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El es una expresión artística que se configura a partir del siglo VI,
fuertemente enraizada en el mundo helenístico, como continuadora del arte
paleocristiano oriental. En sus primeros momentos, Bizancio se consideró como el
continuador natural, en los países del Mediterráneo oriental, del Imperio romano, siendo
transmisor de formas artísticas que influyen poderosamente en la cultura occidental
medieval. Los períodos del arte bizantino se ajustan, como es natural, a las grandes
fases de su historia política.
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En 395 Teodosio dividió entre sus hijos Arcadio y Honorio el Imperio romano; dejando
a Arcadio el Imperio de oriente. Este hecho va a dar origen al que será el Imperio
bizantino, que tiene ya como capital a Constantinopla, ciudad fundada por el emperador
Constantino. Debido a su privilegiada situación y a la caída del Imperio romano de
occidente en poder de los bárbaros, pronto será la capital cultural por excelencia en el
mundo occidental. Así nace el arte bizantino como confluencia de los estilos griegos,
helenísticos, romanos y orientales.
Desde comienzos del siglo V se va creando un lenguaje formal artístico propio y
diferenciado del que se mantiene en el Imperio de Occidente. Más tarde, en la época de
Justiniano I (527-565) se inicia la primera etapa específicamente bizantina: es la
Primera Edad de Oro que comprende los siglos VI y VII, es la etapa de formación del
arte bizantino en sus aspectos formales básicos.
Después del dominio europeo, con la Dinastía Paleólogo, se da paso a la Tercera Edad
de Oro que se centra en el siglo XIV y que finaliza con la toma de Constantinopla en el
año 1453. Después, el arte bizantino florece en los países eslavos, Rusia y sureste de
Europa, transmitiéndose hasta nuestros días a través del Monte Athos. Cchangos
c
En la Primera Edad de Oro, época de Justiniano I, siglo VI, se realizan las más
grandiosas obras arquitectónicas que ponen de manifiesto los caracteres técnicos y
materiales, así como el sentido constructivo que caracteriza el arte bizantinode este
período.
El capitel bizantino con cimacio, es la evolución del capitel corintio, tras una fallida
imitación de este.
Del mundo romano y paleocristiano oriental mantuvo varios elementos tales como
materiales (ladrillo y piedra para revestimientos exteriores e interiores de mosaico),
arquerías de medio punto, columna clásica como soporte, etc. pero también aportaron
nuevos rasgos entre los que destaca la nueva concepción dinámica de los elementos y un
novedoso sentido espacial y, sobre todo, su aportación más importante, el empleo
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Una de las pinturas bizantinas más admiradas, la °
(fines del siglo XIII,
National Gallery of Art, Washington). Se dice que en esta obra se refleja la influencia
italiana manifiesta en el mundo bizantino durante esta época.
La obra maestra de del arte musivario, es sin duda alguna, el conjunto de mosaicos de
San Vital de Rávena, compuestos hacia el año 547, y en los que se representan varios
temas bíblicos y en los laterales del ábside los grupos de Justiniano I y de su esposa
Teodora con sus respectivo séquito.
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El arte bizantino nace y se desarrolla a partir del siglo IV después de Cristo en el imperio romano de oriente,
donde florece hasta el siglo XV. De ahí, se pasa a los países del Este de Europa.
Es un arte subordinado al poder del emperador, y cuando éste
adopta la religión cristiana, al poder de la religión también.
Este arte manifiesta la presencia de tres influencias: la del
cristianismo incipiente, la del racionalismo griego y la del
Islam.
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Los mosaicos bizantinos, abundantes y exuberantes de luz y color, ejercen funciones didácticas y sobre todo
simbólicas.
Los mosaicos cubren los muros interiorew y las cúpulas.En los muros el
espacio es simbólicamente dividido en tres partes: inferior para las
representaciones terrestres, media para las representaciones de transición y
superior para el cielo.
Los elementos incluidos siguen cánones estrictos que dignifican la vida de los
emperadores y de las figuras religiosas.
Evolucionan, con el paso del tiempo y bajo la influencia árabe, hacia las cúpulas en forma de cebolla tan
características del paisaje ruso.
Son colocadas directamente sobre los muros del edificio o aisladas por un tambor.
Para lograr tamaños mayores, multiplica los arcos, las bóvedas y las
cúpulas, así como también las columnas. Además, los bizantinos han
aprendido a construir cúpulas ligeras con ladrillo y cerámica.
El arco de
medio punto es
un elemento
esencial de la arquitectura bizantina. El arco ciego se
integra frecuentemente como elemento decorativo de las
paredes.
Los mismos arcos dan entrada a amplias bóvedas de cañón, muchas veces con aristas.
Las estatuas grandes son de piedra (mármol, etc.). Las pequeñas son
relieves organizados en dípticos portátiles hechos de marfil.
Los artistas bizantinos aprendieron otra vez, estudiando los antecedentes clásicos, la representación de figuras
vestidas en el estilo de paños o pliegues mojados. También intentaron sugerir la valoración de luces y sombras
que crea la ilusión de espacio tridimensional y da vida a la superficie pintada.
Sin embargo, las imágenes religiosas sólo se aceptaban si la figura humana no se representaba como una
presencia física tangible. Los artistas bizantinos resolvieron este problema por medio de la abstracción, es decir,
por medio de diseños planos que conservaran el interés visual de la composición mientras evitaban cualquier
modelo concreto y con ello cualquier apariencia corporal. De este modo establecieron convencionalismos para
la representación de la figura humana que perduraron en el arte bizantino.
Es característico del arte bizantino el espacio sumamente reducido, se anula el espacio, resaltando las figuras
sobre fondos lisos, se unen entre sí sin perspectiva, quietas en sus gestos mecánicos.
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El Imperio Romano se dividió en el año 395 tras la muerte del emperador Teodosio, que legó a
cada uno de sus dos hijos una de las partes: a Acadio, la parte oriental, con capital en
Constantinopla, y a Honorio, la parte occidental, con capital en Rávena.
Esta división no fue arbitraria. La economía, sociedad, lengua, que en la zona oriental era
predominantemente griega. La cultura e incluso los ritos litúrgicos se diferenciaban mucho en
las dos áreas del antiguo imperio.
Con la caída en el 476 del Imperio Romano de Occidente, este territorio occidental se dividió en
centros independientes de poder, los llamados reinos germánicos, y en consecuencia el
Imperio de Oriente se convirtió en el único sucesor legítimo del Imperio Romano y principal
potencia del Mediterráneo, tanto en el plano político como militar, económico y cultural.
Constantino creó sobre esta colonia una nueva ciudad a la que dio su nombre, convirtiéndola
en el centro político y militar de la zona oriental del Imperio. Cuando éste se dividió,
Constantinopla se convirtió en la capital del Imperio de Oriente, que por extensión de la palabra
Bizancio fue denominado Imperio Bizantino.
Los propios soberanos germánicos del Mediterráneo occidental mantenían la convicción de que
el emperador de Oriente era la autoridad suprema del poder legítimo y, por ello, los distintos
reyes germánicos mantenían su lealtad a Oriente y se manifestaban vasallos del emperador.
El Imperio Bizantino, por su parte, seguía siendo el centro del mundo conocido, pero a pesar de
haber superado la avalancha de las invasiones bárbaras sin sufrir grandes daños, puesto que
las desviaron hacia occidente, era un imperio bastante desintegrado por la herejía monofisita.
Dicha herejía aseguraba que Cristo sólo tenía naturaleza divina. Este conflicto teológico estaba
provocando grandes divisiones en el Imperio.
Esta desintegración del Imperio finalizó en el año 518 cuando Justino I accedió al trono imperial
y especialmente con su sucesor, Justiniano, que accede al trono en el 527, momento en el que
comienza la época de esplendor político y cultural del Imperio Bizantino.
En este momento los territorios del antiguo Imperio Romano estaban divididos en:
Bizancio se convierte, por tanto, de nuevo en una civilización cristiana que irradia por el sur de
Italia, por la zona de Venecia a través de las relaciones comerciales, por la corte de los
emperadores germanos a través de alianzas matrimoniales, por los Balcanes, Rusia (gracias a
la actividad misionera de Cirilo y de Metodio en los países eslavos).
La Iglesia, por su parte, se encuentra en vías de separación de Roma. A mediados del siglo IX,
Focio, patriarca de Constantinopla, establece ya la independencia de su sede respecto a
Roma, aunque el cisma definitivo llegó en el 1054 cuando Miguel Cerulario, también patriarca
de Constantinopla, se negó a reconocer la autoridad de los legados del papa León IX y funda la
iglesia ortodoxa griega.
Esta fue la culminación de las diferencias religiosas, políticas y culturales que existían entre
Roma y el Imperio de Oriente, aunque ésta escisión no se refleje en el arte.
El arte bizantino constituye uno de los episodios más grandiosos del arte universal. Se
fundamenta en el arte griego y paleocristiano, con grandes influencias orientales (persa y
musulmana).
Para los templos, se usa con preferencia la planta centralizada o de cruz griega con grandes
cúpulas sobre pechinas. Aunque los materiales constructivos no son especialmente ricos, sí lo
es su decoración a base de mosaicos y pinturas murales, donde la representación de la figura
humana, solemne y hierática, genera una gran sensación de espiritualidad que heredará
posteriormente el arte románico.
El arte bizantino se va a dividir en tres grandes etapas:
þ Arte protobizantino: 527 - 726, año en el que aparece la querella iconoclasta. La época
dorada de este arte coincide con la época de Justiniano.
þ La querella iconoclasta se prolongó entre los años 726 - 843 y enfrentó a los
iconoclastas contra los iconódulos y fue tan violenta que produjo una crisis artística
acentuadísima, especialmente en el arte figurativo.
þ Primera Edad de Oro Bizantina: 913 - 1204, momento en que los cruzados destruyen
Constantinopla.
þ Segunda Edad de Oro Bizantina: 1261 - 1453, cuando los turcos toman Constantinopla.
El
va a durar durante todo este periodo y este arte va a ser fundamentalmente
áulico, al servicio del poder político, y cuando represente al emperador, hecho muy frecuente,
será un arte que aparentemente parece irreal, pero que es el reflejo de esa ostentación
majestuosa y solemne que rodeaba a los emperadores y les convertía en símbolos del poder
político y religioso.
Por tanto, es una arquitectura imperial, normalmente costosa, puesto que el emperador podía
financiar los gastos necesarios para su programa constructivo.
Fue Justiniano el que buscó a un historiador llamado Procopio para que relatara en un volumen
cuáles y cómo eran sus construcciones, llamado "de edificis".
Hasta la llegada de Justiniano al poder, las construcciones religiosas tanto en oriente como en
occidente se habían basado en la basílica romana paleocristiana. Sin embargo, la situación
cambia totalmente en el siglo VI.
Occidente continúa adepto a la basílica, pero la arquitectura justiniana rompe con esta
tradición. El emperador prefiere iglesias de planta central y abovedadas, inspirándose en
modelos del Bajo Imperio Romano que se habían desarrollado en torno a salones palaciegos,
pabellones de jardín y construcciones funerarias.
Con Justiniano, pues, la planta central cupulada con bóvedas de ladrillo se va a convertir en
norma para construir los edificios religiosos, independientemente de cuál fuera su función
litúrgica. Al parecer, la influencia de la liturgia fue determinante para esta elección. La liturgia
que se había desarrollado en las costas del Egeo (Acheiropoietos) requería la nave central
como lugar exclusivo para el coro. Un edificio de planta central en cambio no requiere este tipo
de separación. La zona central está ocupada con el coro y el deambulatorio por los fieles. De
este modo se facilita enormemente el desarrollo de esta liturgia oriental que se manifiesta
distinta a la que se realizaba en Roma y en parte del occidente europeo.
Es de planta centralizada, formada por un núcleo central que es un octógono cubierto con una
cúpula que se apoya en ocho pilares y que está inscrito en un cuadrado irregular que forma el
deambulatorio envolvente. La conexión entre el núcleo y el deambulatorio se hace a través de
exedras alternadas con tramos rectos configurados por columnas que sustentan el piso
superior o tribuna situado sobre el deambulatorio, aunque el gran apoyo son los ocho pilares.
Nos encontramos con un presbiterio orientado al este, bastante profundo y que consta de un
tramo recto que comunica con el deambulatorio y que está cubierto con bóveda de cañón y una
exedra. Todo el deambulatorio se cubre con bóveda de cañón.
Al oeste hay un nártex bastante pequeño pero al ser una capilla palatina seguramente no se
necesitara. Encima del piso de tribuna hay un tambor horadado que sostiene una cúpula
formada por 16 plementos alternos curvos y rectos (los tramos curvos coinciden con el
arranque de los pilares y los tramos rectos con la clave de los arcos que sustentan estos).
Al exterior manifiesta una estética horizontal; se trata de un edificio muy macizo y achaparrado,
con predominio visual de la cúpula.
Santa Sofía se construyó entre los años 532 y 537, inmediatamente después de la destrucción
de la primitiva basílica constantiniana debido a un incendio que brotó durante la llamada
Insurrección de Nika, en el mismo año 532.
Santa Sofía es una iglesia palatina construida junto al palacio imperial y como el emperador
quería realizar una construcción eminentemente grandiosa con el fin de manifestar así su
poder, mandó llamar a dos ingenieros especializados en construcciones militares porque se
consideraba que así podría ejecutarse una obra con más innovaciones técnicas que si la
dirigiese un arquitecto. Estos ingenieros fueron Isidoro de Mileto y Antemio de Tralles.
Trabajaron en este edificio más de diez mil obreros y sabemos, especialmente por Procopio,
que prácticamente todas las provincias del Imperio enviaron sus materiales más preciados para
la decoración de esta iglesia. El elemento más grandioso es su gran cúpula, pero se hundió en
torno al 550 y tuvo que ser reconstruida entre los años 558 y 562 por Isidoro el Joven, sobrino
de Isidoro de Mileto.
Como característica fundamental, se trata de un edificio en el que se compatibilizan a la
perfección la tendencia basilical con su sentido dinámico y ritmo longitudinal y la tendencia
centralizada con la cúpula como elemento principal. La primera cúpula iba cubierta con un
mosaico de oro. La definitiva, al parecer, llevaba como decoración una enorme cruz. Parece
evidente que la iglesia de Santa Sofía no presentaba mosaicos figurativos.
þ Materiales ricos y exóticos que buscan el destello de las piedras y de las teselas de los
mosaicos con el fin de diluir la estructura arquitectónica y de crear un ambiente
trascendente que fuese manifestación de Dios y de su lugarteniente en la tierra,
Justiniano.
þ Perfección técnica de la obra, irrepetible en la arquitectura del mundo Mediterráneo.
El interior es, sin embargo, soberbio. Se accede desde un atrio y tiene dos exonártex. La planta
es cuadrangular (70 x 77 metros aproximadamente), en la que hay dos ejes perfectamente
diferenciados: este-oeste y norte-sur. En el eje este-oeste es donde nos encontramos con el
planteamiento característico de una planta centralizada, pues está presidido sobre una enorme
cúpula que está levantada sobre pechinas y se soporta sobre cuatro grandes pilares. Esta
cúpula mide 32 metros de diámetro y está formada por 40 plementos curvos en cada uno de
los cuales hay una ventana que ilumina directamente la nave y que en determinados momentos
del año y del día provoca el efecto "cúpula colgante".
Pese a la centralización, los ingenieros fueron capaces de desarrollar una serie de elementos
que hacen que impere el eje este-oeste hacia el ábside. Para ello, lanzan de pilar a pilar unos
muros que cubren totalmente las naves laterales y que forman arcos sujetos por pilares.
Además, debido al gran tamaño de la cúpula, tuvieron que transmitir los empujes a unas
semicúpulas que a su vez los transmiten a unos cuartos de cúpulas que hay en los extremos y
que tienen forma de nicho.
Todo ello termina en un presbiterio formado por un tramo cubierto por bóveda de cañón y una
exedra semicircular cubierta por una bóveda de horno que al exterior se muestra poligonal. Al
otro extremo hay un tramo cubierto por una bóveda de cañón que da al nártex. Las naves
laterales están cubiertas por bóvedas de arista que alternan con tramos cubiertos por bóveda
de cañón, que coinciden con los contrafuertes. En el piso de tribuna la cubrición se hizo a base
de pequeñas cupulitas. Hay una gran diferencia de altura entre las naves laterales y la central.
La iglesia primitiva era prácticamente igual a la actual, por lo que se supone que lo que hizo
Isidoro el Joven cuando la cúpula primitiva se hundió fue agrandar los pilares para que no
volviera a ocurrir.
Probablemente en el siglo VII u VIII se tuvieron que añadir unos enormes contrafuertes. La
decoración del interior se debe a reformas turcas, la decoración vegetal destaca de manera
especial.
Fue reconstruida en torno al 740 tras un terremoto. Sin embargo, es un edificio del periodo
Justiniano que se estaba construyendo en el 532.
Su tipología es basílica con cúpula, es decir, es una estructura que pretende imitar a Santa
Sofía pero que se queda exclusivamente en un ensayo secundario de basílica presidida por
una cúpula central, mientras que en Santa Sofía se consigue una conjunción perfecta entre
planta centralizada y basilical.
Presenta como gran novedad, respecto a la primitiva justiniana, tribunas en las naves laterales,
pero todo parece indicar que la estructura del piso de abajo no varía sustancialmente.
Tiene un pequeño nártex y la nave central presenta tres tramos, el central con la gran cúpula y
tramos extremos con bóveda de cañón que contrarresta el peso de la cúpula. Las naves
laterales se cubren con bóveda de cañón. En el prebisterio, la exedra presenta un perfil
semicircular, mientras que el exterior presenta un perfil poligonal, igual que el tipo Egeo.
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Rávena se convierte en el prototipo de ciudad para conocer el arte de Justiniano porque la
herejía iconoclasta se llevará muchas obras de iglesias de Constantinopla, mientras que las de
Rávena permanecerán intactas.
La iglesia de San Vital de Rávena se convertirá en la iglesia oficial del exarcado bizantino y es,
por tanto, la Iglesia Imperial del territorio del Imperio Romano Occidental. Se termina entre los
años 546 - 548. Está hecha de ladrillo. Es una iglesia palatina, por lo que tiene planta
centralizada; también es centralizada porque es una iglesia martirium. Es semejante, por tanto,
a la de los Santos Sergio y Baco.
Está formada por dos octógonos, uno inscrito dentro de otro. El octógono central con pilares se
extiende hasta el deambulatorio mediante siete nichos formados por columnas. Tiene un gran
presbiterio en el octógono interior, formado por dos partes: tramo recto que ocupa la anchura
del deambulatorio y remate en exedra. Está encuadrado en dos pequeñas capillas y dos más
grandes formadas por un tramo circular y tramo rectangular.
La iglesia presenta un atrio y un nártex, que está unido al deambulatorio a través de un ángulo
del octógono y crea unos torreones y unos espacios triangulares con el fin de unir el nártex con
el deambulatorio. Hacen que el acceso sea especialmente original. La decoración se hace en
mármoles, en mosaicos se desarrolla el ábside (tramo recto y exedra) exclusivamente.
En sus inicios, la cubierta del deambulatorio era de madera pero en la Edad Media se cubrió
con bóveda. La cúpula está sobre un gran tambor con ventanas, sobre la parte central de la
planta sobreelevada. En torno a ella, está el deambulatorio que presenta dos pisos, uno bajo y
la tribuna.
Cristo, al igual que su padre, premia al hombre piadoso, representado aquí en la coronación de
San Vital.
En Rávena también, por mandato de Justiniano, se construyó esta basílica, aunque era una
mera imitación de San Apolinar Nuovo: la torre está exenta y es de planta circular. Tiene un
exonártex y tres naves.
Sólo los mosaicos de los intersticios y de la bóveda de horno son del S.VI. La bóveda está
presidida por un enorme clipio, que inserta una cruz gamada sobre un fondo azul con estrellas,
la bóveda celestial. Arriba está la mano de Dios y a ambos lados hay dos figuras (Elías y
Moisés). Es el tema de la transfiguración, el momento en el que Cristo se va al monte con tres
de sus apóstoles: Pedro, Juan y Santiago, y se les manifiesta a partir de luces y resplandores
como el propio Dios junto a dos personajes: el profeta Elías y Moisés.
Cristo está repetido en la cruz. Debajo hay tres ovejas que son los apóstoles, la que está sola
es Pedro ya que tiene más importancia. Abajo está San Apolinar en un paisaje totalmente
conceptual y rodeado de 12 ovejas, quizá el conjunto de los bienaventurados o quizá los
apóstoles. San Apolinar está en actitud orante. La cruz, aparte de gemas, presenta el rostro de
Cristo, lo que supone la primera vez que aparece una referencia figurativa de Cristo.
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Los pliegues muy rígidos y hieráticos que ocultan la figura. Tienen caras sin rasgos verídicos,
modelo ideal del rostro que expresa espiritualidad: ojos muy abiertos y muy grandes. San
Martino es el único que se diferencia un poco más.
Las santas son incluso más estereotipadas y menos volumétricas. En ambos cortejos el paisaje
es totalmente estereotipado y hay telón cromático.
Tras la querella iconoclasta se dan tres periodos según la dinastía gobernante en Bizancio:
Desde el punto de vista de las artes figurativas, hay que decir que llenan en su totalidad los
muros de las iglesias y constituyen una manifestación teológica que pretende ser el compendio
de la fe cristiana. Buscan, por tanto, representaciones trascendentes y rechazan todo aquello
que suponga materia. Se trata de que todos los aspectos estilísticos y estéticos de estas artes
aproximen al hombre a lo divino. En consecuencia, buscan la anulación espacial mediante:
Meneralmente todos los programas iconográficos, del mismo modo que los recursos estilísticos,
se repiten constantemente en todas las iglesias. Esto se debe a la elaboración posiblemente en
la segunda mitad del siglo IX de un tratado llamado "Hermeneia" en donde se dicta cómo se
deben realizar las escenas y que escenas deben colocarse en cada lugar del templo. De este
modo, surgió un proyecto decorativo que va a ser común para todas las iglesias.
La Hermeneia no se conserva, pero la conocemos muy bien porque en el siglo XIX se encontró
un manuscrito que recogía la Hermeneia en un monasterio del monte Athos, en Mrecia. En
función de la Hermeneia las escenas y las figuras disponen de la misma manera:
þ El nivel inferior (en los muros): deben aparecer exclusivamente patriarcas del Antiguo
Testamento, profetas, apóstoles, mártires y obispos.
þ En el nivel medio (trompas, pechinas, tímpanos...): deben aparecer historias de la vida
de Cristo que recojan sus momentos más trascendentales.
þ En el nivel superior (cúpulas y bóvedas de horno en los ábsides): debe aparecer Cristo
en majestad, la Vírgen y los ángeles.
*
Este monasterio es ejemplo de los dos tipos de plantas que se dieron en Bizancio. La más
pequeña es de cruz inscrita y está dedicada la Vírgen Teotocos; la de San Lucas es la iglesia
de octógono cruciforme.
Es una iglesia de planta con una cruz inscrita en un cuadrado (prescindiendo de la cabecera y
del nártex). En el tramo central aparece una cúpula pequeña y esbelta soportada por pechinas
y por cuatro soportes, en este caso y generalmente columnas, aunque también pueden ser
pilares, que producen un gran efecto de ligereza. La cúpula además es contrarrestada por las
bóvedas de cañón que cubren los brazos de la cruz. Los tramos de esquina se suelen cubrir
con bóvedas de aristas, como sucede aquí, o con pequeñas cupulillas que junto ala cúpula
principal configuran un modelo de iglesia de cinco cúpulas característica del templo bizantino.
Al éste hay una triple cabecera formada por tres ábsides, el central más amplio. Su estructura
es igual y comprende un tramo recto cubierto con bóveda de cañón y un tramo absidial cubierto
con bóveda de horno. El perfil de estos ábsides al exterior es poligonal. A los pies aparece un
nártex doble, de seis tramos, cubiertos con bóveda de cañón y articulados en torno a dos
soportes centrales, aquí columnas.
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San Lucas es la iglesia de planta rectangular presidida en el centro por una gran cúpula que se
trasdosa al cuadrado en el que se inserta mediante trompas. Debido a su gran tamaño,
necesita un mayor número de soportes. Así, está soportada por ocho grandes pilares, por esto
se llama octógono. También se llama cruciforme porque en los ejes ortogonales de la planta
aparecen cuatro tramos más grandes que los restantes tramos de la iglesia cubiertos con
bóvedas de cañón o de aristas más elevados del resto de los tramos y que sirven de
contrarresto del peso de la cúpula. El tramo oriental es el tramo recto del ábside.
En muchas de estas iglesias puede aparecer una tribuna sobre los tramos laterales. Al oeste
hay un nártex cubierto con bóveda de aristas.
Mosaicos: en la bóveda de horno aparece la Vírgen Teotocos y en la cúpula que cubre el tramo
recto aparece el Pentecostés. En las trompas, aparece el Nacimiento, la Anunciación, la
Adoración de los pastores y de los Reyes Magos.
Esta conjunción de temas es debido al calendario litúrgico bizantino. Además, está ambientada
en una gruta. También aparece la Anástasis, el descenso de Cristo a los infiernos, en el
tímpano del nártex, una crucifixión con la deesis y Cristo muerto y un sol, que simboliza la
naturaleza divina, y una luna, que simboliza la naturaleza humana.
+
Iglesia de cruz inscrita en un octógono de pleno siglo XI. La cúpula es grande y achaparrada.
Los mosaicos están peor conservados. En la cúpula central, aparece el Pantocrátor, es un
fragmento del Cristo apocalíptico.
El artista está claramente influido por el arte del bajo imperio: Cristo aparece colérico, tal y
como era representado Júpiter, y hay un cierto modelado. La mandorla tiene numerosos
colores a modo de arco iris. En el nártex aparece la Anástasis. En una trompa aparece el
bautismo de Cristo y en el tímpano aparece la escena de María presentada del templo.
i
El arte es una expresión del hombre en sociedad.
Es un medio de comunicaciónque refiere sucesos e ideologías, comunicando al hombre con
el hombre, en un mismo tiempoy espacio o a través del tiempo y el espacio.
Pero el arte también puede comunicar al hombre con aquello en lo que cree.
En este sentido, el hombre que lo crea, no lo considera arte, sino objeto de culto y
veneración.
Así deben entenderse la mayoría de las representaciones del arte bizantino.
Los motivos religiosos permeaban todo el arte en Bizancio.
Estaban dentro de los templos en las paredes o como objeto específico del culto a través de
estatuas o también como pequeños y portátiles objetos de veneración a los que se les conoce
con el nombre de Iconos.
En general, existen tres tipos de imágenes cristianas: la imagende culto, la imagen
descriptivo - narrativa y la imagen de devoción.
Las imágenes de culto son aquellas a través de las cuales la divinidad se personaliza en el
mundo, son únicas, pertenecen al ámbito de las apariciones y los milagros y ocupan lugares
preponderantes en los santuarios que generalmente están dedicados a estas imágenes.
Las descriptivo - narrativas, transmiten un mensaje relacionado con la doctrina, con la
historia sagrada, con la teología y con los dogmas de la fe cristiana.
Las de devoción representan también a la divinidad pero generalmente son reproducciones
de las imágenes de culto o de personajes asociados a la devoción católica como santos,
diferentes advocaciones de la virgen o las personas de la santísima trinidad y pertenecen al
ámbito personal.
El arte de Bizancio que se conserva, pertenece en su mayoría a las imágenes descriptivo -
narrativas y a las imágenes de devoción, aunque también se conservan imágenes de
emperadores.
Es del arte Bizantinode donde surgen modelos para toda la Edad Media.
Entre otras cosas, se representa en Bizancio por primera vez a la corte angelical.
El arte Bizantino dentro de los templos, fue realmente una teología en imagen, ya fuera en
pinturao en mosaico y se convirtió en un maravilloso espectáculo para impresionar el alma.
La imagen Bizantina fue la prolongación del dogma, y el desarrollo de la doctrina en el arte
Bizantino tenía carácter de libro sagrado de amena lectura.
Se ha dado por categorizar al arte Bizantino en tres "edades de oro", independientes de la
epoca "iconoclasta" del siglo VIII en la que un gruposde personas se oponían a la existencia
de cualquier tipo de imagen religiosa.
La pugna entre iconódulos (a favor de las imágenes) e iconoclastas (destructores de
imágenes) dio como resultado que en el año 754, todo el arte fuera prohibido en la iglesia
oriental.
Sin embargo, esta limitación fue de corta duración y ya para el siglo IX, el arte volvía a estar
presente como instrumento de catequización y vehículo de devoción.
En la primera etapa del arte Bizantino (siglo VI), los temas iconográficos son:
Cristológicos y mariológicos que recorren la vida, pasión y muerte de cristo y la vida de la
Virgen María.
El tema fundamental era la "deesis" o sea, la representación del padre eterno o cristo
acompañados de la Virgen y San Juan.
También se representan vírgenes con el niño de frente, con los ojos agrandados y dolorosos.
Los temas teológicos y las escenas bíblicas, se representan de forma hierática y están
realizados con fines didácticos.
También se representa a los emperadores de manera realista.
En general, existen tres tipos de imágenes cristianas: la imagen de culto, la imagen
descriptivo - narrativa y la imagen de devoción.
Las imágenes de culto son aquellas a través de las cuales la divinidad se personaliza en
El mundo, son únicas, pertenecen al ámbito de las apariciones y los milagros y ocupan
lugares preponderantes en los santuarios que generalmente están dedicados a estas
imágenes.
Las descriptivo - narrativas, transmiten un mensaje relacionado con la doctrina, con la
historia sagrada, con la teología y con los dogmas de la fe cristiana.
Las de devoción representan también a la divinidad pero generalmente son reproducciones
de las imágenes de culto o de personajes asociados a la devoción católica como santos,
diferentes advocaciones de la virgen o las personas de la santísima trinidad y pertenecen al
ámbito personal.
El arte de Bizancio que se conserva, pertenece en su mayoría a las imágenes descriptivo -
narrativas y a las imágenes de devoción, aunque también se conservan imágenes de
emperadores.
Es del arte Bizantino de donde surgen modelos para toda la Edad Media.
Entre otras cosas, se representa en Bizancio por primera vez a la corte angelical.
El arte Bizantino dentro de los templos, fue realmente una teología en imagen, ya fuera en
pintura o en mosaico y se convirtió en un maravilloso espectáculo para impresionar el alma.
La imagen Bizantina fue la prolongación del dogma, y el desarrollo de la doctrina en el arte
Bizantino tenía carácter de libro sagrado de amena lectura.
Se ha dado por categorizar al arte Bizantino en tres "edades de oro", independientes de la
epoca "iconoclasta" del siglo VIII en la que un grupos de personas se oponían a la existencia
de cualquier tipo de imagen religiosa.
La pugna entre iconódulos (a favor de las imágenes) e iconoclastas (destructores de
imágenes) dio como resultado que en el año 754, todo el arte fuera prohibido en la iglesia
oriental.
Sin embargo, esta limitación fue de corta duración y ya para el siglo IX, el arte volvía a estar
presente como instrumento de catequización y vehículo de devoción.
En la primera etapa del arte Bizantino (siglo VI), los temas iconográficos son:
Cristo lógicos y mariológicos que recorren la vida, pasión y muerte de cristo y la vida de la
Virgen María.
El tema fundamental era la "deesis" o sea, la representación del padre eterno o cristo
acompañados de la Virgen y San Juan.
También se representan vírgenes con el niño de frente, con los ojos agrandados y dolorosos.
Los temas teológicos y las escenas bíblicas, se representan de forma hierática y están
realizados con fines didácticos.
También se representa a los emperadores de manera realista.
·
El arte bizantino es una expresión artística que se configura a partir del siglo VI
fuertemente enraizada en el mundo helenístico como continuador del arte paleocristiano
oriental. En sus primeros momentos se consideró como el conservador natural en los países
del Mediterráneo oriental del Imperio Romano, siendo transmisor de formas artísticas que
influyen poderosamente en la cultura occidental medieval. Los períodos del arte bizantino
se ajustan, como es natural, a las grandes fases de su historia política.
a) mantuvo varios elementos tales como materiales(ladrillo y piedra para revestimientos
exteriores e interiores de mosaico), arquerías de medio punto, columna clásica como
soporte, etc.
b) también aportaron nuevos rasgos entre los que destaca la nueva concepción dinámica de
los elementos y un novedoso sentido espacial.
c) su aportación más importante, el empleosistemático de la cubierta abovedada,
especialmente la cúpula sobre pechinas, es decir, triángulos esféricos en los ángulos que
facilitan el paso de la planta cuadrada a la circular de la cúpula. Estas bóvedas semiesféricas
se construían mediante hiladas concéntricas de ladrillo, a modo de coronas de
radiodecreciente reforzadas exteriormente con mortero, y eran concebidas como una
imagen simbólica del cosmos divino.
d) Otra aportación de gran transcendencia fue la decoración de capiteles, de los que hubo
varios tipos; así, el de tipo teodosiano es una herencia romana empleado durante el siglo IV
como evolucióndel corintio y tallado a trépano, semejando a avisperos; otra variedad fue el
capitel cúbico de caras planas decorado con relieves a dos planos.
Entre sus iglesias tenemos: santa Sofía, Baco, Santa Irene, Santos Apóstoles de
Constantinopla, San Juan de Éfeso, San Vital, y la iglesia de San Apolinar Nuevo.
a) La pintura: los artistas bizantinos aprendieron otra vez, estudiando los antecedentes
clásicos, la representación de figuras vestidas en el estilo de paños o pliegues mojados.
También intentaron sugerir la valoración de luces y sombras que crea la ilusión de espacio
tridimensional y da vida a la superficie pintada. Sin embargo, las imágenes religiosas sólo se
aceptaban si la figura humana no se representaba como una presencia física tangible.
Los artistas bizantinos resolvieron este problema por medio de la abstracción, es decir, por
medio de diseños planos que conservaran el interés visual de la composición mientras
evitaban cualquier modelo concretoy con ello cualquier apariencia corporal. De este modo
establecieron convencionalismos para la representación de la figura humana que
perduraron en los restantes siglos del arte bizantino.
b) La escultura: La plástica escultórica bizantina supuso la culminación del arte
paleocristiano, manteniendo sus técnicas y su estéticade progresivo alejamiento de las
cualidades clásicas: la mayor rigidez, la repetición de modelos estereotipados, la preferencia
del bajorrelieve a las obras de bulto redondo y el uso de materiales ricos (marfil) que
proporcionan pequeñas piezas, son los caracteres más destacados de la estatuaria bizantina
de la primera etapa.
Tras la sistemática destrucción del período iconoclasta hay una vuelta al culto de las
imágenes, pero para no caer en la idolatría y por influjo de las nuevas corrientes islámicas
desaparece la figura humana en la estatuaria exenta.
Las obras más destacadas son las labores ornamentales de los capiteles con motivos
vegetales y animalesafrontados como son los de San Vital de Rávena o los sarcófagos de la
misma ciudad en los que se representan los temas del Buen Pastor.
Pero las obras capitales de la escultura bizantina son las pequeñas obras, dípticos y cajas,
talladas en marfil, destacando el díptico Barberini, Museo del Louvre, del siglo V, o la
célebre Cátedra del obispo Maximiano, en Rávena, tallada hacia el año 533 sobre placas de
marfil con minuciosa trabajo.
u
Se decoraban las iglesias con pinturas de cristo o de la virgen las figuras de Cristo con barba
partida y edad madura (modelo siríaco) y de la Virgen que se presenta bajo diversas
advocaciones (Kyriotissa o trono del Señor en la que sostiene sobre sus piernas la Niño,
como si fuera un trono; Hodighitria, de pie con el Niño sobre el brazo izquierdo mientras
que con el derecho señala a Jesús como el camino de salvación - es el modelo desarrollado
en el gótico -; la Theotokos, o Madre de Dios, ofrece al Niño una fruta o una flor; la
Blachernitissa o Platytera con una aureola en el vientre en el que parece el Niño indicando
la maternidad de la Virgen).
Abundante empleo del dorado que ejercerán un marcada influencia en las obras góticas de
Cimabue, Duccio y otros pintores italianos
a las diferentes partes del templo: el Pantocrátor (Cristo en Majestad bendiciendo) en la
cúpula, el Tetramorfos (cuatro evangelistas) en las pechinas, la Virgen en el ábside, los
santos y temas evangélicos en los muros de las naves.
La iglesia mantiene un sutil eje longitudinal, conformado por dos semicúpulas ue flanuean
a la cúpula central por las galerías laterales, ue enmascaran los ermes contrafuertes ue
sustentan el peso de la estructura.
De este modo se consiguió un espacio de apariencia mágica, dispersado en los bordes
mediante exedras, nichos aruerías dominado por la cualidad material de la luz.
La evolución de este arte paleocristiano motivará el nacimiento del Arte Bizantino. Pero la
gran novedad estriba en que el arte Bizantino mantuvo también importantes rasgos de la
cultura greco-latina, pudiendo considerarse un arte puente entre la antigüedad y el futuro
Renacimiento. Bizancio apenas creó valoresnuevos pero supo asimilar y fundir las
influencias que llegaron desde oriente y occidente. Grabar considera al arte bizantino el
"cristiano por excelencia, por su seriedad devota y solemne, por su apartamiento del
mundo". Entre los siglos V y VII se desarrollará la llamada Primera Edad de Oro bizantina,
relacionada con la obra de Justiniano. Los siglos IX al XII verán la Segunda Edad de Oro,
separadas ambas por el período iconoclasta donde las imágenes estarán prohibidas y el arte
vivirá un periodo de decadencia.
La arquitectura bizantina va a mantener la grandeza romana y la elegancia griega,
utilizando el elemento oriental como aglutinante. La cúpula sobre pechinas, el ladrillo como
material, las bóvedas de aristas o la suntuosidad decorativa serán algunas de sus principales
características. La planta favorita es la de cruz griega, envuelta en un espacio cuadrangular
que permita el uso y disfrute de cúpulas y bóvedas.
Su edificio más significativo es la iglesia -hoy mezquita- de Santa Sofía de Constantinopla,
levantada en tiempos de Justiniano, quien pronunció una frase significativa cuando se
acabó: "Salomón, te he vencido" en referencia a haber superado el mítico templo de
Jerusalén construido por Salomón. Lo más sorprendente de la iglesia es su espectacular
cúpula de 31 metros de diámetro cuyos empujes se contrarrestan con dos bóvedas de cuarto
de esfera que descansan en otras bóvedas.
Este reparto de presiones permite alcanzar una sensación de ligereza en la construcción
inigualable, a lo que contribuyen los dos pisos de arquerías que se hallan bajo los dos arcos
formeros de la nave. Justiniano también mandó construir la iglesia de los Santos Sergio y
Baco con planta octogonal y dos pisos o el desaparecido templo de los Santos Apóstoles, con
planta de cruz griega y cinco cúpulas. En Ravena se desarrolló otro importante centro de
arquitectura bizantina al ser esa ciudad capital del exarcado.
En esa ciudad se construyeron las iglesias de San Vital -con planta de cruz griega- y San
Apolinar in Classe y San Apolinar el Nuevo -donde se empleó la planta basilical que fue
dividida en tres naves a través de columnas-, destacando la bella decoración de mosaicos en
estas dos últimas. El movimiento iconoclasta motivará el escaso desarrollo de la escultura
bizantina; sólo conservamos algunos ejemplares de pequeño tamaño como placas de marfil
formando dípticos o trípticos, entre las que destaca la Cátedra de Maximiliano.
A partir del siglo IX la iconografía bizantina aumentará con nuevas escenas del ciclo
evangélico o de la Virgen. Quizá sea el mosaico el verdadero protagonista en la decoración,
superando a la pintura. La pobrezade los materiales constructivos exige la utilización de un
revestimiento que otorgue riqueza a la edificación, y ese es el mosaico.
En la primera etapa será Ravena el lugar más destacado con las excelentes representaciones
de San Apolinar el Nuevo, San Apolinar in Classe o el Baptistero de los Arrianos, llenando
de color sus paredes, destacando las excelentes procesiones de doncellas y santos que se
dirigen a presentar sus respetos al Niño acompañado de la Virgen.
La segunda etapa incorpora novedades iconográficas como el Tetramorfos -las figuras o los
símbolos de los cuatro Evangelistas- o el Pantocrátor -Cristo omnipotente-. Los mismos
colores vibrantes y encendidos que caracterizan al mosaico se encuentran también en la
pintura, apareciendo una importante escuelade miniaturistas e iluminadores de libros.