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HISTERIA

Diferentes aspectos del cuadro clínico que la psiquiatría clásica denominó


“HISTERIA” fue desmembrado por la autores del DSM IV, de hecho la
denominación “HISTERIA” no forma parte de las categorías diagnósticas del
manual
Parte de los cuadros que clásicamente integraban el gran concepto de
“HISTERIA”, aparecen ahora entre:

– Trastornos somatomorfos

– Trastornos disociativos

Ambos capítulos engloban cuadros que clásicamente se incluían dentro de


la “HISTERIA” y otros cuadros ajenos a la noción clásica de “HISTERIA”

Trastornos somatomorfos

La característica común de los trastornos somatomorfos es la presencia de


síntomas físicos que sugieren una enfermedad médica (de ahí el
término somato morfo) y que no pueden explicarse completamente por la
presencia de una enfermedad, por los efectos directos de una sustancia o
por otro trastorno mental (p. ej., trastorno de angustia).
La agrupación de estos trastornos en un único grupo está basada más en la
utilidad (p. ej., la necesidad de excluir enfermedades médicas ocultas o
etiologías inducidas por sustancias) que en las hipótesis sobre etiologías o
mecanismos compartidos. Estos trastornos se observan con bastante
frecuencia en los centros hospitalarios.
Trastornos somatomorfos

• Trastorno de somatización

• Trastorno somatomorfo indiferenciado

• Trastorno de conversión

• Trastorno por dolor

• Hipocondría

• Trastorno dismórfico corporal

• Trastorno somatomorfo no especificado

El trastorno de somatización
El trastorno de somatización (anteriormente histeria o síndrome de Briquet)
es un trastorno polisintomático que se inicia antes de los 30 años, persiste
durante varios años y se caracteriza por una combinación de síntomas
gastrointestinales, sexuales, seudoneurológicos y dolor.
Criterios para el diagnóstico de Trastorno de somatización
Historia de múltiples síntomas físicos, que empieza antes de los 30 años,
persiste durante varios años y obliga a la búsqueda de atención médica o
provoca un deterioro significativo social, laboral, o de otras áreas
importantes de la actividad del individuo.

A. Deben cumplirse todos los criterios que se exponen a continuación, y


cada síntoma puede aparecer en cualquier momento de la alteración:

• cuatro síntomas dolorosos: historia de dolor relacionada con al


menos cuarto zonas del cuerpo o cuatro funciones (p. ej., cabeza,
abdomen, dorso, articulaciones, extremidades, tórax, recto; durante
la menstruación, el acto sexual, o la micción)

• dos síntomas gastrointestinales: historia de al menos dos síntomas


gastrointestinales distintos al dolor (p. ej., náuseas, distensión
abdominal, vómitos [no durante el embarazo], diarrea o intolerancia a
diferentes alimentos)

• un síntoma sexual: historia de al menos un síntoma sexual o


reproductor al margen del dolor (p. ej., indiferencia sexual, disfunción
eréctil o eyaculatoria, menstruaciones irregulares, pérdidas
menstruales excesivas, vómitos durante el embarazo)

• un síntoma pseudoneurológico: historia de al menos un síntoma o


déficit que sugiera un trastorno neurológico no limitado a dolor
(síntomas de conversión del tipo de la alteración de la coordinación
psicomotora o del equilibrio, parálisis o debilidad muscular localizada,
dificultad para deglutir, sensación de nudo en la garganta, afonía,
retención urinaria, alucinaciones, pérdida de la sensibilidad táctil y
dolorosa, diplopía, ceguera, sordera, convulsiones; síntomas
disociativos como amnesia; o pérdida de conciencia distinta del
desmayo)

C. Cualquiera de las dos características siguientes:

• tras un examen adecuado, ninguno de los síntomas del Criterio B


puede explicarse por la presencia de una enfermedad médica
conocida o por efectos directos de una sustancia (p. ej., drogas o
fármacos)

• si hay una enfermedad médica, los síntomas físicos o el deterioro


social o laboral son excesivos en comparación con lo que cabría
esperar por la historia clínica, la exploración física o los hallazgos de
laboratorio

D. Los síntomas no se producen intencionadamente y no son simulados


(a diferencia de lo que ocurre en el trastorno facticio y en la
simulación).

Trastorno conversivo
El trastorno de conversión consiste en síntomas o disfunciones no
explicadas de las funciones motoras voluntarias o sensoriales, que sugieren
un trastorno neurológico o médico. Se considera que los factores
psicológicos están asociados a los síntomas o a las disfunciones.
Criterios para el diagnóstico de Trastorno conversivo

A. Uno o más síntomas o déficit que afectan las funciones motoras


voluntarias o sensoriales y que sugieren una enfermedad neurológica o
médica.
B. Se considera que los factores psicológicos están asociados al síntoma o
al déficit debido a que el inicio o la exacerbación del cuadro vienen
precedidos por conflictos u otros desencadenantes.
C. El síntoma o déficit no está producido intencionadamente y no es
simulado (a diferencia de lo que ocurre en el trastorno facticio o en la
simulación).
D. Tras un examen clínico adecuado, el síntoma o déficit no se explica por
la presencia de una enfermedad médica, por los efectos directos de una
sustancia o por un comportamiento o experiencia culturalmente normales.
E. El síntoma o déficit provoca malestar clínicamente significativo o
deterioro social, laboral, o de otras áreas importantes de la actividad del
sujeto, o requieren atención médica.
F. El síntoma o déficit no se limita a dolor o a disfunción sexual, no aparece
exclusivamente en el transcurso de un trastorno de somatización y no se
explica mejor por la presencia de otro trastorno mental.
Tipo de síntoma o déficit:

– Con síntoma o déficit motor

– Con crisis y convulsiones

– Con síntoma o déficit sensorial

– De presentación mixta

Trastornos somatomorfos: Tratamiento

A cargo de especialista quien determinará la conveniencia de indicar


tratamiento psicoterapéutico y / o tratamiento farmacológico

Trastornos disociativos

La característica esencial de los trastornos disociativos consiste en una


alteración de las funciones integradoras de la conciencia, la identidad, la
memoria y la percepción del entorno. Esta alteración puede ser repentina o
gradual, transitoria o crónica.

• Amnesia disociativa

• Fuga disociativa

• Trastorno de identidad disociativo (antes personalidad múltiple)

• Trastorno de despersonalización
• Trastorno disociativo no especificado

Amnesia disociativa
La amnesia disociativa se caracteriza por una incapacidad para recordar
información personal importante, generalmente de naturaleza traumática o
estresante, que es demasiado amplia para ser explicada por el olvido
ordinario.
Criterios para el diagnóstico de amnesia disociativa

A. La alteración predominante consiste en uno o más episodios de


incapacidad para recordar información personal importante, generalmente
un acontecimiento de naturaleza traumática o estresante, que es
demasiado amplia para ser explicada a partir del olvido ordinario.
B. La alteración no aparece exclusivamente en el trastorno de identidad
disociativo, en la fuga disociativa, en el trastorno por estrés postraumático,
en el trastorno por estrés agudo o en el trastorno de somatización, y no es
debida a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., drogas o
fármacos) o a una enfermedad médica o neurológica (p. ej., trastorno
amnésico por traumatismo craneal).
C. Los síntomas producen malestar clínico significativo o deterioro social,
laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

Fuga disociativa
La fuga disociativa se caracteriza por viajes repentinos e inesperados lejos
del hogar o del puesto de trabajo, acompañados de incapacidad para
recordar el propio pasado, de confusión acerca de la propia identidad y
asunción de otra identidad nueva.
Criterios para el diagnóstico de fuga disociativa

A. La alteración esencial de este trastorno consiste en viajes repentinos e


inesperados lejos del hogar o del puesto de trabajo, con incapacidad para
recordar el pasado del individuo.
B. Confusión sobre la identidad personal, o asunción de una nueva identidad
(parcial o completa).
C. El trastorno no aparece exclusivamente en el transcurso de un trastorno
de identidad disociativo y no es debido al los efectos fisiológicos de una
sustancia (p. ej., drogas o fármacos) o de una enfermedad médica (p. ej.,
epilepsia del lóbulo temporal).
D. Los síntomas producen malestar clínico significativo o deterioro social,
laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
Criterios para el diagnóstico de trastorno de identidad disociativo

El trastorno de identidad disociativo (antes personalidad múltiple) se


caracteriza por la presencia de uno o más estados de identidad o
personalidad que controlan el comportamiento del individuo de modo
recurrente, junto a una incapacidad para recordar información personal
importante, que es demasiado amplia para ser explicada por el olvido
ordinario.
A. Presencia de dos o más identidades o estados de personalidad (cada una
con un patrón propio y relativamente persistente de percepción, interacción
y concepción del entorno y de sí mismo).
B. Al menos dos de estas identidades o estados de personalidad controlan
de forma recurrente el comportamiento del individuo.
C. Incapacidad para recordar información personal importante, que es
demasiado amplia para ser explicada por el olvido ordinario.
D. El trastorno no es debido a los efectos fisiológicos directos de una
sustancia (p. ej., comportamiento automático o caótico por intoxicación
alcohólica) o a una enfermedad médica (p. ej., crisis parciales complejas).

Trastornos disociativos: Tratamiento


A cargo de especialista quien determinará la conveniencia de indicar
tratamiento psicoterapéutico y / o tratamiento farmacológico

Trastorno histriónico de la personalidad


Un patrón general de excesiva emotividad y una búsqueda de atención, que
empiezan al principio de la edad adulta y que se dan en diversos contextos,
como lo indican cinco (o más) de los siguientes ítems:

Criterios para el diagnóstico de Trastorno histriónico de la personalidad

(1) no se siente cómodo en las situaciones en las que no es el centro de la


atención
(2) la interacción con los demás suele estar caracterizada por un
comportamiento sexualmente seductor o provocador
(3) muestra una expresión emocional superficial y rápidamente cambiante
(4) utiliza permanentemente el aspecto físico para llamar la atención sobre
sí mismo
(5) tiene una forma de hablar excesivamente subjetiva y carente de
matices
(6) muestra autodramatización, teatralidad y exagerada expresión
emocional
(7) es sugestionable, por ejemplo, fácilmente influenciable por los demás o
por las circunstancias
(8) considera sus relaciones más íntimas de lo que son en realidad

Trastorno de la personalidad por dependencia


Una necesidad general y excesiva de que se ocupen de uno, que ocasiona
un comportamiento de sumisión y adhesión y temores de separación, que
empieza al inicio de la edad adulta y se da en varios contextos, como lo
indican cinco (o más) de los siguientes ítems:

Criterios para el diagnóstico de Trastorno de la personalidad por


dependencia

(1) tiene dificultades para tomar las decisiones cotidianas si no cuenta con
un excesivo aconsejamiento y reafirmación por parte de los demás
(2) necesidad de que otros asuman la responsabilidad en las principales
parcelas de su vida
(3) tiene dificultades para expresar el desacuerdo con los demás debido al
temor a la pérdida de apoyo o aprobación. Nota: No se incluyen los temores
o la retribución realistas
(4) tiene dificultades para iniciar proyectos o para hacer las cosas a su
manera (debido a la falta de confianza en su propio juicio o en sus
capacidades más que a una falta de motivación o de energía)
(5) va demasiado lejos llevado por su deseo de lograr protección y apoyo
de los demás, hasta el punto de presentarse voluntario para realizar tareas
desagradables
(6) se siente incómodo o desamparado cuando está solo debido a sus
temores exagerados a ser incapaz de cuidar de sí mismo
(7) cuando termina una relación importante, busca urgentemente otra
relación que le proporcione el cuidado y el apoyo que necesita
(8) está preocupado de forma no realista por el miedo a que le abandonen y
tenga que cuidar de sí mismo

Características comunes de todas las fobias

Aparecen asociados:

• Estado afectivo particular (temor, miedo, angustia, ansiedad)

• Un objeto o situación determinados

• Objeto o situación que puede estar presente (percepción) o ser


anticipada (imaginación)

• El objeto o situación se evita (de ser posible) o se soporta con


malestar

El temor que el objeto o la situación determinan, es reconocido por el


paciente como excesivo o irracional

• asociación inusual de un estado afectivo (miedo) y una percepción


o una representación

• Temor acusado y persistente que es excesivo o irracional,


desencadenado por la presencia o anticipación de un objeto o
situación específicos

Afecti Perceptivo Representaciona


vo l

Temor Objeto o Objeto o


situación situación
presente anticipada

Características comunes de todas las fobias


Angustia

+ objeto o situación

+ evitación

+ autocrítica

Fobia

de acuerdo al objeto o situación:

• Fobia específica

• Fobia social

• Agorafobia

Criterios para el diagnóstico de Fobia específica (DSM IV)

A. Temor acusado y persistente que es excesivo o irracional,


desencadenado por la presencia o anticipación de un objeto o situación
específicos (p. ej., volar, precipicios, animales, administración de
inyecciones, visión de sangre).
B. La exposición al estímulo fóbico provoca casi invariablemente una
respuesta inmediata de ansiedad, que puede tomar la forma de una
crisis de angustia situacional o más o menos relacionada con una situación
determinada.
C. La persona reconoce que este miedo es excesivo o irracional.
D. La(s) situación(es) fóbica(s) se evitan o se soportan a costa de una
intensa ansiedad o malestar.
E. Los comportamientos de evitación (criterio D), la anticipación
ansiosa (criterio A), o el malestar provocados por la(s) situación(es)
temida(s) (criterio B), interfieren acusadamente con la rutina normal de
la persona, con las relaciones laborales (o académicas) o sociales, o bien
provocan un malestar clínicamente significativo.

Agorafobia

El síntoma agorafobia, puede presentarse en dos cuadros que el DSM IV


discrimina como:

• trastorno de angustia con agorafobia,

• agorafobia sin historia de trastorno de angustia

Criterios para el diagnóstico de agorafobia (DSM IV)

A. Aparición de ansiedad al encontrarse en lugares o situaciones donde


escapar puede resultar difícil (o embarazoso) o donde, en el caso de
aparecer una crisis de angustia inesperada o más o menos relacionada con
una situación, o bien síntomas similares a la angustia, puede no
disponerse de ayuda. Los temores agorafóbicos suelen estar relacionados
con un conjunto de situaciones características, entre las que se incluyen
estar solo fuera de casa; mezclarse con la gente o hacer cola; pasar
por un puente, o viajar en autobús, tren o automóvil.
B. Estas situaciones se evitan (p. ej., se limita el número de viajes), se
resisten (se aguantan o soportan) a costa de un malestar o ansiedad
significativos por temor a que aparezca una crisis de angustia o síntomas
similares a la angustia, o se hace indispensable la presencia de un conocido
para soportarlas.
C. Esta ansiedad o comportamiento de evitación no puede explicarse mejor
por la presencia de otro trastorno mental como fobia social (p. ej.,
evitación limitada a situaciones sociales por miedo a ruborizarse), fobia
específica (p. ej., evitación limitada a situaciones aisladas como los
ascensores), trastorno obsesivo-compulsivo (p. ej., evitación de todo lo que
pueda ensuciar en un individuo con ideas obsesivas de contaminación),
trastorno por estrés postraumático (p. ej., evitación de estímulos
relacionados con una situación altamente estresante o traumática) o
trastorno de ansiedad por separación (p. ej., evitación de abandonar el
hogar o la familia).

Criterios para el diagnóstico de Fobia social (en el adulto) (DSM IV)

A. Temor acusado y persistente por una o más situaciones sociales o


actuaciones en público en las que el sujeto se ve expuesto a personas que
no pertenecen al ámbito familiar o a la posible evaluación por parte de los
demás. El individuo teme actuar de un modo (o mostrar síntomas de
ansiedad) que sea humillante o embarazoso.
B. La exposición a las situaciones sociales temidas provoca casi
invariablemente una respuesta inmediata de ansiedad, que puede tomar la
forma de una crisis de angustia situacional o más o menos relacionada con
una situación.
C. El individuo reconoce que este temor es excesivo o irracional.
D. Las situaciones sociales o actuaciones en público temidas se evitan o
bien se experimentan con ansiedad o malestar intensos.
E. Los comportamientos de evitación, la anticipación ansiosa, o el malestar
que aparece en la(s) situación(es) social(es) o actuación(es) en público
temida(s) interfieren acusadamente con la rutina normal del individuo, con
sus relaciones laborales (o académicas) o sociales, o bien producen un
malestar clínicamente significativo.
G. El miedo o el comportamiento de evitación no se deben a los efectos
fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., drogas, fármacos) o de una
enfermedad médica y no pueden explicarse mejor por la presencia de otro
trastorno mental (p. ej., trastorno de angustia con o sin agorafobia,
trastorno de ansiedad por separación, trastorno dismórfico corporal, un
trastorno generalizado del desarrollo o trastorno esquizoide de la
personalidad).
H. Si hay una enfermedad médica u otro trastorno mental, el temor descrito
en el Criterio A no se relaciona con estos procesos (p. ej., el miedo no es
debido a la tartamudez, a los temblores de la enfermedad de Parkinson o a
la exhibición de conductas alimentarias anormales en la anorexia nerviosa o
en la bulimia nerviosa).

Trastorno de la personalidad por evitación

Un patrón general de inhibición social, unos sentimientos de inferioridad y


una hipersensibilidad a la evaluación negativa, que comienzan al principio
de la edad adulta y se dan en diversos contextos, como lo indican cuatro (o
más) de los siguientes ítems:

(1) evita trabajos o actividades que impliquen un contacto interpersonal


importante debido al miedo a las críticas, la desaprobación o el rechazo
(2) es reacio a implicarse con la gente si no está seguro de que va a agradar
(3) demuestra represión en las relaciones íntimas debido al miedo a ser
avergonzado o ridiculizado
(4) está preocupado por la posibilidad de ser criticado o rechazado en las
situaciones sociales
(5) está inhibido en las situaciones interpersonales nuevas a causa de
sentimientos de inferioridad
(6) se ve a sí mismo socialmente inepto, personalmente poco interesante o
inferior a los demás
(7) es extremadamente reacio a correr riesgos personales o a implicarse en
nuevas actividades debido a que pueden ser comprometedoras

Tratamiento de los trastornos fóbicos

A cargo de especialista quien determinará la conveniencia de indicar


tratamiento psicoterapéutico y / o tratamiento farmacológico

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