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LA SEGUNDA PARTE DE MI VIDA

MICHAEL CEDILLO
AGRADECIMIENTOS

A Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, por ser quienes ha guiado mis pasos en todo
tiempo, me han dado sabiduría y han puesto Su Gracia sobre mi vida. Dios es la
mayor fuente de inspiración para todo lo que hago y gracias a EL soy el que soy.

A mis padres, Kenny y Carola, por darme la vida y su apoyo incondicional en todo
momento. Gracias por haberme guiado a ser un hombre de bien y a superarme cada
día más. Los Amo infinitamente.

A Samuel Reyes Cando y Verónica Jordán, pastores de la Iglesia Alianza Betel,


quienes usaron su paternidad como siervos de Dios para, con sus consejos,
oraciones y largas conversas, ayudarme a continuar en los caminos del Señor, no
dejándome solo, ni acusándome cuando caía, sino siendo fieles ministros que con
amor me ayudaban a levantarme y volver a comenzar. Gracias Samuel por apoyar
mis proyectos, eres un loco!

A la “chica de las gafas oscuras”, que es la persona por la cual existe este libro.
Gracias por tus palabras y apoyo cuando lo he necesitado. El Señor llene de
bendiciones tu vida y la de tu amada familia. La cual también es importante para mí.

A todos los que creyeron en mi, aun antes de ver manifestada muchas cosas en mi
vida: Dario Torres, Hisacio Ortiz, Miguel Peñaherrera, Fernando Zamora, Mirna
González, Alexandra Tituaña, Mariuxi Peñafiel, Juan Baque... la lista sigue.
DEDICATORIA

Dedico este escrito a todas aquellas personas que lo han intentado una y otra vez y
no encuentran el camino a la victoria. También es para aquellas personas que
piensan que las cosas sobrenaturales no existen y que todo lo que pasa en la vida es
por pura casualidad o cosa del destino.

Dedicado al creyente, al no creyente, al ateo, al obediente y al desobediente. Al que


espera y al que se rehúsa a vivir esa etapa y desea adelantar los planes de Dios y
hacer su voluntad. Fracasando.

En especial es dedicado para aquellas personas, que un día se atrevieron a soñar; a


sus sueños le pusieron FE, comenzaron a buscar el Rostro de Dios a diario y
condimentaron su vida con amor; pero que hoy, en la cima de la montaña, quieren
tirar la toalla y dejar todo atrás. Olvidando su llamado.

Este escrito les recordara, que en medio de las circunstancias más adversas, o
cuando todo pareciera estar perdido: Aparece Dios y cambia todo a tu favor.

Te animo a que lo leas y descubras lo que contiene.

Bendiciones
Basado en una historia real.
INRODUCCIÓN
La segunda parte de mi vida

Todos tenemos una historia que contar, sea esta la historia de nuestras aventuras, o de
nuestras ilusiones, pero definitivamente, todos tenemos una historia diferente.
La mía no es la excepción.

Un día escuche la historia de una persona que había sido despedido de su trabajo de una
manera injusta, sin beneficios ni un cheque de liquidación.
Este hombre pasaba largas horas deprimido en su habitación pensando en lo que había
perdido y deseando únicamente que la vida se le pase rápidamente para encontrarse cara a
cara con la muerte y así terminar su historia.
Mientras esperaba que la muerte lo visite, tomo un lápiz y un papel y bajo una lámpara
alimentada con una vela, comenzó a escribir un código que remplazaba las letras y era solo
descrito por números.
Sin querer estaba inventando un método revolucionario que cambiaría la historia de la
computación moderna, al brindar las bases necesarias de lo que hoy conocemos como el
código ACSII.
Una vez, en una conferencia en una prestigiosa universidad, supo decir: “Si yo comenzara a
marcar puntos hacia atrás, hasta toparme con el momento donde mi vida cambió de rumbo
y me hizo ser el hombre que soy, creo que los puntos terminarían en el frio instante cuando,
en mi habitación, solo tenía un lápiz, una vela y un papel, y un fracaso que superar o
esperar que la muerte me visite siendo nadie”.

Me impacta esta historia, es porque, el éxito de este hombre comenzó, cuando todos lo
señalaban por su fracaso.
Capitulo 1
La mirada que cambiaría todo

Cataclismos ¿naturales?

La verdad, el año había comenzado mal para mi vida. Después de 4 años de tener una
relación sentimental que, aunque marco mi vida significativamente, terminaba de la peor
manera en el mes de marzo.
La soledad siguiente era semejante al silencio que deja una bomba atómica luego de su
paso por una cuidad, donde, a lo lejos se logran escuchar los gritos de desesperación
emitidos por los sobrevivientes a la catástrofe. Tristeza, desolación y destrucción era lo que
se apreciaba a primera vista, disfrazado de una falsa esperanza de “todo va a salir bien”.

Comenzaba el mes de octubre, y las pocas esperanzas que quedaban vivas, eran arrasadas
por un deslave que se llevó todo lo que quedaba en pie. Pero al mismo tiempo una luz se
encendía en medio de la densa oscuridad.

Yo se el fin...

Octubre terminaba, y mi situación laboral comenzaba a estabilizarse después de casi perder


el trabajo por la depresión en la cual había estado sumido. Mi corazón estaba tranquilo
después de las largas horas de conversas con Samuel Reyes, mi pastor, con el cual había
alcanzado una gran amistad y confianza.
En una de aquellas conversas, recuerdo me miro a los ojos, y, con aquella seguridad de
saber que Dios se lo estaba revelando me dijo:
- “Yo se el fin que tengo para ti, un fin de bienestar y no de mal, para darte un futuro
y una esperanza” (jer 29:11). Mira hacia adelante, deja el pasado atrás y déjate
guiar por Dios, que El te llevará al lugar donde tienes llegar y con quien tengas que
llegar.

Solo acerté a decir: “Amen”, más por compromiso que por seguridad.
A continuación comenzó a describirme que cosas tenía que eliminar de mi vida, entre ellas
todos los “recuerdos” del pasado (fotos, obsequios, cartas, etc.), además de alistar mi
corazón para lo que Dios tenía preparado para mi vida.

Recuerdo que esa noche fui a mi habitación y comencé a poner en una funda todo aquello
que me había sido mencionado, lo coloque dentro de una funda, y ya en el patio, lo bañe
(literalmente) en gasolina y encendí un cerillo.
Mientras las llamas consumían aquel féretro improvisado del ayer, oraba mirando al cielo,
esperando con ansias que las cosas cambiaran, y aquel futuro comenzara a presentarse en
mi vida.
La foto que conquisto mi mirada.

“El calor en la calle está insoportable” me dijo el mensajero de la empresa donde trabajaba
mientras cruzaba la puerta y se acercaba a saludarme.
- “Me imagino”, respondí, sin despegar un solo momento la mirada del monitor de la
recepción.
- ¡Solo vives pegado al internet! ¿Qué, es cyber la recepción?, renegó don Luis
mientras miraba la pantalla de la computadora para ver que tenia abierto.
- “Jaja, es estar informado”. Respondí mientras lo saludaba dándole la mano.
- Cuidado te pesca la doctora y ahí se te arma la grande, me advirtió.
- Tranquilo don Lucho, ya la doctora se fue a almorzar, respondí mientras don Luis se
alejaba, y yo volvía mi mirada al monitor nuevamente.

Me encontraba revisando mi perfil de Hi5 como todos los días, viendo las novedades, fotos
de mis amigos y agregando nuevos a mi lista de contactos.
Sinceramente no se como llegue a encontrarla, no recuerdo ni el como, ni el porque de
repente estaba viendo una foto en miniatura de una chica con blusa amarilla, pantalón jean
y una sonrisa capaz de atrapar una mirada en medio de un millón de personas (en este caso
rodeada de 16 fotos en miniaturas que se encontraban alrededor de ella).

Instintivamente mi mano reacciono colocando el puntero del mouse en aquella foto y a


velocidad de rayo di los dos clicks necesarios para acceder al perfil de aquella chica que
hasta ese momento solo era un retrato autoiluminado y autopromocionado con aquella
sonrisa.
Los segundos que la página demoro en cargar solo hicieron que mi curiosidad aumente y
mi ansiedad también.
Después de 3 eternos segundos, la página estaba cargada, aquella foto en miniatura era
ahora una foto de unos 4 x 7 cm del cielo en el monitor de la recepción.
No exagero al decir que la vi por unos 6 segundos totalmente concentrado, como quien ve
algo jamás visto y se queda anonadado. Repito, no exagero, es porque aquel momento lo
tengo grabado en mi mente tal y como sucedió.
Ahora aquel retrato tenia nombre y apellido, edad, cuidad, estudios realizados, correo
electrónico y un pasaporte a continuar disfrazado de “Agregar Amigo”, el cual compre con
el siguiente click del mouse.
No se si fue por la impresión, o fue gusto a primera foto, pero copie el correo electrónico
que estaba en el perfil e inmediatamente lo agregue al msn, esperando que, por esas cosas
de la vida, o por error o por curiosidad, sea aceptado como contacto.
Solicitud aceptada, ¿amigos o un contacto más?

- Hola  (escribí al ver que entre mis contactos estaba la chica de la foto del Hi5)
Pasaron unos 10 minutos y decidí cerrar la ventana del msn donde le había escrito ya que
no recibía respuesta alguna. Recuerdo haberme puesto a pensar que nunca iba a
responderme y que bueno, al menos lo había intentado. Pero de repente:
- Que estudias?
Me sorprendió la pregunta que me hizo, esperaba que me pregunte quien era o como tenía
el msn de ella, pero solo preguntó ¿Qué estudias?
- Ingenieria Industrial
+ ahhhhhhhhhhh
- Sip y tu
+ ¿eres cristiano?
¡Otra pregunta sorpresa! Primero me pregunta si estudiaba y luego si era cristiano.
Era la primera vez que 2 “conocía” a alguien por msn y la conversa no comenzaba con el
típico: ¿Quién eres? O ¿a que te dedicas?, sino directamente a dos puntos importantes:
profesión y fe.
No recuerdo claramente el resto de la conversa, pero recuerdo claramente que duro más de
20 minutos hablando de Dios, de la forma como había entrado a nuestras vidas y la forma
como obraba.

Era la primera vez que encontraba a alguien joven que tenia un amplio conocimiento de
Dios, que lo amaba tanto y sobre todo que estaba dispuesta a decirle al mundo lo que sentía
por EL. La verdad, quede sorprendido con ella, ya que, a pesar de que conocía a mucha
gente cristiana, nunca había conocido a alguien con la misma pasión que la que tenía
Timoteo hacia Jesucristo.

Desde ese día comenzamos a chatear a menudo. Le pedí su número de celular y


comenzamos a hablar por largas horas. Dios era nuestro tema principal, y sus maravillas era
el tema secundario. Entre las maravillas estaba conocerla a ella.

Y de ser un simple y desconocido contacto, me convertí en un amigo personalmente no


conocido.

La chica de las gafas oscuras.

El mes de diciembre estaba en curso, se acercaba la primera presentación de Revolución


Cristiana en Guayaquil y los nervios nos invadían.
Decidimos ir a orar a la casa de una hermana donde siempre nos reuníamos a tomar
chocolate, comer galletas con queso y charlar hasta altas horas de la noche después del
culto de los sábados.
Era martes, estábamos a 1 semana de la presentación, pero todos necesitábamos estar
seguros de que Dios estaría con nosotros esa noche, que sería El aquel que obraría y no
nosotros.
Esa noche Dios nos visitó sobrenaturalmente, su Presencia invadió el lugar y tomo mi
cuerpo como instrumento para hablarle a cada uno de los asistentes aquellas cosas que solo
El conocía.
Fue increíble ver (digo ver porque mi alma estaba parada alado del pastor Samuel mientras
mi cuerpo estaba siendo invadido por el Espíritu Santo) como Dios hablaba a todos, como
todos eran tocados sobrenaturalmente.
Pero al mismo tiempo, cuando volví a mi cuerpo, y vi como todos comentaban de las cosas
que Dios les había manifestado, sentí una enorme frustración ya que yo no había recibido
ninguna palabra para mi vida.

Hoy que lo escribo, me causa gracia saber que me deprimí por no haber recibido una
palabra, cuando personalmente el mismo Espíritu Santo había invadido mi cuerpo y tuve
una especie de separación sin muerte física de mi cuerpo y alma. Es decir, creo que la
experiencia vivida era más importante que la palabra, pero en ese entonces, y después de
las cosas que había pasado en ese año, sinceramente no lo pensaba así.

Pero Dios conociendo mi corazón, comenzó a revelar a mi pastor palabras hacia mi, que
realmente ya no recuerdo, pero entre las revelaciones recibidas y la que hasta el día de hoy
recuerdo es la siguiente.
Samuel: Sabes, Dios me acaba de mostrar una chica que en cierta forma va a marcar tu
vida, no se si será la mujer de tu vida, pero si te digo que cambiara tu vida para siempre.

Todos los muchachos eran sorprendidos de escuchar las palabras de Samuel, y yo con mi
ansiedad de saber más, le mostré una foto que tenía en el celular y le pregunté: ¿Sera ella?
El, tomando mi celular y mirando la foto me dijo: no, ella no es.
Le quite el celular y le mostré la foto de la chica de la blusa amarilla y se la mostré ante la
expectativa general de todos los asistentes.
Samuel tomo el celular, miró detenidamente la foto por unos 20 segundos y me dijo: “SI, es
ella, pero la vi con unas gafas oscuras. No estoy 100% seguro, pero los rasgos de ella son
similares a los de la visión”

Una visita inesperada

Era la noche previa al concierto. Estaba nervioso, más no por la presentación de la banda,
sino porque esa noche conocería en persona a “la chica de la foto”.
Ore, y me acosté a dormir. A las 2 am un frío invadió mi cuerpo y comencé a sentir el
ambiente pesado. No me asusté, pues ya había pasado por estos eventos en 2 ocasiones
previas, lo cual no me daban mayor preocupación. Pero, de repente me invadió una
inseguridad. Sentía que no debía ir, que no debía estar en el concierto. Que no debía
conocerla a ella. Era una sensación jamás vivida.

Comencé a orar con desesperación, buscando calmar mi mente que ya escuchaba miles de
voces diciéndome que todo iba a salir mal, que iba a fracasar.
De repente Lo vi. Pude observar como el costado de mi cama se hundía por el peso de
alguien que se sentaba a mi lado, y entre mis lágrimas podía ver Su rostro.
Era El, el Hijo del Autor de la Vida, aquel que se estaba sentado en el borde de mi cama;
mirándome a los ojos, con su característico rostro de tranquilidad, de manso cordero, el que
con una sonrisa en sus labios me dijo:
“Tranquilo Michael, todo va a salir bien, confía en mi”
Lo que pasó después queda en mi secreto.
Te vi. y mis sueños se volvieron locos.

El día del concierto llegó. La Universidad de Guayaquil era el lugar. Diciembre 20 la fecha.
Esa noche sería la primera vez que vería en persona a la chica que hacia 2 meses había
aparecido de casualidad en mi Hi5 y con la cual había comenzado a entablar una creciente
amistad.
El retrato de 4x7 se convertiría en una persona. El sonido del parlante del celular se
convertiría en el sonido de las cuerdas vocales. Y la sonrisa que iluminaba la foto seria la
que iluminara esa noche.

Faltaban solo minutos para que llegara. Su llamada a mi celular me puso nervioso al saber
que ya estaba llegando.
Les dije a los chicos de la banda y a mis pastores que la iba a recibir.
Mientras caminaba hacia donde ella me había dado la referencia de donde estaba, alguien
me tomo el brazo, girándome de inmediato. Me sonrió y me dijo: Vamos!

En ese instante la vi.... y mis sueños se volvieron locos.


Capitulo 2
Entre las palabras y el silencio

La desesperación y sus consecuencias.

Pasaron 3 meses desde que la vi por primera vez y cada día más la amistad crecía de una
forma sorprendente.
Las conversas eran más largas y las llamadas pasaron de ser de 1 a la semana a 2.
Pero la desesperación y la inmadurez me jugo una mala pasada.

La llovizna mojaba levemente el pavimento, mientras hablaba con ella por celular. De
repente en un arrebato de inseguridad le confesé mis sentimientos y le pedí que sea mi
enamorada.
La respuesta fue “en ningún momento te he demostrado que quería tener algo contigo, así
que disculpa”

Desde ese día me aleje de ella por un buen tiempo, creyendo que no volvería a volver a
tener la amistad que con ella había alcanzado.

Palabras, profecías y redención.

Paso casi un año de separación con ella, donde las conversas eran esporádicas y duraban no
más allá del saludo y del deseo de bienestar personal y familiar.
La depresión por acontecimientos que prefiero no mencionar me llevaron al fondo del
abismo, donde el olor a lodo cenagoso se impregnaba en el alma y las alabanzas se
transforman en gritos de dolor salidos de canciones de panda y amigos.

No se como volví a escribirle. Hacia casi un año que no hablábamos de temas profundos, y
no sabia como reaccionaría. Muchos me habían aconsejado sobre mi situación, pero sentía
en lo profundo del corazón que ella podía marcar la diferencia por su forma de ser.
La cosa es que, cuando me di cuenta, estaba contándole todas las cosas que había hecho con
mi vida desde la última vez que hablamos (cosas nada buenas por cierto). Ella me dijo:
“ven el miércoles a mi casa, te espero a las 7 y punto, solo ven y ya”.
No sabia el porque, ni lo que iba a hacer. No se ni porque fui, si hacia mas de un año que no
la veía; pero a la hora indicada estuve en la puerta de su casa.

Salimos sin decirme donde me llevaba. Visiblemente seria. No me decía palabra alguna.
Fuimos con sus hermanos y su mamá.
Luego descubrí que me llevaba a la iglesia donde se congrega, entramos y un frio helado
recorrió mi cuerpo. Era extraño. Sentía que debía estar ahí, pero quería correr e irme.
Pensé en excusarme e irme, pero en ese momento ya sentía que había perdido todo, ¿Qué
más podía perder... o ganar en ese lugar?

El culto comenzó, el mensaje prácticamente me paso desapercibido, pero lo que paso


después fue el detonante para encontrar el significado de aquella palabra dada por Samuel
hacia más de un año.
El mensaje terminó y en ese momento el predicador pidió música de fondo e hizo un
llamado a las personas que querían recibir vino nuevo de parte de Dios.
Las personas comenzaron a levantarse de las sillas y copaban los pasillos como
desesperadas por aquel Líquido de Vida proveniente del cielo que iba a ser repartido
gratuitamente a todos. Pero yo, estaba inmune a todo viento espiritual en la silla.
Pasaron unos 2 minutos y la ministración ya había comenzado cuando mire a los ojos de
ella y totalmente seria me dijo: “anda”.
No parecía una sugerencia. Es mas, no era una sugerencia. Era una orden. Orden a la cual,
no se si porque sabía que tenia que hacerlo o por la cara con que me lo dijo, accedí.

Me levante casi al mismo tiempo que ella, y comencé mi eterno camino al altar, entre una
mezcla de inseguridad, miedo, intriga y obligación. Me pare alado de una señora, y junto a
mi ella. Un metro detrás mío, la mama con el hermano.
Si alguna vez en la vida me sentí en una situación donde me sentía que no podía escapar era
esta. Me sentía rodeado. Imposible de huir.

Pude ver como Dios por medio de los pastores obraba de gran manera en las personas. La
gente caía, hablaba en nuevas lenguas, el ambiente electrificarte hacia que mi inmunidad
comenzara a ceder paso al poder de Dios, hasta que me invadió, pero claro, yo oponía todo
tipo de resistencia.

La pastora comenzó a acercarse por mi lado izquierdo, y comenzó a profetizar en la vida de


cada una de las personas. La impaciencia me mataba. ¿será que Dios aquí me dice que me
quedan pocos días de vida? ¿será acaso que pasara de largo y así entenderé que para Dios
ya soy solo un error de calculo y así confirmar ciertas “teorías” de mi vida?. Estaba por
conocer la respuesta, y al mismo tiempo conocer verdaderamente a Dios.

El verdadero Amor ama al que una vez amó.

La hora había llegado. Estaba ahí de pie frente al altar y a mi lado la profeta le traducía a mi
amiga lo que Dios le hablaba en lenguas. Por supuesto, como me mantenía reacio al poder
de Dios, tenia los ojos abiertos y vi como mi amiga como caía desplomada al piso.

El temor me invadió. Era mi turno. Aquel ser que había tratado de evitar que me hablara de
cualquier forma, había enviado a su emisario el Espíritu Santo a hablarme por medio de
esta mujer que se acercaba como si tuviera GPS, sin ver el camino y sin tropezarse con las
piernas de mi amiga que yacía en el suelo tocada bajo el poder de Dios, caminó y se detuvo
frente a mi y se giró, quedando cara a cara conmigo. Me quebranté.
Toco con su mano derecha mi corazón, y sin abrir sus ojos en ningún momento me dijo:
“cierra los ojos” y comenzó a hablar en lenguas.

Me tomo las manos y puso sus pies sobre mis pies y dijo: “El Señor te redime. Estos pies
pisaran pueblos, ciudades, regiones y países para la gloria de Dios, y muchas almas se
convertirán a los pies de Cristo por medio de Ti. A tu lado he puesto a mi ángel para que te
ayude.”
No supe de mi hasta cuando estaba sentado nuevamente en la silla, con mis ojos empapados
y con una nueva visión de mi vida: “El amor de Dios es mas grande de lo que yo pensaba”
Capitulo 3
Buscando las promesas

Resurgiendo de las cenizas.

Espiritualmente madurando. Mi forma de ver la vida comenzó a cambiar. Me sentía seguro


de que Dios tenía un plan para mi vida y quería comenzarlo a buscar de una forma u otra.
Si realmente quería ver cumplidas las promesas de Dios en mi vida, era necesario que
comience por alguna parte. Y eso fue lo que hice.

Recuerdo tanto que aquellos meses comencé una búsqueda desesperada del Rostro de Dios
y de Su presencia en mi vida. El orar y el ayunar comenzaron a ser una constante para
comenzar a ver diferencias significativas entre lo que había pasado y lo que quería que
ahora suceda en mí.

Di el primer paso para el perdón, el cual es el arrepentimiento de mis pecados y de todo el


pasado que había vivido. Luego hice lo más difícil que alguien puede hacer: “perdonarme
a mi mismo”. ¿Cómo llegue a este auto-perdón? Viendo Spiderman. Cuando la tía May le
dice a Peter que si desea ser alguien que marque la diferencia en el mundo, y si quería no
solo salvar la vida de muchos, sino la suya propia, debía comenzar por lo más difícil:
Perdonarse a si mismo”.

Si bien estas palabras las vi en una película de ficción, sinceramente tocaron mi corazón, y
comencé lo que sería la segunda parte de mi vida: La búsqueda de las promesas.

Tus palabras en mi boca.

Desde que conocí al Señor, ame predicar. Creo que si he nacido para algo, es para Predicar.
Me gusta sentir como Dios mueve mis labios y toma el control de cada uno de mis
pensamientos para hablar a las personas que desean recibir Algo nuevo desde los cielos.
Sea palabras de aliento, confirmaciones, desafíos o, sencillamente escuchar Su voz.

Comencé a trabajar en una célula para jóvenes junto con 4 amigos más. Para mi era una el
comienzo de una nueva oportunidad en mi vida de hablarles a los jóvenes de lo lindo e
importante que era seguir a Dios desde tan temprana edad.
La célula se desempeñaba con muchas ganas y sobre todo con el compromiso de que todos
empujábamos para hacerla cada día mejor.
Me gustaba cuando me decía mi líder: “Michael, el sábado te toca predicar”, o cuando
alguien me decía “Michael, no seas malito, predica tú, que no he preparado nada”.
Para mí era gratificante que Dios, a través de mi líder o por medio de estos vagos
espirituales, me permitía hablarles a los demás.

Los compromisos de cambio de los amigos que asistían, me motivaban a continuar.


Descubrí que mi mensaje favorito, y el que más he adaptado a mi vida, es la historia de
Mefiboset, y es con el cual Dios toco a varios jóvenes a dar el paso de fe y aceptarlo como
Señor y Salvador de sus vidas.

Pero la célula sufrió un duro golpe, el cual fue difícil superar.

Hijo, no sabes cuanto, deseo que vuelvas.

Era mediado de febrero. Esa noche, en la célula teníamos planeado junto con William
realizar un dramatizado de la canción “Deseo que vuelvas”, con la cual queríamos
interpretar al rapero que, a pesar de que tenía fama y todo lo que el mundo ofrece, no era
feliz. Y, al Padre que le clamaba: deseo que vuelvas.

Nos disfrazamos junto con William de los actores mencionados. Ya se imaginaran quien
era yo, no hace falta decirlo.
Will se puso una sotana blanca y, con su alegría característica, le daba ese toque espiritual
que se necesitaba para la interpretación.
Por mi parte, con una gorra chueca, una cadena de bicicleta y ropa tipo pandillero
acentuaba el personaje, que, con mucha naturalidad pude interpretar.
Recortamos fotos de revistas de perfumes y supusimos que eran las supuestas “mujeres”
que el “rapero” había conquistado a lo largo de su vida.
Luces, cámara y acción.
Nunca había visto tan feliz a William, era increíble que sin ensayar lo hubiéramos hecho
tan bien. Por mi parte, termine llorando al final de la canción porque me sentía identificado
con la misma.

El drama impactó tanto a los presentes que, no solo los aplausos invadieron el improvisado
teatro, sino que también impactó al Creador.

La siguiente semana, mientras Revolución Cristiana ensayaba, la puerta de la iglesia se


abrió repentinamente y un improvisado informante nos dijo que William se había ahogado
en el río, y que no se lo encontraba por ninguna parte.

Fue una dura semana de búsqueda, por cielo y río... pero nunca lo encontramos.

Creo, personalmente, que Dios quedó tan impactado de su actuación, que quiso que
William vuelva hacia el lugar donde pertenecía: Su Presencia. Y, fue tanta la ansiedad de
Dios de tenerlo consigo, que, así como Enoc o Isaías, lo arrebato con cuerpo y alma al
cielo.

Su partida marcó mi vida. Acrecentó mi compromiso con Dios y con la juventud. Y me


enseñó que personas como él, con esa alegría desinteresada, compromiso único, sonrisa
contagiante y su fe no fingida: hay pocas en la viña del Señor.

Aprovecho este medio para que todos sepan, que un día, un joven llamado William Veliz,
conquistó el corazón de Dios, de tal manera que logró romper las barreras de la muerte y
vivir para siempre en nuestros corazones.
Entre fracasos y anhelos.

Los meses siguientes al arrebatamiento de William fueron duros para todos.

La célula había dejado de funcionar. El grupo de alabanzas que hacia 3 años atrás habíamos
formado se comenzaba a desintegrar. Mi mejor amigo se había ido a vivir completamente a
otra ciudad. Los fantasmas del pasado comenzaron a visitarme nuevamente. Y, algunos
proyectos fallidos hacían que el panorama se ponga gris.

Las cosas no resultaban como quería, pero, aun así, comenzamos nuevos y ambiciosos
proyectos.

El primer proyecto en ser analizado y junto con mi pastor Samuel y un grupo de amigos,
comenzó a tomar forma fue el de crear un programa radial, de tiro juvenil, donde se
predicara el evangelio de una forma diferente, pero con la misma base: Jesucristo.

El programa estaba conformado de varios sketchs, donde destacaban: “El Superjoven”,


que era la historia de un joven presidente de jóvenes que siempre se metía en aprietos y
Dios lo rescataba de todos. Otro de los sketchs era el denominado “Lo que el mundo te
dice”, en el cual comparábamos las canciones seculares con las cristianas y hacíamos
hincapié en las letras que como jóvenes estábamos expuestos. Y el principal era “Directo al
corazón”, donde el pastor Samuel llevaba una palabra de aliento a la juventud de una
forma muy novedosa, que por cierto, lo hacía pensar bastante.
Sinceramente no recuerdo el nombre que llevaría el programa radial, pero la verdad es que
grabamos solo en 1 o 2 oportunidades, y dejamos de hacerlo. Strike 1.

El segundo proyecto que nos propusimos realizar a finales del 2009 fue el de llegar a la
televisión, por medio del canal CafaTv que se transmite en toda la zona norte del Guayas.
El programa consistía a de 1 hora de programación semanal, en la que, los primeros 40
minutos se retransmitiría el culto semanal que se realizaba en la Iglesia Betel, y los
siguientes 20 eran para mostrar “Una juventud Diferente”
El programa se llamaría “Tiempo de Cosechar, por el Pastor Samuel Reyes”.
Grabamos 1 o 2 cultos, pero, ante los altos costos de programación y la falta de apoyo
económico, decidimos archivar el proyecto hasta una nueva oportunidad. Strike 2.

El tercer proyecto, nuevamente bajo la iniciativa del pastor Samuel Reyes y mi persona, fue
el de grabar un cortometraje de 40 minutos, donde, mostraríamos una historia cuyo objetivo
era el de evangelizar a las personas.
El cortometraje se llamaría “El Pacto”, cuyo guión fue escrito en su totalidad por mi, y con
ayuda del pastor Samuel, le dimos un toque real.
Buscamos actores entre los asistentes a la iglesia, y comenzamos las grabaciones dentro de
Lomas de Sargentillo.
Terminamos de grabar 1 escena completa, pero, ante la repentina renuncia del actor
principal, nuestro proyecto quedo archivado. Strike 3. Fuera.
Capitulo 4
Una vez más

¿Desistir? ¡Jamás!

Existen dos palabras que no existen en mi diccionario: Rendirse y Retroceder.

El panorama del año anterior era desalentador para comenzar nuevos proyectos.
Después de todos los acontecimientos sucedidos en el 2009: los fracasos, los proyectos
archivados y las separaciones; preveían que este año seria igual.

Era un domingo por la mañana; no recuerdo la fecha, pero era por el mes de abril del 2010;
cuando nos encontrábamos en la iglesia el pastor Samuel y yo orando, preguntándole a
Dios que debíamos hacer para poder marcar la diferencia en nuestras vidas.
La respuesta Divina fue: “No se rindan, inténtenlo una vez más”

A estas alturas, lo que menos necesitaba era otro fracaso más.


Con 3 proyectos archivados, una banda totalmente desintegrada, y sin hacer lo que más me
agrada: Predicar a los jóvenes. Mis sentimientos me jugaban una mala pasada. Los
problemas en la universidad que hacían que mi carrera se extienda un año más de lo
programado. Y la falta de apoyo de muchos, hacían que el “intentarlo una vez más” se
convierta de una “orden Divina” a un “desafío de Fe”.

Recuerdo que volví a la búsqueda de Su rostro (como hacía tiempo no lo hacía), con la
intensidad de la primera vez, el hambre de más y la sed insaciable de Agua de vida, que
lograba pasar largas horas conversando con Dios de mis anhelos y sueños, y de Sus sueños
en mi vida.

Obviamente, alguien no estaba interesado en que lo vuelva a intentar. Los pensamientos de


fracaso invadían mi mente. “Si lo vuelves a intentar, será otra derrota más, ahí quedará
claro que eres un perdedor más” me decía mi interlocutor cuando osaba irrumpir mis
sueños en la noche.
Las personas que antes me habían apoyado, me daban la espalda de forma frontal y otros
me esquivaban.

Apareció en mi vida un nuevo amigo, llamado Fernando. El trabajaba como pastor de una
iglesia en el departamento de Jalisco en México, nos conocimos por medio del Facebook y
en poco tiempo entablamos una gran amistad.

Una tarde, mientras chateábamos, le conté de mi situación “fracasal”, y de una forma muy
“espiritual” me dijo: “Si te vas a rendir ahora, en este mismo momento tomo el bate de
baseball y voy hasta tu casa a motivarte”.
Si eso no te motiva, ¿Qué lo hará?
Juntos comenzamos a trabajar en lo que sería poner en practica la frase “retroceder nunca,
rendirse jamás; siempre y cuando: Cristo este a tu lado”
La revolución de la mente

El mayor lugar donde el enemigo lanza todo su arsenal bélico es: nuestra mente.
La mía sufría ataques diarios de bombas, tanques y explosiones devastadoras de sueños.
Y eso había que cambiarlo.

Fernando descubrió en pocas semanas el problema y diariamente me recomendaba leer o


escuchar una u otra predica en el internet. Las cuales, en su mayoría, por no decir todas,
hablaban directamente a mi situación de conflicto mental, entre seguir o quedarme.

Los resultados fueron viéndose poco a poco. Mi forma de ver la vida comenzó a cambiar y
comencé a activar una nueva medida de fe en mi vida. Comencé a creer que podía.
Comencé a creer que Dios me podía volver a usar como lo hizo como cuando recién lo
conocí o como lo había hecho en años anteriores.

Los días enteros chateando, sus palabras directas al corazón, sus anécdotas personales y
sobre todo, la forma como Dios le demostraba su fidelidad, me hicieron confiar en que
“Fiel es el que nos llamó y así también lo hará (1 Tesal. 5:24)”

Activando la fe

Era un domingo cualquiera, estaba tomando mi desayuno en casa de mi abuela materna,


mientras vi pasar a 2 amigos de mi niñez, los cuales en su adolescencia se habían
convertido en delincuentes. Uno de ellos incluso, había querido robar en mi casa un año
atrás.
Al saludarme, me quede admirado: Ambos iban con una Biblia en sus manos y me dijeron:
“Dios te bendiga varón. Ahora servimos al mismo Dios”.

Si Dios cambia vidas, definitivamente en ellos quedó demostrado que: no hay nada
imposible para El.
Me impactó sobremanera esa imagen, que me dije a mi mismo: “La Juventud puede
cambiar, solo necesita a Dios para hacerlo, y alguien que se los diga para enterarse”

Le conté a Fernando lo sucedido, y me dijo que el había sentido lo mismo algunas semanas
atrás, y es por eso que, en el centro de la localidad donde vivía, iban a plantar un show con
artistas en vivo, donde se iban a tocar alabanzas para jóvenes, y así, de esta manera
atraerlos y predicarles el evangelio.

Su idea me gusto mucho, y, como dice la Palabra: “de todo, reten lo bueno y desecha lo
malo”, pues de esto, iba a retenerlo todo.

Esa misma tarde estaba sentado en casa del pastor Samuel, conversando de hacer algo
nunca antes hecho en Lomas ni en sus alrededores: Una campaña masiva destinada
solamente para la juventud.
En menos de 2 horas teníamos la idea general del proyecto, las bases y el nombre:
REVOLUCION + LIBERTAD
Una vez más...

Comenzamos rápidamente a dar forma al proyecto.


Teníamos la fecha, el lugar, los posibles grupos a invitar, el contacto para alquilar los
equipos de amplificación, un grupo de colaboradores, ujieres, la lista de iglesias a invitar.
Todo. Absolutamente todo. Excepto un pequeño detalle: No teníamos ni un centavo.

El presupuesto aproximado era de unos $1200 dólares americanos, los cuales, no los
teníamos, y estábamos a solo 27 días de la fecha programada.
La iglesia en aquel entonces no contaba con los recursos suficientes para financiar el
evento, ni para apoyarnos con una cantidad significativa para poder comenzar.

Si esperábamos algo de alguien, sinceramente solo era de Dios.

Comencé a orar en las madrugadas, en las tardes, en las noches, en el baño del trabajo, en
el bus, en la universidad, pero más que con fe, era con la desesperación de saber que Dios
nos iba a ayudar, y que, El nos iba a financiar el proyecto.

En ese entonces trabajaba en una imprenta, donde el sueldo alcanzaba justo para pagar las
deudas, la universidad, el pasaje, para comer algo, y una vez al mes darse un pequeño lujo
de salir a algún centro comercial.
Pero el proyecto ya estaba corriendo, y teníamos compromisos económicos que suplir y,
entre todos teníamos que apoyar.

Quiero aclarar algo, en ningún momento: Dios nos dijo que hagamos esto, tampoco
tuvimos una revelación de que teníamos que realizarlo, ni vino algún profeta a decirnos:
Dios dice que hagan esto. No. No teníamos eso.
Solo teníamos una palabra dada por El, donde nos dijo “inténtenlo una vez más” y eso era
suficiente para creer que Dios estaba en medio nuestro.

Y me dijiste: “Yo estoy contigo”

Mi fe tambaleaba, estábamos a 2 semanas del evento y solo habíamos cubierto ciertas cosas
que detallaré en el próximo capítulo.
Estaba a punto de rendirme, el dinero no llegaba. Teníamos que adelantar pagos-
Aparecieron nuevos gastos fuera del presupuesto. No teníamos apoyo de la Unidad Pastoral
de Lomas. Los hermanos decían que iba a ser un concierto de rock y nos daban la espalda.
En el municipio nos pedían requisitos que nunca antes habían pedido para una campaña
evangélica. Las puertas parecían cerrarse. Dependíamos únicamente de Dios, y hasta ahora,
no nos había dicho nada.

Pero seguíamos en medio de la batalla: Dios, el Pastor Samuel, unos cuantos colaboradores
y yo.
El tiempo transcurría, mi fe estaba cada vez más en el filo de la navaja.
¿Será que otra vez no lo vamos a conseguir? ¿Será que algo no estamos haciendo bien?

La duda me comenzaba a invadir, el enemigo a atacar más y más, cuando, en una mañana
Dios me sorprendió con un mensaje a mi celular, de un remitente desconocido y al cual
nunca pude contactar.

(Textualmente copiado del original)

Así dice el Señor “Este es un tiempo para ti de nuevos inicios, tiempo de comenzar de
nuevo en muchas áreas de tu vida. Has tenido por mucho tiempo arranques e iniciativas
que no has logrado concluir, pero ahora te doy la gracia para completar procesos, y no
solo los iniciarás, sino que los terminarás.
Estoy arrancando los sinsabores del pasado y estoy poniendo un sabor agradable al
paladar. Mi gracia te hace avanzar y conquistar. Inicias nuevos tiempos en Mi
Presencia, nuevos procesos financieros y nuevos niveles de fe. Nuevos entrenamientos
que en el pasado no completaste, pero que ahora te permito desarrollar, para que puedas
capacitarte para el llamado que tengo para tu vida, dice el Señor”

Si algo puede cambiar una vida, es una promesa de Dios.


Capitulo 5
Revolución + Libertad

Las primeras sorpresas.

Como mencioné en el capitulo anterior, trabajaba en ese entonces en una imprenta. Recién
tenía unas cuantas semanas en aquel lugar, cuando comenzamos el proyecto R+L.
Parte de la promoción del evento era el pegar volantes del evento en diferentes partes
Lomas y sus alrededores, para no solo atraer la mirada local, sino la externa.

En la imprenta hicimos la cotización y el trabajo total de imprimir 200 volantes a full color
en tamaño A4 en papel Couché era de $180.00. De los cuales solo estaba presupuestado
$60.
Sin embargo accedimos a realizarlo, ya que le dije al pastor Samuel que iba a hablar con el
dueño de la imprenta para que ese valor me lo vaya descontando mes a mes, hasta saldar la
deuda. Hicimos el diseño de la volante y la enviamos a imprimir.

A los 3 días me entregaron la volante, era jueves, cuando sucedió lo inesperado.

Mi ex jefe, el cual dice ser católico, pero nunca lo vi decir una sencilla oración. Al
momento de entregarme las volantes, ante mi pregunta de: ¿Cuánto me iba a descontar
mensualmente para cubrir el costo de la impresión?, me respondió: “Nada. Que sea Dios el
que me pague”.
Hasta el día de hoy tengo la intriga de saber que fue lo que lo hizo cambiar de opinión
respecto al pago de las volantes. Se que Dios lo hizo. Eso no me queda duda, pero ¿Cómo
actuó? Esa es mi intriga.

El resultado de todo esto fue que nuestra pequeña fe de que Dios cubriría
sobrenaturalmente los gastos comenzaba a crecer.

Aire en los bolsillos.

Faltaban días para el evento. El grupo principal invitado nos pedía una buena amplificación
para poder venir sin ningún tipo de inconvenientes. Por obvias razones aceptamos.
Era viernes, y nuevamente la escena se repetía: Samuel y yo, mirándonos las caras sentados
en su mesa de comedor, pensando que hacer.
Previamente habíamos hablado con el dueño de la amplificación y nos pedía el pago de la
mitad del costo total para poder tenernos reservada la fecha. Mitad que no teníamos.
Samuel se puso de pié y me dijo: “Vamos hijito, si algo hemos visto es que Dios está con
nosotros”. No se si dijo eso por fe, o por darse fuerzas a si mismo de lo que íbamos a hacer.

Mientras caminábamos hacia la casa del dueño de los equipos, íbamos buscando los
argumentos para que el nos facilite los equipos, nos separe la fecha y sobre todo, nos espere
en el pago total de la amplificación hasta el día del evento. ¡No pedíamos nada!
Llegamos a la casa del sujeto, salió a recibirnos y el milagro ocurrió de nuevo.
Recuerdo que el pastor Samuel le dijo:
- “Buenas noches, hemos venido a hablar sobre el alquiler de los equipos para el
evento que vamos a realizar, pero”... Antes de que pudiera decir una sola palabra,
aquel hombre respondió:
- “Ah, si pastor, ya me habían comentado de eso. No se preocupe, usted tendrá los
mejores equipos esa noche. Ya voy a llamar al sonidista también para que separe
también la noche y este ayudándolos con eso”
- “Si pero, sobre el dinero”, acotó Samuel, mientras se metía la mano en los bolsillos.
- De eso no se preocupe pastor, recién acaba de llegar una persona de Manabí a
hacerme un contrato y me acaba de pagar $2000 dólares en efectivo. (Y como para
que no quede duda, saco todo el dinero de su bolsillo derecho y nos lo mostró).
Y entonces mi esposa me dijo: “dales no más los equipos, que Dios te acaba de
bendecir con ese dinero que no lo esperabas, y en todo caso el día del evento les
cobras”....

Samuel y yo casi llorábamos.


Una vez más Dios se nos adelantaba, y nos volvía a decir “Yo estoy con ustedes”

Luces, cámaras y acción.

Su llamada alegró la tarde. Era un día de esos pesados en el trabajo, donde el jefe se te
carga por todo y el reloj parece nunca avanzar. El día estaba gris, pero su llamada,
definitivamente cambió todo.
- “Michael, mañana salimos en televisión promocionando el evento” Fueron las
palabras del pastor Samuel que daban luz a ese día.

Cuando comenzó el proyecto siempre quisimos poner propagandas en la televisión local (de
la zona), para así atraer la mirada de mas jóvenes y que puedan asistir al evento. Pero jamás
nos imaginamos que, lo que Dios nos daría era una entrevista en el noticiero matutino, en el
día del niño, donde la audiencia estaba en masa para ver las novedades de ese día.

Llegamos puntuales a la entrevista, y en el primer corte comercial los presentadores


sentaron al pastor Samuel en medio de ellos y prepararon lo que sería una improvisada
entrevista.
Por mi parte coordinaba con el master en video, el corto de 30 segundos que sería nuestra
publicidad.
La entrevista comenzó, el video promocional comenzaba a rodar en pantalla completa y el
sueño de ver a mi pastor en televisión se hacia realidad.
Y lo mejor de todo, no nos costó nada.
Al finalizar la entrevista, estábamos seguros que, con todo aquello, habíamos logrado un
paso importante en nuestro proyecto: Atravesar las fronteras de Lomas y llegar a los demás
cantones de la zona norte del Guayas.

El día cero se acercaba.


El primero en llega, el ultimo en irse.

Era el día cero había llegado.


5 de junio del 2010. 6:30 am. Lugar: Parque 2 de Mayo. Cantón: Lomas de Sargentillo.
Su caminar era más lento de lo normal. Su mirada era la de aquel que sabe que conquistaría
ese día aquel monte frente a sus ojos. Su fe, la de aquellos que conocen y han visto el poder
de Dios. Su espada: La Palabra.

El primero en pisar el terreno fue el Pastor Samuel Reyes, y el ultimo en salir en la noche,
fue el.

La Revolución trajo Libertad.

¡Que noche!
Increíblemente el lugar estaba lleno. Jóvenes de todos lados habían llegado.
El evento se desarrollo con normalidad. El ajetreo del corre y corre no me permitieron
disfrutarlo al 100% pero sin embargo, los milagros comenzaron a ocurrir.

Llegó el momento de la predicación. El pastor Samuel era el encargado de la misma.


Personalmente nunca creí lo que sucedería, pero Dios sabe porque hace cada cosa.
Recuerdo que mientras el pastor predicaba, me distraje con los del brakedance indicándoles
donde debían retirar sus alimentos. Cuando escuche a Samuel decir: “Todos los que
quieran permitir que Dios revolucione sus vidas, y les dé la libertad que siempre han
querido, levanten su mano como señal”
¡No había predicado más de 8 o 9 minutos y ya había unas 17 manos levantadas!
Dos semanas atrás hubo una campaña masiva en otra iglesia, había más personas de las que
teníamos nosotros en nuestro evento, y solo se reconciliaron unas pocas personas.
Pero nosotros ya teníamos 17 o más jóvenes dando un cambio en sus vidas. Una
revolución.

Nunca había visto a alguien predicar tan poco tiempo y tener tan cantidad de cosecha en un
solo instante. Pero ese día lo vi, y era mi pastor el que lo hacía.

El resultado de la fidelidad

Si Dios conoce algo más que nosotros mismos, es nuestro corazón.

Eran las 00:00, el cuerpo pedía descanso, pero el alma gozaba después de ver todo lo
acontecido en esa noche de gloria y poder. De Revolución y Libertad.
Algunos otros milagros más sucedieron en esa noche que no son mencionados aquí, entre
ellos el de los alimentos, o el del dinero (que por cierto se logró cancelar todo), o el milagro
personal que recibí aquella noche.
Solo puedo decir que la promesa de Dios fue: llevarnos a nuevos niveles.

Los aplausos, la algarabía, el sacrificio y todo, absolutamente todo lo que se hizo: FUE Y
ES PARA LA GLORIA DE DIOS.
Capitulo 6
Prueba de fe

Cuando las cosas no son como parecen.

Los meses siguientes al R+L fueron llenos de batallas espirituales que parecían no terminar
jamás.
Las visitas nocturnas de los emisarios del enemigo se hacían constantes y las tentaciones
aumentaban cada día.
En el trabajo las cosas no resultaron como se plantearon en un principio y mi salida era
evidente. Las cosas no eran lo que pensé que serían.
Intrínsecamente pensé que después del R+L la vida iba a ser diferente. Dios me iba a tomar
en cuenta para más proyectos y, junto con Samuel lograríamos alcanzarlos todos.
Pero lo que vino fue una constante pelea entre el bien y el mal, entre la duda y mi fe.

Las personas que antes no nos habían apoyado, ahora nos preguntaban que donde sería el
siguiente evento, o que si lo volveríamos a repetir el año entrante. Pero la verdad es que era
frustrante saber que, a pesar de tanto esfuerzo, las cosas parecían, en la óptica humana, no
ser tan buenas.

Los problemas económicos se acrecentaron en mi vida. La economía se vio afectada dentro


de mi casa y eso condicionaba mucho la estabilidad que habíamos logrado alcanzar con mi
mamá.
La prueba de fe apenas comenzaba.

Hora correcta, lugar equivocado.

Dios nunca abandona a los que nunca lo abandonaron a El.


Mi situación laboral se complicó sobremanera. Era evidente que en la imprenta alguien
sobraba, y obviamente era yo.
Aquel jefe que meses atrás me había brindado toda la confianza, de un momento a otro era
otra persona. Y el ambiente se volvió tenso. Mi mejor opción: Renunciar. ¿Y? ¿Dónde
buscas trabajo rápido?

La situación laboral no daba pie con bola. Tenía ya 1 mes y medio metiendo carpetas en
diferentes empresas y ninguna leía siquiera mi currículo. Era desesperante.
Mis oraciones y actos en lo secreto se multiplicaron, mis oraciones familiares comenzaron a
aparecer por primera vez en mi vida. Ya no pedía por un trabajo especifico, pedía algo
donde trabajar.

Era miércoles, se acercaba el fin de mes, y mi última semana de trabajo. El despido era
visible.

Una de mis tías me llamo a las 11:30 de la mañana a avisarme que una de las empresas me
había llamado para una entrevista laboral, ese mismo día alas 14:30.
Sentí en mi corazón que esa era mi única oportunidad, y que si quería ser bendecido, debía
hacer algo extremadamente en fe para alcanzarlo.

Las cosas en fe siempre han marcado mi vida, y esta vez fue la primera vez que actué con
fe violenta. Es decir: lo arriesgue todo. Si no conseguía el trabajo, perdía la liquidación del
otro por abandono laboral, perdía la fe que tenía y mucho más. Era todo o nada. Puse todo
en manos de Dios y me fugue del trabajo exactamente a las 12:30 en punto.

Llame a mi mamá y le conté que en ese instante iba al consultorio de ella para que me
ayude a comprarme una camisa y lo necesario para llevar imprimir mi currículo y comprar
una carpeta.
Como recordarás, no estaba preparado para la entrevista ese día, mucho menos tenía tiempo
para ir a la casa, bañarme, ponerme la ropa elegante y salir. Solo tenía menos de 2 horas y
contando.
Para ponerle un toque más de sal a la sopa, mi tía se había olvidado del nombre de la
empresa que me había llamado. Es decir, me acababa de fugar del trabajo, me alistaba
improvisadamente para una entrevista laboral, y ¡no sabía donde mismo era!

Si me conoces bien, debes imaginarte lo molestoso que era con el celular llamado a mi tía
cada 2 minutos para “decirle” que si ya había recordado que empresa me había llamado.
Prácticamente le puse un arma en la cabeza y tenía el dedo en el gatillo y estaba a punto de
disparar.

Mientras eso sucedía, iba en la metrovía junto con mi mamá a casa de Darío, ya que, hacia
3 semanas atas me habían entrevistado en una empresa que ofrece servicios de limpieza al
municipio de Guayaquil, así que supuse que ese era el llamado para ofrecerme el contrato.
Llegamos a casa de Darío siendo las 13:00, y el me prestó una camiseta (no se como la
tenía, si la taya de el es dos veces la mía, tanto en ancho como en alto), un par de zapatos
casuales (la misma observación anterior) y perfume (en eso si compartimos gustos).

Imprimí en un cyber el currículo y tome un taxi junto con mi mamá hacia la empresa, la
estaba ubicada en una parte denominada zona roja de la ciudad.
Llegamos a la mencionada empresa a las 14:00, media hora antes para la entrevista.
Excelente.
Entre a la empresa, me tope con un amigo, el cual me entrevistó, pero al final de la
entrevista me dijo: “Sabes, estas bien para el puesto, pero nosotros no te hemos llamado”.
Se me cayó (literalmente) el alma al piso.
Tanto sacrificio, esfuerzo, para que me digan “te equivocaste de lugar”. No era justo.

Una señal.

Si algo había deducido hasta ese momento, es que no siempre que se intenta algo, se lo
consigue. Pero Dios me dio una bofetada.

Salí de la empresa cabizbajo. Le conté a mi mamá la “equivocación” y el ambiente de


fracaso era evidente en mi mirada.
Nos subimos al bus de regreso, sin importar donde estábamos. Sinceramente, yo me sentía
que ya no tenía nada más que perder. Eran ya las 14:35. Cinco minutos tardes de la
verdadera entrevista.

De repente mi celular vibro producto de una llamada entrante, pero se colgó. Supuse que
era mi tía tratando de comunicarse conmigo, por tanto no le di importancia.
Regresábamos a la casa de Darío, ya que debía devolver la ropa y los zapatos, intentar
comer algo y regresar a la casa.

Las casualidades no existen, me dijo mi mamá. ¿Porque no llamas al número que te acaba
de timbrar? ¿y si es de la verdadera empresa?
A esas alturas no quería saber nada, pero ante la insistencia de mi mamá, accedí a llamar.
Entramos a una cabina y llamé a aquel número. De inmediato la contestadora virtual me
informaba de que mi llamada iba a ser transferida a un operador.
Me contestó una chica y al decirle que llamaba para confirmar una entrevista, me pidió mi
nombre, el cual, una vez verificado me dijo: SI, usted tenía una entrevista hace media hora,
pero si desea venga a ver si es que lo quieren entrevistar.

En veinte minutos

Imprimí otro currículo (el anterior se había quedado en la otra empresa), junto con mi
mamá tome un taxi y nos fuimos a la empresa “correcta”. Nos perdimos por 15 minutos,
pero llegamos. 1 hora y media tarde, pero llegamos.

Espere en la recepción, y habían 2 personas más esperando ser entrevistadas para el cargo
que yo aspiraba.
Recuerdo tanto la oración que hice en ese momento: “Señor, aquí estamos solos Tu y yo.
Si yo fallo, Tú fallas. Pero si yo lo consigo, Tú lo consigues. Porque Tu estas aquí
conmigo”
Verdaderamente si Dios no me partió con un rayo en ese momento, es porque de verdad: ya
no sabía que mas orar.

Mi turno llegó. Entré a la oficina con mi carpeta en mano, la camisa desarreglada y mi cara
de hambre; cansancio; y de frustración medianamente superada.
Cuando me senté en la silla ocurrió el milagro. Mis respuestas a las preguntas eran como
planificadas. La congruencia de las mismas denotó seguridad. ¿De dónde? No lo se.
Sentía una mano en mi hombro que me respaldaba. Verdaderamente El estaba conmigo en
aquella oficina de recursos humanos, luchando conmigo.
Al cabo de 20 minutos por reloj: el puesto era mío. El sueldo superior a mis expectativas. Y
la condición que me querían ya. Es decir, salía de la imprenta e ingresaba inmediatamente a
esta empresa. Era mucho más de lo que podía haber esperado. Dios se llevó los aplausos
nuevamente. El lo hizo.

Al salir de la empresa, abrace a mi mamá como nunca antes en la vida. Ya que fue por ella
que Dios me guió hasta el lugar donde debía haber llegado, y fue por su apoyo que logré el
objetivo. Nunca olvidaremos este momento junto con ella, quizás fue porque fue la primera
vez que trabajamos en equipo.
Capitulo 7
La tierra prometida

Un reencuentro no esperado

Habían pasado varios meses desde la última vez que tuvimos una larga conversa
electrónica. De ser un contacto importante, aparentaba ser un contacto más a la hora de
decidir a quien comenzar a escribir.
No recuerdo con exactitud los detalles, pues verdaderamente pensé que iba a ser una
conversa más de las típicas que habíamos tenido esporádicamente: Hola, ¿Qué tal? ¿Cómo
te va? Cuídate, bendiciones.

Su primera respuesta me dejó anonadado, las siguientes me impactaron y al cabo de 10


minutos tuve que preguntárselo ¿realmente eres tú la que me escribe?
La foto era igual a la que antes tenía, el correo era el mismo, el Nick no había cambiado,
pero su forma de tratarme: era nueva.

No estoy seguro con totalidad cuantas veces le pregunte si verdaderamente era ella, pero de
lo que estoy seguro es que al terminar de chatear esa noche, quede intrigado. No lo podía
creer.

Las conversas se hicieron frecuentes, las horas de chat más largas de lo habitual (es decir de
lo que se venían dando), y los temas cada vez eran de carácter personal.

Me contó que estaba ilusionada con un chico, que al parecer las cosas le iban saliendo bien,
pero que no se dejaba engañar, sino que estaba viviendo el momento.
Mi apoyo era incondicional. Me alegraba sentirla feliz. Hasta cuando me dijo que el chico
no era cristiano.
El apoyo que le brindaba se terminó, y comencé a decirle la verdad de la situación. Cosa
que era difícil de aceptar de parte de ella, ya que lo que sentía opacaba lo que sus ojos
debían ver en realidad. Fue por esto, que, una noche, me excedí en la forma como debía
decirle las cosas, que terminó enojándose conmigo y no queriendo saber de mí por varios
días.

En la puerta y otras sorpresas más.

Una semana había pasado desde que dejamos de hablarnos. No contestaba las llamadas, el
msn, el Facebook, ¡nada!. Parecía como que todo iba a quedar ahí, o en el fondo ella sabía
que yo iba a intentar algo más.

Estaba en clases en la universidad. Ese día salía a las 9:45 de la noche, pero por esas cosas
de la vida, el profesor solo nos tomo lista y nos mando. Fue totalmente extraño, ya que
aquel ingeniero nunca antes había hecho algo similar, siempre nos tenía hasta el último
minuto de clases. Pero, sin embargo, tome mis cosas y me dirigía a mi casa.
A penas me subo al bus, comencé a sentir esa extraña sensación de que alguien me decía:
“Sabes lo que tienes que hacer. Hazlo hoy.”
Me puse nervioso, ya que era tan fuerte que no lo podía frenar. Pero sin embargo no me
decidía. Miles de cosas se me pasaban por la mente ¿y si me tira la puerta en la cara? O ¿y
si me dicen que no esta, negándose? Había que intentarlo. Dicen que si luchas ganas, o a
veces pierdes, pero por lo menos sales de la duda que te tortura.

Recuerdo claramente como “por arte de magia” el bus se paro unos 2 minutos frente a la
esquina de la calle que va hacía su casa.
Me baje del bus y comencé a caminar rápidamente, en ocasiones parecía que corría, pero la
cosa es que iba a buscarla, meditando en el camino las palabras a decirle.
Cuando llegué a la esquina de la peatonal que entra hacía la vivienda, me detuve, respiré
hondo y ore algo sencillo.

Toque el timbre. Pregunte por ella. Me dijeron que ya salía. Pasaron 2 minutos los cuales
parecieron una eternidad y salió.
Nos saludamos con beso en la mejilla y comenzamos a dialogar de lo sucedido, y mis
disculpas del caso.
Le conté que había pensado lo peor cuando no me contestaba, lo de la publicación en su
face, etc. Además de eso de aquello que me había sucedido para llegar a su casa.
Me sorprendió cuando me dijo que ella sabia que yo la iba a ir a buscar a su casa, y que
otras personas más le dijeron lo mismo que yo le había dicho de su relación, pero que ella
solo estaba viviendo el momento.
Dialogamos por una hora aproximadamente en la puerta de su casa, y volvimos todo volvió
a la normalidad.

Recuerdo que el día siguiente, le comenté a un compañero de trabajo que compartía la


misma oficina que yo, lo acontecido la noche anterior. Mientras me escuchaba se sonreía y
me preguntaba cosas sobre ella y sobre mi y sobre la conversa de la noche anterior.
De repente me dijo: “sabes, ella no va a durar mucho tiempo con ese chico. Dios los va a
separar ya que ella es un instrumento de sus manos y el es de las manos del enemigo, pero
de algo que estoy seguro es de que ella es tu tierra prometida. Debes conquistarla.”

No se de donde sacó eso. Era creo la tercera vez que le hablaba de ella y me decía aquellas
palabras. ¿Casualidad? No lo se. Solo se que, con esas palabras fueron como una corriente
de algún rio que removió en un solo instante todo el sedimento falso que yo había puesto en
mi corazón para ocultar la verdad.
Capitulo 8
Cerrando otro capítulo

Cuando la bendición es mal utilizada

No voy a relatar la cantidad de cosas que hice en ese mes. Solamente diré que, si antes vez
había pecado, en este mes había hecho cosas que nunca antes había hecho.
Verdaderamente, caí bajo.

Como los recursos habían aumentado, ya la crisis familiar estaba superada, comencé a
“disfrutar” de mi segunda juventud.
Celebre mi cumpleaños 3 veces. Una con amigos de la universidad, una con la gente de la
iglesia, y otro con mis “amigos”.

Hoy me pongo a recordar el porque hice lo que hice, me doy cuenta que no tenía ninguna
escusa valida que fuera la causante de todo aquello.
Solo puedo decir que el dinero me había dado un poder que estaba mal utilizando, y en vez
de ser de bendición estaba siendo de maldición para mi vida.

Fueron cuatro largas semanas, donde mi mejor amigo era el pecado, y los momentos de mi
máxima expresión espiritual habían quedado en el pasado.

Pero nuevamente me encontré cara a cara con la verdad. Aquella que ya sabía cual era: mis
“amigos” solo eran amigos los sábados. El resto de la semana, ellos eran ellos y yo, yo.
Mundos apartes.

Abriendo el corazón.

Era imposible negarme a su llamada. Me había citado un jueves por la noche a una reunión
y, no podía faltar.
Llegué al sitio indicado: mi “antigua casa”. Betel.
Estaba sentado junto a su esposa, cuando me llamó, me ofreció una silla y me dijo:
-Michael, quiero que me digas la verdad. Sabemos que todo lo que haces no es por algo
reciente, sino por algo que ocultas hace muchos años. Y solo queremos ayudarte. Creemos
saber que es, pero queremos escucharlo de tu boca.

Me sentía entre la espada y la pared. Había confiado tantas cosas a el, que ahora me pedia
lo más importante y que solo 2 personas sabían: la verdad de mi vida.

-A veces guardamos cosas en el corazón que, cuando salen, no solo afectan tu vida, sino la
de las que te rodean, me dijo, y no solo eso, sino que te impiden tener libertad. Y queremos
que antes de que termine este año, seas libre. Verdaderamente libre.

Mis ojos se humedecieron. Y le dije: “si en alguien he confiado durante estos últimos 5
años, es en Usted, así que merece saber la verdad”.
Entonces comencé a contarle con lujo de detalles aquellas cosas que tenía guardadas con
llaves y cerrojos en mi corazón.
Cada palabra impactaba en el rostro de su esposa, que atentamente me miraba y escuchaba
mis palabras.
Se lo habían imaginado, si. Pero no sabían los detalles.

Por mi parte, cada palabra que decía me liberaba de cadenas, candados y cerrojos.
Estaba comenzando a sentir libertad. Verdadera libertad.

¿Porque relato esta historia? Porque esa fue la noche donde sentí que Dios me daba un
nuevo corazón. Un corazón de guerrero; nuevo, limpio y apto para los desafíos que se
vendrían en un futuro no muy lejano. Era necesario que elimine el viejo vino, para
comenzar a recibir el nuevo. Era necesario limpiar el recipiente para poder poner algo
nuevo: Amor.

Después de media hora de diálogo, el me miró y me dijo: “Para ser libre totalmente debes ir
y arreglar eso con aquella persona y perdonarse mutuamente”.
Oramos. Y me fui a la casa con una extraña nueva sensación. Verdadera Libertad.

Nuevos comienzos.

No me decidía hablar aun con aquella persona. Pero sabía que debía hacerlo si quería
liberarme de todo, y recibir todo aquello que Dios tenía para mi.

Me era difícil buscar a aquella persona, y conversar. Aun así fui, y hablamos.
El perdón llegó y, a pesar de tantos meses sin hablarnos, una nueva amistad comenzó.

Ahora sería el mi padre y yo su hijo.

El primer mandamiento con promesa.

El año terminaba, y mi saldo era a favor.


No solo había logrado ver hecho realidad mi mayor sueño: jóvenes buscando a Dios, sino
que había alcanzado una revolución en mi forma de amar, y verdadera libertad al hacerlo.
¿Cómo? Comenzando desde mi propia casa.

Se que aun no soy un hijo perfecto, que tengo fallas, cometo errores y a veces soy hasta un
poco desconsiderado con ellos, pero en el fondo, no hay nada más que ame en este mundo
que a mis padres.
Mi madre es mi heroína favorita. Gracias a ella logre ser el hombre que soy. Estudié, me
gradué del colegio, y logre cumplir mis metas. Si no fuera por sus palabras me hubiera
retirado de la universidad en tercer año, y aunque a veces discutimos: LA AMO.
Mi padre es mi antihéroe preferido. Usa métodos no tan tradicionales para hacerme
entender las cosas. A veces su lejanía se sentía, pero siempre supe que estaba pendiente de
mí. Tal vez las decisiones que tomó no fueron las correctas, pero si el no se hubiera
equivocado, yo tampoco hubiese encontrado el camino. A pesar de todo su orgullo, sus
errores y todo, se que el me ama, y YO LO AMO.
Capitulo 9
Metrópolis

El salto

Siempre me gusto la vida de Clark Kent, y siempre me he sentido identificado con ese
personaje de ciencia ficción. No me he perdido ninguna de las 10 temporadas de Smallville,
y me he visto todas sus películas. Si pudiera ser un comic, quisiera ser un personaje de una
de sus historietas.

Si hago la extraña comparación de mi vida con la de CK, llego a la conclusión que cada ser
humano tiene un Smallville donde vivió su niñez, tuvo sus primeros amigos, conoció a su
Lana Lang (primera ilusión sentimental), y comenzó a descubrir sus poderes.
Pero que, para llegar a cumplir su propósito en este planeta, es necesario dejar todo eso
atrás y tomar la decisión de viajar a Metrópolis.
La decisión es dura. Pero es necesaria. Solo quienes saben con seguridad para que fueron
llamados: la toman.

En mi caso, la noticia sorprendió a todos. Un domingo en la mañana me encontraba junto


con el periódico y el teléfono en la mano llamando a cada uno de los departamentos donde,
a la medida de mis posibilidades, podía alquilar.
Mi mamá me ayudaba con las consultas telefónicas mientras yo anotaba las posibilidades.
Después de varios intentos fallidos, una buena opción salió. El precio era bastante accesible
y la ubicación me era conocida. Colgó el teléfono y, en menos de media, hora tenía mi
maleta hecha y me disponía a viajar, esa misma tarde, a lo que sería mi nuevo hogar.

Retomando a la vida de CK, cuando en la serie el da el salto a Metrópolis, no solo comenzó


a cumplir su propósito, sino que también logró conocer a la Lois Lane de su vida. Aquella
por la cual, según cuenta la leyenda, fue la principal fuente de sus poderes, luego del Sol
amarillo.

¿Será que me sucede lo mismo?

Nuevos amigos, nuevas experiencias

El departamento es agradable. Las personas con las que lo comparto mejor.

Al poco tiempo de llegar a vivir en este lugar comenzamos a entablar una gran amistad
entre todos. Compartimos muchas cosas en común, entre ellas (y la principal) es que todos
tenemos un gran apego por las cosas de Dios: Todos oramos, leemos la Palabra,
conversamos de las cosas que Dios hace en nuestras vidas, pero, sobre todo, nos
comportamos como hijos de El.

Dios no pudo ponerme en un mejor lugar que en el que estoy. Eso no hay duda.
Capitulo 10
Duras decisiones

El comienzo del fin

El estrés laboral definitivamente estaba consumiéndome.

A pesar de no viajar a Lomas a diario, llegaba todas las noches a la casa totalmente
cansado. Estresado. Sin ánimos de nada.
Trabajar de pié y caminando todo el día verdaderamente era agotador. El que tu jefa no
valore tu esfuerzo, la gota que derramaba el vaso.

Mi cuerpo no aguantaba más. Mi vida pedía a gritos un cambio nuevamente. Sabía que si
Dios había permitido que llegue hasta aquí, no era para esto.
Así que comencé a buscar en la intimidad las respuestas a todas mis preguntas.

Una mañana encontré la respuesta que estaba buscando, por medio de un mensaje que llegó
en el momento correcto:
- Que tal loco? Pásame tu currículo que te voy a ayudar para que entres a trabajar
aquí.

Si algo iba a ocurrir, era ahora.

Envié mi currículo por correo, y comenzó la cuenta regresiva.

En la empresa donde trabajaba las cosas se ponían cada vez color de hormiga y mi jefa,
después de hablar tantas veces bien de mí, comenzó a mirarme como una amenaza y
cambió su actitud conmigo.

El ambiente laboral comenzaba a ser hostil. Una constante persecución se desarrollaba. No


sabía el porque, pero luego lo descubrí.

¿El fin?

Habían pasado algunas semanas desde que envié mi currículo y me hicieron unas pruebas
psicológicas previas a la entrevista con el gerente de la empresa.

Por otro lado, en la empresa el ambiente era peor. Cada mañana me despertaba con ánimos
y ganas de trabajar, pero al cruzar la puerta negra (la principal de la empresa), sentía el
ambiente pesado, oscuro y demás.
No podía vivir así. Me sentía preso. Hacia pocos meses me había libertado de las cadenas
de mi corazón, y ahora era preso de un trabajo donde ya no era bien visto por mis
superiores directos.

Un viernes presenté a la renuncia.


Un acto de fe

Era miércoles (dos días antes de que presentara la renuncia a la otra empresa) y me
encontraba sentado en la recepción de la nueva empresa esperando la entrevista con el
Gerente.

El aire acondicionado me jugaba una mala pasada mientras y mi amigo me alentaba para la
entrevista. Mi confianza en mi era grande, hasta que caí en cuenta de la realidad de la
situación.

El puesto al cual aplicaba era un puesto financiero, y yo nunca antes había trabajado en
aquello. Eso quería decir: Experiencia 0, desventaja 100.
Verdad era que mi amigo había hablado con el jefe sobre mí, y personalmente le había dado
buenas referencias, pero el que toma la decisión final no era mi amigo, sino su jefe, y si éste
veía que no tenía las condiciones para el trabajo: no me iba a contratar.

Antes de que la “realidad” de la situación en la que me encontraba me jugara una mala


pasada, actúe en fe: Me quite los mocasines, y mientras pisé el piso con fuerza dije: “Señor,
tu Palabra dice que todo lo que la planta de mis pies pisare, sería mío. ¡Ya pisé!”
Y me volví a poner los zapatos.

Si algo había aprendido de mi pastor era que, cuando todo se presenta en tu contra, o
cuando el miedo quiera ganarte, o cuando quieras conseguir algo que desees, solo tienes
una opción: actuar en fe.
Y yo lo había hecho.

La propuesta de mi vida

Llegó el lunes y la noticia de mi renuncia había llegado a oídos de la gerencia de la empresa


donde trabajaba.

Me encontraba haciendo mis recorridos diarios en la planta, cuando la voz del Gerente de
Operaciones, esposo de la dueña de la empresa, me sorprendió.
- Michael, acompáñame un momento a mi oficina, mi esposa queremos hablar
contigo.
“Si querían botarme antes de tiempo, no era necesario tanta formalidad” me dije mientras
caminaba.

Llegamos a la oficina y me senté en frente a ellos. Comenzando así un diálogo ameno entre
nosotros.
Llevábamos 10 minutos de la reunión y las preguntas del porque de decisión de renunciar
ya habían sido respondidas con la veracidad del caso.
De pronto, la dueña de la empresa me miro y me dijo: “Michael, queremos decirle que
usted es una persona importante en esta empresa, y que tenemos planes cercanos con usted.
Queremos proponerle que usted anule su renuncia, ya que queremos que en la empresa se
van a dar cambios a mediados del siguiente mes y queremos que usted nos colabore en el
cargo de su jefa......”
Si algo uno desea en la vida es superarse. Esta era mi oportunidad.
Tener 22 años y tener semejante propuesta sobre la mesa, sin siquiera haber terminado la
carrera, ganando un sueldo que llevaba 2 ceros previo a dos dígitos más, y con el apoyo
total de la gerencia: Era un sueño hecho realidad.

Obviamente acepte de primera.

Comunique la noticia a mis padres, los cuales estaban sorprendidos de aquella noticia, al
igual que mis compañeros de casa.

La dura realidad

Mi alegría era notoria. No voy a contar muchos detalles sobre las cosas que hice, pero si
quiero aclarar que me sentía realizado profesionalmente, incluso antes de serlo.
El puesto era mío, solo debía esperar 20 días y listo. Oficina propia, un buen cargo y todos
los beneficios y responsabilidades que con ello traía.

María era una señora que tenía años trabajando en la planta en el área de pegadora. Nuestra
amistad había crecido grandemente, a tal punto que éramos mutuos confidentes de los
desayunos a escondidas dentro de la planta.

Era la única persona en la que confiaba dentro de la empresa y a la cual le conté la noticia.
Pero su respuesta me bajo de la nube a la tierra nuevamente.
-Michael, felicidades. Con esto le queda demostrado que usted es capaz de llegar lejos, aun
siendo tan joven, pero, ¿se ha puesto a pensar en su vida? ¿Ha visto mas allá del puesto y el
sueldo? Usted sabe que el horario de jefe es de 7 a 7 de la noche y si es de venir sábados y
domingos tiene que hacerlo sin chistar. Es verdad que el puesto le caería bien en su
currículo, el sueldo bien a su bolsillo, pero ¿le caería estar encerrado toda la semana aquí?
¿y cuando sus amigas lo inviten a salir?.

Cada palabra que decía era como una roca que me lanzaba cada vez un poco más debajo de
la nube donde estaba. No quería que siguiera, pero si alguien te quiere de verdad, te dice las
cosas como son.

Y prosiguió: “Michael, se va a quemar muy pronto. Cuando llegues a los 30 vas a tener
dinero, una buena casa, quizás un carro del año, pero vas a ser un viejo amargado que no
disfruto su vida a tiempo, y cuando quieras hacerlo será muy tarde”.

Sinceramente, cada cosa que me decía era la realidad que yo no quería ver.

¿Y Dios?

Esa noche llegue a la casa e inmediatamente llame a mi consejero favorito. Le conté lo que
me dijo la señora María, y solo supo decirme:
-“Felicidades por la propuesta, pero dime algo ¿Qué tiempo le vas a dedicar a Dios, si vas a
llegar cansado a la casa y lo que menos vas a querer hacer es orar? ¿Has pensado en eso?
El fin

No pasaron más que 7 días de aquella propuesta laboral, cuando estaba sentado frente a
frente al Gerente de Operaciones de la empresa, agradeciéndole por haberme tomado en
cuenta para aquel cargo, pero que no podía aceptarlo y que mi decisión era abandonar la
empresa ese mismo día.

¿Fue la mejor decisión? Solo había una forma de comprobarlo.

Llegue a la casa. Llamé a mi papá, y le conté que acababa de renunciar al trabajo, y que aun
no tenía nada seguro o alguna propuesta laboral concreta.
Conociendo a mi antihéroe favorito, sabía que no le iba a gustar esa decisión. Obviamente
no fue de su total agrado, pero me dijo “mientras tu consideres que hiciste lo correcto, es
lo mejor que has decidido”
No había más vueltas que darle al asunto. Fue lo mejor que decidí.

Y fue mío

Estuve 1 día y medio sin trabajo. Y la llamada llegó.

Eran las 13:30 de la tarde del día miércoles (1 día y medio después de mi renuncia) cuando
mi teléfono comenzó a sonar. Al contestar, la voz de mi amigo me decía que había sido
seleccionado y que querían que me presente en la empresa a las 15:45 de la tarde.
El trabajo era mío.

Increíblemente, el que menos opciones tenía alcanzó el puesto. Pero, ¿cómo sucedió?

Estaba sentado frente al Gerente en la hora citada, y lo primero que me dijo fue:
-“Nos volvemos a ver Michael, en este mismo escritorio. Sabes, algo extraño paso en esta
selección. Fueron muy duras las entrevistas, pero de entre los 4 seleccionados quedaste solo
tu”
- ¿Solo yo? – pregunté
- “Si Michael, ayer me llamó una chica diciéndome que ya había conseguido trabajo y hoy
en la mañana me llamó la otra disculpándose pero le había salido otra mejor opción, así que
no podía colaborar con nosotros”

No lo podía creer.
Si alguna vez me dijeron que lo que es para mi, es para mí y nadie me lo puede quitar,
acababa de comprobarlo.

Era increíble ver como Dios, me daba el trabajo que había declarado en fe para mí, hacia
una semana atrás, y, al mismo tiempo les había dado trabajo a los otros aspirantes.
Todos salimos ganamos. Pero el de los aplausos fue EL.
Capitulo 11
Se abrió la llave

Solo quería un café

Nuestra amistad después de aquella pelea había cambiado notablemente para bien.
Teníamos más confianza y mayor apertura para decirnos las cosas. Hacía pocos días que
ella había terminado con aquel filisteo y, en cierta parte, me alegraba. Pero jamás pensé lo
que iba a ocurrir.

Había tenido un largo día en el trabajo. El aprender a usar el sistema contable me había
causado un leve dolor de cabeza y al mismo tiempo un poco de hambre. Al salir del trabajo
me dirigí a un centro comercial de la ciudad en búsqueda del tan anhelado café, y también a
encontrarme con una amiga para conversar un poco. Distraerme era lo que quería.

Mi orden era la de siempre. Estaba sentado junto con mi amiga en una de las mesas del
patio de comidas, cuando me conecté al msn desde mi celular. Cuando la vi conectada.
Le escribí preguntándole si le había llegado mi mensaje por el día de la mujer ya que me
había inspirado para redactarlo, pero su respuesta fue no, acompañada de un emóticon de
cara triste.

Lo siguiente que pasó fueron una serie de mensajes mutuos donde había cierto grado de
cariño, bueno, sinceramente no se como redactarlo, pero el punto es que en media
mensajería, mi corazón había comenzado a palpitar fuera de lo común, y mi cara a
ruborizar. Estos acontecimientos preveían que pronto algo iba a suceder.

Mi amiga (la que estaba conmigo en el cc) prácticamente se había hecho a la idea que yo no
existía, ya que me hablaba y yo estaba concentrado en el celular. O era al revés.

Mientras tanto, en mi charla electrónica, no recuerdo como fue que sucedió, pero de un
momento a otro, tomé un sorbo de café y comencé a decirle a mi destinataria lo que sentía
por ella desde hacía mucho tiempo atrás y que nunca me había atrevido a decírselo era por
no perder la linda amistad que teníamos y, por eso, cada día me hacia a la mente de que
entre nosotros no podía haber algo más que una gran amistad.
Las palabras fluían como corrientes de agua en un río. Si había comenzado con esto, era
mejor decirlo todo, antes que guardarme algo.
Ella me respondió que estaba sorprendida, que nunca imagino lo que yo sentía hacia ella.
Por mi parte, y con la sinceridad del caso, nunca había querido decírselo, ya que no sabía
como iba a responder, y lo que menos quería era perderla. Y se lo dije.
Su respuesta la tengo en la mente, y trato de interpretarla, pero no logo descifrar el
verdadero mensaje.
“No me vas a perder, porque yo no quiero hacerte daño, y si me alejo de ti, se que te lo
haría; pero más que hacerlo por ti, lo hago por mi, porque no quiero alejarme de ti”.

Si ella quería dejarme sin palabras, lo había conseguido.


Sintiendo el poder nuevamente

Esa noche llegué a casa totalmente diferente. No dejaba de pensar en la conversa con ella.

Le conté lo ocurrido a uno de los que comparto la casa lo ocurrido. Y lo único que me dijo
fue: “Vamos a orar. Preguntémosle a Dios el porque de esto”
Accedí inmediatamente.

Al comenzar a orar, tome la guitarra y comencé a adorar a Dios por medio de la alabanza.
Repentinamente comencé a sentir algo que hacía mucho tiempo no sentía: Su poder correr
a través de mis venas.
Mi corazón estaba abierto, limpio y a la espera de ser llenado de aquel vino nuevo que
había sido mencionado por mi pastor meses atrás.
Y sucedió.

Sentía claramente las corrientes del Espíritu llenarme, llegar hasta el tope y rebosarme. El
ambiente espiritual era electrizante en la habitación, tanto que perdí mi mente y me dejé
usar.
Al abrir mis ojos (no se cuanto tiempo pasó), vi a Jhonny postrado de rodillas en el suelo,
totalmente quebrantado, mientras yo, estaba con electricidad recorriendo mi cuerpo. No
sabía lo que acababa de ocurrir, solamente sabía que una nueva etapa estaba por comenzar.

Advertencias, consejos y proyectos.

Necesitaba saber como actuar. Necesitaba una palabra ante todo esto. Y mi mejor opción,
después de orar obviamente, era buscar a mi fiel consejero: Samuel.

Le conté todo lo sucedido durante la semana, en especial de la confesión electrónica de mis


sentimientos y el nuevo sentir espiritual que estaba alcanzando.

Sus palabras fueron directas y concretas.

Dios estaba comenzando a llenarme de su Espíritu para emprender nuevos y más grandes
proyectos de los que ya había emprendido en año anterior, pero también, era tiempo de
luchar por aquello que tanto había anhelado, pero que nunca me había atrevido.
Entre sus palabras estuvieron también consejos, sobre todo advertencias en el plano
espiritual, de que el enemigo iba a estar tratando de que las cosas no sucedan como Dios las
quiere, porque sabe que, si llegáramos a lograr una relación sentimental ella y yo, seríamos
una pareja diferente al resto. Y al mismo tiempo, que, el (enemigo) haría lo posible para
impedir que siga con mi evolución espiritual. Entre otras cosas más.
Y que todo estaba en mis manos.

Antes de despedirnos, me encomendó una misión: Relatar este libro. Y un proyecto: La


planificación del R+L edición Guayaquil.
Capitulo 12
Cara a Cara

De camino a su casa

Si algo debía hacer, era mirarla a los ojos y decirle lo que sentía.

Ese día llegue a mi casa desde el trabajo, me bañe inmediatamente y me comencé a vestir
para ir a su casa.
Llevábamos escribiéndonos varias horas, hasta cuando le dije que quería irla a visitar.
Accedió. Y fui.
Al salir del trabajo había pasado comprándole unos chocolates, los cuales, cuando iba en el
bus, recordé que los había dejado en la cocina. Me baje del bus y regrese a casa, los tome y
volví a salir.

Estaba ido. En mi mente ordenaba las palabras correctas para decirle lo que sentía y así de
esta manera evitar cualquier equivocación.

Aquellas miles de voces de nuevo

Si algo no debía decir, era lo que dije.

Llegué a su casa. Conversamos. Me invitaron a comer. Volvimos a conversar.


Llegó la hora de irme, y en la puerta de su casa, donde meses atrás le pedía disculpas, ahora
comenzaría a decirle cara a cara, mirando a sus ojos lo que sentía. El libreto estaba escrito,
solo faltaba decirlo. Pero aquellas miles de voces aparecieron en mi oído de nuevo. Las
mismas que me visitaron años atrás antes de conocerla. Inseguridad, frío, miedo, temor.
Todo lo que no debía estar sintiendo, invadió mi cuerpo.

Y comencé a hablar lo que no debía. Le dije lo que sentía, pero al mismo tiempo lo decía
que la consideraba un imposible para mi vida. Que la quería, pero que no me sentía digno
de ella. Que hacia muchos años sentía algo lindo por ella, pero que no estaba seguro.
Si algo estaba haciendo mal, era todo.

Después de dejarme hablar durante unos minutos (no pocos), me miró y me dijo: “te
escuche hablar hasta cuando me dijiste que me querías, el resto que hablaste preferí no
escucharlo”, “si algo no me gusta de ti, es tu forma de pensar” añadió.

Mientras ella seguía hablándome, sinceramente solo asentía con la cabeza, pero no la
escuchaba, ya que las vocecitas en mi oído me decían que lo mejor era irme. Que era un
fracaso y que la acababa de perder.

Entre tanta bulla, logre hilvanar una frase, o más bien, un grito de ayuda: “Señor, la estoy
perdiendo. Yo no quiero esperar otros tres años para. Quizás ya no haya oportunidad”
Aposté todo

Hubo un silencio eterno en mi mente después de aquella última oración. La seguridad


volvió y decidí apostar todo. Esa noche o la perdía (cosa que ya estaba en proceso) o dejaba
escrito en su vida.

“Esta amistad comenzó de la nada, y al parecer en la nada va a terminar” fue lo único que
logre escuchar.
No estaba decido a aceptarlo, sabía que había algo más. Y era hora de tumbar el tejado de
ser necesario, pero debía hacer algo. Y pronto.

La miré y le dije: “la verdad es que hacia mucho tiempo vengo sintiendo algo por ti, y
ahora el miedo me ha jugado una mala pasada....... solo te pido déjame luchar por ti....”
(el resto es privado).
Mis palabras ahora habían cambiado algo en su actitud. Y lo note en su respuesta: “esta
bien, dices que vas a luchar por mi y todo eso, pero, y si alguien aparece luego y decides
cambiar tu objetivo”
Su voz había cambiado.

Su mirada y la mía

Me situé frente a ella. Ella estaba sentada y yo de pié. Tome su delicado rostro con mis
manos y ante su mirada esquiva le dije: “mírame a los ojos por favor, quiero decirte algo”.
Sentía que un tsunami estaba a punto de salir por mis labios, y quería tener la certeza de
que ella descubriera en mi mirada de que, todo lo que le iba a decir: era verdad.

“Eso no va a suceder, ya que la única persona con la que he soñado despertar cada
mañana por el resto de mi vida eres tú..... Tu eres la chica que un día pedí..... eres la chica
de las gafas oscuras... eres lo que quiero, no hay nadie más, a parte de ti, en dentro de mi
corazón desde hace muchos años” (esto es un extracto).

Repitiendo el acto de fe

Hay un viejo refrán en el futbol que reza: “alineación ganadora no se cambia”. Por eso
repetí algo que hacia pocos días había funcionado: “Pisar”

Estaba por irme, escuche sus últimas palabras, cuando me decidí actuar en fe.

Mientras me despedía de ella, no recuerdo que me estaba diciendo, pero mi respuesta fue,
decirle: “además la Palabra dice que (en ese momento literalmente le pisé el pie, no fue un
rose o poner el pie sobre el de ella, sino que fue un pisotón) todo lo que mi pié pisare sería
mío”

Se quedo sorprendida. Solo atino a decirme “¡me pisaste! ¡eres tonto!.... ¡No puedo creer
que me hayas pisado! ¡Eres loco!”
La espera comienza

Iba camino a mi casa, pesando en cada palabra y cada gesto de ella. Sabía que todo lo que
le había dicho, ella debía digerirlo
.
Era el comienzo una nueva etapa, la cual aun no sé como terminará.

Solo de algo estoy seguro. De esa noche no me voy a olvidar jamás.


EPILOGO
EL FIN DE ESTA ETAPA

Unas últimas palabras.

Con las cartas sobre la mesa, ahora solo queda esperar. Eso lo tengo claro. Pero también
tengo la seguridad de que mi vida ya no será la misma. No solo por el hecho de haber dicho
mis sentimientos ocultos durante mucho tiempo, sino que: mi óptica de ver las cosas pasó,
de tener visión en 2D a ver todo en 3D: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.

Se avecinan nuevos proyectos, conquistas y batallas. Y espero estar preparado en todos los
ámbitos para superarlas.

El REVOLUCIÓN + LIBERTAD esta gestándose en lo secreto, y otros proyectos más


están siendo direccionados.

Lo que pase en mi vida sentimental se lo dejo en manos de Dios, pero tampoco me voy a
descuidar de ello. Sencillamente quiero “buscar el Reino de Dios y Su Justicia” y sé que el
resto llegará solo.

Solo espero comenzar a escribir la TERCERA PARTE DE MI VIDA junto a mi Lois Lane,
personal y privada, con la cual se que lograremos conquistar cosas jamás imaginadas.
Al mismo tiempo, quiero seguir peleando las batallas con mi incondicional amigo,
hermano, padre putativo, mentor y pastor: Samuel Reyes. La persona más loca que
conozco, ya que cuando nos juntamos como equipo de trabajo somos como Don Quijote y
Sancho Panza, donde cabe hacer la pregunta: ¿Quién era más loco: Don Quijote por hablar
locuras, o Sancho Panza por creerlas?
No importa quien sea el más loco, lo importante es que esa locura es para plantar el Reino
de Dios en la tierra.

Se que no mencione muchos acontecimientos de mi vida aquí, pero no quiere decir que los
he olvidado, sencillamente no quise hacer más largo este escrito.
Si sus nombres no aparecen aquí, no es que no me importen, sino que quiero mantener en
confidencialidad sus identidades.

El trabajo en la viña del Señor no termina, así que esto es solo una idea de lo que se viene:
- REVOLUCION + LIBERTAD nuevas ediciones
- Las historias ocultas de de la Biblia. (Libro)

Ahora me conoces un poco más.


Gracias por haber llegado hasta aquí, un abrazo.

BENDICIONES
NOTAS FINALES

 El LIBRO en su totalidad refleja hechos reales, el 99% del mismo es


verdad, el 1% faltante es omitido por olvido o por ser algo personal.
 No se mencionan nombres para proteger las identidades de las personas
involucradas en la historia.
 Los acontecimientos espirituales son producidos por la Búsqueda del
Rostro de Dios, sobre todo en el secreto.
 La historia de amor que se cuenta en el libro no tiene final definido, este
se sabrá en ediciones posteriores y; si esta no termina en un "y vivieron
felices para siempre", es porque hubo un mejor final para los actores.

 Si este pequeño escrito es de bendición a tu vida, quisiera saberlo vía


mensaje en mi dirección de facebook. www.facebook/michael.cedillo1

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