Professional Documents
Culture Documents
Este tema (Artritis Reumatoide, AR a partir de ahora) consta de 3 clases. Empezaremos hoy por
la epidemiología, etiología, Etiopatogenia, y la clínica tanto articular como extraarticular. Un año
más, si hay algo que no os guste de mis clases prefiero intentar rectificarlo que llevarme un saco
de votos el día de las expulsiones (como en GH, jeje), así que tanto en persona como por la
comunidad o e-mail aceptaré vuestras críticas constructivas con un afán de superación renovado
que espero sirva para que mi labor sea al gusto de la mayoría. Salu2. Empezamos...
Epidemiología
Existe una mayor incidencia familar, pero no se han descrito casos hereditarios. Por tanto
sabemos que tiene una base genética clara, pero además influyen factores de predisposición. La
carga genética que predispone a padecer AR esté relacionada principalmente con los alelos HLA-
DR1, DR4, aunque actualmente se ha visto que los alelos HLA-DQ pueden presentar los genes
reales de predisposición de AR mientras que los DR pueden conferir protección frente a la
enfermedad, entendiendo que DR1 y DR4 confieren nula protección y por eso se observan
mayores incidencias en los sujetos que los presentan. El ambiente hormonal modula la
enfermedad. Su distribución es mundial, asi que no está influenciada por la etnia o el clima.
Etiología
Como hemos dicho antes, existen también una serie de factores moduladores. Dentro de
estos hemos destacado los genéticos. Los estudios genéticos demuestran una cierta agregación
familiar y una mayor frecuencia de AR concordante en gemelos monocigotos que dicigotos. Esta
susceptibilidad genética está relacionada con el sistema HLA y en concreto con el antígeno HLA-
DR4. En algunos países de la cuenca mediterránea incluido España los pacientes con AR
presentan una mayor frecuencia del antígeno HLA-DR1. Estas moléculas HLA presentan
secuencias de aminoácidos comunes en las zonas de unión al antígeno y probablemente
favorecen la presentación selectiva de ciertos antígenos artritógenos a los linfocitos T
cooperadores (CD4), que desencadenarían la respuesta autoinmune. Como lo corrobora el hecho
de que los pacientes con AR que son HLA-DR4 + presentan una artritis mas destructiva y en la
que son frecuentes las complicaciones sistémicas. También existen factores moduladores
hormonales, además del aumento de la prevalencia en las mujeres, el embarazo está asociado a
remisiones de la AR y las exacerbaciones son frecuentes en el período del postparto. Los
anticonceptivos orales disminuyen el riesgo de AR y la nuliparidad o la menopausia lo aumenta.
Por tanto aunque las hormonas no intervengan directamente en la etiología parece que si
modulan la susceptibilidad y la gravedad de la AR.
a) Fase inflamatoria. La alteración más precoz es la activación y/o lesión de las células
endoteliales de los capilares sinoviales, lo que sugiere que el agente etiológico desencadenante
de la enfermedad, es transportado hacia la sinovial mediante el torrente sanguíneo. Las células
endoteliales lesionadas permiten el paso de plasma produciendo un edema intersticial y derrame
en la cavidad articular. Por otra parte se produce la llegada de diversas células provenientes de la
circulación: las primeras en llegar son los polimorfonucleares (PMN) que se depositan en las
capas sinoviales más superficiales y se extravasan al líquido sinovial, mientras que los linfocitos
se organizan en agregados perivasculares (fundamentalmente linfocitos T CD4+) y en los planos
más profundos de la sinovial formando centros reactivos linfoides (predominio de linfocitos B). En
conjunto los linfocitos T predominan sobre los B en la sinovitis reumatoide, siendo estos últimos
capaces de sintetizar factores reumatoides.
b) Fase granulomatosa. A medida que la enfermedad se cronifica, se produce una
hipertrofia de la capa de revestimiento sinovial (predominio de sinoviocitos tipo A), aumentando su
grosor de las 1-3 capas de células habituales a más de 5-10. La sinovial se vuelve masivamente
hipertrófica y edematosa y aparecen innumerables prolongaciones vellosas del tejido sinovial que
se adentran hacia la cavidad articular. Este tejido de granulación altamente proliferativo e invasivo
se conoce con el nombre de PANNUS, El hueso y el cartílago periarticular de los márgenes
articulares se va erosionando y destruyendo progresivamente y la capsula articular se distiende o
rompe produciendo las lesiones y deformidades clínicas características de esta enfermedad.
Esta constelación de procesos patológicos se prolonga a lo largo de la enfermedad pero su
gravedad fluctúa y dependen del número de exacerbaciones que se presenten en el curso de la
enfermedad.
Lo que viene a continuación es lo mismo. Lo que ocurre es que el profesor nos ha dado unos
apuntes que seguramente serán los que él siga a la hora de preguntar, que es lo que teneis
arriba, pero en la clase lo explico de forma diferente, lo cual os lo pongo a continuación algo
completado con el Harrison para quien se lo quiera leer, pues considero que puede ayudar a
entender mejor lo anterior y completa algo de información. Lo pongo sin interlineado para que
podáis diferenciarlo de lo que “considero más importante”. Mi consejo: leedlo y poco más, para
así, comprender mejor la parte anterior.
A nivel articular el tejido sinovial está pegado a la cápsula articular, formado por dos filas de
células sinoviales encargadas de producir el líquido sinovial. En la AR se observa lesión
microvascular y aumento en el numero de células de revestimiento sinovial (hiperplasia e
hipertrofia) y más tarde una inflamación perivascular por células mononucleares (junto con
trombosis y neovascularización) y mayor número aún de células de revestimiento sinovial.
Cuando comienzan los síntomas las células predominantes son los Linfocitos T
(principalmente CD4+), y antes de ello son las células mieloides. Además de estas destaca
también el importante número de Linfocitos B que se diferenciarán a células plasmáticas como
explicaremos ahora.
Actualmente, a pesar de todas las bases que apoyan que el proceso esta mediado por
linfocitos T, se piensa que los Linfocitos B tienen, si cabe, más importancia, hecho demostrado por
los resultado experimentales que demuestran que la administración de anticuerpos monoclonales
contra CD20 (marcador de células B) provoca la evacuación inmediata de los linfocitos B y la
atenuación de los signos y síntomas de inflamación.
Además de la inflamación crónica del tejido sinovial observamos una inflamación aguda
del líquido sinovial, con abundancia de PMN, en la que parecen participar LT-B4, la
prostaglandina E2 y la histamina de los mastocitos.
Clínica
Ningún hallazgo clínico, radiológico, de laboratorio, etc. es específico de la AR, por tanto el
diagnóstico se establece por la categorización y suma de diferentes datos o criterios.
Vemos primero las alteraciones radiológicas más importantes. En fases iniciales no existe
aún destrucción cartilaginosa ni ósea, mientras que conforme progresa la AR aparece pinzamiento
articular, erosiones y geodas.
1. Aumento de partes blandas
2. Osteoporosis yuxtaarticular
3. Pinzamiento de la interlínea articular. En las articulaciones de carga, se acompaña de
una banda de esclerosis subcondral, y formación posterior de osteofitos marginales, al
igual que ocurre en la artrosis.
4. Erosiones articulares. Se localizan en la unión osteocondral, que es el lugar donde
asienta el pannus. Aunque no son patognomónicas, son el signo radiológico más
importante de la AR y aparecen de forma más precoz en las metatarsofalángicas (MTF),
metacarpofalángicas (MCF) y en interfalangicas proximales (IFP).
5. Geodas subcondrales. Frecuentes en el carpo. Son zonas radiotransparentes
redondeadas, rodeadas o no de una delgada línea de osteoesclerosis con un diámetro
generalmente es inferior a 5 mm. Las imágenes geódicas tienen menos interés diagnóstico
que las erosiones.
Su presentación más precoz suele ser con fatiga, anorexia, debilidad generalizada,
síntomas musculoesqueléticos leves hasta llegar a la característica sinovitis. El dolor se agrava
con el movimiento en la AR establecida, pero inicialmente el dolor, la tumefacción y la sensibilidad
pueden no situarse específicamente en las articulaciones. A la exploración las articulaciones
aparecen calientes, con discreto rubor, tumefactas e inflamadas. En las articulaciones profundas,
como la cadera, los signos inflamatorios son poco patentes y solo se objetiva dolor y limitación al
intentar movilizarla. La rigidez matutina es característica de la AR activa, su duración se
correlaciona con el grado de inflamación y desaparece cuando la enfermedad remite. Su duración
suele ser prolongada (más de 1 hora), a diferencia de la que aparece en la artrosis que suele ser
breve (5-10 minutos).
MANIFESTACIONES ARTICULARES
Manos
La inflamación de las articulaciones interfalángicas proximales (IFP), metacarpofalángicas
(MCF) y los carpos suele ser una manifestación precoz en la AR y casi constante después de un
año de evolución. Habitualmente es bilateral y simétrica, provoca una rigidez dolorosa de las
manos, que es máxima por las mañanas al levantarse y suele causar una disminución de la fuerza
y destreza de las manos. Las interfalángicas distales (IFD) clásicamente están respetadas.
La artritis de las IFP causa una hinchazón regular que produce los Dedos en Huso,
dificultando la flexión de los dedos. En ocasiones se produce una deformación denominada en
Boutonnière u Ojal, causada por la ruptura del tendón del extensor medio cerca de su inserción
sobre la base de la segunda falange, la IFP se flexiona saliendo del ojal que forman los tendones
extensores laterales.
La artritis de las MCF se manifiesta por un luxación de las cabezas metacarpianas, que
ocasiona una desviación de los dedos hacia el lado cubital o Desviación en ráfaga y con
frecuencia se asocia a una deformación de los Dedos en Cuello de Cisne con semi-flexión de las
MCFs, hiperextensión de las IFPs y flexión de las IFDs. La artritis MCF del pulgar conduce a una
deformación en flexión por la ruptura del extensor corto del pulgar que ocasiona un aspecto de
Pulgar en Z. Radiológicamente, el borde radial de las cabezas metatarsianas es uno de los
lugares de elección de las erosiones óseas; en fases avanzadas las cabezas metacarpianas
pueden destruirse y sufrir un afilamiento que se denomina imagen de Lápiz en Copa. Rara vez, la
destrucción de los metacarpianos y las falanges es tan importante que los dedos se acortan y
ocasionan una deformidad de Mano en anteojo de teatro.
Pies
Si añadimos que los pies son unidades de carga entenderemos que las lesiones se
agraven más fácilmente, y aumenta la impotencia funcianal.
Tobillos
Los tobillos se afectan con frecuencia pero es muy raro que se vuelvan muy dolorosos e
inestables para ser invalidantes para la marcha. Rara vez, la tenosinovitis retromaleolar interna
causa un síndrome del túnel tarsiano.
Rodilla
La afectación de las rodillas es muy frecuente, siendo al inicio la artritis unilateral o
basculante, para posteriormente afectar a las dos rodillas. Se suele acompañar de derrame
intraarticular, causando dolor y limitación a la marcha que suele normalizarse al remitir la artritis.
En fases más avanzadas se produce lesión del cartílago articular, en las radiografías se observa el
pinzamiento de las interlíneas femorotibiales y esclerosis del hueso subcondral. Las erosiones
óseas son raras.
Junto a la lesión ósea y del cartílago, se produce con distensión ligamentosa importante,
que causa deformidad en genu varo o en genu valgo y favorece la inestabilidad de la articulación,
que llega a ser tan marcada como para limitar considerablemente la marcha. En la parte posterior,
pueden formarse un quiste de Baker y en ocasiones la cápsula se retrae en vez de relajarse,
dando lugar a un genu flexum, más importante en los pacientes mal vigilados, ya que suelen tener
las rodillas en flexión para limitar el dolor.
Cadera
Característica por presentar pinzamiento global y homogéneo de toda la cabeza femoral
(no polar como en la artrosis) y tendencia a la simetría. La coxitis es rara y con frecuencia de
aparición tardía y tendencia a ser bilateral. Su primer signo radiológico es un pinzamiento articular
supero-interno que progresa hacia la protusión acetabular. En estadios muy avanzados, se
produce destrucción importante de la cabeza femoral. Clínicamente la coxitis causa dolores
inguinocrurales, rigidez de la cadera y una alteración de la marcha que llega a hacerse invalidante
en las formas severas bilaterales.
Hombro
La artritis de los hombros provoca una rigidez dolorosa que impide vestirse y la higiene
personal. En un estadio avanzado, las radiografías muestran signos de alteración de la
articulación glenohumeral: pinzamiento de la interlínea, erosión de la porción superior de la
cabeza humeral, y con frecuencia degeneración del manguito de los rotadores.
Codo
Los codos se afectan con frecuencia. Su inflamación causa rigidez dolorosa con hinchazón
posterior. La limitación de la extensión hace doloroso transportar cargas y la de la flexión rara vez
es tan marcada como para alterar llevar la mano a la boca, salvo que tengan a la vez una
afectación importante del hombro. A veces, la artritis del codo se acompaña de una irritación del
nervio cubital en la corredera epitrócleo-olecraniana, y excepcionalmente de una parálisis de los
extensores de la mano y los dedos por compresión de la rama posterior del radial.
Cervical
El raquis cervical se afecta con frecuencia. La lesión más característica es la luxación atlo-
axoidea anterior, presente en el 15-20% de los sujetos hospitalizados por AR. Se produce por
ruptura o relajación del ligamento transverso odontoideo. Se diagnostica mediante Rx laterales de
columna cervical realizadas en flexión y extensión máxima, donde se observa que la distancia
entre la parte posterior del atlas y la anterior de la apófisis odontoides es superior a 3 mm. Es
frecuente la subluxación sea subclínica, aunque puede causar dolor y rigidez cervico-occipital y
en algunos casos, se complica con compresión medular, observando a la exploración signos de
piramidalismo, alteración de esfínteres y debilidad en miembros inferiores. El tratamiento
conservador con collares cervicales está indicado en pacientes con síntomas neurológicos leves y
no progresivos, pero la intervención quirúrgica es necesaria en caso de dolor intratable o si existen
signos de compresión medular.
Otras Articulaciones
La afectación temporo-mandibular es bastante frecuente pero rara vez lo bastante grave
como para alterar seriamente la masticación. La artritis crico-aritenoidea, suele ser asintomática y
rara ver ser la causa de disfagia, disfonía e incluso disnea).
MANIFESTACIONES EXTRAARTICULARES
Los nódulos reumatoides pulmonares únicos o múltiples son poco frecuentes. Cuando
aparecen suelen ser bilaterales y más frecuentes en lóbulos superiores con localización
subpleural. El síndrome de Caplan es una rara asociación de AR con neumoconiosis, siendo
característico la existencia de uno o múltiples nódulos pulmonares que alcanzan los 5 cm de
diámetro.
La afección del SNC es rara, aunque se han descritos vasculitis y nódulos reumatoides
en las meninges. La AR no suele producir miositis. Las manifestaciones musculares más
frecuentes son la atrofia secundaria a la inmovilización prolongada y la miopatía esteroidea.
Por el contrario la vasculitis tipo PAN conlleva una alta morbilidad y mortalidad. Se
caracteriza por cuadro constitucional, úlceras cutáneas isquémicas y evolución tórpida,
mononeuritis múltiple (a veces debutan con un pie o mano caída), gangrena e infartos digitales
y en ocasiones infarto intestinal. Su diagnóstico es clínico aunque el electromiograma y la
arteriografía pueden ser útiles. El estudio histológico muestra una vasculitis necrotizante y su
tratamiento se realiza con pulsos de ciclofosfamida y esteroides.
Emilio Peña