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INTRODUCCIÓN
Una de las características distintivas de las células eucariotas respecto de las procariotas es su alto grado de
compartimentalización. La presencia de un núcleo bien diferenciado, con una envoltura nuclear que confina el
material genético al interior del núcleo, es sólo un aspecto de la separación espacial de funciones dentro de la
organización celular. El citoplasma, a su vez, se encuentra recorrido en todas direcciones por un sistema de sacos y
túbulos, cuyas paredes de membrana ofician de límite entre la matriz citoplasmática y la luz o cavidad del sistema.
Este conjunto de estructuras membranosas, incluida la envoltura nuclear, se conoce como sistema de
endomembranas (SE) o sistema vacuolar citoplasmático (SVC).
a) Retículo endoplasmático granular o rugoso (REG o RER). Es un grupo de cisternas aplanadas que se
conectan entre sí mediante túbulos. Presente en todos los tipos celulares, se halla especialmente desarrollado en las
células secretoras de proteínas. El REG ofrece una cara citosólica tachonada de ribosomas, a los que debe su
aspecto rugoso. Los ribosomas se unen a las membranas del REG por su subunidad mayor, mediante receptores
específicos, las proteínas integrales de las membranas cisternales conocidas como riboforinas.
b) Retículo endoplasmático agranular o liso (REA o REL). Su aspecto es más tubular y carece de
ribosomas. Es poco conspicuo en la mayoría de las células, pero alcanza un notable desarrollo en las células
secretoras de hormonas esteroides.
c) Aparato o complejo de Golgi. Constituido por sacos discoidales apilados, como mínimo en número de tres,
rodeados por pequeñas vesículas. Cada saco presenta una cara convexa y otra cóncava, esta última orientada hacia la
superficie celular. En las células animales se ubica típicamente entre el núcleo y el polo secretor de la célula, en
tanto en las células vegetales aparece fragmentado en varios complejos denominados dictiosomas o golgiosomas.
d) Envoltura nuclear. Doble membrana que encierra una cavidad, la cisterna perinuclear, en directa continuidad
con la luz del REG, del cual se considera una dependencia. Al igual que éste, presenta ribosomas sobre la cara
citosólica. Durante la división celular se desorganiza y se fragmenta en cisternas que se incorporan al REG. Al
finalizar la división, la envoltura nuclear se reconstituye a partir de aquél.
Fig. 5.1 - El sistema de endomembranas
FUNCIONES DEL SISTEMA DE ENDOMEMBRANAS
ya sea en el interior de la célula o en el medio extracelular. Algo así como un “estampillado”, un sistema de códigos
postales que guía a las moléculas en la dirección correcta.
La vía de tránsito intracelular implica un transporte desde el RE hasta el aparato de Golgi; a partir de éste hay dos
caminos posibles: hacia las vesículas de secreción y desde allí a la membrana plasmática, o bien hacia los lisosomas.
El transporte en el SVC se lleva a cabo por medio de vesículas, pequeñas bolsas limitadas por membrana que se
desprenden como brotes de un compartimento dador y viajan por el citosol hasta alcanzar el compartimento
receptor; entonces se fusionan a este último.
Hay varios aspectos que interesa destacar con respecto al transporte vesicular:
¿Qué transportan las vesículas? Cada vesícula tiene un continente (la membrana) y un contenido (su
naturaleza dependerá de cuál sea el compartimento dador); ambos se desplazan de un compartimento a otro. Cuando
se produce la fusión al compartimento receptor, el contenido de la vesícula se vuelca al lumen del mismo. La
membrana vesicular, por su parte, se incorpora a la membrana receptora. Si la estructura diana es la membrana
plasmática, entonces el contenido es vertido al medio.
¿Qué mueve a las vesículas? En su trayecto de una cisterna a otra, las vesículas son movidas por elementos del
citoesqueleto.
Fig. 5.4- Vesículas revestidas
¿Qué causa la brotación? Las vesículas que participan en el transporte, cualquiera sea el compartimento de
origen, son vesículas revestidas. Se entiende por tales a las vesículas que llevan una cubierta formada por
subunidades proteicas ensambladas a modo de enrejado sobre la cara externa de la membrana vesicular. Dicho
revestimiento es adquirido en el momento en que se produce la gemación o protrusión de la vesícula y es su misma
causa: a medida que las subunidades se ensamblan generan la curvatura de la membrana que da origen al brote. El
revestimiento se desensambla inmediatamente después de la brotación; este paso es necesario, pues mientras las
vesículas se hallan revestidas no pueden fusionarse con otra membrana.
¿Cómo reconocen las vesículas al compartimento receptor? Las membranas de las cisternas poseen pares de
moléculas complementarias: v-SNARE (en la vesícula de transporte) y t-SNARE (en la cisterna destino o target). La
fusión de una vesícula con una cisterna sólo se produce previo reconocimiento del par v-SNARE /t-SNARE
adecuado.
Fig. 5.5 - Reconocimiento del compartimento receptor: v-SNARE = vesicle-SNAP receptor, t-SNARE = target-SNAP
receptor
¿Cómo se corresponden las caras del sistema de endomembranas con las caras de la membrana
celular? Como consecuencia del tránsito vesicular, las moléculas de membrana sintetizadas en el RE (liso y rugoso)
o en el aparato de Golgi, llegan a integrarse a la membrana celular. Sabemos, por otra parte, que la membrana
plasmática es asimétrica: los componentes lipídicos de ambas monocapas – la citosólica y la extracelular – son
diferentes, los dominios proteicos tienen una orientación definida dentro de la bicapa y los restos glucídicos de
glucolípidos y glucoproteínas sólo se orientan hacia el medio extracelular. ¿Dónde se genera esta asimetría? Se
genera en los compartimientos de origen, donde los componentes de membrana adoptan su orientación definitiva;
luego, el transporte vesicular se limita a mantener dicha orientación. De esta forma, todo aquello que tiene una
posición luminal en el sistema de endomembranas, pasa a una ubicación extracelular en la membrana celular, en tanto
que los componentes de la cara citosólica del sistema se integran a la cara citosólica de la membrana celular.
VESÍCULAS REVESTIDAS
Se conocen hasta el momento dos tipos de vesículas revestidas: las vesículas con revestimiento de clatrina y las
vesículas con revestimiento de coatómero.
El revestimiento de clatrina se ensambla a partir de subunidades constituidas por seis cadenas proteicas enlazadas,
los trisqueliones, que forman alrededor de la vesícula un enrejado donde alternan hexágonos y pentágonos, con el
aspecto de una cúpula geodésica. Llevan cubierta de clatrina las vesículas que brotan del aparato de Golgi hacia los
lisosomas, las vesículas de secreción regulada y las formadas por endocitosis.
El revestimiento de coatómero se forma a partir de las COP (por proteínas del coatómero). Está presente en las
vesículas que viajan del RE al aparato de Golgi, las que realizan transporte dentro de este complejo, las destinadas a
la secreción continua y en todas las vesículas recicladoras.
Tanto la cubierta de clatrina como la de coatómero se unen a membrana sólo después de que otra molécula, el ARF
(factor de ribosilación del ADP) se haya fijado a la misma. El revestimiento promueve la deformación de la
membrana y la gemación de la vesícula, en tanto que el ARF le señala dónde y cuándo hacerlo.
Si la cubierta sólo es importante para la gemación -proceso que es básicamente el mismo en cada orgánulo- ¿por qué
necesita diversos tipos de cubierta la célula? La razón más probable es que la cubierta seleccione la carga que ha de
empacarse en cada vesícula. En algunos casos, las proteínas transportadas se localizan en la membrana,
directamente unidas a la cubierta. En otros, la carga se fija a la cubierta a través de un intermediario, un receptor,
localizado en el espesor de la membrana. El uso de cubiertas distintas posibilitaría el flete de cargas diferentes
desde un mismo punto de origen y desde diferentes departamentos.
a) Síntesis de lípidos. En las membranas del REL se sitúan las enzimas responsables de la síntesis de la mayor
parte de los lípidos celulares: triglicéridos, fosfoglicéridos, ceramidas y esteroides. Los precursores para la síntesis
provienen del citosol, hacia el cual se orientan los sitios activos de las respectivas enzimas. Por lo tanto, los lípidos
recién sintetizados quedan incorporados en la monocapa citosólica del REL. Sin embargo, gracias a la participación
de las flipasas del retículo, se logra el movimiento hacia la monocapa luminal de los lípidos correspondientes,
asegurándose de esta forma la asimetría entre ambas capas, que será mantenida de aquí en más.
b) El REL en las células musculares. El REL actúa como reservorio de calcio, el cual –frente a la llegada de
un estímulo - es liberado al citosol, donde dispara una respuesta específica. Esta función es particularmente
importante en las células musculares. Allí el REL, que toma el nombre de retículo sarcoplásmico, adopta una
conformación muy especializada. El calcio es liberado frente al impulso nervioso desencadenado por la acetil colina
en la unión neuromuscular, y una vez en el citosol participa en la contracción muscular. Cuando retorna al REL, por la
acción de una bomba de calcio, se produce la miorrelajación.
c) El REL en las células hepáticas. Está involucrado en dos funciones: detoxificación y glucogenólisis. La
detoxificación consiste en la transformación de metabolitos y drogas en compuestos hidrosolubles que puedan ser
excretados por orina.
La glucogenólisis (degradación del glucógeno) tiene lugar en el citosol, donde los gránulos de glucógeno se
encuentran en íntima relación con el REL. El producto de la glucogenólisis, la glucosa 6-fosfato (glucosa 6-P), es
atacada entonces por la glucosa 6-fosfatasa, enzima de la membranas del retículo. Ésta cataliza la hidrólisis del
grupo fosfato, permitiendo así que la glucosa atraviese la membrana celular hacia el torrente circulatorio. La
glucosa 6-fosfatasa no se expresa en las células musculares, razón por la cual el glucógeno muscular no contribuye a
la mantención de la glucemia.
a) Síntesis de proteínas. Todas las proteínas sintetizadas en la célula (excepto las codificadas por ADN de
mitocondria y cloroplasto) son iniciadas por ribosomas libres del citosol. Muchas de ellas, las proteínas nucleares, las
citosólicas y las que están destinadas a cloroplastos, mitocondrias o peroxisomas, concluyen su síntesis en dichos
ribosomas para luego dirigirse, por el citosol, hacia sus compartimentos diana. Otras, en cambio, como las proteínas
integrales de membrana, las de secreción y las enzimas lisosomales, terminan su síntesis en el REG. ¿Cómo se dirige
la síntesis hacia uno de estos dos ramales? ¿Existen diferentes poblaciones de ribosomas? ¿Dónde radica la señal
que conduce a determinadas proteínas hacia el REG?
Fig. 5.9- Síntesis de proteínas en el REG. Hipótesis de la señal.
La respuesta a estos interrogantes fue proporcionada por Blobel y Sabatini, en el año 1971, cuando propusieron su
hipótesis de la señal, ampliamente corroborada después. Las proteínas que se sintetizan en el REG tienen en su
extremo aminoterminal una seguidilla de aproximadamente treinta aminoácidos cuyos radicales son
predominantemente hidrófobos. Este primer fragmento de las proteínas recibe el nombre de péptido señal o
péptido guía. No aparece péptido guía en las proteínas del citosol, núcleo, mitocondria, cloroplasto ni peroxisoma.
Cuando el péptido guía está presente, es reconocido por la PRS (partícula de reconocimiento de la señal) situada en
el citosol. La PRS interactúa con el péptido señal y detiene la síntesis temporariamente. Entonces el ribosoma se une
a las membranas del REG. Recordemos que allí se ubican las riboforinas (receptores de ribosomas). También hay
receptores para la PRS. Una vez que el ribosoma se adhiere a las membranas reticulares, entonces el péptido guía
ingresa en un canal transmembranar, la PRS se separa y la traducción se reanuda. A medida que la proteína crece, se
vuelca hacia el lumen del REG: la síntesis proteica y la translocación a través de la membrana son simultáneas
(cotraslación).
Fig. 5.10- Sïntesis de proteínas en el REG. Cotraslación
Las proteínas que carecen de péptido señal no son reconocidas por la PRS; por este motivo no se dirigen hacia el
sistema de endomembranas y su síntesis se completa en el citosol. Muchas de ellas atraviesan otras membranas con
posterioridad (postraslación) para alcanzar su localización definitiva. Se han encontrado otras secuencias
aminoacídicas, distintas del péptido señal, que actúan como marcas para dirigirlas a sus respectivos destinos.
Las proteínas sintetizadas en el REG pueden dividirse en dos grandes grupos: membranares y luminales o solubles.
Las membranares permanecen incluidas en la membrana, en algunos casos ligadas a ella mediante el péptido señal; en
otras, secuencias de aminoácidos internas a la cadena funcionan como péptidos de anclaje, deteniendo la
translocación de la proteína por el canal. Según la cantidad de secuencias de anclaje que presentan, hay proteínas de
paso único o proteínas multipaso. Las proteínas intrínsecas insertas en la membrana a nivel del REG se retienen como
componentes de este organoide o son transportadas en vesículas, formando parte del “envase”, hasta incorporarse a
otras membranas del sistema o a la propia membrana plasmática.
Las proteínas solubles no conservan el péptido señal ni poseen otros péptidos de anclaje. Cuando el péptido señal es
escindido de la cadena (en este corte actúa una peptidasa señal ubicada en la cara luminal de las cisternas), ésta
pierde contacto con la membrana y se vuelca por completo al lumen. Si las proteínas solubles no son residentes del
REG, entonces siguen su ruta, en este caso como contenido de las vesículas transportadoras. Podemos citar en este
grupo a las proteínas de secreción y a las hidrolasas lisosomales.
Glicosilación. La mayor parte de las proteínas sintetizadas en el REG incorporan cadenas glucídicas a su paso por
el mismo. La presencia en la cadena polipeptídica de la secuencia de aminoácidos asparagina–x-serina o asparagina–
x–treonina (x es otro aminoácido cualquiera), señal de glicosilación, marca el sitio donde se unirá el glúcido. Todas
las glucoproteínas sintetizadas en el REG reciben el mismo oligosacárido: una cadena ramificada de doce unidades de
monosacárido.
El aparato de Golgi es la estación distribuidora final del sistema. Las macromoléculas sintetizadas en REL y REG
llegan a él mediante transporte vesicular y son recibidas en la cara convexa del aparato o cara de recepción, donde
se encuentra una zona de transición con el RE, la red cis. Desde allí, por el mismo mecanismo, son enviadas a la
cisterna cis, luego a la medial, y por último al compartimento trans del complejo de Golgi, que se corresponde con su
cara cóncava. A partir de otra zona de transición, la red del trans Golgi, brotan las vesículas que contienen los
productos definitivos.
El complejo de Golgi no se limita al transporte de las sustancias recibidas. En este sector, por el contrario, se da la
forma final a las moléculas que ingresan. En el aparato de Golgi tienen lugar las siguientes reacciones:
Secreción
Las vesículas que brotan de la cara trans portan los productos acabados destinados al medio extracelular. La fusión
de dichas vesículas con la membrana plasmática –exocitosis- da como resultado la secreción o exportación de
diversas sustancias: enzimas, hormonas, moléculas de la matriz extracelular o de la pared celular, anticuerpos y
otras, según el tipo celular.
La secreción continua o constitutiva está presente en todos los tipos celulares. Las vesículas que siguen esta ruta se
exocitan en forma continua, a medida que brotan del aparato de Golgi. Por ejemplo, se secretan por esta vía las
moléculas que se incorporan a la matriz extracelular.
Fig. 5.13- Secreción
La secreción regulada, en cambio, es propia de células secretoras especializadas. En estos casos, las vesículas se
acumulan en el polo secretor de la célula, como gránulos de secreción, y la exocitosis se dispara sólo ante señales
muy específicas. Por ejemplo, las células b de los islotes de Langerhans (en el páncreas), contiene gránulos de
insulina que son exocitados en respuesta a una elevación de la glucemia. La secreción regulada requiere también un
aumento de la concentración de calcio citosólico.
Los lisosomas primarios son organoides derivados del sistema de endomembranas. Cada lisosoma primario es una
vesícula que brota del aparato de Golgi, con un contenido de enzimas hidrolíticas (hidrolasas). Las hidrolasas son
sintetizadas en el REG y viajan hasta el aparato de Golgi por transporte vesicular. Allí sufren una glicosilación
terminal de la cual resultan con cadenas glucídicas ricas en manosa-6-fosfato (manosa 6-P). La manosa 6-P es el
marcador molecular, la “estampilla” que dirige a las enzimas hacia la ruta de los lisosomas. Se ha estudiado una
enfermedad en la cual las hidrolasas no llevan su marcador; las membranas del aparato de Golgi no las reconocen
como tales y las empacan en vesículas de secreción para ser exocitadas. Quienes padecen esta enfermedad
acumulan hidrolasas en el medio extracelular, mientras sus células carecen de ellas.
Los lisosomas primarios contienen una variedad de enzimas hidrolíticas capaces de degradar casi todas las moléculas
orgánicas. Estas hidrolasas se ponen en contacto con sus sustratos cuando los lisosomas primarios se fusionan con
otras vesículas. El producto de la fusión es un lisosoma secundario. Por lo tanto, la digestión de moléculas orgánicas
se lleva a cabo en los lisosomas secundarios, ya que éstos contienen a la vez los sustratos y las enzimas capaces de
degradarlos.
Existen diversas formas de lisosomas secundarios, según el origen de la vesícula que se fusiona con el lisosoma
primario:
Fagolisosoma: se origina de la fusión del lisosoma primario con una vesícula procedente de la fagocitosis. Se
encuentran, por ejemplo, en los glóbulos blancos, capaces de fagocitar partículas extrañas que luego son digeridas
en estos cuerpos.
Endosoma tardío: surge al unirse los lisosomas primarios con materiales provenientes de los endosomas
tempranos. Los endosomas tempranos contienen macromoléculas que ingresan por los mecanismos de endocitosis
inespecífica y endocitosis mediada por receptor. Este último es utilizado por las células para incorporar, por
ejemplo, las lipoproteínas de baja densidad o LDL.
Autofagolisosoma: es el producto de la fusión entre un lisosoma primario y una vacuola autofágica. Algunos
organoides citoplasmáticos son englobados en vacuolas, con membranas provistas por las cisternas del RE, para luego
ser reciclados cuando estas vacuolas autofágicas se unen con los lisosomas primarios.
La digestión que tiene lugar en los lisosomas secundarios, ya se trate de una heterofagia- hidrólisis de sustancias de
origen exógeno- o de una autofagia –degradación de componentes celulares- da origen a moléculas más sencillas que
atraviesan la membrana lisosomal, es decir son absorbidas por el citosol para su posterior asimilación.
Lo que queda del lisosoma secundario después de la absorción es un cuerpo residual. Los cuerpos residuales
contienen desechos no digeribles que en algunos casos se exocitan y en otros no, acumulándose en el citosol a
medida que la célula envejece. Un ejemplo de cuerpos residuales son los gránulos de lipofuscina que se observan en
células de larga vida, como las neuronas.
La activación de las hidrolasas requiere un medio más ácido que el citosol, de pH 5, que se logra por la acción de una
bomba de protones situada en la membrana lisosomal. Por otra parte, la membrana de los lisosomas es impermeable a
las enzimas y resistente a la acción de éstas. Ambos hechos protegen normalmente a la célula de una batería
enzimática que podría degradarla. Existen, sin embargo, algunos procesos patológicos, como la artritis reumatoidea,
que causan la destrucción de las membranas lisosomales, con la consecuente liberación de las enzimas y la lisis
celular. En otros casos, la liberación de las hidrolasas cumple un papel fisiológico, permitiendo la reabsorción de
estructuras que ya no son útiles, por ejemplo la cola de los renacuajos durante la metamorfosis.
PEROXISOMAS
Los peroxisomas, organoides presentes en todas las células eucariontes, son vesículas ovoideas de aproximadamente
0,5 mm, que al igual que los lisosomas están rodeadas por una membrana simple y contienen enzimas en su interior.
Esta quizá sea la única similitud, pues se originan al igual que las mitocondrias por un proceso de fisión binaria, en
este caso de peroxisomas preexistentes. Las enzimas que contienen en su matriz se incorporan desde el citosol,
siendo sintetizadas en ribosomas libres. Según el tipo de enzimas que posean, existen muchos tipos de peroxisomas.
La principal enzima de los peroxisomas es la catalasa, que descompone el peróxido de hidrógeno producido en el
peroxisoma o el originado en otras localizaciones, como el citosol, RE y las mitocondrias. La actividad de la catalasa
es la única común a todos los tipos de peroxisomas.
En el peroxisoma, se reduce el oxígeno molecular en dos pasos. En el primero una oxidasa elimina los electrones de
varios sustratos, como aminoácidos o ácido úrico. En el segundo, la catalasa, convierte el peróxido de hidrógeno,
formado en el primer paso en agua.
La catalasa también participa en la neutralización de los aniones superóxido, O 2- (radicales libres). Estos radicales
son primero eliminados con formación de H2O2 por la superóxido dismutasa, y luego la catalasa de los peroxisomas
convierte al H2O2 en H2O y O2.
La catalasa también neutraliza con consumo de H2O2, sustancias tóxicas, como fenoles, formaldehído y el etanol de
las bebidas alcohólicas, por eso son más numerosos en el tejido hepático y renal.
Contiene además diferentes oxidasas, como la D-aminooxidasa, urato oxidasa y las responsables de la b-oxidación
de los ácidos grasos (este proceso tiene lugar principalmente en la mitocondria). Todas estas enzimas oxidan sus
sustratos produciendo energía térmica en lugar de ATP.
En las células vegetales, encontramos glioxisomas, que son peroxisomas especializados en el metabolismo de los
triacilgliceridos.
Las enzimas de los glioxisomas, transforman los ácidos grasos de las semillas en hidratos de carbono por la vía del
glioxilato.
Los glioxisomas, también juegan un papel central en la fotorrespiración (se denomina así dicho proceso por requerir
luz y O2 y liberar CO2), que tiene lugar en las hojas de las plantas verdes en los días de calor intenso y baja
humedad ambiente.
En los glioxisomas, se cataliza la oxidación del glicocolato a H2O2 y glioxilato con consumo de oxígeno. Luego el H2O2
formado es descompuesto y el glioxilato es transformado en glicina, la cual ingresa al ciclo de Krebs.
CUESTIONARIO DE AUTOEVALUACIÓN
a. REG
b. REL
c. aparato de Golgi
a. REG
b. REL
c. aparato de Golgi
d. membrana plasmática
a. el REL
b. el REG
c. el aparato de Golgi
a. glicosiltransferasas
b. riboforinas
c. glicosidasas
d. flipasas
a. el REL
b. el aparato de Golgi
c. los lisosomas
a. el revestimiento de clatrina
b. el revestimiento de coatómero
c. el contenido de la vesícula
7. El recorrido de una proteína intrínseca de la membrana celular, desde que se inicia su síntesis hasta
alcanzar su localización definitiva es:
d. Golgi-REL-citosol-membrana plasmática
a. el tipo de enzimas
c. la localización celular
d. la presencia de sustratos
c. lisosomales
d. nucleares
a. REG
b. REL
c. Golgi
d. b y c son correctas
a. el péptido señal
b. la señal de glicosilación
c. la manosa –6-P
d. la clatrina
13. Una glucoproteína secretada, probablemente se diferencie de su precursora en el REG en los siguientes
aspectos:
BIBLIOGRAFÍA
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Karp, G.; (1998) Biología Celular y Molecular; Ed. Mc Graw Hill Interamericana. México.
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