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ESTADO LIBRE ASOCIADO DE PUERTO RICO

TRIBUNAL DE APELACIONES
REGIÓN JUDICIAL DE SAN JUAN

LUIS E. MIÑANA RODRÍGUEZ-FEO,


YANDIA I. PÉREZ CASELLAS Y LA CASO Núm. TA: KLAN 2009-
SOCIEDAD LEGAL DE GANANCIALES
POR ELLOS COMPUESTA Núm. Caso TPI: KC2007-0028
Demandante
SALA: 506
Vs.
Impugnación de Tasación de Deficiencia
JUAN CARLOS MÉNDEZ TORRES,
SECRETARIO DE HACIENDA,
FUNCIONARIOS A, B Y C
ESTADO LIBRE ASOCIADO DE
PUERTO RICO
Demandado

RECURSO DE APELACIÓN

AL HONORABLE TRIBUNAL:

COMPARECE el Demandante-Peticionario, Luis E. Miñana

Rodríguez-Feo (el “Contribuyente”), por derecho propio, y muy

respetuosamente EXPONE, ALEGA Y SOLICITA:

El presente recurso de un contribuyente que satisfizo su

obligación de pagar contribución sobre ingresos es uno sencillo:

¿Puede el Honorable Secretario de Hacienda

interrumpir indefinidamente el término prescriptivo

para tasar contribuciones?

I. JURISDICCIÓN

Se recurre ante este Honorable Tribunal de Apelaciones por

vía del recurso de Apelación al amparo del Artículo V de la

Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, de la Ley

de la Judicatura del Estado Libre Asociado de Puerto Rico de

2003, Ley Número 201 del 22 de agosto de 2003 secs. 24 a 25r, la

Regla 13 del Reglamento del Tribunal de Apelaciones, del 20 de

julio de 2004, 4 L.P.R.A. Ap. XXII-B.


II. DISCUSIÓN SOBRE LAS BASES JURISDICCIONALES

Este Honorable Tribunal tiene jurisdicción para atender el

presente recurso de Apelación por tratarse de la revisión de una

sentencia dictada en un caso civil por el Honorable Tribunal de

Primera Instancia, Sala de San Juan, 4 L.P.R.A. Ap. XXII-B. Este

recurso de Apelación se presenta dentro del término

jurisdiccional que provee la Regla 53.1 de las Reglas de

Procedimiento Civil de 1979, (32 L.P.R.A. Ap. III R. 53.1) según

enmendadas, y la Regla 13 del Reglamento de este Honorable

Tribunal, las cuales disponen que el término para apelar es de

sesenta (60) días cuando en el pleito es parte el E.L.A. sus

funcionarios, alguna de sus instrumentalidades, que no sea una

corporación pública, o un municipio. Este recurso de Apelación

se ha formalizado con arreglo a las disposiciones de las Reglas

13 a la 22 del Reglamento de este Honorable Tribunal.

III. SENTENCIA RECURRIDA DEL TRIBUNAL DE PRIMERA INSTANCIA

En el presente recurso se solicita la revisión por vía de

Apelación de la Sentencia dictada por el Honorable Tribunal de

Primera Instancia Sala 506 de San Juan en el caso Número

KCO2007-0028, por voz del Honorable Juez Ramón E. Meléndez

Castro.1 Dicha Sentencia dictada el 7 de mayo de 2009 fue

notificada por correo el 3 de junio de 2009. Esta sentencia no

fue objeto de solicitud de Reconsideración, debido a que el

correo no entregó la carta hasta el 24 de junio de 20092,

convirtiendo esa posibilidad en nula.

IV. RECURSOS PENDIENTES

1 Véase Apéndice 24
2 Véase Apéndice 25
2
A la fecha de presentación no existe ningún recurso

pendiente ante el Honorable Tribunal Supremo o ante este

Honorable Tribunal de Apelaciones con relación al caso de autos.

V. RELACIÓN DE HECHOS

A continuación los hechos esenciales al pleito de autos que

no están en controversia:

1. Durante los años 1991; 1992; 1993 y 1995 (los “Años en

Controversia), el Contribuyente se dedicó al corretaje de

valores ("stock broker") a través de varias casas de corretaje y

devengando comisiones de la venta de valores a través de las

casas de corretaje.

2. Las Casas de Corretaje informaron las Comisiones a

Hacienda como "sueldos" en la forma W-2.

3. El Contribuyente radicó planillas de contribución

sobre ingresos con su cónyuge para los Años en Controversia, las

cuales se incluyen como Apéndice número nueve (9).

4. El Contribuyente informó en las Planillas de

Contribución sobre Ingresos (las “Planillas”), las comisiones y

las trató como ingresos derivados de trabajo por cuenta propia y

no como ingresos derivados de "sueldos". El Contribuyente

reclamó en las Planillas las deducciones por gastos de negocio

contra las comisiones en la página cuatro de las Planillas pero

en exceso de la cantidad permitida a empleados a sueldo bajo la

Sección 23 (bb) (3) de la Ley de Contribución Sobre Ingresos,

(la Ley de Contribuciones). Ley Núm. 91 del 29 de junio de 1954

según enmendada.

5. El Departamento de Hacienda, (“Hacienda”), le envió al

Contribuyente notificaciones de error matemático en sus

planillas de contribución sobre ingresos para los Años en

Controversia. Hacienda efectuó ajustes consistentes en la

denegación de los gastos ordinarios y necesarios de su industria

o negocio reclamados por el Contribuyente en sus planillas. El


3
Secretario efectuó ajustes consistentes en la recaracterización

de las Comisiones del Contribuyente como "sueldos" de empleado y

redujo las deducciones por gastos reclamados por el

Contribuyente en las Planillas a $1,500. Esto fue basado en que

al reportársele al Contribuyente sus ingresos por medio de la

forma W-2 de empleado, el Departamento de Hacienda trata estos

ingresos como provenientes de empleo a sueldo y le permite

reclamar en su planilla gastos hasta $1,500 o el 3% de su

ingreso bruto ajustado por concepto de salarios, lo que fuese

menor. Véase Modelo de Notificaciones de Error Matemático

emitidas por Hacienda incluidas como Apéndice ocho (8).

6. En 1994 el Contribuyente contrató los servicios del

Lcdo. A. Valentín Adames, quien en su representación solicitó

una “Investigación de Campo” la cual le fue denegada.

Posteriormente, el contribuyente contrató los servicios del

Lcdo. Calderón quien en su representación solicitó audiencia en

Hacienda la cual fue denegada.3

7. El 5 de febrero de 1998 Hacienda trabó un embargo en

el Registro de la Propiedad sobre el Apartamento 801 del

Condominio Plaza Atlántico en Isla Verde, Carolina, Puerto Rico,

propiedad del Contribuyente, para cobrar las siguientes deudas

de contribuciones sobre ingresos.4

8. Mediante notificación de embargo fechada 21 de julio

de 2000, se le notificó y ordenó al patrono del Contribuyente el

embargo del 25% del sueldo y/o todo contrato existente.5

9. El 20 de mayo de 2003, el Contribuyente radicó demanda

jurada en daños y perjuicios e "Injunction Permanente y

Preliminar y Sentencia Declaratoria"6, (la "Demanda"), contra el

Secretario de Hacienda Juan A. Flores Galarza y otros, junto con

una "Solicitud Jurada de Injunction Preliminar". La Demanda

3 Véase Apéndice 10
4 Véase Apéndice 11
5 Véase Apéndice 12
6 Véase Apéndices 1 y 3

4
alega en esencia que el Secretario ilegalmente tasó y requirió

el pago de contribuciones sobre ingresos para los Años en

Controversia sin haber seguido el procedimiento provisto en la

ley, el cual le concede al Contribuyente la oportunidad de

rebatir la supuesta contribución, en primera instancia a nivel

administrativo ante el Secretario y subsiguientemente por la vía

judicial.

10. El 11 de agosto de 2003 el Contribuyente presentó

“Moción de Sentencia Sumaria”7 donde sostiene que para

válidamente cambiar el tratamiento dado por el Contribuyente en

su planilla de contribución sobre ingresos a la partida de

ingresos en cuestión e imponer contribuciones adicionales para

los Años en Controversia, el Secretario estaba obligado a

notificarle una deficiencia conforme a lo dispuesto en la

Sección 272 (a) de la Ley de Contribuciones Sobre Ingresos de

1954, según enmendada (la "Ley de Contribuciones"), y la Sección

6002 del Código de Rentas Internas de Puerto Rico de 1994, 13

L.P.R.A. §8022 según enmendado (el "Código"). En lugar de seguir

dicho procedimiento, el Secretario: (i) le cursó al

Contribuyente varias notificaciones de error matemático en sus

planillas de contribución sobre ingresos para los Años en

Controversia conforme a lo dispuesto en la Sección 272(f) de la

Ley de Contribuciones; supra (ii) tasó las Contribuciones sobre

ingresos adicionales resultantes de los ajustes hechos por él a

las planillas del Contribuyente; (iii) trabó un embargo sobre un

inmueble propiedad del Contribuyente, y (iv) embargó el 25% de

la remuneración del Contribuyente en cobro de las Contribuciones

ilegalmente tasadas.

La controversia en Instancia quedó reducida a: que si para

imponerle las Contribuciones adicionales al Contribuyente para

los Años en Controversia, el Secretario podía seguir el

procedimiento para notificar errores matemáticos, o si el

7 Véase Apéndice 4
5
Secretario venía obligado a seguir el procedimiento de

notificación de deficiencia. La posición del Contribuyente es

que el Secretario tenía que seguir el procedimiento de

notificación de deficiencia para poder cambiar el tratamiento

dado por el Contribuyente a la partida de ingresos en cuestión.

11. El Contribuyente solicitó sentencia sumaria parcial a

su favor: (i) anulando la tasación ilegal de las Contribuciones

incluidas en las Notificaciones de Embargo para los Años en

Controversia y los intereses y recargos impuestos sobre las

Contribuciones; (ii) ordenando al Secretario que elimine de los

libros y records del Departamento de Hacienda ("Hacienda") estas

deudas; (iii) ordenando al Secretario que cancele los embargos

trabados sobre la remuneración del Contribuyente y sobre el

inmueble del Contribuyente; (iv) declarando que las deudas del

Contribuyente en los libros de Hacienda para los Años en

Controversia están prescritas para la tasación y cobro; (v)

imponiendo costas y honorarios de abogado a la parte demandada;

(vi) dictaminando que por las acciones u omisiones culposas de

la parte demandada se le causaron daños irreparables al

Contribuyente, y (vii) señalando una vista evidenciaría en la

cual el Contribuyente pueda cuantificar el monto de los daños

que éste ha sufrido como consecuencia directa de dichas acciones

u omisiones culposas de los funcionarios de Hacienda.

12. El 14 de noviembre de 2003 el Contribuyente presentó

“Moción Solicitando Orden Protectora”8 mediante la cual el

contribuyente solicitó al Tribunal de Primera Instancia que le

permitiera consignar el monto de lo que en esencia hubiese sido

la cantidad de impuestos que Hacienda alegadamente tenía como

acreencia, para poder liberarse de los embargos. El Tribunal de

Instancia la dictaminó “No ha Lugar” el 20 de noviembre de 2003.

13. El 5 de noviembre de 2004 el Tribunal de Primera

Instancia (Hon. Juez Dávila Vélez) dictó sentencia basado en que

8 Véase Apéndice 5
6
al Contribuyente se le privó de su Debido Proceso de Ley, declaró

nulas las tasaciones de las deudas correspondientes a los años

contributivos 1991, 1992, 1993 y 1995; ordenó al Secretario

eliminar estas deudas de los registros y devolver las cantidades

embargadas. Además, ordenó al Secretario de Hacienda cesar y

desistir de embargar el 25% del salario del Contribuyente, y a

que libere el inmueble del embargo que impuso en el Registro por

ser esta actuación ilegal. Resolvió que por haber transcurrido

en exceso del término que disponía el Secretario para tasar

dichas contribuciones, está impedido de iniciar el proceso de

notificación de deficiencias y de tasar las contribuciones para

los años impugnados en este recurso.9

14. El 23 de diciembre de 2004 el Secretario sometió

“Moción Solicitando Reconsideración”10 alegando que el Tribunal

no había considerado elementos de la defensa de incuria que

había levantado el Secretario e insistiendo en que el

Contribuyente, al someter con sus planillas el formulario W-2,

estaba obligado a reportar sus ingresos como empleado por lo que

el procedimiento de error matemático era el correcto a aplicarle.

15. Luego de una Réplica a Moción Solicitando

Reconsideración11 del 24 de febrero de 2005 el Juez Dávila Vélez

emitió Resolución el 29 de marzo de 2005 fundamentada en que el

contribuyente compareció ante el Secretario mediante su

representante en 1994 y objetó el proceso iniciado al solicitar

una investigación de campo. Que el Secretario rechazó dicha

comparecencia pues la investigación de campo no es parte del

proceso de error matemático. “Mas bien, se situó al

contribuyente en la encrucijada de no disponer del procedimiento

establecido por ley con las garantías que confiere

y, por otro lado, en peligro de perder dichas garantías si

proseguía con un procedimiento del cual no tenía aviso ni de los

9 Véase Apéndice 14
10 Véase Apéndice 15
11 Véase Apéndice 17

7
recursos disponibles, ni de los términos, ni de las

consecuencias de no acogerse a este. Bajo estas circunstancias,

el Secretario no puede reclamar que el Contribuyente actuó con

dejadez y que esta actitud le indujo a error. A la luz de los

preceptos analizados anteriormente, no puede concluirse que las

actuaciones del contribuyente constituyeron sumisión al

procedimiento de error matemático que le privó de sus derechos y

que unidas aquéllas al tiempo transcurrido convalidaron la

nulidad del procedimiento seguido por el Secretario.12

16. El 26 de mayo de 2005 el Secretario sometió un

escrito13 ante el Tribunal de Apelaciones donde por primera vez

levantó la defensa de la Doctrina de Actos Propios y sometió una

lista de hechos que no desfilaron en Primera Instancia.

17. El 27 de junio de 2005 Mediante “Alegato de la Parte

Apelada”14 compareció el Contribuyente y expresó entre otras

cosas que la Defensa de la Doctrina de Impedimento por Actos

Propios fue renunciada por el Secretario al no invocarla en

Primera Instancia.

18. El 27 de marzo de 2006 el Tribunal de Apelaciones

dictó sentencia15 que afirmó en parte y revocó en parte la

decisión recurrida por el Secretario. Específicamente el

Tribunal de Apelaciones expresó:

“[…] confirmamos la sentencia recurrida en lo


relativo a la determinación del TPI de que las
notificaciones y requerimientos de pagar por un
supuesto error matemático cursado al contribuyente no
son válidos por no haberse utilizado el procedimiento
ordenado por ley para notificar deficiencias
contributivas; sin embargo, revocamos el extremo de
dicha sentencia que concluyó que el término de que
dispone el secretario para tasar las contribuciones
objeto del recurso esté prescrito.”(Énfasis añadido)

El Tribunal basó esta decisión en el Art. 1873 del Código

Civil, 31 LPRA 5303, sobre interrupción extrajudicial y expresó

que “a pesar de haberse equivocado en el procedimiento que

12 Véase Apéndice 20
13 Véase Apéndice 21
14 Véase Apéndice 22
15 Véase Apéndice 24

8
utilizó para notificar al Contribuyente sobre la discrepancia en

su planilla, atendiendo las circunstancias particulares del

caso, ello no le impide iniciar la correspondiente acción.”

Véase Apéndice 24, Archivada en Autos el 29 de marzo de 2006.

19. El 18 de abril de 2006 el Contribuyente radicó “Moción

de Reconsideración” la cual fue acogida por el Tribunal. El

Secretario se opuso mediante escrito el 16 de mayo de 2006. El

Tribunal de Apelaciones declaró sin lugar la reconsideración

mediante Resolución del 23 de mayo de 2006 archivada en autos el

26 de mayo de 2006.

VII. SEÑALAMIENTO DE ERRORES

PRIMER ERROR: Erró el Honorable Tribunal de Apelaciones al

aplicar a la Ley Especial de Contribución Sobre Ingresos los

mecanismos de interrupción de prescripción del Código Civil en

contra de la intención del legislador y de las reglas de

hermenéutica.

SEGUNDO ERROR: Erró el Honorable Tribunal de Apelaciones al

permitir que el Secretario se beneficie de su conducta ilegal y

de sus actos nulos para interrumpir los términos de prescripción.

VIII. DISCUSIÓN DE LOS ERRORES

1. La Ley de Contribuciones establece tanto el término

prescriptivo para tasar y cobrar contribuciones, como las

circunstancias en que dichos términos pueden ser interrumpidos.

Según la Ley de Contribuciones, la interrupción de la

prescripción para tasar no puede ocurrir unilateralmente, sino

que requiere el consentimiento expreso y escrito del

Contribuyente. En este caso, no habiendo el Contribuyente

completado el Formulario Modelo SC 6030 que se describe más

adelante, aplica exclusivamente el término prescriptivo para

tasar deficiencias, contenido en la Sección 275 de la Ley de

9
Contribuciones, el cual es de cuatro (4) años. Por lo tanto, el

término para tasarle deficiencias al contribuyente ya expiró de

no mediar interrupción por los medios prescritos en la Ley o por

interrupción extrajudicial, lo cual es la Ley del caso en el

caso de autos. 13 LPRA §3275

2. Sin embargo, el Tribunal de Primera Instancia, acogió

la moción del Honorable Secretario de Hacienda de desestimación

por impedimento colateral por sentencia, lo cual necesariamente

quiere decir que en su decisión, el Honorable Tribunal de

Apelaciones al expresar que las cartas de embargo del Secretario

del 1998 y del 2000 interrumpieron el periodo de prescripción

para tasar deficiencias, lo hicieron así indefinidamente, pues

es un asunto no sujeto a discusión o litigio. En otras palabras,

el TPI decidió que dicha prescripción era Cosa Juzgada por el

Tribunal de Apelaciones. No le asiste la razón.

3. El efecto de darle la razón al Honorable Secretario de

Hacienda en cuanto a su planteamiento de cosa juzgada, sería que

nunca operaría contra él la figura sustantiva de la

prescripción. El que nunca le prescribiera su habilidad de

tasarle deficiencias, resultaría en una grave injusticia y

mantendría a los contribuyentes en un estado perpetuo de

indefensión e incertidumbre. No podemos pensar que estas

consecuencias hayan sido deseada por el Honorable Tribunal de

Apelaciones

4. Es evidente que en el caso civil KPE2003-1189, el

Tribunal de Apelaciones al dictar su sentencia no adjudicó en

sus méritos lo que pasó, dejo de pasar o debió haber pasado

después del acto interruptor de las notificaciones de embargo.

5. Tampoco se litigó dicha cuestión porque las partes no

presentaron evidencia sobre hecho relacionado alguno posterior a

las dos interrupciones extrajudiciales. En su consecuencia la

doctrina de impedimento colateral por sentencia, según la ha

10
expuesto nuestro Honorable Tribunal Supremo, en distintas

ocasiones, no es obstáculo legal para que los aquí demandados

litiguen la prescripción en el pleito de marras.

6. El Tribunal Federal de Apelaciones para el Primer

Circuito de Boston expresó la norma en Hernandez Jiménez v.

Calero Toledo, 576 F.2d 402 (1er Cir. 1978), que determinó que

una sentencia previa de un tribunal de Puerto Rico, que

desestime una acción por haber vencido el termino para revisar

una determinación administrativa ante el Tribunal Superior, no

era una sentencia en los méritos y, por lo tanto, no había que

darle efecto de cosa juzgada.

7. Así es la doctrina en nuestra jurisdicción: “Para

invocar con éxito la defensa de cosa juzgada precisa no solo la

más perfecta identidad entre las cosas, las causas, las personas

de los litigantes y la calidad con que lo fueron, sino que

también que la sentencia anterior por su naturaleza o por

disposición de la ley resuelva definitivamente el asunto." Muñoz

v. Pardo, 68 D.P.R. 612, 618 (1948). Véase también Meléndez v.

Cividanes, 63 D.P.R. 4 (1944); Balasquide v. Lujan, 45 D.P.R.

563, (1933).

8. En el caso de autos no se ha resuelto que pasó después

del acto interruptor y por lo tanto no se ha resuelto el mismo

en sus méritos ni definitivamente.

9. El efecto de la doctrina de cosa juzgada, cuando ésta

aplica, es que la sentencia dictada en un pleito anterior impide

que se litiguen en un pleito posterior entre las mismas partes y

sobre la misma causa de acción y cosas, las cuestiones ya

litigadas y adjudicadas y aquellas que pudieron haber sido

litigadas y adjudicadas con propiedad en la acción anterior.

Véase Pagan Hernandez v. Universidad de Puerto Rico, 107 D.P.R.

720 (1978); Mercado Riera v. Mercado Riera, 100 D.P.R. 940

(1972); Isaac Sanchez v. Universal C.I.T. Credit, 95 D.P.R. 372

(1967); Capo Sanchez v. Srio. de Hacienda, 92 D.P.R. 837 (1965).


11
10. En términos generales, la regla está fundada en

consideraciones de necesidad y orden publico; el interés del

Estado en que se le ponga fin a los litigios, que no se

eternicen las cuestiones judiciales; en la conveniencia de dar

la debida dignidad a los fallos de los tribunales, y la

deseabilidad de que no se someta en dos ocasiones a un ciudadano

a las molestias que supone litigar la misma causa. Véase

Sentencia del Tribunal Supremo de España de 5 de julio de 1924,

Jurisp. Civil III, tomo 163, pág. 504; Pagán Hernández v.

Universidad de Puerto Rico, supra; Lausell Marxuach v. Díaz de

Yáñez, 103 D.P.R. 533 (1975).

11. El desarrollo de una vertiente de la cosa juzgada, el

impedimento colateral por sentencia, aplica cuando un hecho

esencial para el pronunciamiento de una sentencia se dilucida

realmente y se determina por una sentencia valida y final aunque

estén envueltas causas de acción distintas. Véase Vidal v.

Monagas, 66 D.P.R 622 (1946); Long Corporation v. Tribunal de

Distrito, 72 D.P.R. 788 (1951); Fuentes v. Tribunal de Distrito,

73 D.P.R. 959 (1952); Pereira v. Hernandez, 83 D.P.R. 162 (1961).

12. En su pronunciamiento, el Tribunal de Apelaciones

decidió que las notificaciones de embargo tuvieron el efecto de

interrumpir el término de prescripción extrajudicialmente. El

Tribunal de Apelaciones no entró a considerar que pasó después

de ese acto interruptor, hecho esencial para el caso de autos.

13. Para determinar si hay o no identidad de objeto: "[La

hay si] estatuyendo sobre el objeto de una demanda, el Juez está

expuesto a contradecir una decisión anterior afirmando un

derecho nacido o naciente o un derecho afirmado por esta

decisión precedente. Si no puede estatuir más que exponiéndose a

esta contradicción hay identidad de objeto..." E. Jiménez

Asenjo, Sobre el Alcance Real de la Cosa Juzgada, 184 Rev. G. de

Leg. y Juris. 63, 73, nota 1 (1948).

12
14. En el caso de autos no incide diferencia alguna de

encontrar a favor o en contra del planteamiento de si le

prescribió el término para tasarle una deficiencia al demandante

después del acto interruptor de la última notificación de

embargo, sobre la decisión del Tribunal de Apelaciones, por lo

tanto no hay identidad sobre el objeto de la demanda. La

decisión en este caso, sea el resultado que sea, no contraviene

la del anterior.

15. Así mismo tiene que estar presente el requisito de

identidad de causas. Causa "es el motivo de pedir", Quintus

Mucius Scaevola, Código Civil, 2da Ed., 1958, T. XX, pág. 535,

es “el propósito real del demandante” Diccionario de Términos

Jurídicos, 3era Ed. Ignacio Rivera García. Se constituye el

requisito de identidad de causas "cuando la nueva acción

estuviera como embebida en la primera, o fuese consecuencia

inseparable de la misma". Jose Maria Manresa y Navarro,

Comentarios al Código Civil Español, Tomo VIII, Vol. 2, Sexta

Edición, 1967, págs. 303-04. Véase Mercado Riera v. Mercado

Riera, supra; Acevedo Santiago v. Western Digital Caribe, Inc.,

96 J.T.S. 42.

16. En el caso de autos no hay identidad de causas al

estar fundadas en dos procedimientos diferentes, con identidad

propia y cada uno con diferencia estatutaria de garantías

procesales, sépase: el derecho del Departamento de Hacienda de

utilizar el procedimiento de error matemático como en el pleito

original o la tasación de deficiencias como en el pleito de

marras.

17. De ser de otro modo, el Departamento de Hacienda no

tendría la oportunidad de tasar deficiencias en el caso de autos

aún cuando demostrase que el término para así hacerlo no le ha

prescrito por ser sentencia final y firme que, al tasar del modo

que lo hizo, por medio del procedimiento de error matemático,

actuó de manera “nula e ilegal.”


13
18. Sin embargo, en ocasiones los tribunales se han negado

a aplicar en forma inflexible la defensa de cosa juzgada cuando

hacerlo derrotaría los fines de la justicia. La doctrina de cosa

juzgada no debe aplicarse inflexiblemente, especialmente cuando

al hacerlo se desvirtúan los fines de la justicia, produce

resultados absurdos o cuando se plantean consideraciones de

interés público. Pagan Hernandez v. U.P.R., supra, Millán v.

Caribe Motors Corp., 83 D.P.R. 494, 509 (1961); Feliciano Ruiz

v. Alfonso Develop. Corp., 96 D.P.R. 108, 114 (1968); P.R.T.C.

v. Union Indep. Emp. Telefónicos, 131 D.P.R. 171, 194 (1992).

19. En el caso de autos no procede la aplicación ni de la

doctrina de cosa juzgada, ni de la doctrina de impedimento

colateral por sentencia. El Secretario no se debe beneficiar de

sus actos ilegales y nulos para interrumpir los términos

prescriptivos y poner en estado de indefensión al Contribuyente.

IX. SEÑALAMIENTO DE LAS CUESTIONES DE DERECHO PLANTEADAS

De acuerdo a las Resoluciones del Tribunal de Primera

Instancia y del Tribunal de Apelaciones, el Contribuyente no

cometió un error matemático en sus planillas para los años 1991

al 1993 y 1995. De hecho la acción del Secretario constituye una

determinación propia del procedimiento de deficiencia, definida

en la Sec. 271 de la Ley de Contribuciones de 1954. Al existir

una controversia entre la postura que asume el Contribuyente en

sus Planillas y aquella del Secretario, la Ley de Contribuciones

contempla el procedimiento de deficiencia que le brinda al

Contribuyente las garantías constitucionales que se le deben

como la de ser oído y tener acceso a revisión judicial. Por no

utilizarse el procedimiento de notificación de deficiencias

recogido en la Sec. 272 de la Ley de Contribuciones de 1954,

supra, las notificaciones y las tasaciones (requerimientos de

pagos) cursadas por el Secretario no son válidas.

La sumisión a un procedimiento administrativo no implicaría

la renuncia al derecho a la notificación formal de las


14
deficiencias contributivas determinadas por el Secretario

conforme al procedimiento delineado en la Sec. 272 de la Ley de

Contribuciones de 1954, Id. En este caso la sumisión del

Contribuyente a los procedimientos administrativos no es

determinante; lo determinante es la legalidad de realizar unas

tasaciones y cobros de Contribuciones sin seguir el

procedimiento establecido en la Ley de Contribuciones de 1954.

La prohibición al Secretario para tasar o cobrar se activa

en diferentes etapas del procedimiento administrativo, por lo

que la acción del contribuyente no está necesariamente

condicionada a la notificación formal o a su sumisión a algún

procedimiento particular dentro de la agencia. La participación

de un contribuyente dentro de un proceso administrativo no es

óbice para este ejercer la acción precisada en la Sec. 272(a)

(10) de la Ley de Contribuciones de 1954 con el propósito de

impedir o anular una tasación o cobros realizados ilegalmente

mediante una acción judicial.

Tanto el propio Código de 1994 como la Ley de

Contribuciones de 1954 se ocuparon de establecer la forma en que

se interrumpirá la prescripción. Sin embargo, la decisión del

Honorable Tribunal de Apelaciones en el caso KPE2003-1189/KLAN

2005-618, lo cual es la Ley del Caso, impartió la facultad al

Secretario de interrumpir mediante sus cartas ilegales de

embargo.

Pero en la misma decisión el Tribunal de Apelaciones

expresó que “[u]na vez un término prescriptivo comienza a

decursar, puede ser interrumpido por el ejercicio de la

correspondiente acción ante los tribunales. Del mismo modo, la

reclamación extrajudicial del acreedor así como los actos de

reconocimiento de la deuda por el deudor, interrumpen el término

prescriptivo. Art 1873 del Código Civil, 31 LPRA sec. 5303.

Nuestro Tribunal Supremo ha expresado que una reclamación

extrajudicial es la manifestación inequívoca de quien, amenazado


15
con la pérdida de su derecho, expresa su voluntad de no

perderlo. Martinez v. Soc de Gananciales, 145 DPR 93 (1998) Una

vez interrumpido el plazo prescriptivo, comienza a contarse

nuevamente desde el momento en que se produjo el acto

interruptor. Sánchez v. Aut. De los Puertos, 153 DPR 559 (2001).

(Énfasis nuestro) KLAN 2005-618.

X. ARGUMENTO DE LAS CUESTIONES PLANTEADAS

EL noble objetivo de la independencia judicial ha


sido parte de nuestras estructuras constitucionales
por incontables años. Nos hemos ido acercando a él
crecientemente. Debe señalarse, sin embargo, que
existe una notable brecha en este sentido entre la
constitución escrita y la convencional. Patrones de
nuestra cultura no corresponden al ideal consignado.
De hecho han constituido por largo tiempo una amenaza
persistente a la salud de la justicia en el país.16

El principio de Debido Proceso de Ley que garantiza al

ciudadano tanto la Constitución de Estados Unidos como la de

Puerto Rico es medular a esta controversia sobre la prescripción

en asuntos relacionados con la Ley de Contribución Sobre

Ingresos de Puerto Rico. En Puerto Rico, el legislador creó la

Ley de Procedimientos Administrativos Uniformes 3 LPRA § 2101 et

seq. (“LPAU”), para recoger de la experiencia jurisprudencial y

de la ley Administrative Procedures Act, 5 USCS § 500 et seq. de

los Estados Unidos los procedimientos que se le tienen que

honrar a un ciudadano en caso de que se le intente privar de su

propiedad. Esta ley aplica de manera insoslayable al presente

caso como expresan tanto el Honorable Tribunal de Primera

Instancia como el Tribunal de Apelaciones en sus resoluciones.

Cuando hablamos del debido proceso de ley, estamos hablando

del principio fundamental de las sociedades democráticas que

garantiza el derecho a ser oído a una persona que va a sufrir

una perdida de propiedad, libertad o vida. En términos

generales, el principio representa una norma de trato justo, que

le impone al Estado la obligación de garantizar que la

16José Trías Monge, Juez Presidente Tribunal Supremo de Puerto Rico, El Sistema Judicial de Puerto Rico, Editorial de la UPR,
1988, Pág.171
16
interferencia con los intereses protegidos se lleve a cabo a

través de un proceso justo y equitativo. Unión Independiente v.

Autoridad, 146 DPR 611 (1998); y Rivera Rodríguez v. Lee

Stowell, 133 DPR 881 (1993). Si bien el debido proceso de ley no

tiene en el campo administrativo la rigidez que se le reconoce

en la esfera judicial, si requiere un proceso que respete la

dignidad de los ciudadanos afectados. Almonte v. Brito, 2002

TSPR 37; Partido Acción Civil v. ELA, 150 DPR 359 (2000).

Después de todo, el debido proceso encarna la esencia de nuestro

sistema de justicia y refleja nuestra vida en sociedad y el

grado de civilización alcanzado. López y otros v. Asoc. de Taxis

de Cayey, 142 DPR 109 (1996). Cuando se niega el debido proceso

de ley se actúa ilícitamente. In re Díaz García, 2003 TSPR 13.

El debido proceso de ley tiene dos modalidades: procesal y

sustantiva. Rivera Rodríguez v. Lee Stowell, supra. El derecho

administrativo atiende la modalidad procesal. Rodríguez Rodríguez

v. ELA, 130 DPR 562 (1992); Rivera v. Scrio. Hacienda, 119 DPR

265 (1987). Esta modalidad procesal implica que el Estado al

ejercer su poder contra una persona, tiene que garantizarle el

derecho a un procedimiento imparcial y justo, en donde el

individuo pueda cuestionar las razones y legalidad de la acción.

Hernández González, v. Scrio. de Transportación y Obras

Publicas, 2005 TSPR 38. Almonte v. Brito, supra, Rivera Rodríguez

v. Lee Stowell, supra.

Los propósitos del debido proceso de ley son los

siguientes: (1) dar participación a la ciudadanía; (2) proteger

a la ciudadanía contra decisiones arbitrarias; (3) proveerle una

información al Estado en su quehacer de hacer justicia; y (4)

legitimizar la acción institucional al proveerle una oportunidad

de participación a aquel que podría verse afectado. López y otros

v. Asoc. De Taxis de Cayey, supra.

A. El Procedimiento de Error Matemático

17
El procedimiento de “error matemático” es una excepción al

procedimiento formal de notificación de deficiencias. Este

procedimiento es un proceso sumario, informal, ágil y económico

que no condiciona la tasación y el cobro de las contribuciones

al transcurso de los términos y garantías establecidos en el

procedimiento de deficiencia. Sin embargo, precisamente por el

carácter sumario del procedimiento, la tasación mediante el

mecanismo de error matemático está limitada a circunstancias muy

particulares en las cuales no hay riesgo de violentar los

intereses protegidos de los contribuyentes.

La sección 272(a)(10), 13 L.P.R.A. sec. 3272(a)(10), expone

dos aspectos importantes dentro de este procedimiento:

(10) No se hará la tasación de una deficiencia con


respecto a la contribución impuesta por este Capítulo,
ni se comenzará o tramitará procedimiento de apremio o
procedimiento en corte para su cobro, antes de que la
notificación de la determinación final a que se
refiere la cláusula (1) haya sido enviada por correo
certificado al contribuyente, ni hasta la expiración
del término concedido por este Capítulo al
contribuyente para recurrir ante el Tribunal de
Primera Instancia, contra dicha determinación final,
ni si se hubiere recurrido ante el Tribunal de Primera
Instancia, hasta que la sentencia del Tribunal sea
firme. No obstante las disposiciones de la sec.
3424(a), dicha tasación, o el comienzo de dicho
procedimiento de apremio o procedimiento en corte
durante el periodo en que aquí se prohíben, podrán ser
impedidos o anulados mediante procedimiento judicial.
(Énfasis nuestro).

De los preceptos antes citados surge que la facultad de

tasación del Secretario está sujeta a la notificación previa de

una deficiencia al contribuyente y al curso de acción que éste

decida seguir. Así, cuando un contribuyente entiende que la

acción del Secretario respecto a la determinación de

responsabilidad contributiva violenta los preceptos establecidos

en la sec. 272, supra, ésta dispone que podrá incoar un

procedimiento judicial para impugnar o anular tal acción sin

fijar un término a la acción judicial del contribuyente.

18
Con respecto al procedimiento de error matemático seguido

por el Secretario en este caso, la sección 272(f), 13 L.P.R.A.

sec. 3272(f), solo dispone en lo pertinente:

[...]Si el contribuyente fuere notificado que debido a


un error matemático que aparece [en] la faz de la
planilla adeuda una contribución en exceso de aquella
declarada en la planilla y que se ha hecho o se hará
una tasación de la contribución a base de lo que debió
haber sido el monto correcto de la contribución a no
ser por el error matemático, tal notificación no será
considerada, para los fines de este inciso o del
inciso (a), como una notificación de deficiencia, y el
contribuyente no tendrá derecho a radicar recurso ante
el Tribunal de Primera Instancia contra dicha
notificación, ni dicha tasación o el cobro estarán
prohibidos por las disposiciones del inciso (a).
(Énfasis nuestro).

B. La incongruencia entre la declaración del contribuyente y

los comprobantes de retención como “errores matemáticos”.

En los casos en que existen incongruencias entre las

partidas declaradas por un contribuyente y la información

indicada en los comprobantes de retención, 499 R-2/W-2 PR

comúnmente conocida como W-2, que los patronos u otros agentes

retenedores informan al Departamento de Hacienda, se ha resuelto

consistentemente que dichas incongruencias no dan origen a un

error matemático.

Tan recientemente como el pasado 31 de diciembre de 2004 el

Tribunal de Apelaciones resolvió, en González Soto v. Negociado

de Asistencia Contributiva y Legislación, 2004 PR App. Lexis

2599, (KLRA 0400847) y Vázquez Irrizary v. Negociado de

Asistencia Contributiva y Legislación, 2004 PR App. Lexis 2598,

que el Secretario no puede utilizar el mecanismo de error

matemático para imponer contribuciones adicionales cuando existe

una incongruencia entre la declaración de un contribuyente y los

comprobantes de retención. En ambos casos los contribuyentes

excluyeron de su ingreso reportado en planilla ciertas partidas

que sus patronos informaron en los comprobantes de retención.

Estos excluyeron el ingreso en cuestión por entender que el

mismo estaba exento del pago de contribuciones. El Secretario,

19
so pretexto de que la incongruencia entre lo declarado en

planilla y lo informado en los comprobantes de retención

constituía un error matemático, reclasificó como tributable el

ingreso que los contribuyentes entendieron que era exento. En

efecto, el Secretario sustituyó el criterio de los

contribuyentes por el suyo propio. El Tribunal Apelativo

resolvió que las incongruencias en cuestión eran materia a

dilucidarse mediante el procedimiento de deficiencia y razonó

que para determinar que el ingreso en cuestión era tributable,

el Secretario tenía que entrar en consideraciones de hechos o de

Derecho que no se desprendían de la faz de la planilla, por lo

cual no debió utilizar el mecanismo sumario provisto para

errores matemáticos. Véase, González Soto v. Negociado de

Asistencia Contributiva y Legislación, supra.

Esta determinación es consistente con la doctrina esbozada

en la esfera federal en cuanto a las incongruencias entre las

planillas y los formularios de retención. Tan temprano como en

1964, el Tribunal Federal para el Distrito Este de Nueva York,

en el caso de Farley v. Scanlon, 13 AFTR 2d 932 (E.D.N.Y. 1964),

estableció que las incongruencias entre las planillas y los

comprobantes de retención no pueden dar origen a un error

matemático. Allí el patrono reportó en el comprobante de

retención que este había pagado salarios al Sr. Farley. El

señor Farley, por su parte, no aceptó haber recibido dichos

salarios y, consecuentemente, excluyó éstos del ingreso

reportado en la planilla. El Internal Revenue Service (“IRS”)

procedió a ajustar el ingreso de Farley mediante el

procedimiento de error matemático y a tasar las contribuciones

atribuibles a ese ingreso que alegadamente no fue reportado. El

tribunal, sin embargo, dispuso que el término “error matemático”

se refiere a un error en cuanto al cómputo de la contribución de

acuerdo a lo que la propia planilla considera como ingreso y

determinó que exclusiones del ingreso bruto que el contribuyente


20
debidamente indica y reclama en su planilla no pueden ser

tratadas como “error matemático” (porque privarían al

contribuyente de su derecho a revisión bajo el procedimiento de

notificación de deficiencia), aún cuando dichas exclusiones le

parezcan erróneas al IRS.

Al día de hoy, ni tan siquiera el propio IRS cuestiona la

doctrina establecida en Farley. Por el contrario, la han

adoptado como su postura oficial. En julio de 2005, el IRS

emitió la determinación administrativa 2005-51 que dispone

expresamente que en caso de discrepancias entre los comprobantes

de retención y la planilla no se podrá utilizar el procedimiento

sumario de error matemático para imponer contribuciones

adicionales a las declaradas por el contribuyente en su

planilla. En dicho caso, el IRS está obligado a seguir el

procedimiento de deficiencia.

En virtud de lo anterior, no puede hablarse de “error

matemático” cuando el contribuyente deliberadamente asume una

posición con respecto a determinada partida en su planilla, aún

cuando esa posición pudiese ser incorrecta e incongruente con

los comprobantes de retención. El término “error matemático” se

limita a una inadvertencia del contribuyente en algún cómputo en

su planilla que puede ser corregido y corroborado con la propia

información que el contribuyente declara de la planilla. Después

de todo, la planilla es el único documento que está en control

del contribuyente, toda vez que los comprobantes de retención

son preparados por un tercero.

C. El principio de la Prescripción

La doctrina tradicional, concibe la prescripción como una

figura jurídica en virtud de la cual un derecho subjetivo queda

extinguido, si no se ejercita durante el plazo de tiempo

establecido por el Código Civil. Castán, Derecho Civil Español

Común y Foral (Madrid 1951) Tomo I; Vol. 2; Espín Canovás,

Manual de Derecho Civil Español, (Madrid 1959), en la Pág. 383.


21
En Nazario Acosta v. E.L.A., et al, 2003 T.S.P.R. 116, a la

página 117, este Honorable Tribunal nos indica que:

"La prescripción es una institución de derecho


sustantivo, regulada por el Código Civil, que
constituye una forma de extinción de un derecho debido
a la inercia en ejercer el mismo durante un termino
determinado.". Además añade: "La misma castiga la
inercia en el ejercicio de los derechos y, a la misma
vez, evita los litigios difíciles de adjudicar por la
antigüedad de las reclamaciones, hecho que podría
dejar a una de las partes en estado de indefensión".
(Énfasis nuestro)

El referido término prescriptivo es susceptible de

interrupción, ya sea entablando una acción judicial como

extrajudicial o por un acto de reconocimiento de deuda de parte

del deudor. En Galib Frangie v. El Vocero de P.R., 138 D.P.R.

560 (1995), a la pagina 566, se define la interrupción de un

término de la siguiente manera: "El acto interruptivo representa

la manifestación inequívoca de una voluntad contraria al

mantenimiento de la situación inerte que está manifestada con

anterioridad a que el plazo de deliberación se agote".

Para que dicha reclamación extrajudicial sea válida, tienen

que cumplir con los siguientes requisitos: "(a) la oportunidad o

tempestividad, que requiere que el ejercicio de la acción debe

realizarse antes de la consumación del plazo; (b) la

legitimación, según la cual el ejercicio corresponde al titular

del derecho o de la acción; (c) la identidad, que consiste en

que la acción ejercitada ha de responder exactamente al derecho

que esta afectado por la prescripción y; (d) la idoneidad del

medio utilizado". Galib Frangie v. El Vocero de P.R., supra, a

la pagina 566.

La decisión del Tribunal de Apelaciones, fuera de otras

consideraciones de hermeneútica importantes que se tratan más

adelante, al aplicar supletoriamente los artículos del Código

Civil para permitir que el Secretario interrumpa los términos de

prescripción, violenta los objetivos de esta figura al poner en

estado de indefensión al contribuyente. La aplicación del

22
Artículo 1873 al caso de autos promueve un estado de

incertidumbre al exponer a los contribuyentes en general, sin

límite de tiempo y por el mero envío unilateral de cartas, a

posibles conductas confiscatorias carentes de Debido Proceso de

Ley por el Departamento de Hacienda. El contribuyente en este

caso se expone a tener que objetar y litigar asuntos que ya

tienen más de quince (15) años en contravención a los objetivos

de la prescripción expresados anteriormente.

D. El principio de “buena fe” permea el Código Civil y nuestro

sistema de justicia.

El principio que rige la doctrina de “manos limpias” que

específicamente determina el ingrediente sin el cual no se puede

acudir al foro, es la buena fe. Al igual que en otras doctrinas

de los contratos y las obligaciones, la buena fe es la costura

que amarra nuestras estructuras constitucionales. No se puede

permitir que una parte se aproveche de su conducta ilegal para

beneficiarse de ella para interrumpir la prescripción. Esto no

meramente porque nos de la impresión de que no suena correcto

tal beneficio pero porque permitirlo pudiera fácilmente

prestarse para que esta conducta se institucionalice, para que

cualquiera pueda diseñar artificios que circunvalaran el Debido

Proceso de Ley constitucionalmente garantizado.

Por otro lado, aquello que es nulo lo es desde su inicio y

nunca adviene consecuente, nunca nació en derecho, por lo que no

genera consecuencias. Se ha resuelto que lo inexistente nunca

puede ser convalidado, y que la prescripción no corre contra lo

inexistente. Brown III v. Jta. De Directores Cond. Playa Grande,

2001 TSPR 80; Montañez Rivera v. Policía de P. R., 150 DPR 917,

921 (2000); Atanacia Corp. v. J. M. Saldaña, Inc., 133 DPR 284,

301 (1993).

Siguiendo este principio ¿cómo podemos decir que las

actuaciones que encontró nulas el Tribunal de Primera Instancia

y el Tribunal de Apelaciones surtan efectos sobre el


23
contribuyente para perjudicarle? Son las cartas de

notificaciones de embargo las que según el Tribunal de

Apelaciones aprovecha el Secretario para interrumpir

extrajudicialmente los términos prescriptivos. Si estos

procedimientos de embargos fueron ilegales y nulos, las cartas

notificando los mismos no debieran surtir efecto alguno tampoco.

Véase, Sánchez Rodríguez v. López Jiménez, 116 DPR 172, 189

(1985).

E. Ventajas del Procedimiento de Error Matemático para Hacienda

El procedimiento de notificación de deficiencia es menos

favorable para Hacienda que el de notificación de error

matemático, pues aquel permite al contribuyente: (i) cuestionar

la imposición de contribuciones adicionales sin tener que pagar

la contribución alegadamente adeudada, y (ii) hacer dicho

cuestionamiento inicialmente ante Hacienda y subsiguientemente

mediante "juicio de novo" ante el tribunal. A diferencia de

esto, el proceso de notificación de error matemático le permite

a Hacienda proceder de manera acelerada con la tasación de

contribuciones adicionales y con el subsiguiente embargo de

propiedades del contribuyente, como ocurrió en este caso. Como

muy bien señala el Honorable Tribunal de Primera Instancia en la

página 9 de la Sentencia, la notificación de error matemático es

un proceso informal, ágil y económico el cual constituye una

excepción al procedimiento formal de notificación de

deficiencias. Por lo tanto, el procedimiento de error matemático

debe ser utilizado con mucha prudencia y no como un subterfugio

para lograr de manera rápida e informal lo que conforme a la Ley

de Contribuciones y al Código de Rentas Internas y al Debido

Proceso de Ley se requiere lograr a través del procedimiento de

notificación de deficiencia, en violación a los derechos

procesales que le asisten al contribuyente como garantía

constitucional.

24
La utilización errónea del proceso sumario y favorable para

Hacienda de notificación de error matemático tiene sus

consecuencias adversas para sí: la posible prescripción para

tasar contribuciones adicionales al contribuyente bajo el

procedimiento de notificación de deficiencia. Ese análisis de

beneficios versus riesgos le corresponde hacerlo a Hacienda y no

al contribuyente, por lo que es claramente improcedente sostener

que aplica la doctrina de incuria por el hecho de que el

Contribuyente alegadamente no haya objetado la corrección del

proceso seguido en su contra por la parte demandada.

El Secretario goza de amplios poderes y facultades en ley

para investigar y/o cuestionar la validez o de hacer ajustes a

cualquier partida presentada por el Contribuyente en sus

Planillas para los Años en Controversia. El Secretario tenía a

su disposición el mecanismo de la notificación de deficiencia

para cuestionar oportunamente determinadas partidas en las

planillas del Contribuyente, por lo que si éste utiliza

equivocadamente el procedimiento de error matemático y ahora

está impedido de tasar contribuciones adicionales (por

prescripción), puede decirse que dicho resultado o daño fue

auto-infligido. Es decir, por consideraciones también de

equidad, el Secretario esta impedido de alegar haber sufrido

perjuicio por la alegada inacción del Contribuyente en virtud de

la doctrina de "daño autoinfligido" adoptada por este Honorable

Tribunal. De acuerdo con la norma de autoinflicción de daño toda

clase de daño producto de esa actuación del Secretario, tendrá

al actor como único causante de su perjuicio. Asoc. Res. Park

Side, v. Junta de Planificación, 149 D.P.R. 300; (1999)

F. ¿Qué es una “Tasación”?

El sistema de contribuciones sobre ingreso en Puerto Rico

es uno auto-impositivo, por lo que el contribuyente es quien

determina en primera instancia su responsabilidad contributiva

mediante la radicación de la correspondiente planilla de


25
contribución sobre ingreso con el Secretario. Si el Secretario

quiere imponer y cobrar contribuciones adicionales a un

contribuyente, la referida Sección 275 de la Ley de

Contribuciones le impone la obligación de efectuar la "tasación"

en un término de cuatro (4) años contados a partir de la

radicación de la planilla por parte del contribuyente.

La tasación de una contribución significa la entrada en los

libros o registros ("records") del Secretario de una cantidad de

dinero adeudada al Secretario por un contribuyente. Por

definición, al ser la tasación una cantidad de dinero adeudada,

el no brindarle al Contribuyente el Debido Proceso de Ley antes

de tasar es nulo e ilegal.

G. Mecanismos de interrupción de la prescripción para “tasar”.

En este caso, tanto la Sentencia del Tribunal de Primera

Instancia como la Sentencia emitida por el Tribunal de

Apelaciones establecen que el Secretario venía obligado a

utilizar el procedimiento de notificación de deficiencia para

poder validamente tasar contribuciones adicionales al

Contribuyente. La Ley de Contribuciones expresamente dispone la

manera en que, en aquellos casos en que el Secretario viene

obligado a seguir el procedimiento de notificación de

deficiencia, puede quedar interrumpido el término de cuatro (4)

años que tiene el Secretario para tasar contribuciones

adicionales al contribuyente.

Específicamente, la Sección 276(b) de la Ley de

Contribuciones, 13 L.P.R.A. 3276(b), dispone sobre el particular

lo siguiente:

(b) Renuncia. “Cuando antes de la expiración del


periodo prescrito en la sec. 3275 de este título para
la tasación de la contribución, ambos, el Secretario y
el contribuyente, hubieren acordado por escrito tasar
la contribución después de dicho periodo, la
contribución podrá ser tasada en cualquier momento
anterior a la expiración del periodo que se acuerde.
El periodo así acordado podrá prorrogarse por acuerdos
escritos sucesivos hechos antes de la expiración del
periodo previamente acordado."

26
Es decir, la Sección 276 (b) de la Ley de Contribuciones

provee para la interrupción del término de cuatro (4) años que

tiene el Secretario para tasar contribuciones adicionales al

contribuyente mediante el otorgamiento de un acuerdo escrito

entre el contribuyente y el Secretario a esos efectos. De una

lectura de la referida Sección 276 (b) de la Ley de

Contribuciones se desprende que en la medida en que el

contribuyente no esté de acuerdo en extender el término de

cuatro (4) años que tiene el Secretario para tasar

contribuciones adicionales, dicho término se mantiene

ininterrumpido.

El término prescriptivo que tiene el Secretario para tasar

contribuciones sobre ingresos se interrumpe solamente si el

contribuyente consiente a dicha interrupción mediante el

otorgamiento del acuerdo escrito. Precisamente, para esos

propósitos es que el Secretario ha preparado el Formulario

Modelo SC 6030, “Consentimiento Fijando Limitaciones de Tiempo

Para la Tasación de la Contribución”.17 En dicho formulario se le

advierte al contribuyente que de éste no firmar el referido

Formulario Modelo SC 6030, el Secretario vendría obligado a

efectuar una tasación preventiva o en peligro ("jeopardy

assessment"). Si el Secretario pudiese interrumpir el término de

cuatro (4) años para tasar contribuciones adicionales al

contribuyente unilateralmente mediante una reclamación

extrajudicial, dicho Formulario Modelo SC 6030 no tendría razón

de ser pues el Secretario no tendría que solicitar al

contribuyente que otorgue dicho formulario (consintiendo a la

interrupción del término para tasar) si el Secretario pudiese

lograr su cometido de interrumpir el término mediante una mera

reclamación extrajudicial.(Véase además Formulario SC 3215)

17 Véase Apéndices 18 y 19
27
Por otro lado, la Sección 277 de la Ley de Contribuciones,

13 L.P.R.A. 3277, dispone en cuanto a la interrupción del

término para tasar lo siguiente:

3277 - Interrupción del periodo de


prescripción: "El periodo de prescripción provisto en
las seccs. 3275 ó 3276 de este título para la tasación
y para el comienzo de un procedimiento de apremio o de
un procedimiento en corte para el cobro, con respecto
a cualquier deficiencia, quedará, después del envío
por correo de la notificación de la determinación
final provista en la sec. 3272(a), interrumpido por el
periodo durante el cual el Secretario esta impedido de
hacer la tasación o de comenzar el procedimiento de
apremio o el procedimiento en corte (y en todo caso,
si se recurriere ante el Tribunal de Primera Instancia
hasta que la decisión del Tribunal sea firme), y por
los sesenta (60) días siguientes."

Es decir, para evitar que el término de cuatro (4) años que

tiene el Secretario para tasar Contribuciones adicionales expire

mientras el contribuyente se encuentre ejerciendo su derecho a

impugnar judicialmente la deficiencia notificada, la referida

Sección 277 de la Ley de Contribuciones dispone que dicho

término queda interrumpido hasta tanto el pleito en el tribunal

advenga final y firme. Nótese que este principio de la

interrupción de la prescripción en la ley de Contribución sobre

Ingresos es contrario al del Código Civil en donde judicialmente

solo puede interrumpir el acreedor del derecho.

Al haber negado el Debido Proceso de Ley al Contribuyente

que dicho procedimiento de Deficiencia le brinda, el Secretario

se privó a sí mismo de poder recurrir a los mecanismos provistos

en la Ley para interrumpir los términos de prescripción.

Ciertamente, la ley provee los mecanismos que el legislador

estimó adecuados y suficientes para el balance que ha de darse

en cuanto a la toma de la propiedad del Contribuyente.

En relación con el procedimiento de notificación de

deficiencia (aplicable en este caso), la Ley de Contribuciones

provee específicamente para la interrupción del término de

cuatro (4) años que tiene el Secretario para tasar

contribuciones adicionales en tan solo dos (2) circunstancias:

28
(i) cuando el contribuyente voluntariamente consiente a la

interrupción y otorga un acuerdo escrito a esos efectos, y (ii)

cuando el contribuyente ejerce su derecho a impugnar

judicialmente la deficiencia contributiva notificada por el

Secretario. En este último caso, la Sección 277 de la Ley de

Contribuciones inclusive establece hasta cuando queda

interrumpido el referido término para tasar (i.e., por los

sesenta (60) días siguientes a que el pleito en el tribunal

advenga final y firme).

Por tanto, el legislador expresamente dispuso las

circunstancias en las cuales dicho término quedaría

interrumpido. De haber querido que el referido término para

tasar pudiese quedar interrumpido mediante una reclamación

extrajudicial: (i) sería innecesario que el legislador hubiese

dispuesto específicamente las circunstancias antes mencionadas

en la Ley de Contribuciones, o (ii) hubiese incluido

específicamente las reclamaciones extrajudiciales.

H. La diferencia entre “tasar” y “cobrar” para la Ley de

Contribución sobre Ingresos.

De entrada, requiere especificarse el período prescriptivo

en cuestión aquí. Nos referimos al período prescriptivo que

tiene el Secretario para tasar una contribución adicional y no

el período prescriptivo que tiene el Secretario para cobrar una

contribución adicional debidamente tasada. También es necesario

aclarar que, contrario a lo indicado por el Secretario en sus

comparecencias, hasta que el Secretario no tasa una contribución

adicional el Secretario no es el titular de derecho o acreencia

alguna. De hecho el Secretario empieza su escrito para el

Tribunal de Apelaciones con la siguiente cita: “La facultad del

Secretario de Hacienda para el cobro de deudas contributivas

está revestida del más alto interés público, por lo que la ley

dispone que las sumas adeudadas por este concepto constituyen un

29
gravamen preferente sobre los bienes y derechos de propiedad,

mueble o inmueble, del deudor. (Énfasis nuestro)

Los argumentos del Secretario sobre interrupción de la

prescripción en su Comparecencia se basan en la premisa

incorrecta de que el Contribuyente le adeuda contribuciones al

Secretario. De hecho, pareciera repetir en todas sus

comparecencias que el Debido Proceso de Ley que se le garantiza

al contribuyente no incluye el que el Secretario reconozca que

el Contribuyente en este caso no adeuda contribución legalmente

tasada y exigible.

En aquellos casos en que el Secretario ya ha tasado una

contribución adicional, y por lo tanto advino a ser el titular

de una acreencia de la cual efectúa gestiones de cobro es que

aplicarían los argumentos que esgrime el Secretario en sus

escritos. Este no es el caso de autos. En este caso el

Secretario nunca le tasó válidamente contribución adicional

alguna al Contribuyente.

Bajo la referida Sección 275 de la Ley de Contribuciones,

el Secretario sólo puede tasar contribuciones adicionales a un

contribuyente, como regla general, dentro de cuatro (4) años

después de haberse rendido la planilla de contribución sobre

ingresos del contribuyente. Es decir, el período prescriptivo

contenido en esta sección 275 impide que el Secretario pueda

tasar contribuciones adicionales una vez transcurrido el término

de cuatro (4) años.

Contrario a lo argumentado por el Secretario, la

Sección 276(b) de la Ley de Contribuciones sí dispone la forma

en que puede válidamente interrumpirse el término de cuatro (4)

años que tiene el Secretario para tasar una contribución

adicional como ya hemos demostrado. Repetimos a esos efectos

que la Sección 276(b) de la Ley de Contribuciones provee para la

interrupción de dicho término mediante el otorgamiento de un

acuerdo escrito entre el contribuyente y el Secretario. Es


30
decir, el Secretario puede lograr la interrupción de dicho

término prescriptivo siempre y cuando obtenga el consentimiento

del contribuyente a dicha interrupción. Precisamente es para

esos propósitos que el Secretario ha preparado el Formulario

Modelo SC 6030, “Consentimiento Fijando Limitaciones de Tiempo

Para la Tasación de la Contribución”.

I. El asunto de la Prescripción en la Ley de Contribución

sobre Ingresos como Ley Especial a la luz del Artículo 12

del Código Civil.

La Ley de Contribuciones es una ley especial y teniendo

dicha ley especial una disposición específica (i.e., la Sección

276(b)) que atiende la interrupción de la prescripción, resulta

totalmente inaplicable el referido Artículo 1873 del Código

Civil por declaración expresa a través de su Artículo 12.

El Artículo 12 del Código Civil de Puerto Rico lee:

En las materias que se rijan por leyes especiales, la


deficiencia de éstas se suplirá por las disposiciones de
este Código. (Código Civil, 1930, art. 12) 31 LPRA §12.

Al amparo de este artículo, reiteradamente este Honorable

Tribunal ha resuelto que "una ley especial sobre determinada

materia debe prevalecer sobre cualquier otro precepto aplicable

que sea de carácter general.” Resto v. Rodríguez Solís, 111

D.P.R. 89 (1981). “Las materias especiales... se rigen por sus

leyes especiales y por el derecho jurisprudencial que se va

formando en torno a los estatutos. El Código Civil, desde luego,

como espina dorsal que es de nuestro derecho privado, queda

siempre como acervo supletorio.” Vda. de Méndez v. Tribunal

Superior, 102 D.P.R. 553 (1974). Es principio general de

interpretación de estatutos que una ley de carácter especial

sobre la materia prevalece sobre una de carácter general. Al

interpretar leyes especiales, debe acudirse a ellas en primera

instancia y, de haber deficiencias en las mismas, acudirse

entonces al Código Civil y a otras leyes in pari materia.

31
La doctrina española ha señalado límites al uso supletorio

del Código Civil. No debe acudirse al Código Civil cuando en el

cuerpo legal especial el caso es objeto de regulación con normas

adecuadas.18 En este sentido se ha expresado Enrique Lalaguna,

en su artículo Valor del Código Civil Como Derecho Común después

de la reforma del título preliminar del Código Civil Español:

“Se ha de tener en cuenta la doctrina del


Tribunal Supremo sobre los límites de aplicabilidad
del Código Civil en los supuestos a que se refiere el
derogado artículo 16 (sustancialmente idénticos a los
del vigente artículo 4to, Num. 3). A este respecto, la
jurisprudencia ha declarado que la aplicación del
Código por virtud del artículo 16 supone: a)
existencia de regulación legal sobre materia especial
(montes, minas, aguas), por lo que no rige ni puede
regir en aquellos casos en que no se señalen, por no
existir, la Ley o disposición cuyos vacíos traten de
llenarse con los preceptos del Código Civil (sentencia
de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de 25 de
marzo de 1947); b) oscuridad o insuficiencia de los
preceptos de la Ley especial con referencia al caso
controvertido, por lo que no debe acudirse al Código
civil cuando en el cuerpo legal especial el caso es
objeto de regulación con normas adecuadas (sentencias
de 28 de diciembre de 1906, 14 de noviembre de 1951 y
6 de diciembre de 1963); c) imposibilidad de recurrir
al procedimiento analógico, por lo que se debe excluir
la aplicación del Código si la deficiencia se puede
suplir por analogía de lo establecido en otras
disposiciones de la Ley especial, lo que singularmente
se debe tener en cuenta cuando el empleo de la
analogía es impuesto por la propia Ley especial para
los casos relativos a materias en ella reguladas.”
(Sentencias de 9 de julio y 23 de marzo de 1953). 3
Documentación Jurídica 1261, 1280-1281 (1974)

García Goyena explica así la fuerza supletoria del CC,

“nada más natural, razonable y hasta necesario que dar

preferencia a los Códigos y leyes especiales, pues precisamente

se forman porque no puede conseguirse su objeto por las

disposiciones de la ley común, y la especial deroga a la

general; ’in toto iure generi per speciem derogatur’." Es este

precepto el que da fuerza a que la ley general supla las lagunas

o vacíos de la ley especial, puesto que es sólo cuando existan

estos vacíos que entra en vigor este carácter supletorio.

Mientras que las leyes, que, en su correspondiente plano, se le

contraponen como especiales, no pueden suplir a los Derechos

18 Sentencias del Tribunal Supremo de España de 28 de diciembre de 1906 y de 6 de diciembre de 1963


32
comunes respectivos (ni, por esta razón, aplicarse a supuestos

que estén fuera de su ámbito, aunque sean semejantes), según se

reconoce por De Castro (pág. 309) y STS 22 diciembre 1994 (RJ

1994, 10368).19

La mayoría de las disposiciones del Derecho son de

naturaleza general, es decir, atribuyen una consecuencia

jurídica a un hecho que se contempla por sus notas genéricas; no

a un caso concreto en supuestos individualmente determinados.

Frente a estas disposiciones de carácter general o genérico hay

otras que se refieren a una persona que es sólo la afectada

individualmente por la norma; a una relación jurídica que se

estatuye o normatiza en especie, o a una pluralidad de personas,

cosas o relaciones que se consideran de modo aislado. Este es el

ius singulare del cual decían los romanos que se caracterizaba

porque iba "contra tenorem racionis propter aliquam utilitaten

auctoritaten constituentium introductum est" (Digesto 1, 3, 16).

Como ejemplo de este ius singulare citan los viejos autores las

disposiciones del Senadoconsulto Veleyano en favor de la mujer;

la restitutio in integrum en pro de los menores; la prohibición

de donaciones entre los esposos; el Derecho excepcional de

guerra o con ocasión de una gran calamidad o desgracia, etc.20

Habiendo el legislador atendido el asunto de la

interrupción de la prescripción en la propia Ley de

Contribuciones, resultan totalmente inaplicables las

disposiciones del Código Civil que atienden la prescripción,

conforme a lo provisto en el Artículo 12 del Código Civil de

Puerto Rico. No existiendo vacíos o lagunas que llenar, resulta

improcedente argumentar que las disposiciones sobre interrupción

de prescripción contenidas en el Artículo 1873 del Código Civil

son aplicables a los efectos de lograr la interrupción del

19Rodrigo Bercovitz, Rodríguez-Cano, Comentarios al Código Civil, Editorial Aranzadi, 2001 p. 36.
20Federico Puig Peña, Tratado de Derecho Civil Español, Editorial Revista de Derecho Privado, 1957, Madrid, Parte General
Tomo I, Vol. I, La Norma Jurídica, Pp. 49-54
33
término prescriptivo contenido en la Sección 275 de la Ley de

Contribuciones.

El Secretario dedica gran parte de su Comparecencia al

Tribunal de Apelaciones a discutir la figura de la prescripción

y los elementos que se tienen que dar para que una parte pueda

válidamente interrumpir el término prescriptivo bajo el Artículo

1873 del Código Civil. Sin embargo, el Secretario no hace

referencia en la Comparecencia al caso de Pacheco v. Nacional

Western Life, 122 D.P.R. 55 (1988), en el cual se discute

precisamente las circunstancias en las cuales el referido

Artículo 1873 del Código Civil aplica.

En Pacheco v. National Western Life, supra, este Honorable

Tribunal tuvo que determinar si el término de prescripción de

tres (3) años para instar una acción bajo la Ley Num. 75 del 24

de junio de 1964, según enmendada, 10 L.P.R.A. sec. 278 et seq.,

la cual reglamenta la terminación de contratos de distribución

(en adelante la "Ley #75"), puede ser interrumpido mediante

reclamación extrajudicial conforme a lo provisto en el referido

artículo 1873 del Código Civil. En vista de que la Ley #75 no

reglamentaba la manera en que se puede interrumpir este término

prescriptivo, este Honorable Tribunal procedió a determinar que

preceptos relativos a la interrupción de la prescripción, a

manera supletoria, eran los aplicables. Este Honorable Tribunal

concluyó que la deficiencia en cuanto a la interrupción del

término prescriptivo de tres (3) años provisto en la Ley #75

debe ser subsanada haciendo referencia al Artículo 941 del

Código de Comercio de Puerto Rico, 10 L.P.R.A. § 1903. De esta

forma, este Honorable Tribunal determinó que las reclamaciones

extrajudiciales no interrumpen el término prescriptivo de tres

(3) años dispuesto en la Ley #75. En particular, este Honorable

Tribunal expresó lo siguiente:

"Las lagunas de la Ley Num. 75, supra, sobre la


interrupción del término prescriptivo que allí se
establece deben ser subsanadas aplicando el Código de
34
Comercio, una ley in pari materia que guarda gran
coherencia con la naturaleza de la materia regulada
por esta ley especial (citas omitidas). El Código de
Comercio establece plazos prescriptivos cortos y una
forma rigurosa de interrumpirlos. Al así hacerlo
fomenta la diligencia y rapidez de las relaciones
comerciales y logra agilizar el tráfico mercantil.
Só1o permite la interrupción mediante la interposición
de demanda judicial, el reconocimiento de la deuda por
parte del deudor y la renovación del documento en que
esté fundado el derecho del acreedor. Art. 941 del
Código de Comercio, supra.”

Habiendo concluido que la laguna en cuanto a la

interrupción de la prescripción había sido llenada por lo

provisto en el Código de Comercio, este Honorable Tribunal

categóricamente rechazó la aplicación del Artículo 1873 del

Código Civil. Es decir, habiéndose identificado una disposición

en una ley in pari materia (el Código de Comercio) que atendía

expresamente la interrupción de la prescripción, este Honorable

Tribunal concluyó que resultaba totalmente inaplicable la

disposición del Código Civil que permite la interrupción de la

prescripción mediante reclamación extrajudicial.

En este caso, la misma Ley de Contribuciones expresamente

provee las causas de interrupción del término prescriptivo de

cuatro (4) años que tiene el Secretario para tasar. De la misma

forma que este Honorable Tribunal concluyó en Pacheco, supra,

que es inaplicable el Artículo 1873 del Código Civil si en la

ley especial hay una disposición que atiende expresamente la

interrupción de la prescripción, entonces es forzoso concluir

que en la situación presente el artículo 1873 es igualmente

inaplicable. El propio Secretario reconoce21 que la Sección

276(b) de la Ley de Contribuciones expresamente dispone para la

interrupción del término prescriptivo de cuatro (4) años para

tasar contenido en la Sección 275 de la Ley de Contribuciones,

por lo que, a la luz del caso de Pacheco, supra, resulta

totalmente improcedente argumentar que el referido término

prescriptivo se puede interrumpir adicionalmente mediante

21 Véase comparecencia del Secretario en el Tribunal de Apelaciones, pág. 3 y 4. Apéndice 28


35
reclamación extrajudicial conforme al Artículo 1873 del Código

Civil.

J. Jurisprudencia utilizada incorrectamente por el Secretario.

El Secretario hace referencia a dos (2) casos del Tribunal

Supremo de Puerto Rico para argumentar en su comparecencia ante

el Tribunal de Apelaciones que el término prescriptivo para

tasar contribuciones adicionales puede considerarse interrumpido

por actos de dilación que pudiese haber llevado a cabo el

contribuyente. En particular, el Secretario hace referencia a

los casos de Cía. Azucarera del Toa, Inc. v. Tribunal de

Contribuciones, 72 D.P.R. 909 (1951), y de Sucs. de José

González & Co. v. Buscaglia, 63 D.P.R. 253 (1944), para

argumentar que al determinar si el término para tasar una deuda

contributiva ha prescrito, el análisis no puede limitarse al

paso del tiempo, sino que dicha determinación va a depender de

los hechos y circunstancias de cada caso en particular.

En Cía. Azucarera del Toa, Inc., supra, este Honorable

Tribunal tuvo que pasar juicio sobre la validez de un documento

otorgado por el contribuyente en el que éste hacía constar que

renunciaba al periodo de prescripción en el caso, en vista de

que en el documento no se indicaba por cuanto tiempo se había

quedado extendido el referido periodo de prescripción (i.e., no

tenía término fijo de expiración). Este Honorable Tribunal

examinó los hechos y circunstancias del caso para determinar el

periodo de tiempo por el cual había quedado extendido el

referido periodo de prescripción.

Es decir, en Cía. Azucarera del Toa, Inc., supra, el

contribuyente otorgó un documento en el cual prestaba su

consentimiento por escrito para que le pudiesen ser tasadas

contribuciones adicionales con posterioridad al vencimiento del

término que tenía el Secretario para efectuar dicha tasación.

Por tanto, dicho caso es consistente con la posición del

Contribuyente en este caso a los efectos de que para el


36
Secretario poder válidamente interrumpir el término prescriptivo

para tasar contribuciones adicionales es necesario que el

Secretario hubiese obtenido el consentimiento escrito del

Contribuyente a esos efectos.

En cuanto al caso de Sucs. de José González & Co., supra,

conviene en primera instancia señalar que dicho caso tiene que

ver con el cobro de contribuciones debidamente tasadas dentro

del período prescriptivo para tasarlas y no con la tasación de

contribuciones adicionales al contribuyente. Según anteriormente

expuesto, antes de poder cobrar una contribución adicional a un

contribuyente, el Secretario tiene primero que tasar las

contribuciones adicionales a un contribuyente, oportunamente.

El caso de Sucs. de José González & Co., supra, sólo

atiende el término para cobrar contribuciones válidamente

tasadas. En cuanto a la tasación de contribuciones adicionales

al contribuyente, la Sección 276(b) de la Ley de Contribuciones

claramente requiere el consentimiento escrito del contribuyente

para la interrupción del término prescriptivo de cuatro (4) años

para tasar contenido en la referida Sección 275. El caso de

Sucs. de José González & Co., supra, en nada altera este

precepto.

De todo lo anterior se desprende que la Ley de

Contribuciones establece tanto el término prescriptivo para

tasar contribuciones adicionales como las circunstancias en que

dicho término puede ser interrumpido. La ley de Contribuciones

contiene garantías procesales y sustantivas amplias para cumplir

con el Debido Proceso de Ley constitucionalmente ordenado. Según

la Ley de Contribuciones, la interrupción no puede ocurrir

unilateralmente, sino que requiere el consentimiento expreso y

escrito del contribuyente. En este caso, no habiendo el

Contribuyente completado el Formulario Modelo SC 6030, aplica el

término prescriptivo para tasar deficiencias contenido en la

37
referida Sección 275 de la Ley de Contribuciones, el cual ya

expiró.

Cabe la pregunta lógica después de leer todos los

argumentos aquí esbozados que si no existen lagunas en la ley y

si la letra de la ley es clara, entonces ¿porque la resolución

del Tribunal de Apelaciones concede un remedio que no contempló

el legislador y que no tiene relevancia a la controversia

resuelta por el Tribunal de Primera Instancia?

La decisión del Tribunal de Primera Instancia abordó

correctamente el issue de la prescripción: “Por haber

transcurrido en exceso del término que disponía el Secretario

para tasar dichas contribuciones, esta impedido de iniciar en

este momento el proceso de notificación de deficiencias y de

tasar las contribuciones para los años impugnados en este

recurso.” (Énfasis suplido)

El Tribunal de Apelaciones analizó equivocadamente el

asunto de la prescripción en el contexto de una acción de cobro,

negando así el Debido Proceso de Ley que protege al

Contribuyente en el procedimiento de tasación por deficiencia

que sencillamente nunca se dió en este caso y que por fuerza de

la Ley de Contribuciones al haber transcurrido el término

prescriptivo, dio fin a la posibilidad de cualquier acción

posterior.

XI. SÚPLICA

Le rogamos a este Honorable Tribunal Supremo que afirme la

decisión del Tribunal de Primera Instancia en su totalidad y que

devuelva a ese Honorable Tribunal la facultad para proceder con

la vista Evidenciaría de Daños y los tramites finales

pertinentes.

RESPETUOSAMENTE SOMETIDO

38
En San Juan, Puerto Rico hoy 26 de julio de 2006.

___________________________________

Luis E. Miñana Rodríguez-Feo, Pro-Se


801 Plaza Atlántico, Carolina, PR 00979
Tél. 787-726-1515/ Fax.787-625-6450

NOTIFICACIÓN

CERTIFICO: Que en esta misma fecha he radicado copia de esta

petición de Certiorari en la Secretaría del Honorable Tribunal

de Apelaciones de Puerto Rico, Región Judicial de San Juan,

Panel IV y he notificado personalmente con copia de la petición

de Certiorari a la Lic. Vanesa Ramírez Martínez – Oficina del

Procurador General, PO Box 9020192, San Juan, PR 00902-0192, al

Lic. Tomás A. Román Santos - Departamento de Hacienda, Hacienda

Para Servirle, PO Box 9024140 San Juan, PR 00902-4140.

LIC. VANESSA RAMIREZ


Procuradora General Auxiliar
Colegiado Núm. 7531
Departamento de Justicia
Apartado 9020192
San Juan, Puerto Rico 00902-0192
Tel. (787) 724-2165Fax (787) 724-3380

LIC. Tomás A. Román Santos


Departamento de Hacienda
Apartado 9024140
San Juan, Puerto Rico 00902-4140
Tel. (787) 724-2165 Fax (787) 724-3380

En San Juan, Puerto Rico, a 26 de julio de 2006.

Luis E. Miñana Rodríguez-Feo, Pro-Se, col. 17,480


122 Ave. Dómenech Altos
San Juan, PR 00918-3503
Tel. 787-758-1999 Fax 787-773-0500

Certifico haber enviado copia fiel y exacta de este escrito a:


Lic. Annette M. Ramírez López De Victoria
Depto. De Justicia PO Box 9020192 San Juan, PR 00902-0192

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