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equivalentes en el hombre, y el hombre tiene todos los suyos en la mente, la mente tiene
todos sus equivalentes en la ciencia de las anticipaciones, y esa ciencia tiene los suyos en los
valores potenciales.
LECCION IX
Llámase valor potencial al que se obtiene al reducir a sus integrales cualquier cantidad,
por ejemplo reducir a 9 la cantidad de 4.354.560 años co mu nes que integran un Año
Divino (4 + 3 + 5 + 4 + 5 + 6 + 0 = 27 = 2 + 7 = 9), o a 3 los integrales de 1947
( 1 + 9 + 4 + 7 = 21 = 2 + 1 = 3), procedimiento que al ser extendido a las letras de los
nombres y palabras, planetas del sistema solar, figuras geométricas, notas musicales,
elementos químicos, etc., no sólo permite representar por números las cosas, principios y
procesos más variados, sino cifrar en unos pocos guarismos los conocimientos más complejos y
los problemas de la más elevada metafísica. La Cábala hebrea se vale de ese sistema para
descifrar el sentido de las Sagradas Escrituras, y afirma que es el que emplearon los
antiguos patriarcas para transmitir a las generaciones venideras gran parte del saber que
poseían, aunque cuidando de que no pudiera ser develado por quienes no fuesen meritorios
de ello, algo parecido a lo que se supone ocurre con la estructura de la Gran Pirámide y
las medidas y simbolismo del Año Divino; lo mismo, también, que es tradición hicieron los
antiguos astrólogos al cornpendiar en una sencilla figura geométrica el nombre y atributos de
un planeta, y en ese nombre toda una doctrina de la mecánica celeste y de los principios
universales de que el planeta es símbolo. Como es natural, método que tiene tales
antecedentes y posee tan amplios alcances, no podría por menos que ser aplicado en muy
variadas formas a la predicción, habiendo llegado a nosotros muchas de ellas, todas, sin
embargo, basadas en tres principios únicos, que son:
1º La propiedad que poseen los números como símbolos interpretativos de los principios
universales.
Por esos principios, los números son magnitudes, que representando cuerpos, fuerzas,
causas y efectos en movimiento, combinan sus respectivas propiedades por medio de la adición,
las separan en la substracción, y, coordinando automáticamente los elementos de que cada
magnitud está constituida, los declaran por medio de determinadas operaciones aritméticas, en
las que, sumando, restando, multiplicando o dividiendo unos factores por otros, la operación
de la medida de lo coordinado, sin que si la suma, resta multiplicación o división están bien
hechas, sea posible obtener ninguna otra, cual ocurre, por ejemplo, cuando en la regla de la
Divina Proporción, si los valores están representados por 809 y 500, la incógnita lo
estará, forzosamente, por 1,618, así:
809 ÷ 500____
3090 1,618
900
4000
0000
8,9 ÷ 5________
30 1,618
9
40
00
1º La de ser amigos, cuando cada uno es igual a la suma de los divisores del otro.
La propiedad que decimos que como medidas poseen los números de ser amigos,
abundantes, articulados, circulares, etc., hace de los nueve guarismos a que puede ser
reducida cualquier cantidad otras tantas escalas piramidales, que partiendo de una sola
cifra, además de crecer en magnitud, sus peldaños establecen relaciones de resonancia, que
combinándose en la suma o substracción de las operaciones, no sólo indican automáticamente
las dimensiones del valor que se considera, sino la armonía que preside los elementos que la
componen. Asignado un sentido a esos elementos, al mismo tiempo que las nueve cifras son
otras tantas medidas capaces de declarar las dimensiones de una cantidad infinita de cosas, se
constituyen en los signos que interpretan su significado. El mérito de los métodos que han
llegado a nosotros consiste en haberles asignado ese sentido.
Aunque la anterior relación entre cada número y los principios universales, fuerzas,
planetas, objetos, elementos, procesos vitales, nocionese ideas, se limita a unas pocas
homologías, prácticamente se extiende a una variedad casi infinita, pues no sólo por
cualquiera de las apuntadas se pueden establecer muchas otras, sino que cada una extiende su
vinculación a múltiples propósitos. Siendo, sin embargo, nuestro objetivo ofrecer únicamente
una idea general de los fundamentos del método que vamos a aprovechar, y extender lo más
posible el servicio que ese método presta, daremos por explicado lo primero y entraremos
en lo segundo, en éste en busca de tres clases de conocimientos, que son:
En su sentido general, idioma es la lengua de una nación o de una comarca, esto es: la
manera particular de hablar en determinada región o pueblo. Hablar es emitir sonidos
articulados, quiere decir: emitir sonidos que expresan y conllevan un sentido, tanto para el que
los emite como para el que los escucha. Un idioma será, por lo tanto, el modo especial de
servirse de los sonidos articulados para expresar lo que se desea y hacérselo entender a los
demás, no importa la forma en que se combinen los sonidos o la particular manera de
interpretarlos, lo que evidencia por sí mismo que siendo el sonido molde y materia de todos
los idiomas, y un fenómeno universal la resonancia, cualquiera que sea la lengua de que nos
sirvamos o la consonancia de los sonidos a través de los cuales expresamos la misma cosa, la
materia y el molde de que nos valemos tienen carácter universal también. La relación que
existe entre los números y las letras, deriva su razón de ser de ese principio.
En lo que es anterior —y posterior— a las lenguas y a los hombres que las hablan, un
número sólo es una medida en espera de la materia que la llene. La resonancia universal,
infundida en cuanto existe, provee la materia que llena y anima esas medidas. En la misma
noche de la creación, cuando todo estaba envuelto en sus aguas, dicen las Sagradas Escrituras
que "el Espíritu de Dios, el Verbo, se movía sobre la haz de las aguas", esto es: cuando en esa
noche "la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas moraban sobre la haz del abismo", la
resonancia cósmica continuaba en su alentar infatigable. Es posible que esa resonancia,
diferenciando los elementos por su afinidad vibratoria, concluyese por darles hálito de vida al
someter a medida su ritmo y hacer que éste fuese consonante con el de las fuerzas que modelan
la creación. También lo es que los idiomas, fundamento del progreso humano y síntesis de
cuanto hay en nosotros de material y espiritual tengan en esa resonancia primaria la virtud que
les da cuerpo y alma, y aunque haya diferencia en el sonido de las palabras con que en cada
uno se expresa la misma cosa, en su esencia todos emiten la vibración a que la cosa está
vinculada, siendo el número asociado a ese sentido el molde en que palabra y cosa adquieren
sentido en todos ellos. La relación que decimos existe entre números y letras, cumple la
misión de hacer inteligible ese sentido.
La relación que estamos considerando se remonta a la más lejana antiguedad, cuando las
letras, además de valores fonéticos, eran números, y éstos símbolos interpretativos de
principios, fuerzas, magnitudes y, en fin, tenían la extensa vinculación a que hicimos
referencia en otras páginas. Desde entonces, el progreso de los idiomas y de las ciencias,
separando los números de las letras, hizo que se dedicasen los primeros a representar
cantidades, y las segundas a expresar ideas, y aunque en lo que hay en nosotros de
fundamental ideas y cantidades tienen el mismo equivalente, nuestra inteligencia secundaria
no lo reconoce así. Reintegrar a su unidad primitiva letras y números en lo que al hombre
respecta, es la misión que cumplen los métodos que propugna la predicción por valores
potenciales.
Explican esos métodos que aunque un número es una medida y la palabra un conjunto
de sonidos, no sólo las facultades humanas son las mismas en todos los pueblos, sino que
todos los idiomas están ordenados a base de tres sonidos fundamentales, que si bien se
combinan en distintas proporciones en cada lengua, en ninguna dejan de incluir los elementos
primarios a que palabra y cosa están asociadas, debiéndose la diferencia en el sonido y el
número que lo interpreta, no a desigualdad en la natu raleza de la cosa o del idioma, sino a la
manera particular que tiene de apreciar esa cosa el pueblo que lo habla. En aprovechar los
sonidos fundamentales de cada idioma, dando a cada pueblo un medio especial de identificarse
con los principios universales, consiste el mérito de la relación que esos métodos han
establecido entre los números y los distintos alfabetos, en lo que respecta al español, la que se
detalla en las cuatro escalas del gráfico 71. Veamos los equivalentes y sentido asignado a
cada letra.
Los tres sonidos fundamentales que decimos son el cuerpo de todo idioma, en el alfabeto
español están representados por el de la A-I-U, que tienen sus equivalentes en las tres notas
musicales Do-Mi-Fa, en los tres colores Rojo-Amarillo-Azul, en los tres elementos geométricos
Punto-Línea-Superficie, en los tres atributos humanos Emoción-Imaginación-Raciocinio, en los
tres flujos cósmicos que producen Luz-Color-Movi miento, en los tres principios elementales que
dan a los cuerpos Gravedad-Dimensión-Cohesión, en los tres que comunican a cuanto existe
virtud de Evolución-Involución-Conservación y, en fin, en la propiedad que tienen los
números 1-2-3 de generar todos los demás. Combinados esos tres sonidos, cual ocurre con los
colores, notas musicales, atributos humanos, etc., surgen las 28 letras, merced a las cuales
puede expresarse en idioma español todo el saber que la mente humano es capaz de concebir.
Hay métodos que ofrecen fórmulas para inferir el saber contenido en una palabra por la forma
en que se combinan las letras en ella y el valor numérico a que letras y palabras están
asociadas. Siendo, sin embargo, nuestro objetivo circunscribir el empleo del alfabeto a los
nombres personales, prescindiremos de hacer una exposición de esos métodos, y en su lugar
concentraremos nuestro interés en los elementos que vamos a aprovechar, para lo cual
daremos, en primer término, una sintética relación del simbolismo de cada letra, la propiedad
que comunica a los nombres y la influencia que éstos imparten a las personas que los llevan,
pasando, después, a ofrecer el procedimiento a seguir para determinar el Talento Natural de
cada individuo y el servicio útil que ese conocimiento puede prestar.
Fig. 74. — Arcano 57, en el que la doctrina de los símbolos cifró el misterio
de 1a "Rivalidad"
X. Se relaciona con el número 26 y el planeta Saturno. Está simbolizada por las
tablas de la ley, atributo de poder moral. Si es la primera letra del nombre, en combinación
con la A, da carácter arriesgado; con la E, extravagancia en el proceder; con la I,
entusiasmo; con la O, alegría; con la U, reciprocidad en los afectos. Como letra
predominante, comunica al nombre poder de percepción, capacidad de concreción y aptitud
de realización, todo ello acompañado de una discreta reserva mental.
Y. Se relaciona con el número 27 y el planeta Marte. Está simbolizada por un arco
iris, atributo del poder vivificante de la luz. Si es la primera letra del nombre, en
combinación con la A, inspira generosidad y liberalidad; con la E, tendencia a la
argumentación; con la O, afición al dispendio; con la U, ánimo vigilante. Como letra
predominante, comunica al nombre amor a lo lejano, aptitud para intuir lo que ocurre a
distancia, y capacidad para prever sus consecuencias.
Z, Se relaciona con el número 28 y el Sol. Está simbolizada por la cruz gamada,
atributo de poder místico en acción. Si es la primera letra del nombre, en combinación
con la A, inspira emociones comtrapuestas; con la E, da tendencia a los beneficios por
sorpresa; con la I, fervor en los sentimientos; con la O, exceso de confianza, unas veces en
uno mismo y otras en los demás; con la U, favorece la iluminación interna. Como letra
predominate, comunica al nombre viveza de ingenio, gusto artístico, tolerancia y amor a lo
nuevo.
Hasta aquí el sentido y simbolismo asignado a las 28 letras que integran el alfabeto español
por su relación con los tres sonidos fundamentales que dijimos forman el alfabeto universal.
Veamos el procedimiento a seguir para estudiar las propiedades de los nombres a través de
las letras que los componen.
Un nombre está integrado por un conjunto de letras, las letras por sonidos, y los sonidos
por una suma de vibraciones que representan fuerzas en movimiento y tienen en la naturaleza
humana los elementos físicos, mentales y espirituales que las detectan y responden a sus
estímulos, lo que presupone que para conocer las propiedades de ese nombre, lo primero será
determinar las letras que entran en el mismo, y amalgamando las características de todas ellas,
formar un cómputo que incluya, aunque sólo sea sintéticamente, el sentido de cada una. En
el ejemplo de Manuel Pérez Duval a que hicimos referencia al tratar de la Escala
Cabalística, ese cómputo debe abarcar las particularidades asignadas a la A-D-E-L-M-P-R-U-
V-Z, pero no como valores aislados que obran por sí mismos, sino como elementos consonantes
cuya diversidad forma la unidad, unas letras ejerciendo mayor influencia que otras debido a la
posición que ocupan y al número de veces que se repiten, aunque hallándose presente la de
todas en la síntesis final. Estudiado en esa forma, un nombre es un horóscopo de la natividad, que
vinculando la posición de ciertas letras a la que ocupan determinados astros en el mapa del
nativo, revela la armonía que existe entre el nombre y las condiciones cósmicas en que se
nació o se vive al presente, principio éste de conocimiento que no sólo ayuda a inferir los
elementos armónicos y desarmónicos que existen en nosotros, sino que representa una valiosa
guía de orientación que va indicando por adelantado las disposiciones que conviene cultivar
para favorecer lo placentero y contrarrestar lo penoso. Según los métodos de computación más
generalmente aceptados, las letras de los nombres tienen la siguiente relación con la posición
de los planetas en el instante del nacimiento:
Al asignar letras a las casas, se comienza por la inicial y se prosigue con las demás por
orden correlativo, pero sin repetir la misma letra ni alterar el orden que ocupan en el nombre.
Si hubiese exceso de letras en relación a las casas, se toma el planeta a que las letras
excedentes están asociadas y se adiciona a las casas ocupadas por letras que tengan la
misma vinculación; por ejemplo, se asignan a la casa ocupada por la A las letras sobrantes
que se relacionan con el Sol, y se anotan en esa casa tantas x como letras asignadas. El mismo
procedimiento debe seguirse con las letras repetidas. En caso de que el nombre no posea
suficientes letras para llenar las 12 casas, se dejan en blanco las últimas. En el ejemplo de
Manuel Pérez Duval hay dos casas que no tienen letra, lo que presupone que el nativo no
posee en su nombre las disposiciones que ayudan a expresar las actividades a que las casas
vacías están vinculadas. Cuenta, sin embargo, con varias letras repetidas, que,
multiplicando la eficacia de cada una por el número de veces que se repite, no sólo evidencia
los campos de acción en que esa persona es más competente, sino las vías a través de las
cuales puede hacer que esos campos le rindan los mejores frutos y las probables épocas de la
vida en que le es más fácil obtenerlos. Incluidas las adiciones de referencia en el gráfico de la
natividad, el de Manuel Pérez Duval aparecería así:
En este gráfico hay dos casas sin letras y cuatro letras que se repiten. Las repeticiones más
importantes son las de la A y la E, que cuentan con planetas que intensifican su vibración, la
A indicando que las dispo siciones asociadas a esta letra se harán evidentes a través del
automatismo mental que inspira Neptuno, y las de la E por medio del que inspira Marte. De las
casas sin letra, la 11, ocupada por el Sol y Mercurio, tiene en la A y en la D los canales por
donde fluye lo relacionado con este departamento de la vida. La casa 12, sin letra ni planeta,
deja al nativo y nacimiento lo traen al mundo, señala las cualidades que debe desarrollar y las
experiencias, tal vez dolorosas, a través de las cuales completará su aprendizaje. La
acción de los planetas se interpreta a base de la siguiente Escala:
Equivalentes de los planetas
Sol- Es de naturaleza caliente, expansiva y regenerativa. Influye en el corazón y
activa la circulación de la sangre. Inspira ideas de firmeza, estabilidad y voluntad para
perseverar. Propicia la iniciativa sobre ascensos, honras, mejoras y asuntos de dignidad y
gobierno.
Luna: Actúa en el sistema nutritivo, influye en el estómago, el sentido del gusto y los
líquidos del cuerpo. Inspira emociones de ternura, sentimentalismo, romanticismo y amor a las
cosas fáciles. Propicia las iniciativas relacionadas con la vida de la familia, cambios de
residencia, viajes e intercomunicación entre grupos.
Mercurio: Influye sobre las voliciones que determi nan los movimientos del sistema
nervioso y rige la bilis y el recto. Despierta el ingenio, la persuasión y la comprensión en los
asuntos comerciales. Propicia la iniciativa acerca de escritos, libros, contratos, publicidad,
comercio y correspondencia.
Venus: Influye sobre las voliciones eróticas, los senos, el sistema glandular y renal. Da
inspiraciones amo rosas, artísticas y de convivencia social. Propicia la iniciativa acerca de
diversiones, deleites, relaciones maritales y placeres de los sentidos.
Marte: Imparte calor, favorece el metabolismo del hierro y los procesos inflamatorios.
Inspira ideas arriesgadas, impulsos precipitados, cólera y antagonismos. Propicia la iniciativa
sobre asuntos marciales, especulaciones, lo dependiente del azar y el confrontamiento de
oponentes.
Júpiter: Favorece el desarrollo celular, la tensión vascular y las funciones del hígado.
Inspira ideas de moderación, justicia, generosidad y expansión. Propicia lo relacionado con
créditos, asuntos monetarios, cuestiones judiciales y religiosas y el propio bienestar.
Saturno: Es de naturaleza fría, reduce la circulación sanguínea y favorece la
acumulación de ácidos y substancias morbosas. Inspira reserva, tendencia a la soledad, a la
obstinación y a los trabajos laboriosos. Propicia la iniciativa acerca de lo que da permanencia,
firmeza, duración, solidez, consejo y respeto.
Urano: Rige el sistema nervioso, favorece la acción de las hormonas y activa la
renovación vital. Inspira ideas excéntricas, espíritu de contradicción y acierto inventivo.
Propicia la iniciativa acerca de la aeronáutica, la investigación científica, las cosas ocultas,
las reformas sin precedente y todo lo concerniente a la electricidad y libertad de movimiento.
Neptuno: Influye en la cohesión de los órganos y procesos vitales para diferen ciarlos y
disipar la energía funcional. Aviva la imaginación, favorece la receptividad psíquica y da
inspiraciones brillantes, unas veces verdaderas y otras engañosas. Propicia la iniciativa
acerca de las cosas del mar, productos químicos y medicinales, divulgación de la ciencia,
aplicación de los poderes psíquicos y estudio de los misterios de la naturaleza.
Asociadas a cada letra las propiedades asignadas a los nueve cuerpos planetarios
de la anterior Escala, la resonancia de su sonido, además de influir en determinado
proceso vital y favorecer un dado automatismo, hace propicio el ambiente para cierta
clase de actividades, pudiendo así decirse que un nombre es, en realidad, una fuerza
que, modelando la estructura física y la mentalidad del individuo, concluye por dar
realidad a cuanto la persona es o consigue en la vida. Como tal fuerza, si se desea
interpretar por medio de los signos astrales que la componen, puede hacerse en
forma parecida a como se ilustra en la fig. 75; si, por el contrario, se prefiere
concretarla en un número, se procede en la siguien te forma:
3 8
5
16
7
Fig. 76. — Grafía mística de un
nombre de pila.
El número 7 es el valor potencial de las letras que componen el nombre y de las disposiciones
a que esas letras están asociadas por sus vinculaciones con los planetas del sistema solar.
En el caso espe cífico de Manuel Pérez Duval nacido el 1º de enero de 1850, en una región en
que ascendía el planeta Neptuno, es, también, el valor potencial de la natividad, así:
1 enero 1850
1 1 14
16
En acústica se sabe que la nota que emite una cuerda vibrante es proporcional a la
longitud de la cuerda, a la raíz cuadrada de su densidad e inversamente proporcional a la raíz
cuadrada de su tensión. Se sabe, asimismo, que esa nota no está formada por una vibración
única, producida por el resonar de la cuerda en su total, sino por una serie de sonidos, cada uno
de los cuales es emitido por un sector, por ejemplo, según se ilustra en el gráfico 77, un sonido
generado por la oscilación de toda la cuerda otro por sus dos mitades, otro por sus terceras
partes, y así sucesivamente hasta una cantidad de sectores que no ha podido ser determinada
pero que se sabe pasa de 20, estando plenamente comprobado que la melodía de la nota no
depende de la variedad de vibraciones emitidas, sino de que éstas sean con sonantes, aceptándose
que lo son cuando el número de oscilaciones emitido por cada sector está en la relación de 1 a 2,
de 2 a 3, de 3 a 4, etc. El sonido de un nombre y su melodía están regidos por el mismo
principio.
En el ejemplo de Manuel Pérez Duval, la nota fundamental del nombre y del nacimiento
es 7, lo que hace innecesario considerar lo relacionado con la regla 3. Ocupando la 1ª Casa el
planeta Neptuno, asociado al número 7, tampoco es preciso tener en cuenta la regla 4, con la
particu laridad de que las dos letras que llenan dicha Casa, la M y la A, dan, asimismo, el
valor de 7, coincidencia que fortalece la vibración y le da mayor poder ejecutivo. En cuanto a
la regla 5ª, el Indice de fechas de este nativo comprende los años 1870, 1879 y 1924, presididos
respectivamente por las letras L-D-A, y culminación de los tres ciclos mayores. Si ahora
obtenemos el séptimo elemento, asociado a la vocal central del nombre, que en este caso es la
E de Pérez. tendremos un gráfico completo, que mostrándonos la armonía y sentido de las
disposiciones naturales que concede la herencia y el nacimiento a esta persona, señala la
evolución que esas disposiciones siguen a lo largo del tiempo, el automatismo que afloran en
distintas fechas y la hora de cada día en que la naturaleza del nativo se halla sintonizada con
la influencia del planeta y letras del nombre que gobiernan ese instante, triple principio de
conocimiento que, dando una idea adelantada de los estados físicos, mentales y espirituales a
que se tiende, avisa los cambios y situaciones a que esos estados es probable que conduzcan,
y aconsejando la línea de conducta que más conviene, señala la hora de cada día en que es más
fácil el logro de deter minados propósitos, ya se refieran éstos a la propia persona o a las cosas
del medio en que vive. Como quiera que el último factor es de suma importancia, vamos a dar
un método para determinarlo.
1º Divídase el tiempo que media entre la salida y puesta del sol en 12 períodos iguales.
A estos períodos les llamamos Horas diurnas.
2º Divídase en otros 12 períodos el tiempo que media entre la puesta del sol un día y su
salida al siguiente. A estos les llamamos Horas nocturnas.
4º A partir de la primera Hora diurna y del astro gobernante, se asignan los períodos
restantes a los demás planetas, según se indica en la adjunta tabla de Horas Diumas y
Horas Noc turnas, entendiéndose que los 24 signos que componen cada columna
vertical representan la progresión de los astros en el día de 24 horas.
De acuerdo con dicho ordenamiento, los períodos y los planctas se suceden en rotación
constante, de manera que al gobernante de cada día le corresponda el primer período, y aunque
variando los espacios de tiempo de cada Hora planetaria, éstas se suceden por el mismo orden en
iguales días de diferentes semanas. Como quiera que la duración de los períodos depende de
la hora que sale y se pone el sol cada día, y ésta es variable en las diferentes regiones y
épocas del año, para obtener dimensiones exactas es necesario tomar ese dato de un calendario
local, pero teniendo en cuenta que la hora que se toma por base sea la verdadera, esto es: que
no esté adaptada a lo que se llama horario de verano. La siguiente tabla indica el tiempo
aproximado de salidas y puestas del sol en los diferentes meses de cada año para las latitudes 30°,
40° y 50º, así como la duración de los períodos de las Horas planetarias, debiendo entenderse
que estos datos se refieren al hemisferio Norte, y si se habita en el del Sur es necesario
hacer la corrección que indicaremos después:
AM AM AM PM PM PM
Enero y Dic. 6: 8 7:25 8:05 :50 :46 :39 5:02 4:35 3:55 1:10 1:14 1:21
Febr. y Nov. 6:38 6:56 7:20 :54 :46 :39 5:22 5:04 4:40 l:06 1:09 1:13
Marzo y Oct. 6:19 6:27 6:39 :57 :56 :54 5:42 5:33 5:21 1:03 :04 l:06
Abril y Sept. 5:41 5:33 5:21 l:03 1:04 1:06 6:19 6:27 6:34 :57 :56 :54
Mayo y Agost.5:22 5:04 4:40 1:06 1:09 1:13 6:38 6:56 7:20 :54 :54 :47
Junio y Julio 5:02 4:35 3:55 1:10 1 : 14 1:21 6:58 7:25 8:05 :50 :46 :39
Las salidas y puestas del sol en la anterior tabla se refieren a los meses y latitudes que
se mencionan. La duración de los períodos diurnos y nocturnos está calculada a base del
espacio de tiempo que dura el día y la noche en estas épocas y regiones en el hemisferio
Norte. Para aplicar esos datos al hemisferio Sur es necesario tomar el mes opuesto al que se
menciona. Los meses opuestos son:
Quiere decir que en lugar de enero y diciembre, se debe tomar julio y junio, y en vez dc
febrero y noviembre, se toma agosto y mayo, y así sucesivamente. Con esta corrección, los
datos son efectivos para ambas latitudes y se posee una norma que permite calcular las Horas
planetarias, no al minuto, pero sí con la suficiente aproximación para obtener de ellas un
servicio práctico. Las horas de salida y puesta del sol se refieren al día 1º del mes que se
menciona. Con pequeñas diferencias, el sol adelanta su salida un minuto por día, en el
hemisferio Norte a partir del 21 diciem bre al 21 de junio, y en el Sur a partir del 21 de junio al
21 de diciembre, retrasándola desde junio a diciembre en el Norte, y de diciembre a junio en el
del Sur, datos únicamente aproximados, pero que conviene tener en cuenta al computar la
duración de las Horas planetarias durante los últimos 15 o 20 días de cada mes, no sólo en lo
que respecta a la salida, sino también a la puesta, pues de ambos factores depende que los
períodos sean más cortos o más largos y que el espacio de tiempo local que en unas épocas
corresponde, por ejemplo, a Saturno, en otras esté gobernado por Júpiter. Asignados los
períodos por ese orden, puede saberse lainfluencia que prevalece en cierto instante, y una
vez que se conoce el planeta asociado a la letra central del nombre, también se sabe el instante
en que la naturaleza del interesado está sintonizada con la fuerza cósmica que predomina ese
día y es más apto para acometer determinadas empre sas o se halla más propenso a confrontar
cierta clase de eventualidades. Si se desean incluir en una Escala Cabalística Individual los
factores que acabamos de considerar, la de Manuel Pérez Duval aparecería así:
Coordinados los factores de la anterior Escala en un todo homogéneo, el
estudiante posee tres principios de conocimiento: un principio que revela las
disposiciones con que cuenta el nativo y las ramas de actividad para que son propias;
otro principio que evidencia las que lo faltan por actualizar, los campos de acción en
que es deficiente y los elementos con que cuenta para compensar lo que le falta en
unos a base de lo que abunda en otros; el tercer principio, marcando el ritmo del tiempo
por medio de la progresión de las fechas y de las letras del nombre, además de señalar los
trayectos del camino en que es probable que se manifieste lo que abunda o lo que falta,
diferencia, por ejemplo, las primaveras que se dan en Piscis de las que se dan en Júpiter, y
advirtiendo con antelación la clase de influencia a confrontar, dispone el ánimo, tal vez
por medio de alguna de las facultades primarias descriptas en la Lección V, para confrontarlas
de manera que lo que ocurra sea para nuestro mayor bien. Hay un cuarto factor en esta Escala,
que es el del Cómputo Progresado y que permite determinar, merced a la posición actual
que ocupan los cuerpos celestes en un dado instante, la diferencia que hay entre el hoy y
el ayer y el momento en que coinciden en cierta Casa las vibraciones del nombre y las de
las fuerzas cósmicas que favorecen o se oponen a resultados específicos. Exigiendo una
técnica laboriosa ese factor, y considerando que en los elementos ya ofrecidos —si se estudian
con detenimiento— hay material para ordenar una Escala Cabalística Individual que
responda a las necesidades generales dc cualquier estudiante, prescin diremos de ese factor, y
en su lugar vamos a dar normas para servirse de los valores potenciales como guía
orientadora en las actividades de cada día.