,Ese dia Uram tomé su decisién. Debia haberlo hecho mucho antes y él lo sabia peroera un g hombre vacilante en ciertas cosas y astuto en [tras y la combinacién de ambas le habia acon- sejado esperar. Lo habia hecho y ahora crefa hhaber hecho bien. Ahora ya sable quién serfa el espaso adecuado para Sithira... ay \ Tram era conerclante y su fortuna in= conmensurable. Posefatierras,barcos, Y graneros repletos. Sus esclavos traba. jaban en molinos, plantaciones y minas Y Su nombre era una garantia mas sli- da que una muralla de oro,pera.. es (Si. El egipcio la elevard a la condicién de prin: Tegit0 sera uin’buen marido para e- ] | cesa y al mismo tiempo él seré rico con mi di ZY crees que ello dard lafelicidad atu ) reer iste Ge alamor uSpt Mid co" [E or pice pn hase so si erPapavo Ele cicancet as 1} merciante buscaba pérdidas y ganancias sin | |iueqo pareci6 re:zaciliarse con fa idea y Jque 6! tuera consciente de ella. De pronto o- | terminado por c 2QuE més podia pedir? Serd rica y po 1y6 la vor de “tar. derosa y viviré en Tebas y su marido | Serd un grande en la corte del, fara6n, fod a. merca>y | Tato estaré 1;sto para el env’ derfas manana, Sefior. Manan ser un gran dfa para'm, Ordar. Mi hia se convertiré en princesa de Egip ta. iA, y yo seré feliz a través de su feli- cided‘Amor... Amor... £QUé Sabe mi nifta de amor? Todas las mujeres aman a su marida. Lode- més son tonterfas... TY mi padre quiere que sea ofr el retumbar de tas © , Isandalias de bronce sobre las losas del suelo. Oy6 las voces de los soldados y supo que el egipcio ha bia liegada. ¥ tuvo miedo) edo de ver la delgada sig eta de! guerrero de Te- bas y su rostro nervudo ET egipcTo obser 6 la mansién ; y satisfecho. Ha- Ma? 2Por qué no viene a reci- fa riqueza allf, birme? No me molestarfa un une rigueze que impresionaria has ta en la corte de los taraones. Y Idetr4s de esa Jqueza habia més ry mds y més. tor ida esa fortuna se pondria a su ser- Ivica. ST. Habra to- mado una decisién Inteligente. TY no desagradable. La pequetia es hermosa.) fordar nodijo nada. Tenta los ojos Isombrios y miraba la tintineante Jcabagalta que se detenia ahora ante| fla mansién de Uram.. focuRS el rostro ent re las manos pero no Iloré por miedo de estropea jSu maquillaje. Se content6 con lsuspirar. a Yen To alto del ziggurat, Uram se retregaba las manas estétco yfellz, acariciando Suerics de ‘randeza para su hija cuando vi6 al jinete cru- zando la plazoleta. Por un momento Sus ojos reSbalaron sobre él pues el manto raito y el mal caballo nodecfan mucho,pero de pronto Voluié os ojos hacia él ea