
Tere
Que sepas que eres Amado del Padre, del Hijo y del
Espíritu.
Acuérdate de María. Te dejo en la Paz y el Amor.

37
26-V-81
A mi hermano Julio:
Descansa en la Paz y en el Amor de Jesús. ,
Gózate en las obras del Padre; Ama la creación
porque Son las obras de nuestro Padre. Alaba al
Señor cuando sale el sol y cuando se pone. Hay un
silencio en el que el siervo escucha el clamor de la
creación; la creación nos revela la cercanía del
Padre. Acoge las lluvias, los pájaros, las nubes, los
vientos, los montes, la hierba, el sol, las estrellas, la
tierra, el aire, la luz, la noche...; cuando temí
escuchar el silencio, la creación me acercó al Padre.
Es cierto el señorío de Jesús; todo cuanto existe le
glorifica y existe en bendición del que cree.
Exhorta a tu cuerpo a vivir y morir en la alabanza.
Acoge la vida de cuanto existe y ofrécela al Padre en
acción de gracias y en alabanza. Participarás en las
bendiciones de la creación. La gloria de Jesús es tan
grande que donde no le alaben los vivos, le alabarán
las piedras. El Señor del silencio me ha mostrado que
esto es cierto. Contempla la creación y gózate en que
Él aleja de nosotros las culpas como tan lejos están
el Oriente y el Occidente.
Mira la pureza del agua y después gózate en que Él
lava tus heridas con el Agua de su Costado. Mira
cómo empapa el rocío la tierra y luego gózate en que
su palabra es más que el rocío que empapa y penetra
en el corazón y no vuelve al Padre sin cumplir su
voluntad. El pastorea entre los lirios. Él elige y
siembra la semilla. Si tala las ramas es para que den
99

más fruto -el sufrimiento nos fortalece-. Luce el sol


por igual sobre pobres y ricos y es la tierra pobre la
que abona. Hermano mío, porque te quiero te digo
que cuando te sientas solo, escuches; haz silencio en
tu interior y escucha. Hay veces en que el silencio se
hace opaco; que sepas entonces que ese silencio es
un oasis de esperanza porque “el ocultamiento es
otra llamada de Dios”, te lo aseguro.
El Señor vela tu corazón; llámame pesada si
quieres, pero insisto en tu confianza absoluta en Él.
Jesús fortalecerá el Amor en ti. Escucha: la confianza
es un don de unidad. Une al hombre con Dios en un
lazo mutuo que constituye la esencia de este don.
Viene de Dios gratuitamente y vuelve a Dios. Si no
volviera a Dios no sería confianza. Se confía en
Alguien; por tanto no es un don que se queda en uno
mismo. Como ese alguien es Dios la confianza se
fortalece y se asegura en la Verdad, en Él mismo.
Es el don de la entrega. La confianza en el Señor
lleva consigo la entrega al Señor, por eso es
invulnerable al temor. La confianza triunfa sobre la
violencia interior; por eso es guardián del Amor. La
confianza no necesita ver, pues conoce la Verdad en
Jesús. Es hermana de la Paz interior y de la Fe, y es
fruto y fortaleza del Amor -si amas, confías-. El Señor
te ha dado muchos signos para que confíes; el más
grande, el Amor, el mismo Dios que te ha amado y te
Ama por encima de toda muerte, que ha
experimentado voluntariamente el máximo
sufrimiento y la máxima muerte, cargando con
nuestra violencia y nuestras muertes, por Amor.
Confía hermano, confía en nuestro Jesús. Se Ama
en Jesús en, quien se confía y con lo Suyo, con su
Amor. Todo es de su posesión.
Nosotros somos “siervos inútiles”, pero llamados a un
camino de perfección, a la caridad, a la santidad, a la paz y
al trabajo como servidumbre a Dios y a los hermanos.
Julio, ahora tenemos que caminar en el sosiego y en la
confianza. Respecto a mí, hermano, creo que necesito
hablar contigo pero sólo si al Señor le parece bien y tú
puedes darme un poco de tiempo. Si no es así no importa,
100

pero ayúdame en la oración, hermano. Necesito tu


oración. Sólo vivo de la misericordia. Si el Señor no
me amara sería destruida por mis pecados, mi mal
corazón y mi mala voluntad. Es Jesús quien me ha
salvado y me salva. ¡aleluya! Hace tiempo que me
dijiste que no me preguntara dónde acaba el camino,
que el Camino es Jesús. Y es mi gran esperanza. Yo
no sé cómo agradecerte tu persona, Julio; no tengo
nada que dar si no es mi propia vida, mi propia
sangre de la que es dueño mi Señor. Y deseo que mi
vida, pecadora y pobre, por los méritos de Jesús, sea
una constante intercesión por las vuestras, que sea
un grito de Misericordia y Amor para mis hermanos
pobres y un grito de alabanza para mi único dueño.
Paz en el Señor. Te deseo la presencia de mi Dios en
tu interior. Él te llena de su Amor.
tu hermana Tere
Felicidades atrasadas por tu santo. ,
Espero que Denise esté mejor.
Si ves a Isidro, felicítale de mi parte por su cumpleaños. Y
un muy fuerte abrazo a Chus (Perdona la mala letra).

38
51-V-81
A mi hermano Julio:
El Señor esté contigo. Paz y Amor en el Señor.
Hermano mío, tengo miedo al escribir esta carta
porque creo que es de Dios y temo su fuerza y su
señorío. ¡Gloria a Dios! No temas, Jesús no te
abandona.
FE Y RESURRECCION - dice Yahvé.
Despierta tú que duermes y levántate de entre los
muertos y Cristo te iluminará. ¿Por qué no reconoces
al RESUCITADO? Paz y Amor de Yahvé. Has nacido
de Dios, hecho a su imagen y semejanza; CREE EN
JESÚS.
"Tres son los que testifican, el Espíritu, el agua y
la sangre, y los tres se reducen a uno sólo"- Alégrate
101

en esto, guárdalo en tu corazón, Ámalo y cree en ello


pues es Verdad.
Todos pecaron y todos están privados de la gloria de Dios
v ahora son justificados gratuitamente por su gracia, por la
redención de Cristo Jesús, a quien ha puesto Dios como
sacrificio de propiciación, mediante la fe en la sangre, para
manifestación de su justicia, por la tolerancia de los
pecados pasados, en la paciencia de Dios... Hermano mío,
yo no sé nada, pero el Señor hace referencia a tu pasado.
Tú lo entenderás; todo el presente está justificado
para el que cree en Cristo.
Estás en las bienaventuranzas.
El Señor habla de vida y Fe. El que cree en el Hijo de Dios
tiene este testimonio en sí mismo. El que no cree en Dios
le hace embustero porque no cree en el testimonio que
Dios ha dado de su Hijo. Y el testimonio es que Dios nos ha
dado la vida eterna, y esta vida está en su Hijo. El que tiene
al Hijo tiene la Vida, el que no tiene al Hijo de Dios,
tampoco tiene la Vida
Esto es muy importante para el Amor: "Todo el que cree
en que Jesús es el Mesías, ése es nacido de Dios y todo el
que ama al que le engendró, ama al que es engendrado por
Él.
-Hermano mío, es importante lo escrito porque creo que
es de Dios.
Que sepas que te Ama mucho, mucho.
Hermano mío, quiero agradecerte de corazón lo que has
hecho por mí. Esto has hecho: “si alguno ve a su hermano
cometer un pecado que no lleve a la muerte, ore y
alcanzará vida para los que no pecan de muerte". El
Viernes me ayudaste mucho, gracias hermano. Cuando
estuvimos parados en la calle, tu presencia me estaba
dando paz. Por la noche sentí una gran resistencia en mi
interior. Esta resistencia fue cediendo y el Sábado por la
mañana era menor, pero el sufrimiento era grande y se me
acababa la paz. Fui a la oración, el Señor me llevó en busca
de Paz, bebí paz de los hermanos, sobre todo de Chus, -tu
oración como sacerdote- me seguía ayudando-. Esta paz
todavía me dura hoy Domingo; me ha permitido dormir esta
noche. Por la mañana notaba un gran sufrimiento debajo
102

de esta Paz, sin embargo yo no sufría gracias a esta Paz.


Jesús ha cargado con el dolor, y sé que es muy fuerte, yo no
hubiera podido con él. Te escribo esto, no para hablar de
mí, sino para fortalecerte en la oración y en la confianza
pues has sido escuchado aliviando así mis heridas. Gracias
hermano mío, gracias.
Tenemos que orar mucho por nuestros hermanos;
siento en mi interior la necesidad, de pedir por todos
pero especialmente por Marcelino. De todos modos,
todos los hermanos necesitamos la oración; el Señor
me está mostrando esta necesidad de oración en
cada vida de nuestros hermanos. El Señor está presente
en cada uno. Cada hermano me llamaba la atención pero
especialmente Chus.
A Julia le han quedado dos asignaturas -Física y
Matemáticas- para Septiembre; esto es duro para ella pues,
aparte de todo, esto le impide examinarse de selectividad.
José María también está nervioso por los estudios. Francisca
creo que se siente algunas veces bastante sola. Juan -el
novio de Ana- dio testimonio. Sofía y Sole daban su alegría.
La presencia del Señor fue fuerte en las palabras de Isidro.
Es imposible reducir a palabras la situación de nuestros
hermanos y la presencia de Cristo en ellos. Así que me
callo. A Denís no he ido a verla este Domingo pero el Señor
me llevará a verla.
La primera parte de la carta es del Señor, creo que son
palabras suyas. Lo que he escrito después está escrito en el
Señor. ¿Es distinto?
Hermano mío, vas a sufrir y el Señor va a sufrir
contigo. Se acercan momentos difíciles pero el Señor
nos va a llenar de fuerza y de consuelo para
fortalecernos y consolarnos los unos a los otros.
No temas, no hay sufrimiento sin Amor y éste es
más grande que el dolor. Me dijiste que entendiste
que yo estaba en ti y tú en mí, que cada hermano
está en el espíritu del otro hermano por la comunión.
Abramos nuestros espíritus para penetrar realmente
los unos en los otros y ayudarnos a llevar la cruz.
Déjame, si Jesús lo quiere, ser cirineo de tu cruz y
muriendo con Cristo morir contigo en tus muertes
para luego resucitar en la unidad. Si el Señor lo
103

quiere moriremos y resucitaremos los unos en los


otros. Te ayudaré siempre, moriré contigo y
resucitaré contigo en nuestro Señor Jesús. No temas.
Sigue confiando. Rezo por ti y por nuestros hermanos. Ora
por todos. El Señor Jesús te bendice.
Tere
(Lee Juan cap.5, es del Señor)
Recibe lo que te envío en su nombre y en su Amor. Paz.

39
7-VI-81
GLORIA AL PADRE, GLORIA AL HIJO, GLORIA AL ESPÍRITU
SANTO. AVE MARÍA.
A mi hermano Julio:
Hermano mío, te escribo para poder compartir contigo lo
que voy viviendo. El Señor te pagará la hospitalidad con
que me acoges. Gracias, Julio, por dejar que te escriba.
Sigo siendo una prostituta de su Amor, tantas
veces le soy infiel con falsos dioses... Pero basta una
sola mirada suya para que mi pecado quede
infinitamente superado en su Amor. Soy inferior a ti,
Julio, y a nuestros hermanos por la grandeza de mi pecado,
aun conociendo que en Él esta la Verdad; es su
misericordia la que me hace digna de ser hija del
Padre. Por eso tanta miseria como soy, es templo de
una luz interior de la que no soy dueña.
Consolándome, Él me recuerda que del templo de
Jerusalén, de mármoles blancos y chapas de oro, no
quedó piedra sobre piedra, porque Él vino a derribar
a los poderosos y a ensalzar a los pequeños. Por eso
Él derriba los muros que he edificado con mi orgullo,
rasga las vestiduras con que he querido
sobrevestirme, rompe mi corazón que he endurecido
con las riquezas de este mundo y, sin embargo, me
regenera desde dentro y construye su templo con mi
polvo, mi impotencia, mi debilidad, mi ruina, con mi
pobreza bañada en la sangre de Jesús; no hay
material más precioso para construir el templo sino
esta miseria bañada en la sangre de mi Jesús. Por
104

eso aun siendo yo una prostituta, mi templo es


infinitamente más precioso que el de Jerusalén por la
sangre de mi Jesús.
Es grande el odio del mundo hacia los amados
del Hijo; intenta herirlos y destruirlos. Mi Jesús dijo:
“Destruid este templo y en 3 días y yo lo
restauraré”. El odio del mundo mató a Jesús, pero al
tercer día el Padre lo resucitó, por eso toda cruz
acaba, y acaba en victoria por grande que sea el
sufrimiento.
Soy miseria, no pecado porque soy bañada en la
sangre de Cristo... pero soy miseria porque soy
causa de su muerte; sin embargo, soy miseria
amada, bañada en misericordia porque Cristo se
hace miseria al abrazarme, por eso Dios ensalza
tanto al polvo, porque su Hijo amado se hace miseria
por Amor. Con su resurrección no quedamos en la
miseria ni en ser motivo de muerte sino de Amor y de
glorificación al hacernos el Padre hijos, gracias a
Jesús.
Es muy duro no tener libertad para poder
manifestar y aumentar la fe y el Amor hacia el
exterior. La vocación se va haciendo una necesidad
para el elegido. Dios se va haciendo una necesidad, y
es duro contener ese gemido, silenciándolo. Pero el
Señor quiere que cada uno persevere en la condición
en que es llamado, entregándose totalmente. No
puedo manifestar exteriormente aquello por lo que vivo
pero quiero ser sierva del Señor en las circunstancias que Él
elija. Mi condición es de sierva dada mi impotencia y mi
anulación en todo tipo de decisiones. A veces me siento
sierva del mundo y de la voluntad de los demás. Sin
embargo, mi único amo es mi Señor Jesús por lo cual
soy totalmente libre, llamada a ser esposa y no
esclava, a ser servida por aquello que me esclaviza.
Quiero que me concedas el perdón por mi egoísmo
que me ha hecho sentirme víctima de las
circunstancias, robando la gloria al Señor, pues es el
Cordero Santo la única víctima por cuyos méritos,
por cuyo sacrificio y sufrimiento, nos es dada la Vida,
se nos entrega el mismo Dios. Sólo hay un Santo: el
105

Señor. Sólo ha habido un sufrimiento digno de


alabanza por su intensidad, su grandeza, su Amor, y
es el sufrimiento de Jesús. Nuestras cruces han sido
ya llevadas en Cristo, por eso nosotros llevamos
cruces glorificadas. El sufrimiento que se nos otorga
es un don de purificación y el privilegio de poder
acercarnos al Crucificado para participar de su Amor
de modo que nadie es víctima de un sufrimiento, sino
rey de un sufrimiento porque éste ha sido ensalzado
por Jesús. Jesús en un sufrimiento tan brutal, no
aparecía como un desgraciado sino como un Rey.
El Señor está siempre dentro de uno mismo, todo
es presente y, sin más, de un modo inmotivado,
gratuito e imprevisible, se descubre la presencia del
Señor dentro y fuera de uno mismo, porque uno sale
de sí mismo, y se halla en el Señor encontrándolo en
las profundidades de nuestra propia alma.
Julio, mi casa es la casa de mi Padre. Quisiera volver a mi
casa. Es lo que más ansío. Llegará algún día en que la
Iglesia unida, celebremos las Bodas. Hasta ese momento el
Señor se encargará de mantenernos. Yo no sé por qué creo
que el Señor te elige para que pueda seguir compartiendo
la pequeñez de mi vida, Te necesito, hermano, necesito
recibir de tus manos luz y fuerza. Perdona aquellos muros
que levanté con mi orgullo, concédeme el Perdón de mi
Señor y su Paz; sé qué no tengo ningún derecho a pedirte
nada, pero te digo ¡ayúdame! Comparte mi miseria y mis
bienes. Ayúdame en la vocación, hermano. Velo de un
modo especial por ti, tampoco sé por qué. Que el Señor me
deje ayudarte a llevar la cruz, guiarte en el Amor, compartir
tu sufrimiento.
Cuida de nuestro rebaño, hermano mío, y ora por
todos los Hijos de Dios, incluso por los que no
conoces. El Señor se complace mucho en vosotros
sacerdotes, os ama mucho. Él te bendice. Espera
siempre su Amor. Él te bendice. Paz y Amor
Tere
Te deseo suerte en el examen del 15. El Señor te ayudará
a sacarlo. Descansa en el Señor, no olvides que sólo
una cosa es importante. Jesús te bendice, hermano.
106

40
S.S. 15-7-81
“Ave María”
A mi hermano Julio:
Bendito seas hermano; la Paz y el Amor del Señor
contigo. Hoy he entendido la promesa del Señor de nuevas
vocaciones. Hace tiempo sé que he de esperar, pero el
Señor, nuestro Dios, me prometió la alegría de este modo:
¡Alégrate, hija de Jerusalén! ¡Alégrate, hija de Sión!
con la alegría del segador y el sembrador; supe que
era la alegría de la vocación de los hermanos y así,
cuando se marchó Merche, busqué como fruto del
Amor libre ese gozo profundo de los Amados. Toda la
alegría y complacencia del Señor en la elección de
Merche y la alegría de Merche por su Esposo y Señor
Cristo, es también mía porque uno es el cuerpo. Es
una alegría que corre por debajo de nuestros ojos.
Cava un poco la tierra y mira cómo brota el agua; es
el agua de la Vida y del gozo y la alegría, ha estado
oculta durante tiempo para nuestros ojos ciegos pero
es hora de beberla. El Señor me ha dejado beber
alegría de la vocación de Merche.
Al venir aquí hace 3 días, he pasado tentaciones contra la
unidad de la Iglesia, confusiones que me presionaban a
dividir la Iglesia en sectas, a separar la Iglesia de Roma de
la Renovación, a dudar de la autenticidad de mi relación
con Dios e incluso de su existencia; pero creo que he sido
fiel, excepto en Madrid que os negué. También he tenido
tentaciones de insulto a Dios, rechazo a María y contra
vosotros; se me insinuaban peticiones como la de pedir a
Dios que cediera su divinidad a uno de vosotros.
Sentimientos de vanidad y de orgullo, de deleite en el mal,
fariseísmo y gran rechazo a María.
Esta mañana pensé que la espera y la confianza
tienen su fruto y que el Señor es poderoso para traer
Paz; el Señor me calmó un poco con su palabra sobre la
incertidumbre. En medio de la confusión me he sentido
juzgada y, sin embargo, yo no sé lo que he hecho o lo que
he dejado de hacer, no entiendo el engaño y el Amor de mi
vida, no sé discernir lo que he hecho bien o mal pero amo lo
107

sucedido como barro y luz unidos. El mundo me ha juzgado


a la cara llamándome mentirosa y aliada del diablo; sin
embargo, esto no es verdad y yo sé que la miseria y el
pecado que haya en lo que he hecho, están envueltos en el
Espíritu de Dios, son lugar de encuentro de la presencia y
voluntad de Dios. En lo que he obrado mal con libertad
y culpa, soy perdonada por Amor; del resto de mal
que haya en lo que vivo no soy responsable, porque
no soy yo, sino como dice Pablo, es el pecado que
mora en mí; de modo que mi corazón se endurece sin
ser este mi deseo, y mi corazón se arrepiente porque
Dios me otorga gracia y misericordia. El Señor me ha
tranquilizado con su palabra de que a veces “ni
siquiera los sabios y los justos saben si el hombre es
objeto de Amor o de odio".
Después de esto me ha faltado de nuevo paz; quería
escribir para que no creyerais que me olvido de vosotros,
pero no podía hacerlo, así que llamé a Marcelino. Cuando
me ha dicho Marcelino que el Señor y Sto. Domingo le han
hecho la faena, me ha entrado una gran alegría. Esta
mañana el Señor me repetía lo de la alegría entre el
segador y el sembrador; la vocación de Marcelino, de
Juan y quizás de Carlos, la vocación de Merche, tu
sacerdocio, el sacerdocio de Chus, de Vicente, de
Marcos, de Isidro, de Julián, de Ricardo, las
vocaciones de nuestros hermanos son la alegría de
Jerusalén. Jerusalén se está llenando de promesas y
de la alegría de la salvación de más hermanos. Las
manos de nuestro Señor traen bendiciones;
cantemos himnos de alegría y de alabanza. ¡Aleluya!
Hermano mío, bendito seas en el Amor; Julio, bendito
seas en el Amor. Te digo esto porque las manos de
Cristo, vienen con Amor, son manos llagadas, no
exentas de sufrimiento. Quizás diga esto porque
siento esa llamada que sintió Merche de que el Señor
necesita siervos obedientes, dispuestos a llevar sus
llagas y su Amor en el mundo, espíritus pobres en los
que vivir la Pasión y la Resurrección, siervos en los
que glorificarse. Julio, Dios te va a hacer santo; sólo
hay un Santo, y Él purifica.
Respecto de mi vocación, es una llamada al Amor, a
abrazar al Cristo llagado, al Cristo todavía doloroso,
108

a abrazarlo entre mis brazos como lo recibió su


Madre. El Señor dijo a Santa Gema que ella se parecía
mucho a Él. Santa Gema decía que ella no entendía esto,
que ella pecaba mucho en orgullo y vanidad ¿cómo podía
Cristo decir que la amaba y que se parecía mucho á Él?;
Cristo le respondió que se parecía a Él en ser humillada. Es
bonito saber que en ser pobres, humillados, a veces
juzgados, perseguidos y amados nos parezcamos a Cristo
Julio, tú también te pareces a Cristo, muy especialmente en
que eres siervo pobre y amado. Nuestros pecados nos
humillan y en ser humillados nos parecemos al
Señor.
Te animo desde la misma fe, la misma esperanza,
en el mismo Amor, en la misma hermandad, siervos
de un mismo Señor, en el mismo mundo, en la unidad
del mismo pueblo, en la unidad de nuestro Dios, te
animo a abandonarte en la misión que el Señor te
confíe. No temas.
Os encomiendo al amparo de María y bajo la protección
de Jesús. Marcelino ya me ha dado las señas de Merche;
también me ha dicho que Julia no está muy bien. Tengo
muy presente a Marcos, necesito tiempo y oración para
poder decirle algo. A Chus no le he podido felicitar el día de
su cumpleaños pero me he acordado mucho. Ora por Nati,
no sé por qué me da que no está muy bien, quizás me
equivoque. Pido por todos y doy gracias a Dios por la
bendición de los hermanos. También pido y doy gracias por
ti, eres una gran bendición para todos. Si te pesa la cruz
sabes que si el Señor me deja, heme aquí de Cirineo;
y no te lo digo sólo por hoy sino por todos los días de
tu vida, sea cual sea la cruz. Gloria al Señor. Paz y
Amor de Jesús. -
Tere
Descubre el ángel de la guarda y descríbeselo a Marcos.
Pide por mis padres. Gracias hermano. Un fuerte abrazo a
todos.

41
S.S. 18-7-81
109

¡AVE MARÍA!
A mi hermano Julio:
El Señor te bendiga con Paz y Amor.
¡Bendito sea mi Señor!
Si yo me tenía por saber orar, qué he sido y qué
soy sino una ciega, una principiante en la oración,
más torpe en el andar que un niño recién nacido.
Con la vanidad, la soberbia y el orgullo quise subir
más alto de lo que el Señor me otorgaba y me
otorga, buscando signos, señales sobrenaturales;
qué lejos de la mansa humildad, de la humildad
sincera, sencilla. Qué virtud más pura la humildad.
Si me han atemorizado los demonios y las tentaciones
¿acaso no me he engañado yo? ¿Acaso no les he entregado
yo mi cobardía, dejándolos crecer? ¿Acaso no he querido yo
escandalizarme? Santa Teresa decía que el Señor está más
cerca de nosotros que el propio cuerpo y yo, necia de mí, le
he hablado a gritos, deleitándome en la oratoria. ¿Dónde
está el humilde silencio? Si el Señor me dio un alma
tierna y me ayudó a amarle en su Humanidad, ¿qué he
hecho que le he ofendido en ella? Y es cierta la realidad
de mi pecado, hermano mío, ya que, queriendo o sin
quererlo, parece exteriormente que soy buena y el
pecado es interior. Oh cuánto Amor el de mi Dios, mi
Señor, cuánto Amor ha de tenerme para arrancarme
del infierno que me gano con mi profunda y grave
falta de respeto. Hermano mío, qué vanidad tan
grande la de esta hermana tuya, sierva insolente,
engreída, ahora temerosa de un sólo castigo; que mi
alma pierda al Señor, que mis ojos pierdan la imagen
de mi Amado, esa imagen que han amado y visto sin
ver. Quisiera llorar mis pecados, mas qué son mis
lágrimas sino las “sucias aguas de un pozo”, de bajo
precio para compensar traiciones e infidelidades,
aunque sé que mi Amado bien las ama. No, no son
lágrimas lo que vale sino el Amor que Él pone en mi
alma aunque sea ésta ruin muy ruin, muy baja.
Hermano mío, soy un desastre; en mi mente hay
graves faltas de respeto y necedad, en mi alma hay
mucha vanidad e insolencia, y mi espíritu está
atemorizado ¡qué poco amo!
110

¡Oh mi Dios! qué gran bendición la sangre que


Jesús derrama por mi alma, cuánto la necesito,
cuánto la veneraré, cuánto quiero amarla, cuánto
deseo tener hambre de Amor que parece que se me
va. Cada sufrimiento, cada dolor de mi Amado velan
por los peligros en que caigo. ¡Qué gran merced
tener tan Bendito Señor! ¡Qué gran merced tener tan
Bendito Señor!
Me gusta llamar a mi Dios ¡Señor!, en esta palabra
¡Señor! quiero encontrarle, en esta palabra nos hemos
amado, en esta palabra le conozco. A veces, tiernamente
me ha reprochado con estas palabras del Evangelio:
¿Por qué me llamáis ¡Señor! ¡Señor! y no hacéis lo
que os digo? Son palabras duras pero siempre
enternecidas porque han sido pronunciadas por
Amor y en el Amor.
Hermano mío, ten compasión de mi alma, te suplico
que intercedas ante mi Dios por la virtud y la gracia
de tu sacerdocio; no sé por qué té pido esto a ti,
hermano, pero te pido que ames el alma ruin, en lo
que tiene de miseria y de bajeza. Te pido que
testifiques la existencia del Amor de Cristo hacia las
almas perdidas, las almas que son salvadas por
Cristo Te pido, Julio, que si quieres, dejes en tu
sacerdocio que Cristo Sacerdote, ofrezca un sacrificio
de Amor y de Alabanza para que las almas pecadoras
alcancemos misericordia.
No quiero que a través de esta carta pienses que estoy
mal porque no estoy mal; estas palabras no me
compadecen, no son palabras derramadas sobre mí misma.
Estoy buscando sinceridad que confiese mis pecados,
sinceridad que te permita ver mi bajeza, sinceridad que me
permita encontrar a Jesús de nuevo, no sé, al mismo tiempo
no busco nada, yo qué sé lo que hago. Lo que sí quiero es
pedirte que si me ves caer no me abandones en la
oración y que, por favor, nos ames a las almas bajas,
necesitamos que alguien nos ame para estar cerca
de Dios -ya te digo que no entiendo nada pues sé
que el Amor de Cristo, es más que suficiente-. .
Cuántas virtudes y gracias se han derramado para
que mi Cristo me llame a la vocación. Esto está muy
111

claro. Sé menos que un niño recién nacido y mi alma


está en ruindad al nivel del infierno, sin embargo,
vestiré un hábito y Dios me otorgará la gracia de su
Presencia por los méritos de su Pasión y esto lo digo
porque mi Señor se da en Amor.
Hermano mío, que no puedo quitarme esta
vanidad. ¡¡¡Bendito mi Padre que entrega tan gran
Señor a tan baja sierva!!! ¡¡¡Aleluya!!!
Esta noche la he pasado mal; me desperté con gran
necesidad de orar y mucho miedo, auténtico pánico a orar.
Ahora se dice fácil. Tenía miedo del mal, necesitaba orar y
era momento de orar, pero el miedo era tan grande, Julio,
sentía tan lejos al Señor y estaba tan envuelta en el
miedo... Es un miedo especial porque alerta la mente, el
alma y el espíritu; el interior se alborota, no hay paz y uno
se siente tan vulnerable a la mentira y el engaño... ¿dónde
está esa luz que me protegía si ahora eso que temo puede
acercarse y hasta tocarme? Pedí al cielo que se me fuera el
miedo por el miedo que invadió a mi Jesús, en el Huerto de
los Olivos y se me quitó el miedo, luego empezó de nuevo a
invadirme pero mi interior se fortaleció y empecé a rezar el
rosario; aunque seguí teniendo miedo, éste era más
exterior, era un miedo más físico. De todos modos qué
larga se me ha hecho la noche. Todo es bendición y sé que
con esto el alma se fortalece y se prueba. La verdad es que
lo que se me da, se me da gratis, como un don, y en lo que
se me prueba, caigo.
Consuela a Cristo

42
S.S. 19-7-81
La Paz y el Amor de Cristo estén contigo.
Bendito sea mi Jesús que si no se me dan las cosas
gratis no puedo yo alcanzarlas. Bendito sea mi Señor
que si no recibo lo que quiero, no tengo, y si no
tengo, camino hacia la nada
La nada es un hermoso don, es un lugar, estado y
modo de encuentro y Cristo nos hace nada para
recibir. Sigo en gran vanidad con un corazón muy
112

endurecido. Bendita sea mi pobreza y benditos mis


hermanos santos que consuelan a nuestro Señor y a
María de los pecados con que los pecadores les
ofendemos. Pido al Señor una humillación que
pisotee mi pecado. Ya estoy encontrando vanidad en
lo que escribo, Julio, así que lo dejo ¿Para qué quiero
yo una humillación? Ya estaba pensando que para
ser un ser puro como los ángeles. No sé qué me
pasa, hermano, ha nacido en mí una gran ambición
de poseer, no las cosas de este mundo sino las cosas
del reino, pero es una mala ambición porque desea
poseer, ser amo y no siervo y es una ambición
lanzada contra Cristo y María. Yo no quiero ofender a
mi Dios, yo no quiero ser dios. Dios mío, ¡hasta
dónde he caído!... Julio, te pido que me ayudes orando,
consuela a Cristo esa es la ayuda que necesito.
Hay algo importante del Señor, es una llamada a la
oración y a la alegría. El jueves pasado el Señor me
confirmó en esta llamada a la oración, a la alegría;
durante 7 días hacía una llamada al pueblo a celebrar la
fiesta del Señor, a ser conscientes de sus bendiciones y a
ofrecerle sacrificios de alabanza cada uno con los dones
recibidos y a la entrega a la alegría. Esta llamada me la hizo
a través de la lectura del Evangelio, la lectura de la fiesta
del tabernáculo; me confirmó que esto era suyo porque ese
mismo día, el jueves, comenzaba en Lourdes, con duración
de una semana, la celebración de un homenaje a Cristo en
el pan y en el vino. Así que no puedo terminar de escribir
sin decirlo.
Respecto de ti, hermano mío, el Señor te está
haciendo valorar 2 cosas que a mí también me está
haciendo valorar: la servidumbre y la humildad. Eres
del Señor, Julio, el Señor os bendecirá siempre. Estate
tranquilo respecto al destino que te den, no me cansaré de
decirte que confíes, aunque quizás tú estés cansado de que
te lo diga. Confía a María tu espera al Amor. Ella está
y estará siempre contigo, Ella te traerá descanso,
suavidad y cariño, Ella protege a tu Iglesia
colaborando mucho en tu misión de pastor. Da la
mano a María y entrégate, Ella te unirá con el
Altísimo y gozarás, hermano. Yo te pido que en tu
camino no te olvides de tus pobres para que así nos
113

salves a muchos por el sacerdocio de Cristo En lo que


te manden te ayudaré con la oración. No sé, con qué
obsequiarte, ¿qué puedo hacer? Te bendeciré
siempre ante mi Padre y le daré gracias por ti. ¡Me
ha dado tanto nuestro Padre!...
Perdona que te haya escrito esta vez una carta tan larga
pero necesitaba compartir. ¿Sabes? Hoy es Domingo y
podré comulgar ¡Aleluya! Júzgame duro, Julio, ve con ojos
sabios el pecado que llevo, no quisiera engañarte nunca. El
Señor te bendiga y te guarde. Te dejo en la Paz y el Amor
de María y de Jesús. Una servidora.
Tere
Aunque con adelanto, feliz cumpleaños . Un abrazo muy
fuerte en ese día. (La imagen de la Virgen de Icíar apareció
en el mar. Ella es la luz y el puerto de las almas perdidas,
pecadoras y en peligro. Esta imagen me recuerda la
protección y el Amor de María. Ella te guarda y te vela).

43
S.S. 1-IX-81
Amado hermano en Cristo:
La Paz y el Amor de nuestro Dios contigo.
Mi Amado es para mí, y yo soy para mi Amado. El
Señor me quiere para Él en solitario; a veces pienso
en la clausura como algo que me va a pedir, la
soledad de una celda guarda grandeza que me
atemoriza: la soledad de Dios. Soy cautiva del Señor,
prisionera de su celda, de su corazón, de sus manos,
de sus deseos, de su Amor. Nada más distinto a la
santidad que yo y, sin embargo, la deseo, no sé si
por vanidad ¡qué importa! Sólo sé que Amo porque
Dios me ha amado siempre.
Mi corazón es Jesús y la virtud que deseo el Amor,
y no sé en qué hallar más gozo si en que me Ame o
en Amarle. Julio, no sabes la cantidad de imperfección que
es quien esto te escribe; ¿puede la pobreza Amar?
¿Puede Amar la imperfección? Sí. Amo. El Poderoso
puede hacer que esta sierva suya le Ame. Soy algo
pequeñito e insignificante para que mi Dios se
114

detenga un solo momento a pensar en mí. Y, sin


embargo puede el Señor Amarme tanto qué lleve a
su "monjita" en el corazón, una "monjita" que es
rebelde con su Señor, pero a la que el Señor ha
cautivado y encerrado en su celda, en su santuario.
Yo no sé responder a tanto Amor porque si no,
hubiera estado siempre en continua alabanza y
acción de gracias. Por el contrario, no siempre he
complacido a mi Jesús y le he hecho y le hago sufrir
mucho, sobre todo cuando falto en Amor a María.
Ahora el Señor no está solo en el Gólgota, porque
Él y María son uno en sufrimiento; no hay sólo un
mendigo a las puertas de las casa diciendo "Ámame"
sino 2, porque Él lleva agarrada de la mano a María
pidiendo un poco de Amor para Él y para su Madre.
"María bonita" -como la llamas tú, Julio- es la Reina
de los mártires, del sufrimiento, de la mortificación,
del Amor. No sé por qué separé a María de Jesús,
quiero que el Señor me una a María para siempre.
Leyendo unas páginas de un librito, el Señor me la va
presentando así: "flor del campo", "azucena sin
mancha", "rosa mística", "lirio de los valles"; "árbol
de la vida", "palma", "huerto cerrado", "como el
ramito de oliva que la paloma de Noé trajo al arca
anunciando la serenidad y la paz", "María
mortificada como el tomillo pisoteado que exhala
fragancia", "como el ciprés que se alza al cielo, así se
alza María a favor de los pecadores", "como plátano
junto al río es María plantada junto a la corriente de
gracia", "como la zarza que vio Moisés que ardía y no
se quemaba, así arde María en el Amor de Cristo",
"es el incienso que en medio de nuestra miseria se
eleva al cielo", "como la novia es símbolo de
sacrificio". "Pequeña, humilde y graciosa como una
violeta", "Reina como el cedro del Líbano, rey de los
árboles". "Como el nardo de la Esposa que estando el
Rey en su aposento exhaló fragancia tan pura que
atrajo al Rey a la tierra". "Como el terebinto extiende
sus ramos de amparo a los fieles". "Como el nuevo
manzano del nuevo paraíso con manzanas de vida".
"Vara de Jesé, hija de David, de quien brotó la flor
de Nazaret". "Como la vara de Aarón que germinó
115

llena de frescura". Decía S. Antonio que por María ha


salido de los cielos toda la gracia que ha venido al mundo. Y
S. Jorge decía que Jesús llena las peticiones de María como
quien paga una deuda. Otro santo decía que aunque fuera
sumergido en los abismos del infierno, Ella vendría a
buscarle, a sacarle y a devolverle a su Hijo
Jesucristo, Nuestro Señor, quien le compró y lavó con
su sangre divina.
No sé qué me pasa, Julio, tengo el interior revuelto
y conmovido. El Amor se prueba en fortaleza y
sufrimiento. Ahora entiendo cuando Merche me
escribía "el sufrimiento, ¡qué joya!" Sí, me siento
llamada a sufrir, a querer una muerte diaria de
Amor, a adorar la cruz, porque en el sufrimiento la
distancia entre Jesús y el alma se hace más corta y
brota la alabanza y el Amor. No puedo ni imaginar la
grandeza de una muerte de Amor; pero si Jesús nos
abandonara en ella no la resistiríamos, ni tendría
sentido. La vocación vive latente en mí y la abandono
en el agrado a Dios, que Él lo elija todo, también el
momento y el lugar del encuentro. Esta espera me
remueve el corazón pero es el bonito sufrimiento de
ser la prisionera de Dios, retenida por Él. ¡¡Qué gran
suerte la mía!!
Quiero aprender a orar, que el Señor nos enseñe a
orar. Para orar el Señor nos pide silencio y
desprendimiento. Que Jesús nos enseñe a orar.
Julio, tú me pedías que te enseñara qué significa el
"celo". ¿Por qué no vamos a "la bodega del Amado"
a beberlo? Preséntate al Señor, dile que quieres
estar en su bodega; es muy importante el olvido de
uno porque hay que entrar en el Amado. Tú me
decías que te enseñara, yo te digo que entremos.
Nuestra miseria y nuestro pecado nos mortifican,
pues tú mismo decías "soy pobre y desgraciado".
Esta mortificación nos sirve de ayuda para
desprendernos del barro que somos nosotros y
entrar en la bodega del Amado. La mortificación
transforma la miseria en agradable sacrificio. Animo,
yo también quiero aprender, el Señor vendrá a
buscarnos. María nos ayudará a entrar en su Hijo.
116

Lleva a tu pueblo a esa bodega en donde se bebe el


Amor divino. Jesús es el Camino. Oraré siempre por
ti.
Busca más al Esposo que a los dones. Todos nos
ayudamos con la oración. Preséntanos a todos en el
cáliz, métenos a todos en el cáliz, bien bañados en
la sangre de Cristo
No me encuentro sola, siento la presencia de Dios y de
los hermanos. Gracias por dejarme compartir todo esto
contigo.
El Señor me dice para ti 3 palabras: SIERVO-
EXIGENCIA-FIDE- LIDAD. Eres siervo de Dios, tú
quieres ser su siervo y Él te lo otorga. El Señor te
pide porque te Ama, no sabes el don que es esto,
significa que tienes a tu Dios celoso; Dios es muy
celoso con sus criaturas. A Sta. Catalina le dijo que Él
escribiría su nombre en su interior si ella hacía lo
mismo. El Señor lo da todo gratis pero has de
aprender el lenguaje del "celo" para abarcar todavía
más la comprensión de la gratuidad y del Amor. El
Señor te regala una alianza, una fidelidad y te pide
que la guardes. Estas 5 palabras las vi confirmadas
con una frase de S. Pablo: "Lo que en los
mayordomos se requiere es que sean fieles".
Confía mucho en María. Ella está a las puertas de
tu casa. El Señor te bendiga siempre. La Paz contigo.
Tu-hermana
Tere
PD Protégeme con la oración, necesito protección.
Gracias hermano. PAZ

44
S.S. 13-IX-81
AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS COMO YO OS HE AMADO
Amado hermano en Cristo: La Paz de Dios contigo.
El Amor de Dios contigo. No quiero escribir palabras
vacías de mi Dios. Triste está mi alma por la pena, el
Señor me envía pobreza. Cristo nos quiere libres, y Él
117

va rompiendo las cadenas con pobreza hasta que


sólo queda una esperanza. Viene la pobreza como
una purificación, es un morir, por eso duele. Ayer
preguntaba a mi Dios: ¿por qué me hiciste así, menor
que otros? ¿Por qué ellos tienen mucho y yo no tengo
todavía al Esposo? ¿Por qué me dejas a la
intemperie, como "la oveja entre lobos"? Mi Señor no
se ofendió porque le pregunté con sinceridad. Él
sabe que yo echaba de menos a mi Padre y a mi
Madre. Gritaba a mi Dios ¡sálvame! ¿Por qué este
destierro si yo quiero volver a mi casa?
Mi Padre, siempre paciente, y con Amor, me dijo
que sus hijos en el mundo son la debilidad de su
misericordia; que Ama al mundo por los hijos que
están en él, empezando por el Señor Jesucristo,
aunque hoy esté en los cielos glorificado, estuvo en
el mundo y para Dios no hay tiempo; que teniendo a
sus hijos en el mundo, hay en el mundo quien le
glorifique, le Ame y le consuele de tanto mal; que
enternecemos su justicia llamando a la misericordia.
Me dijo por qué me tiene así, por qué la pobreza
necesita siervos inútiles que quieran perder su vida,
perderla. El no compara a sus hijos, no hace a un
hermano menor que otro porque Él no divide el
Amor. El no Ama a un hijo más que a otro porque no
divide una cantidad de Amor para uno y otra para
otro.
Cuándo entenderé que sólo hay un Amor, que Él
Ama a cada hijo con el único Amor, con el Amor con
que se Ama Dios mismo porque los hijos son unidad
con Él. No hay un santo y otro santo y otro... y uno
más que otro, porque sólo hay uno santo, Jesús;
siendo esta santidad única, los hermanos participan
de ella, porque se hacen uno con Cristo.
Los “caminos de Dios no son nuestros caminos porque
sus pensamientos no son como los nuestros”, pero en todos
Dios Ama. También en todos los hermanos gime el
Espíritu por la misma pobreza, sólo que a unos les es
dado vivir según el Espíritu antes que a otros. Pese a
todo, no quería aceptar la pobreza que me envía el
Señor.. Quise buscar a Cristo, que Cristo me
118

consolara pero el Esposo me mostró en la Biblia


aquel ¡Padre, glorifica tu nombre!. No puedo hacer
nada sino aceptar y lo cierto es que la voluntad del
Señor se hace necesidad para nosotros y es lugar de
Paz y de esperanza. Dios es la Paz, sólo Dios es Paz.
A veces parece que Dios se hace un recinto cerrado
al que se quisiera llegar y no se alcanza. A veces
quisiera descansar, abandonar la inquietud y el afán,
dejar de luchar contra la aceptación de la pobreza.
Me pregunto por qué si he de morir no acepto esa
muerte con la sencillez de un buen siervo y entonces
sería feliz; mas sé que esto es vanidad. Quisiera vivir
al día como los sencillos, diciendo "El Señor
proveerá" pero me resisto aunque no quiera. Hago lo
que no puedo hacer. Menos mal que el Señor tiene
paciencia y derrama sobre mí misericordia en
abundancia. Siempre me perdona y es bueno
conmigo. Necesito agarrarme a algo, a Jesús que es
lo único que puedo agarrar, pero me falta fe; el
Señor me la va a tener que dar de donde sea.
Ayer llamé a Julia; me dijo que el Señor os lleva a Toledo.
¡Benditos los que andáis en el nombre del Señor! Vuelvo a
Madrid hacia el 20 y pienso que quizás ya os hayáis ido y en
realidad te escribo por 2 cosas; una, compartir una vez más
y otra darte las gracias, sobre todo por ser mi hermano. Me
imagino que me dejarás escribir a Toledo, pero de todos
modos, siendo o no así, no quiero dejar esta oportunidad
para decirte "gracias, hermano" y que cuenten todos con mi
oración, de un modo especial tu alma por la que el Señor
me ha concedido tanto. Cuenta conmigo en lo que
necesites. Rezo por todos y por ti. Yo quisiera que oraras
por mis hermanos pobres. ¡Animo!
Un fuerte abrazo.
Tere de Jesús

PD. Me voy corriendo a Misa. El Señor esté siempre


contigo. PAZ y AMOR de Cristo

45
S.S. 7-8-81
119

Amado hermano en Cristo: la Paz y el Amor de Jesús


contigo.
Comparto contigo un poco de lo que vivo escribiéndote
esto. Muchas frases están escritas en un librito llamado
"Imitación de Cristo Quiero compartirlas; estas frases
reflejan vivencias de pobreza que he podido hacer mías. Me
gustaría que pudieran servirte de oración.
Los días de este tiempo están llenos de dolores y
trabajos, donde se ensucia el hombre con pecados y
se enreda en pasiones, y es angustiado de temores y
distraído con cuidados, confundido con errores,
envuelto en vanidades, agravado de tentaciones,
enflaquecido con deleites y atormentado de pobreza.
¿Qué tiene tu siervo sino lo que ha recibido de Ti
sin merecerlo? Tuyo es todo. Pobre soy y lleno de
trabajos desde mi mocedad; y mi ánima se entristece
algunas veces hasta llorar y otras veces se turba
consigo. No soy nada, nada tengo, nada valgo, siervo
sin provecho, montón de polvo y ceniza. Mi pecado es
testimonio contra mí, mas tal es la miseria que aún cuando
envilezca, al volver a la nada y tornarme polvo, toda
estimación propia queda en el valle de mi poquedad. Tierra
y barro míos, humillaos y encorvaos a los pies de todos. Me
digo a mí mismo: conviene que te vistas del hombre nuevo
y seas mudado en otro hombre. Pedirán los otros y
recibirán, y tú pedirás y no alcanzarás. A los otros se
encargarán los negocios; tú serás tenido por inútil. Es
probado el siervo del Señor para ver cómo sabe
negarse y quebrarse en todo. Dejadas todas las
cosas, quiero dejarme a mí mismo salir de mí del
todo y muy del todo. No puedo huir porque por más
que huya me llevo conmigo y me hallo. Soy pobre y
camino hacia la nada, hacia la ausencia y el hambre
para poder poseer a Dios. Me miro y veo mi
dependencia, quisiera poder vencer con Amor de
Dios el amor del hombre; veo mis necesidades físicas,
¡qué bajo vino mi Dios! Y ¡Señor mío! Tantos compañeros
para la mesa y tan pocos para la abstinencia! ¡Tantos para
gozar conmigo y tan pocos para sufrir por ti! No pueden
salir quejas de mi boca. Padre digno de ser Amado,
justo es que tu siervo padezca algo por Ti en esta
120

hora, mírame en tus manos, me inclino a la vara de


tu corrección.
A Ti Señor, levanto mis ojos; en Ti confío, Dios mío, Padre
de misericordias. Le digo a mi alma: Esposo tienes y no
lo conoces; hermoso es sobre todas las cosas, mas
su casa no la viste. Él no quiso mostrársete pero te
envía dones y dote, arras en señal de Amor y señal
de bienquerencia. Mira, alma mía, cuánta es tu
locura de no amar a este Noble y Poderoso; mira,
alma mía que es cruel no amar a quien tanto te ama.
Tórnale su Amor. Ama a ti para Él y a Él para ti.
Sé por la fe que el Amor hace ligero lo pasado,
lleva la carga y hace dulce lo amargo. Constriñe y
mueve a desear cosas perfectas. No mira a los dones
sino al dador de ellos. Fatigado, el Amor no se cansa;
angustiado, no se angustia; vela. Es presto, limpio,
alegre, fiel, prudente, humilde, casto, obediente,
manso, confía en el Amado con viva esperanza aún
cuando no gusta de Dios.
¡Oh Señor! Cante yo cantar de Amor. Ensánchame
en el Amor porque aprenda a gustar con la boca del
corazón tus secretos y cuán suave es el Amar y
derretirse y nadar en el Amor.
Sea yo preso del Amor; salga yo de mí por Él. Sígate
yo, Amado mío, a lo alto y desfallezca mi ánimo en tu loor.
Ámete yo más que a mí y no me Ame sino por ti y Ame a
todos en ti. Dios mío, Amor mío, Tú todo mío y yo tuyo. En
lo más hondo de mi alma digo "te quiero" poniendo mi boca
en tu alianza, digo "te amo" cuando llego a las puertas de
tu casa y mando callar a mis siervos, mas soy pobre y no
ardo en Amor. Toma mi voluntad, "Tú multiplicarás los
frutos para que nada escarnezca al que pasa hambre". Sé
que en mi interior más profundo mora el Amor como
fuego perpetuo y poderoso que lo arrasa todo,
todavía no lo he visto pero puedo Amar sin ver. Toma
mi corazón.
No hay quien me consuele debajo del cielo sino Tú,
Señor mío y Dios mío, que hieres y sanas. Vuélvase
mi alma dócil mendigo y te dice Señor: a Ti te
espero. Señor Jesús, bendice a tus mendigos con la
Paz de tu consolación. Julio, hermano mío, en la noche
121

una cuna vacía acogió a mi Jesús, por eso somos


mendigos alegres, pecadores que estamos siendo
vaciados con la ausencia de no poseer, nuestros
pecados son barro, pobreza; no importa no tener.
Una vez me dijiste "Jesús es el Camino", ahora te
digo no busques sentirte amado o Amar, Jesús es el
Amor. Pídele Amor pero mirándole a Él, no a ti,
pídele que te consuele diciéndote "Te, quiero" pero
pídeselo mirándole a Él. Cuando le pidas Amor ocupa
toda tu mente y tu corazón en su imagen, no vuelvas
a ti porque Él es el Amor y sólo Él puede darte Amor,
Él mismo. No puedes Amar o sentirte Amado sin su
imagen, sin confiar en su presencia, sin verse en la
fe, porque Él es el Amor. No puedes decir "te Amo"
por probarte a ti mismo si eres capaz de Amar. Sólo
puedes decir "te Amo" con el Amor que Él te da. No
sé si me entiendes, no importa, confía y espera
siempre en Jesús. Cuando estás pidiendo Amor estás
pidiendo al mismo Jesús, Amarle es poseerle porque
Dios es Amor. Ya digo que el pobre camina hacia la
nada para poseer a Dios. Entonces descansaremos
en el Amor perpetuo. Cuando necesito consuelo sólo
hay una cosa que me puede consolar; grito a mi Dios
si me Ama, ni yo sé por qué lo hago, es una
necesidad, es lo único que realmente puede
consolarme. Y el Señor cuando es sincera mi
pregunta, se compadece de mí y sonriendo y Amando
mucho me dice: "Sí, te quiero".
No quiero cansarte, pero creo que te hará bien el
compartir esto conmigo. Sé que has sufrido y yo no puedo
hacer nada sino unirme a todos también en el sufrimiento y
orar por ti y por todos. Dejo ya de escribir ésta carta y
vuelvo a la vivencia de mi pobreza, pero todo sea
para Gloria de Dios. El Señor te bendice. Recibe un fuerte
abrazo con Amor de Jesús.
Tere

La pobreza, infinitud de gratuidad


46
7-IX-81
122

Amado hermano en Cristo: La Paz del Señor contigo.


El Señor tiene misericordia de nosotros. No digo que el
Señor nos saque del mundo, así que la miseria sigue
siendo miseria; pero Él puede abrir nuestros ojos
para que seamos conscientes de su compañía y
podamos conocerle, adentrarnos en Él, Amarle hasta
la total entrega y así vivir en Él para siempre. En
estos días el Señor me deja probar un poco de miel, un
poco del “vino de la bodega” y no es que las cosas hayan
cambiado pues los días siguen siendo duros y yo me porto
con debilidad, pero Él es más importante. Escúchame que
no escribo por algo "bonito y abstracto" sino por una
realidad. Escúchame bien: Jesucristo está más vivo
que tú o yo o cualquier persona, lo que ocurre es que
su Naturaleza goza de una Gloria Divina para la que
nuestros ojos están todavía ciegos. Pero Jesucristo,
nuestro Señor, nuestro Maestro, el Siervo de Yahvé,
nuestro Esposo, nuestro Hermano, nuestro Amado,
nuestro Redentor y Rey está tan vivo y tan real que,
si Él quisiera, podríamos tocarlo, abrazarlo, meter
los dedos en las llagas. Jesús es Verdad, como Él
mismo dijo: "No soy un fantasma" e, incluso, comió
con sus discípulos ya Resucitado. Este Señor está
siempre con nosotros. Ahora concretizo un poco más
aquello que te dije de "entremos en el Amado": el
Señor me hace consciente de 2 cosas que le atraen a
Él hacia mí y que me llevan a mí hacia Él. Y yo, con el
permiso del Señor, te las digo a ti; son 2 pasos
importantes para ir entrando en el Amado.
El Señor y yo podemos guardar nuestra alianza con
secreto. Sólo podría decirte esto si me moviera el
desinterés y la Ley del Amor pues si fuera vanidad esto me
haría pecado. El Señor quiso que yo llevara algo que
me recordara siempre a Él y así llevó puesto algo -no
te digo qué, pues es secreto- que me recuerda su
compañía todo el día y la noche. Así, de una manera
muy especial, puedes dar algo de lo que llevas al
Señor para que le tengas siempre presente, en todos
los momentos del día, aún en lo más pequeño. Lo
importante es empezar a ser consciente de que el
Señor está contigo todo el tiempo y de que Él es tu
dueño. Una simple cruz consagrada al Señor es un
123

"anillo de boda" muy bonito. Otro secreto puede ser


una pequeña mortificación. Leyendo a Sor Isabel de la
Trinidad, leí que ella utilizaba cerillas gastadas en los
zapatos. Así que hice lo mismo y aunque no sea algo que
duela se pueden ofrecer las pequeñas molestias al agrado
del Señor. Ofrece algo pequeño al Señor. Sufrir un
poquito por lo que Él quiera, puede acercarte más al
Señor y hacerte más consciente de su presencia.
Decían Sor Isabel y Sta. Teresa que más importante
que la mortificación exterior, es la mortificación
interior. Algo bonito para empezar es hacer lo
contrario de lo que se quiera, entregando la voluntad
al Señor. Todo esto no consiste en propósitos sino en
inclinar el oído al Señor para escucharle y obedecerle
en todo lo que Él quiera, y estando el alma alerta
empieza a familiarizarse con una compañía -que no
es el yo- y a la que llamaría "soledad de Dios". Son
las primicias del Amado -no porque nuestro Amado
no esté con nosotros en pleno, sino porque nuestros
ojos ciegos empiezan a abrirse-.
El 2° paso es la comunión. Cada vez que tengo la
comunión en mi mano toco el cuerpo de Jesús y mi
cuerpo se hace santo. Cuando la como introduzco al
Señor en mis entrañas y lo aprisiono. Soy tan necia,
tan ignorante y tan torpe que no comprendo la
grandeza de lo que realmente ocurre, pero mi
corazón que queda a veces tan indiferente y mis
sentidos que no captarán nada extraordinario, saben
que su señora y su Amado se están encontrando en
algún lugar del alma, en la alcoba más secreta y
como siervo la miseria de mi ser aguarda y se alegra
por su señora y por su Amado, Señor y Dueño. Al
comulgar Él me atrapa a mí y yo le atrapo a Él. A
veces me queda la ambición de beber el cáliz, pero
sé que con su Cuerpo mi Amado ya está en mí. A
veces me sorprende la grandeza de este don y me
pregunto cómo puede el Señor dejarme tocarle y
comerle y atraparle en mi interior siendo yo tan
incapaz de comprender esta grandeza. Qué grande
ha de ser su Amor y su desinterés. Que el Señor
despierte siempre en ti el hambre de su Cuerpo y de
su Sangre, que sea tus delicias y te conceda Gracia
124

eterna en la comunión. Al comulgar, el Señor trabaja


en nuestro interior secreto. Él es el hortelano que
revisa el huerto, arranca las zarzas que nos hieren,
planta árboles de fruto y establece la fuente de
Gracia. Luego cierra el huerto y se declara su único
dueño. Con la comunión, pensar en lo que estará
trabajando mi Hortelano, hace mis delicias. La
comunión arrastra consigo un montón de frutos y
bendiciones.
Hermano, estoy aguardando que tu alma empiece a gozar
de lo que, mi alma empieza a gozar: las primicias del
Amado. Es como si tuviera que llevar tu alma hacia algún
sitio pero con total desinterés, independencia y libertad.
Una de las cosas en que reconocerás el Amor del
Señor, es que es un Amor libre; si se ama sin
libertad, por posesión, se hace daño al hermano.
Enseña siempre un Amor libre y pídele que te proteja
de las dependencias. Él lo hará porque la fidelidad y
la alianza que tiene con sus siervos está en sus
manos y al pedirle que te proteja de las
dependencias, especialmente de las de los
hermanos, le estás pidiendo que Él sea tu único
Dueño. Esto complace al Señor. A mí no me importa
tanto la dependencia de lo material como la
dependencia de los hermanos. Depender de los
hermanos es amarlos menos. Depender de las cosas
o de las circunstancias etc. etc... me importa menos
porque eso es caer en una miseria y pobreza que
empiezo a amar quizás porque, sin impedir el Amor,
son un grito para atraerlo, no sé. Empiezo a querer a
esta miseria sin un porqué, tal vez.
Hubiera querido escribir todo esto con menos palabras
pero no he podido. Tenía que escribir esto y lo hago
fiándome en que es del Señor. No quiero ni molestarte ni
causarte ningún problema por escribirte, pero esta carta no
la escribo por mí, sino por ti y no te digo esto por vanidad
sino por sinceridad y para que puedas fiarte de que digo
Verdad. Rezo por ti y por nuestra Iglesia. Si te cansa que te
escriba o te repita algo, ten tolerancia conmigo. Si lo que
escribo no es del Señor, Él te lo haga ver. El Señor te
bendiga.
125

Tu hermana Tere.
El Señor es la PAZ y el AMOR que buscas. Él sea contigo.

47
10-X-81 - 11-X-81
Amado hermano en Cristo; la Paz y el Amor del Señor
contigo.
Te escribo compartiendo cosas que estoy aprendiendo;
unas me las has enseñado tú -gracias hermano- y los
hermanos, otras me las va enseñando Jesús directamente o
a través de sus obras, de la Biblia, o de los libros como en
esta caso "Pustinia". Son cosas que sin duda sabes, pero
que es necesario que el Señor nos las vaya haciendo
entender en el espíritu. Sé que hay sufrimientos y
tristezas en nuestros corazones, pero si escuchamos
al Señor, amaremos y gozaremos en todo, porque su
enseñanza es que lo que vivimos los hermanos de
Cristo, es de Cristo
Ahora puedo entender que la invitación del Señor
es:
"TOMA MI CRUZ Y SIGÚEME... YENDO A LOS
POBRES, SIENDO POBRE, SIENDO UNO CON ELLOS... y
CONMIGO". Él es el Pobre y su invitación es una
invitación a la cruz -que le pertenece- y a ser un
pobre con Él. Y así veo que en la Verdad todo el
sufrimiento es de Cristo Así como toda la pobreza
(esto me lo has enseñado tú, y el Señor me lo ha hecho
entender en el espíritu). Su pobreza y su gratuidad
están íntimamente unidas, no sé expresarlo. ¡Cómo
no llorar el sufrimiento de la Iglesia y del mundo!,
pero ¡cómo no Amarlo con Paz -la Paz es de Cristo- y
aceptarlo si la Esposa se casa con el Pobre! Incluso la
pobreza y el sufrimiento se hacen miel para la
Esposa porque Cristo es el Pobre y suya es la Cruz.
La Esposa al casarse con el Esposo se hace pobre con
Él. La pobreza y el sufrimiento de los hermanos son
alimento para la fe y el Amor, hemos de unirnos a los
hermanos que sufren y sufrir con ellos, sin
condiciones, pero siendo conscientes de que el
sufrimiento de los hermanos y el nuestro no nos
126

pertenecen, son de Cristo, nos unen a Él, y nos hacen


participar de su fortaleza de espíritu y de su Amor
Los llamados a Cristo somos llamados a vivir en
nosotros su pobreza y su sufrimiento que son dones
que nos revelan que Cristo vive en su Iglesia. El
reino de Dios es el reino de Pobreza, que no es
miseria, barro o limitación sino Bondad absoluta,
Amor absoluto que se manifiesta en un reino de
gratuidad. Es el único reino hecho de pobres, de los
que lo han dado todo, de los que dejan de ser, para
ser Cristo en ellos. No temas porque su pobreza es
gozosa, es el Amor perfecto del abandono, del
desprendimiento, del olvido, de la gratuidad. Cristo,
el Pobre, es Amor gratuito. Ahora entiendo que la
pobreza, que es toda de Cristo, es siempre pobreza
oblativa -como dice Covadonga - y que la infinitud de
la Pobreza es gratuidad.
Buscando dentro de uno mismo se halla la luz; para
llegar a ella es la pobreza la que nos acompaña
porque hay que irse desnudando, desprendiéndose
de todo lo que es nuestro. Así que el modo de entrar
en uno mismo para buscar la luz no es la
introspección sino la interiorización de la pobreza:
"Existe una forma equívoca de examinarse a sí
mismo que produce inquietud. La interiorización es
que Dios viene a nosotros; la introspección es que
contemplamos todos los ídolos que colocamos sobre
nuestro corazón. Lo malo es que a veces nos
pasamos horas contemplando cosas que hace tiempo
deberíamos haber arrojado. A veces la introspección
nos lleva a nosotros mismos porque empieza y
concluye en nosotros mismos. Por el contrario la
interiorización comienza y acaba en Dios"("Pustinia").
Es cierto que el encuentro con uno mismo produce
sufrimiento, pero es más fuerte el Amor que se
experimenta en el Perdón. Es tentación el temor que
olvida que Dios es misericordioso y perdona; ese
temor es una infidelidad y falta de fe. El encuentro
con uno mismo es un gran don, porque uno puede
sentir la encarnación del Amor de Cristo en la miseria
de su siervo -el perdón-. "El perdón es la encarnación
de las palabras de Dios “Amaos los unos a los otros
127

como yo os he Amado” en sus discípulos"("Pustinia").


Dios es Bueno, inspira confianza, Julio, una confianza real y
sencilla "que se puede tocar".
El Señor me enseña que hay que tener cuidado con
la auto- compasión. Sobre la tristeza, el pesar y el
sufrimiento pude discernir en mí un sentimiento de
engaño, una tristeza y pesar hipócritas, de
autocompasión e idolatría al yo, que inquietan y
confunden al alma turbándola, obstaculizando el
camino al Amor y a la perfección del Amor.
Abrazamos a todo el sentimiento desordenadamente,
nos vestimos acogiendo y protegiendo todo
sentimiento, dejándolo crecer, sin darnos cuenta de
que para encontrar a Cristo en el interior, hay que
desprenderse. De repente he visto que estaba
viviendo en mis vestiduras, en mis miserias si bien la
vida de oración es en la luz. Estaba viviendo
afligiéndome en una tristeza que no era de Cristo,
que me invadía con fuerza para hacer daño pero tan
débil que basta haberla descubierto y ordenarle que
se vaya para que lo haga. La tristeza de Cristo
conduce al arrepentimiento y al Amor, y esta tristeza
de la que hablo me empujaba a la autocompasión y
al deseo de mal y destrucción. Era una tentación
vestida de luz cuyo fin era estorbar, crear confusión
y malestar, hacer retroceder en el Amor, alejarme de
Cristo y de la Cruz. Pero toda tentación y demonio
quedan vencidos en cuanto se descubre su engaño.
De esto deduzco la importancia de despojar el
sentimiento de lo que no es sinceridad por medio de
la interiorización de la pobreza.
Creía estar en una noche, dado el malestar y, de
repente, me encuentro vacía de ese sentimiento, sin
que haya dejado una ausencia. Era un vestido, un
"pegote" que obstaculizaba el camino a la oración. Y
lo digo por si te sirve: que hay sufrimientos
engañosos que producen gran malestar, obstaculizan
el camino hacia la luz, y de los que, sin embargo, es
muy fácil librarse si se los descubre. La Paz contigo.
Dios en Bueno.
128

Siento que estás sufriendo con los hermanos que sufren,


Julio. No temas. Despojándose de la autocompasión, la
tristeza y el pesar se transparentan, las lágrimas son
limpias y el sufrimiento va unido al deseo de Amar;
es el sufrimiento que nace en Cristo y vuelve a Él y a
Él le pertenece. Da Paz. “Cristo toma sobre Él la
Humanidad por lo que la Humanidad vive en Cristo Y,
por la gracia de Dios y con su ayuda, la Humanidad
en Cristo se transforma en holocausto por todos los
hombres” (“Pustinia”). Esto me consuela por el
sufrimiento de mis hermanos. El sufrimiento tan
tremendo que vive el mundo no es su sufrimiento
sino el de Cristo (“Cuando yo lloro, Cristo llora, pues
Cristo está en mí” (“Pustinia”). De ahí que el
sufrimiento “está íntimamente unido con la extrema
santidad de Dios y no con uno mismo”; el sufrimiento
es de Dios. El sufrimiento en los hermanos es el
sufrimiento de Cristo en su cuerpo que es la Iglesia y
la razón de ese sufrimiento en los hermanos es la
unidad con Cristo, “completando lo que falta a la
pasión de Cristo en su cuerpo la Iglesia”.
No temas, no tengas miedo pues el miedo es
resistencia; abandona la defensa en las manos del
Señor.
Frutos de la pobreza son la PAZ y la LIBERTAD.
Uno de los obstáculos que ponemos en nuestra entrega a
la libertad de Dios es resistencia. La pobreza es
“pequeño noviciado de resistencia”. Acepta siempre
la pobreza, sé dócil en su aceptación.
Voy entendiendo que la oración es interior, que es
importante hacer silencio y que la presencia de Dios
es oración. Basta estar en la luz interior -en el
Amado- para que la oración sea continua no hace
falta hablar, basta la presencia del Señor. Te invito a
esta oración; entra dentro de ti, haz silencio y estate
así, despréndete de ti y de lo que es tuyo y notarás
la presencia de Dios muy dentro de ti. Que el Señor
nos enseñe a orar. También es muy cierto que si
pedimos con fe, el Señor responde. Siempre escucha
nuestras peticiones, todo lo que le pidamos con fe.
129

Cuando pidas algo a Dios dale gracias porque te


escucha y te concede. Sigo esperando la liberación,
sigo esperando la venida del Amado y la boda con su
Iglesia, sigo esperando algo muy grande. Te invito a
la firmeza del espíritu, a la fidelidad absoluta a
Cristo, a una confianza absoluta en nuestro Padre
Bueno para que abandonemos todo en Él. La Paz y el
Amor de Dios estén siempre contigo. El Señor te
bendice.
Tere

48
12-X-81
¡Ave María! La Paz y el Amor de Cristo contigo.
Pienso que todas nuestras vidas son como un
milagro continuo. Dependo toda del Señor. Él es
bueno conmigo; me cuida y me protege en todo
momento. Me da salud, gobierna mis sentimientos; si
me hieren se los lleva y los calma y me deja en la
Paz; me escucha y habla conmigo, me acompaña,
guarda mi espíritu... yo no sé vivir, es Él el que se
encarga de todo. No me siento juzgada ante Él,
porque Él, que lo sabe todo, no me acusa. Si me
dejara, no sabría vivir; si Él está conmigo, sabré vivir
en pobreza sin perder la Paz. Hace bastante tiempo
que el Señor me sacó de la soledad porque es Jesús
quien me hace compañía. Ahora me lleva por
caminos de pobreza, pero si Él está conmigo no temo
Ayer en la misa decíamos: HABITARÉ EN LA CASA DEL
SEÑOR POR AÑOS SIN TÉRMINO. Deseo habitar en la casa
del Señor para siempre... me gustaría mucho vestir un
hábito e irme a la casa del Señor. A veces me pregunto si el
Señor me concederá el ser religiosa, me gustaría mucho, lo
dejo en su voluntad, pero preséntame a Sto. Domingo, Julio,
¡quién sabe!
Sé que oras por mí y te lo agradezco mucho, pero no
pidas en alto por mí -y no te enfades-. Quiero agradecerte
el que me ayudes tanto, hermano, y no sé cómo
agradecértelo. Te pido que nos sigas presentando a
todos muy dentro del cáliz. Pido por todos y por ti.
130

Cuenta siempre con mi oración y en lo que te pueda servir.


Gracias por dejarme escribirte. Un fuerte abrazo.
Tere.
La Paz y el Amor de Cristo contigo.

49
M. 9-XI-81
AVE MARÍA
Amado hermano por Cristo: nuestro Señor esté siempre
contigo. Paz y Amor de Cristo No soy muy consciente de la
realidad y no la veo con la lógica de siempre. Sólo soy
consciente de que vivo en un presente en el que Dios nos
mantiene. Ahora no soy capaz de analizar las
circunstancias, no me entero muy bien de lo que significan
las cosas.
Todo es presente, no sé, quizás sea cosa mía; el día y la
noche no son cosas distintas, no son rupturas, son
presente. Imagina 2 personas hablando, una joven y otra
anciana. Para la persona anciana su juventud es pasado;
para la joven su juventud es presente. El tiempo en que
cada una encuadra su vida es un tiempo sujetivo, formado
por la sucesión lineal de la vida de cada uno, un tiempo
distinto para cada uno. Y, sin embargo, el anciano y el joven
hablan en un mismo momento, viven en un mismo tiempo
que subyace a la sucesión lineal de cada vida, que subyace
a lo que nace y muere, y que es presente. Fuera de lo que
empieza y acaba no hay tiempo.
Por pobre que sea este presente, el Señor quiere
que lo viva; no he de huir de él en planes y
proyectos, ni tampoco he de quedarme juzgando o
encerrada en lo que ha sido hecho. Las cosas que he
hecho mal, y son muchas, ahí quedan; vendrán a
decir que sólo Dios es Santo. Antes hubiera querido
rectificar los testimonios que he dado de Cristo
porque en ellos siempre aparece mi barro mezclado
con la luz; pero ahora no, porque es más importante
su obra que el instrumento, y es el Señor quien elige
el instrumento del cual servirse; además es voluntad
131

suya encarnar su luz en el barro, y esto es testimonio


de Amor y salvación.
En este presente Dios se encarga de cuidarnos, de
bendecirnos y elegir lo mejor para cada uno. Estoy
segura de que todo lo que vivimos es bendición.
Necesito hallar a Dios en todo, desde lo más externo
y material, hasta en lo más profundo del espíritu. Si
no ¿cómo vamos a vivir? No puedo huir de mi vida hasta
la misa del Domingo o la oración en Tribunal, si es que
puedo ir. Por eso necesito encontrar a Dios en cualquier
lugar o cosa.
No sé si estoy huyendo de la realidad lógica, no sé nada.
Al mirar a la calle no sé bien qué es lo que veo. Quizás sea
tentación; ya pasará. Me doy cuenta de que me resisto
a la pobreza, intento poseer. No sé por qué complico
tanto las cosas tan sencillas ni por qué este deseo de
poseer. Bueno, no me hagas mucho caso. Pide que el
Señor me sostenga en la pobreza, que me enseñe a
vivir la pobreza como Él quiera que lo haga.
Ayer Domingo, Julia y yo encontramos en el metro a la
hermana de Merche; le preguntamos si sabía algo de ella y
nos dijo que habían hablado con Merche hace una semana
y que estaba bien. No nos lo creímos mucho pero no
quisimos insistir. Nos dijo que Merche vendría hacia el 26
de Diciembre y que estaría más o menos una semana.
Respecto a aquella chica de la que te hablé en la última
carta, Carmen, creo que está mejor.
Te dejo porque tengo que estudiar y no parece que esté
muy inspirada para escribir. Quizás de seguir escribiendo te
hubiera escrito sobre la obediencia y sobre el Amor. Dile al
Señor que te lo diga directamente porque hoy me cuesta
mucho escribir. Sabes que pido por ti y por los hermanos.
Estoy un poco cansada, Julio. Si tienes un poco de tiempo y
el Señor así lo quiere pide un poco por mí. Gracias,
hermano. ¡Gloria al Señor! Paz y Amor de Cristo
Un abrazo muy fuerte
Tere

-YO TE DEBO, SEÑOR, MIS OFRENDAS VOTIVAS.


132

Acaba de llegar mi padre de San Sebastián. Dios me ha


dado unos padres estupendos.
50
M. 15-XI-81
Amado hermano por Cristo: La Paz y el Amor de nuestro
Dios contigo.
Te escribo compartiendo un poco de esperanza. ¿Por
qué no tornar nuestras penas y pobrezas en
alabanzas y bendiciones? Somos pobres y pecadores,
egoístas y pequeños en todo, pero ¿qué nos impide
correr a los brazos de nuestro Padre y hacer de Él
nuestro refugio y nuestra riqueza? Sólo Dios es
nuestra esperanza, por encima de lo que somos, de
lo que conocemos e incluso de lo que nosotros
mismos esperamos. He pecado mucho, estoy muy
lejos de ser algo puro, yo no Amo, ni tampoco sé
orar, ni siquiera sé ir a Dios, pero ¡qué importa eso!
¡¡es Dios siempre quien viene a mí!! No, no está en
mí, mi esperanza, yo no tengo nada que pueda atraer
a mi Señor, por eso en Él está mi esperanza. Me
siento toda una prostituta; Él sin embargo es fiel en
todo ¡qué contraste! Me sigue amando aun
conociéndome, me sigue protegiendo aunque yo le
falle y no pague mis deudas. Nada valgo, no doy
fruto ni provecho, si Le Amo es porque Él me da
Amor con el que Amarle. Soy como una paja seca. Me
gustaría correr hacia Él y sentir ese milagro de la
Vida. Mi salvación está en Él, no en mí; quisiera que
el Señor me tocase para que mi paja seca ardiera en
su fuego, en su pasión. Ahora no la poseo; no poseo
sino pobreza, esterilidad. Pero, mientras el Señor me
siga aceptando así, no me importa; estoy segura de
que esta pobreza es buena para mí, sin duda es en
este momento lo que me permite estar más cerca del
Señor, si no, no me la hubiera dado.
No creas que siempre me siento Amada ni siento que yo
Amo; pero por encima de este sentir está la confianza.
Nuestro Dios no nos olvida nunca; entonces vivo en
fe, el Señor guarda mi fe y no permite que me ciegue
a la Verdad. Deseo ese Amor. Algún día se derramará
en plena abundancia, curará todas nuestras heridas
133

y llenará de vida nuestros desiertos. Algún día


podremos Amar a nuestro Dios como Él nos Ama.
Ahora me entristece que no sea así pero, sin duda, a
Dios le duele más, y si Él lo aguanta yo no soy quién
para quejarme.
Jesús vino a sanar a los enfermos, por eso nuestras
enfermedades y pobrezas no son impedimento; por eso me
animan las palabras que dicen "Hoy es día consagrado a
Yahvé, vuestro Dios, no os entristezcáis, ni lloréis".
"Levantaos, bendecid a Yahvé, vuestro Dios, por los siglos
de los siglos. Bendito sea su glorioso nombre sobre toda
alabanza y bendición". Amén.
Si Dios hubiera venido a los ricos y buenos, yo no
tendría nada que hacer, no tendría esperanza. Pero
si Él ha venido a los pobres, a los pecadores y a los
enfermos, entonces el mensaje de salvación también
es para mí, entonces sí me siento llamada hacia Dios,
entonces sí tengo la esperanza de poder ir a su Casa,
de poder recibir de Él el ser suya. Entonces, si Dios
ha venido a los pobres, me siento dentro de ese
"Levantaos, bendecid a Yahvé, vuestro Dios, por los
siglos de los siglos". Sólo se puede levantar el
pueblo que primero ha caído; por eso, si el Señor ha
venido a los que caemos y nos dice “Levantaos”, nos
levantaremos y nuestras caídas y pecados no
impedirán que adoremos a Dios porque Él es quien
ha elegido; y ha elegido sin pedir nada a cambio, y
ha elegido a los pobres, a los pecadores, a los
miserables y enfermos. Por eso ¡Alégrense mis
hermanos pobres! ¡estamos de fiesta! ¡Aleluya!
¡Gloria a Dios!
YO TE AYUDO, DICE YAHVE, Y TU REDENTOR ES EL
SANTO DE ISRAEL. LOS POBRES, LOS
MENESTEROSOS, BUSCAN EL AGUA Y NO LA HALLAN:
SU LENGUA ESTÁ SECA POR LA SED PERO YO YAHVE
LOS OIRÉ, YO, DIOS DE ISRAEL, NO LOS
ABANDONARÉ. YO HARÉ BROTAR MANANTIALES EN
LAS ALTURAS PELADAS Y FUENTES EN MEDIO DE LOS
VALLES. TORNARÉ EL DESIERTO EN ESTANQUE Y LA
TIERRA SECA EN CORRIENTES DE AGUA. PARA QUE
TODOS VEAN Y COMPRENDAN Y TODOS CONSIDEREN
134

Y ENTIENDAN QUE ES LA MANO DE YAHVE LA QUE HA


HECHO ESTO Y EL SANTO DE ISRAEL EL QUE LO HA
CREADO. HE AQUÍ QUE TODOS SON NADA, Y SU OBRA
ES NADA Y SUS ÍDOLOS VIENTO Y VACUIDAD. HE
AQUÍ A MI SIERVO A QUIEN SOSTENGO YO; MI
ELEGIDO EN QUIEN SE COMPLACE MI ALMA. NO
TEMAS PORQUE YO TE HE RESCATADO, YO TE LLAMÉ
POR TU NOMBRE Y TÚ ME PERTENECES. PORQUE SI
ATRAVIESAS LAS AGUAS YO SERÉ CONTIGO; SI POR
RIOS, NO TE ANEGARÁS, SI PASAS POR EL FUEGO, NO
TE QUEMARÁS. LAS LLAMAS NO TE CONSUMIRÁN,
PORQUE SOY YAHVE, TU DIOS, EL SANTO DE ISRAEL,
TÚ SALVADOR. ASÍ HABLA YAHVE TU REDENTOR, EL
SANTO DE ISRAEL: YO SOY YAHVE, TU DIOS, QUE
PARA UTILIDAD TUYA TE ENSEÑA Y TE PONE EN EL
CAMINO QUE HAS DE SEGUIR. ¡AH! SI HUBIERAS
ATENDIDO A MIS MANDAMIENTOS, TU PAZ SERÍA
COMO UN RIO Y TU JUSTICIA COMO LAS 0LAS DEL
MAR.
Quiero dar gracias al Padre por Jesús, "el Siervo a
quien sostiene"; "el Elegido en quien se complace el
Alma del Padre". Hermano, demos gracias al Padre
por Jesús. También quiero dar gracias por María.
Bendita sea María. Demos gracias al Señor por los
ángeles, por los hermanos y por la creación entera.
Quiero dar gracias al Señor por mi familia.
Hermano, ¿por qué no compartir una acción de
gracias? Quiero dar gracias de un modo especial por
la Iglesia, por la Rosa y por todos vosotros.
Gracias Señor por la vida que nos regalas a cada
uno.
Padre, gracias por el Espíritu Santo.
Julio, pidamos y alabemos al Señor por los más
necesitados de Amor y de Misericordia. Hoy quisiera
pedir de un modo especial por los ancianos, los
disminuidos y las almas del purgatorio. Pidamos
también la lluvia para los campos. En la oración, el
pueblo de Dios nos unimos, Pidamos y demos gracias
los unos por los otros. Mi oración es pobre; sé que la
verdadera oración es el Amor pero estoy segura de
que el Señor no rechaza la oración pobre, aunque
135

sea pequeña e imperfecta. Jesús la escucha. Por eso


unámonos todos en la oración.

51
15-XI-81
¡Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo!
Paz y Amor de Cristo
Los pobres vivimos en el temor; en una inseguridad
suave y continua que es siempre calmada por la
confianza.
Te escribo el mismo día, aunque esta vez por la mañana;
se ve la luna y un pájaro blanco ha dado unos cuantos
revuelos. ¿Por qué no dar gracias al Señor por el día y por la
creación? Sí, entre los edificios y la contaminación de esta
mañana hay vida. No hace falta buscar a Dios muy
lejos; Él viene a mezclarse con la pobreza de esta
realidad. Aquí, donde tenemos que vivir, aquí está
Dios, por pobre que sea la realidad. Admiro a las
gentes sencillas, a las que viven esta realidad pobre
con sencillez. Sólo unos ojos sencillos pueden ver a
Dios, el Señor se hace tan pequeño que es el espíritu
sencillo el que goza de Él.
Me acompaña ese temor del que hablaba pero el
Señor se encargará de todo. Siempre puedo decir
que Jesús no me abandonó nunca. Quiero dar gracias
al Señor por el presente; quiero dejarle todo en sus
manos, aunque hay que ver lo que me cuesta...
siempre con miedo de lo que me pueda pedir,
siempre con miedo al compromiso. Y Él me sigue
queriendo aun en esta pobreza. Le pido al Señor que
me siga guardando, que no me siento capaz de
enfrentarme, tengo miedo a ser juzgada, le pido que
todavía no; como ves, Julio, no soy modelo de entrega, Pero
¿sabes lo que te digo? que estoy segura de que Él está
conmigo y me guarda, y de que antes que se rompan las
cosas me avisará para darme fuerzas y saber que me Ama.
Quiero decirte, hermano, que no escribo sobre cosas
abstractas; escribo lo que vivo, y lo comparto contigo para
darte fuerzas y ánimo. Quiero darte testimonio de que
136

una vida perdida por sí misma, como es la mía,


recibe bendiciones de Dios. Quiero decirte que Dios
es bueno y Misericordioso. No temas, Dios nos Ama.
El Señor me dice que tenga confianza, por encima
de todos los peligros Él está conmigo. Tenla tú
también, hermano. La confianza en Dios da Paz,
permite descansar con Paz.
Respecto al mal, hace tiempo que estoy tranquila y
duermo muy bien. Quiero darte las gracias por haberme
ayudado. Te pido que, de vez en cuando, lo sigas haciendo
con la oración, A veces siento como si me siguiera
acechando y me inquieta, pero desde hace tiempo siento la
seguridad de Dios.
Acabo de venir de Misa y ha sido muy grande porque ha
dado testimonio un matrimonio que suele ir a Maranatha; él
se llama Jon, no sé si sabes de quien hablo. Ayer dejó de
pertenecer a la Iglesia anglicana para hacerse católico.
Cuando les he visto he querido escurrirme en el asiento,
pero ha sido muy bonito. Qué grande y qué Bueno es Dios.
Es increíble.
En el temor y en la necesidad Dios nos trata bien.
Sirvamos a Dios con todas las fuerzas, alégrate
hermano, el Espíritu nos sostiene. Los hermanos que
nos precedieron ruegan por todos nosotros. Dios
está con nosotros. Animo "Levantaos, bendecid a
Yahvé vuestro Dios; por los siglos de los siglos". El
Señor nos bendice siempre; Jesucristo es nuestra
cabeza ¡Aleluya! Un abrazo de Paz, de Amor y de
Esperanza, hermano.
Tere
Cristo y María estén siempre contigo. Pide por Merche y
por Chus y la parroquia.

52
22-XI-81
NADA PODRÁ SEPARARNOS DEL AMOR DE CRISTO
Amado hermano en Cristo: la Paz y el Amor de nuestro
Señor Jesús estén contigo. Recibe la bendición del Padre y
137

el Amor del Espíritu Santo. Paz a tu ángel de la guarda. Ave


María.
Comparto contigo un poco de pobreza.
Ayer por la noche estaba muy triste y el Señor me
consoló. Jesús es amigo, un amigo bueno y fiel, y quiero
que tú también, hermano, le descubras así, como amigo y
compañero.
Un buen amigo viene cuando se le llama y así es Jesús.
Ayer necesitaba mucho a mi Dios, a "mi buen amigo". Me
siento metida en algo de lo que no sé salir y me
preocupa. Mi Señor me consuela diciéndome que me
Ama; también me dijo "Pondré mi Reino a tus pies.
Mi Reino no es de este mundo". Después mi Señor y
yo jugamos juntos. Hermano aprende a jugar con el
Señor. La creación es amiga mía, es nuestra aliada
para ir a Dios. Abrir un grifo y ver el agua tan limpia,
tan bonita, un regalo tan bonito del Padre, me
consuela mucho. Abrir una ventana y ver el cielo,
abrir el balcón y ver un poco de tierra y unas pocas
hierbas. Es algo que Jesús y yo podemos Amar
juntos.
Ayer lloré por miedo a perder la vocación, pero mi
Dios me dijo que es lo único que nadie ni nada me
pueden quitar, tampoco el desierto. Después sentí
grandes tentaciones de consagrarme al Mal,
prostituirme en las almas y robar en los "huertos
cerrados", ser como la “raposa”; esto me producía
impaciencia en mi vocación. Ya pasó.
Ayer el Señor me enseñó algo respecto al ángel de
la guarda y la dependencia de los hermanos: me
enseñó que cada hermano es como "el huerto
cerrado" de Dios en donde no puedo herir ni robar.
Por eso, al entrar en una posesión de Dios, he de
saludar al guardián, darle la Paz y ponerme a su
servicio y vigilancia para que cuide a mi hermano de
mí. Por eso saludo a tu ángel de la guarda para que,
si creo dependencias, me eche. Sin embargo, el
Señor permite que te escriba y me tranquiliza
compartir con alguien lo que voy viviendo. Dios es
Bueno,
138

No sé si lo que digo tiene sentido o son cosas sueltas. No


sé qué voy a hacer. No me concentro al estudiar. Sin
embargo, estoy muy bien. No sufro nada, a veces me siento
muy triste pero no puedo llorar esa tristeza. Ayer sin
embargo lloré mucho pero no sufro. No sé hermano, no
entiendo nada. En casa no sé cómo estoy, no puedo ver mi
pasado. Hoy me ha llamado Denís, ha cogido el teléfono mi
hermana pequeña y ha dicho que me llamaba una señora.
Le he tenido que decir a mi madre que era Denís. Me ha
llamado porque necesitaba hablar conmigo. Le he dicho que
esta tarde me quedo a estudiar, Y así ha quedado la cosa.
Quiero huir de todo, lejos. ¡Qué difícil es luchar contra uno
mismo! Quizás hubiera tenido que ir a hablar con Denís, no
lo sé. No me porto bien con mis padres ni con los
hermanos; pero no me siento capaz de afrontar ese peso.
Tengo ganas de gritar al Señor: "¡Socorro! ¡Sácame de
aquí!".
No sé cómo voy a salir de todo esto pero confío en
Cristo Jesús. Nuestra Iglesia pasa momentos de
pobreza muy grandes, pero pobreza y esperanza
siempre unidas, Julio. Las gentes sencillas me
enseñaron el consuelo. Mi tía, en San Sebastián, al hacer
la casa por la mañana, lo primero que hacía era levantar las
persianas de las habitaciones diciendo: "que entre la luz de
Dios" y no te puedes imaginar lo que consolaba oír esto. El
Señor es tan grande y tan hermoso que rebasa todas
mis posibilidades; quiero aprender de las gentes
sencillas, buscar al Señor en las cosas pequeñas.
Hoy, ha habido un pequeño momento en que me he
encontrado muy mal, en el sentido de que algo
dentro de mí me dolía. Era como un peso, como una
presión; una purificación y mortificación que no es
mía, tan grande que, de manifestarse en plenitud, no
lo resistiría físicamente. Pero ya te digo que ha sido
en poco tiempo y, además, en proporción muy
pequeña. Es la grandeza de Dios sobre la criatura.
Dios es tan grande y yo tan sucia y pequeña que sólo
un poquito de su grandeza puesta sobre mí, me
aplastaría. Los grandes dones no están hechos para
mí; no soy digna de ellos y, sin embargo, aspiro a lo
más grande, deseo ser Amada por el Señor y poderle
Amar con su Amor. Que el Señor sea mío y yo sólo
139

suya. Estoy llena de vanidad y en mis pecados no


tengo excusas pero quiero ser amada por Cristo, ser
convertida y perdonada. Quiero que el Señor me
quiera y quiero poder darle amor. Imagínate el día en
que podamos abrazar a Cristo, Julio, imagínatelo.
Llegará.
Hermano, te pido que me ayudes un poco con la oración,
si Dios quiere. No estudio nada y esto me preocupa. Esta
tarde tenía que haber estudiado pero no podía. Me siento
pequeña ante los demás y ante las circunstancias. Las
personas que me rodean son buenas, mi familia es
estupenda, no sé por qué soy así. Te pido que ores un poco
por mí, aunque no lo merezca. Pide a Dios que me
mantenga, lo necesito. Pido por ti y por los hermanos.
Gracias por todo, Julio. El Señor te bendiga siempre,
hermano. Paz y amor de Cristo.
Tu hermana Tere
ACOGE A MARÍA. ELLA ESTÁ CONTIGO.
Y DESCANSA EN EL SEÑOR, HERMANO.

53
24-XII-81
"TUYO ES EL REINO, TUYO EL PODER Y LA GLORIA POR
SIEMPRE SEÑOR".
Es un regalo de Dios vivir esta noche en el mundo,
en la misma pobreza que eligió Dios para encarnarse,
formando parte de ella. Así estamos, todos pobres,
esperando que nuestro Dios se encarne en nosotros
Hoy nos reunimos todos en Belén y ahí empezaremos
el camino, todos los días con Dios dentro; que Él
vaya creciendo. Alejamos demasiado a Dios de
nosotros, por eso nos cuesta crecer. Ahora se pone el
sol y me doy cuenta de que este mismo sol fue visto
por María poco antes de dar a luz. Echo un poco de
menos a Dios en cuanto a que muchos hacen de esta noche
sólo una fiesta profana.
Me gustaría mucho ir esta noche a la misa del gallo pero
no me atrevo a decir nada. De todos modos hoy Dios
nace para todos y le podré encontrar en todos. Cada
140

hermano es un eslabón que nos une al siguiente


hermano, todo en la gloria de Dios, en la gloria de la
creación, bajo un mismo cielo, en la unidad con la
creación. Soy muy afortunada y Dios me hace feliz.
Me uno muy fuerte a ti y a los hermanos en el
espíritu. Te envío esta noche un fuerte abrazo de
hermandad, Paz y Amor. Bendita sea nuestra Iglesia.
Bendito sea nuestro Señor. Ave María. Te dejo de
escribir para reunirme con los demás. Cuando te llegue esta
carta habrá pasado el 24 pero la fiesta seguirá en
nosotros porque Cristo ya no muere nunca. ¡Vamos a
la fuente a beber, al mismo Cristo! Desde aquí rezo
con todos. Que estos días nadie guarde su alegría. El
Señor contigo. Bendito sea, hermano. Paz y Amor de Cristo
VENGA A NOSOTROS TU REINO

53
M. 25-XII-81
GLORIA A DIOS EN EL CIELO Y EN LA TIERRA PAZ A LOS
HOMBRES QUE ÉL AMA
Amado hermano en Cristo: La Paz y el Amor de nuestro
Señor contigo. Quiero compartir contigo algunas cosas.
Ayer, antes de cenar, rezamos todos juntos el rosario.
Aunque no fui a la misa del gallo me uní muy fuerte a
vosotros y a toda la Iglesia y pude seguir durante un rato
por la tele la misa desde Roma. De haber dicho que quería
ir a la misa, seguro que me hubieran dejado pero no me
atreví. Me alegro de que nos haya nacido este Niño, nuestro
Cristo Ayer pude sentirme cerca de María y ver un poquito
que esto es realidad. Hoy es día de gracia y bendición para
todos. Espero que aunque el otro día me encontraras
distinta, sigas queriéndome como hermana. Lo necesito
aunque no lo merezco ni puedo pagarte. Ayúdame Julio,
porque si no, no sé qué hacer. Estoy bien pero no es fácil
vivir esperando. No tengo prisa pero me falta algo; a veces
la carga no pesa, pero otras me inquieta. Sólo me pasa que
espero. Ayúdame, hermano, a perseverar; necesito esta
ayuda. Durante un tiempo en que no os he visto pensé que
el Señor no quería que os siguiera viendo, Por otra parte me
molestaba en la conciencia el mentir. Así que os entregué al
141

Señor porque no te poseo a ti Julio, ni a los hermanos. Él es


el dueño de todo. Luego caí en la tentación de la
autosuficiencia. Ahora el señor me hace ver que te necesito
a ti y a los hermanos. El miércoles me aseguré de ello. Yo
espero que mi familia pueda perdonarme. Les quiero mucho
y les debo mucho. Además, Julio, no sólo os necesito sino
que os quiero.
Pese a que no soy nada, el Señor me ama y me
sostiene. Me sorprende que un Señor tan grande
trate conmigo. Me sorprende que sea fiel y no me
abandone siendo Él el Rey de los reyes, el Altísimo,
el Grande, el Poderoso, el Señor, el Dómine; no sé
cómo puede querer llegar a un rincón tan perdido,
tan vulgar, tan poco importante como yo. Sin
embargo, fuera de la lógica, lo entiendo, porque mi
Señor, mi Dómine es Amor, Él es mi Señor, es único,
no hay otro como Él, su grandeza rebasa toda
grandeza porque Él recoge lo perdido, todos los
desperdicios, y yo le cantaré eternamente. Sólo a Él
le doy el nombre de Señor y sólo a Él le pertenezco,
sólo Él es grande. Aleluya. ¡Gloria a mi Señor! Él sí
que muere de Amor por las almas. Por una sola alma
es capaz de dejar el trono. Nuestro Dios está loco de
Amor. Este Dios loco de Amor es mi-Señor, mi
Dómine. ¡¡¡Aleluya!!!

54
M.26-XII-81
Ave María. La Paz y el Amor de Cristo contigo, hermano.
Ayer el Señor me dijo algo para ti: deja todos los
esquemas y vuelve a la Biblia. Para la predicación
busca siempre el encuentro con Cristo y sustituye las
charlas y los esquemas por la Biblia. Quizás me digas
que siempre predicas con la Biblia, no lo sé; pero es
del Señor que vuelvas a ella. En ella está una fuente
inagotable de sabiduría. Deja que el Señor te hable
a través de la Biblia. Confía un poco en la
Providencia. Busca tu encuentro con Cristo vuelve a
la Biblia y confía, no temas; el Señor también te
sacará de ésta. Dile a "nuestro padre" Domingo que
142

te vigile un poquito pues eres novicio suyo y él sabe


lo que agrada al Señor y, como tú sabes, Él le ha
confiado en modo especial el carisma de la
predicación. Bueno tú todo esto ya lo sabes; haz caso de
lo que diga el Señor.
Ama mucho a María. Julio. Pon algo en tu
habitación que te recuerde que Ella está allí mismo
contigo. En mi cuarto yo puse un par de tarjetas con su
imagen. Ayer mi hermana se llevó una, pero todavía tengo
una imagen de María y el Cristo que está sobre la cama de
mi hermana. Este Cristo y esta imagen de María son como
mi pequeño altar. Cuando entro en mi habitación me
recuerdan que tengo una cita con ellos. Todos los días
procuro ir a mi cuarto para rezar el ángelus. Lo que quiero
decirte con esto es que vivas siempre la cercanía con
Cristo y María; a mí, el haber puesto esta imagen de
María y este Cristo, me recuerdan su presencia real.
Arréglatelas como quieras -una vez me dijeron que el
Amor es ingenioso- para sensibilizarte con la
presencia de Cristo y de María en todo momento y
lugar. Yo soy muy torpe y necesito recordármelo
constantemente para mantenerme en luz. No consigo
decir lo que quiero. Perdóname el rollo que te estoy
metiendo, Julio. Espero que debajo de tantas palabras
puedas ver lo que quiero decir.
Me gustaría que Jesús te otorgara de nuevo el
espíritu de vida de la creación. Búscalo. La creación
es nuestra amiga. A mí me ayuda mucho. En medio
de todo, el Padre nos regala el día y la noche como
algo nuestro. Es una compañía agradable. El mismo
sol y la misma luna fueron vistos por Cristo y María
tal y como los vemos nosotros, desde la misma
pobreza de la tierra. El comportamiento de Ellos y de
tantos hermanos en Cristo me da fuerzas.
Hace poco aprendí que "religión" viene de
"religare", volver a Dios; no es una palabra ni una
sección, no es algo muerto, ni abstracto, ni parcial.
No es un campo que domine el hombre, no es una
ciencia que se enseñe. El mundo no necesita que se
enseñe una ciencia, ni religión como él lo entiende.
El mundo necesita evangelización, ir donde el
143

hermano y decirle: vamos hermano a la Vida, al


encuentro con el Dios vivo, te enseño Vida, vamos
juntos a donde nuestro Dios Vivo, ¿no tienes ganas
de llegar?, volvamos a Dios, no es difícil, porque Él
viene al encuentro, vamos a buscarlo, aprenderemos
juntos la ley del Amor, la servidumbre y el poderío de
nuestro Dios, ¡Vamos!, nuestro Dios nos espera. Es el
Señor el que se encarga de plantar las semillas, de
enseñar y de hacer su obra. Aceptemos nuestra
pobreza y la poca calidad de nuestro instrumento
pero busquemos a Dios para predicar, gritemos a
Dios que venga a nosotros, que haga su obra, que
aceptemos nuestra pobreza pero que no nos deje
predicar a un dios muerto. Él lo hace todo, en
nosotros sólo está el querer volver a Él y eso porque
nos ha sido dado.
Pide un poco por Julia. Demos gracias al Señor por todo lo
que hemos vivido este año y pidamos que nos bendiga en
el nuevo año. Te deseo lo mejor,
Recibe un abrazo muy fuerte; da un abrazo a los
hermanos. El Señor nos bendiga a todos
tu hermana Tere
La Paz y el Amor de Cristo

******
Post Data: Esta última carta del 26 de Diciembre de 1981
ya no la recibió Julio. El Prior de Ocaña me la entregó en
mano. Dos días después de escrita, Julio tuvo el accidente,
viniendo de Ocaña a Madrid, que le costó la vida. Sobre la
muerte de Julio y todas sus circunstancias ya se habla en
otros lugares.
Todo el grupo de personas mencionadas en estas cartas
vivió intensamente el inesperado acontecimiento, que nos
dejó a todos mudos de estupor. Tere no dejo por ello de
escribir. Hacia el 20 de Enero reanudó su correspondencia.
De momento el resto de los manuscritos los dejaremos
descansar.
En mí, esta carta última marcó un gran cambio. Al leer lo
que Tere le dice a Julio sobre la predicación sentí muy claro
144

que era para mí. En él, desgraciadamente, ya no se podían


cumplir esas palabras proféticas. En efecto, tanto Julio
como yo y otros, predicábamos desde la Biblia. En mi caso,
aunque eso era cierto, lo hacía, sin embargo, guiado por
esquemas personales. Desde entonces prescindí de todo
esquema y me entregué a una predicación en pura fe.
Evidentemente no sabía hacerlo. Tuve que ser
interiormente guiado. Al perder la seguridad que te da el
esquema, la cosa se hace extraordinariamente dura. Pero,
desde entonces, me fue y me sigue siendo imposible,
preparar nada intelectualmente. Sólo lo puede preparar en
la oración, entregando, no pensando en lo que voy a decir.
Eso te tiene que ser dado. Es evidente que los estudios y la
preparación remota son muy importantes pero no está en
ellos la esencia de la predicación. La predicación es un
carisma, es decir, una manifestación del Espíritu en la que
el predicador cuanto menos protagonista sea, tanto mejor.
No obstante, aquí radica también la gran cruz del
predicador y de la predicación.
Esta disquisición la he hecho, no tanto para contar mis
cosas, sino para ayudar a valorar el sentido profético
encerrado en las cartas de Tere. No es inteligible que una
chiquilla, a la sazón, menor de edad, pueda escribir algo
semejante sino le viene sugerido de arriba. Por ello, mi
deseo es que a todos los lectores os haga el mayor bien
posible.
Chus Villarroel O.P.
Móstoles 5-5-05

You might also like