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Gaslón. recuerda que es para el carnel de conductor nomás!

CONTENDO
4
Portada: RAUL FORTlN
GRONOONA WHITE: Rob Scanner
9 LOSAUTORES
10 PABLO CAPANNA: Robert Sheckléy:
cuando el humor da que pensar
16 TRILLO-ALTUNA: Las puertitas del Sr. López
20 FABREGAT-SANZ: Un invasor menos
22 J. G. BALLARD: El espectáculo de
televisi6n más grande de la tierra
28 GULS: Los picapiedras
30 JOHN SLADEK: El secreto del viejo flan
36 PEIROU-GRONOONA WHITE: La fiesta.
40 CIURCA: Los inmortales
42 JAIME Y LEA PONlACHIK: Cinco Tiempos
44 DAMON KNIGHT: Babel 11
58 HARRY HARRISON: iNo yo. no Amos Cabot!
70 ARRIOLA-LlMA: Baby H.P.
73 EL VIO E. GANDOLFO: En la barberia
76 MARIO LEVRERO: Ese liquido verde
78 EL PENDULO
80 Contratapa
Dirección: Andres Cascioli
Dirección /iterads: Marcial Souto
Diseño: Sergio P6r.z Fern~ndez

Producción gráfica: Carlos Albeno ~rez Larrea


Redscción: Tomás Sanz . Aquiles Fabregat
ArmlJdo: FabiAn di Matteo
Laboratorio: Gustavo Peralta - Alejsndro Blanco
Corrección: Viviana Alvarez - Eduardo Mileo
TrAfico: Alejandro Aiello
Director Comercial: Ricardo Ponal
Director de Ventas: Rubén Alpellani
Gerente Administrativo: Raúl Vareta
Coordinación General: Nora Grinberg

JULIO 1979
Suplemento de HUM (R)
HUMOR REGISTRADO N- 4
Editado por Edictones de la Urraca S. A. Avda. de Mayo 1324, 1° Piso, O,. 21
Buenos J'!ires. Argentina. Registro t:lacional de la Propiedad Intelectual N"1425300
Prohibida su Reproducción total o parcial
Derechos Reservados. Distribuidores en Extenor e Interior: Cielosur Editora SACI.
Casilla de Correo 4504, en Capital Federal: Machi y Cia, SRl. Carlos Calvo
2426. Buenos Aires.
Dirección: Andrés Cascioli.
Roe SCANNER, Es uno de los
hijos predilectos del autor: un personaje
conmovedor, a pesar de su corazón de
computadora y su envoltura metálica. Como
bien lo aclara G rondona White, "una persona".
Pero esta persona actúa en un
medio remotamente futuro. El espécimen
humano ya no existe y de sus obras quedan
pocos rastros.

RODSCANNER
en uMonique L'Unique"
por Alfredo Grondona White
MECHAIN/--
~.EWELO
POBlD ooponno
MilI! IDaLII:
euDdo el hllllorda qll pluar.
El Instituto de Arte Como humorista copsecuente, Nueva York, soUa lener un
Contemporáneo de landres Sheckley se reserva el derecbo de montón de ideas sobre el futuro.
organizó en 1975 un ciclo de hablar seriamente, pero !IC resiste a Esencialmente, el futuro era un
conferencias sobre ciencia ficción, ser tomado en serio cuando no lo lugar sambdo, atestado, ruidoso,
i:ne~~li:~J'~r~~~~bEd:::dYg~a5 desea.
El nombre de Sheckley siempre
peligroso, inestable, ilógico,
estimulante, y sujeto a cambios
Bono y Alvin Tóffier junto con acude a la memoria cuando se repentinos, tal como Nueva York
escritores de la importancia de habla de humor en la ciencia Pero ahora vivo en Ibiza, donde II!
Unula K.le Guin, Thomas Disch
~c~ii~~~ ~:;~:'?rr~~~~~ri:!~~~ry lo
cosas vienen ocurriendo casi COD el
o Harry Harrison. mismo ritmo y estilo desde que
La imprevista ausencia de Philip ddine como "un escritor serio, que desembarcaron los primeros
K. Dick hizo que se invitara a incursiona en la comicidad". turistas romanos:'
ocupar la cátedra a Robeet Quilás pueda decirse que, como En su refugio de las Baleares,
Shecldey, reconocido como uno de muchos escritores satíricos Sheckley escribe y lee mucho, en
los genuinos humoristas de la genuinos. es ante todo un opeci<J1 filosafi;.!, c.:on lo cual
ciencia ficción. moralista que emplea los recursos ulimt.:nta un viejo hábito
~~I~~I:~r:eh~~I~d~6u~~Ci~~~~nque de lo maravilloso seudocientífico.
tooo d arsenal de la cJ. para
meditativo que se manifiesta aún
en su~ cuentos aparentemente mAa.
público, cuando tuvo que tscribir apólogos y moralidades intrascendentes.
reemplazar a otro escritor ausente, sobre: su mundo actual, Gue es Se explica así la evolución de su
con lo cual cTela "estar iniciando nuestro mundo: pero su sonrisa no temática q UC, dejando atrb la
una nueva y promisoria carrera es cínica. aunque tenga un regusto ingeniosidad cientificista. ha ido
como conferencista suplente", de umurgura, a veces. internándose: cada vez m's en el
Pidiendo disculpas por su Dumon Knighl lo calificó como el terreno de la especulación y la
tartamudez ("me asusta hablar pos.;:cdor de "un .loque único para fantasía, a menudo delirante y sin
ante audiencias de una persona o Inventar civililaclones absurdas, límites.
más; hasta tartamudeo cuando un estilo limpio y homogéneo, y
hablo conmigo mismo") y una vena sarírica que es aguda sin Aquello que solia imaginar
considerando que en un pais como ser amarga". Sheckley "cuando vivía en Ncw
Inglaterra, donde todos los York" es bastante conocido para
oxfordianos tartamudean, eso Roben Shecklcy .icne hoy nosotros, pues a esa época
puede llegar a ser un signo de cincuenta y un años. y escribe pertenece la mayor parte de los
inteligencia, Sheckley, que había desde los veinticuatro. aci6 en textos que han sido traducidos
sido invitado como humorista, dijo Nueva York y vivi6 en New Jersey (generalmente mal) al castellano.
cosas muy serias sobre el puesto hasta hacer su servicio militar en Sheckley ha escrito ocho novelas y
del hombre en el cosmos, el valor Corea, con las fuerzas de la UN otras tantas recopilaciones de
de la ciencia y el sentido del (1946-48). Comenzó a escribir en cuentos, aunque su fuerte está en el
Misterio, que deben haber 1951. no sin antes haber tenido los cuento corto, el cual por otra parte·
desconcertado a más de un oyente. variados empleos que acostumbran es uno de los bastiones de la ciencia
"EsLoy asombrado", dijo tener los escritores ficción tradicional.
Sheckley, "con lo que le ocurrió a norteamericanos. Escritor Muchos de los cuentos de esa
la cienCIa ficci6n en los últimos profesional y gran viajero, época ya eran conocidos por el
años. Se ha convertido en un concluyó por radicarse en Ibiza público argentino a tr.vés de la
campo altamente académico, y los (Islas Baleares), donde vive en una recordada revista Más Alld. que 101
escritores que la cultivan son casa de dos siglos de antigüedad, publitaba casi simultáneamente
tratados con un respeto que yo, sin televisión ni teléfono, con siete c':'" (jalaxy; los volvemos a
~~c~7:r(~;~:~Lb/e
uno de sus pares, no puedo meno' cuartos y tan sólo dos ventanas.
1:u::~~r.:;aP.~~~ft~~~~~r~
Por eso es que puede decir que hoy
le resulta dificil pensar en el futuro. hands. 1954), CiudadDno th/ ..ppcitJ
fantástica popular que escribian puesto que está viviendo en un (Ci/iz." in sp"et. 1955),
Shecl<ley y sus col.s hace unas rincón del pasado: Pengrinacion Q la Tierra
d6cada" es ahora dIsecada en las "Por cuanto se ~fiere al futuro, (Pi/grimage lO Earth. 1957),
aulas universitarias y el mundo Ibiza está fuera de tI. Si la Paraíso 11 (NotiollS: unlimited.
acad~mico se asoma a ella civilización occidental cayera, 1960). la obra más reciente de
buscando profundidades que reci6n- k> sabríamos tres dias Sheckley traducida a nuestro
quizás sus ingenuos autores jam's despllts, cuando llega la revista idioma es Dimensi6n de millJ,f'Os
sospecharon. Timr. .. Cuando yo vivÍa en (DimellSion 01 mirades. 1968), a la
cual, hasla la recha, han seguido es funcionario público y graduado
cuatro libros más. de la TecnológIca.
Fuera del campo de la c.f. (donde Sin duda, lo más logrado esl4 en
además se ~ conocen dos una joyita que lleva por titulo El
seudónimos: Fino O'Oonncvan y contador.. trata de una familia de
Phillips Barbee) Sheckley se las ha honrados hechiceros y vampiros,
ingemado para cultivar otros que aspiran a que su hijo siga una
géneros, como la novela de profeSión "tradicional", mientras
espionaje. En las colecciones hasta el joven díscolo se empeña en ser
ahora traducidas al castellano, contador público. En el ,olpo de
(ambién se pueden encontrar efecto final, cuando mediante la
algunos cuentos de terror no exhibición de planillas de réditos y
exentos de originalidad, como Libros Mayores logra conjurar a
Miedo en /0 noche, Cómo criar un un poderoso demonio, la familia
grifo o El aliar. entera se convence de que "siendo
Sin duda, el mundo futuro que contador podrá tener un poder
imaginaba Sheckley en la década ma'éfico sobre los hombres mayor
del '50, concebido como una farsa que el que dan todas las artes
en torno a los temas del habla de aborlO legalizado y ocultas...,.
consumismo o la superpoblaci6n, pornografia libre: en esta materia, ¿Y qué pensar de la ciencia?
al cabo de veinticinco años parece las sociedades "avanzadas" ya han En un párrafo de su clásico libro de
haber sido alcanzado por la ido bastante más lejos... critica de ciencia ficción, In search
realidad, más acelerada de lo que En su conferencia de Londres, 01 wonder. Dama" Knight
los "rantasistas" -como quiere Sheckley sostiene que' "ya no reprochaba a Sheckley (tanto
definirse Sheckley- pueden tenemos misterio. Nueslfo magro como a Bmdbury y Matheson) ser
Imaginar. Si hace veinticinco años sustituto es la religión del Hombre poco cuidadoso respecto de la
resultaba divertido leer El costo de aquí sobre la Tierra. Entendemos ciencia e incurrir en situaciones
la vida. donde un consumidor muy bien nuestros deberes éticos, poco convincentes desde el punto
empeña el sueldo de toda su vida y creemos en ellos y tratamos de de vista de la lógica y la fíSica; el
aun el de su hijo para comprar el seguirlos. Pero siempre nos queda libro de Knighl es de 1956. y por
último artefacto del hogar, la Wla tristeza secreta, saber que ese entonces muchos habríamos
computadora familiar, esos son hemos nacido para la búsqueda. que estado de acuerdo con él. Después,
hoy los valores de cualquier nuestra esencia es incognoscible. el género siguiÓ creciendo, se
sociedad de consumo avanzada, que somos planta y lantQsmo. fueron borrando sus limites
imperturbable pese a las crisis criaturas de dinu!nsiones escolásticos y lentamente comenzÓ
energéticas, de modo que el cuento desconocidas". a sumergirse en lo que se llama
suena hoy como una pálida ironia, Frente al misterio de la existencia "literatura" a secas. Hoy, este tipo
casi un tema de actualidad. que nos rodea y que nos de reproches estarían fuera de
Gracias a Dios, no hemos llegado empeñamos en no ver, suelen darse lugar, y mucho más tratándose de
aún a las situaciones de La trampa dos actitudes opuestas: la magia, un humorista.
humana. una Nueva York en que consiste en encerrar el misterio Por su 'parte, Sheckley tiene su
decadencia y en poder de los en ciertos objetos, negando todo lo propia opinión de la ciencia: "Yo
delincuentes, donde se dispara a demás y haciéndose la ilusión de definiría al científico como un
mansalva por una simple sospecha; poseerlo, y la ciencia. que se animal productor de
lUí se organiza anualmente una abstiene de'considerarlo, alegando descubrimientos, que se desprende
:;:arrera de obstáculos a través de que no es operativo ni práctico. de sus productos con la misma
los barrrios cuyo premio mayor es Sheckley no hace ninguna naturalidad y despreocupación con
un acre de tterra polvorienta y concesión 8 la magia, lo cual que la gallina produce huevos. Al
escarpada en un sitio remoto, quizás no le asegure demasiada igual que la gallina, el científico es
envidiada por cuantos aspiran il popularidad en el mundo de indiferente al uso que se le da a sus
tener una casa propia. adivinación y QCultismo en que productos. Por lo general, los
científicos no estlin a favor de las
~e~~¿ad~sl~lt~o~~~ ~1:S:~t:
vivimos. Por el contrario, toma los
temas tradicionales de la brujería y bombas atómicas, y es de presumir
Civiliza/ion (1960): Sheckley la magia para neutralizar su que a las gallinas les disgusten las
imagina una sociedad de solemnidad mezclándolos con las lortillas; pero ambos son realistas y
criminales, que rinde culto al Mal, realidades más pedestres: en LDI se manejan con las condiciones que
y para pintarla con colores fuertes deseos del ny. hay un demonio que encuentran."
lJel mismo mooo que ridiculiza a sumíslOll &emanoa que es en Patociora que para Sheckley la
la magia, Shocldey lO ompeila on realidad un matriarcado (Uft ptUtlft violencia y 01 malfu~ran parto do la
mOltrar el fracaso de la a Tr,,,,ai). Kingaley Amls ha condici6n humana. y toda
teenoloaia. tanto ,-=uando ésta • querido ver aquf una utop(a, tentativa de controlarlas mediante
inlenta resolver problemas aunque no creo que el autor alguna receta téatica terminar. en
humanos como cuando produce comparta su criterio, pues su el fracaso. Este pesimismo ya .
consecuencias no deseadas. protagonista la abandona motivó las objeciones de Knight al
Casi siempre se trata de máquinas precipitadamente. final de Peregrinación a la Tierra.
hechas para relovar al hombre do En el cuento Civdadano del esp«io, cuyo protagonista se desahola en
sus responsabilidad.. y quo 01 héroe logra al fin liberarse del un barracón de feria donde
terminan.metiéndolo en opresivo control del Estado practica puntería sobre mujera de
dificultados mayores. Un bolO' yéndose a un planeta virgen y carne y hueso.
salvavidas autómata que somete a convenciendo a los espías e El tema esta en El pájaro vigÍD. UD
sus tripulantes a sus propias inspectores que se queden con él. robot concebido para evitar el
rantaslas programadas, y para fn Problemas con 10$ natillOS: no crimen, que termina por impedir la
prologorlos los pone en peligro (El 'tIene más remedio que hacerse vida orgánica, pues ésta se basa en
motÚl del bote salva,idas); una
escafandra perfecta, que termina roas~~6iz~dt~~:rí:~:~a~~~~~. cadenas alimenticias, una forma de
violencia. R~parece más
sirviendo tan s610 para alimentar En La mañana siguiente, hay todo desarrollado en la novela
una fogata (Tierra, ain. agua y un plan secreto para sacudir la Dimensión de milagros, donde se
júego); un escudo de pereza de una sociedad estancada y dice que cada especie tiene su
invulnerabilidad que se convierte reclutar pioneros potenciales, Devorador, símbolo de la muerte.
en trampa mortal (Primer modelo); poniéndolos a prueba en
una "máquina de satisfacer situaciones de peligro. La pacUica Pero es en La s;pti~ víclima.
deseos" que desarrolla criterios colonia de pionero'i de quizás la obra más conocida de
estéticos propios; un aparato Autorización para delinquir se Sheckley, donde más claramente
utilísimo, pero imposible de parar siente obligada a reimplantar el subrayada aparece esta
una vez puesto en marcha (La llave crimen en cuanto vuelve a entrar inevitabilidad de la violencia:
laxiana). en contacto con la Tierra, pero consiste en la parad6jica
Aquí no se trata tan s610 del nadie se siente dispuesto a ser institucionalización del crimen,
clásico "complejo de criminal. concebida para acabar con Jas
Frankcnslcin" que -solía enturbiar guerras, que conduce a una
Sheckley también ha imaginado la sociedad de víctimas y
las relaciones entre las máquinas y situación inversa: una r:.tza de
los escritores; es algo más perseguidores, ya insinuada en la
extraterrestres dotados de cuerpos novela Tite Slalus Civi/izalfon.
profundo, como una proteicos, que pueden adoptar
reivindicaci6n de la libertad y la cualquier forma posible pero están Este cuento dio lugar a una versi6n
decisión humanas frente al obligados a mantenerse dentro de cinematográfica dirigida por Elio
paternalismo técnico, que pretende pautas estrictas, y al llegar a la Petri, bastante más pop que el
evitar el mal quitándole al hombre Tierra descubren la libertad de ser sobrio original ya desde el título,
la posiblidad de elección. pájaro o nube (Forma). que elevaba a diez el número de
A veces, la actitud es más Algunas de las parábolas de víctimas (La decima vitlima, 1965).
pesimista. ¿Cómo habrán de leer Sheckley giran en torno del Sheckley, luego de vender los
los ecologistas un cuento como La envilecimiento del amor por la
montaña sin nomb~. escrito hace derechos para la película, se
veintitrés anos, que sostiene lisa y técnica. En dos oportunidades, desinteresó por ella, hasta que un
imagina empresas comerciales que día entró a un cine donde la
llanamente que la Naturaleza se ha ofrecen ya no sexo, que siempre fue exhibían y la descubrió. Recién
cansado del hombre, ese molesto objeto de compraventa, sino amor enlonces escribió la novela del
insecto presuntuoso que pretende y romance. En Peregrinación a la mismo título (The Tenth Victim.
vejarla y someterla cubriendola de Tierra, de nuevo tenemos un 1966) sobre la base del guión.
autopistas, moteles y pionero venido de la frontera
estacionamientos, y se lo sacude dt' primitiva que llega a la Tierra e
encima mediante unos pocos IOgenuamente cae presa de una Pese a todo, este pesimismo de la
ismos...1 companía que vende amor violencia no tiene equivalente en
Entre los escritores genuino, inducido toda una serie de cuentos de
norteamericanos, esta electrónicamente. En La armadura Sheckley que tienen por tema los
preocupación por la libertad se de paño gris, la empresa Amor y oontaclos con extraterrestres.
enlaza con el mito de la Frontera y Cia. vende auténticos romances No hay ninguna "superioridad del
sus valores de individualismo, vida pasionales telegulados, con un Hombre" sobre las especies
simple y entereza. Los héroes de apuntador a transistores que extranas, que a menudo se
Sheckley huyen al espacio como sugiere encuentros "casuales" y presentan como primitivos
sus antepasados iban hacia el apasionados diálogos. La mdígenas dedicados a la caza o la
Oeste, en busca de un lugar donde moraleja puede encontrarse en El agricultura.
sea posible vivir libremente, sin idioma del amor donde un filósofo, Como suele ocurrir en loda la c.f.
que el Estado se inmiscuya en sus
preocupado por el desgaste y el de tradición humanista. hay
asuntos. adocenamiento del lenguaje reconocimiento de las 'distancias y
E! más célobre de estos Eldorado. sentimental, viaja hasta un remoto las diferencias, y explicación
es el planeta Tranai. con su planeta para estudiar un complejo plausible de las conductas
absurda sociedad anarquista. que len-guaje amoroso; cuando regresa, aparentemente "salvajes" e
nad,e quiere gobernar. donde las s610 atina a emplear las frases más irracionales. Aquí, por suerte, no
maqulnas sirven para canalizar la banales, que según ha descubierto juegan los valores de la Frontera, '1
agresividad y existe una aparente son las más precisas. Custer cede el paso a Malinowskl.
En Todas las CDStU fllt! sois. el demuestra lener a1~ golal de movrmlelflO H delfflle.JlfG tIItdtJndD.
lector se convence de que lo. sangre cherokee, lo cuallc permite se~rala del último hombre sobre la
terráqueos pueden ser ser aceptado Dar el otro. Tierra, quien adquiere el poder de
definid amente desagradables, modelar la materia según IUS
sucios y torpes y llegar a ser Indudablemente, podemos dcIeos y, coDvertido uf ca
tolerados sólo a duras penas. En coincidir con Knight cuando dice demiurao, lIC crea una compailicn.
Los motUl""'l Y en RilJJQ/. las que Shecklcy no es un escritor
':cientlfico" sino un fabulador; el Poro es en la noyela Di_14ft d.
conductas más aberrantes de los Milagl'O.f. escrita diez ados más
nativos frente a lOs exploradores por eso mismo que no vacila en
usar temas y situaciones larde que El /wmb,. aftcuuJo.
tienen una explicación aceptable, o donde esla idea se deaplicga en una
aj)cnas resultan análogas a la uadicionalcs en los cuentos
[olkló,icos. Basla reparar en que barroca sucesión de humoradas.
estupidez humana. Los monstruos La novela es de 1968, Y en cierta
dd espaáo de Caza dificil se Algo por nada no es más que una
versión del viejo cuento de los Tres medida se anticipa a los hennanos
revelan al cabo como nada más Strugalski y a lo más reciente de
que una pandilla de boy $Couts Deseos. mientras quc Viaje de
plauT (Mi/k nm) reedila el Lem. Ya no hay ninauRa
cxtralcrrestes... pretensión de ser cM:ntificamcnte
problema básico del campesino
Los cuentos No toca' y A/i~ntos y que debe cruzar en un mismo bote plausible. los constructores de la
~nenos fueron un género aparte, al lobo, la cabra y las coles. Tiernl y de las galaxias fabrican
que Amis califica de "enigma átomos y arrancan las estrellas
cómico"; ambos muestran la Hay, en fin, una innegable defectuosas del cielo subiéndose a
dificultad de comprender una dimensión filosófica en Shcckley, una escalera, como solía hacerlo
situación aparentemente obvia que asoma tras el humor y a veces Ma ry Poppins, y se disculpan de
pero totalmente incomprensible se manifiec;ta abiertamente. las imperfecciones de nuestro
cuando están involucradas formas .5heckler posee una cierta mundo atribuyéndolas a su bajo
de vida y pensamiento enteramente inclinaCión hacia el solipsismo, que presupuesto.
diferentes. lo vincula con ese gran idealista de Siendo Shockley sobre todo un
En ¿ Podemos charlar un ralo! la la ciencia ficci6n que es Philip K. cuentista, la novela se disgrega un
tentativa de los terrestres de Dick. El solipsismo parte de la poco en capítulos estancos, cada
apoderarse por medios sospecha de que el ,mundo eXlerior uno de los cuales, sin embar~o, es
fraudulentos de un planeta no es más que una i1usi6n, y s610 una joyita de humor: la SOCiedad
"atrasado" fracasa ante la exisle la menle pensante; es una de dinosaurios que se queja del
imposibilidad de entender un
lenguaje que va cambiando
~ebi~~~c~~ue~~;,n::~~~es~~~~~:1 hacin:.tmienlo y los problemas de
tránsito, la ciudad sobreprotectora
constantemente de gramática y poetas, desde los chinos hasta que pretende cuidar al máximo el
vocabulario. Tennyson y Borges. bienestar de sus habitantes y
Otro tema antropológico, el En el cuento de Sheckley La voz. la provoca su éxodo, un mundo
prejuicio racial, recibe un realidad se va desvaneciendo donde sólo se habla con sloaans de
tralamiento sorprendente en el progresivamen te hasta que el propaganda y otro donde reviven
cuento Resistencia. Todo gira en personaje se queda sólo en la Nada los astros de Hollywood.
torno a las actitudes de cierto y descubre que la voz que le Las cuestiones metalisicas más
Jimmy Forbes, procedente de las susurraba pensamientos escépticos :.t bstraclas, como el origt:n del
montañas de Georgia, una tierra era la suya propia. En Mundo mundo o el sentido del orden
sueno. esta sospecha se acentúa y
~~~g~~~~~<c~'sm~on;~'::~~~:y hace que el protagonisla
cósmico aparecen a~uí en un
cualquier similitud con otros desemboque en la locura; concluye ~iaj~e~\oc:~~;~sd~· 1; ó~Y~~rao~~::
productores de manies de Georgia saliendo del manicomio, "curado" recibir un premio de 10lería y se
es pura ciencia ficción, pues el pero no convencido. encuentra condcn:.tdo a un destino
cuento tiene ya más de vc:inte años. Otra constante en los cuentos de errático. sin poder volver a su
El relato acumula ironfa tras Shcckley es cierla visi6n de la mundo. Las fronleras precarias
ironía, pues los sureños de Georgia realidad subyacente, la idea de un entre ciencia ficción y fantasía
son una rareza antropológica en el Caos primordial frente al cual la han sido definilivamente rebasadas
futuro, que ha sido estudiada a vida y la inteligencia 5610 y ya no se pide al lector credulidad
fondo por antropólogos de Fiji y consiguen mantenerse alguna, sino simplemente un
Samoa, retribuyendo favores a las precariamente, que aparece en humor iOlcligente.
ciencias sociales norteamericanas. Inmunidad diplomática y en El Me reservo para el final un tCAlo
El prejuicio racial es demolido aquí hombre afectado. quc. habría que recomendar a las
usando las poderosas armas del Recortándose sobre este Caos, el cátedras de filosofia, y donde el
humor, pues los sureños (que mundo aparece como una obra de humorista Shcckley se pone muy
fl~~anle~.~;ah::Je:~r:r;:~¿Uis ingenierícr defectuosa, creada por
ciertos demiurgos o semidioscs
serio, casi solemne. Es el cuento
P"P"tDS ingenuas. donde una
sentimientos de culpa luego que imperfectos. Un cuento escrito a Esfinge cósmica está preparada
mediados de la década del ·SO. El
~r:~~t~;~~;:SP:fuu~~:e~les
una bomba atómica acabó con
todos los ne,ros de su estado, y hombr~ afectado. se basa en la
aman instintlvalJ1ente a cualquier supuesta correspondencia del pero nadM: recibe respuesta porque
raza o cspecM: distinta de ellos. Así, contratista que ha construido la "para poder formular la pregunta
~a~~~alía~d:'~ie:~~=:"yrf::"'ctd
les encanta convivir con negros, hay' que saber la mayor pane de la
chinos y marcianos, pero no respuesta". Esto, sin duda, es algo
soportan a sus propios paisanos. El vicisitudes de un hombre que d. que pensar.
conmcto se resuelve cuando uno de implicado en una de éstas pasan a
los georgianos en 'Cuestión segundo plano. También en El Pablo Capan na
El fragmento que sigue perte- para mí -dijo Car-
nece a Dimensión de mila- mody, tembloroso.
gros, una novela de Sheckley -Bien, de qué vale
que Sudamericana publicará llorar ahora sobre sangre
próximamente en su colección no derramada -dijo el
N ebulae. En esa novela Tho- empleado de premios-.
mas Carmody, un oscuro ofi-
cinista, es visitado en su casa Si tomáramos en consi-
por un mensajero que lo lleva deración todas las posi-
al centro de la galaxia poro bilidades, muy pronto
entregarle un premio que ha nos quedaríamos sin po-
ganado en una especie de lote- sibilidades por conside-
ría cósmica. En el Centro Ga- rar... ¿Qué dije? Ah, no
láctico reciben a Carmody de
esta manera: importa. La sintaxis es
correcta aunque las pala-
- y así, una vez más bras sean equivocadas.
-dijo el oscuro indivi- Por aquí debo tener su
duo-, el criminal ha es- -Un Premio, maldito premio.
capado hacia su propia sea, un Premio. ¡Me dije- Apretó un botón dél
condena. i Míreme usted, ron que había ganado un conmutador. De inme-
Carmody' Soy su verdu- ~remio! Puede pregun- diato, un enorme escrito-
go. Ahora deberá pagar tarle al Mensajero, él me rio desordenado se hizo
tanto por sus crímenes trajo hasta aquí para re- visible en la habitación;
contra la humanidad' co- cibir el premio. estaba suspendido a
mo contra usted mismo. El verdugo lo observó unos cuarenta centíme-
Pero déjeme aclararle y desvió la mirada tími- tros del suelo, pero luego
que esta ejecución es damente. Oprimió un cayó con un ruido ensor-
provisoria y no lleva im- botón en un conmutador decedor. El empleado
plícita el valor de un jui- que esta ba cerca. De in- abría los cajones, de los
cio. mediato, las cintas de que empezó a arrojar pa-
El verdugo dejó desli- acero que apretaban a peles, bocadillos, cintas
zar una navaja fuera de Carmody se convirtieron de carbón, tarjetas de ar-
su manga. Carmody tra- en gallardetes de papel; chivo y restos de lápices.
gó saliva, apenas podía la vestimenta negra del -Bueno, tiene que es-
articular palabra. verdugo se transformó tar aquí, por alguna par-
-¡Espere un momen- en blanca. La navaja se te -dijo en un tono de
to! -gritó-o No he ve- transmutó en estilográfi- inci pien te desesperación.
nido aquí para ser ejecu- ca. Una verruga apare- Oprimió otro botón del
tado. ció en el lugar de la cica- conmutador y el escrito-
-Lo sé, lo sé -dijo el triz. rio desapareció junto
verdugo tratando de -Está bien -dijo sin con el conmutador.
aplacarlo, mientras mi- dar muestras de arrepen- -¡Maldito sea! Estoy
raba el filo de la navaja timiento-. Les advertí hecho un manojo de ner-
contra la vena yugular que no combinaran el vios -dijo el empleado.
de Carmody-. ¿Qué Departamento de Crí- Levantó una mano en
otra cosa podría usted menes Menores con la el aire y estrujó algo. Al
decir? Oficina de la Lotería; pe- parecer, se trataba de un
-¡Pero es cierto! ro no, no me escucha- botón que no correspon-
-chilló Carmody-. He ron. Bien merecido ten- día porque inmedIata-
venido aquí a retirar un drían que lo hubiera ma- mente el empleado desa-
Premio. tado. Bonito lío habría si- pareció con un grito ago-
-¿Qué cosa? -pre- do, ¿eh? nizante. Carmody quedó
guntó el verdugo. -Habría sido un lío solo en el cuarto ...
oquILe8 FOBregoT
UIIII1SOB1I110S
lIustr6: SANZ

Lo descubrí de pura casualidad. más al ummita, haciendo girar mi taburete.


Tal vez me senté a su lado porque era el -¿Usted es de acá? -le pregunté.
unico parroquiano. Tal vez fue porque había -No. Vine hace unos meses, a trabajar.
dos taburetes solitarios, frente al mostrador -Ah.
del barcito. O tal vez alguno de mis sentidos A trabajar. Como si yo no supiera a qué le
ocultos me avisó que ése era el hombre. llamaba trabajar. Apoderarse de las volun-
Nos miramos. Me pareció que estaba tades terrestres, eliminar a todo aquel que se
atontado por el alcohol. Supuse que él iba a metiera a investigar. Preparar el planeta pa·
hablar primero. Y acerté. ra la invasión total. Ese era el trabajito. El
-No se ve un alma, en esa podrida cat!e barman dejó el café y desapareció tras las es-
-gruñó. tanterías llenas de botellas. Decidí dar por
-También con esta noche... -aprobé, terminada la tarea del invasor en este mun·
apelan.do a toda mi originalidad. do. Cambié mi paraguas para el costado de-
Su brazo se estiró para depositar el vaso. recho y apreté disimuladamente el botón pa·
Divisé claramente el signo maldito, grabado ra la activación del veneno. Apoyé la punta
en el gemelo de oro: la hache con tres patitas entre sus costillas y disparé, sin darle tiempo
curvas. El isotipo de Ummo. a la menor reacción. .
Entonces, todo era cierto. Los ummitas El ummita me miró, con todas las sorpre-
habían llegado. Los visitantes de Wolf·424 sas del universo agolpadas en sus ojos de
estaban entre nosotros, bajo apariencia hu- pescado. Se desplomó antes de comprender.
mana. Uno se escondía en nuestro mismo -Me parece que ~ un infarto -le dije al
pueblo. Tenían razón los diarios y las revis- barman que se acercaba, alertado por el golpe
tas, con sus denuncias sobre hechos incom- del cuerpo al caer-o Voy a buscar un médi-
prensibles en toda la zona. co.
Junto a mí, tomaba un whisky el invasor Salí del café, con una gratifican te sensa-
que había acabado con las investigaciones ción de deber cumplido que me hinchaba los
de Erika. Y también con su vida joven. El pulmones.
era quién había cambiado los frascos de lu- Un invasor menos. Una amiga vengada.
gar provocando el accidente. Mi amiga sabía Los de Wolf-424 no se la van a llevar de
mucho sobre Ummo. y yo también. Ahora. arriba. Pretender la Tierra para ellos, es algo
sabía más que nunca. tan absurdo como intolerable. No lo permi·
La ocasión de vengar a Erika; se presenta- tiremos. El tercer planeta es nuestro. Nos
ba magnífica. Un boliche vacío, un barman pertenece. A mí y a todos los einisarios de
bastante adormilado, poca luz. Grokkk'XVIII. No vamos a dejar que se nos
Le hice una seña al hombre de detrás del escape el fruto de tres millones de años de
mostrador, pidiendo un café. Me acerqué trabajo.
JGBOLLOrD
IL IIrlCT1CULO DI TILI'IIIOI
1I11111lDI DI LlTIIIII Ilustró: ANDRIUS

El descubrimiento en el el mayor obstáculo para


año 2001 de un eficaz sistema realizar viajes en el tiempo
para viajar en el tiempo tuvo no eran las leyes del universo
una serie de importantes ¡¡sico sino las abultadas
repercusiones, pero en nada sumas de dinero necesarias
tan notorias como en el para construir y dotar de
campo de la televisión. El energía a las instalaciones.
último cuarto del siglo veinte. Esos safaris al pasado
ha bía sido testigo del costaban aproximadamente
espectacular crecimiento de un millón de dólares el
la televisión a través de todos minuto. Luego de unos
los continentes del globo, y pocos y breves viajes para
cada una de las enormes verilicar la Crucifixión, la
cadenas -la Americana, la lirma de la Carta Magna yel
Europea y la Afroasiática- descubrimiento de las
sostenía que sus programas Américas por Colón, el
contaban con un billón de Einstein' Memorial Time
espectadores. Pero a pesar de Cenler, en Princelon, se vio
sus inmensos recursos obligado a suspender las
financieros, las compañías de operaciones.
televisión enfrentaban una Evidentemenle sólo existía
crónica escasez de noticias y olrq grupo en condiciones de
de entretenimientos. linanciar más exploraciones
Vietnam, la primera Guerra al pasado: las corporaciones
de la TV, había llevado a los mundiales de lelevisión. Sus·
lelevidentes toda la vehementes alirmaciones dc
excitación de las que no habría excesos de
transmisiones en vivo desde sensaciona lismo
el campo de batalla, pero las convencieron a los jefes de
guerras en general, o gobierno de que los
cualquier actividad digna de beneficios educativos de esas
ser noticia habían ido excursiones en el tiempo
desapareciendo a medida que pesaban más que cualquier
la población del mundo se lalla de buen gusto.
dedicaba casi exclusivamente Las compañías de
a mirar TV. televisión, por su parte,
El descubrimiento de los vieron en el pasado una
viajes a través del tiempo fuente inagotable y gratuita
hizo entonces su afortunada de noticias y de
aparición. entretenimientos. Se
Liquidada la primera pusieron de inmediato a
tormenta de pleitos por trabajar, invirtiendo billones
derechos de invención (un de dólares, rupias, rublos.y
emprendedor japonés casi yens en la duplicación del
consiguió registrar la enorme cronotrón del Centro
historia; entonces el tiempo Temporal de Princeton.
fue declarado territorio Contingentes de fisicos y
"abierto") r-esultó claro que matemáticos fueron alistados
......... para aSlsur a los
productores. Equipos de
camarográfos fueron
enviados a los sitios
estratégicos -Londres,
Washington y Pekín- y
poco después llegaron a un
mundo expectante los
primeros programas pilotos.
Esas borrosas escena., que
hacían pensar en
descoloridos noticiarios, de
la coronación de la Reina
Isabel 11, del juramento de
Franklin Oelano Roosevelt y
del funeral de Mao Tse.tung
demostraron, triunfalmente,
la factibilidad de Tiempo
Visi ón. Luego de este
solemne acto de presentación
-un gesto dirigido a los
comités de fiscalización
gubernamental- las
compañías de televisión
comenzaron a prep~rar en
serio sus programas. Entre
los espectáculos que en el
invierno del año 2002 se
ofrecieron a los televidentes
estaban el asesinato del
presidente Kennedy ("en
vivo" I como lo anunció la
compañía norteamericana,
con notable falta de tacto),
los desembarcos del Día O y
la Ba talla de Stalingrado. A
los espectadores asiáticos se
les ofreció Pearl Harbour y la
caída de Corregidor.
Este énfasis en la muerte y
la destrucción fue un aviso de
lo que vendría después. El
éxito de los programas
superó los sueños más
descabellados de los
productores. Esas fugaces
Imágenes de humeantes
campos de batalla, con los
calcinados tanques y
barcazas, habían abierto un
enorme apetito. Fueron
preparados más equipos de
camarógrafos, y desplegados
ejércitos de historiadores
militares para establecer el
momento exacto en que fue
socorrida la ciudad de
Bastogne y las banderas de
victoria enarboladas sobre el
Monte Suribachi y el
Re.chstag.
En el plazo de un año doce Tiempo Visión fue salvado camufladas entre la exhausta
programas semanales por las charreteras y las tropa. La perspectiva de los
llevaban a tres billones de corazas. ralings más bajos de la
televidentes los momentos En seguida come!Jzaron a hIstoria de Tiempo Visión
más importantes de la viajar equipos de parecía cada vez más
Segunda Guerra Mundial y camarógrafos al siglo inminente.
de las décadas siguientes, diecinueve. La Primera y la En ese punto de la crisis un
transmitidos exactamente Segunda guerras habían anónimo ayudante de
como habían ocurrido. desaparecido de la pantalla. producción apareció con una
Noche tras noche, en algún En unos pocos meses los notable idea. Antes que
lugar del mundo, John F. espectadores vieron la permanecer impotentes
Kennedy era asesinado en la coronación de la Reina detr JS de las cámaras, las
Plaza Daley, bombas Victoria, el asesinato de compañías de Tiempo Visión
atómicas explotaban sobre < Lincoln yeilsitiddeiOl<Alamo. deberían participar, sU\lirió,
Hiroshima y Nagasaki, Como culminación de esa aportando toda su habIlidad
Adolf Hitler se suicidaba en temporada de historia y recursos para realzar el
las ruinas de su bunker de instantánea, las grandes drama de la batalla. Podrían
Berlín. corporaciones de Tiempo volcar más extras -es decir,
Luego de este éxito las Visión de Europa y mercenarios reclutados en las
com pañías de televisión NOrleamérica colaboraron comunidades agrícolas del
fueron un poco más atrás, a en el proyecto más lugar- en la refriega, y
la Guerra de 1914-1918, con espectacular hasta ese distribuir pólvora y
la intención de cosechar momento: la transmisión en munición para las armas
todavía mejores ralings de vivo de la derrota de descargadas, y reorganizar
audiencia con los campos de apoleón Bonaparte en la toda la coreografía de la
batalla de Passchendaele y de Batalla de Waterloo. batalla según las indicaciones
Verdún. Pero, para sorpresa Mien tras hacía n sus de los asesores militares del
de los productores, las preparativos, las dos departamento editorial. "La
imágenes de ese universo compañías descubrieron algo Historia", concluía, "es sólo
cubierto de barro y de que habría de influir el primer borrador de un
cápsulas fueron un triste notablemente en la historia libreto para televisión."
fracaso comparadas con las de Tiempo Visión. Durante La sugerencia de rehacer la
grandes batallas tecnológicas las visitas a la batalla historia para aumentar el
de la Segunda Guerra (aislados de los disparos y la atractivo de los programas
Mundial que en ese mismo furia por las invisibles fue aceptada. Pertrechados
momento transmitían los paredes de sus cápsulas con un pródigo caudal de
canales de la competencia temporales) los productores monedas de oro, los agentes
desde las cubiertas de notaron que había en de las compañías de
protaaviones en el Mar de las realidad menos combatientes televisión recorrieron las
Filipinas y desde los miles de que los descriptos por los llanuras de Bélgica y del
bombarderos que historiadores de la época. norte de Alemania,
incursionaban sobre Es en y Por muy grandes que contratando a miles de
Düsseldorf. hubiesen sido las mercenarios (a la suma fija
Una sola escena de la consecuencias de la derrota para extras de Tiempo Visión
Primera Guerra excitó los de la Francia napoleónica, la de cincuenta dólares diarios,
saciados paladares de los batalla en sí producía sin distinción de rango,
espectadores: una carga de verdadera desilusión .. pues setenta y cinco dólares por
caballería por los planes del no había allí más que unos una parte hablada). La
Ejército Imperial Alemán. pocos millares de soldados columna de relevo del
Saltando por encima de los fatigados por largas general prusiano Blücher,
alambres de púas en sus marchas, entregados a compuesta según los
esplérrdidas monturas, con esporádicos duelos de rifle y historiadores por muchos
penachos blancos que de artillería. miles de hombres y
volaban sobre el barro, esos En una reunión de responsable de haber
jinetes, armados con lanzas, emergencia los jefes de volcado deciSIvamente la
llevaron a un billón de programación discutieron el batalla contra Napoleón,
pantallas de televisión asunto: Waterloo no estaba a resultó ser una reducida
cansadas de guerra la magia la altura de su reputación. tropa que no pasaba de las
de los trajes y de la pompa. Los productores volvieron a dimensiones de brigada. En
En un momento en el que visitar el campo de batalla, y unos pocos días miles de
podría haberse tambaleado, se metieron con sus cápsulas ansiosos reclutas engrosaron
el ejército, antibióticos
secretamente administrados
a las contaminadas reservas
de agua curaron un
escuadrón de caballería que
sufría de carbunclo, y una
brigada de artillería
completa, amenazada por el
ti fus, fue puesta en pie con
una dosis masiva de
c1oromicetina.
La Batalla de Waterloo,
cuando finalmente llegó a
una audiencia de más de un
billón de televidentes, fue un
brillante espectáculo que
superó incluso la publicidad
anlicipada de los dos siglos
anteriores. Los miles de
mercenarios luchaban con
furia salvaje, el fuego de
artillería desgarraba el aire
sin pausa, olas de caballería
alacaban y volvían a atacar.
El propio Napoleón estaba
aLOrado por el curso que
habían tomado los
acontecimientos, y pasó los
últimos años en
desconcertado exilio.
Luego del éxito de
Waterloo las compañías de
Tiempo Visión comprobaron
las ventajas que ofrecía la
preparación del terreno.
Desde entonces casi todos los
hechos históricos
im porta nles fueron
readaptados por los
departamentos editoriales.
Se descubrió que el ejército
de Aníbal que atravesó los
Alpes disponía nada más que
de seis elefantes, y le fueron
agregados doscientos más
para pisotear a los
asombrados romanos. Los
asesinos de César eran dos, y
fueron contratados otros
cinco conspiradores. Los
discursos históricos famosos,
como el de Gellysburg,
fueron recortados y armados
de nuevo para excitar más a
la audiencia. Waterloo,
mientras tanto, no fue
olvidado. Para recuperar la
inversión original la batalla
fue subalquilada a
empresarios de TV menores,
algunos de los cuales la israelitas. Sin duda, las atoraron los conmuiadores
innaron hasta darle fuerzas del Todopoderoso de teléfono. Llamadas
proporciones de Apocalipsís. sufrirían una severa prueba prioritarias en el nivel
Sin embargo, esos en esa primera confrontación intergubernamental atoraron
espectáculos a la manera de imporfarité con los ralings. los relés de los satélites de
De Mille, en los cuales Algunos malos com'unicach,nes, los estudios
compañías rivales aparecían presentimientos de los de Tiempo Visión en Europa
en el mismo campo de clérigos más anticuados y en América fueron
batalla arrojando extras, aparecieron en los periódicos asediados.
armas y animales, eran bajo titulares irónicos como No llegaba ninguna
despreciados por los "¿Guerra Contra el Cielo?", imagen. Todos los contactos
espectadores más o "Gremio de Productores con los camarógra fos
sofisticados. de TV Rechaza Tregua del deSlinados en el lugar de
Para disgusto de las Sinaí". A través de lllda transmisión se habían
compañías de lelevisión, el Europa las apuestas corlado. Por fin, dos horas
lema más fascinante de toda pronosticaban una creciente más tarde, apareció una
la historia les estaba vedado. ventaja contra los israelitas. breve escena, de aguas
Ante la severa insistencia de El día de la transmisión, el 10 torrenciales que engullían los
las iglesias cristianas ninguno de enero de 2006, los rarings reslos de las cámaras de
de los hechos que rodeaban de audiencia indicaban que el televisión y de las
la vida de Cristo era llevado 98"" de los telespectadores instalaciones. En la orilla
a la pantalla. Por muy adultos del mundo más cercana, las fuerzas
gra ndes q ue fuesen los occidental estaban anle sus egipcias habían emprendido
benelicios espirituales de una televisores. el regreso. Del otro lado de
transmisión en vivo del Aparecieron las primeras las aguas, la pequeña banda
Sermón de la Montaña, imágenes en las pantallas. de israeliias avanzaba hacia la
existía el riesgo de que la Allí estaban los israelitas, seguridad del Sinaí.
sublime experiencia fuese .1l0viéndose bajo un cielo Lo que más sorprendió a
opacada por los cortes vacilante, avanzando hacia los televidentes fue la extraña
publicitarios. las cámaras invisibles luz que iluminaba la escena;
Ante este 'obstáculo, los montadas sobre el agua. era como si usaran, para la
progra madores fueron más Originalmente trescientos, transmisión, alguna arcaica
atrás en el tiempo. Para los israelilas formaban ahora pero extraordinaria forma de
celebrar el quinto aniversario una vasta multitud que 'con energía.
de Tiempo Visión, iniciaron su equipaje se extendía Desde entonces, todos los
los preparativos para una kilómelros y kilómetros por esfuerzos por retomar
estupenda aventura el desierlo. Desorientados contacto fracasaron. Casi
conjunta: la huida de los por la enorme cantidad de todo el equipo de Tiempo
israelitas de Egipto y la gente que acompañaba a los Visión había sido destruido,
travesía del Mar Rojo. Cien soldados egipcios, los jefes y los principales productores
equipós de camarógrafos y israelitas se detuvieron en la y técnicos habían
varios millares de orilla, sin saber muy bien desaparecido para siempre;
productores y técnicos se cómo atravesar esa tal vez anduviesen entre los
apostaron en la Península del cambiante masa de agua duros peñascos del Sinaí
Sinaí. Dos meses a ntes de la inestable. En el horizonte, los como una segunda tribu
transmisión resultó evidente carruajes del ejército del perdida. Poco después de
que ahora habría más de dos Faraón, con sus cortantes este desastre, los safaris al
bandos en esta clásica ruedas, se acercaban a gran pasado fueron eliminados de
confrontación entre los velocidad. la programación mundial de
ejércitos de Egipto y los hijos Los espectadores miraban TV. Como señaló a su
del Señor. No sólo había más fascinados, muchos de ellos purificada audiencia un
camarógrafos que fuerzas de pensando si esta vez las sacerdote aficionado al
ambos bandos sino que la compañías de televisión no humor irónico: "El gran
cantidad de extras egipcios habrían ido demasiado lejos. canal que hay allí arriba, en
contratados, el equipo Entonces, sin ninguna el cielo, también tiene sus
adicional para producir olas explicación, mil millones de ralings."
y la represa prefabricada pan tallas quedaron en Titulo original: "The Greulesl
construida para sostener las blanco. Tdcvisión Show on Earth"
IA:I libro low·nying Aircraft
cámaras bien podían impedir Hubo una gran @ J. G. Ballard 1976
del todo la travesía de lo"s confusión. En todas partes se TrO)ducción de Marcial SoUlo
,I
JOhnSLOD8K
IL IICBITO DIL'11.10 rLAI
lIustr6: L1MURA

Agnes había deseado todo el día un bebé, Glen era una figura patética tratando de
así que no se sorprendió cuando miró por la no proyectar sombra sobre las cortinas. Su'
puerta de vidrio del horno y encontró uno. brillante traje de plástico, ajustado como un
Envuelto en una franela limpia, el bebé dur- guante, distaba mucho de ajustarle como un
mió sobre el soporte de alambre mientras guante, y hasta la capa le quedaba noja.
ella fregaba botellas sucias, preparaba rece- -¿Ah, sí? ¿Eso es todo?
tas y sacaba la cuna del desván. Cuando -No. Oye, ¿no te parece que ese vecino
Glen regresó del trabajo, ya ella le estaba hace mucho que barre hojas?
dando el primer biberón. -Contéstame. ¿Qué sucede? ¿Algo en la
-¡Mira! -exclamó Agnes-. ¡Un bebé! oficina?
-Dios mío, ¿de dónde lo sacaste? -dijo -Todo. El papel carbónico y las estampi-
G len; el rostro rosado y saludable se le había llas y los sujetapapeles han empezado a de-
puesto blanco-. Sabes que es ilegal tener saparecer. Tengo miedo de que me echen la
bebés. culpa. El jefe va a comprar una computado-
-Lo encontré. ¿Ilegal por qué? ra para seguir la pista de lo que falta. Al-
-Todo es ilegal-susurró Glen. apartan- guien me robó la libreta de racionamiento en
do con cautela las cortinas para espiar hacia el tren, y descubrí que tenía el diario de la se-
afuera-o Muy cerca. -En la cara de Glen, mana pasada. Las acciones de LB.M. están
sobre el enorme y rosado cubo de la cabeza, bajando, tímidamente. Estoy resfriado, o al-
se notaba cierto cansancio. go. por el estilo. Y... y van a suprimir el Sis-
-¿Qué pasa? tema Decimal Dewey.
-Ah, nada -dijo él, de mal humor-o Va -Estás sobreexcitado. ¿Por qué no te
a e~tallar una guerra de la gasolina, eso es sientas y hamacas al nuevo bebé en la rodilla
todo mientras yo saco algo para cenar?
-¡Robando alimentos! ¡Es indecente!
-Todo el mundo lo hace, querido. ¿Sa-
bías que encontré al bebé en el horno?
-¡No!
-Sí, es raro. Deseé toda la tarde un bebé,
y allí estaba.
-¿Cómo andan los otros artefactos?
-Ellavarropas automático trató de devo-
rarme. ti lavaplatos está desapareciendo; no
haDremos pagado alguna cu<.>ta.
-Sí, y la cuenta está en descubierto -di-
jo Glen, con un suspiro.
-El balde de la basura está cosquilloso.
-¿Cosquilloso?
-Allí.
Glen no miró hacia donde ella señalaba.
Continuó espiando por la ventana hacia
donde estaba cambiando el tiempo. Por la
:alle bajaba lentamente un vehículo de re-
cepción. No podía leer el cartel, pero reco-
noció la coraza blindada y los hoCICOS azules
de las ametralladoras.
-Sí, 'illí está en el fregadero, cosquilloso,
y no quiere comer. Aunque a la garantía se
lu comió.
El vecino, un tal "señor Green", dejó de
burrer hojas un instante para anotar el nú-
mero de mutrícula del vehículo de recepción.
-No está cosquilloso, querida. Está quis-
quilloso -dijo Glen.
-Tienes un vocabulario tan grande. Y ni
siquieru lees "Cómo Formar Grandes Pala·
brus'·.
-Leo el Resumen Existencial cuando ten-
go tiempo -confesó Glen-. Pero la sema-
nu pusudu respondí al cllestionario y supe
que no estoy suficientemente alienado. Por
cso me siento tan orgulloso de nuestros chi-
cos.
-¿Jenny y Peter"!
-Esos.
Agnes lanzó un suspiro.
-Me gusturía leer algún día un ejemplar
dcl Iris" Tillles. Entre paréntesis, las papas
tcnían otra vez veneno. En cada agujero.
Fue al dormitorio y puso al bebé en la cu-
na.
-Voy a bajar, para darle vueltas a algo en
cl torno -anunció Glen-. Algo que valga
la pcna.
-Antes quítate la capa. Recuerda las le-
y.:s de seguridad que nos enseñaron en la
A.P.M.
-Santo Uios, ¿cómo me podría olvidar?
Apagar todas las velas. No ponerse nunca de
pic cn una canoa o en una bañera. Sólo
nombrc, categoría y número de serie. Acep-
lar chcques sólo si son endosados en presen-
cia de uno. No permitir que las ratas masti-
qucn lósloros, si es que así lo desean.
(jlcn desapareció, y al mismo tiempo lle-
garon de la escuela Jenny y Peter, exigíendo
un "bocudo". Agnes les dío goulash húnga-
ro, pan y manteca, café y torta de manzana.
Lc pagaron 95 centavos cada uno y le dieron TI~NE VELAS. USAREMOS DDT. NO DEJES SALIR

15 dc propina. Eran níños ceñudos y hura- A ROSA HASTA QUE HAYA NOTICIAS DE VIOLE-
líos que hablaban poco mientras comían. TA ..
Siempre los mismos mensajes aburridos e
Agncs les tenía un poco de miedo. Después incompren ·ibles. Agnes escondió eltransmi-
del bocado se sujetaron pistolas a la cintura sor en el tarro de los bizcochos mientras
y salieron'a cazar otros niños antes de que (jlcn subía por la escalera. Estaba segura de
uscurccit:r:J dt:l11<Jsiado. quc (jlcn Icnía su propio transmisor en el Só-
Agnes lanLó un suspiro y se sentó frente a lano. rodo parecía indicar que era precisa-
su transmisor secreto. mcntc con él con quien se comunicaba todas
"~SPERAMOS A TIA ROSA EN EL TRE DEL las nUl:hcs.
M~DIODIA".transmitió. "HICE LOS ARREGLOS -¡Mira csto! -dijo, orgulloso, mostran-
PARA CONSEGUIRLE LOS GLADIOLOS: TRATEN do el postc superior de la baranda de la escu-
DE QU~ BE DULCE DE CHOCOLATE SALGA EN Icr¡¡.
~L VUEL00400 A PARIS CON VELAS. EL JARDINE- Afucra un avión arrojuba papeles. El veci-
RO K~SITA UNA PALA CON URGENCIA." no corría de un lado a otro barriéndolos y
Después de un momento llegó la quemándolos.
respuesta. "LO DE LA PALA SOLUCIONADO. EL - rodas las noches la misma Ola Idición
DULCE DE CHOCOLATE NO TIENE REPITO NO -dijo (jlcn, haciendo rechinar los díen-
la I vcz lo sea. Quizá la pelota no estalle
cuando la patee. Quizá esa serie dejuellos no
sca más que una coincidencia.
-El número veintisiete desaparece atrás
para pasar -murmuró Agnes-. ¡,Qué signi-
licará cso'!
Ulcn sintió Que I~ mano de ella buscaba la
suy~ cn I~ penumbra de la sala. La tomó'des-
pués dc ascgurarse de que no usaba el anillo
cnvcncn~do.
-El rcsfrío común -murmuró Glen-.
Lo llaman el "resfríe común". A propósito,
¿te dije que nuestra cuenta está en descu-
bicrto'!
-Sí. Es csc maldito aula. Tendrías que
pedir lodos csos deta lIes especíales.
-¿La b~zuca en el baúl? ¿El radíogonió-
mctro" ¿La lorrc par~ ~metr~lI~dor~s? H~ce
años que los tienen todos, Agnes. ¿Qué se su-
ponc quc dcbo 'haccr si la polící~ me empieza
a perscguir'! ¿Trat~r de correr más que ellos,
h~jo d pcso dc tod~ es~ cor~za blínd~da?
-Oc vcr~s no sé de qué v~mos ~ vivir
-dijo Agncs.
-Podcmos comcr cstampillas verdes has-
la quc. " ..
-No, las eonliscaron est~ mañana. Me
olvidé dc dccírtelo.
Los chicos cntr~ron en tropel, envueltos
en olor ~ b~rro y ~ cxplosivos. Jenny sc ha-
hia rasgllllado un~ rodilla en una b~rrera de
alambre de púas. Agnes le puso una curita, y
le> dio ca le y buñuclos, 15 ccntavos. Lucgo
lo> m,",dó ~rriba ~ lav~rse los dientes.
- y por Oios no uscn el agua de la ~nilla
-les gritó Ulcn-. Tiene algo. -Fue ~I
cuano donde dormío cl bebé y volvió en un
minuto, mcnc~ndo I~ ~beza.- Juraría que
I",ec lielae.
-Ay, Ulen, salg~mos de ~quí unos dias.
VaY'"l1os al e~mpo.
le>-. rod~s 1,,, nochcs nos tir~n p~peles pi- -Sí, claro. Viajar tremta kilómp.tros por
diéndonos quc nos rind~mos, y todas las no- e'"l1"111S mlllados p~r~ mir~r un par dc bos-
ches ese imbécil los qucm~. A este p~so nun- la>. rú no le ~trcvcrías a b~jar del coche por
ca >~bremos quiénes son "ellos". miedo ~ las víbor~s mortales. Y h~n sembra-
-¿Oc 'Cra> cs t~n Importante'! -pregun- do todo con hicdras vcncnos~s y vírus gig~n­
lú Agne>. Ulcn no rcspondió-. V~mos, no te~.
>e~s cosquilloso. Tc diré qué es lo quc quiero -¡No me importaría! Sólo IIna bocana-
hacer. Quiero viajar en un vagón de Forroca- da de ~irc frcseo ...
rril. -C1~ro. Uas p~ralizanle. Gas vomitivo.
-r"'roearril -la corrigió Glen-. Es ¡m- (;',> laerimógcno. Polen. Aunque sobrevivié-
plhlble, d Ministcrio de S~lud Públic~ dicc ral11u~ nus arreitarí"ln. Nadie va al campo,
que movcrsc ~ más de cu~renla kilómelros fuera de los tralic~ntcs dc drogas que buscan
por hor~ eonlribuyc notablemente ~ la ~pa­ tabaco silvcslrc.
ridúll Ú~ cáncer. Agncs sc cehó ~ 1I0r~r. Todos eran otros.
-i re imporl~ l~nto lo que mc sucede! Nadic cra d quc cr~. El b~surero le examina-
Ulcn indinó el gran cubo dc I~ ~beza con ha los mcnsajcs ~Ilcehero. En el parque, to-
resignación sobrc el tclcvisor. da> las palon",s IIcvaban cápsulas metáli~s
-Ya verás -dijo- quc parece un ino- sujeta> a las p~t~s. En el campo había bostas
ce lile partido enlrc el Ejército y I~ Marina. Y I)Cro no v~eas. H~st~ en el supermerc~do h~-
hí~ qu~ cuid~rse. Si uno elegía cosas que pa· -CI~ro que sí, padre. Eslá intervenido,
recie~n l~n~r ~Igo de forma ... por supu~slo.
-¿Qu~d~n copos de algodón? -pregunló -Pur supu~slu.
Ulen. Agn~s se aparló para dejar pasar al sacer-
-No. En I~ h~l~der~ no queda nada más dUl~, y ~n ~s~ momento Glen gritó:
que un poco de 11~!l viejo. No lo puedes co- -¡El rebé! ¡Se eslá comiento el nan!
mer, li~ne encim~ un mapa. Glen, ¿qué va- Agn~s y ~r sacerdote corrieron a ver. En la
IIW.'· ¡) comc:r'! cocin~ lirnpi~ y bien iluminada, Glen miraba
-No sé. ¿Qué le parece... el bebé? ¡Bue- h~ci~ d refrigeradur con la boca abierta. De
no, no m~ mires así! Lo encontrasle en el ~Igún mudu el'bebé había conseguido abrir-
horno, ¿no es cierlo? ¿Qué habría pasado si lo, pu~s ~hur~ Agnes le veía los pañales y los
~neendi~rus el horno sin mirar adenlro? rus~dus d~dus de los pies que asomaban del
-¡No! ¡No voy a dar el bebé para un ... t:S1~nl~ inlúiur.
un guiso!
-¡ Está bien, eslá bien! Era sólo una suge· - Ti~n~ hambre -dijo.
renci~. -Mira ulra vez -chilló Glen.
H~bí~ oscurecido en toda la casa de pare· Al acercarse más Agnes vio que el niño
des de rlomo menos en la cocina. Del olro había quitadu el mapa del nano Le sacaba
lado de venlanal de cuarzo caía el crepúscu- fulus con una cámara diminula, tamaño be·
lo en el jardín, sobre el cuerpo sin vida del re.
"señor Grcen". En la televisión un panel de -¡Microfilm! -jadeó Agnes.
médicos eminentes discutía si el hecho de co· -¿Quién es usted? -le preguntó Glen al
mer era una de las causas principales de la sa~-.:rdole.
locura. -Soy...
Agnes fue a ver quien llamaba en la puerta -Un minuto. No me parece un hombre
principal, mientras Glen se metía en la coci- d~1 clero.
na. Agnes vio que eso era cierto. La brisa hizo
-Discúlpeme -le dijo el sacerdo,e a Ag- susurrar la sotana de papel carbónico, y des-
nes-. Voy a visitar a un enfermo. Alguien cubrió que estaba sujeta con clips. La estola,
luvo la bondad de prestarme este camión del al mirar con más atención, resultaba ser-una
Servicio de Pañales, pero me parece que se tira de estampillas purpúreas.
ha descom¡f\Jesto. ¿Podría usar su teléfono? -Si usted es un sacerdote -prosiguió
El infante espía parecía sorprendido, pero
actuó con rapidez, una diminuta mancha de
movimiento. Agarró dos puñados de nan y
los arrojó a los ojos de Glen. Jadeando,
(jlcn solió la pistola, y la infame pareja
aprovechó para huir hacia la libertad.
-¡Nunca me atrapará vivo! -gruñó el
ralso sacerdote sallando al camión.
-L>eja que se vayan -dijo Glen-.Probó
el l1an-. Tenía que haberme dado cuenta
antes de que el bebé no hacía tictac sino
diddil'~. Pero déjalos ir; de todos modos
no Ikgarán muy lejos, y hemos salvado el
mapa. Si es que el mapa sirve para algo.
-¿Estás bien,. querido?
-Muy bien. Mmmm. Está muy rico,Ag-
nes.
Agnes se sonrojó al oir ese elogio. Hubo
una apagada explosión, y a lo lejos sallaron
unas llamas al aire.
-Esso bombardeando la estación de
Shell -dijo Glen.
L, guerra de la gasolina había comenZlK.io.

TItulo original: "The Sccrct of lbe Old Cuatard"


Del libro TIw S,.",.DrilIeN Boy,
John Sladck 1973
(el
Traducci6n de- Lucila Molta de Lacuev.
Glen-, ¿por qué veo en su cuello romano el
lI1ell1brete de lI1i oficina?
-Es usted muy listo -dijo el hombre sa-
cando una pistola de la manga-o Lamento
que haya descubierto nuestro ardid. Es de-
c.ir, lo lamento por usted.
_ -¿Nuestro? -Glen miró al bebé.- Un
momento. Agnes, ¿en qué clase de vehículo
llegó'!
-Un camión de pañales. ..-
-¡Ajá! Hace tiempo que lo ando j>Crsi-
guiendo... Hombre de los Pañales. Su va-
riable carrera ha durado demasiado.
-Ah, entonces me ha reconocido a mí y a
mi tierno ayudante, ¿no es así'? No creo que
le sirva de mucho. Como ve ya tenemos las
rotos, y hay aquí una bala para cada uno de
ustedes. ¡No intente detenernos!
Sin sacarle~ la vista de encima, alzó al be-
bé con una mano.
-Pienso que lo mejor es matarlos a los
dos -dij~. Ya tienen demasiada informa-
ción sobre mi modus operandi.
El bebé, en sus brazos, agitó alegremente
la cámara, mofándose.
-Muy bien -dijo el Hombre de los Pa-
ñales-. Ponganse de cara a la pared, por fa-
vor.
-¡Vamos! -dijo Glen-. Salló desar-
mando al hombre mientras Agnes hacía vo-
lar de un certero puntapié la cámara del re·
gordete pUlio del bebé.
... ,sCJi l.9J ;fIJO! O(tfA ..•
1 'I,Y01t/ A YIS'r~fJ.O t t",
~;. r~1é~~,~ti~ lfl ~.::t;; ...
CONTAMlNACION

.·UJ~ ANiM'UEs,lAS RDlfé5,


t4S iH5Ec~, UJs NINOS,
/.oS PERRO:>, LAS Alo.:>QlS,
lAs MwEllES , LDs ALtMI!NT<
Joime &Leo POnidoHiK
CIICO !IIIIPOI
Ilustró: PEREZ FERNANDEZ

"¿Qué es el tiempo? Si nadie me lo pregunta. lo sé; si debo explicarlo a alguien. que me lo pregunta.
no lo sé."
Confesiones, SAN AGUSTIN

El tiempo es un fluido, como el aire, que si es respirado o si penetra en un cuerpo provoca


una enfermedad incurable, que tarde o temprano lleva a la muerte. Con el agravante de que,
por su naturaleza, es una enfermedad hereditaria. Hoy día es el mal que provoca la mayor can-
tidad de muertes, superando en tal sentido al cáncer y a los aviones.

Un ciego de nacimiento que nunca hubiese oído hablar del sentido de la vista ignorarla la po-
sibilidad de ver; ver casas, árboles, el fuego y las mujeres. (Podemos suponer que parientes y co-
nocidos eludieron hab.larl~ de esta posibilidad paranodecepcionarlode su condición.) En forma
similar, quien carece del sentido del tiempo y no es informado al respecto, ignora que todo es
duración, que hay nacimiento, crecimiento y muerte. El tiempo es una manera de percibir el
mundo, un sentido como el olfato y la vista. Mirado por un "ciego del tiempo", el mundo no
transcurre. Y se basta él solo para convertirnos a todos en inmortales.

La gente imagina que el tiempo se desliza incesantemente, como una corriente de agua, cuan-
do en verdad el tiempo avanza a saltos. Entre instante e instante de tiempo hay un abismo que
nodura ni pasa: una zanja intemporal. Vivires irbrincandosobre las zanjas Morirescaerseen una.

TI"'PO 4
Una verdad evidente: Hace mucho, mucho, el tiempo no existía.

Donde hay mucha gente el tiempo pasa más rápido. Por empezar, en el espacio vacío el tiem-
po no pasa, se queda Q.uieto. Si introducimos allí una particula de materia (una hormiga, un
electrón, un alfiler), elllempo empezará a moverse. Porque cada trozo de materia, por pequeño
que 'sea, actúa como un "acelerador" de tiempo. Al agregar más partículas (otra hormiga, un
puñado de alfileres, etc.) el tiempo correrá más rápido. Si en nuestro espacio introducimos un
sistema complejo, formado por muchas partículas, como puede serlo una pareja de humanoi-
des, un aljibe, dos o tres macetas con flores, el tiempo adquirirá una velocidad considerable. Y
así llegamos al caso de las grandes urbes, donde se han introducido millones de criaturas, auto-
móviles, edificios, semáforos, etc. El tiempo pasa aquí a tal velocidad que prácticamente ya no
se puede vivir.
Doman Knighe
BABILII
lIustr6: GRONDONA WHITE
-- "

I
I
I
I

, :

, !
\ grandes en las piernas corta$ y gor-
das. y un disco metálico blanco de
un cuarto de su estalura colgado de
un naco hombro por un tahalí.
L10yd Cavanaugh vio la apari-
ción por primera vez a las once de
la mañana de un miércoles del mes
de mayo. en la sala de su estudio-
apart'Jmento en el lado este de la
Calle Cincuenta, Manhattan. La
aparición brotó aparentemente de /
atrás de la mesa de dIbujar, en el
fondo de la sala. I
Un verdadero absurdo. La mesa
de dibujar. con la tabla horizontal
y los platos del desayuno todavía
encima. estaba arrinconada contra
las corridas cortinas del ventanal.
I A la derecha, entre la mesa y el bio superior se le encrespó hacia
De frente se parecía un poco al mueble del tocadiscos, había un es- arriba en una asombrosa sonrisa
Rufián Feliz,·si la memoria de us- pacio de unos quince centímetros; de cuarto creciente, mostrando
tedes llega tan atrás. De costado, a la izquierda. entre la mesa y el unos dientes salidos. Hizo un ruido
donde era posible ver mejor aque- barrilito donde guardaba la tinta y parecido a "¡Jajptui!··. y asintió
lla crest~ blanco-plateada, se pare- los pinceles. menos todavía. varias veces con la cabeza.
cía más 8 una cruza entre Gcorge Cavanaugh, un joven de mal ge- El primer pensamiento que tuvo
Ar~;~dra':n":n~~~;~~' metro veinte
nio con una cara larga y hosca C3.- Cavanaugh fue para la Hasselblad.
Stt3'fmente unida a un cuerpo nudo- La levantó con trípode y todo, la
de alto, incluyendo la enorme ca- so y desgarbado. arrugó el ceño llevó caminando de lado a un sitio
beza, la cresta y todo. Tenía piel desde el brillante charco de luz que seguro, detrás del sillón, y luego
arrugada. de un color gris-violeta, caía sobre la mesa de trabajo y di· atravesó el cuarto y sacó un atiza-
curiosas orejas en forma de S, y jo; dor del soporte de la chimenea.
una abuhada panza; IIcYaba U{UI cha- -¿Qué diablos.. .'! Empuñando esa arma. avanzó ha-
queta eléctrica y unos calzones cor-
tos de un material ondulado que ce~Ji6gl~~~~:~oJe1~~aa~~~a yen·
cia el Rufián.
La cosa se le acercó, so'nriendo y
centeUeaba cuando se: movía, botas Iluminado de pronto. el Rufián asintiendo. Cuando estuvieron a
se encendió como el adorno de un dos pasos de distancia se detuvo,
• El Rufi'a Fdiz{H.pov HOCIÜpftlen un perlO-
nlojC en IU" hiltoricta . . -..o eombre pubbClo- árbol de Navidad. Los ojos le par- hizo una breve reverencia, y alzó el
da en 101 EE.UU. al~. I9IS. (N. del T.) padearon rápidamente; luego ella· disco blanco que le colgaba del ta·
leada que no era pelo ni plumas si·
no algo intermedio...
-¿Cómo hiciste eso? -pregun·
,ó.
-he eso -dijo .el Rufián. viva·
mente. Movió el disco hacia Cava-
"augh, se señaló la cabeza, luego
señaló el disco, después la cabeza
de Cavanaugh, y otra vez el disco.
Luego extendió el brazo y sostuvo
la cosa delante de Cavanaugh tor·
ciendo la cabeza hacia un lado.
Cavanaugh tomó el disco con
cautela. Sintió que se le formaba
piel de gallina en los brazos.
-¿Quieres saber si yo hice la cá-
mara? -preguntó, tentativamen-
te-. ¿Es eso'!
-Seso -dijo el Rufián. Hizo
otra reverencia, asintió dos veces, y
lbrió bien grandes los ojos.
Cavanaugh se puso a pensar.
Mirando el disco, imaginó una má·
quina enorme con muchos engra-
najes y partes móviles que giraban
furiosamente. Allí estaba, un poco
borrosa, pero aceptable. Le apoyó
una escalera en un lado, hizo que
un hombre subiese por ella y volca-
se adentro un cubo de hierros vie-
jos, y luego mostró un chOiro de
cámaras saliendo por el otro lado.
El Rufián, que había estado mi·
rando atentamente el otro lado del
disco, enderezó la cabeza y recogió
el disco con una nueva reverencia.
Luego giró rápidamente tres veces,
apreLándose la nariz con una mano
y haciendo violentos ademanes con
la otra.
Cavanaugh dio un paso atrás,
sosteniendo con más firmeza el ati-
zador.
halí, volviendo uno de los lados El Rufián pasó a su lado como habia arruinado como creador. Ya
chatos hacia Cavanaugh. una exhalación, moviendo las pier- no podía pintar, ni dibujar, ni ha-
En el disco apareció una figura. nas con la rapidez de un parpadeo, cer grabados por diversión. Enton·
se detuvo con la barbilla en el bor- ces se ha"!a dedicado a la fotogra-
En estéreo y a lodo color, mos· de de la mesa de trabajo y se puso tia, especialmente a la macrofoto-
lrclba a un Cavanaugh de qujnce a mirar lo que había en·.. ima. graRa.
centímetros de alto inclinado sobre -¡Eh! -dijo Cavanau$h, enfu- Construí&. modelos con arcilla y
aJgo montado en un trípode. Las recido, y echó a a~dar hac•• alJr. El cartón piedra v ala",brea y abalorios
manos se movían con rapidez, Ruhin !le volvió y mostró otra vez el y pedazos de maoera y mil otras
ajustando piezas; de-pronto la figu- disco. Apareció una nueva imagen: cosas; los pintaba o los teñía, los
ra dio un paso atrás y miró con evi- Cavanaugh inclinado ahora sol1te armaba, los iluminaba y luego, con
dente aprobación una caja oblonga la mtsa, armando pequeñas figuras la Hasselblad y una lente especial
colocada encima del trípode, de la ~ acomodándnlas ante un fondo de aproximación, muy cara, los fo--
que salía un cilindro cromado. La . pintado. tografiaba. El resuhado, después
Hasselblad. ...Que era, en realidad, lo que del primer año, empezaba a ser
Cavar.augh bajó el atizador. haola sucedido. Cavanaugh era, sorprendente.
Con la mandíbula caída. miró fija- por prof",ión, d.bujante de blsto- Lv que estaba preparado ahora
mente al disco, en el que ahora no rietas. Sentfa indiferencia hacia el sobre la mesa era muy simple. El
había nada, y luego miró la cara trabajo mismo; era un trabajo au- fondo y el sesundo plano eran una
violeta del Rufián, y la cresta pla- tomático, bien pagado, pero que lo marana de abeto y laurel. en escala
de treinta a uno. En primer plano El Rufián le estaba ofreciendo
había tres figuras agrupadas alre- otra vez el disco, sonriendo y par-
dedor de los restos de una fogata. padeando y balanceándose sobre
No eran seres humanos; eran cria· los talones. Cavanaugh, contenien-
luras delgadas, grises, lampiñas, de do su fastidio en favor de la curio-
ojos grandes y mansos, vestidas sidad, lo aceptó, y vio alli, otra vez,
con extrañas ropas
Dos, con la espalda apoyada en :: h~b~a~~~i~r::oi~láf~fi:i:ueya
un bloque de mampostería medio -Es cierto -dij<>-. Lo hice yo.
enterrado en el suelo, se inclinaban ¿Y qué?
sobre una hoja de papel desenrolla- -i lké! -El Rufián hizo uñ mo-
da de un cilindro. La tercera estaba vim iento con la mano, demasiado
sentada en una piedra, más cerca rápido para ser seguido con la vis-
de la cámara, comiendo la pierna ta, y de pronto brotó en erra algo
de algún animal. La forma de los parecido a una fruta grande, una
huesos a medio roer era perturba- especie de pera con verrugas. Al
dora mente familiar; y cuando uno ver la expresión de desconcierto en
miraba con más atención comenza- Cavallaugh, volvió a poner la cosa
ba a preguntarse si esas cosas que en el sitio de donde la había sacado
"salían de la punta no podrían ser y exhibió un pu~ado de hilos rosa·
dedo.., semiocultos por la mano del dos y translúcidos. Cavanaugh,
que comía. En realidad eran dedos, exacerbado, arrugó el ceño.
pero por mucho tiemyo que uno -Oye... --empezó a decir.
mirarse la falografia no lo sabrfa El Ru fián volvió a probar. Esta
nunca con seguridad. vez sacó una piedra blanca, brillan-
te, con facetas, del tamaño de una
cereza.
Cavanaugh sintió que se le iban
los ojos. Si eso era un diamante...
-Joi-ptú! -dijo el Rufián, en·
fátieamente. Señaló la piedra y se-
ñaló a Cavanaugh, luego se señaló
a si mismo y al modelo armado ser
bre la mesa. El significa<lo era cia-
ra: quena negociar.
Era un diamante; por lo me-
nos rayaba nítidamente el vidrio de
una bOl ella de cerveza vacía. Ade-
más era brillante, de un blanco pu-
ro y, hasta donde PodEa ver Cava-
naugh, sin ningún defecto. Lo puso
en el platillo de la balanza que le-
nía para pesar correspondencia;
pesaba poco menos de una onza.
Digamos veinte gramos, y un kilate
H..aclblad en su sitio, encendió loa
focos, y empezó a trabajar donde
se habla detenido la última _. Sa·
có media docena de fotopallas en
color, luego cargó la c'mara con
una película de blanco y negro y
sacó otra media docena.
El Rufi'n lo observaba lodo con
tr~mula atención. Acompañó a
Cavanaugh al cuarto oscuro y lo
miró con ojos muy abiertos mlen··
tras aquél revelaba el negativo de
blanco y negro, lo fijaba, lo lavaba
y lo secaba, lo cortaba y sacaba CO·
pias.
Cuando estuvo lista la primera
fotografía, el Rufián hizo unos ur·
gentes ademanes y ofreció otro dia·
mante de la mitad del tamaao del
primero. ¡Tambiin qucrfa las ca-
pias!
Sudando, Cavanaugh buscó en
su archivo y sacó fotos y diapositi-
vas en color de sus otros trabajos:
la serie de Hansel y G relel, Cavor y
la Gran Lunar, WalpurgisruJCIJI.
eran doscientos miligramos... Su· Gulliver apagando el fuego del pa· un instante la mAquina que Cava·
maba cien absurdos kilates. poco lacio en Lilliput. El Rufián las naugh había usado para explicar el
menos que el diamcntc de Hope. compró todas. Al cerrar cada tra- origen de las cámaras. El Rufián IQ
Cavanaugh miró la cosa con des· to, recogía lo Q:ue había comprado miró, torciendo la cabeza.
confianza. Tenía que haber una y lo metía en el sitio de donde saca· -No -dijo Cavanaugh-. He-
trampa, pero con la mejor velun· ba los diamantes. ::avanaugh mi· cho a mano.
tad del mundo no pudo encontrar· rdba atentamente, pero no en ten· Tomó el disco, y le dio.1 Rufián
la. los modelos cran un medio pa· día a dónde iba a parar todo aque~ la imagen de un hombre de piel
ra lograr un fin; una vez usados só- 110. morena Sólcando astillas de un tro--
)0 servían para ocupar lugar. ¿Qué y pensando en eso mismo, ¿de lO de Cil0ba. Luego. por diversión,
podía perder, entonces? dónde había salido el Rufián? hizo que el hombre le redujese a un
El Rufián lo mirab.a Cton ojos de Convencido de que Cavanaugh punlo sobre uniJ isla en un globo
lechuza. Cavanaugh tomó el disco no tenía más fotos, el Rufián corría que giró lentamente: Asia y Aus-
y le respondió: una serie de imáge- ahora de un lado a otro de la habi· lr<.llia desaparecieron por un Iddo.
nes que mostraban a Cavanaugh tación, mirando en los rincones, in- y por el otro surgieron las Améri-
fotografiando los modelos, proce· clinándose parcl ver qué había en cas. Marcó ueva York con un
sando la película. y luego aceptan· los estantes, irguiéndose de punti- punto rojo y se señaló a sí mismo.
do ceremoniosamente el diamante lIiJS para mirar sobre la repisa. Se- -Jrrrzt -dijo el Rufián, pensa-
y entregando los modelos. lialó una figurilla de unos diez cen· tivo. Se <.Ip<.lrtó de 1<.1 est<.ltuilla y se-
El Rufián se inclinó varias veces, tímetros de alto, que representaba ñaló un brill<.lnte t<.lpiz, con figuras
hizo cabriolas, se sostuvo breve- ~run hombre enjUlo en cuclillas, los de diamantes, que colgaba sobre el
mente sobre I,!s}tlanos. y palmeó a brazos cruzados, los codos apoya· sorá-. ¡'Choamano'!
Cavanaugh en la manga, sonriendo. dos en liJS rodillas: una talla "ugao C<.Iv<.lnaugh. que iJcab<.lbiJ de de-
Tomando eso como un asentImIen- que Cavanaugh habla traldo de las cidirse <.1 cambiar 1<.1 est<.ltuilla por
to, Cavanaugh volvió a poner la Filipinas. En el disco apareció por otro diamiJnte, quedó estuperacto.
-Un momento -dijo, e hizo
otriJ imagen en el disco; él mismo
entregando la estatuilla por el pre·
do conSólbido.
El Rufián dio un salto atrá~; le
temblaban las orejas y le vibraba la
cn:::stl.l. Reponiéndose de algún mo-
do. volvió a adelantarse y le mos-
tró iJ Cavanaugh una versión co-
rregida: el Rulián recibiendo .una
estatuilla de maderiJ tallada de, y
entregdndo un diamante a, el hom-
bre de piel morena que Cavanaugh
había mostrado como su creador.
-¿Choamano'! -volvió' a'decir,
~ñalando el tapiz.
Con un poco de rdbia, Cava-
naugh le mostrÓ que el tapiz habia
sido tejido por un mejIcano de
sombrero de paja. Con más rabia
todavía. contestó al "¡,Dónde?~'
pictográfico con un mapa de Mé· del Rufián palmeándole la manla
;'Io.leo; ) aun con más rdbia identili· a Cavanaugh: Po, amiJtad.
l:Ó y diJo dónde estaban los artistas Avergonzado, Cavanaugh sacó
que habían creado un jarro de pla· una botella de vino y dos vasos de
la sut:.Co,. un kris malayo, un caldc· un estante de la biblioteca. Con la.
ru dt bronce indio) un par de san- ayuda del disco le explicó al Rufián
dalias hechas ¡j mano en Greeo- qué era lo que le estaba ofreciendo
wleh \illage. y, a grandes rasgos, cuál era el efec-
·'\parentemente, el Rufián sólo lo que, se suponía, debía producir.
t:omprabJ en el sitio de origen. Fue un error.
l-." lodo caso, si no iba a recibir El Rufián, lanzando intensas mi-
ma . . diamantes, podría obtener al- radas de ale8ría entre trago y tra-
guna Información. Cavanaugh to- go. bebió el vino con evidentes
mó el dbco y proyectó una imagen m uestras de placer. Luego, con ¡m·
del Rufián apareciendo de pronto presionanle aparatosidad, puso so-
) a,,"JnL<wdo por la habitación. bre Id mesa un pequeño artefacto
1 llego Invinió esa acción y miró verde y blanco. El artefacto tenía
lI11..jul ... tllvamcnle al Rufián. una base cristalina, de cuyo centro
Por respuesta recibió una imagen brotaba una delgada colurnn, me-
de UI1 c'pacio crepuscular. sin fon- láliC"d que terminaba en una perilla.
do. tlnndc unas pequeñas criaturas Eso era todo.
~l)ll cn.:"'las como el Rufián cami- Sintiéndose anormalmente re·
n;lhan entre unas plantas fungosas ceplivo y expectante, Cavanaugh
que r¡Jr~t.:Íi.m hileras de roscas en esludió la explicación pictográfica
una V'dra. ¿Otro planeta? Cavanaugh del Rufián. Aquel anefaclo era, al
tnt:ó el dl'co t: Inclinó el punto de parecer, el eqUIvalente de las bebi-
coluque hacia drriba; el Rufián, das alcohólicas para la raza del
cortésmente, agregó un poco más Rufián. \Imagen de Cavanaugh y
lit.: a411~lIa neblina violeta. Ni sol, del Rufian. con enormes sonrisas
111 luna. ni estrellas. en las caras, mientras unas luces de haber una trampa. Lo mejor que
Llvanaugh volvió a probar: una colores se encendían y apa.gaban podía hacer, para estar seguro, era
1I11~lg.cn de sí mismo de pie sobre el dentro de sus transparentes crá· Ir al centro y ver a un tasador. Sa·
glubo l~rráqueo, mirando el cielo neos.) El hombrecito lo miró, pi· bya dónde habia uno: en el Edilicio
nocturno. De pronto apareció una diéndole permiso, y Cavanaugh Francis, frente a Comics Patrióti-
Jllllmuto.t representación del Ru- ·asintió. Con un robusto dedo, el cos. Escogió dos de las piedras.
li¡jn. incómodamente encaramado Rufián aFretó cuidadosamente la una grande y una pequeña, y las
en un:1 eM rella. perilla de arlefacto. La perilla y la guardó en el compartimiento inte-
1I Rllfián lu contradijo con una columna empezaron a vibrar. rior de la cartera. Un poco nervioso,
Imagen 4ue dejó a Cavanaugh Cavanaugh luvO la extraña sen- echó el resto en una bolsa de papel
más confundido que antes. Habla sación de que alguien le hacía cos- y la escondió debajo del sumIdero
dos globos que giraban en el vacio. quillas en el cerebro. Era una sen de la cocina.
Uno parecía ~6lido, y sobre él esta· sació" vigorizante, deliciosa. Un taxi amarillo pasaba por la
ba. lk pie. una diminuta figura hu· -¡Ja! -dijo. avenida. Cavanaugh lo llamó y su-
m<.tna. el otro globo era una nebli· -iJo! -dijo el Rufián, s:on una bió.
na vlokta. y dentro estaba la figura sonrisa de fehcidad. Recogió el ar- -A la Cuarenta y cinco y la
rechoncha, con cresta, de un Ru· tefacto, lo guardó -Cavanaugh Quinta -dijo.
-¿Buu? -preguntó el chófer,
:~~~;~:~t~O~ne:re;ir~~~a;rond~l~ casi vio donde lo ponía- y se le-
vantó. Cavanaugh lo acompañó volviendo la cabeza.
otra, acercándose a cada vuelta, hasta la puerta. El hombrecito le Cavanaugh lo miró. frunciendo
mientras el globo sólido parpadea- palmeó la manga; Cavanaugh le el ceño.
ba cldro oscuro, claro oscuro. Fi· apretó la mano. Luego, saltando -Calle Cuarenta y cinco -dijo,
nalmente se tocaron, se adhirieron, alegremente tres escalones por vez, pronunciando las palabras bIen
} la figura del Rufián saltó fuera de el Rufián desapareció escaleras c1aramente- esquina con la Quin-
su globo. El globo sólido parpadeó abajo. la Avenida. Vamos.
una vez más, el Rufián volvió a Unos minutos más tarde, desde -Zoos -dijo el chófer, echán·
meterse en el de la neblina, y las es- la ventana, Cavanaugh lo vio pasar dose la gorra hacia atrás-, ouug
feras se separaron, alejándose muy por la Segunda Avenida... encima
lentamente, girando. de un autobús.
Cavanaugh se dio por vencido. IJ
El Rufiáll, después de esperar un
instante para asegurarse de que La sensación de euforia
Cavanaugh no tenía más pregun· disminuyó tras unos pocos minu·
tas, hizo la mayor reverencia hasta tos, dejando a Cavanaugh en un es·
ese momento y en su mano apare. tado mental de n:lajación y aturdi·
ció un último diamante: una belle· miento al mismo tiempo. Para
za, casi del tamaño del diamante tranquilizarse vació los abultados
más grande que le habla dado ano bolsillos del pantalón sobre la me-
tes a Cavanaugh. sa. Diamantes: sólidos, frlos, afila·
Imagen de Cavanaugh aceptan. dos, fe,)plandc:cientes y hermosos.
do el diamante y entregando allo Los contó: habia veintisiete, desde
borroso: ¿ Por qw? más de cien kilates basta treinta;
Imolen del Ruli," n:chazando que valían, en conjunto, ¿cuánto?
la cosa borr08ll: Por n0d4. Imale" Calma, se dijo. Todavfa puede
tular del diario que lenla el niño en nadie; nadie podía leer lo que esta·
la mano decia: QUEZRIZRI QIF1 I LE D-d escrito.
IYZOIVI Q1Qr. El estrépito aumentaba; Cava-
El nombre del diario, que en to- naugh notó que los bramidos del
do lo demás se parecía al Dol/y chófer eran cada vez más roncos .,
N~ws. era Pionu VajI. más débiles. Allá delante las boCI-
El vendedor de periódicos relro· nas sonaban furiosamente. Con-
cedió cautelosamente. centrándose con gran dificultad,
-Espera -dijo Cavanaugh de consiguió pensar: ¿Hasta dónde?
pronto. Buscó cambio en el bolsi- Ese era el asunto crucial: ¿esa cosa,
llo, no encontró nada, y sacó un bi- fuese lo que fuese ... había ocurrido
llete de la carlera con dedos tem- simultáneamente en todo Nueva
blorosos. Se lo metió al niño en la York ... o en todo el mundo? ¿D
mano-o Quiero un ejemplar. -y ese era un horrible pensamien-
El niño tomó el billete, lo miró. to- se trataba de una infección
lo tiró en el pavimento, y echó a que él llevaba consigo?
correr como si lo llevara el diablo. Tenia que descubrirlo.
Cavanaugh recogió el billete. En El tráfico se volvió más denso.
cada esquina tenía un número 4 Al llegar a la Sexta Avenida el au-
grande. Sobre el grabado familiar tobús, que se había estado movien-
de George Washington ~ leían la.s do centímetro a centímetro, se de-
palabras FRA EVOFAP LFIFAL YI(. tuvo completamente, y las puertas
IQAroZI. Debajo del grabado la le· se abrieron de golpe. Cavanaugh
yenda deda YVA PVNN IT. estiró el pescuezo y vio que el chó-
Se llevó una mano al cuello de fer bajaba, tiraba la gorra al suelo
la C1misa, que lo estaba ahogando. y de!8parecfa entre la gente.
Aquel aparato vibratorio... Pero
no podia ser eso; era el mundo el ecftv:":~I:r ~~ódi~~~i~~o~~;tl
que estaba embrollado, no Cava- entrando en el bullicio. Sonaban
kelg treis uoofl, fook. ¿Bnog nuud n3ugh. Yeso era imposible, por- las bocinas..d.e.los coches, chillaban
ig ye nolik? que... las sirenas; cada cinco metros ha-
Cavanaugh bajó del coche. Un hombrecito sucio, con un bía una pelea, y cada diez peleas un
- j Pokuz drouig'ul -gritó el sombrero hongo, se le abalanzó, polida. Luego de un rato fue obvio
chófer, y arrancó con un rugido de asiéndolo por las solapas. que no lIegarja nunca a Broadway;
engranajes. -Poz'k -farfulló-, ¿fend gi. volvióa la Sexta, abri~ndose paso a
Cavanaugh se qued6 mirando hekn, fend gihekn? ¿Fwuz eeb empujones, y dobl6 hacia el sur.
con la mandíbula caída. Sinti6 que I'mwukd sahtz'kn? • El altavoz de una tienda de dis-
se le encendlan las orejas. Cavanaugh lo apanó de un .cos atronaba con una canción que
-¿lJor qué no anote el número empuj6n y retrocedi6 un paso. Cavanaugh conocfa y detestaba; po-
de la placa? -dijo en voz alta-. El hombrecito se ech6 a llorar. ro en vez de las palabras ya dema-
¿Por qué no me <}uedé arriba, en mi -¡Fwuh! -gimi6-. ¿Fwuh siado conocidas, la voz ronca de
casa? ¿Por qué VIVO en esta maldita vekn r'nahp shaoo? mujer cantaba:
e idiota ciudad? Cavanaugh dej6 de pensar. Con
Volvió a subir a la acera. "Kee-oo tho-Iv /if ..gmlil
el rabillo del ojo vio que un auto- Podn mowg.,h oooop(J-(l/ch. ..••
-¿Louly, badny? -le dijo unk bús acababa de detenerse al final
voz en la oreja.
Cavanauglr gir6 rápidamente.
de la manzana. Echó a correr hacia
él. ~~a~d~fau:t~ habia un letrero
Erd. un niño con un periódico en la El chófer, con el rostro en<::endi- que decía: I3FR. LF. Hasta los nú'
mano y un mont6n bajo el brazo. do, casi fuera de su asiento, le voci- meros estaban distorsionados.
-¿Me haces el favor de no me·
terte en lo que no te importa? -di.
feraba algo ininteligible a una mu-
jer gorda que le contestaba en el ca~e~:~nE~rr~s~~t~nb:r~e dalia la
jo Cavanaugh. Dio media vuelta, mismo tono, blandiendo una peli- Habfa muchos parroquianos.
caminó dos pasos hacia la esquina, grosa sombrilla. Detrés de ellos, el No se veía a nadie con chaqueta
se detuvo, giró, y volvió a donde eslrecho pasillo estaba atestado de blanca, pero aproximadamente un
habla estado. caras perplejas, caras moleslas, ca· tercio de los clientes estaban detrás
Era lo que babia pensado: el ti- ras que grilaban. El aire estaba eri- del mostrador, sirviendo al resto;
zado de consonantes dislocadas. una botella cada vez.
Mb alrés, alguien lanz6 un cbi- Cavanaugh se abrió paso a coda-
lli~orreó la puerta trasera. zos hasta la primera ma y. vaciló
M .. , el chofer se volvió y .. entr~ dos botellas etiquetadas res-
abri6. La gorda aprovech6 la opor- pectivamente CIF 05 y ZlnFlOTL
tunidad para golpearlo en la cabe- Ninguna pareda demasiado lenta.
za, y cuando la confusión resultan- dora, pero el líquido ambarino que
te disminuyó un poco Cavanaugh habla en las dos era aparentemente
se encontró en el ctotro del auto· lo que necesilaba. Se decidió por el
bús, apretujado y sin haber pagado Zitlfioll. Despu~s del segundo tra-
el pasaje. go, un poco más animado, buscó
El autobús arranc6. En cada pa. en la pane trasera del bar y encon-
rada bajaban algunos pasajeros .16 una radio.
histéricos, pero el estado deJos que Cuando se acercó descubrió '1 ue
seguian adentro amontonados no ya estaba conectada, pero lo úniCO
era mejor. Alurdido, Cavanaugb se que salla de ella era un potente
dio """nta de que nadie enlendfa a zumbido. Movi6 los diales. A la
derecha del dial -que estaba nu- cribió en el sitio correspondiente, York. gritando a una variada mul·
merado excéntricamente del 77 al al lado de las letras ya establecidas titud, una y otra vez:
408- sintonizó una orquesta que del alfabeto. Un id~ntico procedi- -¡Qinpofyl opoyfil! ¡Qinpofyl
tocaba CuadrfJf de una expolición; miento con el Pionu Vaj/. o Daily opoyfil!
era lo úoico que habla. . News. y con su propia firma. que y en otro momento. más adelan-
Eso aclaraba las cosas. \YQXR, aparecía en la tarjeta como Nnyup te aún, despen6, muy sobrio;
con un programa exclusivamente Ziciviemr, le dio cuatro letras más, estaba apoyado en una mesa con
de mlÍsica, estaba en el aire; las con este resultado: tapa de imitaci6n mAnnol en un
otras emisoras no. Lo cual signifi- bar parcialmente destrozado. El
caba que habla el mismo problema AE H 01 VN sol entraba oblicuo por la ventana
con las palabras no sólo en las emi· B lA PD W y daba en la pared que tenia a la izo
sioncsdc Nueva York y Nueva Jer- CV JW QM X quierda; deblan de ser la. últimas
sey, sino también en los programas D KF RH YO hora. de la tarde o la. primera. de
en cadena de la Costa Oeste. Inclu· EU LS S ZC la mdana.
so, ino podría ocurrir que lo que FT MG TR Cavanaugh lanzó un gemido.
decía un locutor en correcto inglés G NL UY Había ido a ese bar, recordó, por-
en Hollywood fuese escuchado ca- Ahora venía la prueba suprema. que le dolía la cabeza: era mAs o
mo un disparate por un ingeniero Copi6 el enigmático titular del Va}1 menos lo mismo que si hubiera to·
en Manhattan? y lo transliteró conforme a sus des· rnado un purgante para la náusea.
Eso lIev6 a Cavanaugh, poco a cubrimientos: y el resto, antes y después...
poco, hacia el problema siguiente. ¿cuánto cra imaginación suya?
Sin dejar la botella de Zitlfiotl, es- QEZRIZRIQIFI Alzó la cabeza y mir6 esperanza·
cogió una mesa desocupada en el MUCHACHA MATA da mente los carteles en las venta·
fondo c1el bar, se sentó con circuns- ·1 LE IVZOIVI QJQI nas. Aun sin pensarlo, estuvo segu·
pecci6n y deposit6 encima de la A SU ANCIANA MAMA ro de que aquello no cra inglés. La
mesa estos importantcs artículos: primera lelrd era una Z.
Un sobre parcialmente usado. Un éxito triunfal. Ahora podla Lanz6 olro gemido y apoy6 la
Una p'luma estilográfica. com unica rse. ba rbilla en las manos ahuecadas,
Un billete de un d6lar. El asunto, se dijo lúcidamente, cuidadosamente. Trató de quedar-
La tarjeta del Seguro Social. es que cuando pienso que estor di- se así, sin moverse, sin mirar. sin
Un diario que había conseguido ciendo "Escúcheme", en realidad ver, pero un ~nsamienlo insistente
reSC"dtar. digo ••Alzevraqa", y- es por eso que lo obligó a levantar otra vez la ca-
Ahora la cuestión era si quedaba nadie entiende a nadie. Y por lo beza.
¡jlgún orden en las pautas del len· tanto, si yo pensara que digo "AI- ¿Hasta cuándo?
guaje humano, o si todo se había zevraqa", estaria en realidad ¿Hasta cuándo iba a durar todo
reducido al caos total. El método diciendo "Escúcheme". eso? ¿CuAnto pOOla durar antes de
científico, alentado por el Zitlfiotl,
descubriría la respuesta.
Pero eso no dio resultado. que el mundo se fuese al mismísi-
mo diablo? No mucho.
Como gambito preliminar escri- Algún tiempo más tarde se en-
contró en un aula de clase en desu- Sin un lenguaje. ¿cómo podía
bió las letras del alfabeto, en una uno comprar algo, vender algo , pe-
columna severamente venical, en so, frente a un ind6mito-alumnado
compuesto por tres hombres con dir itlgo? Y si uno pudiese. ¿qu~
el lado sin usar del sobre. moneda usaría? ¡Billetes de cuatro
Luego. tras un momento de re-- anteojos y barba y una mujer con
nexi6n, copi6 el texto del billete de pelo en los ojos; intentaba ensci\ar- d61ares, con -la inscripci6n YVA
les, por intermedio de ejercicios en PVNNIT'!
un dólar. Así:
un pizarrón, un nuevo alfabeto que ...0. se cor'rigió amargamente,
AtA EVOFAP LFlFAL YK IQAlOZI empezaba así: E, espacio. V. espa- algo igualmente extraño. Porque
YVA PYNNIT cio. U. T, espacio. Los espaCIOS, ese era el detalle que había pasado
explicaba, eran lo más importante. por alto hacia unas horas, durante
Debajo de cada linea, letra por En otra ocasión, más adelante, la borrachera: que cada uno tenía
letra, agreg6 el texto que d.berúJ estaba de pie en el primer descanso un alfabeto diferente. Para Cava-
estar en el billete. Th. Un;"d Sla- de la escalera de entrada de la naugh era yvÁ PYNNIT. Para algún
Iu 01 Am.rlca. OM 00110'. suc.....,.1 de la C~11e Cuarenta y dos otro efa AGU MAnEK o ENY ZEI.... L,
Eso le dio quince letras, que es- de la Biblioteca Pública de Nueva o...
VeinllSl!is letras en el alfabeto in- taba de Ietru lino de fonemas: cua·
gk!s. Combinaciones posibles: 26 x renta en el inglés hablado común.
2S x 24 x 23 x 22 y asl sucesivamen- Una vara que le revolvfa a uno el
te hasta el 1... aproximadamente c~b[o, mezclando los reflejos. co-
un cero por cada operación . nectando la recepción de la K con
Algo ..1 como ClIIJlrllloll . la emisión de la H. o la O. o cual-
No tantas combinaciones si las quier otra letraO"

vocales eran sustituidas por VQCa· Csvanaugh dibujó una Ictra con
les y las consonantes por conso- el dedo índice en la mesa, arru,an-
nantes, como parecía ser su caso, do el cmo. ¿No habla becho ..em-
pero muchas de lodos I'Iodos. Más pre la A de ese modo... una raya
que el número de perse lS vivas en Vf"rtical y tres horizontales?
el mundo. Pela ahlestaba el detalle sinies-
Eso en cuanto a la pal2.1 fa escri- tro de todo el asunto: que la. me-
ta. Para el habla -Cavanaugh se moria no significaba nada, porque
dio cuenta de pront~ el proble- todas las memorias seguían exis-
ma sería unos veinticinco lugares. tiendo, pero estaban distorsiona~
decimales mú grave. Ya no .. tra- das. Como si uno arrancara ladas
las conexiones de la mesa de un
operador telefónico y las volviera a
ooner todas cambiadas.
Naturalmente, osa tenIa que ser
la explicación: nadie podla haber
andado cambiando todos los letre~
ros, reimprimiendo todos los dia·
rios o falsificando la firma de Ca·
vanaugh en la larjeta del Sesuro
Social. La primera letra de su nom-
bre. ese semicirculo, aunque pare-
cía una Z, segura siendo una C.
i,O no'! Si un árbol cae pero no
hay nadie allí pard oír la caída,
¡.produce un ruido? Y si la belleza
está en el ojo· del observador... R~
primiendo una tendencia a caer en
la histeria, Cavanaugh pensó: iCÓ-
mo podemos salir de esto?
Empecemos por el principio,
El Rufián.
Había llegado de un sitio que no
era exactamente un sitio, atrave-
~ndo una distancia que no era
exuctamente una distancia, Pero
debía de ser un viaje dificil, porQ,ue
no había señales de otras apariCIO-
nes de pequeños coleccionlslas de
'Ute con crestas como cacatúas,.,
Comprabu objetos de artesanía
locales ":00 piedras que en este pla-
nela no tenían precio y que tal vez
en el sitio de donde él venía eran
t:Jn comunes como la tierra. Boni-
los abalorios para los nativos. Cor-
tésmente, uno le ofrecía un trago.
y él, devolviendo esa cortesía, le
revolvía a uno la cabeza con una
vam.
Aguardiente. Un suave eslJmu~
lante para el Rufián, pero un in-
fierno sobre ruedas para los aborí-
genes. En vez de confundir un po-
co a un par de personas ponía pa~
tas arriba a todo un planeta ... y co-
mo el Rufián se comunicaba por
intermedio de figuras quizá aún
no sabía todo el daño que había
provocado. Terminaría su excur-
sión y regresa ría contento a su casa
con los premios y luego, quizá mil
años más tarde, cuando la humani~
dad se hubiese vuelto a recompo-
coche delantero y fue hasta la cabi- Eran pocas .Oabas. Cavanaugh
na del conductor. llegó con la cabeza y pasó a la
Faltaba la palanca de control. cuarta figura.
Lanzando un juramento, Cava- -Vbzyelch.
nauBh volvió a.subir a la calle. To- Cavanaugh asintió. y volvieron a
nla de encontrar al Ruliin; habla repetir toda la serie.
una posibilidad en un millón de -Oweh. .. mah... vbzyetch.
que eso sucediese, y un minuto des- -Una expresión de esclarecimien-
perdiciado ahora podía ser un mi- to se extendió por toda la cara del
nuto importante. chólor-. ¡JI<kag/! ¡JI<kag/! iVDZ:
En ese momento el hombrecito yelch!
podía estar ya en cualquier parte -¡Eso e!\! -dijo Cavanaugh-.:
del planeta. Pero se había interesa- Shendan Square.·iJ.<kagl Vbz-
do en objetos que tenia Cavanaugh yetch!
en el apartamento y que eran de Cuando estaba llegando al taxi
procedencia diversa: las Filipinas, el chófer se detuvo de pronto, co-
México, Malaca, Suecia, la India ... mo si acabara de recordar algo, y
y Gm:nWich VillaBe. Si todavla no tendió una mano insinuante.
hubiese llegado al Village, cosa -Ngup-joke -dijo, con triste-
bastante improbable. quizá lo po- za. y se volvió hacia la pared.
dría encontrar aún; era su única cs- Veinte minutos más tarde Cava·
peranza. naugh se había empobreci~o en un
En la Octava Avenida. al sur de diamante de treinta Icilates, y el
la Cuarenta y uno, encontró un ta- chófer delt3xi, con una sonrisa en
xi amarillo detenido junto a la ace- su cara honrada, le abrfa la puerta
ra. El chófer estaba apoyado con- en la esquina oeste de la plaza She·
tra la pared, bajo un letrero de
ner en naciones de media hectárea Zyzi-Zyni, hablando solo y ll"sticu-
e imperios de dos por un centavo, landa.
aparecería otro Rufián... Cavanaugh lo agarró de la man-
Cavánau@h volcó la silla. . ga y le hizo señas urgentes hacia el
Se le estaban formando carám- sur. El chófer lo miró vagamente,
banos en la columna vertebral.. se aclaró la garganta, se apartó dos
No era esla la primera \leZ. Ya paSos, siempre pegado a la pared, y
había ocurrido por lo menos en pnJsiguió con su interrumpido dis·
otra ocasión, hacía unos pocos mi- curso.
les de años, en el valle del Eufrates. Cavanaugh. vaciló un instante,
Babel. echando humo, luego buscó en los

111 ~Io~~~: ~~unmsau YaFr:I:~~ ~~f~~~~~


del mundo, lo abrió para tener un
El sol descendía hacia el oeste, espacio en blanco, y dibujó rápida-
dorando la desierta Calle Cuarenta mente:
y dos con la desBarradora y falsa
prumesa de I~ primavera en Nueva
York. Mareado, apoyado en el
m¡jrco de la puerla, Cavanaugh vio
escaparates rotos e interiores oscu-
ros. Se oía un confuso estruendo
allá lejos. en la ciudad, pero las po- ridan (que no es cuadrada sino
l.~J:ot personas que pasaban por de- triangular), a pocos metros de la
lanle de él iban calladas, perplejas. El chófer miró el dibujo con cara estatua color plomo del· general.
Había un tremendo choque en la de aburrimiento, luego con un dé- Cavanaugh le indicó con una se-
esquina de la Séptima Avenida, y bil brillo de inteligencia. Cava- ña que lo esperase, recibió una son-
otro en la Octava; comprendió con naugh señaló la primera figura y risa contenta y un asentimiento, y
alivio que eso explicaba la falta de miró al hombre interrogativamen· echó a correr manzana abajo.
tráfico en su manzana. Sostenién- le. P'.tsó una vez por delante de la
dose la tapa de la cabeza con una -¿Oweh? -dijo el chófer. tienda de Janigian sin reconocerla,
mano. attavesó corriendo la calle y -Eso es -dijo Cavanaugh, por una excelente razón: no había
se metió en las oscuras fauces del asintiendo violentamente-. Ahora un solo zapato o zapatilla a la vista
lubterr'nco. la siguiente ... en el enorme y vacío taUer y salón
El vestíbulo y la propia estación El chófer vaciló. de venlas.
estaban vacías; sólo se oían ecos. -¿Mlshell? La puerta estaba abierta. Cava-
No había nadie en los quioscos, naugh entró, mirando suspicaz-
nadie jugando con las máquinas te ~I (¡~~Ií.a C:v~~~:gnh :~~~i~a~ mente los estantes vaclos y luego la
lra~amonedas.. CavanauBh traBó mano y señaló el círulo negro. puerta del cuarto trasero. asegura-
sahva y entró por la puerta abierta -Mah. da por una barra de hierro y el can·
y bajó estruendosamente por lu -¡Exacto! -exclamó Cava- dado más grande que había visto
H~~r: :s::.:LI~~i~~~~ las
puertas abiertas, las luces encendi-
nauRh-. Oweh mah...
Señaló la tercera lisura.
Esa era la dificil; el ch6fer no
en su vida. Eso era extraño: (a)
porque Janigian no creía en las
das y el motor ronroneando calla· consegu(a entenderla.
damente. Cavanaulh entró en el -¿Vnakjaw? -aventuró. • Square. Piola. 'J tamb~n nMMirodo. (N. de T.)
puertas cerradas, y esa misma Dun· Esta w:z significaba "adiós". Ca- cerró con fuerza los ojos, y contó
ca había tenido siquiera picaporte. vanagh salió de la tienda. hasta veinte. Cuando pensó que
y (b) porque Janiglan nUnca salla a El dolor de cabeza, que lo habla podla confiar en sostener en la ma-
mnguna parte: unol silos antes lo abandonado imperceptiblemente no un objeto de punta afilada, to-
~~~~~i~u~:d~ ~~~~h~::~~ d;
en algún sitio de la Calle Cuarenta rnó la pluma, buscó la sección de
y dos, volvía a hacerse sentir. Lan· Manhattan en el mapa, e hizo una
la manera en que el pavimenta su· zando una poco inspirada maldi- marca en la Cincuenta y la Sesun-
be al encuentro del pie cuando uno ción. Cavanaugh regresó a la es- da A venida. Dibujó otro diaman·
lo levanta. quina. le, y una llecba ..ñalando el punto.
Cavanaugh se acercó, metió las ¿Y ahora? ¿Se suponía que tenía El chófer lo estudió. Se mclinó
uñas en la rendija entre la puerta y que perseguir al Rufián a las Filipi- un poco más sobre el asiento y pu-
el marco, y tiró. nas, o a Suecia, o a M¿xico? so un dedo gordo sobre el funto.
La barra de hierro, que estaba y bueno, ¿por qué no? Si no lo -¿Fa mack alaha gur' hih?
sujeta al marco sólo por las cabe- encuentro, se dijo Cavanaugh, den- -preguntó, suspicaz.
zas aserradas de dos tornillos, se tro de un año esta~ viviendo en una -Tu padre procede de una larga
soltó; la puerta giró, abriéndose. cueva. Seré un pésimo caverníCola. familia de orangulancs con re-
Adentro estaba Janigian. Cenar otra vez gusanos... pugnantes enfermedades -dijo
El chófer del taxi estaba todavla Cavanaugh, poniéndose una mano
Sentado con las piernas cruzadas esperando en la esquina. Cava· sobre el corazón.
sobre un pequeño baúl de madera. na ugh le gruñó y entró en la ciga· Tranquilizado por los polisUa-
moderadamente desorbitado, tenía rrería que había al otro lado de la bos, el chófer h izo arrancar la m'·
sobre los muslos una herrumbrosa calle. Del montón de corbatas, Ii· quina.
escopeta,'y dos cuchillos de carni- bros y caramelos, que le llegaba a En el apartamento, mientras el
cero, de veinticinco centímetros de la rodilla. sacó un mapa. Con ~I en chófer espiaba descaradamente en
largo, tirados en el suelo, delante la mano volvió a la calle, y caminó la sala, Cavanaugh buscó el dia-
suyo. hasta e~ ·taxi. mante más pequeño para pagar el
viaje, y otros doce, de tamaño me·
diano a grandc,para futuras emer-
gencias. También metió en una
bolsa de papel dos latas de picadi-
llo, una lata de judías, un amela·
tas, una cuchara, y una botella de
jugo de tomate; en ese instante la
idea de comer le repugnaba.J>ero
en algún momento tendría que ha·
cerio. Y eso era mejor que gusanos,
de todos modos...
Cavanaugh descubrió que todas
las arlerias principales de Nueva
York estaban cerradas: aparente-
mente,todos lasque vivían en la is-
la trataban de salir, y viceversa.
adie prestaba mucha atención a
las señales de tráfico. y los demole-
dores resultados se veían en casi to-
das las esquinas.
Tardaron dos horas en llegar a
La Guardia.
Al ver a Cavanaugh levantó la El chofer lo miró con expectati-
escopeta, luego la bajó un poco. va.
-¡Odeh! -dijo. Cavanaugh lo -Tu madre tiene orejas peludas
tradujo como "¡Ajá!", el saludo -le dijo Cavanaugh.
habitual de Janigian. -¿Zee kwa? -pregunló el chó-
-Odeh serás tú -le respondió. fer.
Sacó la cartera, tomó el otro dia· -Tres -agregó Cavanaugh.
mante -el grande- y se lo mas· Abrió el mapa por la zona de
tró. Queens Long Island, logró encon-
Janigian asintió solemnemente. Irar Flushin~ Bay, y dibujó'una X
Se puso de pie, sosteniendo cuida· (que, despues de pensarlo mejor,
dosamente la escopeta debajo de transformó en un punto) donde
un brazo, y con el otro, sin bajar la tendría que estar el aeropuero La
vista, levantó la tapa del baúl. Guardia.
Apartó media docena de camisas El chófer miró, asintió... y ten-
sucias, buscó más abajo. y sacó un dió una mano carnosa.
puñado de algo. Cavanaugh contuvo un impulso
Se lo mostró a Cavanaugh. de escupir. Indignado, hizo un di-
Diamantes. bujo del diamante que Ja le babia
Los dejó caer uno por uno en el dado al hombre, lo senaló, luego
baúl y luego echó adentro las cami- señaló al chófer, luego el mapa .•
sas, bajó la tapa y se volvió a sentar El chófer se encogió de hombros
encima. y señaló hacia afuera con el pulgar.
-¡Odeh! -dijo. Cavanaugh apretó los dientes.
Habla alguna dase de 110 alrede- como un árbol. Hombre y perro .. Cavanaulh volvió a Manhatlan
dor de un coche detenido delante miraron a 101 ojos durante un mor· caminando.
del edilicio terminal. Al a"""",rse daz instan..; 1IlOl0 la beatia pó
el taxi de Cavanaugh la multitud se lolpeando a CavanauBb en la. COI- Contando el tiempo que pasó
a~ del coche y echó a correr ha· tilla.. y deaapareció. iIunmendo debajo de IUI puente al
Cla ellos; Cavanaugh apenas tuvo Furioso, Cavanaugh le levantó y Q.... ns. tardó do"" horas en lIe..r
tiempo de abrir la puerta y saltar ech6 a andar, apresuradamente, a su casa. Hasta un nativo de Ore-
afuera. Oeap~ de piaarle WI ri.. a hacia la pista. Alluien lo asi6 dela gón consigue orientarse en Man·
alguien y lolpear a alpien mAs en manla Y le lritó en la oreja; Cava- hattan, pero la gente de Manhattan
el eatÓlll8lo. recuperó el equilibrio naugh se volvió y chocó contra se pierde en seguida fuera de su is.
y vio como el taxi praba aobre dos otra persona, que lo lolpeó con la. Cavanaugh no acertó con el
ruedas. con una puerta trasera un bollO. Un rato másltarde.conpa puente de Qucensborough. erró
abierta. y se alejaba rápidamente. mente confuaa y el cuerpo malulla. hacia el sur entrando en 8rooklyn
llevando una car.. de pasajeros do, lIeló junto a un pequedo mo- sin darse cuenta (antes preferirfa
que abultaba como un enjambre de noplano, de aspecto frálil, aobre haberse muerto), y fue a dar a unas
abejas. Las luces traseras del taxi se una de cuyas alas estaba sentado sesenta manzanas de su ruta, en el
perdieron en el camino, scguidas un hombre de cara inexpresiva ves· puente de Williamsburg; por la ca·
por unos pocos reza..dos frenéti· tido con una chaqueta de cuero. lIe Delancey llegó a la zona sureste
cos. Jadeando, Cavanaugh trep6 jun- de Manhattan, lo que no era un
Cavanaugh camin6 con cautela to a él. El otro lo mir6 J?Cnsativa- gran progreso.
alrededor del disminuido lentio. mente y alzó la mano Izquierda, Siguiendo la línea de menor re-
concentrado todavia en el coche que hasta ese momento había ocul- sistencia, anhelando ver civiliza-
restante, y entró en el edificio. tado detrás del cuerpo. En la mano ci6n (por ejemplo el cenlro de N ue-
Atra\les6 esforzadamente la sala de tenía una llave inglesa. va York), Cavanaugh avanzó hacia
Cavanaugh suspiró. Con la ma-
no le hizo una seña para que pres-
tase atención, abrió la cartera y sa·
có de adentro una de las gemas
más Irandes.
El otro hombre bajó un poco la
llave.
Cavanaugh se palpó el bolsillo,
buscando la pluma estilográfica;
había desaparecido. Entonces mo-
jó un dedo en la sangre que le go-
teaba de la nariz y dibujó un tosco
contorno del mapa de los Estados /
Unidos en la superficie del ala.
El otro dio un Ii,ero respingo,
pero miró con intereso
/
/~ . ..,
Cavanaugh trazó la frontera Es-
tados Unidos-México, y al sur mar-
~có un punto -o gota- grande. Se-
ñaló el aeroplano, el punto, y alzó
el diamante.
El hombre meneó la cabeza.
Cavanaugh agregó otro diaman- .t:$'
te.
El hombre volvió a menear la ca·
. beza. Señaló el aeroplano, hizo el
movimiento de ponerse auriculares "
""pera, perdiendo la bolsa de pa- en la cabeza, se concentró en acti- el noroeste por el antiguo sendero
pel, varios bolones de la camisa y tud de escucha. y negó otra vez. No de vacas conocido por diversos
el noventa por ciento de la calma, y nombres: Bowery, Cuarta Avenida
encontró una puerta abierta que len&~Q:~~. mano achatada imitó el r Broadway. Deteniéndose s6-
daba a la pista. despegue de un avión, y con la otra lo en un puesto de bebidas de
• La enorme área, iluminada por dibujó una rápida línea en la gar- Un ion Square para tratar de en·
rencelores, era una inextricable ganta. Suicidio. contrar alguna salchicha fría, llegó
confusión de gente, perros y aera· Luego ensayó un saludo poco a la Calle Cuarenta y dos a las diez
planos: más aviones de los que Ca- militar. Gracias de lodos modos. y media, veintitrés horas y media
vanaugh había visto jamás en un Cavanaugh baj6 del ala. El si- después de haber conocido al Ru-
sitio; bosques de aviones: de pasa· guiente piloto que encontró le dio fián.
jeros, de carga, aeroplanos particu. la misma respuesta; y el siguiente. Times Square. un espectáculo
lares, de toda forma y tamaño. No hubo un quinto piloto porque poco inspirador por la mañana. es-
La presencia de los perros era al querer acortar camino pasando taba muy extraña r triste. El tráli-
más dificil de explicar. A su alrede· por debajo de un ala tropez6 con ca, escaso, se movla espasmOdlca-
dor habia docenas. todos ..andes y dos caballeros que forcejeaban si· mente. Todos los coches llevaban
vocingleros. Un dálmata especial- lenciosamente y que en seguida le las ventanas cerradas, y Cava·
mente inquieto, del tamaño de un transfirieron la dispu~a. Cuando se naugh vio a más de un pasajero
puma, dio vueltas alrededor de recuperó de una momentánea dis- con un rille. La gente que qeambu-
Cavanaugh y luego alzó las he- tracción los hombres habían desa- laba por las aceras cubIertas de ba-
mendas patas delanteras y se las parecido, lo mismo que su cartera sura no daba la impresión de diri-
puso en el pecho. Cavanaulh cayó con los diamantes. girse a algún sitio, ni de pensar si·
Echó a correr,
Con pies de plomo, casi muerto.
y maldiciéndose a sí mismo, al Ru·
fián, a la raza humana, al Dios
Creallor y a todo el cosmos imagi.
nable con el último aliento de su
cuerpo, Cavanaugb llegó a la es-
quina de la Cuarenta y nueve y la
Segunda Avenida a tiempo para
ver al Rufián pedaleando rápida·
mente por la Avenida en una bICI-
cleta.
Le gritó. o trató de hacerlo; no le
s:Jlió más que un resuello.
Con un silbido agónico, tamba p

leándose, dobló la esquina y corrió


pam no c:Jerse de cabeza. Casi al-
cunzó al Rufián en la entrada del
edificio, pero le faltó aliento para
hacer algún ruido. El Rufián entró
como una necha y se lanzó escale-
ras :Jrrib:J: Cav:Jnaugh lo siguió.
No puede abrir la puerta. pensó.
en la mit:Jd del c:Jmino. Pero cuan-
quiera en esa posibilidad. Se amon- Sin embargo, la humanidad ha-
100a6a, nada más. bría podido sobrevivir si sólo estu-
Las librerías estaban vacías, y viese embrollada el habla, no la es-
los libros desparramados en el pa· cntura. o habría resultado dificil
vi mento; tiendas de novedades, ca- inventar símbolos sonoros univer-
feterías. bares... lo más asombroso sales pard las pocas situaciones
de lodo era que aún existía algún donde el habla era realmente vital.
lipo de comercio, acá y allá. El di- Nada podía sustituir los libros de
nero todavía compraba una botella texto, los archivos. las bibliotecas.
de licor, O un paquete de cigarri- las cartas comerciales.
llos, o una lala de conservas: los ar- En ese instante. pensó Cava-
tículos de primera necesidad. El n::IUgh, el Rufián debía de estar
problema principal era cómo fijar cambiando vestidos de hierba por
el precio. lo que había sido resuelto abalorios brillan les en Honolulú o
de una manera mu~ directa: sobre colmillos de morsa tallados en
el mostrador se eJthlbían los artícu- Alaska, o...
los de la tienda, y cada artículo te- ¿O no'] De pronto descubrió que
nía adherido un billete o dos. Ciga- había estado imaginando que las
rrillos: George Washington. Una apariciones del Rufián en todo el
botella de whisky: Alexander Ha- mundo eran como la de su aparta-
millon y Abrdham Lfncoln. Una mento. saliendo de la nada, y que
lata de carne: Andrew Jackson. al final de su excursión el hombre-
Había incluso un' cine abierto. cito de la crestJ desaparecería del
Mostraba un festival de Charlie sitio donde se encontrase de la
Ch"plin. misma manera. volviendo a su
éavanaugh se sentía muy ato- mundo de origen.
Pero si podía viajar de ese modo, do llegó al descanso del tercer piso
londrado e insusbstancial. Babilo- ipor qué se había ido del apartamen- vio que la puerta estaba abierta.
nia, ¡la gran ciudad!, pensó; y en Cuvanaugh hizo 'un último es-
to de Ca\,(waugh en un aUlobús de la
algún sitio, aparentemente, en la ruerLo. sahó como un salmón, tro-
brecha entre antediluvio y aoado- Segunda A \'ellida'
CavanJugh buscó frenéticamen- peLÓ con d umbT:JI, ) cayó despa-
minante, el copista debía haber es- rramado c.:n medio dd piso.
capado con el pergamino ... te en su memoria. Se le anojaron
l:Js rodillas. 1:.1 Rufián, a un paso de la mt.sa
La raza humana acababa de re- El Rufián le hllbía mostrado en de dibujo, se volvió con un sor-
cibir el castigo. Nueva York ya no el disco que los dos -lIamérnoslos prendido "¿Chaya dnihT'
era una ciudad; era simplemente la universos- rara vez se cruzaban, y 1\1 ver a Lavanllugh. se acerco
materia prima de un rompecabezas que cuando eso sucedía se tocaban mirándolo con unos ojos saltones y
para arqueólogos: un montón de sólo en un punto. La vez anterior el preocupados. Cavanaugh no podía
basura. Y pensando otra vez en punto de contacto había sido la lIa· moverse::.
Finnegans. recordó: ¡Qué hernmo- nur:J de Shinar. Est:J vez el ap:Jrta- M urmurando entre dientes. exci-
so revoltnijo es tnodo! mento de Cavanaugh. wdo. el Rufián sacó de :Jlgún lugar
Miró las caras que tenía alrede- y aquel parpadeo, luz- el Jrtefacto verde y bl:Jnco -una
dor. inexpresivas, mostrando un oscuridad-luz, antes que el Rufián acción muy parecida, presumible-
nuevo dolor, el dolor del silencio. de la figura volviese a su propia es- mente. a I:J de un ser hum:Jno b·~s·
Eso es lo que más los hace sufrir. fera ... cando el medicinal brandy- y lo
pensó. o poder hablar. No les im- Veinticuatro horas. pu!'>o en el suelo. cere.t de la cabeza
porta no poder leer; esa es una mo· Cavanaugh miró el reloj. Eran de C<lvanaugh.
telitla menor. P::ro quieren hablar. las 10:37 -IL rgh! -dijo Cav:Jn:Jugh.
Agarró con una mano el disco del En seguida comenzó a sentir la
Rufián. presencia de una punzada crecien-
Las figuras se formaron sin un te. como un olvidado dolor de
esquema consciente: el artefacto, muelas. Cavanaugh tardó un mo-
las luces que se encendían yapaga- mento en identificarla como la
ban en el cráneo -docenas, cien- conciencia. ¿Quién eres tú, le decía
tos de cráneos- luego edificios la conciencia. para quitar el don
que se derrumbaban, trenes que del habla ... lo único que en una
chocaban, volcanes que entraban época distinguió al bombre del mo-
en erupción... no?
de ~~~o¿~~i~eL Rufia" casi sallaron Cavanaugh, respetuosamente,
traló de sentir arrepentimiento, pe-
-i Hakdaz! -dijo, llevándose ro no lo consiguió. ¿Quién dijo que
las manos a las orejas. Tomó el dis- enl un don? le preguntó a la con-
co y proyectó imágenes conciliato- ciencia. ¿Pura qué lo uS3mos?
rias: el artefacto y un vaso de vino, Te voy a decir para qué. En la ci-
fundiéndose en una sola cosa. g<lrrería: Eh, ¿qué te parecieron los
- Ya lo sé -dijo Cavanaugh Yankees'! Si, estuvieron bien. ¿ver-
con voz ronca, tratando de apoyar· d<Jd'! ¡Claro que sí! Te digo que ...
se. en un codo-o Pero ¿puedes en- En casa: ¿Qué lalle fue hoy? Ah.
conlTor una solución? El manicomio de siempre. Y a ll,
Hizo una imagen del Rufián se- o habría má ¿cómo te fue? Muy bien. Yo no
ñalando las luces centelleantes. que dales cantados. puedo quejarme. ¿Los niños bien?
pronto se apagaron. Cavanaugh se levantó. Si. Ajá. ¿Qué hay para la cena?
-Deech, deech -aseguró el -Escucha -le dijo al Rufián, En una fiesta: ¡Hola, Harry!
Rufián, asintiendo violentamente. tenso-. ¿Podrías arreglar sOlo la ¡Qué cuentas, muchacho! ¿Cómo
Tomó el artefacto y desarmó de al· escritura ... no el habla'! está'! Me alegro. ¿Cómo están
gún modo la base verde en docenas LI Rufián lo miró desorbitado y los.. .'! Y enlonces le dije, tu no pue-
de pequeños cubos que empezó a le ofreció el disco. des melerte en lo que yo... Me gus-
re<trmar, aparentemente en un or- Cavanaugh lo agarró y, leñta- tu, pero no me sienta bien. Es mi
den diferente, con mucho cuidado. mente. comenzÓ a traducir la idea estómago; el médico dice... Organ-
(;avanaugh se arrastró hasta una a cuidadosas imágenes... . dí, con peQueños botones dora-
silla y se dejó caer en ella, fláccido 1:.1 Ruftán se habia ido. Zambu- dus ... ¿Ah, si? ¿QuiereS que te rom-
cuma un guante. Observó al Ru- lléndose de cabeza por encima de pa la nariz'!
fián, diciéndose con modorra que, la mesa de dibujo de Cavanaugh, En las esquinas de las calles: Le-
si no (enía cuidado, en un momento había desaparecido como una bensraum ... Nordische Blut...
estaría dormido. Había algo raro pompa de jabón al eslallar. Yo. dijo Cavanaugh, ya presenté
en la habitación, algo extraordina- Cavanaugh se quedó donde esta- mis pruebas.
riamente sedante... Un instante ba. escuchando. Desde afuera, lue- La conciencia no respondió.
más tarde comprendió qué era. go de un rato, llegó un confuso ru- En el silencio, Cavanaugh atra-
El silencio. gido, debilitado por la dislancia. vesó la habitación hasta el estante
Las dos mujeres que infestaban En toda la ciudad -en todo el de los discos, y sacó un álbum. Le-
el piso de abajO no se estaban gri- mundo, supuso Cavl:lnaugh- la yó el titulo en el lomo: MAHlE" La
(<tndo insultos a través del patio. gente estaba descubriendo que po· canción de la Tierra.
adie escuchaba música para idio· día leer de nuevo; que los letreros Escogió uno de los discos y lo
laS en radios sintonizadas a un vo- puso en el aparato: "La Canción
lumen seis veces más alto de lo ne- ~6b[tí:¡s~e~~~~d~uho~b~~n;e~~eb:: del Borracho", en el quinto movi·
cesario para un oído normal. vuelto a unir al continente de los miento.
La casera no le gritaba desde el demás. Cavanaugh sonrió beatíficamen·
~~ti~oef~S6t~~~t.rucciones al porte· Eso duró veinte minutos, y lue"o te, escuchando. Era un remedio ar-
Silencio. Paz.
se UP<lgó poco a poco, Con el oJo
de la mente. Cavanaugh vio Ja or.
~i~~~a~erR~~;á~,ei~er:~Ph~~a~~
Por algún motivo, la mente de gia de escritt,¡ra que debía de estar había quedado para siempre un
Cavanaugh volvió al tema de las empezando. Se sentó, y escuchó el poco achispada. ¿Y qué?
películas mudas: Chaplin, los poli- bendito silencio. Las palabras que cantaba el te-
cías Keystone, Douglas Fairbanks, nor eran incomprensibles para Ca-
Garbo... tendrían que volver a sa- vHnaugh ... pero siempre lo habían
~r1os de las latas, pens<>.para todo sido: Cavanaugh no hablaba ale-
el mundo, no sólo para los clientes mán. Aunque conocía el
de la Filmoleca del Museo de Arte significado:
Moderno...
El Cungrc-so tendría que eGui- JVas geht mich denn der Frühling
parse con algún sistema de teleau- alJ!?
Lassl mich betrunken sein!
~~t~~fl~ ~~s:e~eloo~ad~~. pantalla "¿Qué me importa la primavera?
La televisión. La televisión, pen- ...¡ Déjenme estar borracho!"
só Cavanaugh, como en un sueño,
tendría que call<trse.
No habría más oratoria de pro- Trlulo original: "Babel 11"
paganda. @ 1953 by Galaxy Publishing
u habría más discursos de ban- Corporalion
quetes. Traducción de Marcial Souto
-¡Pensar. Pedro. que no mamemos nunca más! ! ! -Lu ühima. landa de fnlierros fue allá por el 1992.

-Esta será una vida muy distinta. -¡Lástima que no todos lo pudieron disrrutarL ..
aqul no hay odio. vicios. contaminación . . .

-¡,Tu oué haras. Pedro'! -¿Y como se llamará'!


-Pondré una plzzena en la ciudad --tUS MORTALES
El correo de la mañana parpadeó... y volvió a
había llegado mientras parpadear. i Dios mío, era
Amos Cabot estaba afuera para él, sin posible error! Al
haciendo las compras, y lo tacto daba la impresión de
habían dejado sobre la ser una revista o un
desvencijada mesa de la sala catálogo voluminoso: se
de entrada. Le echó una preguntó qué podría ser, y a
ojeada, pese a que sabía que
no habría nada para él;
aquél no era su día. El trece
recibía el cheque de
Bienestar Social y el

veinticuatro el cheque del


sindicato y nunca había
otra cosa, fuera de un
número siempre decreciente
de tarjetas cada Navidad.
Nada, lo sabía. Recostado
contra el espejo descubrió
un sobre azul de gran
tamaño, pero Amos no
alcanzaba a distinguir el
nombre: la maldi\a
tacañería de la señora Peavy
.con sus lámparas de dos
vatios. Se inclinó para
mirarlo de cerca,
quién se le habría ocurrido Preparación. El resto de la Mi estimadísimo señor:
mandárselo. Apretándolo tapa era .negro, tan negro Bienvenido a la resignada
con tra el pecho con una como una noche cerrada, familia de los fel/ces lectores
mano sarmentosa y salvo una foto en forma de de El Más Allá: La Revista
salpicada de manchas piedra sepulcral: un de la Preparación. iA usted.
hepáticas, inició el largo y reconfortante paisaje de un que está próximo a morir. le
penoso ascenso de los tres cementerio cuajado de damos nuestra bienvenida!
tramos de escaleras hasta la flores, hileras de lápidas y Deja usted atrás una vida
habitación. Dejó caer sobre mausoleos melancóltcos. larga y venturosa y se
¿Qué demonios era éso?
¿Una j¡roma pesada, tal
vez? No fue precisamente
esa la sensacIón que tuvo
Amos mientras hojeaba con
dedos trémulos las páginas
que le mostraban imágenes
fugaces de ataúdes, féretros,
predios en cementerios y
urnas para cenizas

el escurridero la bolsa de
cuerda con las dos latas de
alubias y la hogaza de pan
del día anterior y se sentó
cansadamente en la silla, mortuorias. Con un
junto a la ventana. Al abrir gruñido de fastidio arrojó la
el sobr; vio que lo que revista sobre la mesa, y en
con tema era una reVista, ese momento una carta se
una revista voluminosa de deslizó dé entre las páginas
negras tapas satinadas. La y cayó al suelo. Estaba
deslizó sobre el regazo y la dirigida a él, en papel
contempló con ojos membretado de la revista;
horrorizados. . no había error posible.
El Más A l/á. rezaba el
título, en retorcidas letras
góticas negras sobre un
campo gris verdoso, y un
poco más abajo había un
subtítulo: La Revista de la
I
~
inmediatamente bajó la voz
al oír que su vecino
Antonelli le golpeaba )a
pared-o ¿Por qué le
") mandan a una persona
semejante inmundicia?
J
!
¡
¿Qué es eso?
¿Qué era eso? Levantó las
dos mitades de la revIsta y
las alisó sobre la mesa. Un
producto demasiado lujoso,
demasiado costoso para qll~
, fuese una broma: aquellos
-~ avisos eran auténticos.
Luego de buscar un rato
/ encontró el índice, y llegó
penosamente, a través de la
menuda letra impresa que
apenas podía leer, al
nombre del editor: Saxon-
Morris Publishers, Inc., que
debía de tener dinero
porque estaba en el Edificio
Saxon-Morris; Amos lo
conocía: una de las nuevas
torres de granito de Park
Avenue.
¡No se iban a salir con la
encamina hacia las Puertas inspirador del doctor Phillip
de la Eternidad que se abren Musgrove de la Pequeña
de par en par para recibirlo, Iglesia situada a la vuelta del
para devolverlo al seno de sus ('rematorio en la página. ..
seres queridos ya pasados a Amos tomó la revista con
mejor vida. Ahora, en esta manos trémulas y la arrojó
postrera hora de amistad, al otro lado del cUarto,
nos ponemos a su entera sintiendo un cierto alivio al
disposición para facilitarle el ver que se partía en dos.
camino. ¿Ha redactado usted -¿Qué es eso de que me
su tes/amento? A puesto a voy a morir? ¿Para qué me
que ha estado remiso. pero lo dice? -gritó, e .,
--~
eso ahora no es problema.
Busque la página /09 y lea el
alentador artículo "Donde
Hay un Testamento", y
entérese de todo cuanto hay
que saber. Y más adelante,
en la página 114, encontrará
un formulario de testamento
desplegable que le será fácil
recortar por las
perforaciones. Cubra
simplemente los pocos
espacios en blancQ, firmelo
con su nombre y haga
autenticar su firma por el
notario local (¡suele estar en
la papelería!). ¡No pi~rda
tiempo! ¡,Ha pensado usted
en la cremación? Hay un
mensaje maravillosamente
verás la que te espera.
Era muy dificil ver a
nadie en Saxon· Morris si
uno no tenIa una cita. La
joven pelirroja de peinado
alto y cllpas de maquillaje
esmaltado ni siquiera estaba
segura de que tuvieran una
revista llamada El Más
A l/á. Habla una li.ta de
todas las publicaciones de
Saxon·Morris en la pared,
detrás del rojo escritorio,
pero las letras doradas
sobre el mármol verde
oscuro eran dificiles de leer
en la penumbra. Como
Amos siguiera .insistiendo,
la recepcionista buscó en
una libreta de nombres y
números telefónicos y por
último admitió, a
regañadientes, que El Más
Al/á era una de las revistas
que publicaban.
-Quiero ver al director.
-¿A qué director desea
ver?
suya! Una chispa de
indignación centelleó
valientemente en el naco
pecho de Amos Cabal.
Había conseguido que la
Empresa de Transporte de
Pasajeros Quinta Avenida
le enviase una carta de
disculpas por la forma en
que el conductor lo había
tratado el día de San
Pa tricio, y que la CompañIa de correo por las monedas
Triborough de Bebidas. que sus máquinas hablan
Automáticas le reembolsara consumido sin entregarle
cincuenta centavos en sellos refrescos a cambio. ¡Ahora
''-- Saxon·Morris se iba a
enterar de que tampoco
ellos podían salirse con la
suya!
Afuera ha bla hecho calor,
pero marzo era un mes
cambiante, así que se puso
la abrigada bufanda de
lana. Un par de dólares
tendrlan que sobrarle para
cubrir los gastos de la
excursión, pasajes de
ómnibus, y una taza de té en
wt'_\
L_~~.--i>IC>~
el Automat, así que sacó
dos arrugados billetes de
atrás del tarro del azúcar.
Ya verás, Saxon·Morris, ya
-A cualquiera, me solapadas, la chica colgó 0:1 fondo de la diminuta
importa un carajo. receptor. oficina sin ventana-o Pero
La actitud fría de la -SI pasa por esa puena y esto es la sección de
muchacha se tornó más fría toma por el primer corredor circulación, no la editorial.
aún cuando la rozó la a la derecha y sube al La chica de la recepción
palabrota. entrepiso, cuana puerta a la dijo que usted tenía un
-¿Puedo preguntarle por izquierda, el señor Mercer problema de circulación.
qué asunto? lo atenderá en la oficina -Sí, tengo un problema.
-Eso es asunto mío. siete ochenta y dos. ¿Por qué demonios me
Quiero ver al director. Amos se extravió mandan esa condenada
'Pasó más de una hora antes instantánemente en el revista q uc no me interesa?
de que la chica encontrase laberinto de pasadizos y -Bueno... quizá en eso
una persona a quien Amos puertas grises, pero la pueda ayudarle. ¿A qué
pudiese ver, o quizá se segunda vez que fue a dar a publicación se reliere...?
cansó de verlo sentado allí, una sala de -Me refiero a El Más
mirándola con cara de correspondencia, uno de los Al/á.
pocos amigos. Al cabo de ab urridos jovenzuelos lo -Sí, es una de las de mi
una serie de conversaciones acompañó a la 782. Entró grupo. -Mercer abrió dos
sin Uamar. archivos antes de encontrar
-¿Usted es Mercer, el la carpeta allropiada, buscó
director de El Más Al/á? en ella con atención durante
-Si, soy Mercer. -Era un rato y sacó una hoja de
un hombrecito gordinflón papel.- Me temo que no
de cara redonda y anteojos pueda hacer absolutamente
más redondos todavía, nada por usted, señor
apretujado detrás de un Ca bol. Usted debe de estar
escritorio que llenaba el en nuestra lista de
.suscripciones sin cargo, y
esas no las podemos
cancelar. Lo lamento.
-¡Lo lamenta! ¿Qué me
dice? ¡No quiero seguir
recibiendo esa basura, y les
aconsejo que dejen de
mandármela!

•../

I
Mcrccr trataba de convertido las esperanzas
m~trarse afable, '1 logró de vida en una de las bellas
conjurar una sonnaa artes. Toman a un hombre,
artificial. como usted, digamos, un
-Seamos razonables, hombre de cierta edad,
señor Cabot; es una rwvista estudian su historia
de gran je,rarqula y usted la personal, su estado IIsico,
está recIbiendo por nada. su medio ambiente y todo lo
i Una suscripción cuesta demás, y determinan con
diez dólares por año! Si gran exactitud la fecha de su
ustéd ha tenido la suerte de muérte. No el día y la hora
ser elegido para una y ese tipo de C10 sas;
suscripción gratuita, no supongo que podrlan
hacerlo si quisieran, pero
para nuestro propósito' un
período de dos años es
satisfactorio. Esto
y en~iamos suscripciones nos da un número de meses
semestrales de Tu Bebé. con para familiarizar al
algunos consejos y artículos suscriptor con nuestra
realmente buenos, y los revista y con los servicios
avisos, por supuesto, que
son educativos de por sí. ..
-¡Bueno, yo no soy una
madre primeriza! ¿Por qué
demonios me mandan esa
bazofia?
El Más Allá es un poco
debería quejarse, .. diferente de Tu Bebé. pero
-¿Quien me eligió para también cumple una
una suscripción gratuita? función social. Es 'cuestión
Yo no pedí nada. de estadísticas, señor. Cada
-No, ni era necesario día mueren cierto número
que lo hiciese. Su nombre de personas, de edades y
figuraba probablemente en ambientes determ lI111dos, y
una de las listas que todo lo demás, Los
nosotros compramos a las
compañías de seguros,
hospitales para veteranos y,
.otras instituciones por el
estilo. El Más Allá es una de
nuestras revistas-obsequio;
no quiero decir, por
supuesto, que la
obsequiamos a cualquiera,
todo lo contrario: se envla a
un grupo muy selecto de
suscriptores, y no, cubrimos
los costos con las
suscripciones sino con los
pagos de los anunciadores.
En un sen tido ellos
garantizan los costos de
estas revistas de lujo, de empleados de las compañlas
modo que se puede decir de seguros, actuarios creo
que constituyen algo as! que los llaman, llevan
como un servicio público. cuenta de todos estos d~os
Para madres primerizas, y cifras y confeccionan
por I ejemplo, compramos gráficos 'J cuadros. Muy'
listas en todos Jos hospitales exactos, me asesuran. Han
ofrecidos por nuestros . ha marcado su nombre y -Eso es cosa suya,
anunciadores, de manera tal ellos me lo han en viado a señor. Mi posición en estas
que en el momen to en que el mí. Son ellos los que dicen circunstancias es de simple
suscriptor m~era los que usted morirá dentro de rutina. Su suscripción ha
mensajes publicitados dos años. Como servicio sido registrada y sólo podrá
hayan llegado a su público, nosotros le ser cancelada cuando un
punto de saturación. enviamos a usted El Más . número nos sea devuelto
-¿Me está diciendo que Allá. Un servicio, nada más. con el sello de destinatario
me voy a morir dentro de -Yo no me v.oy a morir fallecido.
los próximos dos años? en el término de dos años. -¡No me voy a morir!
-chilló Amos con voz ¡No yo! iNo Amos Cabot! -Eso podría suceder, tal
áspera, rojo de furia. vez, aunque en este
-¡No soy yo quien se lo momento no puedo
dice, señor! -Mercer se recordar ningún caso. Pero
echó un poco hacia atrás y como es una suscripción
con un pañuelo secó en los por dos años me imagino
anteojos la saliva del que expirará
viejo.- Esa es tarea de los automáticamente al final
actuarios. La computadora del segundo año, si no es
cancelada anteriormente.
Sí, éso es lo que sucederá.
A Amos le arruinó el día,
y aunque el sol brillaba yel
tiempo era agradable, ni
siquiera lo notó. Volvió a su·
casa y pensó tanto en toda
aquella historia que no
pudo dormir. El día
siguiente no fue mejor, y
Amos empezó a
preguntarse si aquello no
sería parte del mensaje que
la espantosa revista le había
1
traído. Si la muerte lo
rondaba -ellos estaban -Detesto el hígado. Las
seguros de q ~e era así- legumbres cuestan
¿por qué no ceder y ponerse dernasiado.
de acuerdo con ellos? -Eso es cosa suya. Pero
Redactar el testamento, recuerde, no puede
encargar el terreno, la llevárselo a la tumba. Gaste
tumba, la lápida, los un poco más de dinero en
formularios del Mensaje alimentos. Déle una tregua
Postrero, y expirar al corazón, no suba
tranquilamente. demasiadas escaleras.
-iNo! iA mí no me van -Vivo en un tercer piso;
a ganar! . ¿cómo hago para evitar las
En un rrincipio pensó en escaleras?
esperar e número del mes -También eso es asunto
siguiente y escribir suyo. Si desea cuidar al
destinatario fallecido y viejo cronómetro, múdese a
enviarlo de vuelta; de ese hiciese un examen completo
modo cesaría, con toda y general.
seguridad, de recibir nuevos - o está mal, no está
ejemplares. Pero luego se nada mal para un
acordó del gordi to M crcer y muchacho de su edad -le
se imaginó su expresión de dijo el doctor .nlentras
felicidad cuando la Amos se abotonaba la
cancelación llegase a su camisa.
escritorio. Otro acierto, -No tengo más que
muerto en el plazo previsto, . setenta y dos. ¡Eso no es ser
como siempre. El VIejo loco viejo!
debería saber que con las -Claro que no -le dijo
estadísticas no se juega. el médico, conciliador-.
¡Viejo loco, de veras! Elles Simples estadísticas, se da
iba a enseñar. Los Cabot cuenta; un hombre de su
eran una familia longeva, edad y con sus
dijeran lo que dijesen las antecedentes...
estadísticas, y testaruda -Sé todo cuanto hay que
además. Ellos no lo iban a saber acerca de esas
matar con tanta facilidad. condenadas estadísticas. No
Después de muchas vine a verlo para eso. ¿Qué
cavilaciones se decidió a ir a dice el informe?
ver al médico de su a nliguo -No puede quejarse de
sindicato y pedirle Que le su estado físico, Amos
-dijo el médico,
estudiando la hoja-o La
presión sanguínea parece
perfecta, pero está propenso
a la anemia. ¿Come usted
hígado y legumbres frescas
en abundancia?
,-----_ ...• __ ....
Eternidad", y observaba
cuidadosamente el
transcurrir de los dlas en di
calendario.
Sólo en los meses finales
empezó a preocuparse. Se
sentía muy bien, y el m~ico
del sindicato lo felicitaba
por dar ese gran ejemplo,
pero eso no importaba.
¿Tendrían razón los
actuarios? ¿Estarla su plazo
a punto de expirar? Hubiera
habitación. Al principio podido angustiarse hasta la
solía tirar El Más Allá cada muerte, ipero no era esa la
vez que el lúgubre sobre le forma en que morían los
ensombrecía la ranura del Cabot! La enfrentaría y
buzón, pero cuando hubo vencería.
transcurrido un año y Primero quedaban pocas
medio se 'volvió más audaz. semanas, luego días apenas.
Había un aviso de Los últimos cinco días
la planta baja. La vitamina mausoleos, y en uno de los anteriores a la fecha de
D en el invierno y..'. mejores se veía un gran llegada de la revista se
Había más, y después de rótulo escrito en letras encerró en la habitación y se
tragarse su primera furia rojas: Reservado para usted. hizo subir la comida de la
Amos tomó notas. Había ¡i¡Para mí no!!!, garrapateó rotisería. Era caro, pero no
alimentos y vitaminas y Amos por encima del aviso, iba a correr riesgos de
horas de sueño y aire puro y y 10 arrancó de la revista y accidentes en la calle; no
toda una lista de sandeces lo pegó en la pared. Lo ahora; Ha bía recibido los
larga como el brazo. Pero mismo hizo con otras veintilluatro números y su
estaba también la fotografias. amables .suscripción debía de. haber
suscripción por dos años a sepultureros señalando vencido. A la mañana
El Más Allá. así que decidió fosas recién cavadas, sigu'iente lo sabría. Esa
revisar las notas. ataúdes cortados a medida noche no pudo pegar los
Sin saber cómo, los meses convenientemente ojos, pese a que sabia que el
siguientes pasaron acolchados, y tantas otras sueño regular era
rápidamente. Estuvo cosas. Cuando hubieron importante, y permaneció
ocupado, buscando un pasado dieciocho meses, se despierto hasta que el'cielo
cuarto en una planta baja, divertía arrojando dardos a . empezó a aclarar. Luego
modificando los hábitos "Una fotografia del dormitó un rato, pero se
alimentarios, Fundador del Incino- despertó ni biell oyó afuera
acomodándose en la nueva Supremo, la Urna para la los pasos del cartero. Este
era el día. ¿Seguiría La revista no esta allí. El Más Allá nunca se había
llegando la revista? El ¡Había ganado! atrasado ni una sola vez, ni
corazón le martillaba Si no era ése el día más un día. Debía de ser otra
furiosamente, y trató de feliz de su vida, poco correspondencia, aunque
calmarse cuando se puso la faltaba para que lo fuese. no era la fecha de su
salida de baño. Su cuarto Comparadas con esa, sus cheq ue. Abrió lentamente la
era el primero de la planta victorias sobre la compañía puerta y tomó el gran sobre,
baja, justo al lado de la de ómnibus y los con el pulso tan flojo que
entrada, y todo cuanto tuvo estafadores de las máquinas poco faltó para que se le
que hacer fue salir al expendedoras no valían cayera de los dedos.
nada. Esta vez había
ganado una guerra, no una Sólo cuando lo hubo
batalla. Los había vencido a puesto sobre la cama volvió
todos, había vencido a las a respirar con naturalidad:
estadísticas y a los no era El Más Allá en su
actuarios, a contadores, infame sobre azul: este era
cerebros mecánicos, de un color rosa pálido.
ficheros, oficinistas y Contenía, sí, una revista,
editores. ¡Había ganado! Se más o menos del mismo
tomó una corveza -la 'tamaño que El Más Allá,
primera en dos años- y una revista voluminosa, de
luego otra y se fue a muchas páginas. Su título
conversar con los amigos en era Senectud (y las letras
el bar. Había ganado. Se negras estaban trazadas en
acostó tarde ydurmió ~omo forma tal que parecían
vestíbulo y abrir la puerta un tronco hasta que lo hechas de piedra cuarteada
del frente. arrancó del sueño la y desmenuzada) y más
-Buenos días -le dijo el patrona llamando a la abajo decía La Revista de
cartero. puerta. Geri-artería. Había una foto
-Ruenos -respondió el de un viejito endeble en un
hombre, haciendo ·girar la -Correspondencia para sillón de ruedas con una
~esada bolsa y hurgando en usted, señor Cabol. manta alrededor de los
su interior. "Amos cerró la Correspondencia. hombros, sorbiendo agua
puerta primero; luego, El miedo lo paralizó, de un pistero. Adentro
febrilmente, revisó la luego se serenó lentamente. había más. Avisos de
correspondencia. No podía ser. En dos años bacinillas especiales y
almohadillas para
hemorroides, muletas y
camas articuladas, notas
tituladas"Aprenda Braille
Cuando Pierda la Vista" y
"Tullido pero Feliz", e
"Inmóvil Durante
Veinticinco Años". Una

carla cayó de la revista y


Amos leyó a medias algunas
frases, aquí y allá.
Bienvenido a la familia . ..
la revista de geri-artería que
le enseña el arte de
envejecer. .. muchos largos
OIios por delante. .. años
·vacíos. .. qué felicidad
encontrar un ejemplar en el
buzón todos los meses. ..
edición parlante para
ciegos Braille para ciegos
y sordos todos los
meses .
Había lágrimas én sus
ojos cuando levantó la

vista. Estaba oscuro, una


mañana de abril lluviosa y
fría, y el viento
repiqueteaba en la ventana.
Las gotas de lluvia
resbalaban por el vidrio
como lágrimas grandes y
frías.

Titulo original:
"NOl Me. Not Amos Cabol!"
Copyright © 1965 by
New Worlds Public;.¡tions. LId.
Truducción de M. Home y M. SOUIO
.lo"" Sledek(lowa, ".Im. Ponlschlk es autor
1937), estudió ingeniería me- de Acertijos derviches (1974),
cánica y Literatura Inglesa un libro que combina los me·
en la Universidad de Minne- canismos de las historias de
sota. Ha publicado dos nove- Idries Shah con los proble-
las y dos libros de cuentos, de mas de ingenio; actualmente
un humor surrealista y de- asesora a una empresa fabri·
senfrenado, y un ensayo, The ~ante de juegos y colabora en
New Apocrypha. Vive en diversas revistas. Con su es·
Londres. posa, Lea, dirigió La revista
.....E"~ del SI/ark y escribió otro libro
de acertijos: Cómo jugar y di·
H.ny H.rrlson (Connec- vertirse con su inteligencia
ticut, 1925) empezó a traba- fl070\

jar como ilustrador, pero a


partir de la publicación de su
primer cuento' (Rock Diver',
I95 1) ded icó casi todo su
tiempo a escribir. Es uno de
los pocos humoristas auténti·

P.b1o C._ (Florencia,


1937) es prolesor de filoso-
lIa, traductor y crítico. Su en-
cos en el campo de la ciencia
ficción (véase Bill, héroe ga-
láctico). Vive en Dublin, Ir-
landa.
sayo El sentido de la ciencia
ficción es lectura obligada
para todo lector interesado
:n el t(.na.

D_on Knlght (Oregon,


1922) formó parte (junto con
Pohl, Asimov, Kornbluth,
Blvlo B. O.ndolto (Rosa- Wollheim, Blish) de los Fu-
rio, 1947) es poeta, cuentista, lUrlanos, un grupo de jóve.
traductor y crítico, director nes que en la década del 40
de la revista El lagrimal Iri- cambió el rumbo de la cien-
/urca y colaborador de publi- cia ficción. Autor de tres no·
caciones de América Latina, tables libros de cuentos, es
Estados Unidos y Europa. también crítico, traductor y
vre en Piriápolis, Uruguay. antólogo.
PM eL CO\fTWIO, ALltlNO:J ,.",IlOS
afINAN twE cCWr"le"Y( Al. lIBU.rouO
!cR.HQMIOSO Uf SUCUflflO.
y ,o~ LO fW fWCA A $U U'f111U.
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GOnOOLFO
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BAIBIIIA
Ilustro: FOR T1N
El cliente abandona la
sala de espera y pasa por la
puerta que el barbero
gentilmente ha abierto y
cierra a sus espaldas.
Adentro hay un olor a la
vez vago y picante a pelos, a
jabones y colonia. El
barbero indica con un gesto
el sillón, donde el cliente se
recuesta. Moviendo con rectángulo de goma y acero completamente desierta, y
manos hábiles y rápidas un que le hace recordar los sin embargo sabe que el que
par de palancas, después de estribos de los coches m ira es él, aunq ue sigue
atar la toalla alrededor del antiguos. recordando que está en la
cuello del cliente y de De pronto siente que hay barbería. De pronto oye el
acercar una vasija con agua un minúsculo detalle sonido de un motor en la
caliente, consigue tenerlo en adverso y entreabre los calle vacia. Lo más
la posición deseada: entre ojos. En efecto, el barbero, probable es que se acerque
sentado y acostado. con una sonrisa amable, le por una calle lateral, porque
El cliente se relaja sobre está alcanzando un pequeño no alcanza a ver el menor
la blanda y cómoda trozo de papel o gasa, y le movimiento en toda la
superficie del sillón, pide que por favor lo perspectiva del paisaje
acunado por la música sostenga sobre un marrón y amarillo, de la
suave que se desprende de delicadísimo corte que le ha doble hilera despareja de
una radio ubicada sobre hecho bajo la oreja derecha. árboles inclinados. En el
una de las tres pequeñas Al cliente, casi adormecido, momento en que advierte
repisas de mármol que le cuesta un poco de tr~.bajo que también podría venir
rodean el sillón. Antes de la simple acción de levantar desde atrás y va a darse
entrecerrar los ojos, ve su la mano y el brazo hasta ese vuelta, lo saca de la imagen
figura, varias veces repetida punto, pero obedece, y un leve sacudón en el brazo
en los tres grandes espejos, vuelve a entrecerrar los derecho.
de reflejo impecable, que ojos, sin hacer caso de la
van desde las repisas al sonrisa y el murmullo de En un primer momento,
techo, y al barbero disculpa del barbero. desconcertado, se ve a sí
multiplicado que se inclina Tal vez llevado por la mism o en el espejo de la
sobre él con la navaja. imagen de los estribos de los izquierda, en una larga
A partir de entonces, sólo automóviles, recuerda la hilera de repeticiones en
tiene sensaciones táctiles o infancia. Ve con una nitidez disminución, que relaciona
auditivas, el raspar o el y unos colores con la calle perdiéndose de
patinar suave de la hoja de desacostumbrados una vieja vista, y hasta llega a esperar
acero sobre las mejillas o la calle de tierra, a la hora de que ese personaje cómodo,
nuez, y el sonido a veces la siesta, en la que parecen un poco enjabonado,
suave a veces áspero. Poco mezclarse el polvo y la luz reaccione. Después logra
después lo invade también del sol para crear una gama girar la cabeza y ve el rostro
el olor de la crema que le densa y caliente de colores del barbero, aumentado,
cubre la cara. Ha apoyado amarillos, anaranjados, que con una sonrisa le
las manos en los posabrazos marrones, de la que parecen alcanza otro trocito de gasa
del sillón, y tiene las piernas participar hasta los árboles o papel, indicándole ahora
estiradas al máximo, con los que inclinan las ramas sobre la oreja izquierda. Un poco
pies descansando sobre un los zanjones. La calle está molesto, se da cuenta de
rostro se abre en la esperada
sonrisa de disculpa. Pero no
se mueve. En cambio algo
oscuro llama la atención del
cliente al costado derecho
del sillón. Advierte que es
una mujer delgada y
morena, vestida de negro,
muy probablemente la
esposa del barbero. La
que ha dejado caer el otro del que oyó antes. Por la mano delgada y blanca de la
brazo, y que desde la parte forma cuadrada y sólida, mujer se adelanta con una
inferior de la oreja derecha cree poder afirmar que se toallita y le enjuga la sangre
le corre un hilo de sangre. trata de uno de esos de la garganta. Al parecer
En la bruma amarillenta de modelos antiguos, con no le preocupan los dos
la visión que aún lo rodea, estribos semejantes al hilos que corren bajo las
no puede distinguir si está rectángulo de goma sobre el orejas, aunque al pensarlo
seca o fresca. El barbero no que descansan sus pies en la advierte que la previsión del
ha advertido su molestia y barbería. Tiene la intención barbero lo ha llevado a
con un gesto de la cabeza, de acercarse y comprobarlo, ubicar ya dos trozos de gasa
sonriendo, parece indicarle pero no puede moverse, una debajo de ellos, sobre los
que no se preocupe, que se inmensa lasitud lo embarga, hombros cubiertos por la
recueste y, eso sí, sostenga y la leve molestia de no gran toalla blanca, para que
la gasita bajo la oreja poder cumplir con su deseo vayan absorbiendo.
izquierda, donde hay un le hace antreabrir los ojos. En otra situació,!, el
minúsculo corte. En los dos espejos cliente se arrancaría del
Entrecierra los ojos y por la terales puede verse a sí sillón de un salto, pediría
unos instantes cree haber mismo con los brazos explicaciones en voz alta al
perdido la calle de la caídos, un hilo de sangre barbero, haciendo que en
infancia. Pero sólo ocurre que baja de cada oreja y primer lugar se retirara esa
que la está viendo por la otro, más' amplio, que se mujer, cuya presencia es
noche, y que dos de los tres abre en la garganta. Busca injustificable. Pero una
focos de esa cuadra están con la mirada al barbero, dulce lasitud lo invade,le es
rotos. Poco a poco va esperando verlo acercarse imposible siquiera cambiar
advirtiendo el resplandor con un algodón o una gasa de posición en el sillón. Un
del tercero, que filtra su luz un poco más grande, y su segundo después de
a través de las ramas de un reconfortante sonrisa de entrecerrar los ojos, ve que
árbol. Después oye un disculpa. Sólo logra el barbero, conclente de la
tejido leve y completo de ubicarlo cuando mira el inutilidad de seguir
ruidos de grillos, ranas espejo frontal, al que, usándola, abandona la
zambulléndose en los curiosamen te, no había sonrisa.
zanjones, y los pasos de dirigido los ojos hasta Ha esperado refugiarse
alguien que no puede ver, entonces. en la calle, pero al mirar no
recorriendo con calma una Lo ve detrás del sillón, alcanza a ver ni siquiera la
de las veredas hundidas en cruzado de brazos, COD una confusa forma del coche
la sombra. Le llama la tijera curva en una mano y estacionado, y los sonidos
atención un bulto sobre la la otra descansando sobre la han desaparecido casi por
orilla derecha. Es un túnica blanca. Al parecer ha completo. Calcula que ~
automóvil, aunque resulta captado su mirada en el acerca la madrugada.
imposible deducir si se trata espejo frontál, porque el @ 1979, Elvio E. Gandolfo
ESE LIQUIDO VERDE
Mario Levrero
Ilustró; PATRICIA
Llaman a la puerta. o espero a nadie; me extraña
que llamen. Sin embargo, abro.
Hay una muchacha de uniforme y ojos verdes; sonríe,
muestra un portafolios y me dice:
-¿Me permite pasar? Es una demostración gratuita
domiciliaria.
o lo pienso; me hago a un lado y entra, al tiempo
que abre el portafolips. Extrae una franela y un frasco,
pero aún no reparo en esto; detrás de ella entra un paya-
so, que se para de manos en el centro de la pieza, y hay
más gente afuera.
La muchacha humedece la franela con el contenido
del frasco -un líquido verde- y comienza a pasarla
por una mesa, frotalldo lentamente con movimientos
circulares. Ha entrado una pareja de equilibristas que
hacen pruebas maravillo~as; una consiste en hamacarse,
colgados de la araña, y dar una vuelta completa en el ai-
re y caer de pie, haciendo un saludo; pero yo estoy aten-
to al domador que entra con un león y un tigre (que gru-
ñen con sonidos estomacales y peligrosos), y luego a la
écuyere de pie sobre el caballo, y a los camellos y a la ji-
rafa y al elefante; éste queda trabado en la puerta, a pe-
sar de que el director ha abierto especialmente las dos
hojas. El elefante tiene una expresión penosa mientras el
domador y el payaso lo empujan hacia afuera, para des-
trabarlo; luego lo empujan de nuevo hacia adentro, tor-
ciéndolo ligeramente, y logran hacerlo pasar.
Quedaba el motorista suicida que irrumpe con ruido
infernal, a gran velocidad; da vueltas por las paredes y
hasta por el techo.
Me acerco a la muchacha y le digo que ya tengo bas-
tante de SU demostración domiciliaria, que ya no me in-
teresa, que no he de comprar, de todos modos, ningún
producto; que está perdiendo su tiempo, y yo el mío.
o se enoja; sonríe, interrumpe sus movimientos cir-
culares, guarda sus cosas, me saluda y sale. Mientras ba-
ja la escalera me asomo y le grito:
- y llévese también su circo. i Por Dios!
-¿Mi circo? -pregunta, asombrada-o ¿Qué me di-
ce? Esa gente no ha venido conmigo.
UNA NUEVA mEA
Nuestros Suplementos de Humor
y Ciencia Ficción
constituyen una experiencia editorial
que prepara el camino para mostrar
una nueva idea:
.........

PE entre la ficción la realidad


Revista de Litera ura ilustrada,
humor e historietas
El primer número, a aparecer
e14 de septiembre,
ofrece el siguiente material:
UN HOMBRE CUIDADOSO MUERE
Cuento inédito de Ray Bradbury
LAS CUCARACHAS
Cuento de Thomas M. Disch
PRISIONERO DE LOS ABISMOS DE CORAL
Cuento inédito de J. G. Ballard
La obra de J. G. Ballard/ por Pablo Capanna
LOVECRAFT, poeta de lo inconsciente
por Dirk W. Mosig
Alberto Breccla y LOVECHAFl'
en historietas.
ROB SCANNER
Historieta de ciencia ficción,
de Grandona White
LAS PUERTITAS DEL SR. LOPEZ
Historieta esotérica con guión de
Carlos Trillo y dibujos de Horacio Altuna
Además, cuentos de LEVRERO y GANDOLFO,
ilustraciones de Fati, Grandona White,
Tomás Sanz. Andrius, Raúl Fortín. etc.
y el humor de Tabaré, Cilencio, Marín, Artó ...
EL PENDULO - entre la ficción y la realidad

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