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Esta investigación tiene como objetivo analizar las acciones que se llevan a cabo para
publicar un producto editorial y la manera en que se relacionan con el proceso de diseño. El
método teórico descriptivo que utilizo, tiene como técnica la recolección de datos
bibliográficos y el análisis crítico. La finalidad es que los estudiantes y profesionales de la
edición tomen conciencia de que su función es parte de una actividad interdisciplinaria. Los
datos arrojados fueron que la concepción, selección, planificación, organización, producción,
distribución y ventas de libros y publicaciones periódicas son un proceso de diseño editorial
que se lleva a cabo por medio de los subprocesos de edición, finanzas, diseño gráfico y
producción, marketing y ventas.
Introducción
En primer lugar, llamaré producto editorial a la condensación de las tres cualidades: objeto,
producto y mercancía. En segundo lugar, propongo analizar a la concepción, selección,
planificación, organización, desarrollo, producción, distribución y consumo de una publicación
como un proceso de diseño integral; tomando en cuenta que “el diseño es una disciplina
proyectual. Diseñar es prever, programar, planificar acciones futuras y crear cosas que aún
no existen”1. En este sentido, el diseño editorial prevé, programa, planifica acciones y crea
libros y publicaciones periódicas, desde la fase conceptual hasta la puesta en puntos de venta
de productos editoriales que serán consumidos mediante el acto de lectura.
El diseño es un proceso global que se realiza por medio de procesos específicos que orientan
y organizan diversos factores para elaborar productos que responden a diferentes demandas,
estos son: conceptualización fundamentada, formalización y prefiguración, materialización y
realización proyectual y, aplicación y ejecución del diseño2.
Por otra parte, las áreas funcionales de la mayoría de las empresas editoriales son: a) área
editorial, b) área de [diseño gráfico y] producción, c) área de marketing y ventas, y d)
soporte administrativo4.
De tal manera, el diseño editorial es una actividad interdisciplinaria; es decir, una actividad
que se realiza por medio de diversas prácticas profesionales con actividades específicas que
trabajan en conjunto para un mismo fin, teniendo siempre en cuenta los aspectos
económicos, políticos y socioculturales del macroambiente o ambiente externo. El diseño
editorial planifica una estrategia y la desarrolla a través de los procesos de las áreas de
edición, finanzas, diseño gráfico y producción, y marketing y ventas; estos procesos se
interconectan para el logro de los objetivos de la empresa editorial, su competitividad, la
satisfacción del público lector y, en consecuencia, la obtención de un impacto sociocultural
determinado por la propia estrategia.
Procesos editoriales
Un proceso es “un conjunto de actividades que recibe uno o más insumos y crea un producto
de valor para el cliente”5. Los procesos son las formas en que se ejecutan las tareas de cada
una de las áreas funcionales y las condiciones en las que las entradas se transforman en un
libro o publicación periódica que llega al público lector. Como he mencionado, el trabajo en
conjunto de los procesos de las áreas de edición, finanzas, diseño gráfico y producción, y
marketing y ventas; concibe, selecciona, planifica, organiza, desarrolla, produce, distribuye y
vende un producto editorial que será consumido mediante el acto de lectura. El trabajo
interdisciplinario de estas cuatro áreas en la ejecución coordinada de sus tareas, constituye el
proceso general del diseño editorial, en la forma en que lo conceptualizo para los fines de
este trabajo.
El autor escribe para que alguien lo lea, porque pone en el papel aquellas cosas que
dice para que las oiga alguien; el editor lector-crítico juzga si la obra es buena en
atención a un lector determinado; el editor empresario invierte dinero en su
reproducción porque hay alguien que pagará por obtener la copia; el editor
técnico-organizador decide y cuida la presentación y la forma de la publicación según
el tipo de persona que la recibirá; el diseñador gráfico elige ciertas características
formales que la hagan más legible, placentera y disfrutable porque está pensando en
el gozo y la comodidad de un lector. Esta industria debe pensar en el lector o pierde su
razón de ser.
Editorial
Gerardo Kloss8 señala las tres funciones básicas del editor: a) política-cultural, b) técnica-
organizativa y c) empresarial-administrativa.
En la aplicación y ejecución, el editor evalúa los resultados del producto editorial, la eficiencia
de los procesos, el logro de los objetivos y la competitividad de la empresa, la calidad e
impacto cultural del producto y la satisfacción del público lector.
Por todo esto, el editor es el centro y eje conductor del proceso global de diseño editorial, un
nodo muy activo de la red. En esta área intervienen otros actores con responsabilidades
específicas: el cuerpo dictaminador o comité editorial, que ayuda a tomar y legitimar las
decisiones político-culturales o de contenido; el editor de contenidos; los autores o en su caso
los agentes literarios que los representan, quienes proveen los insumos de contenido que
pueden seleccionarse o no en función de su adecuación a la estrategia del libro o publicación
periódica y; los traductores, en caso de ser necesario.
Finanzas
Marketing y ventas
El área de marketing se encarga de obtener y analizar los estudios de mercado, que pueden
realizarse mediante contrato con una empresa especializada o con personal de la misma casa
editorial. Su objetivo es conocer la situación y las características del mercado al que se dirige
la estrategia, así como el lugar que ocupa el producto específico en ese macroambiente y
“tener una idea clara del objetivo que cumplirá [el producto editorial] para darle la faceta
adecuada en su concepción y para orientar su plan de mercadeo, acorde con el sector al que
va dirigido... lo primordial será cómo hacerlo llegar al mayor número posible de potenciales
lectores”12.
El estudio de mercado permite determinar cuáles son las oportunidades y amenazas del
macroambiente, incluyendo aquellos aspectos que la editorial no puede controlar y que la
obligan a adaptarse, tales como el ambiente político, la evolución económica del país o de los
países donde se ofrecerá el producto, las costumbres y la cultura, los hábitos de lectura, la
falta o exceso de publicaciones similares, etcétera.
También pueden incluir una gran fortaleza financiera o una administración muy acertada. Las
debilidades podrían ser un escaso presupuesto, deficiencias de promoción y publicidad,
presencia en pocos puntos de venta, una relación inapropiada entre costo y beneficio, un
cuidado insuficiente de la calidad de los contenidos y de la presentación, una mala imagen
entre el público o una estrategia insuficientemente adaptada a un público cambiante.
El DOFA es resultado del estudio del macro y del microambiente, y proporciona un panorama
general que puede ser visto como en la figura de red, a la vez que arroja datos claves, únicos
e individuales para cada producto y para cada casa editorial.
Los beneficios explícitos se relacionan directamente con el producto, aspectos como la calidad
de la información, el conocimiento o el entretenimiento que se pueden encontrar en un libro o
publicación periódica; los beneficios implícitos son las motivaciones psicológicas
relativamente inconscientes del público-lector que generalmente se toman como un valor
agregado, como el estatus, la pertenencia o la distinción de un grupo sociocultural que se
obtiene, se ostenta o simplemente se “siente” a través de la posesión, el acceso y la lectura
de cada producto.
Las características esenciales se refieren a para qué sirve: para ampliar los conocimientos,
para estar informado y actualizado, para entretenerse, para saber lo suficiente acerca de un
tema como para demostrar confianza y seguridad en una plática informal o para estar al
tanto de ciertos acontecimientos que generan un sentimiento de pertenencia o diferencia
respecto de determinado grupo social. Estas características son fundamentales para elegir el
lenguaje, la expresión y la representación que el área de diseño gráfico elige para el producto
editorial.
La plaza son los lugares donde se puede encontrar el producto tanto en el mercado nacional
como en el global; la selección y el funcionamiento apropiados de los diferentes puntos de
venta, como librerías, ferias, puestos, voceadores, tiendas de autoservicio u otros lugares,
como hoteles, aeropuertos, centrales camioneras, escuelas, etcétera, seleccionados
específicamente de acuerdo con el público-objetivo.
Por último está la promoción, que puede incluir presentaciones públicas, presencia en medios
como televisión, cine, video y radio, impresos, solapas y contraportadas de otros libros,
anuncios y reseñas en periódicos y revistas; publicidad en exteriores, como espectaculares,
parabuses, publicidad en punto de venta y medios alternos: carteles, colgantes, separadores,
postales, correo directo vía postal o vía electrónica, etcétera.
Los datos del estudio de mercado son importantes también para la proyección de ventas, que
de igual manera, forma parte de la conceptualización fundamentada; puesto que las
editoriales comerciales sobreviven precisamente gracias a las ventas de ejemplares y de
publicidad, los anunciantes revisan la composición o mezcla de la línea editorial, las
características formales y esenciales del producto y el segmento de mercado al que se dirige,
para determinar la pertinencia y frecuencia de sus anuncios; analizan si a través de este
medio tendrán una presencia fuerte, media o complementaria para promover la venta de sus
productos y servicios. Por otra parte, los lectores compran el producto editorial por el
contenido literario o gráfico y todo lo que esto implica en sus valores, costumbres,
expectativas, etcétera.
“El programa de producción [...] hace un seguimiento del trayecto del manuscrito desde el
momento en que se termina su edición hasta el momento en que abandona la imprenta [o se
termina su reproducción industrial, ya sea un producto impreso o digital]”15. El área de diseño
gráfico y producción transforma la información en un producto que ha de llegar al consumidor
y tiene a su cargo una responsabilidad económica: “maneja una importante cantidad de
dinero. Si el proceso de fabricación se estropea apenas ligeramente, la corrección del error o
la reimpresión de la tirada completa pueden tener efectos financieros catastróficos”16.
Gerardo Kloss17 secciona el proceso productivo en tres partes en las que interviene el trabajo
de una serie de profesionales con conocimientos, habilidades y competencias muy variadas:
técnicos editoriales, diseñadores gráficos y técnicos en artes gráficas:
Los técnicos editoriales trabajan entre el área editorial y el área de diseño gráfico y
producción. Revisan y corrigen la redacción con los criterios del estilo editorial de cada
empresa, sin cambiar el sentido que el autor le quiere dar al artículo y el editor a la
publicación completa. Cuando el corrector corrige y cuando el diseñador gráfico diagrama una
página pueden alterar el texto consciente o inconscientemente, y el técnico editorial tiene
que descubrir las fallas. El lenguaje entre estos actores es una compleja colección de
símbolos de corrección que ambos deben conocer.
De acuerdo con los datos que le proporciona el área de marketing acerca de la competencia
directa e indirecta, el DOFA, la segmentación de mercado y la mezcla de mercadotecnia,
junto con la estrategia definida por el área editorial, los recursos económicos y tecnológicos
que le asigna el área de finanzas y el contenido de los artículos; el área de diseño gráfico
elige los componentes formales del libro o publicación periódica, se encarga de la manera en
que el contenido físico le dará la identidad y personalidad distintivas al producto editorial, la
forma en que el contenido tendrá que presentarse para que la información sea legible y
adquiera una estética visual de acuerdo a los estilos, hábitos, costumbres de lectura e
intereses del lector.
Cuando se trata de diseñar un producto editorial por primera vez o de rediseñarlo, dos casos
de diferente naturaleza; el proceso de diseño gráfico decide junto con el editor el papel,
formato, la retícula, las características tipográficas, el tratamiento de imágenes y en general
el estilo de interiores y de portada.
Por ejemplo, cuando una revista se encuentra exhibida en un punto de venta, está
compitiendo directamente contra cientos de ellas y contra diversos estímulos visuales. La
portada debe atraer la atención en forma veloz y además retenerla. Esto se produce cuando
existe un fuerte estímulo visual y los aspectos formales, el contenido y la temática se
relacionan con el interés del lector, lo cual puede ser un factor decisivo para la venta y
lectura del producto editorial. Estas formas de atraer y retener la atención son aspectos de la
formalización y prefiguración.
Cuando se diagrama un libro, revista o periódico, el diseñador gráfico tiene que conocer la
estrategia y los criterios del estilo editorial de la empresa, para que el producto preserve sus
características y mantenga continuidad entre su expresión textual y gráfica. “El diseño
[gráfico...] ha de ser lo bastante flexible para adaptarse a todo tipo de contenidos, pero tiene
que ser original para que lo identifiquen con [... el producto editorial]”20 y al mismo tiempo
mantener las normas y reglas de la estrategia de la empresa y de su estilo editorial.
Generalmente encontramos a dos actores que coordinan esta área: el director de diseño,
también llamado director de arte o director creativo, y el jefe de producción. La
responsabilidad de éste último “es asegurarse de que todo el contenido editorial y publicitario
aparezca donde tiene que aparecer, con el diseño adecuado, revisado y bien impreso [...]
tras consultar al director [de arte] y al editor, se ocupa de los plazos de producción: cuándo
se recibirán los textos y las imágenes, cuánto tiempo se dedicará a los procesos de diseño
[gráfico], y cuándo tiene que estar lista para imprenta la revista [libro o periódico] para que
llegue a tiempo a los quioscos [o a determinados puntos de venta]”21.
La impresión de libros y revistas generalmente se hace por medio del sistema offset,
mientras que la de periódicos se hace en rotativas. El director de diseño o el jefe de
producción deben dar el “visto bueno a pie de máquina”, para asegurarse de que la calidad
del color y de la impresión en general sea la misma que la de las pruebas, y de que éstas a
su vez tengan la misma calidad que los archivos digitales enviados por la editorial.
Frecuentemente los servicios de la empresa que hace las tareas de prensa y acabados
(posprensa) también incluyen el embalaje de los productos editoriales terminados en bolsas
de plástico, cajas de cartón o pallets, y su envío a la editorial, aunque no es raro tampoco
que sea directamente quien ordene, etiquete y entregue el producto terminado directamente
al Servicio Postal o a alguna empresa de mensajería, de acuerdo con una base de datos
digital proporcionada por la editorial.
Conclusiones
Referencias bibliográficas
1. Frascara, J. (2004), Diseño gráfico para la gente. Comunicaciones de masa y cambio social,
Buenos Aires, Infinito, p: 35.
2. CyAD (2001), Bases conceptuales, División de Ciencias y Artes para el Diseño, México,
Universidad Autónoma Metropolitana – Xochimilco, pp: 29-30.
3. Ibid, pp: 30-31.
4. Woll, T. (2003), Editar para ganar. Estrategias de administración editorial, México, Libros sobre
libros, FCE, CONACULTA / FONCA, p: 37
5. Hammer, M. y Champy, J. (1994), Reingeniería, Bogotá, Norma, p: 37; en Gilli, J. J, Coord.
(2000), Diseño y efectividad organizacional, Buenos Aires, Macchi, p: 17.
6. Kloss, G. (1998), El papel del editor. El proceso productivo en la industria editorial. Un modelo
general razonado, México, Universidad Autónoma Metropolitana – Xochimilco, p: 91.
7. Ibid, p: 23.
8. Ibid, p: 28.
9. UNESCO (1992), Manual de administración editorial, Bogotá / Madrid, UNESCO / Book House
Training Centre / CERLALC, p: 39.
10. Ibid, p: 19
11. Gilli, J. J., Coord. (2000), Diseño y efectividad organizacional, Buenos Aires, Macchi, p: 14.
12. Romero, A. (1993), Técnicas de investigación editorial. Serie profesional del libro y la edición,
Colombia, Cerlalc, p: 23.
13. Cole, D. (2003), Marketing editorial: la guía, México, Libros sobre libros, FCE, CONACULTA /
FONCA, p: 2.
14. CANIEM (2003), Actividad editorial 2000 y 2001. Publicaciones periódicas, México, Cámara
Nacional de la Industria Editorial Mexicana / CONACULTA, p: 29.
15. Woll, op. cit., p: 172.
16. Ibid, p: 171.
17. Kloss, op. cit.
18. Hillman, D., entrevista; en Foges, Chris, Edit. (2000), Diseño de revistas, México, Mc Graw
Hill,p: 17.
19. Frascara, J. (1988) Diseño gráfico y comunicación, Buenos Aires, Infinito, p:19, 21.
20. Foges, Chris, Edit. (2000), Diseño de revistas, México, Mc Graw Hill,p: 11.
21. Ibid, p: 9.
Acerca de la autora