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Sesión de Tarot

Sesión de Tarot
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Sesión de Tarot
Sesión de Tarot

Paula Bartolomé - 2001

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Personajes
La Adivina.
La mujer que llora.
El consultante (del público).

Poesías escondidas:
“Leyes de la mántica” Leopoldo J. Bartolomé
“Sesión de tarot” Leopoldo J. Bartolomé
(1963)

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Instrucciones...

Una mesa cubierta cuidadosamente con terciopelo rojo. Frente a ella una mujer
hermosa y extravagante, la Adivina, desenvuelve un pañuelo de seda que
contiene un mazo de cartas. Detrás, sentada en una silla, otra mujer no hace
más que llorar con su cartera apoyada en la falda y un pañuelo apretado en las
manos.

Adivina
Del griego... Mantikó es profético y Mantis adivino.
La mantica es el conjunto de las artes Adivinatorias... Yo, estudio las
leyes de la mantica. Ahora lo saben y eso buscaban. La sesión se inicia
y yo veré.
Las 56 cartas del Arcano menor se separan y nos quedan los 22 arcanos
mayores para decir lo que será visto.
El loco, el mago, la sacerdotisa, la emperatriz, el emperador, el sumo
sacerdote, los enamorados, el carro, ...la justicia, el ermitaño, la rueda
de la fortuna, ...la fuerza, el colgado, la muerte, la templanza, el diablo,
...la torre, la estrella, la luna, el sol, el juicio y el mundo.

La mujer que llora da un quejido que apenas logra contener.

Adivina
Perdónenla. No soporta lo que escuchó. Quiso ver y ahora no sabe que
hacer con todo eso... Más que llorar, claro. Inconforme antes, inconforme
después...

La Adivina se acerca a la mujer que llora y le dice algo al oído. La mujer


asiente y se seca las lágrimas. Sonríe tímidamente y guarda silencio tratando
de no molestar.

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Adivina
Espera su turno. Ahora tiene que pensar mejor su pregunta... Esperará.
¿Quién será esta noche?, ¿quién se animará a preguntar?...

Elección del consultante...

La Adivina camina observando detenidamente al público y elige a su


consultante. Le extiende la mano y lo invita a sentarse junto a la mesa en el
lugar que le está reservado.

Adivina
Dispongo los 22 naipes del Arcano Mayor en secuencia numérica. El
consultante a la vez que mezcla las cartas, planteará en voz alta la
pregunta a la Adivina, pudiendo mezclar las cartas en la forma en que lo
desee.

El consultante mezcla las cartas a gusto.

Adivina
Una vez que ha barajado las cartas suficientemente las colocará hacia
abajo frente a mí. Las cartas se interpretan siempre desde mi posición.
Iré volviendo las primeras seis una a una y las colocaré sobre la mesa.

Deja vu...

De pronto la Adivina se detiene en un gesto y cambia su manera de hablar, o


su voz suena más grave, o su mirada está extraviada en otro cuarto, en otro
lugar. Recuerdo de otra vida. Desde la silla, la mujer que lloriqueaba la
escucha, la observa, y llora más aún.

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Adivina
Allí... en el centro de la noche, esa muchacha sonreía, curiosamente
delicada en el vórtex de un infierno sin Horacio por guía. Yo, que fui un
fantasma como otras veces lo he sido... Yo... Hubiera querido que
esperaran de mi algo distinto de lo que he dado. Hubiera deseado que
dijeras que era tu hija, que era tu hermana. Mujer sin tiempo. Mujer...
Para no saber que morirás de tanto hacer lo mismo, para no entender
que son los últimos días que te toco. Las sábanas que te envolvían se
fueron como mentiras del pasado. Yo no estás para partirme en dos con
tus frases de acero. Ya no estás para fingir que no escuchaste lo que
dije... Llamé a la muerte cuando quería vida... Por no saber nombrarte.
Hubiera deseado que dijeras que era tu hija, que era tu hermana... para
cuidarte mejor.

La Adivina calla, respira profundamente, se sonríe y vuelve a las cartas que la


esperan sobre la mesa.

La Sesión...

La Adivina mira detenidamente las cartas pero no las explica aún.

Adivina
No preguntes por “si” o por “no”... pregunta “cómo”. Lo que se dirá será
siempre verdadero, será lo que tiene que ser dicho cuando se piden
respuestas... Sin embargo, ciertas cosas no diré... Quizás no sea
necesario. ¿Qué vas a preguntar entonces?...

La Adivina se inclina hacia el consultante ofreciendo su oído para que este


susurre su pregunta como un secreto delicado.

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Consultante
(formula su pregunta)

Adivina
Está bien. Decime tu nombre.

Consultante
(dice su nombre al oído de la adivina)

Adivina
Tus cartas son...

La Adivina llevará adelante la lectura de cartas del consultante. Nombrará cada


naipe y explicará su significado (contenido en el Anexo de este texto) y tratará
de ser clara y breve.

Deja vu...

La Adivina se pone de pie y se aleja un poco de la mesa. Se sirve agua de una


jarra y bebe mientras habla. Tiene un fuerte dolor de cabeza y algo de
nauseas. Recuerdo de otra vida que la trastoca, que la atraviesa, que la
desarma...

Adivina
¿Está es la casa dónde hay que dar la extremaunción?... Estoy muy
cansado, mi dios. Este menester desagradable me hace ver todos los
rostros pálidos, todas las manos crispadas.
Ahora denle vuelta así, aunque me mire con odio y los signos que mi
mano traza sobre su cuerpo hayan perdido todo poder, porque su alma
aúlla descontenta con su suerte, recibe señor, a tu siervo, pues tengo

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hambre y ya es tarde para que un hombre de mi edad permanezca fuera
de su hogar con tan poco abrigo.

La Adivina regresa a la mesa junto al consultante tratando de volver a la vida,


solitaria y digna.

Consejo...

Es la despedida. La Adivina toma al consultante de la mano.

Adivina
(Consejo sujeto al azar de los arcanos)
Sé cosas que mejor los otros hubieran callado...
No tengo nada para dejarte, ni pase que en el infierno reconozcan.
Sueño con cosas que harías mejor en olvidar, dejar para los tontos que
juegan con las cartas de la muerte.
Hora de irse...

El consultante retorna a su lugar. La Adivina le hace una seña a la mujer para


que se acerque y se sienta ansiosa frente a la mesa. La Adivina le ofrece el
mazo. La mujer lo mezcla y corta. La Adivina distribuye las cartas sobre la
mesa mientras las observa y habla.

Adivina
En esta inabarcable soledad de las horas
veré pasar un pueblo entero de reyes voladores.
Y a su cabeza, donde arden cirios de esperma
(ballenas que en los mares se deshacen en espuma)
los doce colores del viento, los dioses del aire,
las burbujas que en innumerables ocultas aguas
regresan a su elemento, alimentadas con la sal,

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alimentadas con la oscuridad del conocimiento.
Y en ese sagrado aire, yo que soy una mujer
asomada a una ventana, en los primeros minutos de la mañana,
en los últimos del ocaso,
veré pasar un pueblo entero de reyes voladores
y buscaré en ellos los infortunios del mañana,
buscaré en ellos lo que en verdad no quiero saber,
lo que no debo saber.

La Adivina se interrumpe y se dirige a la mujer. Con los ojos cerrados


despliega los naipes sobre la mesa y extrae uno. Levanta la carta con una
mano para que la mujer que llora pueda observarla desde su silla.

Adivina
Quizás... Tal vez... ¿Ves esta carta?

La mujer asiente. Está visiblemente nerviosa. La Adivina continúa estudiando


los naipes.

Adivina
Por el solo placer de estos reflejos
estudio las leyes de la mántica.
En este aire tan fino que se escapa de los labios,
que se deshace antes de pronunciarlo,
que surcarán fúnebres navíos del norte,
quillas con brea y plumas sobre el almohadón celeste
donde se hundirá tan negra como el humo,
la cabeza de Dios.
Busco lo que no debo hallar.
Busco con anteojos de carey, temed al sueño,
leo los libros quemados, estudio las leyes de la mántica.

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Deja vu...

La Adivina se lleva las manos al pecho. Habla tranquila, con la energía apenas
suficiente como para sostenerse en pie, apagar una vela o sonreír cuando se
está triste.

Adivina
Hago callar a los canarios con frases dulces y apago la luz del zaguán.
Me suelto el cabello. Saco un caramelo del bolsillo de mi bata y me lo
como mientras camino por la galería sin saber que hacer.
Escucho maullar un gato en la terraza y me quedo parada en el patio.
Parada en la oscuridad escuchando la noche. Se me ocurre que ese
gato parece un bebé llorando.
Pienso en mis canarios y no estoy segura de haberles dejado agua.
Camino hacia ellos y enciendo la luz del zaguán para asegurarme, les
regalo un beso, como en secreto, apago la luz y me voy a la cama.

La Adivina está agotada pero trata de disimular su cansancio. Se pone de pie y


se vuelve hacia la mujer que llora, le hace un gesto para que se acerque y se
siente a su lado. La Adivina pone en sus manos las cartas y le indica que elija
solo una.

Adivina
(viendo la carta elegida pero sin importar cual sea)
Sí, te espera. Ahora mismo está en casa y quisiera perdonar.

La mujer se pone de pie y sonríe al mismo tiempo que continúa llorando.


Extiende los brazos hacia la Adivina pero ésta la interrumpe en el acto.

Adivina
Nada de abrazos; mi piel no tiene lujos. Soy una Monalisa cansada.

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La mujer sale apresurada como si llegara tarde a algún sitio, como si alguien la
esperara, como si alguien, alguna vez, pudiera perdonar.

Adivina
Esta soledad agusanada de conversaciones intrascendentes tiene sus
ventajas... Puede durar. Márchense. Terminó la sesión.

Final con partida

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El significado de los Arcanos...

1 - El mago:
El que recibe la energía del universo y la vuelca sobre la tierra. El poder
interior que genera e influye. Es un poder que llega del pensamiento, de
la imaginación. Expresa la capacidad de concretar lo que hemos
imaginado. Habla de creación.

2 - La sacerdotisa:
La que guarda en su corazón todos los misterios y secretos del universo.
Representa las fuerzas creativas femeninas, la sabiduría del instinto y el
poder lunar. Presagia cambios importantes que, en general, se
concretan durante la siguiente luna nueva. Nuevo ciclo. Espiritualmente
señala la necesidad de acercarnos al misterio que deseamos conocer...
solos. No hay miedo.

3 - La emperatriz:
La que recibe el simiente y, fecundada, funda su reino. Simboliza a la
mujer, a la madre fecunda y las fuerzas creadoras. El amor duradero y
sus frutos genuinos. Es inteligencia, fuerza y voluntad. Soberana en sus
territorios. Legítima en su poder.

4 - El emperador:
Es quien gobierna el destino de los seres. Es una carta de poder y
autoridad en un principio masculino. Dominación, fuerza y coraje,
sostenidos sobre el entendimiento. También es comprensión y piedad.
Hay madurez y seguridad en él.

5 - El sumo sacerdote:
La sabiduría espiritual que nos llega por encima de nosotros mismos.
Representa el momento en el que comprendemos lo que efectivamente
sucede porque se nos revela una verdad interior irrefutable. Es confiar

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en algo más para lograr lo que emprendemos. Maestro de todos los
arcanos.

6 - Los enamorados:
Los amantes que dan y reciben el amor que se necesita para
evolucionar. Representa el amor, la atracción profunda entre seres. La
complementación de dos elementos diferentes que se necesitan. Pero
en lo profundo simboliza también cambio y, por sobre todo, elección.
Podría llamarse también “los rivales” porque elegiremos a uno antes que
a otro.

7 - El carro:
Elige bien y conquista la victoria... Llega el carro que recorre el
firmamento y cruza la tierra con poder y majestad. Es el avance
arrollador sobreponiéndose a todo. Es un presagio de esperanza porque
llegará la ayuda que se necesita. Pero sobre todo, es éxito basado en la
firme voluntad. El fruto llegará.

8 - La justicia:
Es la justicia que siempre llega. Es una carta de equilibrio entre las
fuerzas que provocan los acontecimientos y las provocadas por dichos
acontecimientos. Implica la aceptación de las normas entre las que nos
movemos. Habla de juzgarnos sin justificarnos y así comprender y
comprendernos.

9 - El ermitaño:
Es quien no le teme a la oscuridad porque tiene su propia luz. Es quien
se aparta para tomar distancia de lo que sucede para poder comprender.
Es una soledad creativa que nos conduce a buscar en nuestro interior
las respuestas. Es el autoanálisis. Habla de la sabiduría lograda a través
de los años y el crecimiento espiritual.

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10 - La rueda de la fortuna:
Es la carta que expresa lo cambiante de la existencia. Lo bueno y lo
malo, lo alegre y lo triste, lo afortunado y lo desafortunado desde el
nacimiento hasta la muerte. Nos induce a aceptar esos cambios pero no
a resignarnos. Podemos empujar esa rueda y hacerla girar pero no
siempre controlar donde se detendrá.

11 - La fuerza:
La fuerza que está donde tiene que estar y actúa en consecuencia. Es
una carta de energía y fuertes convicciones. Es la posibilidad de la
recuperación después de las dificultades. Simboliza también la victoria.
Augura que dispondremos de la fuerza necesaria para lograr nuestros
objetivos. Un león conquistado con nuestras propias manos.

12 - El colgado:
Expresa sacrificio, resignación, renuncia y sumisión. Indica el resultado
que traerá un sacrificio determinado por algo o alguien. No se refiere a
un sacrificio obligado ni impuesto sino a una decisión voluntaria. Cuando
se advierte que es imposible cambiar un acontecimiento porque
dejaríamos de ser nosotros mismos, aparece la necesidad del sacrificio
por el que podemos optar... o no. El pastor que dará la vida por sus
ovejas si es necesario.

13 - La muerte:
La muerte que ocurre de manera inevitable y también, vida nueva en
formas nuevas. Es una carta que habla de transformación de lo viejo
hacia lo nuevo. El cambio inexorable que trae el tiempo. Es
desprenderse de lo que teníamos aferrado para que las manos puedas
estar libres de nuevo y así recibir lo que está por venir.

14 - La templanza:
La búsqueda de la armonía en la mezcla de los elementos de la
alquimia. Es una carta de ventura bienhechora que habla de la
moderación ante las tentaciones. Habla de aquello que nos falta, el

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elemento que aún no logramos y nos convoca a no equivocar las
elecciones... a tener cuidado. Es la carta de la moderación, de la calma y
la paciencia sin motivos egoístas.

15 - El diablo:
El diablo que se opone a lo bueno... para que lo bueno exista. Es
egoísmo y bajas pasiones que nos llevan a la ruina. Es la llegada de la
tentación avasalladora que nos domina y nos lleva a usar malas artes en
nuestro provecho. Es el mal que se procrea a sí mismo.

16 - La torre:
La torre que es destruida por la ira de Dios para no ser olvidado. Es el
peor augurio entre los 22 arcanos. Expresa la desgracia, la catástrofe, la
desdicha, la decepción, los padecimientos, la ruina. Todo llegará de
manera súbita e imprevista cuando menos lo esperemos. Solo nos
sobrepondremos, a lo que de todos modos pasará, con mucho esfuerzo.

17 - La estrella:
La esperanza nos dará alas porque llega la estrella que guía a quién
quiere verla. Es de buen augurio, de inspiración y esperanza. Es el
arcano de la reparación y la reconstrucción luego del desastre. Armonía
y la felicidad que trae un tiempo de paz. Lograr lo que hemos soñado.
Nuevas ideas que renuevan y fluyen hacia el futuro.

18 - La luna:
La luz de la oscuridad, la madre de los misterios, la dama de los sueños.
Es ambigua e incierta. Expresa la ilusión y lo ilusorio. Positivo como
ilusión motivadora y negativo como ilusión que engaña. (Habla de una
situación de incertidumbre que develarán otros arcanos según su
posición con respecto a ésta.)

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19 - El sol:
Es una carta de felicidad, de perfección y éxito especialmente en lo
referido a lo material. Punto de máxima plenitud. Pero será la
culminación de un ciclo que decaerá para dar paso a otro ciclo nuevo. Es
un arcano que nos llama a la concentración sobre lo que hacemos bien.

20 - El juicio:
Anuncia la verdad impostergable que deberá aparecer, que debe ser
enfrentada claramente y que traerá cambios inexorables. Simboliza la
llegada a un tiempo en que primará la verdad y la sinceridad en nosotros
mismos y en las relaciones con los demás. Habla de lo que es necesario
superar para poder avanzar. Por más que parezca difícil traerá consuelo.

21 - El mundo:
Expresa nuestro mundo personal. Es una carta con presagios positivos
en relación a lo que buscamos. Es la llegada con éxito al final de un
proceso de esfuerzo, desarrollo y perfeccionamiento. Es la llegada a la
desnudez que habla de pureza y armonía.

22 - El loco:
El tonto que se autodestruye y también el que parte de la eternidad y va
hacia ella. Lleno de insensatez e imprudencia. Las acciones irreflexivas,
ilusorias, acarrean golpes. Simboliza a quien aprende de esos golpes.
Alguien que se equivoca mucho pero que tiene la oportunidad de
aprender o seguirse equivocando. Es trivial en sus elecciones y se llena
de pesos inútiles. Impulsivo, es al mismo tiempo valiente porque se
lanza a la acción. Si logra aprender de su pasado llegará a ser sabio...
Solo si logra aprender.

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