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SAU SÁNCHEZ, VICTORIA


¿A dónde va el feminismo?
Revista de estudios de género. La ventana, Núm. 10, diciembre, 1999, pp. 234-239
Universidad de Guadalajara
Guadalajara, México

Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=88411129010

Revista de estudios de género. La ventana


ISSN (Versión impresa): 1405-9436
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Universidad de Guadalajara
México

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Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
234 LA VENTANA, NÚM. 10 / 1999

Harper Collins Publisher, Nueva VICTORIA SAU SÁNCHEZ


York, 1994. ¿A DÓNDE VA EL
PASSOS, Elizete Silva (org.). Um mun- FEMINISMO?
do dividido: O genero nas univer-
sidades do Norte e Nordeste, UFBA,
Salvador, 1997. Los estudios de mujeres, la investiga-
RICH, Adrienne. “Hay que tomar en ción feminista en todas las disciplinas,
serio los estudios de la mujer”, en son una realidad que se ha consolida-
Sobre mentiras, secretos y silencios, do en el seno de las universidades. Los
Icaria, Barcelona, 1983. cambios en las costumbres se van su-
SAU, Victoria. Diccionario ideológico cediendo: la distribución del trabajo
feminista, 2ª ed., Icaria, Barcelo- doméstico, el aumento de número de
na, 1990. mujeres que ocupan puestos de tra-
bajo de responsabilidad y la presencia
en los estudios superiores, son algu-
nos ejemplos en la cultura occidental.
Pero, ¿eso es todo?
El feminismo es un movimiento
social y político que tiene un proyec-
to de sociedad diferente de la pa-
triarcal. La gestión unilateral del
mundo por parte de uno solo de los
dos representantes de la especie hu-
mana toca a su fin. Este proceso se
articula en tres fases:
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Primera. La descripción sis- ciosa o abiertamente ofensiva,


tematizada de todos aquellos fe- etc.). El objetivo último es trans-
nómenos —económicos, socio- formar hasta lograr un sistema de
culturales, políticos, religiosos— relaciones humanas en el cual la
que son objeto de interés en este jerarquización de los grupos,
sentido. séanlo en razón del sexo, la clase
Segunda. La denuncia del social, la etnia, la orientación
sexismo puro y duro, así como la sexual, etc., desaparezca de la es-
legítima reclamación de derechos tructura social.
inalienables de la persona, tales
como la educación, el trabajo, la El error o talón de Aquiles de la orga-
interrupción voluntaria del emba- nización patriarcal fue que no sólo
razo y otros semejantes. jerarquizó las relaciones de sexo-gé-
Tercera. El cambio o trans- nero, sino que las hizo, además, vin-
formación de las reglas del juego culantes. Así pues, la supuesta
en aquellos aspectos en que el co- superioridad masculina es real en tan-
lectivo de las mujeres está de una to las mujeres acepten considerarse a
manera u otra, según el lugar y la sí mismas inferiores a los hombres.
circunstancia, dominada, discrimi- Para mantener ese vínculo ellos con-
nada y explotada con base en su taron con el dominio, por la fuerza,
condición de género (trabajos de los contenidos culturales —siste-
feminizados para poder ser mal mas de representaciones— y la edu-
pagados; acoso sexual en el tra- cación. Pero si se abandona el rol
bajo; textos escolares que perpe- vinculante, ellos quedan reducidos a
túan mentiras y difamaciones su tamaño natural y la superioridad
ancestrales; publicidad tenden- se vuelve normalidad. Es decir, desapa-
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rece como seña de identidad de un marse independiente cuando una le-


sexo-género por comparación con el gión de prostitutas acompaña los ejér-
otro, en un sistema de valores no le- citos, cuando las mujeres de los
gitimado por toda la población, sino vencidos son parte del botín de gue-
sólo por aquella mitad que busca y rra, cuando un cuerpo de enfermeras
encuentra en ello su propio beneficio. cuida de sus heridas, cuando las no-
La celebrada independencia viril, vias y las esposas se avienen al
rasgo patriarcal de personalidad don- reencuentro a pesar de los deterioros
de lo haya, se desvanece cuando la de- que traigan en el cuerpo y en la men-
pendencia económica y emocional que te. Qué fácil es alejarse cuando no es
las mujeres han hecho del hombre desvincularse, cuando el linaje conti-
como proveedor de todas las cosas núa, cuando la propiedad permanece,
buenas y/o significativas, diseñada cuando alguien —la madre, la herma-
culturalmente para ellas, se reconvierte na, la compañera— mantiene encen-
en autonomía. Les ha sido muy fácil, dido el fuego del hogar; cuando sus
además, a los independientes varones, noticias, su carta, su retrato siguen
irse a las Cruzadas, montar expedicio- siendo importantes para alguien.
nes para subir a las cimas más altas Esta vinculación que durante siglos
del mundo, o alistarse como volunta- ha perjudicado al sexo femenino y ha
rios a las guerras más o menos próxi- dejado en zona de penumbra las de-
mas; mientras tenían constancia de pendencias de los hombres, puede re-
que dejaban a sus espaldas una reta- sultar un boomerang para ellos si las
guardia de mujeres que aguardaban su mujeres se salen de su lugar conven-
regreso, que les criaban la prole, que cional, de su puesto de cariátides que
cuidaban a los parientes enfermos y sostienen el edificio pero no tienen
enterraban a los muertos. Qué fácil lla- parte decisoria en él.
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Por su condición de grupo mayo- simultáneas, se superponen. El esta-


ritario —aunque el patriarcado le dé do actual de la cuestión en cada tiem-
trato de minoría al someterlo a veja- po y lugar, desde una visión global del
ciones semejantes a las de otros gru- fenómeno, así lo exige. Los estudios
pos minoritarios— es obvio que la de mujeres, la investigación feminista
consecución de los fines propuestos en todas las disciplinas —hay incluso
por el ideario feminista supone el “teólogas feministas”— son una rea-
desmantelamiento de las estructuras lidad que se ha consolidado en el seno
patriarcales de la sociedad. Un edifi- de las universidades. La batalla por los
cio sólidamente construido —y el derechos no cesa, y ahí está la partici-
patriarcado lo es— no se transforma pación en las cuatro conferencias in-
porque se cambien unos tornillos o ternacionales. Los cambios en las
haya que reponer unas vigas, valga la costumbres se van sucediendo: redis-
metáfora. Pero si la mitad de las pie- tribución del trabajo doméstico, au-
zas deja de cumplir las funciones para mento en puestos de trabajo de
las que fueron puestas allí, o les cam- responsabilidad y presencia en los es-
bia el significado, la estructura en cues- tudios superiores, son algunos ejem-
tión experimentará un salto cualitativo plos en el hemisferio occidental. Pero,
más que notable. Más aún si se tiene ¿eso es todo? En cualquiera de estas
en cuenta que esa mitad no está sim- áreas se van dejando abiertas líneas
plemente adosada a la otra, sino in- de trabajo para el futuro, para varias ge-
terpenetrada con ella como acabamos neraciones de mujeres, no obstante la
de ver. impresión de que alguien haya puesto
Las tres fases del proceso mencio- un stop a los propósitos del feminis-
nadas al principio, aunque teóricamen- mo. Es como si estudiando, reivindi-
te son correlativas, en la realidad son cando y modificando lo que de forma
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más directa e inmediata afecta a esta cio—, a las Leyes Internacionales de


mitad de la humanidad, se olvidara que Extranjería, a la Conferencia Iberoame-
la otra mitad sigue gestionando el ricana, al sistema penitenciario mun-
mundo en solitario y tomando a cada dial, a la Comunidad Económica
momento millares de decisiones que Europea, a la propiedad privada...
afectan a la totalidad del género hu- Mientras una parte del feminismo
mano, así como al planeta Tierra en el se pregunta, individual y cómodamen-
que habita. Y decisiones patriarcales, te recostada en el diván: “¿quién soy
por supuesto, además del abuso de yo?”, otra busca afanosamente la re-
poder. ferencia necesaria para una nota a pie
Las mujeres han realizado audi- de página que acredite como fiable su
torías —valga la expresión— a ins- trabajo, y otra más se lanza a la diver-
tituciones tales como la familia, la sidad sexual para demostrar —toda-
educación, el trabajo, las religiones, vía hay que demostrar— que es libre
la sexualidad. Líneas de trabajo abier- (pero sigue sufriendo de mal de amor,
tas, insisto, pero que si no van más porque cambian ellas pero no ellos), y
allá podrían quedar en reformas de lo otra aún “se moja” apuntándose a la
dado. Porque hay otras auditorías pen- política activa, he aquí que el mundo
dientes que no se mencionan: al Fon- revienta de pobreza; millones de cria-
do Monetario Internacional, a la turas, nacidas de mujer, se asoman a
Organización Internacional del Traba- un modelo de sociedad que les reser-
jo, a la Trilateral, a la gran banca, a las va una cuna de espinas; las pruebas
altas finanzas, a la industria, a la cien- nucleares dejan su huella de muerte
cia, a la economía de mercado, a la en la tierra para dos mil quinientos
guerra, a los medios de comunicación años; las guerras siembran el odio que
—y no por un quítame allá ese anun- garantiza su continuación una gene-
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ración más adelante; hay que mendi- CRISTINA PALOMAR VEREA


gar el trabajo; la inteligencia se frena IMAGINANDO LAS
con la falta de oportunidades... RELACIONES DE GÉNERO
¿Tiene el feminismo al menos el EN EL NUEVO SIGLO
borrador preparado para esto y más,
más allá de grupos, corrientes e
individualidades? ¿Aumenta lo sufi- Este trabajo es una reelaboración de
ciente el número de mujeres conscien- la ponencia presentada por la autora
tes? ¿Hay bastantes sucesoras para la en el encuentro “La mujer en los albo-
continuidad del proceso en marcha? res del siglo XXI”, que organizó Muje-
¿Se ha pensado en las estrategias ne- res en Acción por y para México y que
cesarias para hacer frente a la espera- se realizó en el Museo de la Ciudad de
da reacción? Guadalajara el 12 de marzo de 1999.
Una reflexión sobre lo que pasará
Conclusión el próximo milenio con las relaciones
de género puede arrancar con la si-
Desvincularse del modelo de sociedad guiente pregunta: ¿cuál será la situa-
patriarcal en todos y cada uno de los ción de las mujeres en el próximo siglo?
puntos necesarios y presentar al mis- Sin embargo, no es sencillo contestar-
mo tiempo una alternativa de futuro. la, pues cómo poder imaginar el futu-
Las mujeres pueden hacerlo. Hace fal- ro de la mitad de la población mundial.
ta que también lo quieran. Puede hacerse de dos maneras, una
pensando en lo deseable, y otra, pen-
sando en lo posible, siguiendo las ten-
dencias que se han manifestado en los
últimos años de este siglo. El que co-

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