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ECONOMIA

Los polacos gastarán este año un 10% más en vino según un estudio

Los consumidores polacos gastarán este año un diez por ciento más en vino que en
2010, señala un estudio publicado hoy por "Rzeszpospolita", donde se prevé que las
ventas de esta bebida alcancen en cinco años los 1.000 millones de euros.
Lo cierto es que la crisis y el aumento del impuesto en las bebidas alcohólicas han
afectado a la demanda del vino menos que a la del vodka o la cerveza, reinas
indiscutibles en el país centroeuropeo, cuyas ventas han descendido sin embargo en
los últimos meses.
El gasto en vino ya experimentó un crecimiento del 3,8 por ciento en 2010, con ventas
que ascendieron a 450 millones de euros, recuerda el diario "Rzeszpospolita".
El estudio augura un futuro prometedor para el sector, que continuará su crecimiento
en este país, donde el consumo de este producto sigue siendo minoritario, con 7,1
litros por habitante en 2010, muy por debajo de países como Italia (46 litros por
habitante) o Alemania (26 litros).
Actualmente los principales exportadores de vino a Polonia son Bulgaria, Alemania,
Países Bajos y Francia, mientras que España ocupó en 2009 el sexto lugar, con algo
más de 6,4 millones de litros, casi el doble que Chile, el productor latinoamericano
más presente en el mercado polaco.
Polonia ha aumentado en los últimos años el número de litros importados desde
España, a pesar de que el vino español ha disminuido ligeramente su cuota pasando de
la tercera posición en ese ranking de países en 2008 con una cuota del 9,7 por ciento,
al sexto lugar en 2009 con una cuota del 9,1 por ciento.
El precio sigue siendo la principal barrera para la expansión del mercado del vino, ya
que al precio base de exportación hay que sumar otros costes como el transporte,
aranceles, impuestos sobre el alcohol y el IVA, explicó a EFE Matías Gigaglia,
representante de bodegueros argentinos en Polonia.
Esto hace que las marcas baratas dominen el mercado y que la mayoría de polacos
opten por botellas con un precio entre los cinco y siete euros.
A pesar de su coste, el consumidor polaco se abre cada vez más a este producto, hasta
hace poco considerado de lujo y con precios inaccesibles para la mayoría de
ciudadanos, optando por tintos ligeros y blancos semisecos, más bien suaves.
"Los hábitos de los polacos, que suelen tomar el vino solo, no en las comidas, y que
por su historia están poco acostumbrados a esta bebida, hacen que se decanten por los
semisecos, ya que los secos les suelen resultar un poco fuertes", dice Gigaglia, que
asegura que el vino argentino es cada vez más demandado, a pesar de que su
promoción exterior ha comenzado con retraso.
Fuente. EFE

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