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EL ANÁLISIS DE FITOLITOS ... EN EL ESTUDIO DEL CONSUMO DE RECURSOS VEGETALES...

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TRABAJOS DE PREHISTORIA
63, No 2, Julio-Diciembre 2006, pp. 35-54, ISSN: 0082-5638

EL ANÁLISIS DE FITOLITOS Y SU PAPEL EN EL ESTUDIO DEL


CONSUMO DE RECURSOS VEGETALES EN LA PREHISTORIA:
BASES PARA UNA PROPUESTA METODOLÓGICA
MATERIALISTA

THE ANALYSIS OF PHITOLITHS AND ITS ROLE IN THE STUDY OF THE


CONSUMPTION OF VEGETAL RESOURCES IN PREHISTORY: THE BASES FOR A
MATERIALIST METHODOLOGICAL APPROACH

DÉBORA ZURRO (*)

RESUMEN Palabras clave: Fitolitos. Recursos vegetales. Metodolo-


gía. Materialismo histórico. Prehistoria.
La primera parte de este trabajo presenta una introduc-
ción al análisis de fitolitos. En ella se especifican cuestio- Key words: Phytoliths. Plant resources. Methodology.
nes tales como las características de estas partículas, las Historical materialism. Prehistory.
bases de su tratamiento en laboratorio, el estado actual de
la investigación o su potencial informativo para nuestra
disciplina. En la segunda parte se establecen las bases de 1. INTRODUCCIÓN
una propuesta metodológica (actualmente en desarrollo)
para la aplicación de esta técnica en arqueología. Dicha El análisis de fitolitos y esqueletos silíceos vie-
propuesta parte del materialismo histórico y se basa en el ne aplicándose a materiales y sedimentos arqueo-
concepto marxista de valor objetivo, el análisis de los pro- lógicos desde hace ya cierto tiempo en nuestro
cesos de trabajo y la categorización, en base a la selección ámbito cotidiano de trabajo (1), siendo las publica-
de las materias vegetales, de los conjuntos fitolitológicos. ciones al respecto cada vez más frecuentes.
La imagen creada sobre las posibilidades reales
de este tipo de análisis es actualmente ambivalen-
ABSTRACT te: por una parte existe un sector de la comunidad
arqueológica, ávido de informaciones taxonómicas
This paper is strucured in two parts. The first one offers muy precisas, que cree que el análisis de fitolitos
an introduction to phytolith analysis exploring the charac- permite llegar siempre a niveles de determinación
teristics of these particles, the laboratory procedures in use, muy específicos, convirtiéndose en una “panacea”
the current state of research and the informative potential para aquellos yacimientos que no cuentan con otro
they can offer to archaeology. The second part proposes tipo de restos vegetales. Por otra parte, en otros
the basis of a methodological approach for applying this sectores el efecto ha sido precisamente el contrario,
technique to archaeology. This methodology uses histori- predominando el escepticismo sobre los resultados
cal materialism and is based on the Marxist concept of obtenidos con estos análisis, dudando incluso de la
value, the analysis of the processes of labour and the fiabilidad de la técnica.
categorisation of phytolith assemblages based on the selec- Ni la idea de unos ni la de otros se ajusta con ri-
tion of vegetal materials.

(*) Departament d’Arqueologia i Antropologia. Institució Milà (1) Para una breve historia de esta técnica, tanto desde sus
i Fontanals IMF–CSIC. C/ Egipcíaques, 15. 08001-Barcelona. Co- orígenes botánicos como del uso de la misma en arqueología,
rreo electrónico: debora@bicat.csic.es véase Pearsall 1988: 395-396; Piperno 1988: 1-9 y Power-Jones
Recibido: 3-XI-05; aceptado: 9-V-06. 1992.

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gurosidad a la realidad, siendo el desconocimien- constante, hallándose en porcentajes que van des-
to sobre la técnica muy generalizado. de aproximadamente un 10% a cerca del 100% en
Por ello en las siguientes páginas voy a dar a algunos sedimentos (Bowdery 1998). Su presencia
conocer, aunque sea a modo de esbozo, esta técni- es consecuencia de procesos de lixiviación de mi-
ca cuyo uso se va haciendo más y más común en nerales silíceos (por ejemplo, cuarzo y feldespatos)
arqueología. Disponer de ciertas nociones de los así como de la disolución de los propios biomine-
aspectos elementales del estudio de los fitolitos es rales de sílice (fitolitos, diatomeas, espículas de
fundamental para poder valorar las posibilidades de esponja, entre otras). Estos procesos de lixiviación
producción de datos que la técnica ofrece así como se ven influidos por factores como la topografía, el
su aplicabilidad en determinados contextos. clima, el tipo de roca madre o la cantidad de agua
Por ello empezaré con las especificidades del existente en el medio. Cuando este mineral llega a
análisis para, en una segunda parte, presentar las las partes aéreas de la planta y se da una saturación
bases de una propuesta metodológica actualmente de la solución en que se encuentra, se deposita
en desarrollo que posibilite una más adecuada apli- como dióxido de sílice ((SiO2)+4-9%H2O). Una
cación del análisis de fitolitos y esqueletos silíceos vez este proceso ha tenido lugar el resultado es ge-
a contextos arqueológicos y con objetivos también neralmente irreversible (Epstein 1994).
arqueológicos, siempre desde la perspectiva del La depositación del sílice se da tanto en el inte-
materialismo histórico y a partir, por tanto, del aná- rior de las células como en la superficie exterior o
lisis de los procesos de trabajo. incluso en los espacios intercelulares (Pearsall
1989). En los dos primeros casos obtenemos una
réplica exacta de las morfologías celulares (gene-
2. EL ANÁLISIS DE FITOLITOS ralmente con tamaños que oscilan entre 2 y 500
mm) (Fig. 1), mientras que en el último se produ-
Los fitolitos son unas partículas de tamaño y cen unos cuerpos angulosos que no permiten ser
morfología variados que se producen en el organis- adscritos al tejido de origen.
mo vegetal como consecuencia de un proceso de El conocimiento de la variabilidad de la anato-
mineralización. mía vegetal es por este motivo básico para llevar a
El análisis de fitolitos surge de toda una serie de cabo la identificación del análisis de fitolitos de
estudios de microscopía realizados por biólogos sílice. Dada la diversidad de la morfología celular
alemanes en el primer tercio del s. XIX, y es desa- en función de su localización anatómica, un cono-
rrollado posteriormente por profesionales de oríge- cimiento botánico básico, así como la creación de
nes muy diversos, teniendo un papel preponderante
las aportaciones realizadas desde la botánica y tam-
bién desde la geología y la arqueología (ver nota 1).
Durante largo tiempo estas partículas fueron
denominadas de forma generalista como biolitos
(denominación que incluía indistintamente diversos
tipos de partículas mineralizadas), pasándose a de-
nominar posteriormente fitolitos de ópalo, ópalo,
sílice opalino, ópalo herbáceo o sílice biogénico.
En años recientes se ha designado el término fi-
tolito como el más adecuado para denominar estos
microcuerpos por el reduccionismo que supone
determinar el origen específicamente vegetal de
este tipo de biomineralizaciones.
Esta mineralización es consecuencia de una ac-
tividad vital para las plantas: la absorción de agua
del medio edáfico. El sílice, diluido en la solución
acuosa, es absorbido como ácido monosilícico
(Si(OH4)) y vehiculado a través de los tejidos con-
ductores hacia las partes aéreas de la planta. El sí-
lice soluble se encuentra en los suelos de forma Fig. 1. Fitolito elongado (herbáceas).

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oxalato de calcio se producen toda una serie de “ti-


pos base” que pueden en algunos casos presentar-
se de forma combinada: drusas, rafidas (cristales
agregados en forma acicular), estiloides (cristales
gruesos de forma también acicular), arena de cris-
tal o cristales bipiramidales (Mulholland y Rapp
1992).
Aunque parecen haber algunas especies en este
sentido excepcionales (Pinilla et al. 1997), existe un
cierto consenso sobre la dificultad de utilizar este
tipo de fitolitos de forma sistemática para identifi-
car la planta de origen. A pesar de ello son la forma
de biomineralización más común en las plantas
superiores (Tillman-Sutela y Kauppi 1999). Tam-
bién ha sido hallada en hongos y líquenes (Pinilla
et al. 1997; Osterrieth et al. 2000; Oyarbide et al.
2001).
Volviendo a los fitolitos de sílice, y respecto a la
Fig. 2. Esqueleto silíceo correspondiente a un tejido epidér- función que estas células mineralizadas desarrolla-
mico (herbáceas).
rían en el organismo vegetal, existen diversas hipó-
tesis. En el caso de las gramíneas una de sus funcio-
colecciones de referencia adecuadas son elementos nes sería la de actuar como elementos de resistencia
fundamentales para un óptimo desarrollo de este a la compresión que se da durante el proceso de
tipo de análisis. transpiración, previniendo así el colapso de las pa-
En ocasiones se conservan porciones de tejido redes celulares. Otra posibilidad sería mantener la
vegetal silicificado (esqueletos silíceos), los cuales turgencia del organismo vegetal en ausencia de
permiten llegar a un nivel de determinación más agua. En algunos casos se ha documentado cómo el
elevado al proporcionar más información anatómi- Si aumenta la tolerancia de las plantas al Mn o in-
co-taxonómica (Fig. 2). cluso al Al (Carnelli et al. 2002), así como la resis-
Aunque la mayoría de fitolitos están formados tencia a un exceso de sales en el suelo (Epstein
por sílice opalino, con la posible presencia tanto de 1994). En otros casos, como en el del género Ory-
oclusiones de carbón como de Al, Fe, Ti, Mn, P, Cu za (arroz) se ha demostrado su función protectora
o C, existen también fitolitos de oxalatos de calcio. frente a ciertos hongos (Piperno 1988) y de forma
Éstos ocupan un segundo lugar tanto en los estudios general se considera un mecanismo de defensa
paleoecológicos como arqueológicos debido a va- frente a la predación de los herbívoros (McNaug-
rios factores (Tillman -Sutela y Kauppi 1999; Fin- hton y Tarrants 1983; McNaughton et al. 1985).
ley 1999). La producción de fitolitos es muy diversa depen-
Su menor grado de preservación sería una cues- diendo de la especie. La gran cantidad de variables
tión clave, así como el hecho de que este tipo de que influyen en la producción hace que actualmente
mineralización no conlleva la producción de répli- sea difícil realizar cálculos absolutos respecto a la
cas de morfologías reconocibles anatómicamente, cantidad de materia vegetal original sobre la base
sino que es resultado del proceso de cristalización de los fitolitos producidos, aunque sí es posible
del mineral. En todo caso se forman siguiendo el realizar cálculos aproximativos.
mismo procedimiento que el de los fitolitos de sí- En cuanto a los índices de producción, existen
lice: la absorción y posterior depositación del mi- varios factores que influyen positivamente, siendo
neral en los tejidos vegetales bajo la forma de oxa- los principales la afinidad taxonómica (genética) de
lato de calcio deshidratado (weddelita - CaC2O4 . la planta a la silicificación así como su edad. Otros
(2+X) H2O) u oxalato de calcio monohidratado factores, relativos al entorno de crecimiento, esta-
(whewelllita - CaC2O4 . H2O). rían relacionados tanto con el clima como con la
A diferencia por tanto de las mineralizaciones composición del medio edáfico. Así, la disponibi-
silíceas, que reproducen las morfologías de los te- lidad de gran cantidad de agua, la existencia de fi-
jidos donde se originan, en el caso de los fitolitos de tolitos diluidos, de materia orgánica, etc, ... favore-

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cerían la silicificación. Estas condiciones ambien- (Ball et al. 1993,;Tubb et al. 1993; Ball et al. 1996;
tales pueden influir en la magnitud de la producción Berlin et al. 2003), Triticum y Hordeum –trigo y
y muy raramente en los patrones de localización de avena– (Miller-Rosen 1992; Ball et al. 1999), Zea
los fitolitos. Así, las leguminosas, por ejemplo, si- mays –maíz– (Piperno 1984; Mulholland et al.
licifican siempre el esclerénquima (2), ya sea la 1990) o Phaseolus vulgaris –frijol– (Bozarth
producción alta o baja. 1990).
El conocimiento sobre los patrones de produc- Es importante tener presente que existen diferen-
ción de fitolitos dentro del reino vegetal es muy tes grados de silicificación de los diferentes taxo-
desigual, ya que tradicionalmente el interés de la nes y/o tipos de tejidos, lo cual puede llevar a una
investigación se ha focalizado en un número no representación diferencial en el registro. Existen
muy alto de taxones. A pesar de ello, actualmente algunos taxones que no dejan ningún tipo de rastro,
podemos afirmar en relación a gran parte de las no siendo esta ausencia de evidencia necesariamen-
familias y tejidos cuáles de ellos son productores y te una prueba de que no fueran usadas. También
cuáles no (ver por ejemplo Piperno 1988). existen especies que silicifican menos que otras,
La presencia de sílice ha sido documentada no pero por el momento no hay suficientes investiga-
sólo en angiospermas, sino también en musgos, ciones que nos permitan establecer un índice para
equisetos, helechos y coníferas. En general, las es- “estandarizar” de alguna manera los datos (a nivel
pecies herbáceas son más productoras que las espe- global) y llevar a cabo cuantificaciones absolutas
cies arbóreas. Esta mayor productividad, así como con respecto a las plantas de origen.
el interés específico que despiertan concretamen-
te los cereales, tanto a nivel socioeconómico como
histórico y botánico, ha suscitado que las gramíneas 3. ENFOQUE DE LOS ESTUDIOS
hayan centrado gran parte de la investigación.
Actualmente el nivel de precisión de las identi- En la actualidad la investigación se está realizan-
ficaciones taxonómicas permite distinguir no sólo do básicamente en torno a tres enfoques:
vegetación arbórea y de pradera, sino también: En primer lugar existe un enfoque actualista,
planteado en la mayoría de trabajos desde un pun-
– angiospermas y gimnospermas
to de vista botánico. Comprende tanto la resolución
– monocotiledóneas y dicotiledóneas (Parry et
de la problemática referente a los factores que con-
al. 1984)
tribuyen a la producción de fitolitos en determina-
– gramíneas C3 y C4 (3), así como diferentes
das especies y/o tejidos vegetales frente a la inexis-
subfamilias dentro de las gramíneas C4
tencia en otros, como la identificación de cuáles son
(Chloridoideae y Panicoideae) (Twiss1969;
estas especies productoras y no-productoras o la
Barboni et al. 1999)
función de estas partículas en el organismo vegetal.
Es también posible identificar numerosas fami- Dentro de este grupo se incluiría toda una serie de
lias y en ocasiones se puede llegar al nivel de espe- trabajos relacionados con el ciclo biogeoquímico
cie. Tan sólo a modo de ejemplo vemos que se ha del sílice (Bennett y Parry 1980; Bennett 1982;
trabajado intensivamente en dicotiledóneas (Bo- Hodson et al. 1982, 1985; Parry et al. 1984; Zucol
zarth 1992), angiospermas tropicales (Piperno 1996; Carnelli et al. 2001; Borrelli y Osterrieth
1989), Poaceae (Mulholland 1989; Zucol 1996), 2001; Alexandre et al. 1997; Morikawa y Saigusa
Cyperaceae (Ollendorf 1992), Cucurbitaceae (Bo- 2004, y otros).
zarth 1987; Piperno et al. 2000), Triticum –trigo– En segundo lugar habría un enfoque de tipo his-
tórico que comprendería aquellas investigaciones
(2) El esclerénquima es un tejido de sostén (resistente a la cuyo objetivo es la reconstrucción del medioam-
tensión y a la compresión), formado por dos tipos de células: es- biente o del uso de plantas en el pasado mediante la
clereidas y fibras. Generalmente presenta un alto contenido en
lignina y se puede encontrar en cualquier parte del organismo aplicación de la técnica a sedimentos naturales o a
vegetal. materiales arqueológicos (ya sean sedimentos o
(3) Las herbáceas C3 serían aquéllas que se encuentran en artefactos) (Bush et al. 1992; Fisher et al. 1995;
zonas más frías, con un alto índice de humedad o en zonas eleva-
das. Por el contrario, las C4 serían aquéllas que se encuentran en Galvan et al. 1995; Piperno y Becker 1996; Alexan-
climas cálidos y en condiciones tanto climáticas como edáficas de dre et al. 1997; Fredlund y Tieszen 1997; Bowdery
aridez. Estas diferencias suponen una adaptación anatómica des-
tinada a rentabilizar al máximo el proceso de fotosíntesis, lo cual
1998; Barboni et al. 1999; Madella et al. 2002; y
comporta una morfología diferente de los tejidos epidérmicos. otros).

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En el tercer enfoque incluiríamos toda una serie lización al microscopio óptico (5), generalmente
de estudios cuyo objetivo es la propuesta de cla- entre 400 y 1000 aumentos. Entonces se realizan los
sificaciones y nomenclaturas así como el desa- conteos, de un modo similar al polínico. Se estable-
rrollo de metodologías para el tratamiento en el cen unas categorías a identificar (a nivel de morfo-
laboratorio de sedimentos y taxones actuales tipos, o de tipo más generalista, arbóreo/no arbóreo,
(creación de colecciones de referencia), para la por ejemplo) en función de los intereses de la inves-
extracción de residuos de artefactos arqueológicos, tigación. Igualmente se determina un número mí-
etc., ... incluyendo el desarrollo de métodos para la nimo de individuos en el conteo que se considera
identificación de especies y/o tejidos (Ollendorf estadísticamente representativo.
1992; Pearsall y Dinan 1992; Zucol 1992, 1995; Uno de los mayores avances metodológicos
Tubb et al. 1993; Albert 1995; Madella et al. 1998; implementados en el análisis de fitolitos desde una
Lentfer y Boyd 1998, 1999, 2000; Parr et al. 2001; perspectiva arqueológica (probablemente el más
y otros). relevante hasta el momento) es el desarrollado por
Albert y Weiner (2001). Mediante una batería de
cálculos hacen posible estandarizar los resultados
4. PROCESADO DE LAS MUESTRAS de las extracciones (remitiendo a un número de fi-
tolitos por gramo de AIF-Acid Insoluble Fraction),
En relación al protocolo utilizado para tratar las pudiendo de este modo comparar las muestras
muestras sedimentarias y a pesar de los numerosos (cuantitativamente) entre sí. Esto permite, entre
métodos existentes, en todos los casos el proce- otras cosas, detectar las cantidades de fitolitos en
sado tiene como finalidad la separación de los determinadas muestras (por ejemplo en relación a
fitolitos del resto de componentes de la matriz, po- áreas concretas del yacimiento o periodos).
sibilitando tanto su visualización mediante micros-
copía óptica como su cuantificación.
Al margen de particularidades que se pueden dar 5. FITOLITOS EN CONTEXTOS
en algunas aplicaciones, el procesado de las mues- ARQUEOLÓGICOS
tras sigue un tratamiento que podemos calificar de
común. Consiste sintéticamente en la fragmenta- Tras esta introducción se hace necesario cuestio-
ción de la muestra, eliminación de carbonatos, dis- nar la rentabilidad de la técnica. Es decir, qué aporta
persión (defloculación) de la muestra con elimina- realmente a cambio de la inversión (en especializa-
ción parcial o total de las arcillas y destrucción de ción, equipamiento y trabajo) que supone. Los da-
la materia orgánica (Madella et al. 1998). Una se- tos que obtenemos, ¿qué aportan a lo producido por
gunda parte del procesado, no tan generalizada la antracología, la carpología o la palinología? ¿o
como la primera, contempla la separación densimé- repiten informaciones ya obtenidas? Ambas posi-
trica de la fracción de sílice amorfo del resto de bilidades son interesantes y necesariamente deter-
minerales contenidos en la muestra mediante el uso minan una tipo de estrategia de investigación dife-
de un líquido pesado calibrado. rente. Cada caso particular de investigación nos
Las diferencias entre diferentes investigaciones ofrecerá probablemente una realidad diferente, en
radican en la cantidad de muestra procesada, el uso la que se reiterarán informaciones o bien se añadi-
de diferentes productos químicos, en la eliminación rán nuevas. Serán los intereses de la investigación,
de la materia orgánica mediante calcinado de las las hipótesis a resolver, lo que determinará la nece-
muestras o mediante oxidación, tipo de productos sidad de utilizar unas u otras técnicas o bien todas
químicos usados, etc. (4). ellas de forma articulada, siendo la combinación o
Las muestras se montan en láminas (con resinas interdisciplinariedad entre ellas la estrategia meto-
sintéticas, aceite de inmersión, etc.) para su visua- dológica más adecuada si lo que pretendemos es
obtener una imagen global del consumo de vegeta-
les. Como veremos, si bien en determinados aspec-
(4) Existen numerosas publicaciones que tratan específica- tos estas posibilidades informativas se solapan a las
mente los métodos de laboratorio. Entre ellas destacan numerosos
artículos publicados en The Phytolitharien Newsletter, publica-
ción periódica de la Society for Phytolith Research, como Buckler (5) El uso de la microscopía electrónica queda generalmente
et al. 1994; así como otros en publicaciones de mayor difusión restringido al estudio de detalle de determinadas características de
Piperno 1988; Pearsall 1989; Lentfer y Boyd 1999, 2000; Parr et algunos fitolitos y a la realización de fotos de alta calidad desti-
al. 2001; Coil et al. 2003; Horrocks 2005. nadas a publicaciones.

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de la antracología, paleocarpología, etc., pudiendo (Madella et al. 2002) en el yacimiento de Amud,


obtener así una confirmación de unos y otros datos, también en Israel.
en muchas otras ocasiones los datos obtenidos son Gracias a esta perdurabilidad del sílice es posi-
inasequibles por medio de otra técnica. ble solventar el problema de la falta de referentes
Básicamente, hay tres características de los fito- para el análisis del consumo de vegetales en aque-
litos, perdurabilidad, inalterabilidad y la capacidad llos casos en los que se de una fuerte degradación
de ofrecer una representación anatómica general y de los restos arqueobotánicos antracológicos y car-
una cobertura taxonómica más amplia, que dotan de pológicos.
un carácter alternativo a la técnica, ya que permite
incorporar informaciones nuevas al registro arque-
obotánico. 5.2. Inalterabilidad

El análisis de fitolitos permite identificar mate-


5.1. Perdurabilidad riales vegetales al margen de que fueran procesa-
dos, intencional o accidentalmente, mediante el
Las características físico-químicas de estas par- uso del fuego. Ésta es probablemente la gran dife-
tículas hacen que sean el único resto botánico que rencia con respecto a la antracología y la paleocar-
se preserve en condiciones de conservación no ex- pología, ya que en ambos casos la conservación
cepcionales. Generalmente esto sucede en medios generalmente es consecuencia de la torrefacción o
sedimentarios con rangos de pH entre 2 y 9, aunque de la carbonización, intencionales o no. El análi-
se dan casos en los que perduran en medios con un sis de fitolitos ofrece una panorámica general del
pH muy elevado, como en algunas zonas tropicales consumo de vegetales independientemente del
(Piperno 1988). Existen otros factores, como la procesado a que hubieran sido sometidos. El tro-
existencia de materia orgánica u oclusiones de car- ceado, molienda, hervido, asado, etc., no altera en
bón, que previenen la disolución. Numerosas inves- absoluto ni los protocolos a seguir ni los resulta-
tigaciones, en ciencias cuya profundidad temporal dos de la técnica, ya que los fitolitos no son mo-
es muy superior a la arqueológica (paleontología, dificados cuando los vegetales sufren estas trans-
geología ...), avalan esta perdurabilidad (Jones et al. formaciones. En lo que respecta al tratamiento con
1963; Carnelli et al. 2001; Parmenter y Folger 1974; calor, también obtendremos generalmente una fiel
Flores et al. 2000; Fredlund y Tieszen 1997; Strom- representación de los mismos ya que la tempera-
berg 2002). tura de fusión del sílice es extremadamente eleva-
En el caso de la arqueología esta técnica se ha da. De hecho, son necesarios unos 500 ºC para que
aplicado de forma secundaria a sociedades cazado- el sílice opalino se funda y 1150 ºC para que se
ras-recolectoras, habiéndose analizado preferente- modifique y cristalice (Jones y Milne 1963, cit. en
mente materiales de cronologías más recientes, en Pearsall 1989).
cuyo caso con mayor frecuencia se cuenta con una
buena conservación de otros restos arqueobotáni-
cos. Así, los estudios en contextos agrícolas o rela- 5.3. Representación anatómica general
cionados con los orígenes de la agricultura han pro-
liferado especialmente (Pearsall y Trimble 1984; Las técnicas arqueobotánicas más habituales,
Miller-Rosen y Weiner 1994; Zhao y Piperno 2000; antracología y paleocarpología, son técnicas cuyo
Mbida et al. 2001; Trombold y Israde-Alcántara objeto de análisis es limitado si el objetivo de nues-
2005). tro trabajo es conocer el consumo general de vege-
Existen algunas excepciones, entre las que des- tales. Ambas analizan materiales muy específicos,
tacan los trabajos de Albert (Albert et al. 1999, relativos a taxones concretos y que se definen en
2000, 2003) llevados a cabo sobre sedimentos de relación a la parte anatómica de los vegetales que
yacimientos en Israel. En el caso de Tabun, en un estudian. En ambos casos, nos referimos a unos
contexto correspondiente a Paleolítico Medio, las recursos muy específicos, que aunque no en todos
cenizas procedentes de las grandes áreas de com- los casos, sí se asocian generalmente a su función
bustión fueron analizadas para dar cuenta del tipo como combustible en el caso primero y a la alimen-
de combustibles utilizados. Otro ejemplo para es- tación en el segundo. El análisis de fitolitos nos
tas cronologías es el llevado a cabo por Madella remite a prácticamente cualquier tipo de tejido ve-

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getal (aunque haya algunos de estos tejidos en los Existen un par de casos, respondiendo a unas
que estas partículas se den más frecuentemente y en condiciones ambientales muy específicas, en los
mayor abundancia, como las partes aéreas) y tam- que sí se ha documentado movilidad de los fito-
bién a cualquier tipo de vegetal (aunque no todos litos.
sean productores y haya familias más productoras El primer caso está en relación con climas des-
que otras). De este modo cubre un espectro, aunque érticos, donde esta movilidad es fruto de las carac-
no total, sí más amplio tanto de tejidos como de terísticas de la matriz sedimentaria, totalmente des-
grupos de vegetales. agregada por la falta de materia orgánica. Así, la
Una vez mostradas las amplias posibilidades que acción del viento puede ocasionar su transporte, tal
el análisis de fitolitos ofrece a la arqueología, se y como documentó el naturalista británico Darwin,
hace necesario aclarar alguna de las críticas erigi- quien a bordo del Beagle recogió un polvo apor-
das en torno a estos análisis. Éstas han surgido de tado eólicamente frente a las costas de Cabo Ver-
ese desconocimiento de la técnica ya comentado y de. Este polvo, analizado por el biólogo alemán
de espectativas generadas desde el uso habitual de Ehrenberg, resultó estar compuesto básicamente
la antracología y palinología, esperando obtener por fitolitos (Piperno 1988). Otro ejemplo, actual,
también listas sistemáticas de especies. Tienen su sería el analizado por Folger et al. (1967).
base en particularidades de la técnica consideradas La segunda posibilidad tiene relación con incen-
como “problemas” o “limitaciones” inherentes a la dios forestales. En éstos, la rápida desaparición de
misma, y que han sido calificadas a priori como la materia orgánica ocasiona que los fitolitos sean
cuestiones irresolubles de suficiente peso como liberados en el aire, entre las cenizas. También en
para invalidar su uso. este caso el viento actúa como factor de dispersión.
Concretamente nos referimos a la naturaleza de Los estudios realizados por Hart (1997) en Nueva
los conjuntos fitolitológicos, la iluviación de estas Gales del Sur (Australia) mostraron la relación en-
partículas y la imprecisión taxonómica. tre el fuego y el transporte de ciertos morfotipos.
Según sus análisis, los fuegos forestales que de for-
ma periódica (cada 8-12 años) tienen lugar en ese
5.4 Naturaleza de los conjuntos fitolitológicos área del continente australiano eran la causa de la
dispersión de cierto tipo de fitolitos, de pequeño
Probablemente debido a similitudes tanto en el tamaño, que no aparecían en los conjuntos fitolito-
tamaño como en el tipo de muestras o en la técni- lógicos del suelo pero que sí aparecían habitual-
ca de procesado en el laboratorio, se han realizado mente en la vegetación de la zona. En este sentido
excesivos paralelismos entre el análisis de fitolitos se puede decir que el fuego actuaba como un filtro
y el de polen, aunque las únicas similitudes sean natural que desvirtuaba los conjuntos fitolitológi-
precisamente ésas. La asociación realizada entre cos del suelo.
fitolitos y granos de polen ha supuesto entender a
los primeros como partículas capaces de desplazar-
se del mismo modo que los segundos, resultando así 5.5. Iluviación
imposible conocer la pertenencia original de un
conjunto fitolitológico a un sedimento o estrato. Una de las cuestiones que más polémica han
En este sentido debe recordarse que el diseño del despertado es la iluviación o movilidad vertical de
polen tiene como finalidad precisamente su disper- estas partículas a lo largo del perfil del suelo. Esto
sión. En el caso de los fitolitos, éstos quedan en el supondría que la asignación de un conjunto fitoli-
lugar en el que se encontraba la materia vegetal de tológico a un paquete estratigráfico y, por tanto, a
origen (ya fuera ésta su ubicación original o habien- un nivel de ocupación y/o área de actividad deven-
do sido aportada a ese lugar antrópicamente), pa- dría inevitablemente dudosa. En este sentido, los
sando a integrarse en el sedimento. Evidentemen- especialistas en análisis de fitolitos han formulado
te, se pueden producir aportaciones de fitolitos lo que se ha denominado la static phytolith hypothe-
posteriores, ya sea a consecuencia de la actividad sis (Piperno 1988; Bobrova y Bobrov 1997; Barbo-
de animales, o debido a filtraciones de agua en cue- ni et al. 1999; Pearssall 1989) y la mobile phytoli-
vas, etc., (Madella y Power-Jones 1998), pero en th hypothesis (Fredlund y Tieszen 1997; Hart y
todo caso no son comparables a la movilidad del Humphreys 1997). Éstas argumentan respectiva-
polen. mente a favor de una u otra posibilidad; suponen

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bien el estatismo de estas partículas en la localiza- verticales de fitolitos y esqueletos silíceos (Grave
ción concreta en que quedaron tras la desaparición y Kealhofer 1999). De este modo, el uso combinado
del tejido vegetal en que fueron producidos o, por de las dos técnicas permite una optimización de las
el contrario, su movilidad vertical y su situación, posibilidades informativas de ambas.
por tanto, secundaria.
El movimiento vertical puede darse, siendo
menor o mayor su magnitud en función del tipo de 5.6. Imprecisión taxonómica
matriz sedimentaria y de ciertos procesos, relacio-
nados con la acción de la microfauna, las caracte- La posibilidad de realizar identificaciones a
rísticas geomorfológicas de la zona de estudio, etc., nivel de especie mediante el análisis de fitolitos
siendo por ello básico un conocimiento exhaustivo depende de la existencia de algún morfotipo diag-
de las características sedimentológicas y geomor- nóstico, así como del desarrollo de métodos (mor-
fológicas del yacimiento, así como de los procesos fométricos, estadísticos), que permitan establecer
tafonómicos acaecidos. protocolos para llevar a cabo las determinaciones.
Se considera posible esta movilidad especial- En la mayoría de los análisis el nivel de identifica-
mente en casos de matrices sedimentarias altamen- ción corresponde al de género o familia. Los estu-
te arenosas y con un nivel de materia orgánica bajo, dios llevados a cabo con fines a la identificación de
en las que se de un continuo y eficaz lavado del especies han sido muy intensivos en determinados
suelo. Estos procesos dan lugar a la traslación de casos de alto interés arqueológico y botánico como
las partículas más pequeñas a niveles inferiores, es el trigo (Ball et al. 1996, 1999; Miller-Rosen
donde pueden acumularse en caso de que cambien 1992).
esas condiciones que habrían facilitado la perco- En todo caso es importante destacar que la gran
lación. aportación del análisis de fitolitos no consiste en la
Los estudios sedimentológicos que avalen una identificación de especies, sino en la determinación
ausencia de procesos de pedogeneización de los de diferentes tipos de tejidos vegetales, especial-
perfiles serán el elemento que asegure la estabili- mente los correspondientes a las partes verdes. Sin
dad de los fitolitos en su localización concreta de la aplicación del análisis de fitolitos la representa-
deposición. Otras investigaciones, como las reali- ción de las mismas en el registro arqueológico no
zadas en el yacimiento de Amud por Madella et al. es factible a excepción de casos muy excepionales.
(2002) consideraron la inmovilidad de los conjun- Ésta es específicamente la gran aportación del aná-
tos fitolitológicos en el caso concreto de Amud y, lisis de fitolitos: posibilitar la detección de todo un
por tanto, su pertenencia a los niveles paleolíticos, universo de materias (y, por ende, de manufacturas
en base a estudios estratigráficos y micromorfo- y procesos de trabajo) que generalmente no son
lógicos así como por las buenas condiciones de asequibles (6). De este modo se hace evidente que
preservación de estas partículas (que presentaban mediante la combinación y articulación de las dife-
una baja fragmentación y erosión superficial). Di- rentes técnicas arqueobotánicas es posible acceder
versos estudios realizados sobre la movilidad del a nuevos y diferentes tipos de informaciones rela-
polen demuestran precisamente cómo ésta está es- tivas al consumo de vegetales.
trechamente ligada a las características del yaci- Sobre la base de todo lo dicho, se hace necesa-
miento (Kelso 1994; Dimbleby 1985 cit. en The- rio ofrecer un marco de interpretación que nos per-
rin 1998). En todo caso es de destacar que los mita saber no sólo cuál es la información anatómica
fitolitos no presentan problemas de iluviación del y taxonómica que ofrece un conjunto fitolitológi-
calibre de los que puede presentar el polen, cuyo co, sino también qué significa a nivel arqueológi-
análisis y resultados están ampliamente aceptados co. Necesitamos significar los materiales más allá
y generalizados en numerosas disciplinas (Bobrova de su materialidad, dotarlos de significado a nivel
y Bobrov 1997). arqueológico.
En relación a la interdisciplinariedad a la que tan
frecuentemente aludimos en arqueología, es de (6) Existen algunas otras técnicas, como por ejemplo el aná-
destacar que la combinación del análisis de fitoli- lisis de parénquimas (Hather 1993; Kubiak-Martens 1996, 2002)
tos con el micromorfológico de suelos permite de- que también permiten visibilizar el consumo de recursos vegeta-
les en el registro arqueológico, aunque en su caso se requieren
terminar la ausencia o presencia de movimientos unas condiciones de preservación específicas.

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EL ANÁLISIS DE FITOLITOS ... EN EL ESTUDIO DEL CONSUMO DE RECURSOS VEGETALES... 43

6. BASES PARA UNA PROPUESTA existen diversos problemas (determinación del


METODOLÓGICA (7) carácter antrópico o natural de los conjuntos, elec-
ción de un método adecuado de cuantificación, in-
A partir de nuestra realidad actual así como de terpretación socioeconómica de los datos, etc.) la
los estudios etnográficos e históricos hemos podi- resolución de los cuales supondría dotar de una im-
do documentar multiplicidad de maneras de traba- portante rentabilidad informativa a los datos que
jar los recursos vegetales e infinidad de productos, obtenemos de esta parte del registro arqueológico
tanto alimenticios como bienes de uso, realizados cuyo origen es vegetal.
sobre la base o con participación de materias pro- La presente propuesta se enmarca en esta proble-
cedentes del reino vegetal. Del mismo modo, es mática y tiene como objetivo presentar una meto-
innegable que la participación de los materiales dología específicamente dirigida a la producción de
vegetales es fundamental a todos los niveles y en datos sobre el consumo de vegetales que resulten
todas las sociedades conocidas (como alimento, adecuados para ayudar en una reconstrucción fia-
forraje, combustible, material de construcción, ble de las estrategias de subsistencia de las socie-
medicinas, etc, ...) con escasísimas excepciones dades en estudio. Se pretende así que el análisis de
(como las comunidades habitantes del Ártico). fitolitos sea integrado de forma activa y constante
A pesar de ello, en términos generales se puede en la investigación arqueológica, dejando de ser
decir que existe una grave falta de “visibilidad” del una aplicación técnica empleada de forma puntual.
uso de los recursos vegetales en la prehistoria (es- Mediante esa concretización metodológica, el aná-
pecialmente en lo que a sociedades cazadoras-reco- lisis de fitolitos dejaría de ser una técnica más, cuyo
lectoras se refiere). Tras esta falta de visibilidad se uso puede ofrecer, eso sí, un aspecto muy sofistica-
esconde no sólo el argumento de la falta de conser- do a una publicación o investigación arqueológica
vación de los restos arqueobotánicos, sino también pero nada más que eso.
prejuicios sobre la importancia de los diferentes El marco de actuación dentro del cual se desarro-
tipos de recursos. Me refiero concretamente a la lla esta propuesta es el materialismo histórico y
sobrevaloración de unos recursos frente a otros (a desde una perspectiva materialista son numerosos
nivel alimentario la carne por encima del resto de los trabajos teóricos que han tratado la cuestión de
recursos o a nivel objetual el lítico). Estos prejuicios la producción (Risch 1995; Bate 1998; Ruiz del
suelen ir acompañados también de preconcepcio- Olmo y Briz 1998; Briz 2004 ; Barceló et al. 2006,
nes sobre quiénes eran en cada caso los agentes entre otros), así que este tema no será tratado aquí
sociales que los gestionaban, considerándose al en profundidad.
hombre como encargado de la caza y la gestión de El análisis de los procesos de trabajo será el eje
los materiales líticos y a las mujeres como recolec- vertebrador a partir del cual desplegar los diferen-
toras. tes elementos de la propuesta.
Se puede decir que gran parte de esos problemas El consumo de vegetales se entiende como una
de representación podrían solventarse. La investi- parte de los procesos particulares de trabajo así
gación arqueobotánica adolece con frecuencia de como parte del ciclo general de producción que
reflexión metodológica, siendo la mayoría de los caracteriza socioeconómicamente a una sociedad.
trabajos de carácter aplicativo. Integrar nuevas téc- La reconstrucción y caracterización de los distin-
nicas y propiciar la complementariedad de unas y tos procesos de trabajo desarrollados en el pasado
otras en base a un acercamiento más arqueológico a partir de los materiales registrados en yacimien-
resultaría altamente productivo. tos entraña por sí sola una dificultad considerable.
Hace tiempo que se hace necesario un desarro- A pesar de ello, para numerosos equipos de inves-
llo metodológico general en arqueología (Barceló tigación la(s) metodología(s) desarrolladas para el
et al. 2006; Terradas et al. 1999, entre otros). En ar- estudio de este aspecto de las sociedades son con-
queobotánica particularmente, la necesidad de esta sideradas suficientemente “exploradas”, entendien-
renovación metodológica es más que evidente; do así que el proceso de aprehensión de dichas in-
formaciones se ha realizado ya de forma correcta y
(7) Esta propuesta fue expuesta en el trabajo de Investigación legítima. Así, se dan como válidas las diversas eta-
de Tercer Ciclo de la autora; Preguntas en torno al consumo de pas del proceso de investigación: el muestreo, la
vegetales en la prehistoria, propuesta de método para el análisis
de fitolitos en contextos arqueológicos, (Depto. de Prehistoria,
creación de datos, la significación estadística de los
UAB, 2002), dirigido por la Dra. A. Vila y el Dr. M. Madella. resultados, su interpretación socio-económica, etc.

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Tras especificar la necesidad de un desarrollo presente propuesta plantea específicamente la re-


metodológico general y de la voluntad de estudio de construcción de los procesos de trabajo realizados
la producción como ciclo general, esta propuesta sobre materias vegetales, permitiendo de este modo
consta de la explicitación de varios objetivos parti- un mayor conocimiento sobre el uso de este tipo de
culares y de la especificación de cuáles son las cate- recursos naturales y concretamente sobre el tipo de
gorías económicas utilizadas así como el proceso de vegetales utilizados. Por ello es básico también la
adscripción de los restos arqueobotánicos a éstas. determinación del tipo de tejido vegetal. La deter-
Para el estudio de los recursos vegetales desde minación taxonómica, por otra parte, permitirá
una perspectiva del análisis de fitolitos es necesa- entre otras cosas identificar posibles ocupaciones
rio establecer una batería de “objetivos medios”, estacionales de los asentamientos así como el uso
que nos permitan acercarnos a esas estrategias ge- más específico de determinadas plantas, cultivadas
nerales de consumo de vegetales (Piqué 1999). Se- o no, la especialización funcional de contenedores,
rán las recurrencias halladas en estos “objetivos hogares, etc.
medios” las que nos permitan caracterizar las uni-
dades de estudio (sean yacimientos, ocupaciones, Respecto a los objetivos medios especificados,
etc, ...): debe destacarse la necesidad de una adecuada estra-
tegia de muestreo como requisito sine qua non para
– Reconstrucción de los procesos de trabajo: su consecución. Ésta es extremadamente importan-
éste es el objetivo principal, ya que los procesos de te, ya que determina la calidad de las informacio-
trabajo son entendidos como el elemento que nos nes obtenidas y puede predeterminar (en ocasiones
permite realizar una primera aproximación materia- de forma errónea) posibles interpretaciones. La
lista y objetiva a las sociedades del pasado. Nece- interpretación, por ejemplo, de los resultados de
sitamos datos fitolitológicos que podamos rela- análisis realizados sobre muestras procedentes ex-
cionar o adscribir a categorías que, a su vez, nos clusivamente de un hogar puede ser muy diferen-
permitan identificar procesos de trabajo: Mp (Ma- te de la que llevaríamos a cabo si también contáse-
teria Prima), Ot (Objeto de Trabajo), etc., ... (ver pá- mos con datos de sedimento de fuera del mismo
ginas siguientes). (muestras de control). Estos datos pueden refutar o
verificar, por ejemplo, la presencia significativa o
– Identificación de una organización específi- exclusiva de un cierto tipo de material.
ca del espacio: la localización en el asentamiento de La estrategia de muestreo necesariamente está
los diferentes elementos identificados en el punto en relación directa con nuestras hipótesis de trabajo
anterior (Ot, P, ...) nos permitirá establecer dos afir- y el tipo de datos que necesitamos y que esperamos
maciones. En primer lugar, será posible determinar conseguir en base a estos análisis. Estos objeti-
la forma en que se presentan los diferentes elemen- vos condicionan dónde tomar las muestras, que la
tos integrantes de los procesos de trabajo, ya sea toma de muestras se realice por ejemplo en el ya-
ésta asociada o no. Esta información debe servir en cimiento y/o en lugares no antropizados, la existen-
una primera instancia para dirigir esa identificación cia de muestras de control, etc. (Zurro 2002; ver
de los procesos de trabajo, que puede verse reafir- nota 4).
mada en base a la combinación de diferentes aná- Pero a su vez esta estrategia viene condiciona-
lisis, como es el caso de la combinación de residuos da por todas las peculiaridades tanto de la técnica
vegetales y análisis funcional del material lítico, por en sí como del método concreto que sigamos para
ejemplo. En segundo lugar se identifican las dife- aplicarla y se refieren a la cantidad de muestra ne-
rentes zonas de trabajo en que se organiza el espa- cesaria, al grado de fiabilidad de los resultados, que
cio, sobre la base de la disposición discontinuada de puede condicionar el número de análisis por mues-
los materiales arqueológicos, así como una posible tra, o incluso al número de muestras por unidad
funcionalidad especializada de los diferentes asen- analizada. También es importante tener presentes
tamientos o zonas de los mismos. Así, pueden iden- los procedimientos necesarios para evitar contami-
tificarse áreas de almacenamiento o de procesado naciones.
de cereales, por ejemplo. Existe un elemento que de alguna manera pode-
mos considerar estable, las características de estas
– Identificación del consumo de materias vege- partículas y de las técnicas de análisis son objetivas
tales y específicamente de los tejidos/especies: la y particulares (al margen de que existan diferentes

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EL ANÁLISIS DE FITOLITOS ... EN EL ESTUDIO DEL CONSUMO DE RECURSOS VEGETALES... 45

métodos para tratarlas y de que sean también cons- El materialismo histórico identificó y definió el
tantemente “mejoradas” o adaptadas a caracterís- papel de todos los elementos que entran en juego en
ticas específicas de cada yacimientos). El elemento los diferentes procesos de trabajo (las materias y
variable, relativo a los objetivos, es el que debe ser bienes de uso, la fuerza de trabajo o energía humana
determinado para cada caso y se construye en fun- aplicada, etc.) mediante su adscripción a un conjun-
ción de la investigación y de las peculiaridades del to de categorías.
yacimiento pero en todo caso conociendo y tenien- Una misma materia puede ser categorizada de
do en cuenta el anterior. forma diferente, ya que es precisamente el rol que
En la presente propuesta los objetivos ya han cumple en cada proceso y su situación con respec-
sido explicitados, de manera que tan sólo cabe to a los otros elementos (cómo se relaciona con
especificar que únicamente una estrategia de mues- ellos), lo que la define. Es decir, que ese valor den-
treo horizontal evidenciará de un modo óptimo tan- tro del proceso de trabajo no es intrínseco al obje-
to la disposición como la asociación de los materia- to en sí, sino que sólo se manifiesta (materialmen-
les arqueológicos, cumpliendo las expectativas te), cuando este proceso tiene lugar. Por ello, un
depositadas en estos análisis para esta propuesta mismo material cumple roles diferentes según
concreta. El muestreo vertical puede resultar muy transforma o es transformado, así como según el
útil para el entendimiento de aspectos muy básicos grado de transformación acontecido.
de tipo tafonómico, especialmente en yacimientos Luego, el elemento clave para desarrollar la pro-
pequeños y/o en cueva. Hasta la fecha no existen puesta será específicamente el grado de transforma-
publicaciones que traten a fondo la cuestión del ción de los vegetales que podamos detectar a par-
muestreo de fitolitos en arqueología. tir de los conjuntos fitolitológicos. Pero, como ya
se ha apuntado en la primera parte de este trabajo,
estas partículas no sufren modificación alguna a
Adscripción a las categorías económicas pesar de los procesados a que se someten general-
mente los vegetales, ya sea para su consumo ali-
La adscripción de los restos hallados a las dife- menticio o para la producción de valores de uso. Por
rentes categorías se basa en uno de los conceptos ello no podemos pretender detectar esta transforma-
básicos del materialismo histórico, el trabajo. Éste ción de forma “directa”, durante el análisis de las
es definido por el propio Marx (1867) como trans- muestras, sino que deben establecerse otros crite-
formación de la materia o actividad encaminada a rios.
la obtención de un producto determinado median- La posibilidad que se nos ofrece desde el análi-
te la transformación de una materia también deter- sis de fitolitos es la de detectar en nuestras muestras
minada. Esta transformación puede tener lugar con la existencia de acumulaciones de diverso tipo,
ayuda de un instrumento de trabajo y en todo caso obviamente de carácter antrópico. Estas acumula-
mediante la aplicación de energía (fuerza de traba- ciones deben ser determinadas en base a niveles
jo) y de una técnica. Es la “asimilación de los ma- establecidos estadísticamente como significativos.
teriales naturales al servicio de las necesidades La existencia de dichas acumulaciones no natura-
humanas” (Marx 1867: 136). les debe ser entendida como el resultado de un pro-
Los estudios sociales marxistas han puesto en ceso de selección, siendo éste el axioma sobre el
evidencia que el trabajo es condición sine qua non que descansa la propuesta. Dentro de las prácticas
de la existencia humana y social. Por tanto, su aná- socioeconómicas de una sociedad esta selección
lisis nos puede ofrecer parámetros objetivos para tiene una finalidad particular, cumple una función
el estudio de las sociedades así como de los pro- concreta a nivel económico, incluso en aquellos
cesos históricos. A diferencia de otras propuestas casos en que la materia no llegue a ser amortizada
en arqueología, cuya definición de la relación so- (no llegue a ser utilizada para el fin para el que fue
ciedad-medio no es totalmente explicitada (inclu- adquirida).
so en aquéllas que se definen como adaptacionis- La determinación del tiempo de trabajo invertido
tas), el materialismo histórico evidencia cómo es será el elemento central de la propuesta. Esta inver-
precisamente a través del trabajo que se da esa re- sión de trabajo otorga un valor específico al obje-
lación, que es dialéctica y por tanto no unidireccio- to en sí, valor que es creciente a medida que ese tra-
nal (véase los procesos de domesticación, por bajo aumenta (Lull 1988). Por ello es posible, en
ejemplo). determinados casos, establecer una escala gradual,

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relativa, de acumulación de valor (8) por medio del formada a lo largo del proceso de trabajo. Puede ser
trabajo realizado. En este sentido tanto la escala una Mb (que se transforma así en Mp) o una Mp que
como la precisión de esta selección pueden ser in- inicia una escala de transformación (Mp1, Mp2,
dicativas de la cantidad de trabajo invertido. etc.). Los juncos serían Ot en cada una de las eta-
Estos diferentes elementos a los que aluden las pas de transformación.
categorías son universales y pueden ser reconoci- Materia auxiliar (M aux.): son materias primas
dos en los diferentes registros arqueológicos (ar- que a lo largo del proceso de trabajo son absorbi-
queobotánico, lítico, faunístico, etc, …) mediante das por el instrumento o incorporadas a la materia
la constatación de la transformación de la materia prima. Tal sería el caso de ocres en el proceso de
y de la asociación de unos y otros materiales ar- curtido de pieles o de desgrasantes vegetales en la
queológicos (instrumentos, residuos, productos, ...) fabricación de cerámica. Esta incorporación al pro-
(Briz et al. 2002). ceso de trabajo no tiene que ser una condición para
Las categorías utilizadas en este caso son las que el desarrollo del mismo pero puede implicar una
siguen: mejora de la técnica. En el caso del ejemplo de los
Recurso (Rc): Materia (vegetal, mineral o ani- juncos el agua, en un proceso de ablandado, sería
mal) que se encuentra disponible en el medio his- una materia auxiliar.
tórico, aprehensible mediante la tecnología de que Residuo (de un proceso de trabajo) (R): Los
dispone el grupo humano que lo habita e integran- residuos de trabajo son materia fruto de las carac-
te, en consecuencia, de los procesos de trabajo que terísticas concretas de un proceso de trabajo. Su
caracterizan a esta comunidad. Los recursos vege- producción es una consecuencia pero no la finali-
tales serían en todo caso aquellos que son recolec- dad del mismo. En nuestro ejemplo las raíces, se-
tados y en cuya reproducción no se ha intervenido. paradas de los tallos, serían residuos. Otro ejemplo
Un ejemplo sería un cañizal en el caso de una socie- serían los carbones que hallamos en contextos ar-
dad que utilizara específicamente esas especies queológicos. Éstos son productos secundarios en el
para fabricar cestos. proceso de producción de energía lumínica o calo-
Instrumento de trabajo (It): Producto que se rífica. Son un derivado no buscado pero inevitable
utiliza, en un proceso de trabajo, como elemento en la producción de llamas o brasas.
mediante el cual transformamos o nos ayudamos a Producto (P): objeto resultante de un proceso
transformar un Ot dado. El instrumento de trabajo de trabajo previamente determinado. Es el resulta-
se define por su participación como tal en un pro- do de la transformación de un Ot. En este caso se-
ceso de trabajo o en alguna fase del mismo. Un ría el cesto acabado.
ejemplo sería el punzón utilizado para la confección La recolección de plantas enteras, por ejemplo,
de cestería. da lugar a un cambio sustantivo en la materialidad
Materia bruta (Mb): materia que como trans- de la planta (de hecho, deja de ser un ser vivo). Así,
formación tan sólo ha sido extraída del medio. Por ese recurso natural que son determinadas plantas
ejemplo un atado de juncos arrancados para la con- que se consumen pasa a ser Materia bruta, una vez
fección de cestería. ya extraída de la naturaleza y Materia prima cuan-
Materia prima (Mp): materia que habiendo do sufre una primera transformación. La Mp guarda
sido ya extraída del medio, ha sufrido una primera más valor acumulado que la Mb. Pero esta Mp o Mb
transformación en su propia materialidad (ya ha pueden, como Ot trabajado y convertido en Produc-
sido objeto de trabajo). Siguiendo con el caso de los to, volver a ser incluidas de nuevo en un proceso de
juncos, los tallos separados del resto de la planta trabajo, de nuevo como Ot para ser finalizado o
serían una Mp, y se convertirían en Mp1, Mp2, etc., iniciar de nuevo el ciclo tantas veces como sea ne-
según fueran sufriendo transformaciones (corta- cesario. En todo caso lo que resulta claro es que en
do longitudinal, ablandado de las fibras, secado, todos estos procesos se da una acumulación de va-
etc.). lor por medio del incremento gradual del trabajo
Objeto de trabajo (Ot): materia que es trans- invertido.
La adscripción de un conjunto fitolitológico a
(8) Se usa aquí el concepto marxista de valor o valor objeti- una u otra categoría se basará en su caracterización
vo, entendido como el equivalente al volumen de trabajo inverti- como selección de primer grado que corresponde a
do. Es, por tanto, un concepto no sujeto a subjetividades e inde-
pendiente del tipo de sociedad-economía (o modo de producción,
Mb o selección de segundo grado, correspondien-
en términos marxistas) que estemos tratando. te a Mp. En general las selecciones taxonómicas lo

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EL ANÁLISIS DE FITOLITOS ... EN EL ESTUDIO DEL CONSUMO DE RECURSOS VEGETALES... 47

serán de primer grado, mientras que las de tejidos posteriormente se fabricará un determinado valor
(anatómicas) lo serán de segundo. El carácter taxo- de uso (por ejemplo, adobe). Para determinar el
nómico de este tipo de selección no implica nece- papel específico de esa materia en los diferentes
sariamente que la selección sea al nivel de especie procesos que se dan en ese contexto concreto es
(podemos estarnos refiriendo, por ejemplo, a una imprescindible conocer la relación que ésta estable-
recolección de gramíneas). Una selección de se- ce con los otros materiales o elementos del trabajo.
gundo grado, de tejidos, puede implicar una “re- El muestreo, por otra parte, nos ha de permitir de-
selección” sobre un conjunto de materiales pre- tectar la presencia regular en un suelo de ocupación
viamente seleccionados, pudiendo suponer así la de asociaciones fitolitológicas características de ese
realización de un proceso de trabajo si para conse- material y por tanto no sólo de la zona (general) del
guir este objetivo es necesario modificar ese mate- yacimiento en que se halla sino también de la super-
rial de alguna manera. Habrá casos puntuales en los ficie concreta que ocupa. Como ya se ha dicho, las
que se de directamente una selección de “segundo categorías económicas del materialismo histórico
grado”. Por ejemplo, si se están recogiendo ramas se definen precisamente en base a las relaciones en
muertas del suelo, el hecho de recoger determina- que se enmarcan, son de carácter dialéctico.
das especies y no otras no implica necesariamente Del mismo modo, será elemental conocer el res-
un trabajo de modificación aunque requiera una to de materiales arqueológicos, así como sus parti-
selección de tipo “visual”. cularidades. Por ello, será la existencia de diversos
Según todo lo dicho anteriormente, hallaremos tipos de asociaciones que se explicitarán a conti-
casos en los que determinemos muy claramente una nuación, lo que nos puede permitir realizar una
selección (paja, por ejemplo), pero no tenemos aproximación válida a esos diferentes elementos
modo de saber si ésta corresponde a un producto ya integrantes de los procesos de trabajo.
acabado (un camastro o algún tipo de acondiciona- El siguiente esquema (Fig. 3) ejemplifica la pre-
miento de una unidad habitacional, por ejemplo) o sente propuesta. Este ejemplo, denominado herbá-
si bien es un producto a medio acabar, con el que ceas, podría corresponder al procesado de juncos ya

Fig. 3. Esquema de procesado de herbáceas.

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utilizado. La columna de la izquierda determina las Ambos materiales podrían de nuevo verse integra-
diferentes etapas del procesado; extracción del me- dos en sendos procesos de trabajo como Objeto de
dio, selección y traslado, etc, ... La flecha indica un Trabajo.
incremento gradual del valor (del volumen de tra- A continuación se detalla la forma como se co-
bajo invertido, por tanto). La segunda columna, a la rrelacionan esas categorías económicas con el re-
derecha, muestra en el recuadro blanco su adscrip- gistro fitolitológico. Como se verá existen varias
ción a la categoría económica correspondiente (Mp, categorías que se pueden solapar, ya que aluden a
Ot, etc.), y en el recuadro coloreado y representa- un mismo tipo de materiales. Tan sólo la contex-
dos mediante números, los diferentes conjuntos fi- tualización de los resultados en el marco del resto
tolitológicos resultantes (en este caso se trataría de de materiales arqueológicos, y de las asociaciones
3 asociaciones fitolitológicas diferenciadas y reco- que entre éstos y los conjuntos fitolitológicos se
nocibles por un especialista). El producto resultante den nos permitirá asignar un u otro valor a las
(P/3), sería insertado como Ot en un nuevo pro- muestras.
ceso que sería el de la confección de cestería, ini- En primer lugar y en cursiva se especifica el tipo
ciándose así un nuevo proceso de acumulación de de selección presente y en segundo lugar las loca-
valor. lizaciones posibles distintivas de estos restos y/o su
En este caso (Fig. 4) encontramos el procesado asociación con otros tipos de materiales arqueoló-
de cereales. De nuevo, la columna de la izquierda gicos. La selección de especies debe entenderse
especifica las tareas desarrolladas, mientras los grosso modo. La recolección de gramíneas para el
cuadros de la derecha muestran la adscripción a la acondicionamiento como lugar de habitación de
categoría correspondiente y las diferentes asocia- una cueva por ejemplo supone una selección muy
ciones fitolitológicas que podemos hallar. Final- grosera, ya que no se corresponde necesariamente
mente, vemos como P/2 genera, tras otro proceso de con una especie concreta, mientras lo recolectado
trabajo (aventado), un producto que son las semi- cumpla los requisitos que consideramos necesarios
llas y un residuo o desecho que serán las glumas. para llegar al fin perseguido.

Fig. 4. Esquema de procesado de cereales.

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EL ANÁLISIS DE FITOLITOS ... EN EL ESTUDIO DEL CONSUMO DE RECURSOS VEGETALES... 49

MB - Materia bruta pueden llevar a confusión. Dado el carácter dialé-


– selección de especies ctico de las categorías, es importante tener siempre
– en algunos casos, selección de tejidos (con o presente que éstas son relacionales, y que ese Ot lo
sin selección taxonómica) es en relación al Instrumento, y necesariamente es
al mismo tiempo o Mb o Mp.
MP - Materia prima Aunque no ha sido especificado, todas las cate-
– selección de especies gorías pueden estar presentes en cualquier lugar del
– selección de tejidos (con o sin selección taxo- asentamiento, y por ello serán precisamente los
nómica) otros elementos (los otros materiales arqueológicos
como residuos en instrumentos de molien- y las relaciones entre unos y otros, las presencias
da o líticos tallados significativas en coprolitos, en contenedores, de
como contenidos en estrías dentarias forma asociada a instrumentos a contenedores, etc.)
(como objeto de trabajo en el caso de traba- los que han de servir como referentes en la identi-
jar fibras mediante el masticado, etc.). ficación (como ya se ha dicho, la categorización es
siempre “en relación a”).
Ot - Objeto de trabajo La detección de un mismo material en diferen-
– selección de especies tes estadios dentro de uno o varios procesos de
– selección de tejidos (con o sin selección taxo- modificación nos puede permitir no sólo detectar
nómica) ese o esos procesos de trabajo y también ese obje-
en instrumentos, como residuo to trabajado, sino también confirmar la realización
como contenidos en estrías dentarias de todos esos trabajos en una misma localización.
(como objeto de trabajo en el caso de traba- Esta posibilidad es especialmente relevante en el
jar fibras mediante el masticado, etc.). caso del procesado de cereales.
Teniendo presente que los ejemplos presentados
P - Producto/Valor de uso no conforman una lista exhaustiva, a continuación
– selección de especies se especifican aquellos elementos que no aparecen
– selección de tejidos (con o sin selección taxo- reiterados y que por tanto pueden tener un carácter
nómica) más diagnóstico:
como residuos en contenedores (cerámi-
cos, silos, etc.) – residuos en instrumentos de molienda o lítico
como residuos en instrumentos macrolíti- tallado: Mp, Ot
cos o líticos tallados – contenidos en estrías dentarias: Ot, P
– coprolitos/contenidos estomacales: P
P - Producto (de carácter exclusiva e inequívo- – residuo en contenedores (cerámicos, silos,
camente alimenticio) (9) etc.): P
– selección de especies – en instrumentos, como residuo en la zona de
– selección de tejidos (con o sin selección taxo- enmangamiento: Maux.
nómica) – en la pasta cerámica, como desgrasante:
coprolitos/contenidos estomacales Maux.
contenidos en estrías dentarias – residuo en un producto: I

It Existen situaciones en las que la diferenciación


– selección de especies de los materiales según las categorías económicas
– selección de tejidos (con o sin selección taxo- puede no ser posible (como por ejemplo si se da el
nómica) caso de una recolección no selectiva), pero esta
como residuo en un producto propuesta puede servir como marco de actuación a
partir del cual realizar los ajustes necesarios. Pue-
Para quienes no estén familiarizados con el len- de resultar muy útil, por ejemplo, para la identifi-
guaje marxista, las diferencias entre Mp, Mb y Ot cación de los diferentes estadios de procesado de
los cereales.
(9) Evidentemente, entre los productos destinados al consu-
mo “biológico”, pueden darse algunos cuya finalidad no sea es-
Aunque esta propuesta se presente explícita-
trictamente alimenticia, como estimulantes, medicinales, etc. mente como materialista, existen precedentes que

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50 Débora Zurro

proponen un reconocimiento de las diferentes eta- cuentemente tenidas presentes, como problemas de
pas del procesado de cereales en base al conjunto de muestreo, contaminaciones, la dificultad que com-
residuos o subproductos que se generan en cada una porta en ocasiones la determinación del carácter
de ellas. El reconocido trabajo de Hillman (1981; antrópico o natural de los conjuntos arqueobotáni-
1984 cit. en Buxó 1997) sobre la identificación del cos, la elección del método de cuantificación de los
trabajo de cereales en base a la determinación car- resultados, etc. (Ford 1988; Popper 1988).
pológica se basa en la delimitación de cuáles son las Todos ellos son problemas que atañen a la base
diferentes partes de los cereales presentes en cada misma de estas técnicas. Pero la consideración de
una de las etapas de su procesado. Recientemente estos problemas como pertenecientes de forma
se ha publicado un trabajo similar desde el análisis exclusiva a ellas no es totalmente correcta ni tam-
de fitolitos (Harvey y Fuller 2005). poco que su resolución deba plantearse exclusiva-
mente desde las técnicas arqueobotánicas. El aleja-
miento de la arqueología de la responsabilidad que
7. CONCLUSIONES el análisis de restos vegetales en contextos arqueo-
lógicos supone (dada su naturaleza básicamente
Este artículo tan sólo ha pretendido ofrecer una botánica) es probablemente una de las peores con-
aproximación a las posibilidades del análisis de fi- secuencias que ha comportado la especialización
tolitos en arqueología junto con el estado actual de dentro de nuestra disciplina.
la investigación y una presentación de las bases Es necesario un amplio desarrollo metodológi-
teóricas de parte de la metodología en que estoy co que nos informe del significado arqueológico de
trabajando. los resultados que obtenemos en base al análisis de
En la presente propuesta de trabajo se han esta- las muestras. Afortunadamente, cada vez son más
blecido las bases para el análisis de fitolitos en con- frecuentes las investigaciones que plantean de for-
textos arqueológicos desde una perspectiva mate- ma combinada el uso de varias técnicas, en ocasio-
rialista. Posteriormente estas líneas metodológicas nes incluso con metodologías comunes (por ejem-
esbozadas deberán ser completamente desarrolla- plo Coil et al. 2003; Horrocks 2005; Huang y Zhang
das y lo que es más importante, ensayadas en ma- 2000; Kealhofer et al. 1999).
teriales arqueológicos para comprobar la efectivi- Como conclusión, tan sólo cabe insistir en que
dad del método propuesto. ésta es una técnica de gran potencial para la arqueo-
Haciendo referencia a las aplicaciones antraco- logía, pero es imprescindible abordar la forma de
lógicas, paleocarpológicas y palinológicas en ar- aplicarla e interpretar los resultados: desde la reco-
queología, hace ya más de una década, se comen- gida de muestras hasta la determinación de la sig-
taba la necesidad de explicitar el carácter de las nificación de las informaciones obtenidas. Para
informaciones obtenidas en base a estos métodos ello, y tal y como se viene repitiendo, es imprescin-
“Si bien la aplicación de estas disciplinas tiene ya dible el desarrollo de una metodología específica-
una larga tradición, todavía candente el debate mente diseñada para esta aplicación.
sobre qué nos documenta realmente cada tipo de
muestra (...) el sistema mismo del muestreo y el tra-
tamiento que hay que dar a esos datos” (Vila y Es- AGRADECIMIENTOS
tévez 1989: 276).
A pesar de los grandes avances realizados y de La autora agradece enormemente a los revisores
que la bibliografía arqueobotánica sea cada vez más los valiosos comentarios realizados sobre el manus-
abundante, la situación actual no dista mucho de la crito, así como las aportaciones de A. Vila, M.
de finales de la década de los 80 en el sentido que Madella y F. Moreno.
escasean los artículos en los que se abordan proble-
mas metodológicos y sobretodo teóricos (Hastorf
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y Popper 1988).
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