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Taller de Reportaje

Profesor: Jerónimo Morales

H1 N1 en México: El virus que paralizó, golpeó y mató


Por Yovegami Ascona

Adela María Gutiérrez Cruz nunca pensó que un resfriado común


que ella padecía se convertiría en un severo cuadro de neumonía. Su
estado de salud lucía grave, de por sí dañado por la diabetes. Dos
semanas después, el 13 de abril el cuadro de la mujer se complicó y
finalmente Adela María murió.

La Oaxaqueña ahora forma parte del historial clínico del mundo, al


diagnosticarse que fue en su cuerpo donde sucedió la mutación del
virus de influenza estacional y surgió la llamada gripe porcina que la
mató y disparó la alerta epidemiológica no sólo en México, sino que a
nivel mundial.

El reporte médico diagnosticó muerte por neumonía atípica, sin


embargo la autopsia y los resultados clínicos de las muestras enviadas
a la ciudad de México y a Canadá concluyeron que se trataba de un
nuevo virus mutante, con la característica de poseer un componente
porcino, de ahí que patología fue denominada en un principio como
influenza porcina.

Fue hasta el 20 de abril cuando la Secretaria de Salud hizo oficial


la existencia del virus de la influenza porcina, después de que el
Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados
Unidos, ratificó el caso el 16 de abril.
Para el 22 de abril se registraba en el D.F. cinco fallecimientos a
causa del nuevo virus y las preocupaciones en las autoridades no se
hizo esperar. Aún así la situación era definida como un “fenómeno
inédito” que mantenía con los focos rojos a toda la población.

Para cuando ocurrieron estos hechos los medios de comunicación


ya habían incluido la alerta sanitaria como agenda informativa, pero
aún faltaba unos días más para que se convirtiera en la noticia
principal y en tema obligado para todos los medios.

La espera no tardó. El 24 de abril Felipe Calderón decretó, como


medida preventiva la suspensión de clases en todas las escuelas,
desde preescolar hasta educación superior, tanto del Distrito Federal
como del Estado de México.

Ese mismo día, el secretario de salud, José Ángel Córdova


Villalobos, dio a conocer en cadena nacional la situación epidémica en
México, los síntomas del mal y las recomendaciones para evitar su
contagio.

“El virus de la influenza constituye una epidemia respiratoria hasta


ahora controlada, cuyos síntomas son: fiebre superior a 39 grados que
se presenta de manera repentina, tos, dolor de cabeza intenso, dolores
musculares y de articulaciones, irritación de los ojos y flujo nasal”,
anunciaban constantemente los medios de comunicación

Las siguientes indicaciones: mantenerse alejados de las personas


que tengan infección respiratoria; lavarse las manos frecuentemente
con agua y jabón; no saludar de beso ni de mano; mantener limpias las
cubiertas de cocina y baño, manijas y barandales, así como juguetes,
teléfonos u objetos de uso común. Asimismo exhortaban a la población
a acudir al médico en caso de presentar algún síntoma y evitar auto
medicarse.

La sociedad estaba aterrorizada, alarmada y preocupada. Al


encender el televisor, la radio, leer el periódico o conectarse a internet
la información se concentraba en el virus epidémico. El incremento de
los muertos y contagiados en el país y en el mundo subía como
espuma.

México despertó el 25 de abril con una noticia que se sumaba a


las adversidades de la jornada: por tratarse de un nuevo virus la
vacuna contra la influenza estacionaria no es útil en los enfermos de
gripe porcina.

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El virus que desnudó a México

De acuerdo con las cifras de la Secretaría de Salud, durante el 27


de abril, el virus de la influenza humana, -como se le denominó por su
contagio de persona a persona- estaba relacionado con 103 muertes,
pero sólo en 21 se había confirmado su influencia directa, sin embargo
la misma dependencia informaba que el número de pacientes
atendidos con síntomas de influenza humana aumentó en un día de mil
324 a mil 614.

Un producto con calidad de exportación

Para el 28 de abril México se encontraba en el ojo del huracán. La


OMS eleva la alerta pandémica mundial de la fase tres a la cuatro, lo
que significa que el virus ha dejado de manifestarse en escasos focos
de contagio y ha adquirido nuevas capacidades.

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La población en pánico y desprotegida

Los llamados de alerta se convirtieron en medidas discriminatorias


contra todo de origen mexicano: productos, servicios y ciudadanos.
El manejo irresponsable de la información fue uno de los factores
que propició que los países catalogaran a México como un país
“enfermo” y “altamente contagioso”.

Estados Unidos y varios países de la Unión Europea hicieron un


llamado a sus ciudadanos a no viajar a México. El 29 de abril Argentina
y Cuba se unen a la lista de los Estados que suspendieron
temporalmente sus vuelos hacia el territorio mexicano.

El virus empezaba a desconocer fronteras. Se registran brotes en


diversas partes del mundo. Los últimos datos anunciaban que al
menos 105 casos de influenza porcina se habían confirmado: 64 en
Estados Unidos, 26 en México (ya fallecidos), seis en Canadá, tres en
Nueva Zelanda, dos en España, dos en Gran Bretaña y dos en Israel.

Las profecías Apocalípticas eran confirmadas por los medios de


comunicación masiva, el desarrollo de la pandemia por la influenza
humana o porcina, -a estas altura ya importa poco el nombre- era casi
inevitable.

La OMS había elevado el estado de alarma a fase cinco, lo que


significa que la enfermedad había desarrollado focos autónomos en
más de dos países de una misma región y su nivel de incidencia iba
aumentando considerablemente.

Los gobiernos rezaban a los cuatro vientos que no se debía entrar


en pánico, pero para esos momentos el mundo entero se encontraba
envuelto en miedos aunado a la desinformación.

Un reportero de la AFP preguntó al secretario de salud por qué en


México había mucho más muertes que en Estados Unidos. La
respuesta fue patética.

“Algunas de las situaciones que hemos podido analizar en los


pacientes, es que en muchos de los casos está el patrón de atención
tardía. También probablemente porque en los primeros casos no se
sabía si estábamos frente a un virus diferente”

Así como llegó se fue

La influenza porcina apareció de la noche a la mañana y así como


llegó se fue. En el día del Aniversario de la Batalla de Puebla el
Gobierno Federal y la Organización Mundial de Salud, anunciaban que
la situación epidemiológica estaba controlada.

Pronto sería parte del historial de la grandes epidemias del


mundo, sin embargo había que seguir tomando precauciones.

Pero este virus no solo paralizó, sino que golpeó fuertemente al


país. La crisis sanitaria fue la gota que derramó el vaso en la economía
del país. El PIB podría desplomarse este año hasta en el -4%.

La contingencia además significó que millones de mexicanos se


quedarán sin empleo, sin el sustento diario y sin certeza alguna sobre
su futuro.

Calderón hace acto de presencia en todos los televisores del país,


se le nota sonriente y dice “Yo quiero exhortarlos a todos que en estos
días de asueto que vamos a tener, en este puente que irá de 1 al 5 de
mayo, te quedes en tu casa con tu familia. Es momento también de
convivir con los hijos, con los hermanos, con los tuyos…”

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