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INNOVACIÓN PARA CREAR VALOR

Tareas pendientes en Chile y Latinoamérica

Francisco Arroyo Schick


Economista, PUC
Investigador - Facultad de Economía y Negocios - Universidad de Chile
Director CID
Centro de Innovación para el Desarrollo
Universidad de Chile

RESUMEN
El presente trabajo trata acerca de la innovación, agregar valor y crear valor, a su vez
compara los resultados de Chile y otros países latinoamericanos con los un grupo de
países asiáticos que han tenido la capacidad de innovar para renovar permanentemente su
oferta, reinventando permanentemente su base productiva y empresarial, respondiendo
asertivamente a las oportunidades de la actual era de globalización de las actividades
económicas.

Entrega una visión de cuales han sido las barreras que han retrasado a la región
Latinoamericana y sugiere tareas pendientes.

Se postula que las grandes innovaciones pendientes son básicamente conceptuales,


especialmente aquellas que permitirán impulsar negocios de mucho mayor complejidad
que los de los productos básicos. Se estima que las adversas condiciones generales para
innovar, emprender y articular redes asociativas son las causantes del escaso desarrollo
de nuevos emprendimientos innovadores, como también del retraso tecnológico y
educacional de la región. Se sugiere cambios importantes en el rol de los programas
públicos de fomento.

1
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo no pretende desconocer ni menospreciar los inmensos avances de
Chile y otros países de la región en las últimas décadas, si estos no existieran no sería
posible plantear los desafíos y las enormes oportunidades que aquí se tratan. Dicho esto
es necesario asumir los rezagos en la capacidad y los resultados de las economías de la
región para innovar y crear valor en la actual era de la globalización. Esto con miras a
hacer aportes para encontrar las trabas que explican dicho rezago y las soluciones que
pueden resolverlas.

Situación actual
En la mayoría de los países y especialmente en Latinoamérica, cuando se habla de
innovación y creación de valor estos conceptos aparecen como algo abstracto y confuso,
incluso para la gente de las empresas que deberían ver en ellos grandes oportunidades,
ciertamente no estamos insertos en un medio innovador.
En Chile la innovación se entiende localmente como sinónimo de invención, se asimila
con lo tecnológicamente nuevo, con los registros de nuevas patentes relacionadas con
producción industrial, lo cual es muy limitante dado corresponde sólo a un tipo particular
de innovación, la innovación tecnológica. Es además incorrecto porque aún en el caso de
las innovaciones tecnológicas lo que genera innovaciones propiamente tales es mucho
más que las patentes industriales, es su implementación y comercialización lo que
demanda una extensa y coordinada red de esfuerzos y talentos no industriales ni
tecnológicos.
Es sabido que las ideas de los genios inventores toman mucho tiempo en aterrizar, tanto
que muchas veces no lo logran y cuando lo logran normalmente es gracias a la
colaboración de emprendedores visionarios y equipos capaces de desarrollar nuevos
escenarios y resolver toda suerte de barreras de entrada a la innovación que siempre son
muy poderosas. Un buen ejemplo en este sentido lo constituyen los inventos relacionados
con nuevas fuentes de energía. Se afirma que hace décadas se han inventado motores a
agua, helio, nitrógeno y otros, sin embargo ninguno de estos ha constituido hasta ahora
una innovación en la industria automotriz, ni tampoco en la industria energética, donde si
se han posesionado como innovaciones otras invenciones relacionadas con la energía
atómica y solar.
Adicionalmente hay otra implicancia de confundir innovación tecnológica con
innovación económica, se crea un sesgo muy dañino por cuanto para innovar no
necesariamente hay que inventar algo tecnológico, lejos de eso las grandes innovaciones
en términos de significación económica y creación de valor provienen de nuevos modelos
de negocios y organización que utilizan tecnologías disponibles de una manera
innovadora y comúnmente con fines nuevos.

Objetivo del documento


El propósito general de este documento es aclarar los conceptos relacionados a estos
temas, de modo de promover el desarrollo de un nuevo escenario conceptual,
fundamental para que Chile y el resto de los países latinoamericanos mejoren su
capacidad de crear valor en el mundo global.

2
Definición de innovación económica
Por innovación en términos económicos debe entenderse la introducción exitosa de
nuevas ideas, métodos, productos o servicios para generar un mayor valor económico
respecto de lo que antes se hacía con los mismos recursos.
Es decir, lo esencial de la innovación es que crea mayor valor, aún cuando no invente
nada, ni use nuevas tecnologías. Su esencia no es la invención si no organizar las
actividades o usar los elementos de producción de otra manera, sustituir la forma
tradicional de hacer en un medio determinado o bien crear nuevos productos o servicios
que antes no existían. La innovación no es hacer las mismas cosas mejor, es hacerlas de
modos muy diferentes que reportan ventajas económicas importantes, o bien es utilizar
los viejos recursos para hacer cosas distintas de mayor valor.

Innovaciones tecnológicas versus adaptar innovaciones


Otro ámbito de confusiones es acerca del valor de las innovaciones tecnológicas,
normalmente se confunden hechos muy diferentes, innovar con adaptar nuevas
tecnologías innovadoras. La creación de valor de la innovación sólo se da en la industria
donde emerge, esta es la que comercializará los nuevos productos y gracias a ello
obtendrá recompensas, pero no corresponde considerar parte de la creación de valor de la
innovación las mejoras que se producen el las industrias que adoptan las innovaciones
tecnológicas, las que no hacen otra cosa que poner al día sus prácticas, lo cual es muchas
veces forzoso para su subsistencia.
Por ejemplo, si se inventa una nueva vacuna para una determinada enfermedad que afecta
a lo salmones, la que mejora la subsistencia de los peces, ello no corresponde a una
innovación en la industria la del salmón, que sólo mejora sus prácticas. Hay una
innovación sin duda, un nuevo producto que supero a los anteriores pero esta ocurre sólo
en la industria farmacéutica. En este ejemplo el único valor de la innovación que
debemos contabilizar como creación de valor es el que produce la comercialización de la
vacuna, el incremento en la producción de salmón no tiene porque ser considerado
producto de la innovación.

Importancia de la innovación
Como se observa en los gráficos siguientes la importancia de la innovación es decisiva en
la era actual, no se puede competir con viejos modelos, prácticas, productos, sin quedarse
atrás y perder competitividad, por ello tratar este asunto en profundidad tiene una alta
prioridad para Chile y la región.
Para progresar con efectividad hace alta mayor claridad respecto de esta dimensión clave
a la hora de entender cómo crear valor y cómo aprovechar las oportunidades que ofrece la
globalización, es necesario liberarse de los antiguos paradigmas que atrapan y no dejan
ver más allá de la propia función de producción de las empresas.

Para apreciar la enorme importancia de la innovación como fuente de creación de valor


vale la pena comparar el desempeño chileno y latinoamericano con el de países que han
establecido recientemente poderosos sistemas innovación, para responder a las
oportunidades globales.

3
Finalmente s intentará analizar cuales son algunas de las innovaciones pendientes
esenciales que es necesario impulsar para salir del actual paradigma de productores
primarios.

Poder de la innovación: Evidencia Internacional


El grafico nº1 refleja el crecimiento del valor agregado del sector industrial en Argentina,
Brasil, Chile y México cifras que son comparadas países del sudeste asiáticos y China los
que sobresalen por su capacidad de reinventar sus economías en las últimas décadas,
periodo en que han aprendido a crear valor innovando permanentemente.
La diferencia entre ambos grupos es enorme y las proyecciones son realmente
preocupantes.
Por ejemplo, si se mantiene las tasas promedio de incremento de 17% para Corea y 3.8%
para Chile, a este último le tomaría 108 años alcanzar el crecimiento industrial logrado
por Corea en el periodo 1970-2003. Sin embargo, para entonces, año 2078, el crecimiento
acumulado del sector industrial de Corea alcanzará (Base 1970=100) un índice
230.476.280, más de 80.000 veces superior al valor 3471 que estaría logrando Chile.
Ciertamente no es posible proyectar el desarrollo de un país en los próximos 75 años en
base a su trayectoria en los últimos 30, pero la comparación si permite percibir la
importancia del atraso relativo latinoamericano y la urgencia de comprender sus causas.

Gráfico Nº 1

Como lo muestra el grafico nº2 la situación es muy similar en la industria de servicios.


Chile destaca en su región, pero avanza muy lentamente en relación al grupo de países
que ha sabido aprovechar las oportunidades de la globalización.

Gráfico Nº 2

4
Basar la comparación en los sectores industrial y servicios no es arbitraria, son los
sectores transables con mayor crecimiento mundial en las últimas décadas, muy por sobre
los sectores básicos como agricultura y minería, cuyo valor relativo es cada vez menor en
el concierto mundial.

Hipótesis:
El origen de las diferencias está en que las economías industriales emergentes del
Asia han aprendido a crear valor, mientras las economías latinoamericanas siguen
mayoritariamente dedicadas a agregar valor a sus materias primas
Aquí se plantea como hipótesis que el dinamismo de las economías asiáticas señaladas se
sustenta en su capacidad superior de producir innovaciones como fuentes de creación de
valor en el mundo global.
No se pretende en este trabajo demostrar la hipótesis planteada, ello rebasa las
posibilidades del presente artículo, dado que requiere una investigación de gran
envergadura, sin embargo se pretende presentar el caso para abrir el camino a la
realización de los estudios requeridos.

Los resultados en creación de valor para una economía innovadora respecto de una que
no lo es son evidentes. Efectivamente el cuadro nº3 muestra que los países en que los
sectores que tiene potencial para crear valor crecen fuertemente el crecimiento del
ingreso per capita es también muy superior al de las economías basadas en producciones
primarias.
Esta evidencia no puede sorprendernos, en la industria y los servicios las posibilidades de
crear valor en base a innovaciones son ilimitadas, muchas veces sin requerir mayores
recursos. Se debe tener en cuenta además que la innovación que crea valor en estos
sectores no es sólo la tecnológica, son también – y mayoritariamente- las nuevas formas
de organizar los negocios o de brindar servicios a los consumidores.
En los sectores primarios no existen posibilidades equivalentes, sus productos enfrentan
precios de mercado indiferenciados que los productores no controlan; innovaciones en el

5
sabor o el color, la presentación, la forma o las funcionalidades no tienen cabida,
tampoco la seducción ni la fidelización de los clientes; no caben innovaciones para crear
valor en un sentido estricto del concepto.

Es muy importante percibir que las innovaciones en los productos primarios están
constreñidas a mejorar la eficiencia, bajar costos, aumentar la productividad de los
recursos, todo esto se traduce en mejoras que permiten agregar valor pero sólo en el
sentido que los márgenes brutos podrían ser mayores. Los productos básicos no cambian
su posición de mercado fácilmente, su precio continuará siendo muy similar aún cuando
el producto se limpie o se dimensione mejor. Nada de ello crea valor en el sentido que
ocurre al transformar unos kilos de diversos metales en una pieza automotriz construida
con alta tecnología y sofisticadas aleaciones, o de una bolsa de legumbres y hortalizas en
potes de sopa preparada para niños.
Más aún, no es seguro que la invención de nuevas tecnologías cree valor globalmente
considerada cuando su utilización sólo mejora las técnicas de producción de bines
básicos. Más bien casi siempre a mediano y largo plazo las innovaciones llevan a
aumentos considerables de producción que terminan por generar crisis de sobre
producción, empujan los precios hacia abajo y las industrias como un todo pierden
capacidad de generar valor agregado a medida que los márgenes se reducen. Esto es
históricamente cierto en la mayoría de las fases por que pasan la mayor parte de los
recursos naturales. Además es altamente probable que los industriales que priveen las
nuevas tecnologías logren apropiarse de una parte cada vez mayor del valor generado en
la explotación de las materia primas.

La escasa comprensión de estos fenómenos por parte de expertos, autoridades y


empresarios en Latinoamérica ha mantenido a la región atrapada en esfuerzos de baja
proyección en el mundo global, centrados en la producción de insumos básicos. A la
escasa posibilidad de crear valor se debe agregar el permanente deterioro en los términos
de intercambio entre productos primarios y bienes sofisticados. Las materias primas son
cada vez un porcentaje menor del valor de los automóviles, los equipos de alta
tecnología, los servicios e incluso los alimentos, por ello su participación en el ingreso
mundial es cada vez menor. Mientras no haya cambios en este escenario la lucha por
llegar al desarrollo se dará mayormente en los sectores industriales y servicios.

Cómo muestra el gráfico nº3 la evolución la evolución del PIB per capita de los diversos
países es similar al de los sectores industria y servicios. Chile es la estrella regional con
un índice 236, muy superior al 193 de Brasil, pero muy inferior al del resto de los
asiáticos. En los últimos 20 años Chile, al igual que todos los países de América Latina,
por no haber impulsado la innovación como el motor para modernizar sus sectores
productivos ha perdido una clara oportunidad de lograr un alto nivel de desarrollo
sustentable.

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Gráfico Nº 3

Crear Valor versus Agregar Valor


Un ejemplo puede terminar de aclarar el punto central respecto de lo que en Chile no se
está haciendo para crear valor.
El sector forestal chileno es uno de los más dinámicos del país, sus exportaciones físicas
han crecido sostenidamente como también el valor exportado por tonelada exportada, que
se ha duplicado en el periodo 1985 – 2003. En conjunto las exportaciones chilenas de
productos forestales pasaron de US$ 41,7 millones en 1970 a US$ 3.397 millones en
2004, un resultado notable, un incremento de más de 80 veces, 1 .
En el mismo periodo Ikea, empresa fundada en 1943 por un joven sueco de 17 años, nos
muestra el real poder de la innovación. Su empresa 1970 vendió US$ 1.9 millones
mientras en el año 2004 facturó US$ 15.500 millones (con un incremento más de 8.156
veces) 2 . No se está comparando una boutique de muebles con una industria completa, las
actividades de Ikea son aún de mayor envergadura que las de un sector forestal-industrial,
de hecho se trata de una extraordinaria plataforma integradora de diversas industrias,
emplea 70.000 personas en 52 países, utiliza anualmente 5 millones de toneladas de
madera.
Por su parte, los exportadores chilenos del rubro, grandes compañías forestales y
papeleras incluidas, utilizan 14 millones de toneladas y emplean 124.000 personas. Si
dicho sector forestal aprendiera a crear valor como lo ha logrado Ikea, entonces sus
exportaciones valdrían del orden de 43.000 millones de dólares en lugar de sólo 3.500.
Esta gruesa estimación sólo permite establecer un orden de magnitud, sin embargo es

1
Fuente: CONAF, INFOR, Exportaciones Forestales Chilenas, Boletín Estadístico 99, 2004.
2
Fuente: IKA Corporate Site, www.ikea-group.ikea.com

7
consistente con estudios que muestran que los insumos básicos terminan representando
alrededor del 10% del valor de los productos finales.

Estos datos permiten visualizar el valor de la innovación como ventaja competitiva y


fuente de creación de valor. Al sector forestal nacional le ha tomado casi 20 años duplicar
el valor de la tonelada exportada. ¿Refleja eso capacidad innovadora?, más bien aparece
como una lenta capacidad de adaptación a los cambios en la demanda, de hecho ninguno
de los productos que ofrece o ha ofrecido podría ser considerado un producto innovador
en términos globales, siempre se ha tratado de bienes básicos de uso común,
“commodities”, lo que no quita mérito desde el punto de vista de los logros locales.
Después de décadas aún los principales productos de exportación forestal son la celulosa
y las maderas dimensionadas, que compran otros países emergentes para transformarlas
en productos de alto valor. Lamentablemente la tendencia no tiene señales de cambio, las
inversiones anunciadas para los próximos años siguen centradas en los mismos
productos. Mientras en los países más innovadores los productos se renuevan
constantemente y su valor promedio se duplica cada tres años.

Visión país versus visión privada


Frente a estos hechos es muy corriente escuchar de parte de los representantes de las
grandes empresas que explotan recursos naturales y las que producen productos básicos
explicaciones en el sentido que para ellos los grandes negocios están precisamente en los
productos básicos, en los que son actores de primer nivel, que en la elaboración de ellos
es mucho más limitada la oportunidad de obtener beneficios. Sin embargo objetivamente
no se puede asumir como argumento del inmovilismo de la región que son mejores los
negocios simples y que las empresas de la región no están interesadas avanzar más
adelante en la cadena de valor, como se pretende argumentar. Hay en ello la actitud del
avestruz, a pesar que no hay estudios concluyentes que lo demuestren, sabemos que los
productos primarios son adquiridos por empresarios que gracias a sus mayores
capacidades, obtienen rentabilidades muy atractivas en su transformación, de otro modo
no los comprarían, preferirían comprar las mimas o los bosques. El estancamiento en la
diversificación local de la oferta corresponde precisamente al conformismo y
conservadurismo del medio empresarial y de las autoridades a cargo del fomento
productivo que aceptan asumir un rol limitado en el concierto global, su temor al fracaso
no les permite correr los riesgos de dar un paso más. Sin embargo, como lo muestran las
cifras mencionadas ello reviste un grave riesgo para el país y la región, la que será cada
vez menos relevante globalmente si no se crear nuevas capacidades para participar en las
oportunidades de la actual era global.

Es urgente impulsar los estudios que permitan aclarar la situación, parece evidente
concluir que la región debe mejorar sus capacidades para aspirar a un mejor futuro, es
decir debe reinventarse, innovando. Actualmente los esfuerzos están enfocados en
mejoras graduales y no en aprender a crear valor, por ese camino simplemente no se llega
al nivel de desarrollo deseado, los países emergentes que lo han logrado en diversas
regiones tienen en común haber impulsado grandes planes de desarrollo, ambiciosos y
riesgosos, ellos han buscado una profunda renovación de sus capacidades para participar
en negocios de alto potencial en industrias y servicios sofisticados, impulsado con

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cuantiosos recursos el surgimiento de nuevas generaciones de empresarios y nuevos
rubros, a partir de ello han encontrado nuevas oportunidades muy lejanas para nuestra
región conservadora y conformista.
Es urgente analizar objetivamente nuestra situación, hasta donde se puede llegar
agregando valor, sin aprender a crear valor.
Si se demuestra la urgencia de aprender a crear valor también será necesario mostrar la
necesidad de que las estrategias nacionales en innovación evolucionen radicalmente en
las empresas, en el aparato gubernamental de fomento y también entre los responsables
del desarrollo de la educación y el capital humano, el bajo nivel educacional en la región
no es otra cosa que el reflejo de que aún estamos muy mayoritariamente generando
empleos de bajo requerimiento en que el oficio se aprende en la práctica, donde se valora
más la disciplina que la capacidad de generar nuevas soluciones. Aquí lamentablemente
no se requieren trabajadores de excelencia, ni personas de gran creatividad, ni
investigadores de frontera, no hay desafíos para ellos, se buscan personas capaces de
realizar trabajos conocidos de acuerdo a las mejores prácticas.

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LAS GRANDES INNOVACIONES REQUERIDAS SON CONCEPTUALES
Los hechos reportados sugieren múltiples preguntas: ¿Que no se está haciendo bien?,
¿Por qué las grandes compañías de la región no son como Ikea? ¿Por qué aún se exporta
cobre como mineral, cada vez con menor elaboración? ¿Cómo se pretende ser una
potencia alimentaria exportando productos básicos?
Parece evidente que están actuando graves fallas que no son percibidas, ya que las
políticas de fomento productivo ni las capacidades empresariales han conducido a
aprovechar las oportunidades de la globalización como lo han hecho varios países
asiáticos.
Es urgente dar voces de alarma, a pesar de que se minimiza el desafío y normalmente se
buscar avanzar, echarle para adelante, esto no resulta en temas complejos, como en
educación, innovación o salud pública, se requiere para encontrar el rumbo es
financiamiento público para estudiar la situación en profundidad, las conclusiones
generarían importantes externalidades y evitarían perpetuar el atraso, que en parte
proviene de que se trata de seguir ejemplo de países exitosos con poco conocimiento de
los asuntos esenciales y sin mayor análisis. Claramente lo que observamos como
resultado es lo que se puede esperar de las misiones de expertos que van y vienen sin
entrar a la raíz de los asuntos.

Algunas fallas de comprensión son evidentes, pero pasan desapercibidas porque se


generan consensos de sentido común, que no siempre es el mejor consejero. Por ejemplo,
falta realismo en los cálculos de las autoridades que diseñan las políticas de fomento,
ellos confían en que serán empresas establecidas y tradicionales las que van a innovar,
desconociendo la enorme evidencia acumulada a partir de lo estudios de Michael Porter 3
y los cientos de otros casos que demuestran lo contrario.4

La confianza ciega en el mercado ha dejado al país sin un responsable de asumir aquellos


problemas de mayor envergadura que son necesarios resolver para participar en las
oportunidades globales emergentes, se trata de “fallas de mercado” y barreras de entrada
que en muchos casos sólo los puede abordar la autoridad, ya sea directamente o a través
de poderosos incentivos.
Uno de los grandes cambios que se requieren en el escenario local para que sea propicio
para la emergencia innovaciones y emprendimientos innovadores tiene que ver con la
falta de rigor para apreciar lo que el mercado resuelve y aquello en lo que no ofrece
soluciones o simplemente falla. Cabe señalar que el mercado funciona muy bien con
pocas regulaciones, pero esto es cierto sólo para los negocios que son claramente visibles
para los agentes del mercado, reconocer esto es indispensable para los expertos en
fomento productivo, una vez más faltan estudios que lo hagan un dato de la causa.

3
Ver el sorprendente resultado de las investigaciones respecto de quienes lideran la innovación que se
consigna en “La Ventaja Competitiva de las Naciones” de Michael E. Porter, 1991.
4
Día a día se observa como las empresas establecidas se equivocan con la innovación. ATT en los 80,
siendo la mayor empresa de comunicaciones del mundo, la única experta según ellos, no vio la oportunidad
de los celulares, los descartó porque según sus estudios sólo sería un pequeño negocio de 2 millones de
abonados para el año 2.000. En realidad fueron 800 millones. En los 90 se volvió a equivocar con la
telefonía IP, no se interesó. Google fundada en la innovación como ventaja competitiva le dará la estocada
final a la telefonía tradicional.

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El mercado tradicional y conservador simplemente no es competente para las
oportunidades por alumbrar, más bien es sorprendido por ellas cuando emergen, para que
estas se desarrollen se requiere la intervención de las autoridades capaces de proyectar
grandes cambios o bien de emprendedores visionarios impulsados a emprender y
planamente financiados por poderosas industrias de capital de riesgo dispuestas a perder
para encontrar primero los grandes proyectos del futuro.5
Es altamente posible que no haya forma e mejorar la situación de la región sin impulsar
efectiva y comprensivamente el desarrollo de una poderosa industria de capital de riesgo,
la que no solo debe financiar proyectos sino también las semillas de los proyectos de
inversión que son los Planes de Negocios innovadores. Este es un asunto esencial que se
trata en mayor profundidad en otro documento dedicado a la materia. 6

Otra falla evidente en la región es que los esfuerzos para impulsar el progreso están
focalizados a la escala de las empresas y en la innovación tecnológica propiamente tal,
desconociendo la necesidad de montar grandes plataformas de integración para participar
más ventajosamente en las redes globales.
No se puede encontrar eficientemente loo que no se está buscando, las grandes opciones
de renovación no están en la agenda local y si llegan a proponerse no están las
condiciones para que prosperen, por ello no han surgido grandes fuerzas capaces de
generar innovaciones de valor global.
En los párrafos sucesivos y como un avance a la formulación de un estudio mayor, se
intentará señalar cuales serían las innovaciones conceptuales indispensables para entrar al
club de los que crean valor.

I Innovación Pendiente: Aprender a crear valor


Aprender a crear valor es un oficio muy complejo, que parte por visualizar oportunidades
de sorprender al mercado con productos y servicios superiores. Tiene que ver con integrar
recurso de manera creativa utilizando todas las tecnologías disponibles, como lo
demuestra la historia económica no tiene una relación directa con la innovación
tecnológica que en el escenario local es la única que se considera como fuente de
creación de valor.
De hechos las innovaciones tecnológicas son fuente de creación de valor, pero sólo para
las empresas tecnológicas, el resto de las empresas deben innovar en modelos de
negocios para crear mayor valor, limitándose a usar las tecnologías adecuadas como
apoyo.
Un estudio reciente acerca de la innovación y lo que crea valor, publicado en Harvard
Business Review 7 , reporta el resultado de analizar 100 años de trayectoria de grandes
compañías reconocidamente exitosas. Los resultados demuestran que la mayor parte las
grandes innovaciones capaces de crear valor no se sustentaron en innovaciones

5
Otro estudio fundamental a realizar para avanzar en este complejo tema es precisamente la relación de la
industria de capita de riesgo con el desarrollo de la innovación y la renovación de la base productiva y
empresarial del país.
6
Sobre las condiciones que debe cumplir la industria de capital de riesgo en Chile ver: Chile un paraíso
para innovadores, ¿cómo? - Revista Economía y Administración Nº 150 – Octubre Noviembre 2005 –
Universidad de Chile
7
Blue Oceans Strategy, W. Chan Kim y Renée Mauborgne - HBR Octubre 2004

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tecnológicas, sino más bien en innovaciones conceptuales que los autores llaman “Value
Pioneering”. Los pioneros generalmente usaron tecnologías existentes, lo innovador
fueron los modelos de negocios que crearon valor mejorando productos o servicios y con
ello dejaron muy lejos a sus competidores.
Henry Ford no inventó nuevas tecnologías para revolucionar la industria automotriz, sólo
creo nuevas formas de integrarlas, de reorganizar las prácticas en diversos planos,
especialmente el industrial y el comercial, no requirió para ello de ninguna nueva patente.
Lo innovador no eran sus automóviles, los que por el contrario eran muy básicos, lo
innovador fue su plan de negocios basado en romper el precio de mercado para
masificarlos. Llegó a tal extremo que logró entrar al mercado de los carruajes tirados por
caballo con un automóvil que se les acercaba mucho en el precio, que era muy simple y
confiable, pero apenas una fracción del precio de los autos de elite que se hacían hasta
entonces.
La estrategia Ford está también detrás del éxito de muchas otras empresas notables, como
Ikea. Cuyo fundador manifiesta que su innovación fundamental ha sido ofrecer
consistentemente a sus clientes productos buenos y baratos, inventando nuevas
soluciones con tecnologías probadas. A su juicio, su éxito deriva de que sus competidores
ofrecen productos baratos pero malos o bien buenos pero caros.

II Innovación Pendiente: Impulsar la emergencia de una generación innovadora.


Esto a partir de que es necesario comprender que los innovadores no son los empresarios
establecidos. Chile y la región requieren urgentemente renovarse conceptualmente para
comprender cómo se crea valor y también para reconocer quienes son los que pueden
crearlo.
Esto será más posible tras estudios que obliguen a asumir definitivamente que haciendo
más de lo mismo, aún haciéndolo cada día mejor, no se llegará mucho más lejos, no
cumplirán las expectativas de alcanzar el desarrollo. Dedicarse a crear valor no es
dedicarse a generar una mayor productividad. También requiere aceptar que las empresas
establecidas en sus nichos tradicionales no son las que van a crear nuevo valor, excepto
que generaren una poderosa cultura innovadora como su principal estrategia competitiva,
es decir que cambien su giro histórico, transformación que muy pocas logran.
Consecuentemente estarían mal fundados y serían un freno al desarrollo de las
innovaciones aquellos programas de fomento que exigen a los innovadores emergentes
incorporar empresas consolidadas, que supuestamente van a ser capaces de juzgar el
valor de la innovación y para demostrarlo participarán con capital de riesgo. La evidencia
muestra que los socios conservadores se comportan de modo diferente a lo previsto en
dichas estrategias. Primero, las empresas establecidas normalmente son las últimas en ver
las nuevas oportunidades, las reconocen cuando es tarde para entrar, cuando los mercados
están madurando. Segundo, las empresas productoras de bienes básicos no desarrollar
culturas innovadora, no invierten en innovación, muy por el contrario tienen su foco
estratégico en disminuir costos, dado que enfrentan precios de mercado que se deterioran
sistemáticamente como tendencia de largo plazo, debido a la entrada de nuevos
competidores, ellos se focalizan en hacer bien lo que saben hacer y adoptarán las mejores
prácticas sólo una vez que su rentabilidad está probada, su estrategia contempla
renovarse, pero no innovar.

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III.- Innovación pendiente: Impulsar la emergencia de redes de especialistas
Las empresas innovadoras son una generación diferente de empresas, normalmente no
son única ni fundamentalmente empresas productoras, ni tampoco empresas tecnológicas,
ellas articulan productores especializados y proactivos, compran las tecnologías
disponibles o encargan su desarrollo, normalmente su vocación es constituirse en
verdaderas plataformas de integración capaces de articular grandes cambios en las forma
de operar y sobre todo en la forma de vincularse con los mercados consumidores. Este
tipo de empresas son esencialmente generadoras de redes asociativas compuestas por
especialistas, es decir poderosos clusters, casos emblemáticos recientes los vemos en Dell
Computers y Amazon.
Lamentablemente, sin embargo en los mercados locales dominados por el paradigma
conservador los nuevos integradores son considerados meros comerciantes, así los
percibe la cultura oficial económica del paradigma tradicional y también por los
administradores de los fondos públicos para la innovación, que aún no validan su aporte
innovador. Carlota Perez, experta en el estudio de los ciclos económicos indican que el
paradigma conceptual latinoamericano está dominado aún en el escenario industrial de
mediados del siglo pasado. Aún no entra en la era de las redes.
Para fundar culturas de redes faltan muchos elementos, desde la confianza a desarrollar la
capacidad de crear valor, las redes son para hacer cosas complejas que crean valor, eello
permite que las relaciones que se establezcan sean ganar ganar. La participación de las
autoridaes en generar las condiciones requeridas es simplemente insustituible, las
barreras de entradas a los nuevos modelos de negocios son demasiado altas para los
empresarios independientes, por otro lado las externalidades son inmensas.

IV Innovación Pendiente: Administrar la función integral de creación de valor


La oportunidad de Chile y la región es muy clara; la señalan todos los expertos que nos
visitan, se trata de invertir para crear nuevos productos en base a los que sabe hacer
actualmente, alimentos en lugar de productos básicos, como Francia; muebles, casas y
productos de papel en lugar de tablones y celulosa como los países nórdicos; insumos
industriales de alta tecnología en lugar de minerales, como los asiáticos que los compran,
etc. Sin embargo no es fácil insertarse más alto en la cadena de valor.
Para descubrir sus oportunidades los exportadores nacionales y las autoridades de
fomento se beneficiarían al comprender más cabalmente la cadena de valor en que están
insertos. Esto se logra con estudios que permitan dimensionar el significado económico y
patrimonial de que los productos básicos sean adquiridos para alimentar industrias
capaces de transformarlos en soluciones a las necesidades reales de clientes finales. Se
deberían conocer cabalmente los procesos que crean valor después de la venta de los
productos locales. Reconocer que existe un mundo muy complejo trabajando para que los
productores básicos de la región tengan compradores.

Sólo una mirada integral a la industria que se pertenece, revisando oportunidades desde el
origen de las materias primas hasta los consumidores, permitirá visualizar el valor

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potencial de las ventajas que se pueden lograr innovando como integrador de la cadena de
valor, jugando un nuevo rol, aún sin innovar en tecnologías, ni en productos.

La diferencia de fondo la hace qué es lo que la empresa administra, las locales casi sin
excepción son productoras que administran su propia función de producción y compiten
frontalmente con sus pares. Las empresas que son efectivamente capaces de crear valor
para aprovechar las oportunidades globales no se define como productoras, son más bien
plataformas integradoras que administran la cadena integral de creación de valor.
En Latinoamérica el ejemplo más destacado de la transformación propuesta lo ofrece la
mexicana Cemex que abandonó su posición de gigante productor de cemento para ofrecer
soluciones a las necesidades de sus clientes. Cambió radicalmente su posición en el
antiguo negocio de la construcción. Se volcó de lleno a administrar la cadena de valor,
terminó incluso financiando construcciones y construyendo casas, para ello creó una
poderosa y diversificada red operacional. Su transformación le mostró, además, que para
dejar atrás a sus competidores requería innovar en las tecnologías de producción capaces
de potenciar su nueva estrategia de negocios, para ello llamó a concursos de ideas, buscó
intensamente soluciones, no se le dieron solas, invirtió fuertemente en decenas de
opciones sin saber cual sería la clave del éxito, no buscaba una simple mejora marginal.
Gracias a su renovación ha logrado desplazar a sus competidores e incluso derrotar a
antiguos gigantes en países desarrollados, que nunca aprendieron a crear valor.

Para cambiar el actual paradigma será necesario ver la realidad tal como es, como hoy lo
reconoce Cemex, no como se acostumbra en la región. Los productores latinoamericanos
“contratan implícitamente” a miles de operadores reales y capaces para que transformen
sus productos básicos en bienes finales, sin ellos no tendría sentido explotar bosques ni
minas. Asumir esta realidad y disponerse a tomar parte más allá de la propia función de
producción es la base para el progreso de las empresas de la región, antes que ello ocurra
no surgirán actores globales.
Esto no es ciencia ficción ni truco contable, de hecho año a año las empresas chilenas
implícitamente pagan fortunas, varias veces el PIB del país, para que sus productos se
integren al mundo. Lamentablemente, el medio no lo percibe, está bien domesticado, ni
siquiera aspira a administrar el resto de la cadena de valor que cae fuera de su función de
producción.
Utilizando los datos de Ikea se podría estimar el valor que crean los aportes de aquellos
que transforman los productos forestales chilenos en productos finales, se trataría de más
de 40.000 millones de dólares de creación de valor en los que el país no participa. Algo
similar ocurre en las industrias alimenticia y minera.

V Innovación Pendiente: Abordar las grandes oportunidades para la región


Si las hipótesis expuestas son correctas, los programas públicos pro innovación y
fomento productivo deberían enfocarse 100% a capturar para la región parte cada vez
mayor de ese valor, en lugar de pretender mejorar empresas que hoy ya son muy buenas
como productoras primarias y que no invierten en innovación porque no les interesa (por
cuanto no les reporta creación de valor), aún cuando disponen de los fondos para hacerlo.
Los tratados de libre comercio son una gran oportunidad, pero si el paradigma
empresarial y de fomento no evoluciona serán muy mal aprovechados.

14
VI Innovación Pendiente: Plataformas Integradoras de la Cadena de Valor.
¿Pero cómo puede empezar a innovar un productor básico que apenas duplica el valor de
sus productos cada 20 años? Para innovar se requiere mucho más que saber producir o
imitar. Es primordial entender que se forma parte, ineludiblemente, de una cadena
integral de creación de valor. Asumida esta perspectiva surgen espacios de oportunidades
realmente relevantes.
La innovación en Latinoamérica debe fundarse en nuevos agentes cuyo foco esté en
administrar la cadena integral de creación de valor, para ellos el foco no está en la
innovación tecnológica, sólo les interesa usarla, su foco está en crear valor, su lógica es
totalmente diferente a la del productor básico. Sólo impulsan nuevas tecnologías cuando
es la pieza que les falta para sus proyectos, como lo ha hecho Cemex al reducir
drásticamente la escala de sus plantas.
Los emprendedores que innovan mayoritariamente son aquellos que descubren nuevas
oportunidades y se movilizan para aprovecharlas. 8 Ello depende esencialmente de sus
capacidades de asumir una gestión integral sobre toda la cadena de valor, sin
restricciones, incluida la gestión de las tecnologías. Muy pocos empresarios de
producción las tienen. En Latinoamérica hace falta impulsar una nueva generación
empresarial que opere y desarrolle redes o clusters conformados por productores
especialistas a fin de mejorar su posición global.
Ikea, es un ejemplo de plataforma de integración capaz de administrar toda la cadena de
valor, no solo la función de producción industrial y forestal, también las necesidades de
los consumidores, el diseño, la logística, las confianzas, el financiamiento. Esto le
permite por una parte administrar toda la cadena de valor como su propio negocio y por
otra obtener la flexibilidad requerida para llegar primero a las nuevas oportunidades.
Sin embargo no basta con crear plataformas integradoras, estas sólo funcionarán si son
capaces de impulsar la cultura asociativa, ya que deben fundarse en redes.
No basta con ver las oportunidades en la cadena de valor, también hay que ser capaz de
reaccionar y ello es una tarea imposible para una empresa aislada, mucho más aún para
una empresa que hace de todo por si misma. 9
La estructura organizacional tradicional falla frente a la complejidad, indispensable a la
hora de crear valor propiamente tal. Las investigaciones indican que las empresas
regionales son buenas sólo en las tareas simples, en las que se pueden abordar
eficientemente desde una empresa aislada, jerárquica e integrada verticalmente. Ello no
es casualidad. Las empresas aisladas son buenas para hacer productos simples y
repetitivos. Normalmente a ello se dedican aquellas que tiene éxito.
Por su parte, los productos de alto valor están sujetos a modas cambiantes y mejoras
constantes, esto se refleja en las diferencias entre producir tablones y producir mesas.
Todo, desde la elaboración y el diseño hasta la comercialización de los tablones es simple
comparado con la mesa.

8
Estudios al respecto estiman que las ventas que provienen de crear nuevos productos y mercados generan
sólo el 7% del total de las ventas de los innovadores, en los países desarrollados.
9
Algunas empresas locales mejorarían significativamente sin ninguna inversión adicional si sólo fueran
capaces de separar asertivamente los múltiples giros que administran atados unos a otros, sin llegar a ser
especialistas en ninguno, normalmente pierden el foco de su negocio por no saber articularse con otras.

15
Para ofrecer productos y servicios de alto valor hay que abordar una complejidad
ilimitada, ser expertos en reaccionar. En productos y servicios sofisticados las variables
en juego y los factores críticos de éxito se multiplican exponencialmente, además
cambian constantemente, lo que requiere colecciones de especialistas asumiendo con
autonomía responsabilidades directas y muy diversas.

Latinoamérica no tiene cultura asociativa porque sus empresas consolidadas no ven las
ventajas de asociarse, objetivamente ello no les ayuda a crear valor cuando son
productores primarios, enfrentan un precio de mercado dado, consecuentemente no se
pueden asociar para crear valor, su negocio central es ahorrar costos. Si bien algunas
empresas excepcionales ven las ventajas de asociarse difícilmente serán capaces de
estructurar redes eficientes, los riesgos de depender de otros son muy altos en la
actualidad, el costo de transacción es muy alto en escenarios de baja certeza de
cumplimiento. 10
Las plataformas integradoras se podrían posicionar como las creadoras de una nueva
cultura empresarial, en la que uno más diez ya no son once, sino cientos en términos de
creación de valor. Su aporte les permitirá impulsar el desarrollo de clusters mejor que
cualquier política de fomento voluntarista, proveerán a las empresas aisladas un refugio
para integrase a negocios globales y también una oportunidad real de especializarse para
hacerse invencible.
Impulsar plataformas integradoras es la forma más efectiva de construir cultura
asociativa, sin asociatividad no hay plataforma integradora y viceversa. Esta tarea es
urgente, la realidad no se va a acomodar a las debilidades de la región, es un dato que la
capacidad de crear valor depende de la capacidad de responder competitivamente a los
desafíos más complejos y cambiantes. Por su parte lo complejo se hace en redes, no lo
hacen empresas aisladas. La evolución del escenario debe ser tal que las empresas de un
mismo rubro dejen de percibirse como competidores para transformarse en
colaboradores.

Un especialista en tablones podría estar toda su vida haciendo casi lo mismo, es más, son
tan pocas las variables que se han desarrollado tecnologías de gran poder que hacen casi
todo por si mismas y además toman buena parte de las decisiones. Por el contrario el
productor de mesas debe reinventarse permanentemente, temporada por temporada La
escasez de estos talentos capaces de reinventar la refleja el mercado, la mesa vale varias
veces el valor de la madera, entre 6 y 20 veces a precios mayoristas. Es precisamente lo
que entendió Ingvar Kamprad, fundador de Ikea. Él consecuentemente se dedicó a
aprender cómo producir mesas en lugar de tablones, gracias a lo cual actualmente figura
entre los hombres más ricos del mundo. Para lograrlo fundó relaciones con sus
proveedores en una estrategia asociativa que le permite una colaboración mutua sin
restricciones y ciertamente ganar juntos. Ikea ha integrado a su red a más de 2.000

10
Otro de los temas pendientes para el desarrollo de los clusters y que requiere de innovaciones en los
modelos de negocios y de financiamiento se refiere a cómo generar escenarios de certeza en los contratos
de redes. La autoridad debería invertir decididamente en fomentar el desarrollo de soluciones, dado que ello
es fundamental para la integración de las pymes y las empresas emergentes que no califican en el sistema
financiero consolidado.

16
proveedores estratégicos, gracias a lo cual puede cambiar un modelo de mesa a otro
radicalmente diferente y además cambiar todos sus complementos con la misma energía
que una empresa asilada requiere para cambiar las dimensiones de sus tablones. Además,
esta organización le ha permitido anticiparse y reinventar sus formas de competir cada
vez que visualiza una nueva oportunidad.

Debemos comprender cabalmente que innovar para crear valor exige aprender a trabajar
en grandes redes de asociados articulados mediante plataformas innovadoras capaces de
resolver todas las trabas para formar equipos libres de conflictos.

17
CONCLUSIONES PRELIMINARES:
Como la intención de este trabajo es sentar las bases para una profunda investigación
acerca de los temas relacionados a las oportunidades globales, las estrategias
competitivas para Chile y la región, las políticas públicas para impulsar la innovación y la
creación de valor, etc. No corresponde presentar conclusiones ni recomendaciones, sino
más bien conclusiones preliminares que alimentarán las hipótesis de las investigaciones
futuras.

1.- La oportunidad existe, solo falta encontrar el camino.


Es importante visualizar que probablemente Chile no requiere ni crear tecnologías ni
productos ni mejorar radicalmente su capital humano para insertarse mejor en las cadenas
integrales de creación de valor. Es posible estimar que existe ahora mismo la oportunidad
de dar un gran salto relativo, para ello bastaría con avanzar un paso más en la cadena de
valor, es decir exportar insumos especializados en lugar de commodities.
Estudios del Centro de Innovación para el Desarrollo (CID) de la Facultad de Economía y
Negocios de la Universidad de Chile muestran que dar un solo paso en la cadena de valor
significaría de creación de valor capaz de duplicar las exportaciones actuales. Por
ejemplo, si en lugar de exportar tablones estos se dedican a producir localmente de piezas
para construcción ello duplicaría el valor de las exportaciones del sector.
Aparentemente no hay impedimentos para lograrlo, ni el país requiere mayor inversiones.
Sin embargo las empresas que podrían partir no creen que puedan hacerlo en el corto
plazo, dado que ello implica un cambio radical desde la visión domestica mediante la
cual se identifican con su giro industrial, con la administración de su propia función de
producción, aquello que está actualmente bajo su control. No ven que su negocio sea
participar de la mejor forma posible como parte de la cadena de creación de valor y a
partir de ello jugar un nuevo rol. La empresa en esta situación tiene razones para sentirse
incapaz.
En Chile no es fácil tomar el rol del integrador, no existe en ningún rubro una amplia red
de proveedores complementarios capaces de entregar puntualmente sus partes, piezas y
servicios en una impecable operación “just in time” de alta eficiencia. Contar con ello es
la gran ventaja de Asia desde que Japón fue el gran impulsor de las grandes redes y la
cultura asociativa. El gran desafío, la gran tarea esta en encontrar el camino, la
oportunidad existe pero la están aprovechando otros países que nos compran los
productos básicos.

2. El camino pasa por conformar en redes de especialistas integrados


Sin embargo la tarea no es imposible, Chile también ha avanzado en seriedad y
profesionalismo, además gracias a los tratados de libre comercio los empresarios no
tienen ninguna restricción real para importar tecnologías y expertos de otros países con
experiencia en grandes redes.
Lo que hace falta es asimilar que aquello que no se puede resolver asiladamente se puede
lograr asociado y encontrar los inversionistas de riesgo dispuestos a respaldar a los
equipos capaces de formar las nuevas plataformas de integración que conformarán sus
redes en torno a oportunidades globales que no están al alcance de las empresas aisladas.

18
Empresarios, autoridades y expertos deben dimensionar el desafío en forma realista.
Pasar de productor de tablones a proveedor de la industria del mueble es un cambio muy
sustancial, tanto que deja fuera de combate a los antiguos expertos. ¿Cómo podría un jefe
de planta de un aserradero transformarse en un jefe de planta de una fábrica de cubiertas
o patas? ¿Cómo un productor de uvas en jefe de producción de postres helados? Podrían
potencialmente, tanto como un vendedor de maderas podría vender muebles, pero
requerirían mucho trabajo y tiempo. Tendrían que comenzar por aprender en una de las
nuevas plantas o mercados, con ellos no se podría partir de inmediato. La oportunidad
puede haberse perdido para cuando estén preparados.

Se requiere gente con una nueva visión para avanzar a una nueva etapa de creación de
valor. Se requiere de una profunda innovación a nivel de las empresas, de hecho se
requiere una nueva generación de empresas y una nueva generación de políticas e
instrumentos de fomento.
Además, hay muchas estrategias y prácticas que se pueden aprender del ejemplo de las
compañías líderes que crecen y se adaptan para crear valor mediante fusiones y
adquisiciones, no prentenden hacerlo todo de cero. Muy pocas veces los buenos
empresarios que visualizan nuevas oportunidades parten de cero, normalmente prefieren
encontrar socios con los cuales lanzarse a la nueva aventura. Cuando no lo encuentran
buscan a un operador que califique y lo compran, el problema lo resuelven y rápido, antes
de que otros tomen la posición que ellos quisieran tener. Para hacerlo no escatiman
recursos, contratan talentos, estudios, expertos, buscan soluciones. 11 Consecuentemente,
en los países desarrollados las universidades y los centros de investigación trabajaban de
la mano de los empresarios, ellos saben que para crear valor los necesitan, para competir
exitosamente son sus socios más importantes.
Poco de esto ocurre en Chile, normalmente a empresarios y ejecutivos no les interesa que
venga gente de afuera a decir cómo podrían mejorar. Desconfían de los estudios, las
nuevas propuestas tiene poco impacto, ellos verán los problemas como muchísimo más
reales que las oportunidades.
Se requiere invertir en nuevos modelos que demuestren lo que se puede lograr en grandes
redes de especialistas integrados, si ello se logra el cambio cultural ocurrirá naturalmente,
pero como las barreras de entrada son enormes en el escenario actual nada nuevo pasará
sin el apoyo de la autoridad. Ahora bien, difícilmente existirá el apoyo de la autoridad por
la vía de fondos concursables destinados al progreso paulatino, en ellos las innovaciones
disruptivas no tienen cabida.

3.- Es imprescindible impulsar una cultura realmente innovadora


También hace falta impulsar una cultura innovadora. Promoverla debería ser la gran tarea
de la autoridad. Sin embargo para tener éxito se requiere un cambio de enfoque.
Actualmente Chile destina anualmente muchos cientos de millones de dólares al fomento
de una versión local de la innovación, domesticada, sometida a calificar en los programas

11
Un buen ejemplo reciente lo provee Google, empresa que sin duda sabe crear valor y captar
inversionistas para avanzar, sin embargo recientemente prefirió invertir n US$ 2.300 millones en la compra
de Skype, un proveedor de servicios de telefonía IP. En beneficio de no perder la oportunidad se estima que
pagó 50 veces lo que le hubiese costado montar una competidora con la misma o mejor funcionalidad.

19
definidos por la autoridad y también frente a actores consolidados en escenarios
conservadores. Así vemos que se rechaza el apoyo para los proyectos sorpresivos,
disruptivos, todo lo que no cumple con lo previsto. Seguramente no hubiesen calificado
en su tiempo los proyectos de Dell, Amazon, los celulares, el fax y muchos otros que no
fueron reconocidos por las empresas dominantes.

Para impulsar la innovación es esencial aceptar con humildad que la innovación que crea
valor y permite dar salto es muy difícil de predecir, se sale del paradigma de sentido
común, tiene que ver intrínsecamente con el riesgo, con saber anticiparse, con navegar
atento para reconocer oportunidades, con equivocarse en un alto porcentaje, pero sobre
todo con no dejar pasar las grandes ocasiones que pagan los platos rotos y que sin
embargo muchas veces son las menos apreciadas. No hay que olvidar los casos
emblemáticos, Ross Perot, el gran millonario de la época, no quiso comprar una parte de
Microsoft, no creyó ni en el negocio ni en Bill Gates.

La innovación no se puede fomentar si es administrada por políticas de comité definidas


para “garantizar el éxito” o resguardar el capital del riesgo, estos son filtros a la
innovación, salvo para las innovaciones tecnológicas de poco riesgo, que no son las
claves para crear valor en el mundo global. Parece evidente que el apoyo debe brindarse a
la pasión de los innovadores que saben jugársela, a los equipos que creen en ellos, sin
garantías, sin remilgos, sin reparos y los secundan administrando impecablemente el
conjunto de la aventura. Así lo demuestra la historia.
Los pocos lugares donde las condiciones son las correctas atraen a los mejores
innovadores del mundo, los fondos de inversión fiscal y privada alcanzan rentabilidades
directas extraordinarias y además renuevan exitosamente la base empresarial y productiva
de sus países, generando los empleos de mayor calidad.

En Chile sólo habrá innovaciones que crean valor cuando haya un lugar privilegiado para
innovadores disruptivos, los que imaginan soluciones nuevas, inesperadas, los que
desafían a los grandes actores; cuando las autoridades apuesten por ellos aunque no
cumplan con las reglas de lo previsto por los programas de fomento, aunque ninguna
empresa establecida los valore. Los innovadores más creativos sólo podrán hacer su
aporte sólo cuando las condiciones sean tales que les atraigan y hagan de las
oportunidades nacionales de crear valor su gran oportunidad. 12

12
Sobre las condiciones que debe cumplir la industria de capital de riesgo en Chile ver: Chile un paraíso
para innovadores, ¿cómo? - Revista Economía y Administración Nº 150 – Octubre Noviembre 2005 –
Universidad de Chile

20
Bibliografía

Arroyo, Francisco. Chile un país de innovadores, ¿cómo? Revista Economía y


Administración Nº 150, Octubre-Noviembre 2005, Universidad de Chile.

Collins, Jim. Good to great. Harper Business 2001

Edmunds, John & Marthinsen, John. Wealth by Association, Global Prosperity through
Market Unification, Praeger, 2003

Kelley, Tom & Littman, Jonathan. The Art of Innovation : Lessons in Creativity from
IDEO, America's Leading Design Firm. DoubleDay 2001

Kim, W. Chan & Mauborgne, Renée. Blue Ocean Strategy. Ed. HBS 2005

Porter, Michael. La Ventaja Competitiva de las Naciones. Ed. Vergara 1991

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Currículo Autor

Nombre: Francisco Arroyo Schick


Chileno

Licenciado en Ciencias Sociales – Pontifica Universidad Católica de Chile


Economista - Pontifica Universidad Católica de Chile
Titulo Profesional en Chile: Ingeniero Comercial

Investigador Facultad Economía y Negocios Universidad de Chile

Cargo Actual:
Director Ejecutivo
Centro de Innovación para el Desarrollo (CID)
Universidad de Chile

Otras actividades:
Consultor de empresas y Organismos Internacionales
Especialidad en Estrategias Competitivas, Estrategias Corporativas, Innovación.

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