You are on page 1of 16

Revista Colombiana de Psicología,

2004, No. 13, 13-28

ADOLESCENCIA Y DEPRESIÓN
Adolescence and depression
Graciela Pardo A.
Adriana Sandoval D.
Diana Umbarila Z.
Universidad Nacional de Colombia

RESUMEN ABSTRACT

El presente artículo realiza una revisión sobre los This paper is a revision regarding the main risk factors
principales factores de riesgo asociados al problema de la associated to the problem of depression in youths.
depresión en jóvenes. Se analizan los principales problemas The head conceptual problems to define clearly the
conceptuales para definir con claridad el término depresión term depression are analyzed. The large existing
y se examinan las grandes interrelaciones existentes entre interrelations among such concepts as stress, anxiety
conceptos como estrés, ansiedad y depresión y sus and depression and their implications for the
implicaciones para el diagnóstico diferencial de la differential diagnosis of depressive disorder in general
depresión en general y específicamente en jóvenes. En and specifically in youths are examined. As a
conclusión, este artículo sostiene que hay una dificultad conclusion, this article holds that there is a theoretical
teórica para establecer las relaciones que existen entre difficulty in establishing the existent relations among
estrés, ansiedad y depresión. stress, anxiety and depression.
Palabras clave: depresión, adolescencia, factores de riesgo, Key words: depression, adolescence, risk factors, stress,
estrés, adaptación adaptation

D
e acuerdo a estadísticas de la Organización Otros autores corroboran esta tendencia, afirman-
Mundial de la Salud, (OMS, citadas por Mi do que la depresión es la condición crónica más co-
nisterio de Salud, 1998), la prevalencia global mún, después de la hipertensión, en la práctica médica
de los trastornos mentales a nivel mundial es de aproxi- general (Wells, Sturm, Sherbourne & Meredith, 1996,
madamente 851 millones de personas, incluyendo los citados por Cassano & Fava, 2002).
trastornos neuróticos, afectivos, el retardo mental, la Cassano y Fava (2002), resaltan en la revisión que
epilepsia, demencias y la esquizofrenia. Los problemas hacen de la relación entre depresión y salud pública
de salud mental constituyen alrededor del 15% de la los hallazgos de diversos autores en cuanto a las conse-
carga mundial de enfermedad. cuencias del trastorno depresivo mayor, entre las cua-
Los datos del Banco Mundial (citado por Ministe- les se encuentran el incremento de la mortalidad, el
rio de Salud, 1998), señalan que la depresión mayor aumento de la tasa de suicidio y de homicidios, el in-
representa un importante problema de salud mental, cremento de los comportamientos agresivos y del con-
ya que se estima que para el año 2020 será la segunda sumo de drogas, la disminución de la actividad pro-
causa de carga de enfermedad en el mundo, represen- ductiva y el aumento de los costos al utilizar los servi-
tando el 3.4 % de la carga total de enfermedad, medi- cios de salud. En particular, Ormel, Vonkorff, Ustun,
da en años de vida ajustados por discapacidad, después Pini, Korten y Oldehindkel (1995, citados por Cassano
de la enfermedad isquémica cardíaca. & Fava, 2002), reportan que en un estudio realizado
Graciela Pardo, Adriana Sandoval, Diana Umbarila

por la OMS se encontró que los pacientes atendidos Los datos del Segundo Estudio Nacional de Salud y
por urgencias en los servicios de salud y que estaban Consumo de Sustancias Psicoactivas (Santacruz, Gómez,
diagnosticados con trastorno depresivo, tienen en pro- Posada & Viracachá, 1995), sobre depresión leve, mo-
medio 8 días de incapacidad al mes. derada y severa, sugieren que los jóvenes colombianos
Respecto a la frecuencia con que este trastorno se entre los 16 y 21 años muestran los más altos índices
presenta, Carta, Carpiniello, Kovess, Porcedda, Zedda de depresión en comparación con otros rangos de edad,
y Rudas (1995, citados por Cassano & Fava, 2002), afir- a excepción de la depresión severa en los hombres en
man que la prevalencia a lo largo de la vida del trastor- el rango de 28 a 33 años. Además, según los datos de la
no depresivo mayor, varía entre el 13.3 y 17.1% en la Secretaría de Salud de Bogotá, en el año 2000 la terce-
población general de Estados Unidos y Europa Occi- ra causa de muerte de los jóvenes de 14 a 26 años se
dental. En un estudio más reciente, Lepine, Gaspar, debió a las lesiones autoinflingidas intencionalmente
Mendlewicz y Tylee (1997, citados por Cassano & Fava, (suicidios) con un 7.0% del total de muertes (las mu-
2002), encontraron que la prevalencia de este trastor- jeres 6.8% y los hombres 7.1%), después de las agre-
no fue del 17% para la población de Europa occiden- siones violentas y los accidentes de tránsito (Departa-
tal, teniendo en cuenta un período de seis meses. mento Administrativo de Acción Comunal – DAACD,
La depresión tiende a presentarse con mayor fre- 2003).
cuencia en las mujeres que en los hombres. Por ejem- Según Gómez y Rodríguez (1997), los altos índi-
plo, se ha reportado que en Estados Unidos la preva- ces de depresión pueden deberse a las condiciones
lencia del trastorno depresivo mayor a lo largo de la socioeconómicas y políticas actuales, caracterizadas por
vida corresponde al 21.3% en mujeres y 12.7% en hom- altos índices de desempleo, violencia y pobreza, incer-
bres (Blazer, Kessler, McGonagle & Swartz, 1994, ci- tidumbre laboral y pocas expectativas ocupacionales.
tados por Cassano & Fava, 2002). Adicionalmente, Santacruz, Gómez, Posada y Viracachá
A partir de los datos del Segundo Estudio Nacional de (1995), afirman que la inseguridad vivida en los países
Salud y Consumo de Sustancias Psicoactivas (Santacruz, del tercer mundo, la alta prevalencia del alcohol y la
Gómez, Posada & Viracachá, 1995), realizado a 25.135 falta de disponibilidad de tratamiento son otras razo-
personas en Colombia, se observa que la prevalencia nes que inciden en el desarrollo de esta problemática.
de la depresión en la población general es de 25.1% y Especialmente en el caso de Colombia, las condi-
en particular para la ciudad de Bogotá es de 19.7%. Este ciones que podrían explicar un alto índice de preva-
estudio sugiere que en Colombia, el 10.3% del grupo lencia de depresión son la alta tasa de migración de
de hombres tiene depresión leve, un 3.4% moderada, zonas rurales a urbanas, la alteración de la red de so-
y 0.6% depresión severa, cifras menores a lo observa- porte social y de las relaciones personales familiares,
do en el grupo de las mujeres, donde el 14.7% presen- como consecuencia de la alta violencia que coloca a los
ta depresión leve, el 5.3% depresión moderada y el individuos en una continua situación de duelo. Debi-
1.3% depresión severa. Estos resultados sugieren que do a tales circunstancias, es factible que una importan-
las mujeres tienden a deprimirse más que los hombres te proporción de mujeres esté en situación de duelo
y que esta tendencia es independiente de la severidad permanente o prolongado puesto que tienen una ma-
con que se presente la depresión (Santacruz, Gómez, yor longevidad, y por la violencia tienden a quedarse
Posada & Viracachá, 1995). solas: sus hijos mueren tempranamente y enviudan de
La Política Nacional de Salud Mental en Colombia (Mi- manera precoz, por causas violentas (Santacruz y cols.,
nisterio de Salud, 1998), revela información epidemio- 1995).
lógica en donde se establece una alta prevalencia de Los jóvenes son uno de los grupos etáreos que pre-
alteraciones de salud mental en la población general y senta mayor probabilidad de sufrir depresión, ya que
un aumento progresivo en su incidencia como resul- en la etapa de la adolescencia se llevan a cabo procesos
tado de múltiples factores relacionados con la transi- de cambio físico, psicológico, sociocultural y cognitivo,
ción de la salud de los colombianos. Dichos proble- que demandan de los jóvenes el desarrollo de estrate-
mas relacionados con el comportamiento y la salud gias de afrontamiento que les permitan establecer un
mental de los individuos y las comunidades, son ac- sentido de identidad, autonomía y éxito personal y so-
tualmente de tal magnitud que deben ser considera- cial (Blum, 2000). Además, la adolescencia es el perio-
dos como problemas prioritarios de salud pública. do de desarrollo más importante para la adquisición y

Revista Colombiana de Psicología


18
Adolescencia y depresión

el mantenimiento de patrones de comportamiento sa- reportado que la presencia de un trastorno mental no


ludable, que disminuyan el riesgo y prevengan el desa- afectivo en la adolescencia no predice la presencia de
rrollo de trastornos clínicos durante este periodo y la un trastorno afectivo en la adultez temprana
edad adulta. En particular, se ha encontrado que indi- (Lewinsohn y cols., 2000).
viduos con historias de depresión en la adolescencia Según la clasificación diagnóstica del Diagnostic and
presentan un alto porcentaje de continuidad del tras- statistical manual of mental disorders (DSM-IV-TR,
torno depresivo mayor en la edad adulta (Lewinsohn, American Psychiatric Association, 2000), los criterios
Rohde, Seeley, Klein & Gotlib, 2000). de un trastorno depresivo son muy parecidos en ni-
Un estudio realizado en Oregon, Estados Unidos, ños, adolescentes y adultos. Las diferencias que se en-
estimó que entre el 12% y el 22% de los jóvenes me- cuentran se deben a la intensidad de los síntomas y las
nores de 18 años ha sido diagnosticado con algún des- consecuencias del trastorno. Algunos síntomas, como
orden mental y que al menos una tercera parte de los las quejas somáticas, la irritabilidad y el aislamiento
jóvenes experimenta un segundo diagnóstico durante social, son especialmente habituales en los niños, mien-
el resto de su vida (Lewinsohn, Hops, Roberts, Seeley tras que el enlentecimiento psicomotor, la hipersomnia
& Andrews, 1993, citado por Diclemente, Hansen & y las ideas delirantes son más frecuentes durante la
Ponton, 1999). adolescencia. En los adolescentes los episodios depre-
En la literatura se ha reportado que los jóvenes que sivos mayores suelen ir asociados a trastornos disociales,
han sufrido un sólo episodio depresivo mayor, sin con- por déficit de atención, de ansiedad, relacionados con
diciones comórbidas asociadas, se caracterizan por pre- sustancias, y de la conducta alimentaria (Méndez,
sentar algunos síntomas del trastorno antisocial y del Olivares & Ros, 2001).
trastorno límite de la personalidad. En el caso de los En cuanto a las manifestaciones clínicas de los tras-
hombres se ha descrito una tendencia hacia un estilo tornos depresivos en la adolescencia, en ocasiones se
atribucional positivo. En estos casos, la presencia de destacan algunos síntomas que aparecen desde la in-
depresión en los familiares del joven sucede en baja fancia y se recrudecen después de la pubertad. El sín-
proporción. En cuanto a los jóvenes que han sufrido toma característico de la depresión es el cambio nota-
episodios depresivos recurrentes, se han asociado las ble en el estado de ánimo, que puede ser encubierto
variables de ser mujer, presentar varios síntomas del por irritabilidad o por problemas de conducta. En los
trastorno límite de la personalidad y conflictos con los cuadros depresivos de los escolares mayores y los ado-
padres (para las mujeres solamente). Se reporta, ade- lescentes menores hay cambios graduales. Los escola-
más, una alta proporción del trastorno depresivo ma- res mayores tienden a somatizar más sus quejas, a pre-
yor recurrente en los familiares de estos jóvenes sentar mayor agitación psicomotora y, en ocasiones,
(Lewinsohn y cols., 2000). alucinaciones. La apariencia depresiva en estas edades
En particular, se ha señalado que los hombres jó- no es el único criterio a tener en cuenta, es necesario
venes que sufren trastorno depresivo mayor recurren- atender los reportes de los adolescentes acerca de una
te, tienden a tener un estilo atribucional negativo y a mayor incidencia de síntomas de desesperanza y falta
consumir sustancias psicoactivas durante la adolescen- de capacidad para disfrutar lo que hacen. Además, es
cia. En los años de la adultez temprana (o adolescencia necesario fijarse otras referencias como la necesidad
tardía), los diagnósticos que se asocian a estos casos de dormir más, cambios en el peso corporal, presencia
son los trastornos de personalidad límite y antisocial de ideas acerca de la muerte e ideación suicida (Bernad,
(Lewinsohn y cols., 2000). 2000).
Las personas que sufren depresiones durante la ado- En los adolescentes mayores, es muy frecuente que
lescencia y que tienden a desarrollar problemas psi- se presenten somatizaciones en los casos en que existe
quiátricos durante su adultez temprana se han caracte- un síndrome depresivo, como es el caso de los episo-
rizado como jóvenes que presentan episodios depresi- dios de bulimia y anorexia, síntomas de gastritis, ten-
vos más severos, es decir, de mayor duración, con dencia a la hipertensión arterial o propensión al can-
múltiples episodios, mayor número de síntomas e his- sancio muscular, la fatiga mental, incapacidad de con-
toria de intentos de suicidio. En general, estos casos se centrarse y realizar ejercicios de memoria. En algunos
caracterizan por elevados niveles de estrés, conflicto y de estos casos, y desde 1960, se habla del concepto de
dependencia interpersonal. En el caso contrario, se ha “depresión enmascarada.” Este concepto aplica tam-

Revista Colombiana de Psicología


19
Graciela Pardo, Adriana Sandoval, Diana Umbarila

bién para adultos que muestran diversos síntomas físi- nalmente, durante esta etapa vital suceden al tiempo
cos con un diagnóstico médico difícil de establecer varios cambios en la personalidad que hacen difícil
(Dallal & Castillo, 2000). determinar la normalidad de este trastorno. Según los
La prevalencia de la depresión aumenta durante la autores, “se considera que el adolescente está enfermo
adolescencia y alcanza su nivel más alto en la adultez cuando el proceso de su desarrollo biopsicosocial se
temprana. Según Aalto-Setala, Marttunen, Tuulio- altera y esto se manifiesta en conductas anormales, sín-
Henrikson, Poikolainen & Lonnqvist (2002), se ha tomas y alteración en sus funciones mentales” (Dallal
identificado que los casos en que no se diagnostican ni & Castillo, 2000, p. 1320). Es necesario, entonces, co-
tratan síntomas depresivos en la adolescencia tienen nocer las características de la adolescencia para así iden-
una mayor probabilidad de presentar en la adultez tem- tificar los criterios diagnósticos, el pronóstico y el tra-
prana un mayor índice de depresión, funcionamiento tamiento que corresponde a esta etapa del desarrollo.
psicológico y social adverso, y abuso de sustancias. En este sentido, se debe conocer la historia clínica del
Aalto-Setala y cols. (2002), realizaron un estudio adolescente para identificar la presencia de alguna de
en el que pretendían evaluar las conclusiones que in- estas tres condiciones:
vestigaciones previas habían evidenciado acerca de la 1. Psicopatologías previas o de inicio temprano que
continuidad de los trastornos afectivos en los adoles- se han reforzado por las estructuras externas (familia,
centes. Los resultados indicaron que los síntomas de- escuela, etc.).
presivos reportados en la adolescencia predecían un 2. Crisis motivadas tanto por los cambios físicos,
mayor riesgo de trastorno psiquiátrico y consumo de fisiológicos y emocionales, como por los desafíos que
alcohol en la adultez temprana. Comparados con los impone el ambiente. Las reacciones de los adolescen-
sujetos que no reportaron síntomas depresivos en la tes ante cada una de estas crisis difieren en función de
adolescencia, el riesgo de presentar un trastorno de- sus recursos. En ocasiones, la forma en que las perso-
presivo en la adultez temprana (trastorno depresivo nas afrontan cada crisis motiva juicios sociales y diag-
mayor o distimia) o problemas psicosociales, fue tres nósticos psiquiátricos.
veces mayor para aquellos que sí los habían reportado. 3. Alteraciones emocionales y mentales, que se ini-
Además de lo anterior, la depresión en la adolescencia cian en la adolescencia, pero que pertenecen, por su
está relacionada con mayor ocurrencia de hospitaliza- larga evolución, a la edad adulta. En este apartado se
ción y problemas de ajuste social e interpersonal, sui- encuentran los trastornos depresivos (Dallal & Casti-
cidio e insatisfacción con la vida. llo, 2000).
Según Bebbington (1988, citado por Gómez y En el caso particular de los adolescentes se deben
Rodríguez, 1997), la depresión severa se incrementa tener en cuenta los siguientes elementos cuando se
con la edad y la depresión leve tiene su pico al inicio de diagnostica un trastorno depresivo: (a) la forma y gra-
la edad adulta. Así mismo refiere que la presencia de vedad del episodio depresivo, (b) la funcionalidad del
depresiones severas dependería de una pérdida paula- adolescente en su medio y las actividades que realiza,
tina de las defensas y un mayor compromiso biológi- (c) la conciencia del trastorno y, (d) su capacidad para
co. Sin embargo, otros autores sugieren que la edad de enfrentar los contenidos depresivos particulares en su
inicio del trastorno depresivo mayor es de predominio mente. De igual manera, contribuyen a la evaluación y
en la adolescencia y si se realizara una historia clínica al tratamiento del trastorno variables como la capaci-
esto podría ser corroborado, teniendo en cuenta que el dad de la familia para ofrecer apoyo, las relaciones con
4% de estos niños se suicida antes de los 25 años y un el grupo de pares y la existencia de otros recursos en la
tercio de ellos realiza intentos de suicidio (Gómez & red social (Dallal & Castillo, 2000).
Rodríguez 1997). A continuación analizaremos en una forma más
La depresión en la adolescencia puede presentarse específica los principales factores de riesgo que han sido
como un problema transitorio y común, o como una asociados a la presencia de depresión en jóvenes.
enfermedad peligrosa que puede generar conductas
autodestructivas. Según Dallal y Castillo (2000), la VARIABLES ASOCIADAS A LA DEPRESIÓN
depresión ha sido asociada a la adolescencia porque en EN LA ADOLESCENCIA
esta etapa del desarrollo suelen darse, con frecuencia, Para efectos del presente análisis se entiende como
molestias relacionadas con el estado de ánimo. Adicio- riesgo la probabilidad de que ocurra un suceso duran-

Revista Colombiana de Psicología


20
Adolescencia y depresión

te un periodo de tiempo. El concepto de factor de ries- ciones sexuales antes de los 15 años de edad de manera
go hace alusión a las características asociadas al aumento promiscua, homosexual, o con resultados emociona-
de la probabilidad de que aparezca una enfermedad, se les traumáticos, (g) haber atentado contra su vida o
comprometa la salud, la calidad de vida o la vida, sin manifestarlo de manera implícita o explícita, (h) pre-
implicar una relación causa-efecto ni la dirección de la sentar un embarazo no deseado, (i) fumar tabaco antes
misma (Maddaleno, 1987). de los 13 años de edad, beber alcohol de manera asidua
El estudio de la adolescencia debe incluir todos los y hacer uso de drogas aunque sea de manera ocasional,
factores que afectan al individuo, la cultura a la que (j) vivir o haber vivido una situación de abandono fa-
pertenece, el ambiente físico y social que le rodea, los miliar, (k) hacer parte de un medio social patológico
aspectos psicológicos, la calidad de las relaciones (promiscuidad, drogas, violencia), (l) presentar ante-
interpersonales y familiares, las condiciones biológi- cedentes judiciales o penales (hechos delictivos o vio-
cas y las circunstancias y el momento histórico en que lentos), y (m) antecedentes de abuso o maltrato.
se encuentre el joven. Estos elementos están entrela- Como indicadores menores de riesgo en la adoles-
zados y conforman una red compleja y organizada de cencia Maddaleno (2000, citado por Blum, 2003) en-
factores, que se va desarrollando a través del ciclo vital cuentra: Diferencias en la cronología de la pubertad,
(DiClemente, Hansen & Ponton, 1996). presencia de enfermedad crónica o discapacidad, pre-
La depresión ha sido asociada al síndrome de ries- sencia de trastornos en la alimentación, repetición del
go en la adolescencia (Maddaleno, 1987). El síndrome año o grado, súbito descenso en el nivel escolar o in-
de riesgo consiste en la presencia simultánea y covariada disciplina escolar reiterada, antecedentes de más de un
de factores de riesgo asociados a la presentación de los accidente de cierta importancia, antecedentes de psi-
cuatro problemas típicos en salud del adolescente: (a) coterapia o psicodiagnóstico solicitado, mentiras u
abuso de sustancias, (b) embarazo o iniciación sexual omisiones reiteradas, imposibilidad o reiteración en
temprana, (c) deserción escolar o problemas de rendi- tratar temas sexuales, padres viudos o separados, nue-
miento académico, y (d) delincuencia. vas uniones de los padres y trabajo antes de los 15 años
Dentro de esta visión teórica, la depresión ha sido en un medio no familiar o en un medio social discor-
tomada como un factor asociado a los problemas de com- dante con los valores de la familia, ser hijo único y tras-
portamiento típicos de la adolescencia, pero no como lado o mudanza de domicilio.
objeto de estudio en sí misma. Por ejemplo, según Como indicadores primarios relacionados con la
Dryfoos (citado por Maddaleno, 1994), los factores de enfermedad emocional, esta autora plantea la enferme-
riesgo asociados al abuso de sustancias en población dad emocional infantil, las enfermedades crónicas o
norteamericana se relacionan con inicio precoz de con- malformaciones clínicas graves, el uso de tóxicos y los
sumo, problemas escolares y de rendimiento en gene- intentos suicidas y el inicio temprano de la actividad
ral, problemas familiares (falta de apoyo y guía parental), sexual. Como criterios secundarios a enfermedad emo-
tipo de interacción familiar y pautas de crianza, consu- cional aparecen carencias afectivas importantes, fraca-
mo de sustancias por parte de los padres, depresión y so escolar o problemas de rendimiento académico cons-
situación de estrés asociadas con el consumo, baja tante y disfunción familiar crónica (Maddaleno, 2000,
autoestima (en donde los datos son inconsistentes), in- citado por Blum, 2003).
fluencia de los pares y personalidad (poco conformistas, Como podemos observar muchos de los indicado-
rebeldes y gran sentido de independencia). res que podrían relacionarse con la depresión apare-
Así mismo Maddaleno (2000, citado por Blum, cen asociados a conductas de riesgo específicas para
2003), en un estudio cuyo propósito es el seguimiento comportamientos de riesgo puntuales, o hacen parte
de investigaciones sobre riesgo en adolescentes latinoa- de los indicadores de riesgo generales en la presenta-
mericanos, plantea como indicadores mayores de ries- ción del síndrome de riesgo en la adolescencia. Tenien-
go los siguientes: (a) presentar trastornos psiquiátri- do en cuenta que el disturbio de carácter emocional o
cos, (b) ser portadores de malformaciones importan- la depresión aparece como parte de la covariación de
tes, (c) enfermedad grave o potencialmente mortal, (d) los factores de riesgo relacionados con los problemas
no estudiar ni trabajar, (e) haber abandonado la esco- típicos de la adolescencia, se hace evidente la necesi-
laridad primaria o no haberla iniciado, (f) iniciar rela- dad de estudiar este fenómeno a mayor profundidad.

Revista Colombiana de Psicología


21
Graciela Pardo, Adriana Sandoval, Diana Umbarila

Es importante señalar que la literatura revisada para sos, en comparación con aquellos que tienen estilos de
la elaboración de este artículo comparte conceptual- relación más cercanos y de mayor soporte emocional
mente los criterios de la depresión como síndrome ajus- (Kraaij, Garnefski, Jan de Wilde & Dijkstra, 2003). Se-
tado a las características diagnósticas del DSM-IV o gún estos mismos autores, los tipos de cogniciones más
DSM-IV-TR y a la perspectiva biopsicosocial del mo- frecuentes son la auto–culpa, la rotulación, la
delo ecológico del proceso salud – enfermedad. catastrofización, la reinterpretación negativa y la eva-
luación negativa. Además, se encuentra asociación en-
Eventos Estresantes y Depresión tre la cantidad de estrés experimentado y los síntomas
La naturaleza de los acontecimientos vitales pre- depresivos experimentados.
sentes en la historia de vida de los jóvenes, preceden al Los factores socioeconómicos y los cambios en la
desarrollo de la depresión y se relacionan con procesos estructura familiar se han asociado con la presencia de
de adaptación del joven a situaciones como las difi- depresión en jóvenes. Gilman, Kawachi, Fitzmaurice
cultades inherentes al ingreso a la universidad, la elec- y Buka (2003), plantean que la separación conyugal y
ción de carrera, el inicio o la imposibilidad de activi- el bajo estatus socioeconómico tienen consecuencias
dad laboral, la escogencia de pareja, el distanciamiento en el bienestar percibido por los miembros de la fami-
de los vínculos parentales, los cambios de residencia, lia. Específicamente en los Estados Unidos ha habido
la presencia de enfermedad grave propia o de algún un incremento en el número de mujeres cabeza de fa-
familiar, matrimonio, divorcio, separación, pérdida del milia, al tiempo que los ingresos percibidos por las fa-
trabajo, muerte de un familiar cercano o amigo, abuso milias que éstas conforman han disminuido. Estos fac-
sexual y el maltrato físico o psicológico (Bernal & Es- tores (la separación y los bajos ingresos), contribuyen
cobar, 2000; Gómez & Rodríguez, 1997). a la presencia de depresión a lo largo de la vida en el
caso de las personas que cuando niños vivieron estas
Factores Familiares condiciones socioeconómicas. Para el caso colombia-
La familia es el centro primario de socialización no, la estructura familiar basada en la jefatura femeni-
infantil y juvenil, en el cual se encuentran los modelos na (madre cabeza de hogar) aparece como una tenden-
a seguir por medio de la educación, de la observación cia de importancia en la actual conformación de la fa-
constante del comportamiento de los padres y las for- milia colombiana (Ministerio de Salud, 1998).
mas de relación social establecidas por el núcleo fami- Hernández (1996), al estudiar las características
liar con otros grupos. Así mismo, esta unidad debe de familias clínicas y las no clínicas en muestras
permitirle a los individuos desarrollar sus habilidades, poblacionales colombianas ha identificado algunas va-
enseñándoles a superar las limitaciones que existen riables relacionadas con el riesgo, dentro de las cua-
(Dulanto, 2000b). les se encuentran (a) la escasa o excesiva cercanía
Se ha reportado que la construcción del compor- afectiva, (b) la disciplina inconsistente -aplicación in-
tamiento de los jóvenes en edad escolar está relaciona- discriminada de castigos y recompensas-, (c) la con-
da con las características del estilo de paternidad y la fusión o caos en la asignación de responsabilidades
familia. Así, se ha encontrado que aunque el vínculo domésticas, (d) el escaso o excesivo control conduc-
con los padres sea pobre, estas figuras contribuyen de tual por parte de los padres, y (e) los desacuerdos
manera significativa e independiente, a construir el marcados entre los padres acerca de la crianza. Tam-
comportamiento de las y los adolescentes (Flour & bién observó que las familias clasificadas como no–
Buchanan, 2003). clínicas presentan un mayor grado de cohesión, de
El vínculo padre–hijo también ha sido asociado a satisfacción con el tipo de vínculo entre los miem-
las respuestas cognitivas de los jóvenes ante eventos bros y de adaptabilidad, mayor utilización de la estra-
vitales negativos y a la presencia de síntomas depresi- tegia de reestructuración para afrontar los problemas
vos en la adolescencia. En este sentido, la relación del y mayor orgullo de pertenecer a la familia. De la mis-
joven con sus padres se considera una variable de gran ma forma, se encuentra que este tipo de familias des-
peso en el desarrollo de síntomas depresivos en niños pliega mejores estrategias de afrontamiento ante la
y jóvenes, ya que quienes tienen un vínculo pobre con acumulación de eventos estresantes. Otra caracterís-
sus padres son más vulnerables a presentar este tipo de tica de las familias no clínicas es la idea de aceptar el
síntomas cuando se enfrentan a eventos vitales adver- conflicto entre los miembros de la familia como algo

Revista Colombiana de Psicología


22
Adolescencia y depresión

necesario para el desarrollo de los individuos perte- McCloskey y Lichter (2003), estudiando muestras
necientes a la misma. de adolescentes, encuentran que los jóvenes que ob-
Videon (2002), ha concluido que la separación de servaron violencia entre los padres durante su niñez,
los padres afecta a los niños y jóvenes de manera diver- tienden a desarrollar síntomas depresivos en la ado-
sa en cada caso, ya que la relación de los jóvenes con lescencia. La evidencia indica que los jóvenes prove-
sus padres antes de la disolución del matrimonio es un nientes de parejas conflictivas tienen mayor probabili-
factor que modera los efectos de la separación en estos dad de presentar depresión durante la adolescencia, así
y determina las posibilidades de que cometan actos como de agredir físicamente a pares del mismo sexo,
delincuenciales en el futuro. En especial, el grado de compañeros y padres.
satisfacción del joven en la relación con su padre o Kaplan, Pelcovitz, Salzinger y cols. (1998), exami-
madre del mismo sexo antes de la separación de resi- naron la relación entre el abuso físico y el riesgo para
dencia es una variable que correlaciona, de manera el desarrollo de trastornos psicopatológicos en jóvenes
positiva, con el incremento de los comportamientos entre los 12 y los 18 años de edad a través de un estu-
delictivos del joven después de la separación física con dio de comparación de grupos. Este estudio transver-
este padre. Por su parte, la relación con el padre de sal se realizó con una muestra de jóvenes que vivían en
sexo opuesto es una influencia significativa en la de- Nueva York y que sólo habían sido abusados física-
presión adolescente. mente. En particular, este estudio concluyó que el abu-
En el mismo estudio, se encuentra que la mayoría so físico es un factor de riesgo para la presentación de
de los niños y adolescentes con padres separados tiene, cualquiera de los diagnósticos de depresión mayor,
de forma moderada, desempeños más pobres en dife- distimia, trastorno de conducta antisocial, abuso de
rentes áreas: emocional, dificultades académicas, pro- drogas y tabaquismo. Estos autores encontraron en su
blemas de salud, embarazos no deseados y trabajo a estudio que los factores de riesgo que estuvieron aso-
edades tempranas, que aquellos niños y adolescentes ciados específicamente con la presencia de trastorno
que viven en familias que permanecen constituidas por depresivo mayor en los adolescentes fueron el abuso
dos padres. Sin embargo, también se ha observado que físico, la percepción de sobreprotección de los padres
los niños y adolescentes desarrollan una gran variedad y el contar con sólo un padre biológico en el hogar.
de respuestas ante la separación de sus padres y así so- Según Kaplan y cols. (1998), la depresión ha sido aso-
lamente un rango muy pequeño de personas sufre con- ciada al maltrato físico en estudios previos, conclusión
secuencias negativas duraderas después del divorcio que confirma los resultados de su estudio, en el que se
(Demo, 1992; Emery, 1988; Seltzer, 1994; Simona, encontró que los jóvenes abusados físicamente tienen
1996, citados en Videon, 2000). una probabilidad siete veces mayor de desarrollar un
Muchos de los problemas que se creen consecuen- trastorno depresivo mayor, que aquellos jóvenes que
cias del divorcio están presentes antes de la separación. no son maltratados.
La disolución marital puede ser entendida como un Los descubrimientos del estudio de McHolm,
proceso que se manifiesta antes de la separación física MacMillan y Jamieson (2003), son consistentes con los
de los padres. Así, los desempeños pobres detectados reportes de otros investigadores que han demostrado
antes de la separación pueden ser el resultado de la pro- que existe una relación entre la exposición a uno o más
gresión de eventos disfuncionales en la familia, lo que tipos de maltrato en la infancia (físico, sexual o negli-
a su vez genera la disolución marital. Muchos niños y gencia) y depresión. McHolm y cols. (2003), realiza-
adolescentes pueden llegar a beneficiarse con la sepa- ron un estudio con 347 mujeres que tenían diagnósti-
ración de sus padres. En esta línea, muchos autores han co de trastorno depresivo mayor y que se encontraban
encontrado que hay instancias cuando la separación es en el rango de edad de los 15 a los 64 años de edad. Los
benéfica para los niños y el mejoramiento de su bien- resultados de este estudio indican que la prevalencia
estar. En este sentido, estos descubrimientos moderan del trastorno depresivo mayor en mujeres que sufrie-
la afirmación de que el divorcio, por sí mismo, causa ron abuso físico en la niñez fue de 40.3 %, es decir casi
desempeños más pobres y problemas emocionales en el doble del reportado por la muestra total, cuyo índi-
los niños y adolescentes, ya que las dificultades están ce fue de 21%. Además, las mujeres deprimidas que
presentes antes del cambio de la estructura familiar han experimentado abuso físico en la niñez mostraron
(Videon, 2000). una probabilidad casi tres veces mayor de tener ideación

Revista Colombiana de Psicología


23
Graciela Pardo, Adriana Sandoval, Diana Umbarila

suicida a lo largo de su vida. Así mismo, Romano Dentro de las causas que se han enunciado para
(2000), encuentra una asociación positiva entre abuso explicar la violencia intrafamiliar en Bogotá, se encuen-
sexual en la niñez y la depresión, los trastornos de an- tra, en primer lugar, las dificultades de comunicación
siedad, de alimentación y de conducta. Además, plan- en la familia, las situaciones económicas, el consumo
tea una gran relación entre la anorexia nerviosa y el de drogas o alcohol y la infidelidad (Secretaría de Go-
abuso sexual en la infancia. bierno Distrital, 2003).
Al observar las consecuencias que la violencia pue-
de traer consigo y su alta relación con la depresión, es Soporte Social
de gran relevancia tomar en cuenta los datos epide- El soporte social es definido como “el sentido de
miológicos que se presentan en la política de salud ser alguien importante ante los ojos de otros, ser cui-
mental (Ministerio de Salud, 1998), en la cual se afir- dado y amado, ser estimado y valorado como una per-
ma que al hablar de violencia en Colombia, el 20% de sona y tener alguien que escuchará, entenderá y ayu-
las víctimas proviene de la violencia ocasionada por el dará cuando sea necesario” (Cornwell, 2003, p. 954).
conflicto armado por razones políticas, y el 80% res- Se reconoce su carácter dinámico, debido a los cam-
tante son víctimas de la violencia cotidiana, ya sea del bios dados a lo largo del tiempo, como son el creci-
microsistema social o en la intimidad del microsistema miento o la disminución real o percibida de éste. Con-
familiar. Específicamente, los indicadores de maltrato cretamente, se ha encontrado que la pérdida y dismi-
al menor, reportados por familiares, presentan unas nución de soporte, sumado al mantenimiento de
tasas de 12.1% para maltrato físico, 21.4% para maltra- interacciones sociales negativas, genera mayores difi-
to verbal y 2.6% para abuso sexual. cultades en el bienestar psicológico de los adolescen-
Según Santacruz, Gómez, Posada y Viracachá tes. Por el contrario, las interacciones sociales positi-
(1995), los datos sobre familia que arroja el Segundo vas, el crecimiento o mantenimiento del soporte so-
Estudio Nacional de Salud Mental en Colombia, sugieren cial, favorecen el bienestar del joven (Cornwell, 2003).
que una de cada cuatro personas en Colombia tiene a La aceptación del grupo de pertenencia y la buena
su familia desintegrada o sin figura paterna, lo cual re- opinión por parte de los compañeros representan un
presenta un factor de riesgo para numerosas condicio- factor esencial en la vida del adolescente. Desde este
nes mentales patológicas en los miembros de la familia punto de vista, la necesidad de pertenencia a un grupo,
y especialmente en niños y jóvenes (Ministerio de Sa- la falta de oportunidades o el rechazo pueden consti-
lud, 1998). tuir una experiencia frustrante para el joven. En con-
En términos epidemiológicos, para la ciudad de clusión, el grupo de pares brinda la posibilidad de to-
Bogotá la prevalencia del principal tipo de violencia mar decisiones junto a sus compañeros, de tener po-
denunciada en las Comisarías de Familia durante el año der y seguridad, proporciona prestigio y libertad, cons-
2002, muestra el predominio de la violencia física con tituyéndose en un importante “modelo de referencia,”
un 36.7%, seguida por la violencia verbal con 26% y la en el cual existen emociones, ideas, ambiciones y ex-
económica con 18%. La violencia psicológica denun- pectativas que discrepan con los valores de los adultos
ciada como principal modalidad alcanzó una prevalen- relacionados con el adolescente (profesores, familia-
cia de 12.6%. Los tipos de violencia denunciados fue- res, etc.) (Dulanto, 2000a).
ron analizados de acuerdo a la co–ocurrencia de dife- Según Brage y cols. (1995, citados por Diego, Field
rentes modalidades de agresión que se pueden presen- & Sanders, 2001), un factor que no ha sido estudiado
tar en el mismo caso (Secretaría de Gobierno Distrital, tan frecuentemente en la depresión adolescente lo
2003). Es necesario considerar que los datos encontra- constituyen las relaciones con pares y más específica-
dos en este estudio pueden presentar un notable mente, la soledad. Sin embargo, se ha encontrado que
subrregistro, dado que muchos de los casos de violen- la soledad es un factor que se presenta en mayor medi-
cia intrafamiliar no son reportados. De la misma for- da en adolescentes deprimidos.
ma, según datos de la Secretaría de Gobierno Distrital Existen cualidades en los jóvenes que representan
(2003), en la categoría de afectados por la violencia vulnerabilidad individual para el desarrollo de dificul-
intrafamiliar sobresalen los hijos/as quienes, a su vez, tades emocionales, las cuales corresponden a dificul-
tienen una alta probabilidad de convertirse en victi- tades para hacer nuevos amigos, frecuentes discusio-
marios de sus progenitores. nes con adultos que representan autoridad, crueldad

Revista Colombiana de Psicología


24
Adolescencia y depresión

hacia pares, rechazo a compartir con otros, discusio- propios del ciclo vital. Las mujeres se sienten más res-
nes frecuentes o agresividad con amigos o pares, sole- ponsables de la vida afectiva que los hombres y por
dad y aislamiento interpersonal, falta de amigos cerca- ello su rol se sobrecarga ante la presencia de estresores
nos y pobres relaciones con amigos y pares (Jonson, no normativos, es decir, están doblemente estresadas
Cohen, Gould, & Kasen, 2002). por las tensiones de su red inmediata; asimismo, su
La mayoría de factores relacionados con la respuesta emocional es más intensa ante tales estresores.
interacción de pares se encuentran vinculados a un Dentro de las relaciones afectivas se llevan a cabo
conjunto de habilidades que muchas veces son insufi- varios procesos de individuación necesarios para el
cientes para el establecimiento de interacciones socia- desarrollo del adolescente, ya que posibilitan diferen-
les satisfactorias y el adecuado afrontamiento de las si- tes situaciones, en las cuales practican, mejoran y cam-
tuaciones problemáticas. Estas falencias de habilidades bian los patrones de interacción aprendidos en la fa-
se agrupan en el déficit en habilidades sociales, milia o con los pares. Una relación afectiva puede con-
asertividad y solución de problemas, las cuales se han vertirse en parte del riesgo cuando se establecen senti-
relacionado como un elemento estructural en la rela- mientos de complacencia o demanda continua y senti-
ción con pares y la presencia de depresión. mientos de protección, los cuales deben ser limitados,
En el estudio de Field, Diego y Sanders (2001), rea- debido a que pueden generar una dependencia parali-
lizado con una muestra de 79 estudiantes de secundaria zante que deteriora la actividad del joven. Esta depen-
de La Florida (Estados Unidos), de diferentes razas, con dencia se manifiesta en reacciones emocionales fuer-
estatus económico medio a medio alto, los resultados tes y desbordantes ante las exigencias que se hace a la
indicaron que el grupo de adolescentes deprimidos tam- pareja (Dulanto, 2000a).
bién tuvo relaciones menos óptimas con pares, menos Al interior de este tipo de relación puede darse una
amigos y reportaron ser menos populares. comunicación negativa (p. ej., críticas), una comunica-
Cuando el joven tiene dificultades en habilidades ción distorsionada (p. ej., expectativas poco realistas), o
sociales, la explicación más común de este fenómeno una ausencia de comunicación (p. ej., aislamiento), que
generalmente hace referencia a que no ha aprendido a constituyen aspectos facilitadores del deterioro de la ac-
combinar de manera adecuada las conductas socialmen- tividad tanto individual como de pareja (DSM– IV, 1995).
te competentes, ya sea por falta de oportunidades o En Colombia, se observa que dentro del grupo de
contextos de interacción o por castigos en el momento personas que no tiene relación de pareja, el 19.3% pre-
de presentar la conducta. De esta forma, la ausencia de senta alguna forma de depresión, siendo predominan-
habilidades sociales puede ser una de las condiciones te el tipo de depresión leve (13.7%). En el grupo de
antecedentes que produce un bajo rango de reforza- personas que tiene una relación de pareja permanente
mientos positivos y que pueden asociarse a la presen- hay tendencia mayor a no deprimirse y, especialmente
cia de depresión (Lewinsohn, 1975). llamativa es la existencia de un porcentaje menor de
Uno de los principales factores de riesgo para la depresión severa (0.9%). Estos resultados corroboran
presencia de depresión es el hecho de ser mujer. Para los hallazgos de otras investigaciones, que indican que
la mujer la probabilidad de desarrollar depresión es el las tasas de depresión son mayores en personas divor-
doble que para el hombre. Esto se explica porque las ciadas, separadas o con relaciones de pareja inestables
mujeres tienden a recibir y ofrecer mayor soporte emo- o conflictivas, en comparación con el grupo de los que
cional y material a otros, de forma que se involucran tienen pareja. Parece entonces, que el hecho de man-
en los problemas de los demás, lo cual hace que expe- tener una relación de pareja estable y permanente es
rimenten un promedio mayor de estrés que los hom- un factor protector ante la depresión (Santacruz,
bres (Sarason & Sarason, 1999). Gómez, Posada & Viracachá, 1995).
Hernández (1996), en un estudio de familias co-
lombianas sobre la adaptación a la crisis, encontró que CONDUCTAS PROBLEMA
las mujeres están más expuestas que los hombres a CO-OCURRENTES
mayores niveles de cambio e inestabilidad a lo largo de La depresión adolescente ha sido asociada con au-
su vida, a causa de su intenso compromiso instrumen- mento del riesgo de abuso de sustancias y suicidio, as-
tal y afectivo en la vida de quienes están a su alrededor, pectos que serán considerados a continuación.
siendo por lo tanto más vulnerables a los estresores

Revista Colombiana de Psicología


25
Graciela Pardo, Adriana Sandoval, Diana Umbarila

Abuso de Sustancias Suicidio


El consumo de sustancias es una conducta que La principal consecuencia destacada por varios au-
empieza, por lo regular, en la adolescencia. Algunos tores en la literatura sobre depresión, es el suicidio, el
de los factores de riesgo que han sido identificados cual se pronostica que aumentará a nivel mundial, en
para esta conducta son la presión de los pares, la po- los próximos años en todas las edades (Gómez,
pularidad y la depresión. Por su parte, el buen des- Malagón, Romero y cols., 2002; Sarason & Sarason,
empeño académico y la participación en actividades 1999).
extracurriculares se han encontrado como factores Específicamente, en la población adolescente esta-
protectores (Diego, Field & Sanders, 2003; Cornwell, dounidense, se ha constatado un notorio aumento de
2003). la tasa de suicidio en las últimas décadas, en el rango
Diego, Field y Sanders (2003), en un estudio reali- de edad que va de los 15 a los 24 años, especialmente
zado con 89 jóvenes de los últimos años de bachillera- en hombres (aumento de 5.2 % en 1960 a 13.1 % en
to en Estados Unidos, encontraron una estrecha rela- 1986, Bernad, 2000).
ción entre depresión y consumo de sustancias, sobre- Por otro lado, los intentos de suicidio en la adoles-
todo en el caso del consumo de cigarrillo, alcohol y cencia tienen como predictores episodios de depresión
marihuana. Los autores explican esta tendencia en la previos, disforia, frustración, enojo e intención de morir
hipótesis de que el consumo de sustancias puede pro- en la infancia. Se ha mostrado que los adolescentes que
ducir cambios a nivel fisiológico, que predisponen la refieren haber tenido una infancia triste, tiene mayor
presentación de síntomas depresivos. probabilidad de tener ideas de suicidio (Serfaty, 2000).
La presencia de depresión, consumo de sustancias De acuerdo con el Instituto de Medina Legal en
y bajo rendimiento académico puede llegar a ser si- Colombia, en 1994 el suicidio era la tercera causa de
multánea, debido a que son problemáticas comórbidas muerte violenta en personas de 15 a 45 años, después
(Diego, Field & Sanders, 2003), y se conoce que la pro- del homicidio y la muerte accidental. En 1998 se dio
babilidad de presentación de conductas de riesgo en una incidencia de 5 suicidios por cada 100.000 habi-
jóvenes aumenta cuando se presentan otras conductas tantes; en 1999 este índice continuó estable, pero se
de riesgo previas (Arias, 2000). conoció que había una proporción hombre - mujer de
El consumo de psicoactivos ha sido asociado a un 3:1 y una mayor incidencia en el grupo de 15 a 24 años
menor nivel de ajuste psicológico (durante la niñez y (Gómez, Malagón, Romero y cols., 2002).
el periodo de la adolescencia), problemas en el cole-
gio, fallas a clase, deterioro psicológico o problemas CONDICIONES SOCIOAMBIENTALES
emocionales, depresión, menor competencia social, La pobreza puede favorecer características familia-
delincuencia y problemas laborales (Field, Diego & res que influyen en los síntomas depresivos de los jó-
Sanders, 2001). venes. Las variables que se han señalado (aún cuando
En el caso colombiano la depresión moderada o este campo se encuentra en proceso de exploración),
severa se encuentra asociada al riesgo de alcoholismo, han sido la edad en que se da el embarazo de la mujer
siendo mayor entre los hombres adultos jóvenes y en (especialmente embarazo adolescente), el nivel educa-
el caso de las mujeres adultas mayores. Este hallazgo tivo, el status marital, un menor apoyo emocional y
de alguna forma indica que en el grupo de personas pocas habilidades parentales para la crianza (Keegan,
deprimidas, el riesgo de alcoholismo aumenta en la 2002).
medida en que el inicio del consumo es precoz En un estudio realizado por Keegan (2002), cuyo
(Santacruz, Gómez, Posada & Viracachá, 1995). propósito era el de examinar la influencia de la pobre-
En cuanto a las diferencias por edad, se encontró za sobre los síntomas depresivos en una muestra de
que los jóvenes bogotanos, de 10 a 14 años consumen 898 jóvenes entre los 10 y los 12 años, se encontró que
sustancias legales e ilegales en menor proporción en vivir en vecindarios caracterizados por problemas so-
comparación con quienes se encuentran entre los 15 a ciales como crimen, violencia o condiciones físicas
19 años, o entre los 20 a 24 años, aunque los jóvenes deterioradas, falta de recursos comunitarios y no estar
de este último rango consumen estas sustancias en involucrado en actividades con personas externas al
mayor proporción (Rumbos, 2001). hogar predicen síntomas depresivos. Los hallazgos de
este estudio también sugieren que vivir en un ambien-

Revista Colombiana de Psicología


26
Adolescencia y depresión

te comunitario adverso afecta indirectamente los sín- Cabal y Gutiérrez (2001), analizan una muestra de es-
tomas depresivos del joven al incrementarse los sínto- tudiantes universitarios de distintas carreras, encontran-
mas depresivos de las madres. Enfrentarse a situacio- do que presentan una mayor tasa de depresión en nivel
nes adversas como la deprivación socioeconómica y del medio superior (1-6 semestres), en comparación con no
medio físico y social puede favorecer en estas madres estudiantes y con la población en general. Existe una
el desarrollo de síntomas depresivos (Keegan, 2002). prevalencia de depresión del 50% para estudiantes de
Los resultados indican que los problemas del vecinda- arte y 36% para los de medicina. Finalmente, se observa
rio, la no participación en actividades sociales tanto en que la ocurrencia de depresión va disminuyendo en la
el colegio como en la comunidad, vivir con madres que medida que progresa la escolaridad.
tenían síntomas depresivos y recibir castigos físicos En un estudio descriptivo – exploratorio realizado
fueron mediadores parciales de los efectos de la po- por Sandoval, Umbarila y Pardo (2004), con adoles-
breza en los síntomas depresivos. El estado de salud de centes que consultaron por depresión, se encontró una
los jóvenes, menores niveles de satisfacción con el co- tendencia importante en la población estudiada a re-
legio, conflicto parental y el soporte emocional del pa- portar bajo rendimiento académico (60.7% de la mues-
dre también predicen los síntomas depresivos. tra) y desadaptación académica o escolar (52%).
En este estudio los jóvenes que no participaban en Se ha señalado que en estratos bajos es más fre-
actividades extraescolares ni en las actividades de la cuente la presencia de deserción escolar, monoparen-
comunidad tenían una mayor probabilidad de conver- talidad, conflicto interpersonal, alcoholismo y droga-
tirse en personas aisladas socialmente o desarrollar baja dicción familiar, además de mayores niveles de depre-
autoestima, lo cual puede resultar en síntomas depre- sión (Campo–Cabal & Gutiérrez, 2001; Hamel, 2000).
sivos (Keegan, 2002). Como un dato a tener en cuenta En Colombia, se encuentra que la percepción de
en este estudio, los jóvenes que estaban más satisfe- bajos ingresos familiares (corresponda a una valoración
chos con sus colegios y los amigos del mismo, exhi- real o no) aumenta la proporción de personas con de-
bían menos síntomas depresivos, lo cual puede sugerir presión (Gómez & Rodríguez, 1997).
que el ambiente del colegio puede ser también un fac- De igual forma, en el análisis del contexto
tor que influye en la presentación de síntomas depre- socioambiental es importante tener en cuenta las si-
sivos en los jóvenes. tuaciones de riesgo relacionadas con variables econó-
Las desventajas económicas influyen en la posibili- micas y oportunidades de trabajo, como la incapacidad
dad de acceder a oportunidades educativas y laborales. para suplir las condiciones básicas de vida, las cuales se
Cuando se tienen bajos recursos económicos, los ni- ven reflejadas en falta de acceso a los servicios públi-
ños y adolescentes perciben que su ambiente escolar cos domiciliarios básicos, explotación laboral y sala-
no es positivo y que se caracteriza por la carencia de rial, subempleo, empleo informal y dificultades de ac-
recursos básicos para su desarrollo. La pobreza puede ceso a la educación (Leñero, 2000). En particular, en
disminuir la capacidad de los padres para proveer de cuanto a las condiciones de vivienda, se ha reportado
recursos materiales y de actividades de estimulación que considerar el espacio físico como desfavorable,
cognitiva a sus hijos y puede limitar el ajuste adecuado incrementa los niveles de depresión (Gómez &
ante las actividades y demandas, tanto de la escuela Rodríguez, 1997).
como del vecindario, reduciendo oportunidades de En Bogotá se han descrito varios problemas en el
interacción social y de adquisición de habilidades sistema educativo, entre los cuales se encuentran el
(National Research Council, 1993; Hao, 1995, citados poco acceso, inasistencia, deserción, poca cobertura,
por Keegan, 2002). baja calidad de la educación, insuficiente inversión y
En el estudio realizado por Field, Diego y Sanders falta de continuidad en las políticas educativas a nivel
(2001), se encontró una relación entre la presencia de del Distrito y del país (Departamento Administrativo
depresión y bajo rendimiento académico. Específica- de Bienestar Social - DABS, 2003b), factores que po-
mente se encontró que los adolescentes deprimidos de- drían aumentar la vulnerabilidad de los jóvenes a su-
dican menos tiempo a hacer las tareas, tienen califica- frir de depresión. Es necesario tener en cuenta que las
ciones menores y además, dedican menos tiempo a rea- estadísticas nacionales sobre depresión y juventud
lizar ejercicio físico. Respecto a la asociación entre difi- muestran que los jóvenes presentan altos niveles de
cultades académicas y presencia de depresión, Campo- depresión al compararlos con otros grupos etáreos.

Revista Colombiana de Psicología


27
Graciela Pardo, Adriana Sandoval, Diana Umbarila

De acuerdo con el estudio del DABS (2003b), que vulnerabilidad que podría relacionarse con la presen-
pretendía realizar un diagnóstico de las condiciones de cia de depresión en esa etapa o en el futuro.
la juventud en Bogotá, se ha observado que el incre- Como se puede observar existen diversos factores
mento del desempleo, principalmente entre los jóve- de riesgo en la adolescencia que corresponden al ám-
nes, está acompañado de un desperdicio de capacida- bito de lo individual, lo familiar, las redes de soporte y
des, como lo muestra el hecho de que los desemplea- los factores socioambientales en general, que han sido
dos tienen mayor nivel educativo que los ocupados, asociados a la presencia de depresión en jóvenes, pero
demostrando que la diferencia entre pobres y no po- la relación causal entre estos fenómenos descritos aún
bres se hace más evidente aún en el grupo de 20 a 24 no es clara.
años.
La decisión de los jóvenes de trabajar se asocia con ¿ESTRÉS, ANSIEDAD Y DEPRESIÓN, UN
el abandono del sistema escolar, con los estudios en MISMO PROCESO?
jornadas nocturnas, con la presión de otros miembros En la literatura académica han sido otorgados dife-
de la familia por la situación de falta de recursos eco- rentes significados al término depresión. Angold (citado
nómicos para la subsistencia, con pérdidas involuntarias por Montenegro, 2000), ha agrupado algunas defini-
del empleo o de los ingresos familiares. El trabajo de ciones que se proponen para la conceptualización de
los jóvenes también implica cambios en el mercado este fenómeno. Así, en el lenguaje común, al hablar de
laboral, ya que altera las relaciones de oferta y deman- depresión, ésta se refiere al punto más bajo de las fluc-
da, y tiene como efecto un aumento en los niveles de tuaciones del estado de ánimo normal, de la vida emo-
desempleo abierto y de subempleo, además de generar cional de todos los días. En el punto de encuentro en-
una tendencia a la baja en los salarios o ingresos labo- tre el lenguaje común y el compartido por los psiquia-
rales de la población ocupada que compite con estos tras, la depresión es vista como un estado de infelici-
jóvenes (Departamento Administrativo de Acción Co- dad, tristeza o dolor emocional, que se presenta como
munal - DAACD, 2003). reacción a una situación o evento displacentero, el cual es
En general, la tasa de desempleo de los jóvenes bo- habitualmente considerado como la causa de tal respues-
gotanos es mayor que la tasa del total de la población. ta emocional. De igual forma, algunos profesionales de
La tasa de desempleo promedio en Bogotá en los años la salud mental la identifican como un rasgo de persona-
2000 y 2001, fue de 17.4 y 18.7%, respectivamente. En lidad, definido como un estado continuo y relativamente
estos mismos años, la tasa de desempleo para los jóve- estable de incapacidad para obtener placer.
nes que ya habían abandonado el sistema escolar era La depresión también ha sido conceptualizada como
de 30.7%, y para aquellos que se encontraban estudian- una enfermedad o conjunto de síntomas, que se acom-
do era de 33.8%. Se ha reportado que existe una mayor pañan de una clara base genética y etiológica, una pa-
oportunidad de emplearse conforme aumenta la edad, tología física y un pronóstico particular o respuesta es-
y en especial para los hombres. En particular, la vincu- pecífica a tratamientos. La depresión es tomada enton-
lación de las mujeres jóvenes en el mundo del trabajo ces como un síndrome, un estado patológico de humor
y el estudio es un poco menor que la de los hombres, bajo o triste que hace referencia a un conjunto de sín-
porque tienden a participar más en oficios del hogar y tomas que implican un criterio estadístico de normali-
en labores tradicionales asignadas al género femenino dad, y por lo tanto, favorecen el establecimiento de di-
en nuestra cultura. (DAACD, 2003). ferencias estadísticas cuantitativas y cualitativas en el
Teniendo en cuenta que la mayoría de los jóvenes análisis de la respuesta (Montenegro, 2000).
bogotanos se encuentran en una situación de inequidad En todas estas definiciones y modos de ver la de-
y marginación especialmente concentrada en los sec- presión, ésta se entiende como un conglomerado de
tores populares, y que los jóvenes se encuentran obli- posibles respuestas comportamentales, fisiológicas y
gados a convertirse en una población económicamen- cognitivas, las cuales se estiman normales o anormales
te activa debido a las condiciones de pobreza y la cre- en función de variables como la intensidad, la dura-
ciente demanda de contribuir al sostenimiento de sus ción, el número de síntomas presentes, la edad, la in-
hogares, cuyos ingresos generalmente se encuentran capacidad generada y los factores contextuales que pue-
por debajo del salario mínimo (DABS, 2003a), es pro- dan estar afectando el estado de ánimo de las personas,
bable que esta población se encuentre en un estado de entre otros.

Revista Colombiana de Psicología


28
Adolescencia y depresión

La mayoría de estudios que se realizan actualmen- como condiciones ambientales, apreciaciones persona-
te en el campo de la depresión asumen como criterio les de la situación, respuestas, o como consecuencias que
conceptual para el diagnóstico de esta entidad, la con- suelen asociarse con alteraciones afectivas o a la depre-
cepción de síndrome, la cual prevalece en el lenguaje sión en sí misma. La mayoría de los estudios analizados
internacional de psiquiatría y psicología a través de la para este artículo ven la depresión como respuesta
utilización convencional de los criterios diagnósticos (cognitiva, comportamental y psicofisiológica) bajo una
de las enfermedades mentales encontrados en el DSM- perspectiva de síndrome y se concentran en los proble-
IV o DSM-IV-TR. De acuerdo con esta concepción se mas generales del diagnóstico diferencial entre ansie-
observa que los síndromes depresivos y de ansiedad se dad y depresión.
diferencian por las respuestas manifestadas por las per- En el estudio de Eaton y Ritter (1988), se observa
sonas, sean ellas de índole cognitivo, comportamental que la etiología de los síndromes de ansiedad y de-
o psicofisiológico. Esta tendencia ha generado el desa- presión es similar hasta la última etapa de la expre-
rrollo de múltiples instrumentos de medida que par- sión de los síntomas, donde factores triviales o
ten de esta premisa con el propósito de diferenciar los idiosincrásicos influyen sobre la clase de respuestas
trastornos de ansiedad y afectivos. que se manifiestan.
Sin embargo, Watson, Clark y Carey (1988), con- Por otra parte, no existe una diferenciación precisa
cluyen que numerosos estudios han demostrado que de la presencia de los eventos vitales y su impacto so-
las escalas de auto-reporte de ansiedad y depresión es- bre la respuesta de ansiedad o depresión, ya que los
tán altamente correlacionadas sugiriendo de esta for- eventos en particular no predicen el síndrome con el
ma que evalúan el mismo constructo. Además, afir- cual responderá la persona; además, es posible obser-
man que los síntomas ansiosos y depresivos co-ocu- var la ansiedad prediciendo la depresión, la depresión
rren en la mayoría de los pacientes y que cerca de la a la ansiedad y la ansiedad y la depresión precediéndose
mitad de las personas con diagnóstico de ansiedad o a sí mismas (Eaton & Ritter, 1988).
depresión presentan co-morbilidad en cuanto al sín- Otros estudios reportan la estrecha relación entre
drome clínico completo. ansiedad y depresión, fundamentándose en el análisis
Este gran énfasis en el análisis de las respuestas de la base fisiológica común de las mismas. Lo ante-
comportamentales típicas de la depresión, así como la rior se sustenta por los hallazgos de diversas investiga-
observación permanente entre causas potenciales y ciones, en las cuales se ha encontrado que las respues-
efectos a través del tiempo, sumados a una medición tas de ansiedad y depresión comparten características
de tipo trasversal del comportamiento, obstaculiza la funcionales como una hiperactividad de la amígdala y
visión de la depresión como proceso. un déficit de control del córtex prefrontal. Así mismo,
La clasificación diagnóstica es otro de los problemas los neurotrasmisores implicados y los antidepresivos
que enfrentan los profesionales de la salud al estudiar utilizados en el tratamiento, parecen ser los mismos
esta problemática, dado que se encuentra gran co- en la respuesta de ansiedad y de depresión (Rahola &
morbilidad en el desarrollo de cuadros de sintomatología Micó, 2002).
depresiva y ansiosa, observándose una notable inciden- Los anteriores datos mencionados son explicados por
cia del trastorno depresivo mayor (50-65%) en perso- la hipótesis que propone que estas reacciones emocio-
nas que son diagnosticadas con algún trastorno de an- nales se generan como consecuencia del estrés a edades
siedad (DSM–IV). Son múltiples los estudios que rela- tempranas, y concretamente del exceso de neurotras-
cionan los eventos de estrés mayor o la acumulación de misores excitadores y corticoides, que produce altera-
eventos estresantes menores con el desarrollo de cua- ciones morfológicas del hipocampo o de la amígdala (al-
dros depresivos. Por ejemplo, en la revisión de literatu- teración de la neurogénesis o atrofia celular), como se
ra de depresión en jóvenes (presentada anteriormente), observa en la depresión y en algunos trastornos de an-
la gran mayoría de los datos que se reportan correspon- siedad. De esta forma, estas alteraciones morfológicas y
den a la identificación de factores de estrés mayor o a la fisiológicas producirían un incremento de la vulnerabi-
acumulación de factores de estrés menor, en contextos lidad al estrés, con lo que cualquier circunstancia adver-
sociales, familiares, de redes de soporte, de infraestruc- sa o simples acontecimientos vitales diarios en la ado-
tura física o social y de habilidades individuales. Las con- lescencia o en la edad adulta producirían modificacio-
cepciones sobre indicadores de depresión se analizan nes del funcionamiento general que se manifestarían

Revista Colombiana de Psicología


29
Graciela Pardo, Adriana Sandoval, Diana Umbarila

como cambios emocionales y conductuales despropor- explicar de una manera lógica y satisfactoria el proceso
cionados (Rahola & Micó, 2002). de adaptación humano.
La exposición prolongada a eventos estresantes se- En el caso de los estudios sobre el estrés, la falta de
veros de vida puede pesar más que los recursos de consenso multidisciplinar frente a la concepción del
afrontamiento, llevando a los sentimientos típicos aso- término impide comparar y contrastar investigaciones
ciados a la depresión. Los cambios afectivos que acom- en el campo específico de estudio. Fernández y Edo
pañan las alteraciones en el eje Hipotalámico-Pituita- (1998), plantean cinco definiciones distintas en que se
rio–Adrenal (HPA) son uno de los mecanismos fun- han basado los estudios sobre el estrés: (a) condición
damentales hipotetizados en los cambios inmunes aso- ambiental, (b) respuesta a ciertas condiciones ambien-
ciados a la depresión. De tal forma, la depresión puede tales, (c) apreciación personal de la situación, (d) rela-
ser concebida como un componente del estrés crónico ción de desequilibrio entre demandas ambientales y
(Olff, 1999). competencia para el afrontamiento, y finalmente, (e)
Estos datos sugieren que el estudio sobre ansiedad y consecuencia nociva concreta derivada de alguna de las
depresión dependería de una determinación básica del anteriores concepciones.
estrés como proceso adaptativo. Los estudios sobre el Estos problemas conceptuales frente al estrés son
estrés, la ansiedad y la depresión, son elementos explica- también comunes cuando analizamos los estudios so-
tivos y de análisis de diferentes momentos del proceso de bre depresión y ansiedad. Al referirnos en el modelo
ajuste biopsicosocial, que podrían presentarse simultánea- ecológico de la salud-enfermedad a la noción de adap-
mente o con características diferenciales un poco más cla- tación, nos referimos al equilibrio potencial entre de-
ras en un momento determinado y favorecer o no el pro- mandas socio-ambientales y recursos potenciales de
ceso de adaptación ante la presencia de demandas físicas afrontamiento individual o social, que favorecen o no
o sociales (reales o percibidas), específicamente cuando la supervivencia de los seres humanos y que afectan su
fallan los esfuerzos de afrontamiento. calidad de vida. Esta noción es inherente a los estudios
Un estudio realizado por Santos, Bernal y Bonilla sobre el estrés como desequilibrio, pero requiere en
(1998), cuyo objetivo fue establecer la relación de los forma urgente de una visión del fenómeno como pro-
eventos estresantes de vida y la sintomatología depre- ceso. Las diferentes concepciones sobre estrés ansie-
siva en estudiantes universitarios, plantea una correla- dad y depresión tienen elementos estructurales de aná-
ción positiva entre eventos de estrés considerados como lisis complementarios sobre el proceso de adaptación
negativos y sintomatología depresiva, lo que sugiere humana, pero enfrentamos el reto de construir una
que una mayor cantidad de eventos percibidos como estructuración lógica que permita entender sus inte-
negativos correlaciona con el desarrollo de depresión rrelaciones.
en estos jóvenes. Los autores concluyen que los profe-
sionales de salud mental deben dirigir sus esfuerzos al REFERENCIAS
desarrollo de programas del manejo del estrés como Aalto-Setala, T., Marttunen, M., Tuulio-Henriksson,
una alternativa preventiva a la depresión. A., Poikolainen, K., & Lonnqvist, J. (2002).
Estos hallazgos sugieren una interrelación entre Depressive symptoms in adolescence as predictors
estrés, ansiedad y depresión que no podemos descui- of early adulthood depressive disorders and
dar. Estos campos de estudio son analizados actualmen- maladjustment. The American Journal of Psychiatry,
te bajo una concepción biopsicosocial y ecológica. Sin 152, 1235-1237. Recuperado el 23 de agosto de 2003
embargo, muchos de los datos que poseemos en cuan- de la base de datos PROQUEST.
to a su diferenciación se encuentran relacionados con American Psychiatric Association (1994). Diagnostic and
una visión de la salud como un estado. Aún prevalecen statistical manual of mental disorders (4a ed.).
los modelos psicopatológicos de comportamiento que Washinton, D.C: Author.
se encuentran más interesados en la explicación basa- Arias, J. A. (2000). Abuso de alcohol y drogas. En H.
da en las nociones básicas de normalidad y anormali- Montenegro & H. Guajardo (Eds), Psiquiatría del
dad. Las medidas típicas de depresión, ansiedad y estrés niño y del adolescente (pp. 406-425). Santiago de Chile:
se centran en condiciones ambientales (sean ellas físi- Mediterráneo.
cas o sociales), respuestas (cognitivas, fisiológicas, Bernad, C. (2000). Psicopatología del adolescente. En
comportamentales) y consecuencias nocivas, sin lograr H. Montenegro & H. Guajardo (Eds), Psiquiatría

Revista Colombiana de Psicología


30
Adolescencia y depresión

del niño y del adolescente (pp. 357-365). Santiago de Dulanto, E. (2000a). Desarrollo afectivo. En E. Dulanto
Chile: Mediterráneo. (Ed.), El adolescente (pp. 208- 220). México: Mc
Bernal, H., & Escobar, L. (2000). Prevalencia de de- Graw Hill.
presión en estudiantes de medicina de la Universi- Dulanto, E. (2000b). Familia y adolescencia. En E.
dad del Valle. Revista Colombiana de Psiquiatría, 29 Dulanto (Ed.), El adolescente (pp. 239-253). Méxi-
(3), 251-259. co: Mc Graw Hill.
Blum, R. (2000). Un modelo conceptual de salud del Eaton, W., & Ritter, C. (1988). Distinguishing anxiety
adolescente. En E. Dulanto (Ed.), El adolescente (pp. and depression with field survey data. Psychological
656-672). Mexico: Mc Graw Hill. Medicine, 18, 155–166
Campo-Cabal, G., & Gutiérrez, J. (2001). Psicopato- Fernández, J., & Edo, S. (1998). ¿Se puede medir el
logía en estudiantes universitarios de la Facultad de estrés?: Un análisis de los elementos que compo-
Salud – Univalle. Revista Colombiana de Psiquiatría, nen el proceso del estrés. Avances en Psicología Clíni-
30 (4), 351-357. ca Latinoamericana, 16, 113 – 148.
Cassano, P., & Fava, M. (2002). Depression and public Field, T., Diego, M., & Sanders, C. (2001). Adolescent
health: An overview. Journal of Psychosomatic Research, depression and risk factors. Adolescence, 36 (143),
53, 849-857. 491-498. Recuperado el 23 de agosto de 2003 de la
Cornwell, B. (2003) The dynamic properties of social base de datos PROQUEST.
support: Decay, growth, and staticity, and their Flour, E., & Buchanan, A. (2003). The role of mother
effects on adolescent depression. Social Forces. 81 involvement and father involvement in adolescent
(3), 953-978. Recuperado el 23 de agosto de 2003 bullying behavior. Journal of Interpersonal Violence, 18
de la base de datos PROQUEST. (6), 634-644. Recuperado el 23 de agosto de 2003
Departamento Administrativo de Acción Comunal - de la base de datos PROQUEST.
DAACD (2003). Situación socioeconómica de la juven- Gilman, S., Kawachi, I., Fitzmaurice, G., Buka, S.
tud en Bogotá 2000 – 2001. Bogotá: Departamento (2003). Family disruption in childhood and risk of
Administrativo de Acción Comunal Distrital adult depression. The American Journal of Psychiatry,
(DAACD). 160 (5), 939 – 946. Recuperado el 23 de agosto de
Departamento Administrativo de Bienestar Social - 2003 de la base de datos PROQUEST.
DABS (2003a). Familias: Estado del Arte. En Co- Gómez, C., Malagón, N., Romero, L., Pinilla, C.,
lección Estados del Arte Bogotá 1990-2000. Bogotá: Pro- López, C., Díaz, N., & Nossa, N. (2002). Suicidio
yecto Políticas y Modelos de Intervención - y lesiones autoinflingidas: Colombia, 1973 – 1996.
Departamento Administrativo de Bienestar Social Revista Colombiana de Psiquiatría. 31 (2), 123-135.
(DABS). Gómez, C., & Rodríguez, N. (1997). Factores de riesgo aso-
Departamento Administrativo de Bienestar Social - DABS ciados al síndrome depresivo en la población colombia-
(2003b) Juventud: Estado del Arte. En Colección Esta- na. Revista Colombiana de Psiquiatría, 26 (1), 23-35.
dos del Arte Bogotá 1990-2000. Bogotá: Proyecto Políti- Hamel, P. (2000). Embarazo en adolescentes y salud
cas y Modelos de Intervención - Departamento mental. En H. Montenegro, & H. Guajardo (Eds.),
Administrativo de Bienestar Social (DABS). Psiquiatría del niño y del adolescente (pp.397- 405). San-
Dallal, E., & Castillo, J. (2000). Depresión en la ado- tiago de Chile: Mediterráneo.
lescencia. E. En Dulanto (Ed.), El adolescente (pp. Hernández, C. A. (1996). Indicadores del funciona-
1300-1331). México: Mc Graw Hill. miento familiar y vulnerabilidad a la crisis. En Me-
Diego, M., Field, T., & Sanders, C. (2003). Academic morias. Caracterización, crisis y transformaciones de la
performance, popularity, and depression predict familia en Colombia (pp. 107 – 121). Bogotá: Uni-
adolescent substance use. Adolescence, 38 (149), 35- versidad Nacional de Colombia, Facultad de Cien-
49. Recuperado el 23 de agosto de 2003 de la base cias Humanas, Servicio de Atención Psicológica.
de datos PROQUEST. Johnson, J., Cohen, P., Gould, M., & Kasen S. (2002).
DiClemente, R., Hansen, W., & Ponton, L. (1996). Childhood adversities, interpersonal difficulties,
Adolescents at risk. En R. Diclemente (Ed.), and risk for suicide attempts during late adolescence
Handbook of adolescent health risk behaviour. London: and early adulthood. Archives of General Psychiatry,
Plenum Press. 59 (8), 741-751.

Revista Colombiana de Psicología


31
Graciela Pardo, Adriana Sandoval, Diana Umbarila

Kraaij, V., Garnefski, N., Wilde, E., & Dijkstra, A. (Eds.), Psiquiatría del niño y del adolescente (pp. 135-
(2003). Negative life events and depressive 150). Santiago de Chile: Mediterráneo.
symptoms in late adolescence: Bonding and Olff, M. (1999). Stress, depresión and immunity: The
cognitive coping as vulnerability factors? Journal of role of defense and coping styles. Psychiatry Research,
Youth and Adolescence, 32 (3),185-193. 85,7-15.
Kaplan, S., Pelcovitz, D., Salzinger, S., Weiner, M., Rahola, J.G., & Micó, J.A. (2002). Ansiedad y depre-
Mandel F., Lesser, M., & Labruna, V. (1998). sión: ¿Tan lejos o tan cerca? En P. Pichot (Ed.), Ci-
Adolescent physical abuse: Risk for adolescent clo vital y trastornos psiquiátricos graves (pp.483-530).
psychiatric disorders. The American Journal of Madrid: Aula Médica
Psychiatry, 155 (7), 954 – 960. Romano, P. (2000). Abuso sexual. En E. Dulanto (Ed.),
Keegan, M. (2002). Influences and mediators of the El adolescente (pp. 1286-1288). México: Mc Graw Hill.
effect of poverty on young adolescent depressive RUMBOS (2001). Encuesta nacional de consumo de sus-
symptoms. Journal of Youth and Adolescence, 31 (3), tancias psicoactivas. Bogotá: Unidad coordinadora de
231- 239. prevención integral, Presidencia del República.
Leñero, L (2000). Fenómeno juvenil en situación crí- Sandoval, A., Umbarila, D., & Pardo, G. (2004). Varia-
tica: Problema de la juventud en México. E. bles sociodemográficas y psicosociales en una muestra de
Dulanto (Ed.), El adolescente (pp. 316 - 322). Méxi- jóvenes del SAP, con diagnóstico principal de estado de
co: Mc Graw Hill. ánimo depresivo. Universidad Nacional de Colom-
Lewinsohn, M. P. (1975). The behavioral study and bia, Servicio de Atención Psicológica.
treatment of depression. En M. Hersen, R. Eisler, Santacruz, C., Goméz. R, C., Posada, V. J., & Viracachá,
& P. M. Miller (Eds.), Progress in behavior modification P. (1995). A propósito de un análisis secundario de la
(pp. 19-59). New York: Academic Press. encuesta nacional de salud mental y consumo de sustancias
Lewinsohn, P., Rohde, P., Seeley, J., Klein, D., & Gotlib, psicoactivas. Bogotá: Ministerio de Salud-Pontificia
I. (2000). Natural course of adolescent major Universidad Javeriana.
depressive disorder in a community sample: Santos, A., Bernal, G., & Bonilla, J. (1998). Eventos
Predictors of recurrence in young adults. The estresantes de vida y su relación con la sintomato-
American Journal of Psychiatry, 157 (10), 1584-1597. logía depresiva. Avances en Psicología Clínica Latinoa-
Maddaleno, M. (1987). Curso de multiplicadores en salud mericana, 16, 121–132.
integral del adolescente. OPS- Kelloggs. Sarason, I. G., & Sarason, B. R. (1999). The problem
McCloskey, L., & Lichter, E. (2003). The contribution of maladaptative behavior: Mood disorders. En
of marital violence to adolescent aggression across Abnormal psychology (pp. 272 – 316). New Jersey:
different relationships. Journal of Interpersonal Prentice Hall.
Violence, 18 (4), 390-412. Secretaría de Gobierno Distrital (2003). Violencia
McHolm, A., MacMillan, H., & Jamieson, E. (2003). intrafamiliar en Bogotá D.C. Bogotá: Alcaldía Mayor
The relationship between childhood physical abu- de Bogotá.
se and suicidality among depressed women: Results Serfaty, E. (2000). Suicidio en Latinoamérica. En E.
from a community sample The American Journal of Dulanto (Ed.), El adolescente. México: Mc Graw Hill.
Psychiatry, 160 (5), 933-938. Videon, T. (2002). The effects of parent-adolescent
Méndez, F., Olivares J., & Ros, M. (2001). Caracterís- relationships and parental separation on adolescent
ticas clínicas y tratamiento de la depresión en la in- well-being. Journal of Marriage and Family, 64 (2),
fancia y adolescencia. En V. Caballo, & M. A. Simón 489-503.
(Comps.), Manual de psicología clínica infantil y del ado- Watson, D., Clark, L. A., & Carey, G. (1988). Positive
lescente (pp. 139-185). Madrid: Pirámide. and negative affectivity and their relation to anxiety
Ministerio de Salud (1998). Resolución Número 02358 and depression. Journal of Abnormal Psychology, 97 (3),
de 1998, por la cual se adopta la Política Nacional de 346-353.
Salud Mental. Bogotá: Ministerio de Salud.
Montenegro, H. (2000). Depresión en la infancia y la
adolescencia. En H. Montenegro & H. Guajardo

Revista Colombiana de Psicología


32

You might also like