You are on page 1of 3

a Tercera Guerra Mundial ha comenzado

23 julio 2005

Dice André Glucksmann que la palabra "Guerra" aterroriza. Que su empleo


recuerda las delicadezas propiciatorias de quien evoca el cáncer, el sida o la
locura. Nada más sencillo –dice– que afirmarse contra "la guerra". Nada
más adecuado que jurar que no se justifica ninguna.

Europa se ha convertido en el adalid de todas las "paces" y en el paladín


callejero contrario a todo intervencionismo armado. Pero fue Platón quien,
al meditar sobre las razones y maneras que tienen los hombres de unirse en
las ciudades –dotándose de una existencia política común–, evoca de paso,
para rechazarla, la hipótesis de una unificación reducida a la estricta
preocupación de la satisfacción de las necesidades elementales. 

En este caso extremo, los habitantes formarían una ciudad ahistórica, sin
política exterior, sin cuestiones molestas. Platón bautizaba, no sin sonreír, a
esta ciudad de la salud como la "ciudad de los cerdos".
Éste es el perfil que Glucksmann en su polémica y provocadora obra
Occidente contra Occidente dibuja de forma afilada.

El autor augura para el mundo una catástrofe provocada por el terrorismo


islámico, bien por la penetración demográfica, el enfrentamiento nuclear, o
el caos petrolífero. 

Pero ha sido Laurent Arthur du Plessis quien con su incendiario texto La


Tercera Guerra Mundial ha comenzado, continuando las tesis de
Glucksmann y las de Huntington, nos pone ante nuestros ojos el abismo de
la catástrofe.

Este argelino pied-noir nacido en 1952, licenciado en Derecho, Filosofía y


Ciencias Políticas, que ha escrito en Le Figaro y publicado su primera
novela, Les Fous d´Allah, desarrolla en su último libro el estudio sobre el
integrismo islámico y la crisis económica mundial.

Su tesis es que el integrismo islámico constituye un fenómeno imparable


que acabará provocando un conflicto bélico de carácter nuclear con
enfrentamiento entre bloques de civilización. A ello añade sus excelentes
conocimientos de economía para afirmar –siguiendo la Teoría de Ciclos de
Dow y de Elliot– que los mercados bursátiles se encaminan hacia una crisis
muy superior a la de 1929 y que llevará los índices a los niveles de 1931.
¿El indicativo en la superficie de esa crisis? El precio del petróleo. 

El libro, publicado en España en mayo 2005, señalaba un primer objetivo


del crudo en 57 dólares barril. Cuando escribo estas líneas el petróleo brent
cotiza por encima de los 60 dólares. El objetivo, ya lo han señalado algunos
medios de información, son los 100 dólares. Si eso ocurre se provocará un
colapso sin precedentes.

El caos que dibuja Du Plessis en Europa no puede dejar indiferente, por


cuanto las poblaciones árabes residentes en las naciones del viejo
continente seguirán los discursos del integrismo más radical, provocando
escenarios de "libanización" y anarquía.

Sin perjuicio de estudiar por dónde puede iniciarse el conflicto, que el autor
señala entre India y Pakistán, pero que también puede situarse en Oriente
Medio, nos lleva a la raíz de los bloques de civilización y busca qué Estado
árabe puede convertirse en "Estado-Faro", es decir, en el Estado que
galvanice al resto y sea el Polo de Acción de los demás. 

Du Plessis, con grandes conocimientos de Geopolítica y Economía, nos va


haciendo desfilar a todos los candidatos hasta detenerse en uno en
concreto: Turquía. Si esta nación –dice el autor– deriva hacia el integrismo
(y ya hay señales de ello), se convertirá en Estado-Faro.

No estamos ante un libro simplista de tonos apocalípticos (propios del


milenarismo y de sectas new-age), sino ante una obra de enjundia cultural
que aúna los conocimientos de Historia con los de Economía, Geopolítica,
Sociología y Religión para ofrecer en un lenguaje sencillo un análisis frío y
exacto de lo que está ya ocurriendo (el libro fue escrito en 2002 y su lectura
sobre lo que ha ocurrido en el mundo después de esa fecha provoca
escalofríos).

Du Plessis tiene el valor de pertenecer a la selecta clase de almas que


anticipan lo que va a suceder por el estudio de la realidad. Sus textos nos
recuerdan los discursos de Winston Churchill en el Parlamento inglés de los
años 30. Muchos se rieron entonces del "viejo y acabado Churchill"; luego le
llamarían desesperadamente para que formara y dirigiera la nación ante la
amenaza insoslayable.

No estamos ante un oráculo, sino ante alguien que se anticipa al


movimiento en su visión. En su libro pone el ejemplo muy gráfico del
comportamiento de los inversores en los mercados financieros; son muy
pocos los que saben ver en qué momento exacto el mercado gira hacia
arriba o hacia abajo. 
Considera que la sociedad y su pensamiento dominante es un gran
paquebote lanzado en trayectoria rectilínea y cuya masa le impide girar con
agilidad. 
Cuando el mastodonte empieza a girar, la realidad –esa rápida fueraborda,
dice Du Plessis– ya navega a toda velocidad desde hace tiempo. Sus
palabras son exactas: "Si bien el pensamiento dominante puede servir de
brújula, el método correcto debe consistir en buscar las tendencias de
futuro sin pensar que lo correcto es lo que hace el mayor número de
personas".

Para el autor, la Tercera Guerra Mundial es una venganza de la naturaleza


sobre el hombre. Consagra el retorno del Derecho Natural, tal como lo
concebían los grecolatinos: el hombre forma parte de la naturaleza, está en
la naturaleza. Está sometido a sus leyes. 

A partir del siglo XVIII, el pensamiento occidental ha puesto el acento en un


voluntarismo que separa al hombre de la naturaleza y le confiere la misión
de adueñarse de ella. 
La Tercera Guerra Mundial consagrará el fracaso de este
voluntarismo.Glucksmann también lo anuncia: Occidente choca. Todo está
en juego. El tañido fúnebre por el fin de la historia queda suspendido. El
carillón de un nuevo comienzo contiene su aliento.

You might also like