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Universidad de Tarapacá

Carrera de Psicología
Iquique

EVALUACIÓN DE CÁTEDRA
ANÁLISIS DEL PROGRAMA NACIONAL DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
PATOLOGÍAS SOCIALES Y MUNDO GLOBALIZADO
DICIEMBRE 2010.-
1. Presentación
a. Programa
*La siguiente presentación contiene referentes específicos de programas sociales de
MIDEPLAN, y una sistematización y clasificaciones realizadas por el equipo.

El gobierno de Chile, dentro del Ministerio de Planificación, mantiene diversos programas


sociales que buscan promover el desarrollo del país con integración y protección social de
las personas. Dentro de estas propuestas, encontramos Programas de Salud, de Vivienda, de
Justicia, de Dignidad, de Cultura, y muchos otros. Entre ellos, algo que nos llamó
profundamente la atención, programas de Dignidad. Es así como comenzamos una pequeña
investigación en cuanto a esta propuesta del gobierno en la cual pudimos explorar que
existen específicamente dos “macro-programas” frente a la temática y están dirigidos a la
Mujer. El primer programa tiene por nombre; “Programas de Dignidad y buen Trato” y el
otro es “Programas para mujeres”.

El Programa para mujeres, tiene como objetivo la protección y cuidado de lactantes, niños y
niñas, hijos de madres internas en recintos penitenciarios.

El Programa de Dignidad y buen Trato, hace referencia a reducir la incidencia de la


violencia intrafamiliar contra la mujer y protege a las mujeres víctimas de la violencia
doméstica. Este programa se llama “Programa Nacional de prevención de violencia
intrafamiliar contra la mujer”. Seleccionamos este último para someterlo a un análisis que
incorpore los elementos aprendidos en la asignatura. En primer lugar realizaremos la
descripción del Programa para luego dar paso a los análisis correspondientes.

El Programa Nacional de prevención de violencia intrafamiliar contra la mujer, contribuye


a reducir la incidencia de la violencia intrafamiliar contra la mujer y protege a las mujeres
víctimas de la violencia doméstica. Entonces:

Objetivos:
• Reducir la incidencia de la violencia intrafamiliar contra la mujer.
• Proteger a las mujeres víctimas de la violencia.

El Programa realiza estas tareas en función de tres componentes. Prevención:


implementación de un modelo de intervención integral con énfasis en la desnaturalización
de la violencia y la detección e interrupción temprana de la misma.

Algunos ejemplos:
Atención: Realizada a través de los Centros de la Mujer. Brindan atención legal, social y
psicológica.
Protección: Se realiza a través de Casas de Acogida que son espacios de protección
temporal para mujeres en situación de riesgo vital a causa de violencia intrafamiliar. Un
servicio para la mujer, sus hijos, atención psicosocial, legal y apoyo para la reelaboración
de su proyecto de vida.
El Programa está destinado a jóvenes, mujeres organizadas, organizaciones formales e
informales, funcionarios públicos, etc.
La atención y protección está dirigido a las mujeres víctimas de violencia, especialmente la
que se produce en las relaciones de pareja. El servicio se solicita en los Centros de la Mujer
del Servicio Nacional de la Mujer. Es un servicio gratuito.

Todo lo anterior, nos muestra en términos generales algunas de las funciones y la


justificación de la institución, será fundamental ahora revisar por ejemplo la concepción del
problema psicosocial que tiene la organización.

Existe un elemento importante de revisar en cuanto a las consideraciones acerca de la


violencia en la pareja que viene desde la Organización de Estados Americanos, 1994. “la
violencia masculina contra la mujer en la relación de pareja es una expresión de violencia
de género, tal como se define en la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y
Erradicar la Violencia contra la Mujer”

Otros elementos fundamentales para la comprensión del problema son conocer que la
violencia contra las mujeres “Constituye una violación a los derechos humanos y las
libertades fundamentales, y limita total o parcialmente a la mujer el reconocimiento, goce y
ejercicio de tales derechos y libertades.

Asumiendo que lo teórico conceptual de violencia lo conocemos, como por ejemplo que
existen diversos tipos de violencia y que la violencia es una relación que tiene a la base
abuso de poder pasaremos a revisar qué cosas se buscan específicamente a través del
Programa. Para esto plantearemos la pregunta ¿Qué atención se presta específicamente?

Atención de modo grupal, ya que esta metodología favorecería construir nuevos lazos de
relaciones interpersonales, de forma que las mujeres no se sientan solas. También se buscan
estos elementos a nivel más psicológico.

• Aumentar los niveles de autoestima y autonomía


• Fortalecer las redes primarias
• Disminuir los niveles de violencia
• Disminuir los niveles de riesgo y daño

A nivel jurídico:
• Proteger a las mujeres.
• Contribuir a la intervención integral y al proceso de reparación de la víctima.
• Obtener sanciones proporcionales para los agresores.

A nivel social:

• Promover el cambio cultural (Por una vida libre de violencia)


• Generar control social
• Dar a conocer la labor del Centro, acercándolo a las mujeres que necesitan atención.

A nivel profesional:

• Fortalecer la capacidad de respuesta a las mujeres que viven violencia (Primera acogida,
Intervención en crisis)
• Mejorar la pesquisa, detección, derivación y seguimiento
• Evitar la doble victimización
• Diseñar e implementar estrategias de prevención (en sus distintos niveles).

¿Cuáles serían entonces los objetivos estratégicos de las propuestas del programa?

1.- Incorporar el enfoque de género en las políticas y programas del sector públicos, a
través de la coordinación intersectorial, la asesoría técnica y la capacitación a
funcionarios/as públicos/as.
2.- Promover la igualdad de derechos y oportunidades entre mujeres y hombres, a través de
la elaboración e impulso de proyectos de ley u otros cambios regulatorios.
3.- Disminuir las principales discriminaciones que afectan a las mujeres, mediante el
diseño, implementación, validación y transferencia de modelos programáticos integrales.
4.- Promover una cultura de igualdad, a través de la implementación de campañas
comunicacionales tendientes a visibilizar temáticas de género prioritarias y propiciar
imágenes positivas de las mujeres en los medios de comunicación.
5.- Promover la posición del Gobierno de Chile, a través de la difusión de la agenda
internacional de género y la implementación y seguimiento de los acuerdos de cooperación
horizontal, bilateral y multilateral.
6.- Aportar a la definición de políticas públicas orientadas a la equidad de género, mediante
la generación y difusión de conocimiento sobre la discriminación que afecta a las mujeres y
las brechas de género.

b. Paradigma
Desde hace dos décadas, la violencia intrafamiliar ha acaparado un interés creciente de los
ámbitos psicológico, social, jurídico, sanitario, y gubernamental, adquiriendo especial
relevancia en los últimos quince años, a partir de la Declaración de las Naciones Unidas
sobre Erradicación de la Violencia contra las Mujeres adoptada por la Asamblea General de
la ONU en el año 1993 que tuvo celebración en Viena. En efecto, actualmente es uno de los
temas que más preocupaciones acarrea especialmente en lo que refiere a saneamiento y
tratamiento de víctimas y testigos de la misma, en la medida que en muchos casos sus
consecuencias son francamente devastadoras, llegando incluso hasta la muerte de alguno o
más miembros de la familia.

En este mismo sentido, y en un intento por refrenar tales actos de violencia al interior de las
familias se ha legislado incansablemente al respecto, definiéndose como violencia
intrafamiliar todo tipo de maltrato que afecte tanto la salud física como psicológica de
quien, aún siendo mayor de edad, tenga respecto del ofensor la calidad de ascendiente,
cónyuge o conviviente o, siendo menor de edad o discapacitado, tenga a su respecto la
calidad de descendiente, adoptado, pupilo, colateral consanguíneo hasta el cuarto grado
inclusive, o esté bajo el cuidado o dependencia de cualquiera de los integrantes del grupo
familiar que vivan en el mismo lugar. La definición legal es concordante con lo señalado
por Corsi al referir que “la utilización de las distintas formas de violencia intrafamiliar
suponen el empleo de la fuerza para controlar una relación, y habitualmente se ejerce desde
los más fuertes hacia los más débiles” (Corsi en Echeburúa, 1999), y entrega un marco
comprensivo de la violencia como un aspecto emergente de las relaciones de poder al
interior de un grupo familiar, enfatizando por una parte, el carácter interaccional de la
misma, y dejando a un lado por otra, consideraciones lineales o atribuciones causales
unidireccionales que asumen los actos violentos exclusivamente como consecuencias
directas de la presencia de psicopatología o alteraciones psíquicas en uno o más miembros
del grupo familiar.

Una forma de comprender la violencia que implique su consideración como un fenómeno


interaccional, supone por tanto, un abordaje multidimensional que no sólo se encuentre
centrado en una parte del problema. Es decir, si se pretende entender de manera integral la
problemática de la violencia debe pensarse tanto en quienes la reciben como en quienes la
ejercen, visibilizando de este modo ambas caras de una misma moneda. Las mayores
aportaciones en este ámbito provienen de la psicología feminista que contribuye a la
revisión crítica de los planteamientos androcéntricos en los supuestos teóricos que orientan
el conocimiento y en la metodología de Instituto Chileno de Psicoterapia
Integrativainvestigación empleada al respecto, como por ejemplo desmitificar las causas de
la violencia contra las mujeres (en las que se tiende a culparlas y a justificar el
comportamiento violento de los hombres) y abrir la polémica sobre el tratamiento de los
agresores y las creencias subyacentes a los estilos agresivos de convivencia. De hecho,
entre los múltiples factores que se barajan en los distintos modelos multicausales del
maltrato se encuentran precisamente las creencias y las actitudes de los maltratadores.
Estudios e investigaciones identifican que la existencia de maltrato está estrechamente
relacionada con la ideología patriarcal predominante de los maltratadores y señalan que este
mismo sistema patriarcal sustenta actitudes misóginas que se reflejan en la familia y en la
relación de pareja tradicional.

Desde este punto de vista, la diversidad de factores establecidos hasta entonces como
Elementos causales de la violencia, como el alcoholismo, la enfermedad mental, la
privación social, el bajo nivel cultural entre otros, no deben entenderse como determinantes
de este fenómeno sino más bien como factores detonantes y/o mantenedores, en tanto la
causalidad podría más bien asentarse en los discursos sociales tácitos y explícitos que
llevan a algunos hombres a someter y maltratar a sus parejas y familiares. El origen de la
violencia, desde este paradigma se encontraría, por lo tanto, en el sistema de valores
culturales patriarcales favoreciendo la emergencia de una “escalada de violencia” con la
finalidad de generar y mantener el control sobre la pareja, y estableciendo la dicotomía
hombre-agresor/mujer-víctima. La consideración del sistema de valores culturales en la
comprensión de las interacciones violentas permitiría construir una conceptualización de
los hombres agresores como enfermos sociales y no como enfermos clínicos, en el sentido
de que son personas que tienen una gran adhesión a creencias tradicionales sobre la
femineidad y la masculinidad y a los roles que se derivan de ellas.

Este modo de visualizar el problema abre la posibilidad, a los distintos actores sociales,
políticos y gubernamentales, de intervenir en distintos niveles frente a la necesidad de
ayudar a las “víctimas” e intentar hacerlo también con los agresores. Sin embargo, y debido
a la falta de conocimiento sobre los agresores, surge aquí un nuevo problema acarreado por
prejuicios asociados a determinados modelos explicativos como por ejemplo sostener que
el tratamiento debe seguir parámetros similares a los usados para otros comportamientos
indeseados como en el caso de las adicciones. Si bien estos estándares pueden servir en
alguna medida, el éxito de los programas destinados al tratamiento de los hombres
agresores estará en estrecha relación con intervenciones comprometidas con los principios
derivados de la perspectiva de género, tanto en
la vida pública como privada, situación que no ocurre en el caso de las personas que
padecen de adicciones a sustancias tóxicas. En efecto, el hecho de asumir que los núcleos
del comportamiento violento masculino se encuentran en las creencias y actitudes
misóginas, implica plantearse lanecesidad de actuar sobre ellas como una “condición
esencial para erradicar este tipo de delitos”.

De acuerdo a lo anterior, los distintos estamentos sociales comprometidos en este ámbito


tendrán que contemplar por lo menos, dos niveles diferentes. Por un lado, las medidas
deprotección y atención inmediata a quienes padecen de violencia y por otro, programas de
intervención y prevención a mediano y largo plazo a quienes la ejercen. El desarrollo de
programas de intervención con hombres que ejercen violencia deberá por tanto, incluir una
perspectiva de Instituto Chileno de Psicoterapia Integrativagénero que implique la
corrección de los sesgos cognitivos y sistemas de valores asociados a su condición de
hombres y a su posicionamiento social sobre la base de una estructura discursiva patriarcal
que establece que son ellos quienes tienen más poder y privilegios y que legitima la
autoridad de los maridos sobre las mujeres en la pareja, justificando la violencia contra
aquellas que violan o que se percibe que violan los ideales de la familia patriarcal.
Esta nueva forma de mirar la violencia intrafamiliar llama al desarrollo de planes de
trabajo destinados en primera instancia a conocer y explorar global e integralmente las
dinámicas psicológicas de los hombres que ejercen violencia con la finalidad de establecer
lineamientos y
directrices de tratamiento que no se centren exclusivamente en el cambio conductual sino
también en el cambio y re-estructuración a nivel cognitivo, afectivo, inconsciente y
socioambiental. En efecto, la atribución del comportamiento violento exclusivamente a un
desajuste o desorden conductual, reduce la comprensión del problema y por tanto reduce las
posibilidades de logros realmente significativos en este punto. Heise propone un modelo
ecológico que integra los distintos niveles mencionados señalando que en la génesis de las
conductas violentas operan y se combinan los efectos de los siguientes factores:
a) Factores que actúan en el marco sociocultural y del medio económico y social, entre
ellos las normativas sociales de regulación del poder y el control, concepciones que
legitiman la violencia como formas de resolución de conflictos, nociones rígidas de género
hacia lo masculino y lo femenino, etc.
b) Factores que actúan en el marco comunitario, instituciones y estructuras sociales
formales e informales que hacen relación con el aislamiento o falta de apoyo social.
c) Factores que actúan en el marco familiar ligados a relaciones o contextos inmediatos que
legitiman el abuso y el control masculino.
d) Factores que actúan a nivel individual tales como las características individuales del
hombre que ejerce violencia que influyen en su comportamiento.

El aporte del modelo ecológico de Heise consiste en que, por una parte, permite la
definición de factores de riesgo que aumentan la probabilidad de aparición de violencia al
interior de la familia, y por otra, visibiliza elementos desde distintos ámbitos para el
diagnóstico del agresor. Esto último, revela la necesidad de conocer la configuración
individual sobre la cual se asientan los comportamientos de agresión y por tanto, la
necesidad de evaluar las características diferenciales de los distintos comportamientos
violentos para la aplicación de un plan de tratamiento específico. Por ejemplo, no pueden
conducirse terapéuticamente de la misma forma comportamientos agresivos derivados de
una descompensación psicótica, que aquellos generados por una falta de entrenamiento en
el modo de resolución de conflictos. Desde esta óptica, la urgencia diagnóstica adquiere
relevancia, especialmente en el momento de determinar cuáles serán los lineamientos
judiciales, técnicos y terapéuticos a seguir con quienes ejercen actos de violencia, lo que se
traduce indudablemente en modificaciones incluso a nivel de procedimientos
jurisdiccionales, como lo que ha ocurrido en países como Canadá, donde se han creado
Court Instituto Chileno de Psicoterapia IntegrativaClinic, que son verdaderas cortes
conformadas por equipos multidisciplinarios, o como experiencias europeas donde se han
desarrollado formas de sentencias alternativas que incluyen
el mandato de tratamiento o “rehabilitación” de los agresores.

De acuerdo con lo anterior, pudiera señalarse que la complejidad presentada por el


fenómeno de la violencia intrafamiliar no sólo convoca a una consideración global del
tema, tomando en cuenta las distintas dimensiones del mismo, sino que además apela a
modificaciones macrosistémicas a nivel de los discursos sociales imperantes en la cultura,
que junto con legitimar un accionar basado en una ideología patriarcal, perpetúan un círculo
vicioso que atenta contra la
dignidad y las posibilidades de crecimiento de todos los actores involucrados en la escalada
de violencia, en tanto esta última debe entenderse siempre como un fenómeno que emerge
en la interacción de dos o más individuos, y no como una característica inherente y
exclusiva de un tipo de persona en particular. Una comprensión integral de la violencia
intrafamiliar debiera implicar, por lo tanto:

a) el diagnóstico integral de la violencia doméstica, y de quienes la protagonizan, tanto


víctimas como agresores,
b) el desarrollo de programas específicos de intervención tanto para personas que sufren
por violencia como para quienes la ejercen,
c) un marco legislativo concordante con la realidad multidimensional del delito por
violencia y
d) consideraciones de género en el momento de evaluar el problema.

Diagnóstico Integral en Agresores.

En la medida que la violencia contra las mujeres en el ámbito doméstico va saliendo de su


etapa de oscurantismo, emergen nuevos alcances y nuevas problemáticas, como la polémica
en torno al diagnóstico y tratamiento de los agresores, que deben ser abordadas con la
misma profundidad y acuciosidad que aquella relacionada con las víctimas, otorgándoles de
este modo un posicionamiento equivalente destinado a una comprensión integral de la
violencia intrafamiliar. Aún en la actualidad se mantiene el debate sobre la definición
exacta de la violencia en el ámbito doméstico, y por tanto, sobre quién es la víctima y quién
el agresor (Rosenfeld, 1992). Sin embargo, los esfuerzos han sido inagotables y se
acrecienta el interés en alcanzar la precisión conceptual que permita identificar claramente
las características psicológicas de los agresores, y de esta manera elaborar planes
específicos de intervención centrados en el tratamiento de estos hombres.

Por una parte, el análisis de género ofrece un conjunto de herramientas que proveen los
elementos necesarios para realizar un diagnóstico que permita identificar las necesidades,
los intereses y los problemas específicos de los hombres y mujeres (SERNAM, 2009), y de
esta manera, adoptar una perspectiva que visualice las diferencias entre los géneros sobre el
uso y la Instituto Chileno de Psicoterapia Integrativautilización del poder, al interior de una
relación de pareja. Por lo tanto, el diagnóstico de los hombres que golpean y maltratan a sus
parejas, debe efectuarse sobre la base de consideraciones de género que se encuentran en el
ámbito de los discursos, los significados y los referentes sociales acerca de la masculinidad
y específicamente, del ser hombre.

Las apreciaciones sobre el género, como foco iluminador del diagnóstico de los hombres,
permite alertar sobre los factores sociales y ambientales involucrados en el desarrollo de las
personalidades violentas, llegando más allá de las visiones simplistas que argumentan
exclusividad biológica y por tanto, “inmodificación” del fenómeno, o de aquellas que
afirman la bondad inherente de los seres humanos y atribuyen la violencia únicamente a las
consecuencias de la socialización. De acuerdo con las miradas actuales, el diagnóstico de
los hombres que ejercen violencia, obligatoriamente, implica no aislarlos de sus entornos
naturales y no caer en explicaciones reduccionistas que tiendan a simplificar un fenómeno
complejo, atravesado por innumerables mitos y estereotipos culturales (Corsi, 2006) por
una parte, y por otra evaluar el valor específico de los aportes paradigmáticos en la
configuración de su personalidad. Las investigaciones recienteshan identificado una serie
de características particulares en los hombres violentos que, sin embargo, no han logrado
reunirse e integrarse en relación con un modelo que permita comprender quienes son ellos,
cómo sienten, cómo piensan, cómo actúan y cuáles son sus motivaciones (Miedzian, 2005),
sino más bien que han segmentando la comprensión y el conocimiento de los mismos,
perpetuando un problema de alcances epidemiológicos. Por lo tanto, las ventajas del
diagnóstico integral en estos momentos, resultan evidentes y permiten establecer
lineamientos específicos de intervención que consideren los factores más relevantes y
aportativos
para la elaboración de un perfil global de las personalidades agresivas en el ámbito
doméstico.

Una aproximación diagnóstica desde el Modelo Integrativo Supraparadigmático, ofrece


el marco comprensivo y teórico que se requiere para procurar una evaluación organizada y
sistemática de las características manifestadas por los agresores en cada paradigma, y desde
los distintos ámbitos de su funcionamiento, aunando consistentemente tanto sus elementos
generales como particulares, en un todo que rescata la complejidad de quienes ejercen
violencia contra sus parejas.

En el paradigma afectivo, se han encontrado hallazgos a favor de la restricción emocional


y antecedentes de un alto nivel de alexitimia, es decir, de una acentuada dificultad para
realizar adecuadamente el registro de las emociones en hombres que ejercen violencia. La
restricción emocional se basa fundamentalmente en no poder hablar acerca de los propios
sentimientos ni expresarlos, en particular, con otros hombres, y con sus parejas lo hacen
exclusivamente a través de la violencia. En este sentido, la comunicación verbal digital se
encuentra limitada, y la expresión afectiva anulada, apoyada por un modelo masculino
tradicional, que connota la afectividad con características típicas del estereotipo femenino.
Esta inhabilidad se acentúa, debido al temor a ser señalados como débiles. Otros autores,
han descrito en estos hombres un bajo nivel de tolerancia a la frustración, el predominio de
afectos disfóricos como la angustia y la depresión, y una tendencia a la acumulación de
tensiones debida a un mal manejo de situaciones de estrés emocional y mantenida e
incrementada por la restricción emocional que los deja sin posibilidades de canalizar la
angustia sino a través de una explosión violenta.
De acuerdo a Corsi, los hombres que ejercen violencia sólo se sienten a salvo de la mirada
de los demás en la privacidad de sus hogares, mientras que en los demás espacios resultan
ser hombres que no se atreven a manifestar lo que desean, temen o necesitan, resultando
entonces que la violencia que no aparece en estos espacios explota en el doméstico o
intrafamiliar. En el mismo sentido, la violencia actúa para ellos como un mecanismo
protector y reforzante de la vulnerabilidad autopercibida para conducirse en el ámbito
emocional y por tanto, en la resolución de conflictos a este nivel (Currie, D., 1999). Por
último, Gauvin, Rondeau y Dankwort (en Corsi, J.,2006) detectan que los agresores
manifiestan un profundo temor a perder a sus parejas, dando cuenta de un rasgo
característico de dependencia afectiva y de inseguridad emocional que se observa en la
constante preocupación por el accionar de la mujer, los lugares a los que ella Instituto
Chileno de Psicoterapia Integrativaconcurre, con quién se relaciona, lo que incluye el
control generalizado de su comportamiento. Se observan muy sensibles ante la posibilidad
de pérdida o abandono, no pudiendo pensarse a sí mismos ni a sus parejas como individuos
separados. En el mismo sentido, este rasgo psicológico (Currie, D., 1999) se potencia por
“ciertos condicionamientos sociales respecto del matrimonio y de la pareja: ‘ver a los dos
unidos como si fueran uno solo’, y donde ese ser ‘uno’ habitualmente
es él”.
En el paradigma cognitivo, Liliana Dohmen (2004) describe que los hombres agresores
generalizan sus comportamientos y sus actos con la intención de justificar la presencia de la
violencia, despersonalizándola y por tanto obstaculizando el proceso de responsabilizarse
por la violencia cometida contra sus parejas. Junto con la generalización
“desrresponsabilizante” aparece entonces, la heteroculpabilización, como un mecanismo
defensivo frente al insostenible sentimiento de culpa por haber agredido a sus parejas. En
efecto, Dutton (2004) en sus investigaciones ha constatado que un alto porcentaje de los
hombres violentos no psicopáticospresentan un alto nivel de culpabilidad, que sumado al
escaso repertorio conductual para efectuar la reparación del daño a sus víctimas, tiende a
incrementar la sensación de culpabilidad a niveles angustiosos intolerables, consiguiendo el
alivio a través de la culpabilización a terceros. La atribución causal de sus actos a otros, se
refuerza por la presencia de sesgos y errores cognitivos como la minimización, la
justificación y la manipulación y la condicionalidad de sus comportamientos (Dohmen, L.,
2004), refiriendo constantemente que “si me
hubiera… yo no la habría golpeado.” Por otra parte, la justificación y minimización de la
violencia les permite negar suresponsabilidad y sobrellevar las circunstancias manteniendo
intacta su imagen en el ámbito público. Corsi (2006), ha señalado también que en estos
hombres se observa el fenómeno la ceguera selectiva, es decir, de la ausencia de percepción
entre lo que su accionar violento provoca, y la respuesta defensiva y de protección de la
mujer para evitar nuevos episodios de maltrato. En efecto, los maltratadores no establecen
una relación entre lo que hicieron a sus mujeres y los comportamientos o reacciones
consecuentes que ella implementa. Sonkin y Durphy (1982), referidos por Corsi,
establecieron que la primera razón por la que algunos hombres utilizan la violencia es
“porque ella actúa”, es decir, y en términos lingüísticos, aparece el uso de un lenguaje
analógico o comportamental que frena la posibilidad de argumentaciones emocionales o de
manejo con conductas no agresivas, ante situaciones que escapen al control de los hombres
violentos. De esta manera, los agresores puntúan la secuencia de actos invisibilizando los
actos de violencia como precipitantes de respuestas defensivas que pongan límites al
maltrato, advirtiendo que su comportamiento violento es reacción de la instrumentación
defensiva, para ellos no lo es, desplegada por sus parejas. En otro lugar, aparecen en estos
hombres esquemas rígidos sobre la masculinidad y la femineidad, adscribiéndose
rigurosamente al estereotipo tradicional de género masculino, caracterizado por una
preocupación excesiva por el rendimiento, el progreso y la necesidad de tenerlo todo
controlado (Currie, D., 1991). Los hombres que violentan a sus parejas se apoyan en los
valores y discursos culturales, basados en mitos sobre la masculinidad que
entregan las bases sobre cómo debe ser el Hombre, determinando desde esta posición un
lugar de dominación y jerarquía en relación a la mujer, subordinándola y sometiéndola para
mantener intacto el estado de cosas.
Instituto Chileno de Psicoterapia IntegrativaPor último, y en estrecha relación con lo
anteriormente descrito, se identifican en estos hombres profundas alteraciones en el
contenido y en el control de su pensamiento, refiriendo muchos de ellos pensamientos
celotípicos y obsesivos respecto al pensar, sentir y actuar de sus parejas. Echeburúa, en el
Manual de Violencia Intrafamiliar (2002), advierte que la presencia de obsesiones y
específicamente, de pensamientos celotípicos constituye un indicador de letalidad, dado que
en algunos casos éstos pudieran romper con las barreras de la realidad, alterando el
juicio sobre la misma, y desencadenar la muerte de algún miembro de la familia.
En el paradigma conductual/ambiental, muchos autores coinciden con la presencia del
fenómeno de la doble fachada, en tanto, los hombres que ejercen violencia actúan de forma
diferente en el ámbito de lo privado y de lo público, generando discrepancias significativas
en sus comportamientos. La imagen social es opuesta a la que manifiestan en el hogar,
llegando a mostrarse sumisos, alegres, tranquilos, agradables y habitualmente seductores
(Ferreira, G., 1989, en Corsi, J., 2006). Este hecho, dificulta que las mujeres maltratadas
puedan demostrar que es el mismo hombre quien las agrede, resultando de este proceso un
doble victimización, ya que termina siendo señalada como mentirosa, desequilibrada o loca
(Corsi, J., 2006). De acuerdo a Ferreira, “…esta personalidad dual no es conflictiva para el
agresor. Actúa con naturalidad su doble fachada. Sabe que su conducta violenta no sería
bien vista, a no ser por otros que
comparten su modo de actuar y de ser. Por eso es que cuida que su comportamiento no
trascienda del ámbito privado” aún cuando están convencidos de que tienen pleno derecho
a castigar a sus parejas, porque ellas son de su propiedad y no responden con sus
expectativas. Por otro lado, la mantención de esta imagen se refuerza por un bajo repertorio
conductual y un nivel deficiente de comportamiento asertivo, mermado por los efectos de la
socialización en la violencia como un mecanismo de resolución de conflictos y de
afrontamiento a situaciones y circunstancias problemáticas.
En el mismo sentido, Dutton y otros autores coinciden en visualizar a los agresores como
hombres que canalizan inadecuadamente la agresión, dada la naturalidad de esta respuesta
en la especie humana. La agresión constituye una respuesta natural frente a situaciones de
amenaza ambiental, sin embargo, su canalización por medio de la violencia merma la
capacidad de autoprotección y al mismo tiempo daña la relación con los otros. Por último,
se observa en estos hombres una acentuada resistencia al cambio (Corsi, J., 2006),
fomentada y reforzada por los esquemas rígidos descritos con anterioridad. El cambio
amenazaría la mantención de la imagen social, vulneraría las posibilidades de control
omnipotente de las diferentes circunstancias
externas e impediría un actuar sin riesgos para la propia personalidad y sus características.
La forma de manifestación de esta resistencia sigue dos modalidades: la actitud resistente
evidente que esquiva la responsabilidad sobre la situación, y confronta y cuestiona las
imputaciones que se les adscriben, y la actitud seductora o manipulativa que intenta
soslayar la responsabilidad sobre los actos cometidos, generando la dubitación de los otros
en relación con el peso real de sus comportamientos (Adams, D., 1989, en Corsi, J., 2006).

En el paradigma inconsciente, y de acuerdo con lo descrito más arriba es posible sostener


que quienes ejercen violencia intrafamiliar tienden a racionalizar el mundo emocional,
encontrando explicaciones justificativas de sus comportamientos a través de la
generalización, la minimización, la represión, y la manipulación. Al mismo tiempo, la
racionalización permite Instituto Chileno de Psicoterapia Integrativamantener aislados los
afectos de las ideas y de esa manera alcanzar el objetivo inicial respecto del control tanto de
sí mismo como de las situaciones externas. Con el despliegue de este mecanismo de manejo
emocional, mientras los afectos se mantengan alineados bajo el manto de la inconsciencia,
la imagen externa se preserva intacta, y el actuar concomitante permanece incuestionable e
impune. Se sigue de esta manera de accionar, un bajo nivel de awareness sobre el propio
comportamiento, ya que las experiencias que efectivamente permitirían explicar la
aparición de la violencia se encuentran reprimidas y las asociaciones concomitantes se
obstaculizan manteniendo rígidamente el funcionamiento del sistema psicológico. Lamberti
y Matteozzi, (2008) afirman la existencia de sistemas defensivos inmaduros para el manejo
de la angustia, señalando que estos hombres tienden a la idealización y la devaluación
constante de las figuras que les rodean, y que es este mismo mecanismo el que utilizan para
percibirse a sí mismos,
dando lugar a imágenes contradictorias que impiden la integración de la personalidad, y que
en muchos casos desencadena trastornos graves de la personalidad, al no poder configurar
una identidad clara en lo corporal, lo social, lo sexual, y lo emocional. Por último, los datos
anamnésicos de hombres que ejercen violencia permiten identificar un gran número de
experiencias traumáticas que en muchos casos permanecen reprimidas inconscientemente
y/o suprimidas conscientemente debido al intenso dolor que les generan (Echeburúa, E.,
2002).

En el paradigma sistémico, y sobre la base de los estudios recientes que integran los
factores familiares y contextuales en la comprensión de la violencia intrafamiliar, se
describe brevemente, que en las familias de los hombres que ejercen violencia aparece una
historia de definición de roles, reglas y límites intrafamiliares y extrafamiliares, en algunos
casos rígidos y en otros laxos y confusos (Corsi, J., 2006). Esta situación promueve el
aferramiento a estereotipos externos que definan el qué hacer, cómo hacer y para qué hacer
sobre la ausencia de lineamientos y directrices claros sobre las expectativas de ellos al
interior de las familias.
Por otra parte, y en relación con las dificultades emocionales se observa en estos hombres
problemas de comunicación, dada la incapacidad para verbalizar lo que habitualmente
traducen en lenguaje analógico o conductual. Sus parejas comprenden poco o nada lo que
realmente les ocurre, y ellos difícilmente transmiten con claridad lo que desean, temen o
necesitan para lograr un estado de bienestar. Este mismo hecho, trasunta en la adjudicación
de la violencia a la mujer y/o a la explicación de los comportamientos violentos como la
resultante de violencia cruzada.
En síntesis, la revisión del estado de las investigaciones actuales permite visualizar la
multidimensionalidad del fenómeno de la violencia, y especialmente de la multiplicidad de
factores que permiten comprender el actuar de los hombres que ejercen la violencia contra
sus parejas, y de este modo desarrollar e implementar planes de intervención específicos,
con conocimiento de la diversidad paradigmática, en la otra cara de la moneda. La violencia
intrafamiliar es un fenómeno interaccional, que obliga conocerlo y diagnosticarlo en todas
susdimensiones, a partir de una visión integradora capaz de dar cuenta de su complejidad.
Enpalabras de Corsi, “un modelo integrador, que dé cuenta de los individual, familiar,
institucional y social y sus interacciones, facilita a su vez la utilización de modelos
conceptuales que permitan
operar en cada situación de acuerdo con cada caso puntual, único e irrepetible. Todo
profesional debe contar con la libertad y la creatividad necesarias para permitirse el uso de
técnicas y estrategias novedosas; aceptar que cada modelo aporta conceptos importantes
para su abordaje, sin que esto signifique el desconocimiento del marco conceptual que lo
sustenta ni aferrarse a un modelo como el único marco válido que permite interpretar la
realidad”.
La violencia y quienes la ejercen son reales, y por tanto deben ser interpretados de un
modo que se logren cuestionar y flexibilizar las posturas rígidas sobre ellos, para dar
respuestas Instituto Chileno de Psicoterapia Integrativaeficaces a problemas que destruyen
y amenazan con seguir haciéndolo de una forma francamente devastadora.

c. construcción del sujeto

El Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM) es el organismo creado por el Gobierno de


Chile para promover la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, y fue creado
por la Ley N° 19.023, publicada el 3 de enero de 1991.
La creación del SERNAM es resultado de la recuperación de la democracia y de la
participación política y social de las mujeres. Esta institución recoge la trayectoria de las
chilenas en sus esfuerzos por conquistar el derecho a voto, el acceso a la educación, al
trabajo remunerado y a una relación de equidad al interior de la familia y la pareja.
Su creación se debe a el cumplimiento por parte de los Gobiernos Democráticos, de los
compromisos internacionales contraídos por Chile al ratificar la Convención de Naciones
Unidas sobre Eliminación de Todas las formas de Discriminación contra la Mujer
(CEDAW) y suscribir otros acuerdos que recomiendan a los países que organismos de alto
nivel se encarguen de impulsar el progreso de las mujeres.

De esta manera, bajo esta breve reseña que describe la función del SERNAM, podemos ver
como es que se ve al sujeto en medio de la intervención, el sujeto es siempre una mujer, que
por una u otra razón se ve vulnerada en sus derechos. Entonces podemos decir que el
SERNAM Realiza la construcción de su sujeto a intervenir, como un sujeto a quien hay que
proteger, y prevenirla de la vulneración de sus derechos.

Ahora bien enmarcado bajo los criterios del Servicio Nacional de la Mujer se encuentra el
programa en el cual hemos decidido realizar nuestro análisis, como ya hemos mencionado
anteriormente. Es el programa de Violencia Intrafamiliar (VIF). Es así como se construye
una visión de aquel sujeto que será beneficiario de este programa, entonces ya no solo
tenemos a un sujeto de sexo femenino, que podría ser vulnerada en derechos, y que por
esto hay que ayudarla prevenirla y acompañarla, si no también construye a un sujeto que
por diferencias de poder podría ser agredida física, psicológica y de otras muchas formas.

Ahora bien a este sujeto de intervención se le atribuyen ciertas características que permiten
identificar de mejor manera la problemática, alguna de estas las definiremos a
continuación;

- Sujetos de bajo recursos económicos

- Sujetos con baja estima

- Sujeto inmerso en una relación de pareja

- Sujeto que se encuentre en desventaja en una relación de poder


- Sujetos mayores de edad

- Sujetos en situación de pobreza

De esta forma el programa caracteriza y construye al sujeto que recibirá los beneficios del
programa.

d. análisis de los objetivos

En cuanto a los objetivos que se plantea este Programa Nacional Orientado a la prevención
de violencia intrafamiliar contra la mujer, podemos reconocer los objetivos que se plantea y
los cambios o elementos que este programa quiere orientar. Por ejemplo hace alución a que
se busca reducir la incidencia de la violencia intrafamiliar contra la mujer, proteger a las
mujeres víctimas de la violencia intrafamiliar.
El Programa realiza estas tareas en función de tres componentes. Prevención:
implementación de un modelo de intervención integral con énfasis en la desnaturalización
de la violencia y la detección e interrupción temprana de la misma.
En cuanto a este punto es que se quiere sensibilizar a la sociedad de este problema
psicosocial tan contingente en nuestros días y para ellos es que se realizan actividades en
donde se van reconociendo algunas forma de violencia intrafamiliar y las diferentes
definiciones y concepciones que se tiene de ellas. Exiten estudios en donde se dice que a
mayor aceptación de la violencia en sus diferentes manifestaciones mayor o más seguido es
el maltrato, por lo tanto la prevención de este fenomeno estará basado en que las personas
puedan acceder de manera gratuita a las diferentes actividades que desarrolla en este caso el
Servicio Nacional De La Mujer, en donde busca la participacíon cuidadana para que se
pueda generar una reflexión y a la vez educar sobre algunas consideraciones importantes
entorno al tema. Ayuda a que las personas pueden reconocer distintos estilos de familia
según como se distribuye el poder y como este tiene un impacto en las clases sociales. Por
lo tanto, las acciones que se generaran en este primer instante es de reflexionar sobre la
equidad de género y derechos humanos en el circulo escolar, asi mismo la capacitación de
agentes sociales, campañas y sensibilización en los derechos de las personas.
El segundo punto que se orienta este programa es de la atención: Realizada a través de los
Centros de la Mujer. Brindan atención legal, social y psicológica. Una ves que la violencia
se hace visible se brinda la ayuda oportuna, además aqui se asumen responsabilidades de
gestionar las ayudas requiridas. Por lo que las acciones que en este caso se llevarian a cabo
serían la detección activa de violencia, una ves establecida la violencia hacer una
derivación y finalmento coordinar con otras instituciones si es posibles para poder articular
algunas redes (legales, sociales y psicologicas) de apoyo durante la detección.
Existe una primera acogida en donde se hace una intervención mas personalizada y
focalizada en la persona que esta siendo victima de violencia intrafamiliar, aqui por lo tanto
si la relación es directa y egocentrica se le brinda a la apoyo y contención orientada a la
ayuda integral, para ello se debe tener un espacio que brinde las condiciones de intimidad y
tranquilidad, por lo que las acciones que se deberian realizar serian las de generar un
vinculo, luego de eso acoger sin justificar o prejuiciar la acción para no justificar la
violancia, apoyar, entregar información, realizar una evaluacion en donde se puede
cuantificar el daño sufrido y poder brindar apoyo en cuanto a las medidas de protección que
se le pueden brindar a las personas.
Una vez que se ha realizado la primera acogida por asi decirlo se debe evaluar los riesgos
de esa persona en donde la visión de los psicologos y otros profesionales cobra mucha
importancia, debido a que se debe realizar un diagnostico de riesgo, de modo de poder
evaluar la dicatación o petición de medidas urgentes orientadas a proteger a las victimas.
Por lo que las acciones que se deben realizar son las de reconocer las caracteristicas e
intensidad de la violencia, conocer algunas caracteristicas del comportamiento del agresor
es decir conocer las razones, si es una persona ligada alguna droga o al alcohol etc. Poder
articular algunas redes sociales y descartar si el victimario posee armas en su poder. Una
ves y tal cual como hace referencia los objetivos de este programa es que se debe realizar
un registro por institución de los antecedentes de modo de visualizar la problematica,
identificarla a la victima para el posterior seguimiento, tener antecedentes de reincidencias,
por lo que las acciones que se deben llevar a cabo serían las de la creacción de un registro
por institución, una coordinación entre los distintas instituciones y la creaccion y
coordinación junto con la parte legal de un sistema de vigilancia. La atención integrar es
uno de los elementos importantes puesto que es ahi donde muchos profesionales prestan su
servicio como atención medica, psicologica, social y legal. Servicio gratuito con personal
capacitado. Por lo que las acciones que se emplean en este caso serían basicamente de la
existencia de normas y protocolos de atención, avaluación psicologicas, social y legal.
Finalmente llegamos a la protección la cual se realiza a través de Casas de Acogida que son
espacios de protección temporal para mujeres en situación de riesgo vital a causa de
violencia intrafamiliar. Un servicio para la mujer, sus hijos, atención psicosocial, legal y
apoyo para la reelaboración de su proyecto de vida.
Existe también una reaparación y habilitación social de las víctimas, es decir se trata de
reparar el daño físico, psicologico y social. Y se realiza el seguimiento ya que a lo largo del
proceso es indispensable el seguimiento de las victimas y la familia y estar atento a
situaciones de reincidencia.

El Programa está destinado a jóvenes, mujeres organizadas, organizaciones formales e


informales, funcionarios públicos, etc.
La atención y protección está dirigido a las mujeres víctimas de violencia, especialmente la
que se produce en las relaciones de pareja. El servicio se solicita en los Centros de la Mujer
del Servicio Nacional de la Mujer. Es un servicio gratuito.

Todo lo anterior, nos muestra en términos generales algunas de las funciones y la


justificación de la institución, será fundamental ahora revisar por ejemplo la concepción del
problema psicosocial que tiene la organización.

Existe un elemento importante de revisar en cuanto a las consideraciones acerca de la


violencia en la pareja que viene desde la Organización de Estados Americanos, 1994. “la
violencia masculina contra la mujer en la relación de pareja es una expresión de violencia
de género, tal como se define en la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y
Erradicar la Violencia contra la Mujer”

Otros elementos fundamentales para la comprensión del problema son conocer que la
violencia contra las mujeres “Constituye una violación a los derechos humanos y las
libertades fundamentales, y limita total o parcialmente a la mujer el reconocimiento, goce y
ejercicio de tales derechos y libertades.

Asumiendo que lo teórico conceptual de violencia lo conocemos, como por ejemplo que
existen diversos tipos de violencia y que la violencia es una relación que tiene a la base
abuso de poder pasaremos a revisar qué cosas se buscan específicamente a través del
Programa. Para esto plantearemos la pregunta ¿Qué atención se presta específicamente?

Atención de modo grupal, ya que esta metodología favorecería construir nuevos lazos de
relaciones interpersonales, de forma que las mujeres no se sientan solas. También se buscan
estos elementos a nivel más psicológico.

• Aumentar los niveles de autoestima y autonomía


• Fortalecer las redes primarias
• Disminuir los niveles de violencia
• Disminuir los niveles de riesgo y daño

A nivel jurídico:
• Proteger a las mujeres.
• Contribuir a la intervención integral y al proceso de reparación de la víctima.
• Obtener sanciones proporcionales para los agresores.

A nivel social:
• Promover el cambio cultural (Por una vida libre de violencia)
• Generar control social
• Dar a conocer la labor del Centro, acercándolo a las mujeres que necesitan atención.

A nivel profesional:
• Fortalecer la capacidad de respuesta a las mujeres que viven violencia (Primera acogida,
Intervención en crisis)
• Mejorar la pesquisa, detección, derivación y seguimiento
• Evitar la doble victimización
• Diseñar e implementar estrategias de prevención (en sus distintos niveles).

¿Cómo se realiza esto en función de los objetivos que se han planteado con anterioridad?
A traves de una trabajo en red que se plantea desde este modelo en donde desde la
perspectiva y ecologica se dice que el macrosistemas contiene elementos como la
prevención, cambios culturales y educacionales, así mismo el exositema estaria dado por
las legislaciones y politicas publicas y finalemte el microsistema donde hace alusión a la
intervención individual/grupal, apoyo social y protección.
En cuanto a este ultimo sistema se abordan dimensiones Cognitivas se buscan reestructurar
las estructuras y esquemas disfuncionales, asi como las forma de percibir y conceptualizar
el mundo. En la dimensión conductual se reconoceria el repertorio comportamental con que
se relaciona con el mundo. En la dimensión psicodinamica las emociones, ansiedades,
conflictos. Y finalemente en la dimensión interaccional se buscaran las pautas de relación
que las persona tiene integrada para relacionarse y la comunicación que utiliza para ese fin.
También se puede reconocer una atención psicosocial de evaluación de nivel de violencia y
riesgos. Diagnostico psicosocial en donde permite precisar las capacidades sociales y
psicologicas que posee la mujer y la familia para hacer frente a la situación que les afecte.
De la misma manera se establece una comprensión tanto dela lógica de la actitudes de las
distintas personas involucradas como la de las dinamicas familiares en si misma. En tanto,
la evaluación de reisgo mide los niveles de vulnerabilidad, tipos de violencia y las
manifestaciones de esta. Y por ultimo se realiza la clasificación de la violencia en la que se
clasifica de la menos graves a las mas graves.
Una ves revisado lo que se quiere realizar en este programa entonces podemos decir que
claramente se incorpora el enfoque de género en las políticas y programas del sector
públicos, a través de la coordinación intersectorial, la asesoría técnica y la capacitación a
funcionarios/as públicos/as.
Además se promover la igualdad de derechos y oportunidades entre mujeres y hombres, a
través de la elaboración e impulso de proyectos de ley u otros cambios regulatorios.
Se disminuir las principales discriminaciones que afectan a las mujeres, mediante el diseño,
implementación, validación y transferencia de modelos programáticos integrales. Se
promover una cultura de igualdad, a través de la implementación de campañas
comunicacionales tendientes a visibilizar temáticas de género prioritarias y propiciar
imágenes positivas de las mujeres en los medios de comunicación.de la mis ma forma se
busca promover la posición del Gobierno de Chile, a través de la difusión de la agenda
internacional de género y la implementación y seguimiento de los acuerdos de cooperación
horizontal, bilateral y multilateral. Y sin duda se aporta a la definición de políticas públicas
orientadas a la equidad de género, mediante la generación y difusión de conocimiento sobre
la discriminación que afecta a las mujeres y las brechas de género.

e. Identificación del enfoque de genero

Dentro de los distintos programas que realiza el Sernam se ha desarrollado el abordaje


desde el enfoque de género, muestra de esto son distintos documentos oficiales que se han
generado desde el año 1991 aproximadamente, algunas de las iniciativas corresponden a:

• “instrumentos de navegación” , tales como planes de igualdad de oportunidades


• Agendas de género, es decir, a guías o pautas orientadoras del accionar del estado

En lo más concreto y operativo buscando llevar a cabo lo indicado en los instrumentos de


navegación se han desarrollado iniciativas como:

• Planes de Igualdad de Oportunidades (1994-1999; 2000-2010): En donde se


realiza un diagnostico de la situación de las mujeres en Chile, se reconocen las
principales formas de discriminación y se realiza una propuesta para corregir las
desigualdades a través de un conjunto de objetivos, medidas y acciones. A partir
del año 2000 se comienza la transversalización de los temas de género,
abordándolos como asuntos de estado.
• Comisiones PRIO (1997-2000): A nivel regional se realiza un seguimiento a los
“Planes Regionales de Igualdad de Oportunidades”construyendo mesas técnicas
compuestas por los funcionarios de los servicios encargados de hacer seguimientos
a los compromisos sectoriales. En el año 2000 se realizan las mesas de mujeres de
la sociedad civil participando con esto en el proceso de elaboración y control
ciudadano de los planes PRIO, especialmente en los temas de violencia
intrafamiliar y programas productivos. Actualmente las mesas PRIO tienen como
objetivo hacer seguimiento de la política de igualdad de oportunidades y la Agenda
de Género (2006 – 2010), permitiendo avances en el desarrollo de los procesos de
participación y control ciudadano.

• Comisiones Ministeriales: En el año 2000 se crea el Consejo de Ministros por la


Igualdad de Oportunidades, cuya función principal es supervisar y dar
cumplimiento a la Agenda de Género, de modo de incorporar políticas específicas
con contenidos de género en ministerios, servicios y empresas del Estado.

• PMG de Género: El sistema de Equidad de Género se incorpora desde el año 2001


como parte constitutiva del Programa de Mejoramiento de la Gestión, la meta es que
los servicios estatales operen con procesos que promuevan e incorporen la igualdad
de oportunidades entre hombres y mujeres en la entrega de sus productos. Además, el
objetivo general del sistema de enfoque de género es “lograr la equidad de género en
el acceso, uso, distribución y resultado de los productos que entregan los servicios
públicos”. Y para ello se espera que las instituciones públicas:

• Consideren el enfoque de género dentro de su misión institucional.

• Elaboren un diagnóstico con enfoque de género de sus definiciones


estratégicas.
• Incorporen el enfoque de género a sus objetivos estratégicos.

• Identifiquen en forma precisa inequidades de género y barreras para incorporar


este enfoque, y, a su vez, identifiquen las modificaciones necesarias para
incorporarlo en el diseño de los productos estratégicos y la planificación
institucional, la implementación y seguimiento de los productos estratégicos y
la evaluación de los productos.

• Que los/as funcionarios/as públicos/as incorporen en sus prácticas este


enfoque.

• Agenda de Género: La Agenda Ministerial para la Equidad de Género 2006 –


2010, consiste en un plan de trabajo del Gobierno de Chile para avanzar en la
equidad de género durante el período 2006-2010. Contiene temas y acciones
específicas que deberán ser asumidas por cada uno de los Ministerios y Servicios
para eliminar las discriminaciones y brechas existentes hacia las mujeres. En ese
sentido, el Consejo de Ministros/as para la Igualdad de Oportunidades tiene la
responsabilidad de velar por el cumplimiento de los objetivos y compromisos de
esta Agenda. Esta contiene:

• Las tareas prioritarias del SERNAM en sus distintos ámbitos programáticos;

• Las prioridades de los ministerios transversales (Hacienda, Interior,


MIDEPLAN, SEGPRES, SEGEGOB y i.e.) y

• Las prioridades de los ministerios sectoriales (Educación, Consejo Nacional de


la Cultura y de las Artes, Trabajo, Economía, Agricultura, Salud, Justicia,
Vivienda, Bienes Nacionales, MOP, Transporte y Telecomunicaciones y
Defensa).

De los textos generados destacan manuales para utilizar los indicadores de género (1998),
una revisión de cómo las problematicas de género se expresan en las nuevas formas de
trabajo (2004,2005), una revisión de los roles de hombres y mujeres en sociedad y familia
(2005), la inclusión de la perspectiva de género en la educación (2008, 2009) y un manual
para funcionarios/as del sector publico en materias de género y políticas públicas.
Este último se enmarca en la instalación de un sistema de e-learning para funcionario
públicos del país. Allí se recalca la importancia de reflexionar acerca equidad de género en
el ámbito público, también se entregan antecedentes conceptuales, jurídicos y operativos de
la violencia intrafamiliar.
Para estos programas el género es concebido como “la construcción social, cultural e
histórica de las diferencias sexuales, es decir el conjunto de ideas, creencias y atribuciones
asignadas a las personas según cuál sea su sexo”. Además se reconocen discursos sociales
asociados al “deber” de las mujeres, tales como las labores en lo domestico y la división
sexual del trabajo.
También se observa la valoración diferenciada y los conceptos de equidad e igualdad entre
hombres y mujeres.

Entre las iniciativas que apuntan directamente a las necesidades estratégicas se han
realizado las siguientes: La línea de difusión y promoción de derechos de la mujer,
mejorando la empleabilidad y las condiciones laborales de las Mujeres Jefas de Hogar,
buenas prácticas “Iguala” en donde se equiparan las condiciones entre hombres y mujeres.
Esto último impulsa el posicionar a las mujeres en igualdad de derechos y oportunidades
que los hombres, sin embargo, creemos que deben incluirse otras iniciativas que permitan a
los hombres las oportunidades de atención psico-social ante el fenómeno de violencia
intrafamiliar (independientemente de quien sea el agresor), Además nos parece relevante
impulsar la creación de un Servicio Nacional del Hombre, a fin de que se promueva la
búsqueda y corrección de situaciones en donde se vulneren las necesidades estratégicas de
los hombres.
f. identificación y análisis de estrategias de evaluación

Para lograr la identificación y análisis de estrategias de evaluación, en un primer momento


haremos una revisión de algunos macro elementos planteados por el gobierno, entre ellos,
las metas.
Como revisamos en los primeros puntos del análisis del Programa, dentro de las metas
centrales a nivel de políticas gubernamentales, se encuentra el avanzar sostenidamente
hacia la integración social. Una sociedad con igualdad de oportunidades, valores
fortalecidos, creencias y actitudes entre mujeres y hombres que apunten hacia la aceptación
mutua, el respeto por las diferencias y el desarrollo de potencialidades.
Es por esto que aparece el Plan Nacional de intervención en violencia. Recordemos que en
la presentación del programa pudimos observar que existen distintas modalidades de
intervención dentro del programa. En esa misma clasificación, podemos conocer el cómo se
evalúan aquellos objetivos y blancos de acción.

En el área de comunicaciones, en la cual los objetivos están puestos en diseñar e


implementar estrategias comunicacionales orientadas a promover un cambio cultural frente
al tema de la violencia intrafamiliar, nos encontramos con lo siguiente:

Los resultados esperados de esta puesta en marcha estarán en función de resultados


esperados y plazos (en todas las clasificaciones). Por lo tanto las estrategias de evaluación
hasta el momento parecieran ser que están puestas en factores cuantitativos y
cumplimiento.

Algunos ejemplos del área de comunicaciones son: Seminario con expertos internacionales,
2 jornadas con medios de comunicación públicos y privados que busquen promover la no
utilización de material de violencia, Campaña anual de prevención en maltrato infantil,
conyugar y participación de géneros. En este punto el tema de las campañas estaría en
función de realizarlas o no. Probablemente su sistema de evaluación de efectividad serán
los indicares de denuncias por maltrato y las encuestas nacionales.

Frente al área de prevención, nos encontramos nuevamente con algunas estrategias de


evaluación de carácter contable, como por ejemplo, la aplicación de un programa de
intervención en un número de 20 comunas. Un 80% de de apoyo de instituciones a
establecimientos educacionales. Aplicación de talleres por INTEGRA.

En cuanto al área de capacitación, nos encontramos con estrategias de evaluación que están
en función del tiempo. Por ejemplo Seminarios de capacitación personal, cada 2 años.
Intercambio sobre enfoques y metodologías e intervención en violencia, cada 2 años.
Realizar un programa de capacitación y autocuidado en sectores.

Es válido mencionar que en ningún caso, queremos plantear una crítica particular frente a la
revisión de algunos modos de evaluación, sin embargo, es inevitable pensar en que frente a
cada objetivo y productos esperados que derivarán en la forma de evaluación de los
objetivos cumplidos o no del programa, están dados desde lo cuantificable y hemos
aprendido que un complemento de metodologías de evaluación sería mucho más positivo,
sobre todo en temáticas de intervención humana.
Una evaluación mencionada pero que no aparece en el plan de Violencia. Son los
resultados de las encuestas a nivel nacional sobre las denuncias de violencia, violencia en el
pololeo y muchos más indicadores que permiten evaluar el impacto de cada área de trabajo.
Sería interesante poder planificar un método de evaluación que más que responder a
cuántos talleres de desarrollo personal se hicieron, se pudiesen conocer elementos de más
profundidad. Más adelante nos detendremos a mostrar una propuesta de revisión no
cualitativa.

2. Mejora al Proyecto desde el Marco Lógico

En función de que como equipo hemos seleccionado un macro programa haremos una
selección de los elementos de intervención del proyecto (3) para incorporar propuestas de
mejoramiento en función del marco lógico.

Lógica de la intervención
Objetivos Promover y desarrollar acciones que apunten a evitar y/o reducir la
generales violencia intrafamiliar a través de las acciones educativas, de
formación, sensibilización y comunicaciones propiciando un estilo de
relaciones basadas en el autocuidado, respeto mutuo y
valoración de la diferencia.
Proteger y mejorar la calidad de vida de las personas que viven
violencia intrafamiliar, a través del perfeccionamiento y ampliación
de los servicios de atención integral, que garanticen una detección,
diagnóstico, orientación y atención especializada, para
posibilitar la recuperación de quienes viven la violencia y la
construcción de su nuevo proyecto de vida.
Coordinar las distintas acciones institucionales desarrolladas tanto
desde el Estado como desde la Sociedad Civil, con el propósito
de optimizar el uso de los recursos y potenciar sus resultados.

En términos generales, los objetivos generales son amplios, poco característico de los
programas comunes, sin embargo, el Programa Nacional de Violencia, direcciona sus
actividades de áreas específicas y es necesario clarificarlas dentro de los objetivos
generales. En un primer momento los objetivos de este programa a puntaban a la
eliminación y/o reducción de la violencia y protección a mujeres víctimas, sin embargo,
ahora parece más elaborado, explicativo y completo.

Lógica de la intervención
Objetivos Promover y consolidar estrategias para la prevención de las
específicos diversas manifestaciones de violencia al interior de las familias,
especialmente a través de la educación formal e informal.
Diseñar y consolidar una estrategia de formación y capacitación
permanente desde cada sector, para sus funcionarios públicos, de
acuerdo a las necesidades de fortalecimiento conceptual y de
intervención en cada sector.
Mejorar y ampliar la oferta pública de servicios dirigidos a
personas que viven violencia al interior de las famili as mediante
la atención integral, oportuna, adecuada y eficiente a sus demandas
específicas.
Diseñar e implementar estrategias para la generación constante de
conocimientos respecto de la violencia intrafamiliar, con el fin de
mantener un conocimiento actualizado que permita orientar las
políticas en torno al tema, acordes a las necesidades y mantener
informada a la comunidad nacional.
Desarrollar acciones que apunten a garantizar un efectivo
mejoramiento de la ley de violencia intrafamiliar, a través de su
modificación como cuerpo legal, y del control y regulación de su
aplicación desde los diferentes sectores del Estado y Sociedad
Civil.
Consolidar espacios de coordinación de los diferentes Ministerios,
sectores públicos, privados y de la sociedad civil involucrados
con la temática, para el diseño de estrategias y líneas de acción
comunes en torno a este Plan Nacional de Intervención.

Frente a la fase de establecimiento de objetivos, no presentaremos modificaciones ya que


como equipo consideramos que donde se pudiesen establecer las mejoras de tipo marco
lógico son en las áreas de verificación y evaluación.

Entonces presentaremos una unión (extracto) de marco lógico en el orden comunicacional


con consideraciones.
Creemos que en el punto analizado sobre las estrategias de evaluación y haber obtenido una
visualización de aquellas, nos aporta en el sentido de reconsiderar por ejemplo los medios
de verificación del programa y por supuesto los indicadores objetivamente verificables.

Nuestras preguntas guías son las siguientes: ¿Qué aspectos nos parecen positivos de
mantener en la metodología de marco lógico? (en este extracto) ¿Qué aspectos faltan por
incorporar?

Frente al primer objetivo nos encontramos con la dinámica mencionada previamente. Para
el cumplimiento de los objetivos se realizarán: Seminario y Jornadas con los medios de
comunicación. Se busca (1) que los medios logren consensuar el daño que produce
transmitir a la población chilena imágenes que muestren violencia de género, a niños y la
violencia en general. Como tarea y en función del objetivo nos parece impecable, sin
embargo, necesitamos indicadores objetivamente verificables. Dentro de lo
objetivamente verificable se encuentra la realización, la puesta en marcha, la cantidad de
asistentes, el porcentaje de población inmersa. Dentro de las especificaciones del proyecto
esto no se encuentra detallado. Tampoco existe la clarificación de un medio de verificación.
Si bien es cierto aparecen responsables a modo de supervisión, no se indica (más que los
plazos) cómo lograr conocer el impacto y los alcances para lograr alcanzar los resultados
(que sí están explicitados como lo podemos apreciar)

Desde nuestra perspectiva la presentación, parece bien fundamentada pero tenemos la


impresión de que faltan pilares del puente para poder comprender el medio o el paso hacia
el objetivo. Por lo tanto las mejoras del marco lógico estarían puestas en incorporar lo
siguiente:

Estableceríamos dos metodologías de verificación una cualitativa y cuantitativa.


Consideramos que el orden cuantitativo se debe mantener ya que si bien, como
comentamos en alguna clase de cátedra, pareciera ser que cuando se trata de evaluaciones
de proyectos que implican lo humano, el recurso psicológico, el cambio, lo actitudinal, es
complejo, también es importante saber a cuánto sector de la población se está
direccionando el proyecto, cuántas empresas interesadas acompañan el programa en lo
educacional, etc.
¿Dónde estaría puesta nuestra posición de mejoría? Fundamentalmente creemos que en los
indicadores y en los medios de verificación, en el área cualitativa. ¿Por qué? Porque
establecer estrategias de verificación, van a generar que podamos tener una
retroalimentación importante. Sabemos que hubo 100 certificaciones en el tema de
violencia, sabemos que la opinión de los chilenos en cuanto al rechazo de la violencia ha
aumentado en un 27%, sabemos que se reciben 48 llamadas al día en los fonos de denuncia
y ayuda, sin embargo, es necesario también por ejemplo para el proyecto;

Un estudio cualitativo de la percepción del tema de la violencia.


Una evaluación de quienes han recibido la ayuda.
Una evaluación de quienes han sido capacitados.
Una visión desde los medios de comunicación con los pro y los contra de incorporarse en la
medida de la disminución de material violento.
Una evaluación de opinión de los beneficiarios de las campañas.
Autoreportes de quienes trabajan en SERNAM con el tema de violencia.
Incluir de forma transversal y fundamental el autocuidado de quienes trabajan con el tema
de violencia (escucha, acogida)

Esa son sólo algunas de las propuestas que podemos hacer para la mejoría del programa en
cuanto a la coherencia y pertinencia del marco lógico. Creemos fielmente que la
incorporación de algunos de esos elementos podría hacer nexo o puente entre los objetivos
generales y específicos, de manera que no se perdieran recursos económicos y humanos sin
conocer una adecuada retroalimentación que permita visualizar la coherencia de las
propuestas.

Estimamos necesario ponderar la variable de haber realizado el análisis de un macro


programa y no de uno específico ya que la realización del marco lógico es muy extensa. Por
esta razón realizamos la focalización en este punto en el área del orden comunicacional.
4. Bibliografía

Gobierno de Chile, Sernam 2009. “Programa de Capacitación a Distancia para


funcionarios/as del Sector Público en materias de Género y Políticas Publicas”

Gobierno de Chile, 2000. “Plan de Igualdad de Oportunidades entre Hombres y Mujeres


2000-2010”

Gobierno de Chile, Comisión interministerial de prevención de la violencia intrafamiliar


2000. “Política y Plan Nacional de Intervención en violencia intrafamiliar 2000-2006”

Servicio Nacional de la Mujer, Departamento de estudios y capacitación del Servicio


Nacional de la Mujer, 2009. Documento de Trabajo N°120 “Evaluación de la
Incorporación de la Perspectiva de Género en Planes y Programas de 5° Básico a 4° Medio”

Servicio Nacional de la Mujer, Departamento de estudios y capacitación del Servicio


Nacional de la Mujer, 2008. Documento de Trabajo N°101 “Incorporación de la
Perspectiva de Género en Textos Escolares”

Servicio Nacional de la Mujer, Departamento de estudios y capacitación del Servicio


Nacional de la Mujer, 2004. Documento de Trabajo N°86 “Relaciones Laborales de Nuevo
Tipo Sistematización, detección y medición de problemáticas de género de nuevo tipo”

Servicio Nacional de la Mujer, Departamento de estudios y capacitación del Servicio


Nacional de la Mujer, 2002. Documento de Trabajo N°78 “Hombres y Mujeres: Como ven
hoy su rol en la sociedad y en la familia”

Servicio Nacional de la Mujer, Departamento de estudios y capacitación del Servicio


Nacional de la Mujer, 2005 “Incorporación y segregación de las mujeres en las nuevas
formas de trabajo”

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