ron con palabras persuasivas de sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de po- der, 5 para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios. (1ª Co. 2:4-5)
Introducción
Corinto era una ciudad de una corrupción tremenda
(verbo corintianizar).
Historiador: no se podía dar un paso sin tropezar con un
filósofo.
Ciudad cosmopolita, la iglesia se forma de helenistas
(espirituales-místicos todo me es lícito, abuso de los dones) y judaizantes (evangelio + Moisés).
Pablo habla, entonces, a personas que han distorsionado
el apoyo de su fe.
¿Acaso es Cartagena diferente de Corinto? Pues la Bi-
blia advierte contra un peligro real:
porque no tenemos lucha contra sangre
y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este mundo, contra huestes es- pirituales de maldad en las regiones celes- tes. (Ef. 6:12)
¿Cómo va tu vida últimamente? ¿Estás teniendo proble-
mas por seguir a Cristo?
porque se me ha abierto una puerta
grande y eficaz, y hay muchos adversarios. (1ª Co. 16:9)
Cuando el evangelio es presentado automáticamente se
produce una oposición. ¿Dónde basas tu fe para hacer fren- te a todo esto?
I. Nuestra fe no se basa en la sabiduría humana.
• Podemos creer que la predicación cristiana prescin-
día habitualmente de los refinamientos retóricos propios de los oradores de la época. • Durante siglos, el hombre ha intentado conocer a Dios por su sabiduría, razonándolo. Así pensaron los griegos, S. Anselmo y Tomás de Aquino. • Cada día las sectas, en su afán de arrastrar gente para sí, tuercen la Palabra de Dios con razonamien- tos humanos.
20 ¡Ay de los que a lo malo dicen bue-
no y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo! 21 ¡Ay de los que son sabios ante sus pro- pios ojos, de los que son prudentes delante de sí mismos! 22 ¡Ay de los que son valien- tes para beber vino y hombres fuertes para mezclar bebidas; 23 los que por soborno declaran justo al culpable, y al justo le qui- tan su derecho! 24 Por tanto, como la len- gua del fuego consume el rastrojo y la lla- ma devora la paja, así será su raíz como podredumbre y su flor se desvanecerá como polvo, porque desecharon la ley de Jehová de los ejércitos y abominaron la palabra del Santo de Israel. (Isa. 5:20-24)
• Desde luego, este texto está muy bien aplicado a las
sectas porque realmente eso es lo que hacen. Pero, ¿se debe aplicar sólo a las sectas? ¿no es cierto que incluso nosotros, los hijos de Dios estamos tentados a usar los argumentos humanos para conformar el evangelio a nuestras pretensiones, por encima de la Biblia? ¿Tenemos nosotros también un comporta- miento sectario? ¡No podemos permitirlo! ¡El Se- ñor no murió para hacernos reyezuelos por un tiem- po con un tufillo a espiritualidad podrida, sino para darnos entrada a Su Reino donde Él y sólo Él es el Rey! • Los corintios comenzaban a tener rasgos de este tipo, y encima con un pretendido aire de santidad, y por eso Pablo les advierte. ¿Pero acaso no hacemos lo mismo nosotros? ¿No buscamos nuestros propios argumentos para no comprometernos con Cristo? ¿No amoldamos el evangelio a nuestro modo de vida? ¿Quién nos ha engañado para basar la fe en nuestra sabiduría o en nuestros propios razonamien- tos?
II. Nuestra fe se basa en el poder de Dios
Poder: energeia (capacidad de hacer), dunamis
(fuerza, operación de poder, milagro).
• Vamos a dejar de lado tanta queja santa de lo que
Dios puede hacer y vamos a centrarnos en lo que Dios hace porque, a pesar de nuestras limitaciones y de nuestro pecado, ¡el Señor actúa hoy! Ayer en la concentración: ¡Declaramos que España es de Cristo!? • El método que el hombre usa para conmover es la persuasión. A lo mejor por eso usamos mucho la música, más que para alabar a Dios para domesticar a las masas. Pero eso es fácil, se trata de jugar con la vida de las personas, y eso ocurre a diario con grandes resultados. Cuidado hermanos cuando deci- mos “esa canción ha tocado mi corazón”… Quién debe tocar tu corazón es el Espíritu del santo que es quien produce cambios, no la música que sólo emo- ciona. Ayer se cerró una gira de macro concier- tos por todo el mundo a favor del cambio climá- tico. Bonito juego, sí. • Sin embargo Dios no juega con el hombre: ¡El Se- ñor demuestra quién es Él! • Dios salva hoy, su Espíritu Santo transforma hoy, su poder se manifiesta hoy. ¿Lo crees de corazón? (Es- perar respuesta) ¿Y dónde está tu vida de poder? ¿En qué basas tu fe, en lo Dios puede hacer?
III. El Reino de Dios es poder
Porque el reino de Dios no consiste en
palabras, sino en poder. (1ª Co. 4:20)
• Pues el Señor quiere que sepamos que Su Reino no
es para inmaduros ni cobardes sino para gente res- ponsable y valiente dispuesta a luchar del lado de Dios. • Porque todas tus palabras pueden ser preciosas, pero ¿qué efecto tendrán si vives el poder de Dios y Él se manifiesta a través de ti? • Hermanos, el mensaje salvador de Jesucristo no se dice ni se cuenta, se vive y se demuestra. Alguien dijo que la vida cristiana no se mide por los discur- sos que hagamos sino por la vida que llevamos.
Conclusión
• El Señor Jesucristo ya trajo Su Reino pagando en la
cruz con su vida. • EL Espíritu Santo ya nos fue dado para que actúe, no para ser un convidado de piedra. • La Gran Comisión ya nos fue encomendada hace 2.000 años. • Con palabras solamente la gente no se salva, a me- nos que actúe el poder de Dios. ¿Qué más necesita- mos?
15 El séptimo ángel tocó la trompeta. Y
en el cielo se oyeron grandes voces que de- cían: “El reino del mundo ha venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo. El reinará por los siglos de los siglos.” 16 Y los vein- ticuatro ancianos, que estaban sentados en sus tronos delante de Dios, se postraron so- bre sus rostros y adoraron a Dios 17 di- ciendo: “Te damos gracias, Señor Dios To- dopoderoso, que eres y que eras, porque has asumido tu gran poder, y reinas.” (Ap. 11:15-17)
• Hermanos, estamos ante la presencia de Dios, y éste
ha decidido reinar y tomar su gran poder. Mientras nuestro Dios ha tomado su gran poder para actuar aquí, ¿qué vas a hacer tú, tumbarte al sol?
Porque no me avergüenzo del evange-
lio; pues es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree, al judío primero y también al griego. (Ro. 1:16) • Querido hermano, hoy el Señor Todopoderoso te está preguntando: Hijo mío, ¿dónde vas a poner la base de tu fe?