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Pensamiento Musical

Maestro Fabio E. Martínez Navas

El Pensamiento Musical es un ensayo que forma parte de la monografía


presentada para optar el título de Especialista en Educación a Distancia de la
Facultad de Educación de la Universidad El Bosque; Modelo Pedagógico para el
aprendizaje de la Música bajo la modalidad a distancia. Academia Luis A. Calvo.
El autor agradece al Maestro Santiago M. Barrero Farfán y a María Isabel Mateus
Vargas, por los aportes realizados al presente documento.

El ensayo pretende mostrar:


Cómo los músicos utilizan el Pensamiento Musical para poder:
- escuchar y cantar
- leer y escribir música
- tocar un instrumento musical
- memorizar y analizar
- improvisar e interpretar
- armonizar, arreglar y componer
- comprender y transformar la música
- orquestar e instrumentar
- dirigir y enseñar

“Ninguno de los dones con los que nace el ser humano surge más temprano que
el talento musical”1.

Los términos razón y pensamiento, con frecuencia, se toman como sinónimos, por
ser una facultad de pensar. Pensar es formar y relacionar ideas y conceptos,
imaginar algo, sospechar, examinar con cuidado una cosa para formar dictamen.

Se define la inteligencia como “la capacidad de resolver problemas o de crear


productos que sean valiosos en uno o más ambientes culturales”. También define
la creatividad como “la capacidad de resolver problemas o de inventar productos
en un ámbito y cuyo trabajo es considerado innovador y aceptable por los
miembros reconocidos de un campo”2.

La música como arte, como ciencia y como lenguaje que es, posee estructura,
sistema y forma. Una obra musical es una estructura sonora, es un sólido que
contiene sus niveles estructurales del movimiento así: Sonido, Armonía, Melodía,
Ritmo y Proceso formal de crecimiento3.

1 GARDNER, Howard. Estructuras de la mente. La teoría de las inteligencias múltiples. Fondo de cultura económica, Colombia. 1998. La inteligencia
musical, PP. 10-16.
2 , PP. 10-16.
Ibidem
3 La Rue Jean Introducción al análisis musical. 1989.
No se habla un idioma diferente a la lengua materna porque no se aprendió a
pensar en otro. Para aprender los idiomas, últimamente se está utilizando la
conversación desde el comienzo por medio del desarrollo audiovisual, (casete,
audio y videos) o con multimedia a través de la computadora. De éste modo se
desarrolla “el pensar” directamente en el nuevo idioma que se está aprendiendo.
La música se debe aprender de la misma manera, de ahí que lo primero que hay
que educar sea el oído, escuchando música, realizando juegos de audición,
cantando, tarareando y, sobre todo, gozando la música.

Como anota4“las razones de la educación musical son de dos órdenes,


psicológico y social. El primero se refiere a la incidencia de los ejercicios
psicomotores sobre la evolución de la inteligencia y el segundo al
desarrollo de la capacidad de establecer relaciones interpersonales con
los semejantes”.“...es muy importante estimular el esfuerzo del niño (joven
o adulto) y su entusiasmo por descubrir nuevas cosas y nuevas formas...
La creatividad exige siempre un esfuerzo, pero cuando el maestro ha
logrado despertar...ese estímulo y entusiasmo por la creatividad dando
forma a un pensamiento musical o literario, todo esfuerzo se convierte en
placer, gozo y alegría sin importarle las dificultades”.

“La técnica debe servir para hacer madurar el alma, de lo contrario


trabajamos en forma equivocada y corremos el riesgo de matar la
música”. - “ La música nada perderá con tener un poco menos de técnica
y un poco más de espíritu”5.

“La filosofía y la semántica explican ahora cómo el lenguaje ayudó al


desarrollo de la inteligencia y del pensamiento, en la misma medida que el
pensamiento ayudó a desarrollar el lenguaje”6

El Dr. Howard Gardner (1993) en su Teoría de las Inteligencias Múltiples


enunciadas en su libro “Las Estructuras de la Mente” y en particular al referirse a
la Inteligencia Musical, hace alusión al desarrollo del Talento Musical impulsado
por el Dr. Shinishi Suzuki quien llama a su método de enseñanza de la música,
como “el método de la lengua materna; con la audición, se llega a la música con
amor.”

La inteligencia musical se desarrolla a la más tierna edad, como lo dice Edgar


Willems: Los estudios musicales deben empezar nueve meses antes del
nacimiento, es decir desde la concepción del ser humano debe comenzar la
educación musical.

4 ESCUDERO, María Pilar Metodología musical I. Madrid: Anaya. 1989.


5 WILLEMS, Edgar. El valor humano de la educación musical. Buenos Aires: Editorial Paidos, 1981.

6 CHAVES, Carlos. El pensamiento musical. México, Fondo de cultura económica, 1961.


“El oído se desarrolla a los siete meses de gestación, y el ser humano dentro del
vientre materno escucha el corazón y, el ritmo del sístole y diástole lo acompaña
hasta el momento que nace; en consecuencia, cuando el bebé se apoya en el
pecho de la mamá deja de llorar, porque escucha ese sonido que le es familiar”7

El niño en edad temprana es más sensible a la música y a la creación que al


lenguaje y, hasta los nueve años este debe desarrollar su habilidad musical en
forma lúdica. Luego se puede abordar lo formal. No siempre la música es una
habilidad innata sino que puede derivarse del estímulo y el ambiente cultural; una
evidencia genética es la manera como la música circula en las familias.

El niño escucha a su madre y reconoce su voz; posteriormente conoce la imagen


de su cara y le sonríe, porque le da confianza y amor. Unas semanas más tarde
aprende a coger, tocar y jugar con los objetos que lo rodean, tales como: los
sonajeros, los móviles, él biberón, el tetero,... luego empieza a balbucear
pequeñas sílabas y se escucha cierto canturreo hasta que algún día suelta su
primera palabrita que casi siempre es ¡mamá!.

El niño habla porque escucha, de lo contrario sería sordomudo, aunque su aparato


fonatorio se halle en perfectas condiciones físicas. Con el desarrollo del oído y de
la vista y por su puesto del habla, hacia los cuatro años de edad, el niño se halla
en condiciones de ingresar al jardín infantil donde aprenderá a contar, a leer y a
escribir su lengua materna y por qué no, una segunda lengua. El aprendizaje de la
música puede empezar desde el jardín infantil, e incluso antes, así mismo el
contacto con instrumentos musicales. La lecto-escritura musical debe venir
después; primero se habla el idioma y después se estudia la gramática.

Si a un niño lo que más le gusta hacer es jugar, él aprende jugando a tocar los
instrumentos musicales, a leer y escribir la música, a la vez que desarrolla su oído
y aprende desde el comienzo a tocar gozando.

“Primero la educación es una actividad espontánea, imitativa, práctica: se


dirige a las actividades presentes. El hijo acompaña al padre en la jornada
de labor cuando sale en busca de alimento para los suyos - la caza o la
pesca -. Mira lo que hace el padre, contempla, observa y repite la acción.
Es la primitiva e incipiente manifestación de una teoría. (Theoria en griego
quiere decir contemplar). Formo en mi mente una imagen de lo que veo y
lo realizo, lo verifico lo cumplo”8.

Haciendo un paralelo con la creación musical o con la audición se puede decir:

Se escucha, se forma en la mente una imagen sonora de lo que se escucha y lo


que se canta, luego se toca, es decir se verifica por comparación entre:

7 MORRIS, Desmond. El mono desnudo, un estudio del animal humano. Barcelona, Plaza y Janes S.A. Editores 1970 PP. 90-91.

8 MORRIS, Desmond. El comportamiento íntimo. Barcelona: Plaza y Janes, S.A. Editores España 1972
- lo que escucho
- lo que canto
- lo que toco
- lo que pienso (imagen sonora)

Cuando el niño, el joven o el adulto está aprendiendo a leer música debe


simultáneamente desarrollar la capacidad de cantar, tocar un instrumento musical,
leer y escribir. No tiene ningún sentido leer música si no se escribe, se canta, se
toca y analiza lo aprendido. Al escribir música se debe pensar primero en cómo
suena lo que se quiere escribir. De igual manera que en los idiomas, no se puede
escribir, si no se sabe leer. La lecto-escritura musical desarrolla la creatividad y
hace amigos de la composición desde el comienzo del estudio. Si se conocen
cinco sonidos es posible combinarlos de diferentes maneras y crear centenares de
melodías; de ahí que se llegue a improvisar y a componer muy pronto.

El oído musical se educa si se canta lo que se oye, y si se oye lo que se canta.


Por consiguiente se debe oír lo que se lee y leer lo que se escribe y compararlo
con lo que se oye y se canta; este es el secreto del dictado musical. Si se es
capaz de tocar lo que se oye, y se canta, se está en capacidad de tocar “de oído”.
Pero si se es capaz de leer una partitura musical, se tiene la posibilidad, de tocar
aun lo que no se ha oído. Lo grave está, en quedarse en uno de los dos extremos;
no es bueno para un músico, tocar solo “de oído”, o tocar sólo por nota; lo ideal
está en desarrollar la capacidad de leer y de escuchar. No se puede llegar a ser
un músico profesional si no se escucha música.

El músico de jazz se comunica principalmente a través de la audición, del


conocimiento del “idiolecto”, es decir, de las características regionales de cada
música. También debe formarse en las gramáticas potentes.

En la práctica popular, la música de Colombia se aprende de una manera


tradicional por medio del oído, pues aún hoy en día, son muy pocos los que
conocen el lenguaje musical escrito. Cuando se toma un dictado musical se debe
escribir lo que se escucha, luego hay que leer lo que se escribe, pero sin dejarse
llevar por el sonido de la música que se escucha, sino leer conscientemente lo que
se escribió y compararlo con lo que se escuchó; de esta manera se desarrolla el
pensamiento musical.

También se puede imaginar, o crear una imagen sonora en el cerebro y traducirla


mentalmente en sonidos. Al hacer la relación de alturas se determina “el nombre
de las notas” por medio del solfeo; de ahí que se esté en capacidad de tocar
directamente bien sea improvisando, componiendo, arreglando o escribiendo en
un pentagrama los signos musicales que más tarde un músico podrá leer e
interpretar. Como se puede observar, esta es una técnica, que hay que desarrollar
y requiere de mucha práctica para llegar a dominarla.
A manera de conclusión se debe tener en cuenta que el pensamiento musical
debe estar presente siempre en la vida y obra de todo músico, sea este intérprete,
compositor, arreglista, director, docente, o investigador.
Mozart pensaba la orquesta. Beethoven, (quien fue sordo, no de nacimiento, sino
por causa de una enfermedad), fue absolutamente consciente del sonido a escala
intelectual. El pensamiento musical de Beethoven fue de alto nivel de perfección,
ya que pudo crear sus más grandes obras estando completamente sordo de su
oído externo. Ejemplo: la “novena sinfonía” llamada Coral, y la “Misa Solemnis”,
entre otras.

Quien no es músico ve esto como una magia. Sí, es una magia que hay que
construir y llegar a dominar; pero es sencilla si se trabaja desde muy temprano y
con perseverancia por largo tiempo. Es posible imaginar la música del Himno
Nacional de Colombia sin necesidad de cantarlo porque se tiene en el cerebro, es
posible dibujarla o graficarla.

Para que todos lleguen a manejar el pensamiento musical, se debe hacer amar la
audición, trabajando juegos de audición y construyendo dictados por comparación,
completación, selección múltiple, igual - parecido - diferente, falso - verdadero,
apareamiento, entre otros.

Bogotá D.C. Agosto 11 del 2000

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