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“El Maltrato Infantil en el marco de

la Crisis Estructural Familiar”1

Mariana Cecilia Zamar


Lic. en Psicología –
MP 0444
Chubut- Argentina

1. Introducción:

La familia es el grupo primario, en donde los primeros aprendizajes se


consolidan e inscriben en el psiquismo del niño, configurándose esquemas
mentales, a partir de la experiencia y vivencia familiar, esquemas que no
solo se tratan de conocimientos, sino también de emociones, vínculos y
lazos sociales. A diferencia de lo que sucede en la sociedad, o comunidad,
en donde los seres humanos somos reconocidos por lo que hacemos o por
nuestro rol social, en el seno de la familia somos reconocidos por “lo que
somos o quienes somos y no por lo que hacemos”. Es por esto que la
familia, es la institución por excelencia, eficaz en la socialización primaria
del niño.
Actualmente se investiga el maravilloso efecto protector de la salud,
que posee la familia ante diversas situaciones de adversidad, pero en
ciertas ocasiones la familia misma puede ser la fuente generadora de
estrés. En éstos últimos casos el estrés es recurrente y frecuente, lo cual es
altamente patógeno para los miembros de esa familia, en especial los niños
y adolescentes. Así por ejemplo el estrés en la familia (provocado por
distintas causas) parece ser un factor de riesgo importante para el abuso
potencial de los niños y adolescentes (Buendía, Ruiz y Riquelme, 1999), lo
cual deja secuelas y un pronóstico devastador para el niño.
En este trabajo se considera al Maltrato Infantil, entendiéndolo dentro
de la Crisis Estructural Familiar; se conceptualiza el tema, y se desarrolla
una propuesta de abordaje e intervención en familias en las que se presenta
esta problemática.

2. Conceptualización del Maltrato Infantil:


1
Trabajo presentado en el cursado de Socio-epidemiología Familiar materia de la
Maestría en Salud Materno Infantil (UNC) Noviembre del 2005
El Maltrato Infantil en el marco de la Crisis Estructural Familiar

UNICEF define como víctimas de maltrato y abandono a aquellos


niños, niñas y adolescentes de hasta 18 años que sufren ocasional o
habitualmente actos de violencia física, sexual o emocional, sea en el grupo
familiar o en las instituciones sociales. Según un documento de UNICEF
Chile, (Recuperado en octubre del 2005 de www.unicef.cl), el maltrato
infantil puede presentarse en sus diversas formas:
♣ Maltrato físico: toda agresión que puede o no tener como resultado una
lesión física, producto de un castigo único o repetido, con magnitudes y
características variables.
♣ Maltrato emocional o psicológico: se refiere al hostigamiento verbal
habitual a través de insultos, críticas, descréditos, ridiculizaciones, así como
la indiferencia y el rechazo explícito o implícito hacia el niño, niña o
adolescente. Se incluyen también en esta categoría rechazar, aislar,
aterrorizar, ignorar y corromper a los niños o niñas. El ser testigo de
violencia entre los padres es otra forma de maltrato emocional.
♣ Negligencia: existe negligencia cuando los responsables del cuidado y
educación de los niños y niñas no atienden ni satisfacen sus necesidades
básicas, sean estas físicas, sociales, sicológicas e intelectuales.
♣ Abandono: es el grado extremo de negligencia de parte de los adultos.
♣ Abuso sexual: cualquier clase de práctica sexual con un niño, niña o
adolescente, por parte de un familiar, cuidador o cualquier otro adulto.
Puede abarcar desde la exhibición de genitales hasta la violación. Se incluye
en esta categoría la explotación sexual.
En este último caso se suele dar la situación de confusión del niño/a
que es abusado/a sexualmente por su padre, ya que éstos operan desde la
natural relación de afecto y amor incorporada por el niño a partir de la
figura del padre, lo cual facilita las maniobras del adulto hasta llegar a
cometer el incesto. Luego del acto, la niña “se siente obligada a creer en el
amor de su padre hacia ella, pero el dolor físico que puede significarle
alguna de las maniobras sexuales, la evidencia de estar engañando a su
madre y sus dudas acerca de su culpabilidad en los hechos, facilita la caída
de sus sentimientos tempranos de amor y confianza hacia el padre, lo cual
le produce angustia y sensación de vacío psíquico, como si no pudiera
reponerse de su asombro...” (Giberti, 1999 pp. 247).

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El Maltrato Infantil en el marco de la Crisis Estructural Familiar

El trauma que le produce esta situación le hace sentir una angustia


desmesurada incapaz de procesar; ha sufrido a su vez una
desubjetivización, ya que el incestuador se dirige, a la subjetividad de la
víctima, que no dispone de autonomía yoica para oponérsele. Existe una
asimetría de poder, es decir que el padre tiene un poder tácito sobre la hija,
tan grande que no necesita llegar a la violencia física para acceder a ella
carnalmente (Pittman, 1998).
Las consecuencias del maltrato infantil y adolescente, según el
documento de UNICEF mencionado anteriormente, pueden sintetizarse en el
siguiente cuadro:
Consecuencias inmediatas Consecuencias a largo plazo
Físicas: lesiones que van desde aquellas leves Mayor probabilidad de
hasta la muerte (Lesiones leves: moretones, convertirse en padres y madres
rasguños, mordeduras, etc. Graves: fracturas, maltratadores de sus hijos o
lesiones internas, traumatismos encéfalo hijas, a este fenómeno se le ha
craneano, quemaduras, etc.). También tiene denominado transmisión
efectos en el desarrollo físico: pueden crecer transgeneracional de la violencia.
menos de lo esperado, tener más enfermedades,
entre otros. Mayor tolerancia a la violencia y
a encontrar natural su uso
Psicológicas: trastornos emocionales como (desensibilización).
retraimiento, baja autoestima, inseguridad,
angustia, depresión infantil, problemas de Problemas de identidad y
atención y concentración. Mayor tolerancia a la elección sexual. Desconfianza
violencia. hacia los hombres (si se trata de
una niña abusada).
Problemas Escolares: problemas conductuales y
de rendimiento escolar, trastornos del Personas adultas con dificultad
aprendizaje. para defender sus derechos.

Problemas Psicosociales: posible tendencia a Problemas psicológicos como


incursionar en drogas y alcohol como modo de depresión, baja autoestima,
escape y evasión de la situación. Abandono del angustia, entre otros.
hogar.

Los niños que han sido abusados físicamente interactúan con sus
pares mediante recursos negativos, con respuestas emocionales bizarras y
extrañas, muestran menos madurez cognoscitiva, habilidades sociales
defectuosas, menos competencia social (Hernández Guzmán, 1999).
También se señalan, a corto plazo, las siguientes consecuencias:
“ansiedad, miedo, depresión, pesadillas, conducta suicida y/o autolesiva,
trastornos de estrés postraumático, agresividad, conducta antisocial,
hiperactividad, problemas escolares y abusos de sustancias; y entre los que
ocurren a largo plazo se encuentra una amplia variedad de trastornos
emocionales, interpersonales, conductuales, cognitivos, físicos y sexuales.
Junto a ellos, se ha informado de sentimientos de inferioridad y de

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El Maltrato Infantil en el marco de la Crisis Estructural Familiar

inutilidad, característicos de una baja autoestima y sentimientos de


culpabilidad, así como de rabia e ira difusos” (Buendía, Ruiz, Riquelme,
1999, pag. 195).
Cantón y Cortés (2000) encontraron en 188 niños españoles que
viven en centros de atención al menor, que mientras más graves habían
sido las experiencias de maltrato, mayores eran los problemas de conducta
que presentaban estos niños. El maltrato se relacionaba en especial con la
conducta delictiva, el abandono con los problemas de atención, la conducta
agresiva y mayor cantidad de problemas. Los niños maltratados que son
recibidos en instituciones de acogida suelen tener comportamientos de robo
y de huida (Gallardo y Trianes, 1999).
En el caso del abuso sexual, aumenta el riesgo de desajuste
psicológico si: los sentimientos negativos son más fuertes, si se realiza con
más frecuencia y duración las experiencias sexuales, si hay falta de apoyo
de otras personas en el momento en que se descubre la experiencia, y si se
presenta un estilo de afrontamiento negativo en el niño o adolescente que
es víctima del delito.
Además de esta descripción del fenómeno, es posible elaborar la
hipótesis de que el maltrato infantil, en parte se explica por la existencia en
las familias de una Crisis Estructural, en familias que se caracterizan por
cierta incapacidad al cambio en lo que respecta a la violencia intra familiar.

3. Maltrato Infantil como fenómeno de violencia intra


familiar:

La Violencia Familiar según Dohmen (1999) se define como: “el


establecimiento y circulación de relaciones vinculares abusivas en el interior
de la familia. Provoca daño físico y/o psicológico intencional por acción y/u
omisión” (pag. 251). Para la autora el Maltrato Infantil es una de las
modalidades de violencia familiar, en donde la relación del padre con el niño
gira en torno al abuso del primero sobre el segundo, y se alternan en dicho
vínculo, periodos de maltrato con periodos de afecto.
El maltrato infantil, es una situación de “crisis peligrosa inminente”
para el niño. Este tipo de situaciones pueden observarse dentro de la familia

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El Maltrato Infantil en el marco de la Crisis Estructural Familiar

que tiene una Crisis Estructural, es decir que son familias en crisis
permanente. Siguiendo a Pittman∗, este tipo de crisis se caracteriza por:
“un defecto en la estructura familiar, que la hace resistente al
cambio y propensa a sufrir exacerbaciones intermitentes de cierto conflicto
intrínseco” (pag. 363).
“Éstas familias sufren una serie de emergencias recurrentes en las
que requieren la ayuda externa, pero rara vez parecen percibir que los
episodios recurrentes están relacionados entre sí conforme a una pauta que
podría definirse como el problema. Al tratar cada episodio como caso único,
dejan sin definir - y, por ende, sin tratar – el problema estructural habitual”,
(pag. 364).
Son familias inflexibles, así por ejemplo si uno de los miembros es
violento se tenderá a protegerlo del cambio.
Para Dohmen las familias que maltratan al niño, operan como el
Modelo Primario de Relación Vincular que es patológico, ya que se aprendió,
aprehendió e internalizó un modelo de victimización y abuso que se
transmitió de generación en generación (Transmisión Intergeneracional).
La situación de maltrato puede deberse a las modelos de violencia
incorporados en la infancia, el estilo de crianza de los padres y las pautas
culturales coercitivas.
Una investigación llevada a cabo por Palacios, Moreno y González,
(Citados en Sánchez Hidalgo e Hidalgo García, 2003), tras analizar los datos
recogidos mediante el Cuestionario sobre las ideas de los padres,
describieron en padres españoles, tres grupos de ideologías distintas,
referidas al desarrollo de los niños:
♣ padres de ideas evolutivo-educativas modernas, se caracterizaba por
estar compuesto de hombres y mujeres muy informados sobre la
paternidad, con una perspectiva de calendario madurativo muy ajustada,
por ser de zonas urbanas y con alto nivel educativo, por estar próximos a
tesis interaccionistas en cuanto a la explicación del desarrollo y por
percibirse altamente influyentes en la crianza y la educación de sus hijos e
hijas. Asimismo, suelen ser adultos que fomentan el razonamiento y las
explicaciones como técnicas de control de la conducta infantil, valorando la
independencia como meta educativa y sus ideas parecen estar poco
estereotipadas en función del género de sus bebés.


Apunte de la Materia. Pittman, F. S. Capítulo de Crisis familiares previsibles e imprevisibles.

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El Maltrato Infantil en el marco de la Crisis Estructural Familiar

♣ padres de ideas evolutivo-educativas tradicionales: son progenitores


poco informados sobre el desarrollo y la educación infantil, próximos a
argumentos innatistas para la explicación del dualismo herencia-ambiente,
con expectativas de calendario madurativo muy tardías, poco sensibles a
aspectos psicológicos en las relaciones con sus bebés y que se perciben con
escasa influencia sobre el desarrollo de sus hijos e hijas. Como metas
educativas defendían el buen comportamiento y la dependencia de los
adultos, aprobando el uso de prácticas coercitivas como una estrategia
válida y habitual de aprendizaje. Estos progenitores suelen ser de zonas
rurales y tener bajo nivel educativo.

♣ padres de ideas evolutivo educativas paradójicas, que se caracterizaba


por la oscilación en sus ideas; eran mujeres y hombres que se mostraban
interaccionistas para unas dimensiones, e innatistas para otras íntimamente
relacionadas con las primeras. Se distribuyen por igual entre las zonas
urbanas y rurales y entre los distintos niveles educativos.

En esta línea de investigación, Hernández Guzmán (1999) señala que


“los padres que tienen un estilo autoritario valoran la obediencia
incondicional y perciben la relación con los hijos como una relación de
poder. Usan técnicas de control directo, es decir ellos son los que resuelven
los problemas e imponen las soluciones a sus hijos” (pag. 63). La autora
señala que cuando este estilo de crianza se entremezcla con castigo físico y
expresiones emocionales negativas, en el ingreso a la escuela los niños
tienden a tener conductas agresivas.
Así las creencias e ideas de los padres sobre el desarrollo y la infancia
tienen relación con el tipo de técnicas educativas brindadas a sus hijos
(razonamiento, castigo, etc), e influye en la crianza e interacción y vínculo
entre padres e hijos, siendo la inclinación al castigo un factor de riesgo para
el maltrato infantil:

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El Maltrato Infantil en el marco de la Crisis Estructural Familiar

Otros factores que pueden llevar al maltrato infantil en especial al


abuso sexual, son el hacinamiento, la carencia de normas sexuales
definidas y la desorganización familiar.
En el caso de las familias en las que ha acontecido el incesto, se
observa que éstas son familias que viven en el aislamiento, “son sistemas
cerrados, patológicamente enmarañados. No intercambian información con
el mundo exterior, carecen de negentropía suficiente para permitir la
diferenciación generacional y son demasiado homeostáticas... son familias
que tienden a mantener su estructura desordenada por años...” (Pittman,
1998).
En estas familias aconteció una fractura entre los límites
generacionales, el niño es ubicado por el padre para su satisfacción a modo
de completamiento de su vida y le impide al niño el desarrollo de la
“estructura de su yo” (Cordera, 2001).
Caracterizada de esta forma la problemática del maltrato infantil, no
se puede descuidar del abordaje y de la intervención al sistema familiar en
su conjunto; aunque la violencia se ejerza en el sistema por una sola
persona, la familia entera opera, ya sea por ocultamiento de la situación o
por otros motivos, como facilitadora de dicho comportamiento.

4. Abordaje del Maltrato Infantil como factor de estrés


para el niño y el sistema familiar:

Siendo el Maltrato Infantil una problemática compleja, (que se da en


todas las clases sociales), los profesionales de las ciencias de la salud, que
trabajan tanto en el ámbito privado de atención como en el público, deben
tener pleno conocimiento del tema, ya que esto permitirá la detección del
niño maltratado. Este es un tema que incumbe también a las ciencias
jurídicas y a la asistencia social. Así el trabajo interdisciplinario es primordial
a la hora de afrontar una situación de esta magnitud.
Este tipo de casos es detectado por las maestras en la escuela, no
obstante es muy probable que se presente en el hospital o centro de
atención primaria, en donde quien asiste, observa al niño con golpes y
lesiones físicas de leves a graves; inclusive es posible que el pediatra o

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El Maltrato Infantil en el marco de la Crisis Estructural Familiar

médico general pueda llegar a observar daños provocados en la zona


genital o anal debido a abuso sexual.
El verdadero trabajo interdisciplinario en esta situación, no consiste
en que todos los profesionales a la vez asistan al niño y a la familia, sino
que siendo una situación tan delicada, el profesional desde su ámbito
laboral, debe “saber ver”, para “reconocer” el problema, y una vez
detectado poder “comprender” la situación familiar, “sin prejuzgar” y saber
actuar de manera inmediata, vinculando a la persona que acompaña al niño
con los organismos legales, ya que sin la intervención de la justicia no es
posible que la familia acceda posteriormente a una rehabilitación o
terapéutica familiar, es necesario que quiénes apoyan al niño se sientan
también contenidos y amparados por ley. Al respecto la Ley Nacional 24.417
trata sobre la “Protección contra la Violencia Familiar”, que prevé la
protección de los miembros de la familia contra los que se atenta, como así
también indica que el estado deberá garantizar la atención psicológica
necesaria.
En el caso de abuso infantil, es fundamental saber realizar un
diagnóstico pertinente. Al respecto Intebi (1999) señala que se deben tener
en cuenta indicadores específicos (estrechamente vinculados con la
situación abusiva) e indicadores inespecíficos (relacionados a la situación
traumática en general); y aclara que los indicadores físicos solo se
presentan en un porcentaje bajo de casos y requiere de especialistas,
ginecólogos infanto juveniles y de pediatras entrenados. Entre los
indicadores para el señala:

INDICADORES ESPECÍFICOS:
Indicadores físicos:
 lesión en zona genital y/o anal,
 sangrado por vagina o ano,
 infecciones genitales o de transmisión sexual (sífilis, gonorrea,
SIDA no preexistente al momento del nacimiento, condilomas
acuminados-verrugas genitales-, flujo vaginal infeccioso con
presencia de gérmenes no habituales en la flora normal de las
niñas).
 Embarazos.

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El Maltrato Infantil en el marco de la Crisis Estructural Familiar

 Cualquiera de los indicadores anteriores con hematomas o


excoriaciones en el resto del cuerpo, como consecuencia del
maltrato físico asociado.
Indicadores psicológicos:
 Relato de la víctima.

INDICADORES INESPECÍFICOS
Indicadores físicos:
 Dolores abdominales recurrentes sin causa orgánica.
 Cefaleas recurrentes sin causa orgánica.
 Infecciones urinarias a repetición sin malformaciones que las
justifiquen.
 Trastornos de la alimentación (bulimarexia).
 Enuresis y encopresis secundarias.
 Constipación crónica.
Indicadores psicológicos:
 Síndrome de estrés post traumático.

INDICADORES DE SOSPECHA SEGÚN PERÍODO EVOLUTIVO:


Preescolares:
 Conductas hipersexualizadas y/o autoeróticas.
 Trastornos del sueño (pesadillas, terrores nocturnos).
 Conductas regresivas.
 Enuresis, encopresis secundarias.
 Retraimiento social.
 Temores inexplicables ante personas o situaciones
determinadas.
 Fenómenos disociativos.
Escolares:
 Cambios bruscos en el rendimiento escolar.
 Problemas con figuras de autoridad.
 Mentiras.
 Fugas del hogar.
 Delincuencia.

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El Maltrato Infantil en el marco de la Crisis Estructural Familiar

 Coerción sexual hacia otros niños.


 Excesiva sumisión frente al adulto.
 Fobias.
 Quejas somáticas (cefaleas, dolores abdominales).
 Sobreadaptación, seudomadurez.

Adolescentes:
 Promiscuidad sexual, prostitución.
 Coerción sexual hacia otros niños.
 Drogadicción.
 Delincuencia.
 Conductas autoagresivas (cortes, automutilaciones).
 Intentos de suicidio.
 Excesiva inhibición sexual.
 Trastornos disociativos.
 Bulimarexia.

Adultos:
 Trastornos psiquiátricos graves.
 Disfunciones sexuales.
 Trastornos de la alimentación.

En cuanto al comportamiento o conducta de los niños, Dohmen


(1999), aclara que en el caso de los niños maltratados no todos expresan
niveles de agresividad, en algunos niños se observa el acatamiento de
pautas en forma sumisa, sin transgredir normas y sometiéndose a sus pares
y adultos, no muestran estar disconformes y tampoco juegan y pelean como
los niños de su edad. Estos son niños que no pueden externalizar su
problema, lo cual aumenta la vulnerabilidad de los mismos.
La autora afirma que el niño no es más que el síntoma de una familia
disfuncional, y este problema es tan solo la punta del iceberg de la
situación. Así esboza el diagnóstico de las familias, teniendo en cuenta la
presencia de los siguientes indicadores:

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El Maltrato Infantil en el marco de la Crisis Estructural Familiar

Disfunción familiar
violenta paterno
-familiar

CARACTERÍSTICA
S

- Rigidez extrema
- Roles fijos-preestablecidos e inamovibles
- Relaciones de poder asimétricas
- Normas coercitivas estrictas
- Baja autoestima
- Autoritarismo
- Temor a la pérdida de: autoridad, control y poder
- Expectativas sobredimensionadas del niño
- Inhabilidad para resolver conflictos en forma no
violenta

SÍNDROME DE PADRES VIOLENTOS

Maltrato por acción Maltrato por


Ejerce activamente omisión consciente
el maltrato no evita el maltrato

Como se indicó arriba, el maltrato infantil es el síntoma familiar, por


eso, son familias que expresan una crisis permanente, siguiendo a Pittman
se propone la intervención y abordaje familiar teniendo en cuenta siete
pasos:
1º) Reacción ante la emergencia: la intervención debe ser rápida
para reducir la sensación de emergencia del niño afectado y de la familia,
para luego centrar la atención en los cambios precisos. En relación a este
punto, a veces se requiere la intervención de un tercero, ajeno a la familia,
ya que en muchas ocasiones, la violencia se oculta en el seno familiar.
El terapeuta debe conocer la situación y el peligro de lesiones severas
y/o de muerte del niño afectado; debe dejar en claro a todas las partes, que
la violencia, sea cual fuese su causa, es espantosa, no obstante debe
mantenerse neutral ante la violencia misma, e interesarse por la tensión
emocional que condujo al hecho de violencia.
Manifestar bronca o ira ante los padres agresores puede llevar a que
estos se distancien y queden los niños expuestos a un riesgo mayor. El

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El Maltrato Infantil en el marco de la Crisis Estructural Familiar

terapeuta y los profesionales que se encuentran con un caso de estos, debe


comprender la conducta paterna violenta, ya que son padres que por lo
general no gozan o disfrutan con las agresiones, piensan que no pueden
controlarse, creen estar impulsados por una fuerza superior, sienten gran
sufrimiento y sentimiento de culpa, junto a una sensación de haberse
golpeado a sí mismo, quizás fue víctima de maltrato en la infancia, y
carecen de alternativas no violentas para resolver los conflictos.
2º) Compromiso de la familia: el terapeuta debe entrevistar a ambos
padres y al mismo niño, esto ayudará a tomar la decisión de si se debe
separar al padre o madre violenta del niño/a, según la peligrosidad a la que
este último está expuesto. El terapeuta debe asegurarse de que deben estar
involucrados todos aquellos que tendrían que cambiar.
3º) Definición de la crisis: el terapeuta debe interrogar a los miembros
de forma tal de presumir que la familia ya ha tenido episodios de violencia y
preguntar como los ha manejado, esto se debe a que si se pregunta
directamente a los adultos si se ha cometido maltrato o abuso del niño,
quizás se oculte el hecho ante el terapeuta.
El primer paso es sacar a luz los problemas y reconocerlo. Es
importante conocer qué tipo de violencia y maltrato se da, así como
también conocer la frecuencia de los hechos, lo cual permitirá definir la
crisis, al cuestionarnos: ¿por qué se da ahora? y ¿qué se protege de un
cambio, mediante esta crisis?.
Se debe considerar que si es una situación recurrente, para la familia
ya se ha naturalizado la reacción violenta. En esta etapa es necesario que la
persona violenta reconozca qué actitud o acción suya conduce a la agresión.
4º) Receta general: acordar en familia que la violencia debe cesar,
que es inaceptable, y que todos están implicados en la terapia. Aconsejar a
quienes acompañan al niño qué se debe hacer si se presenta un nuevo
episodio crítico de maltrato, a quién acudir antes que se desencadene, a
quién poder llamar por teléfono o si es posible que la persona violenta hable
en los momentos de ira con el terapeuta.
5º) Receta específica: el terapeuta le proporciona a la pareja y a la
persona violenta, alternativas sobre cómo manejar el conflicto; asignando
tareas simbólicas y reales que deben resolver. Es importante que la familia
logre acordar pautas y consignas intrafamiliares, sabiendo el por qué de las
mismas. Se deben esclarecer las obligaciones y los derechos de cada uno de

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El Maltrato Infantil en el marco de la Crisis Estructural Familiar

los miembros del sistema familiar, según la edad de cada uno, grado de
responsabilidad y capacidad evolutiva. En muchas ocasiones esto se trabaja
con los padres, quienes pactan un acuerdo en cuanto a normas y pautas del
sistema, inclusive en la modificación de las formas de castigo físico y
emocional (ej. menospreciar al niño, o producirle miedo por lo que se le
dice), por otras pautas, como ser: quitarle al hijo algún privilegio en vez de
golpearlo o gritarle. También se debe trabajar sobre los estilos de crianza,
mitos y creencias culturales relativos a la crianza y desarrollo de los niños;
y en todo momento resolver el conflicto de los límites entre subsistemas.
6º) Negociación de la resistencia la cambio: en el caso del tratamiento
familiar en situaciones de maltrato infantil, es muy importante este punto
ya que muchas veces por distintas causas y hasta por necesidades
económicas (en el caso en que el padre o madre abusador/a es el sostén de
la familia) se oculta y protege a la familia del cambio.
A veces la persona violenta se resiste a realizar el tratamiento, en
este caso es fundamental la figura de la justicia, ya que peligra la vida y el
bienestar del niño en general. En algunas ciudades, el estado y los
organismos de protección al menor han previsto grupos de mutua ayuda
para padres violentos, dirigidos por los profesionales pertinentes, aquí el
TRATAMIENTO
grupo opera como un espejo (ya que al reunir a personas con la misma
problemática facilita procesos identificatorios), Grupo
así pueden
de mutua reconocer
ayuda en
otros Grupo
las mismas manifestaciones para niños víctimas de
en sí mismos, funcionando el grupo como
de mutua ayuda
maltrato. Abordaje
para padres violentos
promotor de cambio,
abordaje primario en donde los logros de unos promueven las
paralelo al de padres
(una vez iniciado éste)
modificaciones en las otras personas. Muchas veces el tratamiento familiar
debe estar acompañado del tratamiento individual. Aunque se trate de
Objetivos específicos: Objetivos específicos:
psicoterapia
1. Detener lagrupal o individual,
violencia física ésta debe1.ser siempre
Aprender directiva.
a resolver los conflictos
2. Evitar el abuso emocional 2. Evaluar/ supervisar la evolución
A su sobre
3. trabajar vez, mitos
es fundamental
de la niñez la asistencia física y psicológica del niño
de los padres.
que ha sido abusado. Dohmen (1999) aconseja que el trabajo realizado con
los padres seTécnica
complemente con el tratamiento de los niños,
Técnicacon los cuales
s s
se aplican técnicas de juego, roll playing, dramatizaciones, pautas
Trabajo con
vinculares emergentes
paterno-filiales, Trabajo con emergentes
evaluando los emergentes, los cuales son
trabajados también en los grupos de padres y viceversa. La autora aconseja
siempre trabajar Formas adecuadas
tanto con de resolución
los padres como condel conflicto
los niños las formas de
resolver los conflictos, realizando un entrenamiento en asertividad. En el
siguiente cuadro se sintetiza laASERTIVIDAD
perspectiva de tratamiento de esta autora:

Rehabilitación del sistema familiar violento

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- Evitación del riesgo físico –emocional
- Nuevo aprendizaje del vínculo paterno-filiar con amor y
respeto mutuos
El Maltrato Infantil en el marco de la Crisis Estructural Familiar

7º) Terminación: la terapéutica familiar, finaliza cuando todos los


miembros de la familia asumen sus responsabilidades particulares, cuando
en el vínculo paterno-filial o materno-filial se logra una relación adecuada y
óptima, en donde las pautas y normas familiares son respetadas y en casos
de conflictos, la familia logra resolver el mismo mediante pautas no
coercitivas, es decir que se han modificado las relaciones de poder, a la vez
que desde su “ser padres” pueden demostrar su afecto hacia su hijo, lo cual
es de suma importancia en la crianza del niño.
Por otro lado es importante asegurarnos de que el niño haya podido
reelaborar la situación, de forma tal que pueda haber “reparado” el daño.
En caso de que se observen secuelas graves el tratamiento psicológico del
niño no debe abandonarse, y debe focalizarse, según cada caso, en las
áreas más afectadas (emocional, cognitivo, social, etc).

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El Maltrato Infantil en el marco de la Crisis Estructural Familiar

Es importante también en este punto prever, alguna sesión posterior


de seguimiento, en donde se vuelva a evaluar el funcionamiento del sistema
familiar. Por otro lado se debe tener en cuenta la posibilidad de una recaída,
por lo cual en algunos casos el terapeuta debe funcionar como un
“dispositivo de seguridad”, pero debe procurar no convertirse en cuidador
familiar.

5. Conclusión

En este trabajo se consideró al maltrato infantil como una


problemática compleja dentro de la Crisis Estructural Familiar. Pensar en la
rehabilitación psicológica del niño afectado, implica pensar en el
tratamiento familiar, restableciendo un vínculo sano en el subsistema
paterno-filial.
Comparto con Beavers (1995) su pensamiento referido a que:
“ayudar a las familias a resolver problemas y a movilizar recursos es
superior a actuar como agente del cambio” (pag. 192), lo cual quiere decir
que el terapeuta está lejos de ejercer un papel omnipresente en la vida de
la familia, más bien la habilidad de éste es lograr que la familia colabore
identificando las dificultades, y solucionando los problemas mutuamente.
Considero esto fundamental en una problemática tan compleja como el
maltrato infantil, en donde una actitud de omnipotencia, ira o bronca, del
terapeuta o de cualquier profesional, que se enfrenta en una primera
instancia con un niño abusado, no conduce al reconocimiento familiar del
conflicto, y el profesional solo genera en la persona violenta y en la familia,
el convencimiento y refuerzo de la creencia de que la agresión es la única
manera de resolución de conflictos.
Desde la psicología se entiende que la familia incide en la identidad
del niño a nivel emocional, influenciando su desenvolvimiento personal, un
sentimiento de confianza y seguridad básica en sí mismo, autonomía e
iniciativa; pero si los padres son inconciliables en la realidad, se vuelven
objetos inconciliables introyectados en el hijo, por eso en el caso del
maltrato o abuso infantil asistir en la emergencia al niño y a la familia,
puede significar una oportunidad favorable para, desentrañar
posteriormente, la crisis estructural familiar, y a su vez acompañar al niño

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El Maltrato Infantil en el marco de la Crisis Estructural Familiar

en la elaboración del trauma, y mediante el aprendizaje de


comportamientos asertivos lograr que tanto los padres como los hijos
pongan límites, evitando la violencia.

Bibliografía:
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