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Universidad de Buenos Aires – Facultad de Filosofía y Letras

Docente: Carlos Cullen

Alumno: Pablo Prestia

Los problemas del Sujeto Moral: Tensión entre Etica y Política


Introducción

Haremos un breve recorrido a través de la historia de las diferentes líneas de pensamiento


concernientes a los problemas del sujeto moral, un planteo de la tensión entre la ética y la
política.

Luego de las dos guerras mundiales, el holocausto, los gobiernos totalitarios, etc.. se deja ver
la crisis, como las promesas de la modernidad, el progreso moral de la humanidad tendiente
hacia una comunidad de santos, o hacia la paz perpetua según las ideas Kantianas no se
cumplen.

El neoliberalismo que reemplaza al estado de bienestar Keynesiano también deja ver la crisis,
la falla en los mercados, la falta de un Estado que regule y evite las desigualdades. Los
grandes problemas de marginación y extrema pobreza mundial hablan solos.

Nos hacemos la pregunta de hasta que punto puede el Estado intervenir en las acciones
morales de los individuos, y cómo se compatibiliza el bien particular, (la vida buena) y la
justicia social o bien común.

Método de trabajo

Intentaremos abordar estos temas siguiendo como guía el texto de Carlos Cullen “Los
nombres del sujeto moral, de la prudencia a la responsabilidad” para hacer un recorrido
histórico por las diferentes concepciones del sujeto moral. También se utilizaron como texto
soporte “Introducción a la ética” Carlos Cullen (2006)

Y textos de diversos autores: Aristóteles, Kant, Rawls, Habermas, entre otros

Intentando vincular toda esta concepción teórica, con el problema actual de la injusticia
social, y la necesidad de participación del Estado para evitar las consecuencias terribles de
marginación y pobreza que generó el neoliberalismo.

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Para poder analizarlo hagamos un breve recorrido a través de la historia en cuanto a las
reflexiones críticas de la moral o las morales como lo es la ética, recordando que por ser esta
una disciplina filosófica donde las acciones son contingentes, puede hacer mas de 2500 años
que se discuten estos temas, pero como diría Deleuze el problema insiste y persiste. Y como
nos recuerda Aristóteles, que la ética es una disciplina inexacta, ya que las acciones ocurren
de una manera o de otra o pueden no ocurrir, y no podemos pedirle el mismo rigor que a otras
ciencias exactas como la matemática o la física.

Uno de los problemas radicará en distinguir, si este actuar del sujeto moral, es autónomo
guiado por la razón, o simplemente está dado por el contexto histórico ya que el hombre suele
ser un animal social, y todo el tiempo está interactuando con otros sujetos, y entonces las
reglas no provengan de la razón, sino que sean meras convenciones de los grupos sociales, o
directivas de algún modo establecidas por las relaciones de poder, y que este actuar moral sea
simplemente una ficción creada a conveniencia de quienes detentan el poder.

Y sin perjuicio que existe cierto tipo de acciones que universalmente son comprendidas como
moralmente buenas o malas, no puede soslayarse en ciertos casos que sea necesario
comprender la historia y la cultura de cada sociedad.

Podemos estudiar desde diferentes perspectivas el sujeto moral, y la acción moralmente


correcta:

En primer lugar debemos diferenciar el criterio para definir la acción moral. ¿El sujeto actúa
según los fines? (teleología) O ¿actúa por el deber mismo? (deontología)

Aristóteles en la “Etica a Nicómaco” fue quien mas desarrolló el concepto de la prudencia, y


la deliberación con buenas razones sobre los medios en cada situación particular para alcanzar
los fines que están dados naturalmente (la Physis para los Griegos).

Para Aristóteles el hombre es un animal político (fuera de la Polis, solo animales o Dioses)
considera al hombre un ser social, y dice que todos coincidiríamos en que el bien se dice de
diversas maneras, pero el bien último es la felicidad. La virtud ética mas importante es la
justicia, ya que en ella el individuo busca no solo el bien particular, sino también el común. El
problema existe cuando los intereses particulares del sujeto, sus apetitos naturales lo llevan a
actuar en contra del bien común, y ahí es donde interviene la virtud para que no entren en
colisión los intereses particulares (la ética como gobierno de si mismo, y la regulación de las
pasiones) con los intereses de la polis (la política como el gobierno de la ciudad)

El virtuoso conduce su vida con prudencia (phrónesis) y delibera con razones sobre los
medios para alcanzar los fines, de acuerdo a la recta razón, y hallando el justo medio en cada
situación particular

El problema aquí, es que se requiere de la educación, y el sujeto moral que delibera está
fuertemente influído por el contexto.

Como dice Carlos Cullen: “La falta de prudencia, el exceso o el defecto, estaría mostrando lo
que amenaza tanto la integridad personal, el vicio, como la integridad social, la barbarie. De
2
aquí la necesaria relación con la educación. El vicioso y el bárbaro no actúan prudentemente
porque no tienen buena educación. Se dejan llevar por sus apetitos naturales sin dominio de si
mismos, o son incapaces de deliberar en torno al bien común, regidos únicamente por los
intereses particulares, o por el poder despótico y autoritario de los mas fuertes” 1 Pero para
que funcione este ideal de prudencia, como diría John Rawls, sería necesario una sociedad
bien organizada donde los valores sociales puedan tomarse como modelo. Aristóteles decía en
la E.N. que cuando no se pudiese encontrar el punto medio justo, habría que mirar a los
hombres prudentes de la polis. Para Aristóteles existe una continuidad entre ética y política

La prudencia requiere de la Astucia, allí donde todavía no hay ciudad, o engendra indiferencia
cuando esta comienza a resquebrajarse. Asi Epicuro diría “salir al jardín” para estar con los
amigos, evitar la perturbabilidad, alejarse de lo público, vivir una vida tranquila centrada en el
placer.

Habrá sujetos virtuosos que tuvieron la posibilidad de serlo, por su acceso a la educación y
por habitar un contexto social con sus modelos de acciones buenas. No todos son iguales, no
todas las personas son consideradas como un fin en si, ahora se diferencian los sabios de los
no sabios, y ni las mujeres ni los niños ni los esclavos pueden ser virtuosos.

Entonces es claro, que es completamente necesaria desde este punto de vista la Educación,
tanto para que el sujeto moral, pueda lograr este hábito, esta disposición que consiste en el
ejercicio de la virtud, como para que se compatibilice este actuar moral del individuo con las
virtudes sociales (generosidad, amistad), y el actuar teniendo en cuenta la justicia para poder
ser un buen ciudadano.

El debilitamiento del justo punto y medio y la prudencia, ocurre en el discurso judeo-


cristiano, donde ya la naturaleza es contingente y depende de la voluntad del creador. En este
caso no se delibera sobre los medios, sino que se escucha la palabra bíblica y se obedece.

A diferencia de la concepción teleológica con respecto al actuar según los fines encontramos
las éticas no naturalistas o deontológicas, surgidas en el mundo moderno, a partir del
Discurso del Método de René Descartes, donde cambia el fundamento que ya no es la Physis
de los griegos, sino que ahora es la razón trascendental, el sujeto se ubica en el centro.
Descartes decía: “el buen sentido es la cosa mejor repartida del mundo”, todos somos iguales,
porque todos somos potencialmente sujetos. El fundamento ahora es el la res cogitans, la cosa
pensante, el sujeto, la razón, y la naturaleza pasa a ser res extensa, algo que no es sustancia
pensante, algo que está allá fuera, ubicada en el tiempo y el espacio La persona moral posee
dignidad por su condición de ser humano. En este caso todos los sujetos son iguales,
racionales y libres, y considerados siempre como un fín en sí, y nunca como un instrumento o
medio para otra cosa. Es una ética universalista y que no depende de las presiones sociales, ni
de la naturaleza, ello a causa de la autonomía de la razón del sujeto trascendental. Descartes
publica el libro “las pasiones del alma” (ya no se habla de apetitos naturales como en
Aristóteles, si no que se ubica ahora del lado del sujeto) las pasiones son ideas oscuras y
confusas, esto plantea que si solo actuáramos en función de ideas claras y distintas, la libertad
sería total, y la ética sería actuar libremente, sin la influencia de las pasiones.

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Spinoza va mas allá, y plantea transformar las pasiones en acciones, aumentar la potencia de
actuar, convirtiéndonos en causa adecuada de lo que nos pasa, donde la libertad se gana, no
considerando todo lo padecido como algo externo,

Kant siguió trabajando en estos temas, y llegó a la conclusión que lo único bueno, es una
buena voluntad, es el respeto al deber por el deber mismo, es actuar por deber, y no solo
conforme al deber. No nos alcanza con cumplir las leyes del estado de derecho para evitar ser
sancionado, aquí interesa la intención de la acción moral, y que haya sido realizado por el
respeto a la ley autónoma de la razón. La ética la encontramos en el campo del uso puro
práctico de la razón, en la razón trascendental, a priori, independiente de toda experiencia, es
una razón abstracta y universal, donde se dejan de lado las costumbres, valores sociales,
premios castigos, etc… La libertad está en la autonomía del juicio moral, en actuar según
imperativos categóricos o incondicionados a cualquier tipo de presión social, a intereses o
inclinaciones, ya que actuar de acuerdo a los fines o resultados de la acción, según las
inclinaciones o presiones, los convertirían en imperativos hipotéticos, carentes de valor moral,
actuando de esta manera no seríamos libres según Kant. No se actúa buscando la felicidad,
sino que la felicidad solo puede merecerla quien ha actuado moralmente. El problema aquí es
que este modo de entender la ética, puede llevar a criterios meramente formales y abstractos,
descontextualizados, alejado de las acciones de la vida cotidiana. Asi le criticaba Hegel a
Kant, que el mundo real era tan distinto, que esta ética está tan alejada del cuerpo y las
instituciones (de las inclinaciones naturales y la convivencia social), que la única manera de
poder aplicar este tipo de ética formal, era mediante la violencia.

Tampoco, podemos dejar de mencionar el utilitarismo, como una concepción mas compatible
a la lógica del capitalismo moderno. La felicidad entendida como el bienestar individual y
social, se logra a través de lo útil. Es una ética consecuencialista, algo es bueno en la medida
que produce placer o bienestar. (suma neta de felicidad) En los casos mas extremos, es
preferible el beneficio y felicidad de unos pocos si es muy grande, frente a la falta o poca
felicidad de muchos, ya que lo interesa es la suma neta.

El núcleo mas fuerte del utilitarismo lo encontramos en S. Mill, y la defensa de la libertad


individual oponiéndose a todo lo que pretenda cercenarla, por ejemplo el poder del Estado

Ya, luego de la década del 70’, hay un resurgimiento de la filosofía práctica, diferenciándose
dos grandes líneas filosóficas, una dice que la modernidad todavía no se realizó, que es un
proceso insatisfecho (Habermas), hay que resignificar el fundamento siempre igual a si
mismo. En el otro extremo se hallan los pensadores que dicen que la crisis es profunda, los
pensadores de la sospecha (Nietzsche,Marx,Freud) que sospechan de si acaso hay un
fundamento. Proponen buscar lo no dicho en lo dicho. Estar abiertos a lo que acontece.
Nietzsche dice: “Dios ha muerto” haciendo referencia al fundamento entendido como siempre
igual a si mismo. Heidegger dice: “El ser es acontecer”. Estos autores proponen la
deconstrucción de la modernidad.

El planteo de Levinás tiene que ver con la interpelación del otro en cuanto otro, es el otro
absoluto, no el otro de mi. No lo reduzco a mi mismidad, a la representación que yo me formo
del otro. No reduzco su alteridad a mi experiencia. La iniciativa no la tengo yo, la tiene el
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otro, es el rostro del otro que me interpela, y la justicia es justamente no violentar a ese otro
en cuanto otro. Para Levinás la ética es anterior a toda anterioridad

Esta interpelación es lo que nos convierte en capaces de responder. Cuando el otro golpea mi
puerta y me interpela soy responsable, sin importar si le abro la puerta o no.

Somos responsables desde siempre, desde antes de abrir la puerta o de dejarla cerrada.

Para introducirnos en torno al debate de la ética y su situación frente al neoliberalismo,


tomaremos como ejemplo esta situación: En muchas ciudades del mundo se ha realizado por
parte de los grandes productores de leche, el derramamiento de miles de litros, sea para
generar escasez y aumentar el precio y sus eventuales ganancias, o, sea como medida de
protesta para proteger sus rentas extraordinarias de los menoscabos que les ocasionan a sus
ganancias los impuestos, las retenciones a la exportación, etc…

Pensar la tensión entre ética y política, nos lleva a pensar el tema del pluralismo, los proyectos
individuales de vida buena de cada sujeto, que entran en colisión con el tema de la justicia o
injusticia en la sociedad y no es simplemente considerar la justicia como la diversidad en los
modos de vivir la buena vida, sino también a tener en cuenta, que todos tienen el mismo
derecho a desarrollar su proyecto de vida, partiendo desde una igualdad de oportunidades.

En los diferentes países las Constituciones Nacionales protegen la propiedad privada, asi el
caso de la Constitución Argentina en sus artículos 14 y 17 que garantiza el derecho de uso y
goce de la propiedad privada, y su inviolabilidad salvo en virtud de sentencia fundada en ley.

Este derecho sumado al “egoísmo y la codicia inherentes a la condición de ser viviente” (no
podemos afirmar categóricamente que esto sea una regla general para todos los seres
humanos, ya que en la actualidad esta materia es objeto de discusión) , hacen que en
ocasiones se produzcan injusticias sociales como la que referimos en este trabajo, donde el
interés individual de acumulación de riqueza, se opone al interés común, o al menos no ve o
no quiere ver la situación de millones de personas que se encuentran en una situación de
vulnerabilidad, en un mundo donde la riqueza está concentrada en pocas manos, y donde no
están dadas las condiciones de justicia social, e igualdad de oportunidades como sugería John
Rawls en su teoría de la justicia2

La Etica y el Estado de Derecho, son esferas superpuestas, en muchos casos van en la misma
dirección, y en otros colisionan. Lo Jurídico no puede sostenerse solamente a través del
discurso de la coerción, sino que debería estar legitimado por la ética, y el sujeto moral,
cuando actúa conforme al derecho, podría tomar conciencia que está haciendo lo correcto
desde el punto de vista del derecho, pero también desde el punto de vista moral, yendo ambos
en la misma dirección.

Nos preguntamos hasta que punto la política (el estado) puede intervenir en el plano privado,
puede involucrarse en la ética, puede corregir la acción moral, siendo esta algo contingente y
estando fuera de los meros movimientos naturales ya que no nos encontramos en el plano de
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lo necesario, sino de lo contingente, el sujeto moral es libre, sabe lo que hace, es consciente
de su actuar y responsable, la acción ocurrida puede haber sido de otra manera o puede no
haber ocurrido.

Recordemos que al hombre se le puede imponer la legalidad, pero no la moralidad, se puede


corregir su conducta, por ejemplo mediante sanciones, pero no puede modificarse
intrínsecamente su voluntad. El egoísmo del ser humano puede ser medido, evaluado, puede
mostrarse como el productor de leche derrama la leche dando lugar a una muestra de
injusticia y como lo hace para saciar su codicia, puede lograrse mediante la sanción la
corrección de la conducta, pero el mal o el egoísmo, no puede ser extirpado de su ser.

Si lo pensamos desde la perspectiva de la autoconservación, y como decía Hobbes, “El


hombre es lobo para el hombre”3 entenderemos que en el estado de naturaleza, pre-social, de
todos contra todos, el sujeto busca solo su bienestar, su supervivencia, pero una vez dentro del
pacto social, debe armonizar con las normas de convivencia y justicia social, actuando en pos
del bien común. El sujeto que utiliza estas afirmaciones egoístas de la concepción del hombre,
lo hace para excusar su comportamiento inmoral al actuar en beneficio propio, y generando
perjuicios a terceros, o al menos al privarlos de mejorar su condición social. Esta es la
concepción de la vida como una lucha, una competencia donde los mas fuertes sobreviven.

El objetivo de este trabajo no es definir si el ser humano es egoísta o no por naturaleza, pero
podemos afirmar que aún cuando el ser humano se agrupa o coopera en sociedad, en muchos
casos lo hace en última instancia por una conveniencia que es la de seguir existiendo, y no por
la buena voluntad de cooperar en si misma. Existen estudios biológicos que demuestran que
los seres vivos se agrupan para encontrar respuestas y soluciones a problemas que de manera
individual no pueden afrontar. Las mentes simplistas e individualistas no deberían entonces
dejar de lado que la agregación es beneficiosa, y de esta manera legitimar la participación de
la política en la vida moral.

Como diría Spinoza “El hombre es Dios para el hombre”, el contrato social no es para evitar
nuestra guerra de todos contra todos, es para promover la perfección y aumentar la potencia
de actuar. Convertirnos en causa adecuada de lo que nos pasa. Y en esta concepción de
autoconservación del ser, encontrarse con los otros seres conducidos por la razón, iguales a
nosotros, beneficiarán el logro de este objetivo.

Ya lo decía Hegel en el capítulo 6 de la fenomenología del espíritu haciendo referencia a la


sacudida del Estado, que debe generar una crisis para despertar a las personas, para que el
sujeto moral que está subsumido en sus asuntos particulares (ya Aristóteles decía que el
hombre es un animal político, y que lo particular es idiota en “La Política”) se dé cuenta que
todo lo que tiene y lo que realiza, le es posible gracias al Estado, que lo cuida, protege las
fronteras de las invasiones, y crea todo un conjunto de instituciones que posibilitan la vida
social, y le permite al sujeto aislado contar con los elementos necesarios para llevar adelante
sus objetivos particulares. Parafraseando a Hegel: “Los individuos tienden hacia el ser para si
inviolable, y hacia la seguridad de la persona, asi confundiendo su orden establecido, se les
recuerda que su dueño y señor es la muerte”

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Algunas posturas extremistas dirían que para actuar en política hay que dejar de lado ciertos
principios morales. Pero esto no tiene porque ser asi, ya que si bien la política tiene sus
objetivos propio, se trata en definitiva del bien común pero en última instancia se trata del
bien común de personas humanas, y por lo tanto posee una dimensión ética, debiendo
considerar que el ser humano no es exclusivamente egoísta y por lo tanto no dejar relegada la
ética solo al plano de lo privado.

La política debe respetar el pluralismo, los ideales de vida buena y los proyectos de vida
particulares de cada uno, pero hasta que punto puede permitirse la injusticia social?

La falla en los mercados demostraron que estos no se regulan solos por el libre ejercicio de la
oferta y la demanda, y los procesos neoliberales de desmantelamiento de los estados han
dejado ver elocuentemente sus resultados en las tasas elevadas de pobreza, indigencia, e
inequidad social. Los postulados de Adam Smith donde el interés particular, y el egoísmo iba
a contribuir al bien común, llevado a la época del neoliberalismo y capitalismo salvaje, han
demostrado derrumbarse por sí solos, los resultados saltan a la vista. “Cuando uno trabaja
para sí mismo sirve a la sociedad con más eficacia que si trabaja para el interés social”4

Todo este recorrido por las huellas históricas de la ética, desemboca hoy en diversos debates,
uno de los cuales importa al tema que nos ocupa en este trabajo: “la tensión entre el bien y la
justicia” Separar los problemas de la vida buena y los fines, de los problemas de convivencia
regidos por normas referidas a la justicia. La defensa del pluralismo y los diferentes proyectos
de vida buena, pero reconstruyendo el contrato social, ya no solo influenciado por la utilidad
o la mera conveniencia, si no que considera como pilar fundamental el respeto por los
principios de justicia, libertad e igualdad. Si todos aprendemos a respetar esos principios,
entonces será posible convivir en una diversidad de proyectos e ideales de vida buena. El
desafío será no quedar indiferentes a la posibilidad de lograr otros consensos en la vida social
(mas allá de los principios básicos de la justicia -libertad e igualdad-), especialmente en las
cosas que afectan a muchos. John Rawls, diría: buscar un consenso (sobre los principios
básicos de justicia) superpuesto a los disensos. J. Habermas insistiría en buscar consensos en
todo aquello que nos afecta, argumentando racionalmente mediante el diálogo (acción
comunicativa), desembocando en mejores leyes para todas las esferas de la vida social.

Algunas Conclusiones y Perspectivas

Si desde el punto de vista de este derecho natural de la concepción moderna, todos somos
iguales y libres dotados de la misma capacidad de ser sujetos, entonces como explicamos la

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pluralidad? Si bien la razón es la cosa mejor repartida del mundo, la diferencia está en el uso
que cada sujeto hace de ella, no todos la usan de manera adecuada, somos libres para actuar,
pero la libertad queda acotada, si es que pretendemos dar validez moral a nuestra acción. El
pluralismo no será solo mera tolerancia a las diferencias, sino enriquecimiento desde los otros
sin reducirlos a mi mismidad, y respetando principalmente la justicia social. Este pluralismo
debe respetarse, aunque no deberían permitirse casos extremos o aberraciones, como por
ejemplo la violación de los derechos humanos.

Es necesario que si la acción moral de muchos sujetos que al desarrollar su proyecto de vida
buena no tienen en cuenta la justicia social, no consideran a las demás personas como un fin
en sí mismo sino que las utilizan como medios para la consecución de sus fines, entonces
creemos que está legitimado el accionar del estado para corregir este tipo de situaciones.
Parafraseando a Kant, Hay dos tipos de cosas, las que tienen precio, y las que tienen dignidad,
haciendo referencia con esto último a las personas, debiendo ser estas tratadas siempre como
un fin en si mismo y nunca como medio, siempre como lo mas valioso. Los principios
políticos serán considerados humanizadores en tanto consideren al ser humano como sujeto
moral. La ética no es algo débil por no existir algo que “obligue” a cumplirla, si no que es
necesaria a la hora de legitimar a la política, ya que si esta incorpora sus criterios es
considerada de una manera mejor, por la sociedad.

También creemos que para que todos puedan tener la misma igualdad de oportunidades, la
educación debe romper las barreras de clase, pero por ser no debemos olvidarnos de estar
como diría Rodolfo Kusch5, “meramente estar” es la barbarie, el estar precede al ser, pero por
lograr ser alguien, para parecerse mas al modelo originario según la concepción de idea
platónica, o para utilizar bien la razón según la concepción moderna, hay que disciplinar la
razón del bárbaro. Y por ser se olvidan del estar, que es lo inherente a la condición humana.

Debemos dejar de mirar todo desde un costado, y transformar la alegría en potencia de actuar,
parafraseando a Spinoza, no conformarse con padecer, si no convertirse en agente moral y en
causa adecuada de lo que acontece, ser protagonistas. Si nuestras pasiones ocurren por causas
exteriores no podemos ser agentes y padecemos, debemos distinguir que cosas aumentan
nuestra potencia de actuar6, ver de que manera fuimos agentes, poder decir: Todo lo que hice!,
y no, : todo lo que me pasó! Aunque algún dominador quiera una sociedad triste, no debemos
resignarnos a pensar que las cosas no pueden cambiar.

No podemos ilusionarnos que por tener principios universales de ética, podemos olvidarnos
de cada contexto particular, ya que la ética actúa en el plano de lo contingente. Como dice
Paul Ricoeur: Cada vez tenemos mas herramientas para resolver los problemas que hoy no se
resuelven, y lo que cada vez mas también tenemos, son menos excusas. Y parafraseando a
Derridá: Estamos interpelados por los rostros de los que ya no son, pero también de los que
todavía no son. Somos responsables desde siempre, desde antes que llamen a nuestra puerta, y
que el otro nos interpele.

Dejamos abiertas al debate las preguntas planteadas, y como dice Carlos Cullen: “La Etica
habita el espacio de la responsabilidad, y somos responsables en la medida en que seamos
capaces de ‘responder’ a la interpelación del otro (y de nosotros mismos como otro) que es su
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dignidad, su valiosidad en si mismo, su hambre y sed de justicia. Lo que el horizonte de la
ética abre, como espacio, es, simplemente, la responsabilidad argumentada”7

Referencias Bibliográficas

1. Carlos Cullen “Los nombres del sujeto moral, de la prudencia a la responsabilidad”

2. John Rawls, “Teoría de la Justicia” 1971

3. Thomas Hobbes “Leviathan” 1651

4. Adam Smith “La riqueza de las naciones” 1776

5. Rodolfo Kusch “La seducción de la barbarie” 1953

6. Spinoza “Ethica more geometrico demonstrata” 1677

7. Cullen “Los nombres del sujeto moral, de la prudencia a la responsabilidad”

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